MULTITUD DE GENTES ME HABITA
Rod Medina, 2020.
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Edición y corrección de textos Rod Medina Diseño y diagramación Rod Medina Diseño de portada Rod Medina
Hecho el Depósito de Ley Depósito legal MI2020000699 ISBN: 978-980-18-1469-6
MULTITUD DE GENTES ME HABITA Rod Medina
LIMINAR
Multitud de gentes me habita es una antología poética que abarca más de una década de trabajo creativo. Algunos textos fueron escritos hace diez o doce años, pero no fue hasta 2010 que se hicieron públicos en la Red. Versiones originales de Ayer te vi o Si mi corazón pueden encontrarse en el sitio web Poesía para noches desveladas0, en redes sociales o en publicaciones digitales (blogs o revistas). Los más recientes corresponden a 2020, fruto del tiempo muerto al que nos sigue obligando el pandémico coronavirus (Post mórtem, Salón de belleza, Tránsfugas, Derecho a réplica). La mayoría de los poemas pertenecen a un tiempo intermedio, y han sido objeto de mucha reescritura. Para corroborar esta labor recreativa pueden leerse las primeras formas de los poemas Un instante, Aquella noche, Detrás del pretexto y otros, siguiendo sus respectivos enlaces, y compararse con las definitivas que aparecen en este libro. Se advertirán poemas dedicados a hombres y mujeres particulares que, por diversas razones, se relacionan unívocamente con los textos, ya sea porque fueron escritos especialmente para él o ella (Ayer te vi, Vino la muerte), insinuados o «inspirados» por sucesos vinculados a dichas personas (Aquella noche), ofrendados por un simple acto de amor (Multitud de gentes me habita), o formalizados como una cortesía hacia quien mostró interés o agrado por los versos cuando se compartieron por primera vez (Ese hombre). Contrario a lo que habitualmente se supone, no siempre la poesía es reflejo fiel de la vida del autor. Hay eventos biográficos que pueden aparecer en un poema; sin embargo, en general
Multitud de gentes me habita
están atravesados por metonimias que modifican los acontecimientos y redefinen las imágenes. En ocasiones son solamente huellas impresas por el universo en la mente del poeta, que buscan salida a través de las palabras. Por antonomasia la poesía es emoción: su signo es la sensibilidad entendida como la medida en que las cosas impresionan el ánimo de quien escribe. La poesía es expresión genuina de lo estético —en el sentido más amplio y menos estereotipado— captado a través de los sentidos. También es representación de lo real y registro de sensaciones. La poesía es lectura del mundo y su traducción es el poema. La revelación de lo poético se manifiesta en el trabajo del bardo como un lenguaje íntimo que descubre simplezas o complejidades. Esta colección de veinticinco poemas está impregnada de historias y apegos. Vida, miedo, amor, desengaño, muerte, secreto, memoria, añoranza, familia, son vivencias intuidas y presentadas retrospectivamente, no como verdades sino estampas trastocadas por la mirada distante del poeta. Multitud de gentes me habita es un libro dedicado a los moradores del corazón propio y ajeno, seres verdaderos o imaginarios que existen en un espacio más allá de lo concreto y acompañan desde una profunda latencia vital. El autor
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POEMAS
Rod Medina
SI MI CORAZÓN1
Si mi corazón hablara diría tu nombre mil veces el eco de sus deseos retumbaría en la inmensidad que me habita Si mi corazón leyera coleccionaría todas las cartas que no recibiste con ellas velaría los vacíos de la tela invisible que cobija tu cuerpo en las noches más frías de mi alma Si mi corazón cantara compondría sinfonías con las notas que flotan en tus pupilas bajo la majestuosidad de los cielos nocturnos para arrullar tus desvelos dentro de mi memoria Si mi corazón llorara serían sus lágrimas el consuelo de tus dolores, cristales mágicos cayendo desde el recuerdo de la pérdida así sanaría la melancolía que se ha mudado a mi pecho
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Multitud de gentes me habita
Si mi corazón volara sujetaría sus alas etéreas como un fugitivo de lo mundano para adentrarme en tus sueños y espantar las pesadillas Si mi corazón sintiera viviría yo de angustias añejas encarceladas en tu celo rumiantes presencias de un futuro mutilado donde yo no soy nada y todo eres tú
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Rod Medina
