Revista Calle Elvira. Primavera 2013

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2013

PRIMAVERA



C A L L E E LV I R A Desde 1971 trimestraldearteyculturagranadina

Segunda Época

añocuarentaytres

númerocientosesentayochoprimavera2013

Dirección/

Rodrigo Gómez Jiménez

Consejoderedacción/

Carmen María Jiménez Navarro José María Valverde Tercedor Mª Dolores F.-Fígares Jorge de la Chica Rafael Gómez Jiménez

Consejoasesor/

Rafael Gómez Benito Tito Ortiz Andrés Cárdenas Armando López-Murcia Juan Antonio Ibáñez Jorge Ferreira Pablo Ruiz González

Edita/

Calle Elvira

DiseñoyMaquetación/ Rodrigo Gómez Jiménez

Impresión/

Imprenta-Editorial Ave María

Ilustracióndeportada/ Penitente de Nuestro Padre Jesús del Rescate Fotografía/Ramón L. Pérez

www.calleelvira.com calleelvira@calleelvira.com

©Fotografías,sus autores ©Textos,sus autores ISSN: 2255-3134 Depósito Legal: GR.77-1971


Por el aire de Granada

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“Granada será tu cruz”: La Semana Santa en la Casa de los Pisa

Sumario

José María Valverde Tercedor

Las Cruces de Granada José Luis Delgado

La Saeta expresión del misticismo andaluz Juan Antonio Ibáñez

22 Arte y Patrimonio

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Ayer y Hoy La Avenida de la Constitución: Camino abierto hacia el tiempo Mª Dolores F.-Fígares

Las Ermitas del Pretorio y Santo Sepulcro de los Rebites y su Vía Sacra Antonio Padial Bailón

La antigua Iglesia de la Compañía en Granada, hoy templo de lo Santos Justo y Pastor Pablo Ruiz Martínez-Cañavate

La desaparecida “Casa de los Miradores” de Bibarrambla Armando López-Murcia Romero

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Granada a la vista La Magna Mariana en el primer Centenario de la Coronación de la Virgen de las Angustias

Poesía

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Jorge de la Chica

Mínima aproximación a la poesía de Pablo García Baena, José Manuel Caballero Bonald y Antonio Carvajal Antonio Caballero

Efemérides

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La Provincia Los Guájares...un jardín escondido José Manuel Fernández

“Mil años de la fundación del Reino Zirí de Granada y su continuidad histórica”. “El reino de los mil años” César Girón

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Cajón de sastre Cándido Gómez “Candi”. De jugador a presidente del Granada C.F. Rodrigo Gómez


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Ricardo Bellido. Vista del AlbayzĂ­n desde la Carrera de Darro. Acuarela


A PEDRO GÓMEZ MONTERO

Conocí a Pedro cuando mi juventud razonaba entre la ilusión y la recién estrenada responsabilidad de un micrófono. Y allí, detrás de la cristalera – en el control – una figura me acompañaba y orientaba. Era, es Pedro Gómez Montero. Nacido en Ávila, este castellano dominaba su oficio y proyección profesional en una ciudad – Granada - con los atributos necesarios para dar cobijo y, desde luego, enamorar a cualquier forastero que decidiera hacer suya tanta belleza reunida. Y aquí nos hacemos compañeros y amigos. Horas de radio juntos; unas veces en los estudios, otras, muchas, en la calle a la búsqueda de la entrevista, el reportaje o la retransmisión. También en momentos de asueto por aquello de oír, desde la cercanía, los latidos de una sociedad, la granadina, con énfasis universitario y bullicio por doquier, habida cuenta de la eclosión turística ya presentida en los años sesenta. Siguiendo por este camino de la amistad, habrá que destacar el amor que el abulense profesaba a la capital nazarí. A sus tradiciones, a sus monumentos, y a todas aquellas figuras nacidas en los aires de la creatividad y que fueron llamadas a visitar el Partenón de la inmortalidad. La revista CALLE ELVIRA fue, hace ya 43 años, ese baluarte con el que él fue construyendo un mirador permanente, testimonio fiel de escritores, pintores, investigadores, que a modo de avanzadilla de opiniones iban reflejando una realidad que es historia y al mismo tiempo actualidad. Pedro ahora, cierra un ciclo, pero la publicación sigue. Llegan nuevos impulsos –la familia está ahí- y recoge el testigo su sobrino nieto Rodrigo Gómez. Seguro que la nave continuará el recorrido por el paisaje de Granada. A pie de página, y junto a la breve semblanza de este entrañable profesional radiofonista, es necesario mi recuerdo permanente para su hermano, Rafael Gómez Montero, periodista y maestro que abriera mis cinco sentidos a todo un relato de aconteceres, propuestas y vivencias donde apoyé, durante años, lo mejor de mi trabajo como oficiante de la noticia. Con él, mis ojos se detuvieron en el Albaicín y en el Sacromonte. En Lorca y en el flamenco de la pureza, quizás nacido en la verea de en medio. ¡Cómo no! a vivir la Semana Santa desde lugares donde la imaginación sueña. En fin, con Rafael aprendí a dibujar, hablando, lo que Granada es y en ocasiones, oculta.

Juan Antonio Ibáñez

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“Granada será tu cruz”:

La Semana Santa en la Casa de los Pisa

JOSÉ MARÍA VALVERDE TERCEDOR

Introducción: El poder de los sentidos En este artículo les proponemos un recorrido por la Pasión de Jesús y los Dolores de María, y su reflejo en la vida de San Juan de Dios, a través de cuatro imágenes pertenecientes a la colección del Archivo-Museo de San Juan de Dios, de la Casa de los Pisa1. Nos centramos en la escultura, debido a que por su carácter tridimensional ésta es la que mejor se adapta al culto cristiano propio de la Semana Santa, al plantear al fiel la posibilidad de establecer un contacto palpable con la materia. Si bien es cierto que el conocimiento abre los ojos del hombre, debemos ser conscientes de que si nos acercamos a las esculturas aquí reflejadas, olvidando sus características históricas o estilísticas, hallaremos el verdadero significado de las mismas, que no es otro que elevar nuestra alma mediante la emoción. Sin duda alguna es imposible quedarnos indiferentes ante estas imágenes cuya elocuencia nos hace sentir, siendo éste el principal distintivo del arte español, un arte pensado la mayoría de las veces para el pueblo iletrado, que ve en las obras reflejados sus dolores y padecimientos. 1 Quisiera agradecer a Rodrigo Gómez por contar conmigo en esta nueva época de la revista “Calle Elvira”, la cual forma parte de la historia reciente de la cultura granadina. Al mismo tiempo agradezco Francisco Benavides, director del Archivo-Museo de San Juan de Dios de la Casa de los Pisa, por su amable disponibilidad y colaboración en la elaboración de este artículo.

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Anónimo granadino. San Juan de Dios, siglo XVIII. Granada, Casa de los Pisa. Fotografía/José Mª Valverde

La Semana Santa constituye una fiesta eminentemente devocional, la cual no puede ser entendida sin su identidad histórica, al conmemorar un hecho a medio camino entre la realidad y la fe: la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Acontecimiento éste que quizás pasaría desapercibido para la mayoría de las personas, si no hubiese sido refrendado por el arte. Lo cierto es que al igual que Santo Tomás, el hombre necesita ver para creer, y la iglesia española conocedora de esto va a utilizar la creación artística, como el principal medio para extender su doctrina, especialmente desde el Concilio de Trento. El arte, en su virtud de hacer tangible lo invisible, tiene el poder de reflejar en una imagen aquello que no vemos, consiguiendo hacerlo real, y en este afán de adoctrinamiento y persuasión, nuestra tierra busca la unión entre las personas y la divinidad mediante la fe, canalizada por un medio sensorial plástico que es la escultura sacra, la imagen2. La Casa de los Pisa es el lugar histórico de la muerte del más granadino de los santos, San Juan de Dios, acaecida el 8 de marzo de 15503. Su interior se ha convertido con el paso de los años en un auténtico cofre, el cual atesora gran cantidad de obras, realizadas en

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LÓPEZ GUADALUPE, Juan Jesús. Imágenes Elocuentes. Granada: Atrio, 2008. 3 Aquí fue acogido cuando estaba muy enfermo por la señora de la casa, doña Ana Osorio, esposa del Caballero veinticuatro García de Pisa. BENAVIDES VÁZQUEZ, Francisco. Granada. La ciudad que cautivó a San Juan de Dios. Granada: Archivo-Museo de San Juan de Dios, 2010, pp. 111-115. 4 Definición de exvoto según la RAE: don u ofrenda, que los fieles dedican a Dios, a la Virgen o a los santos en señal y recuerdo de un beneficio recibido. 2

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distintas técnicas, materiales y estilos, y procedentes de los más recónditos lugares de los cinco continentes, presentando muchos de estos objetos artísticos la tipología de exvotos4. No debemos olvidar el hecho de que la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios se extiende desde su fundación en el siglo XVI por todo el mundo. Al mismo tiempo señalar que entre los temas presentes en la Casa de los Pisa, el de la Pasión de Jesús es uno de los más recurrentes, por la significación que tuvo en la vida del Santo granadino.

San Juan de Dios y su identificación con Jesús La iconografía que conocemos de San Juan de Dios, deriva en gran parte de las narraciones legadas de sus primeros biógrafos. Entre ellos destacamos a Francisco de Castro, casi coetáneo del santo, y a sus predecesores Celi, Santos, Govea y Trinchería. Estos relatos, los cuales mezclan realidad con invención, están cargados de leyendas de corte barroco, donde es latente la estrecha relación existente entre la vida de Juan Ciudad y la Pasión de Jesús. De hecho, la cruz se va a convertir en el principal emblema de la orden hospitalaria y está ligada a San Juan de Dios, desde que se le apareció el Niño Jesús en Gaucín (Málaga), en su viaje hacia Granada, según una leyenda narrada por vez primera por Lope de Vega en su obra “Comedia famosa de Juan de Dios y Antón Martín”. La tradición cuenta que se le manifestó un niño pobre y le dijo: “Granada será tu cruz”, desde entonces este lema le acompañará durante toda su existencia, hasta el punto de que el que llegó a Granada como librero, cambió de vida para entregarse por entero a los más necesitados emulando en ello al propio Jesús5. Tras su muerte, la Granada y la Cruz se van a convertir en los atributos principales de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. La cruz, símbolo del cristianismo por antonomasia, debido a ser el lugar en el que Cristo redimió los pecados del hombre, al mismo tiempo simboliza el inevitable sufrimiento al que debe someterse el cristiano en vida si quiere alcanzar la eterna salvación. Un sufrimiento 5 BENAVIDES VÁZQUEZ, Francisco. «San Juan de Dios y su relación con el Niño Jesús a través de sus biógrafos». En: Los niños Jesús del Museo Casa de los Pisa. (Catálogo de la exposición). Granada: Hermanos de San Juan de Dios, 1998, p. 33-39.


Otra leyenda nos habla de la Coronación de espinas del Santo. El primero que se hace eco de ésta es el biógrafo Celi. Se ambienta en la iglesia granadina del Sagrario. Según el padre Santos el 8 de noviembre de 1537, y su creación iconográfica se la debemos a Juan de Noort en su serie de estampas grabadas para el libro de Govea. Ésta indica que mientras oraba ante un Calvario, la Virgen y San Juan descendieron del mismo y lo coronaron de espinas. Tal y como señala Juan Miguel Larios, la coronación de San Juan de Dios, es un asunto puramente místico, al cual se le ha querido revestir de un formalismo real6. Desde entonces, la corona de espinas va a ser uno de sus elementos iconográficos más recurrentes. Así pues, la culminación de la vida de San Juan de Dios, como no puede ser de otra forma, viene protagonizada por la cruz. Se cree que nuestro Santo murió en la Casa de los Pisa arrodillado y venerando una cruz, tal y como nos describe el testigo de la beatificación Mateo del Espino Aguayo y Córdova. Dicha narración es la siguiente: Le levantaron y se hincó de rudillas con un Crucifijo en la mano, y hablando con él y encomendándole su ánima con muchas palabras santas y devotas, dio su anima a Dios, quedándose hincado de rudillas como si estuviera vivo, que lo tuvieron por milagro7. Busto de San Juan de Dios. Describimos esta imagen anónima, de la escuela granadina del siglo XVIII, como ejemplo de la gran cantidad de imágenes de San Juan de Dios en sus distintas iconografías, tanto de la escuela granadina y sevillana, como procedentes de otras escuelas y puntos del mundo, presentes en este museo. Se trata de un busto prolongado de madera policromada con finas carnaciones, en el que el Santo viste el hábito de la orden. Imagen desconocida, de gran expresividad y dulzura mística, en la que San Juan de Dios se nos muestra coronado de espinas y portando entre sus manos la Granada y la Cruz en madera dorada, añadido de los años ochenta. 6 LARIOS LARIOS, Juan Miguel. «Iconografía de San Juan de Dios». En: Arte e cultura nell’ Ordine Ospedaliero di San Giovanni di Dio. Roma: Curia Generalizia Ordine Ospedaliero di San Giovanni di Dio, 2006, p. 169. 7 GÓMEZ-MORENO, Manuel. Primicias históricas de San Juan de Dios. El hombre que supo amar. Granada: Anel, 1976, pp. 288-289.

Atribuido a José Risueño. Niño Jesús Rey de Pasión, siglo XVIII. Granada, Casa de los Pisa. Fotografía/José Mª Valverde

entendido más desde la entrega a los demás que desde la mortificación.

Temas de la Pasión en la Casa de los Pisa I. Cristo, Varón de dolores: Entre las imágenes de la Pasión de Jesús de este museo destacamos una rica colección de crucificados principalmente de madera policromada, bronce y de marfil, siendo muy significativos los americanos y filipinos, por su poca presencia en Granada. En este caso nos vamos a centrar en analizar una imagen de pequeño formato de la escuela castellana. También analizaremos un interesante Niño Jesús Rey de Pasión de la escuela granadina, como ejemplo de rico conjunto de niños Jesús de distintas escuelas y estilos que atesora la Casa de los Pisa. Niño Jesús Rey de Pasión. Imagen de madera policromada del siglo XVIII, atribuida a José Risueño. Los niños Jesús de Pasión van a tener gran predicamento en el arte granadino del barroco. Estrechamente ligados a los conventos y parroquias, su simbología es muy importante para entender la Redención de Jesús. La contemplación del Niño Jesús que desde la infancia padece los dolores de la Pasión, se convierte en una estampa premonitoria y ejemplarizante, ya que nos hace conscientes de que Jesús pese a conocer su destino, lo asume con dignidad y entrega desde su niñez. Así pues, su iconografía funde la ternura de la infancia del Niño Jesús Rey, con el dolor de la Pasión, reflejando la idea de que la realeza de Jesús no se entiende sin la Por el aire de Granada

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Cristo de la Vega. Escultura de pequeño formato, en madera policromada, de la escuela castellana del siglo XVIII. Cristo vivo de larga cabellera y barba bífida muy marcada, expresión elocuente y fina factura. De esta imagen destacamos su elegante modelado con delicadas carnaciones donde es latente la sangre. Tiene un bello paño de pureza con decoración floral dorada. Presenta como añadidos una corona de espinas con potencias unidas plateadas y plantea como singularidad el extender su brazo derecho, mostrando al que lo contempla el estigma ocasionado por el clavo en su mano. La iconografía es muy interesante y procede de Toledo. Se ubica concretamente en la ermita del Cristo de la Vega9. Su principal singularidad se encuentra en representar un tema poco recurrente, sin ejemplos en el arte granadino. Plasma una leyenda barroca toledana la cual nos narra la historia de amor y traición de una joven pareja. Según José Zorrilla: Diego Martínez e Inés Vargas habían consumado antes del matrimonio, con el correspondiente juramento del hombre de esposarse con ella a su vuelta de Flandes. Tras su regreso, la mujer, cargada de aflicción lo buscó en varias ocasiones para reclamarle que cumpliera con su promesa, con la posterior negativa de éste que estaba cegado por la fortuna y el poder, ya que había sido ascendido en sus labores militares y nada quería saber de su vida pasada. Tras acudir a juicio, Diego Martínez salió beneficiado por no haber ningún testigo que refrendase el testimonio de Inés Vargas. Finalmente

MARTÍNEZ MEDINA, Francisco Javier. «Las imágenes del Niño Jesús. La colección de la Casa-Museo de los Pisa». En: Los niños Jesús del Museo Casa de los Pisa. (Catálogo de la exposición). Granada: Hermanos de San Juan de Dios, 1998, p. 26. 9 Antigua Basílica visigoda de Santa Leocadia, convertida después en iglesia mudéjar, de la que se conserva el ábside. 8

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Anónimo castellano. Cristo de la Vega, siglo XVIII. Granada, Casa de los Pisa. Fotografía: José Mª Valverde

cruz, y nace fruto del interés de la Iglesia por humanizar a la figura de Jesús, promovido desde San Francisco de Asis y difundido especialmente tras el Concilio de Trento. Al mismo tiempo la teología tradicional vio siempre en el nacimiento de Cristo un rebajamiento que prefiguraba la muerte en la cruz8. Posee la dulzura propia de los niños de Risueño. Imagen sedente, de vestir, ornamentada por una túnica y manto bordados en sedas y unas sandalias de tela, ostenta como atributos una corona y una cruz, ambos plateados, al mismo tiempo señalar que se encuentra sentada sobre una silla isabelina de madera. Esta obra de rasgos faciales muy marcados, al estilo de Risueño, tiene unos grandes ojos de cristal muy expresivos.

ella desesperada llevó a todo el mundo ante el conocido como Cristo de la Vega, el cual tras ser preguntado sobre si eran ciertas las palabras de la mujer, desclavó su mano derecha del madero, la puso sobre los autos, abrió la boca y exclamó “Sí, juro”. Tras este prodigioso hecho ambos jóvenes entraron en sendos conventos, dedicándose a la vida contemplativa.

