postear año 3 - número 4 - julio 2015
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Marihuana: ese vacío legal
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El avión subterráneo
Blues en el bus18
Un mecenas para el peor director
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índice y créditos
Elemprendimiento FE DE ERRATAS en el número 3 de Postear se omitió el crédito de esta imagen, la fotografía pertenece a NOISE.
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EL EMPRENDIMIENTO PERIODÍSTICO editorial
PRÁCTICAS EN TORNO A UN VACÍO 4 MARIHUANA: LEGAL reportaje
RAÍCES DE LA MÚSICA ESTÁN EN LA SANGRE 10 LAS reportaje EGO Y LA OTREDAD 14 EL la RUIZ académica INDEPENDIENTE 16 FAMILIA crónica EN EL BUS 18 BLUES crónica AVIÓN SUBTERRÁNEO 21 EL perfiles RUIZ ROSAS: LA ESCRITURA ES LO 25 DALMACIA ÚNICO QUE TENGO arte & performance
MECENAS PARA EL PEOR DIRECTOR 27 UN arte & performance CAMBIA, AVANZA, CRECE 30 COES: actividades en la RUIZ Facebook: https://www.facebook.com/postear Email: revistapostear@gmail.com Director: Franklin Cornejo. Redactores: Louis Chung , Alberto Evans, Merly Flores, Natalia León, Raúl Lescano, Claudia Martorellet, Gabriel Muñoz, Pablo Panizo, Paulo Rosas. Diagramación: Gabriel Muñoz, Milagros Olivera, Pablo Panizo, Roy Zúñiga. Foto de carátula: http://goo.gl/dGp3yx Coordinación de la diagramación: Roy Zúñiga. Asignatura: Revista. Escuela Académico Profesional de Periodismo.
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Franklin Cornejo Urbina Director Escuela Académico Profesional Periodismo
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periodístico
n la era de la información, la publicidad y los negocios, los nuevos emprendimientos periodísticos pasan por internet. Manejar las nuevas tecnologías proyectando las informaciones y los productos a target o nichos de públicos hace la diferencia en la medida que se puedan lograr buenos réditos si los públicos escriben “me gusta”, se suscriben a los contenidos, comentan y descargan la información de las páginas web de información. Los nuevos emprendimientos periodísticos tienen unos siete años de existencia y surgen con la expansión de las redes sociales. Al tiempo que la tecnología se instala y difunde a través de las tablets, la telefonía móvil, la ampliación de la banda ancha y la señal de internet surgen programas informáticos y con ellos la necesidad de nuevos contenidos. No hay duda el nuevo periodismo es digital y, tiene en su alcance sin límites por internet, la novedad de su propuesta para llegar a una audiencia ilimitada. Los públicos, los gobiernos, la política y las instituciones demandan y promueven una información de calidad, transparencia, fiscalización, gobiernos que defiendan los intereses del ciudadano y medios menos banales. Por esta agenda de necesidades se articulan temas de interés para los públicos y audiencias. ¿Cómo publicar? ¿Qué contenidos publicar? ¿Y de qué manera se pueden hacer transacciones con las empresas y la publicidad sin perder la independencia informativa? Esos son los temas de fondo en el nuevo periodismo emprendedor. Las cuestiones éticas y económicas se entrecruzan y proponen dilemas entre lo que se dice y hace. Entre los temas relacionados al quehacer del periodismo emprendedor encontramos, entre otros, los referidos a los roles periodísticos, el periodismo creíble y ético, la información contextualizada, las fuentes verificadas, la investigación, la vigilancia, la participación ciudadana y la búsqueda de espacios para la voz, los testimonios y los comentarios de la gente. Este periodismo emprendedor es alternativo al periodismo tradicional y busca incluir nuevas ofertas de información. Para James Breiner, especialista en periodismo digital, “Facebook no es periodismo. Sin embargo es comunicación masiva y horizontal: es un espacio donde la gente comparte lo que considera noticia significativa y está creciendo rápidamente. Incluso los medios tradicionales están descubriendo el poder de Facebook para difundir y popularizar sus contenidos”. Breiner en su artículo “Emprendimientos periodísticos: un repaso por los medios emergentes del mundo digital en Iberoamérica” -descargable en el sitio web academia.edu- nos trae el siguiente caso. “En el libro Los dueños del cuarto poder el periodista y economista mexicano, Francisco Vidal Bonifaz, realiza una investigación profunda en torno al tiraje de todos los diarios en México. Su conclusión: la suma de todos ellos alcanzaba una circulación de apenas dos millones de ejemplares en el 2008 -cuatro años después de la publicación del libro, el total es sin duda menor-. Es decir en un país como México con 110 millones de habitantes, alrededor del 2% de la gente compraba un diario. Comparemos esta cifra con el número de usuarios de Facebook en México en setiembre de 2012: 38 millones, o casi 20 veces más”. Hacer un periodismo independiente, alternativo y emprendedor implica en la práctica un paso obligado por el mundo de las redes sociales, al igual que la gestión financiera y de contenidos. Allí hay nuevos espacios y dinámicas para el periodismo actual que se proyecta a nuevos negocios, métodos y géneros, articulando la calidad periodística y lo ético en su quehacer. Los emprendimientos como parte de las nuevas prácticas y trabajos periodísticos son los temas que aborda esta nueva edición de Postear. Buena lectura.
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reportaje
MARIHUANA ese vacío legal en el Perú
La ley peruana permite a un ciudadano cualquiera poseer algo que está prohibido obtener. Vacío legal, lo llaman. Un vacío lleno de prácticas entre la legalidad y la ilegalidad y en cuyo marco se desconoce quiénes son los buenos y quiénes los malos.
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onocida con el apelativo genérico de ‘hierba’, la marihuana es un psicotrópico cuyo consumo y comercio están regulados con enfoques diversos alrededor del planeta. El Perú tiene una norma legal particular al respecto. El artículo 299º del Código Penal -CP- peruano permite la posesión de hasta ocho gramos de marihuana, al considerar operativamente que ese el umbral máximo permitido para el consumo de un individuo. Sin embargo, prohíbe su venta y su cultivo. Debido a esta restricción, el microcomercio al que deben recurrir los usuarios de la ‘hierba’ se convierte en un espacio de relaciones al paso, intereses ‘oportunos’ y, sobre todo, peligros. Manuel tiene 22 años, es estudiante universitario y fue, hasta hace poco, vendedor de marihuana. Ya dejó el negocio, aunque aún fuma a diario. Él asegura que la posesión no punible que configura el artículo 299º del CP no se aplica en la práctica. “Así tengas cinco gramos, igual te detienen para ‘pantallarte’, para ver si tienes ‘requisitoreo’ o antecedentes. Eso es tiempo; te pueden dejar detenido hasta por quince días para investigación, y es ‘roche’ para tu familia y para ti. Por eso, mucha gente paga (una coima). Por cinco gramos puedes pagar entre 50 o 100 soles, eso depende de lo que quiera el policía”. COMPRAR Alberto, de 25 años, pacta por teléfono una compra. En La Victoria, a pocas cuadras del Estadio Nacional, tras encontrarse con los vendedores, saca la plata. Los segundos que demora el intercambio constituyen el tiempo en que Alberto es un delincuente. De pronto, escucha la sirena de un patrullero y una voz de ‘¡Alto!’. Aunque la transacción ilegal ya se dio y ahora solo la posee legalmente, corre entre los carros por temor a ser capturado. Huye de la escena. Tuvo suerte. “Si me hubieran alcanzado, me habrían detenido, igual que al tipo que me la vendió”. Conversamos con el técnico PNP Rolando Alza, del puesto de auxilio rápido (PAR) de Santa Cruz, en Miraflores. – ¿Si uno tiene ocho gramos? – Es legal – responde. – Pero teniendo que haber hecho algo ilegal. – La obtención, claro. – Entonces… – Es la ley. Intervenciones policiales como la descrita son furtivas y ocasionales, señala. “La venta de drogas se hace mayormente en forma reservada. Si tú ves que estoy viniendo, te haces el loco y te metes a tu casa”. Las estrategias policiales contra el comercio de marihuana son planificadas, de inteligencia, y apuntan a los vendedores, aclara. “Primero se ubica el lugar o la persona que vende y se manda policías encubiertos. ‘Hermano, hierbita. Yo sé
Pablo Panizo Jansana Raúl Lescano Méndez
En Alaska y Oregon (EE.UU.) la marihuana ya es legal (20minutos.com)
