Boletin rseapt 2010

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Instituciones privadas que apoyan a la Real Sociedad Econ贸mica


BOLETÍN DE LA

REAL SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAÍS DE TENERIFE

2010 Con la memoria de 2009

Edición a cargo de:

Dr. Julio Antonio Yanes Mesa

San Cristóbal de La Laguna, 2010


ESCUDO Y LEMA DE LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAÍS DE TENERIFE* «En la empresa que se ha elegido se propone por cuerpo el Teide al natural, con alguna vista de mar y de campos; su mote: NAUTIS ET INCOLIS, atendiendo a las propiedades de este famoso Monte, que por su elevación, por fijar en él algunas naciones el primer meridiano, por sus fuegos subterráneos y exhalaciones, por su azufre y por su nieve (a que debemos los manantiales) es útil a los navegantes y a los habitadores, al Comercio y a la Agricultura, al Arte y a la Naturaleza, a la Tierra y al Mar. La figura es única natural y hermosa; no es mero capricho, ni fundado el concepto en propiedades apócrifas; pues los que dan motivo al pensamiento que resulta del cuerpo y del mote demuestran todos los designios que la Sociedad se propone, y esto por medio de un figura grande por forma y corpulencia como es el Teide, blasón bien conocido de esta Isla. Su mote que es breve y sonoro une maravillosamente el cuerpo con el alma, señalando precisamente aquellas propiedades, por las que se hace comparación proporcional del Pico de Tenerife con la Sociedad de sus Amigos.» * Extracto del discurso pronunciado el 10 de mayo de 1777, por el Secretario de la Corporación don Antonio Joseph Eduardo, en la sesión de la Asamblea General en que fue elegida la divisa o empresa de la Real Sociedad Económica tinerfeña, entre las setenta y tres presentadas en el concurso convocado al efecto.

© De la edición: R.S.E.A.P.T. © De los textos: los autores Al cuidado de la edición

Julio Antonio Yanes Mesa

Ángel Andrés Cabaleiro Cruz Artquetypo

Producciones Gráficas S.L.

Diseño y maquetación

Imprime

ISSN: 1887-0783 Depósito legal:


CONSEJO EDITORIAL Coordinador:

Dr. Julio Antonio Yanes Mesa Profesor Titular de Periodismo de la ULL Vocales:

Dr. Andrés Sánchez Robayna Catedrático de Literatura Española de la ULL Dr. Manuel De Paz Sánchez Catedrático de Historia de América de la ULL D. Antonio Lazcano Acedo Consejero del Consejo Consultivo de Canarias Dr. José María Fernández-Palacios Martínez Profesor Titular de Ecología de la ULL Dr. Moisés R. Simancas Cruz Profesor Titular de Geografía Humana de la ULL D. Iván González Barrios Abogado


Despacho del Director de la RSEAPT


NAUTIS ET INCOLIS Boletín-anuario de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, fundada en La Laguna en 1777 8 (4ª época) SUMARIO 2009

Palabras liminares: Nautis et Incolis 2010, por Andrés de Souza Iglesias

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CIENCIAS SOCIALES Y JURÍDICAS La relación del turismo y el transporte aéreo en Canarias, por Isidoro Sánchez García

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«Viaje a las Islas Canarias» de Federico Fliedner, el archipiélago visto a finales del siglo XIX por un pastor protestante, por José Manuel Díaz Yanes & Gabino Fernández Campos

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El mercado de los «covered bonds» en España: financiación en los mercados de capitales internacionales, por Eduardo de Souza Díaz-Pavón

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Macro y microhistoria del periodismo escrito: la aportación vivencial del ámbito de las Islas Canarias a la perspectiva mundial, por Julio Antonio Yanes Mesa

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ARTE Y HUMANIDADES El perdón real en Castilla como método de socialización de conflictos a fines de la Edad Media, por Roberto González Zalacain

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Gestión y propiedad del agua. Matices diferenciales entre las islas de señorío y de realengo, por Miguel Ángel Gómez Gómez

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La familia de Torres-Perdomo y el llamado Mayorazgo de Tacoronte, por Antonio Luque Hernández

...123

Una primera antología de Patricio Perera y Álvarez (I), por Manuel de Paz Sánchez & Carlota Alfonso Da Costa

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CIENCIAS Y TECNOLOGÍA El barranco de Tajo (Arico), un interesante enclave natural de la comarca sureste de Tenerife, por Rubén Barone Tosco & Fabián Hernández Romero

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Análisis de los servicios prestados por los ecosistemas a las comunidades humanas. El caso del monteverde gomero y del pinar grancanario, por José María Fernández-Palacios & Giuseppe Nerilli

...237

El interés científico de los caracoles terrestres. El caso de las Islas Canarias, por Yurena Yanes López

...251

Charles Mantoux (1877-1947), eminente tisiólogo y enfermo tísico, por Javier Mazana Casanova

...267

Viajando por la Tierra para medir la distancia al Sol, por Melchor Núñez Pérez

...291

VARIOS Seis sonetos, por Fernando Garciarramos

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RECENSIONES VV. AA: Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad, Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, 2009.

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Vilar García, María José: Una descripción inédita de Marruecos a mediados del siglo XIX, Universidad de Murcia, 2009, 168 pp.

...321

ANEXOS Intervención del presidente del Cabildo de Tenerife, D. Ricardo Melchor Navarro, en el acto de la concesión de las Cepas de Honor del CIT de Icod de los Vinos a esta Real Sociedad Económica con motivo del 232 aniversario de su fundación

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Memoria de 2009

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Ecos de la prensa local

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Código de autores

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Palabras liminares NAUTIS ET INCOLIS 2010

Este nuevo número del boletín Nautis et Incolis se publica en momentos singularmente difíciles para instituciones como esta Real Sociedad Económica que, sin la repercusión popular de otro tipo de actividades culturales, se desenvuelve en el campo de la formación, la difusión de valores culturales, la investigación y la conservación del patrimonio, en el presente caso documental y bibliográfico, de un valor singular, constantemente incrementado a lo largo de sus 233 años de historia. Ciertamente, no cabe afirmar que las escasas entidades de esta naturaleza existentes en el archipiélago hayan contado con la que debiera ser especial protección en los tiempos precedentes de bonanza económica, salvo sensibilidades puntuales como las que hicieron posible la rehabilitación y su acondicionamiento para dar respuesta a las demandas actuales de la magnífica sede de esta Institución, en el inmueble número 23 de la calle San Agustín de La Laguna. Los problemas derivados de esos escasos apoyos institucionales y privados para conseguir una gestión eficaz en la actividad diaria de la Corporación, obligan a un constante deambular de los responsables de la misma en demanda de subvenciones públicas o mecenazgos con un inevitable desgaste personal. La consecuencia es que las labores de registro y catalogación de los ricos fondos que se reciben, precisamente, en base a la confianza que merece la Real Sociedad Económica, se realizan a un ritmo poco satisfactorio, creando lógicas dificultades a los estudiosos e investigadores. Paralelamente, esta situación impide la adecuada difusión y puesta en general conocimiento de la riqueza documental y patrimonial que se posee. Lo indicado debemos reconocer que no es óbice para que se haya realizado una importante actividad a lo largo del pasado año, precisamente, por la generosa vocación de servicio a nuestra tierra mostrada por aquellos miembros de la Institución que se han implicado en la misma. De este

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modo, pudo llevarse a término el Seminario El impacto de la crisis en la economía canaria – Claves para el futuro que, en la mejor tradición de esta Institución, ha tratado de ofrecer un análisis objetivo y totalmente libre de los principales sectores de la economía canaria, planteado con una clara visión de búsqueda de las fortalezas de cara a un futuro mejor, partiendo de las propias debilidades que nos sitúan en el momento actual. Las conclusiones de este seminario, plasmadas en las 660 páginas que componen el primer volumen publicado, se han mostrado de notable utilidad a la vista de la gran demanda que ha tenido la edición, superando ampliamente las expectativas iniciales. En esta misma línea, debemos situar trabajos como la monografía sobre la vinculación del pintor surrealista Óscar Domínguez a su ciudad natal, La Laguna, editado merced al apoyo de la Viceconsejería de Cultura, o la continuación del seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad, durante el cual, 87 investigadores y estudiosos han podido exponer los resultados de sus trabajos. El boletín-anuario Nautis et Incolis 2010 que ahora se ofrece, debemos situarlo en el mandato de los Estatutos aprobados por Don Carlos III, por Real Carta de 24 de octubre de 1778 en la que encarga “a la Real Audiencia de las Islas de Canarias, Comandante General, Cabildo Eclesiástico y Reverendo Obispo de ellas, protejan en cuanto alcancen sus facultades este útil establecimiento”. El Título X de los mismos dispone que “anualmente se publicarán las cosas más importantes en que se ocupare la Sociedad y formará una obra periódica” que deberá contener los apartados necesarios para difundir aquellos estudios que, con la mayor libertad, puedan exponer los que hayan presentado sus comunicaciones. De este modo, además de la preceptiva Memoria de la actividad de la Corporación a lo largo de 2009, cuya elaboración estuvo a cargo del secretario general Dr. José Manuel Díaz Yanes, auxiliado por la vicesecretaria Dª Lourdes Ruiz-Benítez de Lugo, las comunicaciones se han estructurado en tres grandes ramas del conocimiento: Ciencias Sociales y Jurídicas, Arte y Humanidades y Ciencia y Tecnología, complementándose con un apartado de Varios, otro de Recensiones y los Anexos.


Para facilitar la localización de las comunicaciones, se incluye un código vinculado al sumario general de los trabajos publicados en el presente y en años anteriores, así como un índice de autores. Por primera vez se utilizará para una mayor difusión la página web de la Institución. No cabe obviar la mención de gratitud al coordinador del Consejo Editorial, Dr. Julio A. Yanes Mesa, a cuyo cargo ha estado el cuidado de la edición, y al resto de los miembros de este Consejo, como también a Dª Blanca Rosa Quintero Coello, Directora General del Libro, Archivos y Bibliotecas del Gobierno de Canarias, que ha posibilitado esta publicación. Es voluntad de esta Real Sociedad Económica contribuir en la medida de sus posibilidades a trasladar a los poderes públicos la necesidad de que la educación, indisolublemente unida a la cultura, son los únicos medios para establecer unas bases sólidas para que este archipiélago pueda salir del aparente desánimo en que se encuentra sumido. En este sentido, cabe mencionar el valiente artículo de José Ignacio Torreblanca, publicado el 24 de mayo del 2010 en El País, que bajo el título “Hardware y software” señala que “los países son como los ordenadores: necesitan tanto unas buenas infraestructuras (el hardware) como personas capacitadas para obtener el máximo rendimiento de ellas (el software)” para terminar afirmando que “si España quiere tener algún futuro, debería revisar aún más profundamente sus prioridades de gasto y sus actitudes hacia la educación. De lo contrario, seguirá siendo ese país que un ex ministro de Exteriores alemán describió irónicamente como un precioso país lleno de autopistas vacías”. Es esencial hacer comprender a los responsables de la cosa pública canaria que solo éste es el camino para el progreso y bienestar de los habitantes de las islas, en ello la Real Sociedad Económica pone su modesto empeño entendiendo que es un primordial objetivo del trabajo que con ilusión viene desarrollando y que hoy se muestra en el presente boletín-anuario como un exponente de lo que es posible realizar desde el voluntariado social en el campo de la cultura. Andrés de Souza Iglesias LVI Director RSEAPT

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Ciencias Sociales y JurĂ­dicas


Isidoro Sánchez García (La Orotava-Tenerife, 1942), Ingeniero de Montes, director de los parques nacionales del Teide (1974-80) y Garajonay (1982-87), ha sido concejal de los ayuntamientos de La Orotava (1979-87) y Puerto de la Cruz (1995-99), consejero del Cabildo de Tenerife (1983-87), diputado autonómico de Canarias (1987-92), senador por la Comunidad Autónoma de Canarias (1987-89 y 1991-92), viceconsejero de Relaciones Institucionales del Gobierno de Canarias (1993-94) y diputado del Parlamento Europeo (199293, 1994-96 y 1999-2003). También ha sido vicepresidente de la Asociación Cultural Humboldt (ACH) y de la sociedad para la promoción cultural de Canarias en Europa. Su trayectoria se ha hecho merecedora de estas distinciones: Premio de Ecología del Ayuntamiento de San Sebastián de La Gomera (1977), Comendador de la Orden del Mérito Agrícola (1978), Premio Nacional de Periodismo Forestal en España (1982), Orden de Francisco de Miranda 1ª clase, Venezuela (1995), Medalla de Plata del CIT del Puerto de la Cruz (2003) e Importante del Turismo de La Orotava (2009).


LA RELACIÓN DEL TURISMO Y EL TRANSPORTE AÉREO EN CANARIAS Isidoro Sánchez García Exdiputado por Coalición Canaria en el Parlamento Europeo Exvicepresidente de Islas Airways SA


Resumen: El anuncio oficial de un nuevo modelo de gestión del sistema aeroportuario español, ha servido para que el autor reflexione acerca de la importancia del transporte aéreo en Canarias y su íntima relación con el Turismo. Dos sectores estratégicos de la economía canaria. Por ello, no le extraña la reivindicación del Gobierno de Canarias en materia de bonificación de las tasas aéreas para las compañías que conectan el archipiélago con el exterior, y en la participación institucional de la Comunidad Autónoma en el nuevo Comité Aeroportuario que se anuncia. Un ejercicio de cogestión en una región ultraperiférica de la UE como Canarias que, además de conformar un sistema único aéreo, debe ser objeto de un tratamiento diferenciado, por la lejanía y la insularidad, en la aplicación de las políticas del transporte aéreo. Palabras clave: Turismo, economía, transporte aéreo, Islas Canarias, Unión Europea.

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1.01.029.10

La relación del turismo y el transporte aéreo en Canarias

En la primavera de 2006 me dediqué a preparar una valoración del transporte aéreo en Canarias. Mi presencia en el sector a través de mi participación familiar en la recién constituida empresa regional canaria Islas Airways SA, promovida por un amigo empresario canario-venezolano, me estimuló para profundizar en el mundo de los aeropuertos y de la navegación aérea. De hecho, asistía a muchas jornadas y seminarios en Canarias y en Madrid, donde se trataban asuntos del sector y en los que sobresalían los referentes a la liberalización de los servicios por mor de las nuevas directivas comunitarias, entre las que destacaban las referentes a los handling y sus licencias. Entonces redacté una propuesta sobre Una política aeronáutica para Canarias. A pesar de mi marcha voluntaria de Islas Airways SA, donde obtuve éxitos -combinación de la ruptura del monopolio aéreo interinsular y la obtención de licencias de handling- y frustraciones con los despidos profesionales, siguió interesándome, más que nunca, y por razones varias, el asunto de los aeropuertos y la navegación aérea. Sobre todo en lo referente a Canarias, por cuanto el transporte aéreo es una de las claves para mejorar la cohesión del archipiélago canario y la competitividad del mismo en el nuevo orden internacional en el que vivimos. De hecho, el transporte es uno de los sectores estratégicos de la economía de Canarias y, por tanto, la competencia de los aeropuertos y la navegación aérea tiene que estar en manos del Gobierno Autónomo de Canarias. Al menos, cogestionada con la Administración Central del Estado. Y en esa apuesta me permito revisar lo que escribí hace cuatro años sobre la política aeronáutica para Canarias. De ahí, los comentarios que, en forma de addenda, he incorporado a mi artículo inicial. Ahora subrayo, más que nunca, la íntima relación de la industria turística canaria con el transporte aéreo. Es decir, una de las claves estratégicas para el desarrollo regional canario. Es público y notorio que los millones de turistas que llegan anualmente a las Islas Canarias lo hacen por avión. Principalmente, a través de los aeropuertos de Gran Canaria, Tenerife-Sur, Lanzarote, Fuerteventura y Tenerife-Norte; en menor cuantía, el de La Palma. De ahí, la importancia y el interés político en participar en la gestión de los aeropuertos y de la navegación aérea. De hecho, el anuncio oficial del ministro español de Fomento, José Blanco, ha acelerado el

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Isidoro Sánchez García

asunto. No sólo por el conflicto planteado con el colectivo de controladores aéreos a la hora de renovar el convenio colectivo, sino también por el anuncio de un nuevo modelo de gestión del sistema aeroportuario español en el que debe contemplarse de manera clara e inequívoca la impronta y el carácter archipielágico de Canarias, donde las comunicaciones interinsulares deben contribuir a la cohesión de nuestra comunidad. Hasta el punto de que Canarias conforma una región aeroportuaria muy especial, del máximo nivel europeo, donde se ubican ocho aeropuertos, de los cuales seis son de tráfico internacional, y donde operan decenas de compañías aéreas, con enlaces a destinos europeos, africanos y americanos, además de las comunicaciones interinsulares. Por ello, no debe extrañar la reivindicación permanente del presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, para que se rebajen las tasas aeroportuarias a la compañías aéreas que tienen como destino Canarias, en estos momentos de crisis económica. Tampoco, el deseo de participar en la gestión de los aeropuertos de las islas, sin descuidar los impactos del transporte aéreo en el cambio climático. Para antes del verano, el Gobierno Central aprobará un real decreto por el que se aprobará la creación de un comité aeroportuario en cada unidad autónoma. El año 2010 comenzó muy animado políticamente al coincidir la presencia de Rodríguez Zapatero en la presidencia semestral de la Unión Europea (UE) con una intervención del Ministro de Fomento, José Blanco, en el Congreso de los Diputados. Éste anunciaba la voluntad del Gobierno español de implantar un nuevo modelo de gestión aeroportuaria a lo largo de la legislatura, cuya filosofía quería basar en el principio de eficiencia en la gestión al objeto de situar al sector en las mejores condiciones de competitividad en el Cielo Único de la UE y, además, contribuir al desarrollo sostenible del país. Con tal motivo, el ministro detalló los asuntos a tratar y el calendario de actuaciones, cuestión que lo expertos en la materia ya se han encargado de analizar, las cuales se resumen en: 1º. Seguridad Aérea. Mediante un proyecto de Ley que establecerá el Programa Estatal de Seguridad Operativa y, posteriormente, un real decreto que modifique la Comisión de investigación de accidentes e incidentes en materia de Aviación Civil. 2º. Navegación Aérea. De manera urgente, regulando las obligaciones del proveedor de los servicios de navegación aérea (AENA) de garantizar la continuidad del servicio y la adecuada organización del trabajo para incrementar la productividad. También, definiendo las condiciones generales del servicio de navegación aérea liberalizado, una vez aprobado el real decreto sobre Licencia de controladores, de acuerdo con la Directiva Comunitaria.

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La relación del turismo y el transporte aéreo en Canarias

3º. Modernización el Sistema aeroportuario. Se llevará a cabo mediante un proyecto de Ley que contendría: a) La separación de AENA navegación de la gestión aeroportuaria, así como la creación de la empresa estatal Aena Aeropuertos SA; b) La definición de bienes de dominio público y patrimoniales y, en consecuencia, las diversas fuentes financieras del sistema, tasas, prestaciones patrimoniales de carácter público y precios privados; c) Las relaciones económico-financieras entre la sociedad matriz y las filiales; d) Los aspectos que garanticen la continuidad de las relaciones laborales; y e) La configuración de los consejos de administración de las sociedades y los mecanismos de toma de decisión y mayorías cualificadas. 4º. Participación de las Comunidades Autónomas. Mediante real decreto se crearán los comités aeroportuarios, de naturaleza paritaria Estado/Comunidad Autónoma, para propiciar una cooperación reforzada interinstitucional. 5º. Constitución de la empresa estatal Aena Aeropuertos S.A. Se llevaría a cabo después de la aprobación de la ley de modernización del sistema aeroportuario, y se iniciaría el proceso de separación de Aeropuertos y Navegación Aérea. 6º. Participación del sector privado. Una vez constituida Aena Aeropuertos S.A. se abriría al capital privado y se procedería a la constitución de sociedades filiales para la gestión individualizada de los aeropuertos. A este planteamiento político del ministro no le han faltado respuestas políticas y sociales de algunas Comunidades y de ciertos colectivos laborales. Por otra parte, en la FITUR celebrada recientemente en Madrid, los responsables del turismo canario se encargaron de dar a conocer, una vez más, la íntima relación que existe en la actualidad entre el Turismo y la Aviación, y resaltaron la estrategia de garantizar la conectividad y la accesibilidad aérea a Canarias. De ahí, los acuerdos de los diversos cabildos insulares con las diferentes compañías aéreas para aumentar las frecuencias y abrir nuevas rutas. Porque ya se terminaron aquellos cruceros turísticos que desde el norte de Europa se acercaban a los archipiélagos macaronésicos de Madeira y Canarias, y que tanto le entusiasmaron a Julio Verne, tal como lo reflejó en su famoso trabajo literario titulado Agencia Thompson y cia.; así como los barcos fruteros de la naviera británica Yeoward que trajeron los primeros turistas en la segunda mitad del siglo XIX, una vez que Richard Yeoward apostase claramente por bajar hacia el sur, hacia Canarias, atraído por las excelencias y bondades del clima. Ahora son fundamentalmente los aviones quienes sirven como instrumentos vehiculares para transportar de manera masiva a los turistas que quieren acercarse a nuestras islas, para disfrutar sobre todo del clima y de la naturaleza subtropical de Canarias, así como de su hospitalidad. En línea con la actual campaña oficial de la consejería autonómica de Turismo denominada No winter blues, en la que intenta convencer a los europeos para que no pasen inviernos tristes. Como lo hiciera hace más de doscientos años un ilustre viajero, el naturalista

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Isidoro Sánchez García

alemán Alejandro de Humboldt, al recomendar Canarias a sus amigos y paisanos como islas para remediar el spleen, es decir la melancolía. Concretamente, le escribió a su hermano Guillermo al partir de las islas en junio de 1799: “Me voy con lágrimas en los ojos, me gustaría quedarme a vivir aquí.” En definitiva queremos dejar claro que la Comunidad Autónoma de Canarias debería participar de manera significativa en este proceso de modernización del sistema aeroportuario español, tanto por su cantidad (8 aeropuertos) como por la calidad de los servicios a prestar, en un sistema único, a los millones de pasajeros que cada año nos visitan usando los aviones. No debemos olvidar, por una parte, que turismo y transporte aéreo están íntimamente imbricados e implicados en la economía del archipiélago y, por otra, algunas de las razones que definen a Canarias como región ultraperiférica de la Unión Europea: la lejanía, la insularidad y la dependencia del exterior, y ello exige un tratamiento diferenciado y modulado en las políticas a seguir tanto por parte del Estado como de la UE. Por el interés que esta posible cogestión del mundo aeronáutico supone en la sociedad de Canarias, ya es público el convenio de colaboración formalizado por el consorcio del Parque Aeronáutico y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) para que esta institución académica cree un curso de posgrado en gestión aeronáutica. Concluyo reiterando, una vez más, la interrelación existente entre el turismo y el transporte aéreo en Canarias, así como de ambos con el desarrollo regional.

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José Manuel Díaz Yanes, nacido en Santa Cruz de Tenerife, es licenciado en Teología por la Universidad Bíblica Latinoamericana de Costa Rica y por el Seminario Bíblico Bautista de España, máster en Teología Espiritual por la Facultad Teológica Teresianum de Roma, diplomado en Ciencias Bíblicas por la Casa de la Biblia de Madrid, tiene estudios de teología en la Facultad de Teología del Norte de España con sede de Burgos y es doctor en Filosofía por la Universidad Teológica de América y doctor en Sagrada Teología por St. Alcuin House College-University. Actualmente es Secretario General y Miembro de Mérito de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife. Gabino Fernández Campos (Villanueva de los Infantes, Ciudad Real, 1944), es bachiller en Ciencias Bíblicas y licenciado en Teología en la especialidad de Historia de la Iglesia, escritor, periodista, profesor en varios centros superiores de enseñanza religiosa evangélica, antólogo, pastor evangélico ordenado en 1969, articulista en medios de comunicación de España y América. Lleva 45 años publicando sobre los protestantes españoles. En su ministerio cristiano ha trabajado en el pastorado de varias iglesias evangélicas, en Sociedad Bíblica, en Campus Crusade for Christ International (Ágape), etc. Fundador y director del Centro de Estudios de la Reforma. Ha viajado por toda España dando conferencias y ha sido comisario de exposiciones bibliográficas sobre la Biblia, el Quijote, la Inquisición, la Reforma y la Contrarreforma. Cuenta con una extensa obra publicada en revistas (publicaciones religiosas y seculares), libros (como autor único y en colaboración con otros) y medios de comunicación. Es miembro correspondiente de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife.


«VIAJE A LAS ISLAS CANARIAS» DE FEDERICO FLIEDNER, EL ARCHIPIÉLAGO VISTO A FINALES DEL SIGLO XIX POR UN PASTOR PROTESTANTE José Manuel Díaz Yanes Doctor en Filosofía por la Universidad Teológica de América y en Sagrada Teología por St. Alcuin House College-University Gabino Fernández Campos Licenciado en Teología en la especialidad de Historia de la Iglesia


Resumen Por su importancia histórica, en el presente Boletín rescatamos el viaje del pastor protestante Dr. Federico Fliedner a las Islas Canarias en 1886 dentro del periplo que por entonces efectuó por el África occidental, merced al testimonio que nos legó en su obra publicada en alemán bajo el título Aus meinem Leben. Previamente, antes de la reproducción con anotaciones del texto, ofrecemos una reseña biográfica de su autor. Palabras clave: Federico Fliedner, Iglesia Evangélica, turismo terapéutico, Islas Canarias.

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1.02.021.10

«Viaje a las Islas Canarias» de Federico Fliedner (1845-1901), la visión del archipiélago por un pastor protestante a finales del siglo XIX

Breve biografía de Federico Fliedner (1845-1901)1 Federico Fliedner fue un pastor protestante alemán que vino a España en 1870 para colaborar con las Iglesias Evangélicas surgidas de la Segunda Reforma Española. Desde Madrid, extendió su mensaje por todo el territorio español mediante los programas de ayuda diacónica, la promoción cultural y la educación, con el fin de ayudar a los protestantes de España y elevar su nivel cultural y social, ya que la mayoría pertenecía a las clases sociales bajas o medias. Nació el año 1845 en Kaiserswerth (Alemania) y era hijo del pastor Teodoro Fliedner y de Carolina Bertheau, de familia hugonote. Federico Fliedner vivió desde pequeño el ambiente de diaconía, pues su padre fue el renovador de este ministerio entre las mujeres. Hizo sus estudios teológicos en Halle (1864-1866) y Tubinga (1867). Y tras pasar por la Guerra de Prusia con Austria, donde cuidó de los enfermos atacados por el cólera, y un viaje a Italia, donde conoció de cerca a los valdenses, al promulgarse por primera vez en nuestro país la libertad religiosa, Fliedner vino a España en marzo de 1869 para conocer las modestas y fervientes congregaciones evangélicas. Tenía entonces 24 años. Un año más tarde, y después de haber sido ordenado pastor, fue enviado a España por la Iglesia Evangélica de Alemania para prestar sus servicios como «obrero fraternal», transmitiendo así la ayuda alemana in situ. Se estableció en Madrid el 9 de noviembre de 1870. Dios le dio facilidad para aprender la lengua española, para hacer aquí el bachillerato y estudiar medicina en la Universidad Central. Su tesis doctoral, dedicada a La Higiene escolar y los ejercicios corporales, mereció la calificación de «Admirable» en la evaluación que hizo el premio novel don Santiago Ramón y Cajal. Al mismo tiempo, comenzó su ayuda a las iglesias, empezando en la de Jesús, en la calle Calatrava de Madrid, pastoreada entonces por don Francisco de Paula Ruet. Pudo dedicarse también a pequeños grupos evangélicos en provincias y fundar una escuela en cada iglesia, para elevar así el nivel de los miembros y sus niños. 1 Los datos que se exponen han sido extraídos de la obra de Ana Rodríguez Domingo (ed.): Memorias de la familia Fliedner: más de 100 años al servicio del protestantismo en España, Gayata, Barcelona, 1997.

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José Manuel Díaz Yanes & Gabino Fernández Campos

En su hogar de familia numerosa tuvo en su esposa escocesa, doña Juana Brown, una colaboradora con la misma dedicación, y allí recogieron ambos a los más aventajados alumnos, preparándolos para el bachillerato. Cuando el primero de éstos aprobó sus exámenes con brillantez, Fliedner pensó en crear un centro de Segunda Enseñanza y empezó a reunir donativos a tal fin. Esto fue una tarea larga y, a veces, muy penosa, pero que con la misericordia de Dios culminó en la construcción del Colegio El Porvenir en Madrid, que pudo ser inaugurado el 31 de octubre de 1897, día de la Reforma, y que actualmente continúa abierto. Demostró una actividad incesante, en la que cabría destacar su trabajo social, su vocación literaria y poética, de las que dan prueba la hoy llamada Librería Calatrava y una larga bibliografía, numerosos himnos, etc. Tras esta vida tan activa, sus fuerzas se fueron agotando. En uno de sus viajes enfermó de tifus y, a los 56 años de edad, falleció el 25 de abril de 1901. Sus restos mortales reposan en el cementerio civil de Madrid.

Su Viaje a las Islas Canarias fue publicado en alemán en el libro Aus meinem Leben (tomo II, páginas 388 a 428), que ahora se publica en este Boletín. Se le han añadido a pie de página algunas anotaciones aclaratorias.

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José Manuel Díaz Yanes & Gabino Fernández Campos

«Viaje a las Islas Canarias»,2 por Federico Fliedner En el año de 1886 nos dirigíamos por el Océano Atlántico –de un verde maravilloso– a las Hespérides,3 pues parece no haber duda que las Islas Canarias fuese ese país maravilloso y edénico de los antiguos. A pesar de que el viaje marítimo era favorable –el cielo estaba despejado y el mar como un espejo– deseábamos que terminara, o por lo menos que llegáramos pronto a nuestro destino. Entonces surgió a la derecha del vapor, bien perfilada en el rosado cielo vespertino, una isla cubierta de montañas y arbolado. — « ¿Cuál de las Islas Canarias es ésta?», pregunté al capitán (pues como sabrán o deberían saber los amigos lectores, hay siete islas). — « ¿Está usted seguro de que es una isla?», me respondió éste. — «Claro que sí –respondí– pues por el telescopio puedo ver los contornos de la isla bien delimitados en el horizonte iluminado, donde el sol acaba de sumergirse en el mar». — «Y sin embargo, no lo es; o mejor dicho, es la isla imaginada, la Atlántida,4 que se muestra a menudo en el Océano Atlántico en estas latitudes al ponerse el sol y que a veces incluso engaña la vista del experto marino por algún tiempo». Pero a mí me parecía un cuento el relato del capitán, y quise fiarme de mis propios ojos, ayudados por el telescopio, más que del comentario del competente marino; y sin apartar la vista me fijé en la isla, en sus montañas y barrancos; y pasó mucho tiempo, un cuarto de hora o más, antes de que estas imágenes nubosas, firmes y cerradas que parecían flotar en el agua, convertidas en islas, se desvanecieran lentamente. El capitán tenía razón y yo había visto la fabulosa isla Atlántida. Se cuenta que una vez Colón, en su viaje a América, había probado vanamente inspirar valor a sus marineros; hartos de tanto navegar, ellos querían regresar a España a toda costa, y cuando su almirante se opuso a tal proceder, estalló un motín. Entonces uno de los marineros exclamó desde lo alto del 2 El texto ha sido tomado de la obra de Fritz Fliedner: Aus meinem Leben, Erinnerungen und Erfahrungen, Zweiter Band, Verlag Martin Warneck, 4ª Auflage, Berlin, 1903, pp. 388-428. 3 Según la mitología griega, ninfas del poniente que custodiaban un jardín cuyos árboles daban las manzanas de oro que permitieron a Heracles alcanzar la inmortalidad; según la geografía antigua, islas de poniente, que marcaban el límite occidental del mundo, identificadas con Cabo Verde o las Canarias. 4 Aquí, el Dr. Fliedner hace mención a la llamada Isla de San Borondón.

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«Viaje a las Islas Canarias» de Federico Fliedner (1845-1901), la visión del archipiélago por un pastor protestante a finales del siglo XIX

palo: — «¡Tierra, tierra!»; y estas palabras volvieron a los amotinados rebeldes a la obediencia, y con esperanzas halagüeñas navegaron, ya entrada la noche, hacia el codiciado destino. Bien es verdad que sólo había sido la isla Atlántida la que descubrió el celoso vigía; pero, sin embargo, la promesa del nuevo Continente se ocultaba detrás de este fenómeno: despertó de nuevo la esperanza, y a la mañana siguiente se confirmó la cercanía de la tierra anhelada con la llegada de aves terrestres y ramas de árboles flotantes. *** De paso, aún les debo a los amigos lectores la contestación a las preguntas: «¿Y por qué fuiste a las Islas Canarias? ¿Has emprendido un viaje de recreo por sobrarte tiempo y dinero? ¿Te atraían las manzanas doradas5 de las Hespérides? ¿O acaso estabas tísico para ir en busca de ese clima maravilloso?» Gracias a Dios, no estoy tuberculoso; y tiempo y dinero escasean tanto, que ruego al que no me pueda prestar lo primero, quiera regalarme lo segundo. Pero ha de saberse que las Islas Canarias pertenecen a España, nuestro campo de trabajo,6 aunque hasta ahora no había viajado por ellas. Son una provincia española,7 la más alejada, que siempre se ha destacado ventajosamente por su sentir liberal y que hace muchísimo tiempo hubiera tenido que visitar. Hay oportunidad para trabajar allí, pero nos faltan los obreros8 como en otras ocasiones; sólo mediante nuestros libros y escritos9 podemos preparar el terreno lentamente; pero incluso en ese caso, es preciso conocer a las personas y sus costumbres allí mismo.

5 El Jardín de las Hespérides era el huerto de la diosa Hera en occidente, donde crecían en un solo árbol o una arboleda manzanas doradas que otorgaban la inmortalidad. Hera ubicó en este jardín un dragón de cien cabezas que nunca dormía llamado Ladón, como medida de protección adicional. El undécimo trabajo de Hércules fue robar las manzanas de este jardín. 6 El Rev. Fliedner realizaba un ministerio misionero en España, una vez ordenado como pastor protestante en Düsseldorf (Alemania) el 17 de agosto de 1870. 7 En la fecha que el autor escribe, las Islas Canarias era una sola provincia, con capital en Santa Cruz de Tenerife. 8 Por «obreros» se entiende aquí «misioneros». 9 En 1873 fundó la Librería Nacional y Extranjera que produjo una grandísima y valiosa cantidad de obras literarias, libros de texto, y publicaciones periódicas como El Amigo de la Infancia y la Revista Cristiana. Otras muchas de sus obras literarias que le sobrevivieron son sus biografías de Lutero (1878), Teodoro Fliedner de Kaiserswerth (1883), Carolina Fliedner de Kaiserswerth (1883) y la propia, aparecida en alemán (Aus meinem Leben, Berlín, 1903). Varios de sus himnos, originales o traducidos, siguen figurando en el Cancionero de El Porvenir y en varios Himnarios de España y América. Especialmente sus versiones de Oid un son en alta esfera y ¡Oh, Santísimo! También sigue circulando su traducción del Nuevo Testamento, con las notas del francés Ed. Faivre.

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Residen allí muchos tuberculosos procedentes de todo el mundo,10 y en todas las Islas no hay ni un solo pastor evangélico. Entre los enfermos allí había un amigo muy querido de Suiza con toda su familia con el que me carteaba hacía mucho tiempo y a quien había prometido visitar cuando me fuera posible. Así que tuve que aprovechar la ocasión que se me presentó en febrero para llevar a cabo este viaje misionero de solo tres semanas; y di gracias a Dios sinceramente cuando me vi tumbado en la cubierta del Antonio López, un vapor grande de las Antillas, en el frescor vespertino, contando las estrellas y alabando a Dios de boca y corazón. En este vapor el Gobierno español enviaba a Cuba a centenares de soldados, la tumba de tantos miles. Y los soldados reían y jaleaban al ir quizás a perecer por la fiebre amarilla o por el vómito negro, esa pestilencia cubana. Menos mal que iba bien provisto de Tratados,11 que fueron bien recibidos por algunos. Allí presenciamos muchas escenas graciosas, especialmente a la hora de repartir el ron; o mejor dicho, a la hora del rancho; pues el vaivén del barco hizo caer a uno con la escudilla llena de sopa, acompañado de las carcajadas de sus compañeros, mientras que otro que intentaba llevar la cuchara a la boca dejó caer el contenido en el pañuelo que llevaba al cuello. Por regla general iban muy contentos y cantaban hasta muy tarde; pero yo estuve cantando más tiempo aún, hasta muy entrada la noche, respirando el aire del mar y la tranquilidad soberana. Me pasaba el día leyendo Vida de Fe y Mundo cotidiano de Funeke o Cuadros ingleses bajo luz alemana, que me regalaron por Navidad, y otros libros que me llevé para que me hicieran compañía durante el viaje. Habrán muy pocos que tengan una idea de lo bien que le sabe a una esponja exprimida poderse empapar de nuevo y bien. Entonces se regresa al hogar no cansado de peregrinar, sino más vivo, más alegre, más paciente y más seguro del triunfo: ¡Cuán hermoso es saber que todos estamos peregrinando al país del sol vencedor! Hay que reconocer que el viaje en tercera clase proporciona más ocasión para entrar en contacto con las personas; ciertamente que el lema de los discípulos de Cristo ha de seguir siendo: «A los pobres les es anunciado el Evangelio».12 Pero algunas veces les tengo también lástima a los pobres ricos; y me dio 10 Los países de clima frío de Europa padecían en el siglo XIX, no sólo de tuberculosis, sino también de otras enfermedades de las vías respiratorias como la bronquitis y la neumonía, que ocasionaban auténticos estragos en la población. Fue el tisiólogo James Clark, un medico británico que vino a Tenerife y estudió el clima de La Orotava y Vilaflor dando a conocer sus experiencias en el libro The Sanative Influence of Climate (Londres, 1829), el primero en recomendar a sus pacientes una estancia Tenerife. 11 Folletos de tipo religioso. 12 Mateo 11:5.

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vergüenza el no haber podido ofrecer la biografía de mi padre, escrita en castellano, a un caballero español que viajaba en primera clase y con el cual había coincidido en el barco de vela que nos trasladó al vapor. No quise ser inoportuno, pero al ponerme a reflexionar, mi actitud me pareció algo cobarde; me pareció haber cometido una falta por omisión, que debía de reparar. ¿Me atrevería a pasar a la cubierta de primera clase para que me echasen? Pero apenas, libro en mano, me giré hacia el camarote del piloto en nuestra cubierta, cuando vi a mi caballero conversando con otro canario que también iba de viaje a Las Palmas. Dios en su fidelidad siempre va al encuentro de sus hijos vacilantes. ¡Si sólo quisiéramos recordar esto mejor! Así, pues, uno de ellos recibió la biografía de mi padre y el otro la de Livingstone que, por suerte, llevaba conmigo y ambos lo agradecieron para pasar el tiempo, y luego se intercambiaron los libros porque su contenido les fascinaba. A veces me parece que ningún cristiano debiera de viajar, en nuestro tiempo, sin ir provisto de buenos libros para prestar, regalar o venderlos. Podría proveerse de bolsillos adicionales y de ser un poco borrico de carga; realmente de hecho y derecho le va como anillo al dedo al cristianismo activo o, si se prefiere, al pasivo. A la izquierda de nuestra nave surgieron las islas de Lanzarote y Fuerteventura y, más tarde, también El Hierro; o –como aprendimos por su célebre grado de longitud– Ferro,13 la isla de hierro; y por la noche llegamos a la Gran Canaria, la cuarta isla de este grupo con su capital: Las Palmas. La noche anterior había habido una escena poco grata. Entre los soldados no había orden ni disciplina; los oficiales no se atrevían a acercarse a ellos, sino que se divertían aparte en el salón. De pronto, se armó una gresca, y a uno de los soldados más rebeldes, un catalán, le sujetaron por las piernas a una barra de hierro muy gruesa. Así tuvo que pasarse toda la noche; pero, a lo mejor, le fue de provecho. A la mañana siguiente aceptó, muy agradecido, una cajetilla de tabaco y algunos tratados. Cuando en estos grandes vapores se mira hacia abajo, hacia las cámaras de máquinas, en donde los pobres fogoneros –casi siempre con cara tiznada y torso desnudo— sudan la gota gorda; y luego se mira para el salón, de exagerado lujo, de primera clase, se le presentan a uno los contrastes de la vida con una claridad terrible. Esta meditación les valió a los pobres fogoneros unas 13 Los franceses establecieron el meridiano 0 en dicha isla en el año 1634. En 1724, se realizó desde ese país un viaje para establecer su situación exacta. En muchos mapas de los siglos XVI y XVII aparece como meridiano 0. El meridiano de El Hierro fue uno de los más usados hasta el cambio definitivo por el de la ciudad de Greenwich en 1885. Por eso, la isla de El Hierro también es conocida como la Isla del Meridiano.

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pesetas de propina, que de seguro les hicieron más gratos los tratados que recibieron al mismo tiempo. También nuestro camarero, que tenía cuatro hijos, aceptó con alegría para ellos nuestro Amigo de la Infancia. Por último descubrí a un agente de negocios, alemán, que naturalmente procedía de Ramscheid, la metrópolis industrial del Rhin, –cuyo nombre es más conocido en España que el de Berlín–, y que, como era de esperar, no ha dejado de lado las Islas Canarias. Gran Canaria El domingo por la mañana desembarcamos en el puerto de Las Palmas, que protegido por un promontorio pequeño está aproximadamente a una hora de la ciudad. Mi primera visita fue para el vicecónsul inglés, Sr. Miller, (el cónsul alemán es español), para interesarme por el Culto14 en inglés. Desde luego que se celebran Cultos evangélicos, a las doce; y los ingleses se alegraron cuando me ofrecí a predicarles; e incluso tuvo que salir el gran trasatlántico de las Antillas una hora más tarde, porque uno de los dirigentes del Culto era el agente del buque y no quiso perderse la hora de devoción. ¡Qué alegría tan grande!, pues por doquier que uno vaya basta con ir donde esté el cónsul inglés para saber dónde se celebran los Cultos; siendo casi seguro que de no haber un pastor, la Iglesia se encontrará en la misma casa del cónsul. Pero también nos alegra de saber que últimamente los cónsules –y cónsules generales– alemanes toman la delantera al fundar nuevas Congregaciones, no considerándolo como un mero deber sino más bien como un gran honor. Sólo que nosotros desgraciadamente carecemos del libro mediante el cual se facilite a los fieles el poder celebrar un Culto completo. Libro que sí poseen los ingleses en su hermoso Book of Commnon Prayer. Pero puede que algún día se logre, acaso con la colonización. Así, pues, esa misma tarde tuve que bautizar a cuatro niños. Luego fui a la casa del Sr. Miller, donde me encontré con una señora inglesa que tiempo atrás nos había escrito enviándonos la traducción de un himno de pasión, en muy hermoso inglés, y que le devolvimos traducido al español clásico. Esta señora, durante su estancia allí, había distribuido Nuevos Testamentos y Tratados. En la casa de huéspedes inglesa donde nos hospedamos había 14 Por Culto se entiende la liturgia que se realiza en las iglesias protestantes, el cual está centrado en la lectura de la Biblia y en el Sermón del pastor, además de cánticos de himnos por toda la congregación reunida.

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un señor inglés, tuberculoso, muy cerca de la muerte, a quien una familia que estaba hospedada allí también le atendía con todo cariño; también yo pude velarle una noche, la última que estuvo en la tierra, pues a la mañana siguiente expiró. Había un misionero que bien podría predicar el Evangelio a los españoles, que de saber inglés tendría el apoyo de la colonia extranjera. No falta nunca la ocasión para trabajar. ¡Quiera Dios darnos más fidelidad en la oración para que envíe más obreros a su viña!15 Ese fue también el ruego en nuestro Culto vespertino. También es hermoso que por doquiera que vamos encontramos a hermanos que preparan una casa para el ave viajera, ¡tus altares, Señor Sabaoth! Ahora quisiera hacer un recorrido con el amigo lector por los jardines de Las Hespérides. No faltan tampoco las manzanas de oro, pues en ninguna parte he visto naranjas tan abundantes y apetecibles. El clima se presta al cultivo de todos los frutos. En el día de hoy se fomenta la agricultura y la plantación del tabaco. Mi anfitrión era dueño de un gran secadero; es decir, un lugar para el secado de las hojas de tabaco plantadas y cultivadas por él. Primero unas máquinas a vapor las humedece para lograr una buena fermentación, y centenares de muchachas se encargan de seleccionarlas durante todo el día. Con este trabajo los moradores de Las Palmas reciben un gran beneficio, pues las jóvenes proceden de familias muy humildes que viven en el risco, o sea, en la montaña en cavernas subterráneas. Menos mal que por el clima tan benigno no tienen que temer al frío. Hace poco que el Sr. Miller comenzó con esta plantación: ha allanado el terreno, cultiva tabaco y plátanos, uvas y palmeras, y ha construido un estanque grande limitado por murallas de tierra. No necesita otras, pues hay una clase especial de tierra que al mezclarla con agua se hace resistente, dura e impermeable; así que al revestirse los grandísimos estanques con ese barro, queda asegurada la impermeabilidad. Uno de mis compañeros de viaje me llevó al Museo. Los canarios se distinguen por su cortesía y probidad. ¡Hay pocos crímenes! Pero los canarios carecen de energía. En el Museo insular hay restos muy interesantes de los antiguos guanches,16 que fueron aniquilados por los españoles; además hay figuras de peces maravillosos, que nos hacen comprender que la exclamación del salmista: «¡Cuán muchas son tus obras, oh Eterno!»,17 le traiga a la memoria los moradores pululantes, sin número, del mar. Pero sólo llegué a conocer las maravillas de la isla cuando dirigiéndome a la ciudad de Arucas me pasé ho15 El autor hace aquí una alusión a Mt. 9: 37-38; Luc 10:2. 16 Tradicionalmente se ha considerado que el origen del término guanche procede del modo en el que los nativos de la isla de Tenerife se referían a sí mismos. Luego, este vocablo se extendió a todas las islas para referirse a los aborígenes. 17 Salmo 92:5.

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ras enteras subiendo y bajando por montes y valles, pasando también por un túnel que taladraba la ladera de una montaña. Desde esa altura se divisa en el paisaje un mar pacífico y azul. Y desde el Este nos saluda majestuosamente el pico de Tenerife,18 asomándose entre las nubes; y poco después, Arucas, oculta entre palmeras, yace a nuestros pies. Lo más maravilloso que vi allí fue un jardín en el que se cría de todo. Por primera vez vi en ese lugar la palmera real. Su tronco no tiene aros salientes, ni escamas como las otras palmeras, no se ve ni una arruga; es lisa y brillante, y unos anillos hermosos, amarillos, nos indican los años. También la manera de elevarse la palmera real desde la tierra es muy característica; parece descansar libremente sobre ella como una porra redondeada en su parte inferior, prestándole un aspecto elegante. Además poseen las Islas Canarias una clase especial de palmera que únicamente se da allí, distinguiéndose por su follaje frondoso de un verde muy lozano. También vi allí el drago (dracaena draco), que es un árbol; y un sin fin de otras plantas singulares y maravillosas. Parecen haber crecido sólo para las Islas Canarias. Así que la flora allí es maravillosamente hermosa. También se dan allí los cafetos (cogí unas cuantas bayas verdes para enriquecer nuestro museo); magnolias grandes, el madroño –árbol– (mientras que esta planta sólo suele darse como arbusto), y otros muchísimos árboles, flores y arbustos cuyos nombres nunca antes había oído hablar de ellos. ¡Cuán abundante es este hermoso mundo de Dios! Si se quiere conocer a fondo la isla de Gran Canaria, es necesario penetrar en la vega, por un camino que conduce a otra parte muy distinta de la isla. Cuanto más subíamos, tanto más hermoso era el panorama. Las Palmas –con las muchas palmeras a las que debe su nombre– está a nuestros pies, a la izquierda de La Isleta –un promontorio unido a la isla tan solo por un istmo estrecho contra el que se rompían las blancas olas del mar azul y donde están construyendo el nuevo puerto, en lugar seguro–; detrás de nosotros las altas cumbres de los volcanes. Pasamos por Tafira –una ciudad provincial simpática, con caminos bien cuidados– montados en nuestros tres caballitos: Moro (que sin embargo era blanco y sólo debía su nombre a su madre que procedía de Morería), Alazán y Lucero, que corrían incansables y veloces cual si fueran aves. Es sorprendente de qué manera corren estos animales cuesta arriba. No necesitan detenerse en el camino para tomar aliento, sino que siempre van a trote ligero y cuesta arriba a galope. El señor Swanton, en cuya casa nos refugiamos huyendo de la lluvia y en donde celebramos también el cumpleaños de su hijita mayor, que cumplía trece años, nos dijo que eran muchos los que se sorprendían de la tenacidad 18 Éste es el conocido Pico de Teide, de 3.717 m. de altura sobre el nivel del mar.

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de los caballos. ¡Quién sabe si no será el aire tan magnífico el que ejerce un efecto fortificante en los pulmones de las caballerías! La lluvia cesó al poco rato, corrimos a la vega. Había allí toda suerte de árboles verdes y muchos plantíos, pues recogen una cosecha tres veces al año: primero se plantan judías como pienso, después patatas y por último maíz, cuya harina19 –como ocurre en Escocia con la harina de avena– es el alimento preferido de los aldeanos. En la llanura se ven muchas casas diseminadas y plantaciones; vacas pastando; casas de campo y huertos con arbolado; agua murmurante, en abundancia, a ambos lados del camino; almendros e higueras; un castaño de diez pies en contorno; palmeras sin número; flores de todo color, ¿qué más quiere, corazón? Pasando por Santa Brígida llegamos a San Mateo, donde termina la carretera y brota el agua a borbotones. Escalamos una montaña más y nos vimos ampliamente recompensados por esta molestia. Detrás de nosotros se elevaban las montañas aún más altas envueltas entre nubes, y ante nosotros se desplegaba un panorama magnífico: toda la isla se nos presentaba como un jardín de Dios rodeada por el azul océano. Pero no pudimos detenernos mucho tiempo en esta contemplación; había que bajar volando, para ver otra montaña, La Caldera, que en forma de pirámide se eleva a mucha altura sobre los demás picos, cubierta de verdor hasta su misma cúspide. Nuestros caballitos hacían todo lo posible por adelantar, y eso era preciso pues el día ya declinaba cuando nos detuvimos al pie de la montaña. Logramos llegar a la cumbre cuando aún era de día. Era encantador. Estábamos más cerca del mar y el paisaje era más despejado y bonito. Muy abajo, a nuestros pies, en el puerto de Las Palmas, se divisaba un vapor procedente de la Costa Occidental de África, bien definido pero pequeño, como un juguete; y a la derecha la población de Tafira y la costa larguísima, rocosa primero, arenosa después. Pero lo más maravilloso se veía mirando hacia atrás: era un cráter enorme, completamente redondo, extinto, una caldera rocosa que parecía desviarse un poco por un lado, abriéndose camino hacia abajo. Ni el Vesubio, ni el Etna muestran una forma de embudo tan perfecta. Y abajo, en el centro, donde en otros tiempos brotó rebosante la corriente de fuego, hay unas cuantas casas, semiocultas por los árboles, rodeadas de campos verdes y vides; pues en todos los muros formados por las rocas de la caldera por encima de la ceniza, trepan las viñas de un verde lozano hacia la altura, coronando de vida las ruinas de antaño. Es una vista única en su especie. Si hubiésemos llegado un cuarto de hora después ya habría sido tarde, porque la noche sobreviene de repente en estas latitudes; pero la luna con su claridad lucía en el cielo cuando volvimos a la casa de campo, dirigiéndonos desde allí a Las Palmas. 19 Se refiere aquí al gofio, una especie de harina de cereales -trigo, maíz, etc.- tostada y molida.

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Nuestra bondadosa y anfitriona dama inglesa quería envolverme en su toquilla, pero yo me negué con insistencia a aceptar ese ofrecimiento. La noche era templada y a mí me agradaba respirar por todos mis poros ese aire tan magnífico. De regreso a Las Palmas ya no cabalgábamos; íbamos en tartana, adentrándonos en la noche maravillosa a la luz de la luna y bajo las palmeras, cautivados por tanta belleza. Surgía un paisaje de cuentos con todo su encanto: las casas blancas escalaban la colina iluminada por la luna; las palmeras oscuras las sobrepasaban; los arroyuelos brillaban entre las rocas de los volcanes antiguos, ya apagados; y demasiado pronto divisamos los tejados blancos de Las Palmas que ponían fin al sueño de la noche de verano. Después, toda la noche estuve velando junto a la cama del joven enfermo, al cual la fiebre le consumía la última chispita de la energía de su vida; hasta que, al amanecer, dejó de respirar. Cuando se nos cierran los ojos para la hermosura de este mundo, queda como estrella orientadora en el valle de sombra de muerte las palabras: «El Eterno es mi pastor, nada me faltará»,20 e incluso la belleza del mundo tropical no es más que promesa débil y anticipo pequeño de los árboles de vida siempre lozanos y del río limpio como cristal que fluye del trono de Dios y del Cordero. Tenerife Para llegar al segundo grupo grande de las Islas Canarias, a Tenerife –donde también se halla la sede del Gobierno, en Santa Cruz–; tuve que confiarme al Joven Martín, un barco de vela al que subimos en Las Palmas, capital de la isla de Gran Canaria. Nos informaron que, de hacer buen tiempo, la travesía a Tenerife –segunda por su tamaño de las Islas Canarias–,21 había de durar sólo veinte horas. El tiempo resultó bueno, demasiado bueno; pues al despertarme por la mañana, y esperando ver el gran Pico del Teide, aún estábamos en la mar junto a La Isleta de Las Palmas, y no podíamos avanzar ni retroceder pues estábamos en una calma chicha y habíamos de esperar hasta que Dios enviase su aliento vivificador sobre las aguas. De esta manera pasamos tres días y tres noches en la barquichuela en pleno Océano Atlántico, que con el vaivén de su movimiento hacía casi imposible el poder escribir. Además, los otros pasajeros estaban todos mareados y no tenían ganas de charla; y los pocos marineros de la 20 Salmo 23. 21 Al parecer, los datos de que disponía el Rev. Fliedner no eran exactos. De hecho, Tenerife es la mayor de las islas Canarias. Tiene 2.034 Km. de superficie. También ostenta el récord de altura de España, pues alberga el Teide (3.717 m.). Cuenta, asimismo, con 400 kilómetros de perímetro.

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tripulación o estaban manipulando con las velas o estaban comiendo su gofio22 o gachas. Ha de saberse que el gofio es un plato típico canario que durante siglos viene conservando, sin cambio alguno, tanto su nombre como la manera de guisarlo. Trigo, maíz o garbanzos se tuestan sobre las ascuas hasta que la piel se rompe y aparece la harina; luego el grano se muele a mano y la harina se guisa de mil maneras y se toma como sopa, con patatas y pescado, o –como los escoceses la avena–, con leche, o cocido con agua convertido en gachas. Claro que no debe faltar la sal. Se me ha ocurrido sacar provecho para mis huérfanos con los estudios del gofio, pues esta clase de guiso no sólo contiene la parte nutritiva del grano, sino que el tueste le da a la harina un sabor agradable. Menos mal que no llovía, porque la cabina era muy estrecha y estaba mal ventilada. Así que pudimos permanecer día y noche sobre cubierta. Un paraguas abierto se cayó al agua y como la calma impedía todo movimiento hubo de poner en marcha un bote para pescar al fugitivo. Una noche se presentó saltando un delfín pegadito al bote, pero por suerte suya, volvió a desaparecer rápidamente en el momento que intentaban clavarle el arpón. ¡Cuánto me hubiera gustado pasar todo este tiempo junto a mi amigo enfermo en La Orotava! Pero a nuestro Padre celestial le pareció mejor conducirme a la quietud, a la soledad en el océano, como llevó en su día a Elías al arroyo de Cherith.23 Estaba yo precisamente leyendo una meditación de mi amigo en Brema sobre este mismo tema. Además, aproveché mi ocio involuntario para traducir del inglés al español el hermosísimo himno de marineros, con el cual por su sencilla e impresionante música me había encariñado mucho: Eternal father, strong to save (Potente Dios, fuerte a salvar). Este himno se imprimió, con notas y todo, en nuestro Amigo de la Infancia que recorre el mundo entero. Cuando, pasado el tiempo, llego un día a Cartagena, me entero de que este himno les ha gustado tanto a nuestros marineros evangélicos de allí, que hicieron imprimir 100 ejemplares por cuenta propia y ahora lo cantan alegremente cuando están trabajando en el arsenal del Estado; sólo me pidieron que les enviase papel de música en cantidad. Ya podéis imaginaros lo que me alegré; les envié pues lo que deseaban, feliz de que estos tres días no hubieran sido inútiles. Con esta anotación nos hemos adelantado al curso de la historia, y hemos de volver forzosamente al magnífico océano de Canarias. 22 Véase la nota 19. 23 Cf. 1 Reyes cap. 17.

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El miércoles había entrado en el barco y el viernes por la mañana seguíamos tan tranquilos en el mismo lugar. En mi vida había sabido yo que el viento pudiera ser un elemento tan codiciado e imprescindible, especialmente en el mar. De pronto surgió una brisa ligera, y aún siendo el viento contrario no nos importó pues ya podíamos emprender la travesía, navegando primero junto a la costa de la Gran Canaria, y luego lanzándonos al mar abierto con velas alteradas, retrocediendo y dándonos cuenta, sin embargo, que barloventeando nos aproximábamos a la orilla apetecida. En esta ocasión aprendí para toda la vida que el viento contrario es preferible a la calma chicha, y me propongo no enfadarme ya cuando con él tropiece. Al fin y al cabo empuja a la barquita hacia adelante, siempre que un buen piloto gobierne la nave. Por la noche ya vimos destacarse el faro de Santa Cruz con precisión y claridad. Por la mañana ante nosotros surgió lúcida la cadena alargada de las montañas de Anaga con sus 300 pies de altura, estrecha cordillera volcánica que parece precipitarse al mar con sus numerosos desfiladeros y que ante nuestra vista brillaba multicolor bajo los rayos del sol. El faro blanco asentado en la punta de Anaga se adentraba en el mar. El alto Pico de Tenerife, que en las Islas se conoce con el nombre de Pico Teide, ocultaba –cosa frecuente– su cima entre las nubes. A la izquierda, aparecía luminosa la ciudad de Santa Cruz, con sus casas blancas y acogedoras. Una mariposa, recién salida de su capullo, vino a nuestro barco desde tierra, visita poco común en el mes de febrero. Y ante nosotros los accidentados barrancos, con tiras verdes en su centro, eran extraordinariamente pintorescos. Sólo que hubimos de disfrutar de este panorama tiempo sobrado, pues volvió a envolvernos la calma de marras. Ya nos preparábamos para remar a tierra en un bote, cuando surgió una leve brisa que duró justamente el tiempo preciso para que llegáramos al puerto a la una de la tarde ¡Por fin! ¡Por fin! Sólo tuve tiempo de asomarme a la casa de nuestro simpático cónsul, de Württemberg (a quien desde aquí vuelvo a enviar mis saludos); de sacar billete para la tartana que va a La Orotava, y dar un paseo por la ciudad, a la cual Alejandro Humboldt llamó Posada de las Caravanas del Océano. En Santa Cruz se dan cita las naves de la Costa Occidental de África y las de Brasil. También los vapores que van de Lisboa a Buenos Aires, de Burdeos a Méjico y de Londres a Chile, se detienen en este puerto, y por el muelle pululan toda suerte de seres humanos más o menos racionales. La ciudad se extiende serena por la ladera de una montaña, y por ser sede del Gobierno (con gran disgusto de Las Palmas), realmente es Centro y Capital del Archipiélago. Cuenta, aproximadamente, de 20.000 habitantes. No faltan los turistas ni los hoteles, que cobran precios hechos a medida de la bolsa de los ingleses. Ya ha empezado a considerarse sanatorio para los tuberculosos. No tuve tiempo

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para contemplaciones. Sabía que en el otro extremo de la isla, en la población Puerto de La Orotava,24 me esperaba el trabajo y la alegría del domingo. Y así, pues, me senté muy a gusto en la diligencia. Fuimos dejando atrás la ciudad, subiendo por caminos escarpados muy pinos; con curvas y más curvas hasta llegar a la cumbre de la sierra que tiene más de 1.500 pies de altura; pero no nos aburríamos. Cada curva nos mostraba paisajes distintos a cual más hermoso. Al pie de la montaña yacía el puerto –relumbrante de sol– y la bella costa rocosa. Más allá se veía el mar magnífico, y –cual si solo hubiera una distancia de media hora— se destacaba en el horizonte la isla de Gran Canaria. Esta visión tan clara, bien pudiera llamarse panorama celeste. En estas latitudes es a veces como si desaparecieran todas las distancias (en España ya no me atrevo a calcular la distancia a simple vista). El camino era bueno. Los caballitos corrían a gusto de los viajeros y al poco tiempo ya traqueteábamos sobre las empedradas calles –terriblemente malas– de la antigua capital: La Laguna;25 que precisamente se asienta en el mismo puerto de la montaña, siendo éste el punto más bajo entre la Cordillera de Anaga y el macizo montañoso mayor de la isla, que tiene al Teide por centro. El antiguo y célebre Pico de Tenerife –cuya descripción aún recordaba yo de mis tiempos infantiles– fue cortés y se quitó la toca de niebla, mostrándoseme a la vista por breves instantes. Francamente confieso que me vi desilusionado. Pero no fue culpa del Pico. Solo que yo, como tonto, me había figurado que sería un pico altísimo y esbelto como un alminar que se adentrara en las nubes. Bueno, altísimo sí que lo es, y sigue siéndolo; aunque su esbeltez no valga gran cosa; tiene más bien forma de pirámide y es su punta semejante a la de un triángulo isósceles con base más larga que los lados laterales. Pero precisamente por eso causa una impresión increíblemente grandiosa. Se le ve por todas partes. Por un momento parece como si el cielo estuviese cubierto de nubes; cuando el pícaro Teide, como si tal cosa, se asoma por encima de las nubes como si se las hubiera puesto al cuello, de forma que no parece sobresalir de las nubes sino asentarse sobre ellas. En esos momentos resplandecía por estar cubierto de blanca nieve, bellísimo; mientras que el sol poniente le besaba con sus rayos, estando ya todo abajo sumido en oscura 24 Así se conocía en aquel entonces la ciudad del Puerto de la Cruz. Sus orígenes se remontan a un pequeño pueblo de pescadores que surgió en el siglo XVI. Se llamó inicialmente Puerto de la Orotava; y éste era su cometido, en efecto, como punto de salida de los vinos tinerfeños y, luego, de los plátanos del valle de la Orotava. A finales del siglo XIX, gozaba de cierto predicamento entre los ingleses, viajeros infatigables, por la belleza del entorno y, sobre todo, por la benignidad del clima. 25 Aquí el autor dice antigua ciudad de La Laguna, por ser ésta la primera ciudad y capital de la isla de Tenerife. Fundada por el conquistador Fernández de Lugo en 1496, fue sede del Cabildo de la isla hasta que, en el siglo XIX, fue superada por su antiguo puerto, Santa Cruz de Tenerife, al que se trasladaron definitivamente las funciones administrativas y de gobierno.

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noche. He de confesar que en estos pocos días llegué a conocerle y a amarle, de modo que sentí muchísimo tenerme que separar de él. Y al parecer tuvo la intención de agradecérmelo, pues cuando más adelante navegábamos por el océano a una distancia de más de treinta millas de las Islas Afortunadas, se nos presentó de repente muy alto por encima de las nubes como desprendido del horizonte, y parecía querer saludarnos, luminoso en el resplandor rosado vespertino y darnos el último adiós de buen amigo. Luego se hizo de noche. En La Laguna soplaba un buen aire primaveral; sin embargo, los habitantes mimados parecían todos ellos tener frío pues se envolvían en sus populares y blancas mantas de lana. Estas se vislumbran desde lejos –especialmente en la oscuridad– y que abrochadas muy arriba dan a sus portadores el aspecto de carneros elegantes que se movieran airosamente sobre dos patas. Pasamos por la meseta ondeada de la serranía, por campos labrados y huertos bien cuidados. ¡Pero qué panorama tan hermoso descubrimos cuando descendiendo por la vertiente opuesta, vimos el grandioso mar azul y la costa oscura con su rompiente blanco; los escollos magníficos y los valles de un verdor oscuro, y por cima de todo esto el Pico del Teide brillante con blanca nieve, que se asomaba de vez en cuando entre los nubarrones negros que le circundaban! A la vez respirábamos el aire puro, tonificante, renovador de los pulmones. No es de extrañar que quien llegue allá, se ilusione con la isla. El público, además, es simpático, sencillo, solícito, modesto; es pobre en su mayoría; pues la cochinilla, cuyo cultivo y venta solía enriquecerlos sin gran trabajo, ha bajado mucho en el precio. Serían las nueve de la noche cuando a trompicones llegó nuestra tartana al Puerto de Orotava. Allí hube de hacer algunas visitas para preparar el Culto de la mañana siguiente. Allí hay muchos tuberculosos de todo el mundo, porque hasta el día de hoy, los médicos consideran a La Orotava como el mejor sanatorio para tísicos, aunque puede que Las Palmas le lleve ventaja. Así que tampoco me faltó la obligación de visitar a los enfermos. Para el domingo se prepararon dos Cultos; uno en alemán, a las once, en casa de una familia suiza muy simpática que allí regenta una casa de huéspedes; y otro en inglés en el viceconsulado, donde el señor Reid, escocés, solía leer la liturgia. Asistieron también algunas damas protestantes francesas y otras americanas e inglesas. En la posada yacía, muy enfermo, un joven de Bremen procedente de Vadera, donde se había resentido de la humedad; me alegré al notar a los pocos días que el aire le sentaba maravillosamente. En tales estaciones climáticas se nota (más que en otras partes) cómo sanos y enfermos van peregrinando juntos

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sintiéndose forasteros y advenedizos, mirando hacia la luz eterna de la patria. No me consintieron que me instalara en la posada. Después del Culto hube de trasladarme a la casa del amado catedrático suizo, a quien la maravillosa providencia de Dios le ha llevado a esta isla donde reside ya hace algunos años, habiendo esperado en un principio pasar allí tan solo un invierno para volver luego con nuevas fuerzas a su patria. Pero cuando Dios nos pone en una escuela tan especial, nosotros, hombres miopes, nunca sabemos de antemano cuánto tiempo ha de durar. Y nos consuelan las palabras: «Cuando el padre nos castiga, nuestro bien le preocupa». Allí, tan lejos de mi hogar, me estaba preparada una cámara de profeta. Pronto nos hicimos amigos Emmy María y Max –que contaba siete años–; y al anochecer cantamos a cual más y mejor, juntamente con su mamá y su maestra; así que me sentí como en mi propia casa. Y cuando llovía, me sentaba junto a mi buen amigo, el catedrático, para darle conversación, y que él no tuviera que hablar. Y el Teide se asomaba arriba por la ventana, como si estuviera predicando: «Alzad vuestros ojos a los montes de donde vendrá vuestro socorro».26 Al día siguiente celebramos la Santa Cena27 en toda intimidad, participando también una muchacha que, en su tiempo, fue católica; el Señor nos invitó a Su Mesa y nos confortó. ¡Cuánto me alegraría poder prestar servicio como pastor itinerante todos los años de mi vida! Pero Dios nos marca el tiempo y la hora para todas las cosas. Los amigos ingleses y alemanes me mostraron mucho interés y simpatía, alentándome para el trabajo de evangelización en España. ¡Cuánto nos gustaría emprender en aquellas islas tales trabajos! Pero confiemos en que Dios preparará también en este caso a sus obreros. Mis negocios de librero marchaban más y mejor en estos días. Se agotaron las existencias y anoté una serie de pedidos. Estaría bien allí tener una sucursal, si se diese con la persona adecuada. Se proyectaron excursiones por los alrededores, pero estando ya listos los caballos, empezó a llover a cántaros y entonces me quedé haciendo compañía al enfermo. Al atardecer bajamos hacia las rocas, llegamos al muelle y por último nos metimos en el mar. Más allá se divisaba Gran Canaria, tercera en tamaño de las Islas Canarias y me hubiera gustado ir allá para ver su cráter maravilloso. Pero mi tiempo había expirado y no daba para paseítos. Las formaciones singulares de las rocas de lava que se deslizaban mar adentro a gran distancia causaban una impresión fabulosamente fantástica; el mismo Puerto de Orotava descansa sobre una antigua corriente de lava que desembocó en el mar a principios del siglo XV cuando la población autóctona, los guanches, moraban en esta región. 26 Salmo 121:1. 27 Santa Cena o Culto de Comunión, donde los comulgantes participan del pan y el vino conmemorativo de la Última Cena (1 Corintios 11, 23-26).

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La lluvia que caía a cántaros me proporcionó una mañana más tranquila y simpática junto a la cama del enfermo. Luego me despedí en Puerto Orotava de sanos y enfermos, y por último también me despedí de la acogedora casa del catedrático, el cual me dio un agradable recuerdo para el camino, recuerdo que luego me sirvió de recreo en el mar: la Autobiografía de Ludwig Richter. Leímos el Salmo 91, cantamos el himno ¡Id en paz vuestro camino! y entonces –tras la lluvia– siguieron unas horas de las más soleadas y hermosas de que disfruté jamás. Bien acompañado me despedí. La señora del catedrático montó en el caballo, y el pequeño Max también, bien protegido por ambos lados. Mi caballito también se mostraba fogoso, y así pasamos por las calles pinas subiendo y bajando hasta llegar a la ancha calzada, casi siempre a galope que daba gusto, puesto que mi acompañante era un jinete seguro y valiente y bien lo mostró al desmandarse una vez su caballo. Me quiso parecer como si fuera la primera vez que me daba cuenta de la deslumbrante belleza del paisaje, al cual la lluvia temprana había dotado de un aspecto doblemente lozano. Galopamos hasta llegar al Jardín Botánico, con sus dragos, palmeras reales, árbol gomero –cuyo tronco allí suele alcanzar un grosor extraordinario–. Un jardinero alemán, German Wildpret, cuida de este jardín y en gran parte lo ha convertido en lo que hoy es; pues ha de saberse que fue instalado en el siglo pasado. Un madroño de 50 pies de altura vino a recordarme las sierras de España. Luego seguimos a trote ligero hasta llegar a la Villa de La Orotava, población situada más arriba, en el declive de la isla (adonde acuden en verano muchos habitantes del Puerto a resguardarse, por ser allí el aire más libre y puro). El panorama –más allá de las corrientes antiguas de lava, hacia el mar, y luego hacia la izquierda, donde el Teide brillaba como la plata, y después hacia la campiña extensa, poblada de palmeras–, era hermoso cual no cabe describir. Allí habíamos de tomar la diligencia, que sin embargo no había llegado aún; además, estábamos demasiado a gusto para bajar de las caballerías. Incluso Max llegó a mostrarse cual jinete incansable. Así que seguimos cabalgando al trote o al galope, entrando en barrancos y volviendo a salir, subiendo siempre más arriba, divisando a cada momento paisajes más hermosos. Los alrededores son extraordinariamente pintorescos, parece como si toda suerte de plantas hubiera sido creada expresamente para las Islas Canarias. Se ve allí el drago con su poderosa copa recogida, cuya figura maravillosa umbelífera han descrito todos los botánicos. Luego las flores perennemente azules, que llevé a casa en mi maleta y que seguían brillando con igual lozanía en Madrid como en el jardín de La Orotava. La palmera canaria, que entre todas las de su especie es la que más me gusta, por tener

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el color verde más lozano y la fronda más espesa. Y el hinojo marino con sus flores magníficas luminosas.28 «¡Alaban al Señor todas sus obras!» Hubiera deseado ser todo ojos y todo memoria para grabar en el cerebro para siempre esta belleza terrenal: las rocas escarpadas, los verdes abismos, el mar murmurante y la gloria del sol que todo lo ilumina. Se me venía a la memoria las palabras de Paul Gerhardt: Belleza y gran felicidad que en esta vida ya nos das, nos llena de alegría. ¡Qué gozo nos depararás tras este mundo tan fugaz es claro, eterno día! Desde una colina próxima y ante nosotros divisamos Santa Úrsula. Pero ya mi cariñosa anfitriona y Max debían de regresar y a mí no me quedaba más remedio que apearme de mi caballo y darme preso de la tartana. Hicimos parada en La Matanza. En ese lugar –de ahí su nombre– hubo un día una lucha terrible, en la cual los guanches en 1494 vencieron por última vez a Lugo, conquistador de Tenerife. Con 50 céntimos de arroz hubo suficiente cena; el carruaje continuó subiendo hasta llegar a la meseta; traqueteó por La Laguna para bajar con una luna espléndida a Santa Cruz de Tenerife en la margen opuesta del mar. Allí hubiera podido informarme más y mejor acerca de la isla haciendo excursiones, pues el Gobernador, para quien llevaba una recomendación, se puso enteramente a mi disposición. Pero mi barco salía al día siguiente. El simpático señor Büchle, nuestro cónsul, me proporcionó una tarde deliciosa con su compañía y con cerveza alemana. Ya hace veinte años que reside allí y nunca estuvo en un Culto Protestante ¿Es de extrañar, que en tantos alemanes que viven en el extranjero, empiece a disminuir el deseo por la Palabra de Dios? Creo que debiera, si Dios me concede su gracia, de educar a mis hijos para que sean pastores itinerantes. África, tal era el nombre de nuestra nave, que se mecía contenta en las ondas azules. De nuevo encontré a bordo a un simpático paisano de Leipzig, y con la esperanzada despedida de «hasta la vista», dejamos atrás las Islas Afortunadas. 28 No es de extrañar la admiración mostrada aquí por el Rev. Fliedner ante tanta belleza. Tenerife cuenta en su flora con un número de especies silvestres de cerca de 1.370, de las cuales aproximadamente unas 54 son endémicas de la Macaronesia, alrededor de 294 son exclusivas de Canarias y en torno a 112 únicamente se encuentran en Tenerife. También el gran geógrafo y naturalista alemán, Alexander von Humboldt, en su paso por las Islas Canarias, en 1799, quedó maravillado ante la indescriptible belleza del Valle de La Orotava.

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Eduardo De Souza Díaz-Pavón. Licenciado en Economía por la Universidad de A Coruña y Máster en Banca y Finanzas por la Escuela de Finanzas Aplicadas de Madrid. Inicia sus estudios universitarios en la antigua Escuela de Comercio de A Coruña (E.U. de Ciencias Empresariales), donde se diploma. Becado dentro del Programa Erasmus, obtiene la titulación Associate Bachellor’s Degree in International Business Communication por la Universidad del Ulster (Reino Unido). Con interés por la docencia y la investigación, ha impartido clases en cursos y seminarios relacionados con su especialidad. Comienza su actividad profesional en la Caja de Ahorros de Galicia desempeñando tareas diversas en el área de mercados y tesorería. Durante los dos últimos años, ejerció como sales-trader en Frankfurt (Alemania), dentro del equipo de ventas internacionales del Landesbank Hessen-Thüringen (Helaba). En la actualidad es operador senior de Renta Fija en la entidad bancaria Royal Bank of Canada-Dexia Investor Services, en Madrid. Miembro correspondiente de la Real Sociedad Económica tinerfeña.


EL MERCADO DE LOS COVERED BONDS EN ESPAÑA: FINANCIACIÓN EN LOS MERCADOS DE CAPITALES INTERNACIONALES Eduardo de Souza Díaz-Pavón Licenciado en Economía por la Universidad de A Coruña Máster en Banca y Finanzas por la Escuela de Finanzas Aplicadas de Madrid


Resumen El acelerado crecimiento del sector inmobiliario español desde la incorporación a la zona Euro ha estado basado no sólo en factores económicos y demográficos que han impulsado fuertemente la demanda, sino también en las capacidades de las entidades de crédito para disponer de los recursos ajenos y los instrumentos de cobertura necesarios para financiar y gestionar de manera eficiente dicha actividad. La internacionalización de los mercados de los covered bonds, predominantemente domésticos con anterioridad, comenzó hace más de 10 años con la incorporación de un nuevo producto estandarizado, común y dotado de la liquidez que el mercado necesitaba, con fuerte atractivo para inversores institucionales internacionales. Este documento pretende profundizar en la figuras de la cédula hipotecaria como fuente de financiación a medio y largo plazo de las carteras hipotecarias de la entidades financieras españolas, definiendo las principales características, ventajas y posición dentro del marco europeo de este instrumento de financiación bancaria en los mercados de capitales. Palabras clave: banca española, covered-bonds, cédulas hipotecarias, mercado de capitales, zona Euro.

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El mercado de los covered bonds en España: financiación en los mercados de capitales internacionales1

Introducción El mercado europeo de covered bonds (CB) es uno de los segmentos más dinámicos de los mercados de capitales europeos. Y con ello es una de las principales fuerzas detrás de la integración de los mercados financieros e hipotecarios en Europa. Con un volumen emitido actualmente superior a los 1,9 trillones de euros, y con emisores de 20 países diferentes participando activamente en él, los CB juegan un papel muy significativo en el sistema financiero, contribuyendo no sólo a la distribución y asignación eficiente de capitales, sino que también, y como consecuencia de lo anterior, al crecimiento económico. En el ámbito español, este mercado y tipo de activos recibe el nombre de cédulas (hipotecarias). Ciertamente, la cédula hipotecaria (CH) ha sido el instrumento clave en la captación de recursos a largo plazo para las instituciones financieras españolas desde el año 2001. Grandes bancos y cajas de ahorro, así como entidades de menor tamaño han hecho uso por igual de la cédula como instrumento de financiación en los mercados internacionales. No obstante, y como consecuencia en gran medida de la crisis experimentada por los mercados de crédito, a la que los emisores españoles no han sido ni mucho menos inmunes, desde el año 2007 se observa una ralentización de dicha actividad emisora. Las cédulas reciben en mercado la denominación común de covered bonds, puesto que cuentan con garantías adicionales a las generales del propio emisor. Por lo tanto, se trata de un instrumento para un perfil de inversor conservador, que valora la calidad crediticia, la liquidez del instrumento y la fortaleza del marco legal y regulatorio en el que se desenvuelve la entidad financiera emisora de los títulos. El inversor típico de la cédula es un inversor institucional: compañías de seguro, fondos de pensiones, fondos de inversión, 1 Se agradece la disposición y amable colaboración en la revisión del texto al Dr. Antonio Grandío Dopico, catedrático de Economía Aplicada y director del Instituto de Estudios Marítimos de la Universidad de A Coruña. Profesional de las finanzas comprometido con el desarrollo de la economía y el tejido industrial en Galicia, en la actualidad es consejero de distintos grupos empresariales de ámbito nacional.