II. María, Madre dolorosa: La presencia mariana en el museo se encuentra principalmente ligada a imágenes gloriosas de la Virgen, en las que aparece junto a su hijo, iconografía ésta denominada tradicionalmente bajo la advocación de Virgen de Belén. Entre ellas destacan en pintura la Virgen de los Pañales, anónimo flamenco del siglo XVI de marcado naturalismo y la Virgen del sueño del círculo de Alonso Cano, entre otras. Este museo posee una rica colección de esculturas barrocas de la escuela granadina realizadas en marfil y en pequeño formato la mayoría de ellas, que muestran a la Virgen al mismo tiempo como Madre y trono de Jesús. Finalmente señalar que de todas las representaciones marianas de la Casa de los Pisa, la más significativa es “La Princesa”. Se trata de una escultura de gusto preciosista y marcada dignidad, realizada en marfil, madera y plata, de la escuela sevillana del siglo XVIII10.


Atribuido a Pedro de Mena. Dolorosa, segunda mitad del XVII. Granada, Casa de los Pisa. Fotografía: José Mª Valverde

Busto de Pedro de Mena. Los bustos de dolorosa aparecen generalmente ligados a los Ecce-Homo y van a ser muy populares en el arte granadino. El más prolífico de los artistas en este tipo de representaciones es Pedro de Mena11. Sin duda alguna, las dolorosas de Mena están muy ligadas a la veneración en oratorio privado, siendo aptas para la contemplación íntima y cercana. Las mismas presentan la singularidad de ser imágenes conceptuales, cuyos rostros introspectivos invitan a la meditación. Otro distintivo del autor, es el lijado de la pieza para hacer mucho más fina la madera y simular en mayor medida tela, y la utilización en la constitución de la misma de varias piezas de embón. El que nos ocupa, forma parte de los denominados como busto corto, ya que ofrece solo la cabeza hasta el inicio del tórax, concentrándose en sus facciones todos sus valores expresivos12. Las imágenes de estas características no poseen manos como ocurre en las dolorosas de busto completo13, esta carencia conlleva una supuesta pérdida de expresividad, la cual queda matizada por la fuerza del rostro. Tal y como ocurre en las dolorosas de Pedro de Mena, esta imagen tiene un semblante de factura elegante, del cual destaca su fina nariz. Su expresión, más que por un intenso dolor viene marcada por una profunda melancolía de enorme carga espiritual, contenida y perfectamente matizada, mediante la cual el artista eleva el dolor hasta un nivel casi divino, siendo este hecho distintivo del maestro según Ricardo de Orueta14.

BENAVIDES VÁZQUEZ, Francisco. «La Princesa». En: BENAVIDES VÁZQUEZ, Francisco (ed.). Una mirada a la ternura…La Virgen Madre en la colección del Museo de San Juan de Dios. (Catálogo de la exposición). Granada: Archivo-Museo San Juan de Dios, 2001, pp. 48-51. Manuel Capel habla de ella como la Virgen de la Jamuga, en referencia a la silla de tijera, a modo de trono, sobre la que posa. CAPEL MARGARITO, Manuel. «La colección de marfiles de la Orden Hospitalaria de Granada». Cuadernos de arte (Granada), 18 (1987), p.74. 11 Según se indica en el catálogo de la exposición “En torno a Cano” celebrada en la Casa de los Pisa, en esta obra sigue todavía latente el influjo de Alonso Cano en Pedro de Mena. GUTIERREZ GARCÍA, Ana María y CARO RODRÍGUEZ, Emilio. En torno a Cano en la Casa de los Pisa. (Catálogo de la exposición). Granada: Archivo-Museo San Juan de Dios, 2001, p.4. 12 Según el profesor Gila Medina, esta obra es de taller, y fue realizada en Málaga, en su última etapa laboral, entre 1679-1688. GILA MEDINA, Lázaro. Pedro de Mena escultor, 1628-1688. Madrid: Arco Libros, 2007, p. 194.

Es muy singular el fino manto blanco, que más bien puede tratarse de una toca o rostrillo, según mi opinión esto se debe a una simplificación formal. Esta rareza se encuentra presente en otras obras atribuidas al mismo taller, como es el caso de la Dolorosa de la madrileña Colección Lázaro15. Finalmente, me gustaría concluir animando a granadinos y foráneos a que acudan en estas fechas de Cuaresma y Semana Santa a la Casa de los Pisa; donde, como hemos visto en este artículo, tanto desde el punto de vista religioso, como desde el meramente cultural, podrán contemplar las más variadas escenas de la Pasión, las cuales les harán introducirse en el espíritu propio del inicio de la primavera granadina.

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11 La mayoría las tienen en ocasiones unidas, en otros casos la derecha la posan sobre el pecho, mientras abren la izquierda, recurso éste que les facilita aumentar su dramatismo. 14 bidem, p. 173. 15 DE ORUETA Y DUARTE, Ricardo. Pedro de Mena. Málaga: Universidad, 1988, p. 154. 13

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Las Cruces de Granada JOSÉ LUIS DELGADO

Aparece como signo primario y elemental, desde la sales en forma de escalera de cruces como vehículo Prehistoria y en prácticamente todas las culturas con para facilitar la subida al cielo; las encontramos en los significados diversos que van desde las simples marnativos de las islas Leti; los magar nepalíes las colocas de adorno, identificación y localización hasta los can en las tumbas; y con parecido significado están en simbolismos más trascendentales y de complicada inla antigua Rusia y en Malasia (los berisi). Jacob soñó terpretación. Es el más con una escalera o rampa universal de los llamaque le unía a Dios. dos símbolos fundamen- La cruz es uno de los símbolos más tales, junto al punto, el antiguos de la humanidad. En Granada círculo y el cuadrado. La La cruz fue utilizada como intercesión de los brazos las cruces se colocaban en entradas y instrumento de ejecución marca el punto desde lugares altos, Albaicín, Alhambra y capital, de tortura y castigo donde nace el círculo y Sacromonte. La entrada a la ciudad se cruel. El madero se usaba de la unión de los cuatro en los patíbulos, en los yuhacía por la Cruz Blanca. brazos, el cuadrado. gos y en los cepos para los esclavos, los locos y los priEn casi todas las culturas sioneros; así lo refiere Herola cruz tiene un denominador común: viene a significar doto. El colgado de un palo era considerado maldito la unión de lo vertical con lo horizontal; con sentido y su muerte resultaba horrorosa. La crucifixión había simbológico cósmico y totalizante: unión del cielo y sido empleada ya por los persas y los fenicios. Los la tierra, del Este y del Oeste; paso de lo terrenal a lo romanos empleaban el staurós o maderos cruzados celestial; de la muerte a la vida. Abundan las culturas para los esclavos, extranjeros y habitantes de las proque representan signos verticales con otros transvervincias conquistadas.

Cruz de la Rauda

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Era una muerte con agonía lenta y muy dolorosa. Después el cadáver procuraba ser exhibido para que sirviera de escarmiento.

Cruz de la Abadía del Sacromonte

La cruz fue rechazada por los primeros cristianos hasta principios del s. IV cuando Constantino declara la libertad religiosa en Roma. Desde entonces la representación de la cruz será el símbolo cristiano por excelencia y acabará siendo venerada profundamente, como lo sería el fuego para el zoroastrismo y la qibla para los musulmanes.

La subida al Sacromonte marcaba un “via crucis” que en el siglo XVII quería imitar todos los viernes de madrugada el camino recorrido hasta el Gólgota. Algunas de las cruces plantadas en el camino del monte Ilipulitano eran espectaculares: la ciudad de Santafé regaló una de alabastro y jaspe, muy parecida a la que ofrecieron los maestros del arte de la seda y los panaderos de Alfacar. También de alabastro era la que costearon los ganapanes, que eran los recaderos y mandaderos granadinos.

La conquista cristiana sembró de cruces la ciudad a partir del siglo XVI; se cuentan por docenas y casi todas en lugares elevados: el Sacromonte, la Alhambra y el Albaicín. La entrada a la ciudad se hacía precisamente por la Cruz Blanca y hasta en el Veleta se quiso plantar una enorme cruz de más de 30 metros de altura dotada de focos luminosos para que se viera desde Marruecos.

Pero la más monumental fue la que construyeron los vecinos de las Eras de Cristo montada sobre una enorme peana con cinco gradas en las que tomaban el sol nuestros tatarabuelos celebrando en mayo el día de la Cruz. Así al menos nos lo cuenta en sus Anales Henríquez de Jorquera en el siglo XVII.

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La ubicación de la cruz en lugares elevados o en las entradas de las ciudades buscaba la finalidad de poder ser observada desde lejos y por todos los visitantes como recuerdo de que el castigo del condenado fuera ejemplarizante. El propio Jesús fue crucificado en la cima del monte Calvario, que significa precisamente calavera.

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La Saeta

expresión del misticismo andaluz JUAN ANTONIO IBÁÑEZ

Oh la saeta, el cantar al Cristo de los Gitanos siempre con sangre en las manos siempre por desenclavar. Cantar del pueblo andaluz que todas las primaveras, anda pidiendo escaleras para subir a la cruz. Antonio Machado

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Manuel Torre, “el Niño de Jerez”

Al llegar la primavera, Andalucía es una llama viva donde se conjuga la devoción cristiana, el colorido, el arte y el paisaje para crear y recrear lo que al mismo tiempo es intimidad religiosa y espectáculo visual. Andaluces y visitantes nos disponemos a vivir la Semana Santa. En estas fechas el pueblo reza cantando. Y surge la saeta como oración que brota de la garganta, para recorrer los invisibles caminos del sentimiento. Se diría que es viva expresión del misticismo andaluz, llevando el colectivo latir de la muchedumbre, agolpada en cualquier escenario natural y a la vez reúne todo el fervor del cristiano que, por unos minutos, se une en corazón al cantaor: La Virgen de las Angustias tiene el corazón “partio” de ver a su hijo muerto y en el sepulcro “metio”


La aparición de la saeta en la Semana de Pasión es un misterio. Tan habituados estamos a ella, que Semana Santa sin saeta no la concebimos. Incluso los extranjeros la asocian como elemento sustancial. Por ejemplo, el poeta inglés Laurie Lee en una crónica radiofónica de 1.948 y cuya acción transcurre en el siglo XVI, se inicia con una visión de la Semana Santa haciendo mención de la música de saetas, tambores y trompetas en las procesiones religiosas. Aunque conviene advertir que los clásicos del siglo XVI al XVIII no dan noticias de ella. Tampoco, los viajeros de otros países que relataron sus impresiones en España. Que pudo existir no puede dudarse. Que existió de hecho, no se puede asegurar. Describamos pues algunos apuntes que bien pudieran conformar la base histórica de esta aportación popular tan ligada a nuestra tierra. Ángel Caffarena, relaciona la saeta antigua con la más primitiva música de la cristiandad basada en cantos sinagogales. Por su parte Medina Azara, escritor israelita, defiende la tesis de que la saeta proviene de un canto sinagogal y era cantado por los conversos (cristianos nuevos) para aumentar la poca confianza que la iglesia puso en su cristiandad, reuniendo en sí la máxima devoción a Cristo y la más terrible desesperación del judío, obligado a optar por la conversión o el exilio. Larrea Palacín dice que la saeta es una supervivencia del rito de la fecundidad realizado por el sacrificio violento y cristianizado, actualmente, en su elemento formal por haberse perdido su ideología primitiva. Estudios se han hecho sobre la saeta. Sus orígenes, sus acentos musicales. ¿Por qué denominar saeta a las letras que se cantan? Etimológicamente, el término saeta no deja ningún lugar a dudas. Viene del latín “sagittas” que significa flecha, dardo o arma arrojadiza y que nosotros, en sentido figurado, podemos entender como un misterioso temblor, como una forma especial de rezo o plegaria que el cantaor lanza o catapulta hacia la imagen religiosa y cuanto ella encarna de misterio pasional. Y el diccionario de la Real Academia, en 1.793 define así por vez primera el cante de la saeta: por alusión, se toma por el objeto que hace impresión en el ánimo como hiriéndole. Es en 1.803 cuando el diccionario le

En la calle de la Amargura Cristo a su madre encontró; no se pudieron hablar de sentimiento y dolor.

Pastora Pavón, “Niña de los Peines”

concede el sentido religioso con que nosotros acostumbramos a identificarlo. Es decir, “copla breve y sentenciosa que se canta al paso de las imágenes en procesiones religiosas”. Pero, hay otros datos que bien pueden situarnos en la antesala de la saeta que conocemos. En el siglo XVIII los padres franciscanos andaluces comenzaron a llamar saetas penetrantes a las coplas que se cantaban en las procesiones penitenciales, misiones cristianas y demás actos de devoción celebrados en nuestra comunidad. Resulta altamente significativo que estos breves rezos cantados o salmodiados en los actos religiosos rituales, fuesen propiciados por las órdenes religiosas de franciscanos y dominicos, en un intento claro de fomentar en las capas populares de la población, un sentimiento religioso en base a su rico y variado folklore tradicional en una época de fuerte laicismo estatal. En este sentido no podemos olvidar, en la génesis y evolución de las saeta, las primeras letras de devoción Por el aire de Granada

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que a lo largo del siglo XVIII, aparecen en los llamados avisos del pecado mortal y en los cantos penitenciales, letras que alcanzarían un eco flamenquísimo en los famosos rosarios de la aurora. Para completar estos hipotéticos orígenes de la afición por la saeta religiosa aflamencada, habría que recordar el éxito, vivo todavía en nuestra geografía andaluza, de los mandatos, pregones y escenas, que se representan en este tiempo de Semana Santa, en cientos de pueblos llenos de letrillas que se cantan en los días de pasión, teniendo una aceptación extraordinaria entre todos los estratos sociales, los cuales participan de una manera viva en la ceremonia, bien como actores o espectadores de la misma, convirtiendo la calle en templo y la conmemoración religiosa, en algo ancestral que recuerda los más probables orígenes paganos de dichas celebraciones. Como conclusión, señalar que la eclosión de la saeta no es un hecho aislado, ni individual, que surja un buen día por obra de un artista creyente, sino que, como ocurre con toda la poesía popular de tradición oral, se va transmitiendo poco a poco, enriqueciéndose de forma continuada con la aportación colectiva del pueblo hasta formar su estado actual, susceptible a su vez de ser ampliado y transformado en el futuro, como nos enseña la experiencia. Hecho este recorrido por un paisaje histórico que trata de configurar la saeta como expresión religiosa y musical, conviene matizar que serán los cantaores, los encargados de darle una nueva proyección a este canto popular, hasta hacerlo totalmente flamenco como derivación de la toná, surgiendo entonces la saeta tal y como la conocemos. Si hacemos breve recuento de grandes saeteros, seguramente Silverio, El Nitri, Los Caganchos, Curro Dulce o El Mellizo, lo fueron. Y ya en el siglo pasado, los referentes están en los nombres de Manuel Torre, Pastora Pavón, Centeno, Vallejo, el Gloria y Antonio Mairena.

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De oro son las potencias y la corona de espinas y tú la llevas con paciencia sobre tus espaldas divinas la cruz de la penitencia.

Por el aire de Granada

El flamenco, para cantar a Cristo o a su Madre, acude allí donde, como diría Lorca, “tiembla enmarañada la oscura raíz del grito”. Y elige sobre ese desnudo testimonio de los cantes del sur, tres modalidades o estilos: martinetes, carceleras y siguiriyas.

Los cielos se enturbiaron y hubo eclipse de sol y de luna y le dan azotes crueles al Divino Redentor “amarraito” a la columna.

Así, en estos días, con solemne paso, la celebración de la Semana Santa se abre paso por Andalucía. El cante coge la cruz dolorosa del Calvario y desde una voz, a veces golpeada por el dolor, arrima el hombro como un costalero más, a los tronos que están llamados a escenificar, y por tanto a definir, si cierto es que la Fe nos alumbra, si la memoria es necesario avivarla, o si un murmullo desde la ventana del desaliento y con el fondo musical de un arte tan universal y tan nuestro como es el flamenco, quiere dejar constancia de la plenitud de la palabra de aquel hombre llamado Jesús y cuya vida, pasión y muerte ahora recordamos.

Lo bajaron del madero y en sábanas lo pusieron. Su cuerpo descolorio. Su madre preguntó al cielo: ¿Qué delito ha cometio?


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Fotografía Manuel Torres Molina. Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima del Mayor Dolor, a su paso por el puente sobre el río Genil, 1953


Párrizas. Cartel de Semana Santa 1942. Imagen cedida por la Real Federación de Hermandades y Cofradías de Semana Santa de Granada


AYER Y HOY

Avenida de Calvo Sotelo (hoy Avenida de la Constitución)/Fotografía Torres Molina/década de los 60/Archivo R. Gómez Benito

La Avenida de la Constitución: Camino abierto hacia el tiempo Mª Dolores F.-Fígares

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Granada ha tejido su trazado urbano en medio de una fuerte tensión entre dos atracciones: la de su pasado, su historia, su herencia patrimonial, sus raíces culturales y la de su futuro, sus ansias de expansión, de modernidad, de progreso. Este fenómeno no es exclusivo de nuestra ciudad, sino que afecta a todas las que atesoran una larga memoria, pero no quieren quedarse ancladas en los recuerdos, sino que miran hacia delante con aspiraciones. Sin embargo esa tensión se vive en Granada de una manera especialmente dramática, entre polémicas ciudadanas, decisiones discutidas y discutibles de las autoridades y olvidos imperdonables. Nuestra historia local está jalonada de episodios que ponen de manifiesto hasta qué punto es difícil armonizar trayectorias tan opuestas, cuando el diálogo entre las diferentes épocas del pasado es tan denso y el futuro se presenta muy frecuentemente con un ritmo avasallador y destructivo. De ahí que todavía estemos lamentando la desaparición de espacios, o edificios y nos resulte tan difícil sentirnos orgullosos de los que hemos colocado para sustituirlos.