que tú vendes’. Una vez que me ha vendido, doy una pequeña señal para que venga la gente ‘fuerte’ y se interviene toda la casa”, explica. Historias similares son pan de cada día. “Otra semejante fue en Santa Anita, en la zona que le llaman ‘El Chaparral’, cerca al KFC”, relata Alberto. “Queríamos aprovisionarnos para Semana Santa. El lugar es horrible, un callejón muy feo. Llegando al lugar, encontramos a dos tipos sentados y al lado unos ladrillos. Abajo había unas bolsas de donde sacaron unos paquetes de periódico donde guardaban la hierba. Aparecieron policías
reportaje por ambos lados del callejón. Tuvimos que trepar al techo de una de las casas y saltar hacia un parque colindante. A ese tipo de cosas te expones cuando vas a comprar”. Ser objeto de una intervención policial no es el único peligro. Alejandro, de 26 años, autor del blog Cannabis Perú y estudiante de Lingüística en la Universidad de San Marcos, señala que las zonas específicas donde suelen trabajar los comerciantes son generalmente peligrosas. Otro de los riesgos a los que se enfrenta el comprador es la exposición a drogas fuertes que se ofrecen en el mismo punto, como cocaína, pasta básica, LSD, MDMA y hongos. “Poco a poco, por esa exposición, tal vez algún día el comprador se vea tentado a probar otra”, advierte. Aunque pocos, los dealers –nombre con el que se conoce a los comercializadores que hacen entregas a domicilio por un precio mayor– también existen en este mercado. Además de la violencia que rodea este submundo, Luís Gavancho, fundador de la asociación Legaliza Perú (LP), añade el peligro de hacerse de una marihuana cuya procedencia es desconocida. El origen de la marihuana que se expende en Lima suele ser clandestino, sembríos en chacras fuera de la ciudad, de clima propicio para la siembra. Al cultivador se le compra en grandes cantidades y se le paga poco. Alguien debe correr el riesgo del traslado desde ese punto hasta la ciudad. Opacar el fuerte olor es una de las previsiones que más toman en cuenta. En países como Argentina o Chile, mucha de la marihuana de campo que se consume llega desde Paraguay prensada en caucho, su sabor se mantiene en los cogollos y al prenderse despide olor a manifestación. Una vez en la ciudad, pasa a los siguientes intermediarios, quienes la empaquetan y revenden al tercer eslabón de la cadena, los dealers. La cantidad promedio es de 250 gramos de un par de kilos que han adquirido, señala Alejandro. En ocho ventas, el comprador habrá distribuido toda la droga. La adulteración de cannabis (nombre científico de la marihuana) no es usual ni sencilla, a diferencia de drogas como la cocaína o el MDMA, las cuales son fácilmente ‘pateadas’ con cal en el caso de la primera, o ketamina en el caso de la segunda. A lo mucho se le altera el aroma o el sabor, dependiendo de los gustos. Pero sí existe un problema de falta de control. “No diría que es un crimen realmente organizado sino que son más bien redes incipientes. No es como los cárteles donde todos trabajan para alguien; son más relaciones de oferta y demanda”, acota Gavancho. La asociación Legaliza Perú no plantea, como haría pensar su nombre, la legalización de la marihuana en general. Su objetivo concreto es la despenalización del cultivo para consumo personal, buscando suprimir el vínculo entre usuarios
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y comerciantes. “La marihuana siempre ha estado ahí, desde hace miles de años, y siempre estará. El punto es que tenemos que sacarla de las manos donde últimamente ha estado a partir de la prohibición, que son las manos de los narcotraficantes, y llevarla a las manos de los usuarios en sí”, aclara su representante. VENDER Según informes de CEDRO, un microcomercializador exitoso puede obtener entre 30 y 100 soles diarios, dependiendo del número de horas que le dedique, las ventajas comparativas de su ubicación y la amplitud de su clientela. Ernesto, de 27 años, no es comerciante pero ha vendido en el pasado. “No me agrada hacerlo por tiempo prolongado porque pueden seguir la pista. Es mejor mantenerse fuera de la venta”. Un amigo le informó que quería deshacerse de parte de una compra que había realizado y él aceptó. Publicó un anuncio en un foro de Internet dedicado al tema del cannabis y, pasadas solo dos semanas, conoció entre 50 a 60 personas que nunca antes había visto. La ganancia: 150% de la inversión. La misma proporción ganaba Manuel vendiendo la variedad de catálogo ‘ice cream’. Adquiría una ‘zeta’ –una onza, 28 gramos– por trescientos soles y la vendía a cincuenta soles por tres gramos. Poco más de 450 soles. En la venta a pequeña escala, los cultivos de interior son más rentables. Las semillas importadas de Europa, el tiempo que se dedica al cultivo, la inversión en abono, fertilizantes, vitaminas y macetas, además del riesgo de una redada policial, son todos factores que elevan el precio y focalizan su público entre los usuarios conocedores. “Una sola planta, si está bien cuidada y no es autofloreciente –de florecimiento más rápido aunque más pequeñas– puede producir 250 gramos. Si tienes unas cinco o seis en una casa, es un montón (de dinero). Si es de calidad, más aún, considerando que se vende por gramo. Eso explica por qué la gente se arriesga a cultivar”, calcula Alejandro, quien ha cultivado más de una vez para consumo personal. La ley no distingue entre calidades de marihuana y solo se basa en el peso, por lo que las variedades de catálogo son más seguras, al venderse menos por un precio mayor al de la marihuana regular, como el ‘skan’, comúnmente consumida en Lima desde los años 90. Fidel, estudiante universitario de 23 años, también fue vendedor ocasional, aunque decidió dejarlo. “Alguien que se dedica a la venta es alguien que se arriesga demasiado. Una cosa es tener ‘huevos’ y otra cosa ya es delinquir. Yo puedo estar todo lo en contra que quiera sobre la ilegalidad de la marihuana, pero tampoco puedo irme sobre las normas porque termino perjudicando a la gente que está a mi alrededor”, afirma.
CULTIVAR Más allá de si el usuario quiso evadir o no los peligros de la compra, el cultivo es ilegal. Sin embargo, en lo que configura un segundo vacío, la venta de semillas es completamente legal. Es decir, la ley peruana también te permite comprar algo cuya finalidad está prohibida. Al no haber florecido aún el THC (tetrahidrocannabinol, sustancia psicoactiva que configura la naturaleza de droga de la marihuana), las semillas tienen luz verde en el mercado. En el mercado de suvenires, vale la aclaración. Las empresas que las venden aclaran en sus envases que no son responsables por el mal uso que se les pueda dar. La pena por el cultivo puede ser no menor de ocho ni mayor de quince años. Sin embargo, hay quienes confían en que su hogar es la opción más segura ante los peligros de adquirirla en la calle. A Marcelo, de 24 años y que fuma desde los 18, la preocupación de ser descubierto por su familia contiene sus deseos de cultivar en casa. “Obviamente es más seguro que comprarla, pero el temor es a que te ‘ampayen’. Yo vivo con mis abuelos”, confiesa. Ante las prohibiciones y los miedos, el ‘cultivo de guerrilla’ es una de las técnicas alternativas. Se trata de cultivar en áreas públicas, como parques o descampados. Con discreción durante el riego o incluso mediante sistemas automáticos, se intenta mantener el crecimiento de la planta y el anonimato de su cultivador. De esta forma se evitan problemas: si la encuentran, no sabrán quién la plantó. FUMAR La ley no se basa en si la marihuana es buena o mala. Fumar no es ilegal. Pero si se hace en un espacio público es una falta contra las buenas costumbres. “Si quieres consumir, perfecto, ándate a tu casa. Es como los que toman cerveza en la calle. Está prohibido, no lo digo yo”, explica el técnico Alza. Siguiendo la comparación del policía entre fumadores y bebedores, en la etapa escolar, por ejemplo, los consumidores de cannabis con riesgo a ser problemáticos son el 51%, mientras que el mismo problema en los bebedores alcanza el 60%, según el tercer Estudio Nacional de Prevención y Consumo de Drogas en Escolares, realizado por DEVIDA en 2009. En este estudio, por ‘problemático’ se entiende complicaciones en la salud, en lo psicológico y en lo social, y conductas que puedan poner en riesgo la vida. “La criminalización del consumidor es social”, apunta Gavancho. “Legalmente no hay pena por la posesión o consumo en las cantidades establecidas en el Código Penal. Socialmente está criminalizado y de esto se aprovechan los elementos de la Policía, así como de la desinformación de los propios usuarios”.
