La noche del búho en 40 días

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© AUTOR: Humberto Napoleón Varela Robalino (Ecuador) © ÑAÑERÍAS: concordancias y referencias poéticas con los textos de Nina Reis, Ma.Belén Muñoz y Roberto Bianchi, aparecen en algunas páginas sobre los títulos ©

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La portada fue elaborada por el maestro Ignacio Felipe Román Zuleta -Romanzú-C. Los gráficos interiores son del maestro Juan Acosta Valencia

ISBN: 978-9974-673-57-1

Impreso en Uruguay por ICONOPRINT Todos los derechos reservados.


HUMBERTO NAPOLEÓN VARELA ROBALINO

LA NOCHE DEL BÚHO EN 40 DIAS

COLECCIÓN

Montevideo, 2014


El búho no duerme

H

abría que recorrer bosques y selvas nocturnas para encontrar un búho dormido. Las noches tan extensas se llenan de sus ojos, que hábilmente mueven para averiguar su entorno. Son solitarios, aves nocturnas que pueden cazar en la oscuridad, toman sus presas sin el mínimo ruido. Pero el búho poético al que recibimos ahora, no se conforma con la noche y sus ritos sagrados, incluso de depredación. Se extiende inmenso en una vorágine que siempre continúa, Yo salgo emparentado con la tierra,/y mi lengua sabedora de todas las palabras;/llego a donde se inicia la montaña,/ donde hay que cavar el mar,/donde hay que clavar la mandíbula/y poner un sol a la semilla. Su magnitud poética es tan intensa que un lector desprevenido puede quedar mudo de asombros. De no haber recorrido paso a paso estos versos, insertándome simplemente en cualquiera, también hubiese creído que estaba en otro mundo. Pero uno, más experto tal vez, puede andar las doscientas cincuenta páginas de esta antología y encontrarse con enormes variantes de estilo y de materia, pues está trasladándose por cuarenta años de poesía. En esta obra todo comienza en la guerra de Vietnam, pero cuando acaba. Dice el poeta: te dejaron sólo niños, /niños, de tierra, pálidos y secos /hediendo a lágrimas. Por suerte, esos niños de cuarenta o cincuenta años hoy, salieron de las cenizas y crearon un pueblo fuerte. Pero eso no lo sabía entonces Varela quien aseguraba: es una paz de computadora/ sin minutos perdonables. El recorrido sigue con VOCES, donde desde el interior afirma: Hay un río corriendo, hasta el canto universal, que Humberto pretende y va logrando. Porque para el poeta la temática humana es la motivación rigurosa de su poesía. Lleva Humberto Napoleón Varela Robalino

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caminos consigo: Aquí mismo /donde me duelen los gallos, /el agua y la corbata /está mi puente /de búho /y de viajero. El riesgo de la palabra, esa que rompe violentamente con lo que pudiésemos esperar que siga en el texto, es un riesgo asumido en plenitud, como que jugase con el oído y los otros sentidos del lector, que recibe el impacto de su torrente lirico. Extensos poemas que se mantienen intactos de principio a fin, sin perder un ápice de su sentido ni su estructura. Una estructura irregular de versos cortados que empiezan en cualquier parte y no se detienen ante nada. El tiempo avanza en la poética antológica y nos arrastra en una segunda parte a la búsqueda de sus raíces. Pero es siempre la mujer, la compañera o la deseada, que parece brotar del fondo de la tierra: te amo gritándote, /viniéndome puntual a la vejez del vino… Te amo amor /por mi pueblo /y la canción voluntaria de su canto. Y le dice a esa mujer que no lo abandona: Ven conmigo, /tú serás la única boca/ por la que hablarán todos los hombres. La continuidad de esta inmensa obra se remite a la presencia. Los vaticinios poéticos surgen con una naturalidad que no se piensa, se siente en la sangre del poeta. Los orígenes, las funciones del hombre, la enumeración de los presentes. La patria y el silencio, como que fuesen uno, cómo ser solamente luz/ si el silencio es oscuro. Con la certeza de una confirmación de átomos y sueños dice: te existiré /y tú me vendrás /y húmedo otra vez mi barro /comenzará la vida. Los versos de 1984 se refieren a un mundo dividido, ya sabemos cómo, y por supuesto, él de este lado, porque en el otro lado que menciona en los poemas más explícitos y deja oculto en la mayoría, está todo aquello que nos acorrala y nos destruye. Fechas para recordar, la paz y la guerra como símbolos y realidades: Cómo /creer en la paz /si es simple pájaro, /si llega el cazador /y le pega en pleno vuelo. Los obreros y el continuo silencio. Hasta que llega la noche, un Humberto Napoleón Varela Robalino

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ángel azul pasa por el ojo de una aguja /y entra al reino de los hombres /sobre las sábanas de mi lecho /pétalos de amapola /pisadas de camellos milenarios… Y su poesía llega al siglo XXI, tan valiente como al principio, con su impresión de viajes y sucesos, ciudades y continentes. Ni su propio bigote se escapa de la enunciación: Bigote /como que chocaras con la resaca /te espumas /te ensalivas /y la sed sigue intacta… Una sed, que en poesía, es un salario para la creación permanente, sin guantes en 2010. La filosofía que enfrenta, equipara o ignora la creación, que pone a Dios como un objeto de consideración por el hombre enfrentando el génesis a su manera: Dios y el Hombre /se perdieron en la sombra /el Hombre entendió la soledad /subió a la montaña /prendió fuego /echó andar el mundo /Dios se reclinó bajo el árbol /se durmió para siempre en sus laureles. Quién puede negar tus piernas, agrega el poeta en la mayor de sus sublimes melodías, entre el erotismo y el reconocimiento que le debe a la mujer, la más deliciosa de las criaturas o desarrollos naturales que pueden haberse cruzado en su camino. Dice: Por las calles /como en manifestación popular tus piernas. Entonces es fiesta, diálogo, Freud y un gato, inclusive. Hasta que vuelve a Dios y nos dice: Cuando hacemos el amor /amor/ lo hacemos en silencio /para no despertar a Dios /para no herir su orgullo. Y ese amor que es envidia del supremo, que resalta en la mirada que el poeta pasa por esa infinidad de caminos, puentes, ciudades, hábitos, delitos, dolores. Ese amor que no nos abandona y que si nos abandonara dejaríamos de ser, culmina en la ternura de un baile. Baila amor /gira/ encapúllate /toma la posición inicial de la vida. Roberto Bianchi, Montevideo, julio de 2014

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PAZ EN VIETNAM

CIRCUNSTANCIA GRIS (1973)

París, Enero 27 (00:00 G.M.T.) Urgente.Firmose acuerdo y cesó el fuego. Paz en Vietnam.

Ese ojo elemental, vacío, suelto en rojo que ha conspirado tres veces cuatro la gestación de la vida, perdió el fondo de su última substancia y se arrinconó en su retirada a medir los gritos con el sistema decimal de los muertos ensartados por el sexo. Te han dado paz Vietnam para que en el hongo calvo que aún lames reconstruyas la cáscara enroscada de tu grito y el censo de los días menos tristes. Patria de allá te ganaste un acuerdo de paz, o no les quedaba más –pensarono transportarte en la Apolo XIX Humberto Napoleón Varela Robalino

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como la cincuenta y un ava estrella de su bandera planetaria. No te fue fácil esperar con el vientre arrodillado en tus montañas de orígenes y azúcar, meterte en la línea horizontal del mar que abrió un pez en tu sonrisa acribillada. Cómo subiste dentro de tantos huecos obesos, de esos niños con barbas largas de miedo, con esos arroces atrofiados sin semen, sin ovarios. Cómo es que firmaste doscientas veces tu apellido, si tus manos sólo saben enterrar muertos y se han dedicado a la industria de las cruces. Qué bien lo hiciste al no haber sacado tu vida por las orejas, hasta no sentir la presencia de una herida que señale, hoy, el tráfico por las arterias laterales de tus escombros semihundidos. Es una paz de computadora sin minutos perdonables; Humberto Napoleón Varela Robalino

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la paz es un laberinto - R. B

su símbolo, águila real picando reses. Te cercenaron la vida por donde nos parecemos muertos, ventajosamente te dejaron sólo niños, niños, de tierra, pálidos y secos hediendo a lágrimas, jugando a la batalla y haciendo las trincheras en su boca abierta hasta mañana. Es la paz de un mundo civilizado porque resististe las balas a la medida de tu muerte y ahora si, la paz. Arde París, ¡repón la Patria Vietnamita!

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UNA JOVEN LLAMADA AMÉRICA Venida con pies de balsas desaparecidas, te veo recorrer el mundo, caminar vistiendo un grito, hacerte un horno en medio de las piernas. Aquí, delante del sol montando vientos de patas grandes, colgando mares con abecedarios de peces rotas las narices, empapelando sangre con la tierra y espantando sal, estás América, vientre afuera subiéndose a las uñas de los árboles. Eres América, tosca y bella, gruesa sin derrames mordiendo orejas metidas a cada rato en las lagunas. Estás recostada a lo largo de mi cama que es desnuda y de mi sangre pateada. Yo te amo tanto, pero no tengo ni un río melenudo Humberto Napoleón Varela Robalino

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los americanos del sur están poblando el mundo - R. B

para enroscar los límites de tu médula que sostiene a tu «Juan Pueblo» ajusticiado. Una cabeza a medias, un micrófono lleno de pendejadas, la injusticia de cuerpo entero, el camino cobrando peaje, una mina y un pozo intervenidos; cavan huecos hasta llenarte toda. En tu misma boca se sientan a hacer cuentas con posaderas y todo los vende patrias, esos que juraron ante tus testimonios primarios; tu útero lo tienen ocupado, han izado las poleas para beberte el líquido vital por barriladas. Joven llamada América calzada de latas de conservas nadie te ha preñado, sal al camino real a gotear tus dedos rojos. Dondequiera que tengas el pulmón, Humberto Napoleón Varela Robalino

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los círculos de fuego y las calabazas de tierra, que te miren todos, que se regresen en sus caballos hechos reses, sus jeringas, sus gringos colorados. Están saqueando el colmillo de tu tierra, han matado al yumbo que salió de cacería; ahora tienes cara de puma herido. Desnuda en la piedra moliendo ripio con las manos, crujiendo un pan entre las tripas, ahora tienes cara de puma herido. América, llénate de balas y dispara por los senos.

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MUNICH Munich, ciudad ajena, quise comprarme un viaje para vivir en ti la Babel de los caminos y echar a volar las cinco mil palomas mensajeras que bautizaron tus cabezas de concreto. Ciudad querida con mitades de silencio, por dónde se llega a ti, sino por las calzadas usadas de los mares y por los graderíos peligrosos de los cielos. Te dejó el Rin tan cerca de las manos, que rompió el grito para abrirte una ventana más cerca de los hombres. Israel te está gritando desde tu moderna anatomía, se ha quedado en ti compitiendo sola, dilatando la boca para besar el mundo y peleando un sol para su septiembre negro. Huyen de ti con amor despavorido los que trajeron la lentitud de los colores y te quedas sola, relativamente sola, a querer comprender a los ausentes. Te sobra un vacío generoso, similar al grito vulgar de los planetas donde se confinan los días restando a la vida.

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Volvió Mirón de entre los siglos viejos y lloró golpeándose a su Discóbolo sin fuerzas, midió la luz, y pidió la voz a los viajeros que volvieron buscando la esperanza. Oh, Munich!, ciudad perdida entre mil banderas descoloridamente nuevas, entre mil lenguas que quisieron saborear la tierra y entre mil manos sueltas que quisieron repartirse el sol que no es de nadie.

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Huimos en procesión hacia otros mundos-M.B.M

ABDICANDO EN CERO Hoy día, voy a abdicar mi fe. Quiero asistir a los funerales de mi nostalgia errante y que mi voz se convierta en parodia y estribillo de huérfanos y delincuentes, que mis manos se arruguen con el hambre que se seca al sol y mi risa le saque la última costilla a los perros flacos que están lamiendo el quimo. Hoy, quise que fuera un día especial libre de toda rutina para aumentar al calendario y lo he cifrado día cero sin santoral y sin diarios noticiosos: porque hoy la paz pierde su salario y la miseria venda pastorales. Es un día caluroso sorteado entre el viento y la garúa, no estuvo calculado en el presupuesto de las armas. Humberto Napoleón Varela Robalino

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La Casa Blanca tendrá su presidente negro. El suburbio inaugurará la letrina común que necesita. El Vaticano suspenderá su tour al cielo mientras le llora a su Piedad asfaltada por un exhibicionista. Los judíos, polacos e indochinos confinarán las cenizas de su carne en las siglas de la ONU. El indio masticará la coca de su huasipungo incierto. Hoy día fecha cero, no hay tráfico ni comercio ni trincheras ni juventudes delirantes que golpean con su muerte las distancias. Hoy la esperanza hará sus escrutinios y he quedado guardando en la antesala con la realidad desnuda, con el amor vencido y con la misma desesperación que discurre en los retazos de las calles.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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INTERIOR

VOCES (1976)

Hay un río corriéndonos, llegándonos, paralelo a nuestra sed de abuelos, agua pletórica, labio y río abuelos: la montaña carne insepulta resucitándonos, el cristal y el pico grande que nos lleva las piedras, y el árbol de ropas etéreas, escoltando los signos visibles y el sol acorralando el fruto con su colmillo adentro. Agua bebedora de hielos, brazo y líquido, hueso inmenso, edad. Hay un río agua nuestra, de nuestra sed de abuelos, que nos revienta manos sumergidas, orejas demoledoras de silencios, Humberto Napoleón Varela Robalino

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y que libera el ave. Hay un río corriéndonos, llegándonos, paralelo a nuestra sed de abuelos.

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poema mío que te encuentro en la lágrima - R. B.

CANTO UNIVERSAL

Mi canto no es extranjero, yo no soy extranjero; en mi río agua de fuego yo llegué acostumbrado al lugar inmenso donde el mercurio antiguo halló voz. Yo salgo emparentado con la tierra, y mi lengua sabedora de todas las palabras, llego a donde se inicia la montaña, donde hay que cavar el mar, donde hay que clavar la mandíbula y poner un sol a la semilla. Mi paso de estancia verde y menos extranjero, Atahualpa Yupanqui y su potro payador son mis hermanos se me treparon a los hombros. Llego hablando de mi como si hablara de alguien en el color, en tu propia lluvia, en tus manos abonando y en tu ojo roto.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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Soy hebreo no tengo antojo de ningún dios, soy inca, soy mestizo, tengo los ojos azules y la cabellera de oro estuve en el sol primero, sé del hara-kiri, tengo pómulos de Nueva Guinea y tengo un sombrero vietnamita. Yo no soy extranjero, sigo por llegar, hoy tengo sed, aquí y allá es lo mismo y tampoco es sed extranjera. Sé de este camino hecho a propósito encima de la hierba, sé de cuanto quema el frío y de cuanto es capaz el fuego. Sigo por llegar, por la tierra de nadie, donde el alma no existe y solamente la esperanza ocupa sitio. Yo no soy extranjero, sigo por llegar, Humberto Napoleón Varela Robalino

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por la tierra de todos, donde la sonrisa abandon贸 los dientes y posey贸 un colmillo m谩s para los gritos. Yo te hallo puntual en todas partes, cuando viajo con valija y la presencia de las aves, cuando viajo escapado con bigote y esta enorme longitud de brazos.

Humberto Napole贸n Varela Robalino

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EXISTENCIA Existo en la mitad de la roca, en el lugar más propicio de la llama. No hay sitio abandonado en el que no me encuentre, al que no vaya y donde no me quede. Existo en la miel que se hizo niño, allá en el vertebrado volador y en los tallos proliferantes comunicadores del tiempo, en la distancia equinoccial de una botella de ron y una calavera, en desnudeces rescatando el cuerpo, en la sociedad protectora de animales, y en la hermandad de la caridad, existo, y en la propiedad generalizada de la nada, existo. Soy un llegador a la casa al aire libre, en la vena diminuta, existo, y en la agilidad del saltamontes. Me hallo en el dolor, en todo el dolor, es el color subido Humberto Napoleón Varela Robalino

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de la rosa y existo en la cera del niño que me sigue, en la alucinación de un caballo con alas. Me llevo para estar metido en un grano de trigo, en toda la forma del vegetal, existo. Yo bajo los graderíos, subo la escalinata donde están las líneas una a una, donde el símbolo es repartido equitativamente, en el ruido que nos trae, en la mezcla total de la sangre, ahí mismo con el encantador de víboras, en el minero atrapado, en el telar que aún persiste, en el tú y en el nosotros insurgentes. También existo en todas las puertas transbordadoras de perpetuidades. En la misma muerte, en toda la vida, en la forma general de estar matando, en la forma común de procrear, existo.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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EL YO CULPABLE Y aún así entre tanta complicidad, entre tanto allanamiento al dolor…, aún así cerca de toda impotencia de matar el renegamiento con las manos… Siento mancharme de culpa por haber cerrado los ojos, por haber sellado mis oídos con orejas de miedo. Siento participarme de tanta culpa por haber cedido mi lengua al mutilamiento. Yo te llamé reo, hijo infiel de la naturaleza!..., y me vestí de luto para justificar mi ausencia. Yo también te llamé niño, vida, hombre y existencia y cuantas veces te exterminé –yo el ángel exterminadorHumberto Napoleón Varela Robalino

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si nunca hice el poema definitivo a la esperanza. Yo también le puse color a mi bandera, atrapé el mar en busca del pez, me tape con el sol, con la lluvia, con el humus mismo y me quede en mi arcilla atrapado entre memorias de cancerosos y de alcohólicos anónimos, entre el bets-seller de un fugitivo. Aún así, yo no niego gritar mis manos, la ausencia incestuosa de mi ausencia y el árbol de los ahorcados.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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Bajo tierra el amor ha tocado las raíces. N.R.

ORIGEN La tierra fue menos dura cuando el río era navegante y la lluvia homogénea fue poseída por la masculinidad del cerro. El ablandamiento húmedo curvó el hueso y llegaron las manos que alzaron los cálices. El silencio con todas sus aristas prepotentes, el color intransferible, el éter constante y el ave al fin poseída abrió la semilla y echó a andar el hombre.

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si el mar no es como el aire desespera - R.B.

ESE MAR 27 de Junio de 1973 –Pruebas francesas en el Pacífico- Atolón de Mururoa.

Hoy el mar, descoloridamente el mar, hoy la tierra a punto de estar sin mar, sin ese mar fogoso pareciéndose a una concha. Un día de estos amanecerá el mar varado en plena playa, como escualo con la boca abierta mostrando el espinazo. Ese mar, esa sal aún conservan nuestros orígenes atrofiados y la misma redondez del mundo. Donde habrá un hueso sin polígono para salvar el mar. Del Atolón de Mururoa se está arponeando el mar: dónde navegará mi voz Humberto Napoleón Varela Robalino

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si amanecerá varado en plena playa, quién nos rescatará si estará con la boca abierta mostrando el espinazo. Me da sed de mar, extraño el mar, necesito mar, siquiera la última escama para mis manos. Mururoa, risco enfermo, naturaleza muerta qué estás haciendo del pez de patria única y de los pájaros blancos que se mudan en la playa. Banco de corales, pie de hongo resucitado, detonador mayor de la muerte: el olor ausente, pesa el aire en los pulmones. Solamente grises escafandras moviéndose lentamente como signos oirán la Marsellesa y el Sena con su máscara de hierro será habitante voluntario en la Bastilla. Humberto Napoleón Varela Robalino

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Nos despedimos,/Aunque somos piel, de un mismo tacto-M.B.M.

