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“El banquete de Cleopatra” Jacob Jordaens (1653) Imagen CC de Irreductible.naukas
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¿POR QUÉ ESTE NOMBRE PARA NUESTRO TRABAJO? La profesora nos comentó en clase que había leído que en uno de los hoteles más conocidos de New York, el Algonquin Hotel, en el año 2005 un rico le propuso matrimonio a su prometida encargando un ’Martini on the rock’ muy especial: la bebida en principio costaría nada menos que 10.000$, y la razón de este elevado precio estaría en el diamante que, previamente seleccionado con el asesoramiento del joyero del hotel, sería depositado en el fondo de la copa (el precio final de la bebida lo marcaría el valor de mercado del diamante elegido). Nuestra profesora estaba convencida de que el rico enamorado conocería la historia de la ‘perla de Cleopatra’, o bien a través de la lectura de Plinio, o bien tras haber visto cuadros como que encabeza nuestro trabajo, “El banquete de Cleopatra” de Jacob Jordaens (1653). Nosotras, alumnas de latín y griego, hemos llamado a este trabajo ‘La perla de Cleopatra’ y para realizado partimos de todo lo que al respecto escribe Plinio el Viejo, en su Naturalis Historia, libro XXXV, 151, 58, sobre esta famosa perla. Y ‘Vidas paralelas’, Vida de Antonio, de Plutarco.
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¿QUÉ NOS CUENTA PLINIO? Nos cuenta Plinio, que existían dos perlas, las mayores y de más valor que se habían visto nunca en todo el mundo: Cleopatra estaba en posesión de ambas, heredadas de sus antepasados, la dinastía de los Ptlomeos. Un buen día la reina, llena de vanidad y arrogancia se apostó con Marco Antonio que podía gastarse en un solo banquete 10 millones de sestercios, hecho que a Marco Antonio le pareció absolutamente imposible, por lo que aceptó la apuesta. Al día siguiente, cuando la suntuosa comida en cuestión pareció llegar a su fin, Marco Antonio bromeó con Cleopatra, diciéndole que, ciertamente, el banquete era fantástico, pero no más impresionante que otros a los que había asistido, y que desde luego no valía la suma de dinero fijada. Pero lo que Marco Antonio no se esperaba era la sorpresa que Cleopatra le había reservado. La orgullosa Reina le replicó que lo servido hasta ahora solo era un insignificante “aperitivo” de lo que sería el verdadero banquete, y que ella sola consumiría todo el valor de lo apostado. En ese momento llevaba puestos unos pendientes con aquellas valiosas y selectas perlas, maravillas únicas de la Naturaleza. Deslizó del aro una de ellas y la introdujo en un vaso de vino avinagrado. La perla se disolvió (la naturaleza ácida del vinagre disuelve el nácar, compuesto principalmente de carbonato de calcio cristalizado) y Cleopatra se bebió el vino ante los atónitos ojos de Marco Antonio. Cleopatra no sólo bebió el vaso de vino más caro de la Historia y ganó la apuesta, también ganó el corazón de Marco Antonio, que se trasladó a Alejandría. Finaliza Plinio contándonos que la perla del otro pendiente de Cleopatra fue cortada en dos, y las mitades fueron colocadas en las orejas de la estatua de Venus en Roma.
