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Napoleón Bonaparte - Batalla de Austerlitz
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Federico se aproximó en columna de marcha y al llegar a la aldea de Borna, próximo a la línea austriaca de más o menos ocho kilómetros, lanzó la vanguardia simulando un ataque. Con el grueso avanzó en paralelo al resguardo de unas alturas y apareció, sorpresivamente, en el flanco izquierdo de los austriacos, que estaban esperando el ataque por la derecha.
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Napoleón Bonaparte (1769-1821) - Batalla de Austerlitz (1805)
La revolución francesa (1789-1799) y Napoleón I Bonaparte constituyen un hito en las variaciones de las formas de hacer las guerras (arte de la guerra). Napoleón sobresale entre todos los grandes capitanes por su conducción política y militar.
Su habilidad se sustentaba en su ingenio de planificar grandes operaciones y su capacidad de organizar un sistema de gobierno con principios, comúnmente, aceptados por la mayoría de los franceses. Bonaparte fue ante todo un estratega militar. Su talento revolucionó la conducción militar de la época y conformó las bases de las grandes movilizaciones de fuerzas, que luego caracterizarían la guerra moderna. Cambio la organización de las unidades y sobresalió por la aplicación de los principios de concentración de fuerzas para romper las líneas enemigas, actuando con movilidad y rapidez; que serían ejecutados en el nivel táctico, que también serían planificadas y ordenadas por él.
Napoleón es considerado como uno de los mayores genios militares de la historia, dirigió campañas bélicas exitosas y también tuvo derrotas que entregaron lecciones aprendidas. Sus guerras de conquista se convirtieron en las mayores operaciones militares conocidas hasta ese entonces en Europa, en las que involucró a una cantidad de soldados jamás visto en los ejércitos de aquel entonces. Durante más de una década tomó el control de casi toda Europa Occidental y Central mediante una serie de conquistas y alianzas; solo tras su derrota en la batalla de las Naciones (Leipzig, en octubre de 1813) se vio obligado a dimitir unos meses más tarde. Regresó a Francia y al poder durante el breve periodo llamado los Cien Días y fue, decisivamente, derrotado en la batalla de Waterloo (Bélgica, el 18 de junio de 1815), cuando fue desterrado por los británicos en la isla de Santa Elena, donde falleció. Según Peter Paret en “Napoleón y la Revolución en la guerra”,150 algunos de los aspectos más sobresalientes de Napoleón y de este periodo de la historia de la estrategia y de la guerra, dice que fue el reclutamiento “universal”, que ya se
150 PARET, PETER. Creadores de la Estrategia Moderna. “Napoleón y la Revolución en la guerra”.
Madrid: Ministerio de Defensa, 1992, p. 133.
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venía dando, pero solo, gradualmente.151 Además, del sistema de abastecimiento de las tropas a partir de requisiciones que se iban haciendo en los territorios ocupados, así éstas podían avanzar separadas y prestarse apoyo o converger sobre un punto decisivo.
También hubo un incremento de los estados mayores; el apoyo que otras armas le prestaban a la infantería, sobre todo por parte de la artillería; movimientos rápidos y ofensivas; envolver al enemigo por los flancos; determinar objetivos políticos de acuerdo a las capacidades de las fuerzas militares; planes estratégicos que apuntaban a una clara decisión táctica atrayendo al enemigo a una gran batalla donde siempre intentó tener el máximo de fuerzas disponibles; superioridad numérica y aniquilamiento del oponente: para que un principio de la guerra fuera considerado como tal era preciso que estuviera avalado por la experiencia y por el sentido común. El único concepto que permanecía invariable en todas sus acciones era el de ser lo más fuerte posible para entablar la batalla, incluso aunque esto significara dejar desprotegidas sus bases secundarias y sus comunicaciones. 152
Los éxitos de la conducción militar y política ejercida por Napoleón y el impulso que dio al movimiento y superioridad numérica; la penetración estratégica y la concentración rápida de las fuerzas en un punto decisivo; más la revolución industrial y la masificación del telégrafo, el tren y rifles de carga por la recamara; causaron un impacto e innovaciones en el empleo de las fuerzas en todo Europa. La organización de los ejércitos, la forma de emplearlos, de sostenerlos y la relación de lo militar con lo político, nunca volvió al pasado; por ello que la falta de movilidad en la Primera Guerra Mundial fuera tan criticada.153
Después de Napoleón vendrían a quedar en el olvido las batallas donde sus líderes mantenían un control visual de esta. Los preceptos napoleónicos, inmortalizados, en parte por Jomini y Clausewitz, vendrían a perdurar hasta el siglo XX. Si bien, a menudo Napoleón malinterpretó las acciones o intenciones del enemigo y se equivocó al evaluar las posibilidades de sus
151 El famoso “levée en massse” de agosto de 1793: desde este momento, hasta que nuestros enemigos no hayan sido expulsados del territorio de la República, todos los franceses quedan obligados a prestar servicio militar de modo permanente: Los hombres jóvenes, para el campo de batalla; los hombres casados, para fabricar armas y transportar municiones; las mujeres, para fabricar ropas; los niños, fabricarán vendajes, aprovechando la ropa vieja; y los hombres de edad irán a las plazas para enardecer a los soldados, mientras predican la unidad de la República y el odio a la monarquía. Citado por John Shy, “Jomini”, en PETER PARET, Creadores de la Estrategia
Moderna, Madrid: Ministerio de Defensa, 1992, p. 158. 152 PARET, PETER. Creadores de la Estrategia Moderna. Op. Cit. p. 139. 153 Ibídem.