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reportaje Un hombre se les acerca y les queda mirando. Se va. Rato después regresa ... vestido de policía y les pide acompañarlo. Aparece un patrullero y dos serenos en moto. El policía encubierto indica a los serenos que revisen el jardín para encontrar los ‘ketes’ -envoltorios de cocaína- que aseguraba ellas tenían. No encuentran nada.
Entre los abusos policiales, los usuarios señalan amenazas de detención y retención en la comisaría, la ‘siembra’ -colocar droga en los bolsillos o dentro del automóvil del intervenido-, revisiones forzadas e interrogatorios. Ellos coincidieron en que aquellos que conocen sus derechos igual tienen problemas en la calle, les hacen pasar un mal rato, pero no les pueden quitar sus pertenencias ni llevarlos a la comisaría. Ernesto, por ejemplo, tuvo que pagar con sus amigos diez soles a cada uno de los tres policías que los intervinieron en la
puerta del bar Etnias, en el centro de Lima. “Estaba armando un porro pequeño. Me tocan la espalda y tres policías en una Pathfinder ya estaban ahí. Nos metieron a la camioneta. Dentro di las explicaciones de las cantidades y no entendían razón, nos dijeron que estaban en un operativo y que nosotros habíamos caído en él y que éramos piñas”. Al final los dejaron ir y les devolvieron la marihuana. ¿Cuál era la falta entonces? – Eso es criterio. Son criterios personales. Yo tengo mi criterio y cada uno tiene su criterio– dice el técnico Alza,
El cultivo indoor es una opción usual y riesgosa para traficantes en espacios urbanos.
Los ‘porros’ usualmente contienen entre medio a un gramo de marihuana.
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después de pensar un rato su respuesta. – Siendo solo una falta, ¿por qué se le interroga? – La finalidad es saber quién te vende. Esa persona que te vende tiene mayor cantidad de droga y es comercializador. Se ve quién es el que proporciona a la zona. No te está dañando únicamente a ti, sino a muchos jóvenes. Ya tú eres una fuente de información para la Policía. – Por más que esté en la legalidad, ¿es sospechoso? – Toda persona es sospechosa, pero nadie es culpable hasta que se demuestre el delito o la falta. Andrea, de 18 años, y Ana Lucía, de 19, fueron sospechosas. No estaban comprando ni fumando. Estaban desmoñando -deshojando la hierba- para armar un porro. Un hombre se les acerca y les queda mirando. Se va. Rato después regresa el mis-
mo sujeto vestido de policía y les dice que lo tienen que acompañar. Aparece un patrullero y dos serenos en moto. El primer policía indica a los serenos que revisen el jardín para encontrar los ‘ketes’ (envoltorios de cocaína) que aseguraba ellas tenían. No encuentran nada. Les informan que tienen que ir a la comisaría porque hay que revisarlas y ellos no pueden porque son hombres. En la comisaría las revisan por separado. “Ni nos revisaron bien. Me levantaron el polo, como si fuera burrier. No me revisaron ni siquiera los bolsillos ni las zapatillas”. Nuevamente no encontraron nada. Pueden retirarse, les dijeron. Andrea y Ana Lucía no saben siquiera si han sido consignadas en el registro policial. Salieron lo más rápido que pudieron. Quizá por los peligros y la cantidad de previsiones que
debe tomarse, entre los fumadores suele existir una especie de ética para compartir marihuana. “La gente nunca te dice ‘No, no te voy a invitar mi troncho’, como si dijese ‘Me estoy comiendo un sándwich y no te lo voy a invitar’”, opina Fidel, quien fumó su primer ‘huiro’ a los once años. “También está el hecho de la presión social. Por más relajado que se esté, siempre se sabe que se está haciendo algo que no está bien. De repente no es adrede, pero existe algo de ‘compartir la culpa’”, admite. Por ahora, ni él ni los otros fumadores saben cómo llenar ese vacío legal que rodea a la llamada ‘hierba’.
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reportaje
El grupo “El Terreno Yacomego” de Comas.
Natalia León Salazar
Iniciaron cuando eran sólo adolescentes, su emoción y pasión por el arte popular y las historias las heredaron en los genes. Valorar lo propio, lo suyo y cultivarlo en las familias del distrito. Comas es un distrito populoso, cerca al cielo, que ha salido adelante por el esfuerzo y sudor de su gente. Este sexteto musical lo sabe y lo predica.
Está en la base tres, pero mantiene el entusiasmo de cuando era un chiquillo de 17 años y correteaba por su barrio, en Comas. Tiene todo el sabor y la memoria que solo aquellos que han sido testigos de la violencia de los años 80. Ha visto cómo sus tíos, padres y vecinos lucharon para poder ser escuchados ante la opresión de las autoridades y la miseria con la que lidiaron gracias a la incompetencia de los gobiernos de turno. Él es Edgar Flórez Mego. Su entusiasmo y amor por la música solo se compara con los mismos sentimientos que siente por Comas, su Lima Norte querida. La pasión con la que habla de su barrio y de la gente que lo rodea se siente al escuchar su voz. Esa misma voz que lo ha llevado a presentarse delante de miles de personas, armado solo con sus instrumentos musicales y sus seis soldados, cinco chicos y una chica que comparten sus emociones. Edgar Flórez creció bajo un techo marcado por la historia, le enseñaron a valorar lo suyo. Ese apego por lo propio se vio
apoyado en la música que oía en casa, la música que su tío Jacobo Mego difundía. En su hogar también conoció lo que es el amor por el arte y la importancia de tener memoria, vio cómo ambos se mezclaban y se expresaban a través de las letras de las canciones que cantaba el hermano de su madre y decidió seguir el mismo camino. Pero no fue el único, dos primos – inspirados por la labor del tío mayor – decidieron apoyar a Edgar en su travesía. Los tres primos siguen juntos hasta hoy, pero ya tienen un grupo que va por distintas partes de Lima Norte. “El Terreno de Yacomego” es el sexteto que ha sido formado desde las raíces familiares. Le pusieron ese nombre para homenajear a mi tío Jacobo. “Él ya en el año 75 hacía fusión con el rock y el folk (folclore). Él desde pequeños nos metió todo ese amor por la música y el tema de la fusión, nos cultivó desde muy chicos ese gusto, amor y pasión. Por eso a la hora de poner el nombre lo hicimos con para homenajearlo, no solo como persona
“Todos aman la música, pero no viven de ella, cada uno tiene sus propias obligaciones que les permiten contribuir con el grupo y enriquecer sus enseñanzas.”
