Bloque Dos – Procesos Históricos y sociales
Documento Básico de Capacitación La relación entre Programa de jóvenes y Recursos Humanos – una perspectiva histórica –
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Algunos aspectos históricos de la relación Si bien casi desde lo orígenes de la organización del Movimiento existieron personas que se ocuparon del programa de jóvenes y de los recursos humanos, fue el área dedicada a la formación de dirigentes la que primero se institucionalizó, produjo y dictó curso para formadores e impulsó el uso de la tercera y cuarta cuanta de la Insignia de Madera, como reconocimiento de su capacitación para desempeñar las funciones específicas. Todas estas acciones reforzaron la posición del área en la estructura de las organizaciones y otorgaron prestigio y cierto espacio de poder a las personas que se dedicaban a la formación. Por otra parte, la gestión del programa a nivel nacional le era confiada a los “comisionados de rama”. Estas personas llegaban a una posición nacional trayendo la experiencia y capacitación en el trabajo con niños y jóvenes, pero una vez en el cargo, no existía para ellos una capacitación formal y específica. Las comisiones de rama solían comportarse como compartimientos estancos, con prioridades, planes y hasta distintas formas de comprender el programa educativo. Esta forma de organización institucional se traducía en propuestas educativas fragmentadas y políticas de programa poco integrales. Fue a partir de comienzos de la década del 80 cuando en nuestra región se impulsó la creación de una dirección nacional de programa educativo, que tenía como principal función la gestión integral del programa más allá de las particularidades de las ramas. En esta período se dictaron seminarios y se produjeron documentos específicos para el programa de jóvenes. En algunas asociaciones, esta tendencia impulsó renovaciones más integrales del programa, la producción de políticas de programa y la redacción de algunos de los proyectos educativos nacionales.
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“La formación al servicio del programa” La introducción en el ámbito nacional de la figura de un director de programa educativo si bien trajo mejoras en la gestión del programa, también acarreó conflictos. Los formadores y el área de formación que durante muchos años habían tenido una injerencia muy grande en la definición de la propuesta educativa de las asociaciones, ahora debían acotar su espacio de “poder”. En esta época era muy usual escuchar una y otra vez a dirigentes institucionales afirmando: “la formación está al servicio del programa” recordando la relación adecuada que debía existir entre las áreas. La frase proponía todo un estilo de gestión institucional y a la vez una ética para el formador. La formación no era un espacio de debate de los conceptos de programa, para tal fin se institucionalizaron instancias en la cual los adultos (dirigentes de jóvenes, dirigentes institucionales, formadores y en algunos casos los padres) tenían la posibilidad de debatir reflexionar y realizar propuestas. La relación en los tiempos de cambio A mediados de la década del 90 comenzó en nuestra región una fenomenal renovación del programa de jóvenes, una vez más la relación entre ambas áreas es puesta a prueba por la introducción de “nuevos conceptos” que ponen en jaque el poder de experto de muchos dirigentes. La implementación del nuevo programa de jóvenes implica una estrategia integral en la cual programa y recursos humanos deben trabajar de forma coordinada e integral. Uno de los primeros acuerdos que deben lograr las direcciones de programa y recursos humanos son los puntos centrales de la estrategia de implementación del programa, por ejemplo: El primer paso de toda implementación implica la diseminación de los contenidos de las guías para dirigentes. Esta información debe llegar a cada uno de los formadores de la forma mas expedita posible para que tomen contacto y se familiaricen con ellos. Para ello debiera contarse con un presupuesto que permitiera entregar el nuevo material educativo, por lo menos a cada uno de los equipos de formación del país. Otro punto de acuerdo en este momento es sobre la actualización de los dirigentes. Básicamente existen dos modelos, uno denominado de cascada, en el cual se realizan seminarios de actualización dedicados exclusivamente para formadores, luego son estos los responsables de actualizar al resto de los dirigentes. La información es diseminada desde los formadores hacia el resto de los dirigentes. Si bien este es el modelo tradicionalmente más utilizado, suele ser muy lento y la circulación de información es suele, en ocasiones, ser poco fluida.
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El otro modelo denominado de impacto total, propone espacios de actualización y diseminación amplios en el cual los dirigentes de jóvenes y los formadores acceden a la vez a los nuevos conceptos. Casi siempre son organizados como una batería o feria de talleres. Este sistema comenzó a ser utilizado por algunas asociaciones de la región, y tiene como ventaja una mayor fluidez, democratización y velocidad en la diseminación de la información. Otros acuerdos esenciales entre programa y recursos humanos tiene que ver con la introducción de los nuevos conceptos de programa en el sistema de formación, por ejemplo: la utilización del ciclo de programa rompe con el modelo más extendido de planificación de actividades, es necesario entonces revisar esto en forma conjunta y hacer las modificaciones necesarias en los contenidos del sistema de formación. Otros desafíos para la relación de ambas áreas en un futuro próximo serán la definición de los criterios del seguimiento; la capacitación específica para animadores territoriales del área de programa y su reconocimiento; los contenidos prioritarios para el perfeccionamiento continuo y los acuerdos sobre las competencias o saberes necesarios especialmente en el nivel de grupo. Héctor Carrer (2005), Oficina Scout Mundial, Región Interamericana. Santiago, Chile.
Material del Sistema Virtual de Formación en Programa de Jóvenes. Experiencia piloto realizada en cooperación entre Scouts de Argentina y la Oficina Scout Mundial, Región Interamericana.
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