TEMA INTERIOR A tu ombligo he subido un millón de veces, llena la roca, disciplinado el río y el ave y el pico desde adentro. Como árbol sabedor de hojas, de raíces y frutos bajé a recogerte el color de ti misma, bajé por tus muslos de leche al mar de tu isla, a tu gran insecto. Sé de ti, de ti misma, del momento de tu lluvia y de la hora de tu sol. Mis piernas tu apéndice, yo mismo tu adherencia, mi caballo trotándote, mi agua corriéndote y mi voz indivisible. Bajé y subí por tus piedras y hallé tu oreja para mi ruido: ruido en todas las bocas. Humberto Napoleón Varela Robalino

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AMO LA TIERRA Amo la tierra y su gusano, y su manzana, y su exactitud de vientre. Como tú, como vosotros que os sentáis sobre ella a quemar sol. A botar el barco, a cogerle el cuello a la perdiz y al grano, así también amo la tierra. Amo la roca, y el ojo de la cara, el suelo y sus caballos, el río y sus encías, la mano sucia y liberada cogiéndonos los hijos. Amo el mundo adentro tragándose los ejes, caído el buey pleno de su fuerza y los arados.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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EL HOMBRE DE LA ESTRELLA SOLITARIA Palacio de la Moneda - Santiago de Chile

Al vuelo sideral después de haber mojado las salitreras, con los pájaros pudiendo, con los hombres sonando adentro, coloreados únicos de cobres proletarios. A la quinta dimensión inalienable después de haber detectado los alcatraces limpios, con la tierra pudiendo, con la estrella solitaria sonando, y el viejo himno llenándose de patria, está lleno. Nido rojo, de rojopueblo pueblorojo como cien américas grandotas, como cien vietnams grandotes, como cien áfricas grandotas, vieja geografía de hielos acaecidos, fémur nómada, poblándose, también llegándote las manos ajenas y extranjeras y potros y níxones con cabezas de canes perforando. Humberto Napoleón Varela Robalino

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Más allá del solar probable, del vino suficiente con un solo mar en una sola oreja, más allá de la sangre sale gritando gritos improrrogables, más allá de Santiago en llamas, de Valparaíso y Viña del Mar también quemándose: con una boca intacta y ojos fieles, el hombre afuera sin dedos separados y con los «cuchillos verdes» de Neruda, más allá donde llegan los pájaros hay sol inextinguible con párpados hinchados de pueblos y el Gran Líder comunicándonos la tierra.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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SANCIÓN EQUINOCCIAL Palacio Legislativo – Quito

Hombre de todas partes que estáis aquí en la tierra y en los cielos, ¡hablad! que vuestro silencio inquieta. Pero hay silencios… y hay hombres… Enumerarse los cadáveres que propician la muerte: en contra, en contra. El hombre tiene nuevos ídolos: el miedo y su lacra sus nuevos ídolos. Enumerarse montoneros que acostumbráis hacer del miedo y de cada festinamiento vuestra retirada: abstención, abstención. Degolleros de dietas, ronderos de «La Casa Blanca», salid a caminar con vosotros, aquí el ojo y el oído, aquí habían… Humberto Napoleón Varela Robalino

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no importa dejarnos con un grifo en la nuca, con una soga encima de la boca. ¡Pregoneros de la paz!, hay un mar en la entrada del océano, hay azúcar, hay la huerta del sol propio y nuestro sol es inconexo. Exacta es la muerte, la ausencia es exacta, exacta la hora, la paz es inexacta. ¡Ahora decidid!, en vuestra voz por las buenas el verbo será júbilo, por las malas hay el pez, el árbol será menos árbol. Un coctail lo ha decidido todo en medio de un paso a desnivel, tensas las estatuas petrificantes rocas de dioses desiguales. Un bufet, para devorar a tu hermano, tú y los simios, tanta fauna y el idioma extranjero Humberto Napoleón Varela Robalino

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dirimente de la innumerable especie, hacerle suya la soledad de estar con todos, quitarle el caracol. En contra, en contra, abstención, abstención. Tú y tu cuerno… el libre, el mar solitario, esta sala quedará solitaria, tu regreso es solitario, la geografía ha sido solitaria dimensión de espaldas anchas para soportarlo todo, boca ancha para guardar más silencio. Tú y tu cuerno… él libre, boca de río llevando voz a los vocablos, hombre de barba sin talonarios. Todo está consumado para vosotros, pisad la tierra al fin, ella es libre sus huecos lo revelan. Yo también me enumero: ¡levanto las sanciones!

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un hilo pesa más que las semillas sobre el lomo de las trepadoras-M. B. M.

CANCIÓN EXISTIDA Este canto, esta ausencia ilimitada y este hoy comenzaron hace tiempos similares entre lagartos y esteros, en la pluma primeriza del ave terrena, y en el árbol y la ballena creciendo de sal. Mi crustáceo blanco abrió sus fauces en ademán de canto y cantó un sol, y se mojaron las aguas de harina diminuta, y el ojo de niño se hizo ojo, y las orejas ruido, y la montaña hombre.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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ARDE CIUDAD, ARDE Es la hora exacta, la ciudad en ascuas, arde de nuevo, tanto gas de neón y cristales polarizados: el gran Nerón –nuestro ojogritando, delirante, sumergido en una máquina tragamonedas, en una taza de té, en un cigarrillo extranjero. La gente achicharrándose, el diario de la tarde su grito de agonía especulante. Los buses repletos, corren, tumban fugitivos permanentes, es fiebre, ambulancias y patrullas de rescate, los cines repletos. No hay lugar, el ruido, el trajín, la última carrada, y un gran silencio adueñándose y una gran llama quemando, sólo yo deambulo, me resta vida, y la ciudad arde, mañana arderá de nuevo. Humberto Napoleón Varela Robalino

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TRÁNSITO Llevo caminos en mis brazos, en mis venas y donde puedo también llevo caminos, y me caigo en el cardinal de mis zapatos: y hay llegadas en cada una de mis uñas, y existe un millón de hombres persiguiéndome, y persigo simplemente perseguidos. Aquí mismo donde me duelen los gallos, el agua y la corbata está mi puente de búho y de viajero, aquí donde se paró mi saltamontes está el metal devorando el pez, el ojo y su retina, el camino afuera y las edades.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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El hombre sujetó la llave - N.R.

LA BUSCA

Quiero ser voz, corteza, lágrima, longitud de espiga haciendo granos, quiero llegar a cogerme de los ríos, dialogar con el caballo y los potreros, abandonarme de esta multitud de cronómetros, desodorantes y etiquetas en los cuellos… hallarme enajenado sin locura y manicomio, cogedor de tallos, de voz en voz el color y mi estructura.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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EVIDENCIA LLAMADA NEGRO Yo te he visto desde siempre subir más allá de la sed, atragantarte de perros hondos. Detrás de ti hay tanta sangre virgen y tanto sol en el suelo. Yo también sé hacer el amor como tú, con ansias de que no termine, como saliéndome de la muerte, sé las mismas formas de retornar todos los días y de botar los excrementos. Sé que naciste donde más queman las arterias, donde la sangre se hace azúcar, sé que naciste amontonado de metales sin sures y sin nortes.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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Ya no quieres salir de la tierra de tus uñas, tu piel ha quedado abierta con un susto de tristeza. Nuestras huellas digitales quedaron sobre los árboles, y tantas color de huesos pelados para estar matando a diario las raíces; tú, la tierra, tú color de tierra, ella existiéndote, la tierra semejante, ¡tú el único habitante!, único hijo, trinidad impotente, trina fuerza de voz, agua y ser antiguo.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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No hay improviso/en las orillas del cielo/sólo Dios/sordo por las bombas-N.R.

INSTANTES I Dios se bebió el mar junto con ellos, metió la mano sacó el último pez y lo puso en subasta el Jueves Santo. Han caído los vestidos y Dios y ustedes se llevaron el sol y el fruto prematuro mientras las tripas hacen ruido. La selva, la tierra se están pudriendo por dentro porque Dios y ustedes, nuevamente, le están rompiendo anos para sacarle derivados. Ya no queda donde estirar las piernas, ni de pie hay sitio y en el hospital con un frasco de suero se entretiene la asfixia mientras muere el hombre. Humberto Napoleón Varela Robalino

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II Dios dadme el fusil que necesito para matar esta hambre que se está pudriendo en la raya de mi lengua. Sal a pelearte conmigo el sol, sal a vociferar, a lanzar piedras y botellas encendidas. Has estado tanto tiempo de badajo en las campanas por qué no puedes ahora matar el buey de tu pesebre y abotonar el hambre. Dios me aburre tu silencio, me han dicho que eres atleta, que te gusta andar desnudo, para mí eres un muerto de hambre, no hay ley ni en tu propia casa.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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MOTIVACIÓN Me han quemado los días con frutas desiertas y más soles, me han dejado una y otra vez afuera con la soga al cuello arrimado al pilón vacío, me alzaron un puente y me levantaron las uñas y me llenaron de sales. Ellos de espaldas, yo quemándome la cara, soasándome los ojos como Harlem metido por dedo un rascacielo. Me acusan, me obligan a culparme de tanto dolerme, de tanto renegarme, de tanta injusticia. Cómo no rabiar si nos han encarcelado y en un banquete de homosexuales la paz se la ferea en un dólar; cómo no rabiar si las glándulas mamarias están áridas y en los gritos y a pretexto de las patrias existe el soldado desconocido. Humberto Napoleón Varela Robalino

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Me han dado de beber en un cr谩neo desocupado una raci贸n de orinas, y ahora exigen que cante a las patrias, a la paz y al mundo.

Humberto Napole贸n Varela Robalino

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perdurar también en quien nos lleve como semilla- R.B.

EL VOCABLO DE TODOS Viajo contigo por tu vientre, por tus pies, en tu boca. Estoy en la duplicada piedra, en la duplicada porosidad de la piedra, ¡en la montaña de tu sangre estoy!, en toda tu rosa, ¡en la infinidad exclusiva de tu corteza estoy! Siento viajarme por la rotura de la tierra, por la rotura del mar, por la rotura del aire; siento viajarme por todas las patrias en tus manos, por todos los hombres que están peleando el agua de su río, por las luchas proletarias, y las voces restituidoras y los cantos. Viajo en tí sobre tu llanura, cien potros llevándome por tu vientre, Humberto Napoleón Varela Robalino

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por tu nieve, por tu cauce, por tus pies, por tu fuego. En tí a todos los seres, a toda la vida, en tí misma, en la infinidad exclusiva de tu corteza; voy en tí a todas las patrias diminutas: y tanta sangre; a todas las banderas blancas: y tanta sangre. Viajo contigo a través de un canto muchedumbre –solidario-, de una bandera roja desplegada –única-; viajo contigo a través de una patria desplegada –nuestra-, de un hombre muchedumbre –realizadoSiento viajarme en todo tu labio, hasta los gritos, hasta el vocablo de todos.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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INTROSPECCIÓN

Tú montón de hierro dulce, dúctil como cada una de mis arterias en la ira; tus brazos transitorios le están echando raíces a mis aves circunspectas. Déjame en tu horizonte de alambradas o en la tregua universal que pide la miseria, que quiero mojar con mis manos de rojo las paredes y dejar un diente encima del sol que no encuentra tiempo para regalarme una alborada.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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cuando salgo a gritos/a derribar el mundo/que me deshabita R.B.

EL HOMBRE HABITADO

Yo y mi roca en pleno mar, a costa de ser ruido, a costa de estar muriendo en toda playa, de ser pico de pájaro, boca de pez, profundidad de árbol. Yo y la «dura» habitado de hombres, de trigos, pencos y caballos, de lunas, insectos y ríos. Todo cabiéndome, habitándome, en todos los chorros –húmedo-, en el color exagerado de las banderas, los arcos de los puentes, los pueblos despertando, los panes amasados.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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Sigo habitándome yo y mi roca, 365 golpes exactos en los cráneos y sigo poblándome de lluvia, de caras nuevas, de todos los pies existidos y todas las veces que caminan, de todas las uvas que exprimen las manos, de tu sol también duro, de tu muchedumbre agua.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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TIERRA DE PANAMÁ

Me voy a ti tierra angosta, tierra pertenecida, rota a propósito para vaciar el mar, longitud de pan, de viaje, longitud de bandera. Tierra de Panamá: tierra para los panameños, cuanta parte tuya existiéndonos, después de tu ruptura no será una estrella más en la bandera de los yanquis. Ah, tu sal rocas mayores del mar y están intervenidas, ah, tu palmera intervenida. El mar sonándote las orejas, llenándote, haciéndose tu voz, golpeando con tus montañas las exclusas, ¡que suenen las exclusas!, que sean tambores antiguos para tu batalla reciente.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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Me voy a ti, a mojarme el mar, a beber contigo los vinos de Chile, a sonar contigo las minas de Bolivia, a cantar contigo la canción de todos. Hay tanto mar en tu canal, en tu propio mar tanto mar, toda tu longitud de pez, de pan, de líquido vital chorreante y tu mar amanecido. Tierra de Panamá después de tu ruptura no será una estrella más en la bandera de los yanquis.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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las conciencias entierran cadáveres de aves mensajeras-M.B.M.

AQUÍ Me quedo aquí contigo, tierra y hombre, propio de tu ira, líquido, con todo este interior fosfatado, con alguna huella vegetal, hasta la ruptura del barro, del átomo, hasta la precipitación del agua, hasta romper el ídolo equitativo. Aquí donde el simio es un cangrejo gigante con estrellas, aquí donde parecemos indocumentados, donde nos hacen saltar las uñas como sesos de reses para hallarnos la voz, la edad, para saber de dónde regresa el hombre, para saber de las manos irrenunciables; aquí donde nos han sustituido con silencios yo me quedaré río, árbol… propio de tu ira, lleno de todo lo rojo, con la voz habladora de trigos, con el pie de la montaña. Yo me quedare norte, sur, brazos abiertos, boca y ojos exactos, propio de tu ira, lleno, constante de todo lo rojo. Humberto Napoleón Varela Robalino

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desde qué dirección me piensas... -M.B.M.

REVELACIÓN Tengo en las manos un silencio escapándose, un río enorme rompiendo diques, un hombre diminuto caminando, una montaña decreciendo. En estas manos todos los brazos, cabezas y pies sobrándole a la vida y con estas mismas manos que estuvieron en los ríos tocándolos. En estas manos con tantos dedos sin que nadie haya tratado de podarlos estándome un seno y un mar atravesados. De estas manos articulación adentro, mandíbulas flotantes doliéndoles el canto, Humberto Napoleón Varela Robalino

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la tierra, el fruto, la lluvia, el viento, el mineral de los colmillos. En estas manos repartidoras de cuchillos estándome un ave degollada, un pan insignificante, un árbol, un sol, y un caracol y una cara también insignificante. En estas manos existiéndome la vida hasta los ojos, estándome la muerte hasta las uñas. Yo y mis manos dos veces tus manos, todas las veces nuestras manos y el mismo silencio escapándose.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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AMANECER Hoy amaneció la tierra con toda su hembra amándonos, pidiéndonos, mojándonos con la desesperación de su río. Hoy amaneció la tierra con sus brazos de sal clavándose los ojos y su enorme curva llena de todos los vinos. Abramos nuestras manos recibidoras, sonemos nuestras bocas y las voces aduladoras, cedamos nuestras espaldas vencidas y que salga el hombre que nos pisa los talones a recibir la tierra y nos arderá un sol, y nos habrá un coito de trigales. En su plenitud la tierra y en su plenitud el hombre, realizados, habrán montaña y río, habrán banderas y voces y se multiplicarán los hombres, y se multiplicará la tierra.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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luna de agua llena/entre todas las mujeres, ¡Ave!-N. R.

VOCES PARA EL VOCERÍO Otra vez solos el Guadalquivir, el Ebro, el Tajo y todos los ríos de España solos, solos con las gitanerías de luto, los vinos enviudados, la miel inadvertida y los cuartos de menguante malagüeros; otra vez les están sonando la gendarmería, otra vez la fusilería. Quién tomará el agua del río si la garganta es la empuñadura de la muerte. Dónde el átomo ardiendo, el lavadero del río, si las manos están llenas de círculos de hierro, de tuercas sonadoras como dientes tragándose los círculos. Vénganos las aguas de los ríos de España y mojémonos universales. Vénganos los cuellos vascos crujiendo y cantemos universales. Humberto Napoleón Varela Robalino

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Vénganos la patria vasca y marchemos universales. De toda la sangre vasca una bandera roja para todos, de todos los huecos del vocerío un canto generalizado. Oh Guadalquivir, oh ríos de España, llevad los cinco viñedos –de nuevoa la patria armada, y en todos los galopares cinco guerrilleros vascos, y en todas la gitanerías cinco hilos de sangre, cinco cuchillos sonando en todos los voceríos. Oh ríos de España, cinco voces para el vocerío, cinco banderas rojas para el embanderamiento del pueblo

Humberto Napoleón Varela Robalino

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ARQUITECTURA Esta enorme catedral de sal circundándonos, habitáculo de ángeles decapitados agrupándonos. Avenida desarborizada correteada de células rencorosas, de voces posesas, de trenes subterráneos y subterráneos soles, de ojos y elefantes blancos sobornables. El río pretérito y el ave pretérita. Cuándo decreciendo la luz impenetra, y la gran arquitectura sólida, sórdida… inmensamente sólida y sórdida… puertas para adentro, hombre y puertas para adentro… y la mano y la gran fauce ejecutando. Esta enorme catedral de sal, alcaloide antiaire, antitierra, antimar, reductible, Humberto Napoleón Varela Robalino

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y los fusiles concupiscentes y los slogans mimetizantes. Diminutos, aglomerados, partes de ĂĄtomo, de canto, de silencio, de humus. Esta enorme catedral de sal, arquitectura piedra, arquitectura lĂ­quido, arquitectura hombre.

