Editorial Sin duda alguna la motivación es un factor determinante para alcanzar lo que nos propongamos, pero el término motivación no debe ser confundido con esa sensación momentánea que tenemos cuando, como se dice coloquialmente, andamos al 100, sino en su acepción más amplia debe ser entendida como la fuerza interna que nos lleva a avanzar a pesar incluso de los obstáculos.
La motivación anterior, que surge de algún evento, de leer algo, de platicar con alguien, generalmente es de corta duración. Nuestra misma naturaleza no puede mantenerse en ese nivel y busca regresar a niveles más aceptables o manejables para ella. Esto es incluso entendible pues al igual que cualquier otra actividad física, mental o emocional, un híper-estado consume mucha energía y de igual forma desgasta.
Lo anterior no quiere decir que esa sensación no sea aceptable o que no la debamos de procurar. Al contrario, esa sensación es como las cápsulas vitamínicas que de vez en cuando necesitamos para dinamizar nuestro paso hacia las metas. Pero, el gran pero, es pretender enganchar con esa sensación momentánea nuestras acciones y nuestro andar, ¿por qué?, pues por el problema que surge cuando ésta sensación disminuye hasta hacerse imperceptible generando que, si estamos anclados a ella para nuestro avance, nos detengamos.
¿Entonces cuál es la solución? La solución es la motivación multi-plataforma, como la llamo yo, es decir, aquella que no solo se sustenta en la parte sentimental (como la de los ejemplos citados), sino que también se sustenta en la parte física, mental e incluso espiritual. En esos casos, aunque ase la sensación de la que hemos estado hablando nuestro andar no se detendrá pues tendremos otros elementos para movernos en pos de nuestras metas.
¡Éxito!
Roberto Celaya Figueroa, Sc. D. Fundador y Editor en Jefe
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