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tesorerías bancarias, Bancos Centrales…, que entienden perfectamente el producto, pues es comprador tradicional de productos similares procedentes de otros países. Como los conocidos pfandbriefe alemanes, las obigations fonciéres francesas o los lettres de gage luxemburguesas, que cuentan igualmente con la garantía de las carteras hipotecarias o préstamos al sector público de las entidades emisoras.

Estructura del emisor Los emisores de cédulas hipotecarias son Instituciones de Crédito, constituidas y autorizadas para participar en el mercado hipotecario español, y así de esta manera, mantener en sus balances los créditos y préstamos hipotecarios (regulados por Legislación del Mercado Hipotecario Español). En la práctica, los emisores de cédulas hipotecarias (CHs) son los bancos comerciales, las cajas de ahorro, las cooperativas de crédito y las instituciones financieras de crédito. El emisor de las CHs mantiene los activos (préstamos hipotecarios) que garantizan la emisión de cédulas en su balance, sin poder ser éstos transmitidos. A diferencia de lo que ocurre en las emisiones de titulización hipotecaria, en la que la cartera hipotecaria queda transferida a una entidad diferentemente a tal efecto constituida. Las cédulas hipotecarias, además de ser una obligación directa e incondicional contraída por el emisor, sin ningún perjuicio sobre el resto de deudas, presenta un privilegio de crédito especial, un derecho del bonista y exclusivo para el inversor contra el emisor de la cédula. Este derecho está garantizado por el total de hipotecas registradas en favor del emisor. La efectividad de este derecho especial, está igualmente garantizado por la existencia obligatoria de principios de sobrecolateralización de las emisiones en formato cédula sobre la cartera hipotecaria que mantiene la institución de crédito emisora de los títulos. A pesar de no existir un vínculo entre este tipo de covered bonds y las propiedades (hipotecadas) - viviendas, locales, naves comerciales... - subyacentes, sí que existe un vínculo directo entre las CHs y los activos que las cubren.

Las cédulas territoriales Conviene señalar otro formato al que pueden recurrir los emisores de covered bonds en España, y que gozan de un privilegio similar a las CHs dentro del estatus de deuda del emisor. Son las llamadas cédulas territoriales (CTs). En este caso, a diferencia que en las CHs, la cartera de activos del emisor que cubren (garantizan) la emisión, consiste en préstamos al Estado, a las Comuni-

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dades Autónomas, o a la Administración Local (ayuntamientos, diputaciones y cabildos insulares), así como a otras entidades de carácter público. Las instituciones de crédito están autorizadas a emitir CTs como máximo hasta un 70% del su cartera elegible de préstamos al sector público, resultando por tanto un ratio mínimo de sobrecolateralización del 43%.

Los activos de cobertura en las CHs: La cartera hipotecaria elegible La cartera de activos que cubren la deuda emitida en formato de CH consiste en el libro de préstamos hipotecarios al completo, que convenientemente registrado se encuentra a favor del emisor. El privilegio especial a la hora reclamar el cumplimiento del pago de la deuda para los inversores en cédulas está garantizado por esta cartera de activos. A la hora de determinar la cantidad máxima de CH a emitir por un emisor individual debemos acudir a la Ley 2/1981 (ver epígrafe Marco legal), que regula esta actividad. Igualmente, establece una serie de requisitos para los préstamos hipotecarios que constituirán la cartera de activos elegible (cartera elegible) garantizando las CH. Todos los préstamos hipotecarios que cumplan con los siguientes criterios serán tenidos en cuenta en el cálculo de la cantidad máxima a emitir en CH por un determinado emisor: - - -

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El objeto del crédito o préstamo debe ser la financiación para la construcción, rehabilitación, o adquisición de residencias con destino particular, turístico, industrial y comercial. La hipoteca que garantiza el préstamo o crédito debe ser una de primera calidad. El préstamo o crédito garantizado no puede exceder el 70% del valor del activo hipotecado, a no ser que éstos se constituyan para la construcción, rehabilitación o adquisición de residencias particulares, en cuyo caso el porcentaje se fija en un 80% del valor de tasación del bien hipotecado. Las propiedades hipotecadas, en todo caso, deben haber sido valoradas de manera independiente por una Sociedad de Tasación, debiendo estar los activos convenientemente asegurados contra daños.

Todos los préstamos hipotecarios que no cumplan al menos uno de los criterios arriba señalados no podrán ser activos considerados para el cálculo de la cantidad máxima a emitir en formato CH.

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En relación a lo arriba descrito, pudiera suceder que préstamos o créditos hipotecarios, que inicialmente excedieran los límites de valoración, y por tanto no pudieran ser tenidos en cuenta como parte de la cartera elegible, debido a la amortización de capital, o fruto de la modificación del valor de mercado de la propiedad hipotecada, pasaran a cumplir el criterio del LTV (loan-tovalue). Igualmente, pudiera suceder justamente lo contrario, que por alguna razón el valor de la propiedad hipotecada cayera. De ser así, y esta caída excediese el 20% del valor de tasación, el emisor deberá reconstituir nuevas garantías para lo que requerirá del deudor original: (i) la extensión de la hipoteca a otros activos hasta que se vuelvan a cumplir los requisitos de LTV; (ii) la devolución de la porción de crédito o préstamo en la aplicación del porcentaje de LTV ajustado a la nueva valoración del inmueble. Por lo general, los activos que cubren emisiones se localizan en España, estando debidamente registradas en el Registro de la Propiedad. Igualmente, al objeto de garantizar la transparencia de los activos elegibles, el Banco de España realiza requerimientos con carácter mensual a los emisores, que presentan un informe acerca de la cartera hipotecaria afecta a la emisión de cédulas. Características de las cédulas hipotecarias Es un título representativo de deuda de la entidad de crédito que lo emite, el cual goza de una elevada calificación crediticia o rating, normalmente recibe el AAA que otorgan como rating máximo las agencias calificadoras, en ocasiones hasta tres grados superior a la calidad crediticia otorgada a la propia entidad financiera emisora. La cédula debe reunir todos estos requisitos en el análisis de los riesgos inherentes al instrumento: 1. La fortaleza financiera y capacidad de gestión de la entidad emisora, ya que estos títulos son en primer lugar obligaciones directas del emisor. 2. La calidad crediticia de la propia cartera hipotecaria subyacente: morosidad, pérdida esperada y recuperaciones. 3. Los riesgos estructurales inherentes a la cartera: riesgo de tipo de interés o tipo de cambio así como riesgos de prepagos y de refinanciación. 4. El marco legal que ampara la emisión de los títulos: la seguridad jurídica con la que cuenta el inversor frente a las garantías en caso de problemas crediticios del emisor.

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5. Posibles desfases de liquidez que puedan sufrir los tenedores de los títulos derivados de un desfase en el perfil de amortización de los mismos con respecto a la capacidad de la administración de la posible quiebra a la hora de obtener liquidez procedente de la cartera. 6. El seguimiento, el control y el soporte gubernamental a los que estén sujetas las entidades emisoras. La cédula generalmente paga intereses anualmente y a tipo fijo, lo que permite al inversor utilizar el instrumento para bien garantizar el cumplimiento de sus compromisos de rendimientos mínimos futuros, o cubrir duraciones de activos y pasivos al objeto de minimizar riesgos financieros. Debido a que la gran mayoría de las carteras de préstamos hipotecarios en nuestro país están indiciadas actualmente a tipo variable (al Euribor o al IRPH), las instituciones financieras permutan generalmente el tipo fijo asociado con las cédulas a un tipo variable (Euribor) a través de instrumentos derivados (principalmente swaps de tipos de interés). Las propias entidades emisoras mitigan de esta manera el riesgo de tipo de interés asociado a estos pasivos. Los inversores valoran igualmente la liquidez del instrumento. Las operaciones de cédulas lanzadas al mercado, registradas ante la CNMV y cotizadas en el mercado AIAF, cuentan con compromisos contractuales de liquidez, asumidas por el grupo de bancos colocadores. Dichos grupos de entidades aseguradoras, entre 4 y 7 por emisión, asumen durante la vida del título un compromiso de “creación de mercado”, cotizando de manera electrónica precios de oferta y demanda para partidas de entre 5 y 15 millones de euros. De esta forma, el inversor encuentra permanentemente un precio de demanda para sus cédulas, lo cual le da seguridad de poder gestionar su posición de manera adecuada, y minimizando así la prima de liquidez que se exige a este tipo de títulos de deuda.

Gestión de activos y pasivos El volumen de cédulas hipotecarias emitidas (deuda viva) por un emisor individual no puede exceder el 90% de la suma de las cantidades de principal todavía no satisfechas correspondientes a créditos y préstamos hipotecarios incluidos en la cartera elegible. Así, el emisor no podrá emitir CHs por encima de estos porcentajes en ningún momento, asegurando la sobrecolateralización de la deuda sobre los activos que la cubren.

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No obstante lo anterior, pueden darse situaciones que alteren estos ratios de emisión, por ejemplo, debido a la amortización de los activos, lo que provocaría un desequilibrio entre el volumen emitido de deuda en forma de CHs y la cartera elegible. De ser éste el caso, el emisor deberá restablecer el equilibrio en su balance, para lo que puede servirse de las siguientes acciones: - - -

Operaciones simultáneas en bancos centrales. Adquisición y amortización de los bonos en los mercados de crédito relevantes. Realización de nuevos préstamos hipotecarios o adquisición de participaciones hipotecarias elegibles para cubrir CHs.

En todo caso, estos riesgos, como los derivados del vencimiento anticipado, o el de reinversión, son en parte mitigados por el 11% de sobrecolateralización mínima exigible, así como por la naturaleza dinámica de la estructura de la cartera hipotecaria elegible.

La insolvencia en las cédulas hipotecarias El artículo 14 de la Ley 2/1981, de regulación del mercado hipotecario dispone el marco jurídico acerca de la posición que ocupan los derechos de aquellos bonistas en posesión de cédulas en el caso de la quiebra del emisor de las mismas. Algunos puntos relevantes al respecto: -

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Los poseedores de bonos hipotecarios (cédulas hipotecarias) serán tratados con carácter preferencial en el caso de insolvencia del emisor. Siendo créditos contra la masa, que deberán ser pagados en tiempo y forma a pesar del estado de insolvencia o quiebra que presente el emisor. En este sentido, las CHs están “aseguradas” por la cartera hipotecaria al completo del emisor, la cual se encontrará debidamente registrada a su nombre. Los administradores de la entidad en estado de insolvencia están obligados a pagar las cantidades debidas a los bonistas, siempre y cuando los flujos producidos por los activos (hipotecas) sean suficientes para atender los pagos de intereses y capital.

En resumen, el default de una cédula hipotecaria, una vez la eventual quiebra del emisor del bono hipotecario se ha producido, pasa porque los siguientes puntos no sean suficientes para atender los compromisos debidos al inversor:

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El mercado de los covered bonds en España: financiación en los mercados de capitales internacionales

1. Los flujos en el pool de hipotecas para pagar la CH, que de ser suficientes amortizarán la deuda emitida a la par. 2. En caso contrario, se realizará la venta de activos sustitutivos del balance de la entidad en default, y los fondos que de estas ventas se deriven quedarán afectos al pago de la CH. De ser estos no suficientes. 3. Se procederá a la liquidación de la cartera hipotecaria (transfiriendo activos y CH, a otra entidad; o vía subasta pública de las hipotecas), de lo que ahí, lo que se recupere se distribuye “pro-rata” entre los inversores de la CH. 4. De ser insuficiente, finalmente la CH se declara insolvente y en default por la parte no recuperada, y por tanto no pagada. 5. Se permite la extensión del vencimiento de la CH en default por dos años más de lo establecido en su folleto de emisión, para la realización de las hipotecas que garantizan la emisión por ellas cubiertas. 6. Incluso después de este periodo, el bonista de la CH impagada tiene derechos preferenciales sobre los flujos que del libro de hipotecas se deriven, por lo que éste puede seguir recuperando fondos a lo largo del tiempo.

Marco legal En cuanto al marco legal que ampara la emisión de estos títulos, tenemos principalmente tres normas: 1. La Ley 2/1981, de 25 de marzo, de Regulación del Mercado Hipotecario y el Real Decreto 685/1982, que, entre otras cuestiones, determinan qué entidades pueden emitir cédulas, establecen la posición privilegiada de los titulares de las mismas, definen los límites legales de emisión y las características de las cédulas “elegibles” a efectos de calcular el límite de emisión de las cédulas. 2. La Ley 22/2003, de 9 de julio. Ley concursal que viene a profundizar en los derechos de los acreedores de las cédulas en una situación de concurso de acreedores. Éste es un marco legal sólido que si bien no contempla la separación legal de la cartera en garantía, sí define con claridad la situación privilegiada de los cedulistas hipotecarios con respecto al resto de acreedores de la entidad financiera. Igualmente, la mencionada legislación establece claramente los límites de emisión al 90% de la cartera elegible, garantizando una sobrecolateralización legal estructural del 111%, dando así un margen de confianza al inversor ante un posible deterioro de la calidad de los activos subyacentes.

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3. Adicionalmente, la Ley 41/2007, de 7 de diciembre, de Reforma del Mercado Hipotecario, ha introducido medidas adicionales para fortalecer aún más la figura de cédula: - -

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Reducción del límite de emisión del 90% al 80% de la cartera elegible. Reducción del 70% al 60% del límite de saldo del préstamo sobre el valor de tasación de los préstamos hipotecarios financiando locales comerciales considerados aptos para la emisión de bonos hipotecarios. Introducción de la alternativa de activos de sustitución de elevada calidad en la cartera que da soporte a las cédulas hasta un importe del 5% del saldo de cédulas vivo. Requerimiento a los emisores del desarrollo de un registro oficial de activos aptos para la emisión de cédulas. Clarificación y reforzamiento de las facultades y obligaciones del administrador concursal en caso de concurso de acreedores para poder gestionar la cartera hipotecaria con el objeto de garantizar la máxima agilidad en el reembolso de las cantidades debidas a los cedulistas.

Posición de la cédula como activo ponderado por riesgo: consumo de capital regulatorio Todas estas características hasta aquí desarrolladas, han permitido al Banco de España y al resto de los supervisores europeos otorgar a la cédula hipotecaria un tratamiento preferencial como instrumento de inversión. Esta clasificación otorga al instrumento la categoría de covered bond, lo que conlleva para su emisor numerosas ventajas entre las que podemos destacar las siguientes: - - - -

Ponderación del 10% en el cálculo de activos en riesgo de las entidades financieras. Clasificación como activo apto para servir de garantía dentro de los mecanismos de liquidez de mercado habilitados por el Banco Central Europeo. Clasificación como activo apto para la cobertura de las provisiones técnicas de las compañías de seguros y de los compromisos adquiridos por los fondos de pensiones. Tratamiento preferencial (límite del 25% vs. el 5%) dentro de los límites de inversión de las instituciones europeas de inversión colectiva.

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Internacionalización de las cédulas hipotecarias Hay varios factores que inciden en el alto nivel de competencia, fruto del fuerte crecimiento de la utilización de covered bonds en distintas jurisdicciones europeas, y entre ellos destacamos: -

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El gran tamaño y fortaleza de los mercados de inversores institucionales domésticos de cada país (Alemania, Francia, Reino Unido), que hacen que exista una fuerte demanda de los títulos hipotecarios domésticos; favoreciendo los inversores a sus emisores locales, a los que conocen perfectamente, con amplias líneas de crédito y niveles más ajustados que los exigidos a los títulos extranjeros. A petición de su industria financiera, los reguladores domésticos han ido adaptando los marcos legales para reforzar la competitividad de sus instituciones (Francia y Alemania). En España, a través de nuestro regulador la Comisión Nacional del Mercado de Valores, se han agilizado significativamente también los trámites de acceso a mercado de los emisores de cédulas, facilitando los procesos de documentación y habilitando los mecanismos para el lanzamiento y la colocación de las operaciones de mercados mayoristas especializados. La incorporación al grupo de emisores de covered bonds hipotecarios de otros países como Italia, Holanda y Portugal, que estableciendo marcos legales similares al español, francés o alemán, han conseguido elevar el nivel de competencia por la atención del inversor.

Conclusión La cédula hipotecaria ha sido uno de los instrumentos claves en la financiación de las carteras hipotecarias de las instituciones financieras españolas desde el año 2000. Tanto las características jurídicas y normativas del instrumento, como la solidez de las instituciones emisoras, han permitido un gran despliegue de la cédula, situándola en un lugar destacado en las carteras de los principales inversores institucionales de renta fija. Con la Ley 2/1994, sobre subrogación y modificación de préstamos hipotecarios, que permitía al prestatario amortizar anticipadamente su deuda hipotecaria a un coste limitado, se introdujo la auténtica seña de identidad y principal producto hipotecario del sector en España, la hipoteca a tipo variable, la cual se indicia al euribor. Esta nueva modalidad de hipoteca tiene, asimismo, considerables implicaciones desde el punto de vista de la gestión de riesgos para las entidades españolas, ya que reduce al mínimo la convexidad asociada al producto, eliminando el prepago como factor de riesgo para las entidades españolas, a diferencia con otros mercados hipotecarios internacionales. 57


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En resumen, el mercado hipotecario español se convierte, a partir de ese momento, en un mercado con un bajo nivel de tipos de interés, sin apenas riesgo de cambio (casi todas las hipotecas se denominan en euros) y, sin embargo, con una necesidad creciente de liquidez estructural motivada por la fuerte demanda del producto, estrechamente vinculado al desarrollo del mercado inmobiliario. A pesar del auge de la cédula en los mercados internacionales, los emisores españoles se han encontrado con una fuerte competencia por parte de otros mercados de captación de los recursos institucionales. Queda todavía un camino por recorrer en el diferencial que pagan los títulos españoles con respecto a sus homólogos alemanes o franceses. Con respecto a esto, los emisores españoles tienen como objetivo minimizar las diferencias con las que cotizan las cédulas españolas en comparación a los covered bonds de mayor tradición. Para ello, España debe participar en elevar la visibilidad de las cédulas hipotecarias como clase de activos, incrementando para ello el intercambio de información entre los participantes del mercado. Igualmente, la realización de publicaciones informativas y de estudios de mercado del producto, a la vez que la organización de eventos que sirvan de plataforma informativa y comercial para los emisores de covered bonds españoles, pueden servir de gran ayuda. Todo al objeto de incrementar el peso de las cédulas en las carteras de inversión asiáticas y norteamericanas en las que todavía nuestro papel está relativamente poco representado.

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El mercado de los covered bonds en España: financiación en los mercados de capitales internacionales

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Julio Antonio Yanes Mesa (Güímar, Islas Canarias, 1951) es doctor en Historia (1991) y Periodismo (2000) por la Universidad de La Laguna, donde ejerce como profesor titular de Historia de la Comunicación. Ha desarrollado sus líneas de investigación a partir de la prensa canaria en su doble dimensión de sujeto y objeto de investigación histórica para, con la paulatina diversificación de las fuentes al objeto de ir dando repuesta a los problemas planteados, abordar temas diversos centrados preferentemente en los años de entreguerras (1914-1945), tales como el periodismo escrito, la emigración, las reclutas militares, el agua, la vida cotidiana, el sector tabaquero, la dinámica de la propiedad inmobiliaria o, para no hacer excesivamente extensa la relación, la radiodifusión. En la actualidad, su producción historiográfica rebasa, entre libros, artículos científicos y recensiones, el centenar de publicaciones científicas.


MACRO Y MICROHISTORIA DEL PERIODISMO ESCRITO: LA APORTACIÓN VIVENCIAL DEL ÁMBITO DE LAS ISLAS CANARIAS A LA PERSPECTIVA MUNDIAL Julio Antonio Yanes Mesa Departamento de Ciencias de la Información Universidad de La Laguna


Resumen En el presente artículo, recreamos el estado actual de los conocimientos generados por nuestra línea de investigación sobre la historia del periodismo canario, con la cual nos hemos propuesto construir un conocimiento científico a partir del estudio previo y minucioso de todas las partes que componen el todo, a la luz del estado de la cuestión del tema a escala mundial. En nuestra exposición, subyace la reivindicación de la construcción de la Historia, tanto sectorial como general, desde abajo hacia arriba, esto es, desde lo particular a lo general, sin condicionar el proceso por teorías que encaucen la información obtenida de las fuentes por derroteros predeterminados. Palabras clave: Historia del periodismo, microhistoria, macrohistoria, edad de oro de la prensa, Islas Canarias.

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Macro y microhistoria del periodismo escrito: la aportación vivencial del ámbito de las Islas Canarias a la perspectiva mundial1

En los tiempos que corren para la Historia, marcados por los desafíos metodológicos y epistemológicos de las corrientes posmodernas en sus dos versiones, estructural y posestructuralista, el quehacer del historiador ha quedado en entredicho por las sombras arrojadas sobre la posibilidad de recuperar con un mínimo de rigor la experiencia histórica de la humanidad. Un papel central en la argumentación esgrimida por los defensores de tales tesis ha desempeñado el llamado giro lingüístico, esto es, la elevación del lenguaje al más alto nivel en la formación del pensamiento humano, hasta el extremo de deshacer la relación existente entre la conciencia y la realidad extralingüística y, con ello, negar que la historiografía haga referencia a la realidad histórica. Sobre tales bases, uno de los teóricos más radicales, Keith Jenkins, ha llegado a afirmar que “la Historia es un discurso cambiante y problemático, que aparentemente trata sobre un aspecto del mundo, el pasado” (Jenkins, 2009, p. 34), lo que supone homologar, prácticamente, la Historia a los textos de ficción. No obstante, ya hay estudiosos que, tras analizar con detenimiento la génesis y los frutos cosechados por el posmodernismo, lo evalúan, simplemente, como “un fenómeno histórico que ha seguido el patrón usual: surgimiento y adquisición de importancia, crecimiento exuberante y, en la actualidad, un enfriamiento de los intentos revolucionarios para modificar parcialmente el pensamiento y la práctica histórica”. Y entre esas modificaciones, una de las más perentorias es atender “la vida verdaderamente vivida” (Breisach, 2009, pp. 11 y 215), lo que, implícitamente, corrobora el interés de la microhistoria como vía para, a través del sucesivo análisis con minuciosidad de todas las partes de cada realidad investigada, construir poco a poco el conocimiento científico de la Historia. En los renglones que siguen, nos proponemos contrastar dos visiones, una general y otra circunscrita al ámbito específico de las Islas Canarias, sobre la historia del periodismo escrito con el propósito de detectar los paralelismos 1 En el presente artículo se desarrolla el contenido de la conferencia impartida en el módulo Entre lo local y lo global: los medios en transformación, del curso Medios de comunicación, ética y democracia, celebrado entre los días 18 y 22 de mayo de 2009 en la Facultad de Filosofía, integrado en el ciclo Cursos de extensión universitaria-interdisciplinares 2009 del Vicerrectorado de Relaciones Universidad y Sociedad de la Universidad de La Laguna.

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existentes entre ambas y, además, dejar en evidencia la riqueza de los matices vivenciales que aportan los espacios conocidos, como es el caso nuestro con el canario, a través de sucesivas microhistorias complementarias a la construcción del conocimiento histórico.

Macrohistoria del periodismo escrito Los orígenes

En contraposición a los medios audiovisuales, cuya presencia en la sociedad no se ha producido hasta bien avanzado el siglo XX, los orígenes del periodismo escrito pueden rastrearse en el tiempo, en función del grado de imprecisión que le concedamos al concepto periódico, desde la antigüedad. En efecto, historiadores como Giuliano Gaeta han detectado la existencia de medios rudimentarios de comunicación escrita en las civilizaciones antiguas, desde Egipto hasta el Imperio Romano, pasando por Persia y Grecia. La más popular de estas manifestaciones fue el álbum, un muro blanqueado con cal en el que, por medio de un pincel y pintura roja o negra, se daban a conocer con la periodicidad impuesta por las circunstancias las disposiciones de las autoridades y los anuncios de los particulares cuya perpetuación era innecesaria. Asimismo, durante el Imperio, en los talleres de los copistas esclavos del emperador se manuscribían productos periodísticos en el típico formato griego del rollo de papiros, caso del Anuario, en el que se compendiaban los acontecimientos más importantes del año, o de la especie de diario de sesiones que recogía las deliberaciones del Senado. A nivel particular, la élite romana también dio circulación a iniciativas similares en forma de crónicas que recreaban los principales acontecimientos de los estamentos sociales más altos, tales como los nacimientos, los matrimonios, las defunciones, los viajes, etcétera (Innis, 1997, pp. 51-59). Con antelación a Giuliano Gaeta, el primer historiador de los medios de comunicación a escala global, Georges Weill, había desechado tales manifestaciones aduciendo que sólo podía hablarse de periodismo a partir del desarrollo de la burguesía y, en particular, de la invención de la imprenta a mediados del siglo XV. Otros autores posteriores que manejan definiciones de periódico aún más restrictivas, caso de “publicación regular, impresa, con contenidos variados, producida mediante instrumentos mecánicos para su difusión y consumo social que, a su vez, es modificada por la respuesta que genera en el público” (Bordería Ortiz, Laguna Platero & Martínez Gallego, 1996), retrasan el nacimiento de la prensa varios siglos más, hasta llegar a los mismísimos albores de la contemporaneidad. Por encima de tales diferencias, aquellas manifestaciones primitivas de la comunicación social escrita que, con periodi-

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cidad irregular, estuvieron presentes en la antigüedad, entraron en regresión tras la crisis del siglo III hasta desaparecer con la llegada de los tiempos medievales. En efecto, a lo largo de la alta edad media, la inseguridad reinante por las correrías de los pueblos germanos, la ruralización de la economía, el colapso comercial, la feudalización y el retroceso cultural, se encargaron, al unísono, de hacer pasar a mejor vida todos los canales de información escrita que, con algún tipo de regularidad, funcionaban en la sociedad. Un indicador del cambio histórico que subyacía en tales hechos fue la relegación, desde el siglo VII, del tradicional formato del rollo de papiros egipcio de los escribientes en beneficio del códice de pergaminos, el precedente del libro actual (Weitzmann, 1990; Cavallo & Chartier, 2001). Por entonces, con el proceso de regresión cultural tocando fondo por la expansión del Islam, la escritura había quedado confinado en los monasterios que, desde Oriente, se habían expandido por Occidente, al tiempo que todos los vestigios de periodismo escrito, por rudimentarios que fueran, habían desaparecido de la faz de la tierra. La prehistoria El cambio de coyuntura llegó en el año mil, cuando las mejoras climáticas, el cese de las correrías de los bárbaros, el perfeccionamiento de los aperos de labranza y la roturación de nuevas tierras de cultivo, empezaron a generar cosechas cada vez más abundantes y, con ellas, incrementos de población, reactivación de la vida urbana y el comercio y, como colofón, el resurgimiento de la circulación de información en el viejo continente. El proceso, inicialmente circunscrito a la vertiente oral que espontáneamente trasladaban los juglares, peregrinos y mercaderes, pronto se enriqueció con un tipo de comunicación manuscrita que, en formato epistolar, empezaron a intercambiarse con periodicidad irregular los abades y priores de los monasterios y conventos, todavía convertidos en refugios de la escritura y la cultura (Burke, 1997, pp. 109-120; Álvarez Fernández, 1991; Aguilera Castillo, 1988, pp.107-261). Esta etapa, en la que a renglón seguido aparecieron otros productos manuscritos para dar satisfacción a la información utilitaria demandada por la incipiente burguesía, ha sido considerada por muchos investigadores como la prehistoria del periodismo. En la baja edad media, ya en vísperas de la invención de la imprenta, el incesante desarrollo de las actividades burguesas multiplicó el número y la tipología de los soportes que trasladaban la información manuscrita con periodicidad irregular. Los polos geográficos que dinamizaron el sector fueron Venecia y Flandes, y los temas demandados iban desde los precios hasta la situación

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política de los distintos países, pasando por el estado de las vías terrestres y marítimas, la presencia de la competencia y, en definitiva, todo aquello que contribuyera a optimizar la gestión económica (Espejo Cala, 1998). La protohistoria La imprenta de tipos móviles de Johan Gutenberg, cuya referencia inicial es la Biblia de Mazarino de 1456, aportó un elemento fundamental para el desarrollo del periodismo al permitir la multiplicación de los ejemplares de las sucesivas ediciones por procedimientos mucho más ágiles y fiables que el manuscrito vigente hasta el momento (Eisenstein, 1994; McLuhan, 1985). El papel, introducido de China en el siglo XII, y el uso de una tinta grasa, fueron los componentes complementarios del mecanismo que hizo posible la reproducción de los textos mediante la composición, letra a letra, de planchas imprimibles con un sistema vertical de presión similar al de la prensa de vino. De inmediato, el invento se extendió por toda Europa occidental hasta el extremo de que a finales del siglo XV (Sáinz de Robles, 1973), cuando se dio por concluido el período de los incunables, había 73 talleres de impresión en Italia, 50 en Alemania, 45 en Francia, 20 en la península Ibérica y 4 en Inglaterra. Para entrever las limitaciones del sector editorial antes de la llegada de las revoluciones burguesas, basta con recordar que el potencial mercado lector se reducía, prácticamente, al estamento privilegiado y a la emergente burguesía por el bajísimo nivel de vida y el analfabetismo existentes entre el resto de la población. Tales dificultades, sin embargo, fueron en buena medida paliadas por el interés informativo que suscitaban las convulsiones de la época, caso del nacimiento de los Estados modernos y el reforzamiento del poder real, la reforma protestante y los subsiguientes conflictos político-religiosos o los descubrimientos ultramarinos (Mullett, 1990). Estos acontecimientos, unidos a la mayor demanda de información de la burguesía a remolque del desarrollo del comercio, generaron un sinfín de impresos de carácter polémico o utilitario, los cuales circularon con periodicidad irregular por los enclaves urbanos, los puertos y las rutas más transitadas al servicio de la controversia religiosa o ideológica, el interés político, el espíritu mercantil o, simplemente, la curiosidad popular. El prototipo más característico de este paleoperiodismo eran unos folletos que, nominados relaciones de sucesos en España, ocasionales en Francia y corantas en Italia, lucían en la portada un grabado en madera, el título y el lugar de edición, los cuales relataban un solo acontecimiento con una extensión que no solía exceder las 8 páginas. Entre los temas que se hicieron merecedores de un tratamiento informativo de tales características figuraron las catástrofes, los naufragios, los motines y las batallas, así como las fiestas y las celebraciones,

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sin olvidar los eventos excepcionales y otros de tanto impacto social como los descubrimientos allende el Atlántico. Las Islas Canarias, incorporadas a la corona de Castilla a finales del siglo XV, dieron pie a una temática muy específica dentro de las relaciones de sucesos hispanas por su emplazamiento en la ruta hacia América y los ataques piráticos (González Antón & Isac Martínez de Carvajal, 1993, pp. 445-460). Como dijimos líneas atrás, la circulación de estos impresos se circunscribió a los enclaves más dinámicos del mundo occidental, quedando al margen de su presencia las áreas rurales que, por cierto, eran el grueso del territorio del viejo continente. Algunos estudiosos tan acreditados como Pierre Albert (Albert, 1990, pp. 15 y 16), queriendo ver los precedentes del periodismo moderno en esta época, han resaltado las diferencias existentes entre el contenido de las relaciones de sucesos con el de los canards, que narraban hechos sobrenaturales y crímenes, y el de los libelos nacidos al calor de las polémicas desatadas por la Reforma. Desde tales perspectivas, mientras las relaciones de sucesos eran el soporte de la información sobre la actualidad, evidentemente, dentro de las limitaciones y los tiempos de la época, los canards (noticia falsa) ofrecían acontecimientos de interés humano y los libelos daban cauce a las opiniones. Para ilustrar la falta de consenso existente a la hora de establecer las tipologías clasificatorias de este paleoperiodismo, basta con observar que algunos autores españoles (Braojos Garrido, 1999, p. 20) aplican el término ocasionales a los impresos que relataban un solo acontecimiento y el de relaciones, a secas, a aquellos otros que informaban sucintamente de varios hechos. Los primeros impresos que adquirieron una periodicidad fija, aunque en base a ediciones muy distanciadas entre sí, fueron los que concurrían a ferias como las de Frankfurt, cuya celebración bianual, en otoño y primavera, provocó la irrupción de las primeras publicaciones semestrales (Sáiz García, 1990; Álvarez Fernández, 1991). Con un contenido muy similar, Samuel Dilbaum y el impresor Leonhard Straub editaron en Rorschach, localidad sita en las inmediaciones del lago Costanza, antes de finalizar el siglo XVI el considerado primer mensuario de la historia. La afirmación, fruto de la visión eurocéntrica dominante en los estudios históricos sobre la comunicación social, queda en evidencia a la luz del conocimiento que en China se tenía de la imprenta desde mediados del siglo VIII, aunque no de tipos móviles de metal sino de molde de madera (Carter, 1997, pp. 127-140), con la cual se estaba editando un periódico oficial desde el siglo IX, Kin Pau, en un principio con periodicidad mensual y luego, desde 1361, semanal (Albert, 1990, p.14). Por entonces, sin embargo, mientras el periodismo seguía creciendo en Europa occidental al calor del crecimiento económico, en China quedaba estancado como un exponente más del estancamiento del contexto.

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Los inicios de la historia La periodicidad regular se consolidó en el sector desde inicios del siglo XVII por el desarrollo del capitalismo, las mejoras de las rutas terrestres y, sobre todo, la apertura a los particulares del servicio postal privado de los poderes públicos, en Francia desde 1464, en Inglaterra desde 1478 y en España desde 1504 por los Reyes Católicos. El fruto más relevante del proceso fueron las gacetas, unos impresos con información variada que, editados en un principio de manera eventual, luego ajustaron su aparición a la regularidad que permitía poner en práctica el funcionamiento del correo (Albert, 1990; Álvarez Fernández, 1991; Sáiz García, 1990; Bordería Ortiz, Laguna Platero & Martínez Gallego, 1996). La edición semanal, con una portada titulada, ilustrada, fechada, domiciliada y numerada, y unos contenidos colocados a una sola columna precedida de la fecha y el lugar de procedencia de la información, eran los rasgos distintivos del producto informativo que para la mayoría de la comunidad científica inauguró la historia del periodismo. Su presencia no conllevó la desaparición de las relaciones de sucesos ni de las hojas manuscritas que, por paradójico que pueda parecer, alcanzaron su apogeo en el siglo XVII merced a la demanda de informaciones muy concretas de la burguesía, la baratura del procedimiento cuando se trataba de tiradas muy reducidas y la fuerte censura que pronto recayó sobre los impresos. En efecto, ante el temor que empezó a suscitar la creciente circulación de información en el convulso contexto de la época, todos los gobiernos absolutistas establecieron una legislación fuertemente restrictiva en base al sistema del privilegio y de la autorización previa, al tiempo que la producción periodística quedaba integrada en la típica estructura gremial del Antiguo Régimen. La primera publicación de la que se tiene constancia que circuló con los aspectos formales señalados fue Las Noticias de Amberes, un quincenario editado a partir de mayo de 1605 en los idiomas flamenco y francés por el impresor Abraham Verhoeve, el cual ha sido catalogado por muchos investigadores como el primer periódico moderno. Para ilustrar la íntima relación existente entre la implantación territorial del periodismo y el desigual desarrollo del viejo continente, basta con observar las fechas en las que aparecieron las primeras gacetas en las principales ciudades. A saber: Estrasburgo, en 1605; Basilea, en 1610; Francfort, en 1615; Berlín, en 1617; Hamburgo, en 1618; Stuttgart y Praga, en 1619; Colonia y Ámsterdam, en 1620; París, en 1631; Florencia, en 1636; Roma, en 1640; Lisboa, en 1641; Madrid, en 1661; Londres, en 1665 (aunque precedida de un notable desarrollo del sector privado); Nápoles, en 1681; y, para no hacer interminable la relación, San Petersburgo, en 1703. Especial mención entre las gacetas citada merece, por los innumerables imitadores que tuvo en años sucesivos, la que Théophraste Renaudot fundó en París en 1631

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con el apoyo del cardenal Richelieu, la cual ofrecía información y opinión, evidentemente, dentro de las directrices de la monarquía absoluta francesa, e insertaba anuncios (Albert, 1990). Los dos primeros modelos históricos: el literario y el ideológico A inicios del siglo XVIII, Inglaterra alumbró el primer diario del mundo, Daily Courant (1702-1735), logro que en España no se consiguió hasta 1758, cuando Mariano Nipho editó el Diario noticioso, curioso-erudito, comercial, público y económico (Enciso Recio, 1956). Por entonces, el periodismo ya había rebasado los límites del viejo continente para dar fruto, aunque todavía de manera muy rudimentaria, en la otra orilla del Atlántico, donde la imprenta había llegado a México entre 1532 y 1535, y a las trece colonias inglesas en 1638 con la fundación del, por entonces, colegio Harvard en Massachussets (Sánchez Aranda, 1998). Sobre tales premisas, los primeros periódicos de uno y otro contexto fueron The Publick Ocurrentes (1690) en el ámbito anglosajón, editado por un publicista huido de Inglaterra, Benjamín Harris, el cual fue cerrado de inmediato por las autoridades; y La Gaceta de México (1722), el homólogo de Latinoamérica, éste promovido por el sacerdote Juan Ignacio de Castorena Ursúa (Sánchez Aranda, 1990, pp. 185-224). En las Islas Canarias, donde la imprenta se había establecido en 1751, el primer periódico impreso, tan primitivo como los dos precitados, apareció en 1785, Semanario Misceláneo Enciclopédico Elementar (sic), a iniciativa de Andrés Amat de Tortosa, un ingeniero ilustrado que se había desplazado de la península para hacer algunas obras de fortificación en el archipiélago (Yanes Mesa, 2003, pp. 64-69). Por entonces, en vísperas del estallido de la Revolución Francesa, la situación de la prensa era tan desigual en el mundo que mientras en Inglaterra había sido catalogada por el político Edmund Burke como cuarto poder, en Francia, la otra potencia de la época, todavía se desenvolvía dentro de las estructuras del antiguo régimen. En efecto, la monarquía absoluta francesa mantuvo prácticamente incólume el sistema informativo creado en el siglo XVII en torno a tres cabeceras hasta el estallido de la revolución en 1789, La Gaceta de París (1631), el semanario Journal des Savants (1665) y el mensuario Mercure Galant (1672), bajo el común denominador de una orientación erudito-literaria por la ausencia de libertades. Las tres publicaciones, plasmando la cultura francesa y provocando la irrupción de un sinfín de imitadoras, a su imagen y semejanza, en los países que también continuaban anclados en el antiguo régimen, contribuyeron de manera decisiva al predominio que la moda parisina ejerció en Europa en aquellos años. Tras vivir su etapa más brillante en el reinado de Luis XIV (1661-1715), cuando el Absolutismo alcanzó todo su esplendor, el sistema se abrió luego levemente con nuevas autorizaciones gubernamentales, lo que

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hizo posible la aparición, entre otros, de Le Journal de París (1777), el primer diario de Francia, promovido por el literato Pedro Antonio de La Place (17071793). Las enormes dificultades de éste para competir con la prensa oficial, dado que La Gaceta de París continuó conservando el monopolio de las informaciones políticas, tanto del reino como del extranjero, deja patente la solidez del sistema hasta que en 1789 llegó la hora de su desmantelamiento. Al margen de la orientación erudito-literaria, pues, el otro rasgo distintivo de la prensa francesa del siglo XVII y casi todo el XVIII fue la enorme estabilidad, dado que, prácticamente, funcionó sobre los mismos pilares a lo largo de todo el período (Albert, 1990). En Inglaterra, sin embargo, desde la aparición del primer periódico, A Current of general News (1622), un semanario nacido al calor del interés informativo que suscitaba la guerra de los Treinta Años (1618-1648) en el viejo continente, la prensa empezó a secundar las críticas de la pujante burguesía al poder absoluto de los Estuardo. Fruto de ello fue el duro enfrentamiento dialéctico y militar que, a lo largo de casi todo el siglo XVII, sostuvo el Parlamento contra la monarquía en reivindicación del control del poder político, en concreto, durante los reinados de Carlos I (1625-1649) y, tras el paréntesis republicano de Oliverio Cromwell (1599-1658), Carlos II (1660-1685) y Jacobo II (16851688). Consecuencia de la enconada pugna fue el desarrollo de una prensa muy ideologizada al servicio del bipartidismo que, poco a poco, se fue configurando en torno a la facción burguesa de los whigs, partidaria de fortalecer el poder del Parlamento, y la noble y cortesana de los tories, ésta defensora de las prerrogativas a la corona. Al final, la oposición de ambos partidos provocó la huida de Jacobo II a Francia en 1688 y, a renglón seguido, la llegada de Guillermo de Orange (1688-1702), que asumió la corona por “invitación del pueblo y el Parlamento”, lo que se tradujo, entre otras cosas, en el establecimiento de las bases teóricas para la división de poderes, la supremacía del legislativo y la definitiva supresión, en 1695, de la restrictiva legislación que desde 1662 limitaba la labor informativa de los periódicos. Antes de finalizar el siglo XVII, pues, con el reconocimiento implícito de la libertad de expresión como un derecho natural de los ciudadanos, la prensa inglesa había institucionalizado el decisivo papel que, desde décadas atrás, había paladeado en la lucha política de los whigs y los tories. Con el marco jurídico más moderno de Europa desde la revolución incruenta de 1688, y al servicio del bipartidismo político, el periodismo británico dio vida a un sinfín de cabeceras a lo largo del siglo XVIII con una línea editorial esencialmente ideológica, no erudito-literaria como por las razones comentadas ocurría a las coetáneas francesas. Previamente, ante la eclosión de un cúmulo de órganos con reivindicaciones cada vez más radicales y revolucio-

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narias, los whigs y los tories habían consensuado desde 1697 un procedimiento para acallar a los portavoces de los sectores sociales que podían poner en tela de juicio los intereses de la clase dominante. El mecanismo funcionó en torno a dos impuestos, el timbre y las tasas por los anuncios, los cuales, sin contravenir el derecho a la libertad de expresión de todos los ciudadanos, encarecieron lo suficiente la edición de las publicaciones como para dejar el beneficio social de tal derecho reducido, de hecho, a las clases más favorecidas por el sistema, las más interesadas en su perpetuación. Al margen de los órganos de los whigs y los tories, el periodismo británico alumbró en el siglo XVIII títulos tan relevantes como el citado Daily Courant (1702-1735) de Samuel Buckeley, cuya línea editorial adquirió una orientación informativa; The Spectator (17111712) de Richard Steele y Joseph Addison, que cultivó un periodismo de reflexión abandonando la militancia política para discernir, con agudeza, sobre los principios, los valores sociales y los supuestos éticos de la época; y, en las mismas vísperas de la Revolución Francesa, The Times, fundado por John Walker en 1785 bajo el título, hasta que 1788 lo cambió, The Daily Universal Register, un diario esencialmente informativo llamado a tener un protagonismo de primer orden en la historia del periodismo escrito (Albert, 1990; Weill, 1994). La consolidación del modelo informativo Conforme avanzó el siglo XIX, el ascenso de la burguesía, la revolución industrial y la implantación del liberalismo se encargaron de introducir en los países punteros de occidente un acelerado crecimiento económico y social sin precedentes en la Historia. Para entrever la profunda mutación que, conforme avanzó el siglo, experimentó el contexto en el que la prensa desarrollaba su labor, basta con calibrar la progresiva incidencia en el mercado lector (Lyons, 2001, pp. 539-589) de factores tales como la llamada explosión demográfica, la fuerte subida de los índices de alfabetización, el incremento del poder de compra y, en general, las mejoras del nivel de vida de las, cada vez más, pujantes clases medias. Todo ello, dentro de un espectacular desarrollo de los núcleos urbanos, el entorno natural de la prensa, a consecuencia del llamado éxodo rural, lo que conllevó el despegue de la sociedad de masas y el nacimiento de nuevas actividades para facilitar la integración y dar contenido al ocio de los recién llegados a la ciudad, donde los roles sociales, en contraposición a los de las áreas rurales de procedencia, estaban en continua mutación por la instalación, entre otras innovaciones, de la luz eléctrica, el teléfono o el tranvía. Para mayor buenaventura, la supresión de la legislación restrictiva que hasta el momento había hecho de la prensa un producto elitista hizo que ésta rebasara sus tradicionales cotos reducidos de circulación para llegar a las clases populares.

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En efecto, en un contexto tan dinámico, los periódicos incrementaron de manera incesante sus tiradas y mejoraron su infraestructura tecnológica con la sustitución de las viejas imprentas planas por linotipias, estereotipias, rotativas y fotograbados que, a la sazón, agilizaban los procesos de producción. En consecuencia, los diarios punteros dispararon sus ingresos por ventas y, sobre todo, por publicidad conforme avanzó el siglo para, poco a poco, generar las primeras empresas periodísticas autónomas de la historia al calor de la creciente capitalización del sector. Tal logro se hizo bien visible en Nueva York en los años ochenta, en Londres y París en la década siguiente, y en el resto del mundo occidental en sucesivas oleadas posteriores, en función del desarrollo socioeconómico de cada territorio. Junto con la prensa, los espectáculos de variedades, los musicales, los deportes y, desde finales de siglo, el cine mudo, también sirvieron para dar cohesión a los nuevos espacios de sociabilidad urbanos y, con ello, ofrecer las referencias colectivas que precisaba un conglomerado de gentes tan diversas. Paralelamente, los países más avanzados implantaron el sufragio universal masculino, lo que deja en evidencia que la prensa, convertida también en un producto de masas, en lugar de subvertir el orden social como habían vaticinado los teóricos del liberalismo doctrinario partidarios de limitar su desarrollo, se había convertido en un instrumento integrador de las clases medias y populares en la nueva dinámica sociopolítica del mundo occidental (García González, 1999, pp. 49-99). Para comprender el papel de avanzadilla que jugó Nueva York en el proceso, basta con recordar que, entre 1880 y 1914, la población de la urbe pasó de los dos millones de habitantes a casi cinco millones y medio, esto es, tendió a triplicarse en 35 años, de los que un tercio habían nacido en el extranjero. Con un mercado lector tan pujante y heterogéneo, Joseph Pulitzer (18471911) y William Randolph Hearst (1863-1951) forjaron dos diarios, The World (1883) y The New York Journal (1895), que calaron rápidamente en las clases populares (Sánchez Aranda,1998) con estrategias sensacionalistas e, incluso, amarillistas, la mayoría de las cuales basadas en la manipulación informativa contra la presencia española en Cuba (Companys Monclús, 1998), lo que disparó las ventas de ambos periódicos hasta llegar al millón de ejemplares antes de finalizar el siglo (Emery, 1966). En Londres, el artífice de tal logro fue Alfred Harmsworth, el futuro lord Northcliffe, el cual se inspiró en sus colegas norteamericanos para fundar dos diarios, The Daily Mail (1896) y The Daily Mirror (1903), que pronto también alcanzaron tiradas millonarias, en su caso, utilizando como señuelo informativo los éxitos que por entonces cosechaba el Imperio Británico. En París, la prensa de masas llegó de la mano de cuatro viejos diarios, Le Petit Journal, Le Petit Parisien, Le Matin y Le Journal, cuya propiedad estaba repartida en varios accionistas, los cuales combinaron la fórmula anglosajona con la tradición literaria propia para, al calor de las

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tensiones imperialistas de la época y la fuerte controversia desatada entre 1894 y 1906 en el país por el affaire Dreyfus (1859-1935), emular y, en algún caso, sobrepasar las ventas de los diarios punteros de Nueva York y Londres (Albert, 1990; Pizarroso Quintero, 1994). En definitiva, a inicios del siglo XX la prensa se había convertido en un producto de masas en las áreas más desarrolladas del mundo occidental, donde los diarios sensacionalistas y amarillistas supieron sembrar, con estrategias informativas que giraban en torno a la emocionalidad, el hábito de la compra diaria del periódico entre las clases populares. Junto a estos diarios gritones, los destinados al segmento minoritario de los lectores que brindaban las clases sociales más altas e instruidas, caso de The New York Times (1851), The Times (1785) y Le Temps (1829) de París, se adaptaron a los nuevos tiempos para, con el recurso a la racionalidad y el rigor informativo, consolidar su posición en el mercado, bien es verdad que con volúmenes de ventas más reducidos, aunque no es menos cierto que a precios de venta más altos y con carteras publicitarias mucho más remuneradoras por el alto perfil de sus clientelas (Schudson, 1997, pp. 203-212; Álvarez Fernández, 1987). Unos y otros, por lo demás, protagonizaron la edad de oro de la prensa, esto es, la irrepetible coyuntura en la que los periódicos, una vez se habían convertido en empresas autónomas, ejercieron la función informativa con una independencia que hasta entonces no habían podido paladear y, para mayor buenaventura, en un régimen factual de monopolio, dado que todavía no habían aparecido los medios audiovisuales (Weill, 1994). La primacía del quehacer explicativo e interpretativo Con el fuerte desarrollo de la radio y, luego, de la televisión tras las dos guerras mundiales (Albert & Tudesq, 2001), la prensa no solo ha perdido su condición de único medio de comunicación social sino que, además, ha quedado cada vez más desfasada en el servicio de la noticia a la ciudadanía por la mayor inmediatez de las ondas radiofónicas y audiovisuales (Faus Belau, 1995). Conscientes de ello, los diarios han concentrado cada vez más su labor en la explicación y la interpretación de la información que, de antemano, dan por conocida a los lectores a través de los medios audiovisuales. Con la reciente irrupción de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, la prensa ha mantenido el tipo acentuando tal cometido en un mundo globalizado en el que cada vez más reina la instantaneidad (McLuhan & Powers, 1996). En la incierta coyuntura que perfilan los inicios del tercer milenio, con la incertidumbre acechando a tantos ámbitos culturales de la sociedad, el tradicional periodismo escrito sobre el papel todavía resiste, lo que es a todas luces deseable porque sigue siendo la mejor plataforma para efectuar una lec-

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tura sosegada de la problemática actual. Más aún cuando ofrece versiones de ésta desde tantas perspectivas como de cabeceras editadas, lo que permite a los ciudadanos hacerse su propia opinión y, con ella, optimizar el funcionamiento de la democracia.

Microhistoria del periodismo escrito: el caso de las Islas Canarias El cometido erudito-literario inicial (1758-1868) Los primeros balbuceos del periodismo canario datan de la segunda mitad del siglo XVIII, esto es, de la época en la que el medio ya se hacía merecedor en Inglaterra para Edmund Burke del calificativo cuarto poder, cuando en La Laguna aparecieron los primeros periódicos elaborados en las islas. En un principio, el sector cristalizó, al igual que hiciera en las otras áreas del Estado, en letra manuscrita para, antes de finalizar el siglo, hacerlo ya en letra de molde merced a la imprenta que, en 1751, había traído a la isla el impresor sevillano Pedro José Díaz Romero. Mientras subsistieron las estructuras del antiguo régimen, la naciente prensa isleña, como toda la española del siglo de la Ilustración, centró su interés en temas diversos con las típicas pretensiones erudito-literarias y pedagógicas de la época (Rojas Friend, 1992, pp. 202-561). Luego, tras el fallecimiento de Fernando VII en 1833 y el comienzo de la revolución liberal, el periodismo isleño siguió inmerso en el quehacer literario de tradición francesa, en este caso, por el establecimiento del depósito previo para tratar asuntos políticos en cuantías prohibitivas para los editores canarios. En coherencia con el atraso socioeconómico del archipiélago y las altas tasas de analfabetismo, superiores al 90 por 100, la tirada de los periódicos isleños del momento estaba reducida a una orquilla que iba desde la decena de los manuscritos a los pocos centenares de los impresos, lo que no fue óbice para que éstos intentaran sintonizar con los madrileños, siempre en estadios más avanzados, conforme avanzaron los años de la revolución liberal. Por entonces, el quehacer erudito-literario unido a la lentitud con la que discurría el tiempo histórico, libraba de caducidad a los ejemplares editados, lo que hace explicable las numeraciones correlativas de las páginas de los sucesivos números editados con vistas a encuadernaciones posteriores en libros, porque los contenidos no perdían vigencia con el paso del tiempo. Muchos son los indicadores objetivos que, dentro de una cierta evolución en las publicaciones de mayor continuidad, remarcan la precariedad del periodismo isleño del momento, aunque las casi ochenta cabeceras gestadas entre 1758 y 1868 en Tenerife y Gran Canaria hagan pensar al observador incauto lo contrario. Así, los formatos, que del tipo boletín evolucionaron,

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poco a poco, al de revista, no adquirieron las dimensiones propias para un periódico hasta mediados de siglo; los paginados, asimismo, bascularon entre los editados a periodicidad más continua entre las dos y las cuatro páginas; los períodos de permanencia, aunque paulatinamente alargados, fueron tan fugaces que más de un tercio no sobrevivió a los tres meses; y las periodicidades fueron tan espaciadas, que las ediciones diarias se pueden contar con los dedos de una mano. A tono con todo ello iba la infraestructura tecnológica del sector, reducida a las máquinas planas de los escasos talleres tipográficos instalados en La Laguna, Santa Cruz y Las Palmas por aquellos años y, desde mediados de siglo, al muy ocasional uso del grabado en madera para ilustrar los paginados. El rudimentario semblante de los periódicos iba acorde con la escasa solvencia de los promotores, muchas veces los propios tipógrafos, cuando no alguna asociación o colectivo, las más de las veces, literatos aficionados movidos por un cierto altruismo no exento de ciertas dosis de vanidad. Luego, para mantener la edición, los problemas se multiplicaban, puesto que los ingresos provenían exclusivamente de las ventas de tiradas tan raquíticas que, en el mejor de los casos, suponían algunos, muy pocos, centenares de ejemplares, toda vez que la publicidad todavía no había despuntado en las islas. A la hora de compendiar los hitos inaugurales más relevantes del periodismo canario, debemos retrotraer nuestra atención a los manuscritos Papel Hebdomadario (1758-1759), el primer periódico del archipiélago, obra del ilustrado tinerfeño José de Viera y Clavijo (Maffiotte La Roche, 1905) y Correo de Canarias (1762), éste de autoría desconocida y enfrentado, con una insólita orientación anglófila, a la prensa madrileña de la época; así como al pionero de los impresos, Semanario Misceláneo Enciclopédico Elementar (1785-1787), promovido por el ingeniero e ilustrado andaluz Andrés Amat de Tortosa (Rojas Friend, 1992, pp. 202-561). Asimismo, para ilustrar el campo de interés en el que hizo sus primeros pinitos el sector, debemos recapitular otras cabeceras posteriores cuyas trayectorias brillaron por su singularidad dentro de las notas dominantes del momento, caso del primer diario, El Atlante (1837-1839) de Pedro Mariano Ramírez, que polemizó desde posturas moderadas con el también diario El Tribuno (1837) de Claudio Grandy, éste de tendencia progresista, en el breve paréntesis de permisividad que estuvo en vigor a raíz del motín de la Granja. Con los años cuarenta nació otro efímero diario, El Isleño (1840), el cual fijó su atención en la temática canaria e incluyó, por vez primera en las islas, el típico folletín literario que los periódicos decimonónicos españoles lucieron siguiendo la tradición francesa. Otros títulos singulares fueron el semanario La

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Aurora (1847-1848), cuyas páginas especializadas en literatura consolidaron el romanticismo en las islas; y el decenario El Avisador de Canarias (1850-1851), el cual desató la primera campaña periodística de las islas al reivindicar, en oposición a los sectores agrarios, el establecimiento de un régimen de franquicias para el archipiélago, sin arredrarse ante las continuas sanciones que sufrió de las autoridades locales. Un nuevo conato de prensa ideológica más radical brotó en el bienio progresista, cuando el semanario dominical La Asociación (1855-1856) de José Antonio Pérez Carrión intentó sintonizar, dentro de las limitaciones de la época, con los principios demócratas. Pero por entonces, el tema más recurrente del periodismo canario era el pleito insular, en plena efervescencia desde la promulgación provisional del primer decreto divisionista del archipiélago en 1852 y, a su calor, de la aparición del El Porvenir de Canarias (1852-1853) en Las Palmas, el primero de los periódicos privados de Gran Canaria. Entre el cúmulo de cabeceras editadas en ambas islas hasta la huida de Isabel II, las más sólidas fueron El Ómnibus (1855-1868) de Las Palmas y El Guanche (1858-1869) de Santa Cruz de Tenerife, las cuales cedieron, poco a poco, en el enconado enfrentamiento que sostenían las ciudades donde eran editadas por conseguir la hegemonía en el archipiélago. En definitiva, el siglo largo que media entre 1758 y 1868 conformó una etapa esencialmente pedagógica, erudita y literaria (variables cuya incidencia se dejó notar por el orden indicado) dentro de los límites temáticos que marcaron los periódicos precitados, los más singulares del momento. Junto a la despolitización y el escaso protagonismo que tenía la actualidad (todavía el imperio de la noticia estaba a años luz de la realidad insular), acaso fue la homogeneidad, puesto que ningún sector de la prensa evidenció mayor empaque que otros, la otra nota distintiva del periodismo canario durante aquellos años (Yanes Mesa, 2003a, pp. 77-140; Martín Montenegro, 1990). La etapa ideológica (1868-1914) Con la llegada del sexenio democrático, el periodismo no sólo gozó de la más completa libertad de expresión en las islas, sino que, además, se vio favorecido por una serie de medidas que, como la supresión del depósito previo, el abaratamiento del papel y la reducción de los derechos de timbre, pretendían estimular su desarrollo. El súbito despertar de la vida política, hasta entonces monopolio de la oligarquía local, vacía de idearios y de espaldas al grueso de la población canaria, con la irrupción de las primeras formaciones políticas de izquierda (Sánchez de Enciso, 1991), fue el otro factor que condicionó el nuevo rumbo del periodismo isleño. Súbitamente, pues, las capitales de las dos islas centrales del archipiélago presenciaron, no sin ciertas incoherencias

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y dificultades, el despliegue de un abanico de propuestas ideológicas que hasta el momento había brillado por su ausencia. Tras comprender que el mejor procedimiento para aunar a sus endebles e indecisas filas era gestar, al amparo de la libertad de prensa, un órgano de expresión propio, las nacientes formaciones políticas generaron de inmediato un cúmulo de periódicos de la más diversa orientación ideológica. En definitiva, el puñado de años del sexenio democrático fue el marco idóneo para que el periodismo canario, con su multiplicación, avance hacia la izquierda e introducción en el debate, pusiera las bases a una nueva etapa eminentemente ideológica con casi dos siglos de demora en relación a la prensa inglesa. La avanzadilla del sector en Tenerife fue El Insular (1866 y 1868-1870), un semanario progresista promovido por el segmento social más dinámico de Santa Cruz a finales del régimen isabelino con el propósito de, una vez satisfecha la hasta entonces prohibitiva fianza para poder tratar los asuntos políticos, subirse al carro de la prensa que, a nivel estatal, arremetía contra el Gobierno. Meses después del cierre de El Insular a consecuencia del recrudecimiento de la censura, el mismo colectivo, aunque escorado aún más hacia la izquierda, editó el bisemanario El Progreso de Canarias (1868-1869), dado que reivindicaba el restablecimiento de la Constitución de 1812, el cual fue objeto de toda suerte de secuestros y mutilaciones hasta la huida de Isabel II a Francia. Poco más tarde, El Progreso de Canarias se fusionaba con una cabecera sobreviviente del período anterior, El Guanche, y otra de reciente creación, La Libertad (18681869), para dar vida al trisemanario La Federación (1869-1874), el órgano del naciente partido republicano de Santa Cruz de Tenerife. Para observar hasta qué punto la vida política isleña se radicalizó en aquella media docena de años, basta con observar que El Insular, al seguir fiel a la referencia ideológica personificada en Sagasta, había quedado en el espectro más conservador de la prensa política del momento. Tras el golpe de Estado del general Pavía a inicios de 1874, la estabilidad que trajo al país la restauración de los borbones introdujo al periodismo isleño en una etapa que, en clara disonancia con los agitados años de la revolución liberal y el sexenio democrático, se caracterizó por su prolongada homogeneidad. A ello contribuyó tanto la libertad de asociación como la de expresión tras la promulgación de la ley de imprenta de 26 de julio de 1883 que, aparte de no exigir licencias ni depósitos previos a los periódicos para tratar asuntos políticos, sometía los delitos de prensa a la jurisdicción ordinaria. El paralelo crecimiento urbano de Santa Cruz y Las Palmas junto al descenso de las tasas de analfabetismo y el consiguiente incremento del mercado lector, aportaron otras mejoras estructurales en el ámbito insular; al igual que la mitigación del secular aislamiento isleño tras el amarre del cable telegráfico entre Cádiz

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y Tenerife en 1883. Con la consolidación de las formaciones políticas, el periodismo isleño garantizó el sólido mecenazgo que necesitaba en un mercado que seguía siendo desolador, dado que sólo ellas podían ofrecer la fiel clientela de lectores y, en segundo término, de anunciantes necesaria para mantener la edición. El sector, pues, consolidó el quehacer ideológico en el que se había iniciado desde la huida de Isabel II, si bien, tanto el pleito insular como por la superficialidad de los idearios políticos (Noreña Salto, 1977) hicieron que el debate periodístico girara en torno a los enfrentamientos personales. Arropados por sus mecenas, los periódicos conocieron, en conjunto, un cierto robustecimiento fácilmente detectable a la vista de algunos indicadores. Así, conforme decursaron los años, los órganos de las facciones más importantes fueron haciéndose con su propia imprenta, adquiriendo periodicidad diaria, adoptando formatos más espaciosos, mejorando la composición con el mayor uso de la xilografía y, a partir de 1895, con la ocasional inserción de fotografías, y aumentando las tiradas ordinarias hasta rebasar, algunos con holgura en vísperas de la I Guerra Mundial, el millar de ejemplares. Las limitaciones de tal desarrollo, sin embargo, quedan evidenciadas en indicadores tales como el estancamiento de los paginados de los diarios en las dos hojas de siempre y de los recursos tecnológicos en la tradicional máquina plana. Se trataba, pues, de mejoras humildes y, además, conseguidas al calor de las formaciones políticas. La endeblez de la infraestructura financiera del sector, puesto que en aquellos años las ventas de las tiradas suponían nada menos que el 70 por 100 de los ingresos frente al 30 por 100 que proporcionaba la publicidad (Yanes Mesa, 1998b, pp. 367-404), evidencia la necesidad que tenían los periódicos de amarrar unos mínimos de clientela antes de salir al mercado. Como no podía ser de otra manera, las fuerzas del sistema restauracionista promovieron un sinfín de publicaciones que jugaron un papel crucial en el periodismo del momento. La más longeva de todas las tinerfeñas, el órgano conservador La Opinión (1879-1916), protagonizó una desconcertante trayectoria explicable por la preeminencia del patrioterismo insular sobre el ideario político en su línea editorial. Las excelentes relaciones que en los años noventa mantuvo con los diarios también tinerfeñistas, aunque de credo ideológico antagónico, El Liberal de Tenerife (1891-1898) y Cronista de Tenerife (1894-1904), al compartir con ellos una fuerte enemistad con el político liberal grancanario Fernando León y Castillo, es un fiel exponente del galimatías que reinaba en la prensa restauracionista del archipiélago. Movido por la defensa de las prerrogativas de su isla en el archipiélago, cuando a finales de siglo el partido conservador tinerfeño pactó con el liberal grancanario a indicación de Madrid, el sector que controlaba La Opinión rechazó el acuerdo para, de inmediato, deambular hacia las filas tinerfeñistas de la oposición. En años sucesivos,

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nos referimos a la primera década del siglo XX, el ahora liberal La Opinión y los nuevos órganos conservadores, Unión Conservadora (1899-1903) y, luego, El Tiempo (1903-1911), se enfrascaron en duras polémicas a cuenta del patrioterismo insular, que no del encarado trasfondo ideológico que en teoría distanciaba a sus promotores (Guimerá Peraza, 1987). Al margen de las fuerzas del sistema restauracionista, el republicanismo, al calor de su fuerte arraigo en el enclave urbano-portuario de Santa Cruz, promovió periódicos que en nada tenían que envidiar a los precitados (Yanes Mesa, 1996, pp. 25-50). En 1874, apareció El Memorándum (1874-1895) como recambio de La Federación en la portavocía del partido republicano, sacando seis ediciones mensuales bajo la dirección de José Manuel Pulido; y en 1886, Diario de Tenerife (1886-1917) de Patricio Estévanez, el cual, abogando con elegancia por su ideario, supo ganarse a la minoría intelectual de la isla y alcanzar un lugar de privilegio en la prensa decimonónica insular de última hornada. Luego, con el cambio de siglo, el lugar de El Memorándum fue ocupado, sucesivamente, por El Ideal (1901-1904) de Manuel de Cámara, editado seis veces al mes, y el diario El Progreso (1905-1932) de Santiago García Cruz. Años más tarde, nos referimos a 1910, nacía el también diario republicano La Prensa (1910-1939) de Leoncio Rodríguez para, con una pulcra composición, una excelente redacción, un tirón informativo y un tinerfeñismo frenado por la vocación regional, amalgamar a los correligionarios con la insignificante minoría ilustrada de la isla que por entonces demandaba, simple y llanamente, información. Con tales bases, el notable diario se aupó a la cúspide del periodismo tinerfeño en vísperas de la I Guerra Mundial. En la isla de Gran Canaria, a inicios del siglo XX circulaban, entre otros órganos de las huestes del todopoderoso Fernando León y Castillo, Diario de Las Palmas (1893-1939 y 1953-2000) y La Defensa (1903-1914), voceros respectivos de las facciones agustina y franciscana del partido liberal. En el seno de las fuerzas ajenas al sistema restauracionista, las cabeceras más relevantes de la época eran El Tribuno (1903-1936), del político republicano federal José Franchy y Roca, y El Martillo del Trabajo (1903-1905), el primer portavoz del proletariado que, por entonces, estaba configurándose en el hinterland capitalino. Luego, en vísperas de la promulgación de la llamada Ley de Cabildos, cuando el pleito insular estaba en uno de sus momentos más álgidos de la historia, Gustavo Navarro fundó el diario que pronto habría de convertirse en la referencia comunicativa principal de la zona oriental del archipiélago, La Provincia (1911-1939, 1939-1955 y 1966…), con Prudencio Morales como jefe de redacción, cuya cabecera sintetiza magníficamente el fuerte insularismo de su línea editorial (Saavedra Rodríguez, 1972).

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Por debajo de la prensa ideológica, en aquellos años continuó dando abundantes frutos el sector despolitizado, tanto en número de títulos como en variedad de géneros, aunque todos ellos ocuparon un lugar, cada vez más, secundario en relación a los diarios políticos que eran los punteros de la época. Aun así, el eco de las tímidas mejoras de la época llegó a tales publicaciones, las cuales lucían por entonces un mejor semblante que las antecesoras de la etapa erudito-literaria. Las más destacadas fueron los quincenarios tinerfeños Revista de Canarias (1878-1882) de Elías Zerolo, la cual mantuvo la circulación tres años largos con un tono más científico que literario en consonancia con el positivismo y el realismo de la vanguardia cultural del momento; y La Ilustración de Canarias (1882-1884) de Patricio Estévanez que, entre los períodos estivales de los años citados, recogió, en cierta medida, la antorcha del anterior. Para completar estas someras pinceladas que pretenden recrear con ejemplos puntuales las limitaciones del periodismo canario de la época, debemos hacernos eco del penoso periplo de El Independiente (1902-1903), un pretencioso diario informativo que, no sin cierta expectación, apareció en Santa Cruz de Tenerife en el otoño de 1902. Forjado en los círculos republicanos próximos a Emilio Calzadilla con un notable despliegue de medios para la época y la contratación de los servicios de diversas agencias de noticias, a los pocos meses de estar en el mercado, el incauto diario entró en una profunda crisis por el escaso número de lectores y anunciantes que encontraba en su ciudad de edición, no teniendo otro remedio que suspender la edición cuando ni siquiera había tenido la oportunidad de celebrar su primer aniversario. Indudablemente, la suya fue la crónica de un anacronismo informativo por anticipación que ilustra, magníficamente, lo lejanos que aún estaban los tiempos del periodismo independiente en las Islas Canarias. El reinado de la labor informativa (1914-1936) El estallido de la I Guerra Mundial en 1914 alteró, súbitamente, las bases del periodismo canario con el terrible caudal de información que empezó a llegar del viejo continente, más aún cuando las noticias, aunque tergiversadas, llegaban a las islas con una actualidad y baratura insólitas ante el interés de los contendientes en promocionar sus causas (Yanes Mesa, 2005a). De la noche a la mañana, pues, los periódicos observaron cómo de manera espontánea un creciente número de isleños acudía a sus páginas al margen de los compromisos políticos en busca de información, circunstancia que rentabilizó como ningún otro el diario republicano La Prensa con la distensión, desde inicios de 1916, de las ataduras ideológicas para dejar claro que a partir de entonces daba prioridad a tal cometido. A largo plazo, cuando

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la progresiva crisis económica que asoló a las islas incidió en el sector provocando un cierre generalizado, de la infausta coyuntura salieron airosos los órganos oficiales de las formaciones políticas más robustas al amparo de los correligionarios, aunque también, y con mayor holgura aún, La Prensa al calor de la heterogénea clientela que había sabido agenciarse por sus méritos informativos. Una vez que el archipiélago dejó atrás la dura crisis de posguerra, el periodismo canario volvió a acusar pronto el gancho que, en intensidad ascendente, ejercía la oferta de información en el mercado, a pesar de la pérdida del reclamo bélico. El crecimiento económico, la mejora de las comunicaciones, la regresión del analfabetismo y, en definitiva, la subida del nivel de vida en las islas a lo largo de los felices años veinte, eran los factores, ahora estructurales en lugar del coyuntural de la guerra, que hacían aumentar el número de los isleños interesados en conocer la actualidad. En tal tesitura, y con las viejas clientelas políticas en horas bajas desde la instauración de la dictadura de Primo de Rivera en 1923, los periódicos se disputaron la espontánea afloración de los lectores neutrales adoptando, aunque muy débilmente, las estrategias introducidas por la prensa neoyorquina a finales del siglo anterior. Con ello, los editores atraían a los, cada vez más, suculentos anuncios, porque las casas comerciales, persuadidas de la creciente eficacia del señuelo publicitario, elegían los periódicos en función de su difusión, no por afinidades ni compromisos ideológicos como antaño. Conforme avanzó la década, el incremento de las tiradas y, más aún, de los ingresos por publicidad, permitieron a los diarios punteros remozar los talleres con la adquisición de estereotipias, linotipias, rotativas y fotograbados, aumentar las plantillas, ampliar las superficies informativas y, como colofón, emanciparse del vasallaje político que hasta entonces había primado en su quehacer. En definitiva, crecientes ventas en función de información atraían lectores, publicidad y, por ende, permitían la configuración empresarial y autónoma de la prensa. En la zona occidental del archipiélago, La Prensa, marcando la vanguardia del momento, fue el diario que supo sintonizar mejor con los nuevos tiempos (Yanes Mesa, 1995). Su trayectoria fue emulada en un tiempo récord por La Tarde (1927-1982) de Víctor Zurita, un diario vespertino fundado tras la división provincial con una línea editorial tan oportuna que conjugaba la orientación informativa con el radical tinerfeñismo que demandaba la isla por el “despojo” sufrido en favor de Gran Canaria. En contraposición a ambos, los otros dos diarios de la isla que databan de los años de anteguerra, El Progreso y Gaceta de Tenerife, continuaron agazapados en el cubil de los correligionarios como órganos de partido, autolimitando su difusión, frenando sus expectativas y, en definitiva, quedando obsoletos conforme decursaron los años (Yanes Mesa,

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1998a). En la zona oriental del archipiélago, un papel muy similar a los diarios La Prensa y La Tarde desempeñaron el matutino La Provincia y el vespertino Diario de Las Palmas. En los años de la II República, con la recuperación de las libertades, culminó el tránsito del periodismo ideológico al informativo en las Islas Canarias. En el trasfondo del proceso subyacía la inversión de la estructura financiera del sector en relación a los años de anteguerra, puesto que ahora los ingresos de los diarios punteros provenían en un 70 por 100 de la publicidad y en un 30 por 100 de las ventas, aún cuando La Prensa y La Provincia habían multiplicado por cuatro o por cinco sus tiradas ordinarias. Fruto de la capitalización del sector fueron las primeras empresas periodísticas autónomas del archipiélago, evidentemente, en la medida del contexto insular, lo que no admite comparaciones cuantitativas (aunque sí cualitativas) con las homólogas de Nueva York, Londres, París o Madrid (Yanes Mesa, 2005b, pp. 103-132). Con ello, el periodismo escrito vivió por última vez su edad de oro en el mundo, honor que le corresponde a las Islas Canarias durante la II República Española, donde la radio, extendida por todos los países occidentales, todavía estaba en etapas embrionarias (Yanes Mesa, 2006, pp. 269-283) y las emisoras foráneas llegaban con enorme dificultades, por la lejanía, a cotos sociales elitistas y extremadamente reducidos. Los matutinos La Prensa y La Provincia y, en menor medida, los vespertinos La Tarde y Diario de Las Palmas, eran los diarios que, en las zonas occidental y oriental del archipiélago, hegemonizaban el sistema informativo insular de la época. Unos y otros, en espontáneo complemento por la desigual hora de edición, mantenían informada a lo largo del día a la creciente población isleña que estaba interesada en conocer la palpitante actualidad en aquellos cruciales años. Dando satisfacción a tal demanda social, los cuatro disfrutaban de una enorme estabilidad sin tener que hipotecar, con las servidumbres implícitas a ello, sus líneas editoriales. Sin duda alguna, el estrepitoso fracaso que por entonces cosechó el diario Hoy (1932-1936), el órgano del poderoso Partido Republicano Tinerfeño, al intentar competir con La Prensa, ilustra magníficamente lo lejanos que habían quedado los tiempos del periodismo ideológico en Canarias. En efecto, gestado con una infraestructura tecnológica y unos medios que nada tenían que envidiar a los de su rival, el insensato diario alcanzó de inmediato el techo de su proyección social con unos niveles de ingresos ruinosos que lo sumieron en una galopante crisis, porque la adscripción ideológica, en lugar de ofrecer clientelas fieles cuando éstas eran reducidísimas por el atraso socioeconómico, ahora lastraban la comercialización del periódico en un mercado lector y publicitario que estaba en plena expansión.

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La creciente pujanza de la función interpretativa y explicativa (1936…) Tras la sublevación militar contra la República en julio de 1936, los golpistas confiscaron todos los periódicos que, como La Prensa, se mantuvieron fieles al orden constitucional, con el propósito de manipular, a través de los filtros oportunos, toda la información que circulaba por el archipiélago. Dejando en evidencia los cambios que se avecinaban en el sistema informativo insular, previamente, el general Franco se había servido de la tribuna que a través de las ondas brindaban las dos emisoras recientemente inauguradas en las islas, Radio Club Tenerife (1934) y Radio Las Palmas (1934), para dar a conocer sus intenciones a la sociedad española. A partir de entonces, pues, encima de perder autonomía, los grandes diarios canarios acusaron de manera creciente la competencia de la radiodifusión, ésta cada vez más pujante por el inmediato traslado y la indiscriminada difusión que posibilitaba a los mensajes. En consonancia con las estrecheces de la guerra y la posguerra, sin embargo, la coyuntura de cambió tardó en consumarse por las propias limitaciones técnicas de las emisoras, la reducida extensión del tendido eléctrico, los escasos aparatos receptores existentes y la concentración de éstos en las áreas más urbanizadas. Con tales rémoras y, en el otro polo del proceso, la resistencia de los diarios a perder su quehacer tradicional por simple atavismo, el periodismo radiofónico no desbancó definitivamente al escrito en el servicio de la noticia hasta bien avanzado el franquismo. Mientras tanto, los periódicos reorientaron poco a poco su función social, puesto que fueron asumiendo el cometido de descifrar, evidentemente, dentro de las desoladoras limitaciones de la época, el nudo gordiano de una actualidad que, de antemano, suponían conocida por el lector (Yanes Mesa, 2002). Aquéllos, por lo demás, fueron años sumamente calamitosos para el periodismo escrito isleño, dado que, encima de ver frustrada la brillante etapa republicana, tuvo que volver sobre sus pasos y renunciar a sus recientes logros. Dos indicadores puntuales, la reducción del paginado de las ediciones ordinarias de los diarios principales a las dos hojas de antaño por la escasez de papel y la brutal censura del régimen, bastan para calibrar el espectacular retroceso del sector. Como colofón a tanta desgracia, el naciente régimen limitó desde comienzos de 1939 las ediciones matutinas diarias a una por provincia y en calidad de órgano oficial del Movimiento, rol que en la zona occidental del archipiélago jugó El Día (1939…), fruto de la fusión del órgano falangista Amanecer con el prestigioso diario La Prensa; y en la oriental Falange (1936-1963) y, luego, Eco de Canarias (1963-1983). Para completar el precario panorama del momento, nos restan añadir las tres cabeceras históricas que mantuvieron la edición, La Tarde y, de manera discontinua, La Provincia y Diario de Las Palmas, todas convertidas en diarios vespertinos. En aquellos sombríos años, la única

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nota descollante del sector fue la gestación de algunos semanarios deportivos, los cuales, junto a otros marginales de orientación diversa dentro del servilismo de la época y, más aún, los gestados por las diversas familias del régimen, remarcaban una uniformidad que era la antítesis de la situación vivida de los controvertidos años de la República (Yanes Mesa, 1997, pp. 244-279). Tras el plan de estabilización de 1959, las mejoras introducidas en la formación social isleña a remolque del turismo y, en menor grado, la emigración a Venezuela, han permitido a los periódicos retomar la trayectoria ascendente de antaño en un contexto informativo mutante por el desarrollo de la radiodifusión y la irrupción de la televisión. Luego, la progresiva distensión de la censura por la llamada ley Fraga de 1966 (Estupiñán Bethencour, 1998), las medidas legislativas introducidas en la transición democrática y, como colofón, la promulgación de la Constitución de 1978, han devuelto, poco a poco, la independencia y la pluralidad al sector. Sobre tales bases, y con el trasfondo de la modernización del entorno insular desde la integración en la Unión Europea, la prensa canaria ha asumido en el actual mundo globalizado donde priman cada vez más los medios audiovisuales y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, el decisivo papel que le corresponde en toda sociedad moderna y democrática, sin dar, de momento, señales de agotamiento, lo que muy bien puede deberse al tradicional retraso con el que siempre han llegado, como sucede en todos los espacios periféricos, los cambios fraguados en los enclaves más desarrollados.

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Arte y

Humanidades


Roberto J. González Zalacain es doctor en Historia Medieval por la Universidad de La Laguna con la tesis titulada La familia en Castilla en la Baja Edad Media: violencia y conflicto. Ha coordinado los últimos seminarios de Estudios Medievales del Cemyr y los últimos números de la revista Cuadernos del Cemyr. Asimismo, ha coordinado las tres ediciones de las Jornadas Prebendado Pacheco de Investigación Histórica y ha editado sus actas. En paralelo a la línea de investigación abierta con su tesis, ha analizado el proceso de conquista y colonización de Canarias a finales del siglo XV. En este sentido, es autor de Familia y sociedad en Tenerife a raíz de la conquista, IEC (2005), y coautor de Siempre que la isla esté abastecida. La población de Tenerife en el siglo XVI a través de las tazmías, Ayuntamiento de San Miguel de Abona (2008).


