VIAJE SEGÓBRIGATOLEDO-MADRID Departamentos de Geografía e Historia, Religión y Clásicas Febrero de 2014
OBJETIVOS
OBJETIVOS
DEPARTAMENTO DE GEOGRAFÍA E HISTORIA • Conectar la vida académica del Centro y de nuestros alumnos con la vida cultural que se da en otros ámbitos externos (celebración del 4º Centenario de la muerte de El Greco). • Posibilitar a nuestros alumnos saber conectar lo que estudian en su vida cotidiana desde la materia de CCSS con los lugares, entornos, contextos geográficos e históricos donde tuvieron lugar determinados hechos o donde vivieron determinados personajes.
DEPARTAMENTO DE GEOGRAFÍA E HISTORIA • Posibilitar a nuestros alumnos relacionar el aprendizaje con un marco o situación de disfrute que les ayude a romper la idea de que estudiar, aprender, se da siempre en unas condiciones de estatismo, de encierro, esto es, en unas condiciones muy poco atractivas para cualquier persona en general.
DEPARTAMENTO DE RELIGIÓN • Fomentar el diálogo interreligioso como base de la convivencia y de la paz. • Desarrollar el conocimiento, la sensibilidad y el gusto ante las manifestaciones del arte religioso que enriquece el patrimonio universal. • Conocer, valorar y respetar elementos relacionados con las religiones judía, católica y musulmana, expresadas en las manifestaciones culturales, artísticas y descubrir el mensaje que trasmiten
DEPARTAMENTO DE CLÁSICAS • Tratar como patrimonio clásico los restos materiales romanos de Segóbriga. • Vivenciar, mediante la lectura de textos clásicos, la puesta en escena de farsas romanas que traten la cotidianeidad en tiempos romanos de Segóbriga. • Hacer a los alumnos protagonistas de su propio conocimiento implementándolo con la oferta museística del Museo Segóbriga.
JUSTIFICACIÓN
El planteamiento al presentar esta actividad extraescolar e interdisciplinar no es otro que proporcionar un soporte audiovisual para favorecer la mejora de la enseñanza de materias como Geografía e Historia, Religión, Latín, Griego y Cultura Clásica. Con ello se da respuesta a lo que se puede leer en la Ley Orgánica 2/2006 de 3 de mayo de Educación en su Art. 1. Principios generales dice textualmente: ‘El sistema educativo español…, se inspira en los siguientes principios: • e) Desarrollar destrezas básicas en la utilización de las fuentes de información para, con sentido crítico, adquirir nuevos conocimientos. Adquirir una preparación básica en el campo de las tecnologías, especialmente las de la información y comunicación. • f) Concebir el conocimiento científico como un saber integrado, que se estructura en distintas disciplinas, así como conocer y aplicar los métodos para identificar los problemas en los diversos campos del conocimiento y la experiencia. • g) El esfuerzo individual y la motivación del alumnado.
ITINERARIO
DÍA 19 DE FEBRERO: Visita a Segóbriga con el visionado del video educativo de la antigua ciudad romana que allí se emplazaba, explicación del museo y explicaciones in situ del teatro, anfiteatro, foro, termas, cardo y decumano.
DIA 20 DE FEBRERO: Por la mañana: - Visita al Alcázar de Toledo con lecturas de los alumnos en la Biblioteca. - Mezquita del Cristo de la Luz. - Museo Sefardí-Sinagoga de Tránsito. Por la tarde: - Visita a la Iglesia de Santo Tomé para ver el cuadro ‘El entierro del Conde de Orgaz’. - Catedral de Toledo. Por la noche: - Fiesta de disfraces, en el hotel, para celebrar los carnavales.
DÍA 2I DE FEBRERO: - Ruta panorámica por Madrid. - Visita de la Plaza de España. - Visita de la Casa Museo de Joaquín Sorolla.