DETRÁS DEL PRETEXTO2 hállase la sombra que nadie espanta y ese silencio de quebrantos vencidos Las culpas descosen el juicio así sellan el tiempo postrado en su pecho y los ojos se alivian en abandono El temor cincela debajo del sucio con torpeza desgarra la censura de víctimas y entierra fósiles en el jardín de infancia Una lágrima furtiva revela el encono —hábito de dolores acartonados— besa la frente
ataja el suspiro
luego despide el cofre mortuorio volviendo atrás siempre atrás
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Multitud de gentes me habita
CALAMBRES desde la lengua hasta el esfínter anal a causa de ese nombre malintencionado: seis letras clavadas en el dorso de aquellas [fundas Un exilio de ánimas acuerda saltar al vacío antes de la merienda vespertina Duele recordar esa risa sin dientes que fallece en el catre del amante Nubes se diluyen bajo la cintura y en el techo en el techo el techo el eco retumba como huella de reproches Desabotonar el amanecer desde la partida (pasatiempo
resignación)
siempre en horario nocturno para destilar la [memoria Pero estoy bien (eso creo) lo repito estoy bien aunque hace veinte años su respiración
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Rod Medina
despierta el miedo en mis arterias Por eso los calambres y la sed montuna afligen las vísceras envenenadas ácido molecular que ve alejarse —a vuelo raso— este reposo inquietante Así atiborrado de pastillas libero (por fin) las luciérnagas
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Multitud de gentes me habita
AYER TE VI3 - 4
Ayer te vi como estrenando penas mirando lejanías sin espejismos muda de palabras tuyas sorda de palabras mías Ayer te vi víctima de muerte ajena atada a un suspiro gravitando una quimera en vuelo tácito, sin timonel Ayer te vi plena de vacíos, centrífuga de anhelos perdida en un laberinto sin salida dueña de tus temores agazapada detrás del sueño Ayer te vi viva, lentamente viva llena de lágrimas el alma discurriendo entre las horas en el bullicio de la nada
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Rod Medina
Ayer te vi y no eras tú era otra disfrazada de ti cápsula, muñeca rusa embrión preso en su propio vientre Ayer te vi en desvergonzada laxitud sin savia en las venas revolcada por la brisa inoportuna siembra de cansancios, nudo de nervios Ayer te vi y reconocí tu tristeza insondable, preñada de culpa tus ojos engullían el miedo se ahogaba la luz en tu llanto antiguo Ayer te vi con la vida en una mano la muerte en la otra imperfecta balanza paradoja en equilibrio
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Multitud de gentes me habita
Ayer te vi me inundaron tus dolores en redundancia infinita sin novedad bajo el sol la vida aturde con sus temeridades Ayer te vi para confirmar que habĂas partido
a Tamara, donde estĂŠ
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Rod Medina
ORGASMO
Me gusta lamer tu mirada detrás del polen cansado de las telarañas Posar mi miembro en la palma de tus labios y aliviar el influjo seco de las palpitaciones Dormir sin tiempo en el oráculo que reposa en tu clítoris Traspasar el mundo cabizbajo al pie de tus pechos Condensar en tu saliva el germen codiciado que someto en mis entrañas No dejo de pensar en tus corredores el aire que las rendijas vuelcan sobre mi vientre Al margen de la caricia manifiesto el dedo impuro penetrando los versos de tu poema vaginal
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Multitud de gentes me habita
Secretos aguardan bajo la cabecera con cuidado levanto la nata que calienta tu reposo QuĂŠdate ahĂ duerme el orgasmo mientras preparo bebedizos que celebren la noche
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Rod Medina
POST MORTEM
Este cuarto será mi sudario no quise que así fuera pero nadie respondió mis mensajes de texto cuando con voz apenas audible rasgué las paredes teñidas de aliento No supe insinuar mis pretensiones: cuando las persianas cayeron en cuenta —un latido
otro más—
ya había sembrado el miedo una estaca en mi [pecho Solía imaginar que hilos microscópicos anunciaban mi partida en correo exprés ahora descubro que —a pesar mío— ni las sombras avisaron el quejido que nadaba melancólico entre sábanas Las rendijas fueron nublándose de gases escurriéronse los jugos a través de la espuma un retrato
una lámpara
acaso una [mosca
atestiguarán mis ojos celados ¿Quién abrochará mis botones?
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Multitud de gentes me habita
¿A dónde irán las lágrimas pintadas en lienzos sin moldura? Clavaré un epitafio detrás de la puerta para que alce vuelo en alas de termitas y penetre como acritud la flema urbana del vecindario Soy anónimo para quien redacta esta necrología que jamás será difundida en el periódico vespertino que grita el pregonero en aquella esquina donde solía fumarme un cigarro sin prescripción facultativa Pero él adivina mi secreto y presagia igual destino cada noche tras cerrar los párpados sobre una almohada que le murmura perdidamente en sueños mi lánguida despedida
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Rod Medina
SALÓN DE BELLEZA
Esa joven tan mona que pasea perros y hombres [en su tiempo libre permanece adosada durante sesenta horas (hábiles y continuas) a una silla giratoria mientras es mimada por una caterva de siervos [emprendedores que viven del abandono ajeno Liman sus uñas con un puñal clavado en el hígado Juntan dos rebanadas de pan blanco y masajean sus glúteos hasta ubicarlos en su santo [lugar sacuden esas plumas que germinan en las axilas cepillan cada diente hasta tres veces antes de otorgar licencia para la risita de moda colocan pestañas postizas detrás de las rodillas rasuran los vellos impúbicos que sobresalen del [sostén barnizan los labios mayores y menores con una barra carmesí número cincuenta y ocho y desodorizan pensamientos cochambrosos antes de rematar la faena con un peinado al [mejor estilo de los ochenta
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Multitud de gentes me habita
Cuando vuelve a la calle la muchacha salta los charcos y evita pisar la caca de los perros que pasean con chicas que flirtean con hombres que citan lechuguinas que dejan sus [quincenas en salones de belleza
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Rod Medina
UNIVERSO PARALELO
En la estación del transporte gratuito del distrito un viejo juguetea con la moneda que guarda en [su bolsillo la hace girar, manoseándola calcula el peso atómico, descubre añoranzas en [su geometría cada vez que despierta la efigie acaricia la frente [del prócer Desde mi ventana lo observo con expectación (sin escuchar el aleteo de palomas o el llanto del hijo de la vecina) preguntándome cuántos de nosotros [comprendemos con certeza lo que siente el anciano cuando nota que un tonto lo contempla, intrigado desde una ventana cualquiera del quinto [piso mientras ovilla con fútil emoción una hebra de hilo [en su bolsillo
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Multitud de gentes me habita
ESTA ES LA MANO que acaricia tu pelo en las sombras sin palabra la mano que consuela la soledad de mis ganas la que levanto en los juramentos públicos y la que he de cortar cuando se me antoje lo [ajeno Esta es la mano que corrige la mirada de los niños la que escondo de los sueños maltrechos la mano que empuja hacia el abismo de la [muerte y la que calla tu boca en las tristezas que [menguan el día Esta es la mano mi mano la que arroga el arma en la batalla y descansa en el pecho descubierto de los caídos
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Rod Medina
BAJO LA CREMALLERA late el bulto transfigurado en la trastienda percibes el descuento en su mirada escrito con caligrafía gótica sobre la etiqueta del clímax Lleva dos por el precio de uno pero evita ingerir el semen reservado en la botella de jarabe para la tos acata la dosis prescrita por el faculto y conjura futuras infecciones de transmisión textual
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Multitud de gentes me habita
MULTITUD DE GENTES ME HABITA son tantas que no caben dentro del pecho Entonces resuelvo llevar a algunas prendidas en la [ropa siempre en el lado zurdo de mis apegos o atadas a mis muñecas compañía en el zarandeo de los días Otras viajan en mis libretas grabadas en versos maltrechos con el empeño de la tinta indeleble o se esconden en contraseñas que abren encriptados pretéritos Unas permanecen dobladas en la billetera junto a los recibos viejos y el papel moneda custodian mi identidad calculan mis apremios Muchas sosiegan en un álbum de fotografías las guardo con celo lejos de polillas y lágrimas De cuando en cuando contemplo sus sonrisas dibujadas en el tiempo donde murmuran mis deseos Pocas son las que reposan