AYER Y HOY

Avenida de la Constitución/Fotografía Rafael Gómez Benito/2013

UNA

VÍA DE SALIDA

Hay escenarios en los que se condensan de manera especial esas tensiones, como si la ciudad los hubiera elegido para dirimir sus conflictos de intereses y hacer visibles sus contradicciones. Y uno de ellos es el que vamos a comentar: la actual Avenida de la Constitución, que siempre fue y es el camino por el que se entra o se sale de Granada por el Oeste, desde los tiempos más remotos. La necesidad de protegerse fue sembrando de murallas y fortificaciones las suaves colinas, que podrían ser siete. Por aquí entraron los que refundaron la ciudad y cabe pensar que por este acceso entrarían en Granada, hace ahora mil años, aquellas tribus que venían buscando refugio, desde las llanuras de Medina Ilbyra y se sintieron seguros, protegidos por las montañas y con la posibilidad de parapetarse en sus colinas. No habría apenas caminos abiertos hacia ninguna parte y entre las ruinas de lo que fue una ciudad romana próspera durante siglos, sobrevivían los lugareños, gracias a sus feraces vegas y a sus abundantes aguas. Más atrás en el tiempo, también los romanos vinieron a modernizar la ciudad íbera, potenciando sus fuentes de riqueza y construyeron nobles edificios cuyos vestigios han aparecido en diversas zonas de la ciudad, lo cual indica su extensión y su importancia. En realidad, la ciudad de Granada no estaría cumpliendo ahora su primer Milenio, sino que cuenta con más de dos mil años de antigüedad, si no queremos remontarnos a épocas aún más lejanas en el tiempo. Podemos imaginar que todos los pueblos antiguos que la habitaron, de una manera u otra utilizaron esta vía de salida al mundo, a las demás ciudades del Sur.

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AYER Y HOY No deja de ser una ironía del destino que este espacio, donde se han plasmado muchos proyectos de las sucesivas modernizaciones granadinas, sea precisamente el que pudieron recorrer nuestros más remotos antepasados, de tal manera que desempeña una función axial, no sólo en el espacio, sino también en el tiempo. En su arranque y bajo su suelo duermen los restos de los extensos cementerios donde fueron enterrados, extramuros, los granadinos desde el siglo XI hasta el XV. En una de las remodelaciones de esta amplia avenida, para construir un aparcamiento subterráneo, salieron a relucir cientos de sepulturas, ajuares, lápidas y pudo comprobarse que el perímetro de la necrópolis andalusí era muy amplio y alcanzaba la zona del Hospital Real. Seguramente, si ahondásemos en nuestras excavaciones, podríamos encontrarnos con las sucesivas Granadas superpuestas, tal como hemos podido ver en algunos rincones privilegiados, en los que las huellas del tiempo han mantenido sus estratos, como si fueran las páginas de un libro que nos narrase nuestra Historia. En la mayoría de los casos, se recuperaron y guardaron los objetos aunque nos quedamos sin saber quiénes eran los que los habían usado durante sus vidas, cuáles eran sus ilusiones y temores.

PARÍS FUE EL MODELO Ahora, cuando contemplamos la moderna vía, nos cuesta trabajo imaginar que, a pesar de tan remotos antecedentes, la vieja avenida debe su destino a uno de los primeros sueños de modernidad, que sacudió a la ciudad a finales del siglo XIX, cuando el ferrocarril, el tren, era el medio de transporte de vanguardia y Granada quiso sumarse a la nueva revolución, como si intuyera que su futuro iba a estar en abrirse a otros horizontes. Decidir el emplazamiento de la estación provocó una de esas interminables discusiones granadinas que ocuparon a los ciudadanos, con el consiguiente retraso de las obras, pues no solo se discutía dónde situar la estación, sino también el trazado de la vía férrea que conectaba con la línea Córdoba-Málaga. La pequeña estación, prácticamente la que tenemos hoy se inauguró por fin en 1866. Los que soñaban con el futuro desarrollo turístico de Granada imaginarían seguramente el asombro de los viajeros al descender del tren y contemplar la espléndida vista de la ciudad y la Alhambra sobre el fondo de Sierra Nevada. Pero había que enlazar el ferrocarril con la ciudad y este fue el tema de la siguiente polémica ciudadana, hasta que el proyecto de remodelación del centro de la ciudad y la apertura de la Gran Vía de Colón se impuso sobre otras propuestas y Granada experimentó una de las mayores transformaciones de toda su historia, optando por una imagen, inspirada en el cosmopolita Paris. Otras muchas ciudades españolas también se afanaban en la construcción de sus grandes Vías: Madrid, Barcelona, Valencia, Murcia, Bilbao, Zaragoza…

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El estilo de los edificios que se iban construyendo, al ritmo que permitían los beneficios de la industria del azúcar y la infaltable especulación urbanística, todavía hoy mantienen el aroma parisino de sus molduras y exquisitas decoraciones que, tras haber destruido muchos de ellos, ahora mantenemos como oro en paño. Una parte de aquel esplendor se empezó a trasladar a la nueva avenida, como ensanche de la Gran Vía, enlazaba con la flamante estación de trenes. Y la inspiración parisina la plasmó como un bulevar, como los que también proliferaron por muchas capitales y todavía abundan en Paris.


AYER Y HOY Granada no supo conservar su bulevar y en 1974, le entró la prisa por dar fluidez a su tráfico creciente y el Ayuntamiento decidió acabar con la airosa arboleda, con las aceras por donde se paseaba y jugaban los niños y la entonces llamada Avenida Calvo Sotelo se enfrentó a uno de los períodos más sombríos de su larga historia. Iba perdiendo su aire entre parisino y provinciano, a medida que caían los 430 árboles, con una edad calculada en 45 años de media, entre inútiles protestas ciudadanas. Fue la época en que se desmantelaron los tranvías que parecen volver ahora y todo en la ciudad se puso al servicio de los coches. Las crónicas que publicaron los periódicos, informando sobre la remodelación de la avenida ofrecen los detalles de aquella destrucción: las manifestaciones, la pintora y escritora Eulalia de la Higuera, encadenada a los árboles, con dramático gesto, como signos visibles de una naciente opinión pública antes de que comenzara la Transición. Todo fue en vano y los frondosos “plátanos” dieron paso a unas plantas que a duras penas lograban sobrevivir a los rigores del intenso tráfico. Solo la apertura de los jardines de Fuentenueva en 1977 ofreció un cierto respiro a los desplazados paseantes. Habría que añadir que dicho parque urbano, tranquilo en medio del bullicio urbano, es uno de los ejemplos de los endémicos retrasos granadinos. Pues desde 1944 estaba previsto como zona verde y permaneció siendo un agreste erial hasta que, más de treinta años después, por fin se realizó su destino de servir de refugio para las rosas en primavera y de descanso para los viandantes.

EL

REGRESO DEL BULEVAR

La impronta parisina ha conseguido sobrevivir a pesar de estos atentados y como una especie de acto de justicia poética, una nueva remodelación devolvió el bulevar. Perdida la hegemonía de los automóviles, la arteria se configuró como un paseo, de líneas geométricas. Evidentemente, no sin polémicas y enconos tampoco, pues de nuevo ochenta olmos, que habían sustituido a los asolados en los años setenta, volvieron a experimentar los rigores de la tala y surgieron las protestas, como hacía más de cuarenta años, con parecido resultado: los olmos fueron abatidos y los pasos subterráneos y aparcamientos tuvieron vía libre en el subsuelo. Se puede decir ahora que la Avenida de la Constitución , ya en el siglo XXI, ha recuperado parte de su antiguo carácter, como espacio adecuado para que jueguen los niños y paseen los mayores sin estorbarse mutuamente, más que lo indispensable. Las diez estatuas de insignes granadinos que jalonan el paseo son los testigos mudos de esas idas y venidas, en simbólica convivencia del pasado con el presente. La antigua avenida sigue cumpliendo el encargo de servir de acceso a una estación de trenes que, sin embargo, apenas ha sido remodelada y todavía sigue esperando que la alta velocidad inaugure una nueva etapa de modernidad. Allá al fondo, el majestuoso macizo penibético, presidido por la inconfundible silueta del pico del Veleta, los caseríos abigarrados en las colinas albaicineras, nos devuelven a las cosas que no pueden cambiar, a pesar de los empeños ciudadanos y por una vez, no hay tensión en esa presencia de lo que viene desde el fondo del tiempo y resiste tan bien las alteraciones.

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Ilustraciones de MartĂ­n Morales. Humor grĂĄfico

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(1545) o la Soledad (1561), que poco más tarde, tras el Concilio de Trento, van a proliferar en la ciudad. Después, entrado ya el siglo XVII, a estas hermandades pasionistas y penitenciales se van a unir las llamadas hermandades de la Vía Sacra, que van a recorrer parajes extramuros de la ciudad, imitando la subida de Jesús con la cruz a cuestas al Gólgota para su Crucifixión. Granada era una ciudad que por la bella orografía de sus alrededores podía recordar los parajes de los extramuros de Jerusalén. Quizá por ello, en nuestra ciudad estas hermandades de vía sacra tuvieron una especial proliferación que se desconoce en otras ciudades de Andalucía. Los cerros de las inmediaciones de Granada eran la estación final obligada de estas manifestaciones penitenciales: el Cerro de los Mártires, las ermitas del Santo Sepulcro del Sacromonte, de la Alhambra y del Cerro de los Rebites, las ermitas de San Miguel en el Cerro del Aceituno o la de San Antonio cerca de la Puerta de Fajalauza, van a ser los parajes que recorrerán estas hermandades de vía sacra de las que podemos contabilizar al menos once de ellas.

Granada, una vez conquistada al Islam por los Reyes Católicos y, posteriormente, durante el periodo de los primeros Austrias, se ve inmersa en una actividad febril para reemplazar su carácter de ciudad islámica por su nueva condición de ciudad cristiana, símbolo ante Europa del triunfo de la cruzada en tierras de este continente cristiano. La ciudad se va poblando, a lo largo de los siglos XVI y XVII, no sólo de templos y de conventos de todas las órdenes religiosas, cristianizando en muchos casos las mezquitas, sino también de capillas, ermitas, altares, humilladeros y tribunas callejeras dedicadas a venerar imágenes de bulto o en pintura de la Stma. Virgen y santos, en muchos casos con cofradías y hermandades que las servían. A la vez una pléyade de artistas irrumpe socaire de los encargos de múltiples trabajos artísticos que requería aquella rápida cristianización. Muy tempranamente surgen cofradías penitenciales o pasionistas, como la hermandad de la Vera Cruz (1540) o la de la Virgen de las Angustias

Una de las más antiguas vías sacras era la organizaba la Hermandad de la Orden Tercera de Penitencia de San Antonio Abad para realizar el vía crucis penitencial en recuerdo del camino que recorrió Jesucristo por la calle de la Amargura hasta su crucifixión, muerte y sepultura. Los frailes de la Orden Tercera de San Antón se establecieron primeramente, hacía 1534, en un morabito musulmán convertido en ermita al otro lado del Puente Verde del río Genil, en la cuestecilla existente a la izquierda del inicio de la Avenida de Cervantes, a la que dieron el título de San Antón “el Viejo”, en otros documentos parece que su primer establecimiento fue en la ermita del Santo Sepulcro de los Rebites. Después, a finales del siglo XVI los frailes se trasladan al lugar de la Puerta Real, cuando Felipe II les concede el solar de unas atarazanas en aquel sitio, donde construyen la nueva iglesia y convento de San Antón. Desde aquí inician, en la primera mitad del siglo XVII, una piadosa vía sacra que les llevaba primeramente desde la primera cruz de la misma, levantada frente a la puerta de San Antón (inicio de la calle Recogidas) hasta su ermita de San Antón “el Viejo”, donde el vía crucis finalizaba.

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Años después, hacia 1661, construyeron otra ermita tras la iglesia de los Basilios (hoy Escolapios) como nuevo inicio de la Vía Sacra a la que denominaron Ermita del Pretorio y para finalizar dicho vía crucis, alzaron o mejoraron su construcción de una última ermita en el Cerro de los Rebites, llamada del Santo Sepulcro. Con ello, trataban de representar el ciclo pasionista completo de la estancia y martirio de Jesús en el Pretorio, donde fue juzgado; la calle de la Amargura de Jesús con la cruz a cuestas y, finalmente, la llegada al Calvario con su muerte y sepultura. Para ello, encargaron una serie de imágenes a las que dieron culto y procesionaron, representando la iconografía del inicio, camino y final de la Pasión con la Soledad de la Virgen1.

Construida la ermita del Pretorio, la Hermandad de la Vía Sacra de San Antón modifica parte de su itinerario hacia 1661, para dejar de iniciarla en la cruz de la placeta de San Antón y hacerlo desde la ermita del Pretorio, construida al inicio del callejón del mismo nombre. El Padre La Chica Benavides en 1765 nos la describe así: “A distancia de un tiro de bala de este Monasterio (el de San Basilio) y a el principio del camino del Vía Crucis de San Antón el Viejo está la hermita, que por estar la primera cruz se intitula del Pretorio. Es muy hermosa la hermita, y está con grande decencia en ella el santo Christo de la Humildad y Trabajos, que es de los más devotos simulacros que se adoran en este pueblo. Se dice misa aquí todos los días festivos, a costa de los fieles que pasan… Ha obrado este simulacro algunos prodigios: a Lucía Hernández en el año 1635: a Christobal de Olaria en 1684: y a Don Francisco Vallesteros en 1761. En una Tarjeta, que corona la portada, se leen estos versos: Alma, a llorar te convida este lugar, pues te advierte, que en él, sentencia de muete dieron al Rey de la vida.

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En el arco de la misma portada se lee la siguiente inscripción: “Esta Vía-Sacra es de la piadosa Congregación de los Trabajos de Jesús.” PADIAL BAILÓN, Antonio. El Santo Cristo de la Humildad y Trabajos, una imagen poco conocida. Granada, revista Gólgota. nº 21, diciembre 2002, pp. 64-66.

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Se le puso de nombre ermita del Pretorio por comenzar en ella, precisamente, la primera estación de la Vía Sacra en la que Jesús es sentenciado a muerte en el Pretorio de Jerusalén ante el tribunal de Poncio Pilatos, momento que se representaba con la imagen de Jesús de la Humildad y Trabajos, en el momento en que es presentado al pueblo como rey lacerado con cetro de caña y coronado de espinas. Hoy sabemos que la imagen de Jesús de la Humildad del Pretorio presentaba una apariencia más flamante que la que hoy nos ofrece. La devoción de sus fieles y su hermandad la había dotado de una corona de espinas con potencias de plata, en lugar de la que hoy tiene de espinas vegetales, sin potencias; el cetro era de plata también, hoy se presenta con un humilde caña; además llevaba un cordón de hilo de oro (tenía dos uno de oro y otro de hilo de plata), frente a la soga de esparto con que hoy se nos presenta alrededor del cuello y que baja para anudar sus muñecas; también tenía dos sudarios (quizá en forma de tonelete); asimismo, era vestido con túnica (tenía tres: dos de terciopelo, uno morado y otro color naranja y el tercero de tapicería encarnada, posiblemente bordadas, dado la esplendidez de los demás atributos). Por


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construida en el mencionado Cerro, donde termina hoy la calle de Friburgo y cuyos restos, en los que se apreciaba esa forma octogonal, se percibía hasta hace unas décadas en que construyeron sobre ellos unas nuevas edificaciones. Esta ermita octogonal tenía delante de la puerta un pequeño atrio con puerta coronada por una espadaña con campana. Tenía una sacristía y una habitación aneja para el ermitaño, todo ello de una extensión de 4.540 pies cuadrados. También era propiedad de la ermita una pequeña casita que estaba separada de la edificación. El Padre La Chica Benavides describe en 1765 esta singular ermita de la siguiente forma:“La disposición de este Templo es singularísima, y no he visto otra de semejante simetría. Compónese de quatro ángulos, que tienen a trecho sus columnas. Cierra el descubierto una media naranja, que es de grande altura. En cada ángulo una capilla con su altar”. Ermita del Santo Sepulcro de los Rebites. Litografía de Nicolás Chapuy, 1832. © Ayuntamiento de Granada. A.M.G.R.

La ermita del Santo Sepulcro de los Rebites era la de mayor capacidad y mérito artístico de las que contaba Granada. Los ocho lados del octógono estaban ocupados por la puerta principal y otras tres puertas opuestas en otros tres lados. Entre las cuatro puertas se abrían cuatro capillas, cuyos

último, llevaba un corazón de plata, posiblemente en el pecho y la imagen estaba permanentemente alumbrada por lámpara de aceite al cuidado del ermitaño. Hoy carece de estas prendas y la imagen se presenta en su talla natural2. En la ermita se celebraba misa todos los días festivos para los escasos vecinos de la zona, la mayor parte de ellos agricultores de la Vega, y era costeada por las limosnas de devotos y de otras personas que pasaban por el lugar o viajeros de los pueblos de la falda de la Sierra que se detenían a rezar, y poner sus limosnas en un cepo. Aquel lugar era entonces el inicio del Camino de Huétor. La otra ermita, la del Santo Sepulcro del Cerro de los Rebites, propiedad de la citada Orden Tercera como capilla final de la Vía Sacra, era una construcción bella y original en su conformación (planta octogonal y en tres niveles, coronada con bella cúpula en el centro sobre cuatro columnas dóricas y adornada con yeserías doradas y estofadas y cuatro balcones de hierro en las esquinas)3 .La ermita fue Archivo Histórico del Arzobispado de Granada, legajo 222, pieza nº s/n. 3 BARRIOS ROZUA, Juan Manuel, Guía de la Granada desaparecida, pp. 429-430. Ed. Comares. Granada 1999.

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Jesús del Pretorio. Siglo XVII. Fotografía/Antonio Padial Bailón


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la ermita con las imágenes a las que nos hemos referido antes: “En el 1º hai una imagen primorosa de Jesús Nazareno; en el 2º una efigie de la Soledad de N. Señora; en el 3º una Escala (con el Cristo de la Columna); y en el 4º un simulacro de S. Francisco Llagado. En el ángulo frontero a la puerta de esta iglesia, ocupando un arco está el Altar Mayor, en el se venera una imagen de pintura, bien executada del Descendimiento de la cruz”5 . Asimismo, nos informa que en ella existía un cuadro, tal vez una lápida que relataba haberse producido en día 23 de marzo de 1714 (que a la sazón era Viernes de Dolores) un hecho milagroso ocurrido en el momento en que se estaban predicando los Dolores de Nuestra Señora, cuando se desencadenó una fuerte tormenta y un rayo entró por la parte superior, aterrorizados los presentes“…se encomendaron a N. Señora y allí se dehizo sin ofender a nadie, habiendo mucha gente en la Iglesia”.