Humberto NapoleĂłn Varela Robalino

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LA MUERTE DEL CAPITÁN Y el viejo capitán moría queriendo llevarse el sol a su cabaña comandando el último batallón de sus silencios y el agua se llevó al fondo su infinito. El viejo capitán moría, y el viejo fusil colgaba una penumbra en el viejo bodegón de los metales. Ahí está como queriendo estarse, colgado amapolas siempre amapolas rojas como una herida que abrieron hace tiempos. Es la hora del relámpago, las manos más pronto que la espiga se levantan, retornan, y alzan los cuerpos caminantes y la tierra pareciéndose irse. ¡Ha muerto el capitán!, ¡cayó el vino!, otra vez la amapola sigue herida y el viejo capitán que ahora es niño muerde el fruto y grita al hombre «levántate y anda». Humberto Napoleón Varela Robalino

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RETORNO Vengo del mar sedienta forma, pescado viajero, íntima ola, garganta abierta llena de peces y arena oscura. Vengo del mar oscura sombra, ruido saliente de caracoles, diente riendo, barbas y vientos y alcatraces rotos. Vengo del mar flotando el aire, tragando soles, puliendo rocas, ahuyentando lunas, vengo del «Libro de los Designios», de submarinos mares, de voladoras aves. Hoy vengo del mar molusco eterno, abiertos brazos para una misma playa, silenciados labios, voz fluida de diluidos hombres.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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quiere arrojarse a un cielo estrellado/darle luz a la boca . RB

CANTOR Yo soy tu cantor pueblo mío, de tu lágrima lacustre, de tu batallón de soles y de tu manada de lobos. Siento caminarnos un niño intacto en nuestras longitudes de tiempos, y un ángel exterminador vestir las sotanas de diezmos y primicias. Yo soy tu cantor pueblo mío semilla y todo, amor pequeñito en toda tu mariposa inmensa, canción de mísero mestizo, indio que tiene tanta amistad con el pueblo. Yo en ti galopador de tu viento, bebedor de tu agua, cristal y vapor en tus raíces, montaña permitida. Ambos pertenecidos dueños de los sonidos y las palabras, y los claveles rojos y las estrellas solitarias; pueblo mío yo y tú los mismos seres, dueños de los cantos residentes.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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Canto pueblo tus manos hacedoras de trigos y de vinos nuevos, tu soledad que regresó del frío, y tu maíz abuelo, y tus olas vacías, y tus minas vacías y tu vientre vacío. Yo soy tu cantor: ángel y satán, todo tu desdoblamiento, vida y muerte, existo, estamos, niño y hombre al fin, sonido de los que siguen galopando.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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GÉNESIS De tu ser la vida, beso ramificado para tocar el mundo y las espaciosas manos que se mojarán de vinos. Desde la profundidad del universo oscuro, desde la dureza de la lágrima torpe, ser prolongación de la vida, de la misma muerte eterna, de la misma eterna vida. Desde tu voz la boca minúsculo mar, velero grande, ave imperceptible, nidal inmenso. Desde tu calor la vida fruto final que llenará los tallos, metal oscuro sin silencio, agua cristalina sin lluvia. Desde allá de tu posición de atleta para saltar al mundo, desde el comienzo del latido y el choque irascible del oscuro sol y el oscuro viento. Humberto Napoleón Varela Robalino

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En cada lugar, en el vínculo centrífugo del fuego, desde el hielo común con rostros retornados, desde la roca impura, desde la nítida flor y el universo oscuro: hacia la luz primigenia, hacia la tierra, a su objeto mágico, a su secreto invulnerable, al eterno llanto.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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sólo el silencio late R.B.

SILENCIO Antes de mi tanto silencio, ahora y siempre tanto silencio, un tiburón de sal en cada río: cuándo florecerán los girasoles, cuándo cruzar el puente que hizo caminar el río. Yo silencio, oyendo silencios, cuándo hallarán las viejas cuevas mis fantasmas, cuándo la risa imperceptible dejará de retomarnos. Mo oigo para adentro como los árboles propensos y la misma tierra con su edad de entonces. Me siento silencio, mágico, telúrico, extraño, sin fin y otra vez silencio: insoportable, asfixiante, cuándo la fuerza madurante, el ave arborizada, las piedras otra vez idénticas, Humberto Napoleón Varela Robalino

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y los pu単os de semillas, y los pu単os de tierra, y los pu単os de hombres y al fin las voces.

Humberto Napole坦n Varela Robalino

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POR MI PUEBLO EN POS DE TUS RAÍCES

Te amo amor por mi pueblo que se acostumbró a vivir a lo lejos y por la sal escasamente sonreída que se arrugó en la tierra. ¡Oh amor! Te amo en la flor decapitada de mi pueblo, en la miel que se pegó a los ojos y en la sed de las aguas. Te amo amor por él, por mi pueblo que no supo que tenía mares y se le arrinconó un caracol en sus orejas; te amo por el habitante voluntario y porque hay tanto de ti y un río de brazos tus labios y una siembra total cada uno de tus senos. Oh amor, así habitante y todo, lluvia de pueblo, árbol, sol Humberto Napoleón Varela Robalino

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y roca de pueblo te amo gritándote, viniéndome puntual a la vejez del vino, a recoger el principio de tu esfera exacta, irnos detrás de todos, vocablo y todo torrente adentro, canto de haber vivido, espacio salvo para correr el río que lavará los cuerpos y humedecerá la tierra. Te amo amor por mi pueblo y la canción voluntaria de su canto.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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observar desde el alma las sombras de tu silencio. M.B.M

PASIONARIA Ven conmigo dispuesta a aplacar la sed y en un solo labio mojemos un río, y en un solo pecho hallemos todos los hombres dispersos y nuestras manos harán trigos, encenderán fuego, llevarán las rocas a su sitio. Ven a la lluvia y nuestros cuerpos desnudos brillen sus metales y suenen su silencio y en rojo pétalo de tu ombligo recabemos el mar, la miel y otra vez la lluvia. Ven conmigo y nuestros pies caminarán por sí solos y caminarán por donde se llevaron a nuestro pueblo hasta el desierto donde lo apalearon hasta la soledad donde lo despojaron. Ven a las tierras pequeñitas y por tu gramínea transparente bajarán todos los hombres y las banderas y la tierra; Humberto Napoleón Varela Robalino

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juntos con nuestros torrentes bañándonos, afiebrándonos, helándonos, yo tu río de sangre desembocadura en el mar de tu sangre. Ven, vente conmigo «Pasionaria» y uno a uno los combates en ti y en mí brotarán sangre, brotarán rosas. Oh, pálida transparente, leal de fuego, tú mi camarada ven conmigo a amar el pueblo, a llenarlo de voces, y a inundarlo de vinos y a suavizarlo de panes. Hasta el último combate acompáñame!, leal de fuego, de tierra y gramínea transparente. Hasta cuando tú y yo un solo mar de sangre, un solo canto seamos un mismo rostro redivivo. Leal de pueblo, leal de amor, vente conmigo «Pasionaria».

Humberto Napoleón Varela Robalino

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Tú que fuiste madera ahora eres carne - N.R.

TE LLAMARÉ AMOR Hoy definitivamente te llamaré amor, amor con la línea vertical de tu genital infinito, infinitamente fecunda. Hoy definitivamente amor, existiéndome, estándome, propia, en la lengua sabiéndome profunda sal, mar, profunda miel. Hoy definitivamente te llamaré amor, en mi lluvia viniéndome, en mi sol quemándome y en mis ojos multiplicados detenida, y en mi dolor universal grito para los «cantos generales» Humberto Napoleón Varela Robalino

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Siempre has sido amor, pero hoy, definitivamente me llevaré contigo llamándote amor, tu minuto en mi torrente, tú adherida adrede a mis vegetales, con tu ojo de sed ubicada de ese lado del sol. Yo me voy en pos de tus raíces, a encontrarnos, únicos, sanguíneos en el canto de la misma tierra. Hoy en este hoy irrenunciable tú y yo somos cierto, el rictus de la boca y mi voz descarada amándote, acostándome en tu surco. Hoy definitivamente te llamaré amor. Humberto Napoleón Varela Robalino

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y si regresa el mar que se derrumba/no quedaré debajo de una ola - R.B.

ESPERA Te estoy esperando en una esquina de mar con mi caracol de arena, debajo de la lluvia con esta misma intención de fugarme a lo más alto de tu seno. Me he puesto a deambular caras ajenas, a meterme la boca entre las uñas y a esconder mi silencio detrás de ti. Yo camino para donde yo mismo porque has hallado mi sangre. Estoy corriendo detrás de tu ausencia, hay años en mi cara pero aún me restan los pueblos que beberán de nuestras aguas. Te estoy esperando en una esquina de mar con mi caracol de arena.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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EXISTENCIA (2) Estoy en ti en todo tu ángel azul, en tu sonrisa que se escapa por la pálida angostura de tus labios. Contigo es el mar lleno de navegantes, de navíos de sales y de islas vírgenes, y son tus brazos fuertes y tu cintura de ira. Como la fuerza de los vinos me mojo de tu sangre, estoy en ti, en tu silencio leve de agua, en la catarata inversa del vuelo de todas las aves y por tus ojos bajo a tu aroma y estoy en tu espiga casi enferma eternamente nítida. En tu silencio que guarda hombres en revuelta y en tu risa de pez, en tu paso insonoro, mudo, en ti, allá en tu ser de tierra húmeda, ilesa, donde nos confundimos con los trigos y con todas las bocas, allá estoy donde la memoria es niña y tu silencio es mío. Humberto Napoleón Varela Robalino

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Estarás conmigo, /Seguirás aquí,/Hilaremos la hierba. - M.B.M

VEN CONMIGO Ven conmigo adherida a mi marcha y enséñame de ti a recoger los peces, a pulverizar la piedra, a beber el agua. Es cierto que a lo largo de la sonrisa no cabemos juntos, que juntos nos quedamos afuera con la lluvia; cobíjame entonces con un pueblo que tome su río y atraviese el desierto. Ven conmigo llévame en tu pisada y nuestros fantasmas se levantarán de nuevo en pos de la vida. Marchemos juntos y detrás de ti y detrás de mí marcharán todos los hombres y nuestros vestidos de harina oscura se irán cayendo hasta vernos la sangre. Ven conmigo, tú serás la única boca Humberto Napoleón Varela Robalino

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por la que hablarán todos los hombres, tus ojos bastarán para que miremos todos, y enséñanos cómo amar la tierra, que la lluvia y el sol serán de todos, y sembremos juntos tu árbol en la mitad de la tierra y entonces sabré que he vivido en ti, que he vivido en todos los hombres. Ven conmigo solidaria, parte mía, marchemos juntos en mi marcha.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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Cuando llegue la hora del Gran Hongo bajarán legiones de ángeles vestidos de astronautas y el fuego no les hará daño, el hielo les será negado y las manos de los hombres no les serán permitidas. Entonces saltará desde el fondo de la raíz el Gran Simio sonando un enorme caracol marino que sacudirá el cosmos y una gran aureola de energía cercenará los senos hirsutos y sellará los úteros estériles y caminará la humanidad alrededor de la Tierra al compás de un gong de arena durante un siglo exacto. Y se oirá un coro como uñas metiéndonos las luces, y las lenguas serán menos comunes para toda la especie, y se conmocionará el Planeta y las manchas solares encenderán sus fuegos. Humberto Napoleón Varela Robalino

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PRESENCIA, 1980- COLECCIÓN RUMICHACA

«Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan APOCALIPSIS las cosas en ella escritas: porque el tiempo está cerca» «El juicio ha comenzado. Quizá hace unos (Apocalipsis 1-3) instantes, quizá hace miles de días» («Juicio Universal» - Giovanni Papini)


Y una gran voz nos ordenará pasar desnudos a la lluvia que durará cuarenta días con cuarenta noches, y luego el Gran Simio hará llenarnos los ojos con las manos y entonces un eclipse total de sol y de luna y pasarán simultáneamente todos los cometas y habrá una lluvia de meteoros y aerolitos que consumirán todo vertebrado, todo insecto, todo helecho, toda planta, y los mares parecerán que nunca hubiesen existido, y no quedará vestigio de montaña alguna, y los continentes serán un solo Cañón del Colorado y nosotros nos recrearemos en el Gran Simio. Por fin hablará la Gran Voz y del gran trueno nos será aplicada una descarga eléctrica en las sienes y nos vendrá el sacudimiento y un espasmo largo y se pondrán de pie todos los dictadores, los falsos monjes y profetas, los jueces sobornables, los médicos y comadronas impúdicos, todos los usureros, los que vieron llorar y nunca se compadecieron, los que de la desnudez Humberto Napoleón Varela Robalino

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hicieron anticonceptivos, los que de nuestros refugios hicieron charcos de pecados, los que hambrearon al pueblo al momento de la cosecha, los incestuosos y los sodomitas, los apaleadores, los dueños de la represión, todos los que robaron el opio a la amapola, los políticos mentirosos, los imagineros, los agoreros, los fanáticos, todos los que nunca salieron a las manifestaciones del pueblo y todos los criminales de guerra: y ellos solamente quedarán de pie y serán más numerosos que todos los caídos. Pero entonces el Gran Simio abrirá turbinas y grifos y correrá un gas pestilente y amarillo que revolverá las entrañas. Y todos los erguidos de pie cambiarán de colores, y será un color fosforescente para la gran noche final, y querrán correr y los pies les serán como de plomo, y les faltará el aliento, Humberto Napoleón Varela Robalino

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y los ojos y la lengua les serán borrados, y la circuncisión les será repetida en pleno cuello y les sobrevolarán aves negras con garras y picos largos. Y entonces vendrán máquinas a semejanza de hombres, perfectísimas máquinas a semejanza de hombres disparando ira radioactiva, sonando sirenas y pitos y consignas por parlantes y se los llevarán y habrá una escalinata subterránea y se los tragará la tierra. Y el Gran Simio entonces hará acrobacia y se golpeará el tórax y duro el tórax, como tambor llamando a sus ancestros y lanzará un chillido que quedará sonando en la gran noche y por siempre ya no le tendremos miedo al aullido… Y el Gran Simio regresará al fondo de la raíz, pletórico, y habrá una explosión Humberto Napoleón Varela Robalino

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y el Hongo se levantará triunfante y todas las estatuas taparán su vergüenza y serán como de cera diluyéndose en el fuego pero nosotros saldremos cabalgando el átomo, y nos será dado el cosmos y habremos escapado liberados.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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Pero antes dime: ¿qué hacer con el amor entre telones? - N.R.

ORIGEN (2) A mí me da lo mismo ser hijo de dios o hijo de Darwin, al fin de cuentas mientras para unos escaseó el divino barro para otros les salió sobrando. Que nuestros ojos son un par de perros flacos ladrándole a la luna, los de aquellos son dos monedas con buitres en el centro. Si a otros les pusieron por manos pulpos negros, a nosotros nos dejaron limpios los muñones. Si a nosotros nos dejaron «tuertos de una pata», a otros les dieron cien pies con botas de astronautas. Qué más da para nosotros si los huesos, Humberto Napoleón Varela Robalino

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la sed y el hambre nos obligan en las fiestas de la Patria a sacarlos a las calles sonando su matraca y después a sacarle brillo todo el año al esqueleto y a echar mano de lo que dejaron sobrando en el banquete. Qué más da para nosotros que nuestro padre sea Adán o sea el Mono si estamos boca abajo, la nariz chata, las orejas chatas, cazándole al silencio, meneándole la cola al nuevo amo. Qué más da si nuestros nombres son los mismos, si nos pican los mismos piojos y dormimos en la misma cama… Qué más da ser primohermano de los varones santos o primohermano de las bestias. Humberto Napoleón Varela Robalino

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Duermes en los jardines de la pobreza -M.B.M

EN NOMBRE DE TODOS Hablo en nombre de los que les fue negada la palabra, el gusto, el oído, la vista, el tacto y el olfato; de todos aquellos que andan en puntillas sosteniendo el aire, sacándose el corazón adentro para no interrumpir la fiesta y el sueño del patrón y el oligarca; de los que nunca los bet – seller y la prensa dice nada; de los que a punta de estarles nombrando a la madre alcanzan el más alto rango en el servicio militar obligatorio; de los que les fue negado el queso de la luna, el jabón, el chicle y la corbata.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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En nombre de todos los hombres hablo: del carbonero, el betunero, el lotero, el zafrero, del relojero y sus relojes inexactos, el albañil y sus paredes en el suelo, del zapatero y las botas de astronauta, el carpintero y la pata coja de la mesa. Hablo en nombre de todos los caídos, los humillados, los deportados, los apostrofados, los que viven con un Judío Errante adentro, los que encuentras las almas de juguete en los basurales, los que hacen chatas las narices detrás de los vitrales, los que hacen nudo el tobillo con la frente en los portales. Hablo en nombre del dolor acumulado, hablo en nombre de los seres enlatados en las calles, en los hospitales, en las cárceles, los orfelinatos, los prostíbulos; en nombre de los que primero se revelaron, Humberto Napoleón Varela Robalino

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de los soldados desconocidos, de los que amanecen con el gallo, de los que tienen en cada vértebra cincuenta caballos de fuerza, de los muertos en las calles, de los muertos por los muertos, en nombre de todos ellos os digo, os hablo, que de las cenizas saldrá el vuelo por sobre las memorias de los homosexuales que mintieron, vendieron, especularon, negaron, sobornaron el amor y la justicia vosotros os levantaréis, vosotros caminaréis y vuestras carnes ultrajadas serán látigos para expulsar de vuestro templo, de vuestra morada, de vuestra desnudez, de vuestra sed, de vuestra hambre, de vuestra oscuridad a todos los que festinaron tu nombre, los que se quisieron vestir con el líquido de vuestras mujeres, los que se sentaron encima de tu boca abierta, los que te metieron los dedos para sacaros la sonrisa de los dientes para afuera, Humberto Napoleón Varela Robalino

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los que te derramaron para encharcarte la sangre en plena cara. Por vosotros, que os aproximáis, hablo! Oh, langostas desbastadoras de los hombres el fuego os anuncia que se aproximan ellos y en nombre de ellos hablo. Hablo en nombre de los que nunca dijeron nada, de los negados, de los olvidados, de los relegados, de los desheredados, de los que ya vienen, de los que están cantando en el silencio, de los que les quedó pequeño el suburbio, de los que ya no saben qué hacer, de los que nos dan este lenguaje hablo!.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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Que la piel expulse las escamas de caricias muertas-M.B.M.

ES TAN SIMPLE Es tan simple para todos meterse la sonrisa entre los dientes, porque es tan c贸modo como meter las manos en los bolsillos y no hallar ni una migaja. Es tan simple esto de estar mostrando buena cara a cada ciudadano, porque resulta igual barrer de madrugada las calles, los portales, las iglesias, los parques, los mercados y los cines para ensuciarlos de costumbres. Es muy simple esto de rogarle a Dios a cada rato, porque da lo mismo estarnos de faquires en puro cueros sobre clavos y retazos de botellas Humberto Napole贸n Varela Robalino

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y el ayuno permanente puesto de corbata y servilleta. Es tan fácil esto de meter los dedos en las lagañas, como aquello de prostituir la niña de los ojos. Es muy fácil esto de hacer un peine con las iras y ponerse a peinar los cuatro pelos como aquello de las uvas verdes y la zorra. Es tan fácil y tan simple para todos esto de ser camellos entrando al cielo por el ojo de una aguja, como aquello de robarle al águila los huevos o querer pasar gato por liebre. Es tan fácil y tan sencillo todo esto de estar jodido pintándole un pájaro degollado a cada día.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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PATRIA Patria yo también te inventé cuando niño y te llamé pan, brazo de río y pájaro y te puse un mar en las orejas y montañas corriéndote y hasta un sol propio y una luna propia y te llamé lluvia, azúcar, árbol, casa, ventana y en un lugar diminuto te puse un soldado de plomo inofensivo y una sola torre y una sola campana también inofensivas y el cielo limpio y podía tomarte el vino. Yo era en ti el mejor alfarero y soplándole al barro respiraban hombres y más allá del barro y el soplo banderas y cantos, todas las aves volando, Humberto Napoleón Varela Robalino

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los frutos reventando y las manos intactas. Tú siempre caminando, hablándome, y eras niña, simplemente niña, simplemente buena. Cayéndonos al mar había sal, mucha sal, arena, mucha arena y también peces, muchos peces. Sabes Patria, eterna femenina, hueso simple para mujer de pueblo, pájaro simple para hijo de pueblo, insecto y rama todos eran rostros abuelos y con los potros corríamos juntos bebiéndonos el agua. Te sentía buena llevándome a la espiga, tierna para darle forma a las raíces y también había tanto espacio Humberto Napoleón Varela Robalino

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para todas las semillas, tanto espacio para estarnos. Ahora Patria, dónde tus pies de caminante, dónde tu risa espontánea, dónde tus manos alfareras si estás en un mapa presa e incomunicada, si te sacan la voz y hasta los huesos, si eres zoológico para los turistas, si eres calavera de museo. Patria, nombre agujereado, centavo devaluado, invento mío que cayó en desuso quién te traerá de nuevo, quién tu nombre, quién el soplo divino, cuándo otra vez tus manos lavándonos los ríos, limpiándonos el cielo, suavizándonos la tierra, poblándonos el mar, poniéndonos los gritos.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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olvidarme del aire que respiro/reconfortarme con tu imagen -R.B.