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Rod Medina
en una cajita de madera donde escondo mis vacíos Ellas dormirán conmigo después de la despedida
a Hernán, por lo que fue
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Multitud de gentes me habita
VINO LA MUERTE
Vino la muerte a hurtadillas para arrebatar otro suspiro No es que sea más válido ese aliento que las víctimas de las mortajas en caída libre del pentágono o la ceguera de los espíritus con hambre en los desiertos australes o las muecas de los asesinados a puñaladas o el desgarro de los pechos atravesados en el camino de una bala o las carnes molidas a golpes en fotografías con el rótulo desaparecido Cierto mi pérdida es insignificante pocos céntimos en la cuenta de la historia pero la lloro igual o más
a Estela, in memóriam
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Rod Medina
EN ESTA CASA VIVE UN SUBVERSIVO así lo pregona el grafiti entre otras maledicencias «muere, maldito comunista» «no queremos sapos en la revolución» un proscrito tirado a la vergüenza resignación en espera de los últimos veredictos Allá, por los sesenta quedó la fotografía del grupo guerrillero entre el matorral que nadie añoraba Esa sonrisa castigada sin antecedentes ilustres solo las notas del bachillerato como constancia y rendición de cuentas Mientras se orina en la hamaca oye los escupitajos de sus camaradas barrigones pero de lengua mordaz Los hábitos no abandonan al monje como el catecismo de los sábados por la mañana en la sala de la sacristía Alza la vista en vana clarividencia el encuentro con el cristo de la pared de enfrente recuerdo de su primera comunión «tú lo que eres es un vende patria»
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Multitud de gentes me habita
Tiembla la lumbre y las sombras vacilan contienen su respiración suena el disparo cuatro cuadras más abajo Y el hombre cierra los ojos y piensa: «Tanto escondite tanto miedo tanta bala encasquillada sudor y ganas de llorar a moco suelto Mejor que terminen así las cosas Si en esta calle vive un subversivo prefiero ser yo y no aquel muchacho enamorado con ganas de cambiar el mundo»
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Rod Medina
SUEÑO LÚCIDO
A medianoche desperté en busca de mi aliento en un directorio telefónico Sabía que estaba escondido detrás de mis párpados por eso lo llamé con disimulo hasta la puerta de su soliloquio Allí estaban los nombres con sus dígitos amigos del pasado compañeros de ahora personas fallecidas o en estado de indefensión Comenzaron las lágrimas a curtir las hojas con su tinta no supe qué hacer con tanta nostalgia Al alcanzar la letra erre advertí que mis iniciales estaban al inicio de la página
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Multitud de gentes me habita
Entonces marqué el número esperé cinco, diez, veinte segundos Nadie respondió Así que volví a la cama a seguir soñando con una agenda inconclusa y un teléfono que repicaba sin cesar
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Rod Medina
UN INSTANTE5
Basta un instante para preñar sueños en el vientre conquistado un instante y el fuego muere en el ojo de un pájaro Un instante basta cuando urge reanimar fervores de solsticio solamente uno para quebrantar los huesos de una [utopía Basta un instante no dos o tres o diez para advertir que el delirio ha partido para [siempre Un instante es suficiente si la ficción abandona una noche sin sombras Un solo instante entre páginas rotas y aborta el sumidero de la [muerte Basta un instante para descorrer ese velo en tu [rostro Un instante nada más que uno
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Multitud de gentes me habita