EL PERDÓN REAL EN CASTILLA COMO MÉTODO DE SOCIALIZACIÓN DE CONFLICTOS A FINALES DE LA EDAD MEDIA: EL CASO DE CANARIAS Roberto J. González Zalacain Doctor en Historia I.U. Cemyr, Universidad de La Laguna


Resumen La Baja Edad Media fue un período marcado por la conflictividad y la violencia. Pero también fue un período en el que se gestaron estrategias de socialización de las mismas, articulando una serie de instrumentos que servían como vía de escape de la problemática social. Entre ellos destaca, por el simbolismo implícito de la figura del monarca, el perdón real, utilizado, además de como elemento socializador del conflicto, como herramienta política e instrumento de cohesión social. En este artículo se contextualiza y analiza someramente la estructura del perdón real, y se narran algunos ejemplos relacionados con el archipiélago canario tras su incorporación a la Corona de Castilla a finales del siglo XV. Palabras clave: Baja Edad Media, Corona de Castilla, perdón real, socialización de conflictos, Islas Canarias.

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El perdón real en Castilla como método de socialización de conflictos a finales de la Edad Media: el caso de Canarias

Introducción La principal fuente de conocimiento de la conflictividad social en la Castilla bajomedieval la encontramos en los archivos judiciales. A través del análisis de estos procesos se puede comprobar cómo una de sus fórmulas de resolución era la sentencia judicial. Cuando surgía un problema, las personas implicadas acudían a la justicia con el objetivo de que le diesen la razón en su demanda. Una vez determinada por la autoridad competente a quién correspondía la victoria, se daba por zanjado –al menos en teoría– el problema. Pero hubo otras maneras de solucionarlos, y a ellas se van a dedicar estas páginas. Me refiero con “socialización” al análisis de las estrategias desplegadas por una sociedad para resolver los problemas generados en su seno. Partamos del principio de que el conflicto en una sociedad es como la fiebre del cuerpo humano: una manifestación de que algo no está funcionando bien. Esa es la interpretación tradicional, y ni mucho menos hay que desecharla completamente. Máxime cuando percibimos cómo los creadores culturales más potentes, los poderes legitimados para imponer la paz social, generan una percepción del conflicto como algo anómalo que perturba el buen orden establecido, y que por ello debe ser erradicado. Pero muy mal tendría que funcionar una sociedad para que se generen en su seno la ingente cantidad de conflictos que sucedieron a finales de la Edad Media.1 Como bien indicó Andrea Zorzi hace unos años, había que dejar de considerar en exclusiva al conflicto como una alteración del orden social, y comenzar a interpretarlo como otra fórmula de relación alternativa a las comúnmente manejadas.2 1 Para una cuantificación de los conflictos sociales en la Edad Media, véase González Zalacain, Roberto J: La familia en Castilla en la Baja Edad Media: violencia y conflicto, Servicio de Publicaciones de la ULL, La Laguna, en prensa. 2 Zorzi, Andrea: “Conflits et pratiques infrajudiciaires dans les formations politiques italiennes du XIIIe au XVe siècle”, en Garnot, Benoît, L’infrajudiciaire du Moyen Age à l’époque contemporaine, Dijon, Universidad, 1996, pp. 19-36.

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En la misma línea se sitúa Tomás Mantecón en un reciente artículo dedicado a la época Moderna, cuyo título arranca con un sugestivo La ley de la calle.3 En él apunta la trascendencia de un detalle muy importante en cuanto al desarrollo de la justicia en la Castilla bajomedieval, que no siempre ha recibido la atención adecuada, y sobre el que conviene centrar ahora el punto de mira: la importante proporción de pleitos incompletos. No debemos olvidar que toda una sección del Archivo de la Real Chancillería de Valladolid se dedica a los pleitos “olvidados”.4 Tradicionalmente se ha justificado este detalle atendiendo a una lentitud en la justicia, a un mal funcionamiento de los instrumentos del Estado que harían que muchas personas desistieran de continuar pleiteando, bien por hartazgo, bien por imposibilidad de sostener el pleito económicamente. Sin embargo, la historiografía de los últimos años ha podido comprobar, a partir del estudio de casos concretos, cómo no todos los litigios eran así de lentos, y a pesar de ello tampoco finalizaban con sentencia firme.5 La explicación la debemos buscar, al menos para esos pleitos, en lo que se conoce como infrajusticia. Este concepto recoge las diferentes estrategias que las sociedades manejaron, al margen de la sentencia judicial, para poner fin a las desavenencias entre particulares. Y junto a las citadas, existió en la Castilla bajomedieval una última fórmula de socialización de conflictos. Además de la sentencia judicial y de la infrajusticia, un culpable podía encontrar la expiación a su pena a través del perdón real. Esta figura tiene dos caras. Podía ser una de las manifestaciones de esa infrajusticia cuando era emitida por un particular a favor de otro. Pero también podía ser la afirmación suprema de la gracia real, de la soberana benevolencia del monarca. El perdón real no excluía al personal. Es más, requería del mismo para poder hacerse. Sin embargo, las repercusiones de cara a los demás eran diferentes. El perdón real se erige de esta manera en la fórmula que soluciona lo irresoluble, que permite retornar patrimonio, honra, o libertad, a quien lo había perdido por una actuación negligente. Para poder obtenerlo, la familia juega un papel fundamental. La fórmula de obtención del perdón por asesinato, salvo excepciones como las promulgaciones generales de los perdones de homicianos –de cuya trascendencia para Canarias veremos algunos ejemplos 3 Mantecón Movellán, Tomás A: “La ley de la calle y la justicia en la Castilla Moderna”, Manuscrits, 26 (2008), pp. 165-189. 4 Arribas González, Soledad y Feijóo Casado, Ana M: Guía del Archivo de la Real Chancillería de Valladolid, Ministerio de Cultura, Valladolid, 1998. 5 González Zalacain, Roberto J: La familia en Castilla en la Baja Edad Media…, op. cit.

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al final del artículo–, requiere que los familiares del difunto hasta el cuarto grado participen del expediente, aceptando que el crimen finalmente se socialice, y el culpable no tenga que cumplir la pena dictada contra él por el delito cometido.

El perdón real en Castilla Debido en parte al escaso interés que han despertado en la historiografía medievalista,6 y en buena medida también a su propia estructura documental, desconocemos en muchas ocasiones los motivos que rodean al acto de remisión de la pena. Pero de los que sabemos cosas, hay dos grandes campos sobre los que ha de prestarse atención: el delito perdonado y el motivo del perdón. Generalmente es el homicidio el principal hecho socializado a través de la actuación real. Se trata de una práctica común en el occidente europeo, en el que el asesinato podía ser indultado si cumplía una serie de requisitos previos.7 Para el segundo de esos campos es ineludible la mención al trabajo de José Manuel Nieto sobre la utilización del perdón en la confrontación política en la Castilla bajomedieval. Entre los que se emitieron por haber ayudado a los Reyes contra el adversario de Portugal, los que lo fueron en contraprestación por participar en alguna de las campañas de la guerra de Granada, o los que se hicieron con finalidad de obtener algún tipo de fidelidad política, tenemos a buena parte de los más de mil trescientos perdones constatados en el Registro General del Sello para el período de referencia. Pero los que ahora me interesa analizar son los otros, los que no responden a una coyuntura política determinada –aunque este hecho en sí también supone un dato de indudable trascendencia– , sino que son el resultado de una práctica de cultura política, de aceptación del papel del monarca como restituidor de fama y bienes. Estos se utilizaban, repito, fundamentalmente para delitos de sangre, aunque también se perdonaban otros que no tuvieron ese 6 Aunque ya han sido analizados parcialmente, por ejemplo en relación a su funcionalidad o en su caracterización jurídico-legistativa. Véase respectivamente Nieto Soria, José Manuel: “Los perdones reales en la confrontación política de la Castilla Trastámara”, en La España Medieval, 25 (2002), pp. 213-266; y Rodríguez Flores, Mª Inmaculada: El perdón real en Castilla (siglos XIIIXVIII), Universidad de Salamanca, Salamanca, 1971. También han sido estudiados para fechas posteriores por Chaulet, Rudy: “La violence en Castille au XVIIe à travers les Indultos de Viernes Santo (1623-1699)”, Crime, Histoire & Sociétés 1 (1997), pp. 5-27. 7 Para una panorámica general es recomendable la consulta de Hoareau-Dodinau, Jacqueline, Rousseaux, Xavier y Texier, Pascal: Le pardon, Limoges, Presses Universitaires, 1999. ������������ Para el contexto inglés, véase Hurnard, Naomi D: The King’s Pardon for Homicide Before AD 1307, Somerset, Sandpiper Books, 1997; y Lacey, Helen: The Royal Pardon. Access to Mercy in Fourteenth-Century England, York, England York Medieval Press, 2009.

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carácter. Son ciertamente minoritarios,8 y suelen referirse a delitos de extrema gravedad. Por ejemplo, la elaboración de moneda falsa,9 la desobediencia al rey,10 portar armas sin licencia,11 etc. Tan poco habituales son, que incluso en ocasiones el beneficiario final puede ser institucional, algo totalmente anómalo dentro de la lógica de relaciones interpersonales –aunque coherente con la práctica política de la época.12 Es imposible establecer una cuantificación de los distintos motivos del perdón, ya que la documentación del Registro General del Sello es muy imprecisa en un porcentaje muy elevado de los casos. Pero los ejemplos de perdones por motivos que no fueran el asesinato –o las agresiones que no desembocaron en la muerte de la víctima por muy poco– son tan escasos que hacen que debamos considerar casi en exclusiva dos motivos susceptibles de ser perdonados: el asesinato y la desobediencia al rey. Para conocer mejor el proceso de obtención del perdón real vamos a analizar algunos ejemplos de expedientes de perdones, y de esta forma ver sobre algún caso concreto esas variables fundamentales de socialización manejadas por la sociedad medieval. De todos modos, antes de profundizar en los detalles quiero destacar la simplicidad de este tipo de documentos. El procedimiento es muy simple. Incluye la petición de ser perdonado, los perdones –del mismo tipo que hemos visto en el apartado anterior– y la documentación que se aporta para demostrar que se ha cumplido con lo acordado en el compromiso establecido con los familiares. Ni siquiera se suele incluir la resolución final; si ésta es favorable, el perdón se tramita directamente a partir del Registro del Sello. Pero esta brevedad no le resta un ápice de interés al contenido. A través de las distintas aportaciones documentales, y aplicando el filtro previo para eli8 Sobre todo si tenemos en cuenta que la mayor parte de los perdones de otros delitos que ni fueran de sangre son aquéllos que se refieren a la condonación de la traición política en el momento de la Guerra Civil, y se utilizan para fidelizar a la nobleza levantisca, por lo que no entran dentro de las coordenadas del perdón que me interesa destacar en este momento. Nieto Soria, José Manuel: “Los perdones reales en la confrontación política de la Castilla Trastámara”, op. cit. 9 Como el perdón emitido a favor de Pedro López de Astorga y de Beatriz López, su mujer, vecinos de Burgos, que estaban presos por haber hecho moneda falsa. AGS.RGS,147608,581, 5 de agosto de 1476, Bilbao. 10 Perdón concedido a Martín Díaz de Mena, vecino de la villa de Bilbao, de la responsabilidad en que había incurrido por haberse negado a entregar a S. A. la fortaleza de Valmaseda, de la que era alcaide. AGS.RGS,147612,845, 31 de diciembre de 1476, Martín Muñoz. 11 Perdón concedido a Juan de Cárdenas, vecino de la ciudad de Andújar, de las penas en que hubiere incurrido por haber entrado en dicha ciudad con armas. AGS. RGS,147701/147703,110, 15 de febrero de 1477, Toledo. 12 En 1476 los Reyes perdonaron a la villa de Bilbao por haber sacado del Reino oro y plata, contraviniendo las leyes de la época. AGS.RGS,147603,129, 7 de marzo de 1476, Tordesillas.

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minar todo lo que de formulario tienen estas tipologías textuales, podemos deducir varios hechos importantes a la hora de obtener el perdón. Quiero comenzar por un perdón por delitos de pequeña escala. Es el que se tramitó en el año 1525 a petición de Juan de Barzia, y el yerro que pretende ser subsanado es una condena por hurto cometido casi dos décadas atrás.13 El inculpado fue juzgado en rebeldía, lo que en la época le daba enormes posibilidades de ser condenado, como efectivamente sucedió. Sin embargo, años después los bienes fueron devueltos a sus legítimos propietarios, por lo que la condena se mostró errónea. Basándose en ese aspecto, Juan de Barzia solicitaba al monarca la restitución de su fama, para lo cual debe presentar un documento mediante el cual las víctimas del robo le dan por quito y libre del delito. En ese mismo año de 1525 se llevó a cabo el proceso de perdón a Juan López de Zabala, condenado por el asesinato de Juan de Garaya.14 Este proceso es interesante porque recoge algunas fórmulas de socialización previas que se enmarcan dentro del universo de percepción de estas prácticas que acabo de esbozar en el apartado anterior. Según reza el expediente en su primer folio, dos años y ocho meses antes de que éste se inicie, los jueces árbitros en cuyas manos habían dejado las dos partes la decisión de castigar las heridas que desembocaron en la muerte de Juan de Garaya habían dictaminado que los familiares del difunto debían perdonar a su asesino, siempre que éste abonase los veinticinco mil maravedís anuales en compensación por su acto, amén de lo cual debía enviar un peregrino a Santiago de Compostela para el bien del alma del finado. En este primer paso del perdón, los jueces tuvieron en cuenta la declaración que el propio Juan de Garaya hizo antes de fallecer, en la que reconocía que tenía parte de culpa en la reyerta tras la cual falleció, fruto de las heridas recibidas. Tenemos aquí todos los elementos tradicionales en la infrajusticia: actuación de los jueces árbitros, mediación de compensación económica, y cierta descarga moral que permite aceptar la socialización del delito, que no lo hace imperdonable. El siguiente documento que presenta Juan López de Zabala es un testimonio de la mujer del difunto en el que reconoce que el acusado ha cumplido tanto con la cantidad a pagar como con el envío del peregrino. Por último, sigue la escritura de perdón otorgada por la viuda, y que tuvimos ocasión de ver cuando hablé de las tutorías. Aquí finaliza el expediente. Se supone que el perdón se concedió, ya que así figura escrito en los márgenes del expediente, y que se emitiría la correspondiente certificación, de la que ha de quedar constancia en el Registro General del Sello. 13 González Zalacain, Roberto J: “Documentos para el estudio de la conflictividad familiar en la Baja Edad Media castellana”, Clío & Crimen, 6 (2009), pp. 376-483, doc. nº 17. 14 Ibid. doc. nº 18.

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Vemos cómo es necesaria cierta justificación, una vía de escape argumental que caracterice al asesinato con la categoría de perdonable. Sirva como refuerzo a este argumento el extracto de una solicitud de perdón realizada por Juan de Almenara, vecino de Lorca (Murcia): Juan de Almenara, vecino de Lorca, dize que abrá dos años poco más o menos que yendo él por vn calle de la dicha çibdad salvo e sy juró sobre palabras que ovieron él y vn Juan Ferrer, vecino de la dicha çibdad, echaron mano a las espadas e se acuchillaron e hirieron el vno al otro, y de las heridas que dio al dicho Juan Ferrer murió e pasó desta presente vida. Y vista la poca culpa que tuvo la madre e hijos y parientes del dicho Juan Ferrrer dende a pocos días le perdonaron la dicha muerte, como paresçe por estas cartas de perdón que presenta. Suplica a Vuestra Magestad porque es pobre y no tiene quien por él faga y façiera de doze años que anda fuera destos rreynos y de la dicha çibdad, quiera por rreverençia de Dios mandalle perdonar la dicha muerte (tachado) porque no se acabe de perder del todo en ello, hará Vuestra Magestad seruiçio a Dios y a él mucho bien.15

Según la narración, el argumento que posibilita el perdón es que tuvo poca culpa, pero la madre del difunto le denunció en su momento y fue condenado a muerte. En este caso no se explicita compensación, por lo que no sabemos los términos del acuerdo que hizo cambiar de opinión de esta manera a la familia del difunto Juan Ferrer. En la misma línea se enmarca el perdón solicitado por Juan Puntero.16 Causante de la muerte de Francisco Hernández, alega que éste tuvo parte de culpa en ello, y por eso pide le sea perdonado. El argumento se refuerza con un alegato sobre su función en el hogar, e porques pobre y tiene muger e hijos y andando absente no los puede mantener. Este expediente incluye hasta un total de cinco escrituras de perdón diferentes, otorgadas por todos los familiares del difunto Francisco Hernández, a los que hay que añadir la instancia de solicitud y el documento en el que se relatan las condiciones del perdón. Sin embargo, esta mayor extensión no hace variar un ápice la estructura jurídica del acto. En ocasiones la compensación económica requerida se formaliza en forma de escritura de reconocimiento de deuda, y se emite una carta de pago una vez cumplido el abono de la cantidad estipulada. Estos documentos suelen figurar con cierta frecuencia dentro de los expedientes para obtener el perdón real, como fue el caso, por ejemplo, de la que emitió Mari Gutiérrez a favor de 15 AGS.CC, 175,64, fº 1, 1525. En otras partes del documento el fallecido se llama Ginés Ferrer. 16 González Zalacain, Roberto J: “Documentos…”, doc. nº 16.

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Julián Vaca, una vez que éste le pagó la cantidad que habían acordado como compensación por el fallecimiento de su marido.17 El tenor de este tipo de escrituras hacen insistir en que el intercambio económico como compensación del daño recibido. Veamos, por último, la plasmación de estos perdones a través del Registro General del Sello. Decía anteriormente que los expedientes no recogían la resolución final, que ésta se manifestaba directamente con la emisión del documento. Vamos a ver tres ejemplos de esta materialización, emitidos el año 1500. Siguiendo un orden cronológico, el primero de ellos es el que favoreció a Alonso de Genera, exculpándole de la muerte de Teresa.18 El interés de este caso radica en que ambos intervinientes son niños. Alonso tenía nueve años y Teresa cuatro cuando sucedieron los hechos. Según se nos narra en el documento, ambos se encontraban holgando con otros muchachos de su edad, cuando de forma fortuita una piedra lanzada por Alonso impactó en la cabeza de Teresa. Después del suceso sobrevinieron una serie de enfermedades de las que no se pudo recuperar, y falleció. Vistos los hechos, los reyes deciden perdonarle, vsando con vos de clemençia e piedad. La figura regia deja bien patente su benevolencia con este acto. Lo interesante de este caso es que nos permite atisbar el alto grado de sistematización que tenían estos procesos. Veamos algunos extractos de documentos para su ulterior comentario: […] vos perdonamos toda la nuestra justiçia, asý çebil como criminal,

que contra vos e vuestros bienes abíamos o podíamos aver por cabsa e rrasón de la muerte de la dicha Teresa, que asý morió de la dicha pedrada, avnque sobre ello ayays sydo acusado e condepnado a pena de muerte o a otra pena alguna, e dado por fechor del dicho delito. […] e que por cabsa e rrasón dello non vos prendan el cuerpo ni fieran ni maten ni lisen, ny consyntan matar ni ferir ni lisyar ni faser otro mal ni dapnoni desaguisado alguno en vuestra persona ni en vuestros biene, a pedimiento del nuestro procurador fiscal e promotor de la nuestra justiçia ni de su ofiço, ni en vna manera alguna, non enbargante qualesquier proçesos que sobre ello contra vos se ayan fecho e sentençias que se ayan dado. Ca nos por esta nuestra carta lo rrebocamos, casamos e anulamos, e lo damos todo por ninguno e de ningund valor e efeto, e sy por la dicha rrasón vos están tomados, entrados e ocupados algunos de vuestros bienes mandamos que vos los den e tornen e rrestituian 17 AGS.CC, 176,11, fº 9r.-10r., apéndice documental, doc. 20. 18 González Zalacain, Roberto J: “Documentos…”, doc. nº 3.

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Roberto J. González Zalacain luego sin costa alguna, e alçamos e quitamos de vos toda mácula e ynfamia en que por ello ayáis caýdo e yncurrido, e vosrresituýmos en vuestra buena fama yn yntregend segund e en el primero estado en que estávades antes e al tyenpo que lo susodicho fuese por vos fecho e cometydo.

Los términos utilizados coinciden plenamente con los del segundo de los ejemplos que quería traer a colación. Se trata del perdón a Juan Canario, esclavo de Juan Rodríguez de Molina, del asesinato de Juan, también esclavo, en este caso de Martín Morales.19 En el documento se cita lo siguiente: […] cómo puede aver dos años poco más o menos que Juan canario, esclavo de vos el dicho Juan Rrodrigues, culpante en la muerte de Juan, su color negro, esclauo de Martín de Morales, fijo del bachiller Francisco de Morales, vecino desa dicha çibdad de Córdoua, sobre lo qual el dicho Juan canario20 fue sentençiado e condenado a pena de muerte, e que después fue perdonado del dicho Martín de Morales, cuyo era el dicho Juan Ihoan, segund paresçe por vna carta de perdón sygnada de escriuano público[…] […] en la dicha muerte /(1v.) non ovo ni intervino alevo ni trayçión ni muerte segura, ni fue fecha con fuego ni con saeta ni en la mi Corte, la qual declaro con çinco leguas en derredor, ni después de fecho el dicho delito no entrastes en la mi Corte con las dichas çinco leguas en derredor, tóvelo por bien, e por la presente vos perdono e rremito la mi justiçia, asý çevil como criminal, que yo he o podría aver en qualquier manera, contra vos dicho Juan Canario, contra vuestros bienes por cabsa e rrasón de la muerte del dicho Juan, esclauo del dicho Martín de Morales, avnque sobre ello ayáys sido acusado e sentençiado e condenado a pena de muerte, e dado por fechor del dicho delito. […] […] vos no prenda el cuerpo ni fieran ni maten ni lisyen ni consientan ferir ni fagan ni consientan faser otro mal nin daño ni desaguisado alguno en vuestra persona ni en los vuestros bienes, a pedimiento de los parientes del dicho ni de ninguna persona que sea, ni de procurador fiscal, non enbargante qualesquier proçesos que sobrello contra el dicho Juan canario ayan fecho21 e sentençias que se ayan dado, ca yo por esta mi carta en quanto a la mi justiçia las rreuoco, caso, e anulo, e doy por ningunas e de ningund valor e efeto. E sy por la dicha rrasón al dicho Juan canario le están entrados, tomados e ocupados algunos destos bienes, mando que ge los den, tornen e restituyan luego, saluo los que por las tales sentençias o por algunas condiçiones de los perdones de las partes fueren o son adjudycadas a las partes querellosas antes que perdonasen o después de aver perdonado. […]

19 González Zalacain, Roberto J., “Documentos…”, doc. nº 8. 20 El dicho Juan canario aparece escrito en el entrelineado superior. 21 Juan canario aparece escrito en el entrelineado superior.

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Tomemos a continuación ambos ejemplos. De un lado, tenemos a un menor de edad y, del otro, a un esclavo. En ambos casos han cometido un asesinato, que se les perdona porque han recibido el perdón correspondiente. Se hace hincapié en que si han sido condenados a muerte les sea perdonada la pena y restituida la honra y la fama. Y, sobre todo, se pide que si les han sido sustraídos sus bienes con motivo de la condena, les sean restituidos. Parece un poco extraño que un niño de nueve años o un esclavo tuvieran bienes susceptibles de ser embargados, por lo que es evidente que todo el proceso se enmarca dentro de un protocolo de actuación estandarizado. Tan normativizado estaba, que en el perdón al esclavo canario se indica expresamente que ha sido perdonado por los parientes. Una vez percatado el escribano del error, se tacha lo que no procede.

Canarias en los perdones reales, finales del siglo XV y principios del XVI El caso del esclavo canario sirve como preludio a la última parte de este artículo, que se dedica a analizar la incidencia de estos perdones reales en Canarias tras su incorporación a la Corona de Castilla. La fuente de información fundamental a este respecto es, sin duda, el Registro General del Sello. Desde hace ya algunos años contamos con la publicación de los extractos de este fondo documental que se referían a Canarias,22 y entre esas páginas encontramos algunos ejemplos paralelos a los que se han expuesto anteriormente para desentrañar el desarrollo de los procesos de este tipo. Antes de analizar los casos de perdón relacionados con el archipiélago, hemos de indicar que la conquista de las islas fue un marco de desarrollo importante de uno de los tipos de perdón real más utilizados a finales de la Baja Edad Media, el perdón de homicianos. A través de este tipo de documento, el monarca hacía uso de la gracia regia para perdonar a hombres culpados de asesinato, a cambio de que ellos participasen en alguna empresa arriesgada en beneficio del reino. Así queda atestiguado, por ejemplo, en el poder otorgado por los monarcas en Medina del Campo, el 10 de diciembre de 1480, a Juan de Torres, corregidor de las villas, valles y merindades de Trasmiera, Peña Melera, Valdebeseros, Peña Samago, Peña Rubia y Val de los Herreros, para que en su nombre pudiera prometer palabra y seguridad de perdón a los delincuentes de su jurisdicción y del marquesado de Santillana y tierra del conde de Castañeda. 22 Véase Aznar Vallejo, Eduardo: Documentos canarios en el Registro del Sello (1476-1517), IEC, La Laguna, 1981; Aznar Vallejo, Eduardo, Viña Brito, Ana, Palenzuela Domínguez, Natalia y Bello León, Juan Manuel: Documentos canarios en el Registro del Sello (1518-1525), IEC, La Laguna, 1991; y Fuentes Rebollo, Isabel: “Addenda a los documentos sobre Canarias en el Registro General del Sello (1501-1510)”, Boletín Millares Carlo, 21 (2002), pp. 229-292.

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Eso sí, este tipo de perdones tenían limitaciones referidas a los delitos perdonables, ya que se especifica claramente que se exceptúan a los reos de traición, delito de falsa moneda, falsedad hecha en nombre de los reyes y saca de monedas de oro o plata, que fueren a servir a su costa en la conquista de Gran Canaria por espacio de seis meses, contados desde el día en que se presentaren a Pedro de Vera, capitán y gobernador de dicha isla, y de Miguel de Moxica, receptor de la misma. En el mismo documento, en cumplimiento de su tenor, se ordena a las justicias que no actúen contra las personas o bienes de quienes muestren la concordia hecha con Juan de Torres y fe de Pedro de Vera y Miguel de Moxica de haberla cumplido, pudiéndole exigir únicamente la restitución de los bienes que hubiesen tomado, y se ordena asimismo al chanciller y a los notarios que les libren las cartas y sobrecartas de perdón que necesitasen, con obligación de ser perdonadas por las justicias.23 De esta forma, la participación en la empresa conquistadora aseguraba a los homicianos el perdón de su delito, como ocurrió en el caso de Gonzalo Fernández Mansino, vecino de Noya que había servido en la conquista de Gran Canaria.24 Una vez finalizada la conquista, los ejemplos de los que tenemos constancia ya se refieren a los perdones que siguen el patrón expuesto en las páginas anteriores. Podemos destacar entre ellos el perdón de Viernes Santo otorgado a favor de Pedro García de Herrera, el hijo de Diego de Herrera y de doña Inés Peraza, que había sido condenado a muerte en rebeldía dieciséis años atrás por la justicia de Sevilla, como autor de la muerte de su mujer doña Antonia. Tal y como exige el procedimiento, los familiares de doña Antonia le perdonaron, por lo que los reyes le otorgaron el perdón, ordenando al Justicia mayor, miembros del Consejo, oidores de la Audiencia y demás justicias del Reino que no actuaran contra su persona y que le restituyeran sus bienes.25 Del mismo tenor es el perdón de Viernes Santo que se concedió a Juan Alonso Cota, vecino de la Gomera, y encontrado culpable de la muerte de Pedro Vázquez, vecino de Palos. También en este caso la redención llegaba al haber sido perdonado por los parientes de la víctima, según constaba en la documentación del expediente, y al no existir agravantes en dicha muerte.26 23 Aznar Vallejo, Eduardo: Documentos canarios en el Registro del Sello (1476-1517), nº 80. 24 Ibid., nº 111. Este perdón obtenido era válido para el conjunto de la Corona, y permitía regresar al beneficiario a su casa con la culpa redimida, momento en que podían resurgir problemas anteriores, y la Corona se veía obligada a intervenir para hacer valer el perdón. Así ocurrió, por ejemplo, con la sobrecarta enviada a Diego López de Haro, gobernador del Reino de Galicia, para que guardaran a Alonso Rodríguez. vecino de Santiago, el perdón concedido por la Reina por servir seis meses en la conquista de Gran Canaria. Ibid., nº 138, 31 de abril de 1486. 25 Ibid., nº 384, 10 de noviembre de 1494. 26 Ibid., nº 455, 29 de marzo de 1499.

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Comentaba en las páginas precedentes que en la mayor parte de ocasiones la documentación no permite aventurar muchos de los detalles que rodean al hecho perdonado. No obstante, hay veces que sí se recoge más información, como ocurre con el perdón que se concedió a Salvador de Acosta, estante en La Palma, y a Miguel de Acosta, su sobrino, culpables de la muerte de Pedro Gómez Cintado.27 Según se indica en la documentación, el fallecido penetró en su casa “por tener deseo” con una de las mujeres de la misma. Según la narración de los hechos, año y medio antes del otorgamiento del perdón, estando enfermo oyó ruido, por lo que alertó a su sobrino. Al ser atacado éste por el asaltante, se levantó y le ocasionó una herida que finalmente le causó la muerte. Por ello, fueron condenados a muerte, en rebeldía, no obstante haber sido perdonados por el moribundo y por la familia de éste. En este tipo de refriegas era muy habitual encontrar la muerte, pero también por esa misma razón, si no existían agravantes, el delito era perdonable. Así ocurrió, por ejemplo, con el asesinato de Blas Hernández, estante en Gran Canaria, a manos de Domingo González, vecino de esa isla.28 Los hechos, ocurridos año y medio antes de la concesión del perdón, se resumen en una pelea de la que resulta fallecido uno de los contrincantes varios días más tarde. Sin embargo, antes de morir le perdonó, confirmándolo en escritura notarial. Este hecho demostraba, en el proceso de obtención del perdón, que no existía ni traición, ni alevosía, ni saeta, ausencia de agravantes que allanaban el camino a la concesión de la gracia regia. Con la narración de estos casos finaliza esta breve aproximación al complejo mundo de la socialización de los conflictos en la Baja Edad Media. Hemos podido comprobar, tanto con los casos narrados en la exposición general como en los referidos a Canarias, cómo los delitos perdonados por el rey eran los más graves, el asesinato, y cómo incluso había una serie de ellos que no admitían el ejercicio de la gracia regia. En ese contexto, el hecho de que Canarias requiriera una fuerza militar para ser conquistada favoreció la arribada de homicianos en busca de redención. Una vez finalizada la guerra, e incorporado el archipiélago al entramado administrativo de la Corona de Castilla, los perdones recogidos en la documentación son de otra índole, y se refieren ya a hechos violentos acaecidos en las islas a principios del siglo XVI, y que requerían de la participación del monarca para ser socializados.

27 Aznar Vallejo, Eduardo, Viña Brito, Ana, Palenzuela Domínguez, Natalia y Bello León, Juan Manuel: Documentos canarios en el Registro del Sello (1518-1525), nº 119, 18 de abril de 1519. 28 Ibid., nº 314, 27 de septiembre de 1521.

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El perdón real en Castilla como método de socialización de conflictos a finales de la Edad Media: el caso de Canarias

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Miguel Á. Gómez Gómez, licenciado y doctorando en Historia por la Universidad de La Laguna, su labor investigadora ha sido reconocida con los premios Bethencourt Alfonso (2006) y Rumeu de Armas (2008). Es autor de: El valle de Güímar en el siglo XVI. Protocolos de Sancho de Urtarte (2000), Cabildo de Tenerife y Ayuntamiento de Güímar; “Juan Albertos Guiraldín, un mercader florentino en el panorama azucarero tinerfeño” (2004), Coloquio de Historia Canario-Americana; “Endogamia, comercio y poder. La presencia Flamenca en Tenerife 1600-1750” (2005), en Flandes y Canarias. Nuestros orígenes nórdicos II, CCPC; “La vida en torno al agua. Usos y aprovechamientos históricos” (2006), en Agua del Cielo. Documentos para la Historia de Canarias, AHPSCT; y Siempre que la isla esté abastecida. La población de Tenerife en el siglo XVI a través de las tazmías (2008), Ayuntamiento de San Miguel de Abona. También ha sido autor de varias exposiciones: Güímar y el agua (2004), Fonda Medina, Güímar; Papeles de agua (2006-2007), Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife; Usos históricos del agua en Canarias (2008), Pabellón de Canarias, Expo 2008 de Zaragoza; y El agua en Canarias. Una visión histórica (2010), Universidad de La Laguna.


MATICES DIFERENCIALES SOBRE LA GESTIÓN Y PROPIEDAD DEL AGUA ENTRE LAS ISLAS DE SEÑORÍO Y DE REALENGO Miguel A. Gómez Gómez Licenciado y doctorando en Historia por la Universidad de La Laguna


Resumen: La importancia del agua como un elemento vital e imprescindible para los seres vivos, nos lleva a reflexionar sobre la influencia que pudo tener, en Canarias, la existencia de dos formas jurisdiccionales en el gobierno de las islas, derivadas del modo como se llevó a cabo la conquista desde el siglo XV, y establecer relaciones sobre el clima, la geografía y los sistemas administrativos que influyeron sobre la gestión del agua en la colonización posterior. Palabras clave: Canarias, colonización, jurisdicción señorial, islas de realengo, agua, siglos XV y XVI.

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Matices diferenciales sobre la gestión y propiedad del agua entre las islas de señorío y de realengo

Introducción En la historiografía canaria abundan los análisis sobre las diferencias entre las jurisdicciones que posibilitaron la conquista y colonización de las islas. Señorío y realengo son dos formas de gobernar con divergencias sustanciales, y ello ha inducido a algunos autores a considerar la forma de gobierno como una interpretación para explicar la riqueza y protagonismo de determinadas islas frente a las limitaciones de otras. Por el contrario, cabe suponer que esas diferencias vengan dadas por las posibilidades geográficas y climáticas insulares. Estas desigualdades cobran todavía una importancia mayor cuando nos acercamos a la gestión de un elemento como es el agua, indispensable para los seres vivos y la agricultura. A lo largo de este trabajo nos proponemos abordar las analogías y diferencias entre las jurisdicciones de señorío y de realengo, durante los siglos XV y XVI, en cuanto a la titularidad y gestión de las aguas, tanto superficiales como subterráneas, profundizando en todos aquellos aspectos que nos puedan ayudar a vislumbrar los matices diferenciales, perceptibles en cada uno de los territorios insulares, para valorar si esas características jurisdiccionales fueron limitadoras o estimulantes, desde un punto de vista social y económico, en cada una de las islas.

El medio: geografía y clima Para tener una visión general sobre el agua potable disponible en Canarias, tenemos que hacer el análisis atendiendo a dos variables, al archipiélago en su conjunto y a cada isla en particular, ya que dependen de las características geográficas y climáticas de cada una de ellas, influenciadas por la proximidad al territorio continental africano, la cercanía al ecuador, a la corriente marina de Canarias, y por las particularidades orográficas de cada una de ellas. Un factor clave es la situación del archipiélago en la circulación de los vientos alisios que aportan una mayor humedad en las vertientes orientadas a barlovento, en contraste con las de sotavento, aspectos que explican la vegetación y el agua existentes en los ecosistemas insulares.

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Miguel A. Gómez Gómez

Hay una íntima relación entre el régimen de lluvias y humedad con la abundancia de pinares y laurisilva, ya que favorecen la captación de las nubes cargadas de humedad que proporcionan los alisios (lo que se conoce como lluvia horizontal). Este aporte es tan importante para la renovación de los acuíferos como el que se debe a las precipitaciones, ya que éstas, en la mayoría de los casos, se vierten rápidamente al mar. Por eso, se puede afirmar que las islas deben su verdor y clima a los vientos alisios. En relación a la disponibilidad de agua, si hacemos una aproximación hipotética al paisaje de las islas durante el siglo XV, cuando comienza lo que se conoce como la conquista señorial, posiblemente nos encontraríamos con abundantes manantiales y arroyos en la mayor parte de ellas,1 con las excepciones de Lanzarote y Fuerteventura, que por su escaso relieve presentan una menor retención de las nubes que aportan la humedad. En estas islas, la permeabilidad de las tierras ha determinado la existencia de cursos subterráneos de agua y algunos manantiales, por lo que la captación por medio de pozos y otras técnicas, como gavias y maretas, solucionaban el abastecimiento a la población y la actividad agropecuaria con ciertas limitaciones. Otra isla que tradicionalmente ha presentado dificultades para la obtención de agua es El Hierro, que si bien tiene un relieve adecuado para captar los alisios, por su naturaleza volcánica y permeabilidad, los recursos hídricos se evacúan rápidamente al mar y siempre resultaron insuficientes, características que solamente permitían un número limitado de población y ganadería. Como un caso singular, hay que referir la historia del Garoé, un árbol de la familia de las lauráceas que recogía la humedad del alisio y destilaba agua en una alberca, en cantidad suficiente para cubrir las necesidades de la población.2 Por el contrario, Gran Canaria, La Gomera, Tenerife y La Palma tienen las condiciones óptimas de altitud y relieve que permiten aprovechar al máximo los vientos alisios, gracias a ello, la presencia de cursos permanentes de agua pervivieron hasta tiempos históricos.

Los cambios de la colonización La ocupación de las islas dentro de un proceso largo, 1402-1496, lleva aparejado importantes cambios en la forma que los nuevos pobladores van a relacionarse con el agua. Principalmente, por el aumento demográfico y porque se va a introducir un mayor peso de la agricultura sobre la ganadería en la alimentación de los contingentes de colonos. El avance roturador, estimula1 Las primeras crónicas refieren la abundancia de aguas en las islas, véase: Aznar, E., Corbella, D., Pico, B. & Tejera, A., Le Canarien. Retrato de dos mundos. Textos, IEC, La Laguna, 2006, pp. 39-41. 2 Torriani, L., Descripción de las Islas Canarias, Goya Ediciones, Santa Cruz de Tenerife, 1978, p. 215.

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do por las producciones de cañas de azúcar, cereales y viñas, puso en rendimiento numerosas tierras, muchas de las cuales se fueron adaptando para el regadío por medio de estructuras hidráulicas de almacenamiento y distribución, al mismo tiempo que se aplicaron técnicas para alumbrar agua de forma artificial, pozos y minas, además de soluciones técnicas como norias y otros sistemas de regadío ya utilizados por los antiguos pobladores, esencialmente el uso de gavias y maretas.3

La propiedad del agua En relación al agua en los Repartimientos tras la conquista, hay que distinguir dos fases diferentes, una, la correspondiente a las islas de jurisdicción señorial (Fuerteventura, Lanzarote, La Gomera y El Hierro) y otra, las islas que se colonizan bajo el auspicio de la Corona (Gran Canaria, La Palma y Tenerife) que llamamos de realengo. El proceso en ambas jurisdicciones fue diferente en el fondo y en el tiempo. En las primeras la propiedad de todos los recursos, entre ellos el agua, correspondía a los titulares del señorío y, como los recursos hídricos eran escasos y limitados, la mayor parte fueron declarados patrimonio común y destinados al abasto público. Por el contrario, en las islas de realengo, el proceso privatizador del agua se inició casi al mismo tiempo que se colonizaba. Precisamente por esos pasos diacrónicos en la conquista, podemos observar que cuando acaba la ocupación de La Palma y Tenerife (1494 y 1496), las islas de Gran Canaria y La Gomera estaban en un óptimo rendimiento, con varios ingenios azucareros en plena producción.4 3 Se denominan gavias a los terrenos de cultivo acondicionados para recibir grandes volúmenes de agua en poco tiempo mediante cerramientos periféricos, normalmente de tierra, facilitando la saturación del suelo si hay aportaciones hídricas suficientes. El agua procede, en unos casos, de derivación de corrientes superficiales temporales y, en otros, de captación de escorrentías en laderas, en ambos mediante caños (zanjas) u otras obras generalmente de tierra. La relación entre este concepto y la acepción que de la palabra gavia da el diccionario de la RAE como sinónimo de zanja podría residir en el sistema de “riego por gavias” al que se refieren los antiguos tratados de agricultura. Los nateros, por su parte, son cerramientos en vaguadas por muros de piedra seca. Inicialmente, eran sistemas de corrección de avenidas, pero al ir quedando retenidos los arrastres hídricos, el muro se fue impermeabilizando gradualmente con materiales cada vez más finos, hasta la total colmatación de la concavidad, formando entonces un suelo de cultivo con un funcionamiento similar al de las gavias, una vez acondicionado. Por otra parte, las charcas y maretas son pequeños embalses no impermeables, construidos primeramente a favor del relieve mediante obras complementarias de tierra. Sirven de recarga para los acuíferos someros contiguos, y son explotables mediante pozos. La estanqueidad se va produciendo por sedimentaciones sucesivas de tierras. Para evitar su colmatación rápida se suelen excavar cubetas de decantación o coladeros en los caños que conducen las aguas de escorrentía. 4 Un aspecto ampliado puede verse en Macías Hernández, A. M., “De Jardín de las Hespérides a islas sedientas. Por una historia del agua en Canarias, c. 1400-1990”, en Carlos Barciela López y Joaquín Melgarejo Moreno (editores), El agua en la Historia de España, Universidad de Alicante, 2000, pp. 171-274.

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El derecho y el agua La colonización de Canarias se produce bajo la influencia y aplicación del derecho castellano, por lo tanto, la normativa que ampara la propiedad del agua la encontramos en Las Partidas.5 La tercera Partida hace una referencia clara a las fuentes como uno de los bienes comunales, es decir, que pertenecen a la colectividad aldeana, reservando el derecho de su uso exclusivo a los miembros de la comunidad. Interpretado de esa forma, deducimos que el dominio eminente (potestas), que corresponde a la Corona, es cedido a los concejos que disfrutaban del dominio útil. Al trasladar esos preceptos legales a Canarias, vemos que la aplicación tuvo diferencias jurisdiccionales y de carácter insular. En los casos de las islas llamadas de señorío, el derecho eminente fue cedido por la Corona a los Señores, quienes traspasaron, en algunos casos, a los concejos insulares los derechos del agua como bienes de propios y comunitarios (Fuerteventura, Lanzarote y El Hierro), y en otros casos, se reservaron el dominio útil y arrendaron o traspasaron las tierras con el agua vinculada, donde la abundancia y las posibilidades de aplicaciones en regadío e industrias lo posibilitaron (La Gomera).6 En cambio, en las islas de realengo, los delegados de la Corona repartieron el derecho al agua, adscribiéndolo en los primeros momentos a la propiedad de la tierra, a través de datas otorgadas entre los que ayudaron económicamente a la empresa de la conquista, a quienes participaron con su esfuerzo personal y a colonos, agricultores y artesanos que se fueron incorporando progresivamente al proceso de colonización. De esta forma surgen los primeros heredamientos que, en esencia, son agrupaciones de propietarios que poseen derechos de regadío de un determinado caudal, con participaciones (dulas), proporcionales al agua disponible y al tamaño de las tierras de su propiedad. En las datas del Repartimiento se observa un interés por favorecer la instalación de ingenios azucareros, beneficiando de forma manifiesta, en los repartos de arroyos, ríos, fuentes y heridos,7 a los propietarios de cañaverales frente a otros campesinos con tierras. Hay también ocasiones en que las datas se refieren a aguas encubiertas y que el datario tendrá que hacer aflorar por medio

5 Redactadas en la segunda mitad del siglo XIII (Gallego Anabitarte, A. y otros, El derecho de aguas en España, Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo, Madrid, 1986, p. 129). 6 Díaz Padilla, G. & Rodríguez Yanes, J. M., El señorío en las Canarias occidentales, Cabildo Insular del Hierro y Cabildo Insular de La Gomera, 1990, pp. 158-161. 7 Por heridos se entiende saltos de agua.

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de minas.8 Los privilegios concedidos a aquellos propietarios de tierras de regadío chocaron con los del resto de los vecinos que solamente podían tomar el agua en recipientes para uso particular y doméstico. Señorío y realengo comparten los cargos públicos relacionados con el agua, ya que para cuidar el cumplimiento de los repartos se crea la figura del Alcalde de Aguas, que contaba con alguaciles que se encargaban de la vigilancia de las acequias, las infracciones y los robos de agua. Eran cargos designados, inicialmente, entre los regidores del concejo y, posteriormente, elegidos entre los adulados, lo que vino a fortalecer el papel de las comunidades de regantes y los heredamientos.9

La privatización del agua en realengo Ya hemos comentado que en las islas de realengo, desde los primeros repartimientos al comienzo de la colonización, el agua siempre aparece adscrita a la tierra,10 y que en muchos casos va a ser la abundancia de agua la que defina la cantidad de tierra otorgada en la data, pues muchas veces se señala que se concede el agua “con todas las tierras que podáis regar”. Un ejemplo de un cambio importante lo encontramos en 1504, en Tenerife, en el momento en que los propietarios del heredamiento de la Orotava tienen que hacer frente a los gastos, evaluados en unos cincuenta mrs. por fanega, necesarios para los arreglos de la acequia. Las condiciones impuestas advertían que, en los casos que algún partícipe del heredamiento no abonara su parte de la derrama, se arriesgaba a perder las tierras o como se señalaba, “que la tierra se resuma para lo que su señoría mandare.”11 Estos hechos cobraron un especial significado porque algunos de partícipes en los turnos de riego no contribuyeron a los gastos de las reparaciones de la 8 Véase Serra Ráfols, E., Las Datas de Tenerife, Libros I-IV de datas originales. IEC, FONTES XII, La Laguna, 1978, p. 132, nº 610; y p. 164, nº 796. 9 El término heredamiento ha suscitado muchas controversias a lo largo de la historia, porque el sentido real de la palabra se aplicaba a la suma de bienes que pertenecían a un conjunto de herederos, por lo que en el caso de aguas, sería más razonable hablar de “aguas de los heredamientos”. 10 El debate que siempre se ha planteado es si las aguas que se repartieron eran públicas o privadas, ya que eran manantiales y correntías que fluían libremente. En el primero de los casos, que fueran aguas públicas, los datarios solamente tendrían el derecho al usufructo como propietarios ribereños del cauce. Pero, realmente en la práctica, las concesiones se entendieron como aguas privadas, y de hecho toda la evolución posterior atendió a ese razonamiento. 11 Serra Ráfols, E., Acuerdos del Cabildo de Tenerife I (1497-1507), IEC, FONTES IV, La Laguna, 1948, 16-1-1504, p. 69.

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acequia y otras inversiones. En consecuencia, en junio de 1505, se hace nuevamente un arqueo de las aguas de La Orotava, señalando que “… éstos que la han pagado puedan gozar del agua y no otros ningunos e si no tuvieren cañas puestas que la puedan vender a quien quisiere la dicha agua…”12 A partir de aquellos momentos, se inicia un lento proceso orientado a cambiar la titularidad de los derechos al agua, sin el vínculo con la tierra que se había fijado en las datas del Repartimiento, y van a ser precisamente los propietarios de cañaverales quienes estaban más interesados en acumular dulas y adquirir toda el agua que pudieran, porque los turnos de riego que disfrutaban inicialmente eran insuficientes para sus cañaverales. Un ejemplo significativo del alto valor que el agua tiene a partir de aquellos momentos es la compra de 15 fanegas agua en la Orotava en 1520.13 Se puede decir que a partir de los años 1504 y 1505, en las islas de realengo, se inicia una transformación orientada a consolidar la propiedad privada del agua, dentro de una serie de cambios que también engloban la suma de aquellos derechos sobre las dulas al patrimonio familiar, con la formación de los mayorazgos. En ese sentido, la mayor parte de los beneficiarios del reparto de aguas incluyen en la relación de sus bienes los derechos al agua, siguiendo el ejemplo de la creación del mayorazgo del Adelantado d. Alonso Fernández de Lugo, a nombre de su hijo d. Pedro.14 Con estas estrategias, los propietarios pretendían sacar estos bienes y derechos del mercado, incorporándolos al mayorazgo, de tal forma que el titular sólo podía disponer de los aprovechamientos obtenidos sin poderlos vender. La culminación del proceso privatizador de la propiedad del agua la representa la donación real que recibe Luis de Armas en 1513, para las islas de Tenerife y La Palma,15 que contenía las mismas condiciones que había conseguido en 1511, de un tercio de las aguas no repartidas en Gran Canaria16 o que se perdieran sin aprovechar, siempre que los otros dos tercios quedaran para la Corona. Comprendía también no sólo las aguas que no fueron incluidas en 12 Moreno Fuentes. F., Las Datas de Tenerife. Libro I de Datas por Testimonio, IEC, FONTES xxxv, La Laguna, 1992, p. 145. El subrayado es nuestro para señalar el momento en que se autoriza de forma oficial a vender el agua de modo independiente y sin vinculación a la tierra. 13 AHPSCT, PN 598, fl. 345 r. y ss. Antón Joven y Antón Fonte las compran de Alonso de las Hijas. El precio era de 50.000 mrs. 14 Serra Ráfols, E. & de la Rosa Olivera, L., Reformación del Repartimiento…, pp.166-171. 15 Serra Ràfols, E. & de la Rosa Olivera, L., Acuerdos del Cabildo de Tenerife III (1514-1518), IEC, FONTES XIII, La Laguna, 1965, pp. 236-238. AMLL, libro III de Datas por Testimonio fl. 802, Merced Real de 7-06-1513. 16 Aznar Vallejo, E., Documentos Canarios en el RGS (1476-1517), IEC, FONTES Vol. XXV, La Laguna, 1981, p. 168, doc. 831.

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las datas del Repartimiento, sino aquellas que se asignaron en las Reformaciones de Ortiz de Zárate y Lope de Sosa y que los beneficiados no habían puesto en explotación.

Conclusiones De la abundancia y disponibilidad del agua dependen todas las comunidades y más aún en Canarias durante los siglos XV y XVI, por eso, a la hora de hablar de señorío y realengo aparte de precisiones de tipo jurisdiccional, en los contenidos económicos y sociales, tendríamos que referirnos a la influencia de la geografía y el clima y establecer también las diferencias entre islas secas e islas húmedas. Ello explica cómo en aquellas donde la disponibilidad de agua potable es reducida, que dependían en exclusiva de las subterráneas, ya que las superficiales eran escasas y estacionales, y que contaban al mismo tiempo con un mayor peso de la ganadería frente a la agricultura, las fuentes y cualquier otro aprovechamiento fueron siempre de uso comunal, atendiendo el interés de los titulares del señorío o sus delegados, que buscaban con esas políticas atraer colonos y estimular el poblamiento. Por el contrario, en la única isla de señorío con recursos hídricos suficientes (La Gomera), se pudieron plantear políticas diferentes. Algunos cursos de agua, fuentes y manantiales se señalaron para usos comunes, otros quedaron bajo el dominio útil del señorío, aprovechados de forma directa, o bien se destinaron para la instalación de industrias azucareras que reportarían importantes rentas al patrimonio señorial. Se puede observar una evolución diferente en las islas de realengo, en ellas el agua fue rápidamente acaparada por beneficiarios de datas y propietarios de ingenios, que incorporaron los derechos al agua a los mayorazgos. Pero esta situación duró poco tiempo, ya que la creciente demanda separó la vinculación entre tierras y aguas y ésta comenzó a traspasarse de forma independiente, dando lugar al nacimiento de los mercados de agua e impulsó la privatización en heredamientos y particulares, que encontraron en el agua ganancias de tipo económico, ya sin control ni licencia de los delegados regios.

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Antonio Luque Hernández, escritor e historiador, es miembro del Instituto de Estudios Canarios. Cursó sus primeras letras y el bachillerato en el Colegio Salesiano San Isidro de La Orotava, para luego, tras iniciar y abandonar la carrera de medicina, dedicarse a la investigación histórica. Historiador vocacional, entre sus obras destacan: Cartas de don José de Viera y Clavijo a diversas personalidades (1984), Las familias de Chaves y Montañés de Tenerife (1989), La Orotava, corazón de Tenerife (1998), De casino a biblioteca. Anales de la vida social orotavense (2002) y Luque de una y otra orilla (2006). Es miembro de número de esta Real Sociedad Económica, en la que preside la sección de Relaciones Institucionales.


LA FAMILIA DE TORRES-PERDOMO Y EL LLAMADO MAYORAZGO DE TACORONTE Antonio Luque Hernández Diplomado en Genealogía, Heráldica y Derecho Nobiliario por el Instituto Salazar y Castro de Madrid


Resumen: este trabajo se inicia con una exposición sobre el entorno geográfico de Tacoronte, seguido de un resumen de la historia de la ciudad y de su término municipal para, a continuación, pasar a describir la casa solar de la familia Torres-Perdomo, dando cabal idea del emplazamiento y la estructura del edificio. Luego, se trata la genealogía de esta familia tan ligada a la comarca tacorontera, con sus hitos más notables. Aporta, por último, algunos documentos de interés histórico referentes a esta familia. Palabras clave: familia Torres Perdomo, Tacoronte (Tenerife), mayorazgo, genealogía, arquitectura tradicional canaria.

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2.07.006.10

La familia de Torres-Perdomo y el llamado Mayorazgo de Tacoronte

A Helga Frieda y Ludwig Hausbacher, ilustres alemanes amantes de la Historia, que han convertido a Tenerife en su segundo hogar

«Tacoronte, que fue el jardín de los guanches, es un pueblo diseminado por la campiña entre arboledas y viñedos que ascienden por los flancos de las colinas; una tierra rojiza, cuyos tonos calientes resaltan aún más el esplendor de la vegetación» Sabino Berthelot Primera Estancia en Tenerife (1820-1830) «Tacoronte sorprende agradablemente al que llega: el paisaje magnífico y multicolor que en suave declive va hacia los altos acantilados de la costa; el clima benigno y seco; y su vino, su célebre vino… ardoroso y refrescante» Sergio F. Bonnet «Tacoronte y sus templos»

Tacoronte, topografía y fastos En la mítica comarca de Acentejo, vertiente norte de la cordillera dorsal de Tenerife, la ciudad de Tacoronte, ubicada a unos 510 metros de altitud, constituye el núcleo urbano más importante. Su nombre es de origen prehispánico; existen dudas, a decir verdad, sobre su exacto significado, pero la opinión más aceptada lo descifra como «lugar de montañas». El término municipal forma uno de los conjuntos geográficos tinerfeños con personalidad más acusada, por la diversidad y encanto de su campiña, reflejo de la variedad altitudinal y de la influencia humana. El lugar fue fundado a raíz de la conquista, en el entorno de la primitiva ermita de Santa Catalina Mártir, por un grupo de vecinos, entre los que se destacaba Sebastián Machado, poblador portugués, natural de la villa de Guimaraes, cuya descendencia alcanzaría relieve social, plenamente integrada en la nobleza de Canarias. La población posee numerosas y notables edificaciones de carácter civil, pero son dos templos los más

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valiosos monumentos de Tacoronte: la parroquia de Santa Catalina Mártir y el santuario del Cristo. La primera es «una de de las mejores muestras del patrimonio histórico-artístico religioso insular», en palabras del profesor Manuel Hernández González.1 En esa iglesia, se conservan esculturas y óleos de calidad artística. Entre las pinturas destacamos un Cristo muerto sostenido por ángel, de Alonso Bazquez [Vázquez], pintor del siglo XVII, y una Inmaculada y su donante Felipe Machado Spinola, de los pinceles de Gaspar de Quevedo (1616-1670?), óleo que se encuentra en el retablo de La Concepción, cuyo panel central posee un hermoso frontal de plata, decorado por un medallón con los símbolos eucarísticos, obra de Juan Domínguez y donado, en 1745, por el mercader José González del Drago. El Santuario del Cristo constituye otra muestra destacada del acervo arquitectónico tinerfeño. Anexo al antiguo convento agustino en él se venera la imagen del Cristo de los Dolores y Agonía, original creación de la estatuaria española, una de las más antiguas y arraigadas devociones de Tenerife e incluso de todo el Archipiélago. El poeta Emeterio Gutiérrez Álbelo (1904-1969), devoto de esa santa imagen, supo percibir el autentico sentido de esta ciudad y sus gentes, como se evidencia, resumido y bellamente, en estos versos, poema inicial de su famosa obra Cristo de Tacoronte NADIE

Solo

me comprendió. Ni los que traían el color gastado ni los que traían el nuevo color. Ni los que traían la sonata nueva, ni los que traían el himno antañón. Solo con mi canción, Con mi canción desnuda, La que diste Tú, Señor.2 Sobre el ondulado paisaje de Tacoronte destacan variedades vegetales autóctonas, el drago —árbol famoso en las islas y unido a numerosas leyendas— y el pino, junto al foráneo eucalipto y a la araucaria, formando deliciosos rincones de indiscutible belleza paisajística. En las zonas bajas, donde el relieve lo 1 Hernández González, Manuel: Tenerife. Patrimonio Histórico y Cultural, Ediciones Rueda, Madrid, 2002, p. 102. 2 Gutiérrez Albelo, Emeterio: Cristo de Tacoronte. Poemas, Instituto de Estudios Canarios, colección Retamar, nº 1, La Laguna, 1947, 2ª edición, p. 9.

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permite, se desarrolló el cultivo de plataneras, hoy en decadencia; además de la industria turística, iniciada en diversas urbanizaciones, como Mesa del Mar y Puntillo del Sol.3 La zona media del municipio, menos pendiente, es la más densamente poblada y es también la dedicada a los cultivos de subsistencia, localmente llamados ordinarios y base de industrias alimentarias, entre las que sobresale la de los turrones —herencia de nuestro primer cultivo exterior: el azúcar—, afamados en todo el Archipiélago. De entre las labores agrícolas, destaca el viñedo. Introducido por los conquistadores, se cultiva con éxito desde entonces. Son caldos con un alto contenido en tánico, de un vivo color rojo rubí y de buen paladar. Constituyen los tintos más conocidos de Tenerife y desde siempre han sido elogiados y cantados, valga de ejemplo esta ocurrente composición poética, «Humorismo rimado» de Juan Pérez Delgado (Nijota), acabado encomio a Tacoronte y a sus caldos: Demos por elogiada La graciosa campiña, Verde, ondulante, clara, Decorada con viña, Estupendos viveros De las típicas coles, […] hablemos del divino (suprimamos el «di»), néctar que hacen allí, néctar inimitable, a los demás distintos (suprimamos el «dis»), y dejemos el tinto. Loado aquel que un día Dejó el llanto y el monte, y entre duelos y duelas

«vino de Tacoronte»4

3 «Acentejo: Constituye la vertiente norte de la cordillera dorsal y se reparte entre los municipios de Tacoronte, Sauzal, La Matanza, La Victoria de Acentejo y Santa Úrsula. Una rampa de un recorrido de apenas 7 kilómetros salva un desnivel de 1.700 metros, por término medio, hasta el mar. Las pendientes más pronunciadas están en la parte superior, mientras entre los 300 y los 700 son más suaves. Por último cae sobre el mar en acantilado de 300 metros de altura. Toda la zona tiene una cobertura de lavas modernas que, en algunos lugares, desbordó sobre el acantilado costero, originando una abrupta ladera con algunos salientes rocosos. Los barrancos presentan tramos con cortes profundos, formando cañones, alternando con otros de laderas más suaves. Junto a La Matanza de Acentejo hay conos volcánicos, pero es más importante el situado al E. de Tacoronte» (Afonso Pérez, Leoncio: «Las Islas Canarias», en España, geografía y guía, tomo 5, Andalucía-Canarias-Galicia, Salvat, Pamplona, 1973, p. 94). 4 Este poema de Nijota está citado en Pérez García, Nicolás: «Óscar Domínguez, tacorontero uni-

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La casa solar de los Torres Perdomo La Candelaria es una de las vías más antiguas de Tacoronte, enlaza la calle del Calvario con la de Los Abales —la ruta que cruza el pueblo y llega hasta La Laguna— y conecta, a través de la carretera de Agua García, con el Camino Real de La Orotava. En esa rústica calzada levantó, en la segunda mitad del siglo XVIII, Andrés Agustín de Torres y Perdomo, capitán de Cazadores de Milicias, una singular casona, uno de los mejores edificios civiles de la población. La construcción finalizó poco después de 1778, como se desprende del testamento de su hijo Don Manuel.5 Sobre la entrada principal de la residencia colocó su emblema heráldico, es un escudo cuartelado: 1º en campo de gules, dos leones de oro afrontados; en jefe cuatro flores de lis; 2º en campo de azur, cinco torres de plata, puestas en sotuer. 3º y 4º ondeados. Timbre: casco de caballero. El capitán Torres-Perdomo construyó igualmente el torreón vigía —hoy desaparecido— que da nombre a ese barrio tacorontero. ¡Cuántas historias guardan estas paredes! Por sus airosos salones deambularon las primeras autoridades de las Islas, personajes y personajillos de la vida insular, autoridades verdaderas y otras que no lo eran tanto. Figuras como las de los capitanes generales Don Eugenio Fernández de Alvarado, marqués de Tabaloso o Don Joaquín José Ibáñez, marqués de la Cañada, haciendo un alto en su camino al Valle de La Orotava, pernoctaron en esta casa. Aquí se celebraron brillantes saraos, señalados eventos. La casa del «Mayorazgo», durante el tiempo de Andrés Agustín Antonio de Torres Perdomo, lo llenó todo en la vida social de Tacoronte. Muchos fueron los acontecimientos felices, pero tampoco faltaron los desventurados. Como el ocurrido un 14 de octubre de 1794, cuando en una de sus alcobas falleció, ante los ojos de sus desconsolados padres, el joven Andrés Agustín Pablo de Torres Perdomo. Otro suceso triste fue la muerte de la encantadora Doña Nicolasa, primera esposa del erector, y por si fuera poco, no faltó la tragedia, pues el 28 de junio de 1805, trajeron sin vida el cuerpo del capitán Andrés Agustín de Torres Perdomo, víctima de un desgraciado accidente de caza, cuando se las prometía felices y esperaba la llegada de un heredero, al que no llegó a conocer.

versal», en Tacoronte desde sus orígenes [1497-1997], Ayuntamiento de Tacoronte, 1998, p. 102. 5 Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife, fondo de protocolos notariales, signatura 1974, folios 11-17, testamento de Don Manuel de Torres, vecino de Tacoronte, a 29 de enero de 1838, ante el bachiller Juan Fernández Oliva, escribano público. El documento está reproducido en el apéndice documental del presente artículo.

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La ancestral casona Ha sido remodelada en diferentes épocas; no obstante, la última reforma ha hecho que recuperara su sello original. Tiene amplia fachada alargada de dos plantas, enmarcada en sillares de piedra, que se distribuye en huecos regulares, tres en el piso alto, en el bajo puerta y dos ventanas. El remate lo constituye el habitual alero y cubierta de tejas del país. En el extremo sur, portalón adintelado enmarcado en piedra, que da pasó a un espacioso patio empedrado, del que arranca la escalera de madera de tea que conduce al segundo piso, y sobre el portón una ventana. En la planta alta, en una amplia sala de techo artesonado, estaba la capilla, decorada con imágenes y valiosos óleos, algunos de los cuales se encuentran actualmente en el santuario del Cristo de los Dolores y Agonía. Originalmente destacaba en el centro de su fachada un hermoso balcón cubierto, eliminado en el siglo XIX con ocasión de una desdichada reforma, que también suprimió el escudo labrado en mármol,6 donde figuraban las armas del fundador. Recientemente, se colocó en su lugar una reproducción, en piedra, del escudo original. Con el transcurso del tiempo perteneció a Hans Adolf Turowski, quien la transformó en un estilo poco acorde con la fábrica inicial. Adquirida el 9 de noviembre de 1999 por los señores Helga Frieda y Ludwig Hj. HausbacherErkerle, prestigioso abogado de Munich, Baviera. De inmediato, los nuevos propietarios iniciaron profundos trabajos de recuperación, retirándose las construcciones inapropiadas, que lo deslucían. Al mismo tiempo se dotó al edificio con nuevas instalaciones y bellas zonas ajardinadas; según magistral proyecto de Jacques Tiercelin y Panon. Este arquitecto francés, nacido el 25 de septiembre de 1944, aprovechado alumno de la Escuelas de Bellas Artes de Nancy, Francia, y de la Hochschule Für Gestaltung de Ulm, Alemania, ha desarrollado primordialmente su obra en España, donde reside desde 1970. Atendiendo siempre a las indicaciones de los señores Hausbacher, Tiércelin dirigió los trabajos de restauración; gracias a esa profunda reforma, la casona recobró su estilo peculiar. Se recuperó la primitiva estructura del edificio, el amplio patio fue notablemente mejorado y se rescataron la primitiva escalera, las galerías y los viejos artesonados. El interior es señorial, las habitaciones son espaciosas y han sido decoradas en un estilo vernáculo con algún acento bávaro, si bien el conjunto conserva la atmósfera canaria original. Ventanas a la calle y ventanales al patio y al jardín. 6 El escudo con las armas de Torres Perdomo, en un principio fue arrinconado en el granero y salvado del abandono; al presente está colocado en la fachada de la casa familiar de Óscar Domínguez, en las inmediaciones del Calvario tacorontero (Bonnet Suárez, Sergio Fernando: «El Mayorazgo de Tacoronte», en Fiestas del Stmo. Cristo de Tacoronte, Ayuntamiento de Tacoronte, septiembre de 1962).

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En la planta baja, suelos de barro cocido. Un espacioso vestíbulo distribuidor da paso al resto de la casa, decorado con una gran alfombra oriental, una importante vitrina barroca que contiene buena porcelana y un antiguo sillón renacentista. A la derecha, el salón principal, con techo de madera, chimenea de piedra molinera de Fuerteventura, con el blasón heráldico de los Hausbacher, y un importante bureau cabinet del siglo XVIII. Inmediato el oratorio, convenientemente alhajado. Luego, el salón comedor, que interiormente comunica con la espléndida y luminosa cocina, dotada de cuantos adelantos hacen grata la labor de guisar y aderezar los alimentos. Al otro lado del vestíbulo, hay una sala bodega destinada a reuniones y convites, provista de todo lo necesario para ese tipo de eventos. En la antecámara un ascensor lleva directamente al piso superior. En la casa abundan los objetos artísticos. Muebles antiguos, valiosos óleos y grabados, tallas barrocas, algunas de mérito y porcelanas —Nymphenburg, Delf, Meissen, etc. — de distintas épocas. En las diferentes salas, cómodos sofás, sillas y mesas. El segundo piso tiene corredores con balconadas cubiertas. Las habitaciones están dotadas de todas las comodidades, conservan el estilo de la construcción primera, suelos de madera, alguna con techo artesonado y ventanas con vistas a la calle Candelaria o al patio. No obstante, lo más representativo del edificio es el patio central, con columnas, en que se ha respetado el empedrado tradicional de la zona, y los jardines. Cerrado, en el lado opuesto a la entrada cochera, por una elegante logia de nueva planta, que conduce a la izquierda a la piscina cubierta, acristalada, lujosamente equipada, a una terraza techada, y al umbroso jardín. Es éste un delicioso espacio a la sombra de árboles de porte —palmeras, laureles de Indias—, donde se combinan hortensias, petunias, y crotos… que con sus tonos vivos y luminosos, junto a macetones, bancos de madera y otros detalles decorativos, adornan y solazan ese entorno ajardinado. Oculta entre el verde de vegetación, una glorieta, lugar idóneo para relajarse y disfrutar plácidamente del discurrir del tiempo.

Los Torres Perdomo. Genealogía La pervivencia de un vínculo invariable en la varonía de un apellido, constituye una rareza, que no se da en los Torres Perdomo. El primero que ostentó el citado privilegio fue Ibone Hernández; extinguida su posteridad, recayó en los Álvarez, legítimos sucesores de Margarita Hernández, hija de Bartolomé y hermana de Ibone, en cuya descendencia continuó hasta su abolición, por las leyes desvinculadoras del siglo XIX. Si bien los Álvarez dan varonía a esta familia, el primogénito de Juan Álvarez eligió el apellido materno de Perdomo, y su nieto Marcos Perdomo volvió a trastocar el orden anteponiendo el Torres. Todo ello acorde a las costumbres de aquel tiempo y posiblemente

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por influencia portuguesa. Así prefirieron el Torres materno y lo unieron al Perdomo, colocando éste en segundo lugar. Desde entonces, finales del siglo XVI, el apelativo Torres Perdomo permaneció inalterado, hasta la desaparición de la familia. Los Perdomo o Proudhomme destacan por la antigüedad de su establecimiento en Canarias, asentados en ellas por el caballero normando Henri Proudhomme, Farriete Prodomo o Arriete Perdomo, que llegó a la conquista y repoblación del Archipiélago a principios del siglo XV. Era cercano deudo del famoso Jean de Bèthencourt, cuyo nombre abre la historia de la incorporación de las Islas a la Corona castellana como señor feudatario de Canarias en el reinado de Don Enrique III de Castilla. La descendencia de Arriete Perdomo es muy numerosa y su apellido, por diferentes causas, en atención naturalmente a su ilustre origen, se extendió por todas las Islas y desde éstas a América e incluso retornó a su lugar de origen.7 Establecidos en Tacoronte, desde el siglo XVIII, los Torres Perdomo instituyeron en aquella localidad una familia de indiscutible relevancia. Conocidos en lo antiguo como el Mayorazgo de Tacoronte, el apellido se extinguió en las primeras décadas del siglo XX, pero su sangre aún permanece en esa ciudad tinerfeña. Sus miembros traen origen de los conquistadores y primeros pobladores de la isla, ocupando destacados cargos civiles y militares. Los primogénitos disfrutaron del rico vínculo que con carácter de mayorazgo fundó, Ibone Hernández a comienzos del siglo XVI. He aquí su filiación continuada: I. Bartolomé Hernández [Herrero], conquistador de Gran Canaria y repoblador de Tenerife a raíz de la conquista. Estuvo desde noviembre de 1496 hasta diciembre de 1497 sirviendo en la torres de Santa Cruz de la Mar Pequeña. En el cabildo de 6 de febrero de 1499, siendo morador de Lanzarote, solicitó pasar a establecerse en Tenerife junto con un grupo de vecinos de Lanzarote y Fuerteventura, sus familias y bienes. El Consejo les autoriza a venir, si bien, cautelarmente, los ubica en el roque de Antequera. En 1499 se avecindó en Santa Cruz y fue su primer alcalde,8 desde 1501 a 1513. 7 Cebrián Latasa, José Antonio: Ensayo para un Diccionario de Conquistadores de Canarias, Gobierno de Canarias, Islas Canarias, 2003, pp. 379-381. 8 Era sin duda el mismo Bartolomé Hernández que había figurado como testigo, en 1477, en la pesquisa de Esteban Pérez de Cabitos contra Diego de Herrera; tenía casas en Teguise y maretas en Arrecife, que cedió en 1500 a su hijo. En Tenerife recibió una data de cinco cahices de tierra de sequero en El Abejero (posiblemente el Valle de Jiménez), linde con tierras de Francisco Ximénez, «donde está un picacho»; y otra en Abicore (San Andrés), que renunció a favor de Diego de Salazar. Sin duda, era herrero de oficio, por más que se considere a menudo que este vocablo no

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Cioranescu señala: «Bartolomé Hernández tenía buena situación económica. Tenía por lo menos un esclavo guanche; vendía ganado lanar, que criaba él mismo y marcaba con su propio hierro. Posiblemente se dedicaba también a otras transacciones: en su inventario figuran peso de pesar oro con sus pesas. Tuvo varias casas en Santa Cruz. La más importante fue su morada y parece que la había comprado en 12.000 maravedíes a Francisco Xímenez, tenía «su tahona, con su guerta e majuelo frontero, demás del cuerpo e sitios de dichas casas que alindan de una parte el arroyo y por las otras partes campo, con sus pozos y pertenencias». En 1509 había comprado otra, en 7000 maravedíes, lindante con Juan de Oñáte y de la mujer de Gorvalán. Tenía dos más con su pozo y corral, compradas a Marcos González; otra en lugar no especificado; y dos sin corral, lindantes con la casa de los Riberoles».9

Como vecino recibió repartimiento de tierras, solares y aguas en Santa Cruz, Abicore —San Andrés—, valle de Jiménez, Heneto, San Cristóbal, TacoronteSabzal y Taoro. Contrajo dos matrimonios, el primero en Lanzarote con Lucía de Cabrera, y el segundo, después de 1511, en Tenerife, con Ana Tenorio, viuda de Pedro de Bermeo. Bartolomé Hernández otorgó testamento el 10 de enero de 1511, en la casa de su morada, ante Antón Vallejo. En él declara ser vecino, herrero y alcalde del puerto de Santa Cruz, ordena su enterramiento en la iglesia de Santa Cruz. Dice estar casado con Ana Tenorio, con la que no ha tenido hijos. Nombra para albaceas a su hijo Ibone y a Juan Perdomo. Volvió a testar el 15 de marzo de 1516 ante el mismo escribano. Ordenó ser enterrado en el monasterio de San Francisco de la villa de San Cristóbal.10 Fueron sus hijos, todos nacidos en Lanzarote: 1. Lucía de Cabrera, casada con Baltasar de Liria 2. Ibone Fernández, que sigue. 3. Constanza Hernández, esposa de Martín Ibáñez de Aristegui. Vecinos de Agüimes. 4. Margarita Hernández, que casó con Nicolás Álvarez. Testó el 12 de enero de 1520 ante Juan del Castillo, escribano público; y su marido lo hizo el 11 de enero de 1540 ante el mismo fedatario. De ese matrimonio precedió: es una calificación, sino un segundo apellido. Falleció poco antes de 26 de junio de 1516, siendo sepultado en la iglesia de Santa Cruz (Cioranescu, Alejandro: Historia de Santa Cruz de Tenerife, Caja de Ahorros de Santa Cruz de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, 1977, tomo I, pp. 55, 59, 62-63, 70, 179, 362-363, 369; y tomo II, p. 389). 9 Cioranescu, Alejandro: Historia de Santa Cruz…, op. cit., tomo I, p. 59. 10 Cebrián Latasa, José Antonio: Ensayo para un Diccionario…, op. cit., p. 206.

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A. Juan Álvarez,11 morador de Taganana, que contrajo matrimonio con Luisa de Perdomo y Ortiz, hija de Pedro de Perdomo y María Ortiz. Nieta de Lorenzo de Melián —hijo, a su vez, de Juan de Melián, llamado el Bueno y de Catalina de Boulanger—, que consta que fue abuelo de: Doña María de Melián, mujer de Álvaro Ortiz Zambrana el Viejo, sargento Mayor de las Milicias de Lanzarote, alcalde Mayor y Gobernador de esta isla, «el cual fue preso por los moros, permaneció muchos años en Marruecos, donde realizó entre los prisioneros ejemplar labor humanitaria y cristiana. Practicó informaciones de su Nobleza en Lanzarote, el 26 de febrero de 1589, y testó en la misma isla, ante Blas Dumpierres, el 27 de diciembre de 1609».12 5. Juan Álvarez, esposo de Margarita Hernández, testó ante Juan del Castillo, el 8 de diciembre de 1555. Fueron sus hijos: A. Marcos Perdomo, por quien sucede en el vínculo, extinguida la descendencia de su tío abuelo Ibone Hernández. B. María Ortiz y C. Brígida Perdomo. 6. Ana de Cabrera [Hernández], esposa de Baltasar de Baena. 7. Catalina de Cabrera [Hernández], que casó con Gregorio Ruiz. II. Ibone Hernández, natural de Lanzarote y vecino de Santa Cruz de Tenerife. Casó dos veces, primero con Isabel de Perdomo, hija de Juan de Perdomo el Viejo y María de Perdomo de las Islas; nieta paterna de Arriete Perdomo e Inés Margarita de Bèthencourt, de quien se dice otorgó testamento ante Marcos Luzardo, en Lanzarote, el 4 de junio de 1480. Este matrimonió no tuvo hijos e Isabel de Perdomo13 testó en La Laguna ante Juan del Castillo, el 9 de abril de 1538. Ibone Hernández, casó en segundas nupcias con María de Melián, hija del Licenciado Hernando de Aguilar, regidor y mayordomo del Cabildo

11 Luis Yanes, María Jesús, Protocolos de Hernán González (1536-1537), Instituto de Estudios Canarios, La Laguna, colección Fontes, nº XL, 2001, p. 38, 22 de febrero de 1536. «Juan Hernández, zapatero, vecino, dice que Juan Álvarez, cerrajero su suegro, padre de Beatriz Álvarez, su mujer difunta». 12 Fernández de Bethencourt, Francisco: Nobiliario y Blasón de Canarias, ampliado y puesto al día por una junta de especialistas, editado por Juan Régulo, La Laguna, 1952- 1967, tomo III, p. 673. 13 Ibídem, tomo III, p. 206. «Henri Proudhomme llegó a la conquista y repoblación del archipiélago en la etapa normanda de 1412-1414. Dice Cebrián Latasa: «Hemos supuesto, por ajuste generacional, que tuvo hijos nacidos y criados en las islas, entre los cuales un Arriete Perdomo el Mozo alcanzó a ser yerno de Maciot. Farriete y Mathieu-Maciot tal vez eran parientes» (Cebrián Latasa, José Antonio: Ensayo para un Diccionario…, op. cit., p. 380).

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de Gran Canaria y de Leonor de Béthencort.14 Ibone Hernández fundó el Mayorazgo el 28 de junio de 1554 María de Melián, ya viuda, otorgó testamento, ante Pedro Hernández Lordelo, el 8 de enero de 1579. De este último enlace procedió: III. Doña Mencía de Cabrera y Melián, a quien dotó su madre, ante Gaspar Justiniano, el 29 de agosto de 1550 para casar con Miguel de Perdomo y Cabrera, hijo de Juan de Perdomo el Mozo,15 poblador de Tenerife, cofundador de Taganana, y jurado de esta isla, nombrado y recibido por el Cabildo de 7 de julio de 1506 —renunció a ese cargo en 1509, pero no fue aceptada su renuncia—, y de Catalina de Cabrera o Dumpiérrez, hija de Bartolomé de Cabrera y de Catalina Dumpiérrez; nieta, pues, del gobernador Alonso de Cabrera y de Catalina Dumpiérez y descendiente de Jean Dumpiérrez. Doña Mencía de Cabrera, ya viuda, testó ante Zambrana, el 22 de julio de 1603. Tuvieron los once hijos siguientes, muertos todos sin descendencia: Diego de Cabrera Perdomo; Pablo Perdomo de Cabrera; Doña Catalina de Cabrera; Doña María de Melián; Doña Mencía de Cabrera; Doña Leonor de Béthencourt; El Licenciado Don Bartolomé de Cabrera, presbítero; Miguel Perdomo; Martín Perdomo; Jácome Perdomo, establecido en Indias; y Juan Perdomo. 16 IV. Marcos [Álvarez] Perdomo, hijo de Juan Álvarez y Luisa Perdomo, que sucedió en el vínculo fundado por su tío abuelo Ibone Hernández, a la muerte sin posteridad de los nietos de éste. Casó con Beatriz de Torres, hija de Lorenzo de Torres y Beatriz Gil. Marcos Perdomo testó ante Rodrigo Sánchez el 1 de noviembre de 1569. Fueron sus hijos: 14 Fernández de Bethencourt, Francisco: Nobiliario y Blasón…, op. cit., tomo III, pp. 677-678. 15 Cebrián Latasa, José Antonio: Ensayo para un Diccionario…, op. cit., pp. 379-380. Juan Perdomo el Mozo era natural y vecino de Lanzarote. No fue conquistador de Tenerife, sino repoblador a raíz de la conquista. Sería uno de los llamados de las islas y pasó a vivir a Tenerife, formando parte de un grupo de ellos, que fueron atraídos como vecinos por Lugo mediante repartimientos de tierras, solares y aguas. Fue uno de los fundadores de Taganana. 16 Fernández de Bethencourt, Francisco: Nobiliario y Blasón…, op. cit., tomo III, pp. 610-611.

