Una movilidad al trabajo más segura, eficiente, saludable, equitativa y econòmica (sostenible)
Identificar, pues, el problema y asumirlo contribuye a avanzar en su solución. Reconocer e internalizar en la lógica económica actual los impactos derivados de una movilidad ineficiente e insegura es el primer paso para invertir tendencias.
5.2 - Las propuestas de actuación: sobre los sistemas de desplazamiento
La movilidad a pie
La necesidad de aplicar medidas para mejorar la accesibilidad a pie en los centros de actividad laboral se sustenta en el simple hecho que todas las personas ejercen de peatones en algún momento cuando se desplazan. Para distancias inferiores a 2 km, moverse a pie es el medio de transporte más eficiente, tras la bicicleta. La velocidad media de desplazamiento a pie es de aproximadamente un metro por segundo; esto quiere decir que se tarda en torno a unos 15 minutos para recorrer un kilómetro. En algunos casos, y en determinadas horas del día, ir a pie es, incluso, tan rápido como ir en coche, puesto que el aumento del número de automóviles y las congestiones reduce la velocidad media de los automóviles. Si bien ir a pie hasta polígonos industriales alejados de los núcleos urbanos no es viable, tanto por el tiempo que esto implica como por el riesgo para la seguridad del peatón, mejorando la red de transporte público colectivo y acercándola a las empresas, la movilidad a pie resulta una opción viable. Desde cada centro y polígono -y con el apoyo de la administración local responsable en el término municipal- debe apoyarse la movilidad a pie potenciando la accesibilidad desde el casco urbano, las estaciones de ferrocarril y las paradas de autobús, y manteniendo en buen estado o ampliando la red de espacios dedicados a los peatones. uno de los aspectos importantes a considerar es la mejora de los pasos de peatones y de la señalización horizontal y vertical, como apuntan habitualmente las encuestas que se realizan a los trabajadores/as. Es fundamental que los pasos estén situados en lugares estratégicos para garantizar el acceso en su punto de entrada a las empresas, recorriendo la menor distancia posible, delante de las paradas de bus, en todas las intersecciones del itinerario que proceda desde las estaciones, y en las intersecciones que soporten mayor volumen de tráfico. ahora bien, además de poder cruzar la calzada con seguridad, el peatón debe poder caminar por un lugar seguro por donde, a menudo, no esté obligado a bajar de la acera para superar un obstáculo. Las aceras de los polígonos industriales no deben ser interpretadas, por tanto, como un espacio para el estacionamiento. La falta de presencia de control policial ha convertido algunos polígonos en zonas que se autoregulan a partir de normas propias donde los vehículos a motor -tanto de personas como de mercancías- dominan el espacio público.
La bicicleta
Muchos polígonos se encuentran ubicados en las afueras de los núcleos urbanos, a una distancia demasiado grande para recorrerla a pie en un tiempo prudencial, pero ideal para desplazarse en bicicleta. La bicicleta es un medio de transporte más rápido que el automóvil por ciudad, si se calcula el tiempo puerta a puerta.
Es necesario apoyar la movilidad a pie potenciando la accesibilidad desde el casco urbano, las estaciones de ferrocarril y las paradas de autobús, y manteniendo en buen estado o ampliando la red de espacios dedicados a los peatones.
5. LOS ÁMBITOS ESTRATÉGICOS
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