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Mitos del Coaching
Por: David Barraza
En el 2018 por circunstancias de la vida llegué a conocer la meditación y conforme iban pasando los meses, sentí la necesidad de aprender más cosas, ya que empezaba a descubrirme, pero no terminaba de encontrarme. En una de mis meditaciones, buscando respuestas, encontré el interés por ayudar a los demás, pero desconocía el cómo hacerlo. Desde hace 20 años trabajo liderando gente y la verdad es que nunca me había interesado porque reaccionaban de una u otra manera, simplemente me interesaba que el trabajo fuera realizado. Sin embargo, a raíz de esto que te cuento, al sentir la necesidad de descubrirme a mí, quise descubrir y ayudar a otros simultáneamente, y es así como me di a la tarea de aprender acerca del Coaching.
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Una vez que me di a la tarea de investigar acerca del Coaching y descubrir quiénes somos, a qué vinimos, a dónde vamos, me surgieron muchas más inquietudes ya que pensaba que el coaching era trabajar con la mente, como lo hacen los psicólogos que te dan la mayoría de las soluciones, pero que me topo con pared, porque me di cuenta de que un coach te bombardea de mil preguntas y nunca te entrega soluciones. Eso me causó mucha ansiedad, estrés, incertidumbre y más depresión de la que ya tenía después de mi divorcio y pensé varias
veces que esta opción no era la mejor para resolver mi situación actual, sin embargo, me di la oportunidad de averiguar más a fondo y llegué a la conclusión que efectivamente hay una gran diferencia entre a psicología y el coaching. Un psicólogo otorga soluciones a un cierto problema, mientras que el coach, a través de preguntas poderosas, te hace meditar y encontrar muchas respuestas que desconoces, y así sucedió conmigo, y fue entonces que inicie en el mundo del coaching.
Dentro de los muchos mitos que descubrí en el coaching estuvieron:
Soluciones dadas vs
Conclusiones propias Consejos vs Preguntas Hablar vs Escuchar
Es ahí cuando decido certificarme como Coach. Durante mi certificación pude experimentar que esto de los mitos, no solo los tenía yo, sino que todas aquellas personas que desconocen cómo funciona esta herramienta, también los tenían. Aunque me había decidido por emprender una aventura en el ambiente del coaching, en realidad me encontraba un poco perdido ya que en el mercado encontré una infinidad de institutos y tipos de verificación como Coach.
Conversando con mi instructora y coach de meditación, me platicó del instituto de nutrición integral en la ciudad de Nueva York donde ella se había certificado como Coach de Bienestar y me agrado mucho el plan de estudios, ya que se veían temas de salud física, emocional, psicológica y espiritual, incluyendo temas como la meditación que es lo que practico diariamente y me apasiona.
Debido a que desde hace más de 20 años me propuse a perder peso, primero por apariencia física y segundo por salud, los temas de nutrición y salud se volvieron una pasión en mi vida y algunos años más tarde adjunté el tema de la meditación, y así es
como elegí certificarme como Coach de Bienestar Integral. El proceso de estudios fue muy enriquecedor en conocimientos, experiencias, pero también retador sobre todo al poner en práctica las técnicas de coaching.
Recuerdo que en uno de los círculos de trabajo donde cada semana nos reuníamos todos los compañeros de clase, liderados por un Coach, realizábamos simulaciones de sesiones de coaching. Un día hubo una práctica en donde yo fui el coachee y el maestro mi coach. Como tenía el mito bien arraigado de las soluciones vs conclusiones propias, por haber pasado por un par de sesiones de terapia psicológica para superar mi divorcio, pensé que estaba genial obtener soluciones a todo lo que surgiera en dicha sesión. ¡Oh sorpresa! en esta sesión de demostración en clase, el maestro empezó a bombardearme con pregunta tras pregunta lo cual me hizo sentir ansiedad porque lo que yo quería era tener una solución al tema trabajado como en una sesión psicológica. Por varios momentos me quedaba sin habla, sin saber que responder. Cuál fue mi sorpresa que cuando empecé a responder preguntas, en automático inicié a sacar conclusiones, analizar, introspectar y se comenzó a despejar el mito erróneo del coaching. Justamente en esa sesión de práctica el coach me explicó que en una sesión de coaching el coach solo es una guía para que el cliente o coachee, en base a una serie de preguntas de poder, empiece a encontrar sus propias respuestas y soluciones.
Conforme continuaba en mis estudios de certificación aprendiendo de diferentes temas y técnicas, se llegó una práctica entre compañeros de clase, esta vez en lugar que el maestro realizara la función de coach fue una compañera quien ocupo dicho rol. Esta vez al inicio de la sesión, estábamos tratando mi situación emocional respecto a la obesidad, y como sufrí en mi adolescencia por el sobre peso, afectándome al socializar y sobre todo al
relacionarme con el sexo femenino. Es ahí donde en esa sesión abrí mi corazón esperando inconscientemente recibir un consejo y al contrario empecé a recibir pregunta tras pregunta que me hicieron, por un momento, sentirme incomodo, ansioso como acosado.
Esta fue una sensación que nunca había sentido, ni aun en las sesiones de terapia psicológica que había recibido varios años atrás. Lo que sucedió aquí fue que después de haber comparado dicha sesión de coaching con una terapia psicológica, como buen estudiante y aprendiz de coach en ese momento, llegué a la conclusión de que en el coaching la herramienta son las preguntas de poder para que uno mismo o el cliente (coachee), con base a preguntas y autoanálisis llegue a encontrar las respuestas que siempre han estado ahí dentro de ellos mismos.
Al final de mis estudios como coach de bienestar integral e iniciar a poner en práctica los conocimientos adquiridos durante la certificación ayudando a gente conocida que buscaba mi ayuda, fue que confirmé el último mito que te mencioné arriba ‘’ Hablar vs Escuchar’’.
Desmitifiqué la idea falsa que tenía, por más que me gusta hablar, conversar y compartir mi mensaje como orador y conferencista, el rol de un coach, además de hacer preguntas es poder motivar al coachee a encontrar sus propias respuestas. Es importante que el coach sepa escuchar activamente.
La escucha activa es un arte, y cualquiera que tenga el interés en entrar al mundo del coaching o se encuentre en este medio le sugiero ponga mucha atención en ella. Para una escucha efectiva es indispensable poner los cinco sentidos y la atención plena en lo que el coachee está expresando en la sesión. La mayoría del tiempo cuando estamos en una conversación con alguien, independientemente de que sea una sesión de coaching o no, la escucha activa nos permite conectar, además de con la mente,
con el corazón de la persona quien está comunicando el mensaje.
Por último, a manera de recapitulación, quiero recalcar o hacer énfasis que el mundo del coaching es una gran responsabilidad, y un mundo de muchas recompensas, las cuales después de haber comprendido algunos mitos falsos, me hicieron enamorarme del arte del coaching y reafirmé que el trabajar con gente y sembrar una semilla de mostaza en sus corazones puede ayudarlos a ser la mejor versión de ellos mismos.
Si estas líneas te hicieron reflexionar, aclarar o entender un poco más sobre el coaching o si despertó tu interés por entrar en este mundo maravilloso de ayuda a los demás para aportar un granito de arena y hacer de este mundo un mundo más humano, te invito a que escuches tu corazón y lo sigas, él te guiará por el buen camino.
David Barraza Monroy
Coach de Salud y Bienestar Integral. Certificado por IIN ( www.integrativenutrition.com ) Reiki Máster & Guía de Meditación. Miembro afiliado del ICRT ( www.reiki.org )
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