FE DE ERRANCIAS
Rod Medina, 2020.
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Hecho el Depósito de Ley Depósito legal MI2020000178 ISBN: 978-980-18-1088-9
FE DE ERRANCIAS Rod Medina
POEMAS
FE DE ERRANCIAS
UN PEZ SIN NOMBRE cabizbajo en medio de la nada sojuzga verdes luces más allá de los cuarenta ajenjo y dolor de pies aleta cruzada sobre el dorso de la página húmeda fosa de salitre y moras En la cumbre de la nube hay un ojo que machaca piedra sobre las olas el pez se ahoga en un campo trillado cae desde el abismo y calla
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Rod Medina
N O SÉ Q U É D E C I R al abrir las manos sobre el lecho es la hora apresuraré a contar semillas de sésamo con el pretexto de besarte la frente Hoy dejas la casa que dibujaste hace diez años –veinte quizás– en el lienzo de mantequilla sin sal escondido detrás de las montañas que refleja tu ventana Estás abandonándote quedaré solo Sin fuerzas me acerco a tus labios a beber el suspiro de primaveras recuerdo de la última visita al estreno de tu vientre No encontré nada más para obsequiar solo dolor abierto como el cielo que espera
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FE DE ERRANCIAS
LUMBRIX LUMINOSUS ¡Nuestro mismo corazón! ¡Nos llama a la matanza y a la guerra! JULIO GARMENDIA
Gusano xenófobo y hambriento de sebo cuya luz seduce
infecta
engendra [zombis de polvo
La alborada de un día de marzo fue abatida [por la reproducción fractal: escuadras de larvas impregnadas [de odio camuflado de redención emergieron de una antigua tierra [sita entre dos ríos El gusano emitía su fosforescencia a través de [pantallas y titulares ganando adeptos
comprando aliados
Lombriguera del business multicínico y plurimoral Recordé entonces que alguien cercano me confesaba [meses atrás me entró un fresquito al ver el desplome [de las torres gemelas Un instante basta para advertir que el fulgor de aquel gusano de guerra cuya inclemencia arrasaba desiertos y almas en el Oriente Próximo también puede socavar las entrañas de mi prójimo oeste
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FE DE ERRANCIAS Años en tránsito calan el ojo celular la palabra cuestiona Adentro
Afuera
Mirada ubicua sin juramento ante la bandera La mano recae hueca a bofetadas huye se esconde en tu silencio Queda el sello roto donde hubo cielo, astillas Resisto cuando la espera se aproxima De todo esto que he soñado doy fe de errancia
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FE DE ERRANCIAS
LAS SOMBRAS ESTARÁN AL ACECHO en la frente de los cruzados Como aves de rapiña preservarán despojos de lluvias que aniquilan No piensan en hombres que amarán a sus mujeres al regreso de las minas Nada vale como ese deseo que acompañará el sueño de los infantes En rojos arrebatos cubren la tierra que nunca libertarán los héroes patrios Así hablará la guerra negando la palabra a los inocentes
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ENJAMBRE AGORERO desciende del azul distante un batir de alas un crujir de dientes millones de sombras donde nunca hubo tristezas Desencadenada la furia voraz se acoplan en indolente caravana órbitas en torno al hambre mutan en plaga trashumante Arriban las pestes apenas despunta el alba mandíbulas de diario paso donde no cabe el titubeo La fiebre macerada tórnase azul
violeta
rojo
Encendida la muerte la langosta desuela las mieses tostadas de verbo No queda simiente portadora de silencio bajo la huella seca del tornado Nada más que jirones de una historia negra en el lecho de la tragedia
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LA BOCA ES MI VECINA entre la corva y la bolsa de plรกstico cabe una punta de grafito dedo sobre dedo se tuerce en la tachadura silente oquedad sin lรกgrimas Abriรณ y supo decir mi nombre sola se muere de castidad sola sin andares sola con las ganas entre las rendijas La boca es mi vecina ella calla y yo me salvo
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LAS CENIZAS DERRÁMANSE DEBAJO DEL PUENTE resisten el viento solapado la lágrima cautiva Nadie sabe hacia dónde se dirige esa nube de huesos óseo instinto que nutre la dolencia mundana Suspéndase la muerte definitiva en la evasiva respuesta del miedo cremado Asciende la brisa entre oscuridad y polvo en medio de un crujido que se aleja en la borrasca mientras otros duermen lejos del horizonte un sueño crédulo de media jornada
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SALMO RESPONSORIAL Siempre creí en la sabiduría de los pueblos Por eso mi lucha reivindicó la soledad de los oprimidos Lengua de trapo Nunca prometí en vano cuando la justicia convocaba [mis manos Con la frente gallarda desafié el atropello [de los gendarmes Ojo de paja Jamás permití que me tasaran la conciencia Mis dedos no vacilaron ante la tentación [de los porcentajes Alma rastrera Contad conmigo para redimir el nombre [de los camaradas caídos De mí conseguiréis la voluntad férrea de los mártires [que nos antecedieron Hasta la mortaja
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En la vanguardia caminaré sin temer a las municiones No me importará regar las calles con mi sangre [en desbandada Falso profeta Jamás dudarán mi pasos ni habrá ocasión para la culpa Sólo aspiro a la gloria de los descamisados Traidor a la patria Al llegar la hora de entregar mis despojos a la posteridad Escribid este epitafio en la piedra que señale mi tumba «Aquí yace un buen hombre» Tirano de mierda, ¿Por qué no te callas?