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PERO…. ¿TANTO DINERO ERAN ESOS 10. MILLONES DE SESTERCIOS? En Roma había cuatro tipos de monedas: denario, sestercio, dupondio y as. El denario era la más valiosa y equivalía a unos 6,65€, aproximadamente. Un sestercio, a 1.33 €, un dupondio tiene la mitad del valor de un sestercio, es decir, 0.67€ y un as, a 0,33€. Por tanto, esa copa de vino, vendría a costar unos 13, 3 millones de euros. En verdad, muy, muy cara. Pero es que hay que partir de la base de que poder adquisitivo de aquella época era muchísimo superior al nuestro. Pensemos que el salario de un centurión, equivalente más o menos a los tenientes de hoy día, era de es 3.287 sestercios al mes, ó 4.371 € actuales. El de un maestro, 8.219 sestercios al mes, ó 10.931 € actuales. Un médico ganaba 32.876 sestercios al mes, ó 43.726 € actuales. Y por citar otro ejemplo, un procónsul (equivalente más o menos a un presidente de una comunidad autónoma) ganaba 82.191 sestercios al mes, ó 109.315 € actuales. Pero los precios eran más baratos que en la actualidad, pongamos esto como ejemplo, el alquiler de un piso de clase media costaba unos 4 denarios al año, unos 26.6 € o una casa de 300m cuadrados, en un buen barrio de la ciudad, unos 12.000 sestercios=15.960€
IMAGEN CC http://www.tablondeanuncios.com/antiguedades/monedas_romanas-1882778.htm
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Y ante tal alarde de riqueza y dispendio, ¿cuál fue la verdadera reina que primero conquistó a Julio César y luego a Marco Antonio, dos de los líderes más influyentes de Roma? Durante más de 2000 años la leyenda de la historia de la reina Cleopatra ha inspirado numerosas pinturas, representaciones y películas. Nació en el año 69 a.C., era la hija mayor de un faraón helenístico , de la dinastía de los Ptolomeos que tomó su nombre de Ptolomeo I, de origen griego y que se instaló en Egipto después de la muerte de Alejando Magno. Cuando el padre de Cleopatra murió la reina tenía 18 años y asumió el poder junto con su hermano Ptolomeo XIII que por aquel entonces tenía 10 años y con quien estaba casada. El matrimonio entre hermanos era algo normal porque pensaban que era la única forma de mantener pura la sangre divina que corría por sus venas. El padre de Cleopatra contrajo una gran deuda con Roma y en el tercer año del reinado de Cleopatra, Julio César para cobrarla fue a Egipto a presencia de la reina con la excusa de interceder entre ella y su hermano esposo que la había derrocado. La única esperanza de Cleopatra era atraerse a Julio César. No tenía nada y se ofreció a ella misma. Cuenta Plutarco que se presentó ante él enrollada en una alfombra. César puso en peligro su estabilidad, y fama incluso, por ella. Pero se debió deber a algo más que a una cara bonita y a su atractivo sexual, ¿a qué? La razón está en la inteligencia de la reina. Hablaba griego, egipcio, arameo y sirio. Había sido preparada para ser reina. Era científica, filósofa, podía discutir de economía, astrología, aritmética, y sin duda era la mujer más rica del mediterráneo que es lo que sobre todo le gustó a César. Pero César fue asesinado por su propio pueblo el 15 de marzo del año 44 a.C. Tras la muerte de César hubo una segunda guerra civil en Roma en la que Octavio, hijo adoptivo de César se alió con el más exitoso de sus generales, Marco Antonio. , gran militar y sobre todo amante. Antonio se presentó ante Cleopatra para unirse a ella porque sabía que para el gobierno Romano se aliado de Egipto era una gran baza. Nuevamente Cleopatra no tenía otra cosa que ofrecer salvo a ella misma. Por segunda vez, Cleopatra sedujo a una de las personas más poderosas de su mundo. Tenía que encandilar a Marco Antonio, tenía mucho que perder si no lo conseguía. Por ello preparó el banquete más sonado de la historia, el que le ofreció a Marco Antonio en su barcaza, en el que se cuenta que sucedió el episodio de la perla disuelta en vinagre de vino.
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MARCO ANTONIO, ¿UN ESTRATEGA O UN FRÍVOLO?
GRAN
De nuevo acudimos aquí a las fuentes clásicas para poder conocer la verdadera personalidad de Marco Antonio. En este caso a Plutarco de Queronea. Su obra más célebre es biográfica, la llamada “Vidas paralelas” (escrita entre los años 105115), una galería de retratos de personajes anteriores a su época. Si Plutarco quiso en ellas recrear vidas edificantes que estimularan los nobles sentimientos innatos del alma humana, sin embargo en las “Vidas de Demetrio y Antonio” (se refiere a Marco Antonio) nos ofreció dos ejemplos de LO QUE SE DEBE EVITAR. Demetrio y Marco Antonio, por tanto, son dos contraejemplos. Lo que les hunde es su INCAPACIDAD DE DISCERNIR ENTRE EL VICIO Y LA VIRTUD, que se revela especialmente POR LOS MANEJOS DE LOS ADULADORES QUE LOS RODEAN. Continúa Plutarco diciendo que las bravatas, las groserías, la costumbre de beber en público, la costumbre de tomar el rancho militar en la mesa con los soldados y SUS AVENTURAS AMOROSAS provocaban fascinación y con ellas arrastraba a los soldados y al pueblo, que no sólo colaboraba en sus pasiones, sino que también se burlaba de sus proezas amorosas, sin que Marco Antonio sintiera vergüenza por ello. A esto se unía que Marco Antonio DERROCHABA en contra del sentido de la mesura, hacía favores a soldados y amigos. Los hombres de bien, los hombres sensatos de Roma sentían repulsión por el modo de vida de Marco Antonio: sus BORRACHERAS continuas, sus excesivos GASTOS y sus correrías en los PROSTÍBULOS. Marco