si no como un artista popular que se dedicó a la fusión. Nosotros somos su tierra cultivada por eso somos terreno de él. El terreno de Jacobo Mego o la contracción ‘El Terreno de Yacomego’”, relata un emocionado Edgar. El grupo nació el primero de mayo de 2010. ¿Coincidencia con la celebración del Día del Trabajador? La respuesta es no. Ellos están ligados a las costumbres de esa sufrida población como la de Comas y por eso se interesan en la historia del distrito. “Tenemos una canción que se llama ‘Ponte
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reportaje el cuerpo’ que es un tema dedicado a los héroes de Comas que murieron en el 79 más o menos. Fallecieron porque se levantaron, se inmolaron ante la dictadura de Morales Bermúdez. Hicieron todo un levantamiento, el gobierno mandó a los militares y mataron a todos los vecinos”, agrega Edgar. Esa desgracia ocurrió en lo que ahora es la Avenida Túpac Amaru, un lugar concurrido y referencial para todos aquellos turistas que llegan a ese populoso y antiguo distrito. Los integrantes de “El Terreno Yacomego” son jóvenes, sus edades oscilan entre los 21 y 35 años. Todos aman la música, pero no viven de ella, cada uno tiene sus propias obligaciones que les permiten contribuir con el grupo y enriquecer sus enseñanzas. Edgar es ingeniero audiovisual y comunicador social, terminó sus estudios en la Universidad Mayor de San Marcos en el 2004, pero se dedica al cine. El baterista estudia música, el bajista es profesor. Invertir en el grupo ha sido un gusto, la batería fue su primer logro. Esa costumbre la mantienen desde que los tres primos se juntaron cuando apenas eran unos adolescentes. “Entre los tres hicimos una ‘chancha’ y compramos una batería simpática. Fue en julio de 2010, lo recuerdo clarito. Ahora todos nuestros instrumentos son propios porque teníamos lo básico. Una guitarra acústica que mi tío Yaco nos dejó. Tenemos guitarras antiguas, nacionales”. Además, Edgar cuenta que el primer amplificador de El Terreno fue lo más simple que tuvieron. “Teníamos amplificadores marca Estrella, recontra chanchos, los más chanchos que existen en Paruro, teníamos nuestros parlantitos del equipo de sonido, con eso empezaos a hacer música. Nuestros primeros gritos, pero así iniciamos todo en esa época”. Alex Calderón, batería, Jeffer
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“Ya 10 años casi y nos volvemos a reunir, la meta sigue de hacer música. La música que nos gusta”
Nagoincopa, bajo, y Edgar, voz y guitarra, son los tres precursores que aprendieron del amor de Jacobo Mego. Nació como un proyecto familiar. Los primos ya tocaban desde el 95, cuando eran “chiquillos”, pero que por cuestiones de trabajo y estudio debieron separarse en 1998. “Ya 10 años casi y nos volvemos a reunir y la meta sigue de hacer música. La música que nos gusta”, relata emocionado. Al trío se sumaron amigos interesados en la movida cultural, por ejemplo, Alan Dávila, un actor de teatro popular. Todos son comeños. Cultura viva El Terreno apareció por primera vez en el Festival Internacional de Teatro de Calles Abiertas -FITECA-. Esta celebración es un espacio cultural que por tradición empieza el primero de mayo y dura nueve días y desde hace doce años ocupa las calles en los alrededores del parque Cupa – a la altura del kilómetro 11 de la Avenida Túpac Amaru, en Comas – y recibe a artistas internacionales que conquistan los ojos de grandes y chicos con su arte. Todos los asistentes son bien atendidos, las señoras de los comedores populares se dedican a saciar el hambre de los hambrientos. Edgar y su grupo decidieron
debutar en los escenarios del FITECA. Mal no les fue, pero los nervios no los dejaron hasta que lograron seducir al público con su música. El evento tiene tres mil espectadores por noche, es inmenso. “Es el festival de teatro con mayor impacto social y popular que tiene el Perú porque ninguna movida puede mover tanta gente como el FITECA”, asegura Edgar. La aparición de El Terreno se debe a él, con sus conocimientos en audiovisuales decidió involucrarse en la organización del encuentro cultura. Era el 2005 y Edgar ya formaba parte de la producción gracias a su entusiasmo. Ahí fue cuando se dio cuenta que siempre llegaban músicos de otros lugares, especialmente desde Barranco, y amenizaban la fiesta, pero faltaba una oferta musical local que pudiera ser compatible con el gusto popular y con toda la dinámica de involucrar al arte como medio de transformación, educación, difusor de cultura y desarrollo. Cuatro pilares que los músicos de El Terreno. Su misión era, no solo, abastecer Fiteca. También querían abastecer de música e historia a los cuatro festivales de música que se realizan en todo Lima Norte. Todos esos sacrificios se ven
recompensados cuando Edgar recuerda la primera vez que le ganaron a los nervios y lograron conquistar al público. Fue en un pasacalle en Comas y los invitaron a tocar en la Balanza, sitio donde se desarrolla Fiteca, ellos sabían lo que debían hacer pero la gente se mostraba muy seria y los miraban con mucho recelo. “Era el primer festival de cultura que cerrábamos y todo estuvo bacán, hubieron buenos grupos musicales de teatro de El Agustino y Villa El Salvador. Entonces, nosotros tuvimos que cerrarlo y tocamos una canción, luego otra y la gente solo se iba e iba. Cuando tocamos “Puaqllay” en versión carnaval toda la gente bajó a bailar y lo más mostro era que bailaban familias enteras. Eso para nosotros fue algo que nos llenó mucho. Nosotros no tocamos para los jóvenes, tocamos para la familia comeña, para la familia peruana. En todas nuestras propuestas tú vas a encontrar que estamos conectados con la colectividad, la solidaridad, el baile en familia y el trabajo organizado. Cuando nosotros tocamos esa canción vimos que bajaron a bailar niños, adultos, jóvenes. Bailaban y cantaban. Para nosotros fue lo máximo. Es algo que me quedó clavado. Eso es un festival de cultura viva”, es así como Edgar recuerda el mejor pasaje de su vida junto a su luchador grupo musical. Desde el año pasado han salido más de su querido Comas, ya han participado en los festivales musicales promovidos por la Municipalidad Metropolitana
de Lima, han ido a conciertos masivos, y tocado y cantado para la gente que va al Parque La Muralla, antes de llegar a la Avenida Tacna, en el Cercado de Lima. El Terreno ha llegado hasta Villa El Salvador y se ha involucrado con los vecinos, los ha divertido y hecho cantar, para ellos este ha sido uno de los mejores escenarios porque han llegado al público que a ellos les interesa. Otro círculo al que han llegado son los conciertos en el Centro de Lima, pero en los locales nocturnos y bohemios que se abren para darles espacio a los grupos nuevos e independientes. Sin embargo, estos espacios no los motiva mucho. No es para ellos. “Es un público que de alguna manera va más por una cuestión de bailar, de tomarse unas chelas con los amigos… cosa que no está mal, pero por ahí no va lo nuestro”, relata en tono decepcionado el vocalista del grupo. Las semillas que aún están en el terreno Para ellos aún está pendiente crear un circuito que les permita trabajar en conjunto. Quieren crear una cadena de espacios
alternativos administrados por los interesados, por ellos o por las bandas locales. Ya tenían en mente concretar el proyecto pero por problemas de accesibilidad todo se vio cancelado. Aparte de los festivales en el Centro de Lima también existen espacios para los conciertos barranquinos, pero que son espacios de difícil acceso. “Yo creo que eso es un pendiente en el grupo, acá en Lima Norte tenemos y somos los que impulsan siempre la integración entre las bandas, otros no lo hacen y lamentablemente no se ponen las pila. En la quincena de diciembre vamos a sacar un nuevo videoclip de una nueva canción, vamos a juntarnos con dos bandas más, conocidas acá en Lima Norte de rock, vamos a tocar un tema en conjunto para hacer llegar a la práctica esta idea de que podemos trabajar en colectividad porque si no trabajamos juntos nos vamos a la mierda, no pasa nada.” Otro paso importante será crear polos, prendas alternativas que muestren el lado de Lima Norte con las que jóvenes y adultos se sientan identificados. Para su producción de diciembre los modelarán y esperan tener acogida en el mercado.
Grabación del videoclip que se estrenó el pasado diciembre.
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la RUIZ académica la filosofía ha surgido de la religión como el aparato académico, racional, que le pone márgenes. Considerando esa emotividad en riesgo de desborde, ¿la religión puede ser una amenaza? En efecto. La religión, contrariamente a lo que indica su etimología, puede convertirse en una amenaza. Lévinas hablaba de la religión como relación y, por lo tanto, como condición para la sociedad. La religión se vuelve una amenaza a través de lo que ella genera: la dimensión sagrada, en donde lo sagrado se convierte en absoluto. Entonces, se ponen bombas y no importa si se cortan vidas. En Creo luego existo, u s t e d afirma que asume lo más vigoroso del pensamiento filosófico. ¿Qué es lo más vigoroso?
Tema transversal en la religión, la filosofía y las ciencias humanas, la relación del “yo” y “los otros” aún necesita de interpretaciones integrales. El sacerdote jesuita y catedrático Rafael Fernández Hart, autor del libro Creo luego existo, comparte sus reflexiones respecto a un asunto de absoluta vigencia.
Louis Chung Canal
Lo más vigoroso es su dimensión crítica. Hay filosofías que tienden a desconectarse de lo real y se olvidan del hombre completo. Quizá eso era lo que reclamaba Marx cuando decía que la filosofía se ha dedicado a pensar al mundo, cuando de lo que se trata es de transformarlo. Lévinas piensa de manera concreta y singular en la historia. Tiene capacidad para dinamizar y transformar las ideas.