separa el soplo de la mortaja Nadie sabe lo que un instante trajina en su [hondura Pero basta un instante averiguarlo
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Rod Medina
SARAH POLLEY SUMERGIDA
La habitación se inunda a medianoche peces y pantaletas sin licencia para conducir nadan indolentes. Sus ojos lucen putrefacción o quizás el maquillaje les envejece Hablo con un hombre viejo pero no avisto su rostro al fondo de la recámara Sarah Polley resplandece, inflamada en medio del trabajo de parto Su abdomen padece la misma fetidez marina cuando el rojo animal aparece el cuarto se estrecha y Sarah Polley sangra por el ombligo No, es la vagina, me confundo una mujer reclina a Sarah Polley dentro del agua la noche guarda silencio mientras la criatura asoma el ojo incauto Me obligan a cortar la alianza umbilical sin atender el escándalo de burbujas que huye del feto en suspensión cerca de un tocador con el espejo roto
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Multitud de gentes me habita
Sarah Polley mira y reprocha mi ineptitud porque sentí vergüenza al saber que el engendro era mío y no del anciano sin máscara Ella justifica su tedio sin escrúpulos con el ser inerte entre sus manos lo acerca a su pecho lácteo sin notar que está debidamente muerto El cuerpo flota ahora en la nebulosa dentro de una bombilla acuática que Sarah Polley enciende cada martes antes de escribir cartas al tiempo Yo no sé si soy cadáver o soñador a causa de una paternidad irresponsable que olvidé en el cuaderno de notas donde garabateo versos en estado de gravidez
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Rod Medina
ESE HOMBRE
Cada vez que lo veo está mirándome desanuda mis escrúpulos con el hambre de sus pupilas El pecho joven escapa entre los botones la barba incipiente revuela en mis bolsillos Él estira su torso alcanzo a ver su vello púbico la pesadilla habitando en la almohada su voz se esconde deambula con certeza el camino vedado de mis antojos Desconozco el misterio detrás de sus lunares la razón desmedida me consume Arden el cielo y la espiga renuncio al silencio extirpado en mis testículos burbuja milimétrica circundando el beso en las erratas ese vértigo rebana los latidos su filo vuela en círculos la locura marchita en mi cabeza La llave en manos
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Multitud de gentes me habita
de ese hombre libera el miedo del encierro deja escapar las canas el ceño fruncido la flacidez del abdomen Esa llave cubre de labios los pies desnudos de nieve en los claustros con sus alas ventila la habitación antigua donde claudicaron los sueños Se mezclan unos recuerdos con otros y los nombres vuelven a la vida La boca rompe sus goznes magra la carne señala el ombligo La llave gira cíclicamente historias vueltas a contar la sombra del hombre ilumina el rincón de la cosa innombrable la sombra, la llave, su sonrisa adolescente el disimulo palpita debajo de las sábanas Ese hombre me produce erecciones en la punta de la lengua habla y caigo al vórtice de las mariposas
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Rod Medina
cuelga la lumbre sentada en el trapecio velas e incienso comparten el delirio de las infusiones La mordida en la yugular se convierte en imagen recurrente subo los peldaños hacia la torre de su cuello El golpeteo de su vientre se hace melodía en mis tímpanos huelo su sudor mezcla de cigarrillo, menta y perfume las mejillas sonrojadas por la timidez quizás la inocencia que crece entre los tropiezos Admiro sus uñas encabezan los guijarros que penetran el descaro Respira arquea las cejas ya no reconozco el cortafuegos se cuelan códigos prohibidos por las ventanas No tengo permiso a la vida hasta que ese hombre aprieta mi mano en el [saludo habito el cuarto de las ansiedades
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Multitud de gentes me habita