Antonio dormía de día, se paseaba CONFUSO para superar su resaca. Por la noche se divertía, asistía a representaciones teatrales, coros de comedia, y participaba en las bodas de mimos y bufones, donde se admitían mujeres y, a veces, se realizaban actos sexuales. También era un COBARDE, porque disfrazado de esclavo, evitó participar en el sangriento crimen que acabó con la vida de César el 15 de marzo del año 44 a. C. Y poco tiempo después, como quería ser el primero y más poderoso en Roma, se quitó de en medio a Bruto que era uno de los posibles sucesores de César y en su discurso fúnebre por su muerte, Marco Antonio MEZCLÓ en su lamento PALABRAS de elogio y maldiciones por el asesinato de César del que fue uno de los principales cómplices Bruto. El pueblo, afectado por el discurso ambiguo, fue a quemar las casa de Bruto que huyó de la ciudad. Marco Antonio trató con DESPRECIO a Octaviano, el verdadero sucesor de César cuando éste reclamaba algo instituido en la última voluntad de César: dar a cada ciudadano romano 75 dracmas. Marco Antonio acabó soltando todo tipo de INSULTOS PARA ENOJARLO Y HERIRLO. El joven Octaviano se pasó al bando de cuantos odiaban a Marco Antonio; tuvo un puesto en el Senado y puso de su lado
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al pueblo y a los soldados de las colonias. El Senado declaró a MARCO ANTONIO “ENEMIGO DE ROMA” y echó a Marco Antonio de Italia. Pero Marco Antonio se granjeó la simpatía del ejército estando en la Galia y esto hizo que Octaviano, quien incluso le entregó a su hermana por esposa, recapacitara y se aliara a Lépido y Marco Antonio y formara el segundo triunvirato de la República de Roma. Durante este segundo triunvirato, tuvo que viajar a Alejandría donde conoció y se enamoró perdidamente de Cleopatra.
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CENTRÉMONOS EN EL BANQUETE… Este es en sí el objetivo último de nuestro trabajo, hacer una aproximación al ya tan famoso banquete cómo símbolo de la misma Cleopatra. Todo lo iremos ejemplificando con otra de las fuentes clásicas, que dan cuenta de este archiconocido banquete. Plutarco, en la Vida de Antonio, 25. 2.3. En uno de los banquetes que celebró en su barcaza, la reina se quitó un pendiente de perlas de gran tamaño y la disolvió en un vaso de vino en un evidente alarde de riqueza, eso es algo que asombraba a los romanos: la opulencia. Cleopatra añadió extravagancia, excesos y grandes banquetes a su lista de tentaciones para atraer a Marco Antonio. La exposición de riqueza y abundancia de alimentos era impresionante y afecta profundamente dependiendo de la cultura o el contexto histórico. En el Albert Einstein College of medicine, en New York, la neuróloga Lucy L. Brown ha escaneado los cerebros de sujetos estimulados por el sexo, las riquezas y la comida. Y se ha dado cuenta de que las reacciones del cerebro ante los estímulos sexuales era muy similar a las que se observaba ante estímulos gastronómicos. Concluye la doctora diciendo que lo que hizo Cleopatra fue mantener activo este tipo de reacciones que ella había observado que eran casi idénticas ante el sexo, la riqueza y la comida. La técnica de Cleopatra era mantenerlos en un ambiente de continuo placer. Todo lo tenía meticulosamente planeado. A esto hay que añadir que Marco Antonio estaba absorto ante la religión Egipcia y con estas creencias religiosas de Marco Antonio jugó la reina y se presentó ante él como la diosa femenina de Egipto y Grecia, Isis, que era la diosa de la fertilidad egipcia, fusionada con la diosa del amor, Afrodita. Horacio, el gran poeta romano que vivió en la misma época que estos acontecimientos sucedidos, en Odas I, 37, describe a Cleopatra como un ‘monstrum fatale’, con el significado de ‘algo fuera de loa común, exótico’. A continuación ofreció a su invitado todo tipo de manjares y comidas exóticas y exquisitas con una colorida muestra de carnes y frutas que llegaban en grandes bandejas portadas por vigorosos sirvientes, un perfecto espectáculo gastronómico que hizo que Marco Antonio se encandilara aún más ante tal dispendio y derroche económico. Ya relataba Plutarco que la egipcia ‘había preparado muchos regalos, dinero y toda esa pompa de la que conviene envolverse en las grandes ocasiones, y que era propia de un reino próspero como el suyo’ (Ant. 25, 5-6). Por otra parte los grandes banquetes en la Antigüedad solían incluir algún tipo de espectáculo. Cleopatra, sabedora de que a Marco Antonio le gustaba aparecer como un dios, conocedora de su carácter filoheleno y de su tendendia a la bebida, organiza una representación que sirve como colofón de su bien estudiado encuentro. Así, el atónito Antonio es espectador de una danza desenfranada de
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Dioniso y su corte de sátiros y bacantes. Mientras éstas últimas llenan continuamente su copa de vino, se acomoda junto al personaje de Dioniso una mujer atraviada como lo está en ese momento Cleopatra. El extraordinario parecido con la reina desconcierta al romano, quien, con torpes moviemientos se precipita hasta ella para abrazarla y besarla. El objetivo de la sagaz egipcia es evidente: hacer creer a Antonio que puede tenerla como Dioniso a Afrodita (hay que recordar que llega a Tarso como Afrodita en busca de Dioniso, según nos dice Plutarco en la vida de Antonio 27). Finalmente aturdido por el vino, la danza frenética de sátiros, bacante y fieras y manipulado por las hábiles palabras de la egipcia, Antonio cae completamente a los pies de Cleopatra.
