Nº 43
¿Ya has escuchado de Jesucristo?
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El explorador de África (2) En la edición anterior te contamos, cómo David Livingstone recibió el llamado para servir a Dios en las regiones desconocidas de África. Después de varios años de preparación, por fin pudo salir hacia el continente de su vocación. Cuando David llegó a la costa africana, siguió su viaje directamente al interior. Aprendió el idioma de las tribus de esa zona para predicarles el evangelio de Cristo. David era un hombre trabajador y amable con todos. Por eso se ganó rápidamente la confianza de los indígenas. Sin embargo, siempre se quedó con la inquietud de que debía ir más al interior de África, a regiones donde la gente nunca había escuchado del amor de Dios. ¿Por qué no vinieron antes? Una vez Livingstone habló con el cacique de una tribu sobre Dios. Éste le dijo: – Si esto es cierto que todos están perdidos eternamente, si no tienen perdón de pecados, ¿por qué tu gente no ha venido antes para decirnos esto? Peligro por leones En una región, los indígenas sufrieron mucho por los leones que robaban ganado e incluso atacaron a personas. Livingstone sabía que tenía que matar algunas de las bestias; entonces las demás evitarían esta zona. Un día viajó junto con unos amigos indígenas por la sabana africana, cuando encontraron un león gigante. Livingstone apuntó con su escopeta y apretó el gatillo. Un disparo estalló por la estepa. El misionero creía haber matado a la bestia, pero de repente la fiera se levantó y lo atacó. Sus amigos gritaron de susto y para despistar al león. De esta manera David tuvo tiempo para recargar su rifle y disparar otro tiro que mató al animal.
3 El humo retumbante En uno de sus viajes, escuchó hablar del “Humo retumbante”. Como David era un explorador aficionado, quería saber de qué se trataba. Avanzó varios días por plena selva hasta descubrir uno de los espectáculos naturales más impresionantes, las cataratas Victoria. También fue el primer hombre que cruzó todo el continente africano. Desaparecido En otra de sus expediciones, Livingstone penetró el continente tan profundamente, que se pensaba en el mundo civilizado que se había perdido o muerto. Un joven periodista, Henry Stanley, fue enviado para buscar al famoso geólogo, naturalista, médico y misionero. Después de una larga búsqueda, lo encontró en la selva, enfermo de una fiebre peligrosa. Pero Livingstone no se dejó vencer. Después de recuperarse, él y el joven reportero siguieron con sus expediciones misioneras y exploradoras. Fiel hasta el último aliento Un día, el misionero tardó mucho en salir de su carpa. Sus compañeros indígenas miraron por un resquicio. Vieron al hombre, ya mayor, de rodillas. No querían interrumpir la oración del misionero que para ellos era como un buen padre. En la tarde por fin se atrevieron a acercarse. Encontraron el cuerpo frío. David Livingstone había partido a la presencia de su Padre celestial. Hasta su último aliento había servido a los africanos y a su Salvador Jesucristo, que amaba de todo corazón. Narrado por Hartmut
Versículo para memorizar: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. Marcos 16:15
No todo misionero tiene que ir a la selva. Hay otros que predican en las ciudades grandes. Pues por todas partes hay gente que necesita saber las Buenas Nuevas de Jesucristo.
Aventureros misioneros El apóstol Pablo era un hombre que Dios había escogido para que traiga el Evangelio de Jesucristo a todo el mundo. En uno de sus viajes, él y sus amigos Silas, Timoteo y Lucas llegaron a la ciudad Filipos. Dos poderes se encuentran Un día se encontraron con una muchacha esclava. Esta muchacha estaba poseída por un espíritu maligno que le daba el poder de anunciar cosas que iban a pasar. De esa manera, los dueños de la esclava ganaban mucho dinero. Cada vez que veía a Pablo y sus amigos, la muchacha les seguía gritando: – Estos hombres trabajan para el Dios Altísimo y les enseñan cómo pueden ser salvos. Pablo se enojó, porque el espíritu malo intentaba asociar las Buenas Nuevas con sus malos poderes. Se volvió hacia la muchacha y dijo al espíritu maligno:
– ¡En el nombre de Jesucristo, te ordeno que salgas de esta muchacha! En ese mismo momento el espíritu salió de ella. Alboroto Cuando los dueños de la esclava se dieron cuenta de que había perdido su poder adivino, se enfurecieron mucho. Agarraron a Pablo y Silas y los arrastraron ante los jueces de la ciudad. Estos los dejaron azotar fuertemente y luego meter en la cárcel. El carcelero, para vigilarlos bien, los metió en el calabozo más seguro de su prisión. Además les sujetó los pies con unas piezas de madera grandes y pesadas. Alabanzas en el calabozo Seguramente les dolió todo a Pablo y Silas. ¡En qué situación desesperada estaban! Sin embargo, se animaron Gracias a Dios no siempre es tan peligroso, pero siempre es una aventura servir a Dios.
