Meditación del Evangelio del
Solemnidad del nacimiento de San Juan Bautista
Lucas 1, 57-66, 80 Se le cumplió a Isabel el tiempo de dar a luz y tuvo un hijo. Oyeron sus vecinos y parientes que el Señor le había hecho gran misericordia, y se congratulaban con ella. Al octavo día fueron a circuncidar al niño y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías, pero su madre, tomando la palabra, dijo: “No; se ha de llamar Juan”. Le decían: “No hay nadie en tu parentela que tenga ese nombre”. Y preguntaban por señas a su padre cómo quería que se le llamase. Él pidió una tablilla y escribió: “Juan es su nombre”. Y todos quedaron admirados. Y al punto se abrió su boca y su lengua, y hablaba bendiciendo a Dios. Invadió el temor a todos sus vecinos, y en toda la montaña de Judea se comentaban todas estas cosas; todos los que las oían las grababan en su corazón, diciéndose: “Pues ¿qué será este niño?” Porque, en efecto, la mano del Señor estaba con él. El niño crecía y su espíritu se fortalecía y vivió en lugares desiertos hasta el día de su manifestación a Israel. PALABRA DEL SEÑOR – Gloria a Ti, Señor Jesús
Lunes
18 Junio
Meditación Dios, continuamente nos está hablando y, está esperando nuestra respuesta, nuestra fe en ÉL. Es importante oírlo y responderle. Oímos la Palabra de Dios y respondemos con la oración. El Evangelio de San Lucas, nos invita a no perder las esperanzas, nos estimula a tener fe también, y nos enseña que nuestros labios no se deben enmudecer ante la incredulidad, tal como lo hizo Zacarías, para bendecir a Dios, tenemos motivos suficientes para alabar al Señor, la mano de Él, nos bendice con su gracia, abramos los labios para cantar alabanzas y dar gracias al Señor. Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: ¿Qué llegará a ser este niño? Porque la mano del Señor estaba con él.
Oración Señor, que el ejemplo de Juan el Bautista me estimule y anime a ser como él, austero conmigo mismo y magnánimo en el amor a tu Reino. Quiero vivir dedicado a testimoniarte. Que quien me mire te vea a ti, Jesús. Ahora y por siempre. Amén.
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