SILENCIO (2) Cómo ser silencio si la tierra que preparó el surco, si el río que me venía se escaparon a los cálices y el sol de tanto andarnos trae inviernos, vientos desatados, oscuras luces. Cómo seguir silencio, cómo seguir solamente oído si los cuerpos caen indefensos y los derrumban y los toman a la fuerza. Cómo ser solamente luz si el silencio es oscuro, si los ojos penden de órbitas oscuras. Sólo tú, cera femenina, palabra para todos, me vienes, me llegas a las manos y tu fuerza en vilo alza los cuerpos y entonces brillan las herramientas, prendes el fuego y pones la semilla. Humberto Napoleón Varela Robalino

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Cómo ser silencio, si el río casi no puede en la montaña, los viejos vinos ya no crecen y los árboles tienen troncos huecos y el mar es pura escama muerta. Sólo tú, ser femenino, voz y vocablo, transparente, exacto, de adentro de toda tu agilidad me traes la lluvia para mojar la tierra y llenar con tu cera los girasolestrígos, la cortezatrigo. Oh cóncava, cábala silente, toda femenina, raíz profunda: cómo ser silencio para los hombres, cómo dejar de ir y venir por la misma cuesta con los hombres, con los hermanos hombres atados por los cuellos, transfigurados ojos y los pechos golpeándose con retorcidas cruces. Humberto Napoleón Varela Robalino

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Cómo estar hombre si estamos a expensas del silencio recostados y desnudos sobre átomos gestantes y de uranio. Sólo tú, frágil, femenina, me llevas en el torrente de tu línea y culmina en tu soplo, en toda tu fuerza, en el peso de tu lágrima, en tu mano inmensa, en tu forma y en el sitio exacto donde canta la vida.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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EXTERIORIZACIÓN Cómo no se me ocurrió antes dejar de darle al molino manivela, y ponerme a patear la luna, y de sacudir la ropa con todo cuerpo ajeno adentro -y a puro paloy ponerme a sacar la sal del mar con una cola de mis uñas. Porque así están las cosas, saliéndole talones a los dedos, haciéndole una tesis a la lanza para pegarle a la manzana y Humberto Varela tragándole el pez a los anzuelos, queriéndole robar el cascabel al gato, rompiéndole al sistema, negándose a tirar la cuerda diariamente, a pasar golpeando puntualmente cada puerta –y duropara decirle a todos que comienza el nuevo día y que hay que seguir marchando en el propio puesto hasta ponernos a botar el agua. Humberto Napoleón Varela Robalino

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De hoy en adelante Humberto Napole贸n aunque se quede afuera para siempre, aunque le toque estar viendo el pan detr谩s de la ventana, de estarle tascando las palabras a la boca se ir谩 a cualquier parte por su propia cuenta y riesgo para a las buenas o a las malas traernos a patadas la esperanza.

Humberto Napole贸n Varela Robalino

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DE LA LUZ ARTIFICIAL No sé qué pitos tocan estas luces fluorescentes, imitantes, de neón y colorantes. Por qué nos alumbran hasta el sueño, hasta los piojos y nos andan detrás de una mordida hasta hacernos sentir demasiado grande el cuerpo. Son antorchas, colmillos truculentos, devoradores, es Nerón resucitado al ritmo de rocolas, mascando chicle y bailando a lo travolta. Acúdanos el reino de la suprema sombra, vénganos la paz a la miseria siquiera por un rato, vénganos el silencio como anteojos negros delante de los ojos y váyanse de aquí la alharaca y las noticias de los diarios amarillos. Humberto Napoleón Varela Robalino

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Luz averiguadora de inquilinos impúdicos, de kilovatios tan caros, cómplice de las manos, las piernas, los ombligos. Engañadora a la sola vuelta de la esquina, golosina perfecta para los caritativos obscenos y los pájaros chorreantes, coima del día, sobresueldo de los obesos cuerpos. No sé qué pitos tocan estas lenguas de fuego frío, estos trozos de lagañas en botellas vacías, este sobretiempo en la hora de los gallos. Hasta cuándo esta curva infernal, este murciélago flotante: apaguen estas mentirosas luces, este estornudo amaneciendo y dejen regocijados en sus líquidos los cuerpos y las formas para que el día se encargue de encontrarnos. Humberto Napoleón Varela Robalino

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POEMA Así como de repente se me da por respirar por los pulmones y pasarle sangre a las arterias y hablar palabras por la boca, así se me vino encima este carajo necesario y estas ganas de pegarle a todo el mundo para estar en paz conmigo mismo. Ahora se me dio por saludarle a Dios de madrugada y estar de a buenas con el cura y el coronel y decirle okey a cada gringo y su morfina, y sus bombas de napalm y su goma de mascar de tuti-fruti. Así se me dio también por escribir este poema, me vinieron ganas de olvidarme que no hay tierra ni debajo de las uñas peor para enterrar el hambre, que el azúcar ha escaseado hasta en la sangre y que está golpeándonos la puerta un niño para cobrarnos subsidios devaluados. Humberto Napoleón Varela Robalino

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El amor es sólo eso, /La gravedad,/El infierno de no resbalar entre tus sombras- M.B.M.

INSTANTES (2) -ITú arrastrándome al silencio, gritándome tu sal en las orejas, tu mar nuestro que estás en la tierra «santificado sea tu nombre». Tú, mar, sandalia del pescador, bote del pescador, tómame en tu pez, en tus algas, en tus caracoles y bájame a tu fuente, reviéntame tus olas en las sienes. -IIMar, simplemente mar, nada más que mar, mar únicamente: quién te llena de estigmas, de latas de conservas, quién mutila a la ballena el surtidor de agua, quién te mancha con aceites terrenales, quién te esconde el cántaro, Humberto Napoleón Varela Robalino

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quién está poblando tus playas para despoblar las gaviotas. Mar, agua bautismal en la gran catedral sin torres, campana de las líquidas sales cuándo resucitará tu «Lázaro» -IIIYo frente a ti desposeído como el que menos, el siglo cayéndome, hurgándome, rebuscándome y los ángeles apuntándome la salida, echándome hacia afuera, yo con la fuerza de la negación y la complicidad correteándome. Yo frente a ti doliéndome tus resacas, pinchándome en la garganta tus anzuelos: oh, mar, restitúyeme, purifícame, sálvame. -IVDespués de las redes, de los átomos desencantados, de los barcos cisternas Humberto Napoleón Varela Robalino

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desovando la muerte en las mareas: hasta cuándo tus legiones de peces, hasta cuándo tus legiones de alcatraces. Después de los arponazos, de la señal de la cruz en plenos caracoles, del circo devorando tu habitante, de todas las patrias que aún no te conocen y de las pequeñitas a las que les fuiste mutilado: hasta cuándo tus legiones de crustáceos, hasta cuándo tus resacas no pretenden esas luces. -VMar, más allá de mar, mar, estalla tus intrusos y lávanos, brilla, silba, grítanos, navega, suena tus sales limpia tu arena y agítate perfectísimo. Mar sal a tu propia playa, y mira tu propia redondez de vientre y echa tu viento para agitar las banderas. Humberto Napoleón Varela Robalino

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Secreto: Hay tanto de nosotros/en los estallidos de la lluvia... - N.R.

DE LA PRESENCIA Aquí en este mismo sitio, en este mismo lugar, aquí donde sin miedo comienzan a crecer tus senos y andan sus vuelos levísimos. Aquí ni un paso más ni un paso menos, no le doy brazo a torcer. Mis dientes serán rocas, duras rocas, mis huesos árboles, resistentes árboles y mi voz ríos, profundos ríos. Aquí inamovible hasta cuando mi caballo azul y sus cascos silenciosos nos averigüen, después de que se haya roto en mitades el centauro y solamente quede su mitad de hombre, Humberto Napoleón Varela Robalino

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cuando me deshaga de estar andando de oreja a oreja, de estar riendo a la redonda, de estar viendo hasta llenar el cántaro, y me venga en tierra, me simplifique, me caiga el golpe más duro habrá el puño de tierra que te he estado prometiendo. Aquí, entonces, detrás de la imagen, más allá de la ameba te existiré y tú me vendrás y húmedo otra vez mi barro comenzará la vida.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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amar es un detalle insolente - R.B.

IDENTIFICACIÓN

Yo permanente hijo de agua tomando tu rosa, toda tu rosa, bajé a mojar los pétalos situados debajo de los pétalos y mojé la madera virgen diluyente situada debajo de tu corteza. Y como agua y vino y agua llené el copón, tu cáliz y ya no fueron áridas las manos, y una lluvia levísima, y un montón de pasos y la montaña eufórica regalando los vegetales. Y mi viento y yo cabezas alocadas, caracoles fuera del mar, insectos magníficos, tomé la voz que está debajo de tu voz y hablé por todos en ese mismo instante, y bajé desde la montaña y aré la tierra y hundí las manos, los pies, el cuello y las semillas cayeron, Humberto Napoleón Varela Robalino

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florecieron fructificaron. Y entonces el calor, el calor y yo, mezcla artesana, charco 煤nico, boca arriba hasta que la bandera como un ni帽o caminando cubri贸 tu desnudez el ave.

Humberto Napole贸n Varela Robalino

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SENOS Cuando estoy en la arruga final, en el filo mismo de tus senos altísimos, mujer, no tengo miedo de caerme hacia el espacio y mi cabeza al ras rodar entre círculos de fuego y temblores mágicos hasta que mi roca quede inmóvil en toda tu llanura. Cuando estoy al borde de tus senos definitivamente pierdo el miedo a las alturas y voy cayendo por el hilo de agua que has acumulado hasta llegar al gran mar en medio de tus remos, y echo mis velas y yo soy tu único, tú solo navegante, tu pez, tu alga, tu alcatraz, tu islote. Humberto Napoleón Varela Robalino

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difícil el amor cuando uno ama las ventanas - R.B.

PERDÓNAME AMOR Perdóname amor por haberte llevado al sacrificio, por haber defendido con tu fuerza a mi pueblo, por haber silenciado con tus labios los gritos de la muerte, el hambre proliferante y la desnudez quemando. Perdóname porque con la agilidad de tu espiga quise mantener el vuelo de las aves y con tus manos tomar los arados para abrir tu surco, el mío, el universosurco, el tiemposurco, los terrenalesurcos. Aquí está nuestro árbol de frutos y sombra pletóricos, aquí nuestro río de donde toman agua nuestros hermanos sedientos, aquí estás amor intacta, de arriba a abajo gota de agua, gota de miel intacta. Humberto Napoleón Varela Robalino

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Perdóname amor por haber tomado toda tu vida para revivir los hombres, por haberme hecho de tu canto y con tu aceite mojado nuestro barro y haberle dado forma. En ti amor todo el mar, la profundidad y el espacio ilimitado, está la arena de picos rojos y la piedra inmensa donde está de pie la vida y un día se precipitará a las aguas sin causarnos ruidos solamente transparente. Perdóname amor por haberte llevado a las batallas siendo niña, por haberte puesto frente a frente con la muerte y tu cuerpo en mi bandera y tus ojos en mi noche. Perdóname amor, perdóname tu sol, tu amor, tu lluvia, tu fruto, Humberto Napoleón Varela Robalino

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tus manos, tu ser vegetal, tu ser mineral. Perdóname amor por tomar de ti toda la fe, por creer que en cada embrión ya no hay silencio y que en cada pisada nos vienen nuestras arquitectas manos, nuestros arquitectos seres. Perdóname por poner mi pisada en tu huella de camino, por irme a todos los cantos que en ti están sonando, por irme a todos los hombres que en ti están respirando.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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No hay finales para quien vive en la sangre de mis besos… M.B.M.

ÁMAME COMBATIENTE Amor si te dicen que ese soy yo entre los hombres combatiendo, ámalos también a ellos con todo tu sol aclarando mi bandera. Si luego te dicen que he marchado combatiente, ámame combatiente que iré adelante brillando tus metales. Si te dicen que he muerto combatiente, que estuve entre los hombres escalando la montaña, ámalos también que me seguirás amando a través de ellos y que el puño de tu trigo que sembramos juntos hablará por todos y que el agua llovida que en nuestros pechos halló cauce mojará nuestros barros resentidos. Amor si te dicen que mi canto aun persiste y que mi sangre derramada la pisotean todos, dame tu tierra para soltar mi grito –que también lo tengoy ámame, enciéndeme, ámame combatiente. Humberto Napoleón Varela Robalino

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quiero encontrar tu condición de llave - R.B.

AMO DE TI

Amo de ti el mineral que sale de tu mina, amo la línea vertical de tu surco preparando la siembra, amo la lluvia que te viene, tu huerta, tu hueso contrahecho, la ola marina de tu pelvis, los árboles lácteos creciéndote. Amo de ti el color de tus manos, la piel dura de tus manos de obrerita pequeña, tus pies puntuales en la tierra; amo también tu casi nunca, tu casi todo, tu casi siempre, tu casi nada, también tu cuello casi quebrando, la banderita roja en tu ventana. Amo de ti la lluvia lloviznando, el insecto caminador del polen y la piedra dura que te duele. Amo de ti todos los nombres: Luz María, María Juana, Rosa María, María María, amo de ti todas las formas de todos los que te habitan tu traje cayéndote en la cera de tu silencio. Humberto Napoleón Varela Robalino

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te vi gaviota tocar lejanías - N.R.

GAVIOTA

A la hora de los peces, gaviota, te encuentro otra vez velando el mar y en tus alas de cera viejos habitantes húmedos, arena endurecida entre huecos de latas de conservas, etiquetas y desperdicios haciendo rascacielos. Yo te vi tu lágrima, gaviota, caer al mar y vi tu pico adentro queriendo pescar. Dónde Maríagaviota comenzó el incendio de las algas, dónde el cáustico estertor que dejó estériles los peces. Joségaviota dónde tu cayado para cruzar las olas, Humberto Napoleón Varela Robalino

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dónde tu pescuezo líquido para mirar las caracolas. Gaviotamariajosé, gaviota del mar, aletazo manchado, escama y pez volador, gaviotamar, hueso salino, pico enmudecido, pájaro nadador, ser sin ombligo otra vez estás velando el mar.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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el niño también ocupará la casa de la muerte - N.R.

PRESENCIA

Por la bondad del agua en tus manos: está mi sed. Por los hilos de azúcar en tu pequeño girasol de sangre: está toda mi sal. Por todo aquello que sin saber de nombres lo fructificamos tú y yo y ahora son seres levísimos saliéndote a los labios. Por la figura blanca que tiene miedo y que vuela y que en paz la convertimos, por el instante de volvernos solos en un vientre de silencio están los filos de mi metal que cubro. Por la «Torre de Babel» del sufrimiento y la gran Babilonia de los que festinan nuestros cuerpos, por la «Tierra Prometida» que manchan de petróleo su Mar Rojo, por la última vez en que doce cenaron juntos Humberto Napoleón Varela Robalino

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pan y vino está mi fuerza diminuta. Porque presiento el aire y presiento la lluvia: está mi ardida piel, mi ardido insecto. Porque hacia la gran hoguera bajan sin tocar las aguas, sin tocar la tierra y sin tocar el aire tantos niños inocentes: están mis manos diminutas, estás tú también sin nombre y sin rostro.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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GRAMÍNEA Pequeño grano de arroz, pequeño pequeñísimo, insignificante cosa, forma exacta de cualquier nombre, forma de pez con anzuelo adentro, receptáculo de la edad de gorriones y de dientes de leche caminando. Pequeña gramínea, pequeña forma lávame el baño bautismal con tu sal imperceptible, tócame de tu harina, dame de tu ojo mágico, de tu suavidad profunda tócame. Tú, pequeña mano para un ciego, primer vino para el niño, muéstrame tu insignificante peso, llévame a tu fuerza, y tócame el agua, tócame la tierra. Humberto Napoleón Varela Robalino

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VIAJERA EN EL RETORNO En el cristal, en medio de la lágrima, viajera, loco planeta, ola, agua livianísima, humectante, te ibas desnudísima y a través del ser se te veía todo el cuerpo. En medio de las alas volando, allá en la mina de cobre rojísimo, te ibas ingenua a punto de ser rosa líquida. Así el rato menos pensado, fácilmente como eso de matarnos al hijo en pleno grito, eso de desalojarnos por la fuerza, eso de hacernos morir de pura ira frente al espejo negro, eso de hacernos doler de pura risa a falta de dientes y de pelos.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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Así no más, así de fácil te ibas, te querían sacar de este quedarse, de este seguir hablando. Tú delgada, despertante, goma de la corteza, ojo de agua, gusano de seda, te pudo más esto de estarnos dando con el mundo, esto de estar amando, amaneciendo, de ir y venir, dando y cavando, doliéndose, desdoblándose. Hoy nuevamente habitada, poblada, los párpados para cada rato, otra vez la voz de todos se te oye, otra vez el trigo con forma de pan, otra vez el vino en forma de uvas, otra vez el hombre ya no será cansancio.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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Compartimos la mitad de un segundo,/el tiempo exacto entre la noche y el vacío - M.B.M.

TU MANO Cuando pones amor tu mano sobre mi hombro, sé que existo. Amor cuando pones sobre mi hombro tu mano y las manos convocadas de todos los hombres –y todas las manos de los hombres te pertenecensiento la vida. Tu mano y todas las manos convocadas y juntas cuando tocan mi hombro y la vieja puerta a mis espaldas, comienzan a sonarme uno a uno esos golpes levísimos y luego duros y más duros golpes, Humberto Napoleón Varela Robalino

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desgarradores, desesperados golpes oigo entonces el llanto de los niĂąos, mujeres embarazadas delirando, hombres gritando, oigo voces incoherentes, maldiciones, palabras inicuas, renegamientos, quejas nunca denunciadas, crujir de tripas y narices sucias, ruidos de matracas, trapos viejos, peroles de silencio y oraciones fracasadas. Amor cuando tus manos y todas las manos de los hombres caen en mis hombros como herramientas en la tierra, sĂŠ que existe mi palabra.

Humberto NapoleĂłn Varela Robalino

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¡Venid por mí! ¿Dónde estáis ángeles perseguidores?, mi caballo sagitario en su carrera magnifica se quebró una de sus patas. Ahora estoy inmóvil en medio de esta gran ciudad: hay una cartelera anunciando un Festival de Cine en homenaje a Marilyn Monroe, ella era hermosa –bailó para sus compatriotas mientras esparcían napalm en Vietnam-, ella pudo llegar a la Casa Blanca, fue trágica su muerte. Un niño vocero anuncia el diario de la tarde, es ya de tarde, los buses pasan repletos, inminente invasión yanky a Nicaragua, Grupo Contadora, cuenta, cuánto, hasta cuándo….; acaba de vender todos los periódicos; comienza a llover, no tengo paraguas, es hora del café, del cigarrillo, del vino, Humberto Napoleón Varela Robalino

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DE ESTE LADO - POESÍA 1984

VENID POR MI


de hacer el amor –él no necesita horario-, el bar de la esquina es un paraguas gigante. ¡Venid por mí! ¿Dónde estáis ángeles únicos, campeones de la cacería?; mañana es día de la patria, me toca regresar a devolver el alma de donde a pura fuerza me la traje.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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DOS TIEMPOS PARA UNA SOLA EDAD 7 de Diciembre de 1.941: fui llamado, convocado, procreado para asistir al banquete, a la señal de la cruz y una mujer grande parecía crecer frente a la casa, era una mujer, y cada vez que la tapaban mis manos era más dura, era la inmóvil y nunca se percató que yo ahí estaba, era la estatua de la Libertad. 7 de Diciembre de 1.983: ya no soy solamente yo quien dice estas y otras cosas, que si no trabajas no comes –»comerás con el sudor de tu frente»-, que si no enseñas a revelarse contra quien pide tu desalojo, viola tu lecho, y te prohíbe la palabra, para qué la otra mejilla, morirás en vano y tu nombre en grandes titulares aparecerá en la prensa matutina, y que si a esa mujer grande no la llamas por su nombre y no la invitas a convivir contigo a qué diablos entonces has venido. Humberto Napoleón Varela Robalino

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la paz es un laberinto - R.B.