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ALBORADA DE PISADAS avanzan cascos hacia la noche que se adentra en la boca del encierro Tras aquellas huellas el desencanto hunde sus manos en el espejo que duerme seco sobre la pastura Cae de bruces el día sobre sueños cabalgantes de la turba que sedienta amputa mil dientes Tiemblan tierra y semblante bajo el peso fortuito del galope Arriba, lanzas sin filos Abajo, sangre menstruada Dominio cansado sin espuelas en torno a la fuente que despide la aurora Canta de rodillas el rebaño austero desconociendo el anhelo que lame la ciénaga Allá va ojo puesto en el levante con el alma entrecortada
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a orillas del pecho desnudo
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ESTAREMOS ABSTRAÍDOS DEL COMPÁS limando hojas que se yuxtaponen en los otoños con la duda de por medio Se preservarán cenizas en reposo obligado de las miradas te amaré entre pausas del disimulo taciturno temor que jamás nos acompañará ¿Acaso moriremos antes que la sonrisa? Se tú la mano que libertará al fin mis torrentes Seré yo la boca que cobije tus semillas
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EL FANTASMA cansado de su rutina invisible salió a caminar por la orilla de la playa Yo que acostumbro soñar con caracoles vi sus huellas una noche Así que lo espero cada día desconociendo el ritmo de las mareas A veces distingo su rastro en la humedad de la arena a veces las olas desdibujan la ruta de sus pasos a veces me duermo y él aparece
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C U A ND O E L RÍ O redimió sus lindes desoyendo mar y quebrada nadie sospechó que la montaña también urdía furiosa celada Gentes en pantallas luminosas decretaban nueva letra entonaban cánticos de fin de siglo Mientras el cerro fraguaba torrentes de muerte sin atender murmullos de caracoles lamentaciones de estrellas Sin aviso ni reparo el manto fangoso asfixió millares de ojos festivos Un tropel de apetitos y esqueletos avanzó con fatiga hasta el océano silente ¿Cuándo caducará este día? ¿Cuántos estaremos muertos al atardecer? A la distancia en una habitación oscura llora el amigo junto al altar vacío la vela se extingue Nadie responde su plegaria
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HOY AMANECÍ PENSANDO «no tengo hijos» lo cual no me causa gracia ni pena Soy un hombre sin hijos como muchos otros hombres sin hijos que hacen cola en la tienda por departamentos para llevarse a casa un poco de polvo viejo para el desayuno En la calle hombres sin hijos contemplan nubes con un no sé qué en la mirada como si desearan saborear dulce de algodones en la feria de los domingos por la tarde Me rozan la sombra muchos hombres sin hijos sus carnes latentes piden a gritos un sorbo de té de menta
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para aliviar dolencias que se enquistan entre suspiros Flujo sin réplicas ni secuelas así es la sangre de esos hombres que desandan la vida sin hijos ni pasaportes a la vejez Mientras viajo en este tren sin destino voy callado recordando aquella mañana extraña y sombría cuando amanecí pensando «no tengo hijos»
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LA TORRE A las doce más siete desciendo de mi torre cansado del repique de teclas de la voz chillona de aquella mujer que vive en la gaveta de mi escritorio Cuarenta y nueve pisos hacia la realidad camino a la deriva entro al prostíbulo para adormecer palpitaciones no fornico con putas ellas ofrecen sin mesura no tengo medio centavo en la bragueta De gratis trepo galerías a dormir el sueño de Vollard deambulo bajo los pies de estatuas con el tufo de la calle aún en los cojones Veo la hora –la una menos cinco– desando la monotonía lástima atada a los talones con todo el dolor de mis ojeras subo a mi torre
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FE DE ERRANCIAS
en espera del prรณcer que despierte vagas demoras con un beso
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LA NECEDAD SE CONGELA entre cubos de hielo y huesos de pollo Abre la boca saca la lengua Exprime mentiras que se juntan en el vestíbulo de tu vagina Se siembra incauta en el más acá de los latidos Mete sus dedos en la espesura de piel erizada Se perfila un orgasmo a baja temperatura infalible alegato para no alarmar a los vecinos que fornican envueltos en sueños
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FE DE ERRANCIAS