¿Y lo más humano? Lo más característicamente humano es la vida en sociedad. Santo Tomás de Aquino decía que el hombre es capax dei –el hombre es capaz de Dios– está abierto a lo divino. Podríamos actualizar esa frase y decir que el hombre es capaz de alteridad. Y justamente porque es capaz de alteridad es posible la sociedad. ¿El hombre es naturalmente benigno? En la obra de Lévinas no hay una afirmación sobre la naturaleza del ser humano, si nace bueno o malo. Sin embargo, podríamos decir que el ser humano nace con una capacidad de alteridad. También es verdad que Lévinas habla de un egoísmo ontológico. Dicho egoísmo no es moral, pero supone que el ser humano –en su singularidad– se busca, se piensa, se quiere y se rodea de cosas que le resultan placenteras. Este es un egoísmo ontológico, propio del ser. Pero Lévinas descubre que ese tipo de egoísmo tiene fisuras, no es hermético. Esas fisuras tienen implicancias…
En la coyuntura tecnológica y social, el contacto humano se vuelve frágil, ¿qué podemos proponer? El culto a la técnica, a nuestra tecnología y su experiencia, es un tema muy heideggeriano; hay una especie de afición por lo superficial. Ahora, tampoco vamos a estigmatizar a las redes sociales, ya que en ellas se dan situaciones importantes, como la capacidad de organizarse para una movilización y la vitalización de la información. Sin embargo, hay que reconocer que ese no es el uso mayoritario que se les da. Con las redes podemos hacer y lograr grandes cosas muy rápido, pero es un formato incapaz de contener aspectos fundamentales como una conversación real. Lévinas aboga permanentemente por la necesidad del contacto, del espacio de encuentro con el otro, que es irrenunciable. Hay allí una crítica a una técnica mal utilizada que nos instrumentaliza. Ya en los años setenta, Heidegger denunciaba a la técnica como algo que en apariencia nos acercaba, pero que en el fondo nos mantenía alejados. En apariencia soy amigo de todos, pero a veces w ni siquiera conozco tu cara.
Nos resquebrajan desde dentro y nos vuelven permeables al otro, a sus necesidades, a su rostro.
Rafael Fernández Hart
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n el mundo, las religiones resaltan las diferencias. ¿Cuál es la importancia de pensadores como Emmanuel Lévinas?
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El
ego otredad
Pensar la religión en este tiempo supone fijar límites. La religión se desborda, puede equivocarse y llevarnos a las bombas y al terrorismo por el aparato afectivo que pone en movimiento. En este marco,
ideas como las de Lévinas impiden que la religión camine a la deriva. De hecho, él lo dice en forma explícita: “La filosofía deriva de la religión y, al mismo tiempo, impide que ella marche a la deriva”. Históricamente,
“Lo ‘otro’ está social y culturalmente definido, por lo que atendiendo al contexto inmediato podemos definir la ‘otredad’” Emmanuel Levinás
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crónica Paulo Rosas Chávez
roce y amistad con gente que también cree en sus proyectos. Ya no solamente estamos rodeados de artistas sino que crecen las redes”, cuenta.
Familia independiente En diciembre de 2013 se realizó la tercera edición de la feria ‘Perú Independiente’, que reunió a más de 40 marcas nacionales independientes. Sin embargo, este movimiento, el más exitoso de esta movida en Lima, encierra más que solo un grupo de productores en busca de vender sus productos.
¿
Qué pasa cuando los organizadores de ferias empiezan a olvidar los intereses de artistas y productores? Los obligan a que ellos mismos se las ingenien. Así nació ‘Perú Independiente’, un proyecto ferial creado en 2013 por tres de los productores textiles más exitosos de la movida independiente en Lima: José Carcelén de ‘FAITE’, Carol Fernández de ‘Amapolay’ y Samuel Gutiérrez ‘NIDEA’. ¿Qué buscan? Reivindicar el sitio de los productores y artistas en las ferias, alejándose de los organizadores tradicionales para, en palabras de José Carcelén, “ponerles la valla más alta. Para que sepan que cuando vuelvan a hacer sus ferias, menos de lo que estamos haciendo no vamos a aceptar”. ¿Y qué hacen? Simple: eliminar el intermediario y poner sus propias condiciones de venta y sus mecánicas de difusión. José Carcelén explica que tanto él como otros productores sugieren diferentes vías de difusión a los organizadores, desde el tema de redes sociales hasta recomendar que se contrate a tal o cual grupo musical. Pocas veces, sin embargo, han sido escuchados, obligando a los productores a elaborar sus propias lógicas de publicidad. “Hicimos ‘Perú Independiente’ porque nosotros queremos implementar las recomendaciones que tanto les habíamos hecho a los organizadores. Queremos demostrarles que nuestros con-
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sejos no son antojadizos sino que son lo óptimo para que una feria funcione”, señala Carcelén, quien hace doce años creó la marca FAITE y que tiene como a uno de sus asociados a Cherman Kino Ganoza. El apoyo recibido de parte de las demás marcas y artistas, afirma José, se debe precisamente a la inconformidad generada por el status quo de las ferias realizadas en Lima, en las que los organizadores están más preocupados en cobrar el dinero a cada productor y asegurarse de que estén en sus stands, para luego olvidarse de cuán bien o mal les puede ir. Es en ese vaivén los tres productores, Carcelén, Fernández y Gutiérrez, se ponen manos a la obra para, en lugar de ponerse a pelear con los organizadores de ferias, realizar eventos de la mejor manera. Con la reciente edición de diciembre de 2013, ‘Perú Independiente’ cuenta tres apariciones exitosas, siendo esta última la que más marcas, artistas y músicos convocó. Según Carol Fernández, creadora de ‘Amapolay’ y que trabaja en su taller de la calle Santa Rosa en Barranco, la ventaja que ‘Perú Independiente’ posee frente al trabajo que se hace tradicionalmente en las ferias apunta a la confianza que existe en el proyecto individual de cada artista y el encontrarse con productores con la misma idea. “El hecho de que creamos en nuestros proyectos nos hace estar siempre en constante
Red de artistas: de la amistad a la familia “La amistad se vuelve familia en un momento dado”, recalca José Carcelén. Y es que una de las razones por las que la ‘Perú Independiente’ se ha llevado a cabo, sobre todo su tercera y reciente edición, es el interés generado en los productores y artistas a partir de esa red amical y laboral existente. “Cada vez establecemos más redes con gente que hace teatro, música, murales. Gente que trabaja en cine independiente y que es un nuevo rubro presentado en la feria”, detalla Carol Fernández. Y es que en la feria de diciembre 2013 pasado, se contó con las presentaciones de reputados grupos como La Mente, Sabor y Control, Barrio Calavera y la Nueva Invasión, entre otros; y con talleres de artistas como Elliot Tupac y Amadeo Gonzales del fanzine ‘Hazlo Pirata’. “La idea es armar una plataforma que reúna diferentes propuestas: lo mejor de la movida independiente local, que está y existe, pero cuyos exponentes carecen de un espacio donde encontrarse”, continúa Fernández. Asimismo, Carcelén repara en que, más allá de la amistad que une a los artistas –una amistad que puede garantizar rebaja de precios por las presentaciones o facilidades con las que un organizador de eventos convencional soñaría–, es importante las ganas que existen de darse a conocer al entorno que ofrece la feria. “Hay gente, productores y artistas, que quiere estar con nosotros no solo para apoyarnos sino para usarnos como trampolín y para que los vean”, explica José, que recuerda cómo múltiples amigos lo llamaron semanas antes de la última feria, en busca de un cupo para poder vender sus productos o presentarse musicalmente. De la misma manera, Carcelén revela que las ferias, así como unen a las familias de artistas y productores en la organización, buscan unir a la familia que asiste a las mismas. “La base del programa de ‘Perú Independiente’ es reunir a la familia, para que se quede en la feria. Que no sea solo ir, comprar tres regalos y arrancar”, declara.
Mural de Elliot Tupac en el centro de Lima que fue borrado por el alcalde Castañeda.
Y es que para los creadores de ‘Perú Independiente’ no solo se trata de vender sus productos. Que su mensaje político y el discurso detrás de sus obras lleguen a sus consumidores es, para ellos, lo más importante. “Entrar en la cabeza de los peruanos” “Primero estamos entrando con la moda a tu casa, pero mañana entraremos con la política a tu cerebro”, afirma José Carcelén, mostrando uno de los polos de Amapolay en el que se retrata la contaminación en La Oroya. “Tenemos un compromiso y un discurso que va más allá del negocio. Eso trasciende lo que es ‘Perú Independiente’”, le sigue Carol, sentada atrás en su taller, frente a la computadora. Recalca que se puede replicar el mismo discurso a través de ferias en otros distritos y ciudades del Perú. José Carcelén, por su parte, tiene claro que “no es solamente vender ropa, irme a Máncora y se acabó el show. No. Eso lo hacen los otros empresarios y por eso no están acá. Los que están acá son los que saben que con su dinero no van a alquilar casa en la playa. Con nuestro dinero vamos a seguir fortaleciendo nuestras ideas políticas”. “Hay que fortalecer esta familia inicialmente para que después no sea solo de los productores sino de los 30 millones de peruanos. Lo que tenemos que hacer es meternos en la cabeza de los w peruanos”, sentencia.