LA PAZ

Esto de creer en la paz es estar andando en c铆rculo, es usar hasta el cansancio las mismas calles, gradas, puertas, y ascensores, los mismos buses, cines, mercados y hospitales, las mismas oraciones en los mismos funerales de los mismos muertos de la risa, las mismas palabrotas para los mismos hijueputas. Es esto de estarnos preguntando a cada rato si fue primero el huevo o la gallina mientras de tanto cacarear el hambre nos hace gallinero. C贸mo creer en la paz Humberto Napole贸n Varela Robalino

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si es simple pájaro, si llega el cazador y le pega en pleno vuelo mientras el jet es pájaro de lata con música rock, chicle y azafata. La paz debe ser incolora, inodora, insabora e inconforme: no forma de pájaro que nunca vuela, que nunca llega, que nunca hace nido, que nunca trina, que nunca pone huevos. La paz debe ser espantapájaro, boquiabiertambre mientras vuelan los pájaros ajenos.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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CUANDO UD. OBRERO… Cuando Ud. obrero obrero cuando Ud. vuelve a casa como ángel desterrado, vidrio molido los huesos sonándole la voz que ordena, el reloj desusando la palabra, los párpados, el respiro. Cuando Ud. obrero vuelve a casa quemándole la fatiga en busca de agua: no encuentra una sola gota que beber, en busca de pan: no encuentra una sola migaja. Pero si en la cama ve una mujer esperando tal vez bonita o incluso nada bonita tal vez joven o incluso nada joven entonces Ud. está a mano con la vida. Humberto Napoleón Varela Robalino

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DE TANTO SILENCIO… En medio de tanto silencio estoy entre las cuatro paredes de esta habitación, pero aún así no soy menos que el aire que sonará la trompeta. Ahora estoy frente al charco que retrata la especie, el carbono 14 arde y enciendo un cigarrillo; quizá estemos muy lejos de estar hechos a imagen y semejanza de Dios pero…. desde entonces ha existido cierto progreso al menos ya no tenemos cola. Ahora estoy y soy uno más frente al espejo buscando el mar en el reloj de arena que se traga todo sin detenerse como cuando nos quitamos la corbata y el discurso de orden. Humberto Napoleón Varela Robalino

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Así en medio de tanta soledad, de este pasar vertiginoso, de tantos jinetes en caballos de fuerza, de tragamonedas, pitos, sirenas, taladros rompiendo el asfalto, de tantas construcciones magníficas, de tantos semáforos en luz roja, de tantos cristales rotos y vitrinas repletas; así estoy y sin embargo no soy menos que Dios para privarme de tener también remordimiento. En medio de tanto y tanto, tanto y tanto silencio estoy como que recién naciera y el cordón umbilical fuera mi lengua –entonces mutilada mi lengua-, como que no me mojara el agua……, como que la luz del día me cegara…, como que sería falso el pan…………, como que después de estar todos juntos nadie recordara nada…………………, como que después de haber destruido el ave volaran pájaros decapitados en el cielo. Humberto Napoleón Varela Robalino

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tu juglaresca condición de vuelo/como en un campanario - R.B.

EL TOQUE DE UNA CAMPANA El toque de una campana me recuerda la voz del avaro llamando a Dios. Yo en cambio –y no soy campanagrito y grito cuanto puedo, tengo la palabra y llamo a cada cosa por su nombre. El toque de una campana me recuerda a un Dios minero con su traje nítido mientras en el fondo de la mina alguien escarba un túnel y nos llama desde adentro. Yo en cambio cruzo el desierto, subo la montaña y planto un árbol donde se posa el ave, el insecto el fruto maduro invita y la rama observa la tierra y me da su sombra. El toque de una campana me recuerda el llamado a Dios para que atienda el parto de un niño prematuro pero la madre muere y el niño también muere entonces alguien se queda sin nombre. Humberto Napoleón Varela Robalino

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nunca el amor tuvo tanto sentido - M.B.M.

PSICOANÁLISIS De puro irme para adentro bajé mi yo por la escalera ajena con todo santoral y sagitario y mordí la manzana que pendía de la rama que aún tenía alas y saqué la lengua para resbalar el grito y los ojos fueron ojos y orejas de las puertas y ahí estaba Freud al colmo de las manos haciéndole psicoanálisis a Adán y su costilla. Cuánto tiene que ver en esto el crecimiento demográfico si hasta el incesto se bebió la cocacola darwiniana. Y ahora qué de las teorías y la especie si en medio de la sangre hay peces rotos, si hay niños de probeta sin pecado original y sin ombligo, si es tan fácil cualquier sueño seducirlo para mojar la noche. No continúo más es pura sensación de estarnos yendo queriendo averiguarnos los sucesos. Humberto Napoleón Varela Robalino

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LA PALABRA Y CUALQUIER VAINA Atendedme transeúntes, mercaderes, compradores, revendedores: vendo mi palabra! Dadme por ella un centavo devaluado o el agua servida de vuestras postizas dentaduras para lavar mi desnudez, mi silencio y toda mi sarta de pecados. Ponedla bocabajo en medio de cualquier pornografía y pintadle un slogan con nombres extranjeros. Anunciad que se trata de otra ganga, que es bebida milagrosa que hace botar todos esos bichos que nos tienen pálidos bostezando todo el día. Que es leche de la pura buena suerte contra todo maleficio, los impuestos y el alto costo de la vida. Humberto Napoleón Varela Robalino

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Decid que es pomada milagrosa de los siete alucinógenos contra la impotencia y la calvicie, que las siete vacas flacas serán siete vacas gordas, que los que van por lana ya no regresan trasquilados. Compradme mi palabra, es ganga, de ésta ya no hay otra al fin y al cabo uno se puede morir la víspera. Compradla: que ahí va mi araña, mi búho, mi abracadabra: de buena fe sí sirve para cualquier de esas vainas.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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MANIFESTACIÓN De repente a quemarropa, a boquejarro, así no más cuando se espanta el vuelo de las aves, así sin oportunidad para el disimulo me vienen unas ganas de reírme de comerme las iras por manzanas. Eso que me sale a medio paso y me mete la mano a los bolsillos y me queda colgando en la garganta hasta quedarse con la bolsa o con la vida: eso es harina de otro costal en el mismo horno, eso es tantearnos las costillas falsas para sostener el aire, es ponerles trigo en los tristes platos a nuestros propios tristes tigres.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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A PURA FUERZA A pura fuerza de estar oyéndole al silencio se me olvidó el trino de los pájaros. A pura fuerza de estar gesticulando la mandíbula ajena se me cayeron la palabra y la sonrisa. A pura fuerza de quedarme quieto esta camisa de fuerza es mi vestido de etiqueta. A pura fuerza de estar contando ovejas para el sueño vino el «hermano lobo» y no quedó ninguna. A pura fuerza de estar sosteniendo tanta ira se voló la paloma de la paz y se me metió en mi ombligo. A pura fuerza de tanto ir y venir, de estar dando y cavando al fin hallé mi propio yo para estarle peleando a mi propia sombra. Humberto Napoleón Varela Robalino

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La noche se escapa en la silueta de un gato -M.B.M.

LAS FIGURAS He ahí las figuras contorneándose como mujeres primerizas en la época de celo trepándose por las espaldas, subiéndose hasta los hombros, aferrándose a los cabellos, mordiendo, clavando el diente, con firmeza pisando las cabezas hasta subir la cuerda floja. Esas figuras con el filo de las uñas sitiándonos el agua, y la tierra nuestra, la palabra y la libertad nuestras. Y vienen y caminan las figuras atentando contra el Papa, candidatizándose en las elecciones del pueblo, turnándose el uniforme para las dictaduras, ellos en el tren transiberiano viniendo a traer polacos de Polonia, ellos en la Muralla China vendiendo suvenirs a los turistas, ellos que levantaron la estatua de la Libertad en la bahía de Man-Hatan Humberto Napoleón Varela Robalino

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y la convirtieron en la vedette de Hollywood. Son ellas, las figuras coronadas, bendecidas, condecoradas, aplaudidas, eregidas en estatuas mostrando las nalgas de cemento donde la democracia escribe esta cara es conocida y sigue en el gobierno. He ahí las figuras en El Salvador quebrantahuesos en el Irak rompealeluyas, en Inglaterra rompereligiones, en las fábricas del mundo rompehuelgas, en la Casa Blanca el rompetodo, en el mar y su quijada rompeolas. He ahí las figuras al desnudo ebrias de coctel y de tabaco trepándose, yéndose hacia arriba hasta comerse el queso de la luna y beberse la leche de la Vía Láctea. He ahí las figuras perpetuadas… eternas, inmortalizadas en las paredes de los retretes públicos. Humberto Napoleón Varela Robalino

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PADRE NO LOS PERDONES… Padre no los perdones, porque sí saben lo que hacen! Porque ellos tomaron los cuerpos de las niñas y se bebieron la violación en la fetidez de sus obscenas panzas. Ellos que escribieron en las nalgas de la señorita Libertad las leyes represivas y el calendario de la abstinencia y el ayuno. Ellos que en tu nombre entregaron a nuestros hermanos de hermosura roja al proceso de los hombres, al juicio de los hombres, al consejo de guerra. Ellos que al hambre nos entretienen para vernos si nos matamos de la risa. Ellos que los huesos nos trituran para estarnos sanando y jodiéndonos el sueño. Ellos que expelen tanta mierda que nos llega hasta el gráznate: ten cuidado PADRE NUESTRO! de no manchar tus sandalias caminantes. Humberto Napoleón Varela Robalino

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Ellos usureros…, prestamistas…, casa del jabonero, donde a diario resbalamos. Ellos siempre ellos, los mismísimos hijueputeándonos, cayéndose encima, echándonos la soga en el pescuezo, encerrándonos en las cárceles mandándonos el dedo hasta tocarnos la cola de la especie. Padre no los perdones, porque si saben lo que hacen!

Humberto Napoleón Varela Robalino

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/Cuando piensas en ella/el deseo podado amanece tallo-N. R.

REGRESO Cuando regreso de ti de tu humedad, de tu vaho, de tu profundidad, de tu carnoso clima: está el mar, está la tierra, está el aire. Entonces es cuando vuelvo nuevo y ágil a estar con todos: aguaclara mi palabra, brazoduro mi fuerza. Cuando regreso a ti innumerable y subterráneo mojado de estalactitas rojas entonces me viene todo lo que me fue negado, me encuentro de manos a boca con el sonido oyendo. Cuando regreso a ti de tu cavidad de planeta girando: el insecto pinta el polen para poblar los vegetales y el territorio de las aves. Humberto Napoleón Varela Robalino

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todos escribimos sobre lo mismo sobre la ceremonia de los náufragos - R.B.

LA NOCHE La noche llega como cuando llegan los amantes besándose palpándose gastándose chicle en las paredes deslizándose por los corredores tocando las aldabas husmeando las ventanas metiéndose por las rendijas. Llega con zapatos rojos de tacones altos silencio de ojos como el interruptor cuando se apaga la luz los labios pura incandescencia el cuerpo carne oscurecida con olor a envolturas de chocolate parisino. Cuando llega se adueña de nuestros aposentos del poemamor que el día fue pura coca-cola la noche se come la ciudad entera un loco con las sombras hace barcos de papel para cruzar los mares un ángel azul pasa por el ojo de una aguja y entra al reino de los hombres sobre las sábanas de mi lecho pétalos de amapola pisadas de camellos milenarios… Humberto Napoleón Varela Robalino

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POETAS DEL SIGLO XXI, 2002

Cuando esta aquí cuando ya nos tiene una corona de vinos nos desangra las sienes. La noche péndulo en el reloj de la vieja catedral suena sonidos duros fríos al abrirse las mismísimas puertas de cobres subterráneos golpes fuertes para despertar a Dios de su silencio. Sombra de luz la noche para ver el nacimiento la muerte la opereta negra la danza de su vientre oscuro. Sólo ella el minotauro que nos atrapa en este laberinto de concreto la pequeña reina que me da su imperio los cuerpos en pleno gozo la misma pequeña reina Isabel sentada al borde de mi cama leyendo este poema… Humberto Napoleón Varela Robalino

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Debo enseñarte las lunas que nacen en la piel de mis ventanas -M.B.M.

TUS PASOS Me gusta oír tus pasos enlunados enlluviados ensolecidos oírlos cuando oigo los silencios llamarme por mi nombre. Entre tus pasos tu cuerpo cuerpo danzarino para los sentidos. El sonido de tus pasos cerrojos aldabas abiertas por diminutas manos. Tus pasos deambulan sobre mi vieja máquina de escribir se empapelan se empalabran se empoeman. Cómo me suenan tus pasos cómo se anuncian cómo vienen conmigo de las estaciones más lejanas como los trenes los barcos de todos los puertos. Humberto Napoleón Varela Robalino

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Yo sé de tus pasos su arquitectura la huella en el gentío las sandalias que se calzaron en la vieja Palestina. Cómo suenan las semillas cuando las trizan las rompen las riegan en la tierra. Tus pasos mi memoria madera eucalipta mi cama cuando muerdo la manzana el sorbo de una taza de café el vuelo de los pájaros. Por los estrechos corredores de ese hotel de mala muerte tus pasos el guardarropa y mi corbata azul el interruptor de la luz el vidrio roto de la ventana… tus pasos. Mi reloj de acero inoxidable los días tristes el río donde te bañas desnuda la tierra que corta mi bigote la lluvia este viernes lechucero mi cigarrillo me vienen con tus pasos.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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VALPARAÍSO Valparaíso más puerto más muelle que todos los puertos y los muelles del mundo. Puerto de tantas colinas me recuerdas los senos repletos de las mujeres gigantes de la Isla de Pascua. El vendedor de las figuritas de greda me contó que tu mar un día de puro olas no pudo resistirse a tu playa entonces endureció tu perfil de fosforescencia y copihues cristalizó tus sales te pobló de gaviotas y alcatraces tórridos. Cuándo volveré a tu arena a tus semillas frescas de girasoles gigantes a esos ocasos de guitarras largas a esos bailes cuerpos encendidos a esas canciones de fogata y luna que me llevan que me acercan Humberto Napoleón Varela Robalino

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a tus huertos de verano a tus escalinatas interminables a tus fortines antiguos a tus bares habitados de lenguajes y uvas digitales. Valparaíso iluminadas casas superpuestas pañuelos blancos atrapando barcos Dónde la botella de CONCHA Y TORO de etiqueta derramada con mi nombre que lancé al mar desde tu faro en esa noche desbordante cuando vi tus colinas y te vi amaneciendo. Cuándo la embarcación Reina Isabel volverá envejecida por tus sales y tus olas Cuándo el paisajista el gorro gastado de colores la corbata azul saliendo la alegría… Qué del girasol en medio de la gente la gente subiendo al cielo en trenes diminutos… los peces de corales milenarios bebiendo en copas de cuerpo desnudo mientras tomé por la cintura a esa mujer de cabellera larga que solamente sonreía y navegó conmigo y caminamos juntos cuando ató nuestros cuerpos con su pañuelo rojo y jamás supe su nombre…

Humberto Napoleón Varela Robalino

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El amor espera en las ventanas de mis poros-M.B.M.

OMBLIGO Ombligo ónfalo nutriente bulbo ojo de ciclón acicate donde la danza se desnuda hoyo arrugado en la más hermosa geografía vaso de luna luna llena ánfora de secretos remotos pupila abierta que no duerme piedra donde se eterniza el deseo nudo de cera dulce caja de resonancias místicas cartílago de luz dedo diminuto con sortija de agua.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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POR ESO Para decirte pajaramañana nombrarte dulcencanto o llamarte girasolindo no hace falta poesía porque todo es un decir después de hacernos el amor de refrescarnos en nosotros mismos con el humo levísimo de nuestros cuerpos que ocupa la memoria el cuerpo verbo tibio el amor sustantivo transparente. Por eso názcote vívote crézcote coítote muérote…

Humberto Napoleón Varela Robalino

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Hoy abandonaste las raíces para hallar el fruto/ Dejarlo que descanse en tus ramas/ y después cambiarle el sexo/ vinieron los pájaros/ a picotear su piel/ N.R.

FRUTOS En los árboles de durazno después de la flor del polen abundantes caderas de mujeres. Frutos redondísimos pirotécnicos peceras repletas. Redondos frutos mielísimos carruseles imparables. Glúteos duráznicos frutísimos duraznos cárnicos hemisferios de luz rosas separadas por cascadas de vino lunas siamesas entroncadas en los verdeoscuro y profundo… Frutos para morderlos los ojos de champaña destapándose las uñas gavilán Levadura fresca cervecera espuma hasta reventarnos irnos de bruces encharcarnos de gula. Humberto Napoleón Varela Robalino

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BIGOTE MIO Bigote mío mundísimo tanguero rompeolas rompevientos por las calles peinando palabras para la noche del deseo. Cuando la obsesiva esa la araña la cosarica la tejespuma la que te atrapa en su red negrísima culebracascabel la lengua antorcha hasta la suavidad de la fruta. Bigote murciélago alasanchas lenguaje en los labios profundos en el cárnico cráter en el cáliz de la primera sangre en el paladar de cielo dilatado. Cuando vuelas ahí tu maestría la acrobacia Humberto Napoleón Varela Robalino

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tu magua tu audacia tu alquimia. Patas de pájaro Cuando te posas El ombligo círculos Más círculos los senos… Bigote maestrísimo más sabes por viejo que por diablo de película bigote pedazo de botella rayas la piel de la manzana para llegar a la cara oculta de la Luna. Bigote como que chocaras con la resaca te espumas te ensalivas y la sed sigue intacta…

Humberto Napoleón Varela Robalino

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ORIGEN (3)

Humberto Napoleón Varela Robalino

SINGUANTES, 2010

Después del caos el silencio sobre la gran roca la humedad propiciatoria. Las aves cortejaron los insectos recrearon las flores. Por el vino de la primera vez navegó el origen. La lluvia lavó al hombre de toda iniquidad él purísimo en la playa hasta los pies del mar oleadas los párpados palabreras las olas hundió las manos en la arena en la concha lenguó lo mielísimo lo carnoso de lo gozoso tomó un molusco azul lo adhirió al sueño al soplo a eso llamó alegría. Una vez multiplicados los panes los peces resplandeció la palabra sobre la manzana la luz lo proclamó verbo por siempre para siempre. 155


a veces digo la verdad/y cuando digo a veces/seguro que no miento - R.B.