V I E RN E S N E G RO Todo auguraba el derribo de ficciones cebadas durante noches de [oleosos sueños estampida de arcas plurivalentes mantenidas en conserva por la venia de los Lores El ojo niquelado ignoraba su caída pero tramperos tenían en mira la presa que, defraudada atravesaba un cielo minado de tahúres Viernes aciago de un menstruo: [consagrado a la ablución por los antiguos] consumó la utopía del derroche y la eternidad de tantos anhelos Aún reposa en mi agenda la tachadura de ese dieciocho ominoso como signo de un día de duelo nacional
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Rod Medina
ESTA TARDE sobre la turbiedad del agua en mi vientre divisé el cuerpo sin vida de una mujer Flotaba con mediocridad cual pedazo de plástico no biodegradable Se acercaba con resistencia a mi ombligo No alcancé a decir media palabra Toda ella se escurrió por el orificio que aún permanece abierto conectándome con un mundo placentario de tantas memorias en la distancia No tuve alternativa llevo el abdomen preñado de visiones femeninas que terminan provocándome pesadillas en el desayuno
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FE DE ERRANCIAS
E L A RRI B O Me pierdo en el parpadeo intento frĂo de mitigar mis visiones es velo que calla cuando semejantes reposan en mi frente Con la punta de los ojos alcanzo apenas la llegada a puerto franco Alzo la voz en busca de designios muerdo las palabras para no mencionar tu nombre
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YO NO SOY esta nariz este cabello estos pies vienen heredados de personas que desconozco gentes de un olvido engendrado en la malevolencia Yo no soy este nombre otros lo acariciaron por mí Ni el número de identidad arrastrado desde los nueve años Lo que soy nadie lo ve todos lo ignoran solo yo comprendo la contraseña que escinde el portal del infinito que me contiene Son tantos los recodos no han sido suficientes dos siglos para andarlos Eso es lo que soy un hombre inhóspito que espera su muerte en medio de la ciudad
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FE DE ERRANCIAS
LA VIDA SE DISTANCIA entre cuatro mil hilos que su mano teje sin paciencia ni cordura Cuarenta recuerdos sobreviven en aislamiento voluntario sin más razones que una paloma extraviada cuyo cadáver yace sobre la mirada de asfalto del gendarme que vigila el cubil Diez veces cuatro y persigue el silencio al miedo trasnochado cuatro veces diez y el manoseo se reproduce en grito ascendente Desde el balcón ausculto la neblina en busca de la verdad primera ¿Dónde emergió la bestia? ¿Quién sobornó al cancerbero? Cuatro puntos cardinales salen al encuentro de la carne para saciar la plaga Guarismos abarrotan los ataúdes y rapiñas merodean lechos moribundos Tregua de fervores para velar a los caídos:
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ayuno masivo mientras se apacigua la furia del verdugo planetario Se distancia la vida sin paciencia ni cordura entre cuatro mil hilos que teje su mano
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FE DE ERRANCIAS
A LOS DIECISIETE descorrimos la bruma sin mencionar el día [de nuestra caída Fue el simple apretón de torsos acompañado de una declaración pueril que libró las primicias del fasto encuentro A los nueve traspasaste el umbral de mi morada sin pronunciar santo y seña y nos juntamos para contar hormigas en medio del zaguán, entre tus ojos y mi sorpresa A los treinta y tres caímos bajo el peso del madero justo cuando el miedo parecía haberse dormido lejos de la garita A los veintinueve salté al vació para huir de las esquirlas sin advertir que la ponzoña se había clavado en el espinazo de una duda razonable A los cincuenta recorto tu sombra debajo de mi almohada y en medio del llanto cruzado remato las póstumas nostalgias que discurren tu sonrisa
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P OE M A S Un pez sin nombre* No sé qué decir* Lumbrix luminosus Fe de errancias Las sombras estarán al acecho Enjambre agorero
7 8 9 10 11 12
La boca es mi vecina* Las cenizas derrámanse debajo del puente Salmo responsorial Alborada de pisadas Estaremos abstraídos del compás El fantasma Cuando el río Hoy amanecí pensando La torre La necedad se congela Viernes negro Esta tarde El arribo Yo no soy La vida se distancia A los diecisiete
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(*) Textos ganadores del primer lugar en el I Concurso de Cuento Corto y Poesía Caupolicán Ovalles mención Poesía (2014).
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