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y Orientación Profesional
from Hallazgos y desafíos de las políticas de Formación Profesional: perfiles, trayectorias, motivaciones
by RIET_INEW
Hallazgos y desafíos de las políticas públicas de formación profesional
A partir de ese conjunto de instituciones, el ciclo medio de la enseñanza técnico-industrial estaba conformado por las Escuelas Industriales y el grado elemental de enseñanza técnica quedaba representado por las Escuelas de Artes y Oficios
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orientadas a capacitar a obreros. La formación profesional en nuestro país tuvo en sus inicios una marcada impronta vinculada hacia el empleo y el mundo laboral, que luego fue modificada en las últimas décadas del siglo xx, y se observó un viraje hacia una lógica más pedagógico-educativa.
El inminente desarrollo de la industria y la economía nacional exigían al entonces Ministerio de Educación y Justicia de la Nación tomar medidas para aumentar el nivel de tecnificación de la población, creando espacios y escuelas de formación en oficios, a la vez que se creaban los correspondientes organismos de supervisión y control de estos espacios. En el año 1917, se reglamentó la creación masiva de escuelas destinadas a la FP con un sentido federal, y se crearon diez escuelas de Artes y Oficios. En las décadas siguientes continuó creciendo el número de escuelas.
A partir de la segunda posguerra, el modelo económico sustitutivo de importaciones trajo aparejado el aumento del consumo interno y el crecimiento del PIB industrial. Por lo tanto, la enseñanza técnica comenzó a ser fundamental para la —cada vez más desarrollada— industria nacional. Según Roberto H. Albergucci,
la enseñanza técnica respondía a la necesidad de preparar técnicos para la industria nacional: técnicos mecánicos, técnicos electrónicos, técnicos químicos, maestros mayores de obra, técnicos agroindustriales... Desarrollo económico, progreso industrial y enseñanza técnica eran componentes integrados del modelo. La demanda de trabajadores calificados para las industrias en expansión, con estabilidad laboral y con los beneficios del Estado de bienestar, favoreció el desarrollo de la enseñanza técnica. (1997)
En el año 1944, el Ministerio de Educación y Justicia de la Nación, mediante el decreto Nº 17.584 creó la Dirección General de Enseñanza Técnica para la supervisión y conducción de todas las Escuelas Industriales y Escuelas Profesionales de mujeres,
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mientras que el decreto Nº 14.538 fundó la Comisión Nacional de Aprendizaje y Orientación Profesional (CNAOP) que originaron las Escuelas Fábrica de varones o mujeres para aprendices adolescentes y las Escuelas de Capacitación Obrera, para personas adultas de ambos sexos del sector industrial (MEyJ, 1988). A la vez, en el mismo año, se creó la Dirección de Aprendizaje y Trabajo de Menores, con la finalidad de organizar el aprendizaje industrial y el trabajo de menores, dentro del ámbito de la Secretaría de Trabajo y Previsión. Dichas políticas se impulsaban en un marco de desarrollo industrial en el que las empresas se encontraban necesitadas de personal especializado (Ocampo, 2013).
En ese contexto, el/la aprendiz (adolescentes y jóvenes que por tener que trabajar no podían acceder al sistema educativo tradicional) era un sujeto clave al que se dirigían las políticas de FP, al igual que los sectores trabajadores entendidos no solo como mano de obra, sino como sujeto social y pedagógico más complejo (Pineau, 1993).
Posteriormente, en el año 1946, fue sancionada la Ley 12.921, la cual ratifica la creación de la CNAOP con carácter autárquico, cuya relación con el Poder Ejecutivo Nacional se establecía por intermedio de la Secretaría de Trabajo y Previsión. Dicha Ley dio origen a las escuelas fábrica y también establecía, entre sus puntos principales, “la vigilancia, contralor y dirección de trabajo y aprendizaje de los menores de 14 a 18 años de edad” (Ley 12.921). Esta regulaba los tipos de trabajo que estos menores podían realizar y hacía especial hincapié en su formación y aprendizaje en oficios. Al mismo tiempo, establecía un régimen de pagos y penalidades, a la vez que un “impuesto para el aprendizaje”.
Un año después de la Ley 12.291, se crearon en 1947, las Misiones Monotécnicas (bajo el decreto N.º 20.628) y, en 1948, las Misiones de Cultura Rural y Doméstica para mujeres. En ese mismo año, el Congreso Nacional sancionaba la Ley 13.229 que establecía normas para regir el funcionamiento de la Universidad Obrera Técnica (dependiente de la CNAOP), entendida como la Tercera Etapa de los Ciclos de Formación. De esa manera quedaban definidos tres ciclos de formación: a) el primer ciclo básico de aprendizaje y capacitación (regido por la Ley 12.921), b) un segundo ciclo o ciclo medio de aprendizaje llamado “de perfeccionamiento técnico”, y c) el tercer ciclo de formación en el ámbito de la Enseñanza Superior Técnica.