ESCAPE Cuando te escapo escondrijo soledad de mierda por qué tanta alharaca si hace rato mi gato cascabeles. Te juego al gentío aún así me hallas en mi palillo de dientes extremosa escarbosa en mis costumbres. Por casi nada tu sombra me cae me recontracae como que me matara me recontramatara. Cuando ya no doy más suena la campana me obligas la destartalada silla me brillas tu hoja de afeitar tus dientes tus filosas uñas para afearme el rostro. Humberto Napoleón Varela Robalino

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Tú la muy mimada la sabrosísima tú hoy amaneciste volandera pícara pajarraca sin embargo yo Humberto Napoleón varelísimo bacanísimo hoy la fiestera la más color la más mujeriega de mis corbatas para infiernarte todita leña mi cama mis zapatos mis poemas.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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INFINITUD Dios creó al Hombre a imagen y semejanza suya desde entonces se dijo que su presencia en nosotros sería perdurable por los siglos de los siglos pero el Hombre muere sigue muriendo. El mismo Dios pactó con la ciencia los nuevos enviados los amos del crak los mercaderes del templo ahora la eternidad producto reciclado la clonación borra el amor invade los mercados. Solamente los agujeros negros del espacio nos devolverán la memoria ser dueños de nuestro propio barro procrear hijos millones de hijos fertilizados por la lluvia para que el Hombre siga viviendo. Humberto Napoleón Varela Robalino

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los poetas empiezan el amor cotidiano/con una fatalidad que les teje las venas/enamorada y sola/casi sin remedio.R.B.

DE LOS POETAS

Los poetas somos hijos de la Tierra. La poesía viene de la vida. La vida está dentro de los hombres. Después del Paraíso Dios tomó un hacha de metal oscuro derribó el árbol de la ciencia el Hombre pobló la Tierra de utopías. Dios y el Hombre desde entonces ya no son los mismos Dios es un anciano solitario con boina bufanda traje gris parado en una esquina de Broadway silbando un tango de Piazzola el Hombre su gato negro la ruleta rusa el guachito de la suerte. A los poetas nos preocupa Dios nos duele el hombre. Humberto Napoleón Varela Robalino

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Somos barro greda lodo perdurable voz ojo sin p谩rpado canto perdurable dioses hombres puestos los pies sobre la tierra.

Humberto Napole贸n Varela Robalino

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DEL GÉNESIS En el principio Dios y el Hombre vivían en el paraíso hermanos hermosos sonoros. Caminaban libres corrían libres sobre la faz de la Tierra las bestias eran dóciles bellas juntas abrevaban en los ríos. Pero el árbol de la sabiduría creció… …creció creció tanto el universo se pobló de constelaciones sin embargo una sola manzana bastó para tapar el sol. Dios y el Hombre se perdieron en la sombra el Hombre entendió la soledad subió a la montaña prendió fuego echó andar el mundo Dios se reclinó bajo el árbol se durmió para siempre en sus laureles. Humberto Napoleón Varela Robalino

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LOS ESPANTAPÁJAROS No es cuestión de sexo los espantapájaros nada tienen que ver con lo virtual el A.D.N. los reaelianos los micro-chips. Que no nos vengan a cuentear la noche virgen la fertilidad de la soledad el lagrimal profundo. Los espantapájaros llegan en trenes retornan en barcos. Entre los hombres viven ninfas elfos enanos orcos duendes faunos sátiros silvanos de los montes toda la noche fuego aquelarres.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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Ellos tambores la memoria ojosidades labiosidades hermanos de búhos y colibríes. En las calles de Nueva York es otra cosa sótanos saxofoneantes tercermundistas limpian rascacielos la paranoia gentea los semáforos acertijan en el atrapamoscas muere un latino el «NEW YORK TIME» suicida indocumentados Cristian Dior suda ombligos en las pasarelas del mundo. A quién le importa esto del «caballero de la triste figura» o el ojo de una aguja o la puerta del horno? Contados con los dedos de la mano pájarosemillas pájarosveranos pajarracasmuertes. Cuándo espantapájaros nosotros si nuestras manos matapájaros son el insomnio matanoches matapalabras el silencio Humberto Napoleón Varela Robalino

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la piel matasellos los pies matacalles. Y la flor. Y la humedad fragante en la prenda íntima el color de la corbata el rostro detrás del burka el bolero en la punta de la lengua el fuego purificador el agua de vida el soplo resucitador ultimadamente el reloj matatiempo matapiojos las uñas. Pero los espantapájaros tragaluces tragasombras tamo paja brizna hojarasca humus mariposas nidopájaro… son pupilas las auroras vientres frescos las colinas dedos guitarreros los vinos aromamor amorespiga. Humberto Napoleón Varela Robalino

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Cristos garabatos los espantapájaros pero la moda es MILÉNIUM MEGAS GLOBALIZACIÓN TLces AMOS DEL MUNDO sin embargo las utopías resisten los espantapájaros persisten. Igualitos los niños de la calle sucios de periódicos de fauna de pega de contacto cabelleras largas la de John Lenon en su concierto por un África sin apartei sin hambre sin genocidio. Sobre sus cabezas los pájaros construyen antimisiles la lluvia refresca vuelos milenarios una ceniza inmensa quema nuestras llagas. Los espantapájaros remojan sus barbas en los vinos de los dioses huelen a tabaco de los dioses concubinan con las mujeres de los dioses. Los utópicos fueron concebidos a imagen y semejanza suya Humberto Napoleón Varela Robalino

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bufanda azul barco de papel reina de ajedrez bola de cristal león de invierno risa vegetal fosforescentes huesos… un búho sobre el hombro se parecen tanto a mi padre en la más humilde acción de gracias a la vida.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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QUIÉN PUEDE NEGAR TUS PIERNAS Piernas urbanas repletas de barrio luces de neón viejos campanarios galerías de arte márketing internet blue-jeans …………. Peatonas inmensas el asfalto el bullicio cómo las acosan cómo las asedian cómo tejen sus medias las arañas del sueño cómo trepan tus muslos lenguas humedecientes cómo vuelan mariposas tu olor piernísimo. Desde el tumulto saltan a la lluvia al escalofrío al filo de la navaja. Cómo se vienen solitas sacándonos el cuerpo Humberto Napoleón Varela Robalino

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y no se corren. Cómo le dan suela al acertijo. Quién las para en seco quién las detiene quién las echa abajo quién puede con ellas. En las bocacalles los semáforos las huellas donde fue violada la niña que vendía flores un grafiti un gringo engringando una prostituta un eructo al general ya no hay quien le escriba. Sólo tus piernas como que fumaran como que silbaran como que llamaran pero nosotros detrás de la ventana más obscuros infiernando gárgolas siempre ceros nada finalmente fines pero aún así nos clonan nos reciclan el amor a puro viagra.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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Por las calles como en manifestación popular tus piernas qué manera de patear la noche hasta enciegarla hasta dolerles la madre. Piernas multitud agüita la boca de mi taza de café salen quién no las oye tango quién no las bebe ron quién no las ve gaviotas …………………………. Cuando se lee los periódicos cuando se prende la radio el presidente engaña miente el sindicato el obispo embauca engatusa el partido puro cuento la justicia pura lata los derechos humanos …………………………… Pero quién puede negar tus piernas quién no más quiere pintarlas de consignas sudárselas encallejarse con ellas ponérselas de corbata ajustar el nudo hasta matar el sueño.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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CÓMPLICES Ayer murió la hija de Rosamaría Tixe. Murió siendo niña. Tenía siete años para colmo nació un domingo siete. Nació con una cabeza grande como de persona mayor. En el barrio a todos llamaba hermanos gorriones bajo la lluvia creía encontrar plumas cantos de pájaros. El médico del barrio dijo que murió de pura anemia quién traga ese cuento. Creo que murió al abrir la ventana de la casa se volaron todos los gorriones. Pero Rosamaría Tixe dice que su hija murió de puta hambre que todos la matamos. Humberto Napoleón Varela Robalino

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SERMÓN DEL HOMBRE SUBTERRÁNEO Oídme templos rascacielos estatuas mausoleos! Tened vergüenza de estar de pie! Tened miedo de vuestra propia piedra de los mármoles los candelabros los cristales las condecoraciones de las escalinatas las salas de convenciones de los circuitos cerrados de T.V. y los altoparlantes… …tened miedo! Temblad frente a vuestro imperio a vuestra moneda a vuestra ley a vuestra sangre frente a vuestro partido su ideario sus consignas… …temblad! Estremeceos por el comercio y el consumo de vuestra heroína Humberto Napoleón Varela Robalino

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y los manicomios y las cárceles y los orfelinatos por vuestros lupanares… …estremeceos! Llorad por vuestros hijos y los hijos de vuestros hijos y las flores de papel obscuro por el beso de la araña por la partida de poker por Martin Luter King y su piel profunda… …llorad! Palideced frente al clan la hermandad el memorial frente al ojo ciego que todo lo ve… …palideced! Humillaos por el embargo por la usura del Fondo Monetario Internacional y el becerro de oro por los siete pecados capitales las siete plagas las siete armonías los siete años de malasuerte y los íncubos engendrando a vuestras mujeres… …humillaos!

Humberto Napoleón Varela Robalino

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Despreciaos por vuestros héroes los éxodos todas las tormentas del desierto la cacería final los intrusos que bombardean por error las plazas de Mayo y de Tian a Men y todas las sin nombre por todos los nefarios y los clones… …despreciaos! Repudiaos por la exaltación de lo inicuo en vuestros ídolos y vuestros fetiches y vuestros amuletos por la ignominia de vuestro barro… …repudiaos! Odiaos por vuestros vivos que no acaban de vivirse con la muerte ajena. Odiaos por vuestros muertos que no acaban de morirse en la memoria. A vosotros os digo que vuestra vergüenza es madre de todas las vergüenzas que el hombre de carne y hueso el superviviente el de la resistencia el del residuo el de la piel durísima tomará las herramientas en sus manos Humberto Napoleón Varela Robalino

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arados y semillas maderas y martillos libros y telares tomos y poemas fraguas y canciones la miel la sal los viejos caracoles la piedra la piel y su retorno entonces nunca más vuestras costumbres vuestro ideario vuestro aniversario. Escuchadme frías moles de granito monumentos del oprobio! Desde el subterráneo os digo que después de la caída de vuestra arquitectura cantarán los hombres de carne y hueso la lluvia mojará los cuerpos desnudos de las novias los hijos vendrán creciendo la alegría el amor tan rojo tan metal tan universo la ternura en medio de la danza la justicia mostrándose enterita en la hermosura de sus ojos la palabra para nombrar la vida el sonido para escuchar la vida el aroma para oler la vida

Humberto Napoleón Varela Robalino

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los cuerpos para llenarlos con la vida la vida para vivirla entera. Yo os digo están en pie las muchedumbres! marchan los sin rostro los hijos de la nada los sinnombre los que caen y ahí mismo se levantan los comidos por el hambre los habitantes subterráneos los últimos y sin embargo llegarán primeros los de aliento. Ellos los de carne y hueso son la cuenta regresiva en los dedos de la mano son el principio del fin de vuestro reino.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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FIESTA Quién vivirá esta fiesta quien vivirá para contarla. Quién en medio de la danza será elegido por el ojo carnoso de tu vientre. Quién los vinos prestidigitadores maestrísimos para sacar bocanadas de fuego desde tu mismísima entrepiernas. Quién fumará el último cigarrillo para sostener el silencio entre los dientes. Quién te llamará por tu nombre quién la aguja de bitrola de tanto girar la memoria tu piel puro bolero. Quién lo dirá quién tu entorno tu rastro a qué hora amaste. Quién el mar amanecido amaneciendo. Quién reventará la garganta gozosa.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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Incertidumbre:¿Qué vamos a hacer /con este pedazo de crepúsculo? N.R.

REFLEXIÓN Si caes pueblo si acaso caes muchedumbre montonera si te acribillan si te pulverizan masa proletariado si acaso desfalleces si te torturan chusma multitud si acaso llegáis a ver la muerte no será en vano no será para que lloren vuestras mujeres vuestros hombres vuestros hijos vuestros camaradas ríos de niños cantarán en las calles los ancianos con el sol cotidiano las mujeres con sus vestidos rojos nunca más los días de la represión de la crucifixión de la oscuridad del sometimiento del silencio de la corrupción de la desesperanza Humberto Napoleón Varela Robalino

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…………………. Lo que aún quede de vuestra casa de vuestro pan de vuestra bandera de vuestra hoguera de vuestro cuaderno de vuestro río de vuestra sonrisa ……………….. será más que suficiente para no morirse de remordimiento de impaciencia de miedo de enfermedad de desamor de olvido ………… Si crees que te han de matar mejor ponte delante de ellos. Si crees que te han de lisiar húndete en sus cráneos. Si crees que te han de enloquecer mejor siembra girasoles. Si crees que te han de borrar la memoria mejor escribe poesía.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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DIÁLOGO Después del sueño la máquina me dijo tú mereces la posteridad tu fotografía tus huellas dactilares tu olor color sabor los análisis de tu sangre orina eses esperma tu ADN tu manera de hacer el amor. Tuyo el tiempo inmemorial a cambio de tu lealtad. Qué eres frente a un año luz… a mil años luz…? Adórame ofíciame devoción serás mi predilecto poblaré la Tierra con seres hechos a tu imagen …contigo será la era de los clones.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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De pronto frente al espejo un niño me tomó de la mano le gritó a la máquina búscanos en los archivos secretos de los servicios de inteligencia en el mapa del genoma humano en los registros del sicoanálisis en el verdeoscuro del árbol genealógico en las capas geológicas de la Tierra utiliza tus detectores radares radiactivos inyéctanos pentotal enchúfanos corriente eléctrica solamente hallarás nuestras huellas nuestros rostros nuestra memoria intacta.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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El jadeo de los semáforos en las pupilas-M.B.M.

TE AMO PARIS París! Paris! Cómo te amo París! por ennochecerme en las mil y una maneras de hacer el amor en los Campos Elíseos. Cuánto reloj de arena cuánto vino cuánta primavera tu risa dentadura blanca cuánto verano para bañarte en la Fontana de Trevi para verte desnuda desde la Torre Eiffel. Turbias las aguas del Sena sin embargo la alegría se refresca los jardines aroman nos despertamos días nos acostumbramos siempres nos ennochecemos noches. En este cuarto de hotel de la calle Royale me llegas te amo. Cuando termines tu show en el Molin Rouge Humberto Napoleón Varela Robalino

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mi deseo pasará llevándote tu abrigo largo bufanda cuadritos de colores boina roja botas inmensas subiremos tomados de las manos por las empinadas escalinatas de Montmartre la bohemia no tendrá fin seguirán subiendo las canciones. Tu vienes conmigo París tomemos café en todas las terrazas en los grandes bulevares miles de hombres de todas las razas miraré en tu rostro florecido en girasoles. Me voy contigo París por los mercados centrales hasta «el paladar del mundo» por las anchas aceras entre mesas sillas parasoles por los sitios y cajones de libros viejos. Te amaneceré parisinamente parisinamente me llenarán tus calles. Bien que te amo París Humberto Napoleón Varela Robalino

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a pesar de este último beso de mi retorno de toda la distancia hasta no sé cuándo de la misma muerte que me espera en algún lugar diminuto. Cuando me toque mi ceniza en las canciones de las noches escribiré tu nombre igual que en mi memoria.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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SILENCIO El silencio está tejido de lluvia. Tú eres silencio. Haces el amor a tu manera suenas lluvia como mis manos aferradas a tu cuerpo.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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hay un gato perdido en el sillón -N.R.

DE GATOS Y COSAS Los gatos caminan sobre los sueños nosotros tejemos los sueños por el ojo de la memoria pasamos hilos de colores llaves maestras hileras de camellos lámparas de Aladino preservativos de colores libros de poemas afrodisíacos costumbres para cagarnos de la risa. Por eso a la hora de los gatos salto a la ventana gato el insomnio. La felinosa noche maulla lame de pasarela la suavidad de su cola. Puro tufo las luces empoeman los vinos orquestan los ombligos trenes las cremalleras el gozo invertebrado se dilata. Humberto Napoleón Varela Robalino

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Uno puede saltar sin paracaídas desde una cornisa darse contra el mundo y «el mundo sigue andando» llenar la ventana de mar tapar la soledad con las hermosas nalgas de Isabel. Gato la luna el insomnio gato gato Freud yo también gato. Sobre los tejados los gatos tocan su tambor de lata.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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SONATA DEL RETORNO EN DO MAYOR Racimos de crisálidas en los alares de las vetustas casas –casas aún en pieguardatiempos guardapelos. En proceso de olvidos aleatorios mariposas oscuras se adueñan de la luz me comen los ojos me perforan los oídos estampan los caminos perturban las manecillas del reloj me inflan me revientan. Por los visillos rostros intemporales metamorfosis herranzas desconciertos. En los espejos el mismo invierno. La ciudad danza llueven los lugares comunes aroman los días del amor tocarse la piel es hablar con uno mismo.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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Un sinfín el recuerdo una mujer inmensa en el centro de la plaza corredores escondrijos escalones numerarios golpes de campana. La fría noche se entibia en la memoria. Pájaros lluviosos en medio del gentío rostros perforados por la soledad adheridos al tiempo. Camino por calles angostas largas postes inmensos cuelgan ángeles moribundos. No sé desde cuándo estoy aquí…

Humberto Napoleón Varela Robalino

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poema antes de ahora no moría/voy a morir porque me dejas solo - R.B.

ARTE POÉTICA Que no sea mi poesía corteza agua piedra solamente. Yo no la quiero inútil con sobrenombres cicatrices culpa de la cirugía plástica y los periódicos. Que no sea mi poesía inconclusa ausente sordomuda ciega paralítica. Yo quiero mi poesía iracunda callejera vociferante endiablada. Yo quiero mi poesía tocante no intocable viva no muerta ira no lágrima Humberto Napoleón Varela Robalino

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caminante no sedentaria. Yo quiero mi poesía hombre herramienta semilla espantapájaros. No quiero mi poesía transparente verde azul la quiero roja no mártir no dolor no autocomplacencia no anticonceptiva no post-morten no honoris-causa no incienso y mirra no consumo. la quiero resucitadora gozosa pletórica la quiero uña y mugre la quiero presente y solidaria la quiero futuro y solidaria la quiero carne y hueso la quiero viva y dada al diablo.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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Eternidad: No habrá después/pues todo será siempre - N.R.

EXISTO Para poder decir que existo tengo que engatusar a Dios. En mí la noche no es tiniebla búho mis ojos son mi boca mi olfato todo mi cuerpo búho. El sol es un pretexto para enceguecernos ante lo inicuo bola de fuego bombillo plato de luz flash por eso soy búho. El dolor es nada más que una palabra lo promiscuo igual palabreja la paz pura lengua la solidaridad otra vaina el amor. Cuello de botella estas ganas de revelarme de cerrar las puertas del templo. Ahora sé que existo que fuimos creados durante la séptima luna bajo el séptimo cielo en el ritual del apareamiento Humberto Napoleón Varela Robalino

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de la séptima serpiente que es una engañarifa esto del tiempo que la lluvia no discrimina que hay la lluvia de soledad también que la telaraña no tiene aroma que la alegría no es una manzana suspendida en el espacio que la noche es vida que el día es supervivencia que bajo el sol la noche resplandece. Dios aquí estoy existo!

Humberto Napoleón Varela Robalino

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Hurgué en vecindarios tardíos de oscuras impaciencias-M.B.M.