Cúpula Barroca de la ermita del Pretorio. Fotografía/ Antonio Padial Bailón

volúmenes sobresalían del cuerpo de la ermita, en las que estaban las imágenes de Jesús Nazareno, Ntra. Sra. de la Soledad, la capilla de la Escala, donde se veneraba la imagen de un Cristo amarrado a la Columna y, por último, la cuarta capilla con una imagen de San Francisco llagado. En el centro de la ermita estaba el altar mayor entre cuatro arcos mantenidos por cuatro columnas de piedra que sostenían la cúpula central, en dicho altar se veneraba un cuadro grande del Descendimiento, sobre un retablo dorado y estofado. Otros cuatro cuadros con escenas de la Pasión y de los cuatro Evangelistas completaban la decoración religiosa de la ermita4 .

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El nombre de Santo Sepulcro, aludía a la última estación de la Vía Sacra en la que Jesús es colocado en su sepultura. El padre La Chica Benavides, nos hace también una descripción más somera de GÓMEZ-MORENO CALERA, J.M., Arquitectura religiosa granadina en la crisis del Renacimiento, pág. 185. 5 DE LA CHICA BENAVIDES, Antonio de: Gacetilla curiosa…, papel LVII, hoja 6. 4

La Vía Sacra, procesionando las imágenes referidas (seguramente no todas ellas siempre), se solía realizar durante un día de la semana. A finales del siglo XVIII, parece ser, que sólo el Viernes Santo. El Martes Santo iban a las ermitas para preparar las imágenes en andas y llevarlas procesionalmente el Miércoles Santo a la iglesia de San Antón, para celebrar allí los oficios de Semana Santa. Después de finalizados éstos las imágenes se devolvían a sus ermitas, también procesionalmente, haciendo las estaciones o ejercicio de la vía sacra. Ello se desprende de un documento de 1796 en que el ermitaño del Pretorio Juan Peseto acude al arzobispo para que le renueve su nombramiento de santero, ante el temor de que los comisarios de la Orden Tercera de Penitencia de San Antón, a quienes competía hacerlo, no se lo renovaran, posiblemente por su avanzada edad (tenía 84 años). El arzobispo D. Manuel Moscoso y Peralta le renueva el nombramiento y los tres comisarios Diego Alfaro Fernández de Aguilar, Antonio Ordoñez Velasco y Fco. Antonio Díaz del Moral de la Hermandad de Jesús de la Humildad y Trabajos “…más conocida como de Jesús del Pretorio”, recurren ante el arzobispo, alegando que desde la fundación de la vía sacra, las ermitas han sido propiedad de la Orden Tercera de Penitencia, quien nombraba sus comisarios y las camareras, “que las más son familiares de los individuos que componen el dicho Venerable Orden, quienes el Martes Santo de cada año bajan a dichas dos ermitas del Pretorio y del Sepulcro a venir a las santas imágenes de Jesús del Pretorio, de Jesús Nazareno y Ntra. Sra. de la Soledad para que suban procesionalmente el Miércoles Santo en


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la tarde al referido convento de San Antón, donde permanecerán hasta el Viernes (Santo), que acabados los oficios vuelvan a sus santuarios, concurriendo las camareras con muchas libras de cera y demás gastos que se ofrecen en vestir con decencia y aseo, consiguiente con lo mencionado los citados comisarios han corrido con todo el gobierno, cuidado y manejo del citado santuario nombrando por sí y sin anuencia del venerable Orden, aunque sí con su noticia, una persona que sirva de ermitaño y santero que resida continuamente en él ”6. Estas procesiones de la vía sacra se continuaron realizando, al menos, hasta la invasión napoleónica. Así, el domingo siguiente al de Resurrección, día 9 de abril de 1809, en plena Guerra de la Independencia, las imágenes fueron llevadas a San Antón y, tras los cultos, se organizó una procesión de rogativa para pedir por el feliz fin de la guerra con las imágenes de Jesús del Pretorio, Jesús Nazareno y Ntra. Sra. de la Soledad: “La venerable Orden Tercera de San Antonio Abad, el Domingo día 9 consagra cultos a los simulacros de Jesús del Pretorio, Jesús Nazareno y Ntra. Sra. de los Dolores con el Señor Sacramentado, siendo orador don Juan de la Rosa, lector de artes del convento. En la tarde del mismo día se conducen en Rogativa las referidas imágenes a sus ermitas del Pretorio y del Santo Sepulcro, en donde predicará …don Juan Baquero, vocal de la suprema Junta de este Reino y Visitador de la Venerable Orden Tercera”. Tras la Guerra de la Independencia, con la radicalización de los movimientos anticlericales que van a culminar con la exclaustración de las órdenes religiosas y desamortización de sus bienes, la práctica de la vía sacra a las referidas ermitas decaerá profundamente hasta desaparecer hacia 1835-36. Las ermitas son expropiadas y salen a subasta cuyo remate se realiza el 10 de marzo de 1843 en la escribanía de Antonio María Gómez Matute por un valor de 62.000 reales de vellón7. Los materiales de la ermita se emplearon unos años después en la construcción de un templete a la entrada del Triunfo (probablemente frente al Arco del Elvira) que no llegó a terminarse y que en 1853 estaba casi derruido8 . Archivo Histórico del Arzobispado de Granada, legajo 222, pieza s/n. 7 Boletín Oficial de la Provincia de 16 de enero de 1843. 8 Diario “ La Constancia” en su número de 5 de junio de 1853. 9 “El Defensor de Granada” de 26 de Marzo de 1898. 6

La otra ermita, la del Pretorio, corrió, en principio, mejor suerte y no se demolió, conservando sus características e imagen. En 1886, el Centro Artístico había organizado una excursión artística con sus asociados a la ermita. Tan reciente estaba aún en 1898 el recuerdo de esta vía sacra que el Arzobispo de Granada Sr. Meseguer y Costa, emite una circular convocando a un vía crucis por el Callejón del Pretorio en dirección a la hoy Avda. de Cervantes con motivo de la bendición de la primera piedra para la construcción de la iglesia de Ntra. Sra. de Monserrat9 . Al año siguiente, durante la Cuaresma, se vuelve a repetir un vía crucis los miércoles y viernes “para fomentar la devoción a la Prisión de Jesús” por el Callejón del Pretorio desde la iglesia de los Basilios (Escolapios). Para fomentar dicha devoción, valiéndose de los PP. Escolapios, el Prelado asiste al vía crucis y concede 80 días de indulgencia a los que acudieran al sagrado ejercicio. A finales del siglo XIX, la propietaria de los terrenos y la ermita era Dª Mariana Ramírez Tello, que la dedicó a la Virgen de las Angustias, por una imagen que allí puso esta señora y que aún se conserva en la ermita y que fue coronada en 1914. Dª Mariana motivada por la preocupación de quién cuidara la capilla la vendió en 1905 con sus terrenos a la monjas del Sagrado Corazón y hacia 1911 un sacerdote reintegró a la ermita la imagen del Cristo del Pretorio, su antiguo titular, que hoy, con dificultad por la escasa luz, podemos contemplarla a través de un ventana que han abierto las monjas al Callejón del Pretorio, hace pocos años. Con este trabajo se pretende acercar al lector a la realidad de unos espacios sacros, hoy desgraciadamente desaparecidos, como tantísimos otros, que conformaban el paisaje urbano de una ciudad como Granada que podría haber sido una de las primeras ciudades del mundo con una conformación urbana dignas de ser uno de los patrimonios más extensos e intocables de la Humanidad y que el desprecio e indiferencia de los granadinos y autoridades, con su más absoluta falta de sensibilidad, nos los han hurtado a las generaciones presentes y futuras.

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El templo que hoy conocemos bajo la advocación de los santos Justo y Pastor fue originariamente la iglesia del Colegio de San Pablo, institución académica impulsada por los jesuitas desde la segunda mitad del siglo XVI. La Compañía de Jesús, congregación originada en torno a la figura de San Ignacio de Loyola y aprobada por el papa Pablo III en 1540, se asentó en Granada solamente cuatro años después de su fundación. Si bien es cierto que dicha orden no tenía entre sus objetivos primordiales la enseñanza, a la larga sus colegios obtuvieron gran fama, destacando entre sus virtudes el tratarse de instituciones interclasistas y gratuitas2. El asentamiento del Colegio en pleno barrio de San Jerónimo no fue sin embargo su primera ubicación, ya que se instalarían previamente en unas casas de la calle Abenhamar, para radicarse más tarde en la actual plaza de la Encarnación, a escasos metros de la iglesia actual. Sendos traslados se justificaron por la necesidad de mayor espacio, hándicap que cobrará aún más importancia con la decisión tomada en 1574 de acoger en la ciudad el noviciado. Lo cierto es que el asentamiento definitivo activó una zona que de por sí estaba adquiriendo una nueva relevancia en el contexto de las transformaciones sufridas por la urbe a raíz de la Reconquista, con la instalación en la misma de ricas familias de comerciantes extranjeros.

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Resulta conveniente aclarar que bajo la denominación común de Colegio se integraban el templo, las escuelas y la residencia. Estas dos últimas, hoy transformadas y utilizadas como Facultad de Derecho, las dejaremos a un lado en esta ocasión para centrarnos en la que fuera iglesia de San Pablo3.

Quisiera agradecer a Mailen Comin Vázquez y Manuel Ruiz Travesí su colaboración en la obtención de las imágenes que acompañan el texto. 2 CÓRDOBA SALMERÓN, Miguel. Patrimonio artístico y ciudad moderna: el conjunto jesuítico y Colegio de San Pablo en los siglos XVI y XVIII. Granada: Universidad de Granada, 2005, pp. 57-59. 1


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La construcción de la misma se inició en 1575 coincidiendo su terminación, en el año 1622, con la canonización de San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier, los dos pilares fundamentales de la Compañía. Su planta responde al modelo jesuítico de cruz latina con capillas laterales interconectadas, crucero y capilla mayor. En la realización de la misma fue muy significativo el apoyo del arzobispo Pedro Guerrero, un personaje que mostró grandes simpatías por la orden desde que conociera a algunos de sus integrantes en las sesiones del Concilio de Trento, de ahí que donara anualmente la suma de quinientos ducados, dádiva que le valió el título de fundador4. Deteniéndonos un poco en el proceso constructivo distinguiremos una primera fase que va desde 1575 a 1589 dirigida al parecer por el jesuita Martín de Baceta, basándose en las trazas de Bartolomé de Bustamante, en la que concluyó la nave con sus capillas y la portada lateral. Tras una pausa debida a la falta de financiación, se daría un nuevo impulso levantándose el crucero rematado en cúpula, la capilla mayor y la sacristía. Dichas obras estarían finalizadas en 1621, aunque tendremos que esperar al siglo XVIII para obtener la imagen definitiva del templo con la construcción de la torre y la realización de la portada principal.

Para un estudio más profundo de la misma recomendamos utilizar: GALLEGO Y BURÍN, Antonio. Granada: Guía artística e histórica de la ciudad. Granada: Don Quijote, 1982; AA.VV. Historia del arte en Andalucía. Sevilla: Gever, 1989-1994; BARRIOS ROZÚA, Juan Manuel. Guía de la Granada desaparecida. Granada: Comares, 1999; GILA MEDINA, Lázaro. <<Contribución al estudio del antiguo colegio de San Pablo de los jesuitas –hoy facultad de derecho- de Granada>>. En: Estudios sobre iglesia y sociedad en Andalucía en la edad moderna. Ed. Miguel Luis LÓPEZ-GUADALUPE MUÑOZ y Antonio Luis CORTÉS PEÑA. Granada: Universidad, 1999, pp. 425-444; AA.VV. La iglesia de los Santos Justo y Pastor. Granada: Velocitynet, 2005; CÓRDOBA SALMERÓN, Miguel. Patrimonio artístico y ciudad moderna: el conjunto jesuítico y Colegio de San Pablo en los siglos XVI y XVIII. Granada: Universidad de Granada, 2005; RODRÍGUEZ DOMINGO, José Manuel. <<El patrimonio artístico del Colegio de San Pablo: de la Compañía de Jesús a la Universidad de Granada>>. En: Obras maestras del patrimonio de la Universidad de Granada. Ed. María Esther GALERA MENDOZA. Granada: Universidad, 2006, pp. 127-164. 4 AA.VV. La iglesia de los Santos Justo y Pastor. Granada: Velocitynet, 2005, p.4. 3

Portada principal, presida por el relieve de La Conversión de San Pablo de Agustín de Vera Moreno. Fotografía/Pablo Ruiz Martínez-Cañavate

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El exterior de la iglesia, terminado íntegramente en cantería, resulta bastante desornamentado. Sencillez constructiva que sólo se verá interrumpida por pequeños detalles, como los contornos de las ventanas, las bolas de los remates y por supuesto la ejecución de la torre y las portadas. La principal, trazada como si de un retablo se tratase por Alfonso Castillo de Monturque, y ejecutada por el P. Francisco Gómez entre 1738 y 1740, muestra un bello contraste entre el mármol gris del conjunto y el blanco empleado por Agustín de Vera Moreno para los diferentes relieves. El primero de sus dos cuerpos, articulado mediante columnas corintias que descansan en altos pedestales, presenta un arco de medio punto abocinado que se remata con el escudo arzobispal. En los intercolumnios cobran protagonismo los santos de la Compañía, así pues en la izquierda aparece San Francisco Javier bautizando indios, mientras que en la derecha vemos a San Francisco de Borja recibiendo a San Estanislao. La cornisa volada da paso a un atrevido segundo cuerpo repleto de perfiles zigzagueantes, cuyo relieve central, enmarcado en columnillas también corintias, muestra La Conversión de San Pablo, recordando la primera advocación del edificio. Culmina el conjunto una escultura de San Ignacio de Loyola, obra también de Agustín de Vera, en una extraña iconografía en la cual hace el gesto de golpear a la serpiente posada a sus pies. Se ha interpretado la presencia del animal como una representación de la herejía luterana, visto que el primer general de la congregación se encontraba entre sus más férreos opositores5. Se ha planteado también el paralelismo entre esta portada y la de la iglesia de San Juan de Dios de Lucena6.

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Mayor austeridad manifiesta la portada lateral, terminada en 1589 por el propio Baceta para la inauguración provisional de la iglesia, a la espera de fondos con los que culminar el proyecto. Refieren las crónicas que ya en aquella época presentó problemas por no estar a la misma altura que el templo. Organizada en dos cuerpos y una sola calle, el primero se compone de un vano adintelado entre parejas de medias columnas corintias, las cuales se repiten, aunque no dobles, en la parte superior constituyendo un edículo flanqueado por Ibidem, p. 77. Ibid.p.7.

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ángeles que portan cruz y palma. El centro del mismo se destina a un relieve ovalado con el anagrama IHS, que fuera tomado por los jesuitas como emblema de la Compañía. Sentado sobre la H central un Jesucristo todavía niño sostiene la cruz con la mano izquierda mientras bendice con la diestra, la paloma del Espíritu Santo, que aparece arriba, y el Dios Padre del frontón superior conforman la Santísima Trinidad.

Una vez en el interior de la iglesia presenciamos la gran nave cubierta por bóveda de cañón peraltada, en ella, además de los casetones con figuras geométricas que la recorren, destacan las pinturas de Martín de Pineda sobre la vida de San Francisco Javier, al cual pertenecen también las del Triunfo de la Compañía ubicadas tras el coro. El suelo ajedrezado, compuesto por el blanco mármol de Macael y el negro de Sierra Elvira refuerza el sentido de la perspectiva hacia la capilla mayor, encontrando a su paso el fiel tres capillas laterales por cada uno de los lados. Empezando por la derecha, la primera está presidida por la Virgen de los Dolores de Torcuato Ruiz del Peral, imagen de vestir ubicada tras un frontal de altar con los elementos de la Pasión y escoltada por las tallas de San Ildefonso y San Antón. La segunda coincide con la puerta lateral del templo por lo que únicamente mencionaremos el lienzo de Juan de Sevilla que representa a San Francisco de Borja asistiendo a un moribundo en la pared lateral. Mayor suntuosidad encontramos en la tercera de este lado con un buen retablo barroco en cuyo primer cuerpo destaca El Nazareno de José de Mora junto a las esculturas de San Fernando y San Hermenegildo; en el cuerpo superior repite Mora con un San Francisco de Borja realizado en 1671 para las fiestas de su canonización, entre los anagramas de Cristo y la Virgen. En el lado izquierdo, la primera capilla acoge un Ecce Homo de los hermanos García muy similar al que se encuentra en la Cartuja, sobre el que aparece María Auxiliadora ocupando la hornacina central de un retablo neoclásico. En las paredes cuelgan tres lienzos granadinos del XVII cuyos temas son El Bautismo de Jesús, Jesús con la cruz a cuestas en


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la calle de la Amargura y El Calvario. La segunda presenta un pequeño pero elegante retablo dorado centrado por la escultura del Cristo de la Paciencia de Pablo de Rojas entre los lienzos de La Quinta Angustia y San Andrés, sobre sus marcos hay cuatro pequeñas pinturas de santos decapitados. Ya en la parte superior destaca la pequeña escultura de San Antonio, pieza granadina del XVII, y el Crucificado que lo corona. La puerta del sagrario es un relieve del Ecce Homo, también factura de los hermanos García. Por último, la tercera capilla alberga un retablillo con ángeles que intentó con poca fortuna asemejarse al del Camarín de la Virgen del Rosario de Santo Domingo, es obra de la escuela de Ruiz del Peral, como la Virgen de la Soledad que cobija. Arriba encontramos una copia de La Incredulidad de Santo Tomás de Caravaggio entre dos pequeñas pinturas de San Ignacio y San Pablo, así como dos tondos que representan el Corazón en llamas.

medallones en blanco que muestran algunos insignes jesuitas. La impresionante cúpula fue diseñada por Pedro Sánchez siguiendo el modelo del monasterio de El Escorial a petición del rector, sin embargo, Alonso Romero será quien se encargue de la realización ante las continuas ausencias del primero. Las pechinas, decoradas por cruces inscritas en óvalos rodeados a su vez por angelotes, parece ser que del taller de Alonso de Mena8, dan paso a un gran tambor en el que se intercalan pinturas de los Padres y Doctores de la Iglesia entre las ventanas. En el dorado del interior de la cúpula trabajaron Francisco Ruiz y Felipe Bustamante. Desde el exterior puede apreciarse el elegante cuerpo de ventanas articulado por columnas dóricas y vanos de medio punto, así como los remates en forma de jarrones y la linterna.