cuando su piel se despide de la mía Sé que no hay luz después de este túnel un precipicio de soledad me espera cuando pise la alfombra que dice «bienvenidos» Los años me pesan igual que la conciencia Desperdicié la promesa del celibato acurrucado dentro del vientre del refrigerador Los ojos de ese hombre me siguen entre la espesura del viento temo herir sus sospechas Por eso me dejo cubrir de cenizas a sabiendas de que la sangre me pide a gritos una brevedad con él
para Arturo
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Rod Medina
TRÁNSFUGAS
El reportero de esa cadena multinacional que acapara señales abiertas y cerradas en este insignificante y tercermundista país de televisiones importadas acaba de anunciar que —hecho confirmado— hemos alcanzado un récord mundial nunca antes editado: más de veinte millones de individuos —ignorando normas básicas del decoro sin un dejo de pudor— han mudado de ideología migrado a otros confines conmutado la moneda nacional cambiado de bando polìtico o conservado un cargo público después de haber «saltado la [talanquera»… ... ¡en menos de diez años! Anuncian que el veredicto fue unánime y el premio —en metálico—
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Multitud de gentes me habita
por tan prodigiosa marca será entregado cuando tengamos el decoro de confesar públicamente —en carta abierta debidamente refrendada— los motivos de nuestra insoportable levedad del ser
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Rod Medina
AQUELLA NOCHE6 fuiste a marchar con los muertos alegre te desnudaste frente a las flores marchitas que cuelgan del jarrón que nos regaló tu madre Asomaste la nariz fuera de la luna reías mientras bajabas hacia la boca de los silencios que esperan en cada esquina Encontraste tu sombra en medio de la [muchedumbre eras otro sin esa máscara que dejas reposar por [las noches en la ventana no me atreví a criticarte eres más irreal cuando dices la verdad Enfilaste el camino hacia la medianoche comparsas de zombis estrellaban sus calabazas sobre la acera que rodea tu cuello Estás vivo y no lo notas prefieres fingir que te falta el aliento cuando el entramado de estrellas de latón flota sin premuras
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Multitud de gentes me habita
sobre tu corona de telaraĂąas Te pierdes en el nocturno de mis sueĂąos sonĂĄmbulo recorres las calles te conducen a mi lengua de trapo detrĂĄs vienen los otros trasnochados a juntarse con tu cuerpo hacerse uno contigo para fornicarme con impaciencia hasta la hora de los grillos
para Luis
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Rod Medina
LA MORADA DE MIS DESVELOS
Tres y veinte de la madrugada: tengo entendido que a esa hora salen mariposas de los armarios Levanto las sábanas encuentro vísceras desperdigadas en la cama (anoche cené con la muerte) Toco una luz mortecina que pende sobre mi ombligo lejos se oye un fulgor de estrellas Descubro una mirada que vela simulando ser gorrión o cerilla a la espera de otras mentiras Más allá se acurruca el hombre escapado de una celda
—¿o es mi [padre?—
como membrana se esparce en diagonal Un reflujo navega mi esófago prefiero callarlo antes del timbre que acabará con esta maldita secuencia
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Multitud de gentes me habita
Tres y treinta y dos: despierto vacĂo en esta habitaciĂłn a donde recurren, tĂmidos, tus insomnios
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Rod Medina
EN ESTA HORA SUPE DE TI
En esta hora supe de ti apenas reconocí el secreto que malamente amparabas en un albergue de presencias junto a la boca amarga En esta hora supe de ti en el lícito momento estremece el vuelo una pesadilla cuando el día llega y despunta expira el alma tranquila En esta hora supe de ti suspendida en la ignorancia que estrangula latencias navega furtivamente la pena hasta fraguar agrestes blasfemias En esta hora supe de ti aguardas escondida en la morada de mis desvelos muerte tardía mientras el soplo escapa de sus dedos
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Multitud de gentes me habita