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1. Lorenzo de Torres y Perdomo, que sucede. 2. Doña Isabel de Torres Perdomo, esposa de Juan Bautista de Riverol y Ríos. Doña Isabel testó el 10 de abril de 1592 ante Juan Núñez Jaímez. Fue hija suya: Doña Catalina de Riverol y Añasco, que casó con Juan Anguinado e Ibarra. V. Lorenzo de Torres-Perdomo, que poseyó el vínculo de su familia y contrajo matrimonio en La Laguna el 17 de julio de 1588 con María Álvarez, a la que hizo madre de: VI. Lorenzo de Torres-Perdomo, bautizado en la parroquia de La Concepción de La Laguna el 27 de agosto de 1606. Contrajo matrimonio en San Sebastián de La Gomera, en 1627 con Doña Luisa de Aguiar. Cioranescu cita a un Lorenzo de Torres Perdomo, natural de la isla Tercera, aunque perteneciente a una familia tinerfeña, que aparece mencionado por este autor como capitán de un barco mercante. «El tráfico directo con Portugal fue intenso hasta 1640. Se exportaban pez, cereales y vino, y excepcionalmente cantidades de barrilla, altramuces y sangre de drago. La guerra de Portugal arruinó este comercio […] También habían sido activas las relaciones comerciales con las islas portuguesas del Atlántico. Conocemos mal los cambios con las Azores, Madera recibió a menudo trigo de Tenerife y lo devolvió alguna vez en periodos de escasez.»17 Lorenzo y su esposa Luisa de Aguilar fueron padres de: 1. Diego de Torres Perdomo, que continúa. 2. Juan de Torres Perdomo, esposo de María Negrín. 3. Doña Francisca de Torres, que casó con Don José Padilla, capitán de Milicias canarias. 4. Doña María de Torres, mujer legítima de Baltasar Díaz. VI. Don Diego de Torres Perdomo y Aguilar, primogénito de la familia, nacido en Hermigua, isla de La Gomera. Casó en el lugar de su nacimiento, en 1654, con Doña María de Medina. Su hijo: VII. Don Francisco de Torres-Perdomo y Medina, sucesor en el vínculo familiar, nacido en La Gomera. Contrajo matrimonio en Hermigua en 1746 con Doña Elena Fernández Prieto. De ese matrimonio procedieron: 1. Don Andrés de Torres Perdomo, que sucede. 17 Cioranescu, Alejandro: Historia de Santa Cruz…, op. cit., tomo II, p. 446, nota 93.

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2. Don Francisco de Torres-Perdomo, capitán de Milicias canarias, en la isla de La Gomera. VIII. Don Andrés de Torres-Perdomo y Fernández, capitán de Milicias canarias y poseedor del mayorazgo de su casa, natural de Hermigua, en la isla de La Gomera. Avecindado en Tacoronte, casó en la parroquia de Santa Catalina Mártir, donde se veló, el 6 de junio 1737, con Doña María Josefa Ramos, nacida en Tacoronte, hija de del capitán Don Tomás Ramos y Doña María Martín.18 Vecinos del barrio de la Fuente del Alcalde. Fueron sus hijos: 1. Don Andrés Agustín de Torres-Perdomo y Ramos, que sigue. 2. Don Agustín Isidoro de Torres-Perdomo y Ramos, del cual trataremos terminada que sea la primogenitura. 3. Doña Narcisa de Torres Perdomo y Ramos, nacida el 20 de junio de 1740 y bautizada el 26 de dicho mes en la parroquia de Santa Catalina. 4. Don Luis Tomás nacido el 1 de noviembre de 1741 y bautizado el 26 de ese mismo mes, apadrinado por el alférez Tomás Ramos, 5. Don Tomás Dionisio de Torres y Perdomo, que nació el 9 y fue bautizado el 15 de octubre de 1744, y 6. Doña María Andrea de Torres-Perdomo y Ramos, nacida el 12 y bautizada el 20 de octubre de 1746 en la iglesia parroquial de Santa Catalina Mártir, como todos sus hermanos mayores. Contrajo matrimonio con el capitán Don Rafael de la Torre, hijo del capitán Gonzalo de la Torre19 y de Doña Josefa Perera Delgado, su tercera esposa. IX. Don Andrés Agustín Antonio de Torres-Perdomo y Ramos nació en Tacoronte el 30 de noviembre de 1735 y fue bautizado en Santa Catalina el 5 de diciembre de ese año, capitán de Cazadores de las Milicias provinciales de La Laguna en 23 de julio de 1778 y miembro fundador de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de La Laguna, llamado comúnmente el Mayorazgo de Tacoronte. 18 Archivo de la parroquia de Santa Catalina, Tacoronte, Libro 3º, fol. 105vtº, partida de casamiento de ambos. Fueron padrinos el capitán Don Tomás Ramos y Doña María Martín, y testigos Simón Pérez y Marcial, esclavo de los dichos, asimismo, vecinos del lugar. Sobre la genealogía de esta familia, véase: Fernández de Bethencourt, Francisco: Nobiliario y Blasón…, op. cit., tomo IV, pp. 785-786. 19 El capitán Gonzalo de la Torre, casó tres veces: la primera, con Doña Juana Francisca Álvarez, hermana del Sargento Mayor Don Luis Álvarez López; la segunda, con Doña María Alonso de Vera; y la tercera, con Doña Josefa Perera Delgado. Otorgó testamento ante Domingo Izquierdo el 5 de noviembre de 1722, y dejó cuatro hijos de su primer matrimonio y uno de cada uno de los otros dos (Archivo Parroquial de Tacoronte, Libro 3º, fol. 105vtº, partida de casamiento. Fueron padrinos, el capitán Don Tomás Ramos y Doña María Martín, y testigos Simón Pérez y Marcial, esclavo de los dichos, asimismo, vecinos del lugar. Sobre la genealogía de esta familia Ramos, véase: Fernández de Bethencourt, Francisco: Nobiliario y Blasón..., op. cit., tomo IV, pp. 785-786.

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Era hombre valiente, incapaz de permitir desmanes y, como síndico personero de Tacoronte, denunció, en 1774, la manipulación que de las elecciones hacía el beneficiado Don José Antonio Fernández de Ocampo, como consta en la «Relación de algunos de los conflictos electorales de la Isla de Tenerife (1750-1808)».20 Contrajo este caballero dos matrimonios. Primero, en Santa Cruz de Tenerife, el 10 de septiembre de 1778, con Doña Nicolasa Morera, hija del capitán Don Nicolás Morera,21 oriundo de la isla de La Palma, y de Doña Josefa González del Drago. Entonces fabricó Don Andrés Agustín de Torres Perdomo la casa de su habitación en la calle de Candelaria, «de piedra, barro y madera de tea, cubierta de teja, alta y sobrada con su sitio», según manifiesta en su testamento su hijo Manuel. Único fruto de este enlace fue: Don Andrés Agustín Pablo de Torres Perdomo y Morera, nacido en Tacoronte el 23 de abril de 1773 y bautizado el 1 del inmediato mes de junio, apadrinado por Don Luis Civil Pellicer, vecino de Santa Cruz y contador municipal de las Reales Rentas de Tabaco. Don Andrés Agustín fue subteniente de Milicias provinciales y murió en la flor de la edad, soltero, en la localidad de su nacimiento, el 14 de octubre de 1794, y está enterrado en el sepulcro principal, a los pies del altar mayor de la iglesia del convento agustino. La encantadora Doña Nicolasa de Morera, con sólo cincuenta años de edad, enfermó gravemente. Testó en Tacoronte, ante Luis Pablo Ramos, el 27 de junio de 1803, y falleció al siguiente día. Este triste suceso lo recoge Juan Primo de la Guerra, vizconde de Buen Paso en su Diario I, y en página 190 se puede leer: Mi hermana, en carta de ayer, me dice haber muerto en Tacoronte doña Nicolasa Morera, mujer del capitán don Andrés de Torres, vecino de dicho lugar y conocido por el mayorazgo de Tacoronte. Doña Nicolasa es natural de Santa Cruz, donde contrajo la afabilidad y trato agradable con que dio más lustre a sus conveniencias y se hizo muchos afectos. No deja sucesión.22 20 Arbelo García, Adolfo: La Laguna durante el siglo XVIII. Clases dominantes y poder político, tomo II de La Laguna: 500 años de Historia, Ayuntamiento de La Laguna, 1995, p. 129. 21 Cioranescu, Alejandro: Historia de Santa Cruz…, op. cit., tomo II, pp. 458 y 514, dode se dice: «Don Nicolás Antonio Morera participó en la elaboración del “Reglamento del Comercio de Canarias con las Indias”. La imagen de san Judas Tadeo venerada en la capilla de la Concepción de la iglesia conventual de San Francisco de Santa Cruz de Tenerife fue costeada en 1745 por Don Nicolás Morera». Asimismo, en Hernández González, Manuel: Tenerife. Patrimonio histórico…, op. cit., p. 104 y 105, se dice que Nicolás Morera donó el frontal de plata en el altar mayor del Santuario del Cristo de los Dolores. Y que el mercader José González del Drago, deudo de doña Josefa, regaló a la iglesia parroquial de Santa Catalina Mártir, en 1745, el valioso frontal de plata, en el retablo de La Concepción, y donó asimismo el retablo de Ánimas. 22 Guerra, Juan Primo

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Diario I 1800-1807, Aula de Cultura del Cabildo de Tenerife, Santa

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Su viudo continuó residiendo en esta casa, y allí tuvo oportunidad de alojar a los más ilustres viajeros. Don Lope Antonio de la Guerra señala, en sus famosas Memorias, que el 3 de julio de 1779, de paso al Puerto de la Orotava el comandante General y mariscal de Campo Don Eugenio Fernández de Alvarado, marqués de Tabaloso, estuvo en Tacoronte, donde lo recibió caballerosamente el capitán Don Andrés de Torres. De nuevo, dos años más tarde, el 20 de agosto de 1781, también de camino hacía en Puerto de Orotava, el en aquel tiempo comandante General Don Joaquín José Ibáñez, marqués de la Cañada, «paso por Tacoronte en donde asistió en casa de Don Andrés de Torres —llamado el Mayorazgo de Tacoronte— que lo hospedó espléndidamente y al día inmediato fue para el Puerto».23 No duró mucho la viudez del maduro Don Andrés Agustín Antonio, pues en febrero de 1805, con casi setenta años, casó en la parroquia de Nuestra Señora de los Remedios de La Laguna, con la joven huérfana Doña María de la Concepción de Molina-Quesada y Pacheco-Solís, hija del entonces difunto Don Fernando de Molina-Quesada de La Santa Ariza y Castilla (1710-1796), sargento Mayor, regidor Perpetuo de Tenerife, alcaide del castillo de San Juan y gobernador perpetuo del de San Pedro de la Marina de Candelaria, pariente mayor de la familia de Molina e insigne canario por sus escritos y la importante colaboración que prestó a Viera y Clavijo; y de su segunda esposa, Doña Isabel María Pacheco-Solís y Caraveo de Grimaldi, que había fallecido viuda en La Laguna en 1803. En el Nobiliario de Canarias se dice de Don Fernando de Molina-Quesada: Fue este Don Fernando Socio de la Real Sociedad Patriótica de los Amigos del País, al tiempo de su fundación en 1777, e hizo en el seno de esta docta Corporación muy brillante papel por su vasta erudición y literatura. Contribuyó en primer término a la formación de la Historia de Canarias de Don José de Viera y Clavijo, a lo que por su parte correspondió el ilustre historiógrafo escribiendo estos renglones en el prólogo del tercer tomo de su obra: «Debo tan inmenso trabajo [el del arreglo de documentos originales que dieron base a su historia] al celo, amistad y singular aplicación de dos ilustres Caballeros Regidores de la ciudad de La Laguna, amantes de la Patria y de las Letras. Sus nombres deben pasar a la posteridad con mis escritos. El Sargento Mayor Don Fernando de Molina y Quesada (sujeto laborioso, de una brillante imaginación y de pensamientos varoniles, cuya Nobleza descuella entre las principales Casas) es el que ha hecho los voluminosos extractos con la más prolija exactitud».24 Cruz de Tenerife, 1976, p. 190. 23 Guerra y Peña, Lope Antonio de la: Memorias. Tenerife en la segunda mitad del siglo XVIII, Cabildo de Gran Canaria, Las Palmas, 2002, p. 489. 24 Fernández de Bethencourt, Francisco: Nobiliario y Blasón…, op. cit., tomo I, p. 572. De Fernando

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El 21 de abril de 1807, víctima de un «fusilazo» ocurrido accidentalmente mientras cazaba, murió Don Andrés Agustín de Torres-Perdomo. Fue enterrado en Tacoronte el 22 de abril de 1807. Su viuda, Doña María de la Concepción, que estaba encinta, dio a luz el 5 de noviembre de ese mismo año a su hijo póstumo, Manuel José, de quien será el párrafo inmediato. Doña María de la Concepción de Molina Quesada falleció inesperadamente poco tiempo después, en Tacoronte, sin testar, y la tutoría de su hijo fue ejercida por su tío político Don Juan Laureano de las Nieves Ravelo, sargento mayor de las milicias de Tenerife y de los Reales Ejércitos, caballero de la real y militar Orden de San Hermenegildo, primo hermano de los célebres Iriarte, esposo de Doña Paula de Molina-Quesada, hermana de su madre. X. Don Manuel José Agustín Fernando Jerónimo Pablo de Santa Catalina de Torres-Perdomo y Molina Quesada, hijo póstumo, poseedor del vínculo familiar, nacido en la casa solariega de la calle Candelaria el 5 de noviembre de 1807 y bautizado en la parroquia Santa Catalina 6 de diciembre inmediato, apadrinado por Don José de Molina Quesada y Pacheco Solís, su tío carnal, que siendo oficial de las Milicias isleñas se distinguió en la defensa de la plaza de Santa Cruz de las armas de Nelson, y murió mucho tiempo después en Barcelona, siendo coronel de Infantería de los Reales Ejércitos. Don Manuel José falleció, soltero, a la edad de cincuenta y cinco años y medio, el 5 de junio de 1863. Había testado mucho tiempo atrás, el día 29 de enero de 1838 ante Don Juan Fernández Oliva. Por ese documento instituyó por su universal heredera a Doña Bárbara Martín Melo, natural de La Perdoma, jurisdicción de la villa de la Orotava, en la feligresía de San Juan Bautista. IX bis. Don Agustín Isidoro de Torres-Perdomo y Ramos, hijo segundo de don Andrés de Torres-Perdomo y Fernández, capitán de Milicias canarias, primogénito de su casa, y de Doña Josefa Ramos y López, su mujer, mencionados en este trabajo con el número VII; nació en Tacoronte el 7 de abril de 1739 y de Molina-Quesada, como investigador de asuntos históricos y escritor, se ocupan: Millares Carlo, Agustín y Hernández Suárez, Manuel: Biobibliografía de Escritores Canarios (Siglos XVI, XVII y XVIII), Cabildo de Gran Canaria, Las Palmas, tomo V, 1987, p. 217; y Peraza de Ayala, José: «Viera y Clavijo y Don Fernando de Molina», en Revista de Historia, IV, La Laguna, 1931, pp. 103-105. Don Fernando de Molina-Quesada y Doña Isabel Pacheco-Solís habían casado —él por segunda vez— en La Laguna, parroquia de Nuestra Señora de los Remedios, el 5 de diciembre de 1768. Doña Isabel era hija del capitán Don Tomás Joaquín Pacheco-Solís y Aguilar, III del nombre, mayorazgo de la casa de Solís en Canarias, y de Doña María de la Candelaria Caraveo de Grimaldi, hermana de célebre general de este apellido; la cual falleció el 1º de febrero de 1810 (Fernández de Bethencourt, Francisco: Nobiliario y Blasón…, op. cit., tomo I, pp. 571-573).

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se bautizó en Santa Catalina Mártir, el 26 de ese mismo mes, apadrinado por el presbítero Don Juan López Domínguez. Casó en la parroquia de su bautismo, el 10 de noviembre de 1794, con Doña María Hernández de Sosa, hija del teniente de capitán Don Nicolás Hernández de Barrios, natural de Tacoronte, y de su esposa Doña María de Sosa y Marrero, natural de El Sauzal. Don Nicolás Hernández de Barrios hizo testamento el 3 de octubre de 1807 y falleció a la edad de setenta años en Tacoronte, localidad de la que era alcalde el 5 de octubre de 1807. Don Agustín Isidoro residió en la calle Candelaria, donde murió el 19 de mayo de 1807 a los sesenta y ocho años de edad. Fueron sus hijos: 1. Doña María del Carmen Nicolasa Pía de Torres-Perdomo y Hernández, nacida en Tacoronte el 11 de julio de 1799 y bautizada en Santa Catalina el 18 de dicho mes, ceremonia en la que actuó de padrino el teniente Don Nicolás Antonio Hernández. Casó en el lugar el 17 de noviembre de 1831 con Don Antonio Pérez Delgado, hijo de Don Antonio José Pérez Burgado y de Doña María Lorenza Delgado y González. De este enlace fueron hijas: A. Doña María de la Concepción Pérez y Torres, esposa de Don Agustín de Torres Perdomo, su primo hermano, como seguidamente veremos. B. Doña Cándida Pérez y de Torres, mujer de Don Domingo Trujillo y Pérez. Padres de: Don Cosme Casimiro Trujillo y Pérez, nacido el 4 de marzo de 1881 y falleció célibe, en la casona de la calle Candelaria, hacia 1967. Don Cosme Trujillo legó al santuario del Cristo de los Dolores y Agonía, varios antiguos óleos que pertenecieron al oratorio de su casa. 2. Don Tomás Agustín Cándido de Torres-Perdomo, que sigue a continuación. X. Don Tomás Agustín de Torres-Perdomo y Hernández, capitán de Milicias canarias y gobernador de Armas de Tacoronte, nacido el 2 de octubre de 1805, en la calle Candelaria, a quien por haber amenazado peligro puso agua el 5 de ese mismo mes Don Salvador Rodríguez López, de esta vecindad, y lo tuvo en la ceremonia el subteniente Don Tomás Hernández de Barrios, su tío, vecino de Santa Cruz. Casó con Doña María Concepción González y Bacallado, natural de Tacoronte, hija de Don Cristóbal González y de Doña María Candelaria Bacallao. Su hijo:

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XI. Don Agustín Nicolás de Torres-Perdomo y González, nacido en Tacoronte el 4 de enero de 1840 y bautizado en su iglesia parroquial el 10 de ese mismo mes y año. Casó en la propia localidad el 9 de noviembre de 1857 con Doña María de la Concepción Pérez y Torres, su prima hermana, antes mencionada. Fueron padres de: XII. Don Antonio Agustín de Torres-Perdomo y Pérez, que contrajo matrimonio en Tacoronte el 16 de agosto de 1894 con Doña Melitona Galván y Hernández, hija de Don José Vicente Galván y Rodríguez y de Doña Rita Hernández y González. De ese enlace procedieron: 1. Doña María de la Concepción de Torres-Perdomo y Galván, que casó el 28 de octubre de 1912 con Don Servando Duarte y Bonilla, natural de Garachico, hijo de Don Servando Duarte y González, oficial mayor del Ayuntamiento de Tacoronte, y de Doña María del Socorro Bonilla y Vergara, natural de esa ciudad. Fueron sus hijos: A. Doña María de la Concepción Duarte, esposa de Don Domingo Domínguez y Quesada, licenciado en Derecho y abogado. Fallecidos, sin posteridad. B. Don Servando Duarte y Torres-Perdomo, teniente coronel honorífico de Artillería, nacido en Tacoronte el 2 de julio de 1914. Ingresó en la academia de Artillería de Segovia, donde alcanzó el empleo de teniente. En 1939 regresó a Tenerife incorporándose a la Batería de costa de Granadilla; al ascender a capitán pasó Mahon, Menorca, y de allí a Mérida, Badajoz. Otra vez, en Canarias fue nombrado comandante del grupo Antiaéreo de de Los Rodeos, Tenerife, donde quedó de guarnición. Posteriormente se incorporó al Regimiento de Costa de Barcelona y allí pasó a empleo civil, ocupando plaza en la inspección de Hacienda en Santa Cruz de Tenerife, hasta su definitivo retiro en julio de 1974. Don Servando reside en el número 42 de la tacorontera calle Calvario y con sus más de noventa y dos años a cuestas, pero dotado de una gran simpatía y vivacidad de espíritu, ha tenido el desprendimiento de poner a nuestra disposición sus singulares conocimientos sobre su vida y familia Contrajo matrimonio en Segovia el 10 de abril de 1943 con Doña Teodora Mínguez y Garrido, hija Don Andrés Mínguez y Herranz, y de Doña Felisa Garrido y Sanz, con quien ha procreado a: a. Don Servando Duarte y Mínguez, nacido en Tacoronte el 2 de enero de 1945,25 ingeniero Técnico Agrícola, que casó en Santa Cruz de 25 Todas las fechas de nacimiento y defunción citadas en este trabajo han sido tomadas de los libros sacramentales de la parroquia de Santa Catalina de Tacoronte, que se custodian en el Archivo Histórico Diocesano de La Laguna.

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Tenerife con Doña Laura Izquierdo y de la Guardia. Son sus hijas: Doña Laura Duarte e Izquierdo, y Doña Beatriz Duarte e Izquierdo. b. Doña María de la Concepción, que nació en Segovia el 23 de abril de 1947. Casó en el Santuario del Cristo de Tacoronte, con Don Rafael Rodríguez, aparejador y empresario, del que tiene los hijos siguientes: Don Rafael Rodríguez y Duarte, arquitecto. Don Andrés Rodríguez y Duarte, ingeniero industrial, y Don Adrián Rodríguez y Duarte, estudiante de Ciencias Empresariales europeas. c. Félix Andrés Duarte y Mínguez, que nació en Segovia, el 19 de febrero de 1956. Contrajo matrimonio en Tacoronte con Doña Nirma Acosta. Hijos: Doña Nirma Duarte y Acosta, Doña María de la Concepción Duarte y Acosta, y Don Servando Félix Duarte y Acosta. 2. Don Manuel de Torres-Perdomo, que sucede. 3. Don Federico de Torres-Perdomo, que no casó. XIII. Don Manuel de Torres-Perdomo y Galván, esposo de Doña Carmen Morales y Pérez. Sus hijos: 1. Doña María del Carmen de Torres- Perdomo y Morales, que falleció soltera. 2. Don Manuel de Torres-Perdomo y Morales. 3. Doña Mercedes de Torres-Perdomo y Morales.

Apéndice documental Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife, fondo de protocolos notariales, signatura 1974, folios 11-17, testamento de Don Manuel de Torres, vecino de Tacoronte, a 29 de enero de 1838, ante el bachiller Juan Fernández Oliva, escribano público. Criterio de transcripción: se ha respetado escrupulosamente el documento original, cuyo estado de conservación es bastante precario. En el nombre de Dios Todopoderoso. Amén. Yo Don Manuel de Torres y Molina, natural y vecino del lugar de Tacoronte, e hijo legítimo de legítimo matrimonio del capitán de Milicias Don Andrés de Torres Perdomo y de Doña María de la Concepción de Molina, naturales esta de La Laguna en la feligresía de Nuestra Señora de los Remedios, sagrario catedral de este obispado [ilegible] del expresado lugar, de don [ilegible], hallándome por la Divina misericordia

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bueno y sano, y en mi entero juicio, creyendo y confesando, como firmemente creo y confieso el Misterio de la Trinidad, Padre Hijo y Espíritu santo, tres personas que aunque realmente distintas, tienen los mismos atributos, y son un solo Dios verdadero y una esencia y sustancia y todos los demás Misterios y Sacramentos que cree y confiesa Nuestra Santa Madre la Iglesia Católica Apostólica Romana en cuya verdadera fe y creencia he vivido vivo y protesto vivir y morir como Católico fiel Cristiano: tomando por mi intercesora y protectora a la siempre Virgen e inmaculada Reyna de los Ángeles María Santísima, Madre de Dios y Señora Nuestra del Santo Ángel mi Custodio, los de mi nombre y devoción y demás de la Corte Celestial para que impetren de Nuestro Señor y Redentor Jesucristo que por los infinitos Méritos de su preciosísima Vida, Pasión y Muerte me perdone todas mis culpas y lleve mi alma a gozar de su presencia; temeroso de la muerte, que es tan natural y precisa a toda criatura humana, como incierta su hora, para estar prevenido con disposición testamentaria cuando llegue la hora [ilegible] por su efecto pueda suscitarse después de mi fallecimiento y no tener a la hora de éste algún [ilegible] que me obste pedir a Dios de todas veras la remisión que espero de mis pecados otorgo hago y ordeno mi testamento en la forma siguiente… Encomiendo mi alma a Dios Nuestro Señor que de la nada la crió y mando el cuerpo a la tierra de que fue formado; el cual hecho cadáver, quiero que se le amortaje con la propia ropa mía, y que se coloque en un cajón que se hará construir al efecto, y cerrará por encima, se le sepulte en el Cementerio de este precitado lugar de cuya Iglesia soy Parroquiano: que acompañen mi cadáver desde mi casa a ella el venerable Beneficiado de la misma forma, los Capellanes que hubiere en este Pueblo, quienes con el indicado beneficiado lo acompañarán igualmente al mencionado Cementerio y en la vigilia misa cantada e cuerpo presente con Diácono y Subdiácono que se celebrará después de aquella si el tiempo en que se hiciere mi funeral lo permitiese; y si no se verificará precisamente en el inmediato que le , y en el responso, todo lo que se hará con órgano y con toda gravedad; y por la calle ocho pausas: que se pongan trece libras de cera ante el altar mayor, el féretro y demás según lo dispongan mis albaceas que nombrase; el paño cojínes y cajón de las benditas ánimas, esto es de su [ilegible] para todo lo referido, como también me acompañe la Cruz de la Santa [ilegible] para que en el día de [ilegible] se aplique por todos [ilegible] rezada por mi alma [ilegible] a cinco reales ve [ilegible] en el inmediato a él, si [ilegible] en aquel por la razón antes indicada [ilegible] diferido bajo ningún pretexto para otro señalo la de cincuenta pesos corrientes y en el caso de que quede algún sobrante, se me hará una función al siguiente día de mi entierro. Dejo por una vez para la conservación de los Santos Lugares de Jerusalén y Tierra Santa, redención de cautivos Cristianos y demás mandas forzosas ocho reales de vellón corrientes y los doce de la misma especie a la nuevamente im-

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puesta por Su Majestad: con cuya limosna aparte a todas del derecho y acción que podían pretender a mis bienes… Quiero y es mi voluntad que el día de mi fallecimiento se repartan con los pobres veinticuatro fanegas de trigo, dándole a cada uno un almud; y si en dicho día no se concluyere todo, se continuará distribuyéndolas en el siguiente: y lo mismo se verificará en el que a éste le siga, si de él quedare algún sobrante… Declaro: que soy de estado soltero; y por esta razón y por haber fallecido mis referidos padres, no tengo herederos que necesariamente deban sucederme… Declaro [ilegible] mi padre me corresponden los bienes La casa de mi habitación de piedra, barro y madera de tea, cubierta de teja, alta y sobrada con su sitio, en el cual acabo de construir un estanque, que recibe una paja de agua que se me concedió por el Excma. Diputación Provincial, y se conduce por medio de canales costeados por mi, de por encima de la Fuente de el Alcalde, junto a las casas de la habitación de Josefa y Antonia López, por donde venían en lo antiguo a la pila que hay en la Plaza de este extinguido Convento Agustino para surtir el medio pueblo de abajo, en el cual paraje principia la primera, de cuya gracia se celebró documento en mi favor en veintitrés de septiembre último por ante el escribano Don Jerónimo Ganges y Prieto, del que pasado por el oficio de censos e hipotecas de la referida ciudad de La Laguna, tengo testimonio entre mis papeles y consta las condiciones que fue entre las que se comprende las de lo que tengo que contribuir y todo linda por el naciente con la calle de la Candelaria, donde está situado este lugar, por el poniente con la de la Perla; por arriba con el Sor. Marqués de las Cuevas del Becerro, y por abajo con Doña María Domínguez de Novar y el solar de la mencionada casa se pagan anualmente al expresado Sor. Marqués cuatro almudes de trigo en un censo mancomunado e igual [ilegible] del sitio al que lo es de la Cand [ilegible] también de aquella categoría… Un poco m [ilegible] hacera, donde llaman [ilegible] también de piedra [ilegible] cubierta de teja, encalada [ilegible] pequeño sitio que éste y [ilegible] por delante, que es el naciente con la mencionada calle de Candelaria; por detrás, osease por el poniente con Don Cristóbal Pérez Saravia; por arriba con otra de los herederos de Francisco Isogue; y por abajo con Calle, que de la repetida de Candelaria, viene al indicado suprimo Convento Agustino de este lugar, y se pagan cuatro almudes y cuatro cuartos de trigo en cada un año al referido Señor Marqués de las Cuevas de Becerro en el mismo censo, como llevo dicho, se halla afecto el solar de la denominada casa de mi habitación…

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En esta jurisdicción, y en el Cantillo un sitio, donde hubo una casa terrera, la cual desbaraté hace poco, y linda por el naciente con Doña María de la Guardia; por el poniente con el camino que de la mencionada Fuente del Alcalde sube al referido Cantillo; por arriba con unos de la Esperanza que no se quienes son; y por abajo con Domingo Sotelo por su mujer María Antonia de Jesús Feo. De dichos sitio y casa, como llevo manifestado, desbaraté hace poco; de la indicada de la atahona deben pagarse cada año seis reales de plata once cuartos y dos maravedíes corrientes por las tres Misas rezadas, que a favor de [ilegible] Hernández y Antonia Francisca en [ilegible] el Cantillo, y por la que dejó Juana Pérez sobre [ilegible] de la Atahona y el vínculo; las cuales memorias pertenecen a una Capellanía del Cuadrante de esta Parroquia, que actualmente goza el Presbítero Don Salvador Antonio Domínguez. Y como no se lo que se debe satisfacer por cada una, sino que de ambas es aquella cantidad, según un recibo que tengo a la vista de treinta de agosto de mil ochocientos veinte, dado por mi Tutor Don Juan Nieves Ravelo,26 en el cual se dice que deben pagar con otros censualistas y coherederos, por eso se ha hablado aquí de las dos juntas, y no lo hice al describir el referido sitio y casa de la Atahona respecto de la suya. Procuraré como lo tengo pensado, ver el documento de imposición de cada una y dar los demás pasos conducentes para saber la pronta anual correspondiente a una y otra, y dejaré sobre ello los apuntes necesarios para los efectos que puedan convenir… Un pedazo de tierra huerta y también de pan sembrar en este Pueblo en la Ciudad de Ubaque, el cual será como una fanega, poco más o menos, y linda por el naciente con Callejón de Pedro Felipe; y por el poniente con una suerte del Sor. Marqués de la Fuente de las Palmas; por arriba con Benito Galván y por abajo con Agustín Trujillo, y aunque de esta propiedad se pagaban anualmente dos fanegas y once y medio almudes al extinto convento de San Miguel de las Victorias de la ciudad de La Laguna, orden [ilegible], que en prorrata le corresponden […] Santa Catalina de San Benito y [ilegible] y hacen catorce fanegas…

26 El tutor y tío político de Don Manuel José de Torres y Molina fue Don Juan Laureano de las Nieves Ravelo, sargento mayor de las milicias de Tenerife y de los Reales Ejércitos, caballero de la real y militar Orden de San Hermenegildo, primo hermano de los célebres Iriarte, mayorazgo de su casa, patrono del convento dominico de Nuestra Señora de las Nieves (advocación mariana que, adoptada como sobrenombre por sus mayores, dio origen al apellido Nieves, que prevaleció sobre el originario de Ravelo) y de la capilla de las Ánimas en el de San Francisco, ambos en el Puerto de la Cruz, esposo legítimo de Doña Paula de Molina-Quesada y Pacheco Solís. Don Juan de las Nieves Ravelo falleció el 27 de mayo de 1842 y su esposa el 3 de septiembre de 1858 (Fernández de Bethencourt, Francisco: Nobiliario y Blasón…, op. cit., tomo III, p. 962).

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Declaro (que no poseo bienes de la) supradicha mi madre, pues los que por su defunción quedaron de ella, los vendí… Declaro que he comprado los bienes que voy a expresar a las personas que indicaré, como también las Escrituras de su razón… A Don Andrés Hernández Ribero, vecino de este lugar, un cercado de tierra de pan llevar, situado en esta jurisdicción en las Traviesas de Mateo Viña compuesto de cinco fanegadas y nueve almudes, de que solo se pagan doce reales de plata, limosna de una memoria de Misas al Cuadrante del medio Beneficio de la Parroquia de Nuestra Señora de la Concepción de la mencionada Ciudad de La Laguna que gozó Doña Francisca Sánchez Tapia por los años de mil setecientos sesenta y siete, poco mas por menos consta en la Escritura de esta compra, la cual pasó ante el presente Escribano en este mencionado lugar a siete de febrero del año pasado de mil ochocientos treinta y seis; y tengo de ella testimonio entre mis papeles… A Doña Brígida de Aponte, de este vecindario, mujer legítima de Don Fulgencio Barroso, una fanega y tres almudes de tierra huerta y pan llevar en esta jurisdicción en el callejón de Los Laureles, cercano a las casa de la habitación [ilegible] se pagan anualmente dos fanegas [ilegible] al Sor marqués del Sauzal, cuya [ilegible] las diligencias judiciales practicadas para [ilegible] a causa de la ausencia del citado su marido, pasó ante el mencionado Ganges a trece de Marzo último y de ella tengo igualmente testimonio entre mis papeles, a cuyo pie se extendido el recibo en el que consta haber satisfecho la décima a mi primo Don Tomás de Torres, como Cobrador de el marquesado de aquel título, su fecha en este ya repetido lugar a treinta del citado mes. Y la indicada décima consistió en cuatrocientos setenta y seis reales ocho y medio maravedíes vellón corriente… A Doña Isabel Baulén, viuda de Don Francisco Castilla, vecina de la expresada ciudad tres almudes de tierra huerta situado en este expresado lugar junto al barranco que baja del Cantillo, los cuales se hallan afectos a siete almudes de trigo de censo que anualmente deben pagarse a Doña Elvira de Mesa. Y sin embargo de que los expresados tres almudes de tierra son o mas eran pertenencia de Don Juan Castilla, menor e hijo de Doña Isabel, ésta ejecutó la dicha venta con convenio de él, haciéndome hipoteca especial, según más por menos resulta de la Escritura de su razón, que pasó ante el repetido Ganges en la mencionada Ciudad a veinte de octubre próximo pasado, de que asimismo tengo testimonio entre mis citados papeles…

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Declaro que también me corresponden tres almudes y una cuartilla situada en este mismo lugar [ilegible] de Pedro Felipe por venta de Don Tomás [ilegible] Doña [ilegible] de Torres mujer legítima de Don [ilegible] Don Antonio Francisco [ilegible] mi tutor Don Juan Nieves, quien [ilegible] para mi que entonces era menor y [ilegible] a la venta, cuya escritura, de la que igualmente tengo testimonio entre mis papeles, pasó en este lugar ante el presente Escribano a cuatro de abril de mil ochocientos treinta y dos… Declaro: que no hago una descripción circunstanciada de las piezas de plata, alhajas y demás menaje de casa que tengo por cuanto a mi heredera universal que nombraré mas abajo en la cláusula de su razón le consta todo lo que hay, a que se agrega que de todo ello no tiene que dar cosa alguna a nadie… Declaro que no debo cosa alguna de los corridos de los censos y demás a que se hallan afectos mis bienes, ni por ningún otro respecto a nadie: y que no hago mención de algunas deudas en que conmigo se hallan algunos alcanzados y que son de poca entidad, mediante que deben quedar satisfechas en la presente recolección de fondos… Declaro que tengo pendiente un pleito con los albaceas de Don Domingo Morera, vecino que fue de la Villa de Santa Cruz de Santiago, el cual lo promovió [ilegible] menor edad, y es sobre el dote de cuando [ilegible] mi referido padre ofreció a Doña Nicolasa con quien se casó en primeras nupcias y algunos muebles antiguos, cuyos autos principiados por el Morera contra mi mencionado tutor, y que penden en la Comandancia General de esta Provincia, aunque se volvieron a agitar después que yo salí de la minoría, hay como tres años que les dan curso los mencionados albaceas, a quienes he ganado algunos artículos, como consta de ellos, lo que conceptuó ha consistido en el poco o ningún derecho que según se me ha informado tienen, por cuanto mi indicado padre no tenía lo suficiente para aquella dote; añadiendo que repiten contra la casa de mi habitación porque dicen que mi padre la compró con dicha suma, y por ser de las piezas, que como dejo expuesto heredé de él, la de más valor. Y sobre todo los expresados autos, a donde me refiero y remito a mi heredera que como he apuntado nombraré, por si acaso este litigio, como lo tengo pensado, no se concluyere en mis días, instruirán mas por menos de todo, es decir de la presentación de los adversarios y de lo que yo he contestado a ella, pues no puedo manifestarlo aquí minuciosamente como quisiera para que mi heredera en aquel caso ósea se en el que no se termine antes de mi fallecimiento, tenga todo el conocimiento necesario en el asunto, con cuyo objeto hago esta declaración [ilegible] tenerlos a la vista y haber aquel [ilegible] mas o menos no se adelantan [ilegible]

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Para cump [ilegible] este testamento [ilegible] testamentarios a Don Juan B [ilegible] Pérez Sanabria y Don [ilegible] y los tres juntos y a cada uno en [ilegible] les confiero amplio poder para luego que fallezca se apoderen de mis bienes, vendan de los más efectivos los precisos en pública almoneda o fuera de ella y de su producto lo cumplan y paguen todo, cuyo encargo les dure el año legal y el mas tiempo que necesiten pues se lo prorrogo. Después de cumplido y pagado todo lo expresado, del remanente de mis bienes, muebles, raíces, derechos y acciones presentes y futuros instituyo por mi única y universal heredera a Bárbara Martín Melo, natural de la Perdoma, jurisdicción de la Villa de La Orotava en la feligresía del Sor. San Juan Bautista, para que después de mi fallecimiento los haya y lleve a su poder; y le encargo no se olvide de encomendarme al Señor en sus oraciones... Y por el presente revoco y anulo todos los testamentos y demás disposiciones testamentarias que antes de ahora he formalizado por escrito, de palabra o de otra forma, para que ninguno valga ni haga fe judicial ni extrajudicialmente, excepto este testamento que quiero y mando se estime y tenga por tal, y se observe y cumpla todo su contesto como mi última deliberada voluntad; o en la vía y forma [ilegible] el otorgante [ilegible] que conozco, como se por lo que manifiesta [ilegible] pedito [ilegible] uso de sus facultades intelectuales y siendo testigos Pedro Perera, Antonio Martín y José Diego Izquierdo, todos vecinos de este mencionado lugar de Tacoronte, en él a veintinueve de enero de mil ochocientos treinta y ocho.

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Manuel de Paz Sánchez. Licenciado y Doctor en Historia con Premio Extraordinario. Catedrático de Historia de América en la ULL, desde 1995. Miembro del consejo de redacción de Revista de Indias (CSIC, Madrid), y decano de la Facultad de Geografía e Historia (ULL). Sus líneas de investigación se han centrado en el estudio de los vínculos entre las dos orillas del Atlántico y en la historia de la masonería y el simbolismo. Ha recibido críticas en publicaciones internacionales como Journal of Latin American Studies, Hispanic American Historical Review, Cuadernos Hispanoamericanos, Cuban Studies, Revista de Indias, etc. Además, ha publicado en revistas y obras colectivas editadas en Francia, Austria, Brasil, Estados Unidos, Méjico y Bélgica. Ha sido vicepresidente del Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española (CEHME) y es miembro de número de la Academia Canaria de la Lengua. Carlota Alfonso Da Costa nació en La Laguna. Realizó estudios de Ingeniería Agrícola y, con posterioridad, de Lengua Española (especialidad de Literatura Hispánica), en la Universidad de La Laguna y, actualmente, en la UNED. Ha formado parte de algunos de los más destacados grupos de arte dramático de las Islas y, al mismo tiempo, ha desarrollado una importante actividad musical en diferentes agrupaciones lírico-corales, obteniendo diversos premios de carácter nacional e internacional. Asimismo, está vinculada a proyectos de investigación histórico-literarios y tiene en prensa un estudio documental sobre las relaciones entre Canarias y América, así como algunos ensayos, ediciones y compilaciones sobre literatura canaria de los siglos XIX y XX.


UNA PRIMERA ANTOLOGÍA DE PATRICIO PERERA ÁLVAREZ (I) Manuel de Paz Sánchez Catedrático de Historia de América y decano de la Facultad de Geografía e Historia de la ULL Carlota Alfonso Da Costa Licenciado en Filología Española por la ULL


Resumen: Patricio Perera Álvarez (La Laguna, 1856-1899), poeta y periodista, dirigió varios periódicos, tanto en su ciudad natal como en la capital provincial y, a causa de las disputas políticas del momento, agravadas por el resurgimiento del pleito insular, perdió su vida en un atentado que sufrió en 1899. El presente trabajo recoge la primera parte de la selección más completa realizada, hasta la fecha, sobre la obra poética del citado autor, la cual queda pendiente de completar con la recopilación de otras producciones que, como la inmensa mayoría de las aquí recopiladas, navegan dispersas por un mar de periódicos. En algún caso se ha podido comprobar, asimismo, cómo el autor reproduce más de una vez un mismo poema en cabeceras diferentes o, incluso, alguno de sus relatos en prosa, de los que reproducimos dos ejemplos que nos parecen representativos. Palabras clave: Patricio Perera Álvarez, poesía canaria, periodismo canario, Restauración.

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Una primera antología de Patricio Perera Álvarez (I)

Introducción Poeta y periodista como su hermano Guillermo, Patricio Perera Álvarez (La Laguna, 1856-1899), aunque era hijo de masón, no reforzó las columnas por lo que sabemos de ningún taller canario. Dirigió algunos periódicos, tanto en su ciudad de nacimiento como en la capital provincial y, a causa de las disputas políticas del momento, caracterizadas por el florecimiento del pleito insular, perdió su vida en un atentado que sufrió en 1899, produciendo su óbito gran consternación entre personas de las más opuestas tendencias ideológicas y políticas, que hicieron pública su simpatía y respeto hacia el finado. Prensa y política estaban por aquel entonces estrechamente vinculadas, ya que la mayoría de los periódicos respondían directamente a los intereses de los principales partidos de la Restauración. En concreto, Yanes Mesa ha subrayado las divisiones en el seno del conservadurismo tinerfeño, que repercutieron directamente en la escisión del sector que controlaba La Opinión y que, de hecho, llevaron a la fundación de Unión Conservadora, cuyo redactor jefe sería Patricio Perera Álvarez.1 La pasión política se saldó, en efecto, con sendas agresiones contra Matías Molowny, director de La Opinión, y, sobre todo, contra Patricio Perera: “Las diferencias databan de las últimas elecciones a cortes del siglo

XIX, cuando un sector del partido conservador de Tenerife, encabezado por José María Hernández Leal, Agustín Rodríguez Pérez y Antonino Yanes Volcán, siguiendo instrucciones de Madrid, estableció las bases de un acuerdo con el partido liberal de Gran Canaria. Comoquiera que el entonces órgano oficial de los conservadores tinerfeños, La Opinión, quedó en manos de otro sector contrario al pacto, que encabezaban Martín Rodríguez Peraza y Pedro Schwartz, los que acataron las directrices del partido no tuvieron más remedio que promover un nuevo periódico, Unión Conservadora, para hacer valer sus puntos de vista. A renglón seguido, el sector conservador disidente experimentó tal mutación ideológica que, a los pocos meses, convirtió al viejo órgano del partido en 1 Yanes Mesa, Julio Antonio: Historia del periodismo tinerfeño, 1758-1936. Una visión periférica de la historia del periodismo español, CCPC, La Laguna, 2003, p. 194.

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Manuel de Paz Sánchez y Carlota Alfonso Da Costa portavoz oficial de los liberales de Tenerife. La dura polémica interna que conllevó la disidencia, trascendió al terreno personal con las sucesivas agresiones que sufrieron el director de La Opinión, Matías Molowny, y el redactor jefe de Unión Conservadora, Patricio Perera Álvarez, ésta a manos del hermano de Pedro Schwartz, alcalde de Santa Cruz y una de las cabezas visibles del sector tránsfuga, con consecuencias fatales. Sólo tras el penoso incidente, la enconada disputa comenzó a perder virulencia.”2

Otros periódicos capitaneados por Patricio Perera fueron El Criterio (18921895), Diario de La Laguna (1896) y Heraldo de Canarias (1896-1898), cuya virulencia política, en no pocos casos, distaba notablemente del tierno lirismo que mostraba el poeta en sus composiciones. Padrón Acosta subrayó que Perera dejó una abundante obra inédita, a pesar de que también fueron muy numerosas las composiciones publicadas en la prensa. En palabras del erudito mencionado, “valía más como poeta lírico que como poeta épico”, cuestión que parece fuera de toda duda, a juzgar por la serie de composiciones que constituyen la presente selección. Se podría añadir, tal vez, que se trata de un trovador, en ocasiones de verso elegante, maestro del arte menor y de cantigas amorosas, y, autor, en no pocos casos, de obras de escasa calidad, pero sin duda útiles para analizar su trayectoria literaria, de ahí que optemos por reproducir algunas de ellas, bien es verdad que de escaso mérito y de más que dudoso estro. La influencia de Nicolás Estévanez sobre su poesía no ofrece, por otro lado, mayores dudas, ya que el mismo autor así lo reconoció implícitamente, al citarle e imitarle en alguna de sus composiciones. Padrón Acosta — que se hizo eco de los elogios postmortem que le tributaron, a raíz de su óbito, amigos, correligionarios y colegas, práctica de lo más habitual antes y ahora—, subrayó las influencias que Perera recibió del poema cardinal de Antonio de Viana sobre la conquista de Tenerife, precisamente por mano del patriotismo y/o regionalismo que, a partir de 1878, suscitaría en toda una generación de literatos isleños el poema “Canarias” de Estévanez. Así, pues, “la poesía de Estévanez lleva a Patricio Perera hacia el poeta Viana”, escribe Padrón Acosta,3 quien añade que, fruto de esta influencia, fue su composición intitulada “La Conquista”, en sonetos, y de la que formaban parte, como es natural, las alusiones a los caudillos guanches, con particular referencia a Tinguaro, héroe epónimo inventado según se cree por el poeta Viana: 2 Ibídem, p. 290. 3 Padrón Acosta, Sebastián: Poetas canarios de los siglos XIX y XX, Aula de Cultura del Cabildo de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, 1978, pp. 276-280.

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Con pujanza el isleño y vigor raro Su independencia sostener pretende, Que el amor santo de la patria enciende De su valor el esplendente faro. ¡Mas todo inútil fue! Cayó Tinguaro, El fuerte campeón que le defiende, Y sin él ya, la retirada emprende, Dejando el campo al español preclaro. Nada se opone a su triunfante paso, Abandonando la encantada vega, Temerario adelanta hacia el ocaso. Al abrupto Acentejo otra vez llega Y allí donde sufrió rudo fracaso Su victorioso pabellón despliega. Mucho menos escorado hacia el lado guanche que los románticos de La Aurora, tal un José Plácido Sansón pongamos por ejemplo, a pesar de sus autocensuras, no cabe duda que la influencia que late detrás de este “regionalista” orgulloso de la conquista le viene de viejo y no, desde luego, de 1878, momento en que vio la luz la famosa cantiga de Nicolás Estévanez, en la Revista de Canarias, una publicación en la que también colaboró con varias entregas, como luego veremos, el propio Perera. Los poetas de la generación romántica ya habían subrayado, hasta la saciedad, el victimismo de la raza vencida, frente a la perfidia de los conquistadores y, desde luego, habían adoptado el libro de Viana como cuaderno de bitácora de sus creaciones. Eso sin olvidar la influencia roussoniana de Viera y Clavijo o el amor que destilan los versos henchidos de orgullo aborigen de un cantor del Teide —que, de hecho, convierte en pirámide funeraria del pueblo conquistado, quizás por vez primera— como fue Graciliano Afonso y Naranjo. Tras los jóvenes regionalistas de finales del XIX y principios del XX flota, desde luego, la imagen prístina de Sabin Berthelot, quien no tenía complejos a la hora de analizar y poner por escrito las “grandezas ancestrales” del pueblo isleño. Además, el texto de Viana se publicó por entregas en la prensa y, aparte de las ediciones antológicas de la imprenta Isleña, también otras crónicas fundacionales como la de Espinosa, vieron la luz, a trozos, en los periódicos tinerfeños del siglo XIX. El soneto de Perera sobre la “Matanza” de Acentejo — que no sobre la “Victoria” como dice Padrón Acosta,4 salvo que aluda a los últimos tres versos, 4 Ibídem, pp. 276-277.

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con lo que ambas batallas quedarían reducidas a una sola —, si nos atenemos a los topónimos que quedaron sobre la piel del Norte de Tenerife para dar fe del hecho histórico, no parece ofrecer mayores dudas sobre el dolor que le produce al poeta la rotunda derrota del Adelantado, en la victoria, así es, de los guanches acaudillados por Bencomo: ¡De sangrienta memoria día aciago! No hay humano pincel que haga el bosquejo De la fatal jornada de Acentejo, Ni pluma que describa tanto estrago. Del dardo guanche el homicida halago Cambió la hueste en fúnebre cortejo, Y aún el cauce en su anchura está bermejo, Que fue de sangre castellana un lago. De aquella escena en el terrible instante, Sólo de Dios la protectora ayuda Pudo salvar al Capitán gigante. La acometida fue tan brava y cruda Que de heridos la pira palpitante Cubrió el barranco en su extensión desnuda. Otros poemas suyos de este estilo, como el titulado “A los primitivos habitantes de Canarias”, más que influencia de Estévanez, como insiste Padrón Acosta, son elogios a Lugo, ya que las décimas, practicadas con fruición por Perera en otras ocasiones, están escritas, como subraya el propio Padrón Acosta, con motivo del traslado de los restos del “Conquistador Alonso Fernández de Lugo a la Catedral de dicha Ciudad” —La Laguna—, si bien reconoce que “en esta poesía hay junto al sentido estevanezco un bello alarde español”,5 esto es, un españolismo bien rotundo. En el poema “Mi patria”, que recogemos en la presente antología, se percibe igualmente esa mezcla de emociones y afinidades entre conquistados y conquistadores (el recidivante mito de Dácil y Castillo que emerge una y otra vez como un Guadiana), y que, al final, siempre se traduce en la admiración por el “Capitán gigante”, es decir, por Alonso Fernández de Lugo, hombre, desde luego, de más bien escasa talla tanto moral como física: Pasó aquel crudo tiempo de guerra y exterminio, Logró España a su seno nuestra región unir, El vencedor guerrero que fija su dominio La herencia portentosa legó de un porvenir. 5 Ibídem, p. 277.

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Y fueron nuestros campos cimientos de ciudades, La choza fue palacio que el arte levantó, La ilustración lo agreste borró de otras edades Y en ciencia y en riqueza mi patria renació. La conquista, parece concluir Perera, abrió las puertas a un futuro maravilloso, no ya a un proceso histórico con violentos claroscuros y rutilantes contrastes. Otro de sus poemas se tituló “La leyenda de Atlántida”. Padrón Acosta dice que, tal vez, pudo influir en él la lectura de La Atlántida de Jacinto Verdaguer. Es posible, al menos en términos cronológicos. Por otro lado, el único folleto editado (1891), por Perera fue su Homenaje a la muy noble y leal ciudad de San Cristóbal de La Laguna, opúsculo que María Rosa Alonso incluyó en su estudio sobre la poesía de la segunda mitad del siglo XIX.6 También recogió dicha investigadora sus composiciones “Mi valle”, “Mi patria”, ésta última ya mencionada, e, igualmente, dos sonetos, el ya reproducido sobre Tinguaro y el titulado “A Fabio” que, a pesar de su título, lo único que tiene de resonancias clásicas es su estilo lejanamente imitativo de las sátiras de un Juvenal o, quizás mejor, de los epigramas de Marcial: Si no comprendes lo que digo, Fabio, ¿Por qué tu lengua me critica fiera? Si no puedes llegar hasta la esfera En donde giro, cállese tu labio. No creas, necio, que me infiere agravio Tu crítica mordaz, simple y artera, Pues en verdad te digo que quisiera Más que tu parabién, castigo sabio. ¿Piensas que por tener en la memoria Trilladas reglas del divino arte Conoces ya la senda de la gloria Y puedes sabio y crítico llamarte? Tu creencia, ¡oh pedante, es ilusoria: No olvides, no, la fábula de Iriarte! El presente trabajo recoge la selección más completa realizada, hasta la fecha, sobre la obra poética de Patricio Perera Álvarez, si bien somos conscientes de la necesidad de espigar otras producciones que, como la inmensa mayoría de las aquí recopiladas, navegan dispersas por un mar de periódicos. En algún 6 Alonso, María Rosa: Poesía de la segunda mitad del siglo XIX, Gobierno de Canarias, Biblioteca Básica de Canarias, Islas Canarias, 1991, pp. 171-194.

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caso se ha podido comprobar, asimismo, cómo el autor reproduce más de una vez un mismo poema o, incluso, alguno de sus relatos en prosa, de los que reproducimos dos ejemplos que nos parecen representativos. Las más de cuatro decenas de poesías, cuya fecha exacta de edición se anota en lugar adecuado, fueron publicadas en los siguientes periódicos, en los años que también se indican a continuación:7 La Unión Lagunera (1879), El Popular (1880), Revista de Canarias (1880-1882), El Propagandista (1881), Tinerfe número 114 (1881), La Ilustración de Canarias (1882-1884), La Iniciativa (1883), El Semanario (1886), El Liberal de Tenerife (1891), La Defensa (1892), El Adelantado (1894), Heraldo de Canarias (1896-1898).

Antología AL CALVARIO8 ¡Colosal montaña! Erguida En la región oriental, Fuiste luciente fanal Que al mundo le diste vida; En ti llorosa y rendida Por el más crudo dolor, La madre del Salvador Vio del hijo la agonía, Al mismo tiempo que el día Apagaba su fulgor. En ti la ley se escribió Que con excelsa verdad, Encadenó la maldad Y al esclavo redimió; En ti el lema renació Que enseñó la caridad, La virtud y la humildad A las bárbaras naciones, Pereciendo entre aflicciones El Dios de la humanidad!

7 Todos ellos conservados en las colecciones hemerográficas de la Biblioteca de la Universidad de La Laguna. 8 La Unión Lagunera, nº 5, La Laguna, 2 de febrero de 1879, p. 3.

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¡Oh montaña!, yo te adoro, Yo te venero y te canto Por ser altar sacrosanto Do una virgen vertió lloro: Tú de religión tesoro Fuiste el templo primero, En donde brilló el lucero Que a la tierra iluminó, Y en donde Cristo murió Enclavado en un madero. ¡Montaña! Si el mundo insano Olvida tu sacra gloria, Dile que encierra tu historia Un misterio soberano: Que en ti, no se vertió en vano La sangre del Redentor, Pues brotar hizo el amor De Cristo en su excelsitud, El germen de la virtud En el mundo pecador.

Laguna, febrero de 1879. CRISTO9

Vedle cual sube con la cruz pesada La cuesta del Calvario; en su amargura Tiende los ojos llenos de ternura A la prole que deja abandonada. Con su frente de espinas coronada, Divina luz que la verdad fulgura, Va disipando la tiniebla oscura En que estaba la tierra sepultada. Llega al sitio fatal; allí en la cumbre Espera su tormento entre sayones Dando ejemplo de amor y mansedumbre; Crucificado en medio de ladrones Muere, por redimir la servidumbre Que audaz envilecía las naciones.

Laguna 8 de abril de 1879.

9 Ibídem, nº 22, 9 de abril de 1879, p. 3.

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AYER Y HOY10 I Ayer en pos del placer Mi existencia audaz corría: Jamás llegué a comprender, Cuán pronto la lozanía Se agosta de nuestro ser. Nunca pensé que el dolor A mi espíritu abatiera: Que se secara la flor De una existencia de amor En su hermosa primavera. Cuánta risueña ilusión Embargaba el pensamiento, Cuánto goza el corazón Cuando ninguna aflicción Le brinda con su tormento. Cómo fugaces las horas Pasan, con nuestros amores; Qué bellas y seductoras Cuando no son portadoras De infortunios y dolores! Que grato y dulce es el sueño Cuando en nuestro pecho mora Hasta en el mágico ensueño, Solo el recuerdo halagüeño De la mujer que se adora.

10 Ibídem, nº 34, 11 de junio de 1879, p. 2.

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II Hoy, cuán distinta es mi estrella, No corro tras de placeres, Mi planta el camino huella De la vida ayer tan bella Y que hoy me da padeceres. Al trascurrir con los años Nuestra miserable vida, ¡Qué de dolores y daños, En el pecho cuánta herida Nos dejan sus desengaños! Sigue el tiempo en su carrera Con velocidad potente, Y tras de luna hechicera Asoma el sol por oriente Iluminando la esfera. Y tras de ilusión perdida Que el desengaño tronchó, Volvemos a ver querida Otra ilusión, que nació Para abrirnos nueva herida. Yo también tuve en mi ayer Ilusión que es hoy marchita, Aún recuerdo con placer Aquellas noches de cita Que ya no podrán volver. Hoy alcanzó en lontananza Un porvenir de ventura: Quiera Dios que esa esperanza Derrame feliz bonanza En mi triste desventura. (Laguna, 1879).

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ESCENAS11 I En esas noches de invierno Cuando brama el huracán, Cuando el cielo es un volcán Y la tierra es un averno: Allá en alcázar lujoso Nido de placer y amor, No llega nunca el furor Del huracán tempestuoso. Allí, el rico satisfecho En abrigados salones Disfruta de dulces dones En el suntüoso lecho. Ninguno en esa mansión De hambre o frío ha suspirado, Que allí, el cielo ha derramado Benéfica bendición! II Allá, en agreste montaña, Por el viento temblorosa, Se ve miserable choza Do la tempestad se ensaña. Negro y miserable hogar, Los lechos duros y fríos… El agua formando ríos En aquel triste solar. Allí, en férvido ademán Una madre implora al cielo, Mientras yerto de hambre y hielo Un hijo le pide pan!... Escenas conmovedoras, Dramas que el rico no ve… El pobre pierde la fe En esas terribles horas! 11 Ibídem, nº 42, 21 de julio de 1879, p. 2.

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III Rico y espléndido umbral, Gentes en cuya librea El blasón se enseñorea De una corona condal; Un hombre en la puerta fijo, Con penosa incertidumbre A la alegre servidumbre Pide un pan para su hijo… Desdeñosa indiferencia Acoge su triste anhelo: ¡Qué! ¿No hay favor en el cielo Para quién pide clemencia? IV Allá, en el bosque sombrío, Con semblante airado y fiero, Un hombre roba al viajero En su loco desvarío. ¿Quién puso agudo puñal Del desdichado en la mano? ¿Quién despertó en su alma insano El instinto criminal?... — El que al triste desvalido No enjugó el amargo lloro… Quién no supo con su oro Restañar el pecho herido!

(Laguna, 1879)

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EN UN BOSQUE. A MI QUERIDO AMIGO ADOLFO C. PINTO12 Huyendo lejos de la miseria Y del bullicio de la ciudad, En una tarde fresca de mayo Marchamos juntos hacia un lugar Donde enlazadas las verdes ramas De álamo triste como el pesar Con las de acacia de flores llenas Más olorosas que el azahar, Entretejían espeso bosque Donde se estrella fiero huracán, Y do sus nidos las avecillas Con hojas secas a tejer van. La luz poniente del sol velado De pardas nubes con el cendal, Daba al paisaje lánguido encanto Que derramaba dulzura y paz. En aquel sitio, de cada árbol Las aves forman una ciudad, Préstanle abrigo las verdes hojas, Los frutos dulce, rico manjar. ¡Dichosas aves que libres cantan Sobre una acacia, sobre un rosal, Y el hombre, foco de inteligencia, No goza nunca de libertad! Las bellas rosas que a la pradera Su suave esencia, su aroma dan, Son también libres, como la brisa, Como los peces del hondo mar; Y el hombre, imagen del Dios divino Que dio a los cielos la inmensidad, Esclavo vive sobre la tierra Que a su dominio sujeta está… Nunca me olvido de aquella tarde En que estrechados por la amistad, Tú y yo gozamos de los encantos Que nos brindaba la soledad. Desde aquel día cuando el hastío La paz de mi alma viene a robar, 12 El Popular, suplemento literario del mes de julio, La Laguna, 1880, pp. 1-2.

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Allí dirijo mis tristes pasos Y torno alegre de aquel lugar; Porque aquel sitio, No sé que tiene, Que ahuyenta los pesares Que a mi alma hieren; Yo allí tan sólo Arranco de mi lira Canto sonoro. Allí contigo vi el sol ponerse, Mientras la luna con majestad Por el Oriente se abría paso Mostrando clara su blanca faz, Que del mar hondo se retrataba En el cerúleo, móvil cristal. Mudos testigos son las acacias De los que hablamos allí al pasar, De juveniles aspiraciones Que de ambos forman el ideal. Tú de mujeres, sin fe, me hablabas; Yo de los hombres que fueron ya, O contemplando los astros bellos Que en el espacio rodando van, O ya otras veces de lo futuro Lo que los pueblos en él serán, De monumentos y de grandezas Y de las glorias de nueva edad. Tú presagiabas que vendrá un día En que la tierra campo será Donde su imperio levante altiva La sacra diosa, la libertad, Y mi alma henchida con tu presagio; Desde aquel día siente anidar Dentro del pecho bella esperanza Que tu palabra vino alentar; Y desde entonces, Siento en mi alma, Surgir la aurora De un sol que inflama, Y agradecido, Te envío de mi lira Suaves suspiros.

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Nada me importa, no, que mis versos Ridiculice crítico audaz, Si tú comprendes que son de mi alma El grito franco de la amistad: Yo no pretendo que a mis oídos Llegue el aplauso que el mundo da. Pájaro errante, voy por el mundo Dando a los vientos dulce cantar; Si encuentran eco mis varios trinos ¡Qué mejor gloria puedo alcanzar! Yo no ambiciono verdes laureles: Sólo deseo poder hallar Un pecho amante que cariñoso Vierta en mi alma tranquila paz, ¡Si es que la suerte me quiere un día Su amarga copa de hiel brindar!

Laguna de Tenerife, 1880.

PRAESENS ET PRAETERITUS13 Pasaron los tiempos medios, La edad de lanza y escudo, En que el trovador cantaba Bajo inexpugnable muro. Ya en la montaña gigante No se levanta el adusto Castillo, ante cuyas torres Temblaba asombrado el vulgo. Ni se oye en la pradera El sonido ronco, agudo, De la guerrera bocina, Ni el fiero piafar del bruto. Pasó la edad del convento, Del monasterio caduco, Donde entre rezos el fraile Vivía lejos del mundo. 13 Revista de Canarias, nº 41, 8 de agosto de 1880, p. 235.

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Ya de la hoguera maldita Se ha extinguido todo el humo… No gime ya la conciencia Bajo intolerante yugo. Ya no hay torneos ni zambras, Ni es más fuerte el más robusto; Hoy la fuerza es el derecho, Que es de la razón escudo; Astro que ilumina el orbe Disipando el velo oscuro Que, cual manto funerario, Ayer cubriéndole estuvo! Hoy, el pechero y el noble, Unidos con santo nudo, Por la senda del progreso Emprenden la marcha juntos. Cesaron negras utopías, Rencores fieros e inmundos, Desavenencias de castas Y quiméricos absurdos. Hoy de Minerva en el templo Se rinde ferviente culto… Más que nobleza de sangre Nobleza de ciencia pudo! Al Vae victis sanguinario, De guerra código injusto, Hoy el progreso esplendente, La humana clemencia opuso. Y la caridad grandiosa Con su aliento suave y puro Cicatriza las heridas Que abriera negro infortunio. ¡Cuánto ha podido el progreso! ¡Apagar el odio impuro De los pueblos y las razas Con su benéfico influjo! ¡Bendita ley que a los hombres En sus decretos impuso Recíprocamente amarse, Que obra de amor es el mundo!

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Sol de igualdad, de justicia, Que alumbra desde el tugurio Hasta el soberbio palacio Do el placer tiene su núcleo; Bajel de las sociedades, Que rápido emprende el rumbo Por el mar de las ideas Sin hallar fin a su curso; Águila que se remonta Con vuelo audaz, sin segundo, A las cumbres de la ciencia, Siguiendo altiva su curso, Si existe en la tierra un hombre Que a tu ideal sea perjuro, Confúndelo con tu aliento…, Que el orbe y el siglo es tuyo! MI VALLE14 Guarnecen a mi valle Bellas montañas, Esmeraldas preciosas Que el sol inflama. En ellas los pastores Bajo las hayas, Forman con hojas secas Toscas cabañas. Danle suaves perfumes Las frescas auras, Y tapizan su suelo Flores lozanas. Hay en él fuentecillas Que perlas manan Y entre las duras rocas Forman cascadas. A ellas por la tarde Van las zagalas, Con sus cántaros rojos A coger agua. 14 Ibídem, nº 43, 8 de septiembre de 1880, pp. 276-277.

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En la cumbre hay tomillo Poleo y salvia, Con que las montañesas Tejen guirnaldas. Allí del monte ameno Sobre la falda, Una iglesia bendita Descuella blanca. Iglesia que a los fieles Con su campana, En los días de fiesta Convoca y llama. Y es de ver cómo suben Por las cañadas, En tropel aldeanos Con aldeanas. En la nave del templo Todos se hermanan, Y elevan a la Virgen Sus preces santas. El cielo de mi valle Siempre está en calma; Ni una nube sombría Jamás le empaña! Las huertas y los sotos Son esmeraldas, Que a la extensa llanura Cubren y esmaltan. Arroyos cristalinos Del monte bajan, Y en la campiña forman Sierpes de plata. Nubes de pajarillos Vuelan y cantan, Ya en la fuente apacible Ya en la enramada. El trino de las aves Música es blanda; ¡Son notas misteriosas Que a Dios alaban!

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En la verde campiña La oveja bala Y en los riscos agrestes Trepa la cabra. En el corral alegre El gallo canta, Y la paloma arrulla Sobre la tapia. En la vecina huerta Los bueyes aran, Y en las eras las mulas Trillan la parva. Las casas de mi valle De blanco albeadas, Palomitas parecen Sobre una rambla. En él son las costumbres Puras y sanas, Y hacen de mi aldeíta Nueva Tebaida. ¡Cuántas tardes de estío Tengo pasadas, De mi valle dichoso Bajo una palma! ¡Horas que ya pasaron Cual nubes raudas, Jamás vuestro recuerdo Borro del alma! MI PATRIA15 ¡No hay tierra más hermosa, ni cielo más sereno! Vergel acariciado por el cerúleo mar Do el aire se respira de suave aroma lleno; Sus auras son aliento de rosa y azahar. Sus trinos dan al viento mil pájaros cantores, Cada arroyuelo es cinta de límpido cristal En donde se retratan rebaños y pastores Y la madeja rubia de un sol primaveral. 15 Ibídem, nº 45, 8 de octubre de 1880, pp. 307-308.

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Hay bosques y jardines de sin igual belleza Donde derrama pura su luz el astro sol: Prodíganos sus dones feraz naturaleza, Las noches van envueltas en mágico arrebol. Mil veces cuando en torno la soledad impera, En la tranquila orilla de este canario mar, Vi de la luna hermosa la luz que reverbera Y suyas son las notas de mi primer cantar. Aquí he visto los mares en blando movimiento Con su rumor inmenso llenando la extensión, Y cuando en su llanura dilato el pensamiento Admiro entusiasmado la vasta creación. Por cima de las cumbres que el mar de Atlante baña Levántase gigante el Teide colosal: Testigo fue en un tiempo de la feroz campaña Que esclavizó a sus hijos al férreo dogal. Hoy solo se levanta con el recuerdo triste De la grandeza altiva de su glorioso ayer; En lava de su cráter grabada aún existe Del pueblo primitivo la historia y el poder! Señores de la selva vivían sus menceyes Ciñendo por corona diadema de laurel, Sumisos acataban sus venerandas leyes Y el sacrosanto lema de la justicia fiel. Mas hubo un día aciago en que la patria hollada Vieron bajo la planta de audaz conquistador, Y desde el Teide altivo sonando en la cañada Se oyó la voz de “alerta” con bélico furor. Y sucumbieron, patria, al invasor bravío; Costó arroyos de sangre la bienhechora paz; Todo se vio arrasado por el aliento impío De Marte que aquí muestra su sanguinaria faz. Pasó aquel crudo tiempo de guerra y exterminio, Logró España a su seno nuestra región unir, El vencedor guerrero que fija su dominio La herencia portentosa legó de un porvenir. Y fueron nuestros campos cimientos de ciudades, La choza fue palacio que el arte levantó, La ilustración lo agreste borró de otras edades Y en ciencia y en riqueza mi patria renació.

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Hoy sólo se recuerda de aquellos tiempos miles Alguna deidad hermosa o algún atleta rey; De flautas montañesas canciones pastoriles, Las inocentes fiestas de la canaria grey. Que aún vagan por los valles las sombras misteriosas De la doncella isleña y del galán gentil, Se escuchan los rumores de trovas amorosas Sobre la verde alfombra que teje el mes de abril. Hoy patria mil poetas honran tus santos lares, Pintores que trasladan al lienzo o al papel El movimiento blando de tus azules mares En rasgos sorprendentes de artístico pincel, Músicos melodiosos que dulces notas lanzan De las sonoras cuerdas de armónico laúd, Guerreros denodados que combatiendo alcanzan Laureles de victoria o palmas de virtud!

A LA MEMORIA DEL INSIGNE POETA ADELARDO LÓPEZ DE AYALA16 Hay algo que no sucumbe, Que ni se apaga, ni muere: El espíritu que crea, El arte que le ennoblece; Astro que la luz recibe De Dios, sol omnipotente Cuyo destello divino En lo eterno resplandece. 16 Ibídem, nº 51, 8 de enero de 1881, p. 9. Adelardo López de Ayala (Sevilla, 1828 – Madrid, 1879), fue un famoso dramaturgo, político y periodista. En Sevilla escribió su primer drama histórico Un hombre de estado, que fue estrenado en el Teatro Español (1851). En 1851 compuso también su primera zarzuela, Guerra a muerte. Elegido diputado por el partido liberal, no abandonó su labor literaria y, entre 1857 y 1861, estrenó El tejado de vidrio y El tanto por ciento, que resultaron grandes éxitos. Se le desterró a Portugal por su oposición a Isabel II, suscribió el Manifiesto de Cádiz y, bajo el reinado de Amadeo I, resultó designado ministro de Ultramar, cargo del que dimitió. Académico de la Lengua (1870), ocupó otros cargos ministeriales durante la Restauración y, en 1878, se hizo cargo de la presidencia del Congreso. En marzo de este mismo año se estrenó Consuelo, otra de sus mejores obras. Falleció a finales de 1879, no pudiendo ocupar la presidencia del gobierno, que le había sido propuesta por Alfonso XII y que pasó a ostentar Antonio Canovas del Castillo.

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Por eso las creaciones Del genio, son sempiternas; Pues nunca podrán los siglos Eclipsarlas con sus nieblas, Ni en sus antros sepultarlas Con las humanas miserias: Que las tumbas del pasado No cubren tanta grandeza! Borrará el tiempo implacable De Grecia los monumentos; Sus colosales estatuas, Sus arcos y mausoleos; Hasta el Partenón sagrado Se convertirá en desierto; Mas, mientras exista el mundo, Vivirá el nombre de Homero! Y cuando no haya en la tierra Obeliscos e inscripciones; Cuando se borren las huellas De nuestra planta en el orbe, Y se convierta Occidente, Como Oriente, en panteones, Brillará sobre sus ruinas La idea que inspiró al hombre. Pues el pensamiento humano Es, como Dios, perdurable; Su clara luz centellea Por cima de las edades; Por ello al través del tiempo Vive hoy el genio del Dante, Y en torno nuestro, de Ayala Se oye el rítmico lenguaje. No brillará en su pupila De la inspiración el fuego, Ni modularán sus labios Aquellos graves acentos Que resonaron un día De las leyes en el templo;

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Pero vivirá su nombre En él de El tanto por ciento.

Y mientras España exista Y en su suelo tenga palmas, Mirtos, rosas y laureles, Habrá quien teja guirnaldas Para entapizar las losas De las tumbas solitarias Que cubren los cráneos fríos De los que le dieron fama. Por eso yo, el más humilde De los cantores canarios, Vengo a unir en esta noche Mi tosco y sencillo canto, Con las arpas melodiosas De los vates celebrados Que con sus canciones honran De Ayala el numen preclaro!

FRAGMENTOS17 Cuando se oculta el sol en el ocaso Amortiguando su esplendente luz, Y en el cielo aparecen las estrellas, Flores que esmaltan la región azul, Y la tierra dormita aletargada Sólo veo una estrella que me alumbra, Y esa estrella eres tú! Me contaron un día cierta historia De una mujer impúdica y maldita Que en el misterio de la noche envuelta, De su amante el honor a otro vendía Me reí del amante deshonrado Que ignoraba el engaño y la perfidia… Y luego supe que en la historia aquella, Yo era el protagonista. 17 Ibídem, nº 54, 23 de febrero de 1881, p. 62.

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A LA MEMORIA DE D. PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA18 En mil dudas me confundo Con tenaz y ansioso empeño: Dijiste: “La vida es sueño”, Letargo inerte y profundo, Y tú despierto en el mundo Aún existes, Calderón. ¿Quién halla resolución A problema semejante? Si es sueño, ¿cómo gigante Palpita tu inspiración? Si es sólo un sueño el vivir Y si el dormir viene a ser Lo mismo que fenecer, ¿Quién osará distinguir La muerte del existir? Nadie, que es problema incierto; Mas, si el que sueña está muerto, Mi razón confusa advierte Que en el seno de la muerte Tú durmiendo estás despierto! Tú en el rítmico raudal De tus versos elocuentes, Profundo y sabio desmientes Que el pensamiento es mortal; En tu obra colosal Despierto tu estro se anida, Pues la inspiración florida Que ardiente vertiste en ella, Contra el concepto se estrella De que es un sueño la vida. Si sueño es o ilusión No existiera en realidad La grandeza y majestad 18 El Propagandista, nº 2, La Laguna, 30 de mayo de 1881, p. 4.

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De tu genio, Calderón; Sería sombra o ficción Tu nombre y preclara lira Que en este instante me inspira Respeto santo y profundo, Y hoy celebraría el mundo Admirado una mentira.

No es un sueño ni quimera De la vida el sentimiento, Que aún vive tu pensamiento En la terrenal esfera; La historia fiel y severa Pregona tu excelso nombre, Y sin que el orbe se asombre, En el templo de la fama El arte por rey te aclama Y ante ti se inclina el hombre. Si la vida es un ensueño Y los sueños, sueños son, No comprendo la razón En tanta ansiedad y empeño, Porque en un profundo sueño Soñaste tanta grandeza, Castizo estilo y pureza, Galas de tu ciencia suma, Que esculpió la dócil pluma Con tan mágica belleza.

Mas ¡ay! que verdad dijiste En que es un sueño la vida, Que tu alma inmortal dormida En el mortal sueño existe; Tal vez tu fama previste Al grabar tal pensamiento En el rico monumento, Luz que alumbra tu memoria, Pues durmiendo alcanza gloria Tu soberano talento!

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Tu genio como la lumbre Del sol que luce radiante Como un inmenso diamante En la celeste techumbre, Del parnaso en alta cumbre Irradia sus claridades Por cima las tempestades Que la sociedad eslabona; Y el brillo de tu corona Brilla sobre las edades! Si al genio altivo y fecundo He pretendido cantar, Fue, señores, sin pensar Que mi cantar infecundo No es digno de su profundo Estro, ni de su memoria, Pues es tan alta la gloria, Del insigne Calderón, Que no cabe en la extensión Del gran libro de la historia. Mas si algo vale mi canto Vale porque él me lo inspira, Y no por ser de la lira Que rudo preludio en tanto Que hasta sus manes levanto Concentos sin armonía, Que en la inmensa poesía Se pierden en la onda amena, Cual tenue grano de arena Se pierde en la mar bravía!

Laguna, 22 de mayo de 1881.

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MEMORIAS (IMITACIÓN)19 Corazón, corazón mío, Eres muy grande, muy grande, Pues en ti mis rudas penas Con ser infinitas caben. N. Estévanez

Cuando en silenciosa noche A solas con mis pesares Afluyen a mi memoria Goces y felicidades; Cuando veo en el abismo De mi pasado inefable Tantas dichas sepultadas En sus negras cavidades, El corazón se me rompe Al golpear de mis males! Cuando en el libro de mi alma, Al compás de tristes ayes, Leo las historias muertas De mis placeres de infante; Cuando recuerdo los días De risueñas veleidades, Y los halagos sensibles De la mujer adorable, Que despertara en mi pecho Los afectos primordiales De un amor grande y sincero Infinito e inmensurable, Siento escapárseme el alma Entre congojas mortales! Cuando recuerdo la fuente De mi pintoresco valle, Y del bosque de mi aldea Los solitarios pinares, 19 Ibídem, nº 5, 21 de junio de 1881, p. 4.

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Y del rudo campesino Los poéticos cantares, Y la verde enredadera Donde pasé tantas tardes Oyendo campestres cuentos O pastoriles romances, Siento que en mi triste pecho El corazón se me parte.