Banda “Sabor y Control” tocó en la feria del 2013.
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crónica Alberto Evans Terán
“El autobús frena y yo corro un poco para no caer. Me bajo a una cuadra de la avenida Bolívar. He ganado más de tres soles”.
S
on las diez de la mañana. Estoy en el puente Tingo María, en Breña. Subo al primer bus que aparece. Uno que no está ni muy lleno ni vacío. “¿Puedo tocar?”, le pregunto al chofer, mientras le enseño la armónica. Me mira y no responde. Me acomodo al vuelo y me presento. “Soy un joven que estudia Periodismo y que gusta de la música”. Les digo que su apoyo me es muy útil, pero no los condiciono a colaborar. Aun así, tres soles es lo mínimo que he conseguido. Me sujeto de la baranda y comienzo a improvisar. Suena bien. Cierro los ojos y siento vértigo. Hace mucho que no tocaba. Pruebo con un rock clásico, cincuentón y con sabor a blues. Lo siento disonante y hermoso. Me transporta a otro plano. Termino de tocar, ahora viene lo más difícil. Paso de asiento en asiento con un chullo verde. Es todo un arte esto de tocar en movimiento, haciendo equilibrio y pidiendo colaboración. Un joven de mi edad, más o menos, me da un sol. Una señora me da cincuenta centavos. Algunos me dan céntimos, otros apenas me miran. El autobús frena y yo corro un poco para no caer. Me bajo a una cuadra de la avenida Bolívar. He ganado más de tres soles.
Cruzo la pista y subo a un bus de la misma línea, pero en sentido contrario. Ahora son la diez y quince. Algunas personas me ven como a bicho raro. Esta vez decido tocar canciones, en lugar de improvisar. Empiezo con ‘Fly me to the moon’, luego ‘Blowin’ in the wind’, de Bob Dylan. A la gente le gusta. Ahora sí, improviso una frenética melodía mientras paso el chullo. Algunos, con pinta de no querer apoyar, cambian de opinión tras escucharme. Cuando toco, me siento libre y lo disfruto. En verdad, hay que tener bolas para pararse y tocar. INCURSIONES La primera vez me acompañaba un amigo, Mauricio Villavicencio. Lo hicimos de broma. Estábamos ensayando para tocar en la universidad Antonio Ruiz de Montoya. Nos dieron cinco soles. Esa noche tocamos más de dos horas, de bus en bus. Terminé con la boca hinchada. Repartimos la ganancia en casa de mi amigo. Veinte soles para cada uno. Al día siguiente hicimos lo mismo. Tocamos desde Surco hasta Pueblo Libre. Nuestro repertorio de aquel entonces era Knockin on heaven’s door, una improvisación de blues en sol y Blackbirds, de The Beatles. Ahora estoy solo. Más curtido que nunca. Son las diez y media, estoy parado en la avenida Arica esperando subir al tercer bus del día. “¿Puedo tocar?”, le pregunto al chofer. Me dice que no, que ya subieron. Espero en el paradero unos minutos. Subo sin pedir permiso.
BLUES EN EL
BUS
“He vivido en carne propia la proletarización del estudiante. He tenido el coraje de tocar ante gente extraña. He sido músico ambulante, en más de una ocasión. Ya sea por diversión o para costear una separata. Desde hace cuatro años toco esporádicamente en los buses. Siempre me ha sacado de apuros”.
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A diario jóvenes músicos buscan recursos para continuar con sus estudios en las principales capitales de Latinoamérica.
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crónica La música puede cambiar la atmósfera anodina en las prolongadas rutas del transporte de la capital limeña.
El avión subterráneo Perfil de Raúl García
Gabriel Muñoz García
Me presento y me acomodo como puedo. El vehículo está lleno de gente y se abre paso velozmente. Guardo la Special 20 y saco la Bluesharp, ainada en ‘mi’. Toco Hey Jude. Esa canción es conocida. Una señora saca una moneda de cinco soles, le paga al cobrador y me regala el vuelto. “Felicitaciones, joven, sigue así”, me dice. “He visto a tu hijo tocando la armónica en el bus, toca precioso”, le comentó a mi mamá una de sus alumnas de piano. No siempre toqué así. Al comienzo aprendí a tocar canciones guiándome por tablaturas. Las tablaturas te indican las posiciones y si debes aspirar o soplar, mas no la duración de las notas. Son las once de la mañana. Toco Have you ever seen the rain, una balada con influencias country. “Eso es blues –le dice el cobrador al chofer–. Y si no es blues, es country”. El chofer baja el volumen de la radio. Ahora sí, ha llegado el momento de improvisar. Doblamos por la plaza Bolognesi. Son melodías introspectivas. Escalas menores capaces de evocar melancolía en nuestros corazones. El secreto está en dominar los semitonos. El bending se consigue con muchas horas de práctica, tienes que acomodar la lengua dentro del paladar. Sin bend no hay blues. Bend significa ‘doblar’, en inglés. Esta vez, casi todos colaboran, incluso el cobrador. Me bajo en el cruce de 28 de Julio con Arequipa. He ganado más de seis soles. SER O NO SER Tengo la boca seca. Me compro una botella de agua y me siento a descansar en una banca. En la calle hay mucha competencia. Niños, jóvenes y adultos suben a tocar a diario. La diferencia entre ellos y yo es que puedo elegir: hacerlo o no hacerlo, ser o no ser. Ellos no tienen de otra. Es su talento lo que les da de comer. Once y veinte de la mañana. Ya me estoy cansando de esto. Estoy fuera de forma. No tocaba
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en los buses desde hace meses. Me subo a uno verde, grande. Empiezo a tocar sin presentarme. Debí haberme presentado. Ahora todos me miran como si fuera un loquito. Quizá lo sea. Luego de pedir la colaboración, me acomodo en un asiento vacío. El cobrador se niega a cobrarme. Eso es lo bueno de tocar en los micros. Aunque no te den ni un solo centavo, siempre queda el consuelo de viajar gratis. Me duelen los labios. En ocasiones he tocado hasta que me aparecen heridas. Es suficiente por hoy. Me subo a un bus y me acomodo en un asiento vacío. Son las doce en punto. Un joven estudiante sube a tocar el charango. Yo le doy un sol al cobrador y otro sol al músico ambulante. Hace un momento estaba en su lugar, enfrentándome a la indiferencia, armado solo con talento y amor por el arte. Como w dije, hay que tener bolas para tocar en público.