Lecturas realizadas
MARCIA Y LA LEYENDA DEL RÍO
Adriano ha sido proclamado nuevo emperador de Roma. Toletum, como una de las más importantes metrópolis de Hispania, celebra la llegada al poder de alguien que no ha nacido muy lejos de la ciudad, para las distancias que posee el Imperio Romano. Nacido en Itálica, Adriano sustituye a su padre, Trajano, también nacido en Hispania. La ciudad de Toledo arde en festejos. Hacia el circo, no muy lejos del río, bajan muchedumbres de todo tipo: artesanos, campesinos, soldados con licencia en busca de entretenimientos que cambien su habitual rutina. Los templos han realizado ofrendas, se ha engalanado el foro y las principales avenidas de la ciudad con monumentos y aras y ahora el circo se abre para acoger las intensas carreras de carros. Por la Porta Pompae acceden a la arena los aurigas sobre sus cuadrigas, tiradas por cuatro caballos elegidos de entre los mejores de las tierras próximas a la ciudad. Los cuatro caballos dirigidos por Fulvio son los que más éxito tienen entre el público, que rompe en gritos cuando accede a la arena. Fulvio, un joven centurión, es el elegido de las masas. Licenciado del ejército con honores, se dedicaba a dar clases de equitación a los hijos de los patricios toledanos, hasta que conoció a Marcia, hija de una de las más ricas y nobles familias de la ciudad. Los cuatro caballos que ahora guiaba Fulvio, blancos como la nieve, eran un regalo de Marcia, que no pocas ocasiones habían hecho a su afortunado amo salir victorioso en carreras por toda Hispania.
Hoy es un día diferente, aunque Fulvio intenta dirigir su cuadriga con la entereza de siempre algo se lo impide. Ha apostado toda su fortuna y todos sus caballos en la carrera, pero también ha recibido una apuesta que no se esperaba: el amor de Marcia. Ella aceptará su propuesta de matrimonio sólo si gana la carrera. La carrera ha comenzado. Todo ello da vueltas en su cabeza mientras que velozmente dos de sus oponentes le sobrepasan al observar que Marcia está acompañada en la grada de un joven que el día de antes fue el invitado de honor en una cena a la que también estuvo invitado Fulvio. Horrorizado y muerto de celos, piensa en cómo Marcia miraba al elegante joven y quedaba impresionada por sus palabras y noticias de Roma. Fulvio se vuelve a concentrar en la carrera intentando olvidar la forma en que se miraban y vuelve a estar en cabeza, pero por poco tiempo, pues en la siguiente vuelta observa aterrorizado que los dos jóvenes ya no se encuentran entre el público… Pierde velocidad y finalmente es superado, quedando en segundo lugar en la carrera.
Esa noche Fulvio caminó solo por las calles de Toletum, que tantas veces le habían visto desfilar victorioso. Y casi sin saberlo, llegó al puente que cruzaba sobre el Tajo. Había perdido todo, su fortuna, sus caballos, su amada Marcia… Asomado al río, a mucha altura, arrojó las pocas monedas que le quedaban, considerando saltar y pensando en lo adecuado que el barquero Caronte encontraría el pago realizado. De un salto, Fulvio sube al pretil del recio puente de piedra, dispuesto a quitarse una vida que ya no era atractiva, pero cuando se disponía a saltar, unas manos fuertes hicieron presa de él y le arrojaron sobre las losas del puente, frustrando así su suicidio. Un anciano, de largas barbas, había sido su salvador. Fulvio se levantó lleno de ira, recriminando al hombre su acción, pero el viejo le hizo ver en poco tiempo que esa forma de acabar con su vida era tan sólo una salida cobarde ante los problemas. Tras una discusión acalorada, que poco a poco se fue rebajando en su tono, y finalizando en el llanto de Fulvio ante la adversidad que había cambiado su vida, el anciano consiguió calmar al joven, contándole la siguiente leyenda sobre el río:
“En los primeros tiempos, cuando brotaron las fuentes y nacieron los ríos, uno de ellos inició su caminar por valles y llanuras, dominando con su poderoso caudal las tierras por las que iba pasando, hasta que llegó frente a una montaña que le hizo ver su debilidad ante ella, su incapacidad para dominarla como a los valles y a las arenas. Ofendido por las burlas de la montaña, el río arrojó sus aguas contra ella, pero estas se deshicieron impotentes. El río, no obstante, no se rindió y logró reunir todas su fuerzas para volver a arremeter contra la montaña que le retaba; y fue tanta su fortaleza que conmovió los cimientos mismos de las rocas, en un estruendo terrible que parecía imitar la crudeza de una tormenta. Rocas y agua saltaron por los aires y, finalmente, el río se abrió camino por la sima que su esfuerzo había producido, envolviendo luego, como si se lo reservara para sí, el monte sobre el que se sustentaba Toletum. Y por este hecho, el río recibió desde entonces el nombre de Tajo.” Fulvio decidió comenzar de nuevo. Sería complicado, pues nada tenía, pero el viejo ofreció al joven una nueva vida en Emérita Augusta, como tratante de caballerías. Fulvio decidió acompañar al hombre, para así alejarse de Toletum y cerrar sus heridas. Fulvio no fue el primero ni el último que intentó acabar con su vida arrojándose desde el ahora llamado "Puente de Alcántara". Esperemos que la próxima persona que intente de nuevo arrojarse desde tanta altura, valore que si un río fue capaz de doblegar a una dura montaña de granito, también la vida puede volver a cambiar, la próxima vez para bien.