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¿QUÉ CONCLUSIONES PODEMOS SACAR DE ESTE ARCHICONOCIDO BANQUETE? La práctica de compartir mesa, en la que se integran las categorías de comida, mesa y banquete, permite la construcción de imágenes y metáforas de rica simbología. Todas las analizadas en este pequeño trabajo nos llevan a lanzar como conclusión final que el banquete ofrecido por Cleopatra a Marco Antonio, pone énfasis en un retrato muy difundido de la reina, el de ‘femme fatale’, que utiliza la seducción gastronómica y sexual con un único objetivo: gobernar Roma como mujer y extranjera. Pero si bien ésta es la conclusión última, no es menos importante lanzar la segunda de nuestras conclusiones: la idea de que con este banquete (que recogen los autores clásicos, y cineastas como Manckiewicz del que hemos seleccionado y adaptado su película ‘Cleopatra’), se hace patente la oposición occidente/oriente que se respiraba en tiempos de Marco Antonio. Por hacernos una idea, para a los romanos de aquellos tiempos, Egipto, su civilización y cultura, les resultaba como tres veces más distante en el tiempo de lo que para nosotros está actualmente la historia de Roma Clásica. Es cierto que los romanos reciben de Grecia un retrato idealizado de Egipto: cuna de sabiduría, tierra maravillosa de gran riqueza, de costumbres extrañas, de fauna y vegetación singular. Sin embargo la perspectiva pragmática inherente al pueblo romano, su política expansionista y la mala prensa que Cleopatra tenía como un símbolo engañoso de Oriente, hacen que partiendo del banquete de Tarso, concluyamos diciendo que para el pueblo romano de la época en la que se desarrolló este episodio, la reina egipcia representaba una imagen de poder despótico, de mujer no sumisa, la perversidad, el despilfarro innecesario. En definitiva, todo lo que atentaba contra la virtus romana que Octavio, compañero de triunvirato de Marco Antonio, y primer emperador de Roma, quería implantar entre su pueblo.
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DESPEDIDA Esperamos que el tema que hemos tratado os haya interesado tanto como a nosotras, nosotras hemos aprendido no sólo destalles y curiosidades históricas, sino también cómo plantear y organizar trabajos de investigación en momentos futuros. Gracias por vuestra atención. Gratias plurimas totis vobis agimus!
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BIBLIOGRAFÍA Santana Enríquez, G. (2014), Gastronomía y literatura. Barcelona. Ediciones Clásicas. Goldsworthy, A. (2011), Antonio y Cleopatra. Madrid. La Esfera de los libros. Sanchís Llopis, G. (1994), Ateneo de Náucratis. Sobre las mujeres. Libro XIII de la Cena de los eruditos. Ed. Akal Clásica. http://domus-romana.blogspot.com.es/2013/12/nuptiae-ritos-de-una-bodaromana.html http://almacendeclasicas.blogspot.com.es/2014/08/casa-de-menandroimagenes_9.html http://irreductible.naukas.com/2009/01/27/cleopatra-y-la-copa-de-vino-mascara-de-la-historia/ http://historiasdelahistoria.com/2010/10/17/la-cena-mas-cara-de-la-historia http://perlaimport.com/index.php/es/blog/2-blog/23-la-apuesta-de-cleopatracon-marco-antonio.html http://arte.laguia2000.com/pintura/el-banquete-de-cleopatra-de-tiepolo
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