Angustia tristeza depesión

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Diferencias entre el duelo y la depresión by Fmlc Dec. 11, 2015 Históricamente, el debate que recoge las reflexiones sobre las semejanzas y diferencias entre el duelo y el trastorno de depresión mayor ha sido muy prolífico. Hasta hace relativamente poco reinaba la confusión entre los clínicos, pues el único criterio que diferenciaba un proceso de otro era el tiempo transcurrido desde la pérdida de un ser querido, detonante del dolor. El DSM-IV tr (Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales – Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, DSM)) consideraba que, si habían pasado menos de dos meses de la muerte del ser querido, era duelo y, si habían pasado más de dos, entonces estábamos ante un trastorno de depresión mayor y no ante un duelo. Este criterio era muy claro y muy sencillo de aplicar. Sin embargo, los clínicos considerábamos que, si bien no existe un tiempo concreto para hacer el duelo, dos meses resulta un periodo muy insuficiente. Criterios para distinguir un duelo sano de un trastorno depresivo La última revisión científica de este tema aparece recogida en el DSMV recientemente publicado para la población hispanohablante. En esta nueva edición, se puede apreciar un gran esfuerzo por parte de los teóricos por intentar dar una respuesta más cercana a la realidad del doliente y del clínico. A grandes rasgos, establece que las diferencias entre el duelo sano y el trastorno depresivo mayor son las siguientes:  1. En el trastorno depresivo mayor, el estado de ánimo deprimido es persistente y continuado, mientras que en el duelo el dolor aparece en forma de oleadas, lo que se denominan punzadas del duelo.


2. En el proceso de duelo el dolor se da de forma intermitente y convive conmomentos de un cierto optimismo y esperanza, que no aparecen en ningún caso en el trastorno de depresión mayor. 3. El sentimiento predominante en el duelo es de vacío, mientras que en el trastorno depresivo mayor es el estado de ánimo deprimido y la incapacidad para expresar felicidad o experimentar placer. 4. No existe un contenido cognitivo concreto en el trastorno depresivo, mientras que en el duelo tiende a asociarse con recuerdos o pensamientos sobre el fallecido. 5. El sentimiento depresivo en el duelo suele variar en intensidad y/o en frecuencia en torno a los 6 meses desde la muerte del ser querido. En el trastorno depresivo mayor, el estado de ánimo depresivo dura más. 6. En el trastorno depresivo la ideación suicida está relacionada con el deseo de morir, mientras que en el duelo sano está relacionada con el deseo de reunirse con el fallecido.

Asimismo el DSM recomienda que se valore individualmente cada caso, reconociendo por primera vez que en el duelo no existen universalidades, sino generalidades. Y añade la necesidad de prestar atención a las diferencias culturales. Avances en el tratamiento del duelo Nos encontramos ante un gran avance, incluso podríamos decir que ante un momento histórico. Hemos avanzado en el modo en el que los teóricos y los clínicos nos acercamos a la comprensión y el conocimiento del duelo. Aún nos queda mucho camino por recorrer, pero cada vez estamos más cerca. Este cambio va a influir, y mucho, en nuestros pacientes, puesto que facilita la distinción entre un proceso y otro, y eso va a permitir una mejora en el diagnóstico y por lo tanto en su tratamiento. Consideramos que la Asociación de Psiquiatras Americanos, responsables de la nueva edición del DSM, está de enhorabuena. Han sido muy valientes tratando de lanzar un mensaje claro y rotundo a la sociedad en su conjunto. Ese mensaje se resume en dos certezas: Todas estas claves pretenden servir de orientación a las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido o intentan ayudar a una persona


doliente de su entorno. Para saber más o para solicitar ayuda psicológica gratuita, no dude en consultar nuestra página web: www. fundacionmlc.org

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Cómo distinguir entre tristeza y depresión clínica by Por Juan Luis Sánchez

Tristeza. © Getty Images Se utiliza coloquialmente demasiado a menudo la expresión "estoy deprimido", por ejemplo cuando ha perdido el equipo deportivo correspondiente, o el individuo que sea ha extraviado un billete de 50$. Aunque obviamente un suceso negativo puede sumir a cualquier persona en mayor o medida en la tristeza, lo más seguro es que no se trate realmente de una depresiónclínica. Existe una gran diferencia. Aunque ambas palabras se usan mucho como sinónimos, en realidad no lo son. Simple tristeza Así, la tristeza es una respuesta natural al infortunio, la frustración, el dolor y las situaciones negativas, por lo que se puede decir que es normal que cualquiera la padezca con cierta asiduidad, sobre todo si le ha ocurrido algo grave. Encontrarse mal tras una ruptura amorosa o un problema económico de calado no implica una patología, sino que a cualquier persona le ocurriría lo mismo. Con el paso del tiempo se mitiga o desaparece por completo. Si el individuo sufre un revés que cambia significativamente su vida (muerte de la pareja o de un ser querido muy cercano, pérdida de un trabajo importante, un divorcio) atravesará una etapa de duelo, proceso de readaptación a las nuevas


circunstancias que puede ser largo y doloroso, por los constantes recuerdos de lo que se ha perdido. Pero tampoco se trata de una depresión. Se habla de desorden anímico real cuando la persona sufre una serie de síntomas, entre los cuales suele estar por regla general la tristeza, aunque casi nunca se puede establecer la causa de la misma. Ésta viene acompañada de apatía, desinterés por las ocupaciones habituales hasta entonces, dolores de cabeza, hipertensión, molestias abdominales, fatiga, insomnio, etc. La importancia de saber distinguir Aprender a diferenciar ambos conceptos resulta extremadamente importante para evitar complicaciones. Muchas personas pueden llegar a creer que están sufriendo un desorden anímico grave cuando en realidad sólo están tristes por alguna razón lógica, lo que puede ocasionar diversos problemas:  

Que la persona se autosugestione, crea que está peor de lo que realmente está, y acabe efectivamente entrando en una depresión real. Que el individuo se automedique, lo que siempre supone un enorme error, ya que el médico es el único que está capacitado para determinar si existe depresión clínica, y el tratamiento adecuado para cada paciente. En ningún caso es bueno decidir tomar medicación por sí mismo, pues las consecuencias pueden ser nefastas.