Y cuando pienso y medito Entre esos dolores graves En uno mayor que todos, Que me abrió herida más grande; Cuando recuerdo una historia Negra, terrible, infamante, Que me llenó de aflicciones Inmensas e incomparables, Para sentir esas penas Mi corazón no es bastante!

TROVA20 Al pie de tus balcones, Fijo en sus rejas, Las noches frías paso, Niña hechicera, De ver ansioso Detrás de los cristales Tus negros ojos. Enamorado en ellas Pulso mi lira, Y al son de sus preludios Te canto, niña; Mas a mis trovas, Indiferente y cruda, Te muestras sorda.

20 Revista de Canarias, nº 62, 23 de junio de 1881, pp. 189-190.

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Manuel de Paz Sánchez y Carlota Alfonso Da Costa

Como una roca dura Debe ser tu alma, Cuando no escuchas, niña, A quien te ama, A quien expresa Un amor santo y puro Junto a tus rejas. Niña la de ojos negros Y virginales, Es tu cara azucena, Rosa del valle; Tus aéreos rizos Son balsámicas flores Del paraíso. Donde brillan tus ojos El sol no brilla, Porque apagan sus rayos Tus dos pupilas, Astros lucientes Que asoman en el cielo De tu alba frente. Cuántas noches de estío, Noches serenas, Tengo pasadas, niña, Junto a tu reja, Sin que te dignes, Oír de mis cantares Las quejas tristes! Morena encantadora De labios rojos, Asoma a esa ventana Tu lindo rostro, Y tu presencia Ahuyente de mi alma Las duras penas.

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Una primera antología de Patricio Perera Álvarez (I)

De paloma es tu cuello, Mujer preciosa; Tu virginal aliento, Sutil aroma; Y tus mejillas, Dos rosas perfumadas Que amor inspiran… Abre tu celosía, Rosa del valle, Y escucha las endechas Y los cantares Que tierno inventa, El trovador que te ama, Junto a tu reja!

PROBLEMA Al Sr. D. Gabriel Izquierdo Azcárate21 Ante el cadalso horrible que levanta La justicia del hombre, me pregunto: ¿Quién es, ¡Oh Dios!, de la piedad más digno, La víctima execrable o el verdugo? ¿Si es asesino el hombre que a su hermano Mata alevoso con puñal sañudo, Cómo debe llamarse el que asesina Al delincuente vil, réprobo inmundo? Si quebrantó el primero la ley santa Que Dios al orbe en su doctrina impuso, ¿No desgarra también esa ley misma La espada vengadora del segundo?

Laguna 2 de julio de 1881.

21 Ibídem, nº 64, 23 de julio de 1881, p. 223. “El autor de estos versos quedaría altamente complacido si el distinguido jurisconsulto a quien van dedicados, trazara con su docta pluma algunos pensamientos sobre tan importante asunto” (Nota original).

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Manuel de Paz Sánchez y Carlota Alfonso Da Costa

ANIVERSARIO A don Ramón Gil Roldán22 Hoy mismo se cumple un año: En este hermoso salón, Un vate, de su arpa al son, Recordó tiempos de antaño Lleno de amarga aflicción. Junto a la voz elocuente De poetas y oradores Que en oscilación ardiente Palpitó bajo este ambiente Que hoy perfuman esas flores, La suya, rica y sonora, Oí con plácida calma: Y aún me parece ahora Que mágica y seductora Está vibrando en mi alma! Cuando recordó los años De su juventud florida Y sus negros desengaños, Sentí mi alma conmovida Con sentimientos extraños. Yo, cual él, había sentido Bajo este techo radiante, De Minerva alegre nido, Siendo novel estudiante Mi corazón abatido; Y fui también sentenciado En este salón, capilla Para el alumno agitado, Pues me senté en la banquilla Ante un ilustre jurado.

22 Ibídem, nº 70, 23 de octubre de 1881, pp. 317-318. “El recuerdo de la sesión pública que celebró la Sociedad Instructiva de La Laguna el 27 de setiembre de 1880, vivirá siempre en mi alma” (Nota original).

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Una primera antología de Patricio Perera Álvarez (I)

En estos claustros sombríos, Lleno de ilusión ardiente, Sentí, siendo adolescente, Bullir locos desvaríos En mi enardecida mente.

Y aquí me forjé ilusiones Que aún viven en mi alma fieles, Y al estudiar mis lecciones, Sentí avaro aspiraciones, Sed de gloria y de laureles!

Por eso, su voz gentil Recordó en el alma mía Goces y desdichas mil, Y unió en grata simpatía El octubre y el abril. Y cuando le oí en la historia De aquellos días mejores Tributar con fe notoria Un recuerdo a la memoria De sus sabios profesores, Yo recordé en tal momento, En el denso laberinto De mi inquieto pensamiento, La palabra y el acento Del inolvidable Pinto; Del querido profesor De la progenie ilustrada; Del que fue propagador Y valiente defensor De la libertad sagrada; Del que, a faz de los tiranos, Inculcó en los sanos pechos De los nobles artesanos, Los principios soberanos De legítimos derechos;

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Manuel de Paz Sánchez y Carlota Alfonso Da Costa

De aquel talento fecundo, De ciudadanos modelo, Que hallar no pudo en el mundo Espacio a su afán profundo Y lo fue a buscar al cielo! De esa noche que aún me encanta Y en que tanto recordé, ¿Cómo olvidarme podré? Será mi pecho arca santa En donde la guardaré!... En ese instante a que canto, El vate que aprecio tanto Me estrechó con efusión, Cuando en mi pobre canción Tributé recuerdo santo, A estas peñas bendecidas Que en las faldas del gigante Echeide, yacen tendidas Como nereidas dormidas En el seno de su amante. Yo aquí por la vez primera Al pulsar mi arpa un momento, No llegué a pensar siquiera Que en este recinto hubiera Quien escuchara su acento. Mas, no pulsé mi arpa en vano En tal noche y ocasión, Que al apagarse su son, Me tendió su noble mano Quien me inspira esta canción. Por eso, un eco sincero De profunda gratitud, Le dedica hoy mi laúd, Que no es hombre honrado infiero Quien no tiene esta virtud!

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Una primera antología de Patricio Perera Álvarez (I)

LUCHA SUPREMA23

Rendido el mundo bajo el duro peso Del cetro augusto de absolutos reyes, Rodaba torpe, contenido, opreso Por la cadena de arbitrarias leyes.

La humanidad gigante parecía Insondable y profundo negro abismo En cuyos antros sin cesar rugía De cólera preñado el despotismo. Sobre el inerme pueblo ensangrentado Su fratricida garra, siempre fiero Clavaba el Monstruo del poder sagrado Como un dardo se clava en un madero. ¡No tenían vallas sus sangrientas iras! ¡Indómito, insaciable, levantaba De cráneos mil horripilantes piras Con que su trono, déspota, adornaba! El ay! profundo del esclavo herido, Era apagado por el rudo acento De la sagrada voz del hombre ungido Por un poder omnímodo y sangriento! Entonces ay! en el rosado Oriente Tiende la vieja acacia su ramaje, Como distiende bramador torrente En la tierra su líquido oleaje.

Cual borrascoso mar que fiero brama, Súbito grito de matanza loca En la dormida Europa ronco clama Y a los esclavos a la lid convoca.

23 Tinerfe, número 114, revista mas. mensual, nº 10, Santa Cruz de Tenerife, octubre de 1881, pp. 153-155 (dirigida por Patricio Estévanez). Este poema está recogido en Paz Sánchez, Manuel de: Plectro masónico. Una antología poética, Ediciones Idea, Santa Cruz de Tenerife, 2006.

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Manuel de Paz Sánchez y Carlota Alfonso Da Costa

Tiembla el tirano con medroso encono; El siervo al fin quebranta su cadena Y alza a la libertad luciente trono Cuyo libre esplendor el orbe llena. En vano ciego el déspota iracundo Quiso tronchar el árbol que le agravia, Que su raíz se extiende por el mundo Y es el progreso su fecunda savia!... El pasado vencido se rehace Y a la batalla torna sus bridones… Vano es su esfuerzo, el pueblo los deshace Como el sol, de la noche a los crespones. ¡Tal vez cansado, pero no vencido, Algunas veces en la noche oscura El pueblo se repliega adormecido Esperando tranquilo un alba pura. Aletargado en su tiniebla umbrosa Toma nuevos alientos, como el alma Que en medio de la lucha borrascosa Cobra un momento la perdida calma. Pero luego, repuesto del marasmo Que le postrara en vaporoso sueño, Vuelve a la lucha lleno de entusiasmo, Con nuevo ardor y vigoroso empeño.

¿Quién ay! sofoca su ímpetu salvaje Cuándo hambriento de sangre y de matanza, Como bridón que rompe su rendaje Al combate titánico se lanza?

Desolador, terrible como el fuego, Tiende sus brazos con pujante brío, No le detiene ni piedad ni ruego, Que no detiene la campiña al río.

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Una primera antología de Patricio Perera Álvarez (I)

Como mar turbulento y encrespado Rompe sus diques y lo inunda todo, Cae a sus pies el trono del pasado Y lo sepulta en el sangriento lodo!

¿Por qué entonces su cólera sangrienta Aterrado maldice el despotismo? ¿No fue la causa él de la tormenta Qué convirtió la tierra en un abismo? ¿Por qué si teme a sus feroces sañas, Cuándo sereno duerme en sus laureles Azuza sanguinario a sus entrañas Jauría infernal de lobos y lebreles?… Será vano su esfuerzo, en la contienda Saldrá vencido si luchar concibe Contra la hueste que por libre senda Marcha, y con sangre “redención” escribe. Que mientras ay! la acacia en el Oriente Vista sus ramas con fecundas flores, Y luzca el sol sereno y esplendente Vertiendo en el espacio sus fulgores, Y la luna tranquila y rutilante Gravite misteriosa sobre el mundo, Y esplendorosa la razón brillante La idea esparza con raudal fecundo, Imposible será que vuelva inerte Del privilegio la corona insana A oprimir otra vez con peso fuerte E insoportable, la conciencia humana!

Laguna de Tenerife, octubre 23 de 1881.

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Manuel de Paz Sánchez y Carlota Alfonso Da Costa

A CONSTANZA24 ¿Por qué me pide versos con incesante anhelo Tu boca candorosa, mi niña angelical, Cuando mi lira adusta no expresa en sus cantares Los trinos inocentes de la infantil edad? Ignoras, niña hermosa, en tu inocencia pura, Que mi alma es un abismo profundo como el mar, Y que en su fondo guarda inmensos desengaños, Cenizas apagadas en lo hondo de un volcán. Lo ignoras inocente, y descubrir no quiero A tu alma tierna y pura del mundo el lodazal; Porque sería, niña, hundir en un abismo Tus plácidos ensueños, tu grata castidad. Mas yo sé qué hacerme para cantarte, niña, Sin que en mis cantos llegues a comprender el mal… Le daré un beso puro a tu virgínea frente Y apagaré las notas que lanza mi cantar!

AL SEÑOR DON FRANCISCO MARÍA PINTO25 ¡Oh! mi noble y leal y dulce amigo, Con qué amarga tristeza y desconsuelo En vuestro seno mi dolor mitigo. Con cuánta pena torno al alto cielo Mis afligidos y cansados ojos Los tesoros ansiando del consuelo. Mi alma cristiana póstrase de hinojos, Invocando la fe consoladora, Del páramo del mundo en los abrojos; Y no la encuentro, que perdida mora Del ideal en la celeste altura, Patria inmortal del alma soñadora! 24 Revista de Canarias, nº 74, 23 de diciembre de 1881, p. 382. 25 Ibídem, núms. 77 y 78, 23 de febrero de 1882, pp. 56-57.

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Una primera antología de Patricio Perera Álvarez (I)

¿En dónde están mis sueños de ventura, Y aquellas sonrosadas alegrías, Tiernos placeres de mi infancia pura? Pasaron ay!, esos dichosos días… Cual de un laúd las notas apagadas Recuerdo aún sus vagas melodías. Del mundo las sonoras carcajadas No han podido borrar de mi memoria Las horas para mí santificadas… ¡Ay de aquel soñador que busca gloria En la senda espinosa de la vida, Y su nombre esculpir quiere en la historia! Dardos agudos abriránle herida, Como en mi pobre pecho la han abierto Al matar fieros mi ilusión querida. Verá cual yo que el mundo es un desierto, Y en la florida juventud lozana El corazón también hallará muerto! El ruin acíbar de la envidia humana Verá brotar, y la calumnia impía Crecer aleve y dilatarse ufana. La perfidia, la vil hipocresía, La adulación rastrera, hija del lodo, Que mancha siempre al que en su voz confía; Que, serpiente fatal, vierte de modo El veneno sutil en que rebosa, Que lo emponzoña y lo destruye todo; Consumirán la esencia bondadosa Del alma pura que inocente alienta, Como la escarcha a la fragante rosa. Hoy sobre el orbe, cual voraz tormenta, Destruye el vicio el templo sacrosanto Que lo bello y el bien al par sustenta. ¿En dónde iré a buscar en mi quebranto Algún asilo o resonante hueco Que refleje las notas de mi canto? ¡Apenas sé por qué marchito y seco No está mi corazón, cuando no halla Triste en la tierra a su dolor un eco! En vano, ¡oh amigo!, la razón acalla Del desengaño el grito dolorido: Que al quererlo apagar mi pecho estalla.

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Manuel de Paz Sánchez y Carlota Alfonso Da Costa

A veces, ¡ay!, por la nostalgia herido, La patria al no encontrar que tanto adoro, Derramar en los bosques he querido De mis ojos copioso y triste lloro, Cual cristalinas perlas que en las flores Arroja el alba de su frente de oro; Cantar en la enramada mis amores Y fabricar mi albergue entre el follaje Enseñado de alados ruiseñores. Mas el nido que el ave en el ramaje Colgó del monte, larva destructora También carcome con ruindad salvaje! Y el agua de la fuente mugidora, Cual la inocencia clara y trasparente, La trocó turbia tempestad traidora. ¡No hay un asilo do esconder la frente Del crudo vendaval que nos azota Cada vez más furioso y más potente! ¡Hasta la planta que en la tierra brota Está llena de espinas; y la lira Del místico creyente yace rota! Hoy el hombre rendido ya no aspira Para su diestra palmas de victoria En la revuelta sórdida en que gira. La piedad religiosa es ilusoria; El altar mismo de Jesús divino Manchado está por mundanal escoria! Sólo la ciencia brilla en el camino Donde la humanidad se pierde loca Bajo la grave fuerza del destino. Cuando parece que la cima toca De la elevada y gigantesca cumbre En donde la verdad cual dura roca Del cielo se alza bajo la techumbre, Mira más alta la verdad radiante Y cae cegada por su ardiente lumbre. ¡Oh, ciego desvarío tan gigante Como las ondas de implacable viento Y los roncos bramidos del Atlante!

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Una primera antología de Patricio Perera Álvarez (I)

¿Lograrás apagar el sentimiento Que derrama la virgen poesía En sublime y armónico concento? Antes se eclipsará la luz que envía El astro sol de su cabeza roja, Que no sentir el hombre su armonía. Será llevada como débil hoja Por la brisa revuelta y agitada Mientras en tanto la tormenta afloja; Pero, volando, vibrará pulsada Por el viento encrespado y tempestuoso Allá en la noche tétrica y callada. ¿Quién sabe si hallará paz y reposo De una senda tal vez en el repecho Al arrastrarla el temporal furioso? Y si arreciando, en huracán deshecho Sigue trocado el cefirillo suave, No escondáis, ¡oh poetas!, en el pecho, Vuestros gritos de alarma, como el ave Que acalla sus gorjeos cuando cruje La tempestad desoladora y grave. Si como fiera en el desierto ruge En su delirio la maldad sin calma Y arrasa todo en su terrible empuje, No desmayéis, que en el combate el alma Se templa y robustece y se redime, Y también logra victoriosa palma. Y ya que la virtud esclava gime, Derramen vuestras liras los cantares Que la liberten con ardor sublime. Sed como el nauta que en los turbios mares Lucha contra la furia de las olas Por arribar a sus risueños lares. Así como él sobre la mar a solas Dominando el silbido de los vientos Entona sus marinas barcarolas, Lanzad vosotros bélicos concentos De las contiendas en el mar profundo Por cima de sus gritos y lamentos, Que vuestros cantos salvarán al mundo!

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Ciencia y

TecnologĂ­a


Rubén Barone Tosco (Santa Cruz de Tenerife, 1968) es naturalista, ornitólogo y educador ambiental. Su principal interés reside en el estudio y divulgación de la flora vascular y la fauna vertebrada terrestre de los archipiélagos macaronésicos, con especial atención a las aves. La labor profesional la ha venido realizando a través de distintas empresas de medio ambiente y asociaciones de tipo conservacionista y cultural. Ha publicado un buen número de artículos científicos y divulgativos. Es coautor del libro Los bosques termófilos de Canarias, y ha participado asimismo en otras obras sobre la naturaleza canaria. Es coordinador del comité editorial de la revista Makaronesia, y forma parte igualmente del consejo asesor de Rincones del Atlántico. Por último, es miembro fundador de la Asociación Amigos del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife, y socio de SEO/BirdLife, el African Bird Club y la Asociación Herpetológica Española. Fabián Hernández Romero (Santa Cruz de Tenerife, 1972) es Licenciado en Medicina por la ULL y especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Doctorando de Farmacología e Hidrología Médica (ULL). Realiza su actividad laboral en el ámbito de la Atención Primaria del Área de Salud de Tenerife. Es miembro numerario fundador de la Sociedad Canaria de Hidrología Médica. Ha publicado varios artículos en revistas de Farmacología e Hidrología Médica de ámbito nacional y regional. Es coautor del libro Heredamientos de agua de Canarias y aficionado a la botánica, en particular a la botánica canaria, e interesado por la etnobotánica y etnografía del archipiélago canario.


EL BARRANCO DE TAJO (ARICO), UN INTERESANTE ENCLAVE NATURAL DE LA COMARCA SURESTE DE TENERIFE Rubén Barone Tosco Naturalista, ornitólogo y educador ambiental Fabián Hernández Romero Licenciado en Medicina por la Universidad de La Laguna


Resumen El barranco de Tajo, también denominado de Lere o de Los Caballos en sus diferentes tramos, se sitúa en el término municipal de Arico, al sureste de la isla de Tenerife. Cuenta con una notable biodiversidad, la cual es desgranada en este artículo, fruto del estudio sistemático del barranco en el ámbito comprendido entre su desembocadura y la carretera general del sur. Destacan en particular las formaciones de tabaibal dulce y cardonal que aún persisten en la zona, así como los restos de vegetación termófila y rupícola. El número de especies de la flora vascular terrestre encontradas en el área asciende a 223, mientras que están presentes 42 especies de vertebrados terrestres en el barranco o en su entorno. Asimismo, se hace un bosquejo de la gea del lugar y de su interés histórico y etnográfico. Por último, se apela a la necesidad de conservar el lugar para las generaciones venideras, y se pone en evidencia la escasa superficie y alta fragmentación de los espacios naturales protegidos del sur de Tenerife. Palabras clave: Barranco de Tajo, Arico (sureste de Tenerife), flora, fauna, historia, etnografía, espacios protegidos.

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El barranco de Tajo (Arico), un interesante enclave natural de la comarca sureste de Tenerife Dedicado a la memoria de D. Sebastián Couros Armas

Introducción El barranco de Tajo, también llamado en su tramo inferior barranco de Los Caballos, y en el superior barranco de Lere o del Ere, se ubica en el término municipal de Arico. Se trata de una depresión muy marcada y con un largo recorrido de costa a cumbre, constituyendo uno de los barrancos más pronunciados de este sector de la isla, aunque no llega a tener la entidad de los del Río o Tamadaya, situados en el mismo municipio. Debido a nuestro interés por conocer el medio natural de distintos enclaves del sureste de Tenerife que no han sido protegidos por la legislación vigente, con el fin de contribuir a su estudio, divulgación y conservación, se decidió prospectar una parte significativa del barranco de Tajo, concretamente el ámbito comprendido entre la costa y la carretera general del sur, que tiene una longitud de 7 km. Para ello llevamos a cabo cinco excursiones entre octubre de 2006 y abril de 2008, en las cuales se procedió al reconocimiento detallado de distintos tramos del mismo, con especial atención a su flora y vegetación y a su fauna, sin desdeñar algunos aspectos del medio físico (geología y geomorfología), la historia y la etnografía. Además, y dado que este barranco ya era conocido por uno de nosotros desde unos años antes, se ha contado con distintas observaciones y apreciaciones previas, fruto de varias visitas a su tramo inferior. Desde el principio fuimos conscientes de que el barranco de Tajo es un enclave casi desconocido para los biólogos, naturalistas y muchas otras personas interesadas en la naturaleza canaria, aunque no así para algunos geógrafos e historiadores, que han dejado testimonios escritos de gran valor documental, los cuales en parte son recogidos aquí. Así, durante la fase de búsqueda de bibliografía y documentación apenas se encontraron referencias precisas a los valores naturales de este barranco, pudiendo reseñarse las contribuciones de Marrero-Gómez et al. (1991), que estudiaron los restos de bosques termófilos de la vertiente sur de la isla, y de Gigante (2003), que publicó un pequeño artículo sobre los lavaderos de Tajo, con anotaciones aisladas sobre la flora de

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Rubén Barone Tosco y Fabián Hernández Romero

la zona. Asimismo, algunas obras generales sobre flora y vegetación de Canarias, como la de Arco et al. (2006), con mapa incluido, fueron cruciales para ayudarnos a describir su biodiversidad. Por otra parte, tuvimos la suerte de contar con un informante excepcional, D. Sebastián Couros Armas, que nos describió en detalle ciertos aspectos de la fauna y del medio en general de Arico, de Porís de Abona y de este barranco, en torno a los años 40-50 del pasado siglo. Sirva a su vez este artículo para reivindicar la necesidad de rescatar la información oral de nuestros mayores, siguiendo el ejemplo de autores como Sabaté (1993 y 2003), quien ha investigado a fondo los usos del territorio en el sur de Tenerife antes de la segunda mitad del siglo XX. La combinación de esta información, que a veces es la única (o casi) de que se dispone para aclarar ciertos aspectos de nuestra cultura e historia, junto con la obtenida a partir del reconocimiento exhaustivo del entorno, nos ayuda a entender mejor cómo funciona el medio natural canario. Por último, y no por ello menos importante, nos gustaría que el presente artículo fuera útil para promover la protección de este barranco, si no en su integridad, al menos parte del mismo, incluyendo los reductos de vegetación termófila que permanecen en su tramo medio y superior y algunas de las mejores manifestaciones locales del cardonal-tabaibal. En este sentido, hacemos nuestras las palabras de García Casanova et al. (2008), incluidas en un trabajo sobre el estudio geobotánico de diversos espacios naturales del sur de la isla: “se sugiere ampliar y mejorar la vigente red de áreas protegidas para garantizar una efectiva protección de los recursos naturales presentes”. Esta frase tiene aún más sentido si tenemos en cuenta que el barranco de Tajo se ubica muy cerca del Monumento Natural de la Montaña Centinela.

Breve descripción física Este barranco cuenta con un relieve muy suave en su tramo más cercano a la costa, ensanchándose hacia la desembocadura, situada ésta entre el núcleo de Porís de Abona y el caserío de La Sarnosa. Sin embargo, a partir de la cota 40, coincidiendo con el puente de Los Caballos, se va encajonando poco a poco, de manera que en gran parte de su recorrido se convierte en una depresión con paredes más o menos verticales que llegan a superar ocasionalmente los 50 m de altura, sobre todo en las cercanías de la carretera general del sur, a unos 400 m de altitud, donde se sitúa el salto más importante. Los materiales geológicos predominantes varían según el tramo de barranco en el que nos situemos. Así, según Hernández-Pacheco & Fernández Santín (1978), en la parte inferior, incluyendo el cono de cínder de la montaña del

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Puerto, aparecen coladas basálticas de la serie III, mientras que durante un kilómetro a partir del puente de Los Caballos afloran coladas más antiguas, también de tipo basáltico, que corresponden a la serie II. A partir de ahí se suceden tefritas hauynicas de la serie II y líneas de ignimbritas de la misma serie en los márgenes superiores y junto al cauce del barranco, con afloramientos aislados de tobas pumíticas traquíticas y/o fonolíticas de la serie III en el tramo medio, aunque las planchas pumíticas sean dominantes en gran parte del entorno, desde la costa hasta las medianías. Por tanto, hay alternancia de materiales de las series II y III, correspondientes al Terciario (Plioceno) y al Cuaternario (Pleistoceno Inferior y Superior). Ello implica que este barranco tiene una cierta antigüedad geológica y no ha sido afectado por el volcanismo más reciente, que corresponde a la serie IV (Holoceno), el cual se manifiesta algo más al norte (cf. Hernández-Pacheco & Fernández-Santín, 1978).

Encajonamiento del barranco de Tajo en el tercio inferior del mismo. Es visible la dominancia de la vegetación de tabaibal dulce. (Foto: F. Hernández).

Fruto de la diversidad de materiales existentes y de la relativa amplitud de la historia geológica del lugar son las curiosas formaciones que pueden apreciarse en algunos puntos del barranco, como las caras, producto de la erosión eólica e hídrica continuada, los distintos niveles de almagre (antiguos

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suelos rubefactados por las coladas superiores), los basaltos columnares, las acumulaciones de arena inorgánica de su desembocadura, los grandes cantos basálticos del cauce o los acúmulos de nidos fósiles atribuidos a abejas solitarias (género Anthophora), que han sido localizados en la parte inferior. Esto es solo una muestra de todo lo que puede encontrarse en el barranco, lo que podríamos llamar geodiversidad. En cuanto al clima, la zona en cuestión se halla dentro de la banda con menor precipitación anual de la isla, inferior a los 250 mm (Concepción, 1990), que la acerca a los climas propios de ambientes desérticos. De hecho, se califica a este ámbito de clima desértico cálido con verano seco (Concepción, 1990), aunque desde el punto de vista bioclimático se situaría en el piso inframediterráneo (cf. Arco et al., 2006). En las medianías se nota el efecto atenuador de los alisios del nordeste, que refrescan notablemente las laderas y riscos orientados a barlovento. Por tanto, las temperaturas son mucho más frescas en el tramo superior que en las partes bajas. Un hecho destacable y a la vez sorprendente es la existencia de afloramientos naturales de agua en superficie, sobre todo la fuente de Tajo, donde se sitúa una pequeña galería, que será objeto de un comentario más detallado en el apartado sobre la presencia humana e historia del lugar. Por otra parte, en el salto próximo a la carretera general del sur se localizan varios rezumes, y es allí donde parece ubicarse un antiguo ere.

Flora y vegetación La flora y vegetación del barranco de Tajo están influenciadas, como es lógico, por la geomorfología o el relieve de la propia depresión y por factores climáticos, en función de la orientación, la pendiente, la altitud y el grado de humedad existente. De esta forma, a lo largo de todo el ámbito estudiado, que va, como ya se dijo, desde la desembocadura hasta la carretera general del sur, se diferencian dos tipos básicos de vegetación zonal o altitudinal y otros cuatro azonal, los cuales son descritos a continuación. Para ello no hemos seguido siempre la tipología fitosociológica establecida al efecto, sino una categorización más simple, que resulte menos engorrosa al lector y que, a su vez, sea lo suficientemente descriptiva. Por otra parte, debe considerarse la notable incidencia de las actividades antrópicas sobre la flora y vegetación locales, como ocurre casi en cualquier parte del territorio insular y regional, puesto que la vegetación actual es el resultado de la interacción de la especie humana con el medio. Aun así, a lo largo del barranco se han podido localizar importantes reductos de distintas forma-

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Salto existente en las proximidades de la carretera general del sur, donde se ubicaría un “ere” descrito históricamente. Esta zona posee una notable importancia florística. (Foto: F. Hernández).

ciones vegetales, las cuales muestran un estado de conservación muy dispar, destacando el cardonal-tabaibal por la amplia superficie que cubre, por su representatividad y por destacar claramente en el paisaje, aunque adquieren una especial relevancia conservacionista los restos de vegetación termófila, ya muy empobrecidos, que aún podemos apreciar aquí. Para la descripción y delimitación aproximada de los distintos tipos de vegetación encontrados a lo largo del barranco hemos consultado básicamente la reciente obra de Arco et al. (2006), junto a nuestras propias anotaciones de campo.

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Los tipos de vegetación existentes Vegetación zonal o altitudinal - Cardonal-tabaibal y matorrales asociados: Sin duda alguna, el cardonal-tabaibal, junto a otros tipos de vegetación propios del piso basal xérico canario, es el que imprime carácter al paisaje de este barranco y sus inmediaciones. En las cotas inferiores y medias, donde hay sustrato rocoso y pedregoso, domina el tabaibal dulce, mientras que a medida que vamos avanzando hacia el interior hallamos un cardonal más o menos puro en las laderas y paredes más escarpadas, aunque con alta participación de la tabaiba dulce (Euphorbia balsamifera). Este cardonal alcanza los 440 m de altitud, la parte más alta que se ha prospectado, si bien en el tramo superior pasan a tener un mayor protagonismo los reductos de vegetación termófila, sobre todo en la ladera orientada al norte, mucho más húmeda que la expuesta al sur. Entre las especies más características del cardonal-tabaibal pueden mencionarse el balo (Plocama pendula), que llega a ser dominante en algunos tramos del cauce, donde forma “baleras”, el cardoncillo gris (Ceropegia fusca), el matorrisco común (Lavandula canariensis), el gualdón canario (Reseda scoparia), el verode (Kleinia neriifolia), la leña blanca u orijama (Neochamaelea pulverulenta) y el cornical (Periploca laevigata). En el tramo inferior, sobre sustrato rocoso y pedregoso, dominan localmente en el tabaibal dulce algunas plantas que desaparecen por completo (o casi) hacia el interior, como son el matocosta milengrana (Gymnocarpos decandrus) y el espino de mar (Lycium intricatum), mientras que donde hay arena -por ejemplo en el cauce- llegan a ser abundantes ciertas gramíneas de ambientes áridos y semiáridos, tales como Eremopogon foveolatus, Hyparrhenia sinaica y Cenchrus ciliaris, constituyendo lo que se ha dado en llamar “cerrillar-panascal”. Además, en los antiguos cultivos en fase de recolonización por el matorral se da el “aulagar-saladar”, caracterizado básicamente por la aulaga (Launaea arborescens) y el salado (Schizogyne sericea), y también hay áreas del interior dominadas por el “tabaibal amargo” o comunidad de Euphorbia lamarckii. - Reductos de vegetación termófila: Los reductos actuales de vegetación termófila, que podemos apreciar sobre todo en el tramo medio y superior del barranco, indican que en el pasado los sabinares, acebuchales y/o almacigares, junto con sus matorrales asociados, debieron cubrir buena parte de las laderas y paredes rocosas de esta depresión. Prueba irrefutable de dicha suposición es el hallazgo de especies arbóreas y arborescentes tan indicadoras como la sabina canaria (Juniperus turbinata ssp. canariensis), el almácigo (Pistacia atlantica), el acebuche (Olea cerasiformis), el

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peralillo (Maytenus canariensis), el guaidil (Convolvulus floridus) y el hediondo o yerbamora (Bosea yervamora). A ellas hay que sumar otras plantas de porte arbustivo y herbáceo igualmente características de los dominios termófilos, como son el jazmín canario (Jasminum odoratissimum), el granadillo canario (Hypericum canariense), la mosquera común (Globularia salicina), el tajinaste chico canario (Echium strictum ssp. strictum), la norsa (Tamus edulis) y el retamón del sur (Teline osyrioides ssp. sericea). Por otra parte, destaca sobremanera la presencia de dos elementos típicos del monteverde y de los sectores más húmedos de los bosquetes termófilos, la bicacarera (Canarina canariensis) y la morgallana (Ranunculus cortusifolius). Al tratarse de uno de los tipos de vegetación zonal más castigados por las actividades humanas, hasta el punto de haber sido desalojado casi en su totalidad (Marrero-Gómez et al., 1991; Arco et al., 2006), resulta difícil hacerse una idea de cómo debían ser originalmente estos bosquetes. - Elementos propios del pinar: Aunque la altitud máxima alcanzada por el tramo superior prospectado por nosotros (440 m) no llega a las cotas propias del pinar natural (cf. Arco et al., 2006), en distintos puntos del barranco se han localizado algunas especies muy características de este tipo de vegetación. Como tales hemos considerado básicamente cuatro, el pino canario (Pinus canariensis), el amagante de pinar (Cistus symphytifolius), el tajinaste azul de Tenerife (Echium virescens) y el escobón de pinar (Chamaecytisus proliferus ssp. angustifolius). A ellas podría sumarse el jaguarzo (Cistus monspeliensis), si bien este último, junto al amagante de pinar, aparece con frecuencia en distintos tipos de matorrales de sustitución; además, el mencionado tajinaste es propio igualmente de los reductos termófilos (Arco et al., 2006). Vegetación azonal - Vegetación halófila costera: Este tipo de vegetación, que se desarrolla junto a la costa, en la zona de máxima influencia de la maresía o “spray” marino, cuenta con la presencia local de especies halorresistentes tales como la uva de mar común (Zygophyllum fontanesii), el tomillo marino común (Frankenia ericifolia ssp. ericifolia), la siempreviva de mar (Limonium pectinatum) y la cerraja de mar (Reichardia crystallina). Junto a éstas aparecen otras que tienen una ecología más propiamente halopsamófila, caso del saladillo blanco común (Polycarpaea nivea), o halo-psamófila y a la vez nitrófila, como el amuelle salado (Atriplex glauca ssp. ifniensis).

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- Vegetación rupícola: Desde el tramo inferior al superior de este barranco, asociadas a las paredes rocosas y muros de bordes de cultivos, podemos encontrar un buen número de plantas rupícolas. La composición de esta vegetación es muy variable en función del grado de humedad existente y de la altitud, de manera que en las zonas más bajas, de carácter xerico, se localizan especies tales como la madama de risco (Allagopappus dichotomus), el romero marino (Campylanthus salsoloides), el balillo tinerfeño del sur (Atalanthus microcarpus) o la cañaheja chica (Todaroa aurea ssp. aurea). Por su parte, en los sectores más altos y frescos, en los que dominan los restos de vegetación termófila -ya descritos-, están presentes numerosas plantas, entre las que pueden citarse helechos como la tostonera (Adiantum reniforme), la batatilla (Davallia canariensis) y el treintanudos (Selaginella denticulata), y un sinfín de fanerógamas: bejeque arbóreo (Aeonium arboreum), gongarillo canario (Aichryson laxum), malpica cabezote (Carlina salicifolia), orquídea de tres dedos (Habenaria tridactylites) -muy rara y localizada-, pipe (Sonchus congestus), apio de risco (Tinguarra cervariaefolia), etc. En algunos casos, como el de la palomera (Pericallis lanata), los elementos rupícolas netamente termófilos bajan hasta altitudes insospechadas.

El tomillo de costa (Micromeria teneriffae), un endemismo tinerfeño restringido al sector sureste de la isla. (Foto: F. Hernández).

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- Vegetación higrófila e hidrófila: La presencia de agua en varios tramos de este barranco, ya sea en el subsuelo o en superficie, favorece la existencia de distintas plantas propias de zonas húmedas e incluso encharcadas de forma más o menos permanente, como es el caso del sauce canario (Salix canariensis), muy raro en esta zona, el culantrillo de pozo (Adiantum capillus-veneris), el junco manso (Scirpus holoschoenus), la juncia desnuda (Cyperus laevigatus), la juncia paragüitas (Cyperus cf. involucratus), el cerrillón fino (Piptatherum miliaceum) y la caña común (Arundo donax). También aparecen las palmeras canaria (Phoenix canariensis) y datilera (P. dactylifera), que cuentan con ejemplares aislados en determinados enclaves con mayor humedad edáfica, siendo probable la existencia de híbridos. - Vegetación ruderal-nitrófila: Este tipo de vegetación, claramente indicativo del deterioro ambiental del territorio (zonas removidas y alteradas, antiguos cultivos, bordes de pistas y caminos, etc.), cuenta en el barranco con un alto número de especies. Así, en las zonas bajas y medias están presentes entre otras muchas el tabaco moro (Nicotiana glauca), la patilla (Aizoon canariense), el cardomanso canario (Volutaria canariensis), el cosco (Mesembryanthemum nodiflorum), la barrilla (M. crystallinum), la malvilla menor (Malva parviflora), el tebete común (Patellifolia patellaris), la vinagrerilla roja (Rumex vesicarius var. rhodophysa), la tartaguera (Ricinus communis) y el espinosillo (Fagonia cretica). En dicho sector, y sobre todo en la desembocadura, el rabogato (Pennisetum setaceum), planta introducida de ecología muy agresiva, ha cubierto extensiones considerables, contribuyendo a desplazar a otras plantas que forman parte de la vegetación potencial de la zona. Por otro lado, resalta aquí el papel de los “barrillares” en los cultivos abandonados. Además, en cotas medias y altas aparecen de forma dispersa elementos como la verbenaca (Salvia verbenaca), el pasote (Chenopodium ambrosioides) o la siempreviva celeste (Limonium thouinii), este último de particular interés.

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Catálogo florístico (flora vascular) del barranco de Tajo Nombre científico (α)

Nombre vulgar (β)

Achyranthes aspera Adiantum capillus-veneris Adiantum reniforme Aeonium arboreum* Aeonium urbicum** Agave americana Agave sisalana Ageratina adenophora Aichryson laxum* Aizoon canariense Allagopappus dichotomus* Allium sp. Aloe vera Amaranthus sp. Anagallis arvensis Apiaceae sp. Argyranthemum frutescens ssp. frutescens* Aristida adscensionis ssp. adscensionis Artemisia thuscula* Arundo donax Asparagus arborescens* Asparagus umbellatus ssp. umbellatus* Asphodelus ramosus ssp. distalis Asphodelus tenuifolius Asteriscus aquaticus Asterolinon linum-stellatum Astydamia latifolia+ Atalanthus microcarpus** Atriplex glauca ssp. ifniensis+ Atriplex semibaccata Avena sp. Bidens pilosa Bituminaria bituminosa Bosea yervamora* Calendula aegyptiaca Campylantus salsoloides* Canarina canariensis* Carlina salicifolia++ Carpobrotus edulis Ceballosia fruticosa* Cenchrus ciliaris Centranthus calcitrapae Cerastium glomeratum Ceratonia siliqua Ceropegia dichotoma ssp. dichotoma* Ceropegia fusca* Chamaecytisus proliferus ssp. angustifolius* Chenopodium album Chenopodium ambrosioides Chenopodium murale Cistus monspeliensis Cistus symphytifolius* Conyza bonariensis

Malpica sangradera Culantrillo de pozo Tostonera Bejeque arbóreo Bejeque puntero de Tenerife Pitera común Sisal Matoespuma Gongarillo canario Patilla Madama de risco Ajo Sábila común Muraje común Magarza común Cerrilla fina Incienso canario Caña común Esparragón Esparraguera común Gamona Gamonilla fina Joriada menuda Lino de lagartija Servilleta Balillo tinerfeño del sur Amuelle salado Amuelle de fruto rojo Balango / avena Amorseco Tedera Yerbamora Maravilla Romero marino Bicacarera Malpica cabezote Bálsamo Duraznillo Panasco Valeriana española Moruja peluda Algarrobo Cardoncillo verde Cardoncillo gris Escobón de pinar Cenizo blanco Pasote Cenizo común Jaguarzo Amagante de pinar Simonillo peludo

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El barranco de Tajo (Arico), un interesante enclave natural de la comarca sureste de Tenerife Convolvulus floridus* Convolvulus scoparius* Cortaderia selloana Cosentinia vellea ssp. bivalens Cuscuta sp. Cynodon dactylon Cyperus cf. involucratus Cyperus laevigatus Datura innoxia Datura stramonium Davallia canariensis Dittrichia viscosa Dracaena draco ssp. draco++ Drimia maritima var. hesperia* Drusa glandulosa Echium bonnetii* Echium strictum ssp. strictum* Echium virescens** Emex spinosa Eragrostis barrelieri Eremopogon foveolatus Erodium laciniatum Euphorbia balsamifera ssp. balsamifera+ Euphorbia canariensis* Euphorbia lamarckii* Euphorbia segetalis Fagonia cretica Ficus carica Filago pyramidata Foeniculum vulgare Forsskaoela augustifolia* Frankenia ericifolia ssp. ericifolia Fumaria sp. Galactites tomentosa Galium aparine Globularia salicina++ Gnaphalium luteo-album Gymnocarpos decandrus Habenaria tridactylites* Hedypnois rhagadioloides Helianthemum canariense+ Heliotropium ramosissimum Herniaria canariensis** Hirschfeldia incana Hypericum canariense++ Hypericum reflexum* Hyparrhenia cf. hirta Hyparrhenia sinaica Ifloga spicata Jasminun odoratissimum++ Juniperus turbinata ssp. canariensis* Kickxia commutata Kickxia sagittata var. urbanii* Kleinia neriifolia* Lamarckia aurea Lantana camara Launaea arborescens Launaea nudicaulis Lavandula canariensis*

Guaidil Leñanoel Plumacho pampero Doradilla velluda Greña Césped común Juncia paragüitas Juncia desnuda Burladora Estramonio Helecho batatilla Altabaca Drago Cebolla almorrana desnuda Pegajosa Viborina canaria Tajinaste chico canario Tajinaste azul de Tenerife Alcatripa Aceitilla bermeja Pasto del desierto Alfilerillo picado Tabaiba dulce Cardón Tabaiba amarga Tabaibilla Espinosillo Higuera Yesquerilla tiesa Hinojo Ratonera picona Tomillo marino común Mellorina / pamplina Cardo común Raspilla cuajaleches Mosquera común Borriza común Matocosta milengrana Orquídea de tres dedos Brujilla salvaje Jarilla turmera Camellera Milengrana tinerfeña Relinchón común Granadillo canario Cruzadilla Cerrillo peludo Cerrillo común Yesquerilla Jazmín silvestre Sabina canaria Picopajarito balcánico Picopajarito costero Verode Cepillito dorado Lantana Aulaga Aulaguilla Matorrisco común

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Rubén Barone Tosco y Fabián Hernández Romero Limonium pectinatum* Limonium thouinii Lobularia canariensis cf. ssp. intermedia* Lobularia libyca Lotus glinoides Lotus sessilifolius* Lycium intricatum Lycopersicon esculentum Malva parviflora Marrubium vulgare Maytenus canariensis* Medicago minima Mercurialis annua Mesembryanthemum crystallinum Mesembryanthemum nodiflorum Micromeria hyssopifolia* Micromeria teneriffae** Misopates orontium Monanthes brachycaulos* Monanthes cf. pallens* Morus nigra Neochamaelea pulverulenta* Nicotiana glauca Notoceras bicorne Olea cerasiformis* Ononis dentata Ononis cf. tournefortii Opuntia dillenii Opuntia maxima Oxalis pes-caprae Pancratium canariense* Papaver somniferum Parietaria debilis Parietaria cf. filamentosa* Patellifolia patellaris Patellifolia cf. procumbens++ Pennisetum setaceum ssp. orientale Pericallis lanata** Periploca laevigata Phagnalon saxatile Phoenix canariensis* Phoenix dactylifera Pinus canariensis* Pinus halepensis Piptatherum coerulescens Piptatherum miliaceum Pistacia atlantica Plantago afra Plantago asphodeloides* Plantago coronopus Plocama pendula* Polycarpaea aristata* Polycarpaea divaricata* Polycarpaea nivea+ Polycarpon tetraphyllum ssp. diphyllum Polygonum aviculare Prunus dulcis Pyrus communis Ranunculus cortusifolius++ Raphanus raphanistrum ssp. raphanistrum

Siempreviva de mar Siempreviva celeste Paniqueso occidental Camosilla Cuernecillo rosado Corazoncillo canario Espino de mar Tomatera Malvilla menor Marrubio Peralillo Carretón menor Ortiga mansa Barrilla Cosco Tomillo de pinar Tomillo de costa Conejito menor Pelotilla isleña Pelotilla pálida Moral Orijama Tabaco moro Patagallina Acebuche Melosa dentada Melosa de arenas Tunera india Tunera común Trebolina amarilla Lágrima de virgen Amapola común Ratonera ocucha Ratonera de sombra Tebete común Marmojaya Rabogato Palomera Cornical Mecha blanca Palmera canaria Palmera datilera Pino canario Pino carrasco Cerrillón granudo Cerrillón fino Almácigo Zaragatona Llantén fino Llantén coronado Balo Pataconejo de aristas Pataconejo común Saladillo blanco común Jabonera de los caminos Treintanudos común Almendrero Peral Morgallana Jaramago

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El barranco de Tajo (Arico), un interesante enclave natural de la comarca sureste de Tenerife Reichardia crystallina* Reichardia tingitana Reseda scoparia* Ricinus communis Rubia fruticosa++ Rubus ulmifolius Rumex lunaria* Rumex vesicarius var. rhodophysa Salix canariensis++ Salvia canariensis* Salvia verbenaca Sanguisorba megacarpa Schismus barbatus Schizogyne sericea++ Scilla haemorrhoidalis* Scirpus holoschoenus ssp. globiferus Scorpiurus sp. Sedum rubens Selaginella denticulata Senecio glaucus ssp. coronopifolius Senecio massaicus+ Senecio vulgaris Seseli webbii* Silene gr. gallica Sisymbrium irio Solanum nigrum Sonchus asper ssp. asper Sonchus congestus* Sonchus oleraceus Sonchus tenerrimus Spergula fallax Stachys arvensis Stipa capensis Tamus edulis++ Teline osyrioides ssp. sericea** Tetrapogon villosus Tinguarra cervariaefolia* Todaroa aurea ssp. aurea* Tragus racemosus Trichoalena teneriffae Cf. Trigonella sp. Umbilicus gaditanus Urospermum picroides Vicia cirrhosa* Volutaria canariensis* Wahlenbergia lobelioides ssp. lobelioides++ Zygophyllum fontanesii+

Cerraja de mar Cerraja de viña Gualdón canario Tartaguera Tasaigo Zarza común Vinagrera Vinagrerilla roja Sauce canario Salvia canaria Verbenaca Algáfita Aceitilla peluda Salado blanco Cebolla almorrana menor Junco manso Rosquilla Crásula jabonera Helecho treintanudos Sanguinaria Casamelos común Apio marino Conejera carmelitilla Matacandil Yerbamora negra Cerrajilla picona Pipe Cerrajilla común Cerrajilla menuda Esparcilla falsa Hierba de gato Japito Norsa Retamón del sur Falso panasco desnudo Apio de risco Cañaheja chica Aceitilla de calcetines Cerrillo blanco Alfolga Sombrerillo común Barbaviejo Chicharilla canaria florida Cardomanso canario Almirón Uva de mar común

DISTRIBUCIÓN DE LAS ESPECIES: + Endemismo macaronésico-norteafricano (o canario-norteafricano) ++ Endemismo macaronésico * Endemismo canario ** Endemismo de Tenerife (NOTA: El resto de las especies presenta una amplia distribución, ya sea mediterránea, subcosmopolita o cosmopolita)

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NOMENCLATURA: (α): Nombres científicos según Acebes et al. (2004), con escasas modificaciones. (β): Nombres vulgares incluidos en la obra Nombres comunes de las plantas y los animales de Canarias, de Machado & Morera (2005). Del total de 219 taxones de flora vascular encontrados en el ámbito estudiado, 136 (el 62,10%) son no endémicos (incluyendo especies autóctonas e introducidas), 57 (el 26,03%) endemismos canarios, 12 (el 5,48%) endemismos macaronésicos, siete (el 3,20%) endemismos macaronésico-norteafricanos (o canario-norteafricanos) y otros siete (el 3,20%) endemismos tinerfeños, tal y como se muestra en el gráfico adjunto (Figura 1). En él se han redondeado las cifras, con el fin de hacerlo más sencillo y de fácil lectura. En cualquier caso, estimamos que el número real de especies vegetales vasculares presentes en el barranco debe estar en torno a 250.

FLORA DEL BARRANCO DE TAJO 3%

No endémica (60%)

3%

Endemismos canarios (26%)

5% Endemismos canarios 26%

No endémica 60%

Endemismos macaronésicos (5%) End.macaronésico-norteafricanos (3%) Endemismos tinerfeños (3%)

Figura 1. Composición de la flora vascular presente en el barranco de Tajo (Arico) según su carácter endémico y distribución mundial.

Las especies raras y singulares de la flora vascular En este subapartado incluimos comentarios más o menos detallados sobre la presencia de 16 especies de flora vascular que consideramos raras y/o singulares, de entre todas las que han sido localizadas en el ámbito estudiado.

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Canarina canariensis (bicacarera) Solo se encontraron dos ejemplares de esta campanulácea en el tramo superior del barranco, a una altitud de unos 390 m, en una pared rocosa más o menos húmeda orientada al norte. En la fecha de observación (9 de marzo de 2008) ambas plantas estaban en plena floración, apreciándose tres flores abiertas. Alrededor de dicha especie hay otros elementos termófilos, indicando la antigua dominancia de este tipo de vegetación en la zona. Cabe destacar que ya J. Martín-Carbajal (com. pers.) había observado bicacareras en este barranco, así como en otros cercanos. No cabe duda que es muy rara en el área de estudio. Ceropegia dichotoma ssp. dichotoma (cardoncillo verde) Se observaron algunas plantas, en pequeños grupos o aisladas, en la parte superior prospectada, en un ámbito de cierta humedad ambiental. En el momento de su localización, el 9 de marzo de 2008, había varios individuos con flores, lo cual permitió una rápida identificación. En este barranco se encuentra relegada al tramo más próximo a la carretera general del sur, al igual que ocurre en otros enclaves del sur similares a éste. Convolvulus scoparius (leñanoel) Según nuestras observaciones, a lo largo de todo el barranco solo existe un grupo compuesto por nueve ejemplares, que se localizan en el tercio inferior del mismo, a unos 80 m s.n.m., concretamente en un enclave prácticamente inaccesible de la pared sur. En la segunda visita a este punto, realizada el 9 de marzo de 2008, no se observaron flores en ninguna de las plantas. Debe tratarse de los restos de una población más grande, que seguramente se extendía por las laderas próximas. Cerca de este lugar aparecen otros elementos interesantes, característicos del piso basal xérico del sureste de la isla, como es el caso de Micromeria teneriffae, exclusivo del sector comprendido entre Hoya Fría-Añaza (datos propios) y la zona baja-media de Arico (Bramwell & Bramwell, 1983). Dracaena draco ssp. draco (drago) Esta especie tan emblemática fue hallada, de forma un tanto sorprendente, en el tramo más alto del barranco, algo más abajo de la carretera general del sur. Se trata de un individuo aislado, de pequeño tamaño, que se encuentra en la pared sur (orientado hacia los alisios), en un sector donde domina claramente la vegetación termófila. Debido a sus escasas dimensiones y a la cercanía de varios dragos cultivados, que se localizan junto a la carretera general, en La

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Sabinita, Arico el Nuevo y más cerca aún, suponemos que su aparición en este enclave está ligada a la dispersión de semillas llevada a cabo por algún ave, probablemente por mirlos (Turdus merula). Por tanto, cabe considerarla como subespontánea en el barranco de Tajo, ya que además no se conocen poblaciones naturales en áreas cercanas (cf. Marrero-Gómez et al., 1991). Echium strictum ssp. strictum (tajinaste chico canario) Planta típicamente termófila hallada en varios puntos del barranco, desde el tramo inferior (a 55 m de altitud) hasta el superior (a unos 370 m s.n.m.), donde cuenta con poblaciones de muy diverso tamaño, siendo la mayor una compuesta por alrededor de 50 ejemplares, que se sitúa cerca del salto inferior a la carretera general del sur. Gymnocarpos decandrus (matocosta milengrana) Elemento saharo-síndico característico de los tabaibales dulces halófilos (costeros) del sur de Tenerife, que está presente en el tramo inferior del barranco, y sobre todo en la montaña del Puerto, donde resulta muy abundante e imprime carácter al paisaje vegetal de la zona. Juniperus turbinata ssp. canariensis (sabina canaria) Este árbol aparece en puntos aislados del barranco, concretamente en los tramos medio y superior, habiéndose contado en total unos 50 ejemplares, cuatro de ellos en la parte alta y el resto (la mitad plantas jóvenes) formando un pequeño bosquete más o menos definido, junto con algunos pinos introducidos, en un lomo anexo a la pared suroeste, a aprox. 290 m s.n.m.. Uno de los ejemplares presentes a mayor altitud se encuentra entre varios pies de Olea cerasiformis, indicando claramente los dominios de los antiguos bosques termófilos. Marrero-Gómez et al. (1991) ya señalaron la presencia de la sabina en el salto situado junto a la carretera general del sur. Kickxia sagittata var. urbanii (picopajarito costero) Durante una de las excursiones de prospección, el día 20 de marzo de 2008, se halló una nueva población de esta especie rara y amenazada en la isla, que consta de 11 ejemplares. Ésta ocupa un pequeño lomo pumítico cercano a la costa, que se sitúa a una altitud de 27 m. Varias de las plantas observadas en la fecha indicada tenían flores, tanto pasadas o secas como aún abiertas, e incluso ya había frutos. Kickxia sagittata var. urbanii constituye una de las especies peor conocidas de la flora de zonas bajas y costeras del sur de Tenerife.

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Precisamente, algunas de sus mejores poblaciones se hallan en la zona de la punta de Abona, próxima a este enclave. Lavandula canariensis (matorrisco común) (plantas con flores blancas) El 20 de marzo de 2008 observamos un ejemplar aislado con flores blancas en el cauce del barranco, a unos 50 m s.n.m. (cf. Rodríguez et al., 2010). El resto de las plantas de L. canariensis observadas en el área de estudio y su entorno inmediato tenían la flor del color habitual, aunque muy probablemente nos pasó desapercibido algún otro individuo “anómalo”. Limonium thouinii (siempreviva celeste) Esta siempreviva fue descubierta en la zona de El Viso y sus alrededores (camino real de Arico) por uno de nosotros en la primavera de 1994. Desde entonces se ha expandido de forma espectacular, como han tenido ocasión de constatar el primer autor y R. Otto (datos propios) muy recientemente. En la actualidad esta población consta de varios cientos de plantas, que se distribuyen aproximadamente entre los 300 y 400 m s.n.m., de forma que no solo ocupan los llanos superiores a la margen sur del barranco, sino sus laderas -siguiendo siempre el trazado del camino real- y casi el propio cauce. Dado que es una especie anual, su abundancia depende básicamente del régimen de precipitaciones. Que sepamos, los principales núcleos insulares de esta plumbaginácea se localizan dentro del término municipal de Arico. Maytenus canariensis (peralillo) En todo el barranco se conocen únicamente dos grupos, muy cercanos entre sí. El primero está compuesto por ocho ejemplares, que se desarrolla en la pared sur, en una zona especialmente sombría y húmeda, situada junto a unos rezumes permanentes de agua del salto inferior a la carretera general del sur. La altitud del lugar es de unos 375 m. El segundo, constituido por seis individuos divididos en dos subgrupos, se encuentra en una cota superior, antes del salto mencionado y junto a la citada carretera. El peralillo es uno de los elementos indicadores de la existencia de bosques termófilos en el pasado, tanto en éste como en otros barrancos y riscos cercanos. Plantago asphodeloides (llantén fino) Dentro del ámbito estudiado se conoce una única población, de pequeña entidad (al menos una decena de ejemplares), que crece en la ladera suroeste del barranco, cerca de su desembocadura, a tan solo 16 m s.n.m. Aparece en una

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zona con presencia de Herniaria canariensis y Gymnocarpos decandrus, entre otras especies, y el 20 de marzo de 2008 se encontraba en plena floración. Se trata de un elemento característico de zonas áridas del piso basal, que suele contar con poblaciones dispersas, no siendo muy común por lo general. Ranunculus cortusifolius (morgallana) Se localizó un grupo de ejemplares creciendo en un rincón sombreado de la ladera sur, a unos 360 m de altitud, en el tramo superior del ámbito estudiado. Consideramos que esta especie debe ser algo más abundante en la zona -posiblemente en los andenes y riscos con mayor grado de humedad, que en parte son inaccesibles-, aunque sin duda estará muy localizada. Es un elemento característico del monteverde, que también hace acto de presencia en los dominios del bosque termófilo. De hecho, junto a ésta hallamos otras plantas indicadoras de este último tipo de vegetación, caso de Tamus edulis y Echium strictum. Salix canariensis (sauce canario) Solo se ha observado un individuo aislado de mediano tamaño en el cauce, muy cerca de la galería de Tajo, a una altitud de aproximada de 115 m. Se sabe que en el pasado había un mayor número de ejemplares en esta misma zona, puesto que, como cita Gigante (2003), “…se desarraigó y arruinó la sauceda que poblaba el fondo del barranco, y que era consecuencia del continuo aporte de agua proveniente del manantial”.

Único ejemplar de sauce canario (Salix canariensis) existente junto a la galería de Tajo. (Foto: F. Hernández).

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Senecio massaicus La presencia de esta pequeña planta anual, de distribución canario-norteafricana, en el barranco de Tajo, supone una de sus contadas localidades conocidas de momento en la isla de Tenerife, para la cual se ha citado solo en fechas muy recientes (cf. Santos-Guerra & Reyes-Betancort in Greuter & Raab-Straube, 2009). El 20 de marzo de 2008 se constató su existencia en la desembocadura, aunque ya había sido observada en este mismo sitio por uno de nosotros (F. H.) un año antes, mientras que el 14 de abril de ese año se determinó su distribución y ecología. Ocupa más de 500 m longitudinales del cauce, entre 10 y 22 m s.n.m., donde crece sobre suelo arenoso, arenoso-pedregoso y arenoso-terroso, tanto en terreno suelto como en sitios más compactados, incluso en cultivos abandonados. Su población está compuesta por un alto número de ejemplares, y se mezcla con otra especie similar, Senecio glaucus ssp. coronopifolius, que también está presente en el tramo inferior del barranco. En la segunda fecha indicada había varias plantas en plena floración aún. El material colectado por nosotros está siendo objeto de un estudio del número cromosómico y de la secuenciación de su ADN, tarea que están llevando a cabo el Prof. Dr. Joachim W. Kadereit y sus colaboradores (Universidad Johannes Gutenberg, Maguncia, Alemania). Teline osyrioides ssp. sericea (retamón del sur) El 9 de marzo de 2008 se pudieron observar tres ejemplares de este arbusto, uno de ellos (en plena floración) en la pared norte del barranco -en una zona más o menos soleada-, y los otros dos en el lado opuesto, en un enclave bastante sombreado, en ambos casos dentro del tramo más alto objeto de prospección. Se trata de otro elemento claramente indicador de los dominios de la vegetación termófila, característico de los barrancos de medianías de la vertiente sur de la isla. Addenda: Tras la finalización de los trabajos sistemáticos de campo y de una primera versión de este artículo, se ha constatado la presencia de cuatro nuevas especies de flora vascular en el ámbito estudiado: Pterocephalus dumetorus (rosalito salvaje), endemismo canario presente en Tenerife y Gran Canaria y que aquí cuenta con un único ejemplar; y tres plantas introducidas, que son las siguientes: Apium graveolens (apio), presente en la entrada de la galería de Tajo; Austrocylindropuntia subulata (cacto cilíndrico), una cactácea escapada de los jardines no incluida en el “Biota terrestre” de Canarias del año 2004; y la invasora Albizia distachya (mimosa australiana). Por tanto, el número total de taxones que hemos hallado en el paraje ascendería a 223, aumentando a 139 los elementos no endémicos y a 58 los endemismos canarios, mientras que el resto de las categorías permanecen con el mismo número de especies.

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Fauna Debido a que no se tuvo tiempo de hacer muestreos específicos para la localización de invertebrados en el barranco y su entorno, y a que apenas se pudieron anotar unas pocas especies de dicho grupo, en este apartado nos centraremos en los vertebrados. Éstos, y en particular las aves, sí fueron objeto de una observación minuciosa a lo largo de las cinco excursiones realizadas entre octubre de 2006 y abril de 2008. Cabe señalar que el gradiente altitudinal abarcado por el ámbito de estudio, que cubre el medio costero, el cardonal-tabaibal y la vegetación termófila, además de otros hábitats azonales (cultivos, paredes rocosas, etc.), hace que la fauna de esta zona sea relativamente rica y variada. Aun así, se aprecia la falta de varios elementos ligados al pinar, ecosistema que se desarrolla en cotas más altas.

Herrerillo africano (Parus teneriffae teneriffae), uno de los paseriformes presentes en el paraje. (Foto: Juan C. Adam).

Los vertebrados en la actualidad Durante las excursiones realizadas a este barranco se tuvo oportunidad de detectar un total de 29 especies de vertebrados, de las cuales dos son reptiles, 23 aves y cuatro mamíferos, cifra a la que deben añadirse otras tantas detectadas en el enclave o en sus inmediaciones en fechas previas. Asimismo, se ha tenido en cuenta la existencia de referencias, indicios y/o datos fiables sobre la presencia en el pasado de al menos tres aves extinguidas en este sector de la isla, como veremos más adelante.

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El único anfibio que se conoce en la zona es la ranita meridional (Hyla meridionalis), la cual habita estanques y charcas existentes de los cultivos de medianías y núcleos de población del entorno del barranco, en concreto junto a su tramo superior. Los reptiles se hallan representados por al menos dos especies, el perenquén de Delalande (Tarentola delalandii) y el lagarto tizón (Gallotia galloti galloti), ambas endémicas de Canarias, y esta última, además, con una subespecie exclusiva del sur, centro y oeste de la isla. Es muy probable que también esté presente el eslizón dorado o “lisa” (Chalcides viridanus), igualmente exclusivo de Canarias, y más en concreto de Tenerife (Mateo et al., 2007), que se conoce de los cultivos de medianías próximos. Pasando a las aves, que trataremos siguiendo el orden taxonómico clásico o en función de grupos “artificiales” de especies, deben mencionarse en primer lugar los pequeños contingentes nidificantes de pardela cenicienta (Calonectris diomedea borealis), ave marina pelágica que suele criar en acantilados e islotes costeros, pero que a menudo se adentra en el interior de las islas a través de los barrancos escarpados, como en este caso. Así, se pudo localizar una “hura” o cavidad de nidificación en el tramo superior, a una altitud aproximada de 365 m (a unos 5 km de distancia en línea recta de la costa), que mostraba claros signos de estar siendo visitada por las aves, y en la parte inferior del barranco se hallaron varios cráneos de la especie e indicios de cría. La gaviota patiamarilla (Larus michahellis atlantis), que muestra hábitos costeros, es observada a menudo por la desembocadura y en las propias medianías, sobre todo cerca de estanques y charcas. Sin embargo, sus colonias se localizan lejos, en enclaves como los acantilados de Guaza (Arona) y los roques de Anaga (Santa Cruz de Tenerife) (Martín, 1987; Martín & Lorenzo, 2001). Las rapaces pueden dividirse en diurnas y nocturnas, y cuentan con al menos tres representantes del primer grupo y dos del segundo. La más común de todas ellas es el cernícalo vulgar (Falco tinnunculus canariensis), del que hemos podido localizar varios nidos y posaderos, incluyendo un nido actual aprovechando una vieja plataforma construida aparentemente por una pareja de busardos ratoneros o “aguilillas” (Buteo buteo insularum), en el tramo superior recorrido. Aunque durante las cinco excursiones principales llevadas a cabo en los dos últimos años no pudimos detectar ejemplar alguno de “aguililla” en la zona, existe hábitat apropiado para su reproducción y, además, ha sido observado en otras áreas próximas, sobre todo en barrancos bastante escarpados. En el tramo inferior-medio, a unos 120 m s.n.m., se halló una pluma de gavilán común o “falcón” (Accipiter nisus granti), que prueba, junto a la observación de varios desplumaderos con restos de aves que podrían co-

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rresponder a presas de esta rapaz, que frecuenta el barranco como lugar de caza. El gavilán es una especie netamente forestal, aunque a menudo realiza su actividad predatoria fuera del bosque, sobrevolando cultivos de medianías e incluso zonas bajas (Martín, 1987; Martín & Lorenzo, 2001). Con relación a las rapaces nocturnas, se ha constatado la existencia en este barranco de las dos especies que se reproducen en Canarias, la lechuza común (Tyto alba alba) y el búho chico (Asio otus canariensis), ambas conocidas por “corujas”. De la primera de ellas se hallaron posaderos con egagrópilas, se realizaron observaciones directas de ejemplares y se obtuvieron otros indicios de su presencia, tanto en el tramo inferior como en el medio e incluso el superior. En cuanto al búho chico, obtuvimos menos datos pero se encontraron egagrópilas viejas y recientes en el tramo inferior, además de haberse escuchado, en distintos años, pollos volanderos en las cercanías de este barranco. Dentro de las que podríamos denominar “aves de caza” estarían la perdiz moruna (Alectoris barbara koenigi), la paloma bravía o “paloma salvaje” (Columba livia) y la tórtola europea (Streptopelia turtur). De ellas solo la paloma parece ser abundante en la generalidad del ámbito estudiado, aunque hemos detectado perdices en el tramo inferior del barranco y alguna tórtola europea en la zona de medianías. Especial mención merecen dos aves limícolas poco comunes que no están presentes en el barranco, pero sí en áreas bastante próximas al mismo; se trata del alcaraván común o “pedro luis” (Burhinus oedicnemus distinctus), ligado a los llanos y tableros, y el chorlitejo chico (Charadrius dubius curonicus), propio de los ambientes dulceacuícolas artificiales (charcas, estanques y presas) diseminados por el término municipal de Arico y otros cercanos. Antes de concluir la relación de las aves no paseriformes debemos mencionar al vencejo unicolor andoriña (Apus unicolor), exclusivo de los archipiélagos de Madeira y Canarias, y probablemente también de la costa noroccidental africana, que al parecer mantiene pequeñas colonias reproductoras en este barranco; y a la abubilla o abobo (Upupa epops), que en la actualidad es bastante rara -no solo en la zona sino en buena parte de la isla- y hemos podido observar en El Viso, junto a la margen oeste, así como cerca del puente de Los Caballos. De entre los paseriformes procede citar en primer término al bisbita caminero o “correcaminos” (Anthus berthelotii berthelotii), propio de los llanos y tableros que rodean el barranco, aunque ocasionalmente se adentra en el mismo e incluso habita su tramo inferior. De la misma familia, los motacílidos, es la

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lavandera cascadeña o “alpispa” (Motacilla cinerea canariensis), especie muy ligada a la presencia de agua. La pudimos observar en distintos puntos del barranco, estando ausente en la zona más baja del mismo. El mirlo común (Turdus merula cabrerae) es el único representante de los túrdidos que ha sido observado en el barranco, en el que es muy raro, debido al carácter predominantemente xérico y termófilo de su vegetación. Solo ha aparecido junto al salto existente bajo la carretera general, donde hay una mayor densidad de vegetación y alrededor se desarrollan cultivos de medianías. Dentro de los sílvidos hacen acto de presencia cuatro de las cinco especies que nidifican en la isla y el conjunto del archipiélago, a saber: curruca tomillera o “pájaro nano” (Sylvia conspicillata orbitalis), curruca cabecinegra o “ratonero” (Sylvia melanocephala leucogastra), curruca capirotada o “capirote” (Sylvia atricapilla heineken) y mosquitero canario o “chivito” (Phylloscopus canariensis), este último endémico de Canarias. De ellas las más comunes son las dos primeras y el mosquitero, siendo interesante señalar la clara segregación ecológica existente entre las tres currucas, pues la tomillera ocupa básicamente las zonas más bajas y con menor densidad de vegetación, la cabecinegra precisa de una vegetación arbustiva más desarrollada y la capirotada elige los enclaves con arboledas y matorrales densos, tales como los existentes en el tramo superior del barranco, único punto donde ha sido localizada. Por su parte, el herrerillo africano (Parus teneriffae teneriffae), conocido en la isla y el resto del archipiélago por una multitud de nombres vernáculos, tales como “frailero”, “fula”, “chirrero”, etc., es relativamente común y aparece sobre todo en el tramo medio y alto. Hay un ave, el alcaudón real o alcairón (Lanius meridionalis koenigi), que no ha podido ser observada en el barranco en sí, pero está presente en algunas zonas de matorral muy cercanas al mismo. Aunque no resulta frecuente a nivel local, suele detectarse, por ejemplo, en el Monumento Natural de Montaña Centinela y sus inmediaciones, así como en la punta de Abona. El gorrión moruno o “pájaro pollo” (Passer hispaniolensis hispaniolensis) es una de las especies más ligadas a los ambientes antropizados, que en la zona de estudio únicamente se halla, al parecer, en la desembocadura del barranco, asociado a los grupos de casas allí existentes. Para concluir el elenco de las aves nidificantes en el área estudiada hay que mencionar a los fringílidos, representados por el canario (Serinus canarius), endémico de los archipiélagos de Azores, Madeira y Canarias y poco común

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a nivel local; el jilguero o “pájaro pinto” (Carduelis carduelis parva), más o menos frecuente en el tramo superior del barranco, cerca de El Viso y del núcleo de Arico el Nuevo; y el pardillo común o “millero” (Carduelis cannabina meadewaldoi), más bien raro y detectado solo en las inmediaciones de los cultivos de medianías. En cuanto a las aves migratorias que no se reproducen en la zona, cabe señalar que de forma anual se presentan en la desembocadura de este barranco y sus inmediaciones algunas especies acuáticas costeras, siendo las más habituales el chorlitejo grande (Charadrius hiaticula), el chorlito gris (Pluvialis squatarola), el zarapito trinador (Numenius phaeopus), el andarríos chico (Actitis hypoleucos) y el vuelvepiedras común (Arenaria interpres). Todas ellas son limícolas y se observan en las épocas de paso y durante el invierno. En lo que respecta a los mamíferos, se ha podido constatar la presencia de cuatro especies: erizo moruno o “erizo de tierra” (Atelerix algirus), conejo común (Oryctolagus cuniculus), rata negra o campestre (Rattus rattus) y ratón casero (Mus musculus domesticus), que han sido introducidas en la isla en tiempos históricos. Por otra parte, no se descarta que en esta depresión habiten quirópteros o murciélagos, en concreto el murciélago de Madeira (Pipistrellus maderensis), exclusivo de Madeira y Canarias, y el murciélago rabudo (Tadarida teniotis), los cuales han sido detectados por los autores en zonas próximas. Cabe resaltar que los únicos mamíferos autóctonos de la isla de Tenerife son los murciélagos, por lo cual la existencia de estas últimas especies daría una mayor relevancia faunística al barranco. Las especies extinguidas Aparte de las especies ya mencionadas, debe destacarse la presencia, durante un pasado reciente, de al menos tres aves más, el alimoche común o “guirre” (Neophron percnopterus), el cuervo (Corvus corax canariensis) y el camachuelo trompetero (Bucanetes githagineus amantum). La primera de ellas, el “guirre”, era frecuente en Porís de Abona en la década de 1940, según las referencias dadas por D. Sebastián Couros Armas (com. pers.), quien señala la existencia de dos “guirreras” o nidos de la rapaz en dos puntos distintos del barranco de Tajo, las cuales fueron identificadas por nosotros. Dicho informante menciona igualmente otras dos “guirreras” en la cercana montaña de La Centinela, y que, al parecer, los últimos ejemplares de “guirre” del municipio de Arico se encontraban en la villa de Arico, en su parte más baja, en concreto en un barranco al que se tiraban los despojos de carne procedentes de una carnicería ubicada en la zona. Según la misma

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fuente oral, resultaba habitual verlos en la costa, en la propia orilla de la mar, sitio en el que se alimentaban de animales muertos arrastrados por la marea y donde eran objeto de disparos de mosquetón por parte de un grupo de militares (tabor marroquí) destacado en Porís de Abona por aquella época (1942-1944). También hay que señalar la captura de algunos ejemplares mediante la construcción de una suerte de corrales de piedra, en forma de circunferencia de cerca de 1 m de alto, en cuyo interior colocaban un cebo. Las aves entraban a comer en ellos, y las personas que pretendían capturarlos, sabiendo que no podían levantar el vuelo con rapidez desde dichas estructuras, arremetían contra los “guirres” con palos, golpeándolos hasta su muerte. Cuando no mataban a las aves, las atrapaban por mera diversión, colocándoles un cencerro en el cuello, el cual sonaba al volar (S. Couros, com. pers.). Estas mismas “costumbres”, que sin duda contribuyeron a la rarefacción del “guirre” en la isla, han sido relatadas por otras personas procedentes de zonas tan alejadas como los macizos de Teno y Anaga. En cualquier caso, las verdaderas causas de la extinción de esta especie hay que buscarlas en el uso de insecticidas para combatir las plagas de langostas, que por aquella época arribaban en grandes cantidades (S. Couros, com. pers.). Hoy en día el “guirre” solo está presente en Fuerteventura, donde se concentra más del 90% de los efectivos canarios, y en menor medida en Lanzarote y Alegranza, que albergan parejas aisladas (Palacios & Barone, 2007). Está representado por una subespecie endémica, Neophron percnopterus majorensis, que se considera en serio peligro de extinción. Los últimos efectivos de la isla de Tenerife quedaron relegados al macizo de Teno y desaparecieron hacia mediados de la década de 1980 (Martín, 1987; Martín & Lorenzo, 2001; Palacios & Barone, 2007). El cuervo es otra especie carroñera que fue muy común en Tenerife, así como en el resto de Canarias (cf. Nogales & Nieves, 2007). En el tramo inferior del barranco de Tajo se ha hallado un nido viejo, cerca de una de las “guirreras” antes mencionadas, del que aún quedan unas cuantas ramas apiladas, y que sabemos era una zona de cría habitual, según la información aportada por D. Sebastián Couros (com. pers.), quien apuntó: “Al entrar al barranco a la derecha, antes de una resbaladera de basalto vivo, está la guirrera; todavía se ve aquello todo manchado… y más arriba estaban los cuervos, donde el barranco hace una curva”. Por testimonios fiables de lugareños, no cabe duda que la población local de cuervos era relativamente abundante, y hasta los años 80 del siglo pasado e incluso recién entrados los 90 aún criaban algunas parejas en los barrancos de Arico y Granadilla de Abona (cf. Martín, 1987; obs. pers.). Hoy en día

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en Tenerife únicamente permanecen unas 10 parejas, relegadas casi en su totalidad (9 de ellas) al macizo de Teno (Siverio et al., 2007). Por tanto, las posibilidades de avistar un ejemplar en esta zona son bastante remotas. El camachuelo trompetero, más conocido en la isla por “pájaro moro” o “pájaro piano”, resultaba común en Porís de Abona (cf. Pérez Padrón, 1983). Sin embargo, las observaciones realizadas durante la segunda mitad de la década de 1990, que abarcaron la generalidad de su distribución insular, confirmaron un imparable declive de sus poblaciones (Delgado et al., 2002; Barone, 2007). Así, en los últimos años apenas se ha detectado algún ave aislada o pequeños grupos en la zona de Abades – playa de la Jaca (Arico), pudiendo considerarse ya extinto en el barranco de Tajo y su entorno, donde no hemos observado individuo alguno, así como tampoco en la cercana punta de Abona. En el resto de la isla su situación es igualmente alarmante, existiendo solo otros dos sectores con presencia actual de “pájaros moros” (Barone, 2007), en los que apenas se observan ya ejemplares, por lo que se trata de una especie en peligro de extinción inminente en la isla de Tenerife.

Presencia humana e historia El espacio que nos ocupa es un barranco de mar a cumbre, que se encuentra inmerso, como ya se dijo, dentro de los límites del término municipal de Arico. La porción que se estudia es la que queda al margen inferior de la carretera comarcal del sur. En ese tramo superior, más cercano a las medianías, se le conoce como barranco de Lere. Es muy probable que el topónimo sea una deformación de “barranco del Ere”, haciendo referencia al gran charco o ere que existe en el curso del barranco a pocos metros de ser salvado por dicha carretera comarcal. El barranco de Lere era conocido en la época prehispánica, y en tiempos contemporáneos a la conquista de Tenerife, como barranco del Boxo (o del Bucio). En cambio, el tramo inferior del mismo es conocido como barranco de Tajo, conservando este topónimo de origen vernáculo, o con la más reciente denominación de barranco de Los Caballos. La actividad humana en el barranco de Lere o de Tajo se remonta a la época de los antiguos pobladores de la isla de Tenerife. Juan Bethencourt Alfonso, en su Historia del pueblo guanche, documenta la existencia del denominado “charco del Baptisterio” en el barranco del Boxo o de Lere. Este charco o “ere”, que da nombre al barranco, se encuentra cerca del núcleo de Teguedite, en las proximidades de la carretera comarcal del sur. También el mismo autor menciona la existencia de restos humanos de los antiguos pobladores de la isla en dicho punto del barranco: “Por cierto que en este charco se encontraron en el año 40 (1840) del siglo pasado, cinco tallas de barro conteniendo otros tantos

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esqueletos de niños, como me lo refirieron los mismos descubridores; y no falta quien asegure que bautizaban metiendo a la criatura en una talla y hundiéndola en el agua” (Bethencourt, 1994). Otro aspecto que relaciona el barranco con los antiguos pobladores de Tenerife también es reflejado por Juan Bethencourt Alfonso en la misma obra, cuando hace referencia a la existencia de un “tagoro” en el paraje de Tajo, que denomina como “tagoro de Tajo o llano del Tagorito” (Bethencourt, 1994). Un tagoro es un corral circular de pared doble de piedra seca donde se reunía la asamblea de autoridades de cada comarca, o tagoror, en la época prehispánica. Se desconoce la ubicación concreta del “tagoro de Tajo” en el barranco y si éste persiste en la actualidad.

Aspecto actual de la entrada a la galería de Tajo. (Foto: F. Hernández).

Es de especial interés señalar que durante el desarrollo del trabajo de campo pudimos localizar una estación de canales y cazoletas de supuesto origen prehispánico en un lomo del tramo inferior del barranco, que se halla en una zona de materiales pumíticos. Dicha estación fue confirmada mediante una visita con un equipo de arqueólogos del Museo Arqueológico de Tenerife, estando pendiente un estudio más detallado de la misma, así como la posible localización de otras estaciones similares en sus inmediaciones.

