Veintinueve años después de haber formado parte de la Asamblea Nacional Constituyente Roberto Alejos, uno de los más jóvenes integrantes, cuenta su experiencia como participante en la elaboración de la Constitución Política de la República que abrió las puertas a la era democrática que vive actualmente
La elaboración de la Constitución Política de la República de Guatemala, surge por la necesidad de cambiar el común denominador de esa época, que eran los gobiernos militares, los golpes de Estado y las elecciones amañadas que se volvieron una costumbre en varios países del mundo. La democracia era la gran ausente en esa historia trágica del país. Desconocíamos como ciudadanos qué era la democracia y más aún, qué significa vivir en ella. Era el momento de construir democracia, una nueva historia y para ello había que iniciar restituyendo los derechos de los ciudadanos y el papel del Estado. Curiosamente en 1984, el presidente Oscar Humberto Mejía Víctores, quien había llegado al poder por medio de un golpe de Estado, fue quien convocó la integración de la Asamblea con la intención de sembrar nuevas bases para el desarrollo del país.
Fue la primera vez que en unas elecciones pudieron participar diferentes partidos políticos, 10 en total, de los cuales todos tuvieron representantes en la Asamblea. Nosotros como candidatos salimos a ofrecer únicamente el compromiso de elaborar el documento que daría mejores condiciones de vida a la población, que sería consensuado y un verdadero Pacto de Nación, como lo es ahora.
El Tribunal Supremo Electoral dió cuenta que el 85% de los ciudadanos aptos para votar acudieron a las urnas, aquel primero de julio de 1984. Así la población demostró el desgaste de vivir en una Guatemala violenta, sin respeto al ser humano, de confrontaciones ideológicas y de regímenes impositivos.
Los 88 constituyentes teníamos ideologías distintas, en esa época la defensa de esas ideologías era fuerte, los partidos de izquierda, derecha y centro, eran partidos de verdadera duración, de sólidos cimientos ideológicos. Pese a ello todos nos unimos con un mismo propósito y un mismo fin: devolver la democracia al país.
Acordamos crear la comisión de los 30, que tenía la tarea de elaborar aquel documento base, consensuado por los jefes de bloque y llevado al pleno para una discusión política ideológica, no como los debates que se hacen ahora que son puramente politiquería y discuciones de bajo nivel. El 31 de mayo de 1985 entregamos al pueblo de Guatemala el producto realizado por los 88 Constituyentes, una herramienta que sentó las bases de un Estado de Derecho, un Pacto de Nación que permitió el nacimiento a una democracia, para enaltecer la vida humana, para proclamar la igualdad, promover el desarrollo y la prosperidad.
Sin embargo esta Constitución no se cumple en su totalidad ya que, se ha presentado a los guatemaltecos propuestas no viables tales como aumentar dos años más al mandato presidencial. El tema ha sido mal entendido, y por otro lado, permanece el miedo de que esta clase politica sea la que acapare la integración de una nueva asamblea. La propuesta ha sido bien aprovechada por aquellos que en verdad buscan la reforma profunda y para mal por aquellos que buscan aprovecharse y reformar unicamente sus intereses personales o sectoriales.
Existe una inoperancia de toda la estructura estatal debido a la corrupción y la falta de certeza jurídica, que hace necesaria la convocatoria a una nueva Asamblea Nacional Constituyente para refundar el Estado y cambiar las condiciones en que vivimos los guatemaltecos.
Fotografía: Archivos de Presnsa Libre
La Carta Magna fue publicada 3 de junio de 1985 en el Diario de Centro América, en el tomo 226 página 897, y entró en vigencia el 14 de enero de 1986. En esta se establece la prevalencia de los derechos humanos, con la elección de un procurador de Derechos Humanos, la creación de la Corte de Constitucionalidad y la separación de la Procuraduría General de la Nación del Ministerio Público.
Hace 29 años la Asamblea Nacional Constituyente entregó las bases de un acuerdo de nación inspirado en anhelos muy nobles de paz, justicia y democracia. La constitución Política de la República de Guatemala establece la exaltación a la vida, los más caros valores humanos y de reconciliación de una sociedad confrotada, por ello estamos obligados a defenderla y respetarla.