El crucero se completa con la presencia de dos retablos dedicados a los santos jesuitas realizados hacia 1640 por Francisco Díaz de Rivero. Si a lo largo de la nave Idénticos en su estructuencontrábamos sencillas ra, la cual se conforma pilastras dóricas en ambos flancos, dos de las por dos cuerpos articulados por columnas corincuales presentaban las tias, cuyos fustes se oresculturas de los arcángeles Rafael y Miguel de Retablo trazado por Francisco Díaz de Rivero. Fotografía/ nan con hojas doradas Torcuato Ruiz del Peral, Pablo Ruiz Martínez-Cañavate sobre fondo negro, uno en el crucero los mapresenta en las hornacichones llevan medias columnas dóricas adosadas nas centrales El Sagrado Corazón y San Francisco y las esculturas de Santa Teresa, San Pedro, San Javier, mientras que en el otro vemos a San José Francisco Javier y San Ildefonso. Entre las cuatro con el Niño y San Ignacio de Loyola. Otros dos sencillos retablos de un piso y una calle hallamos en cabría destacar la primera, firmada por Risueño, los costados del crucero, entre columnas corintias mientras que las restantes fueron calificadas por 7 y bajo el frontón partido encontramos las esculturas Gallego y Burín como pobres obras anónimas . En uno de los machones se asienta el púlpito, acabade los pequeños mártires titulares de la iglesia, los do en mármol principalmente rosa, se adorna con Santos Justo y Pastor, aunque originariamente cobijarían una Inmaculada de José de Mora y un San José de su hermano Diego9. 7 GALLEGO Y BURÍN, Antonio. Granada: Guía artística e histórica de la ciudad. Granada: Don Quijote, 1982, p. 278. 8 AA.VV. La iglesia de los Santos…, p. 41.

GALLEGO Y BURÍN, Antonio. Granada: Guía…, p. 278.

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Pero sin lugar a dudas, la parte más espectacular Desde la capilla mayor accedemos a la sacristía, del templo es la capilla mayor, costeada por don encontramos aquí un espacio rectangular cerrado con una bóveda esquifada donde en estuco se Bartolomé Veneroso con 21.000 ducados destinados a su realización, ornato y enterramiento de él jundesarrolla un amplio programa iconográfico mato a sus allegados10. Además de los pinturas de Boriano y jesuítico. Aquí se juntan piezas de gran canegra sobre la vida de San Ignacio ubicadas en valor artístico que nos recuerdan la compleja historia del templo una vez que la Compañía de Jesús las paredes laterales, en un intento de comparar la fue expulsada en 1767, albergando la colegiata de figura de San Pablo con la del fundador de la Compañía, llama la atención el fastuoso retablo creado El Salvador desde 1771 y mudándose en 1799 la por Francisco Díaz de Rivero entre 1640 y 1660. En vecina parroquia de los Santos Justo y Pastor. La el diseño del mismo, formado por el banco y dos obra debió iniciarse en 1607 por Alonso Romero o pisos divididos en tres calles, cobran un gran proPedro Sánchez, aunque el impulso decorativo del tagonismo las voluminosas columnas salomónicas taller de Mena se fecha entre 1617 y 1621. Al fondo con decoración de cintas doradas, cuatro abajo y se conserva la portada de la que fuera capilla de dos arriba, y el excelente tabernáculo a modo de don Íñigo López de Fonseca, realizada en 1642 y manifestador giratorio perdida al hacerse las obras que mostraba y ocultaba de la Universidad. También el Santísimo Sacramento desde la capilla mayor ingresamos al oratorio para con un mecanismo que contemplar el pequeño buscaba el impacto visual en el fiel. Esta ingeretablo presidido por una niosa maquinaria habría pintura de El Nazareno ubicada entre algunos cuadros que relacionarla con el menores y relicarios. concepto de la persuasión barroca, una idea Quedaría por tanto hacer que los jesuitas manejaron como nadie a raíz mención del campanario, de la publicación de los el cual aparece adosado a Ejercicios Espirituales de la cabecera y es resultado San Ignacio. El templete de un concurso ganado por alberga hoy una InmaJosé de Bada, quien lo dejó La segunda capilla del lado izquierdo con El Cristo culada de José de Mora de la Paciencia de Pablo de Rojas. Fotografía/ finalizado en noviembre de y en su interior presenta Pablo Ruiz Martínez-Cañavate 1719. De planta cuadrada seis pinturas sobre cobre y con tres pisos, aunque de temática pasional. Desólo se distingan los dos lante del mismo está el sagrario con una pintura más altos, desarrolla un lenguaje arquitectónico de El Buen Pastor atribuida a Risueño. El primer mediante pilastras corintias que contienen vanos cuerpo se completa en sus calles laterales con reliadintelados en el segundo cuerpo y arcos también carios y los lienzos de Bocanegra sobre La Conversemicirculares en el cuerpo de campanas. Se remata sión de los gentiles y La Flagelación de San Pablo. Un este último con motivos piramidales y una bulbosa cúpula con linterna. frontón partido conduce al segundo piso presidido por un Crucificado que normalmente se exponía La historia de esta construcción, marcada como en tiempo de Cuaresma, girándose el resto del año no podía ser de otra forma por el extrañamiento para mostrar el cuadro de La Conversión de San de la orden jesuítica en época de Carlos III y los Pablo, a sus lados las pinturas de Ananías curando usos dados desde entonces al templo, así como a San Pablo de su ceguera y El Éxtasis de San Pablo los perjuicios causados por los invasores francecompletan el ciclo biográfico del apóstol. ses, ha permitido no obstante conservar un importante legado y aún hoy podemos contemplar 10 CÓRDOBA SALMERÓN, Miguel. Patrimonio artístico…, p. 101. su magnificencia.


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Incendio de la Casa de los Miradores. Grabado de la revista La Ilustración Española y Americana, nº2, 1880, pág. 28

EL ENTORNO FÍSICO E IDEOLÓGICO DE LAS PLAZAS “MAYORES”

y que se apoya en símbolos externos que expresan quién detenta tal poder: la mismísima Corona.

La llegada a la Europa moderna de las monarquías absolutas altera -física e ideológicamente- estilos constructivos, espacios y funciones de los ámbitos urbanos. La calle es ahora escenario para la exhibición social y la ostentación de poder en celebraciones y festividades. Son nuevas formas de demostración del ilimitado poder del monarca, autoridad real ejercida mediante un complejo sistema administrativo desarrollado por una nobleza acumuladora de posesiones y prebendas,

Lo urbano y lo arquitectónico no son ajenos a esta realidad. La traza de las ciudades, los nuevos espacios públicos que se abren y los edificios que se van alzando, son muestra visual de status. Fachadas artísticas, porticadas, balcones... son telones para representar unos acontecimientos concebidos para la participación jerarquizada de todos, acotando lo oficial y distinguiéndolo de lo eclesiástico (que también posee sus signos propios) y de lo profano o popular, a pesar de la

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mezcla indisoluble en las actividades temporales y espirituales y de que el pueblo acostumbra a confundir lo sacro y lo civil.

en calle Salamanca. Era zona de paso al centro religioso (mezquita), comercial (debió ocuparse por un mercado) y científico (Madraza).No hubo aperturas en la muralla hasta el XVI cuando, ya sin necesidades defensivas, una primera ampliación y reforma de la plaza abre un portillo ( el “Arco de las Cucharas”) para descargar de tráfico la Puerta de las Orejas. Esa transformación urbana de Bibarrambla, y las sucesivas, persiguen crear ese espacio amplio, tan común en el reino, a utilizar socialmente y que permite la ostentación a la autoridad municipal. Se ordena así construir la bellísima Casa de los Miradores.

Las plazas principales de España, pasan a ser el enclave de las concentraciones sociales. En Andalucía, esas plazas “mayores” suelen condicionarse por la fisonomía preexistente de las medinas medievales, lo que obliga a munícipes y arquitectos a buscar soluciones del máximo ingenio e interés creativo y estético. El Concejo casi siempre construye allí la Casa Consistorial, y la acompaña de alhóndigas, aduanas, mercados... Centro de la vida de Granada, La arquitectura sirve al rey, la plaza enmarcó ejecuciones, personificado en el Corregiprocesiones como la del Cordor; miradores y logias son pus, corridas de toros, desfiles... Indispensablemente, tenía respuesta arquitectónica a que manifestarse allí el poder su necesidad de exposición real materializado en el cabildo pública. Las instituciones del municipio. Como la sede que poseen sede en la misma plaza establecen balcoconsistorial granadina se locanes para exhibición de sus lizaba no allí, sino en la cercana y estrecha Madraza, surge el autoridades. Las que radican en otro sitio, acuden edificio de los miradores para mediante arrendamientos, que, por sustitución ideológica, Arco de las Cucharas. Grabado de la revista cesiones o arquitecturas efí- La Ilustración Española y Americana, nº2, 1880, se constituyeran el Corregidor y meras, dependiendo de los pág. 28 los Caballeros Veinticuatro “en motivos de su asistencia. Ciudad” cuando asomaban a aquella balconada, en unas puestas en escena similares a las de otros muchos contextos provinEL BALCÓN DE LA CIUDAD: LA CASA DE ciales y españoles.

LOS MIRADORES COMO MANIFESTACIÓN DE PODER

No siempre coinciden plaza “mayor” física e ideológica y Bibarrambla es un claro ejemplo.

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Ya en el siglo XI, se conforma urbanamente esta zona de acumulaciones aluviales del Darro. No con las dimensiones de hoy. Sólo era una explanada rectangular reducida, limitada por la muralla baja de la ciudad -hoy Calle Mesones- y por la Alcaicería. Contaba con dos puertas: la “Bab al-Masda” -en la calle Capuchinas- y la “Bab al-Ramla” (Puerta del Arenal o Arco de las Orejas), al suroeste,

Los procesos inquisitoriales tenían lugar en la Plaza Nueva; pero Bibarrambla acoge, en 1593, un gran auto de fe. Se convierte, como en más de una ocasión, en “plaza mayor” por virtud de esa “delegación” de autoridad que, por la asistencia del concejo, otorga carácter de Ayuntamiento al palacio secundario. Se erige la casa en “Balcón de la Ciudad”: “Dentro de la casa del Cabildo se sentaron los Señores Ynquisidores y el Audiencia y Presidente en lo mas bajo. Y en lo mas alto estubo Granada en forma de ciudad”. Tal expresión, indica la presencia del cabildo en la planta segunda, y no deja lugar a dudas de las funciones representativas de balcón y edificio.


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Otro ejemplo del simbolismo del edificio, se encuentra el día 23 de septiembre de 1757, en los fastos por la consagración del nuevo templo de San Juan de Dios. Altares y adornos jalonan el recorrido de las reliquias del santo y Bibarrambla está extraordinaria. Se accede a ella por la calle Colegios, cubierta por cortinajes recogidos por dos gigantones. La Casa de los Miradores muestra una bella decoración, con colgaduras de seda, sufragada por el comisario de la fiesta, el veinticuatro Don Pedro Pascasio de Baños, escribiendo al respecto Fray Antonio Parra y Cote “en medio estaba un dosel de damasco carmesí con fleco, y en él, los retratos de sus Magestades, señores Don Fernando Sexto y Doña Bárbara de Portugal, cubiertos de cortinas del mismo color, y todo el aspecto del balcón de hacheros con hachas de cuatro luces, para la iluminación de la noche, y un piquete de soldados montando la guardia”. El alcaide y los mozos de carga de las próximas Aduanas Reales de Paños corrieron con el adorno del piso bajo. Las casas contiguas al “Balcón de la Ciudad”, hasta el Arco de las Orejas, se embellecieron con telas, cornucopias, pinturas y vegetación, como el resto de pórticos, galerías y los puestos del mercado.

EL DISEÑO DE SILOÉ El Archivo Histórico Nacional conserva un dibujo -fechado en el siglo XVII- que nos ha legado los singulares valores artísticos de la construcción. También unas pocas fotografías del último tercio decimonónico alcanzaron a registrar -parcial, e incidentalmente- su fachada, ya muy depauperada y con sus vanos macizados. Igual declive estético certifican las ilustraciones de las crónicas de su devastación por el fuego. Comenzó a construirse en 1556. La traza de Diego de Siloé no estuvo lista hasta 1560. Constituía una casi exclusiva muestra de obra no religiosa salida directamente de la mano del insigne arquitecto burgalés o, al menos, la única que tenía carácter de obra total y documentada. Ejecutó el proyecto su discípulo Juan de Asteasu, auxiliado por Juan de Maeda. Se culminó, oficialmente, en 1583. Las barandas de hierro dorado de sus balconadas se

concibieron por Leandro de Palencia, terminándose entre 1585 y 1587. El balcón acabaría resultando pequeño y, en 1624, con motivo de la venida de Felipe IV, Francisco de Barea lo ensanchó. La fachada del edificio se componía de tres pisos, separados por entablamentos completos, con cinco airosos arcos simétricos, cada uno, labrados en piedra de Elvira. El cuerpo bajo continuaba los soportales que rodeaban toda Bibarrambla. Su arcada, de medio punto, exenta de decoración, arrancaba de medias columnas toscanas sobre pilares, que se duplicaban en los extremos para dar rigidez a la arquitectura y acoger cartelas. De estos arcos, el del borde derecho era pasadizo público adosado al portillo de acceso a las carnicerías, siendo el del extremo izquierdo entrada al inmueble cuyo eje era una monumental escalera decorada con águila imperial y escudo de armas. Sobre el nivel inferior se alzaban dos cuerpos que repetían la arcada. El piso principal poseía el lujoso y ostentoso balcón corrido de hierro forjado y dorado que se apoyaba sobre fiadores, con medias columnas jónicas y arcos que lucían ménsulas en sus claves. Este balcón fue cubierto con un guardapolvos que protegía a las personalidades que a él acudían. En esta planta también se ubicaba un gran salón de techo artesonado con frisos de rica talla, y otra sala con armadura mudéjar. El tercer piso poseía una balaustrada de piedra encajada entre los pedestales de medias columnas corintias. Sobre este nivel, el proyecto contemplaba un último cuerpo que no llegó a construirse, con una galería de diez arcos sobre pilares cuadrados. Como remate se instalaron sólo tres edículos pétreos, uno central y dos extremos, con las heráldicas real (el del centro) y municipal. Siloé puso al servicio de los intereses de los munícipes granadinos el clasicismo arquitectónico, y se constata su intención, sin ningún género de vacilación, en las manifestaciones que el artista plasma en las condiciones contractuales de ejecución de su obra: “Yten por quanto esta arte de arquitectura no se puede declarar por palabras, syn que yntervenga en ello la medida del conpás … a de tener

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entendido el maestro que de esta obra se encargare que, allende de la traça e condiçiones que se le dará, a de quedar obligado a que los moldes de basas e capiteles e molduras que en todo este edefiçio se obieren de labrar, los labre por el debuxo que en mayor cantidad le fuere traçado e repartido por la persona que los señores granada señalaren para ello, porque su determinación es que este edefiçio no carezca de las medidas que los famosos arquitectos romanos e griegos constituyeron con que fuesen labrados, e más tenga entendido el dicho maestro que este edefiçio a de azer ventaja a todo lo que asta agora se a labrado en otras cosas que la dicha çibdad a mandado e dado a labrar, por que en este edefiçio no se a de disymular cosa alguna que carezca de arte ni otra fealdad alguna”.

VICISITUDES, INCENDIO Y DERRIBO Ya en 1740, las estancias del edificio presentaban un estado deplorable, lo que requirió una nueva reforma con realineaciones interiores, colocación de rejería y reparación de techumbres. Pero es en el XIX cuando una serie de intervenciones degrada su armónico exterior. Se renovaron los escudos que la coronaban y, para aprovechar todo el espacio, se tapiaron las arcadas exteriores y se pintaron medallones y figuras. Nuevas dependencias y usos muy distintos de los que originariamente tuvo el palacio, lo conducen a su definitiva decadencia. En 1865 se rehabilitaron las habitaciones del conserje y un antiguo calabozo en desuso. Pasó por vivienda, almacén y archivo, tanto municipal como del juzgado de primera instancia y de los Protocolos

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del Colegio Notarial. Su planta baja se arrendó para instalar comercios. En uno de tejidos se originó el grave incendio que condenó a muerte a tan emblemática obra, en la madrugada del 31 de diciembre de 1879. El corazón del edificio se redujo a un montón de cenizas, pero el exterior apenas resultó afectado. La fachada se mantuvo en pie y podría haberse conservado la casa si se hubiese decidido, por parte del Ayuntamiento, su reconstrucción interior. Muy al contrario, el Consistorio propietario, insensible a los valores del lugar - pocos años más tarde ordenó el derribo urgente y casi sorpresivo de la Puerta de las Orejas- demuele los restos del inmueble incendiado que, durante tres siglos, había albergado el “Balcón de la Ciudad”, incluyendo el poco lienzo de muralla que quedaba adosado al mismo. El solar se enajenó, se realineó aquel lateral de la plaza, se dio algo de anchura a la calle “Arco de las Cucharas” y se levantó el edificio sin interés de “Los Tilos”. De tan egregia creación arquitectónica quedó sólo media columna corintia de la galería superior que se trasladó al Museo Arqueológico. “La Ilustración Española y Americana”, revista nacional, se hizo eco del suceso en una amplia reseña, curiosa por algunas incertezas: “Cuantos admiradores cuenta el tesoro (...) que en monumentos arquitectónicos encierra nuestra patria, deplorarán, como nosotros, la destrucción de la Casa de los Miradores, que se alzaba en la Plaza de Bib-Rambla (o Bibarrambla) de Granada (...) Según las noticias(...) el incendio se declaró en un almacén de telas establecido en el piso bajo(...) sin que los esfuerzos de los bomberos y de muchos vecinos que


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con el mayor celo se presentaron a auxiliarlos, bajo la dirección de las autoridades, pudieran detener los progresos del voraz elemento, que consumió en pocas horas la histórica casa con el Archivo notarial del territorio, en ella instalado, dejando casi destruidas seis o siete de las casas contiguas. También lo ha quedado el Arco de las Cucharas (...) Los dos grabados (...) hechos según croquis que ha tenido la bondad de poner a nuestra disposición el Sr. D. V. Barrecheguren, dan cuenta de este lamentable siniestro. (...) en la época de la Reconquista existía en el emplazamiento (...) un palacio, propiedad de un magnate de la familia de Boabdil, llamado AbdilVar. Los Reyes Católicos hicieron donación de él (...) y en el reinado de Felipe II se construyó, con arreglo al trazado del insigne Herrera, el edificio(....) Desde los “miradores” asistían las corporaciones oficiales a las vistosas fiestas a que en lo antiguo servía de teatro la plaza (...), y su primitiva arquitectura, posteriormente alterada (...) justifica el principal objeto a que obedeció su construcción. Actualmente ocupábanlo los Juzgados de primera instancia y el Archivo notarial, en el que se conservaban preciosos documentos(...) Entre ellos (...) señalaremos el testamento original del famoso pintor Alonso Cano, escrito de su propio puño y lleno de curiosos datos sobre la azarosa vida de aquel gran genio. Como se ve, el siniestro que tenemos el disgusto de reseñar ha motivado, además del considerable perjuicio material, la sensible desaparición de riquezas artísticas e históricas, irremplazables, por desgracia.”