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Sin duda, la actividad humana más relevante que se ha realizado en este enclave natural es la relacionada con el manantial o fuente de Tajo. La fuente de Tajo ya existía desde la época prehispánica, según se desprende de la información que aparece en las “datas” de Tenerife: “Una fuente q. es en ta. de Abona q. llaman los guanches la fuente Taçofote, q. es encima del puerto de los Abrigos,…” (Serra, 1978). Por otro lado, las propiedades de la fuente de Tajo son mencionadas en la literatura al menos desde el primer tercio del siglo XIX, como lo atestigua en 1831 Francis Coleman MacGregor: “En las localidades cercanas de Chiperche, Chafane y Tajo, hay fuentes de agua mineral” (MacGregor, 2005). La fuente o manantial de Tajo se encuentra situada en la banda derecha del barranco según éste desciende, a medio camino entre el mar y los núcleos urbanos de la actual carretera general del sur. Pascual Madoz, a mediados del siglo XIX, en su Diccionario Geográfico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar, refleja la situación de la misma cuando aborda el municipio de Arico: “Son varios los arroyos que corren por el término, proporcionando riego a las tierras, aunque con escasez. La Fuente de Taco, entre el mar y la población; la de Chiperdi, entre esta y el monte de Fasnea;…” (Madoz, 1845-1850). Este mismo autor, en su mencionada obra, incluye un mapa de la isla de Tenerife, situando a la fuente exactamente en el lugar donde se encuentra, aunque de forma errónea la denomina fuente de Taco. En 1865 Pedro de Olive, en su Diccionario Estadístico-Administrativo de Canarias, refleja que en el término de Arico existían aguas dulces y medicinales (Olive, 1865). De la importancia que tenía la fuente de Tajo en el siglo XIX habla Antonio M. Manrique y Saavedra en sus Elementos de Geografía e Historia Natural de las Islas Canarias, obra de 1873. En este libro dicho autor cataloga sus aguas con el apelativo de medicinales y carbonatadas, destacándolas, junto con las de la famosa fuente agria de Vilaflor, como las más importantes de la isla de Tenerife: “En la isla de Tenerife se hallan algunas muy medicinales, entre ellas las agrias de la Garganta de Ucanca, cerca de Vilaflor, 1880 metros sobre el nivel del Océano, así como las carbonatadas de Tajao (Tajo), en la parte del S-E.” (Manrique, 1873). En este sentido, gracias a una analítica realizada en 2008 se ha confirmado que las aguas del manantial de Tajo son bicarbonatadas y de mineralización media (Cabildo de Gran Canaria, 2008). Con posterioridad se construyó en el paraje una galería y unos lavaderos. La fecha de construcción de ambos no se conoce con exactitud, pero probablemente sea contemporánea a las casas señoriales de la población cercana de Arico el Nuevo (Gigante, 2003). La galería puede que tenga algo más de un siglo de existencia, si se tiene en cuenta que se trata de una de las denominadas “galerías nacientes”. Éste fue el tipo de galería más primitivo de captación,

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construyéndose en aquellos puntos donde existían manantiales naturales, con la finalidad de aumentar el caudal de la fuente o manantial ya existente. En Tenerife el 90% de estas primitivas galerías se abrieron entre 1850 y 1910. La entrada a la misma está abierta, ya que solo tiene unas decenas de metros de profundidad. Es muy probable que sea la galería de agua situada a más baja altitud (unos 120 m) en el sur de Tenerife. En cuanto a los lavaderos de Tajo, están constituidos por laja chasnera, con tres vasos de 2 x 1 m aproximadamente, por la que pasaba el agua del naciente y se llevaba a cabo el lavado de la ropa. A pesar de que en 1997 se realizaron trabajos de rehabilitación del entorno y de restauración de los lavaderos por parte del ayuntamiento de Arico, en colaboración con la Asociación Cultural Sureste de Tenerife, la situación de este enclave hoy en día es de franco abandono (Gigante, 2003). La existencia de actividad continua en los mismos permitió que se mantuviera conservada una sauceda de fondo de barranco, que se sabe había en el entorno desde la antigüedad. Ésta ha desaparecido al canalizarse el agua y no existir ya el proceso de lavado, persistiendo en las inmediaciones del manantial, como testimonio de aquella época, grandes ejemplares de duraznillos (Ceballosia fruticosa) y yerbamora (Bosea yerbamora), así como un único individuo de sauce canario (Salix canariensis), que ha resistido estoicamente el gran estrés hídrico del lugar. Testimonio de la existencia de esta sauceda de fondo de barranco nos lo hizo patente nuestro principal informante, D. Sebastián Couros: “Me acuerdo de ver los sauces allí debajo y yo engarapetado me subía arriba a coger los nidos de los pájaros… lisos que no había Dios… pero yo en ese tiempo me agarraba…, descalzo subía por aquello p’a fuera como un gato, por los sauces… enormes…” En la primera mitad del siglo pasado las mujeres, tanto de Porís de Abona como de los Aricos, se desplazaban a los lavaderos de Tajo a lavar la ropa. Entre los propietarios de la galería estaba D. Martín Rodríguez Díaz-Llanos, terrateniente de la comarca sureste y oriundo de Arico, que permitía a la población esta actividad. La gente acudía muy temprano para coger turno de lavado, existiendo un riguroso orden a la hora de utilizar el agua del manantial (Sabaté, 2003). Más recientemente, hasta la década de los años setenta del siglo pasado, cuando casi todos los hogares ya tenían el abastecimiento de agua y la colada se realizaba en casa, algunas amas de casa de los núcleos cercanos seguían acudiendo a los lavaderos para lavar la ropa de invierno -mantas sobre todo-, que habitualmente lavaban con una periodicidad anual. El agua discurría con

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posterioridad por un canal o atarjea, con dirección a las huertas situadas más hacia la costa, que baja bordeando el margen derecho del barranco y conservando algunos tramos con arcos de piedra para salvar los desniveles. En épocas más recientes se ha inutilizado el viejo canal, que requería mantenimiento continuo, y se ha canalizado el agua, según sale de la boca de la galería mediante tuberías sintéticas. Este hecho también ha contribuido al deterioro de los lavaderos y su entorno. Ahora la fuente solo es frecuentada por los cazadores en época de caza, para disponer de agua fresca. Otro aspecto importante relacionado con el barranco es la Virgen de Tajo. Esta pequeña Virgen es la pieza artística más valiosa que posee el municipio de Arico y una de las tallas más importantes de nuestro archipiélago, tanto por sus características escultóricas como por su historia. Además, es la más antigua de todo el sur de Tenerife (Martínez de la Peña, 1991). Hasta hace bien poco se pensaba que esta imagen había sido tallada en Tenerife en el siglo XVI, siendo atribuida al imaginero y entallador Pedro Rodríguez (Santana, 2003), pero un reciente y concienzudo estudio ha venido a aclarar el verdadero origen de la Virgen de Tajo. En el mismo se ha llegado a concluir que la talla data del tercer cuarto del siglo XV, siendo realizada en los antiguos Países Bajos meridionales, y probablemente en el territorio del Principado-Obispado de Lieja, limítrofe con el condado de Namur. Es atribuida a un anónimo maestro de las figuras eyckianas, y se postula que llegó a la isla de Tenerife de la mano de Jorge Grimón, oriundo del condado de Namur, quien podría haber donado la talla tras haber participado en la conquista y rendición de los aborígenes insurrectos refugiados en el menceyato de Abona (Negrín, 2008). La Virgen de Tajo se encuentra en la actualidad en la iglesia parroquial de Arico el Nuevo, pero sufrió un periplo importante hasta su actual ubicación. Se situó inicialmente en la ermita edificada en la punta de Abona a inicios del siglo XVI, teniendo la denominación de Nuestra Señora de La Luz de Los Abrigos de Abona o Nuestra Señora de Tajo (o Taxo), por la cercanía del barranco homónimo. También se le conoció en ese mismo siglo como Nuestra Señora de la Cera (Santana, 2003). Posteriormente, en el siglo XVII, cambió la advocación de la citada ermita de la punta de Abona, pasando a venerarse a Nuestra Señora de Las Mercedes, al adquirirse una talla más grande que recibió el título de Virgen de Abona y Las Mercedes. La Virgen de Tajo, que perdió el apelativo de Abona, fue trasladada a una ermita en el lugar de La Luz de Arico, en las inmediaciones del manantial de Tajo. En la actualidad las casas y la citada ermita se encuentran desaparecidas. Más tarde, la Virgen de Tajo fue trasladada a la iglesia de San Juan Bautista, en la villa de Arico. Por último, en el siglo XVIII se cambia nuevamente de lugar, trasladándose de forma definitiva a la ermita de Arico

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el Nuevo, con el apelativo de Virgen de La Luz y de Tajo. Posteriormente se adquiere una nueva imagen de la Virgen de La Luz para la ermita de Arico el Nuevo, y de este modo, la pequeña talla flamenca y joya de la imaginería de Arico pasaría a un estatus secundario en dicha ermita, preservando solo el título de Virgen de Tajo (Crisóstomo, 2006). A pesar de estar relegada a un segundo plano de forma sistemática, persistió la advocación hacia la Virgen de Tajo. Prueba de ello es una romería que comenzó a realizarse en la década de los años setenta del siglo pasado por iniciativa de Don Asterio Cabrera Concepción, párroco de Arico el Nuevo durante ese decenio. Este festejo se realizaba cada 16 de agosto, trasladando en romería a la Virgen de Tajo, portada por mujeres, desde la ermita de Arico el Nuevo hasta el manantial de Tajo, discurriendo por el histórico camino vecinal que une estos dos lugares. Los vecinos de Arico el Viejo y Arico el Nuevo bajaban a este paraje, donde antiguamente la Virgen estuvo emplazada, encontrándose con las gentes de Porís de Abona, que subían hasta el manantial para disfrutar de un día de fiesta. Tras la jornada, esa misma tarde se emprendía el camino de vuelta. Esta tradición persistió hasta aproximadamente el inicio de la década de los ochenta, suspendiéndose, siendo el párroco Don Eduardo Cejas Martín, por temor a que la talla sufriera daños. En la actualidad, a pesar de no hacerse la romería se sigue oficiando una misa cada 16 de agosto en honor a la Virgen de Tajo en la ermita de Arico el Nuevo. Otro elemento presente en el tramo superior del barranco es el camino real del sur, conocido popularmente como “La Calzada”. Este camino, que en su forma primitiva se remonta al periodo anterior a la conquista de Tenerife, se encuentra conservado en diferentes tramos a lo largo de las medianías del municipio de Arico. La Calzada cruza por el barranco de Lere tras descender desde el lomo de El Viso, para luego seguir su camino ascendente por la otra banda en dirección a Arico el Nuevo. También existe otro antiguo camino vecinal, que ya es recogido por Pedro de Olive en el siglo XIX, que desde el manantial cruza el barranco al extremo izquierdo para dirigirse hasta Arico el Nuevo a través del lomo de La Fajana (Olive, 1865). Es posible que aquí se practicara la apicultura, actividad notoria en el siglo XVI en los barrancos de la comarca. También la actividad pastoril estuvo relacionada con el barranco, y por supuesto la agricultura, existiendo vestigios de una agricultura de subsistencia con huertas de secano en las bandas del barranco, aprovechando lugares propicios para tal fin. Otra actividad que estuvo presente en el tramo inferior del barranco y sus proximidades, al igual que en buena parte del sur de la isla (Sabaté, 2003), fue la recolección de “leche de tabaiba”. En los troncos de las tabaibas dulces se pueden ver las cicatrices que

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les dejó la actividad recolectora de su látex, que tuvo su “centro neurálgico” en Porís de Abona a finales de la década de los años cuarenta y principios de los cincuenta del siglo XX, según D. Sebastián Couros (com. pers.). La extracción de canto blanco para la construcción también estuvo presente en el barranco. Las canteras de tosca se encuentran en el tramo inferior, conocido como barranco de Los Caballos, existiendo el topónimo “La Cantera” para uno de los puntos más importantes de extracción de este material. Otra intervención reciente fue la extracción de grandes cantos rodados, que se hallaban en el lecho del barranco en las cercanías del manantial de Tajo, los cuales fueron utilizados en la construcción del refugio pesquero de San Miguel de Tajao (Gigante, 2003). Por último, y como actividad más reciente, hay que reseñar que está proliferando la práctica de la escalada en ciertos tramos del barranco.

A modo de epílogo Tal y como hemos visto a lo largo de este artículo, el barranco de Tajo alberga unos valores naturales, históricos y etnográficos considerables, dignos de protección. A la permanencia de importantes manchas de vegetación de cardonal-tabaibal hay que sumar los reductos termófilos y la vegetación rupícola, que albergan un buen número de especies endémicas, una fauna vertebrada relativamente rica e importantes recursos etnográficos e históricos, que han sido incluso objeto de acciones concretas de valorización y conservación por parte de una conocida asociación cultural. Todo ello conforma un ámbito que debe ser protegido y conservado para generaciones venideras, y que podría convertirse en un lugar ideal para el desarrollo de actividades de educación ambiental. Esperamos que este barranco se siga respetando durante mucho tiempo, y que se adopten las medidas oportunas para corregir algunos impactos negativos, tales como la presencia de basura (sobre todo en sus tramos medio y bajo), la proliferación del rabogato en varios puntos de su cauce o el tránsito de vehículos todo-terreno fuera de las pistas, sobre todo en la parte baja. Las anteriores reflexiones se sustentan en una base científica, relacionada con la reducida extensión que tienen muchas de las áreas protegidas de las zonas bajas y costeras de la isla -y en particular de la vertiente meridional-, lo cual supone a menudo una incorrecta delimitación de su superficie, que a su vez dificulta notablemente el establecimiento de corredores biológicos y una adecuada protección y conservación de los recursos naturales, como bien plantean García Casanova et al. (2008). Al respecto dichos autores manifiestan, entre otras cosas, lo siguiente: “… si nos circunscribimos a una escala más

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local se pone de manifiesto que la protección territorial de la demarcación de Abona, por debajo de las medianías, es claramente insuficiente”. Tales palabras no dejan lugar a dudas acerca de la necesidad de ampliar la superficie actual de áreas protegidas en el ámbito de la citada comarca, así como de la generalidad del sur de Tenerife. Agradecimientos En primer lugar, cabe agradecer a algunos amigos (Rubén Fuentes, Paula García-Talavera, Javier Jiménez y Ana Ravina) su compañía en una de las excursiones al barranco de Tajo. Fernando Sabaté, haciendo gala una vez más de su gran generosidad y amistad, nos permitió consultar su tesis doctoral inédita. Al Prof. Dr. Joachim W. Kadereit (Alemania) debemos la confirmación de la identificación de Senecio massaicus, y Ricardo Mesa aclaró algunas dudas taxonómicas sobre la flora local. Mariano Padrón ayudó en la elaboración de la gráfica de la flora. Por último, y no menos importante, D. Sebastián Couros Armas, tristemente fallecido antes de publicarse este artículo, nos facilitó información oral muy valiosa sobre la fauna y la etnografía de la zona.

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José María Fernández-Palacios (Las Palmas de Gran Canaria, 1958), es Profesor Titular de Ecología de la Universidad de La Laguna y Senior Research Assistant de la Universidad de Oxford. Imparte su docencia en las Facultades de Biología y Química y en las Escuelas de Ingenieros Agrónomos y de Empresariales de la ULL. Es autor de un centenar de publicaciones en revistas científicas y divulgativas, además de una decena de libros relativos a la ecología de islas, en general, y de Canarias en particular. Es, asimismo, el Investigador principal del grupo de Ecología y Biogeografía insular de la ULL, que en la actualidad está compuesto por una quincena de personas, y desarrolla una decena de proyectos y convenios de investigación. En la actualidad es miembro de la Junta de Gobierno de esta Real Sociedad Económica. Giuseppe Nerilli (Caracas, 1965), es doctorando en la ULL y miembro del equipo investigador de dicha universidad para la Evaluación del Milenio de Ecosistemas Canarios. Actualmente se ocupa de la adaptación de los Indicadores Globales de Turismo Sostenible para los sistemas insulares y es referente para el turismo sostenible de la red de ONGs italianas que se ocupa de desarrollar el Programa de Apoyo a la Sociedad Civil en el marco de la Iniciativa Nacional de Desarrollo Humano de Marruecos, promovida por la UNDP. Ha realizado diversas consultorías para proyectos europeos de cooperación al desarrollo. En Italia ha coordinado el grupo Movilidad Sostenible para el proceso Agenda Local 21 de la ciudad de Módena y redactado el Plan de movilidad de la ciudad. Es docente de Proyectación participada de áreas de verde urbano y, en este marco, ha desarrollado el proyecto de recalificación de la cantera S. Giacomo en Castelfranco Emilia actualmente en fase de realización.


ANÁLISIS DE LOS SERVICIOS PRESTADOS POR LOS ECOSISTEMAS A LAS COMUNIDADES HUMANAS. EL CASO DEL MONTEVERDE GOMERO Y DEL PINAR GRANCANARIO José María Fernández-Palacios & Giuseppe Nerilli Grupo de investigación de Ecología y Biogeografía Insular Universidad de La Laguna


Resumen Uno de los Objetivos del Milenio consiste en analizar el estado de conservación de los ecosistemas del Planeta, así como inventariar, diagnosticar su estado y cuantificar las diferentes funciones y servicios que cada uno de ellos desempeña en el sostenimiento de la calidad de vida de la sociedad humana de dichos lugares. Entendemos por funciones los procesos ecológicos que ocurren en el seno de los ecosistemas que permiten a éstos ofrecer determinados servicios a la comunidad humana; y por servicios, los beneficios directos que estas funciones generan para los humanos, que serían los beneficiarios de los mismos. En este contexto, el presente trabajo supone una primera aproximación a la consecución de este objetivo en Canarias, ejemplificando este análisis en dos ecosistemas forestales emblemáticos para sus respectivas islas, como son el monteverde de la cumbre de La Gomera y el pinar canario de la cumbre de Gran Canaria. Palabras clave: Objetivos del Milenio, desarrollo sostenible, Islas Canarias, el monteverde gomero, el pinar grancanario.

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Análisis de los servicios prestados por los ecosistemas a las comunidades humanas. El caso del monteverde gomero y del pinar grancanario Introducción En el año 2000, la Asamblea de Naciones Unidas aprobó un documento trascendental denominado Objetivos de Desarrollo del Milenio, que recogía una serie de metas que deben ser conseguidas para el año 2015. Los primeros seis objetivos están centrados en mejorar la calidad de vida del mundo en desarrollo y tienen como finalidad la erradicación de la pobreza y el hambre en el mundo, lograr la enseñanza primaria universal, promover la igualdad entre géneros y la autonomía de la mujer, reducir la mortalidad materna y luchar contra las enfermedades infecciosas, especialmente la malaria y el SIDA. Los dos objetivos restantes están centrados en el conjunto del planeta y tienen por finalidad garantizar el sustento del medio ambiente y fomentar una asociación mundial para el desarrollo. El objetivo que aquí nos ocupa, el número 7, el de garantizar el sustento del medio ambiente, implica, a su vez, una serie de subobjetivos que podríamos resumir en cuatro: a) incorporar los principios del desarrollo sostenible en las políticas y los programas nacionales y reducir la pérdida de recursos del medio ambiente, b) haber reducido y haber ralentizado considerablemente la pérdida de diversidad biológica en 2010, c) reducir a la mitad, para 2015, la proporción de personas sin acceso sostenible al agua potable y a servicios básicos de saneamiento y d) haber mejorado considerablemente, en 2020, la vida de al menos 100 millones de habitantes de barrios marginales. Hasta ahora, pese a que algunos países del mundo desarrollado (Suecia, Australia, Portugal) ya han comenzado a abordar este objetivo, con la excepción de Cataluña y el País Vasco en los que sus respectivos gobiernos sí lo han hecho, en el resto del estado español no se ha hecho absolutamente nada al respecto. Afortunadamente, hace algo más de un año, el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino ha suscrito un convenio mediante la Fundación Biodiversidad con una serie de universidades españolas para comenzar este análisis, encargo que ha recaído para los ecosistemas canarios en nuestro equipo de investigación. En esta designación tal vez haya influido el hecho de que nuestro equipo ha culminado recientemente el diagnóstico del estado de conservación de los hábitats de interés comunitario presentes en Canarias, diagnóstico que se hará público en breve.

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Los objetivos básicos para esta primera parte del convenio han sido analizar el estado de conservación de los ecosistemas de Canarias, así como inventariar, diagnosticar su estado y cuantificar las diferentes funciones y servicios que cada uno de los diferentes ecosistemas canarios desempeñan en el sostenimiento de la calidad de vida de la sociedad humana que habita en estas islas. Entendemos por funciones los procesos ecológicos que ocurren en el seno de los ecosistemas que permiten a éstos ofrecer determinados servicios a la sociedad humana, y por servicios los beneficios directos que estas funciones generan para los humanos que habitamos estas islas, que seríamos los beneficiarios de los mismos. La evaluación del Milenio trataría, una vez conocidas las funciones y servicios que prestan o pueden prestar cada uno de estos ecosistemas, que éstos no se vean alterados o sobreexplotados por una gestión insostenible de los mismos, así como generar las actuaciones necesarias para recuperar las funciones y los servicios que hubieran desparecido como producto de una sobreexplotación en el pasado. Es decir, se trataría de garantizar que este capital natural fuera perdurable en el tiempo sin mermar su calidad, de forma que pudiera ser disfrutado por las generaciones venideras. Grosso modo, podríamos diferenciar en los ecosistemas entre funciones de regulación (ciclo hidrológico, ciclos biogeoquímicos, lucha contra la erosión, generación y captación de gases, polinización, dispersión, etc.), culturales (recreativos, educativos, científicos, históricos, etc.) y de abastecimiento (biodiversidad, agua, alimentos, áridos, etc.). Asimismo, es necesario comentar que este análisis no se referirá en exclusiva a los ecosistemas terrestres, dulceacuícolas o marinos naturales, sino que incluirá también a aquellos ecosistemas antropogénicos que generan bienes y servicios a la sociedad, incluyendo, por ejemplo, los agrosistemas, las plantaciones e, incluso, las ciudades. A continuación, desarrollaremos dos casos, el del monteverde de La Gomera y el del pinar en Gran Canaria, para ejemplificar de modo preliminar los servicios que estos dos ecosistemas forestales han prestado a los gomeros y los grancanarios a lo largo de su historia, desde la colonización de las islas hasta la actualidad.

El monteverde de La Gomera En la isla de La Gomera, al igual que en el resto del archipiélago, el monteverde ha jugado históricamente un papel muy importante en el bienestar de sus habitantes. Antes de la llegada de los conquistadores, el monteverde de las cumbres de la isla abasteció a los aborígenes con rizomas de helechos (Pteridium aquilinum), frutos como los bicácaros (Canarina canariensis), creces de las fayas (Myrica faya) y yoyas del mocán (Visnea mocanera) con los que hacer mer-

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meladas y licores, amén de maderas para sus armas y herramientas. Además, supuso para ellos un lugar mágico, sagrado, en donde creían que moraba su dios supremo, Orahán. Tras la conquista, el monteverde aportó (junto con los bosques termófilos) la base territorial para el desarrollo de las villas y de la agricultura de medianías (cereales, frutales, etc.), así como el servicio de la polinización de los mismos. La madera de diferentes especies arbóreas, como el follao (Viburnum tinus), el acebiño (Ilex canariensis), el barbusano (Apollonias barbujana), el loro o laurel (Laurus novocanariensis), el viñátigo (Persea indica), el mocán, etc., fue utilizada en la fabricación de útiles caseros (cucharas, mortera o almirez de madera), personales (cachimba o pipa) o de trabajo (el astia —una pértiga de madera con regatón de metal utilizado por los pastores— el arado), o para carpintería, ebanistería y construcción. Además, fue explotado secularmente en forma de monte bajo (actividad que sólo perdura en la actualidad en La Palma) para la obtención de diferentes materiales de utilidad agrícola (horquetas, horquetones, varas, etc.), o triturados (cisco) como cama para el ganado y abono para los cultivos. Hasta hace muy poco albergó la producción de carbón vegetal (aún existente en La Palma) mediante las carboneras (fundamentalmente, de troncos de fayas y brezo -Erica arborea-). El carbón vegetal supuso hasta la llegada del gas butano en los años cincuenta del siglo pasado el único recurso energético del que contaban la mayoría de los hogares de la isla. Tras la llegada del gas butano, el monte comenzó en La Gomera una paulatina pero incesante recuperación hasta nuestros días. También la madera de las lauráceas que habitan el monteverde fue la base para la fabricación de algunos instrumentos musicales, como los tambores y las conocidas chácaras gomeras. La actividad agrícola dentro del monte fue siempre exigua, limitándose apenas a algunas huertas de berros y ñames en los momentos de mayor presión demográfica. El monteverde también sustentó a los ganaderos de la isla, suministrando forraje (obtenido de la masa foliar) y cama de ganado (obtenido del mantillo del bosque). Durante siglos, la laurisilva gomera albergó rebaños de ovejas y de cabras, fundamentalmente en sus laderas meridionales más soleadas y menos húmedas que las septentrionales, donde se alimentaban de brezos y otras plantas, y en menor medida, piaras de cerdos, que aprovechaban los rizomas de los helechos. De cabras y ovejas se aprovecha la leche, con la que se hace un magnífico queso, y la carne. De la lana de las ovejas confeccionan los artesanos gomeros las colchas, cortinas, traperas, etc., mientras que del cuero de las cabras los gomeros hacen los zurrones para amasar el gofio y los foles para mecer la leche y separar el suero de la manteca.

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También en el pasado fueron introducidos ciervos en el bosque con la intención de que constituyeran un recurso cinegético para la nobleza insular, estando su caza prohibida al resto de los gomeros. Su papel en la captación de nieblas que aprovisionaran al acuífero insular fue conocido desde antiguo, de manera que algunos bosques emblemáticos no fueron talados por su rol de madres del agua, como ocurrió, por ejemplo, en el Monte de Aguirre en Anaga (Tenerife) que alimenta a varias galerías. A diferencia del resto de las islas en las que los recursos del acuífero se han obtenido secularmente gracias a las galerías y los pozos, históricamente en La Gomera la base de los recursos hídricos han sido los caudales procedentes de los numerosos nacientes naturales, ubicados en el monte, que alimentan a las numerosas presas de la isla (Mulagua, La Encantadora, etc.). Ésta constituye sin duda la razón de que el monte no se talara por completo, como ocurrió en otras islas, pues los gomeros fueron siempre conscientes del rol de abastecedor de agua que ejercía la laurisilva. De hecho, en los momentos de mayor presión demográfica, a mitad del siglo pasado, sólo se transformaron en dehesas y pastos aquellos lugares del monte no dotados especialmente con un número importante de nacientes, como Inchereda y Majona. Las zonas agrícolas más ricas de La Gomera, los valles de Hermigua y Agulo, explotan únicamente los caudales que proceden del monte, que por su importancia estratégica fueron siempre de propiedad pública. En algunos lugares, incluso se han instalado más de una docena de molinos hidráulicos, especialmente utilizados para la elaboración del gofio, o una central minihidráulica (la hidroeléctrica de Monforte) en los altos de Hermigua, que permitió a este valle el disponer de energía eléctrica desde 1929. El rol del monteverde en producir los mejores suelos de cultivos de Canarias, permitió no solamente su explotación in situ, a través de los cultivos de medianías, sino que también sirvieron indirectamente para el desarrollo de la agricultura de exportación (plátanos, tomates, etc.). Estos cultivos de exportación han de asentarse en las planicies costeras debido a que allí se da el clima requerido para su desarrollo. No obstante, como suele tratarse de terrenos recientes carentes de suelos bien desarrollados, los suelos han de traerse del monteverde y extenderse en la costa, proceso conocido en Canarias como sorribado. Aunque desconocido para la gran mayoría de los isleños, el monteverde también participa en la regulación del clima local a través de la captación y producción de dióxido de carbono y oxígeno, y mediante la simbiosis MyricaFranckia en la fijación biológica de nitrógeno. Actualmente el viñátigo (Persea indica), pariente del aguacatero y especie integrante de la laurisilva, proporciona una base para luchar contra alguna de las plagas que afectan a este cultivo, muy importante en Canarias.

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La periferia del monte está delimitada por una docena de caseríos, tanto en la vertiente a barlovento (El Cedro, Los Aceviños, Las Rosas, La Palmita, Mériga, Los Loros, Epina), como a sotavento (Las Hayas, Arure, El Cercado, Chipude, Igualero), que constituyeron los arietes de la penetración humana en la cumbre de la isla, y de los que procede la mayor parte de la mano de obra que requiere el parque en la actualidad para su gestión diaria. La cerámica gomera, que en la actualidad se realiza casi como en tiempos prehistóricos, salvo por la utilización del horno, tiene su base en el caserío de El Cercado, en las afueras del Parque Nacional, y se nutre del barro que forman las precipitaciones horizontales que capta el monte. En la actualidad, en donde el modelo agrario de desarrollo ha sido desplazado por el turístico, el bosque de la laurisilva se recupera adecuadamente, erigiéndose a la vez en una de las atracciones más importantes de un incipiente turismo de calidad basado en la contemplación de la naturaleza, gracias al valor histórico, ecológico y genético (paleoendemismos) que atesora. Es, asimismo, lugar preferido por muchos lugareños para su esparcimiento (excursiones, acampadas, picnic en el campo, etc.). Por último, cabría destacar su valor histórico como ecosistema único en el que se investiga, enseña y disfruta de un paisaje único. La declaración de las cumbres de La Gomera como Parque Nacional se produce en 1981, en plena decadencia del mundo rural, con la regresión de la agricultura y la ganadería y con el envejecimiento de las medianías gomeras por las migraciones. Esta situación reforzó el papel del Parque para la isla y éste se ha erigido en la actualidad como el motor más importante del desarrollo insular. De hecho, la laurisilva del Garajonay es el mayor atractivo turístico de la isla y el Parque es un generador de empleo, tanto directo en su gestión, como por su papel dinamizador de la economía insular. En la actualidad, el Parque Nacional del Garajonay, que es además desde 1986 Patrimonio Mundial de la Humanidad, mantiene directa o indirectamente a muchos habitantes de la isla. Además, la declaración de toda la isla como Área de Influencia Socioeconómica del Parque Nacional ha facilitado inversiones destinadas a la mejora de la calidad de vida de los gomeros, fundamentalmente a través de la mejora de las infraestructuras rurales, cualificar el turismo rural y ayudar a la formación de la población. La adhesión del Parque a la carta europea de turismo sostenible (Europarc) ha creado unas expectativas económicas importantes de cara al futuro.

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Obviamente, tras la declaración de la cumbre de la isla como Parque Nacional, muchos de los servicios que el Parque prestaba a los gomeros, especialmente aquéllos que eran aprovechados in situ (como, por ejemplo, la extracción de madera, el carboneo, la recolección de frutos, etc.) no pudieron seguir siendo utilizados por su nuevo estatus de área protegida. No obstante, esta misma declaración, pese a cerrar la explotación de determinados servicios, también abrió las puertas a nuevas posibilidades para los lugareños. En sus instalaciones trabajan, por ejemplo, los guías intérpretes del Parque Nacional, que esperan a los numerosos turistas que visitan el Centro de Visitantes (situado en Juego de Bolas, municipio de Agulo) para liderar con ellos una serie de rutas guiadas en las que conocer mejor la privilegiada naturaleza gomera. Además, en este lugar trabajan los empleados encargados del mantenimiento del vivero forestal en donde se producen los plantones necesarios para desarrollar los programas de recuperación de especies vegetales amenazadas mediante el reforzamiento de poblaciones existentes o la creación de nuevas poblaciones. Asimismo, este centro de visitantes posee unas instalaciones en las se albergan frecuentemente diferentes grupos de científicos (habitualmente venidos de fuera) que desarrollan sus investigaciones en la laurisilva gomera. También existe en el centro un mercadillo de productos agrícolas gestionado por una cooperativa de vecinos de los pueblos cercanos que permite a una serie de agricultores, ganaderos y artesanos vender a los turistas sus productos, bien culinarios (galletas, rosquetes, miel de palma, miel de abeja, queso, almogrote, mistela, gomerón, etc.) o artesanales (cestos, cerámica, sombreros, esteras, etc.). Salpicados por la periferia del parque se encuentran emplazados una serie de bares y restaurantes que dan de comer a los numerosos turistas que visitan el Parque. En verano, el Parque se refuerza con las cuadrillas destinadas a la lucha contra los incendios, constituidas fundamentalmente por gente del lugar. Los incendios, que aunque en este Parque no son frecuentes, sí pueden ser muy peligrosos, como lo atestigua el alto precio que se cobró el incendio de 1984, que acabo con la vida de una veintena de personas.

El pinar de Gran Canaria Desde la llegada de los primeros humanos al archipiélago, éstos aprendieron a aprovechar del pinar los servicios que este ecosistema les proporcionaba. Así, las primeras crónicas ya hablan de asentamientos aborígenes en el ámbito del pinar, por ejemplo, los situados en la cumbre de Gran Canaria, como en Tirma, Tejeda y Artenara. Entre los aprovechamientos que los aborígenes realizan del pinar destaca el agropecuario, pues no en vano llevaban sus ga-

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nados a pastar al pinar de las cumbres de la isla durante los veranos, según la conocida transhumancia vertical. Además, cabe reseñar la existencia de un aprovechamiento maderero por parte de los aborígenes, tanto para uso doméstico como agropecuario, suntuario, funerario y defensivo. Dentro de los productos del pinar cabe destacar de forma preferente la tea (el duramen imputrescible del tronco de algunos pinos canarios), que fue utilizada de innumerables formas como, por ejemplo, para fabricar recipientes, garrotes de lucha, vigas para el techado o puertas de sus primitivas casas. También son de tea algunas tapas de silos de grano encontradas en estos yacimientos, palos de extremo aguzado que presumiblemente utilizaron para plantar, así como sarcófagos en los que enterraron a sus difuntos. Tras la conquista, los castellanos desarrollaron en el pinar canario los oficios que conocían de pinares similares, aunque dominados por otras especies, de la Península Ibérica. Entre las actividades más importantes desarrolladas aquí cabría destacar las siguientes: el carboneo, la extracción de la resina, la recolección y el trabajo de la madera, la recolección de la pinocha, así como la producción de brea. El carbón vegetal, a falta de carbón mineral en Canarias, constituyó, junto con la leña, la principal fuente energética insular hasta la comercialización del gas butano. El carboneo se realizó en los pinares canarios, de forma legal o clandestina, hasta mediados del siglo pasado en el que esta actividad desaparece definitivamente. Aunque el carbón procedente de madera de pino no era muy apreciado, la pronta desaparición de la laurisilva en esta isla hizo que fuera el único recurso existente con el que satisfacer la demanda insular de carbón. La extracción de la resina de los pinos fue, asimismo, un servicio prestado por el pinar, utilizado intensamente en el pasado, aunque hoy haya desaparecido. Su utilidad fue esencialmente con fines terapéuticos, presentando su extracción un marcado carácter estacional, ligada al verano, que es cuando los pinos lloran resina más abundantemente. La resina se utilizó para curar procesos catarrales, sinusitis, para preparar cataplasmas que aplicar sobre quistes y heridas, etc. En la actualidad (aunque no en Canarias) uno de los ingredientes de la resina de los pinos, la trementina, se utiliza para la preparación de productos industriales como pegamentos, barnices, disolventes, etc. La recolección de pinocha fue y es una actividad tradicional efectuada en el pinar habitualmente en el verano, pues aunque la pinocha cae a lo largo de todo el año es en julio y agosto cuando se produce la mayor caída. Sus usos abarcan desde la recolección para usos funerarios por nuestros aborígenes, sin que se conozca bien la razón de su utilización, el relleno de almohadas o

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colchones, para separar la madera de la tierra en las carboneras, mezclada con barro para antes de poner las tejas sobre los techos, e incluso, al ser quemada, para guisar la loza. No obstante, tal vez el mayor uso que tuvo fue el de servir de cama de ganado, que posteriormente mezclada con el estiércol de los animales que sobre ella se echaban, proporcionaba un fertilizante natural de primera calidad. Su última demanda, también en gran medida abandonada en la actualidad, consistió en su utilización en el empaquetado de las piñas de plátanos para su exportación, en forma de cilindros que se ubicaban entre las manos de plátanos para evitar su rozamiento durante el viaje. La madera de pino fue, probablemente el servicio más importante prestado por el pinar a las comunidades insulares. Ya desde los tiempos aborígenes este recurso fue utilizado abundantemente, por ejemplo, para la fabricación de platos y vasijas, pero también de armas; y posteriormente, tras la conquista, fue demandado para la construcción de ingenios azucareros o de lagares. También la madera del pino ha sido utilizada para la construcción de barcos pesqueros, arcones de tea, elaboración de aperos, de muebles o para la construcción de edificios. Como, por ejemplo, pisos y vigas de iglesias, pisos, vigas y balcones de viviendas, carpintería de puertas y ventanas y un largo etcétera. Mediante la quema de troncos de tea en hornos se obtiene la brea, que presentó su mayor utilización para el calafateado de los barcos. Los innumerables hornos de tea que salpican los pinares de las cumbres de Gran Canaria dan una idea de la importancia que llegó a tener esta actividad tiempo atrás, hoy en día abandonada. Así mismo, es necesario comentar que el pinar también surtió a las comunidades locales de leña y piñas, como combustible, de cenizas como sustituto de jabones, o de la corteza, utilizada por los pescadores como boyas. Por último, comentar que el pinar proporciona también dos servicios muy deseados por algunos habitantes de la isla como son la apicultura y la posibilidad de recolectar setas. Como resultado lógico del desarrollo de todas estas actividades, las manifestaciones naturales del pinar en la isla fueron mermando progresivamente hasta el punto de perderse a mitad del siglo pasado una superficie significativa del mismo en la isla. Para combatir esa situación, los grandes planes económicos de la posguerra española fomentaron la repoblación de las cumbres de las islas con coníferas, casi siempre con el pino canario, aunque también participaron otros pinos exóticos. Como resultado de ello el pinar volvió a ocupar, esta vez de forma indirecta, una importante cantidad de mano de obra en las labores de repoblación. El cambio de modelo de desarrollo económico ocurrido en Canarias desde una sociedad agraria a otra receptora de turismo de masas a partir de los años sesen-

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ta propició el abandono de las medianías y, con ello, de las actividades que secularmente el ser humano había desempeñado en ellas. Además, una conciencia ambiental creciente llevó a la protección de las mejores manifestaciones de este valioso ecosistema, de manera que bien por su abandono o por la prohibición de las actividades relacionadas anteriormente, éstas acabaron por desaparecer. No obstante, el pinar sigue siendo una fuente importante de trabajo para muchos lugareños, pues el manejo de las repoblaciones forestales, en su intento de naturalizar unas masas muy artificiales, requiere de ingenieros y operarios que trabajen bien para el Gobierno Canario, para el Cabildo Insular de Gran Canaria o para empresas públicas ligadas a estas instituciones, operarios que suelen ser originarios de los pueblos del interior insular que lindan con los pinares. Estas mismas cuadrillas participan todos los veranos en la preparación de los dispositivos anti-incendio, de gran importancia en esta isla, o bien en el desarrollo del programa de quemas prescritas del pinar durante el invierno, que trata de minimizar el impacto de los incendios. Cuando estos incendios no se pueden evitar, como el ocurrido en verano de 2007 que quemó unas 15.000 ha, es de nuevo necesaria una importante cantidad de mano de obra para el acondicionamiento de las pistas, zonas de esparcimiento y otras labores logísticas. Además, las mejores manifestaciones de pinar natural que subsisten en Gran Canaria, (como el pinar de Tamadaba, el de Inagua, el de Pilancones o el de Tauro) son espacios protegidos integrados en la Red Canaria y en la Red Natura 2000. Estos espacios protegidos demandan de una guardería permanente que vigile el cumplimiento de la normativa de conservación. Desde otro punto de vista, los pinares canarios, por sus agradables condiciones climáticas y espacios abiertos, constituyen el lugar favorito para el esparcimiento de la población local, por lo que son numerosos los ciudadanos que los fines de semana disfrutan de las instalaciones recreativas (integradas por fogones, fuentes, mesas, letrinas, aparcamientos, columpios, etc.) que para tal fin se han dispuesto en los pinares de las cuatro islas en las que está presente (Gran Canaria, Tenerife, La Palma y El Hierro). Asimismo, son un lugar típico de acampada, siendo numerosos los campamentos, aulas de la naturaleza, refugios, casas rurales, etc. que existen en su seno, en donde los residentes de la isla y los numerosos visitantes pueden disfrutar de una naturaleza privilegiada como la canaria. Al margen de los servicios directos proporcionados por el pinar para la población local, que ya hemos esbozado sucintamente, también son de destacar una serie de funciones de regulación que dieron lugar a servicios indirectos fundamentales para el desarrollo de las mismas. Entre ellos cabe destacar el papel complementario del pinar junto a la laurisilva (en Gran Canaria casi inexistente en la actualidad), especialmente del pinar a barlovento, en la captación median-

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te sus acículas, ramas y troncos, y muchas veces también a través de los líquenes (Usnea ssp.) que cuelgan de sus ramas, de las nieblas de los vientos alisios. El agua así captada termina incorporándose al acuífero insular, caudales que posteriormente, y ya fuera del ámbito del pinar, son captados para diferentes usos mediante pozos. Cuando el agua no se infiltra, sino que corre sobre la superficie, el pinar de la cumbre de Gran Canaria, no sólo impide la erosión de las tierras que puebla, sino que permite encauzar las escorrentías hacia las numerosas presas existentes en su ámbito, como las de Soria, Chira, Cueva de las Niñas, Siberio o Parralillo. En La Palma, los cultivos de exportación de plátanos del Valle de Aridane se basan en la capacidad que tiene el pinar de la Caldera de Taburiente en suministrar dichos recursos a los agricultores. El pinar juega también un papel muy importante en la lucha contra la erosión en las cumbres insulares, que fue especialmente grave durante el tiempo en que Gran Canario quedó expuesta a las lluvias torrenciales tras la desaparición de una fracción importante de la cubierta vegetal de la isla. Las plantaciones y repoblaciones anteriormente comentadas constituyeron una gran ayuda contra este proceso. Además, las especies leguminosas que participan en la composición florística del pinar, como el escobón (Chamaecytisus proliferus) o el codeso (Adenocarpus foliolosus), por citar sólo las más abundantes, posibilitan que la fijación de nitrógeno sea un fenómeno habitual en los pinares, enriqueciéndose los mismos de manera natural. El pinar juega, asimismo, un papel fundamental en la captación de CO2 y en la producción de O2, regulando el clima de la isla. Aunque la biodiversidad del pinar no es muy importante, sobre todo cuando es comparada con la de otros ecosistemas canarios, sí es cierto que en su seno conviven muchas especies animales y vegetales que se encuentran en peligro de extinción. Como ejemplo paradigmático, en Gran Canaria cabría destacar, habitando la Reserva Natural Integral de Inagua, al pinzul (Fringilla teydea polatzeki) o subespecie endémica de Gran Canaria del pinzón azul, ave del que apenas sobreviven unos 200 ejemplares según los últimos censos y que ha sido objeto en los últimos años de numerosos proyectos de investigación y programas de conservación que ocupan en la actualidad a un número importante de biólogos, operarios y gestores de la administración. Finalmente, es necesario comentar el importante uso científico y educativo que se le da a las diferentes casas forestales de la isla, situadas siempre en este entorno, como las de Tamadaba, Pajonales o Inagua, por grupos de científicos que estudian en profundidad diferentes aspectos de este ecosistemas tan singular o de su especie protagonista, el pino canario, o por profesores que tratan de inculcar en sus alumnos los valores de este ecosistema o los de vivir en armonía con la naturaleza.

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Yurena Yanes (Güímar, Islas Canarias, 1978) es licenciada (2001) y, como becaria FPU del Ministerio de Educación y Ciencia (MEC), doctora (2005) en Biología por la ULL. Tiene tres estancias posdoctorales en los Estados Unidos: Virginia Tech (2005-07), Savanah River Ecology Laboratoy-University of Georgia (2007-09) y Southern Methodist University of Dallas (2009-10), esta última en calidad de becaria posdoctoral del Ministerio de Ciencias e Innovación (MCINN). En la actualidad es investigadora posdoctoral Juan de la Cierva en el laboratorio de isótopos estables del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (CSIC), en Granada. Además de la línea de investigación descrita en el presente artículo, tiene abiertas estas otras: (1) estudio de los caracoles terrestres en el resto del mundo, (2) paleodieta de las poblaciones humanas antiguas, (3) el CO2 atmosférico, (4) las conchas marinas y dulceacuícolas fósiles y actuales (5) y el estudio isotópico de plantas, aguas y suelos en las investigaciones medioambientales.


EL INTERÉS CIENTÍFICO DE LOS CARACOLES TERRESTRES EL CASO DE LAS ISLAS CANARIAS Yurena Yanes Laboratorio de Isótopos Estables, Estación Experimental del Zaidín (CSIC). Huffington Department of Earth Sciences, Southern Methodist University (SMU)


Resumen: Las Islas Canarias disfrutan en la actualidad de una fauna de caracoles terrestres (gasterópodos) especialmente abundante y diversa. Además, son muchas las conchas antiguas que han quedado bien preservadas en depósitos eólicos, paleosuelos y tubos volcánicos a lo largo y ancho de todo el archipiélago. Tales conchas fósiles pueden ofrecer una información paleoambiental y paleobiológica relevante del pasado si se les aplican las técnicas y el diseño experimental adecuados, lo que requiere un cuidadoso estudio de estos organismos a través de múltiples disciplinas. En este artículo presento una síntesis de los resultados más relevantes de una de mis líneas de investigación, la cual llevo desarrollando desde hace unos 10 años en varios laboratorios nacionales e internacionales. Palabras clave: caracoles terrestres, biodiversidad, paleobiología, paleoclima, Islas Canarias.

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3.11.037.10

El interés científico de los caracoles terrestres El caso de las Islas Canarias Biología de los caracoles terrestres Los caracoles terrestres son unos moluscos que abundan especialmente en las islas tropicales y subtropicales, donde se pueden observar en su mayor biodiversidad (Solem, 1984). En el archipiélago canario se ha estimado la presencia de unos 242 especies, de las cuales 198 (~82%) son endémicas (Fernández-Palacios and Whittaker, 2008). Algunos géneros han experimentado una radiación adaptativa importante, como es el caso de Napaeus, con más de 45 especies conocidas, o el de Hemicycla, con unas 76 especies descritas (Izquierdo et al., 2004). Los factores climáticos y ecológicos que influyen en la abundancia y diversidad de estos pequeños invertebrados son muy diversos, entre los cuales parecen ser especialmente limitantes la humedad y la temperatura. Bajo tales premisas, las condiciones óptimas para la proliferación de estos organismos incluyen valores altos de humedad relativa (entre 80 y 99%) y unas temperaturas oscilantes entre 10°C y 27°C (Cook, 2001). Cuando la humedad relativa es baja y/o la temperatura es demasiado alta, los caracoles suelen entrar en un periodo de latencia conocido como estivación para evitar las pérdidas de agua por evaporación, mientras que cuando la temperatura es muy baja muchas especies hibernan, ralentizando su metabolismo significativamente (Cook, 2001). Así, la mayoría de los caracoles terrestres suelen estar en estado de reposo durante el día, cuando las temperaturas son más elevadas, mientras que se activan especialmente durante la noche y/o los eventos lluviosos, cuando las condiciones son más húmedas, es decir, más favorables para su proliferación. Entre los factores ecológicos, la competitividad entre especies por espacio y/o alimento, y la abundancia de predadores (aves, roedores, etc.) o incluso, perturbaciones humanas, pueden llegar a jugar un papel importante en los niveles de abundancia (Cowie, 1998). La gran mayoría de los caracoles terrestres son herbívoros y presentan un ciclo de vida corto, normalmente anual-bianual (Heller, 1990). No obstante, existen algunas especies omnívoras, tales como Rumina decollata, que están ampliamente distribuidas por el mundo, o incluso carnívoras, como el conocido caracol gigante africano Achantia o el predador Eugladia rosea, esta última peligrosa para los caracoles terrestres nativos de algunos archipiélagos como Hawaii (Cowie, 1998). Dichas especies carnívoras suelen presentar un ciclo de vida más largo, llegando a alcanzar hasta los 15 años de media (Heller, 1990).

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Los caracoles terrestres canarios en gradientes altitudinalambientales El archipiélago canario y, especialmente, la isla de Tenerife, disfruta de una gran variabilidad microclimática, a pesar de su escasa extensión. En efecto, los 3.718 m. de altitud que suponen la cota del Teide junto a la influencia de los vientos alisios y la corriente fría de Canarias, se han encargado de conformar en los escasos 2.034 km2 de superficie que tiene Tenerife un fascinante gradiente ambiental. Los caracoles terrestres son unos organismos capaces de colonizar una gran variedad de hábitats, desde las zonas desérticas hasta los bosques húmedos, tal y como he corroborado en Tenerife. En efecto, en un muestreo que realicé a lo largo de un gradiente altitudinal en las vertientes norte y sur de la isla, mis observaciones de campo demuestran que estos organismos están presentes en cualquier hábitat, desde la zona sub-desértica costera hasta el paisaje subalpino, rondando la cota máxima de su presencia los 2.000-2.200 m. (Yanes y Romanek, 2009; Yanes et al., 2009). La gran mayoría de los caracoles terrestres tienen conchas formadas por un tipo de carbonato cálcico conocido por aragonito. Los isótopos estables de carbono y oxígeno preservados en estas conchas pueden aportar información sobre las condiciones ambientales dominantes en vida de dichos organismos (Balakrishnan y Yapp, 2004). En efecto, los estudios geoquímicos han demostrado que los isótopos estables de las conchas están relacionados principalmente con la lluvia y la temperatura del entorno. También, que los isótopos estables del carbono se asocian con el tipo de vegetación (proporción de plantas de tipo C3 vs. C4) de la cual se han alimentado los individuos correspondientes (Yanes y Romanek, 2009; Yanes et al., 2009). Tales relaciones entre la composición isotópica de la concha y las condiciones ambientales y la vegetación dominante sugieren que las conchas fósiles de los caracoles terrestres canarios pueden ser empleados para reconstruir las condiciones atmosféricas y el tipo de vegetación dominantes en el pasado.

Los caracoles terrestres fósiles del archipiélago canario En las Islas Canarias, cuya antigüedad geológica es relativamente alta, de unos 20 Ma en valor medio (Fernández-Palacios y Whittaker, 2008), existen numerosos depósitos de diversas edades que contienen caracoles terrestres fósiles. Aquí citaré sólo algunos de ellos. Los más antiguos conocidos se encuentran preservados en dunas situadas debajo de coladas volcánicas que han sido datadas en unos 2.9 Ma de antigüedad en las localidades de Barranco de los Molinos y Barranco de la Cruz, en Fuerteventura (Meco et al., 2006). Estas

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conchas fósiles de edad Pliocena constituyen una fauna de caracoles distinta a la que se conoce hoy en día, cuyas especies todavía no han sido descritas (Fig. 1). Los análisis que he realizado por difracción de rayos X, microscopia electrónica de barrido y análisis geoquímicos (Yanes et al., en prep.) sugieren que estos fósiles han sido alterados mineralógica y químicamente a consecuencia de las altas temperaturas que han sufrido en el momento de la deposición de las coladas volcánicas (Fig. 1).

Figura 1. Mancha de la Laja, Tegueste, Tenerife. A. Detalle de la especie de caracol Theba aff. pisana activa durante un evento lluvioso. B. Vista general de la duna fósil Cuaternaria. C. Detalle de las conchas de los caracoles fósiles (fotos tomadas por Y. Yanes, 2010).

Otro yacimiento destacado es el de la Mancha de la Laja, municipio de Tegueste, Tenerife, depósito eólico situado debajo de una colada volcánica que ha sido datada entre 600-130 mil años de antigüedad (Cantagrel et al., 1999). Estas dunas antiguas contienen numerosas conchas de caracoles terrestres que han sido bien preservadas (Fig. 2), según revelan los análisis que he realizado por difracción de rayos X. Tal depósito contiene los ejemplares más antiguos conocidos del género Napaeus en el archipiélago canario (Yanes et al., en prep.).

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Figura 2. Barranco de los Molinos, Fuerteventura. A. Vista general de la duna antigua y la colada volcánica que la sella. B. Detalle de una concha fósil del género Theba, posiblemente, la presencia más antigua conocida de este género en Canarias (fotos tomadas por Y. Yanes, 2010).

En las islas orientales del archipiélago, incluyendo los islotes de Fuerteventura y Lanzarote, existen numerosos depósitos dunares y paleosuelos con abundantes conchas de caracoles terrestres fósiles (Fig. 3). Precisamente, mi labor investigadora se ha centrado en el estudio de este material (Yanes, 2003, 2005; Yanes et al., 2004, 2005, 2007, 2008a, b, Yanes y Yapp, 2009; Yanes et al., en prep.).

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Figura 3. Depósitos dunares cuaternarios de las islas orientales de Canarias. A. Vista general de Montaña de la Costilla, Fuerteventura. B. Vista general de El Quemado, Fuerteventura. C. Detalle de la asociación de conchas fósiles de Caleta de Melián, Fuerteventura. D. Detalle de las conchas fósiles del Barranco del Pecenescal, Fuerteventura (fotos tomadas por Y. Yanes, 2010).

La edad de estos fósiles fue determinada durante mis estancias en el laboratorio de bioestratigrafía molecular de ETSIM-UPM (2002-2003), donde en colaboración con dos especialistas en geocronología, los Drs. Ortiz y Torres, estimamos la edad de las conchas a través de la técnica conocida como racemización de aminoácidos calibrada por radiocarbono (Yanes, 2003, 2005; Ortiz et al., 2006). Los numerosos análisis que realizamos sugieren que estas conchas presentan una edad que varía entre los 5 y los 55 mil años de antigüedad (edad Pleistocena y Holocena). Aunque existe discrepancia con respecto a las edades propuestas (Meco et al., 2006), los Drs. Ortiz y Torres continúan estudiando este material y han observado que el rango temporal estimado por Ortiz et al. (2006) parece ser consistente con nuevos análisis cronológicos todavía no publicados (J.E. Ortiz, com. pers., 2009). Finalmente, también he evaluado el grado de mezcla temporal (time-averaging) presente en los distintos niveles o asociaciones de conchas (Yanes

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et al., 2007). Para ello, se utilizó la edad de varias conchas preservadas en el mismo nivel y se evaluó cuantitativamente el rango temporal existente con el uso de simulaciones matemáticas (simulación de Monte Carlo). Los resultados demuestran que algunos niveles presentan conchas no-coetáneas que se han mezclado, al igual que ocurre en las asociaciones de las conchas marinas, pero la mayoría de los niveles no muestran evidencias de mezcla temporal substancial (Yanes et al., 2007). Esto indica que las asociaciones de los moluscos terrestres de Canarias deben ser útiles para los estudios paleoecológicos y paleoambientales.

Preservación de las conchas Cuando los caracoles mueren, la materia orgánica se descompone rápidamente, no así las conchas de carbonato cálcico, que pueden quedar preservadas por largo tiempo si se dan las condiciones precisas para ello. Experimentos de campo realizados por Cadée (1999) sugieren que las conchas de los caracoles pueden sobrevivir a la acción de agentes físicos (lluvia, viento, abrasión, etc.) en la superficie del suelo alrededor de unos 12 meses, mientras que otros estudios recientes realizados en bosques húmedos nos hablan de un máximo de conservación de siete años en superficie (Pearce, 2007). Por tanto, para que las conchas se preserven largo tiempo, en la escala de cientos o miles de años, éstas deben quedar pronto bajo tierra, lo que no impide que puedan sufrir otros procesos diagenéticos (disolución, deformación, etc.) con el consiguiente deterioro de las mismas. Precisamente, el estudio de los procesos que las conchas fósiles han sufrido antes y después de su enterramiento se conoce como tafonomía, cuyos resultados son de gran relevancia para estimar la fidelidad ecológica y ambiental de una asociación fósil. Este tipo de estudio lo he llevado a cabo sobre las conchas fósiles cuaternarias de las islas orientales de Canarias (Yanes, 2003, 2005; Yanes et al., 2005, 2008a; Yanes et al., en prep.). Los resultados de mi investigación indican que las conchas fósiles han sido mayoritariamente afectadas por: (1) fragmentación, debido al viento, golpeo, pisoteo y depredación por aves y ardillas; (2) pérdida del color, a consecuencia de la descomposición de los pigmentos de la concha por agentes físicos como la insolación, la lluvia, la abrasión, etc.; y (3) precipitación de costras calcáreas, como resultado de la presencia del agua de lluvia que disuelve los carbonatos del suelo, los cuales luego re-precipitan cuando hay altos niveles de evapotranspiración (aridez). Comparando los resultados estadísticos obtenidos de mi estudio tafonómico con los modelos teóricos desarrollados por Kidwell (1985, 1986) y los experimentos de campo

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realizados por Tomašových (2006) y Tomašových et al. (2006a, b) he podido concluir que las conchas fósiles de las islas orientales de Canarias son fiables ecológicamente y que, por tanto, deben ser representativas del tipo de fauna malacológica que hubo en el pasado. Adicionalmente, los análisis mineralógicos y químicos sugieren que dichas conchas han quedado bien preservadas y, además, que son útiles y fiables para los estudios paleoclimáticos.

El paleoclima según las razones isotópicas de las conchas fósiles Las variaciones de los isótopos estables del oxígeno y del carbono de las conchas de los caracoles terrestres pueden aportar información sobre las condiciones atmosféricas del pasado. Al respecto realicé un estudio isotópico de las conchas fósiles y actuales de las islas orientales de Canarias (Yanes, 2005; Yanes et al., 2008b; Yanes et al., en prep.), cuyos resultados corroboran su utilidad para los estudios paleoambientales. En efecto, los resultados de las numerosas muestras que analicé sugieren que el clima no ha permanecido inalterable en el archipiélago en los últimos 50 mil años. La exploración de los datos isotópicos del oxígeno junto con el modelo de flujo de balance de masas propuesto por Balakrishnan y Yapp (2004) sugieren que, en líneas generales, las islas han sufrido un proceso de desertización (pérdida de humedad) en el período citado hasta alcanzar las condiciones semiáridas que caracterizan la zona oriental del archipiélago en la actualidad (Yanes, 2005; Yanes et al., 2008b; Yanes y Yapp, 2009; Yanes et al., en prep.), en congruencia con los procesos de aridificación documentados en el norte de África. Asimismo, durante el periodo glacial (entre 10 a 50 mil años), las temperaturas medias fueron más frías hasta, probablemente, en cuatro grados centígrados, mientras que durante el Holoceno (últimos 10 mil años) se habían incrementado paulatinamente hasta alcanzar los niveles medios actuales. Los isótopos estables del carbono aportan información, principalmente, sobre la variación de la proporción de plantas de tipo C3 (favorecidas en las condiciones más húmedas y las concentraciones de CO2 atmosférico más elevadas) y de tipo C4 (las cuales se adaptan a las condiciones de aridez elevada y se favorecen cuando la concentración de CO2 atmosférico es menor). Los resultados obtenidos de las conchas de los caracoles terrestres fósiles sugieren que en las islas han coexistido plantas de tipo C3 y C4 durante los últimos 50 mil años. No obstante, durante el último máximo glacial (hace ~18-23

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mil años), la proporción de plantas de tipo C4 parece haber incrementado su abundancia natural, posiblemente, a consecuencia de la mayor aridez y la menor concentración de CO2 atmosférico en la atmósfera (Yanes, 2005; Yanes et al., en prep.). Actualmente, el estudio isotópico de los caracoles terrestres fósiles y actuales de Canarias y otras partes del mundo (Bahamas, Islas Baleares, Península Ibérica, Escocia, EEUU, Argentina, etc.) se ha convertido en uno de mis mayores intereses científicos. Las conchas de los caracoles terrestres fósiles son normalmente abundantes en muchos yacimientos arqueológicos y paleontológicos, y su composición isotópica puede ayudar a interpretar las condiciones climáticas cuando los organismos vivían, convirtiéndolas en un campo de investigación de gran relevancia para el avance de la ciencia que se complementa con otras líneas de investigación. Variaciones del tamaño y la diversidad de los caracoles terrestres El tamaño de los organismos puede variar en respuesta a las adaptaciones a los cambios biológicos y/o físico-químicos del entorno. Una teoría ecológica conocida como Teoría de la Similaridad Limitante postula que dos especies morfológicamente similares mantendrán una distancia morfológico/ morfométrica para evitar la competencia entre ellas. Dicha teoría la evalué en el registro fósil a través del estudio morfométrico y estadístico de dos especies de caracol que pertenecen al mismo género (Theba). Los resultados demuestran que ambas especies han mantenido una distancia morfométrica desde hace 40 mil años hasta hace unos 15 mil. Durante ese rango temporal, cuando ambas especies coexistían, la relativamente constante y mantenida disimilaridad entre ellas sugiere que la teoría se ha cumplido, porque ambas especies han co-variado en el tiempo al objeto de conservar una distancia morfométrico entre ellas para minimizar la competición entre especies (Yanes, 2003; Huntley et al., 2008). Sin embargo, después de la desaparición de una de ellas, la otra incrementó significativamente su tamaño, con lo que, al ser una respuesta contraria a la esperada (Huntley et al., 2008), no se pudo corroborar totalmente la teoría de la Similaridad Limitante en los caracoles fósiles canarios. No obstante, mis resultados indican que la competencia entre especies debió condicionar, al menos parcialmente, los cambios morfométricos entre ambas especies de Theba en los islotes de las islas orientales del archipiélago.

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Figura 4. Conchas fósiles de las dos especies del género Theba más abundantes en las islas orientales de Canarias. A. Theba geminata. B. Theba arinagae (foto adoptada de Yanes, 2005).

La diversidad de los caracoles terrestres canarios no ha sido constante a lo largo del tiempo. El estudio del material fósil indica que al menos 25 especies han existido en las islas orientales durante el Pleistoceno y el Holoceno (Yanes, 2003; Yanes et al., 2004, 2005; Yanes, 2005). Según los resultados de mi investigación, la abundancia y la diversidad de los caracoles en los islotes situados al norte de Lanzarote han experimentado un decrecimiento significativo a lo largo de los últimos 50 mil años (Yanes, 2003, 2005; Yanes et al., en prep.). Varios factores afectan a esta variable, caso del cambio climático, la modificación del área insular o la acción antropológica (destrucción de hábitats, contaminación, introducción de especies exóticas, etc.) (Cowie, 1998). Como el registro fósil de los caracoles es anterior a la llegada del hombre a Canarias, hace unos 2.000 años (Navarro Mederos, 1983), el factor antropológico parece no haber afectado a tales cambios de diversidad. Por tanto, los factores climáticos probablemente podrán explicar tal declina en la diversidad y abundancia de los caracoles, la cual se corresponde con la paralela evolución en el

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mismo sentido de la humedad relativa revelada por la composición isotópica de las conchas que he analizado (Yanes, 2005; Yanes et al., 2008b; Yanes y Yapp, 2009; Yanes et al., en prep.). Finalmente, la conocida subida del nivel del mar durante los últimos 50 mil años, la cual ha disminuido el tamaño del área insular de las islas orientales y sus islotes (estos últimos antiguamente interconectados) ha podido causar, junto con la progresiva pérdida de humedad, la declina de los caracoles terrestres canarios (Yanes, 2003, 2005; Yanes et al., en prep.).

Agradecimientos En primer lugar, debo agradecer a los Drs. Miguel Ibáñez y María R. Alonso (ULL), mis mentores, la adquisición de mi formación científica inicial y, además, el apoyo y la ayuda brindada durante toda mi carrera investigadora. Asimismo, deseo expresar mi agradecimiento a otros investigadores con los que colaboro, también por su apoyo y ayuda a mi labor científica, como es el caso de Crayton J. Yapp (Southern Methodist University), Antonio Delgado y Emilio Reyes (CSIC), Christopher S. Romanek (University of Kentucky), Michał Kowalewski y John W. Huntley (Virginia Tech), Julio Aguirre (Universidad de Granada), Adam Tomašových (University of Chicago), y José Eugenio Ortiz y Trinidad de Torres (ETSIM-UPM). Finalmente, también agradezco al Ministerio de Ciencia e Innovación (MCINN) el haberme concedido el contrato postdoctoral Juan de la Cierva.

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Javier Mazana Casanova, médico y escritor, es coautor de los libros Las enzimas. La fuente de la vida (1995) y Gigantes de la Biología Molecular (2009), y autor de dos centenares de artículos sobre Medicina y Ciencia. Su interés radica en la historia y la filosofía de la Ciencia y la Biomedicina, con sus múltiples conexiones interdisciplinares. Número uno en las listas de acceso restringido (numerus clausus) a la Facultad de Medicina de Zaragoza (1979), es Doctor en Medicina (1990), especialista en Inmunología vía MIR (1989), y ha sido becario, entre otras, de la Stazione Zoológica Antón Dohrn di Napoli, del Seminario Interdisciplinar de la Universidad de Zaragoza, del Fondo Social Europeo y de la Fundación Científica de la Asociación Española contra el Cáncer. Becario posdoctoral e investigador en el Centro de Biología Molecular “Severo Ochoa” (CSIC-UAM), Diplomado en Historia de las Ciencias y de las Técnicas, Diplomado en Redes Informáticas y Bases de Datos en Biología Molecular, Académico de las Reales Academias de Medicina de Valencia y Cádiz, Miembro Fundador de la Sociedad de Historia de la Medicina Hispanoamericana, Miembro de Número de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, Miembro de la Asociación Española de Periodismo Científico y de numerosas sociedades científicas nacionales e internacionales.


Charles Mantoux (1877-1947) Eminente tisiólogo y enfermo tísico Javier Mazana Casanova Doctor en Medicina y Académico Miembro de Número de esta Real Sociedad Económica


Resumen En este trabajo se recuerda la aportación pionera de un médico francés, Charles Mantoux (1877-1947), a la historia de la tisiología. Mantoux puso a punto una prueba intradérmica de sensibilidad al bacilo tuberculoso, descubierto por Robert Koch en 1882, con valor diagnóstico en los casos de tuberculosis latente. Este descubrimiento ocurrió en 1908, año de otras importantes efemérides biomédicas que aquí se recuerdan. Se incluyen también datos genealógicos inéditos proporcionados amablemente por la familia Mantoux. Un personaje que es, creemos, poco conocido por la clase médica e, incluso, por los historiadores de la Medicina. Su labor se desarrolla en la época de los grandes médicos, con los bacteriólogos e inmunólogos de la ciencia médica en su naciente apogeo: Koch, Mechnikoff, Ehrlich, Roux, Cohn, Cohnheim, Escherich, von Pirquet, etc. Palabras clave: Charles Mantoux, historia de la ciencia médica, tratamiento histórico de la tuberculosis, microbiología

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3.12.015.10

Charles Mantoux (1877-1947), eminente tisiólogo y enfermo tísico El primer centenario de la intradermorreacción tuberculínica de Mantoux En 1908, un médico francés, Charles Mantoux, puso a punto un test para el diagnóstico de los contactos tuberculosos (infección tuberculosa latente), que aún hoy se emplea rutinariamente. Sin embargo, esta prueba es poco sensible y específica, por lo que posee escaso valor diagnóstico en la tuberculosis activa. Es particularmente útil en los niños sospechosos y en los contactos estrechos de enfermos bacilíferos. No se recomienda realizar la prueba de Mantoux en una población de bajo riesgo al existir en este caso una elevada tasa de falsos positivos. El interés histórico-médico de este personaje, poco conocido, creemos, cuando sigue plenamente vigente esta intradermorreacción tuberculínica, y la simbología y mitología que rodean a la peste blanca, bien han merecido este esfuerzo investigador en el marco de la historia de la tisis. Existen otras efemérides de alcance o significación histórica correspondientes a 1908 que resultan interesantes de recordar en relación con la enfermedad tuberculosa.1 En ese año se celebra en Washington DC el VI Congreso Internacional de Tuberculosis que fomenta la creación de asociaciones y sanatorios antituberculosos en número de 148 en EEUU (la mayoría privados). La ciudad de Chicago adopta la pasteurización obligatoria de la leche. Julios Uhlenhuth y Xylander introducen el método de la antiformina para la concentración del esputo. Albert Calmette y Camille Guérin desarrollan una cepa atenuada avirulenta del bacilo tuberculoso bovino, la conocida BCG, tras 13 años y 230 pases en un medio con papa y bilis Los doctores Guérin (izda.) y Calmette glicerinado al 5%. P. H. Römer lleva a 1 Burke, R. M. “An historical chronology of tuberculosis”. Springfield, Ill: Charles C. Thomas, 2nd ed., 1955: 59-60.

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cabo estudios pioneros sobre la inmunidad en la tuberculosis. Michel Chauvet describe el ápex pulmonar como una zona de alarma en el inicio de la tuberculosis pulmonar. Ernst Moro puso a punto la prueba percutánea con lanolina y tuberculina al 50%, más tarde conocida como test de la Dermotubina de Löwenstein. En el año 1908, se produjeron también una serie de efemérides médicas sobresalientes que figuran en el cuadro inferior adjunto. Efemérides biomédicas en 1908 Sir Archibald Edward Garrod describe los primeros errores congénitos del metabolismo (inborn errors of metabolism). aunque sus trabajos pioneros en genética de las enfermedades humanas no serán conocidos hasta 1940. Nace la genética de poblaciones gracias a Godfrey Harold Hardy, un matemático de Cambridge, y a Wilhelm Weinberg, un médico de Stuttgart, que establecen un teorema matemático que calcula las frecuencias genotípicas en una población en equilibrio, en ausencia de la presión selectiva y del efecto mutacional (ley de Hardy-Weinberg). En Alemania, el denominado “coche de doctor”, un Opel 4/8 CV, sustituye al clásico coche de caballos. El catedrático de química médica en la Universidad de Praga, Richard von Zeynek, pone a punto la diatermia, una forma de electroterapia que él bautizó como “termopenetración”, lo que fue posible gracias a la fabricación del primer transformador de alta frecuencia desarrollado en 1891 por un genio de la física, el neoyorquino Nikola Tesla, y a las teorías del fisicoquímico alemán Walter Nernst. El urólogo austriaco Leo Buerger describe la tromboangeítis obliterante, una vasculitis sistémica necrotizante. Se funda en Colonia la Sociedad Alemana de Ortodoncia y en Alton, Gran Bretaña, se crea la 1ª institución exclusiva para enfermos con tuberculosis ósea y articular, Cripple´s Home and Hospital, dirigida por Henry Gauvain. En Namibia, colonia alemana, un antropólogo alemán de Friburgo llamado Eugen Fischer, director de 1927 a 1942 del Kaiser Wilhelm Institute for Anthropology, Eugenics, and Human Heredity, defiende la “inferioridad” de la raza negra y la “degeneración” racial con el mestizaje, prohibiéndose los matrimonios entre blancos y negros, representando un acérrimo exponente del racismo antropológico imperante, sirviendo ciegamente a los intereses políticos del nazismo. Finalmente, también en 1908 Bernhard Dernburg, alto cargo del Reich, incentiva el desarrollo de la Medicina tropical en las colonias alemanas, fundamentalmente dirigida a la prevención y el tratamiento de las enfermedades infecciosas.2 2 Schott, H. Crónica de la Medicina. Barcelona. Plaza & Janés Editores, 1995. Tomo II: 369-371. Sobre Bernhard Dernburg, véase la página web http://www.editions-delcourt.fr/fritzhaber/spip. php?article79.

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Charles Mantoux (1877-1947) Eminente tisiólogo y enfermo tísico

WillianWeinberg

Godfrey H. Hardy

Bernhard Dernburg

Eugene Fischer

El premio Nobel de Medicina y Fisiología de 1908 fue para el ruso Iliá IIlich Mechnikoff y el alemán Paul Ehrlich. Metchnikoff fue un destacado inmunólogo que elaboró su teoría inmunitaria de la fagocitosis, un mecanismo de defensa inespecífico filogenéticamente muy antiguo. Considerado el “padre de la microbiología rusa”, sus investigaciones sobre la lúes fueron originales pero poco se sabe sobre su aportación al conocimiento de la tuberculosis, en parte quizá porque apenas publicó sobre la tisis.3 3 Lebedeva, ZA. Med Sestra. 1977; 36 (10): 51-2 Early diagnosis of tuberculosis (on the centenary of the birth of Charles Mantoux) (en ruso); Vinnikov, PL; Gerovits, GA. Charles Mantoux. Klin Med

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Paul Ehrlich

Iliá IIlich Mechnikov

Preocupado en hallar un tratamiento eficaz para debilitar el escudo de cera de los bacilos de la tuberculosis (los lípidos constituyen el 40% de su peso seco) y aumentar la actividad fagocitaria de las células gigantes, en el archivo de la Academia de Ciencias de Rusia se conservan algunos de sus cuadernos con anotaciones manuscritas originales sobre los protocolos que siguió en los experimentos con fermentos digestivos de las crisálidas de polilla.4 Es curioso observar en este sentido cómo antes del descubrimiento de Koch del agente etiológico de la tuberculosis, el tratamiento de esta espantosa enfermedad se dirigía a detener la consunción orgánica, para lo cual se recurría a determinados climas, alimentos y ejercicios. Plinio el Viejo en su obra Historia Natural, señala algunas dietas: “Un hígado de lobo, hervido en vino leve; el tocino de una cerda alimentada con hierbas...” Se recurrió a otros tratamientos sin éxito, por citar sólo algunos: el hidrógeno sulfurado, los vapores de ácido fluorhídrico, la cura alcohólica de Leudet, los vapores de alquitrán, la creosota, el aceite de hígado de bacalao, el arsénico, el fósforo, los hipofosfitos y las inyecciones subcutáneas de yema de huevo mezclada con agua salada al 7 por mil (v/v). Pero desde antiguo lo que gozó de mayor predicamento fue la leche de vaca, de cabra, de camello, de burra, de elefante y, sobre todo, la leche de mujer. Así, en el siglo XVI el médico holandés Petrus Forestus Almarianus en su obra Observationum et curationum medicinalium. De pectoris pulmonisque vitiis et morbis, aconsejaba a sus pacientes que mamasen de una hembra joven, ubicándose a los costados de (Mosk). 1973; 51 (3): 144-6 (en ruso); Korovkin, V. S. I. I. Mechnikov’s role in the development of tuberculosis teachings. Probl Tuberk Bolezn Legk. 2004; (6):60-4 (en ruso). 4 Mechnikov, I. I. Obras completas. Moscú, 1959, tomo 10, pp. 117-215.

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ella, para permitir una succión continua. En este mismo sentido, también se consideraba beneficioso beber sangre de toro o de tortuga, aunque confieso que desconozco el fundamento científico de tales prácticas dietéticas. Como vemos, una enfermedad, la tuberculosis, rodeaba de un halo de misterio y superstición. En cuanto al clima, debe elegirse la alta montaña, pero también existían disponibles en el arsenal terapéutico antifímico inhalaciones específicas y más concentradas, como las de humo obtenido al quemar estiércol de vaca (Plinio), de algas marinas (Laennec) y el humo de resina o de brea.5 El clima de altura se complementaba con una dieta John Locke muy abundante que incluía numerosas comidas diarias, como lo describe minuciosa y elegantemente Thomas Mann en Der Zauberberg. Entre los ejercicios, Thomas Sydenham (el Hipócrates inglés) propugnaba en 1742 montar a caballo diariamente. El filósofo y médico inglés John Locke, padre del empirismo, practicaba con este fin la equitación y murió de tuberculosis. La tuberculosis representa quizá la enfermedad infecciosa que más ha atraído a investigadores y curiosos a lo largo de la historia de la Humanidad por ser el prototipo de contagiosidad mórbida6 y a que algunos personajes célebres murieron de tuberculosis como el rey Luis XIII (1643), Baruch Spinoza (1677), John Keats (1821), René T. H. Laennec, inventor del estetoscopio (1826), Marie Duplessis (1847), Fréderic Chopin (1849), Charlotte Brontë (1855), George Orwell (1950), Eleanor Roosevelt (1962) y Vivien Leigh (1967).

La vida de Charles Mantoux Médico francés, nacido el 14 de mayo de 1877 y fallecido en Paris en 1947. Estudió Medicina en la Universidad de París siendo discípulo de Pierre Paul Broca (1824-1880) – uno de los fundadores de la moderna cirugía del cerebro – y del conocido patólogo y pediatra Víctor-Henri Hutinel (1849-1933). En 1904 se licenció en medicina por la Universidad de París, obtuvo el grado de doctor y se especializó en enfermedades venéreas, especialmente en la sífilis. 5 Ledermann, D. W. La tuberculosis después del descubrimiento de Koch. Rev. chil. infectol., 2003; 20 supl.: 48-50. 6 Cfr. Mazana, J. “La era precientífica de la infectología. Sobre el origen conceptual del contagio en la historia”. Nautis et incolis, boletín de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife 2007. San Cristóbal de La Laguna 2008: 345-362.

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Partida de nacimiento de Charles Mantoux


Charles Mantoux (1877-1947) Eminente tisiólogo y enfermo tísico

Charles Mantoux (izqda.) y con su mujer Dora Hertz y su nieto Pascal-Olivier7

En su época de estudiante, Mantoux contrajo la tuberculosis sufriendo recaídas en los años siguientes. Su mala salud le impidió presentarse a una plaza de especialista en enfermedades venéreas convocada por una clínica y abandonó París. Comenzó a trabajar entonces en un sanatorio del sur del país en Hyères, donde tuvo su primer encuentro con la temible tisis. Tras haber “probado el sabor de la tisis” como apunta su biógrafo Bezançon, se estableció en Cannes trabajando en un sanatorio antituberculoso, lo que le permitió compatibilizar esta ocupación con su ejercicio profesional en París al disfrutar de largos periodos de vacaciones. De esta forma, no perdió el contacto con el ambiente científico de la capital del Sena. Durante las vacaciones de primavera y verano permanece vinculado al Instituto Pasteur8 y a diversas clínicas parisinas, y se relaciona con directores de importantes clínicas de Francia. Por su delicada salud, fue excluido del servicio militar, si bien en 1914 se alistó voluntario 7 Foto cedida para este artículo por Pascal-Olivier Mantoux de su álbum familiar. Puede verse un cuadro genealógico de la familia Mantoux al final del texto de este artículo que me ha proporcionado el nieto del biografiado, así como un certificado de vacunación suyo que firma su padre el doctor Gerard Mantoux. 8 “Dear doctor Mazana: The Pasteur Institute Archives have one document on Charles Mantoux. In the student list of the Grand Cours: Docteur Mantoux is présent in february and march 1899. I haven’t more informations. Sincerely Yours, Stéphane Kraxner,” Responsable du Services des Archives de L’Institut Pasteur, 28, Rue du Dr Roux, 75724 Paris Cedex 15.

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en el ejército contrayendo en el frente fiebres recurrentes,9 por lo cual es expulsado del ejército. Cuando mejoró su salud, Mantoux aceptó la honorable propuesta del patriarca de la tisioterapia francesa, el profesor Léon Bernard, para sustituirlo como interino en la clínica Laennec de especialidades. Al finalizar la Primera Guerra Mundial, regresó a Cannes, donde compatibiliza su trabajo práctico con una serie de investigaciones clínico-científicas. En los veranos acude a los Alpes franceses, donde se dedica al tratamiento de enfermos tuberculosos. El hijo mayor de Mantoux, médico como su padre, el doctor Gerard Mantoux, retrataba a su padre como “un hombre muy bondadoso, inteligente, franco, completamente entregado a su familia”. En su tiempo libre, sus pasatiempos favoritos eran pasear y leer. Le encantaba viajar, sobre todo a España y a Italia, y recorrió toda Francia. En 1939, durante la invasión fascista de Francia, Mantoux contando 60 años de edad y, con una salud quebradiza, volvió a enrolarse y partió al frente. Tras la capitulación de Francia, regresó de nuevo a la práctica de la medicina. La familia Mantoux se distinguió por su marcado patriotismo. Su hijo menor, tras cruzar España clandestinamente, llegó a Marruecos ingresando en las Fuerzas Aéreas de Francia. Unos meses antes del final de la contienda, el alférez Mantoux, de 26 años, moría en acto de servicio a bordo de un bombardero. La muerte de su amado hijo le afectó mucho, mermando aún más su salud y, en la primavera de 1947, con 68 años, falleció Charles Mantoux. Bezançon escribe que “el final de la vida de Mantoux estuvo lleno de sufrimiento y amargura”.