CUARTO DE PENSIÓN Cuarto de pensión de mala muerte cerradura sonando mirando marcando el paso celda foco mortecino callejón sin salida campanas nombres fechas palabras obscenas mujeres de cabelleras largas repletas de órganos órganos repletos de mujeres de cabelleras largas. El cuarto oliendo a sexo a crezo. Bolitas de naftalina ruedan por el armario antiguo. Locas pesadillas apolillan las paredes uñas y mugre del escalofrío. Una mosca zumba en el retrete vuela revuela jode como siempre.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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Una jarra obesa con lunares grandes encandilándome sitiándome interrogándome. Una toalla pequeñita descolorida de tanta intimidad ajena cuelga del espaldar de una silla. Un espejo roto. Un murciélago silencio largándose por el caño. Y yo soledad enterito de películas de Marilyn Monroe armado hasta los dientes. Afuera corredores oscuros antesalas de lo inaudito hervidero de vainas de viejas prostitutas de malandros de etiqueteros sacapintas drogadictos a la hora de los brujos niños metidos en eso de la informal economía. Pero yo a voz en cuello mandando al carajo los megavatios después de todo a quién le importa Humberto Napoleón Varela Robalino

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si en la cuenta total me cargarán hasta el insomnio. El tic-tac de mi viejo Omega no se oye o mi viejo Omega ya no jala pero yo espectáculo solito enclinchado con mi propia sombra dándole como los grandes jugándome el todo por el todo sin tirar la toalla. Luego recogido de hombros sin pararle bola al adjetivo puro bocanadas de humo. De pronto la aldaba deja de ser avispa vuelve a ser aldaba cargo con la puerta ahí no más me da el día en pleno rostro nada cambia igualito todo Orlando Zapata muere por la libertad de conciencia asesinan al «Bambero» José Antonio Aguilar orisha de los bosques canibalescamente el retorno de los brujos impúdicamente los libertadores de la libertadora cristianamente la misma putería. Humberto Napoleón Varela Robalino

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MUERDE EL AMOR HERMANO MIO Muerde el amor hermano mío porque festejarás líquidos magníficos. Tómalo pálpalo llévalo a tu lecho inúndalo de lenguajes de hijos. Recórrelo con tu olfato huélelo huele a tierra prometida. Levanta el más grande aposento alégrate en él con las más grandes manifestaciones de la alegría. No lo contemples solamente hermano mío celébrate en él regocíjate glorifícate es manera de redimir al hombre

Humberto Napoleón Varela Robalino

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FIN DE TIEMPO Se nos termina el tiempo se achica el espacio las calles largas sueltas volanderas al colmo embarazadas de sorpresas. La tienda pequeñita de la esquina escasa de botellas cigarrillos hortalizas. Al pájaro adivinador y su maestro les dio por largarse a otra parte con alharaca y todo. Ahora es el alerta el pare el siga los semáforos inteligentes el ojo tuerto de águila la voz cotidiana enredada entre las líneas telefónicas. Tanta lata tanto cuento tanta tomadura de pelo para esto del comienzo del fin… Humberto Napoleón Varela Robalino

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MÁS ALLÁ DEL SILENCIO Más allá del silencio hay un miedo que nos pone cascabeles en el cuello un ángel desnudo presto a decapitarnos si seguimos en la búsqueda si no damos tregua a la fruta prohibida. Más allá del silencio hay una piedra oscura que nos duele uno flor amarilla que encharca los labios unos pasos en puntillas golpes de muletas un cigarrillo en medio de unos dedos fríos.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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Duele saber que debo recordarte/en el rostro de una cicatriz. M.B.M.

DEL OLVIDO No permitas en ti ninguna forma de olvido. Olvidar es manera de negarse asimismo de vaciar el cráneo de irse al carajo. A veces cuesta recordar encontrar la punta del ovillo la llave de la puerta. En el laberinto en el callejón sin salida en el atolladero de qué sirve la brújula en la bitácora como peces en el agua los instintos ese es su reino el único los ruidos del quicio se mueven en círculos lamen la promiscuidad reptan la soledad. El entorno el qué dirán cero nada oro de bobos Humberto Napoleón Varela Robalino

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como ver un punto fijo sin pestañar pero la lluvia danza danzan los lobos el fuego danza danza el cosmos. De todos modos hay mucha tela que cortar hay que atar cabos adivinar acertijos echar redes desatar entuertos no queda más que romper el capullo de la araña virgen o terminarás comiéndote las uñas ver un mamut volar tu cielo y le llamarás gaviota despertar junto a la dama inmóvil haber detenido el tiempo.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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LEYENDO «SIN TETAS NO HAY PARAÍSO» de Gustavo Bolívar Moreno A propósito de tetas únicas las tuyas mi reino por esos mundos. Increíbles saltan desde los tejados corren entre el gentío vuelan sobre sirenas de pronto se toman el tráfico. Para mi soledad ellas solitas parasoles gigantes en los veranos paraguas enormes en los inviernos. Cantidad de vinos embotellan mi boca ebrias bailan tango en la punta de mi lengua.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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nos resistimos a perder la fe... M.B.M.

CREDO

Creo firmemente que la soledad tiene forma de pez pez en una lata de conserva. Que el silencio es nada más que una campana de sal frágil tan frágil como el cristal de la ventana que la lluvia suena. Que el desamor es un pájaro desproporcionado dentro de una jaula mejor dentro de una catedral medieval. Me pregunto qué hay de la oscuridad si la luz es más veloz que el sonido por qué está siempre detrás de las puertas antes de que lleguemos de que nuestros nudos golpeen esas tablas lisas. Por qué los trajes negros siempre van bien con la noche Humberto Napoleón Varela Robalino

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y las flores rojas dan vida a los trajes negros. Creo esto que el gentío es otro mar repleto de peces peces hombres traganzuelos hasta cuentos tragan piedras de molino tragan. En todo caso es cosa mía ………………. pero el agua es más turbia cada día.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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CUANDO HACEMOS EL AMOR Cuando hacemos el amor amor nuestras artesanas manos suavizan humedecen modelan el barro son nuestras bocas soplando vida. Cuando hacemos el amor amor lo hacemos en silencio para no despertar a Dios para no herir su orgullo.

Humberto Napole贸n Varela Robalino

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Cada vez fumamos más y tenemos más miedo - R.B.

MOMENTO DE UN CAFÉ Es momento de un café de un cigarrillo el cerebro calcula elucubra como diablo en botella. Bocanadas de humo pájaros agonizantes formas famélicas obesas desconcertantes ceniceros hornos crematorios. Los dedos ceremoniosos costumbristas metidos en el oficio más antiguo del mundo huesudos artríticos lentos amarillentos agridulce nicotina.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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ESCONDITE El mejor lugar para ocultarse de uno mismo son las calles. El mejor sitio para disimular ambigüedades palabras necias caras largas deudas dudas miedos y eso del «Padre por qué me has abandonado» son las calles. Eres parte del pulmón jadeante de las mujeronas calles andariegas extrovertidas que jamás copulan. El tiempo es oro todos van de prisa desocuparon sus camas sus catres sus roperos cerraron el grifo de agua apagaron el interruptor de la luz los buses vuelan Humberto Napoleón Varela Robalino

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no cabe ni una aguja más desnuda la niña de lo ojos orina desde el borde de una acera. En las calles de todo hay como en botica pero nadie sabe nada pasan repasan nadie ha visto nada Pedro antes de que te madrugue el gallo tú me negarás tres veces. Tú ganas la soledad sale ganando. El bullicio rompe tu cabeza tu silencio suena un tango rompes el baile callejero.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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HOMBRE COMÚN Cómo no ser hombre común en plena calle si todos vamos con el rabo entre las piernas unos alma que lleva el diablo otros la memoria simplemente. Subes a los buses bajas repleto de lenguaje… Frente a los vitrales más vale ser faquires… Entras a los bares las servilletas banderitas… Los edificios de concreto que te impiden… un gato negro te saca el cuerpo… cuando el niño y su sonrisa… En el parque unos novios se abrazan se besan no se hallan cae una hoja del árbol el árbol sigue intacto. Humberto Napoleón Varela Robalino

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En los clasificados del diario de la tarde «necesito joven bonita de puertas adentro…» De pronto la lluvia sin paraguas las calles mojándole a la gente J.J. ruiseñor escúchalo no te desentones. Así hombre y lluvia encharcándose por siempre para siempre así es así sea…

Humberto Napoleón Varela Robalino

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Hambre: La avidez se prolonga/hieren las estatuas - N.R.

LAS ESTATUAS DE LA LIBERTAD Qué hacer con tantas estatuas de la libertad bronces rocas mohosas en los parques. Sitio común para los pájaros. En los jardines letreros proverbiales «cuida las flores ellas no te hacen daño» claro las plantas nacen crecen se reproducen mueren. Las estatuas de la libertad deben ser mujeres pequeñitas como nuestras novias hermosamente desnudas como cuando hacen el amor que les agraden las canciones las banderas de los pueblos que puedan ir con nosotros por las calles tomados de las manos.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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CAMINANTE Yo sé que caminar por Nueva York Caracas Río de Janeiro Santiago de Chile no es nada del otro mundo. Son ciudades como cualquiera repletas de hombres pánico sucio suciedad urbana. Son lugares comunes salones de belleza iglesias cines escuelas prostíbulos casas de empeño barrios obreros favelas harlems mapasingues prosperinas pisulies. Son lugares comunes hacinamientos Humberto Napoleón Varela Robalino

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traqueteos tarros viejos sirenas de ambulancias escuadrones de la muerte carros contraincendios c谩maras de tortura alcoh贸licos drogadictos citas clandestinas mercados de pulgas millonarios exc茅ntricos turistas refrescando la memoria. Es lo mismo que caminar por cualquier parte es estarnos boquiabiertos los mismos zaguanes callejones sin salida avenidas con los mismos sobresaltos el mismo Padrenuestro la misma lengua emputecida con la misma vuelta los zapatos

Humberto Napole贸n Varela Robalino

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La disfrazada condición de pertenecer a la vida- M. B. M.

EN ESOS CAFETINES Me gusta los cafetines del barrio entrar sentarme frente a una mesa pequeñita pedir un café. Las sillas las mesas los retretes los calendarios de pared los bombillos los ceniceros no me extraña nada iguales que en todas partes. En los fregaderos torres de Babel las vajillas las suelas de los zapatos rechinan suenan las narices el agua del baño el interruptor suenan el urinarhondo suena ronca el gato vejestorio. Entra sale la gente pregunta masca chicle se lanza una moneda cruz o raya. Humberto Napoleón Varela Robalino

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Una mujer cincuentona de joven posiblemente más bonita –Zulma se llamalleva a los labios un cigarrillo pide fuego entre sus piernas la pata coja de la mesa hace sombra. Un niño vende lotería nadie la compra el guachito ganador… Un obrero llega coloca su gorro de papel sobre la mesa apura un vaso de cerveza se vuelve marinero. Una tos otra tos diriges la mirada buscas en el piso el sonar de las pisadas todos somos palabras murmullos largos. Pienso en alta voz recojo papeles cotidianos. A estos lugares nos pertenecemos. En estos lugares nos vamos quedando como pájaros de invierno. A propósito de invierno me levanto pago la cuenta enciendo un cigarrillo me voy de largo… Humberto Napoleón Varela Robalino

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LOS GRAFFITIS TAMBIÉN HACEN DE LAS SUYAS Ciudad ciudad de las temporalidades los años primigenios las edades recientes de las generaciones interminables las épocas inconclusas los siglos errantes los tiempos perdidos te agazapas felina nos cazas en tu selva de concreto. Danzas desnuda danzarina entre la luz y la sombra teatrera entre bambalinas de smog hollín fosforescente. Te contoneas excitante te entregas concupiscente te tambaleas borracha la promiscuidad desparrama. Ciudad ciudad inverosímil sin embargo te mueves. Detrás de las estatuas ángeles avergonzados besuquean cómo dueles ciudad enorme. Humberto Napoleón Varela Robalino

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Por todo tu frío el cuerpo se nos corre cómo golpeas ciudad enorme. Tu silencio cala hasta los huesos tu bullicio quema la piel en la punta de la lengua nos come el nombre de tu madre Cómo te rebuscas y no te hallas para despistarnos tarimas fuegos artificiales ríos de gente en tus aniversarios indefensas multitudes curioseantes aglomeraciones. Boquiabierta en pleno día en la noche murciélaga desde los campanarios desde los modernos edificios duendes azules custodian tus puertas desde los zócalos pintarrajeados de graffitis saltan legiones de condenados a saciar sus instintos reprimidos

Humberto Napoleón Varela Robalino

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VIAJERA María Julieta con un mapa en la mano…

Viajera incansable trotamunda tu pasaporte tiene visado hasta el silencio facilito hacia las flores los colibríes los desiertos los ríos navegables las noches polares. Se te da por hacer caminos cómo te cabe en la memoria los boulevares el smog de las metrópolis las góndolas multicolores los muros milenarios las agujas de las mezquitas los vinos borgoña la greda las danzas de los pueblos. Cuando te viene por andar te viene una bandada de gaviotas te queda rojísimo el pañuelo. Humberto Napoleón Varela Robalino

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En los astilleros te pones navegante el tango suaviza la yema de tus dedos. Caminante andariega como las herranzas de los pinceles de Kigman la boina gris de Neruda la guitarra salvaje del Terri los mismísimos tragos de Éuler Granda los zapatos afelpados de Humberto Napoleón Varela Robalino

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Ra煤l Mellado Castro la sonrisa de Lavinia el universo de Sim贸n. Andarina andariega patisuelta en una de estas astronauta de pura mariposa volar谩s los agujeros del espacio.

Humberto Napole贸n Varela Robalino

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Demomostrarte nuevos amaneceres-M.B.M

SOBRE TU CUERPO Dejo mi cansancio sobre tu cuerpo la pesadez del sinsentido la oscuridad aleatoria de mi búho. Levántame a una sola palabra tuya la estatua de la libertad caminará con nosotros una sola gota de tu aceite nuestra lámpara nos permitirá la noche una sola palmada tuya los que fueron destrozados mutilados por las minas por la promiscuidad por el odio por la mentira por el miedo por el abuso nos llevarán de las manos un solo hijo tuyo las multitudes cantarán dirán poemas batirán pañuelos de todos los colores. Levántame renovado capaz de todas las fuerzas Humberto Napoleón Varela Robalino

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de los que trabajan las maderas los metales las tierras las piedras de los que hacen suyos los rostros doloridos estupefactos iracundos desesperados silenciosos. Levántame empújame al espacio échame andar quítame este peso que por toda la piel te están creciendo girasoles.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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esta tierra/allí me reconozco/cuando me balancea/como a niño en su cuna-R.B.

LA TIERRA QUE PISAS Amo el pedazo de tierra que pisas por el que caminas en el que te detienes. Tierra prometida a los desposeídos a los que jamás tuvieron lecho propio donde hacer los hijos donde encender fuego a los que se clavaron el suburbio para levantar sus moradas para soñar de prisa donde refugiarse de la muerte donde cantar a pulmón lleno. Lugar pequeñito donde cabemos todos territorio libre tierra del retorno capilla del hombre casa comunal para las asambleas del pueblo.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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ORACIÓN Venga la poesía desde la sencillez de los panes la pureza de la lluvia la dureza de la piedra la humildad de la madera la justicia del fuego que nos restituye la palabra la luz el aroma que nos restituye las manos para tomar el amor por la cintura que nos crezca pies terrestres macizos sonoros. A la hora del llanto la negación lo absurdo de la inmisericordia de la desesperanza sin su presencia qué será de nosotros para qué la memoria en las salas de arte para quién los pañuelos rojos la sonrisa en una boca desdentada de qué tamaño la lágrima en un ojo vacío.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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Venga la poesía desde los metales desde la arcilla desde las redes repletas desde los árboles. Que no nos falte su fuerza para golpear las peñas del desierto y brote el agua que no nos falte su aliento para matar la muerte matando la desesperanza para fusilar la muerte fusilando los dioses falsos para ahogar la muerte ahogando el silencio para asfixiar la muerte asfixiando la obscuridad para triturar la muerte triturando el miedo. Venga la poesía a manos llenas en la tierra repleta de polen aves insectos en los ladrillos para levantar nuestras casas el carbón para echar a rodar los viejos trenes vengan las lámparas encendidas para aclarar en nuestros muertos sus rostros de piedra intacta. Poesía nuestra que estás en el tiempo que estás en la tierra que perteneces al hombre Humberto Napoleón Varela Robalino

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santificado sea tu nombre tu verbo tu universo bendita tu presencia en la boca del pueblo alabada tu sangre por negarte el silencio aclamado tu verbo tu sal su flor tu vino regoc铆jenos tu tambor tu danza venturosos los hijos que hablan contigo glorificada la vida que viene contigo a quedarse en nosotros.

Humberto Napole贸n Varela Robalino

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BLANCO Y NEGRO Si pierdes las calles pierdes el mundo. Si no abres una ventana en el muro pierdes la luz. Si no bebes la sed pierdes la lluvia. Si por tu hermano no metes las manos al fuego pierdes la fe. Si enturbias la lágrima jamás hallarás la alegría. Si te encharcas la náusea jamás tendrás fortaleza. Si exaltas la mentira jamás conocerás la verdad. Si alientas el miedo jamás será libre. Si es tuyo el oprobio nunca más el honor. Si es tuyo el silencio nunca más la palabra. Si es tuyo lo inicuo nunca más la justicia. Si te encapulla el olvido nunca más la memoria. Si tememos la muerte jamás se ha vivido. Si negamos la vida se ha perdido la muerte. Humberto Napoleón Varela Robalino

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Instinto: huele caliente,/temblorosa como un pájaro herido. N.R.

LA NOCHE DEL FAUNO

Desde la ventana de mi cuarto miro esta ciudad de concreto su friolera luz la manera de gastarnos. Una que otra ventana iluminadas ahí sombras tragándose las luces insectos gigantes sugerentes cuerpeantes me recuerdan la manera de hacer el amor con Sabina. La neblina metida en los campanarios pasa la noche. Uno que otro vehículo vertiginoso el ruido de una sirena me recuerda la muerte de los pájaros. Mi resuello opaca el cristal de la ventana dibujo un fauno un alarido me sumerjo en mi propio reino. Humberto Napoleón Varela Robalino

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PARA UNOS CIUDAD DE PERCEPCIONES, PARA OTROS… Se de tus murmuraciones de tus cuchicheos te escucho en los salones de baile en las salas de cine que aún quedan en las cantinas malamuerte en los funerales en las tarimas en la grey politiquera en el se jugó como nunca y se perdió como siempre en los mercados en las plazas en la maraña callejera… Ciudad! vieja ciudad! cucurucha rezandera mogijata algún día te devolverán la memoria entonces «La Torera» estocada hasta la empuñadura. Esa «Carita de Dios» se te cae de vergüenza ya no hay por dónde caminarte te depredan te encochinan te enfundan Humberto Napoleón Varela Robalino

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te vas quedando pajarraca calva puro menjurge veme y no me toques. Si me salgo contigo como que me apuñalan por la espalda la corrupción en aguacero hay que enzancarnos. La niña de los ojos menopausia prematura. Los gringos metiéndonos en la Kodak’s encandilándonos los flashes filmándonos para ganar el «Oscar». En los parques atorándose los besos rebuscándose los cuerpos. Pregoneros nuevos enviados adivinos recaudadores celestiales santos y satanes de los últimos días testigos de la gran pecadora chamuscados por la cola del cometa Halley a largo plazo vendiéndonos el cielo.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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Hierbateros curanderos shamanes en los menús del internet inventores del agua tibia olvídate de la impotencia de la anemia del maldeojo del estreñimiento del insomnio del maldeamores de la calvicie a pura «sangre de drago» no se te quebrarán las uñas. Mejor dejémonos de vainas ponte dominguera de antes de puro darnos de pronto un hijo se nos viene.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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EN LA SOLEDAD Tambi茅n en la soledad nada hay oculto se puede adjetivar tanto que el amor pierde color no tiene sabor la manzana el canario pierde el pico se desaroma la flor el fuego no hace mella. Para colmo el verbo es una simple palabreja dentro de una botella que Robinson lanz贸 al mar en plena tempestad.