Por otro lado, puede ocurrir justamente lo contrario, que una persona piense que sólo sienta tristeza, cuando en realidad ésta sea sólo un síntoma de algo mucho más grave. Esta situación provocaría que no requiera ayuda médica cuando realmente la necesita. ¿Cómo diferenciar entre tristeza y depresión? Por estas razones conviene tener muy claro cuándo existen indicios de que no se está sufriendo un simple episodio de tristeza, sino una depresión. Si se puede establecer la causa de la misma, estamos posiblemente ante el primer caso. Basta con reflexionar sobre el problema que ha producido que la persona se sienta mal, y tratar de solucionar el mismo. Si no resulta posible, el objetivo consistiría en resignarse. Si se trata de un estado de duelo, lleva un tiempo reponerse, pero después de un proceso se recupera la ilusión por vivir, y también las ganas de retomar las actividades cotidianas y hobbies. Si ocurre justamente lo opuesto, existen motivos para que salten las alarmas. Cuando no se logra establecer la razón de que alguien se sienta desolado, y pasan los meses y se sigue igual, conviene plantearse que podría haber aparecido la depresión. Se puede recurrir a diferentes test, como la Escala de Ansiedad y Depresión de Goldberg (el más utilizado), que ayudan a establecer si se necesita ayuda profesional. Consiste en una serie de preguntas sobre el estado del sujeto a evaluar. Existen indicios de que se padece un desorden anímico cuando se contesta afirmativamente a varias preguntas


sobre si se siente desinterés por las cosas, falta de autoconfianza, dificultad para concentrarse, pérdida de peso e insomnio, entre otras cuestiones. Si se sabe diferenciar entre una simple tristeza y un problema más grave, resulta bastante sencillo estar seguro de cuándo se necesita acudir al facultativo. Por regla general, ante la duda conviene pedirle una cita, pues su reconocimiento siempre proporciona una mayor tranquilidad.

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LA ANGUSTIA Y SU MANEJO by Amtac Aug. 15, 2010

CURSO DE FORMACIÓN CONTINUA EN TANATOLOGÍA Fecha: 27 de marzo 2010 Ponente: Lic. Mari Carmen López Fernández Especialista en Logoterapia Resumen: Dra. Verónica García Maldonado La angustia se puede definir como temor, temor al futuro y lo que vendrá, temor a nada en particular, a algo que no puede ser identificado claramente por la persona. Siendo así, no es posible enfrentarse a un temor incomprensible e ilocalizable lo que produce indefensión y más angustia. La angustia básica de todo ser humano está relacionada con la muerte, que de una u otra forma se hace presente cada día, a veces en sutiles manifestaciones que de manera disfrazada nos hablan de que cada día se acerca más, otras veces implacable e impostergable. La angustia es un impedimento para descubrir el sentido de la vida porque es paralizante del espíritu. A la época en que vivimos se le ha llamado la era de la angustia, de ahí que a todos nos resulta familiar. Desde la logoterapia, basada en la voluntad de sentido y la responsabilidad de sí mismo que es la habilidad para responder a lo que la vida plantea, la angustia está presente en la triada trágica compuesta por: El sufrimiento inevitable, porque no se puede suprimir el sufrimiento pero si se puede evitar la desesperación; la culpa que es sana cuando se vuelve responsabilidad, pero que paraliza y causa depresión cuando es irracional y la muerte que es la manifestación clave de nuestra finitud del psique- físico, pero no del espíritu.


Pero como refiere Yalom “Aunque el hecho físico de la muerte destruya al hombre, la idea de la misma sirve para salvarle”. La logoterapia tiene como objetivo que el hombre acepte conscientemente la responsabilidad de sí mismo, la responsabilidad de y con las circunstancias y la responsabilidad hacia Dios, enfatiza la espiritualidad, la libertad y la voluntad. La logoterapia considera que cada persona tiene que encontrar su propia respuesta, ya que esta sólo es válida para sí mismo y para un momento determinado en su vida y en cada situación el sentido se debe consumar. Para la logoterapia la vida tiene sentido bajo todas las circunstancias, el hombre es dueño de una voluntad de sentido y es libre para consumar el sentido de su existencia. Los valores son fundamentales para encontrar el sentido de vida. El sentido de vida es único y específico para cada ser humano y concreto para cada momento de su existencia, es cambiante pero nunca cesa. Cada persona busca por si misma su propio sentido en consonancia con su voluntad y valores. Para Frankl hay tres tipos de valores: • Creativos, de acción. • Vivenciales, experimentar o sentir por algo o por alguien, por ejemplo amor. • De actitud, por ejemplo hacia el dolor o la muerte. La transitoriedad y finitud de la vida es un incentivo para emprender una acción responsable, para buscar un sentido y valores. Esta finitud es causa de angustia, pero también desde la visión existencialista posibilidad de libremente y a través de la espiritualidad ejercer la voluntad de sentido hacia la plenitud, eje fundamental en la Tanatología. Con este breve resumen intento reseñar lo que la logo-terapeuta Mari Carmen López Fernández nos ofreció en el excelente curso que impartió. Se trata de una propuesta a la que ella misma nombra Logo-tanatología, con una visión integral del ser humano, destacando la espiritualidad y los propios recursos de la persona para decidir en libertad y responsabilizarse de su propio sentido.


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