9 En el artículo original del ruso que hemos traducido, Vinnikov, PL; Gerovits, GA. “Charles Mantoux”. Klin Med (Mosk). 1973 Mar; 51 (3): 144-6, la expresión забалел вазбратным тифом significa literalmente contrajo tifus recurrente, pero los diccionarios la traducen como fiebres recurrentes, que es la que se ha elegido (N. del T.).

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GENEALOGIA DE LA FAMILIA MANTOUX


Javier Mazana Casanova

La prueba intradérmica de Mantoux Según testimonios del doctor Gerard Mantoux (hijo de nuestro biografiado) y de Bezançon, especialista francés en tuberculosis y amigo íntimo de la familia Mantoux, Charles Mantoux no estaba del todo convencido de los resultados de la prueba de Pirquet (escarificación), dado que en algunos enfermos de tuberculosis la prueba daba negativa. En 1907, el pediatra austríaco Clemens Freiherr von Pirquet (1874-1929) sustituyó esta inyección subcutánea por una escarificación, aunque ya en 1903 Klingmüller la había hecho intradérmica.10

Professor Dr. med. Viktor Felix Karl Klingmüller (1870-1942) 10 Viktor Felix Karl Klingmüller (15 de enero de 1870—1942) estudió en Breslau y Halle donde se licenció en 1893. Aquí fue ayudante en la clínica de C. Weber de 1895 a 1895, y de 1896 a 1906 ayudante primero y jefe médico después de la clínica dermatológica en Breslau, siendo su director Albert Neisser (1855–1916). Esta estancia le permitió conocer la valiosa colección de modelos de cera de Alfons Kröner en tres dimensiones y que reflejaban la patología del cuerpo humano. Parte de esta colección se la llevaría a Kiel ampliándola hasta varios cientos de piezas en 1921 que abarcaban todos los campos de la dermatología. En 1902 fue nombrado Profesor Asociado (ausserordentlicher) en la Universidad de Breslau. En 1906 sucedió a Ernst von Dühring Pascha (1858-1944) en la cátedra de Dermatología de la Universidad de Kiel, que Klingmüller ostentó hasta 1937, siendo entonces nombrado Profesor Emérito. Entre sus obras destacan Tuberkulin [en Lesser: Enzyklopädie. Leipzig, 1900], Actinomyces, Leprabacillus [en: Enzyklopädie der mikroskopischen Technik. Berlín and Viena, 1903]; 2ª edición, 1910, Behandlung der Gonorrhoe [en: Nikolai Guleke (1878–1958), Franz Penzoldt (1849–1927), Roderich Stintzing (1854–1933): Handbuch der gesamten Therapie. 6ª edición, 1927. 1ª edición: Jena, 1894–1896. 7 volúmenes. Las primeras ediciones fueron publicadas por Penzoldt y Stintzing. Die Lepra [en: Handbuch der Haut- und Geschlechtskrankheiten. Volumen 10, 2. Berlín, 1931. Fr. Bering: Zum 70. Geburtstag von Prof. Victor Klingmüller in Kiel. Münchener medizinische Wochenschrift, 1940, 87: 44-45.

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Los estudios de Mantoux sobre la tuberculosis le permitieron desarrollar un método diagnóstico de despistaje (screening) de tuberculosis en el ganado vacuno que más tarde ensayaría en cerdos y caballos. Del mismo modo, Mantoux llevó a cabo estudios experimentales en cobayas para valorar la reacción de hipersensibilidad a la tuberculina. Igualmente implementó estudios radiológicos en tuberculosis y publicó artículos sobre pleuritis y fiebre en enfermos tuberculosos. Fue pionero en el empleo del neumotórax artificial con fines terapéuticos sin disponer para ello de suficientes recursos financieros.11

Clemens von Pirquet12

El 26-X-1907, en el congreso de la Sociedad Biológica de Francia, comunicó junto con el gran pediatra francés Pierre Nobécourt, que en el experimento de la tuberculosis con conejos había una serie de casos en que la reacción cutánea fue negativa, pero la prueba ocular fue positiva. Estas observaciones mostraron un cierto grado de inexactitud de los resultados de la reacción de Pirquet. Una comunicación del pediatra alemán Theodor Escherich (Ueber Indikationen und Erfolge der Tuberkulintherapie bei der kindlichen Tuberculose, publicada en Wiener klinische Wochenschrift, 1910; 23: 723-730) llamó la aten11 Mantoux, C. Intradermo-reaction de la tuberculine. Comptes rendus de l’Académie des sciences, Paris, 1908; 147: 355-357; Mantoux, C. La syphilis nerveuse latente et les stigmates nerveux de la syphilis. París, 1904. 12 Cfr. Mazana, J., Ariño, M. Charles ������������������������������������������������������������������ Robert Richet and some milestones in the history of allergies. Journal of Investigational Allergology and Clinical Immunology 1991; 1 (2): 93-100.

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Javier Mazana Casanova

ción de Mantoux sobre el hecho de que durante el tratamiento de la tuberculosis después de la inoculación subcutánea de tuberculina, en algunos enfermos de tuberculosis aparece una reacción inflamatoria en forma de eritema local y una pequeña inflamación.13

Pierre Nobécourt

Theodor Escherich

��� Theodor Escherich (Ansbach, 29.XI. 1857-Viena, 15. II. 1911) fue un pediatra e investigador excepcional que sobresalió por sus aportaciones al estudio de la higiene y nutrición infantiles y que creemos es poco conocido. Su padre, Ferdinand Escherich, fue un bioestadístico y su madre, Maria Sophie Frieder, hija de un coronel bávaro. Su formación discurre primero en el seminario jesuita Stella Matutina en Feldkirch, Austria, tras lo cual comienza sus estudios médicos en 1876 en Estrasburgo continuándolos después en las universidades de Kiel, Berlín y Würzburg, licenciándose en Múnich en 1881 y doctorándose este mismo año. Al año siguiente se convierte en el primer ayudante del internista Karl Christian Adolf Jakob Gerhardt (1833-1902) en la clínica médica del Hospital Julius en Würzburg. El doctor Gerhardt despierta su interés por la pediatría y la bacteriología, y en 1884 le envía como asistente médico a la epidemia de cólera en Nápoles. Escherich fue a París y Viena, y durante alguns meses trabajó con Hermann Widerhofer (1832-1901) en el Hospital Infantil St. Anna. En 1885 en Múnich fue colaborador clínico de Heinrich von Ranke (1830-1909). Y al año siguiente fue Catedrático no titular (Privatdozent) de pediatría en la Universidad de Múnich. Interesado en la bacteriología como apoyo de la pediatría, aprendió las técnicas del cultivo puro microbiano con Wilhelm Frobenius de la escuela de Robert Koch. Completó sus estudios en el instituto de higiene de Max Josef von Pettenkofer’s (1818-1901), el laboratorio de bacteriología de Otto von Bollinger’s (1843-1909), el instituto de fisiología de Karl von Voit’s (1831-1908) y las industrias lácteas de Franz von Soxhlet’s (1848-1926). En 1886 Escherich publicó una monografía sobre la relación de la flora intestinal (hoy diríamos la microbiota) y la fisiología de la digestión en los niños (“Die Darmbakterien des Säuglings und ihre Beziehungen zur Physiologie der Verdauung”) descubriendo la participación del colibacilo, una enterobacteria bautizada como Escherichia coli en su honor. En 1890 sucedió a Rudolf von Jaksch (1855-1947) como professor extraordinario de pediatría y director de la clínica infantil en Graz, en la prestigiosa universidad Karl-Franz austriaca. En 1902, Escherich ganó la cátedra de pediatría de Vienna.

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Charles Mantoux (1877-1947) Eminente tisiólogo y enfermo tísico

El 10-VIII-1908 presentó a la Academia de Ciencias de París sus resultados sobre la intradermorreacción tuberculínica que publicará dos años más tarde. Este informe supuso el gran punto de partida del diagnóstico de la tuberculosis. De forma sucinta, el autor describió la técnica de su “intradermorreaction: introducir la tuberculina diluida en la superficie anterior de la nalga14 es imprescindible meter la aguja estrictamente bajo la piel”. Para definir los resultados de la prueba, Mantoux consideró indispensable no sólo tener en cuenta las medidas de la pápula, sino también palparla. La máxima reacción aparece, según Mantoux, a las 48 horas. Comparó la pápula gráficamente a una escarapela y dirigió la atención a la posible aparición de una reacción general con fiebre de hasta 38 ó 39 grados centígrados. No deben considerarse los cambios que se producen en la zona de inoculación de la tuberculina al cabo de unas horas tras la inyección, “desaparecen casi siempre a los dos días, es entonces cuando la verdadera reacción, trascurrido ese tiempo, alcanza su máximo apogeo: no es posible confundirla con la primera”. En conclusión, Mantoux afirmó: “tenemos la certeza de concluir que la reacción subcutánea, en comparación con la cutánea, es sencilla en su aplicación, completamente inocua, su mayor virtud es la exactitud y su gran sensibilidad”. Dos meses después de su primera exposición, las comunicaciones de Mantoux se publicaron en forma de reseña en la revista Münchenere Medizinische Wochenschrift (1908, nº 40, pp. 2116-2117). Sin embargo, aquí se produjo una errata: se indicaba que la prueba subcutánea era una propuesta de Mantoux y Roux. En la recensión se hace notar la “peculiar sencillez” de esta reacción. Desde este momento comenzó a crecer la popularidad de la prueba de Mantoux.15 Nuestro galeno estableció que con la edad aumenta la frecuencia de reacciones positivas, y hacia los 15 años alcanza entre el 66-84% de positividad. En la siguiente comunicación, Mantoux señaló que durante la experimentación de la tuberculosis en cobayas la prueba intradérmica seguía dando positiva a los 19 días, mientras que la cutirreacción era negativa al cabo de ese tiempo. En 1910, publica un importante estudio en la prestigiosa revista de medicina francesa, Presse medicale, donde analizaba (junto con Aptekman y Macé de Lépinay) un total de 492 reacciones subcutáneas a la tuberculina, comparándolas con la prueba de Pirquet. En 428 casos coincidieron los resultados de ambas pruebas, pero en 64 casos, frente a una reacción positiva clara de la prueba subcutánea, la cutánea resultó negativa. En este trabajo, Mantoux reafirmó sus observaciones previas sobre la mayor sensibilidad de la prueba intradérmica en comparación con la

14 La palabra rusa бедро hace referencia a la nalga, pero asimismo al muslo e, incluso, a las caderas. 15 BÁguena Cervellera, M. J. La tuberculosis y su historia. Fundación Uriach 1838. Colección Histórica de Ciencias de la Salud, nº 3. Barcelona, 1992.

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de Pirquet,16 desplazándola del diagnóstico clínico rutinario en toda Europa salvo en Noruega. Sin embargo, en realidad fue el médico alemán Felix Mendel el primero que la describió, y por ello esta cutirreacción debería llamarse más justamente intradermorreacción de Mendel-Mantoux. Mendel había nacido el 2 de marzo de 1862 en Essen y murió el 19 de diciembre de 1925. Estudió en Bonn, Friburgo, Berlín y Marburgo. Se doctoró en Leipzig en 1884 y, al año siguiente, ejerció como médico general en Essen.17 A él se debe la primera paratiroidectomía con éxito llevada a cabo en Viena en 1925 al extirpar un adenoma (Rudolph Virchow describió por vez primera las paratiroides humanas en 1863). Sería Robert Koch, un genio en los métodos de tinción bacteriana (junto a Ferdinand Cohn, Karl Weigert, Paul Ehrlich y su azul de metileno, Friedrich Löeffler, Franz Ziehl y Friedrich Neelsen) quien aislaría el bacilo de la tuberculosis18 en la mítica fecha de 1882 (en este año, una ayudante de Koch, Frau Hesse, introduce el agar en los medios de cultivo). Más concretamente, Koch presentó sus resultados en el congreso de la Sociedad Fisiológica de Berlín el 24 de marzo de 1882. El camino estaba abonado por los experimentos previos de Jean Antoine Villemin, que ya en 1865 hablaba de un “virus” causal.

Obra de Villemin sobre la tuberculosis

16 Chauvet, M. A centenary which has not kept all its promises: tuberculin. Rev Med Suisse Romande. 1990 Dec; 110 (12):1067-70 (artículo en francés); Beutner, E. H. Tuberculosis of the skin: historical perspectives on tuberculin and Bacille Calmette Guérin. Int J Dermatol. 1997; 36(1): 73-7; Bothamley, G. H., Grange, J. M. The Koch phenomenon and delayed hypersensitivity: 1891-1991. Tubercle. 1991; 72 (1): 7-11; Waddington, K. “To stamp out so terrible a malady: bovine tuberculosis and tuberculin testing in Britain, 1890-1939”. Med Hist. 2004; 48 (1): 29-48. 17 Mendel, F. Mendel-Mantoux test: En: Mendel F. Therapeutische Monatshefte, Berlin, 1903; 16: 177; Mendel, F. Die von Pirquet’sche Hautreaktion und die intravenöse Tuberkulinbehandlung. Medizinische Klinik, München, 1908; 4: 402-404; Mendel F. Die Fibrolysinbehandlung und ihre Erfolge. Berlin, 1907; Mendel, F. Die Fortschritte der Salicylbehandlung bei rheumatischen Erkrankungen. Berlin, 1912. 18 Mazana, J. Historia de la Inmunología. La búsqueda del yo frente al no yo. Alcalá de Henares: Río Henares Producciones Gráficas, S. L. 2002: 123-150 (edición no venal).

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En 1877, el año de nacimiento de Mantoux, Julius Conheim y Carl Salomonsen inocularon exudado tuberculoso en la cámara anterior del ojo del conejo, y Hermann E. von Tappeiner trasmitió por inhalación la tuberculosis en perros.

Ferdinand Cohn

Karl Weigert

Friedrich Löffler

Julius Cohnheim

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Las tuberculinas Recordemos que en 1891 Robert Koch (1843-1910) había purificado su tuberculina vieja o antigua, OT (old tuberculin), a partir de cultivos filtrados estériles concentrados de M. tuberculosis de tipo humano. A partir de aquí preparaba un extracto con el medio de Edmond Nocard (en 1902 aislaría la cepa del M. Bovis usada para la BCG) y Emille Roux, a base de glicerina al 40% ó 50%. A este remedio se le bautizó como “linfa o fluido de Koch”, “Kochina” (algo cacofónico) o “Bacillinum” y, finalmente, “tuberculina”, que no consiguió alcanzar el status de vacuna. Koch inició el desarrollo de los medios de cultivo, usando suero bovino congelado, que luego Theobald Smith intentará sustituir por suero de perro hasta que Dorset impusiera en 1902 el huevo de gallina: con el agregado de otros nutrientes y de algunos inhibidores se llegaría al actual medio base de Löwenstein y Jensen (fosfato monopotásico, sulfato y citrato de magnesio, glicerol, asparragina, harina de papa y verde de malaquita) para el cultivo y aislamiento del bacilo tuberculoso.

Edmond Nocard

Emile Roux

Theobald Smith

Robert Koch

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Charles Mantoux (1877-1947) Eminente tisiólogo y enfermo tísico

Algunos de los participantes del I Congreso Internacional de Tuberculosis en 1901. Koch es el segundo por la derecha en primer término.

La OT de Koch (Premio Nobel de Medicina en 1905) inyectada subcutáneamente en enfermos tuberculosos podía producir una reacción cutánea. En 1932, la bioquímica americana Florence Barbara Seibert (1898-1991) del Instituto Henry Phipps de la Universidad de Pennsylvania en Philadelphia (inaugurado en 1913), afecta de polio, purificó la OT de Koch mediante precipitación con sulfato amónico obteniendo un derivado proteico purificado, el conocido PPD (purified protein derivative). En 1939, M. A. Linnikova en la Unión Soviética produjo una PPD modificada (PPD-L), y en 1954 comenzó la producción a gran escala de PPD-L en dicho país. En 1941, Seibert y John Glenn de los laboratorios Mulford de la firma Merck Sharp and Dohme desarrollaron una cutirreacción tuberculínica con este PPD-S que sería adoptada como estándar por la OMS. Igualmente se deben a Seibert la implementación de normas de seguridad en la terapia de fármacos por vía IV, especialmente evitando la contaminación bacteriana del agua destilada para las soluciones de proteinas, y la asociación de ciertas bacterias con algunos tipos de cáncer. Ese mismo año 1941, Merrill Chase demuestra el papel de los linfocitos en la inmunidad antituberculosa.19 19 Mazana, J. “El programa de la Inmunología teórica y el nacimiento de la inmunopatología”. Inmunología 1999; 18: 125-132.

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El Instituto Henry Phipps

Florence B. Seibert en el laboratorio

El inconveniente de este PPD-S radica en que carece de especificidad de especie micobacteriana al tratarse de un complejo de proteínas muy conservativas filogenéticamente. La FDA norteamericana ha probado el empleo del QuantiFERON-TB® de la firma Cellstis LTd para la cuantificación en horas a partir de sangre completa de infección tuberculosa latente, indicada para poblaciones de riesgo bajo o moderado. La intradermorreacción de Mantoux orienta sobre la respuesta biológica frente al PPD que da lugar a un infiltrado inflamatorio. En el sitio de inoculación (cara volar del antebrazo) se lee el resultado de la prueba a las 72 horas de la inyección mediante la técnica de Sokal que mide en milímetros en el sentido transversal del antebrazo, el diámetro de la induración y no del eritema. Rinde falsos positivos en los casos de vacunación con BCG, sensibilidad cruzada con otras micobacterias, infecciones cutáneas, sesgos en la lectura o hipersensibilidad a los componentes del PPD. Resultados falsamente negativos pueden observarse más frecuentemente cuando existe anergia (término debido a Pirquet), infección reciente (menos de 8 a 12 semanas del contacto) o infección antigua. Aspectos todos ellos de indudable interés sanitario.20

20 Dirección General de Instituciones Penitenciarias. Programa de Prevención y Control de la Tuberculosis en el Medio Penitenciario. Madrid: Ediciones Díaz de Santos, S. A. Subdirección General de Sanidad Penitenciaria, 2001; Plan para la prevención y control de la tuberculosis en España. Ministerio de Sanidad y Consumo, 15 de noviembre de 2007 (www.msc.es).

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Melchor Núñez Pérez, licenciado en Biología por la Universidad de La Laguna, es profesor de enseñanza secundaria, desde 1978, y director del Instituto de Enseñanza Secundaria Viera y Clavijo de La Laguna, desde 2004. Ha sido consejero del Cabildo Insular de Tenerife en cuatro mandatos y de la Mancomunidad Provincial de Cabildos de Santa Cruz de Tenerife en un mandato. Fundador y miembro de la primera junta directiva de la Fundación Pedro García Cabrera, es autor de diversas publicaciones para la enseñanza de la Biología y la Geología en el bachillerato y sobre la sociedad y la política canaria.


VIAJANDO POR LA TIERRA PARA MEDIR LA DISTANCIA AL SOL Melchor Núñez Pérez Profesor de Biología y Geología Director del IES Viera y Clavijo


Resumen: En el siglo XVII (y en el Mundo Antiguo) se comenzó a medir distancias que estaban fuera de nuestro campo de experimentación inmediato. El paso de Mercurio y Venus por delante del disco solar se puede observar en ocasiones desde la Tierra. El paso de Venus sirvió para determinar el ángulo bajo el que aparece el diámetro de la Tierra si ésta fuera observada desde el Sol. Para calcularlo se organizaron apasionantes expediciones científicas a todo el mundo durante los siglos XVIII y XIX. Conocido el dato, se pudo calcular el diámetro del Sol, así como su distancia a la Tierra. ¿Qué fue lo determinante a la hora de establecer esa y otras mediciones cósmicas, el método o la experiencia, tal como se discutía en el siglo XVII? Ese es el asunto que se quiere dilucidar en este trabajo. Palabras clave: Unidad Astronómica, paralaje, Tránsito de Venus, Ilustración, expediciones científicas

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3.15.038.10

Viajando por la Tierra para medir la distancia al Sol Mercurio y Venus son dos planetas cuyo paso o tránsito por delante del disco solar se puede observar en ocasiones desde la Tierra. El tránsito de Venus sirvió para la determinación de la paralaje solar o ángulo bajo el que aparece el diámetro de la Tierra si ésta fuera observada desde el Sol, equivalente al ángulo formado entre el centro del Sol y un radio ecuatorial de la Tierra (figura 1). Conocido ese ángulo se pudo calcular el diámetro del Sol, así como su distancia a la Tierra (Unidad Astronómica). El valor del paralaje solar, medido con técnicas actuales de radar y telemetría, es de 8,794 segundos de arco1 y la distancia Tierra-Sol de 149.597.870 Km. Las mediciones obtenidas a partir de la observación directa del tránsito de Venus se aproximaron mucho a esos valores.

SOL

TIERRA

Fig. 1: Paralaje solar

El afán por medir las cosas La primera medición científica de una distancia cósmica la realizó Eratóstenes de Cirene hacia el año 240 a. de C., al mediodía de un 21 de junio, solsticio de verano, cuando el Sol se hallaba en su cénit sobre la ciudad de Siena, hoy Assuan (Egipto). Conociendo el tamaño de la sombra proyectada por un mismo objeto en ese lugar y en otro, situado en Alejandría, a unos 750 kilómetros de 1 La unidad utilizada para la medida de un ángulo en el sistema sexagesimal es el grado (º) y sus submúltiplos minuto (’) y segundo (’’). Un grado es la 1/360 parte del círculo. Cada grado se divide en 60 minutos de arco, cada minuto en 60 segundos de arco. Por tanto, un minuto de arco es 1/21.600 de la circunferencia, mientras que un segundo de arco es 1/1.296.000 de la circunferencia.

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distancia más al norte, dedujo la curvatura de la Tierra entre ambos lugares y, a partir de ahí, la circunferencia y el diámetro aproximados del planeta. Unos 150 años a. de C., Hiparco de Nicea calculó también la distancia entre la Tierra y la Luna con relativa exactitud, basándose en ese conocimiento del diámetro terrestre y en que la curva de la sombra que la Tierra proyecta sobre la Luna en un eclipse indica los tamaños relativos de ambas, tal como había sugerido un siglo antes Aristarco de Samos (Asimov, 1987). Para medir la distancia entre la Tierra, otros planetas y el Sol con cierta exactitud habrá que esperar hasta el siglo XVII de nuestra era. En ese siglo, se inicia la observación directa de los astros mediante instrumentos provistos de lentes; algunos de los primeros hallazgos se debieron a Galileo Galilei (1564-1642). Se culmina también la formulación del modelo heliocéntrico del sistema solar, iniciada por Nicolás de Cusa (1401-1464), quien sugirió que la Tierra debía girar sobre sí misma. Nicolás Copérnico (1473-1543), dedujo a su vez que no era la Tierra sino el Sol el centro del universo, alrededor del cual los planetas, incluida la propia Tierra, describían órbitas. Posteriormente, Tycho Brahe (1546-1601) mejora el conocimiento de los planetas, hasta que su discípulo Johannes Kepler (1571-1630) dedujo que sus órbitas eran elípticas y formuló las leyes de su movimiento alrededor del Sol. Así, hasta llegar a la síntesis global elaborada por Isaac Newton (1643-1727) (Taton, 1988), a partir de la cual los tránsitos de Venus y Mercurio, planetas situados entre la Tierra y el Sol, adquieren relevancia en la historia de la Astronomía.

El impulso científico de los siglos XVII y XVIII El siglo XVII fue también el siglo del racionalismo y el empirismo, corrientes filosóficas hasta cierto punto contrapuestas. La segunda de ellas se prolongó en el XVIII, el siglo de la Ilustración o de las luces, en el que ninguna luz conocida en la época iluminaba más que la del Sol. Por eso, la observación de los tránsitos de Venus y de Mercurio por delante del disco solar, y las consecuencias que se podían extraer de este fenómeno, expresan en gran medida el espíritu de ese siglo. El racionalismo, centrado en el aspecto matemático de la ciencia moderna, se desarrolló fundamentalmente en el continente europeo, siendo particularmente influyente en Francia, Holanda, Alemania, y René Descartes (1596-1650), su filósofo por antonomasia. El centro de su proyecto es el establecimiento de un método de razonamiento basado en las reglas de la evidencia (de que algo es verdadero), el análisis, la síntesis y la comprobación. Por su parte, el empirismo, para el que la experiencia es el origen del conocimiento, domina la filosofía inglesa. La superación filosófica de esta contraposición se sitúa en el

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criticismo de Immanuel Kant (1724-1804) (Tejedor, 1992): en su crítica, primero, de la razón pura, donde limita la razón al uso científico o experimental para establecer, después, que existe una razón práctica basada en la ley moral del imperativo categórico. Esa pujanza científica de los siglos XVII y XVIII responde a un afán por el conocimiento. Pero también, a un interés político y económico de las naciones europeas por afirmar su poderío y su expansión colonial. Los aficionados a la nueva Astronomía y las academias de ciencias, como la Real Sociedad de Londres, creada en 1660, la Academia de Ciencias de París, creada en 1666, o la Academia Rusa de las Ciencias, creada en San Petersburgo en 1724, fueron parte de los responsables de esa pujanza (DD.AA., 2004a). En España, la Academia de Matemáticas de Madrid, había sido creada en 1582, durante el reinado de Felipe II, por iniciativa de Juan de Herrera, su primer director (1583-1597), seguida en 1734 por la Real Academia de Medicina y Ciencias Naturales que, poco después, Jorge Juan y Santacilia (1713-1773) separó en sus dos ramas científicas por encargo del marqués de la Ensenada. Este proyecto y la Academia se hundieron con la caída del ministro en 1754. Hubo que esperar al 7 de febrero de 1834 para que se produjera la creación de la Real Academia de Ciencias Naturales de Madrid, que trece años después fue declarada suprimida con la creación, en 1847, de la actual Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. La pérdida del impulso inicial de la ciencia española de los siglos XVII y XVIII hasta la primera mitad del XIX, se debió a razones políticas: a la debilidad de la monarquía, la invasión francesa, la Guerra de la Independencia, el absolutismo de Fernando VII y la independencia de los territorios hispanoamericanos (DD.AA., 2004b). Estas circunstancias explican también el olvido de los trabajos de las grandes expediciones de la época, como las promovidas por el Jardín Botánico de Madrid a diferentes regiones americanas, o la de Alejandro Malaspina (1754– 1809) (Galera, 1992). Esta situación general afectó también a la observación de los tránsitos, no obstante algunas iniciativas significativas.

Tránsitos de Mercurio y Venus Los tránsitos de Mercurio y de Venus no son frecuentes. Cada 243 años se producen cuatro de Venus en intervalos sucesivos de 8, 105,5, 8 y 121,5 años, relativamente estables, aunque pueden sufrir algunas alteraciones provocadas por la influencia gravitatoria de los planetas de Júpiter (y la Tierra) sobre su órbita. El último tránsito de Venus ocurrió el 8 de junio de 2004. Fue el primero del par que formará con otro el próximo 5 de junio de 2012. Después, en los años 2117 y 2125. El tránsito del 5 de junio de 2012 resultará visible desde el

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norte de los países nórdicos, extremo Oriente, Rusia oriental, Mongolia, el este de China, Japón, Filipinas, Papúa Nueva Guinea, centro y este de Australia, Nueva Zelanda, oeste del océano Pacífico, Alaska, norte de Canadá y casi toda Groenlandia. Desde España, únicamente se verá el final del fenómeno a la salida del Sol en la región oriental de la península Ibérica y Baleares. Los tránsitos de Mercurio se producen aproximadamente unas 13 veces por siglo en intervalos de 3, 7, 10 y 13 años. El último tránsito de Mercurio ocurrió el 7 de mayo de 2003. El siguiente visible desde España ocurrirá el 9 de mayo de 2016. La frecuencia de ambos tránsitos depende de determinadas circunstancias. El plano de la órbita de Venus alrededor del Sol forma con el plano de la órbita de la Tierra (elíptica) un ángulo de 3,39º. La mayor parte de las veces Venus pasa por encima o por debajo del disco solar, sin que se produzca el tránsito. Si Venus y la Tierra orbitaran en el mismo plano, el tránsito de Venus sería visible cada 584 días. La Tierra atraviesa cada año la línea de los nodos de la órbita de Venus en torno al 6-7 de junio y al 9-10 de diciembre. Si para esas fechas coincide con una conjunción inferior, esto es, Venus está entre la Tierra y el Sol, se producirá un tránsito (figura 2).

T

Órbita de Venus

V

S Órbita terrestre Fig. 2: Conjunción inferior de Venus, cuando el planeta está alineado con la Tierra y el Sol, con Venus situado entre ambos.

Por su parte, la órbita de Mercurio forma un ángulo con la órbita terrestre de 7º. Si estuvieran en el mismo plano, habría un tránsito de ese planeta cada 116 días, tiempo que tarda en repetirse la misma posición relativa Sol-Mercurio

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vista desde la Tierra. La Tierra atraviesa cada año la línea de los nodos de la órbita de Mercurio el 8-9 de mayo y el 10-11 de noviembre; si para esa fecha coincide una conjunción inferior, habrá tránsito. El tránsito de Venus dura como máximo algo más de 8 horas. Durante el mismo, Venus resulta perfectamente observable a simple vista desde la Tierra (con los medios de protección adecuados para una observación solar). El tránsito de Mercurio, el planeta más interior, tiene en este sentido menos interés, aún siendo más frecuente, debido a sus dimensiones: se necesitarían 210 discos de su tamaño para llenar el diámetro solar aparente, en tanto que en el caso de Venus se requerirían sólo 52 (Krause, 1994).

Primeras observaciones Kepler predijo en sus Tablas Rudolphinas (1627) las alineaciones de los planetas del sistema solar y anticipó dos tránsitos por delante del disco solar: el de Mercurio, que situó el 7 de noviembre de 1631, y el de Venus, el 7 de diciembre del mismo año. Kepler murió con 29 años, un año antes de esos acontecimientos. El astrónomo francés Pierre Gassendi (1592-1655) observó efectivamente desde París el tránsito de Mercurio. El tránsito de Venus del mes siguiente no fue visible prácticamente en toda Europa porque ocurrió después de la puesta del Sol. En todo caso, sólo habría sido visible su finalización desde Italia, Austria, Alemania o Dinamarca. Kepler no predijo otro tránsito de Venus que ocurrió 8 años después del de 1631, exactamente en 1639. Sí lo hizo el astrónomo inglés Jeremiah Horrocks (1617-1641) que, corrigiendo las Tablas Rudolphinas, predijo ese tránsito para el domingo 4 de diciembre de 1639. Lo observó desde Liverpool, aunque sólo una media hora antes de la puesta de Sol. También lo hizo su amigo William Crabtree (1610-1644) desde Manchester. Ambos emplearon un procedimiento ideado por Gassendi para el paso de Mercurio de 1631: proyectar el disco solar sobre un papel blanco en una habitación oscura. Basándose en sus observaciones, Horrocks calculó que la paralaje era de 14” y que la distancia Tierra-Sol de 95 millones de km. El tránsito de Mercurio del 3 de mayo de 1661, la tercera vez que se pudo observar este fenómeno, fue observado por Johannes Hevelius (1611-1687) desde Danzig y por Christiaan Huygens (1629-1695) desde Londres.

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El valor del paralaje de Marte fue medido por Jean Dominique Cassini (16251712) en 1672, mediante triangulación, basándose en observaciones simultáneas de ese planeta realizadas por él mismo desde París, y por Jean Richer (16301696) desde Cayena, en la Guayana francesa. Con ambas medidas, Cassini calculó un paralaje para Marte de 25”. De tales cálculos, resultó que el Sol se hallaba casi a unos 136 millones de kilómetros de la Tierra, una determinación extraordinariamente precisa para la época.

Cálculo del paralaje solar y de la distancia al Sol En 1716 el astrónomo inglés Edmond Halley (1656-1742), que había observado el tránsito de Mercurio de 1677 desde la isla de Santa Helena, propuso utilizar la observación del tránsito de Venus de 1761 para determinar con precisión el paralaje solar mediante un cálculo trigonométrico. El francés Joseph Nicolas Delisle (1688-1768) propuso un método semejante. La idea era medir desde distintos puntos de la Tierra el tiempo que tardaba Venus en cruzar el disco solar. Por efecto de la perspectiva, dos observadores no ven proyectarse a Venus sobre el mismo punto del Sol, sino que le ven recorrer cuerdas paralelas próximas, de diferente longitud. El paso dura un tiempo diferente para cada uno de los observadores. A partir de esa diferencia, es posible hallar la distancia entre las cuerdas en radios solares y el ángulo con que desde Venus se subtiende a los dos observadores, y calcular así el paralaje solar. En la figura 3 se representan dos puntos de la Tierra (A y B) desde los que se observa el tránsito de Venus. Para cada uno de ellos, Venus aparece en una posición distinta del disco solar. La observación se realiza de manera que se fija el instante preciso en el que el disco negro de Venus toca tangencialmente el exterior del disco solar (1). Un segundo instante se fija cuando el disco negro de Venus es tangente interior al Sol (2). Un tercer instante se fija cuando el planeta es de nuevo tangente interior al disco solar (3) y, finalmente, cuando es tangente exterior (4), inmediatamente antes de desaparecer de nuevo. De la observación de la figura se deduce que la separación angular entre las dos trayectorias de Venus es igual al ángulo formado por este planeta y los dos puntos de observación en la Tierra. El cálculo da, por tanto, el valor de la paralaje solar.

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Viajando por la Tierra para medir la distancia al Sol 1

2

3

4 SOL

VENUS A

B TIERRA

Figura 3

El planteamiento parece sencillo, pero su ejecución conllevó dos tipos de problemas prácticos. Primero, un problema de indeterminación: inmediatamente después del contacto interno de entrada y de salida del disco de Venus, el planeta parece permanecer unido mediante un pedúnculo al borde del disco solar durante algunos segundos, por un efecto de difracción de la luz conocido como gota negra (figura 4). Ese fenómeno impide cronometrar con precisión los instantes de contacto entre el disco del planeta y el del Sol, lo que puede provocar un cierto error de cálculo. El segundo es, más bien, un cúmulo de problemas derivados de las circunstancias políticas, sociales y personales (el factor humano), que siempre planean sobre una empresa de tal complejidad.

B

A

Figura 4: fenómeno de la gota negra en el tránsito de Venus. A. Separación que se esperaba de Venus al disco solar. B. Fenómeno realmente observado.

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El tránsito de Venus de 1761 ofreció la primera oportunidad de poner en práctica la idea de Halley de utilizar su observación desde dos o más puntos diferentes (y distantes entre sí) para calcular el paralaje solar y la distancia Sol–Tierra. Para ello, más de cien astrónomos europeos se distribuyeron por algo más de sesenta lugares de todo el mundo.2 En general, los resultados obtenidos en la observación del tránsito no estuvieron a la altura de las expectativas. Las mejores observaciones las proporcionaron los expedicionarios ingleses Mason y Dixon desde Ciudad del Cabo,3 Chappe de Auteroche desde Siberia, y Lomonosov desde San Petersburgo. Este científico ruso dedujo correctamente que Venus poseía una atmósfera, al percibir un contorno borroso en el planeta durante el tránsito (aunque en realidad, el primero que lo publicó fue William Herschel, 17381822, unos años después, basándose en observaciones telescópicas). Lalande recogió observaciones efectuadas por astrónomos de todo el mundo y calculó unos valores del paralaje y distancia al Sol considerados estándar por mucho tiempo. El mal tiempo, las dificultades para precisar el lugar geográfico desde el que se efectuaba la observación o el fenómeno de la gota negra, impidieron o complicaron la observación en muchos lugares. Le ocurrió al inglés Maskelyne en la Isla de Santa Helena, donde no pudo observar el final del tránsito debido al mal tiempo. Winthrop no pudo observar el último contacto del tránsito por las malas condiciones ambientales existentes. En algún caso, lo dificultó la hostilidad entre Inglaterra y Francia, enfrascadas en la Guerra de los Siete Años. Mason iba camino de Bencoolen, cerca de Sumatra, pero dio media vuelta y se quedó en Ciudad del Cabo al saber que la ciudad había sido tomada por las tropas francesas. Algo parecido, pero a mano de los ingleses, 2 Suecia destacó a Torbern Olf Bergman (1735-1784) en Upsala y a Anders Planman (1724-1803) en Cajanemburgo, Finlandia. Inglaterra envió a Charles Mason (1728-1786), James Bradley (16931762) y Jeremiah Dixon (1733-1779) a Ciudad del Cabo; a Nevil Maskelyne (1732-1811) a la isla de Santa Helena; y al norteamericano John Winthrop (1714-1779) a Terra–Nova. Rusia, a Stepán Yakovlevitch Roumovsky (1734-1812) a Selengiska, próxima al lago Baikal, a Nikolai Gavrilovitch Kourganov (h.1725-1796) a Nertchinsk, en los confines de Siberia, a Mikhail Lomonosov (17111765) a San Petersburgo, y a Juan Bautista Chappe de Auteroche (1728-1769) a Tobolsk, también en Siberia. Alemania, a Maximilian Hell (1720-1792) a Viena. Francia, a César Francisco Cassini de Thury (1714-1784) a Viena, donde estuvo en compañía del Archiduque José; a Joseph Jérôme Lefrançois de Lalande (1732–1807) a Luxemburgo; a Guillaume-Joseph-Hyacinthe-Jean-Baptiste Le Gentil de la Galasiere (1725-1792) a Pondichery, en la India; a Alejandro Gui Pingré (17111796) a isla Rodríguez, en el océano Índico. El danés Christian Pedersen Horrebow (1718–1776) siguió el tránsito desde Copenhague. 3 Años más tarde, delimitaron las colonias del norte y el sur de los Estados Unidos, la línea Mason-Dixon, de 233 millas, que puso fin a las disputas entre los Estados de Pennsylvania y Maryland

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le ocurrió al canónigo Gui Pingré. Enviado a la isla Rodrigues, en el océano Índico, al este de Madagascar, llegó a su destino con muy poco tiempo para los preparativos. Observó el tránsito al aire libre, sin poder construir un observatorio. Durante el tránsito hubo momentos de lluvia que impidieron la observación. Cuando se disponía a partir, un navío inglés le retuvo en la isla algunos meses y, por si fuera poco, durante el regreso a Francia fue atracado por corsarios. Peor fue la suerte corrida por Le Gentil de la Galasiere, enviado a Pondichery, en la India. Emprendió el viaje más de un año antes del tránsito. Desatada la guerra entre Inglaterra y Francia, entre otras cosas por el dominio colonial de la India, no pudo desembarcar en Pondichery, ocupada por los ingleses, y se dirigió hasta la lejana isla Mauricio. El 6 de junio de 1761 se produjo el tránsito de Venus mientras navegaba. Lo pudo observar pero no tomar medidas válidas, al desconocer la situación exacta del barco. Decidió no regresar a Francia hasta después del siguiente tránsito de Venus, 8 años más tarde. Estudió la isla de Madagascar y posteriormente se trasladó a Filipinas. Cuando la guerra finalizó, embarcó de nuevo con destino a Pondichery. Llegó un año antes del tránsito y se dispuso a preparar su observatorio. El día del tránsito las nubes le impidieron observarlo. Tras este nuevo fracaso regresó a Francia, donde lo habían dado por muerto, doce años después de su partida, en un accidentado viaje salpicado por persecuciones de corsarios y tormentas que lo retuvieron meses en diferentes puertos. El tránsito de Venus de 1769 se observó desde una posición más central en nuestro planeta que la de 1761. Se situaron 77 puntos de observación, con 151 observadores profesionales, además de numerosos aficionados.4 Las observaciones más exactas fueron las realizadas desde los observatorios de Tahití, San José del Cabo, Wardhus, Kola y la bahía de Hudson. Las diferencias de los tiempos tomados fueron de 23 minutos en los observatorios 4 Francia, Dinamarca, Inglaterra, Suecia, Rusia y otros países, promovieron diversas expediciones. Rusia invitó, además, a numerosos científicos a presenciar el tránsito desde su territorio, entre ellos al matemático Leonhard Euler (1707-1783). El astrónomo danés Peder Horrebow (1679-1764) fue a Vardö, al norte de Escandinavia, en zona polar. Suecia envió a Anders Planman (1724–1803) a Cajaneburgo, donde situó su observatorio. Entre las expediciones inglesas estuvo la de William Wales (1734-1798) y su asistente Dymond, a la Bahía de Hudson. El jesuita Maximilian Hell (1720-1792), director del observatorio de Viena, fue invitado por el rey de Dinamarca, Christian VII, desde Laponia. En las colonias británicas americanas se situaron alrededor de 90 observadores. Dixon estuvo esta vez en el Cabo Norte. Pero la misión más lejana fue la del capitán James Cook (1728-1779), en la isla de Tahití, descubierta dos años antes, al mando de la fragata Endeavour, en la que viajaba el astrónomo Charles Green (1735-1771), que falleció en la India durante el regreso.

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más distantes. Las observaciones parciales fueron mucho más numerosas, realizándose un total de 200 memorias de las mismas. El paralaje solar fue fijado entre 8”43 y 8”88. Utilizando todos los datos resultantes de los dos tránsitos de Venus, Lalande atribuyó en 1771 un valor de 153 millones de kilómetros para la Unidad Astronómica. Al aproximarse el tránsito de Venus de 1769, la Real Sociedad de Londres solicitó autorización a Carlos III de España para enviar un astrónomo inglés que lo observara en algún punto de la Nueva España, una localización que se consideraba idónea. La autorización fue denegada, pero España invitó a la Real Academia de Ciencias de Francia para que un astrónomo francés se integrase en una expedición española. La Real Academia designó al abate Chappe d’Auteroche, que había participado en la observación del tránsito de Venus de 1761 desde Siberia. Las instrucciones para el viaje fueron dadas por Jorge Juan y el instrumental suministrado por el Observatorio de Cádiz. La expedición se estableció en una misión española en la península de Baja California llamada San José del Cabo. Chappe estuvo acompañado por otros expedicionarios franceses. Los comisionados españoles fueron los guardiamarinas Vicente de Doz y Salvador de Medina. Embarcaron en Cádiz el 21 de diciembre de 1768 y tras una azarosa navegación llegaron a Veracruz. El recorrido por tierra hasta el puerto de San Blas, en el océano Pacífico, abundó en incomodidades y contratiempos, así como la navegación hacia la punta de la península de California, adonde arribaron el 19 de mayo de 1769. En la Baja California se les unió un astrónomo mejicano aficionado, Joaquín Velázquez de León (1732-1786), que se encontraba allí desde hacía un año encargado de la búsqueda de minas y el perfeccionamiento de su explotación, y que ofreció su colaboración. Los expedicionarios observaron el tránsito de Venus (Velázquez de León lo hizo desde el Real de Santa Ana, situado un poco más al norte que San José del Cabo) y un eclipse de Luna el día 18 de junio. Una epidemia de tifus diezmó la población de la zona y a los integrantes de la expedición. Entre otros, falleció Chappe, el español Medina y un técnico francés (Smith, 1974). La expedición científica española que circunvaló el mundo al mando de Alejandro Malaspina, en la fragata Descubierta, y la Atrevida, esta última al mando del capitán José de Bustamante y Guerra (1729-1825), observó el tránsito de Mercurio el 5 de noviembre de 1789 desde Montevideo. En la expedición iban los marinos y cartógrafos Dionisio Alcalá Galiano (1760-1805), Felipe Bauzá (1764-1834), José Espinosa y Tello (1763-1815), y Juan Gutiérrez

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de la Concha (1760-1810), entre otros; pintores y dibujantes como el lombardo Fernando Brambila (1763-1832); los botánicos Antonio Pineda (1753-1792), guardiamarina que perdió la vida en Filipinas, Luís Née (1734-1803) y el checo Tadeo Haenke (1761-1817), que llegó de Viena con retraso y embarcó por su cuenta en una nave que naufragó frente a Montevideo; cruzó el continente por tierra y consiguió incorporarse a la expedición en Santiago de Chile. El astrónomo francés, Urbain Le Verrier (1811–1877) utilizó con posterioridad los cálculos realizados por Alcalá Galiano y sus compañeros sobre el tránsito de Mercurio de 1789 y, comparándolos con otros efectuados por él, descubrió las variaciones que se producen en la órbita de Mercurio. Le Verrier calculó que ciertas perturbaciones que se producían en los planetas se debían a la existencia de otro, aún desconocido, deduciendo matemáticamente la existencia de Neptuno.

Los tránsitos en el siglo XIX El XIX es el siglo de las revoluciones y las conquistas napoleónicas, los nacionalismos ascendentes y la expansión colonial de Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, Estados Unidos y Japón, así como de la práctica desaparición del imperio español. Es también el siglo del Romanticismo, del Positivismo, del Idealismo, especialmente del alemán, y de la Dialéctica como método de conocimiento. En relación con los tránsitos de Venus que se produjeron en este siglo, el objetivo de las expediciones organizadas para observarlos fue precisar mejor los cálculos y, sobre todo, comprobar la utilidad de los avances en los instrumentos de observación, incluida la fotografía. El tránsito de Venus del 9 de diciembre de 1874 se observó desde el sudeste asiático y Oceanía, y parcialmente desde el Pacífico, Eurasia y África. Se realizaron 751 medidas útiles. Evaluaron el paralaje solar en 8”88.5 El tránsito de Venus del 6 de diciembre de 1882 se pudo observar completamente desde América del Sur, Centroamérica y parte de Norteamérica. Se montaron verdaderos laboratorios de astronomía y geofísica (desde el Cabo de Hornos detectaron las ondas de choque provocadas por la explosión del volcán 5 Inglaterra envía expediciones a la India, Egipto, Persia, Siria, China, Japón, Cabo de Buena Esperanza, Tasmania, Australia, Java y las islas Sandwich. Rusia organizó 24 estaciones de observación a lo largo de su territorio. Francia envió seis misiones, tres al hemisferio boreal y tres al austral. Jules Janssen (1824-1907), director del observatorio de Meudon, se instala en Yokohama. Janssen había puesto a punto para la ocasión un revolver fotográfico que permitía tomar doce fotografías en rápida sucesión; el comandante Ernest Mouchez (1821-1892) fue a la isla Saint-Paul. También enviaron misiones los norteamericanos, Italia y Alemania.

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Krakatoa, en Indonesia). Aunque casi todas las expediciones contaron con buen tiempo, las determinaciones fueron dificultadas por el fenómeno de la gota negra y la aureola en torno a Venus que hicieron imprecisos los tiempos tomados. El paralaje solar fue fijado entre 8”78 y 8”79, lo que corresponde a unas distancias Sol-Tierra de entre 148,1 y 149,7 millones de kms.6 Con los datos de éste y anteriores tránsitos, el norteamericano Simon Newcomb (1835-1909) pudo precisar en 1890 aún más el paralaje solar. Otros métodos alternativos basados en la observación de Marte o de asteroides dieron resultados semejantes a lo largo del siglo XIX y los inicios del XX.

Epílogo En el siglo XVII se comenzaron a medir distancias que estaban fuera de nuestro campo de experimentación inmediato. La medida de la distancia entre la Tierra y el Sol fue seguida por la medida de la distancia a las estrellas y galaxias. Como proclama el personaje Buzz Lightyear en la película Toy Story: ¡hasta el infinito y más allá! Pero de todas ellas, hasta ahora, el hombre sólo ha recorrido de forma directa la distancia entre la Tierra y la Luna. ¿Qué fue lo determinante a la hora de establecer las mediciones cósmicas, como la de la distancia al Sol, el método o la experiencia, tal como se discutía en el siglo XVII? Ambos, sin duda. Eratóstenes, requirió de la medición simultánea de la sombra proyectada por un mismo objeto, a la misma hora del mismo día del solsticio de verano, en dos puntos distantes de Egipto, para calcular la circunferencia de la esfera terrestre. Cassini calculó la paralaje de Marte, pero necesitó del conocimiento previo de la distancia entre Cayena y París. Newton formuló reglas impecables sobre el método en el conocimiento de la realidad física. Dedujo conocimiento complejo (abstracto) a partir de la experiencia más inmediata: igual que la manzana cae del árbol, la Luna cae sobre la Tierra, sólo que de forma más lenta y alejada de nuestro campo de experimentación. Para Newton, la fuente primordial, acaso, la única, de nuestro conocimiento era la experiencia. La cuestión fue objeto de un intenso debate filosófico. John Locke (1632-1704) proclamó que todas nuestras ideas son producto de sensaciones; no hay ideas 6 Para observar el tránsito, Francia envió expediciones a Haití, Méjico, Martinica, Florida, Patagonia, Chile, Chubut, Rio Negro, Cabo de Hornos y Bragado. En Martinica estuvo Félix Tisserand (1845-1896), en compañía de Guillaume Bigourdan (1851-1932), que determinaron una Unidad Astronómica de 149, 59 millones de kilómetros. El observatorio naval de Washington organizó ocho expediciones. Rusia, veinticinco. España envió dos grupos de observadores, uno a Cuba y otro a Puerto Rico. También Inglaterra y Alemania enviaron expediciones.

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innatas: todas las ideas proceden de la experiencia. El idealismo de George Berkeley (1685-1753) pretendió después sutilmente llevar este planteamiento al extremo de negar la realidad misma del mundo exterior: el concepto que nos formamos de las cosas –por lo menos, tal como las podemos conocerson sólo ideas; si las ideas se eliminan, las cosas se desvanecen; todo lo que contemplamos es sólo una creación de la mente, salvo quien nos impulsa a pensar, que sólo puede ser Dios, y la propia alma. Berkeley nos pretendió liberar de la sustancia material y de la realidad misma. David Hume (17111769) fue más lejos: negó la posibilidad de la existencia de una sustancia espiritual o divina. Creía que nuestras observaciones de los fenómenos son individuales; sugieren ideas que son independientes unas de otras, de tal forma que querer hacer leyes de la naturaleza tan sólo porque nos parece que los fenómenos se repiten según una necesidad, y por causas idénticas, es un vano entretenimiento de la imaginación. Leibniz (1646-1716) y Kant retornaron el pensamiento a la órbita del racionalismo. El objeto de la obra de este último fue demostrar la verdad del Universo y del conocimiento con pruebas casi matemáticas, como hizo Newton para el sistema mecánico del Universo. La mente no recoge sus conocimientos de los datos de la experiencia, sino que más bien se sirve de ésta para confirmar unos esquemas racionales previos. Kant acepta una fuerza interna en la materia siguiendo a Leibniz, y alejándose de Newton, pero la somete a la ley de Newton. (Tejedor, 1992). La revolución científica creció casi en la misma medida en que el pensamiento decrecía o derivaba hacia concepciones globales fundamentalistas del mundo y de la sociedad. Mientras los científicos medían distancias, los filósofos medían –contradictoriamente- la existencia de Dios e iban de la negación de la materia a la negación de Dios, o a la afirmación desmedida de uno u otra, contribuyendo así a crear las condiciones para todos los nihilismos del siglo XX. Se puede medir, o deducir, la distancia de la Tierra al Sol, como se empezó a hacer desde el siglo XVII, pero no se puede evitar que la contingencia – la guerra, la muerte, incluso las condiciones meteorológicas-, afecten a ese cálculo. El conocimiento material avanza, pero no lo puede todo, porque hay cosas que no se pueden predecir… ni medir.

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Referencias bibliográficas Asimov, I., 1987. Introducción a la Ciencia. I Ciencias Físicas. Ediciones Orbis, Barcelona. Chappe d´Auteroche, J.B., 1772. Voyage en Californie pour l’Observation du Passage de Vénus sur le Disque du Soleil, le 3 Juin 1769. M. de Cassini e hijos, Chez Charles-Antoine Jombert, París. DD.AA., 2004a. Los cambios de la Edad Moderna y El impacto de la Revolución Francesa, tomo 15 de la Historia Universal. Editorial Salvat, Madrid. DD.AA., 2004b. El impacto de la Revolución Francesa, tomo 16 de la Historia Universal. Editorial Salvat, Madrid. Galera, A., 1992. La Ilustración española y el conocimiento del Nuevo Mundo: las ciencias naturales en la expedición Malaspina (1789-1794). CSIC, Madrid. Krause, A., 1994. Astronomía para todos. Iberia–Joaquín Gil editor, Barcelona (las ilustraciones reproducidas en este trabajo se inspiran en las contenidas en este libro). Losee, J., 1976. Introducción histórica a la filosofía de la ciencia. Alianza Universidad, Madrid. Monti, J.G., 1883. El último tránsito de Venus por el disco del Sol en el siglo XIX. Enrique Teodoro, Madrid. Simaan, A., 2003. Vénus devant le Soleil-les aventuriers de la mesure du monde. Vuibert y Adapt Éditions, Paris. Smith, C.S., 1974. La saga del abate francés Juan Chappe d’Auteroche. La Paz, Baja California Sur, Gobierno del Territorio de Baja California Sur. Taton, R. (director), 1988. Historia General de la Ciencias, capítulo: La ciencia moderna (de 1450 a 1800). Ediciones Orbis, Barcelona. Tejedor Campomanes, C., 1992. Historia de la filosofía en su marco cultural. Ediciones SM, Madrid.

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Varia


4.14.039.10

6 sonetos de Fernando Garciarramos


El barco de la Poesía Con un vino feliz brindar quisiera por el claro final de la andadura. El barco desnudó su arboladura y ansía abarloar en la ribera. Calmada ya su furia marinera después de domeñar olas de altura en la ensenada sosiego procura; profunda paz, entrando en soñarera. Osó buscar detrás de la escollera, ya roto el trajamar, medio escorado, un sueño que corone su aventura. ¡Si en éste barco navegar pudiera, sentirme por los mares hechizado, escuchando cantares de locura...

Las palabras Cual pájaros de luz alzan el vuelo bandadas de palabras mensajeras. Remontando murallas y fronteras van hacia el sol para alcanzar el cielo. Pero también con denodado celo se empeñan en buscar de mil maneras, tal si fueran rapaces carroñeras restos de amores en el triste suelo. Obtener su favor es placer puro que alcanza disfrutar alguna gente, mas es arriesgado yacer con ellas: Tanto te llevan a su lado oscuro como te conducen súbitamente al resplandor letal de las estrellas.

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Hicieron un amor* Amaneció la mar alborotada por la luz insinuante del invierno. Resonando en las furnias del averno juntáronse agua dulce con salada. Bajo el sortilegio de la alborada hicieron un amor salvaje y tierno, sin prometer a Dios que fuera eterno o que iba a durar una montada. Galopando en el filo de la altura, tal un caballo de impolula cola relinchó el Barranco de la Angostura. El beso apasionante de una ola le puso colofón a esta locura, vibrando en una tierna caracola. *En playa Pachila, Anaga, Tenerife

Ocadila A ti te trajo el mar, niña del alba, en un lindo moisés sobre las olas. Bailaron para ti las caracolas y el cielo amaneció de color malva. Volaron los pájaros, a mansalva, - también vinieron simplemente a solas como puras, ingrávidas corolas a iluminar el sueño que te salva. En un día feliz fui a visitarte y en la arena dejé palabras bellas. Vino después el mar y, con mal arte, prontamente borró mis pobres huellas. De nuevo volveré para dejarte, en las manos del mar, versos y estrellas.

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El mirlo El mirlo que cantaba de mañana ya no se acuerda de los viejos pinos. Encontró su cantar otros destinos, un nuevo lar para su voz temprana. Encontró de la luz la flor lozana, el claro despertar de otros caminos y así desarrollar hermosos trinos cuando le dé la pajarera gana. El mirlo no es igual que la campana: la libertad no tiene campanero que le imponga reglas a la alegría. Cabalmente su voz es soberana y cante donde cante es el primero, y sigue siendo el rey de la armonía.

El sueño de una noche de verano (homenaje a Shakaspiare)

Nació al oscurecer, murió temprano, herido por la luz de la alborada. Trasunto de una sombra enamorada, el sueño de una noche de verano. De la nada surgió, volvió a la nada, meteoro fugaz de aspecto humano, extraña evocación de un hondo arcano, fantasma de la rota madrugada. De manera sutil emprendió el vuelo. De pronto se elevó cual santo al cielo, y no sé que pasión iba buscando. Rodó toda ilusión ya por el suelo. El aura se esfumó y en el desvelo se fue sin un adiós, tal vez llorando.

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Recensiones



5.15.035.10 5.15.040.10 Recensiones

VV. AA: Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad, Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, 2009. El Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad, organizado por la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, ha continuado su actividad los lunes, a las siete y media de la tarde, ofreciendo un análisis crítico con base científica de los diversos problemas que afronta nuestro planeta y, particularmente, el archipiélago canario. Iniciado el 29 de enero de 2007 dentro del marco de la declaración de la Asamblea General de las Naciones Unidas de 22 de diciembre de 2005, que proclamó 2008 Año Internacional del Planeta Tierra, el seminario se ha planteado como una aportación de las Islas Canarias a la celebración de dicho Año Internacional, y hasta el momento suman 78 las sesiones científicas impartidas desde su comienzo. El proyecto nació a iniciativa de 21 científicos reunidos en el seno de la Real Sociedad Económica tinerfeña con el propósito de establecer un espacio de encuentro, exposición, debate y divulgación de los conocimientos e investigaciones que se vienen realizando en las distintas áreas científicas relacionadas con el planeta Tierra, abarcando la hidrosfera, la biosfera, la atmósfera y la geosfera. El interés científico de sus sesiones le ha hecho merecedor de la concesión de créditos de libre designación (CLEs) por la Universidad de La Laguna, aunque lo más relevante sigue siendo el apoyo de un público fiel que ha llenado, lunes tras lunes, las dependencias de esta histórica Institución. Durante el año 2009, las sesiones celebradas ascendieron a 14, empezando el día 12 de enero con la conferencia “Desertificación ¿Mito o realidad?” del Dr. Antonio Rodríguez Rodríguez, profesor de Biología, Edafología y Química de la ULL, y finalizando el 25 de mayo con la presentación de la reedición del libro Conference sur I’archipel Canarien del profesor René Verneau, a cargo del profesor de Biología, director del IES Viera y Clavijo, Melchor Núñez Pérez. En este último acto, al que asistió mucho público, también participó el Dr. Fernando Estévez, y entre ambos trazaron una magnífica introducción al contexto decimonónico en el que se enmarcaron los estudios antropológicos realizados por el profesor Verneau y otros colegas suyos en las Islas Canarias. Entre la primera y la última sesión citadas, como dijimos líneas atrás, han participado 12 especialistas de reconocido prestigio en las disciplinas más diversas relacionadas con la temática general del seminario. Así, el 9 de febrero, el Dr. Eduardo García del Rey, investigador del departamento de Parasitología, Ecología y Genética de la ULL y presidente de la Sociedad Ornitológica

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Canaria (SOC), impartió la conferencia “El Milano Real (Milvus milvus) ¿Está justificada su reintroducción?”, un endemismo que habitó las islas Canarias hasta finales de los años 60, desapareciendo de El Hierro, La Gomera, Tenerife y Gran Canaria. Una semana más tarde, el 16 de febrero, el tema tratado fue “Las reservas marinas de interés pesquero en Canarias”, a cargo de Pablo Martín-Sosa Rodríguez, investigador del Centro Oceanográfico de Canarias, perteneciente al Instituto Español de Oceanografía, donde se ha encargado de las actividades concernientes al seguimiento científico de las áreas marinas protegidas del archipiélago canario. En su exposición, el investigador habló de la importancia del establecimiento de las Reservas Marinas de Interés Pesquero (RMIP) en el archipiélago con el fin de proteger las actividades pesqueras, un sector primordialmente artesanal que comparte las características típicas de este tipo de actividad en otras partes de España y el resto del mundo. El 2 de marzo, intervino Rüdiger Otto, Doctor en Ciencias Naturales por la Universidad de Zurich (Suiza) y miembro del Grupo de Investigación de Ecología y Biogeografía Insular de la ULL, que habó de “Los bosques termófilos de Canarias”, resaltando que éstos constituyen el ecosistema zonal de Canarias peor conservado y menos conocido. Luego destacó que, para profundizar en su conocimiento, el Cabildo Insular de Tenerife y el Área de Ecología de la ULL habían solicitado un proyecto LIFE-Hábitat a la Unión Europea referente a la restauración del bosque termófilo de una finca adquirida por el Cabildo en Teno Alto (Siete Fuentes). Al final, el conferenciante dio los detalles del libro sobre el bosque termófilo canario que, como uno de los compromisos asumidos en el proyecto LIFE, se había elaborado con el propósito de divulgar los conocimientos adquiridos a lo largo del desarrollo del proyecto. El lunes de la semana siguiente, se procedió a la presentación de un libro muy relacionado con los contenidos temáticos del seminario, Atlas ANROART de Canarias, del Dr. Antonio Santana Santana, profesor Titular de Geografía de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, y de D. Eustaquio Villalba Moreno, profesor de Geografía e Historia. Como en ocasiones precedentes, el acto congregó a un numeroso público en las dependencias de la Real Sociedad Económica tinerfeña. El 16 de marzo intervino Mayca Coello González, directora del Parque Rural de Anaga, que habó del interés de la preservación de éste bajo el título “La gestión de un espacio protegido: el caso del Parque Rural de Anaga”. La conferenciante explicó el actual estatus de conservación hablando de los

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Recensiones

Espacios Naturales de Canarias en los que coexisten actividades agrícolas y ganaderas o pesqueras con otras de especial interés natural y ecológico, conformando un paisaje de gran valor ecocultural que precisa su conservación. Por otra parte, su declaración tiene por objeto la conservación de todo el conjunto y promover, a su vez, el desarrollo armónico de las poblaciones locales y mejoras en sus condiciones de vida, por lo que la gestión de este territorio no puede plantearse de espaldas a la presencia activa de hombres y mujeres en el mismo. El 30 de marzo, el Dr. Fernando Sabaté i Bel, profesor titular del Departamento de Geografía de la ULL, intervino con una exposición titulada “Lecciones de la sabiduría vernácula para un futuro (menos in) sostenible”, en la que trazó las líneas de investigación de su departamento en Geografía Histórico– cultural y Geografía Rural, en las que se presta especial atención al estudio de los agroecosistemas vernáculos. El 13 de abril, la Dra. Gladis Melián, Investigadora del Instituto Tinerfeño de Energía Renovables (ITER), nos acercó con la conferencia titulada “Un telegrama procedente del interior del volcán Poás, Costa Rica, América Central” al apasionante mundo de los procedimientos para el control del volcanismo activo, ámbito en que el Instituto en el que investiga presenta una gran tradición en países centro y sudamericanos. Una semana más tarde, el Profesor Titular de Edafología de la Universidad de La Laguna, Dr. Jesús Notario del Pino, nos ilustró con la conferencia “Cuando el suelo se quema en Canarias” acerca del fenómeno de los incendios forestales y de la repercusión que éstos tienen en los suelos y en la biota edáfica de los pinares canarios. El lunes 27 de abril la doctora e investigadora del Departamento de Biología Marina de la Universidad de La Laguna, Natacha Aguilar, participó con la conferencia “Comunicación en profundidad. Calderones y zifios en Canarias”. En ella se nos ilustró del desconocido mundo de los cetáceos de profundidad y en sus habilidades para comunicarse y cazar a unas profundidades extraordinarias. El 4 de mayo el Profesor Titular de Geografía Física de la Universidad de La Laguna, Dr. Constantino Criado disertó sobre una de sus especialidades, “Los paleoclimas del Sahara”, en la que hizo una interesantísima revisión de los acontecimientos que han ocurrido en nuestro vecino desierto sahariano durante los últimas decenas de miles de años, así como acerca de las características culturales de las poblaciones que en ese entonces lo poblaron.

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Una semana más tarde, el Dr. Fernando Estévez, Profesor Titular de Antropología Social de la Universidad de La Laguna y simultáneamente coordinador del Museo de Historia y Antropología de Tenerife, disertó acerca de “El guanche como arquetipo identitario. De los resabios coloniales a la incertidumbre posmoderna”. Esta charla resultó tremendamente llamativa, siendo del agrado de los numerosos participantes. Rubén Barone, afamado naturalista tinerfeño y una de las personas con más conocimientos de la naturaleza canaria, disertó a mediados de mayo acerca de “Las aves rapaces de Macaronesia”, conferencia en que hizo un repaso por la situación actual de amenaza de las diferentes aves rapaces que componen los archipiélagos atlánticos, con especial referencia a las Canarias. En definitiva, el desarrollo del Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad mantuvo en el año 2009 el alto nivel alcanzado desde un principio, tal y como se puede comprobar a la vista del interés de los temas y del reconocido prestigio de los ponentes.

José María Fernández-Palacios & Eustaquio Villalba Moreno Universidad de La Laguna

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5.15.011.10 Recensiones

VILAR GARCÍA, María José: Una descripción inédita de Marruecos a mediados del siglo XIX. Diario del viaje de Tánger a Fez en junio de 1866 de Francisco Merry Colom, ministro plenipotenciario de España, en misión especial sobre Ceuta y Melilla, Universidad de Murcia, 2009, 168 páginas. Las relaciones bilaterales de España con Marruecos han sido históricamente, desde el tratado de paz y comercio firmado el 28 de mayo de 1767 en tiempos de Carlos III hasta la actualidad, uno de los principales quebraderos de cabeza para la política exterior española, tal y como se pudo comprobar hace bien poco con el incidente de la isla de Perejil o en el momento presente con la situación del pueblo saharawi. El acontecimiento que colocó el tema en la agenda de los asuntos prioritarios del gobierno español, sin embargo, hizo augurar en su día todo lo contrario, dado que se trató de la guerra que el 22 de octubre de 1859, esto es, en la coyuntura económica más favorable del reinado de Isabel II, declaró el gabinete presidido por el tinerfeño Leopoldo O´Donnell al reino alauita con el beneplácito de Francia e Inglaterra. En efecto, aunque la decisión estaba justificada por la necesidad de controlar a las cabilas rifeñas que de continuo hostigaban las plazas de Ceuta y Melilla y las tropas españolas destacadas en el norte de África, la contienda fue interpretada como una operación bélica de prestigio que, tras su victorioso desenlace, desató una oleada de entusiasmo en el país al dar la sensación de que, tras dos siglos de continuas derrotas en los que se había esfumado el imperio, se recuperaban las glorias militares de antaño. Pero aquello fue sólo flor de un día porque con el cambio de siglo la presencia hispana en Marruecos se convirtió, con episodios tan dolorosos como la Semana Trágica de Cataluña o el desastre de Annual, en una de las mayores pesadillas para la diplomacia española. En la obra que reseñamos, la profesora María José Vilar se retrotrae a los años inmediatamente posteriores a los hechos reseñados, la conocida como Guerra de África, para abordar con detalle uno de los primeros capítulos de este histórico desencuentro. En concreto, se trata de las gestiones realizadas por España en Marruecos en junio de 1866 con el doble propósito, de un lado, de establecer sendas aduanas en Ceuta y Melilla para impulsar el comercio, erradicar el contrabando y estabilizar la zona ante la presencia francesa en Argelia; y, de otro, de resolver algunos contenciosos suscitados por el incumplimiento de varios artículos del tratado de Wad-Ras firmado el 26 de abril de 1860. Tal iniciativa, adoptada en el momento en que el régimen isabelino ya estaba inmerso en la crisis que habría de provocar dos años más tarde la huida de la reina a Francia, fue confiada al ministro español plenipotenciario en Tánger y embajador extraordinario en la corte del sultán Mohamed IV, Francisco Merry y Colom (1829-1900), que, a la sazón, había

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sido uno de los artífices del tratado de paz y amistad firmado seis años atrás. Cláusulas tales como las que habían dispuesto la ampliación de los territorios de Ceuta y Melilla, el traspaso formal del enclave conocido como Santa Cruz de la Mar Pequeña (Ifni) a España, el reconocimiento marroquí a la soberanía española sobre las Islas Chafarinas y el pago de una indemnización económica por los gastos causados por la guerra que, en tanto en cuanto se cubrieron, conllevaron la cesión transitoria de la administración de Tetuán, dejan patente el afianzamiento que había adquirido la, hasta entonces precaria, presencia hispana en la zona. Sobre tales premisas, María José Vilar centra su análisis en los 24 folios y las 47 páginas del diario de viaje que Francisco Merry y Colom escribió en los once días, del 17 al 28 de junio 1866, que tardó en llegar de Tánger a Fez, y en los cuatro siguientes en los que estuvo negociando con Mohamed IV. Como addenda a este rico material, que la autora reproduce, estudia y enriquece con las anotaciones oportunas, se adjunta una serie de documentos relativos a la preparación del desplazamiento y, luego, al desarrollo y los resultados de la misión, incluyendo la entrevista con el sultán, los despachos intercambiados con Madrid y las dificultades con las que, por el convenio de Fez de 31 de julio de 1866, se consiguió la puesta en servicio provisional de la aduana en Melilla, no así en Ceuta por la oposición de las confederaciones tribales limítrofes. Toda esta documentación, localizada en los archivos del Ministerio de Asuntos Exteriores y de la Real Academia de la Historia, está enriquecida con la añadidura de una serie de detalles muy minuciosos sobre los miembros de la legación española y, en particular, Francisco Merry y Colom, del cual se sintetiza su trayectoria en un capítulo aparte, desde su nacimiento en el seno de una familia burguesa anglo-hispana en Sevilla, hasta su incorporación a la carrera diplomática con tan sólo 18 años y su posterior aproximación, ya en la restauración borbónica, al partido conservador de Antonio Cánovas del Castillo. Como complemento a todo ello, la obra cuenta con un excelente apoyo gráfico extraído de la edición española de 1892 del libro de viajes Marruecos del novelista Edmundo de Amicis (1846-1908), cuya autoría corresponde a los pintores italianos Stefano Ussi (1822-1901) y Cesare Biseo (1843-1909). En conjunto, el interés de la publicación es doble. De un lado, por la diversidad de los datos que ofrece de los lugares por los que pasó la comitiva, tanto desde el punto de vista geográfico (orografía, hidrografía, clima, vegetación, etc.), como demográfico y social (población rural y urbana, nomadismo, estilos de vida, salubridad, epidemias, etc.), económico (cultivos, rutas comerciales, mercancías, tributos, etc.), cultural (organización familiar y tribal, tradiciones, folclore, etc.) o político (poderes locales y tribales, la dimensión religiosa de

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Recensiones

la autoridad del sultán, los colaboradores y los familiares más cercanos a éste, el protocolo de la corte alauíta, etc.). De otro lado, por la información que, desde perspectivas diacrónicas, ofrece a los estudiosos y, en general, a los lectores interesados en la problemática de las relaciones hispanomarroquíes. En definitiva, se trata de una obra cuyo contenido, como todo lo relacionado con el vecino país del norte de África, está de plena actualidad, lo que incrementa el interés del trabajo realizado por esta joven, y laboriosa, historiadora murciana, más aún cuando su línea de investigación sigue la estela de la excelente labor de su padre, el catedrático de historia contemporánea Juan Bautista Vilar, uno de los especialistas más acreditados en el estudio del Magreb.

Julio Antonio Yanes Mesa Universidad de La Laguna

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Anexos



Acto de la concesión de las Cepas de Honor del CIT de Icod de los Vinos a esta Real Sociedad Económica con motivo del 232 aniversario de su fundación

Ricardo Melchior Navarro Presidente del Cabildo Insular de Tenerife

La pervivencia, la capacidad de permanecer activo en el tiempo, es una característica que, cuando hablamos de ideas o de instituciones, va invariablemente sujeta a la solidez de los argumentos y a la consistencia de un mensaje transmitido desde el convencimiento sobre sus propios valores. Esa ha sido una de las virtudes fundamentales que han definido la existencia de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, una entidad que ya con su denominación nos deja meridianamente claros cuáles fueron sus objetivos fundacionales y cuáles continúan siendo las pautas que marcan la labor de sus integrantes. Desconocemos si sus fundadores en aquel lejano mes de febrero de 1777 (hace 232 años) albergaban la esperanza de que la recién nacida institución, el germen que habían plantado, iba a mantenerse vivo entre los tinerfeños durante más de dos siglos. No obstante, no debemos dudar en absoluto de que sus intenciones y su voluntad se centraban decididamente en aportar unos nuevos modos de vida, más cercanos a un concepto de progreso humanista, que los rígidos y prosaicos principios que habían regido hasta aquel entonces el devenir de la sociedad tinerfeña y, con ella, del resto del país. Aquellos catorce primeros miembros se aprestaron animosos a cumplir con el mandato real emanado de los deseos -seguramente las ansias- que Carlos III tenía de fomentar el desarrollo de las tierras y los pueblos españoles. Encabezados por Tomás de Nava, marqués de Villanueva del Prado, vieron en esta iniciativa una fórmula efectiva de extender a la población los beneficios que acompañaban a los aires liberadores del pensamiento ilustrado. Se trataba de poner en práctica unas ideas que, en su momento, constituyeron una verdadera revolución. Y en ese proceso hallaron al Cabildo de Tenerife, que desde el primer momento, y de forma decidida, prestó su apoyo a la iniciativa de crear la Económica.

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Ricardo Melchior Navarro

La Ilustración representó una inflexión acusada en la línea que marcaba la existencia del mundo europeo y fue capaz de concebir un concepto filosófico basado en la búsqueda de la felicidad mediante el fomento de la actividad intelectual. La razón, la ciencia, la tecnología y el conocimiento eran las herramientas que permitirían construir al hombre nuevo, aquel que estaba destinado a adueñarse del futuro. La Real Sociedad Económica fue siempre fiel a los principios trazados en sus orígenes y alimentados a lo largo de los doscientos treinta y dos años, nada menos, que ha estado presente en la vida isleña. Cierto es que tan prolongado lapso ha dado cobijo a momentos realmente boyantes y también a algún que otro período en el que las circunstancias no fueron muy propicias. Sin embargo, la llama nunca se apagó y, aunque la actividad de la institución pudiera verse reducida incluso de manera preocupante, siempre apareció algún emprendedor de bien que supo retomar el mando y fijar de nuevo el rumbo de una nave que hoy en día se ve impulsada por buenos vientos. Todo ello nos habla de la capacidad de pervivencia de esta sociedad de carácter civil, que ostenta con orgullo el título de ser la más antigua de cuantas han mantenido su existencia de forma ininterrumpida en nuestra Isla. De eso y, sobre todo, del afán de las gentes de esta tierra por sostenerla, por darle vida y por intentar que nunca decayera una institución que posee con todos los merecimientos el título de tinerfeña y la Medalla de Oro de la Isla. Porque Tenerife, como decimos, es su sentido, su razón de ser y el motivo principal que la mueve. Y tinerfeños ilustres fueron quienes vieron en ella un instrumento útil para defender los intereses de su tierra, siempre desde la autoridad que otorga el conocimiento. Esa debe constituir una consideración que mueva al orgullo de sus miembros, quienes cuando la Historia lo ha demandado han sabido estar allí donde era menester. Como ocurrió con ocasión del ya entonces denominado pleito insular y la Ley de Cabildos de 1912. O, mucho antes, cuando hizo valer su protagonismo en la constitución de la Junta Suprema de Canarias, en la época en que nuestro país se debatía por liberarse del poder napoleónico. Esto, sin duda, es signo de amor a lo suyo y a los suyos, pero también de expresión de libertad y de fortaleza en las convicciones. Pero si la relación con las instituciones –Cabildo, Real Audiencia, Obispado ó Ejército- ha sido y es estrecha, la que sostiene con una de ellas alcanza el grado de fraternal parentesco. La Real Sociedad Económica de Amigos del País y la Universidad de La Laguna han efectuado juntas un recorrido ciertamente largo y plagado de vicisitudes y también de tiempos gratos. Fueron precisamente los amigos del país quienes no dejaron desvanecerse las justas

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Acto de la concesión de las Cepas de Honor del CIT

reivindicaciones de que la ciudad de Aguere recuperara su consideración de universitaria. Como fruto de ese empeño se obtuvo la sección para los estudios de Derecho, que dio paso, por fin, al centro docente que hoy se ha convertido en la representación moderna de esos valores que la Económica fijaba en sus principios. Pero la Sociedad a la que hoy el CIT de Icod le rinde un merecido homenaje se ocupó, y también se preocupó, de fomentar otras actividades también de carácter docente; estudios sobre nuevos cultivos y métodos más apropiados de lograr mejores cosechas, en un intento de alterar una visión muy tradicional de la agricultura y buscar un sentido más productivo y generador de riqueza. Fueron éstas unas iniciativas que se unieron a otras de similar corte, emprendidas en materia pesquera e hidrológica, con el destino de procurar beneficios para todos los denominados escalones que componen la sociedad. El verdadero objeto que tradicionalmente ha aglutinado el interés de sus socios no es otro que Tenerife y los tinerfeños, en cuyo progreso la Económica fijó su destino. Todos sabemos el incalculable valor que poseen la biblioteca y el archivo de la Económica. En su sede de la lagunera calle de San Agustín es factible adentrarse en las páginas del legado insustituible dejado por Tomás de Nava y su hijo Alonso, u hojear manuscritos de Viera y Clavijo junto a obras de Rodríguez Moure, Tabares de Nava, y un largo etcétera que se prolonga hasta conformar un capítulo primordial de la vida tinerfeña y de su cultura. Resulta evidente, por tanto, que despierte la atención de numerosos investigadores y estudiosos que acuden a ella atraídos por su fondo documental y, quizás, también encantados por el ambiente ilustrado que se respira entre sus paredes. La Económica es un ejemplo para los tinerfeños y para los canarios en general. El talante abierto y emprendedor que ha marcado su trayectoria supone la fórmula más adecuada de propiciar la participación de la sociedad en los asuntos públicos. El debate de las ideas y la reflexión documentada han sido, son y, de seguro, también serán, métodos adecuados de aportar las soluciones más acertadas en aquellos momentos donde se hace necesaria la colaboración directa de los estamentos sociales. Y esos son los instrumentos que emplea esta entidad. Su porvenir, por lo tanto, se presenta esperanzador. Han sido doscientos treinta y dos años. Estamos convencidos de que serán muchos, muchos más. Gracias a todos. Santa Cruz de Tenerife, a 27 de noviembre de 2009.

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Memoria



MEMORIA DE LAS ACTIVIDADES DE LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAÍS DE TENERIFE AÑO 2009 Redactada por el Secretario General de la Corporación, D. José Manuel Díaz Yanes, en cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 45, apartado g, a los efectos previstos en el artículo 25 de los vigentes Estatutos de esta Real Sociedad Económica, y que somete a la consideración de la Junta General celebrada el día 11 de febrero de 2010, al haberse tenido que aplazar la convocada el 1 de febrero por el fuerte temporal de lluvia y viento que azotó a la isla dicho día.