“No os podéis figurar lo que he sentido este suceso, pues ha destruido uno de los edificios que más me gustaban, y el único civil que conocíamos de Diego de Siloé, además de la pérdida de tantísimo documento de interés artístico que allí se encerraba. Este incendio ya se temía viendo las tiendas y la disposición en las que estaban debajo del edificio, y el poco sentido común en depositar allí el Archivo General cuyas pérdidas van a ser de extraordinarias consecuencias”.

Plaza Bibarrambla con la Casa de los Miradores y el Arco de las Orejas hacia 1834. Reconstrución de Lucía Gómez Robles y José Antonio Fernández Ruiz sobre acuarela de Luis Muriel

BIBLIOGRAFÍA - Rafael López Guzmán, “Miradores y logias municipales”, PH

Manuel Gómez-Moreno González, pintor y arqueólogo granadino que se encontraba estudiando en Roma, al recibir un ejemplar de “La Lealtad” con la noticia, dolido por el desprecio de los granadinos hacia su patrimonio, escribe a su familia:

Boletín del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, nº 57, febrero 2006, pp. 47-51. - Juan Antonio Barrios Rozúa, “Guía de la Granada desaparecida”, Ed. Comares, Granada, 2006. -Domingo Sánchez-Mesa Martín, “Elementos plásticos y literarios de una fiesta barroca del siglo XVIII en Granada”, “La España Festejante, siglo XVIII” (AA. VV.), Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga, 2000. - Pedro Navascués, “Usos y funciones de la Plaza Mayor”, Artehistoria, (http://www.artehistoria.jcyl.es) página web de la Junta de Castilla y León, 2012. - “La Granada de Luneta”, página web que recoge un fragmento del libro “Manuel Gómez-Moreno González”, obra dispersa e inédita de Javier Moya Morales. - Revista “La Ilustración Española e Iberoamericana”, nº 2, año 1880, págs. 27 y 28.

Plaza Bibarrambla con la Casa de los Miradores y el Arco de las Orejas hacia 1834. Reconstrución de Lucía Gómez Robles y José Antonio Fernández Ruiz

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GRANADA A LA VISTA

La M agna Mariana en el primer Centenario de la Coronación de la Virgen de las Angustias Jorge de la Chica

El próximo 25 de mayo tendrá lugar la celebración de una procesión extraordinaria conocida popularmente como la “Magna Mariana”. Se trata de una comitiva integrada por 27 pasos con titulares de las cofradías adscritas a la Real Federación, que es la organizadora de este acontecimiento y que en sus escritos se refiere a esta procesión como Magna Peregrinación Mariana, señalando como su objetivo “ganar el Jubileo del Año Santo Mariano Decretado en nuestra Archidiócesis en conmemoración del referido Centenario y que fue concedido por Su Santidad Benedicto XVI”. El Centenario que se conmemora es el de la Coronación Canónica de la Virgen de las Angustias, Patrona de Granada, que tuvo lugar en 1913.

Antecedente

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El único precedente que conocemos de una concentración mariana de tal magnitud se remonta a 1954. En esa fecha, durante el Año Mariano promulgado por el Papa con motivo de Cincuentenario de la proclamación del Dogma de la Inmaculada Concepción, el Arzobispo D. Rafal García y García de Castro, decidió la organización de “una magna concentración de los pueblos de la diócesis”. Fue en el marco de la Cruzada del Rosario que organizó el Prelado y se articuló con una concentración de imágenes de las patronas de los pueblos. Acudieron a la cita cuarenta y cinco patronas que recorrieron un itinerario que comenzaba en los Jardines del Triunfo y terminaba en el Embovedado, hasta donde habían sido llevadas la Virgen de las Angustias y la del Rosario, en su calidad de Patrona y Copatrona de Granada, respectivamente, situándose a ambos lados de la tribuna que se alzó para las autoridades.

Origen de la iniciativa La primera vez que se habló de la posibilidad de la celebración de esta magna mariana fue en el transcurso de un programa de radio. Corría el año de 2009, cuando con motivo de la celebración de la Passio Granatensis, que conmemoraba el 75 aniversario de la fundación de la Federación de Cofradías, Mariano Sánchez Pantoja y José Cecilio Cabello Velasco, expusieron la oportunidad de lo que entonces ya denominaron una Magna Mariana, añadiendo como fecha idónea el Centenario de la Coronación de la Virgen de las Angustias. Hubo que esperar al 28 de mayo de 2012, para que de una manera formal se volviera a hablar de este asunto. Sucedió con motivo de la presentación del Programa de Actos Conmemorativos del citado Centenario, presidida por el Arzobispo, Monseñor Martínez, cuando en el turno de preguntas se refirió el tema. En aquella ocasión, sencillamente no se descartó.

La Federación impulsa la Magna Finalmente fue la Federación, encabezada por su Presidente, Antonio Martín, la que dio carácter definitivo a la idea, de acuerdo con el Arzobispo, Monseñor Martínez. En el mes de septiembre del mismo año, se iniciaron de manera formal las gestiones para hacerla posible. El 17 de octubre, el Pleno de la Federación aprobaba la celebración de esta procesión. Las gestiones federativas


Soledad de Nuestra Señora. Fotografía/José Velasco

GRANADA A LA VISTA

garantizaban el apoyo económico a esta iniciativa de la Diputación y el Ayuntamiento. A partir de ese momento se abrió un periodo en el que las cofradías deberían expresarse de manera individual sobre su participación. Algunos no podían hacerlo por motivos obvios, como carecer de titular mariano, como el Silencio y el Rescate. Otras no podían participar porque aunque veneran a sus respectivas imágenes de la Virgen, no disponen de pasos en las que sacarlas en procesión, como es el caso de Jesús Despojado, con el Dulce Nombre, o Los Estudiantes, con Los Remedios. La fecha para pronunciarse expiraba el día 30 de noviembre y todas las corporaciones invitadas manifestaron su intención de acudir con sus tallas marianas, salvo la Lanzada, por lo cual la Caridad estará ausente en este cortejo primaveral. El motivo argumentado para esta decisión por la corporación del Zaidín es que “no consideran coherente tener que buscar fondos económicos para salir dos meses después de realizar la Estación de Penitencia del Martes Santo, dada la situación económica y social en que se encuentran muchos de nuestros hermanos y en general la sociedad granadina”. No obstante, esta Hermandad quiso dejar claro que “apoya y respeta” a las hermandades que pudieran decidir sí participar en esta cita.

De la Catedral a la Basílica de la Virgen Durante la mañana del día de la procesión, los 27 pasos participantes en el cortejo, se desplazarán a la Catedral, desde donde por la tarde partirá el cortejo que tendrá el siguiente itinerario: Plaza de las Pasiegas, Pie de la Torre, Cárcel Baja, Gran Vía de Colón, Reyes Católicos, Puerta Real de España, Acera del Darro, Carrera de la Virgen y Plaza del Humilladero. Cada trono irá acompañado por un número limitado de hermanos y el Simpecado. La Virgen de las Angustias se situará en la portada de su templo para recibir al resto de las imágenes. La comitiva se disolverá a la altura de la Fuente de las Granadas, momento en el cual cada imagen retornará a su templo, pudiendo entonces hacerse acompañar, por una banda de música. La Magna Mariana de Granada, supone una extraordinaria manifestación de piedad popular y una oportunidad extraordinaria para difundir el patrimonio religioso y monumental de la Ciudad, por cuanto se espera la presencia de numerosos visitantes, atraídos por la singularidad del acontecimiento.

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Hace años, el Albayzín era escenario del Vía Crucis que concluía al amanecer recorriendo las retorcidas callejas que suben hasta la Cruz de la Rauda, las plazas con sus casas blanquísimas, desde cuyos balcones se podía tocar la cruz, pero es que, a parte de la belleza de nuestras colinas, de las calles y de las plazas, Granada pone a todo esto su primavera. Olor a jazmín, macetas con geráneos en las ventanas, el arrayán y la pita, los nardos y la rosa. Pero, sobre todo, el lirio, la violeta y el clavel para los tronos de las Vírgenes y los Nazarenos [...]

Antonio Moscoso. Témpera y acuarela. Archivo Rafael Gómez Benito

Rafael Gómez Montero

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Poesía


Mínima aproximación a la poesía de Pablo García Baena, José Manuel Caballero Bonald y Antonio Carvajal PREMIOS GARCÍA LORCA , CERVANTES Y NACIONAL DE POESÍA 2012 Antonio J. Caballero

Cuando leemos la poesía de García Baena, Caballero Bonald o la de Antonio Carvajal se nos aparece enseguida como una revelación de un instante, una cuestión previa que por considerarse necesariamente sabida, en muchas ocasiones se olvida y nos impide aprender, discutir o disfrutar con nosotros o con el mundo. Y es que la poesía de estos tres autores ayuda a eso. No podemos olvidarnos de que la escritura de cada uno de ellos es a día de hoy necesaria y un soporte de belleza para salir al mundo derrotado e injusto que vivimos. Nació en 1923 en Córdoba el que luego será el poeta Pablo García Baena. Junto con Juan Bernier y Ricardo Molina fundó la revista Cántico. Eso fue, ni más ni menos, que en el año 1947, y esta revista, como es sabido es actualmente un episodio nuclear para conocer la historia y las contradicciones, de la poesía española contemporánea. La poesía de García Baena está entonces íntimamente ligada al universo Cántico. La primera característica reseñable de su poesía es la de su lujosa brillantez y la maestría en el manejo del verso. Los títulos que se consideran más destacados en su obra son: Antiguo muchacho, Madrid, 1950; Junio, Málaga, 1957; Antes que el tiempo acabe, Madrid, 1979. Es también Premio Príncipe de Asturias de las Letras, Medalla de Oro de su ciudad, y también Hijo Predilecto de Andalucía.

La poesía de García Baena ha estado asociada por la crítica a un fuerte esteticismo, gusto por el barroquismo, un toque suave de vitalismo y por una religiosidad intensa y desde el catolicismo pero distante de lo ortodoxo. Sin embargo, Manuel Vilas aporta otra concepción que aún partiendo de esos presupuestos, sin duda ciertos, hay que añadir que su poesía nos acerca a la tradición de religiosidad y a la liturgia andaluza festiva, al paso de Semana Santa florido y enjoyado, a la del andalucismo festivo y sensorial. En su escritura hay mucho de anhelo vitalista por hallar la fuente de los gozos terrenales. O también: la expresión de una belleza física representada en su materialidad carnal. Es su poesía, un verso cercano al panteísmo y al sincretismo religioso. Su mirada poética está lejos de lo histórico y del tiempo, y muy cerca del júbilo y de las certezas palpables. Este sincretismo al que me refiero sea tal vez a juicio de los mejores conocedores de su obra una de las características soberanas de su obra. Diversas tradiciones caben en él de forma diríamos natural. Si bien, lejos de tonos elegíacos, metafísicos. Poemas en los que se diluye el punto de vista del yo. Es como si la escritura poética se convirtiera para Pablo García Baena en una trinchera de luz y celebración de la vida, apartada, o tal vez como resistencia orgullosa, contra la corrupción de la naturaleza y el nihilismo contemporáneo.

Llanto de la Hija de Jephté Conducid mi juventud pálida hasta que se abrace a la columna estriada de la muerte. llevadme, como la ternera que baja en el carro desde la montaña hasta el lugar del sacrificio, tendida en el carro sobre la fresca hierba (…) De Mientras cantan los pájaros

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Entre las propiedades más destacadas de su poesía, podríamos citar la calidad léxica y la arquitectura estructural de su obra. Además la antítesis, el juego de contrarios atraviesa toda su obra, en esa búsqueda, podríamos decir, de una cierta armonía destrenzada. La lucha de opuestos que nos acerca a una forma de conocimiento distinto, no previsible, mas tampoco hiriente sin solución. Por ejemplo, en ocasiones cuando el amor es grande y ferviente, aparece otro elemento, la muerte para empañar este gozo. En esta lucha, no surge el nihilismo, ni el “arrojados ahí en medio”, heideggeriano, sino que el amor delicadamente reabsorbe a la muerte y la mete en su ciclo de vida y de dicha.Para terminar con esta mínima aproximación a este enorme poeta, conviene señalar los nombres que más han tenido que ver en su poesía. Así, Luis de Góngora, Soto de Rojas, Mallarmé, Hölderlin o por supuesto, Luis Cernuda, que tan importante fuera para todo el grupo Cántico. Hablar hoy de José Manuel Caballero Bonald, es hacer referencia a un poeta extraordinario, muy conocido por las generaciones jóvenes y uno de los ya pocos supervivientes de la generación del 50.

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Nació el 11 de noviembre de 1926 en Jerez de la Frontera. Hizo estudios de primera enseñanza y de bachillerato con los Marianistas. Recuerda sus primeras lecturas, para él imprescindibles durante toda su vida: Robert Stevenson, Jack London, Salgari, y por supuesto Espronceda. Más tarde cursará estudios de Náutica, y ya van a aparecer sus primeros poemas. Producción esta que surgirá en torno a la revista gaditana Platero, con nombres como Fernando Quiñones, Julio Mariscal o Francisco Pleguezuelo. A comienzos de la década de los 50 estudia Filosofía y Letras y mantuvo relación con el grupo de la revista Cántico, al que mencionamos más arriba al hablar de Pablo García Baena. Entre sus obras citaremos solo algunas. Las horas muertas, Pliegos de cordel, Descrédito del héroe, Somos el tiempo que nos queda en la que publica su obra completa hasta el año 2004. Y más recientemente ha publicado, Manual de infractores, La noche no tiene paredes y el que parece ser su último libro de poesía, pues anunció que ya lo dejaba, Entreguerras. Además, como de sobra es conocido nuestro autor es también un gran novelista con títulos como Ágata ojo de gato, y sus memorias pasan por ser de las grandes del género. Tiempo de guerras perdidas y La costumbre de vivir, recogidas en el año 2010 bajo el título La novela de la memoria.

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Como ha señalado magníficamente Juan Carlos Abril, uno de los temas más importantes en su poesía es el amor. Éste se presenta en sus obras muchas veces de manera intercalada. Y él que es un acérrimo defensor de que la poesía no tiene por qué hablar de cosas reales que tengan que haber sucedido en la vida del que escribe, en cuestiones amatorias sí que puede haber algo del que escribe. El amor, dice el gran conocedor de Caballero Bonald que es Abril, aparece en su poesía como potencia y anuncio de lo total, como manifestación de lo absoluto. Por otra parte, el profesor José Carlos Mainer ha recordado algo fundamental en la poesía de nuestro autor, a saber que todo poema de él posee una estructura interior que es la narración, donde una larga enumeración de circunstancias externas busca alumbrar unos rasgos morales. También es preciso señalar como rasgo común en prácticamente toda la poesía de Caballero Bonald la angustia vital, aunque en ningún caso sea de corte pesimista. También se ha dicho que en su poesía se propone una salida: la vuelta a la madre primordial, de cuya entraña fecunda ha de surgir un cosmos de experiencia incorruptible. Una poesía que es hoy muy conocida y aplaudida no solo por un público especializado, sino que son muchos, y también jóvenes los que se acercan a ella. Ahí donde la noche, la deserción, la rebelión íntima, el amor en multitud de formas, los márgenes sociales y morales, la denuncia de la tendencia a la corrupción, etcétera, ocupan un lugar bello y que alcanza a, como diría Paul Ricoeur, dar que pensar. Madinat Al-Zahra Los que un día fundaran la suma fatuosa de estos palacios y jardines, ¿vislumbraron acaso su efímera grandeza, fueron conscientes de su fugacidad? Y los que ahora mismo tratan de sustraer de incurias y saqueos tantas magnificencias devastadas, ¿saben que sólo unos vestigios les sobrevivirán? (…). De Manual de infractores

Es conocida por muchos la aseveración de Antonio Carvajal a la hora de referirse a la poesía. Para él es


una necesidad vital. La poesía como un deseo de comunicación, de establecer vínculos con los demás para paliar su soledad. Por ello, ha llegado incluso a afirmar, que no vive de la poesía, aunque se mantiene de su sueldo de profesor. Nació en Albolote, en Granada, en 1945. Sus padres fueron agricultores. Es doctor en Filología Románica por la Universidad de Granada y profesor de Métrica y de Lengua Española. Por su edad, por afinidad en algunas cuestiones que fueron fundamentales para esta generación, Antonio Carvajal pertenece a la generación del 70. Es considerado como uno de los más intensos y personales poetas de este grupo, y de la poesía actual. Desde sus orígenes Carvajal ha sido un claro seguidor de los presupuestos poéticos de Francisco Quevedo, sobre todo en lo que se refiere al uso de recursos técnicos. Aunque es también cierto que en los últimos años ha tenido un mayor acercamiento a la poesía popular. Entre sus obras más destacadas, voy a señalar, Tigres en el jardín, Testimonio de invierno, Una perdida estrella, Los pasos evocados o recientemente Un girasol flotante que ha obtenido el Premio Nacional de Poesía.

reflexión acerca del proceso artístico: origen, proceso, resultados. Y, por supuesto, la celebración de la vida, la alegría de compartir y ver, la hermosura de la belleza a pesar de que el sufrimiento está ahí, como amenaza y como acompañante de nuestros días. Unos poemas los de este libro que hablan de la amistad, de la fe en los demás, del futuro que tiene que luchar contra el desencanto, y de la necesidad de la poesía (otro maravilloso lugar común de su obra) para resistir y apartarse un poco del abismo y del vacío.