TOLEDO, LA CIUDAD DE LAS TRES CULTURAS Estamos en una ciudad singular en la que las iglesias alternan con mezquitas y sinagogas, en la que algunos judíos alcanzaron puestos de la más alta relevancia y donde la superioridad cultural se repartía entre el clero, musulmanes y hebreos con toda normalidad. Una ciudad gobernada primero por musulmanes y después por cristianos, con reyes sabios y tolerantes como Al Mamún o Alfonso X, y que durante los siglos X al XIII fue una auténtica ciudad de minorías y libertades para todos hasta la Expulsión primero de los judíos en 1492, en época de los Reyes Católicos y luego de los moriscos en 1612, gobernando Felipe III. Esta convivencia no significó ausencia de conflictos, tensiones y ocasionales retrocesos, pero con todo se abrió una ventana de tolerancia y paz en el tiempo, así como todo un proceso de contagio en todo tipo de terrenos no sólo en el sociopolítico, sino en el cultural y hasta en la vida cotidiana de sus calles, donde dieta, indumentaria, fiestas y costumbres hicieron que, por ejemplo, el mazapán fuera de uso cotidiano entre las Tres Culturas. En el momento álgido de la España Multicultural, en época de Alfonso X, la mayoría cristiana poseía el poder político y militar pero al admitir en su seno la diversidad religiosa, permitía que los judíos aportasen sus saberes administrativos, científicos y económicos, así como a la otra minoría, la musulmana, los suyos en ciencia, agricultura, artesanía y agricultura. Todos aportaban la conciencia común de navegar en un mismo barco, dándonos una auténtica lección de solidaridad y sentido común, que puede servirnos de camino a los conflictos multiculturales de hoy.
Estos tres pueblos, musulmanes, judíos y cristianos, que lograron convivir en Toledo hasta que la intolerancia y el fanatismo acabaron en 1492 con esta aventura, son conocidos como “Los Pueblos del Libro” y la Biblia, la Torá y el Corán son el alma de sus respectivas identidades. Por eso, para conocer mejor esa Toledo “mudéjar”, os invitamos a conocer la Biblioteca Regional, que alberga libros de las Tres culturas, así como visitar una mezquita, la del Cristo de la Luz, una Sinagoga, la del Tránsito, que alberga el Museo Sefardí y un Hospital, el de Santa Cruz, reflejo del deseo de ayuda al prójimo propio de la religión cristiana. Creemos que este viaje en el tiempo no te dejará indiferente. Por ello empezamos nuestra visita a Toledo utilizando su Biblioteca como punto de partida y cómo no, recordando también que aquí se creó un magnífico centro de trabajo en torno a los libros.
Era la famosa ESCUELA DE TRADUCTORES DE TOLEDO. Éste fue el nom-bre dado al conjunto de hombres de cien-cia, cristianos, árabes y judíos, congrega-dos en Toledo en el s. XII para hacer traducciones al latín de textos árabes, que a su vez eran traducciones del griego. Así, se tradujeron al latín numerosas obras de la ciencia y de la filosofía griegas y de la teo-logía judía. Durante más de un siglo congregó a muchos españoles, como Domingo Gundisalvo, Juan de Sevilla, ÁI-varo de Oviedo, Marcos de Toledo y Pedro Gallego, y a varios extranjeros (ta-lianos, ingleses, alemanes y escoceses). Tradujeron casi todo el corpus aristotélico, importantes comentarios neopla-tónicos a Aristóteles, tratados científicos de Euclides, Arquímedes, Tolomeo, Hipócra-tes y Galeno; obras de Alkindi, Alfarabi, Averroes y Avicena; y obras de Gabirol e Isaac Israelí. Alcanzó su apogeo con Alfonso X y contribuyó a fijar el castellano como lengua literaria, puesto que muchas traducciones se hacían utilizando como éste como lengua intermedia. Podemos imaginar la cantidad de palabras procedentes de los distintos ámbitos científicos que se incorporaron al castellano de la época, contribuyendo así al enriquecimiento claro de nuestra lengua.
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