Lecae nobit dolupie nimiliq uaspis sanit, officid quas ulpa eicimpe ditate doluptae culluptatem ipit, nonsequ aspitas ut ut occullo reperferum qui autem reriore dit, odissit.
Respirando sal Botando viento Encogiéndote Confundiéndote con las mareas Te convertiste en cadencia En canto de ballena Esperando Que llegaran a buscarte los cetáceos, para migrar también este verano.
Me cuesta comprender Tu cuerpo se está enfriando Tu piel perdió su color Afuera ya está aclarando. Y tú, a lo mejor viajando No puedo estar de pie Me acuesto al lado tuyo Te miro y te pido Que no me sigas dejando Quédate, sigue aquí respirando Me duermo esperando Encontrarte por ahí volando Y seguirnos abrazando Quédate, sigamos respirando Quédate, sigamos respirando aquí Quédate, no quiero respirar sin ti
Pétalos de cuatro margaritas Hierba de San Juan, recolectada al amanecer del día en que brotan sus flores amarillas Sanadoras Algunas piedras del volcán Calentadas sobre brasas Regadas con agua de vertiente del primer deshielo de septiembre Barba de roble De ñirre Digueñes, matico, arroz, Esperando el momento en que el sol se empieza a esconder, tiñendo de rosado la ladera este del nevado. Con esa luz más tenue, más frágil, Con los queltehues volviendo a sus nidos, Con un te verde y un poncho de lana, Cerrar los ojos y respirar.