La contemplación de la realidad, la mirada atenta al mundo natural, a los demás seres humanos y al ser que amas, son ejes de la poesía de Antonio Carvajal. Se ha señalado por voces altamente autorizadas que su poesía es capaz de inaugurar una mirada sorprendida sobre todas las cosas; o lo que también el propio autor ha llamado “la reincidencia del asombro”. En este sentido es preciso señalar y reparar en un símbolo muy importante en su escritura: el ángel. Es “algo que te ilumina, un aspecto súbito que te colma y te hace sentir la vida más intensa”, ha dicho el poeta. O, también: “el mensajero de todo lo que ignoramos”. El ángel no constituye siempre un mensajero de buenas nuevas; en ocasiones aparece también como un heraldo de experiencias negativas.

Para terminar esta mínima aproximación a estos tres inmensos poetas de nuestra poesía contemporánea, añadir solo que aunque diferentes entre sí, les une en su escritura el amor por la literatura como forma de conocimiento, expresión de la belleza y “manera de vivir”, y el amor por la vida en sus más diversas formas y manifestaciones como hemos ido comentando. Solo por eso ya vale la pena acercarse a su poesía.

Podemos afirmar que una idea clave de la poesía de Antonio Carvajal es la alianza entre ideas y sensaciones que constituye la fuente de la poesía de Carvajal. Y esta unión a partir de la revelación-alétheia- como constituyente principal de la literatura. Revelación como origen de la creación literaria. De este modo, el poema surge, brota ante el asombro de ver las cosas como si fueran nuevas. En su última y extraordinaria obra, Un girasol flotante, podemos observar todas estas cuestiones llevadas a una madurez exquisita. El continuo diálogo con la tradición, su continua

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Tigres en el jardín Como un ascua de odio te hemos visto en la aurora, como un trigal de cielo derramado en la vega, y hemos sorbido el agua que tu contacto dora y ese aroma de rosas que nos cerca y anega. (…).

BIBLIOGRAFÍA - ABRIL, Juan Carlos. «El tema amoroso en la poesía de Caballero Bonald». En: Revista Electrónica de Estudios Filológicos, nº 19, julio 2010. - ALONSO, Dámaso. Poesía española. Ensayo de métodos y límites estilísticos: Garcilasco, fray Luis de León, San Juan de la Cruz, Góngora, Lope de Vega, Quevedo. Editorial Gredos, Madrid, 1971. - CARVAJAL, Antonio. «Una reflexión sobre la poesía». En: Extramuros. Revista Literaria, 25, año VII, marzo,2002. - ORDOVÁS, Miguel Ángel. «Paseo por el amor y la muerte». En: Revista de Poesía, Poesía en el Campus: Pablo García Baena. Curso 1994-1995, nº32, Zaragoza: Universidad, 1995. P.p. 12-13. - VILAS, Manuel. «Et in arcadia ego». En: Revista de Poesía, Poesía en el Campus: Pablo García Baena. Curso 1994-1995, nº32, Zaragoza: Universidad, 1995. Pp. 4-11.

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PRIMAVERA Juan Ramón Jiménez

Abril, sin tu asistencia clara, fuera invierno de caídos esplendores; mas aunque abril no te abra a ti sus flores, tú siempre exaltarás la primavera. Eres la primavera verdadera: rosa de los caminos interiores, brisa de los secretos corredores, lumbre de la recóndita ladera. ¡Qué paz, cuando en la tarde misteriosa, abrazados los dos, sea tu risa el surtidor de nuestra sola fuente! Mi corazón recojerá tu rosa, sobre mis ojos se echará tu brisa, tu luz se dormirá sobre mi frente...

De Sonetos Espirirtuales

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NOCTURNO Luis García Montero

Déjame, pensamiento, déjame, mañana seré tuyo, volveré a ser tu presa. Pero hoy, mientras la luz araña en los árboles y pide una oportunidad, quiero que me recoja la inútil primavera. A la casa del frío regresaré mañana, cuando el tiempo exponga sus razones y el corazón pregunte lo que falta por ver, cuántos latidos pueden quedarle para detenerse.

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LOS G U ÁJARES...UN JARDÍN ESCONDIDO José Manuel Fernández

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n viajero sabio nunca desprecia un país y mucho menos su lugar de procedencia… Toda persona intrépida puede descubrir un mundo fascinante a la vuelta de la esquina y eso fue lo que descubrí en los Guájares. Situados en la parte septentrional de la Costa Granadina, en la provincia de Granada, limita con los municipios de Albuñuelas, El Valle, El Pinar, Vélez de Benaudalla, Salobreña, Molvízar, Ítrabo, Jete y Lentegí. Guájar Faragüit, Guájar Fondón y Guájar Alto fueron tres municipios independientes hasta que, en 1973, se fusionaron en uno solo llamado Los Guájares, recayendo la capitalidad municipal en el núcleo faragüilero.

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Tres pueblos escondidos y casi olvidados, hasta hace muy pocos años que una carretera les abrió al mundo exterior. Por eso conservan mucho de su ancestral pureza entre casas encaladas, flores encendidas, gentes amables y panorámicas de ensueño. Los Guájares reciben su nombre del vocablo árabe Wa-run, que significa abrupto, escarpado, de difícil acceso. Faragüit, por otro lado, quiere decir jardín escondido; allí están la cabecera del municipio y el Ayuntamiento, y se sitúa por encima de Fondón y por debajo de Guájar Alto. El río de la Toba, es también llamado de la Sangre por las batallas que tuvieron lugar en sus orillas entre moros y cristianos, en la sublevación de las Alpujarras. Sus primeros pobladores parece que fueron almohades que vivían en alquerías, donde hoy están los cortijos de la Bernardilla y Guájar la Vieja, que dependían jurisdiccionalmente del núcleo MotrilSalobreña en torno al río Guadalfeo. Cuando la conquistaron los cristianos, en el siglo XV, se produjo una fragmentación ya que Faragüit fue entregada a Luis de Portocarrero, señor de Palma, y Fondón, más tarde, a Juan de Ulloa. La represión contra los moriscos, a cargo del marqués de Mondéjar, resultó especialmente cruenta en esta zona pues muchos fueron pasados a cuchillo o despeñados por los tajos y los demás, expulsados. Más tarde se procedió a la repoblación de los lugares con colonos procedentes de otras regiones. Lo más destacado de Los Guájares es El Castillejo, poblado fortificado almohade del siglo XIII del que se conservan numerosos elementos que han permitido su estudio. Estuvo habitado por gente humilde, agricultores y productores de seda, y en el siglo XVI los moriscos hicieron allí una mezquita y


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como curiosidad os diré que según los arqueólogos que han estudiado este poblado, parece ser que los habitantes desaparecieron de la noche a la mañana sin dejar huella de lo que pasó pues se han hallado restos de comida y utensilios preparados para ser utilizados sin que nadie pueda dar una explicación a la desaparición de sus moradores. En Guájar la Vieja hay restos de un poblado con necrópolis y en el llamado Tajo Fuerte, de una fortaleza árabe. Cada núcleo tiene su iglesia parroquial antigua: Fondón, la de San Antonio de Padua, de comienzos del XVII después de que la primera, levantada sobre una mezquita, fuera incendiada por los moriscos para matar a los soldados cristianos que se habían refugiado en ella; en Faragüit la de San Lorenzo, del siglo XVI y estilo mudéjar con retablo barroco; y en Guájar Alto la de Nuestra Señora de la Encarnación, también del siglo XVI pero reconstruida en el XIX tras el terremoto de Alhama y con retablo neogótico. Los tres núcleos mantienen una clara tipología árabe, y ofrecen multitud de posibilidades para practicar senderismo y disfrutar de la Naturaleza, como el Barranco del Girón y la Poza de Guájar Alto, donde es posible el baño. Guájar Faragüit en lo alto de Fondón y debajo de Guájar Alto debe el origen de su nombre a su significado “jardín escondido” y eso me pareció cuando lo descubrí. Es un lugar precioso regado por infinidad de acequias y fuentes que recorren sus calles como sangre de vida en un escenario idílico de rincones llenos de macetas con perfumes embriagadores que envuelven al viajero para convertirlo en el protagonista de una apasionante aventura. En compañía de la alcaldesa de los Guájares Elvira Ruiz, persona inquieta y apasionada de su tierra me fue desgranando calle a calle, rincón a rincón y fuente a

fuente un precioso pueblo del que sus gentes son los protagonistas de lo que es hoy, un enclave privilegiado en el marco turístico de la provincia de Granada. Su cocina está llena de sabores de la tierra ya sea en uno u en otro pueblo se pueden degustar desde el famoso choto en salsa como embutidos caseros, ollas y pucheros para los inviernos, ensaladas de tomates secados al sol, orejones, migas, remojón típico con naranjas y también se producen rutilantes granadas y otros frutos subtropicales. En los alojamientos del lugar podemos encontrar lugares románticos como La Cueva (El Sol) una casa rural encantadora típica de la comarca, con mucha personalidad y muy acogedora. Especial mención merece la casa de la Media Luna y cerca de Guájar Fondón, Casas Rurales Verdeoliva. Así es, amigo lector si quiere conocer un lugar privilegiado a treinta minutos de Granada en un paraje subtropical, con rincones mágicos y gente amable que le mostrarán tres pueblos donde el tiempo ha hecho un alto en el camino y donde quedara embelesado por su belleza, no duden en visitar Los Guájares “un jardín escondido”.

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Vista aérea del Castillejo. Fotografía/José Manuel Fernández

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Guájar Alto. Fotografía/José Manuel Fernández


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Calle San José de Guájar Faragúit. Fotografía/ José Manuel Fernández


“MIL AÑOS DE LA FUNDACIÓN DEL REINO ZIRÍ DE GRANADA Y SU CONTINUIDAD HISTÓRICA”

“EL REINO DE LOS MIL AÑOS”

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César Girón

EFEMÉRIDES

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a generación de la idea de la celebración del Milenio, de los mil años de historia que aquilata Granada desde que apareciera el emirato origen de su taifa, primera dinastía y antiguo reino, debe ser considerado como una fecha en la que exponer la capacidad colectiva común de los granadinos a lo largo de los últimos mil años; lo hecho por los habitantes de esta tierra que nos han precedido y por lo que ahora merecen el reconocimiento, el elogio, de ser recordados por ello.

La idea de la celebración Ciertamente Granada acrisola una historia mucho más extensa que mil años. Su epopeya se extiende desde la prehistoria, con los ricos asentamientos del paleolítico y neolítico granadino, hasta la contemporaneidad, y la historia del “reino de Granada” abarca tan sólo los últimos mil años, que se cumplien en 2013, pero la coincidencia de fechas y el cierre de un período tan simbólico como un milenio, es lo que impulsó la idea de la efeméride. Por eso se pensó en 2013 como un momento único para conmemorar nuestras potencialidades y apalancar un impulso de nuestra Granada hacia el futuro, apoyándonos en el reconocimiento de nuestra particular historia, rica, densa, ejemplar, única, posiblemente más que la de ningún otro territorio de España, para proyectar Granada hacia el futuro, hacia otros mil 1 La utilización —entrecomillado— del título de este artículo: “El reino de los mil años”, que a algunos podría hacer pensar en otros episodios recientes de la historia universal contemporánea, no es más que un recurso literario y periodístico, para reforzar el interés del lector por la lectura de este artículo sobre Granada y la celebración del Milenio en 2013. 2 César Girón fue el autor de la idea de la celebración del Milenio en 2013

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años. Con esa finalidad principal se gestó la idea de la celebración, reconociendo además en ella, como una ocasión excepcional para acrecentar el aprecio por el concepto España, sobre la base del poder simbólico que “Granada” tiene como para el nacimiento de la España moderna, sin olvidar el “valor de Granada” dentro del actual contexto nacional y andaluz.

Una fecha para recordar 1013 es el año aceptado por los historiadores como aquel en que el emirato origen del antiguo reino de Granada inicia su singladura histórica. Así lo consideran los estudiosos más reconocidos como Lafuente Alcántara, Leopoldo de Eguílaz y Yanguas o Francisco Javier Simonet y otros más recientes como Peinado Santaella, Coca Castañer o Viguera Molins. No falta quien siguiendo a Ibn al-Jatib —que señala como año de constitución del emirato en el 400 de la hégira— sitúa el momento iniciático de nuestro legendario reino, un poco antes, en el año 1012, momento éste, al parecer, en que se abandona definitivamente la antigua ciudad de Ilbira, en las faldas de Sierra Elvira, junto al actual pueblo de Atarfe, cobrando preeminencia dentro de la antigua cora del califato un pequeño asentamiento de origen muy anterior que se hallaba situado en lo alto de la colina del Albaicín: la Garnata romana. Siguiendo los trabajos de Evariste Levi Provençal —principalmente Historia de los musulmanes de España— y del emérito estudioso Emilio García Gómez, quienes tradujeron e interpretaron para la comunidad científica el documento histórico que supone el libro: El siglo XI en primera persona. Las memorias de Abd Allah, último Rey Ziri de Granada destronado por los Almorávides (1090), es


1013 la fecha decisiva de nuestra encomiable historia en la que Granada con su antiguo reino, comienzan su singladura, pronto milenaria. Después vendrían, hasta 1090, la sucesión de los monarcas de la primera dinastía zirí. Seguidamente las invasiones almorávide y almohade y nuevamente en el siglo XIII, con Alhamar de Arjona —Nasr el de la barba roja, Muhammad I, que en 1238 entrara en Granada por la Puerta de Elvira para ocupar el palacio del Gallo de Viento, la antigua alcazaba zirí en el Albaicín— la continuación del antiguo reino granadino con la implantación de la que es conocida como la segunda dinastía, la nazarí, que como casi todo el mundo conoce, se extendió entre 1237 y 1492, cuando Granada se incorpora a la Corona de Castilla, tras la conquista de los Reyes Católicos.

La idea de España Consideraron los Reyes Católicos que con la conquista de Granada se cerraba su inicial idea de unidad territorial y política de los reinos peninsulares entorno a sus personas. Faltaba Navarra, pero de hecho y dado la situación interna que se vivía en el reino antepirenáico y aunque su incorporación de facto no se produjo hasta ya entrado el siglo XVI, tras el destronamiento por excomunión en 1512 de Catalina de Foix y Juan de Albret, fue Granada quien cerró la conformación del que es considerado por los historiadores como el primer estado moderno del mundo: España. Es precisamente esta la razón por la que ‘la granada’ aparece en el centro, en la punta, en el entado, o en el escusón…del Escudo de España y de todos los monarcas españoles, sin excepción, desde 1492 hasta la actualidad. Desde entonces y hasta ahora ‘la granada’, representativa de nuestro antiguo reino, es también símbolo de la unión de España, como cierre del Estado plural y Ilustración/Pablo Ruiz

diverso en nacionalidades y regiones que somos; de ese que proclama el artículo 2 de la Constitución y no de otro que quiera elucubrarse. Por eso, con Granada se centra la idea de España que se forjaría definitivamente, con la Constitución de Cádiz de 1812, origen del Estado contemporáneo y constitucional actual.

DESPIECES La taifa de Granada En 1031, sólo setenta años después del fin del reinado de Abd al-Rahman III, el califato omeya andalusí se colapsó tras la muerte de Hisham III, el último soberano de la dinastía (975-1036). Para esa fecha el territorio había comenzado a fragmentarse constituyéndose los llamados reinos de taifas. En ese momento se formaron 26 reinos, algunos de ellos de duración muy breve, y las guerras que los enfrentaron fueron frecuentes. La necesidad de sostener tantas cortes y administraciones obligó a elevar los impuestos y cundió el descontento entre los habitantes del Al-Andalus. Entre las principales taifas de este período cabe señalar Sevilla, Málaga, Granada, Badajoz, Murcia, Silves, Denia, Carmona, Tortosa, Valencia, Toledo y Zaragoza. Con el tiempo y el devenir de mil años todos desaparecieron formalmente, uno a uno, todas las taifas. De todos aquellos reinos peninsulares el único que ha perdurado hasta nuestros días es el antiguo reino de Granada que nacido de hecho entre 1012 y 1013, comenzando una singladura que de un modo u otro perdurará hasta nuestros días. Granada, no en vano, es el único de aquellos antiguos reinos que tiene reflejo en el flanco del escudo constitucional español. Se mantiene en buena parte de la organización administrativa y es aún deslindado y sentido por sus hijos. Sólo ésta inicial taifa superó la historia el paso de la historia...

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Unos Límites muy concretos El Reino de Granada comprendía parte de la provincia actual de Jaén, parte de la provincia actual de Sevilla, las provincias actuales de Córdoba, Cádiz, Almería, Málaga y Granada, pero fue reduciéndose hasta que en el siglo XV abarcaba aproximadamente las provincias actuales de Granada, Almería y Málaga. La ciudad de Granada se convirtió en una de las más prósperas de Europa. Tras el fin de la conquista castellana el 2 de enero de 1492, el Reino de Granada pasa a formar parte de la Corona de Castilla. Su símbolo —la granada— se incorporará al escudo de la Monarquía Española y continúa en la actualidad, símbolo de su permanencia e importancia, en el escudo constitucional determinado por la Constitución Española de 27 de diciembre de 1978. El Reino de Granada perdurará políticamente hasta el fin del Antiguo Régimen en 1833. Aún así administrativa y socialmente ha subsistido entre 1833 y 2007.