“Esa noche tocamos más de dos horas, de bus en bus. Terminé con la boca hinchada. Repartimos la ganancia en casa de mi amigo. Veinte soles para cada uno”
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cordamos reunirnos en su casa/estudio en la calle Manco Cápac de Miraflores, pero cuando llegué no había nadie. El avión estaba en el centro trabajando, pero había dejado la llave con alguien para que pudiera esperar adentro. Me encontré por ese desorden característico de las mentes brillantes. Las paredes invadidas por fotografías de diversos tamaños de personajes saltando y gritando, predominaban las sombras y los grises en las imágenes hacían resaltar las repisas llenas de libros, revistas y discos. por ese desorden característico de las mentes brillantes. Las escenas parecían moverse a mi alrededor y llenaban el espacio con un ruido constante que, pese al silencio absoluto, por momentos lograban que sintiera una vibración en mi pecho. Tan perdido estaba que, sin darme cuenta, pasó una hora y el Avión aterrizó. Antes de que el lente de su cámara captará el ruido, la suciedad y la energía de la escena del rock nacional, incluso antes de ser el “Avión”, Raúl García trabajaba en una productora pequeña. El dueño de la productora, Hugo Martínez,
El Avión en su casa / taller de Miraflores (Foto: Audiofobia)
era productor de Los Mojarras en el momento cumbre de la banda, acababan de lanzar Triciclo Perú y hacían conciertos masivos. Fueron ellos los encargados de bautizarlo con el sobrenombre que lo acompaña hasta ahora- “Era ‘Avión de los Picapiedra’. El avión de los Picapiedra es un pterodáctilo que en su lomo lleva una choza donde van los pasajeros y es todo flaco, maltrecho y todo el tiempo maldice su suerte”- Explica sin despegar los ojos de su laptop. “Paraban metidos en la oficina y se metían a la isla de edición a jugar en la computa-
dora. Se metían con gaseosa, con comida, y como yo era el responsable de los equipos entraba y los puteaba: ‘Puta, huevón, no me pongas el vaso acá, concha tu madre”. Entonces los huevones me veían venir y decían ‘ahí viene el avión de los Picapiedra a joder’. Por eso me dicen “El Avión”, nadie sabía, ahora ya saben todos. Era un secreto”- Me revela mientras termina de escoger las fotografías que enviará a la agencia en la que trabaja. Baja la pantalla de la computadora y al fin me dice- “Ya, empecemos”. En algún momento, mien
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perfiles “Si tú eres decente vas a saber identificar las injusticias, entonces, sabes que debes contar esa injusticia”
tras trabajaba en producciones audiovisuales Raúl compró una cámara de fotos y se encontró con un nuevo mundo. si bien se había encargado de la fotografía y de la cámara en diversos cortos y producciones, se dio cuenta de que prefería trabajar solo; esa relación personal entre el sujeto y él lo atrapó. El muchacho que frecuentaba conciertos que muchos otros podrían encontrar ruidosos o sucios empezó a captar esa escena a través de su nueva pasión. Pero no fue hasta la toma de la embajada de Japón en el año ‘96 que la fotografía se convirtió en un trabajo. “Me habían
contratado para ser asistente de cámara para un canal de televisión japonés, pero me encontré con una amiga fotógrafa de El Comercio que me dijo que había una agencia de noticias japonesa que estaba buscando un fotógrafo que hable inglés. Entonces, como yo tenía una cámara, hablaba inglés y estaba aburrido de ser asistente, fui y los busqué. No es que fuera fotógrafo, no tenía mucha experiencia, nunca había hecho prensa, tenía un lenguaje muy particular porque derivaba del video y de la acción. Todos los días era una lección distinta. Esa fue mi primera experiencia. Cuando terminó el asalto, regresé a la universidad y llevé un curso de fotoperiodismo”- Así, con lo que ganaba compraba rollos para seguir tomando fotos. Se levanta y me pregunta si quiero agua, regresa de la cocina con dos vasos y abre su laptop una vez más, las fotos que le han enviado no son buenas y maldice entre susurros. Me explica sus problemas con la
prensa nacional y los problemas que, en su opinión, infestan los medios nacionales: “A mí la verdad es que la prensa peruana me llega al pincho. Mucha mediocridad, cuidan su sueldo. A los periodistas peruanos les falta huevos, les falta convicción”- Me dice indignado. Le pregunto si es un problema de formación, y al comienzo se serena, pero poco a poco el fervor aumenta- “Al final de lo que se trata es de que no mientas o manipules información para sostener tu visión de las cosas, tú cuenta las cosas como son. ¡Evita mentir, no, no evites mentir, NO MIENTAS, no manipules!- Respira por un segundo- Entonces, un periodista serio, no miente y no manipula, es veraz con lo que cuenta y le está dando justicia al lector para que vea las dos partes de una situación y saque su conclusión. Si tú eres decente vas a saber identificar las injusticias, entonces, sabes que debes contar esa injusticia y sabes que si muestras las dos partes igual va
Pogo en el estadio Unión (Foto: Raúl García)
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a ser una injusticia, si les das la versión de víctima y victimario, la injusticia va a seguir ahí, si das la voz del dueño y la del otro huevón, la injusticia va a seguir ahí”- Termina bebiendo un gran sorbo de agua. No siempre fue así, su primera experiencia con la prensa nacional parecía abrazar todo aquello en lo que él creía. El diario Liberación fue un opositor recalcitrante del gobierno de Fujimori, teniendo su apogeo en la campaña de la rereelección. Raúl tuvo sus primeros pasos como fotoperiodista en un medio local en este periódico: “Respetaba un culo la fotografía, respetaba a los fotógrafos, apostaba por la foto periodística, con carácter, con estilo y tenía un equipo de fotógrafos increíble. Yo estaba ahí, me sentía chibolo y chiquito con esos huevones cuyas fotos yo había visto y alucinado. Estaba chambeando con ellos y escueleándome”- Me cuenta con un brillo en los ojos y en la voz mientras prosigue- “No sólo eso, también era camiseta, porque nos íbamos a tumbar al chino de mierda. Nos perseguían, nos maleteaban los tombos, a un par de colegas les robaron el equipo en circunstancias recontra bizarras. Era obvio que era el SIN que venía a joder. Nos cortaban la luz, saboteaban la imprenta donde imprimiamos y así”. Pero algo tan bueno no podía durar por mucho tiempo, con la caída de Fujimori pronto los dueños del diario quisieron darle un perfil más comercial, por lo que el director, César Hildebrandt, lo dejó para darle su lugar a Fernando Viaña: “Él entró a dirigir el diario y botó gente, puteó a fotografía y preguntó por qué los fotógrafos ganaban tanto, que los boten a todos, que traigan huevones de a luka. Decía que si la gente quiere mierda hay que darle mierda, que el fin de semana el diario se hace con los pies”- Me explica haciendo gestos con los brazos con un rostro que parece asqueado
de sólo recordarlo- “Entonces renuncié, me quité en una. Me quedé en la calle y estuve sin chamba un tiempo”- Aclara más tranquilo. Esa no sería la última vez que el Avión despegaría de un diario. Después de trabajar de forma independiente por un tiempo lo invitaron al proyecto de un diario nuevo, Perú21. Siendo Editor de Fotografía también renunciaría, pero se presenta mucho más sereno al recordarlo, como si hubiera sido más fácil de superar: “Todo el esfuerzo se puede ir a la mierda cuando el huevón dirige una reunión editorial y conduce las conversaciones por un lado medio turbio y, bloquea información que no le conviene”- Y finalmente agrega con un tono sarcástico- “Renuncié porque me llegó al pincho el periódico, no porque tenía otra opción. Mira, para que veas cómo son los periodistas de planilla, no podían creer que yo estuviera renunciando sin nada. Pensaban que alguien me había jalado de otro lado porque nadie renuncia, nadie se queda sin chamba solamente porque no le gusta. Después todos me decían: ‘Puta, que has sido valiente’ y qué sé yo. ¿Valiente? Me daría roche seguir, pero prefieren su seguridad. Y me quité”- Con una sonrisa burlona en el rostro. Su mayor influencia, después de todo, es la música que él ha cubierto desde el ‘97, el rock. Pero no es cualquier subgénero el responsable, la música subterránea y el punk extranjero que escuchaba desde que tenía 15 años contrastaba e interrumpía sin pleno aviso la tranquilidad de la casa de La Molina en la que creció. “Son canciones con
“Hay una huevada bien bacán en eso y yo me emociono un montón”
La ira de Dios en Nuclearbar (Foto: Raúl García)
letras contestatarias, críticas del sistema, de valores de mierda, de la sociedad y todo, por supuesto que me han formado ideológicamente, hasta hoy”Confiesa con orgullo. Desde la pequeña silla en la que está sentado, con la computadora cerrada encima de las piernas me señala una fotografía enorme colgando del techo de madera: “Ese lugar se llama Caos, esa es una de mis fotos favoritas, sintetiza todo sólo con unos choches gritando”- La foto, en blanco y negro, se mueve víctima del viento que entra por la ventana- “Este es el cantante , Elvis, estos son dos huevones del público y se han puesto a cantar mientras él se fuma un pucho, la canción está corriendo y ellos están cantando la canción mientras el cantante se fuma un puchito”- Explica mientras apunta con el dedo los personajes- “Y olvídate, acá la gente está loca
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perfiles
arte & performance
La banda PTK en Caos, está foto colgaba del techo de Raúl (Foto: Raúl García)
za, es un juergón, pogo, la gente volando. Puta, esa vaina no pasa en ninguna otra situación. Hay cariño, hay solidaridad, hay una huevada bien bacán en eso y yo me emociono un montón y para tomar buenas fotos hay que emocionarse con lo que estás fotografiando. Sino estás registrando como un forense”. Y es verdad, las fotos parecen estar vivas. Los gestos marcados por las sombras atrapan la rabia, la pasión y toda esa intensidad sólo capaz de expresarse en una imagen. “Cuando empecé a tomar fotos naturalmente empecé a fotografiar la escena en la que yo me movía,
“La rebeldía, juventud, energía, rabia, irreverencia, juerga, sudor, ruido. Todo eso a me parece hermoso”
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yo siempre iba a conciertos de punk y rock y toda esa huevada. En el ‘97 regresé a la universidad para terminarla y llevé un curso de fotografía periodística. En el trabajo final de fotoperiodismo le hice un seguimiento a la banda Leuzemia, con la que tenía afinidad Fui a la casa de Daniel y Kimba a hacer fotos, fui a conciertos, ensayos, juergas. En esa época Leuzemia estaba grabando El Moxón, su primer disco doble y para mí es uno de los discos más pajas que tienen, es maldito. Es cuando este huevón (Daniel F) empieza a coquetear con el progresivo, sigue haciendo baladitas y tiene punk. Además, era un trío que era una formación bien bacán y el arte del disco la estaba haciendo Cherman, les preguntó qué iban a usar y estos huevones le dijeron que les había estado tomando fotos. Llevé las fotos, les encantaron y metieron como veinte fotos en el disco. Para mí eso fue un estímulo maldito. Una banda, que para mí era genial, la cagada, todo, estaba usando mi material en
uno de su proyectos más ambiciosos”- Señala una fotografía en la pared- “Esa foto es de ese proyecto”. Fue a partir de ese momento en el que Raúl empezó a retratar la escena, compilando un registro que más tarde se convertiría en su libro Un Lugar: “Me pegué más con fotografiar la escena, por varias razones. Porque visualmente me parecía atractivo. Los claroscuros, la suciedad. Además, me gustaba estar ahí, entraba gratis a los conciertos. Después sentí que tenía una responsabilidad con esa huevada, que debía documentar todo. No era como ahora, éramos tres o cuatro huevones tomando fotos”- Se levanta para estirarse- “La rebeldía, juventud, energía, rabia, irreverencia, juerga, sudor, ruido. Todo eso a me parece hermoso”- Y por primera vez desde que llegué me dispuse a encontrar esa ajena belleza a la que él se refería. “Si estoy en la naturaleza o en las calles de la ciudad o donde sea, trato de que el espíritu de eso que estoy viendo influya en las fotos. Ahora, ¿funciona?, no tengo ni idea, pero todos bebemos de algo y todos lo terminamos vomitando en alguna parte”.