Humberto Napole贸n Varela Robalino

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en los aleteos que comete el viento/se doblan y se olvidan los paraguas - R.B.

EL PARAGUAS Karina Michel a punto de llorar…

Andén de Santa Clara me traes unos ojos pequeñitos de mirada clara que tanto amo. Desde tus barandas de metales cotidianos tu torno gira gira mariposas. Andén de Santa Clara esos ojos pequeñitos de mirada clara se llenan de rostros taciturnos. Andén de Santa Clara esos ojos pequeñitos de mirada clara lloran de ternura Andén de Santa Clara. Un anciano de pañuelo enorme a una niña le regala su paraguas lleno de sonrisa se queda en medio de la lluvia de agua clara Andén de Santa Clara.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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A LA HORA DE LA HORA A la hora de la hora del hasta aquí no más del acabose. amor tú seguirás en pie mi amor te hizo fuerte mi alegría eco en tu palabra mi piel oscurecida fuego cotidiano. Después del final oirás mi poesía en los lugares más comunes convertida en canto aguja inoxidable en los dedos de las madres clavel inmenso creciendo en cada puerta. Amor no importa el terminarse ahora se vivió la vida a boca llena ser uno de miles y miles en el mundo si en mi poesía los hijos sin mañana son hijos nuestros si en nuestro aposento con la madera de mi canto construimos nuestro lecho. Humberto Napoleón Varela Robalino

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Después de todo me moriré en cualquier instante a lo mejor de pura noche de pleno día tomando café bebiendo vinos largos no importa mi poesía vio el rostro oculto de los hombres mi palabra olió la vida en todas las raíces mi amor humedeció los cuerpos no importa estuve en la marcha de los condenados de la Tierra olvidados de Dios y de los hombres. Cuando el silencio sea mi reino y mi sombra se vaya por el caño estaré diminuto de ceniza voz innumerable parte resurrecta de mi cuerpo. No importa quedarse cero nada borrado totalmente de la especie ojo vacío ahí estaré tendido como hierba en medio de la lluvia mojado de tus pies descalzos naciendo otra vez hacia la vida para encontrarnos verbo por siempre para siempre. Humberto Napoleón Varela Robalino

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el hombre aseguró la llave/se miró al espejo/y pidió un café - N. R.

AUTOCRÍTICO El hombre de la silla imita piensa finge. Cambia de posición las piernas aburrimiento tic manía pesadilla. Retorna a la posición inicial Rectificación clic acto deliberado político.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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MÚSICA DE SAXO Kenny G incomparablemente suena «MIRACLES» en su saxo desde el borde de un edificio de 50 pisos pronto a demoler. Lo candencioso levitación tiempo espacio como caminar en el agua en el suelo lunar. Destruir no es solamente cerrar en un puño la flor. Lento el principio. Lento el final.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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en sus entrañas de sombra enamorada - R. B.

SOMBRA En cada piedra hay una sombra agazapada un ojo ciego. A la hora del meridiano engullimos la sombra o ella nos devora. A partir de ese instante nos persigue acosa nos vence. …ríe tiene su horario biológico.

DILEMA En los rostros hay una parte muerta que no entiendes hay una parte viva que hace el ridículo. He ahí el gran dilema…

Humberto Napoleón Varela Robalino

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CALIDOSCOPIO El niño con su calidoscopio juega piensa fantasea piensa pequeño dios que crea. Galileo escudriña el firmamento se maravilla busca respuestas testimonia lo maravilloso de la creación. Por su parte Antón escarba en lo diminuto se asombra contesta cree en la grandiosidad de la creación. Pequeño dios el niño con su calidoscopio no se maravilla tampoco se asombra solamente juega piensa fantasea piensa … crea.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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DE LAS INTERPRETACIONES En el confín de lo humano de lo posible los sueños seres obstinados lentos mutantes belleza visible deformidad dicha a medias truco para destruir la grandeza pretérita. Qué intrascendente.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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REDENCIÓN La piel del amor arde se rompe apesta de tanto ser expuesta de manosearla. El amor es intransferible como nuestra propia muerte o lo expresas solamente o lo vives. Qué puede engendrar lo grotesco e insaciable gritos de redención marginalidad de la locura.

POEMA EN ARQUITECTURA Este poema tiene piso de madera la luz resbala no se puede quedar viene la noche hermosos animales de mil extremidades descalzos hacen tambalear todo silencio. Este poema tiene piso de madera en un cuarto sin puertas sin ventanas sin paredes sin retrete. Humberto Napoleón Varela Robalino

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me descomponen el cepo y el silencio - R. B.

COSAS DEL SILENCIO Silencio péndulo salto al vacío graffiti garabato hombre con bufanda que cuelga de la noche. Los espejos arena movediza te ves piensas se te caen los párpados atornillas los dedos en las sienes qué importa frecuentar el mismo foco rojo comprar preservativos anticonceptivos antidepresivos hacer el amor no es cuestión de pintar culos en el sueño… Entre ceja y ceja una botella un pájaro un insecto un poema. El silencio claroscuro puerta cerrada del tamaño de una pupila dilatada pupila dilatada del tamaño de una puerta cerrada lugar común frío salobre gotear en el retrete en el retrete el retrete retrete. Humberto Napoleón Varela Robalino

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DIAGNÓSTICO Nuestros ríos subterráneos son seres indefensos ciegos viven en frías oquedades aparecen de vez en cuando en el espejo para reírse de nosotros nos escupen nos muestran sus uñas sus dientes nos duelen nos horrorizan. De esos seres de esos ojos petrificados no nos escapamos no hay manera de escabullirse tapas de botellas desechables corchos de vinos vacíos. Leopoldo María Panero se tapa los ojos con las manos juega con los dedos los abre los entreabre entra la luz oscura gran arquitecto construye diques de nicotina piensa cambiar el curso de su río eleva montañas de cigarrillos para tapar las ventanas de Mondragón. Humberto Napoleón Varela Robalino

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saber que las caricias gesticulan en la mirada/que me hace eterna -M.B.M

AMO EN TI Amo en ti la manera simple de desnudarte de llevarme a la cama tus pies descalzos suenan la fuerza disecada de la madera del piso. Amo en ti la lentitud cuando caes de espalda para recibirme cuando brota el primer ojo de agua tu jadear tu remolino. Amo en ti la manera artesanal de tus labios pidiéndome que te posea tus piernas llegándole a la luna el arco de tu vientre tus senos adheridos a mis manos tus glúteos acantilados que resisten la marea la resaca. Amo en ti la paz del gozo el brillo del río subterráneo el silencio final de tu cuerpo recogido. Humberto Napoleón Varela Robalino

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2014

BELO HORIZONTE Belo Horizonte es una ciudad que se deja amar a primera vista como sus mujeres se dejan amar sin restricciones como las sandías de sus huertos que nos ofrecen la pulpa roja sus endurecidas pepitas negras que nos danzan nos danzan que nos bailan nos bailan como pezones lechosos en la boca de un recién nacido.

VIAJERO EN BELO HORIZONTE A Belo Horizonte desde los confines ríos de lenguajes llegan llegan racimos de rostros alegrías multicolores llegan. Ciudad de los amaneceres de ondeada geografía cadenciosa como su música de las avenidas obesas en los atardeceres. Humberto Napoleón Varela Robalino

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2014

Es un mestizaje nuevo una nueva forma de vida artesanía nueva. Puedes palpar con una sola mirada los cuerpos flexibles de sus mujeres lamer la miel de sus ojos con una sonrisa oler mangos maduros en sus cuellos colgar en sus largas cabelleras percusiones danzas poesía fresca.

NOMBRES Cuando llenas mi boca con tus senos más música tu nombre. Cuando me mojas con tus orgasmos múltiples simple deletreo mi nombre.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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Todas las habitaciones se parecen a ti - R.B.

LA PUERTA

Para que tu olor me arome para que tu aroma me perfume debemos nuevamente hacernos el amor apoyados a la puerta sobre la puerta detrás de la puerta pegados a la puerta de nuestra pequeña habitación. Clavarnos hundirnos sobre la madera azul golpear el gozo con nuestras rodillas indoloras tus pies trepar las paredes apoyados sobre la manilla de la puerta. La exaltación sosteniéndonos apretándonos colgándonos. Los órganos florecidos oliendo iluminando goteando. En la alegría resbalándonos desnudos quedarnos sentados arrimados a la puerta hasta que el silencio llegue con su llave maestra y nos abra la puerta. Humberto Napoleón Varela Robalino

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TARDES DE BELO HORIZONTE Las tardes de Belo Horizonte tienen sabor a chocolate se diluyen en nuestras bocas cuando conversamos en los bares cuando brindamos con «cachaça» en el bar de Doña Petra. Son tardes de piernas inmensas salen de las minifaldas hacen burbujas en las blusas de seda desnudan su alegría. Tardes de jardines las sombras melosas de los edificios endulzan las tazas de café las cabinas telefónicas globos gigantes inflados con voces caracoles marinos repitiendo besos. Las tardes de Belo Horizonte atrapan revoloteamos como insectos dorados alrededor de la «lámpara de Aladino».

Humberto Napoleón Varela Robalino

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Frontera: En las calles caminan otros poetas /que no saben mi nombre - N.R.

DE LAS CIUDADES Las ciudades nunca duermen están poseídas por ángeles y demonios. El insomnio danza el ritual de la antropofagia la autoflagelación la migromancia el aquelarre. Los insectos truculentos bajo los pasos a desnivel engullen los desechos del día. Jamás descansan las ciudades –creo que son obra y gracia de esos amores insestuososjamás están quietas: acorralan atropellan entrampan empachan vomitan. Todos los búhos afilan sus picos corbos para los conciertos lechuceros.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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Yo deambulo por las ciudades cuento recuento los adoquines soledades soledades adoquinadas dentro de mis zapatos malolientes engarfio los dedos de los pies clavos oxidados que me sujetan a la tierra. Yo camino sobre las ciudades muchos caminan sobre las ciudades llevamos bufandas es un deambular de ahorcados. Bajo luces mortecinas entre las piernas varicosas de las estatuas los 谩ngeles y demonios concubinan insestan copulan insestan copulan copulan copulan.

Humberto Napole贸n Varela Robalino

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Cuando la vida nos regala/pájaros/jacarandás y nidos estamos prontos para vestir plumas – N. R.

BAILA AMOR Baila amor gira desenrrolla tu desnudez suda el gozo grita traga la abundancia de nuestros salivales. Baila gira desorbita tus senos rueden ruédalos ruédamelos hasta los entrededos de mis manos de mis pies. Baila gira desencadérate a todo ritmo tus glúteos saxos panderetas timbales tambores sonidos de selva púbica atenta oreja tu ombligo para oír el mar.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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Baila gira abre tus muslos para bañarme en tu cascada generosa. Baila gira cierra tus rodillas circuncídame nuevamente con tus labios. Baila amor gira encapúllate toma la posición inicial de la vida.

Humberto Napoleón Varela Robalino

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Índice El buho no duerme ......................................................................................... 4 CIRCUNSTANCIA GRIS (1973) ............................................................ 7 PAZ EN VIETNAM ........................................................................................ 7 UNA JOVEN LLAMADA AMÉRICA ....................................................... 10 MUNICH ....................................................................................................... 13 ABDICANDO EN CERO ............................................................................ 15 INTERIOR .................................................................................................... 17 VOCES (1976) ........................................................................................... 17 CANTO UNIVERSAL ................................................................................. 19 EXISTENCIA ................................................................................................ 22 EL YO CULPABLE ....................................................................................... 24 ORIGEN ........................................................................................................ 26 ESE MAR ...................................................................................................... 27 TEMA INTERIOR ....................................................................................... 29 AMO LA TIERRA ....................................................................................... 30 EL HOMBRE DE LA ESTRELLA SOLITARIA ....................................... 31 SANCIÓN EQUINOCCIAL ....................................................................... 33 CANCIÓN EXISTIDA ................................................................................ 36 ARDE CIUDAD, ARDE .............................................................................. 37 TRÁNSITO ................................................................................................... 38 LA BUSCA .................................................................................................... 39 EVIDENCIA LLAMADA NEGRO ............................................................. 40 INSTANTES .................................................................................................. 42 MOTIVACIÓN ............................................................................................. 44 EL VOCABLO DE TODOS ......................................................................... 46 INTROSPECCIÓN ...................................................................................... 48 EL HOMBRE HABITADO ......................................................................... 49 TIERRA DE PANAMÁ ............................................................................... 51 AQUÍ ............................................................................................................. 53 REVELACIÓN .............................................................................................. 54 AMANECER ................................................................................................. 56 VOCES PARA EL VOCERÍO .................................................................... 57 ARQUITECTURA ....................................................................................... 59 LA MUERTE DEL CAPITÁN ..................................................................... 61 RETORNO .................................................................................................... 62 CANTOR ....................................................................................................... 63 GÉNESIS ....................................................................................................... 65 SILENCIO ..................................................................................................... 67 Humberto Napoleón Varela Robalino

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POR MI PUEBLO ....................................................................................... 69 EN POS DE TUS RAÍCES ......................................................................... 69 PASIONARIA ............................................................................................. 71 TE LLAMARÉ AMOR ................................................................................. 73 ESPERA ........................................................................................................ 75 EXISTENCIA (2) .......................................................................................... 76 VEN CONMIGO .......................................................................................... 77 APOCALIPSIS ............................................................................................ 79 PRESENCIA, 1980- COLECCIÓN RUMICHACA ........................... 79 ORIGEN (2) .................................................................................................. 84 EN NOMBRE DE TODOS .......................................................................... 86 ES TAN SIMPLE .......................................................................................... 90 PATRIA ........................................................................................................ 92 SILENCIO (2) ............................................................................................... 95 EXTERIORIZACIÓN ................................................................................. 98 DE LA LUZ ARTIFICIAL ......................................................................... 100 POEMA ....................................................................................................... 102 INSTANTES (2) .......................................................................................... 103 DE LA PRESENCIA .................................................................................. 106 IDENTIFICACIÓN .................................................................................... 108 SENOS ......................................................................................................... 110 PERDÓNAME AMOR .............................................................................. 111 ÁMAME COMBATIENTE ........................................................................ 114 AMO DE TI ................................................................................................. 115 GAVIOTA ................................................................................................... 116 PRESENCIA ............................................................................................... 118 GRAMÍNEA ............................................................................................... 120 VIAJERA EN EL RETORNO ................................................................... 121 TU MANO ................................................................................................... 123 VENID POR MI ......................................................................................... 125 DE ESTE LADO - POESÍA 1984 ......................................................... 125 DOS TIEMPOS PARA UNA SOLA EDAD ........................................... 127 LA PAZ ....................................................................................................... 128 CUANDO UD. OBRERO… ..................................................................... 130 DE TANTO SILENCIO… ......................................................................... 131 EL TOQUE DE UNA CAMPANA ............................................................ 133 PSICOANÁLISIS ...................................................................................... 134 LA PALABRA Y CUALQUIER VAINA ................................................. 135 MANIFESTACIÓN .................................................................................... 137 A PURA FUERZA ..................................................................................... 138 LAS FIGURAS ........................................................................................... 139 PADRE NO LOS PERDONES… ............................................................. 141 Humberto Napoleón Varela Robalino

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REGRESO ................................................................................................... 143 LA NOCHE ................................................................................................. 144 POETAS DEL SIGLO XXI, 2002 ......................................................... 145 TUS PASOS ................................................................................................ 146 VALPARAÍSO ........................................................................................... 148 OMBLIGO .................................................................................................. 150 POR ESO .................................................................................................... 151 FRUTOS ...................................................................................................... 152 BIGOTE MIO ............................................................................................. 153 ORIGEN (3) ................................................................................................ 155 SINGUANTES, 2010 ............................................................................. 155 ESCAPE ....................................................................................................... 156 INFINITUD ................................................................................................ 158 DE LOS POETAS ....................................................................................... 159 DEL GÉNESIS ............................................................................................ 161 LOS ESPANTAPÁJAROS ....................................................................... 162 QUIÉN PUEDE NEGAR TUS PIERNAS ............................................... 167 CÓMPLICES .............................................................................................. 170 SERMÓN DEL HOMBRE SUBTERRÁNEO ......................................... 171 FIESTA ........................................................................................................ 176 REFLEXIÓN ............................................................................................... 177 DIÁLOGO .................................................................................................. 179 TE AMO PARIS ......................................................................................... 181 SILENCIO ................................................................................................... 184 DE GATOS Y COSAS ................................................................................ 185 SONATA DEL RETORNO EN DO MAYOR ......................................... 187 ARTE POÉTICA ........................................................................................ 189 EXISTO ....................................................................................................... 191 CUARTO DE PENSIÓN ........................................................................... 193 MUERDE EL AMOR HERMANO MIO ................................................. 196 FIN DE TIEMPO ........................................................................................ 197 MÁS ALLÁ DEL SILENCIO .................................................................... 198 DEL OLVIDO ............................................................................................. 199 LEYENDO «SIN TETAS NO HAY PARAÍSO» de Gustavo Bolívar Moreno ................................................................... 201 CREDO ........................................................................................................ 202 CUANDO HACEMOS EL AMOR ........................................................... 204 MOMENTO DE UN CAFÉ ........................................................................ 205 ESCONDITE ............................................................................................... 206 HOMBRE COMÚN ................................................................................... 208 LAS ESTATUAS DE LA LIBERTAD ....................................................... 210 CAMINANTE ............................................................................................. 211 Humberto Napoleón Varela Robalino

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EN ESOS CAFETINES .............................................................................. 213 LOS GRAFFITIS TAMBIÉN .................................................................... 215 HACEN DE LAS SUYAS ........................................................................... 215 VIAJERA ..................................................................................................... 217 SOBRE TU CUERPO ................................................................................ 220 LA TIERRA QUE PISAS .......................................................................... 222 ORACIÓN .................................................................................................. 223 BLANCO Y NEGRO .................................................................................. 226 LA NOCHE DEL FAUNO ......................................................................... 227 PARA UNOS CIUDAD DE PERCEPCIONES, ..................................... 228 PARA OTROS… ....................................................................................... 228 EN LA SOLEDAD ...................................................................................... 231 EL PARAGUAS ......................................................................................... 232 A LA HORA DE LA HORA ..................................................................... 233 AUTOCRÍTICO ......................................................................................... 235 MÚSICA DE SAXO ................................................................................... 236 SOMBRA .................................................................................................... 237 DILEMA ...................................................................................................... 237 CALIDOSCOPIO ...................................................................................... 238 DE LAS INTERPRETACIONES .............................................................. 239 POEMA EN ARQUITECTURA ............................................................... 240 REDENCIÓN .............................................................................................. 240 COSAS DEL SILENCIO ........................................................................... 241 DIAGNÓSTICO ......................................................................................... 242 AMO EN TI ................................................................................................. 243 2014 .......................................................................................................... 244 VIAJERO EN BELO HORIZONTE ......................................................... 244 BELO HORIZONTE .................................................................................. 244 NOMBRES .................................................................................................. 245 LA PUERTA ............................................................................................... 246 TARDES DE BELO HORIZONTE .......................................................... 247 DE LAS CIUDADES .................................................................................. 248 BAILA AMOR ........................................................................................... 250

Humberto Napoleón Varela Robalino

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pie de imprenta


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