Los malos momentos son como el polvo, tú no decides cuando entran pero sí cuando los barres y sacas fuera Por: Roberto Celaya Si pensamos en nosotros como en una casa veremos el símil que existe entre los malos momentos que experimentamos en el primero caso y el polvo que entra en el segundo, así como en ambos la decisión de uno por echarlos fuera.
¿Te has fijado cómo encuentras tu casa cuando sales de vacaciones aunque sea unos días?, tal vez todo siga igual cuando regreses pero ¿qué es lo primero que ves? Claro: el polvo que se ha acumulado. Cochera, sala, comedor, habitaciones, todo tiene una fina capa de polvo que se acumuló los días que no estuviste en casa.
¿Y te has fijado cuando, estando tú en casa, se deja venir una tolvanera?, ¿cómo es el ingreso del polvo en esos casos? Abrupto, ¿verdad?, a veces no te da ni siquiera oportunidad de cerrar 8