En esta hora supe de ti y no quise más volver a ser el hombre sanguinario que tristemente recogió ternuras en el descampado En esta hora supe de ti y cierta pesadumbre atornilló sus uñas en mis oídos así, sin permiso, vagó despacio por los caminos En esta hora supe de ti mudé el silencio al asilo lejos del tumulto incapaz de sellar el libro de los moribundos
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Rod Medina
AL OTRO LADO DE LA MESA el plato de tallarines con carne bajo mi mano derecha la carta que dejaste No he osado leerla imagino lo que dice Aquí dejo el almuerzo preparé lo único que tenía en la [alacena: un paquete de pastas a medio [llenar y una lata de albóndigas en salsa No me esperes llego después de las once Hoy tengo guardia Un beso Acerco las viandas giro distraído el tenedor hundiendo sus dientes en el ovillo guisado la primera mascada hasta la boca ¿Y si escribió algo distinto? Serví lo que más te gusta Cómetelo todo porque es el último alimento que [prepararé para ti
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Multitud de gentes me habita
Me cansé de tus ojos de polvo tu falta de sonrisa No llames ni me busques Fuiste bueno hasta que caducó el [amor ¡Triste! Así es la vida Cuídate Lloro como un crío acurrucado en la servilleta ¡Qué mal sabor me produce la verdad puesta sobre el mantel! Trozo una bola de carne y la engullo con tristeza Tomo fuerzas para darle vuelta al papel doblado a la mitad Lo acerco a una distancia justa —la presbicia, ya saben— y leo desde mis ojos en sollozos ¡Como los hacía tu mamá! Buen provecho Te quiero
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Rod Medina
El alma ha vuelto al cuerpo mis labios se relajan el ceĂąo descarga su amargura mientras mastico con optimismo el bocado ÂĄCĂłmo me encanta dramatizar a la hora del almuerzo!
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Multitud de gentes me habita
ANOCHE DORMÍ CON ÉL transcurrió en medio de una súbita ceguera noveles cuerdas tensadas una a una pulso
pulso
pulso
No sabía si gemir o simular tendida allí desvestida convulsa transmutada Su tacto invocaba el deleite hormigueo
ardor
rocío
sacudida en el vientre inmortal palpita la tesitura de cada nota Dentro Así Más Más Más El vientre detona vuelo en minúsculos retazos Desaparezco
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Rod Medina
¿Mi boca pronunció alguna de esas palabras? O fueron ecos en mi cabeza arribando desde abajo vasta cavidad espoleada Nada más recuerdo (solo temblor y cosquilleos) Dedos Oh, sus dedos maravillas tallando nuca labio axila pezón ombligo clítoris muslo rodilla talón Sí anoche deliré junto a la almohada
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Multitud de gentes me habita
y por vez primera aconteciĂł la vida en mĂ
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Rod Medina
DERECHO A RÉPLICA
Junto a una fotografía donde aparecía mi rostro [amargo decía: «Este hombre conspira con el diablo» Después de una acalorada llamada telefónica resolvieron enmendar el error: «El diablo niega conocer a dicho sujeto»
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Multitud de gentes me habita
SOPLONA
La arruga en la frente me jugó una mala pasada sin previa autorización instaló su buró en medio de la discusión que tuvimos (mi novia y yo) esa noche cuando me halló de rodillas con la cabeza perdida en las vergüenzas del vecino de enfrente
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ÍNDICE
LIMINAR
5
POEMAS SI MI CORAZÓN DETRÁS DEL PRETEXTO CALAMBRES AYER TE VI ORGASMO POST MÓRTEM SALÓN DE BELLEZA UNIVERSO PARALELO ESTA ES LA MANO BAJO LA CREMALLERA MULTITUD DE GENTES ME HABITA VINO LA MUERTE EN ESTA CASA VIVE UN SUBVERSIVO SUEÑO LÚCIDO UN INSTANTE SARAH POLLEY SUMERGIDA ESE HOMBRE TRÁNFUGAS AQUELLA NOCHE LA MORADA DE MIS DESVELOS EN ESTA HORA SUPE DE TI AL OTRO LADO DE LA MESA ANOCHE DORMÍ CON ÉL DERECHO A RÉPLICA SOPLONA
9 11 12 14 17 19 21 23 24 25 26 28 29 31 33 35 37 41 43 45 47 49 52 55 56
EdiciĂłn digital Diciembre 2020 RepĂşblica Bolivariana de Venezuela