JUNTAS GENERALES Y DE GOBIERNO Sesiones celebradas en el año 2009 Juntas Generales 30 de enero 15 de abril 26 de octubre Juntas de Gobierno 14 de enero 18 de febrero 15 de abril 27 de mayo 22 de junio 27 de julio 30 de septiembre 19 de octubre 2 de diciembre Total 3 Juntas Generales 9 Juntas de Gobierno En la Junta General del día 30 de enero se renovó la Junta de Gobierno, la cual —con los miembros que no cesaban ese año— quedó constituida de la siguiente forma:

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JUNTA DE GOBIERNO Y SECCIONES CORRESPONDIENTES AL AÑO 2009 Director: D. Andrés Manuel de Souza Iglesias Vicedirector D. Fernando Monteverde Ascanio Censor D. Manuel Morales Martín Secretario D. José Manuel Díaz Yanes Vicesecretaria Dª Mª Lourdes Ruiz-Benítez de Lugo Camacho Tesorero D. Jorge Enrique Domínguez Padrón Interventor-contador D. José Francisco Barreto Álvarez Bibliotecario-archivero D. Lorenzo Hernández-Abad González Conservador D. Veremundo Morales Cruz Director de Honor D. Leoncio Afonso Pérez Vocales Natos D. Manuel Rodríguez Mesa D. Leandro Trujillo Casañas

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Sección de Intereses Morales, Jurídicos y Sociales Presidente: D. Ramón González de Mesa y Machado Vocales: D. José Eugenio de Zárate y Peraza de Ayala D. José Antonio de la Torre Granado D. Iván González Barrios Sección de Asuntos Económicos y de Desarrollo Presidente: D. Rafael Díaz Martínez Vocales: D. Jorge Enrique Domínguez Padrón Dª María Salud López Domínguez Dª Margarita Núñez Cano Sección de Asuntos Culturales y Educativos Presidente: D. José Manuel Álamo González Vocales: Dª Emilia Rosa Cáceres Gómez D. Jean Stephan Dekany Weber D. David Pérez-Dionis Chinea Sección de Relaciones Institucionales Presidente: D. Antonio Luque Hernández Vocales: Dª Elena Díaz-Llanos Iglesias D. José Luis Fernández García D. Hans König

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Sección de Archivo, Biblioteca y Patrimonio Presidente: D. Francisco Macías Martín Vocales: D. Miguel Fernández Gutiérrez Dª María del Carmen Ruiz-Benítez de Lugo Mármol D. Julio Antonio Yanes Mesa Sección de Medio Ambiente y Ecología Presidente: D. Eustaquio Villalba Moreno Vocales: D. José María Fernández-Palacios Martínez D. Moisés R. Simancas Cruz D. Carlos Silva Heuschkel

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MOVIMIENTO DE SOCIOS De acuerdo con la normativa vigente, la Junta General, durante el año 2009, acordó la admisión de los siguientes Miembros de Número y Correspondientes: D. Eligio Hernández Gutiérrez. Magistrado. Académico de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación. D. Emilio Abad Ripoll. General de Brigada de Artillería (R). D. Fernando J. Ascanio Amigó. Diplomado en Comercio Internacional. Titulado en Arquitectura Paisajística. D. Jorge Juan Bonnet Fernández-Trujillo. Licenciado en Ciencias Biológicas. Director de la Agencia Canaria de Desarrollo Sostenible y Cambio Climático del Gobierno de Canarias. D. Fernando Castro Borrego. Catedrático de Historia del Arte de la Universidad de La Laguna. D. Fernando Clavijo Batlle. Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales. Alcalde de San Cristóbal de La Laguna. D. José Domingo Gómez García. Abogado. D. Emiliano Guillén Rodríguez. Licenciado en Psicopedagogía y en Ciencias de la Información. Cronista Oficial de las villas de Granadilla de Abona y Arico. Dª María Concepción de León García. Licenciada en Ciencias Biológicas. D. Melchor Núñez Pérez. Licenciado en Ciencias Biológicas. Profesor Agregado de Cátedra de Instituto. Dª Margarita Isabel Ramos Quintana. Catedrática de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad de La Laguna. D. Ernesto J. Rapp Barreiros. Licenciado en Ciencias Biológicas. Diplomado en Óptica y Optometría. D. Isidoro Sánchez García. Ingeniero de Montes. D. Gaspar Sierra Fernández. Médico. D. Francisco J. Villar Rojas. Catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de La Laguna.

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INFORME DEL SR. DIRECTOR Informe del Sr. Director a la Junta General de esta Real Sociedad Económica del 11 de febrero de 2010 Informe que el Sr. Director de la Institución presenta a la Junta para su incorporación a la Memoria del año 2009, conforme a lo establecido en el artículo 25 de los Estatutos. “Ciertamente, las instituciones meramente culturales no tienen una vida fácil y ello exige un esfuerzo superior al normal de los dirigentes de las mismas. No obstante, pese a las dificultades económicas, entiende la Junta de Gobierno que hemos conseguido objetivos importantes que me van a permitir enunciar y que tratan de responder rigurosamente a los principios que informaron la creación de esta Entidad: 1. En materia de formación: Se ha hecho partícipe a la comunidad universitaria, tanto a la docente como a su alumnado, en los seminarios que se realizan. De este modo, se ha materializado el convenio suscrito con la Universidad de La Laguna a principios de año; y tanto el Seminario Planeta Tierra como el de Economía han sido acreditados para ser convalidables por créditos de libre elección (CLEs) por la Comisión Delegada del Vicerrectorado correspondiente. Paralelamente, como institución de voluntariado que es, esta Real Sociedad Económica ha organizado un curso de formación para dirigentes de entidades de su misma naturaleza con el apoyo de la Dirección General de Servicios Sociales. Nuestra sociedad también ha sido homologada por el Servicio Canario de Empleo en las especialidades de Auxiliar de Archivos y Centros de Documentación, Informadores Turísticos y Técnicos de Informática a nivel de usuario. 2. Como centro de estudio y reflexión: Se ha utilizado la fórmula de seminarios, en el más puro sentido semántico de la palabra. En ellos se han planteado, por un lado, los proyectos de investigación en que trabajan nuestros científicos y estudiosos (Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad, por el que han pasado 71 investigadores) y, por otro lado, se ha intentado valorar la seria crisis económica que vive el país, aportando un análisis de la realidad para, a la vista de la misma, permitir atisbar posibles líneas de salida (Seminario Claves para el futuro económico de Canarias. Impacto de la crisis, en el que a lo largo del presente año se ha estudiado la situación general y los sectores laboral, agrario, turístico, industrial y energético, en 25 sesiones que se han celebrado los jueves lectivos, en las que han intervenido 62 ponentes entre profesores universitarios, empresarios y profesionales).

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3. En materia de investigación histórica y aplicada: En la primera, se ha continuado la labor tradicional de inventariar y catalogar los importantes fondos que se poseen y que en este año se han visto incrementados de forma considerable tanto por volumen como por la calidad de lo percibido. Al mismo tiempo, se han intensificado los trabajos de investigación para formar el catálogo onomástico y descriptivo de los Miembros de esta Real Sociedad Económica desde su fundación, proyecto que dirigen D. Fernando Monteverde y D. Antonio Luque. Por otra parte, D. Manuel Rodríguez Mesa ha continuado la investigación Los albores de la industria manufacturera en Tenerife y la Real Sociedad Económica como impulsora de la renovación y el progreso de la isla. En cuanto a la investigación aplicada, se ha iniciado el desarrollo del proyecto I+D+I Evaluación del impacto de las políticas públicas de reconversión de destinos turísticos maduros. El caso de las Directrices de Ordenación del Turismo de Canarias, que se realiza en colaboración con la Universidad de La Laguna y que fue adjudicado por la Agencia Canaria de Investigación en el último concurso. 4. Apertura de la Institución a la sociedad: Por primera vez en los largos años de historia de esta Corporación, las instalaciones se han abierto a los visitantes y estudiosos en horario de mañana y tarde (de 10 a 13 h. y de 16 a 20 h.). La Real Sociedad Económica, merced al acuerdo propiciado por el Alcalde de La Laguna, D. Fernando Clavijo, se ha integrado en la red de centros culturales abiertos de la ciudad. El resultado ha sido que a lo largo del año 2009 y hasta el día de la fecha han accedido a esta Institución 10.425 personas, al margen de las casi 4.000 que la visitaron la «Noche en blanco» el pasado 28 de noviembre. Paralelamente, el rico patrimonio que se posee se está difundiendo a través de muestras y exposiciones, tal es el caso de Grabados religiosos del siglo XVIII o la exposición Humboltd en Canarias. 5. Política de publicaciones: Se ha considerado la labor editorial como un factor determinante para la proyección de la actividad desarrollada, tanto por la Corporación como por los Miembros de ésta, por lo que se ha aprobado por la Junta de Gobierno la creación de un Consejo Editorial pluridisciplinar. En el presente año se ha editado un nuevo número del Boletín-anuario Nautis et Incolis 2009, cuyo cuidado se ha encomendado al coordinador del Consejo Editorial, Dr. Julio A. Yanes Mesa. Finalizada la primera parte del seminario de economía, se han publicado las ponencias y reflexiones, en una edición de 620 páginas, a cuyo cargo estuvo el miembro del Consejo Editorial Dr. Moisés Simancas, bajo el título El impacto de la crisis en la economía canaria. Claves para el futuro, volumen I. Asimismo, en cumplimiento de otro acuerdo de la Junta de Gobierno, se ha reiniciado la tradicional publicación de estudios monográficos, abriéndose esta etapa con la obra titulada La Laguna y Óscar Domínguez: Su casa natal, cuya edición ha estado al cuidado del Dr. Julio A. Yanes Mesa.

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Ciertamente, los medios de que se dispone y las restricciones presupuestarias a las que estamos sometidos nos impiden afrontar proyectos excesivamente ambiciosos, cual sería a modo de ejemplo completar la catalogación de los fondos, especialmente los documentales, o la deseable digitalización. No obstante, para este año 2010, es mi deseo anunciarles el importante reto que significará la celebración del I Congreso de Historia del Periodismo Canario, que se inaugurará, salvo imponderables, el 20 de octubre, en torno a cuya fecha se cumplirá el centenario del periódico La Prensa y pocos meses más tarde el de La Provincia. Al mismo tiempo se cumplen los 225 años del Semanario Misceláneo Enciclopédico Elementar (sic), primer periódico impreso en Canarias, y los 200 años de la promulgación de la legislación que abrió las puertas a la libertad de prensa en España (10 de noviembre de 1810). Trasladándoles la firme voluntad de la Junta de Gobierno que me honro presidir de continuar el camino trazado por los que nos han precedido para que esta Corporación sea un instrumento útil y al servicio de la sociedad, única razón de su existencia, reciban mi personal agradecimiento por el apoyo prestado a lo largo del año 2009.”

CONVENIOS DE COLABORACIÓN El 25 de febrero de 2009 se suscribió con D. Eduardo Doménech, Rector de la Universidad de La Laguna, un Convenio Marco de Colaboración para la realización de actividades formativas, culturales e investigadoras, que posibilita la realización de prácticas de alumnos en esta institución, el establecimiento de becas de estudio e investigación, la publicación de trabajos de interés, el intercambio documental y bibliográfico y otras actividades similares. El Seminario de Economía: Claves para el futuro económico de Canarias. El impacto de la crisis, está diseñado al amparo de este convenio. El 28 de enero de 2009, se firmó un Convenio con la Federación Provincial de Empresarios del Metal y Nuevas Tecnologías de Santa Cruz de Tenerife (FEMETE) para la realización en nuestra institución de prácticas profesionales de los alumnos participantes en el proyecto formativo FIP 2008. Ello posibilitará la incorporación de dos becarios. El día 20 de enero de 2009, se llegó a un acuerdo con el Excmo. Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna por el cual se han restaurado varios de los grabados de los siglos XVIII y XIX que posee esta Corporación. Otro importante

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acuerdo con el Ayuntamiento de La Laguna ha sido el que ha posibilitado a esta la Real Sociedad Económica integrarse en la Red de Centros Culturales abiertos de la Ciudad. Gracias a la colaboración y el apoyo brindado por la Dirección General de Cooperación y Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, se restauró el cuadro denominado La Primera entrada del Obispo Folgueras en La Laguna de Juan de Abreu (1825), obra importante del patrimonio pictórico de esta Casa que se encontraba en precario estado de conservación, un trabajo que realizó con excelente resultado la restauradora de obras de arte doña Fernanda Guitián Garre. El día 26 de febrero de 2009 fue publicada la resolución del Director del Servicio Canario de Empleo (SCE) por el que se otorga a esta Institución la homologación como Centro de Formación para impartir las especialidades siguientes: Auxiliar de Bibliotecas y Centros de Documentación (250 horas), Técnico de Información Turística (465 horas), e Informática de Usuario (200 horas). El día 9 de junio de 2009 se renovó el convenio de colaboración, ya existente, con CAJASIETE - Fundación Pedro Modesto Campos. El día 1 de septiembre de 2009 se suscribió un convenio con CajaCanarias por el que se renovó la colaboración en materia cultural entre ambas instituciones, abarcando todo el año 2009.

HONORES CONCEDIDOS Durante el año esta Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife concedió los siguientes honores: En la Junta General del día 15 de abril de 2009, a propuesta de la Junta de Gobierno, se aprobó por unanimidad el siguiente acuerdo: «Teniendo en cuenta la eficacia, lealtad y extremado celo con los que D. José Sinesio Hernández Marrero ha colaborado con esta Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, acreditados a lo largo de más de treinta y cinco años al servicio de la misma, la Junta General acuerda por unanimidad otorgarle la condición de Miembro de Mérito de esta Institución». En la Junta General del día 26 de octubre de 2009, a propuesta de la Junta de Gobierno, se aprobó por unanimidad el siguiente acuerdo:

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«Teniendo en cuenta la constante colaboración que D. José Luis Fernández García (Licenciado en Bellas Artes y destacado pintor) ha mantenido con esta Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife desde su ingreso en 1981, en la que ha formando parte de la Junta de Gobierno en diversos mandatos, habiendo donado varias de sus obras a esta Institución, la Junta General acuerda por unanimidad otorgarle la condición de Miembro de Mérito de esta Institución».

INFORMES DIRIGIDOS A INSTITUCIONES El 12 de marzo de 2009 se presentó en el Ayuntamiento de La Laguna un Escrito de Sugerencias al avance del PGO del municipio de La Laguna, formulado por esta Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife. El documento consta de nueve apartados que incluyen aspectos relativos a la peatonalización y a la política de rehabilitación de edificios, apoyándose el Plan Especial de Protección pero sugiriéndose la posibilidad de convertir las ventanas en puertas en planta baja para habilitar nuevas instalaciones comerciales. En materia de protección del medio ambiente, se solicita que el Plan General dote de mecanismos de protección a La Vega lagunera y a la zona de San Benito, y la introducción de otras medidas para poder acometer la remodelación de la Plaza del Cristo con el restablecimiento del antiguo templete que la caracterizaba, la reconstrucción de la recova y la ampliación de la Plaza del Adelantado, así como la mejora de los accesos al casco histórico por todos sus puntos cardinales.

HONORES RECIBIDOS Esta Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife recibió durante el año 2009 los siguientes honores. Concesión por el Centro de Iniciativas y Turismo - CIT- de Icod de los Vinos de la «Cepa de Honor 2009». El acto de entrega tuvo lugar en el Club Náutico de Playa San Marcos, en Icod de los Vinos, el día 27 de noviembre. Concesión por el Centro de Iniciativas y Turismo - CIT- de Santa Cruz de Tenerife de la distinción «Amables del Turismo y Convivencia Ciudadana». El acto de entrega tuvo lugar en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife el día 1 de diciembre, estando presidido por el Excmo. Sr. Presidente del Gobierno de Canarias.

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PREMIOS CANARIAS En Junta de Gobierno celebrada por esta Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife el día 2 de diciembre de 2009, se aprobó proponer al Gobierno Autónomo estos candidatos a los Premios Canarias en las siguientes modalidades a: En Acciones Altruistas y Solidarias, al sacerdote D. Antonio María Hernández Hernández. En Comunicación, al locutor de radio D. César Fernández Trujillo de Armas. En Internacional, al Hogar Canario-Venezolano de Caracas. Asimismo, atendiendo la propuesta de los dos Obispados de Canarias, esta Institución se ha adherido a la formulada por los mismos para incluir entre los candidatos a dicho Premio Canarias en la modalidad de Acciones Altruistas y Solidarias a la Fundación Mapfre-Guanarteme.

ARCHIVO Y BIBLIOTECA 1. Introducción A lo largo del año 2009, la Sección de Archivo y Biblioteca ha continuado con las labores técnicas habituales, además de prestar apoyo en la celebración de los diversos actos celebrados en la entidad. Después de más de seis meses en los que el cargo de Bibliotecario-archivero de la Junta de Gobierno estuvo sin ocupar, D. Lorenzo Hernández-Abad González se incorporó a dicho cargo en la Junta General celebrada el día 31 de enero. 2. Infraestructura 2.1. Inmueble Ni el depósito, ni la zona de consulta, ni la zona de reprografía han sufrido cambios que deban reseñarse; sin embargo, la zona que rodea el hueco del ascensor en la planta baja ha sido habilitada, después de agosto, como depósito intermedio antes de pasar la documentación al depósito principal en la planta alta.

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Para la limpieza y la desinfección de los nuevos ingresos documentales y bibliográficos, se ha utilizado el patio (cuando las condiciones meteorológicas lo han permitido) antes de su instalación definitiva. 2.2. Informática El sistema de gestión de la biblioteca se basa en una herramienta informática llamada Absys, de la cual la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas cedió 5 licencias de uso, dentro de la Red de Bibliotecas de Canarias (RebiCanarias). En 2008, tras la mudanza, se perdieron los datos de dicho catálogo bibliográfico informatizado. Tras la confirmación, por parte de la empresa Sinergia D3 (contratada para realizar el mantenimiento de los equipos informáticos), de dicha pérdida, se contactó en febrero con la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas a través de Dª Charo Serral Montore, coordinadora de la Red de Bibliotecas de Canarias, para averiguar si existía posibilidad de su recuperación. Su respuesta fue muy positiva pero, por los trabajos que se estaban desarrollando en los servidores que sostienen a RebiCanarias, se demoró la solución. El siguiente paso fue insistir en que reinstalaran el Absys, cosa que sucedió el 24 de marzo con el desplazamiento de un técnico de la empresa Baratz desde Madrid. A partir de ese día se reinició la catalogación del Fondo Moderno. Después de casi un año de espera, el 30 de septiembre se recibió de los servidores del Gobierno de Canarias, a través de las empresas Baratz y NTC Canarias, la transferencia de parte de los datos perdidos que suponen en torno al 75% (4.250 fichas) del total. 3. Personal 3.1. Contratado Las labores son desarrolladas por dos auxiliares de archivo y biblioteca con un horario de siete horas diarias: D. Samuel Carrillo Fumero, lunes y jueves de 10:00 a 13:00 horas y de 16:00 a 20:00 horas, y martes, miércoles y viernes de 08:00 a 15:00 horas; y Dª Zulaika Navarro Abreu, de lunes a viernes de 10:00 a 13:00 horas y de 16:00 a 20:00 horas. DªZulaika Navarro Abreu ha estado de baja por enfermedad durante 4 meses, iniciados el 9 de septiembre, lo que ha provocado cierto retraso en los planes de digitalización y gestión del archivo documental.

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Las labores realizadas durante este año han sido muy variadas y entre ellas cabe destacar: - Atención a usuarios e investigadores en el horario de apertura. - Recepción, limpieza, sellado y registro de los fondos bibliográficos y documentales que ingresaron. - Registro de las donaciones, depósitos y legados. - Catalogación de monografías del Fondo Moderno mediante el programa de gestión de bibliotecas Absys. - Reproducción de los documentos solicitados por los usuarios. - Gestión de los préstamos para exposiciones. - Colaboración en la celebración de cursos, conferencias y seminarios. - Colaboración en el montaje y desmontaje de exposiciones. - Colaboración en el traslado de fondos donados. - Gestión del almacén de publicaciones propias.

Algunas de estas labores, las más relevantes, se detallan en el lugar oportuno de esta Memoria. 3.2. Voluntarias y estudiantes en prácticas A lo largo del año se ha contado con la colaboración de varias voluntarias y estudiantes en prácticas.

Dª Wendoline Samin Pérez y Dª Carolina Machín Morales completaron 56 horas de prácticas en empresas desde el 15 de abril al 7 de mayo, para el curso Diseño y modificación de planos en 2D y 3D organizado por FEMETE, de lunes a jueves, en horario de tarde. La primera comenzó a organizar e inventariar la Colección de Turismo donada por D. Andrés de Souza Iglesias, la segunda hizo el inventario de la biblioteca que donó D. Leoncio Afonso Pérez. Dª Cristina Hernández Hernández realizó 64 horas como voluntaria desde abril a julio, de lunes a jueves, en horario de tarde. Su labor se centró también en la organización e inventario de la Colección de Turismo donada por D. Andrés de Souza Iglesias. Por último, se incorporaron las voluntarias Dª Idaira Travieso Franco, el día 6 de octubre, y Dª Ione Pacheco Cabo y Dª Luisa Morcillo Rehberger, el día 24 de noviembre, para seguir con la organización e inventario de la susodicha Colección de Turismo, los martes, miércoles y viernes, en horario de tarde.

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4. Fondos y colecciones 4.1. Biblioteca y hemeroteca 4.1.1. Ingresos Como es habitual, la abrumadora mayoría, por no decir la totalidad, de los ingresos que se reciben son a consecuencia de donaciones o depósitos de personas e instituciones, ya que la Sección de Archivo y Biblioteca no cuenta con presupuesto para la compra de monografías y folletos ni para suscripciones a publicaciones periódicas para poder completar las colecciones, sobre todo la de Referencia y la de Canarias. En cuanto a la cantidad, este año se han recibido las donaciones ordinarias que, desglosadas por el tipo de material, se especifican de la siguiente manera: - 220 monografías (libros y folletos) - 85 publicaciones periódicas (revistas y periódicos) - 27 materiales especiales (láminas, carteles, CDs, DVDs, etc.)

Entre los ingresos singulares cabe destacar dos donaciones:

La procedente de D. Andrés de Lorenzo-Cáceres y Torres (q.e.p.d.), cumpliendo su voluntad de completar la ya efectuada en vida a la Institución, en que además de libros, folletos y revistas (unos 4.000), se incluye un busto de bronce con la efigie del donante; y la de D. Leoncio Afonso Pérez, quien donó un total de 417 libros y varios números de revista que formaban parte de su biblioteca, especializada en Geografía. 4.1.2. Trabajo técnico A principios de año finalizó el desempaquetado de los Fondos bibliográficos que todavía quedaban embalados desde el traslado de la sede provisional en la calle de La Carrera. Se instalaron convenientemente en las estanterías compactas del depósito. Se reorganizó la distribución de los materiales que se guardan en el planero para tenerlos agrupados por tipos de material. Tras las vacaciones de agosto se inició la limpieza, sellado y registro del Fondo “Andrés de Lorenzo-Cáceres y Torres”. Se reinició la catalogación del Fondo Moderno tras la reinstalación del Absys. Hasta julio se habían catalogado 470 obras, que se añadieron a las

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4.250 que se pudieron recuperar de los servidores del Gobierno de Canarias en octubre. Por lo tanto, a finales del año 2009 se alcanzó la cifra de 4.720 documentos catalogados del Fondo Bibliográfico Moderno y de la Colección de Folletos. También se aprovechó para normalizar la denominación de los Fondos y Colecciones dentro del catálogo informatizado, para facilitar su identificación. Se limpiaron las fotografías de gran formato que están localizadas en el planero y se ordenó la colección de fotografías, debidamente protegida en sobres y cajas dentro del armario metálico ubicado en la sala de digitalización. Se facilitó a D. Carmelo Vega de La Rosa, Profesor Titular de Historia del Arte, y a Dª Laura Fariña Fariña y Dª Clara Alonso Herraiz, becarias, el acceso a la colección de fotografías para realizar un inventario de la misma dentro del proyecto de elaboración de una Guía-inventario de fondos y colecciones fotográficas de Canarias, cuyos resultados pueden consultarse en la página web www.inventariofc.com 4.2. Archivo 4.2.1. Ingresos En el año se ingresaron diversas donaciones de documentos de archivo, de las que conviene destacar la efectuada por D. Manuel Morales Martín, constituida por dos aportaciones documentales (auditoría del Cine Numancia y documentos de la antigua Sociedad La Benéfica) que pasan a engrosar la Colección “Manuel Morales Cañas” y el ingreso de la Colección de Turismo donada por D. Andrés de Souza Iglesias, consistente en 62 cajas-archivadores que abarcan documentación relacionada con el sector turístico a partir de mediados del siglo XX. 4.2.2. Trabajo técnico Se investigó la posibilidad de elaborar un cuadro de clasificación para el Fondo Documental de la RSEAPT, para lo cual se consultaron los cuadros de clasificación desarrollados por las RSEAP de Santiago de Compostela, Granada, Extremadura, Cantabria y Gran Canaria. Se llegó a la conclusión de que los modelos más apropiados son los utilizados por la RSEAP de Santiago de Compostela para construir un cuadro de clasificación funcional y el de la RSEAP de Extremadura para elaborar un cuadro de clasificación orgánico. Teniendo en cuenta los Estatutos de la RSEAPT, se procederá a elaborar el cuadro de clasificación definitivo de esta Corporación.

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Se inició la reubicación en el depósito los Fondos y las colecciones privadas, trasladando el material desde las estanterías abiertas a las compactas para su debida protección. Asimismo, se limpió y ubicó el Fondo “Ramón González de Mesa” especializado en los sistemas de extracción y gestión del agua. 4.3. Patrimonio mueble 4.3.1. Ingresos Entre las 5 donaciones de patrimonio mueble recibidas este año hay que resaltar, por su interés y curiosidad, el trozo de Araucarioxylon arizonicum petrificado recogido en Petrified Forest National Park (Parque Nacional del Bosque Petrificado) en Arizona (EE.UU.), donado por D. Ángel Marrero Calero; asimismo una calculadora mecánica Melitta, tipo Odhner, de la marca Mercedes Bureaumaschinswerke del año 1929, donada por D. Luis de Zárate Salazar; cornucopia bañada en pan de oro, donación de D. Fernando Monteverde de Ascanio, y la máquina de escribir Iberia (1920-1930) en metal donada por D. Andrés de Souza Iglesias. 4.3.2. Trabajo técnico Se realizaron cartelas para los objetos del patrimonio mueble que están expuestos en la exposición: cuadros, estampas, medallas, instrumentos científicos, esculturas, etc., en el Gabinete de la Ilustración “Tomás de Nava-Grimón”. 5. Servicios 5.1. Consulta En la sala de consulta la atención a los usuarios e investigadores ha sido de lunes a viernes, en horario de 10:00 a 13:00 horas y de 16:00 a 20:00 horas. Se modificó el formato de la ficha de consulta que rellenan los investigadores para solicitar los documentos que se sirven en la sala, con el propósito de que sirva para la variada tipología de documentos con que cuenta nuestra Institución. El número de investigadores ha aumentado en más de un 100% en comparación con los del año 2008, seguramente por el mayor conocimiento de las nuevas instalaciones entre la comunidad científica. En concreto, se han recibido a 67 visitas, 58 hombres y 9 mujeres, cuya distribución geográfica de procedencia es la siguiente:

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- La Laguna: 34 - Santa Cruz de Tenerife: 14 - Los Realejos: 4 - La Orotava: 4 - Tacoronte: 2 - Teror: 2 - El Rosario: 1 - Puerto de la Cruz: 1 - Arafo: 1 - Arona: 1 - Güímar: 1 - Candelaria: 1 - Lloret de Mar (Gerona): 1

Las consultas se distribuyen por meses de la siguiente forma: - Enero: 5 - Febrero: 14 - Marzo: 4 - Abril: 7 - Mayo: 4 - Junio: 8 - Julio: 7 - Septiembre: 7 - Octubre: 3 - Noviembre: 6 - Diciembre: 2

Los investigadores han consultado un total de 126 documentos, entre libros, folletos, publicaciones periódicas, fotografías y manuscritos, que se distribuyen de esta manera por Fondos y Colecciones: - Fondo Rodríguez Moure: 37 consultas - Hemeroteca: 29 consultas - Fondo de la RSEAPT: 23 consultas - Colección de folletos: 20 consultas - Fondo bibliográfico moderno: 14 consultas - Fondo bibliográfico antiguo: 6 consultas - Colección de fotografías: 3 consultas - Fondo Olga y Alicia Navarro: 1 consulta

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5.2. Reprografía La reprografía de documentos en la Institución está regulada por el Reglamento del Servicio de Archivo, Biblioteca y Hemeroteca, a través de un procedimiento que consta de solicitud en plantilla normalizada y una autorización que firma el Archivero-bibliotecario con el visto bueno del Director, en la que se informa del coste y de las condiciones de la cesión de la reproducción. El coste está basado en las tarifas de reproducción aprobadas en Junta de Gobierno celebrada el 22 de marzo de 2007. La reproducción se realiza por tres métodos: fotocopia, escaneado y fotografía digital. El uso de uno u otro método varía en función de las características del documento que se quiera reproducir. Se cursaron 27 solicitudes que fueron debidamente atendidas tras ser autorizado y cobrado el servicio. Se distribuyeron por fondos y colecciones de la siguiente manera: - Fondo Rodríguez Moure: 8 - Hemeroteca: 8 - Fondo Bibliográfico Antiguo: 4 - Fondo Tabares de Nava: 4 - Fondo Bibliográfico Moderno: 3 - Colección de folletos: 3 - Colección de fotografías: 2 - Colección de medallas: 2 - Fondo de la RSEAPT: 1

Se realizó una reproducción del expediente académico de D. Benito Pérez Galdós que conserva el IES Canarias Cabrera Pinto. 5.3. Préstamos y salidas Se ha establecido, respetando el Reglamento del Servicio de Archivo, Biblioteca y Hemeroteca, un procedimiento para mejorar el control de las obras prestadas durante su permanencia fuera de La Económica. El expediente se compone de una solicitud redactada por el peticionario en una plantilla normalizada donde el Bibliotecario-archivero hace su informe positivo o negativo y una autorización, en su caso, también en plantilla normalizada, en la que se especifican las condiciones para el préstamo, firmada por el Bibliotecario con el visto bueno del Director. A esta documentación se ha de añadir un certificado de haber contratado un seguro modalidad clavo a clavo y un acta de entrega

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cuando la obra salga de la RSEAPT, ésta firmada por el Bibliotecario y por la persona que la recoja, así como un acta de recepción cuando se devuelva la obra a la Económica. Siguiendo el antedicho procedimiento, se atendieron 4 solicitudes de préstamo para las siguientes exposiciones: - Agustín Espinosa, a los setenta años de su muerte, 1939-2009, comisariada por Dña. Ana María García Pérez, Catedrática de Geografía e Historia del IES Canarias Cabrera Pinto, que se celebró en el propio IES Canarias Cabrera Pinto (La Laguna) del 6 de febrero al 10 de marzo; para la que se prestó el siguiente libro: Lancelot, 28º - 7º. Guía integral de una isla atlántica / Agustín Espinosa. --Madrid: Ediciones de Arte, Literatura y Filosofía Actuales, 1929, 127 p. : il. ; 19 cm. - Agustín Espinosa, a los setenta años de su muerte, 1939-2009, comisariada por Dña. Ana María García Pérez, Catedrática de Geografía e Historia del IES Canarias Cabrera Pinto, que se celebró en el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (Puerto de la Cruz) del 17 de abril al 11 de mayo, y del 16 de mayo al 15 de junio en la Casa de la Cultura del Ayuntamiento de Los Relejos; para la que se prestó el siguiente libro: Lancelot, 28º - 7º. Guía integral de una isla atlántica / Agustín Espinosa. --Madrid: Ediciones de Arte, Literatura y Filosofía Actuales, 1929, 127 p. : il. ; 19 cm. - Vestida de sol. Iconografía y memoria de Nuestra Señora de Candelaria, comisariada por D. Carlos Rodríguez Morales, Archivero del Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife, que se celebró en las salas de arte María Rosa Alonso y Juan Cas de CajaCanarias (La Laguna) del 11 de mayo al 31 de julio; para la que se prestaron: Medalla de Nuestra Señora de Candelaria (revestida) Medalla de Nuestra Señora de Candelaria (con guanches) La Candelaria entre guanches, y Edipo atlántico. Fiesta con que se celebró en su pecho un ingenio, nacido en Tenerife, una Isla de las Canarias, el felicísimo nacimiento del Príncipe de Asturias. Sucedido el día fausto 25 de agosto de este año de 1707. Impreso. S.L., S.F.-. Fondo Rodríguez Moure. RM 64 (22/93). - Excursión al volcán. Centenario de la erupción del Chinyero, 1909-2009, comisariada por Dña. Ana María García Pérez, Catedrática de Geografía e Historia del IES Canarias Cabrera Pinto, que se celebró en el propio IES Canarias Cabrera Pinto (La Laguna) del 20 de octubre al 1 de noviembre, y

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del 13 de noviembre al 17 de diciembre en el Antiguo Convento de Santo Domingo (Puerto de la Cruz); para la que se prestaron: Ascanio y León-Huerta, Ramón: La erupción del Chinyero (Tenerife). Notas de viaje. Recuerdos e impresiones. Santa Cruz de Tenerife: A. J. Benítez, 1909. Instituto General y Técnico de Canarias: Memoria del curso de 1909 a 1910. Santa Cruz de Tenerife: A. J. Benítez, 1911. Al margen de estos préstamos, salieron de la Institución: - 13 grabados y 3 fotografías con destino al Laboratorio de Restauración Documental del Ayuntamiento de La Laguna para su restauración, limpieza y enmarcado a cargo del Técnico en Restauración y Conservación Documental D. Rafael Martín Cantos. - El óleo titulado Entrada del Obispo Luis Folgueras y Sión, para ser sometido a un proceso de restauración en el taller de la empresa Cúrcuma Conservación y Restauración, en Tacoronte. - Se hizo entrega a D. Andrés Cabaleiro Cruz del tomo 5 de la Summa Vierae para su digitalización. 6. Visitas A lo largo del año, visitaron el edifico 21.931 personas, en horario de mañana y tarde, a las que se les prestó atención singularizada con la explicación del valor histórico, patrimonial y documental que posee la Institución. Al margen de ello, se atendieron 3 visitas organizadas de centros de enseñanza para los que se preparó una pequeña exposición de ejemplares representativos de los fondos y colecciones de la Institución: - Grupo de 14 alumnos de la asignatura de Pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Laguna, con su profesor el Dr. Amado Zurita, Profesor Titular de Pediatría del Departamento de Obstetricia y Ginecología, Pediatría, Medicina Preventiva y Salud Pública, Toxicología, Medicina Legal y Forense; y Jefe Clínico de la Unidad de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica del Hospital Universitario de Nuestra Señora de Candelaria. - Grupo de 23 alumnos de ESO del Colegio Montessori de Santa Cruz de Tenerife. - Grupo de 24 alumnos de ESO del Colegio Virgen del Mar de El Rosario.

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ACTOS EN OTRAS INSTITUCIONES, REUNIONES Y VISITAS Enumerar los diferentes actos a los que el Sr. Director y otros miembros de la Junta de Gobierno de esta RSEAPT han asistido en representación de la misma a lo largo del año, así como detallar cada una de las reuniones que se han mantenido con las instituciones oficiales y las corporaciones privadas, haría muy prolija y larga esta Memoria. No obstante, todos ellos están debidamente reseñados en la base de datos informática que se encuentra en la Secretaría a disposición de los señores Miembros de la Corporación, donde se puede comprobar que esta Real Sociedad Económica ha procurado estar presente, a través de los diversos Miembros de su Junta de Gobierno, en todos los actos a los que ha sido invitada.

ACTIVIDADES CIENTÍFICAS Y CULTURALES Seguidamente, se detallan los diferentes actos organizados y realizados por esta Real Sociedad Económica durante el año 2009. 12/01/2009 - 19:30 horas. Conferencia dentro del seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad: “Desertificación ¿Mito o realidad?”, a cargo del Dr. Antonio Rodríguez Rodríguez, Profesor de la Universidad de La Laguna. Aula Viera y Clavijo de esta Real Sociedad Económica. 09/02/2009 - 19:30 horas. Conferencia dentro del seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad: “El Milano Real (Milvus milvus), ¿Está justificada su reintroducción?”, a cargo del Dr. Eduardo García del Rey, Profesor de la Universidad de La Laguna. Aula Viera y Clavijo de esta Real Sociedad Económica. 16/02/2009 - 19:00 horas. Conferencia dentro del seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad: “La reservas marinas de interés pesquero en Canarias”, a cargo de D. Pablo Martín-Sosa Rodríguez, investigador del Centro Oceanográfico de Canarias. Aula Viera y Clavijo de esta Real Sociedad Económica.

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02/03/2009 - 19:30 horas. Conferencia dentro del seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad: “Los bosques termófilos de Canarias”, a cargo del Dr. Rüdiger Otto, miembro del Grupo de Investigación de Ecología y Biogeografía Insular de la Universidad de La Laguna. Aula Viera y Clavijo de esta Real Sociedad Económica. 09/03/2009 - 19:30 horas. Presentación del Atlas ANROART de Canarias dentro del seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. Autores: Dr. Antonio Santana Santana, Profesor Titular de Geografía de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, y Lcdo. Eustaquio Villalba Moreno, Profesor de Enseñanza Secundaria. Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica. 16/03/2009 - 19:30 horas. Conferencia dentro del seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad: “La gestión de un espacio protegido: el caso del parque rural de Anaga”, a cargo de Dª Maica Coello, Directora del parque rural de Anaga. Aula Viera y Clavijo de esta Real Sociedad Económica. 18/03/2009 - 20:00 horas. Conferencia: “Un camino hacia la vida: la donación de órganos”, a cargo del Dr. Antonio Rodríguez Santana, dentro de las VII Jornadas Cofrades de la Cofradía Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Soledad-La Salle. Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica. 19/03/2009 - 19:30 horas. Inauguración del seminario Claves de la Economía Canaria. Impacto de la crisis. Ponencia: “Crisis económica en Canarias: pensamiento y proyección”, a cargo del Dr. José Ángel Rodríguez, Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de La Laguna. Mesa Redonda con D. Vicente Dorta Antequera, Director General de la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife, y D. Juan Manuel Bethencourt Padrón, Director de Diario de Avisos. Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica. 20/03/2009 - 20:00 horas. Conferencia: “La fe de los agnósticos”, a cargo del Magistrado D. Eligio Hernández Gutiérrez, dentro de las VII Jornadas Cofrades de la Cofradía Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Soledad-La Salle. Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica.

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23/03/2009 - 19:30 horas. Presentación del libro La Red Natura 2000 de Macaronesia y los Espacios Naturales Protegidos en Canarias, de los profesores Antonio Santana Santana, Eustaquio Villalba Moreno y Trinidad Arcos Pereira, dentro del seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica. 26/03/2009 - 19:30 horas. Seminario: Claves de la Economía Canaria. Impacto de la crisis. Ponencia: “Las repercusiones de la crisis sobre la economía canaria”, a cargo del Dr. Manuel Navarro Ibáñez, Catedrático de Fundamentos de Análisis Económico de la Universidad de La Laguna. Mesa Redonda con D. Miguel Becerra, Profesor Asociado del Departamento de Análisis Económico de la Universidad de La Laguna, y D. Pedro Suárez Martín, Presidente del Círculo de Empresarios del Sur de Tenerife. Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica. 30/03/2009 - 19:30 horas. Conferencia dentro del seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad: “Lecciones de la sabiduría vernácula para un futuro (menos in) sostenible”, a cargo del Dr. Fernando Sabaté i Bel, Profesor del Departamento de Geografía de la Universidad de La Laguna. Aula Viera y Clavijo de esta Real Sociedad Económica. 02/04/2009 - 19:30 horas. Seminario Claves de la Economía Canaria. Impacto de la crisis. Ponencia: “Perspectivas sobre el empleo en Canarias. Efectos del desempleo”, a cargo del Dr. José Luis Rivero Ceballos, Catedrático de Economía Aplicada. Departamento de Economía de las Instituciones, Estadística Económica y Econometría de la Universidad de La Laguna. Mesa Redonda con D. Alberto Génova Galván, Director del Servicio Canario de Empleo. Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica. 13/04/2009 - 19:30 horas. Conferencia dentro del seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad: “Un telegrama procedente del interior del volcán Poás, Costa Rica, América Central”, a cargo de la Dra. Gladys Melián Rodríguez, Investigadora “Torres Quevedo” del Instituto Tinerfeño de Energías Renovables (ITER). Aula Viera y Clavijo de esta Real Sociedad Económica.

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16/04/2009 - 19:30 horas. Seminario Claves de la Economía Canaria. Impacto de la crisis. Ponencia: “Los mercados de trabajo en Canarias”, a cargo del Dr. Dirk Godenau, Profesor Titular de Economía Aplicada de la Universidad de La Laguna. Mesa Redonda con la Dra. Rosa Marrero Rodríguez, Profesora Titular del Departamento de Sociología de la Universidad de La Laguna. Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica. 20/04/2009 - 19:30 horas. Conferencia dentro del seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad: “Cuando el suelo se quema en Canarias”, a cargo del Dr. Jesús Notario del Pino, Profesor Titular de Edafología de la Universidad de La Laguna. Aula Viera y Clavijo de esta Real Sociedad Económica. 23/04/2009 - 19:30 horas. Seminario Claves de la Economía Canaria. Impacto de la crisis. Ponencia: “La Empresa Familiar en el marco de la actual situación económica”, a cargo de la Dra. Mª Katiuska Cabrera Suárez, Profesora Titular de Economía y Dirección de Empresas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y responsable de la Cátedra de la Empresa Familiar. Mesa Redonda con D. Antonio Fernández López, Presidente de la Asociación Territorial de la Empresa Familiar en Canarias, y D. Juan José Fuentes Tabares, Vicepresidente de la Cámara de Comercio. Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica. 27/04/2009 - 19:30 horas. Conferencia dentro del seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad: “Comunicación en profundidad. Calderones y zifios en Canarias”, a cargo de la Dra. Natacha Aguilar de Soto, Investigadora del Departamento de Biología Animal de la Universidad de La Laguna. Aula Viera y Clavijo de esta Real Sociedad Económica. 30/04/2009 - 19:30 horas. Seminario Claves de la Economía Canaria. Impacto de la crisis. Ponencia: “La crisis económica y el paro desde la perspectiva sindical. Propuestas”, a cargo de D. José Miguel González Hernández, Director del Gabinete Técnico de Comisiones Obreras. Mesa Redonda con D. Juan Jesús Arteaga Lorenzo, Secretario General de Comisiones Obreras en Canarias, y el Dr. Antonio González Vieitez, Profesor Titular de Economía Mundial de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica.

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04/05/2009 - 19:30 horas. Conferencia dentro del seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad: ”Los paleoclimas del Sahara”, a cargo del Dr. Constantino Criado Hernández, Profesor Titular de Geografía Física de la Universidad de La Laguna. Aula Viera y Clavijo de esta Real Sociedad Económica. 07/05/2009 - 19:30 horas. Seminario Claves de la Economía Canaria. Impacto de la crisis. Ponencia: “La crisis económica y el paro desde la óptica empresarial. Propuestas”, a cargo de D. José Fernando Rodríguez de Azero y del Hoyo, Presidente de la CEOE-Tenerife. Mesa Redonda con D. Rodolfo Núñez Ruano, Consejero Delegado de BINTERCANARIAS, y D. Amid Achid Fadul, Presidente del Grupo Número Uno. Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica. 08/05/2009 De 12 a 13 horas. Visita cultural a la sede de la Real Sociedad Económica de un grupo de 14 alumnos de la Facultad de Medicina con el Dr. Amado Zurita, Profesor de Pediatría del Departamento de Obstetricia y Ginecología, Pediatría, Medicina Preventiva y Salud Pública, Toxicología, Medicinal Legal y Forense; y Jefe Clínico de la Unidad de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica del Hospital Universitario de Ntra. Sra. de Candelaria. 11/05/2009 - 19:30 horas. Conferencia dentro del seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad: “El guanche como arquetipo identitario. De los resabios coloniales a la incertidumbre posmoderna”, a cargo del Dr. Fernando Estévez González, Profesor Titular de Antropología de la Universidad de La Laguna. Aula Viera y Clavijo de esta Real Sociedad Económica. 14/05/2009 - 19:30 horas. Seminario Claves de la Economía Canaria. Impacto de la crisis. Ponencia: “Repercusiones de la actual crisis económica en el sector agrícola”, a cargo del Dr. Manuel Caballero Ruano. Director Científico del ICIA. Mesa Redonda con D. Antonio Martínez Muñoz, economista de la Dirección General de Promoción Económica. Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica. 13/05/2009 - 17:00 horas. Reunión del foro sobre Patrimonio Cultural de la XII Edición del Simposio de Centros Históricos y Patrimonio Cultural de Canarias, coordinado por el Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio (CICOP). Gabinete de la Ilustración de esta Real Sociedad Económica.

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18/05/2009 - 19:30 horas. Conferencia dentro del seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad: “Las aves rapaces de Macaronesia”, a cargo de D. Rubén Barone Tosco, Naturalista. Aula Viera y Clavijo de esta Real Sociedad Económica. 20/05/2009 De 18 a 20 horas. Reunión del foro sobre Patrimonio Cultural de la XII Edición del Simposio de Centros Históricos y Patrimonio Cultural de Canarias, “La Laguna Patrimonio Cultural”. Gabinete de la Ilustración de esta Real Sociedad Económica. 21/05/2009 - 19:30 horas. Seminario Claves de la Economía Canaria. Impacto de la crisis. Ponencia: ”Mejoras de la política de autoabastecimiento agrario como medida para el crecimiento del sector”, a cargo de D. Henry Sicilia Hernández, Presidente de la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Canarias (ASAGA-ASAJA). Mesa Redonda con D. Pedro Molina Ramos, Presidente de la Asociación de Ganaderos de Tenerife y de la Cooperativa La Candelaria, y D. Carlos Díaz Bacallado, Director General de Finca Puntagorda S.L. Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica. 22/05/2009 De 16 a 20 horas. Acto académico: Aspectos Actuales del Cáncer Ginecológico, dirigido por el profesor Dr. Juan M. Troyano Luque, de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Laguna. Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica. 25/05/2009 - 19:30 horas. Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. Presentación de la reedición del libro Conference sur l’archipel Canarien del profesor R. Vernau, a cargo del profesor de Biología del IES Viera y Clavijo D. Melchor Núñez Pérez. Gabinete de la Ilustración de esta Real Sociedad Económica. 28/05/2009 - 19:30 horas. Seminario Claves de la Economía Canaria. Impacto de la crisis. Ponencia: ”El desarrollo rural”, a cargo del Dr. José León García Rodríguez, Profesor Titular de Geografía Humana de la Universidad de la Universidad de La Laguna. Mesa Redonda con D. Carlos Fernández Hernández, Presidente de la Asociación de Turismo Rural Isla Bonita, y D. José Armengol Martín, Gerente del Grupo Leader-AIDER Gran Canaria. Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica.

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29/05/2009 - 20:00 horas. Día de Canarias 2009. - Apertura del Acto por el Sr. Director de la RSEAPT. - Intervención del Ilmo. Sr. Alcalde-presidente del Excmo. Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna, D. Fernando Clavijo Batlle. - Conferencia: “Don Carlos O’Donnell en los sucesos canarios 1808-1809”, a cargo del Dr. Hugo O’Donnell, Duque de Tetuán, Miembro de la Academia de la Historia, Premio Nacional de Historia. - Entrega por el Ilmo. Sr. Alcalde de una serie de diez grabados del siglo XVIII, propiedad de esta Real Sociedad Económica, que han sido objeto de intervención en el Laboratorio de Restauración Documental del Ayuntamiento de La Laguna. - Inauguración de la exposición de grabados en el Gabinete de la Ilustración. Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica. 01/06/2009 De 16 a 20 horas. Curso de Protocolo, impartido por Dª. Mª del Pino Fuentes, del gabinete de Protocolo de la Presidencia del Gobierno de Canarias. Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica. 04/06/2009 - 19:30 horas. Seminario Claves de la Economía Canaria. Impacto de la crisis. Ponencia: “La industria del vino: su papel en el futuro desarrollo del sector agrícola”, a cargo del Dr. Ginés Girau Pérez, Catedrático de Economía Aplicada del Departamento de Economía de las Instituciones, Economía Estadística y Econometría de la Universidad de La Laguna. Mesa Redonda con D. Juan Jesús Méndez Siverio, Presidente de la Asociación de Viticultores y Bodegueros de Canarias, y D. Santiago Suárez Sosa, economista del Consejo Regulador Tacoronte-Acentejo. Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica. 11/06/2009 - 19:30 horas. Seminario Claves de la Economía Canaria. Impacto de la crisis. Ponencia: “La situación del mercado español del plátano. Posibles estrategias de futuro”, a cargo del Dr. Juan Sebastián Nuez Yánez, Profesor del Departamento de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad de La Laguna (leída, por enfermedad del autor). Mesa Redonda con D. Francisco Rodríguez Noguerón, Director de Desarrollo de Negocio de ASPROCAN, y D. Manuel Redondo Zaera, responsable técnico de COAG-Canarias. Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica.

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18/06/2009 - 19:30 horas. Seminario Claves de la Economía Canaria. Impacto de la crisis. Ponencia: “Los cultivos marinos, ¿posible motor del sector primario en Canarias?”, a cargo del Dr. Guillermo García-Blairsy Reina, Catedrático de Ciencias del Mar, Director del Centro de Biotecnología Marina de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica. 25/06/2009 - 19:30 horas: Presentación de la colección Historia Cultural del Arte en Canarias, Tomo III: Arte, Sociedad y Arquitectura en el siglo XVII. La Cultura del Barroco de Canarias, de Juan Sebastián López García y Clementina Calero. Acto organizado con la Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias. Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica. 27/07/2009 - 12:00 horas. Presentación del boletín-anuario Nautis et Incolis 2009. La presentación corrió a cargo del Excmo. Sr. Presidente del Parlamento de Canarias, D. Antonio Castro Cordobez, y el Director de la RSEAPT, en el marco de la visita institucional realizada por el primero a la sede de la Institución. Gabinete de la Ilustración de esta Real Sociedad Económica. 01/10/2009 - 19:30 horas: Seminario Claves de la Economía Canaria. Impacto de la crisis. Ponencia: “La política turística en Canarias”, a cargo del Dr. Francisco Villar Rojas, Catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de La Laguna. Mesa Redonda con el economista y periodista D. Mario Alberto Perdomo Aparicio. Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica. 02/10/2009 - 30/10/2009 Exposición Humboldt en Canarias, organizada dentro del marco de las celebraciones del X aniversario de la declaración de la ciudad de San Cristóbal de La Laguna como Bien Cultural del Patrimonio Mundial. Lugar: Claustro y Gabinete de la Ilustración. 19:30 horas. Conferencia inaugural: “Humboldt y La Laguna”, a cargo del ingeniero de montes D. Isidoro Sánchez, ex Eurodiputado y Senador. Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica. 08/10/2009 - 19:30 horas: Seminario Claves de la Economía Canaria. Impacto de la crisis. Ponencia: “El impacto

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Memoria 2009

económico del turismo”, a cargo del Dr. Raúl Hernández Martín, Profesor Titular de Estructura Económica de la Universidad de La Laguna. Mesa Redonda con el economista D. José Carlos Francisco Díaz, asesor de la Fundación Loro Parque. Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica. 15/10/2009 - 19:30 horas: Seminario Claves de la economía Canaria. Impacto de la crisis. Ponencia: “La ordenación del alojamiento turístico, tendencias de la demanda y estrategias de renovación”, a cargo de D. Fernando Fraile González, Presidente de la Federación de Hostelería y Turismo de Las Palmas (FEHT). Mesa Redonda con D. Miguel Becerra Domínguez, Profesor Asociado de Fundamentos de Análisis Económicos de la Universidad de La Laguna y Presidente de GASCAN. Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica. 22/10/2009 - 19:30 horas: Seminario Claves de la economía Canaria. Impacto de la crisis. Ponencia: ”El espacio turístico y modelo de producto”, a cargo del Dr. Agustín Talavera, Profesor Titular de Antropología Social de la Universidad de La Laguna. Mesa Redonda con D. Javier Bernal Rueda, Consejero Delegado de Tropical Turística Canaria. Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica. 29/10/2009 - 19:30 horas: Seminario Claves de la economía Canaria. Impacto de la crisis. Ponencia: “Competitividad, innovación y gestión de la calidad turística”, a cargo de la Dra. Flora Mª Díaz Pérez, Profesora Titular de Economía Aplicada de la Universidad de La Laguna. Mesa Redonda con D. José Moriana Santisteban, empresario, anterior presidente de la FEHT y vicepresidente de Zonas Turísticas de España (ZONTUR). Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica. 05/11/2009 - 19:30 horas: Seminario Claves de la economía Canaria. Impacto de la crisis. Ponencia: “Promoción y cambios en la comercialización del productor turístico”, a cargo de D. José Fernando Cabrera, Presidente de la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife (ASHOTEL). Mesa Redonda con D. Alberto Bernabé Teja, Director Gerente de Turismo de Tenerife. Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica.

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06/11/2009 - 19:30 horas. Acto conmemorativo de la Festividad de San Carlos Borromeo, onomástica de SM El Rey Carlos III. - Apertura del acto por el Sr. Director de la RSEAPT, D. Andrés de Souza Iglesias, y presentación del volumen I de El impacto de la crisis en la economía Canaria. Claves para el futuro. - Lección Magistral: “El control de la actividad política”, a cargo del Excmo. Sr. D. Eligio Hernández Gutiérrez, Académico de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación. - Entrega de distinciones honoríficas a los Miembros de Mérito. - Recepción de Miembros de Número y correspondientes. - Cierra la sesión el Sr. Director de la RSEAPT. - Recital Musical. Trío Corelli. Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica. 11/11/2009 - 11:00 horas. Visita cultural y coloquio de 23 alumnos del Colegio Montessori. 12/11/2009 - 19:30 horas. Seminario Claves de la economía Canaria. Impacto de la crisis. Inicio del bloque dedicado al análisis de la Industria y la Energía, con la ponencia: “La situación de la industria en Canarias: Presente y perspectivas de futuro”, a cargo del anterior Presidente del Gobierno de Canarias e ingeniero industrial D. Adán Martín Menis. Mesa Redonda con D. José Ramón Villalba González, Presidente de la Asociación Industrial de Canarias (ASINCA). Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica. 19/11/2009 - 19:30 horas. Seminario Claves de la economía Canaria. Impacto de la crisis. Ponencia: “La diversificación de las fuentes de energía en Canarias. Ventajas del gas natural para la industria Canaria”, a cargo de los Drs. Francisco Ramos Real y Gustavo Alberto Marrero Díaz, Profesores del Departamento de Análisis Económico en la Universidad de La Laguna. Mesa Redonda con D. Juan Márquez Siverio, Director General de GASCAN. Gabinete de la Ilustración de esta Real Sociedad Económica. 20/11/2009 De 11:00 a 12:00 horas. Visita cultural y coloquio, en dos grupos con un total de 24 alumnos, del Colegio Virgen del Mar.

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Memoria 2009

23/11/2009 – 04/11/2009 Curso: Formación para responsables de voluntariado en cuanto a obligaciones registrales y requisitos de subvenciones. Horario: de 16:30 a 19:30 (30 horas lectivas). Subvencionado por el Plan de Voluntariado (Ministerio de Trabajo y de Asuntos Sociales). Convocatoria de la Consejería de Bienestar Social, Juventud y Vivienda. Dirección General de Servicios Sociales. Gobierno de Canarias. Aula Viera y Clavijo de esta Real Sociedad Económica. 25/11/2009 - 19:30 horas. Presentación del libro: Las ondas juveniles del franquismo. “Radio Juventud de Canarias”, 1955-1978. Autor, Dr. Julio Antonio Yanes Mesa, Profesor Titular de Periodismo de la Universidad de La Laguna. La presentación corrió a cargo de los periodistas D. José Antonio Pardellas Casas y D. César FernándezTrujillo de Armas. Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica. 26/11/2009 - 19:30 horas. Seminario Claves de la economía Canaria. Impacto de la crisis. Ponencia: “Las fuentes de generación de energía en Canarias. El mix ideal”, a cargo del Dr. Juan Carlos Moreno Piquero, Catedrático del Área de Métodos Cuantitativos para la Economía y la Empresa de la Universidad de La Laguna. Mesa Redonda con D. José María Plans Gómez, Presidente de UNELCOENDESA, y D. Benicio Alonso Pérez, Consultor e Ingeniero Técnico Industrial. Gabinete de la Ilustración de esta Real Sociedad Económica. 03/12/2009 - 19:30 horas. Seminario Claves de la economía Canaria. Impacto de la crisis. Ponencia: “Panorama canario de las fuentes renovables”, a cargo de D. Manuel CendagortaGalarza López, Director-gerente del Instituto Tinerfeño de Energías Renovables (ITER). Mesa Redonda con D. Gonzalo Piernavieja Izquierdo, Director de la División de I+D+I del Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), y D. Juan Linares Feria, Director Territorial de Endesa Cogeneración y Energías Renovables en Canarias (ECYR). Gabinete de la Ilustración de esta Real Sociedad Económica. 04/12/2009 - 20:00 horas. X Aniversario de la Declaración por la UNESCO de la ciudad de La Laguna como Patrimonio Mundial (Bien Cultural). - Apertura del acto por el Sr. Director de la RSEAPT, D. Andrés M. de Souza Iglesias.

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- Intervención del Ilmo. Sr. Alcalde-presidente del Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna, D. Fernando Clavijo Batlle. - Presentación del libro La Laguna y Óscar Domínguez. Su casa natal, a cargo del coautor Dr. Fernando Castro Borrego. - Intervención de los coautores. - Palabras de la Ilma. Sra. Dª Aránzazu Gutiérrez Ávila, Directora General de Cooperación y Patrimonio Cultural de la Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias. - Lectura de poemas dedicados a Óscar Domínguez por el Dr. Fernando Garciarramos, acompañado a la guitarra por D. Manuel Melián. - Cierra la sesión el Sr. Director de la RSEAPT. Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica. 10/12/2009 - 19:30 horas. Seminario Claves de la economía Canaria. Impacto de la crisis. Ponencia: “La logística, la conectividad y la infraestructura para el desarrollo industrial”, a cargo del Dr. Eduardo Martínez Budria, Profesor Titular del Departamento de Análisis Económico de la Universidad de La Laguna. Mesa Redonda con D. Eduardo Bezares Carretero, Presidente del Clúster Canario de Transporte Logístico y Subdirector de Operaciones Logísticas de la Compañía Cervecera de Canarias (CCC). Gabinete de la Ilustración de esta Real Sociedad Económica. 16/12/2009 De 17:00 a 20:00 horas. Cursillo de cata de los vinos canarios premiados en el concurso Agrocanarias 2009, organizado con la colaboración del Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria del Gobierno de Canarias. Aula Viera y Clavijo de esta Real Sociedad Económica. 17/12/2009 - 19:30 horas. Seminario Claves de la economía Canaria. Impacto de la crisis. Ponencia: “La Astrofísica, promotora del desarrollo científico, cultural, tecnológico y económico”, a cargo del Dr. Francisco Sánchez Martínez, Fundador y Director del Instituto Astrofísico de Canarias (IAC). Mesa Redonda con D. José Luis Delgado Jalón, Consejero Delegado de Galileo, Ingeniería y Servicios. Salón de Actos de esta Real Sociedad Económica. 30/12/2009 Presentación de dos cursos de la especialidad profesional Auxiliar de Biblioteca y Centros de Documentación, de 265 horas de duración, a impartir diariamente, en jornadas de tarde, del 11 de enero al 26 de junio de 2011, dirigidos a

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trabajadores desempleados, que se realizan en colaboración con el Servicio Canario de Empleo y están cofinanciados por el Fondo Social Europeo. Aula de Informática de esta Entidad. Matriculados: 15 alumnos en cada curso, número máximo por convocatoria.

PUBLICACIONES Durante este año 2009 se han editado: - La Laguna y Óscar Domínguez. Su casa natal. Autores: Dr. Fernando Castro Borrego, D. Eliseo Izquierdo, Dr. Leoncio Afonso, Dr. Adrián Alemán de Armas (q.e.p.d.) y Dr. Fernando Garciarramos. 186 páginas. ISBN 978-84692-3014-5. - Boletín-anuario Nautis et Incolis 2009. 356 páginas. ISSN 1887-0783. - El impacto de la crisis en la economía canaria. Claves para el futuro. Volumen I. 662 páginas. ISBN 978-84-692-6206-1.

SECRETARÍA Durante el año 2009 el número de documentos entrados han sido 1.446. Aparte de las citaciones a la Junta General y de Gobierno, e invitaciones a los diferentes actos, se han despachado 814 oficios complementarios al trabajo administrativo de régimen interior. La presente Memoria ha sido sometida a la consideración de la Junta General de la Corporación celebrada el 11 de febrero de 2010, mereciendo la aprobación unánime.

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Ecos de la prensa local Recopilaci贸n por D. Fernando Monteverde de Ascanio. Vicedirector de la RSEAPT



Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. Convivencia y energía Sede de la Real Sociedad Económica. Sesión dentro del seminario Planeta Tierra: Desertificación, ¿mito o realidad? Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. Desertificación ¿mito o realidad? Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. Bajo la superficie del Sol, ¿Qué ocurre a 300.000 km. de profundidad bajo la superficie? Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. El clima marítimo de Canarias. El objetivo final del análisis del clima marítimo Tres siglos de consejos. El presidente de la Real Academia de Medicina, Javier Parache Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. Canarias en el futuro del Planeta Tierra La Económica reelige como presidente a Andrés de Souza La Virgen de Candelaria en las medallas (y II) La Corporación ayudará a la Real a conservar unos grabados La Universidad de La Laguna celebra una exposición bibliográfica sobre Humboldt. Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. El milano real (Milvus milvus). ¿Está justificada su reintroducción? Canarias pregunta a Europa Trece calles del municipio recibirán el nombre de sendos ex rectores de la ULL Fidencia Iglesias: es un orgullo haber contribuido a que el teatro Leal volviera a latir Trabajo de restauración de la obra de Juan Abreu: “La primera entrada del Obispo Folgueras en La Laguna” La restauración de la obra de Juan Abreu, a buen ritmo Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. Reservas marinas. De interés pesquero en Canarias El Gobierno canario restaura una obra de Juan Abreu La ULL se asoma a la historia. Un convenio firmado entre la institución académica y la RSEAPT ofrece a estudiantes y profesores fondos bibliográficos Adeje “busca financiación alternativa” para implantar estudios universitarios. El rector de la ULL sostiene que la crisis ha paralizado la “diversificación” académica

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RELACION DE RESEÑAS SOBRE LA R.S.E.A.P.T. EN DIFERENTES MEDIOS DE COMU NICACION

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Convenio entre la Universidad de La Laguna y la Económica Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. Hijas del volcán, las personas y las Islas Canarias El Pleno suprime el privilegio de los “accionistas de Las Mercedes” Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. Los bosques termófilos de Canarias La Real Sociedad Económica presenta el Atlas Anroart de Canarias a partir de las 10:30 horas El fin de los privilegios del agua Nueva herramienta cartográfica para el Archipiélago Se presenta una versión actualizada del atlas de la geografía del Archipiélago Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. El nuevo Atlas Anroart de Canarias Entrevista en directo con D. Andrés de Souza sobre el tema: El Seminario de la Económica Entrevista en directo con D. Andrés de Souza sobre el tema: Magazine de la mañana, conductor Oscar Herrera Debates sobre la crisis en la Real Sociedad Económica Las VII Jornadas Cofrades se inauguran hoy en la Económica Ordenar el suelo disolvería el “rentismo” típico canario, según el catedrático Rodríguez Martín VII Jornadas Cofrades de la Cofradía de la Misericordia. Conferencia de Antonio Rodríguez Santana sobre “Donar órganos” Ponencia de Manuel Navarro en la Económica tinerfeña Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. La gestión de un espacio protegido: el caso del parque rural de Anaga Canarias debe diversiicar las inversiones para afrontar la crisis, según la afirmaciones del Catedrático de Economía José Angel Rodríguez Miguel Becerra sostiene que Canarias se recuperará más tarde de la crisis Conferencia en la Económica sobre “Los rentistas son los ´subprime´ de Canarias”, dice José Angel Rodríguez Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad, La Red Natural 2000 en Canarias: pasado, presente y futuro Rivero Ceballos dice que el Plan de Empleo no discrimina. En el Seminario de la RSEAPT “Claves para el futuro económico de Canarias”

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José Luis Rivero. Tiempo de propuestas en materia económica, tercera sesión en la RSEAPT Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. Lecciones de Sabiduría Vernácula para un futuro (menos in) sostenible Continúa el seminario “Planeta Tierra” de la Económica Dirk Godenau, en la Económica, ponencia sobre “ Inmigración, crisis y mercados de trabajo en Canarias” Esquela del fallecimiento de Juan Jesús García-Sanjuan Ruiz Benítez de Lugo En pocas palabras: merecido reconocimiento a José S. Hernández Marrero, por Emilio Racionero Menasalvas Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. Un telegrama procedente del interior del volcán Poás La situación de la empresa familiar, a debate en la Real Sociedad Económica tenerfeña La desconfianza es un lastre en las empresas familiares, según Katiuska Cabrera La Sociedad toma la palabra: a sus atractivos documentales y artísticos, la económica añade ahora una sugerente oferta de seminarios La empresa familiar tiene en la cercanía con los clientes “oxígeno” para pasar la crisis De julio de 1966, sobre el homenaje en Tenerife al obispo de la diócesis La Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, por Paloma Herrero González (CC.OO.) lamenta que la ZEC no atraiga la industria que se esperaba Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. Cuando el suelo se quema en Canarias Arminda del Castillo: una figuración imaginativa La crisis actual cambiará esquemas ya consolidados. Rodríguez de Azero cree que en Canarias “hubo quizás un crecimiento un poco alocado” Seminario Planeta Tierra: Ciencias de laTierra para la Sociedad. Comunicación en profundidad. Calderones y zifios en Canarias La CEOE propone impulsar un plan de reactivación de la productividad en las Islas Entrevista en el programa La Gaceta, de 8:15 a 8:45, por el periodista Antonio Salazar al director de la Económica Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. Los paleoclimas del Sáhara La innovación para impulsar la agricultura. El director del ICIA opina que la situación actual invita a aprovechar mejor los nichos de mercado sin explotar El ICIA ve en el desarrollo de la industria agroalimentaria la gran baza del campo isleño

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Asaga llama a trabajar por la soberanía alimentaria de las Islas Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. El guanche como arquetipo identitario Henry Sicilia apuesta por la profesionalización del campo. Afirma que hace falta una “política institucional valiente” Conferencia de actividades. Día de Canarias: Reales Sociedades Económicas, Foro de Análisis y Propuestas de la Sociedad Civil La Económica celebra el Día de Canarias con varios actos de carácter histórico Según el profesor García Rodríguez, el modo de vida del campo canario está en entredicho Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. Las aves rapaces de Macaronesia Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. El archipiélago canario. Su pasado, su presente, de René Verneau Guirao aconseja a Canarias entrar en el “lobby” de viticultura heroica Los fondos de La Económica abarcan 500 años de la Historia de Canarias Cirilo Leal: el periodismo de rescate es un homenaje a nuesrtos mayores Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. A ciencia cierta. Presentación de la reedición del libro de René Verneau La Rel Sociedad Económica y la ilustración tinerfeña Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad.¿Convivencia? con el Planeta Tierra Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. La evaluación del Milenio de los Ecosistemas Canarios El Medio Pelágico Canario: caracterísricas oceanográficas y biodiversidad Honores Reales: los Reyes presidirán la inauguración de la Fundación Cristino de Vera VI Jornadas de divulgación volcanológica: un instituto que sigue dormido Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. Memoria Histórico-descriptiva de la erupción del Chinyero Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. Los gatos cimarrones en Canarias La RSEAPT y el Parlamento impulsarán un Congreso sobre Periodismo Canario Criterios, fantasmas y poemas, apartado 2 Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. Charcos de pleamar. Zonas en las que existe un conglomerado de micro-ambientes

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Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. El maná de la civilización Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. Las bombillas incandescentes pasan a la historia La batería del Cristo lagunero Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. Administrar el tiempo en las soluciones ambientales Entrevista al director de la Económica, a las 11:45 horas, en el programa “La Alpispa” Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. La gestión de los residuos sólidos urbanos La política turística reabre seminarios en la Económica Entregados los Premios Valores Humanos 2009 Entrevista al director de la Económica, a las 10:30 horas, sobre el Seminario de Economía, Bloque IV, dedicado al Turismo Entregados los Premios Valores Humanos 2009 por el Cabildo Reconocimiento honorífico de Valencia a la Real Sociedad Económica con motivo de la entrega de la Medalla de Oro de la Ciudad Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. La residencialidad, ¿la alternativa a la oferta alojativa extrahotelera? Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. Cambio climático y desarrollo económico El presidente de la FEHT afirma que el modelo de turismo de masas desarrollado en Canarias está agotado Quince edificios históricos esperan que los declaren Bien de Interés Cultural D. Rafael Díaz formó parte del Jurado del XIII Concurso de Mieles de Canarias Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. Insectos endémicos de Canarias (I parte) El CIT de Santa Cruz de Tenerife designa los Amables del Turismo, entre los que se encuentra la RSEAPT Las Cepas del CIT Icodense ya tienen destinatarios En pocas palabras: baremo, por Emilio Racionero Menasalvas Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. Insectos endémicos de Canarias (II parte) Onomástica: La RSEAPT celebra la festividad de San Carlos Borromeo Festividad de San Carlos Borromeo. Conferencia del magistrado Eligio Hernández

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La Económica celebró su aniversario con la recepción de sus miembros La Económica celebró anoche la festividad de San Carlos Borromeo La Económica: Adán Martín analiza el estado de la industria canaria Premio al compromiso del Cabildo de Tenerife Una calle lleva ya el nombre de Wolfredo Wildpret Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. Los destinos turísticos competitivos son los que innovan Jorge Rodríguez dice que la refinería es parte de la “reserva estratégica canaria” Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. I Centenario de la erupción del Chinyero (1909-2009). Los paisajes olvidados del Valle de Santiago (*) Crece la preocupación por el uso que el Ayuntamiento dé a la Casa Anchieta en el futuro Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. Desde el 2008, el sector turístico espera por un plan estrátégico para Canarias La Amabilidad tiene premio del Centro de Iniciativas Turísticas de Santa Cruz Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. La necesidad de implantar planes de transporte a los centros de trabajo y estudio EL DIA premia a Eligio Hernández, Fernando Herráiz y Oswaldo Izquierdo Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. La Laguna (1808-1810), última trinchera de la España revolucionaria Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. La morfología del terreno hace que la viticultura en Canarias sea heroica Placa en la calle Anchieta: “En estos solares existió el Jardín de Nava, en él se reunió la Junta Suprema de Canarias en 1808” Editan un libro sobre Óscar Domínguez y La Laguna, publicado por la RSEAPT Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. Las fuentes de generación de energía eléctrica en Canarias. El MIX ideal Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad. Una adecuada política de autoabastecimiento agrario es precisa para el crecimiento del sector Real Sociedad Económica: contar con la sociedad, “un éxito”

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INTERPRETACIÓN DEL CÓDIGO QUE PRECEDE A CADA COMUNICACIÓN

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Sección a la que pertenece N° de orden dentro de la revista Autor Año de publicación

CÓDIGO DE AUTORES

Benicio Alonso Pérez Andrés De Souza Iglesias Miguel Fernández Gutiérrez Carmen Fraga González Carmen Jahrbeck Serret Antonio Luque Hernández Manuel Morales Martín Arabela de la Nuez Cruz Octavio Rodríguez Delgado Francisco J. Macias Martín Julio Antonio Yanes Mesa Antonio Machado Carrillo Tomás Van de Walle de Sotomayor Juan del Castillo León Javier Mazana Casanova Juan Antonio Afonso Mosegue Ramón Casillas Ruiz Eduardo De Souza Díaz-Pavón Veremundo Morales Cruz Hans König

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001 002 003 004 005 006 007 008 009 010 011 012 013 014 015 016 017 018 019 020


Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife

José Manuel Díaz Yanes Margarita Núñez Cano Yolanda Arencibia Santana Iván González Barrios Manuel de Paz Sánchez Miguel Leal Cruz Enric Pallé Bagó Jorge Serra Llopart Isidoro Sánchez García Roberto González Zalacain Miguel Ángel Gómez Gómez Carlota Alfonso da Costa Rubén Barone Tosco Fabián Hernández Romero José María Fernández- Palacios Martínez Giuseppe Nerilli Yurena Yanes López Melchor Núñez Pérez Fernando Garciarramos del Castillo Eustaquio Villalba Moreno

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021 022 023 024 025 026 027 028 029 030 031 032 033 034 035 036 037 038 039 040


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SUMARIO GENERAL I. CIENCIAS SOCIALES Y JURÍDICAS La industria en Canarias: situación actual y ...1.01.001.06 perspectivas futuras… El Instituto Canarias «Cabrera Pinto» como espacio cultural… ...1.02.002.06 ...1.01.012.07 Ciencia, territorio y sociedad: Una reflexión crítica... Consideraciones sobre las políticas públicas de desarrollo ...1.02.013.07 sostenible en Canarias… La gestión del riesgo de tipo de interés en la empresa: ...1.03.018.07 derivados y estructurados financieros de tipo de interés… ...1.01.021.08 Breve historia de la Biblia en castellano... Proceso de implantación de un sello de calidad. La gestión ...1.02.022.08 de la calidad turística... Una aproximación a los derivados financieros ...1.03.018.08 de primera generación... La relación del turismo y el transporte aéreo en Canarias... ...1.01.029.10 «Viaje a las Islas Canarias» de Federico Fliedner, el archipiélago visto a finales del siglo XIX por un pastor protestante... ...1.02.021.10 El mercado de los «covered bonds» en España: financiación en los mercados de capitales internacionales... ...1.03.018.10 Macro y microhistoria del periodismo escrito: la aportación vivencial del ámbito de las Islas Canarias a la perspectiva mundial... ...1.04.011.10 II. ARTE Y HUMANIDADES De los nombre de islas de Canaria... Arquitectura y sociedad durante los siglos XVIII y XIX... Influencia recíproca entre las literaturas inglesa y alemana… Hacienda, casa y ermita de El Ancón... La décima exposición de Osmán en La Orotava… El nombre de Canarias... Recepciones Reales en Canarias: La visita de Alfonso XIII... Dominik Josef Wölfel (1888-1963). Un recuerdo de Hans König... Benito Pérez Galdós, o la novela como instrumento... El pensamiento estético de Kant... El hombre en los campos o Las Geórgicas de Jacob Delille (versión de Viera y Clavijo)...

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...2.03.003.06 ...2.04.004.06 ...2.0S.00S.06 ...2.06.006.06 ...2.04.014.07 ...2.0S.003.07 ...2.06.006.07 ...2.07.020.07 ...2.04.023.08 ...2.05.024.08 ...2.06.025.08


Recepciones Reales en Canarias. Las visitas de las Infantas Eulalia e Isabel a Gran Canaria y Tenerife... Cuba-Canarias: perspectivas cruzadas. Enfoque histórico-periodístico... El perdón real en Castilla como método de socialización de conflictos a fines de la Edad Media… Gestión y propiedad del agua. Matices diferenciales entre las islas de señorío y de realengo… La familia de Torres-Perdomo y el llamado Mayorazgo de Tacoronte… Una primera antología de Patricio Perera y Álvarez (I)…

...2.07.006.08 ...2.08.026.08 ...2.05.030.10 ...2.06.031.10 ...2.07.006.10 ...2.08.025.10 ...2.08.032.10

IIl. CIENCIA Y TECNOLOGÍA Entomología canaria, José María Femández López y yo… Cosmología. El Universo y el Hombre: perspectivas científicas y tecnológicas… El clima marítimo de Canarias: oleajes, temporales y su predicción… Crecimiento submarino y emersión de las Islas Canarias: los complejos basales... La era precientífica de la infectología. Sobre el origen conceptual del contagio en la historia… La búsqueda de vida en el Universo con la Tierra como modelo... El profesor Oskar Simony. La presencia en Tenerife, desde 1888 a 1890, de un “Humboldt austriaco”... El barranco de Tajo (Arico), un interesante enclave natural de la comarca sureste de Tenerife... Análisis de los servicios prestados por los ecosistemas a las comunidades humanas. El caso del monteverde gomero y del pinar grancanario… El interés científico de los caracoles terrestres. El caso de las Islas Canarias… Charles Mantoux (1877-1947), eminente tisiólogo y enfermo tísico… Viajando por la Tierra para medir la distancia al Sol…

...3.07.007.06 ...3.08.008.06 ...3.08.016.07 ...3.09.017.07 ...3.10.015.07 ...3.09.027.08 ...3.10.020.08 ...3.09.033.10 ...3.09.034.10 ...3.10.035.10 ...3.10.036.10 ...3.11.037.10 ...3.12.015.10 ...3.15.038.10


IV. VARIOS Inventario del Fondo Tabares de Nava… Leoncio Rodríguez y La Prensa (fe de erratas)... Carta del poeta Arturo Maccanti... Notas para un inventario de pinturas y grabados de la RSEAPT... Generalidades sobre la Unidad Militar de Emergencias (UME)... Una excursión al Teide en septiembre de 1915... Seis sonetos…

...4.10.010.06 ...4.11.011.06 ...4.11.021.07 ...4.12.019.07 ...4.11.028.08 ...4.12.007.08 ...4.14.039.10

V. RECENSIONES Vilar García, María José: Territorio y ordenación administrativa En la España contemporánea. Los orígenes de la actual región uniprovincial de Murcia, Asamblea Regional de Murcia y Real Academia Alfonso X El Sabio, Murcia, 2004, 478 pp… Vv. Aa: Seminario Planeta Tierra: Ciencias de la Tierra para la Sociedad, Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, 2009… Vilar García, María José: Una descripción inédita de Marruecos a mediados del siglo XIX, Universidad de Murcia, 2009, 168 pp...

...4.13.011.07 ...5.15.035.10 ...5.15.040.10 ...5.15.011.10

VI. NECROLÓGICAS D. Víctor Servilio Pérez Rodríguez (1922), cronista oficial de Arafo…

...5.09.009.06



Este boletín-anuario se terminó de imprimir en Producciones Gráficas, S.L., el día 26 de noviembre de 2010, en coincidencia con el año en que se celebra el centenario del primer viaje de D. Miguel de Unamuno a Canarias.




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