APOYO Granada, símbolo de España

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La celebración del Milenio —mil aniversario de la fundación del antiguo Reino de Granada— fue concebida también como una ocasión excepcional para acrecentar el aprecio por el concepto España y el valor de sus distintos reinos como símbolos de la unión y permanencia de nuestro Estado. España con una fecha muy concreta de inicio de su singladura como el primer Estado moderno de occidente, tal cual es el momento de partida que supone la culminación de la unión de los distintos reinos peninsulares entorno al proyecto de los Reyes Católicos, en 1492 —Navarra, a pesar de la fecha de 1512, no se considera el cierre de la idea de la España peninsular— cuando el reino de Granada se incorpora tras su conquista final a los dominios de los monarcas. Un modelo de estado que en torno a su nieto Carlos I alcanza un nivel de conformación política verdaderamente encomiable para su tiempo en orden a la descentralización y desconcentración de poderes alcanzada; único modelo posible para gobernación de un territorio tan extenso como diverso; un modelo que se mantuvo durante los Austrias hasta la llegada de los borbones, auténticos creadores del estado centralista y absoluto con la supresión de los fueros. Ejemplo claro de esta importante secuencia se contempla materialmente en el escudo de España, que con una historia desde los Reyes Católicos, refleja la

unión de reinos, del que siempre es clave de fusión, de refuerzo y cohesión la granada, que simbólicamente representa el antiguo reino nacido en el siglo XI, del que celebraremos el milésimo aniversario de su fundación entre 2012 y 2013, tras la sesión por Suleiman de la cora de Elvira a Zawi ben Zirí, que reinaría —o la gobernaría como su feudo— hasta el año 1019. Desde entonces y hasta 2013 han transcurrido mil años, un plazo en el cual Granada ha servido para acrisolar con su presencia el nacimiento de la idea de España entorno a un proyecto común de los reinos y territorios que la conforman. El antiguo reino de Granada que políticamente podría extenderse entre aquellos años del siglo XI y el siglo XIX, concretamente hasta 1833 —y aún más como entidad territorial con prestancia y diferenciación hasta el siglo hace tres décadas— se extiende administrativa y socialmente, aun después, hasta nuestros días. Son Granada y su antiguo reino símbolos de la unidad y permanencia de España como proclama la Constitución Española al referirse en el Título II a la Corona y a la figura del Monarca, don Juan Carlos I. Símbolo de la longevidad histórica de nuestro país, de nuestra nación y de nuestra forma de estado —la monarquía: que algunos con razón sobrada hacen partir desde el siglo V en el período visigodo— y epílogo de la cultura medieval hispana. Que Granada es la Piedra de Toque del nacimiento del Estado moderno español, el primero de occidente, tras la conquista definitiva por Castilla, es indudable; y que nuestro territorio es epígono de la conformación del Estado no cabe dudarlo, así se observa emblemáticamente en el Escudo de España y de la Monarquía desde 1492 hasta nuestros días, sin excepción, en donde la granada, símbolo de nuestro reino, es siempre el elemento de fusión, de cierre, la falleba de conclusión de España.


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CÁNDIDO GÓMEZ ÁLVAREZ “CANDI”. DE JUGADOR A PRESIDENTE DEL GRANADA C.F. Rodrigo Gómez Jiménez

“Antes, los equipos jugaban con el corazón, con el sentimiento”

DE PIE, CON UN CAFÉ EN LA MANO Y LEYENDO EL MARCA SOBRE LA BARRA DEL CAFÉ

CÁNDIDO GÓMEZ ÁLVAREZ “CANDI” (PORRIÑO, 14 DE MAYO DE 1928) FÚTBOL,

ESTÁ SERENO Y TRANQUILO.

Candi en su periodo como presidente del Granada C.F.

ENSEGUIDA SUPE QUIÉN ERA A PESAR DE QUE NO LO CONOCÍA PERSONALMENTE. TAN SOLO LO HABÍA VISTO EN FOTOGRAFÍAS HISTÓRICAS DE SU ÉPOCA COMO JUGADOR. NOS SENTAMOS EN UNA MESA Y COMENZÓ A HABLAR DE SU OPERACIÓN DE HERNIA QUE HABÍA SUFRIDO DOS AÑOS ATRÁS. SE ENCONTRABA MUCHO MEJOR PUES RECONOCÍA QUE JUGABA TODAS LAS SEMANAS AL TENIS Y PODÍA HACER UNA VIDA COMPLETAMENTE NORMAL, PERO SEGÚN DIJO: “ESTUVE A PUNTO DE MORIR SINO ES POR EL GRAN TRABAJO DE LOS MÉDICOS”. PARA TODO AQUEL QUE NO LO CONOZCA, “CANDI” ES UN HISTÓRICO DEL FÚTBOL

NACIONAL Y EN ESPECIAL DEL GRANADA C.F. ESTUVO DIEZ AÑOS DE-

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FENDIENDO SU PORTERÍA Y OTROS TRECE COMO PRESIDENTE, DESTACANDO LA ETAPA DE FINALES DE LOS SESENTA Y PRINCIPIOS DE LOS SETENTA COMO LA MÁS GLORIOSA DEL CLUB ROJIBLANCO.

¿Por qué decidió ser portero y no jugador? Esa es una decisión en la que influyen las condiciones de cada persona. Cada uno se adapta a su naturaleza. Yo por ejemplo no podía ser torero porque no reunía las condiciones para serlo. Aunque debo decir que si hubiera nacido ahora hubiera sido tenista, porque me gusta y tengo condiciones buenas para ello (soy zurdo). El problema fue que por aquel entonces el tenis lo jugaban únicamente los señoritos. Todos los jugadores tienen un modelo en quien fijarse, ¿cuál fue el suyo? Martorell, el portero del Español y Acuña, el portero del Coruña. ¿Qué le aportó como futbolista y como persona la etapa que estuvo en el Atlhetic de Bilbao? Guardo grandes recuerdos de aquella época. En Bilbao empezó, todo. Me formé como persona y sobre todo me centré, ya que por aquel entonces era un chaval con 17 años. Además fui el único no vasco que firmó en aquellos años por el Atlhetic de Bilbao. Llegué muy jovencito, y como vivía en Logroño, me consideraron como un vasco más. Puedo decir que fue allí donde me criaron


Cajón de sastre

Alineación del Granada C.F. de la temporada 1948-1949. De izquierda a derecha y de arriba abajo. Sosa, Lesmes, Arencibia, Millán, Más, Candi, Toñín, Trompi, Morales, Megino y Rivera

deportivamente. Tuvieron un comportamiento ejemplar y además me enseñaron a ser jugador de fútbol y sobre todo a ser una persona sensata.

norte. No era un equipo de mucha filigrana pero tenía mucha potencia física, ¡se aguantaba el tirón bien!

En cambio, el Granada de los 70 fue una época distinta. Evolucionó todo, no solo el fútbol. Cuando me hice cargo del club le di mi forma de ser y de pensar. Creo que el fútbol no es una profesión normal, es una profesión en la que hay que sacrificarse mucho, hay que ser muy obediente y olvidarse que uno tiene 20 Allí coincidió con grandes jugadores. Allí coincidí con Lezama, Zarra , Gaínza y fue por este años, ¡olvidarse de las niñas! Esa escuela es la que me motivo por el que el preenseñaron y mantuve sidente me aconsejó que durante tantos años NO ES UNA PROFESIÓN NORMAL, me fuera de ese equipo como jugador de fúten el que era prácticabol. Pero sobre todo ES UNA PROFESIÓN EN LA QUE HAY QUE SACRImente imposible jugar. aprendí a ser muy disFICARSE MUCHO ciplinado, y esto era lo Y así hice, me fui al Valladolid donde ascendimos ese que le pedía a mis jugadores, aunque luego dentro de mismo año. eso ¡se podían divertir! En definitiva, evolucionar para ser un buen profesional, para ser un jugador dedicado Dígame una característica del Granada C.F. del exclusivamente al fútbol. periodo de los 50 y otra del periodo como presidente Tengo entendido que sigue al Granada y cuando en los 70. Bueno, cuando empecé a jugar en el Granada era un puede va a los Cármenes. Dígame una característica del equipo de gran poderío en la segunda división. Tenía Granada C.F. de la temporada 2012/2013. una escuela que no era de fútbol corto, era más bien Por supuesto, y además de vez en cuando voy a verlo. una escuela de fútbol agresivo, casi diría un fútbol del El Granada de ahora se parece un poco al equipo que Le tengo especial respeto y cariño al Athletic. Los quiero como mi segunda casa, porque mi primera es Granada.

EL FÚTBOL

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Cajón de sastre teníamos nosotros, me refiero al de los 80. El de los 50 no tiene nada que ver. Antes los equipos jugaban con el corazón, con el sentimiento y ahora se juega por lo económico. Tanto de jugador como de presidente volvió y se fue de Granada en varias ocasiones, aunque finalmente volvió para quedarse. ¿Cuáles fueron los motivos? Volvía porque en Granada me hice un hombre. Vine muy joven, me formé aquí y todo lo que he recibido de Granada ha sido bueno, tanto como jugador como en mi vida personal. Dediqué unos años al fútbol y a hacer negocios. Así trascurrió mi vida cuando era joven. Cuando fui presidente era un hombre más maduro, con cierta experiencia y cierta holgura para poder vivir económicamente bien y entonces llevé al Granada el estilo que había aprendido y lo que yo era como persona. Y esto mismo es lo que propondría si tuviese que volver otra vez. Haría un estilo del Granada muy personal que fuese con mi manera de pensar. Dígame uno de sus mejores momentos como jugador de fútbol. ¡Hace muchos años! ¡Hace muchos años! Pero buenos los he tenido con el Granada y con el Zaragoza. Con el Granada mi debut ante el Castellón en la temporada 48/49, en el que además ganamos 1-0. Recuerdo con gran ilusión el momento en el que llegué al Granada. En poco tiempo fui titular del equipo y conseguí además ser el portero menos goleado en la temporada 48/49. Mi paso por el Granada me enseñó a ser una persona sencilla y seria. No quiero olvidarme de mis años en Zaragoza donde tuve muy buenos momentos; ascendimos a primera e hice dos temporadas de maravilla.

Y ¿un momento malo?

El peor momento fue cuando descendimos. ERA UN FUTBOLISTA TODO Te llevas un mal rato porque después de TERRENO, UN JUGADOR QUE ANDABA POR TODOS Tengo muy buenos retanto trabajo todo el cuerdos de esos años, LOS LADOS DEL CAMPO. IGUAL JUGABA DE apoyo se viene abajo, quizás sea porque entre DEFENSA, DE MEDIO, DE DELANTERO METIENDO tanto de la junta dila Virgen del Pilar y la GOLES, ASÍ LOS 90 MINUTOS rectiva, como de los Virgen de las Angustias jugadores y afición. me ayudaron mucho Es un salto demasiado y eso que no me he grande pasar de primera a segunda división. portado nunca tan bien como para que se acordasen mucho de mí, pero vamos, soy católico y además prac¿Cuál recuerda como su mejor parada? tico. Una contra el Valencia cuando jugábamos en primera (temporada 50/51). Ganamos 1-0 y hubiéramos desY ¿un momento malo? cendido si hubiéramos empatado o perdido. Recuerdo Bueno malo… quizás de algún entrenador puede ser que fue en la portería contraria a la cárcel, la del fondo que haya tenido algunos momentos de desilusión… sur. Fue un córner en el que un jugador brasileño rePero si te digo la verdad he tenido más buenos recuerdos mató de cabeza, yo me tiré a un lado pero el balón fue que malos.

DI STÉFANO

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Y como presidente ¿cuáles fueron sus mejores recuerdos? Como presidente todos los recuerdos son buenos. Quizás los mejores sean el año que ascendimos, el año que ganamos al Madrid en su campo (0-1) y también las temporadas en las que nos quedábamos sextos en la clasificación.


Cajón de sastre todos los lados del campo. Igual jugaba de defensa, de medio, de delantero metiendo goles, y así los 90 minutos. Kubala era otro estilo, otro tipo de jugador, más reposado pero muy buen jugador. Fue futbolista para luego ser presidente. ¿No se planteó ser entrenador? No, no. No me planteé ser entrenador. Para eso hay que servir, ser un hombre muy frío, y no calentarse mucho porque entre el público y los futbolistas acabas… y la prensa... El entrenador tiene que ser un hombre muy especial porque tiene que soportar muchas cosas. El jugador soporta algunos momentos, pero termina de jugar el partido y se ha acabado. En cambio el entrenador no. Siempre está en el punto de mira del club.

Candi mano a mano con el destacado extremo derecho del F.C. Barcelona Estanislao Basora

hacia otro. En el aire me revolví y la pude sacar justo en la línea. El balón se fue a córner pero el árbitro pitó el final del partido y no descendimos. Fue una gran parada pero sobre todo por el valor que tenía.

Como presidente estuvo a punto de fichar a Franz Beckenbauer. Sí, son épocas gloriosas. ¡Beckenbauer! ¡Estuve a punto de firmarlo! Entonces era un chico que estaba haciendo la carrera y no vino por eso. El muchacho tendría 20 años o así. Estudiaba y estaba pendiente de terminar los exámenes y a última hora no vino. ¿Cuáles fueron los motivos por los cuales usted formó el mejor Granada de la historia? Se formó el mejor club no solamente un año sino todos los años que estuvo en primera. Creo que fue por cuestión de suerte en hacer los fichajes y sobre todo saber llevarlos en conjunto, porque los jugadores son jóvenes y un poco endiosados. Tienden a mirar siempre hacia arriba, pero como yo he sido jugador y tenía la misma filosofía y manera de pensar que ellos, podía entenderlos y tratarlos mejor. Además me considero un hombre muy temperamental pero frío a la hora de tomar decisiones. Las tomaba por encima de todo y con todas las consecuencias y los jugadores lo sabían.

¿Podría decirme la mejor alineación que ha visto en el Granada? ¿Qué temporada era? La mejor alineación Diferencias y podría ser cualquierasgos comunes ra de los años que ¡ESTUVE A PUNTO DE FIRMARLO! que observa entre estuvimos en primela afición de los 50 ra. Eran todas buey la actual afición del Granada. nas. Estaba de portero Icoa y Ñito. Había una buena Bueno, no hay muchas diferencias. Solamente una, defensa, buenos jugadores como Lorenzo. Tendría y es que ahora va mucha más gente joven al fútbol, que hacer memoria para darte el nombre de todos... sobre todo muchas mujeres que le dan al partido muMás adelante Felipe Mesones o Aguirre Suárez que era cho colorido. Cuando voy ahora a ver algún partido las un jugador extraordinario. Tenía fama de ser un hombre gradas están llenas y disfruto mucho con ver el amduro pero no, ¡era fantástico! Luego vino Echecopar... biente de la gente que asiste al campo. En mi época Era un equipo entonces que peleaba y te daba mucha iba menos gente joven y sobre todo mujeres. Las chiconfianza. cas de 16 o 18 que vemos ahora en el campo antes apenas iban y ahora hay otro colorido y otra manera Un futbolista que le haya impresionado especialde pensar en la afición. mente Di Stéfano y Kubala. Eran distintos pero eran dos craks Comparando el fútbol de ahora con el de su época, ¿qué que definían totalmente un partido. Di Stéfano era un aspectos han cambiado en técnica, táctica, y físico? futbolista todo terreno, un jugador que andaba por

¡BECKENBAUER!

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Cajón de sastre ¿Qué le parece la equipación actual del Granada? Eso fue una idea mía que llevé a cabo en mi etapa de presidente en los años 70 porque había visto un equipo extranjero de un país del este y otro de Inglaterra que ahora no recuerdo y NO ES POR CRITICAR PERO ES UNA BARBA- me gustó. En España no había ese tipo de camiRIDAD ESTOS VOLÚMENES TAN ENORMES seta. La vi y pensé que QUE GANAN LOS JUGADORES DE FÚTBOL, cambiarla sería una innovación. Ahí está, a alguNO HAY CLUB QUE SOPORTE ESO nos le gusta y a otros no.

Ha cambiado un poco más en la técnica. Antes era un fútbol más fuerte. Ahora los jugadores están más preparados físicamente y el fútbol es más técnico.

¿Qué opina de la diferencia que existe entre los sueldos de su época y de la actual? ¿Se está convirtiendo el fútbol en un negocio más que en un deporte? De eso es mejor que no opine porque si te doy mi opinión… vamos... Yo ganaba nada, miseria. A mí me gustaba el fútbol y era lo que sabía hacer en ese momento, pero yo al fútbol no le he ganado dinero. Ahora es la hecatombe o la ruina de los clubs y cuanto más ganen mejor. No es por criticar pero es una barbaridad estos volúmenes tan enormes que ganan los jugadores de fútbol, no hay club que soporte eso. El día que se acabe la televisión acabarán los privilegios que tiene el fútbol. ¡El fútbol es todo de millonarios! ¿Cómo ve al Granada en la actualidad? ¿A quién ficharía? ¡Hombre! Yo dejo los que están pero traería alguno de los que tuve yo. Dejo los que están que para mí todos son buenos jugadores. Los veo un poco atropellados porque quieren ganar, pero en mi opinión no tiene mal equipo. Traería a Suárez, Montero Castillo, Porta, a Vicente y extranjeros no digo porque están lejos de Granada pero... Esos jugadores le daban mucha categoría. Luego también los vascos que eran buenos. Traería a Lasa, de la Cruz... Formaban un buen equipo y había mucho compañerismo.

¿Ahora que está jubilado a qué dedica su tiempo? Estoy con la familia cosa que hice siempre, con los amigos, con mis negocios… porque yo no vivo del fútbol, vivo de lo que he ahorrado y de lo que he trabajado gracias a Dios. En definitiva, llevo una vida muy tranquila pensando siempre en que hay un día más y en tener muy buena predisposición para la gente y sobre todo una buena relación con los amigos. ¿Quiere añadir algo? Pues nada, a ver si tengo la suerte que dentro de diez años me vuelva a hacer otra entrevista aunque sea un viejito. ¡A ver si me quedan ganas! Y especialmente que veamos al Granada varios años en primera división, ¡eso es lo más importante! ¡Muchas gracias! ¡Espero que sea así!

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Candi detiene un balón. Partido contra el Hércules. Temporada 1949/1950


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