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mutuamente orando. A medianoche entonaron unas alabanzas, regocijándose en su Salvador Jesucristo. Los demás prisioneros los escucharon cantar, tal vez pensaron que se habían vuelto locos. De repente, un gran terremoto sacudió la tierra y los cimientos de la cárcel. Todas las puertas se abrieron y las cadenas de los prisioneros se soltaron. Un gran susto y el mensaje de Salvación El carcelero se despertó asustado. Tenía mucho miedo que los gobernantes de la ciudad le castigarían, porque pensaba que todos los prisioneros habían huido. Tomó su espada para matarse a si mismo… En este instante Pablo gritó: – ¡Alto! No te hagas ningún daño. Estamos todos aquí. El carcelero pidió una lámpara y se precipitó adentro del calabozo. Delante de Pablo y Silas se puso de rodillas y temblando preguntó:
– Señores, ¿qué tengo que hacer para salvarme? – Cree en el Señor Jesucristo, tú y tu familia, y serán salvos, – le contestó Pablo; y le explicó que Jesucristo, el Hijo de Dios, había muerto para llevar el castigo por nuestros pecados; y que Jesús resucitó para regalar vida eterna a todos los que en él creyeren. Salvos y libres Muy agradecido, el carcelero sacó a Pablo y Silas de la cárcel y les lavó sus heridas. Luego se dejó bautizar junto con toda su familia.Y en aquella misma noche había en la casa del carcelero una fiesta de gran gozo y gratitud, pues todos creyeron en su Salvador Jesucristo. Historia bíblica basada en Hechos 16:16-34; por Hartmut
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El Señor Jesucristo mandó a sus discípulos, que vayan a todo el mundo y digan el mensaje de la Salvación a toda la gente.Todavía hay muchas personas, que no han escuchado del amor que Dios tiene para con ellas. Por eso hay misioneros que van a todas partes del globo terráqueo para llevar el Evangelio hasta el último rincón. Todavía eres un/a niño/a, pero ¿sabías que también tú puedes ayudar en la Gran Comisión? 1. Orar Como ves en la historia de Pablo y Silas, ser misionero puede ser peligroso. Estaban viajando mucho y había enemigos del Evangelio. Además, el diablo con sus poderes malignos quiere evitar que el Evangelio de Jesucristo se extienda y que la gente se salve. Apoya a los misioneros con tus oraciones. Seguramente Dios te escuchará y ayudará al misionero en todas sus necesidades, pues Él es todopoderoso. 2. Dar A excepción de la Salvación por Jesucristo, nada es gratis en este mundo. Tal vez puedes ahorrar un poco de tu dinero, para que el misionero pueda regalar una Biblia a un niño que todavía no conoce la Palabra de Dios. 3. Ir Es posible que Dios quiera que tú mismo vayas algún día a predicar el Evangelio a personas que todavía no lo conocen. Por eso, ¡prepárate! Principalmente prepara tu corazón, cuidando de tu relación con Cristo. Esté siempre dispuesto a obedecerle. Además estudia bien, para que estés bien formado y útil para tu Salvador Jesucristo. Hartmut
Parece que el dibujante se equivocó en este dibujo, pues Pablo y Silas no estaban de vacaciones. Encuentra las 14 diferencias entre los dos dibujos.
Solución del acertijo del N° 42: Dios tiene un plan para tu vida.
Lo que tú puedes hacer para ayudar en la Gran Comisión
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Cuando mi hermano tenía 12 años, deseaba mucho tener un reloj pulsera. Para obtener el dinero necesario, comenzó a trabajar. Fue a cosechar manzanas y peras junto con sus amigos. Era un trabajo duro, debía juntar la fruta y trasladarla a un camión. Pero no importaba, porque de esa manera podía cumplirse su sueño y comprar su reloj pulsera. Tal vez tú también deseas con ganas tener algo: una bici, un libro, una mascota. Y para obtenerlo necesitas contar con tu propio dinero. Para conseguirlo, puedes realizar pequeños trabajos, como hizo mi hermano. Otra manera de ahorrar eficazmente es renunciar a otras cosas. Dulces y golocinas, por ejemplo, se deshacen tan rápidos en la boca que después de pocos minutos sólo te queda la envoltura. Si te compras menos dulces y guardas algo del dinero, podrás conseguir otra cosa Ahorrar en que te podrás alegrar es un buen hábito, te hace una persona res- mucho más tiempo. ponsable. Consíguete una alcancía donde colocar esas monedas y así, monedita a monedita, podrás comprar lo que desees. Ahorrar es una manera muy buena de poder cumplir tus sueños. Anda, te invito a comenzar a ahorrar, y a contarme los resultados. Verás que es algo muy útil. Damaris
Redacción «Rescatados» • Mensaje de Paz Casilla 139 • La Paz - Bolivia Publicación bimestral dedicada a los niños. email: rescatados@mensajedepaz.org Para adultos y jóvenes recomendamos el periódico mensual Mensaje de Paz.
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