3 minute read

La arena del tiempo, 2013-2019. Julio Sánchez

la arena del tiempo, 2013-2019

julio sánchez

Advertisement

Tuve la oportunidad de ir a ver esta interesante exposición documental de Pedro Pérez Estaban los primeros días, antes de que todas las salas y lugares públicos cerrasen debido a la pandemia del Covid 19.

Tuvo lugar en la Sala de exposiciones de la Casa de los Morlanes del 30 de enero al 12 de abril, organizada por el Ayuntamiento de Zaragoza. No era de extrañar al ver su calidad, pues el autor tenía variados trabajos anteriores, más o menos relacionados con esta temática, interesante por su transcendencia y por su importancia en la historia de futuras generaciones. Escuelas. El tiempo detenido, en el año 2006. Una reflexión sobre la experiencia escolar en la pedanía de Peñas Royas con los valores impartidos de la escuela franquista. Masada/Signos (2007). Viaje por las masías de Gúdar y el Maestrazgo turolense, La esencia de los moradores y su trabajo. Memoria difusa (2011) Acercamiento a la Guerra Civil en la provincia. Objetos que nos sitúan en el momento del conflicto bélico, con su paso en el tiempo, recomponiendo sus utensilios, enseres y búnkeres, como así quedaron para la posteridad. Volviendo a la exposición actual, no es de extrañar que el proceso de la vida industrial en sus distintas variantes, haya desechado materiales en algunas ocasiones, lo que ha sucedido con el mineral llamado carbón y que actualmente pone en peligro la continuidad de la vida en la tierra. La fuerza que la industria sacaba con su combustión, era necesaria en sus diversos procesos. La locomotora para el transporte por ferrocarril y la electricidad funcionaban con su combustión. El carbón no alteró lo más mínimo la vida en el planeta Tierra durante siglos, pero el aumento descontrolado del ser humano multiplicó su utilización. Después de cien años de este empleo masivo, a principios del siglo XX su uso para el transporte, la producción eléctrica y el funcionamiento de maquinaria con el aprovechamiento del carbón como base energética comienza a cambiar. El ferrocarril es el primero que cede el paso a su electrificación, con lo que el carbón es menos necesario y comienza su declive o aprovechamiento. Lo que nos enseñan estas fotografías son unas imágenes duras y tristes de lo que el ser humano abandonó en su día, mostrando un paisaje rural salpicado de viviendas y edificios de energía y producción industrial. Es una pequeña muestra de lo sucedido en la provincia de Teruel, aunque la exposición esté compuesta de muchas e interesantes fotografías. Las grandes masías, pequeñas viviendas, líneas de ferrocarril, fábricas, restos en el paisaje del desarrollo agrícola para el autoabastecimiento, recuerdos de equipamientos necesarios para la vida de las familias, azucareras… También la arquitectura se convierte en arqueológica al haber pasado más de 50 ó 100 años de aprovechamiento rápido para después huir, dejando en la penuria a las personas, animales o cosas. Como si de un tsunami se tratara. Pero fue peor y sucederá más veces, aunque de distinta forma. El desarrollo industrial y el paso del tiempo, queman y destruyen todo lo que encuentran en su camino. No obstante, gracias a este deterioro producido por la mano del hombre, Pedro Pérez Esteban ha logrado unas auténticas fotos-denuncia de las salvajadas del desarrollo del hombre sobre los pueblos y ciudades. En la observación, lectura, tratamientos del revelado del blanco y negro, con sus contrastes y grises, luces, penumbras en interiores, nos lleva a lugares insospechados, jamás vistos. Como si hubieran pasado por estos lugares fotografiados los Siete Jinetes del Apocalipsis o se hubiese producido una explosión atómica. En la inauguración de esta exposición en el Museo de Teruel el día 10 de junio el autor nos explicó con todo detalle las aventuras que suceden y pueden suceder ante semejantes paisajes muertos, asesinados por el progreso y sin remordimientos ni vergüenza por parte de nuestros insignes gobernantes de todos los tiempos. El tratamiento de estas fotografías en su totalidad, me recordaron a un trabajo que el fotógrafo Andrés Ferrer realizó hace años sobre el abandono de la Estación del Canfranc.

This article is from: