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estilo el placer de lo propio
RODRIGO FERNÁNDEZ BARAJAS
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fotos cortesía
DiseÑo
columna
Anglepoise
o el renacer de un ícono
Tuve la oportunidad de visitar Light and Building en Alemania, la feria de iluminación más importante después de Euroluce que sucede en años nones en Milán. Aquí se dan cita los mejores exponentes, fabricantes y diseñadores de todo el mundo para dar a conocer sus nuevas tecnologías. Se reúnen compradores, cazadores de tendencias y especificadores para saber qué es lo nuevo en el mundo de la iluminación. Frankfurt es el escenario para esta puesta en escena. Una ciudad gris y que pareciera un poco aburrida, pero que sí, se sabe a dónde ir, puedes encontrar ese lado B que tienen, sin duda, todas las ciudades. Tuve el placer de ver una retrospectiva del trabajo de Joan Miró en el Museo Schirn y, además, encontrarme con lugares como Leptien 3, un showroom de diseño que cuenta con uno de los displays más sofisticados y una curaduría de producto como en pocos lugares he visto. Su campaña
publicitaria involucra a todos los que trabajan en la tienda y aparecen fotografiados en escenas que parecen inspiradas en pinturas del Renacimiento, evocando la adoración a Jesús, pero intercambiando la fe en un ser supremo por objetos de diseño. Su lema: We believe in design, les convierte en unos religiosos del buen diseño. Fascinante. La feria se desarrolla en el Messe Frankfurt, un espacio de exposiciones gigante que cuenta con más de once halls, en los que se pueden encontrar, por categorías productos desde alumbrado público hasta de altísimo diseño decorativo con calidad artesanal, como la marca Venini que hace lámparas desde hace 100 años en vidrio de Murano en Italia, y que fue recientemente comprada por nada menos que la casa de joyas Damiani. Me encanta ver lo nuevo, los diseñadores jóvenes, la inspiración, nuevos materiales, nuevas tecnologías, pero nada da más
gusto que ver a los de siempre, a los que siempre han estado ahí, reinventarse. Hay muchas formas de reinventarse y renacer, pero solo algunos lo han sabido hacer con clase. Anglepoise es una empresa cuya historia se remonta a 1855, cuando Herbert Terry crea en Inglaterra una empresa de resortes para la industria, haciendo uso de estos para crear desde tostadores hasta palos de hockey. En 1931, el ingeniero automotor George Carwardine desarrolló un concepto para balancear el peso de un objeto usando resortes y poleas. Resortes con una tensión constante podían permitir que un objeto se articulara con un control preciso de sus movimientos. Así nace una de las primeras lámparas de escritorio que combina flexibilidad y balance. En 1933, se registra la patente y nace la primera Anglepoise. En los años siguientes, se desarrollaron nuevos modelos con menos resortes, que simplificaban la estética y funcionamiento, siendo inspiración como un objeto de diseño para artistas, diseñadores y la sociedad británica. En 2003, Sir Kenneth Grange, responsable de algunos de los diseños más icónicos del Reino Unido, como la cámara Instamatic de Kodak, el tren Intercity 125 y el diseño del taxi de Londres, se convierte en director de diseño de Anglepoise. Hoy, a sus más de 80 años, sigue siendo el alma creativa de la empresa, creando y renovando los productos que vio nacer. ¿Quién no recuerda la famosa imagen de una lámpara gigante iluminando a una pareja de ancianos, o esa lámpara famosa de arquitecto
que todos tienen y que quizás nadie sabe qué historia tiene detrás? Esos productos anónimos que nos han acompañado en el tiempo, hoy quieren recordarnos su nombre y apellido, y Anglepoise se muestra cada día con más convicción en recordar su lugar en el mundo de la historia del diseño. Para Frankfurt lanzaron una nueva versión de su Giant Lamp, pero con una certificación IP 65 para exteriores que me parece fantástica solución para esos grandes espacios en hoteles y restaurantes en México. Y también proyectos residenciales. Me encanta la tendencia del oversized. Otro de los aciertos de la marca han sido sus colaboraciones, y es que han invitado a diseñadores como Paul Smith a dar su propia interpretación de este ícono británico y a firmar cada producto con su sello particular. Con una intervención concreta y contundente, Paul Smith ha cambiado los colores de algunas de las partes para imprimir en este lienzo en blanco su propio estilo y no hay forma de no reconocerlo en el objeto. La persona detrás de esta transformación es Ashley Gilbert, quien ha dotado de una nueva visión de negocio a la empresa y espera hacerla crecer en un año un 50 % respecto de los anteriores. Resurgir, renacer o recordar que existes es una tarea importantísima en el mundo del diseño y creo que, con maestría, decisiones acertadas, los socios comerciales correctos y las estrategias, se puede lograr este objetivo. Muy pronto veremos a esta marca en México, y estamos seguros que llegará de una forma sorprendente. 37