Benemérita Escuela Normal Manuel Ávila Camacho Licenciatura en Educación Preescolar Cuarto semestre Competencias lingüísticas Prof. José Antonio Jasso Lugo Roxana Álvarez Arredondo
Relato: LA FERIA Todo paso en un día como hoy, parecía que todo iba a ser perfecto y nunca imaginé que sucedería lo que paso. Tenía aproximadamente 12 años de edad y me encontraba en Juan Aldama, Zacatecas, donde en el mes de noviembre va a visitarnos la feria durante un periodo de dos semanas, aunque los días más importantes de la feria, en la que la plaza se llena de gente, borrachos y tamborazo son los días primero y dos de noviembre; ese día me desperté temprano para ir por mi desayuno Herbalife, fui por él lo compre y lo consumí, todo fue muy rápido tenía que regresar a mi casa de inmediato porque llegaría mi tío Valente, el reside en zacatecas pero siempre va para las ferias, y ese día llegaría temprano. Cuando llegue a mi casa el todavía no había llegado, así que me la pase ayudando a mi mamá a limpiar la casa y a preparar el almuerzo para cuando él y su familia llegara, así nos la pasamos un buen rato pero no tardo tanto cuando llegó, y lo primero que hicimos fue recibirlos, y darles de almorzar, luego nos preparamos para irnos todos juntos al panteón para visitar a nuestros familiares como cada año ya que ese día era dos de noviembre, día de los muertos en México. En el panteón la pasamos muy agradable porque ahí comimos y rezamos. Sin embargo el momento más feliz para mí siempre era por la noche porque íbamos juntos a la feria, y ahí cenábamos, nos compraban cosas de los puestos, nos subíamos a los juegos, íbamos al teatro del pueblo, hacíamos un sinfín de cosas muy divertidas para mí, pero ese día no fue así. Por la noche nos dirigimos a la feria, mi familia y la familia de mi tío, íbamos arreglados y con mucho ánimo, primero fuimos al teatro del pueblo, luego dimos una vuelta por los puestos, vueltas por la plaza, etc. hasta que de rato mi hermano Yoshio dijo que quería ir a los juegos pero que no quería subirse solo, así que dijo mi papá que lo acompañara por favor a los juegos a donde quería subirse y que me subiera con él, y muy obediente lo obedecí, al primer juego que nos subimos fue la torre que es un juego que sube y baja, después nos subimos al amor express que es un juego que da vueltas, y luego nos fuimos al rosticero que es un juego que tiene la estructura de un rosticero y hace los mismos movimientos que un rosticero , y al final rematamos jugando en los futbolitos, todo iba bien hasta ese momento, hasta que después mi familia quiso ir a dar una vuelta por la plaza para luego ir a cenar, cuando empezamos a caminar poco a poco me comencé a sentirme mal, pero no quise decir nada pues pensé ahorita se me va a pasar, creí
que podía controlar a mi cuerpo, así que no medí las consecuencias de no decirle nada a mis papás. Seguimos caminando y poco a poco el malestar iba aumentando, hasta que mi cuerpo no resistió más y justo en los puestos de comida en el punto medio de toda esa área, una enorme cantidad de vómito salió por mi boca, dejando asqueados a los clientes de cada puesto que me estaban mirando y dejando unas manchas de vómito en la chamarra nueva de mi prima, lo que sentía en ese momento era la preocupación de que alguno de mis compañeros de escuela hubiera estado presente ahí y me hubiera visto, porque pensaba que si así hubiera sido de inmediato al siguiente día correría a decírselos a todos, sin embargo no sucedió así, y después de ese penoso momento lo único que hicimos fue regresarnos a casa le pedí una disculpa a todos y al final cenamos, y descansamos.