“La escritura es lo único Dalmacia RUIZ ROSAS:que tengo” Desde que tiene recuerdo ha estado relacionada con la literatura; como lectora y escritora, pero también por su familia. A su casa siempre iban escritores peruanos a visitar a sus padres. Es hija del artista de izquierda Alfredo Ruiz Rosas y la actriz Dalmacia Samohod. Claudia Martorellet Quintana
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mante del rock subterráneo, hoy conduce un programa radial que se transmite los domingos llamado “Cuntu Rock” a través de la emisora Bacán Sat. El año pasado, durante un recital-homenaje a Kloaka, fue agresivamente abordada por uno de los espectadores mientras leía uno de sus poemas. Un video que registró su respuesta enfurecida- en medio de la lectura- ante esta situación, se convirtió inmediatamente en un viral de Internet. Algo que la hizo sentir muy vulnerable y razón por la que ha decidido reincorporarse a Hora Zero. Dalmacia tiene una coraza fuerte pero también es la persona más sensible. Además, contrario de lo que algunos pueden creer, posee un gran sentido del humor. ¿Qué fue lo primero que publicaste? Comienzo a escribir muy joven. Mi primera publicación fue cuando tenía 15 años, que fueron un grupo de cuentos con los que había ganado unos juegos florales. Fue una plaqueta que editó mi tío, el poeta Jorge Ruiz Rosas en Arequipa.
esa edad ingreso al grupo La Sagrada Familia, que eran estudiantes de San Marcos y de la Católica, que tradicionalmente o al menos en esa época eran como bandos rivales porque planteaban discursos distintos de la enseñanza en la literatura. Y La Sagrada Familia fue como la conjunción de un grupo de poetas de ambas universidades unidos por el amor a la poesía. Luis Castillo, uno de los fundadores, me invita a integrarme para el primer número, y yo acepté muy gustosa. Llevé los poemas que me pidieron que llevara, y en la siguiente reunión me dijeron que no podían publicar mis poemas porque eran muy infantiles, muy ingenuos (se ríe). ¿En ese momento todavía no tenías relación con Hora Zero? Mi vínculo con Hora Zero es muy posterior a la Sagrada Familia. Es en el ochenta cuando Róger Santiváñez y yo accedemos a la invitación que nos hizo Jorge Pimentel. Al mismo tiempo había otro grupo que estaba surgiendo que se llamaba Macho Cabrío. Tuvimos en mano esas dos invitaciones. Recuerdo que era el inicio de los ochentas
¿Recuerdas de qué trataban los cuentos? Eran seis cuentos. Sobre gatos y mujeres. Yo tenía un gato, y lo hago el protagonista de la mayoría de los cuentos, el héroe, gatos con actitudes muy humanas. ¿Y tú interés por la poesía? Ya en la universidad, a partir de los 19 años. Y a
“Porque los de Hora Zero eran unos dementes que iban a arruinar los recitales ajenos, siempre estaban en líos...”
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unMECENAS
para el
peor director
Pablo Panizo Jansana Señor Soy tan pobre Que la única Ofrenda Que pude traer Soy yo
Dalmacia en su hogar.
y entrar a Macho Cabrío significaba darle el pie a la generación del ochenta y entrar a Hora Zero sencillamente era un acto demencial (entre risas). ¿Por qué? Porque los de Hora Zero eran unos dementes que iban a arruinar los recitales ajenos, siempre estaban en líos… Se enfrentaban a todo con lo que no estaban de acuerdo. Entonces, decidimos ingresar a Hora Zero. Escogieron la demencia… Por concluir un aprendizaje también. Hora Zero no se enseña en San Marcos. En mi época al menos, no lo fueron y creo que hasta hoy todavía no lo son. Nosotros habíamos sido muy buenos alumnos de la universidad, habíamos estudiado con extraordinarios profesores; Antonio Cisneros, Washington Delgado, profesores que representaban generaciones, maestros. Entonces, lo único que nos faltaba era la experiencia y la calle que nos iba a dar estar en Hora Zero. ¿Cuánto tiempo fuiste parte de Hora Zero? Casi dos años. Roger se fue en el 82’ para hacer Kloaka y yo me salí un poco después a mediados del 82. Me sentí un poco sola, la diferencia de edad cuando se tienen 20 años es importante ¿no? Me sentí un poco aislada.
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“Nosotros habíamos sido muy buenos alumnos de la universidad, habíamos estudiado con extraordinarios profesores”
¿Qué hiciste luego? Decidí quedarme sin grupo porque tampoco ingresé a Kloaka, aunque me invitaron. Tuve este papel de aliada que comparto con José Antonio Mazzoti y desde ahí no he vuelto a estar en ningún grupo. Kloaka se disuelve a los dos años y si bien en los noventas tuvimos bastante actividad en la calle Quilca, Roger partiría a vivir a los Estados Unidos donde reside ahora, se va Mazzotti, se va Rafo. Se puede decir que me quedo un poco sola, sin los amigos más cercanos. ¿Qué movió en ti aquel episodio en el recital de Kloaka para que vuelvas a Hora Zero? Que ya no pienso exponerme. Ha sido para mí muy desagradable, hasta ahora sigo como asustada. Aunque he pensado que si se repitiese una situación así sencillamente yo recojo mis poemas y me retiro. Lawpoesía no necesita defensa, se defiende sola.
Cortesía Asia Sur (Augusto Escribens)
Huanchaco prepara una película que dirigirá quien para muchos es el peor cineasta del país: Leonidas Zegarra. ¿Por qué el director más vapuleado del Perú se ha convertido en el referente de uno de los artistas más talentosos de la escena limeña?
E
n un cajón de Fernando Gutiérrez ‘Huanchaco’ están los muñecos de juguete que le regalaron sus padres: la princesa Leia, Aquaman, Robin… puro superhéroe segundón. Los de Superman, Batman y Han solo fueron a parar a las manos de su mellizo, como consuelo por sus constantes enfermeda-
des y premio por sus excelentes notas. En casa de los Gutiérrez hay una foto de fin de año escolar que recuerda la enfrentada fortuna de los hermanos: sobre su mellizo cuelga una medalla de excelencia académica; sobre la camisa de Huanchaco, un pin de los Thundercats. En venganza, Huanchaco creó a Superchaco, su álter, un
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arte & performance superhéroe chicha inmerso en un mundo barroco de productos bamba. En los cómics de Superchaco, todo era exageración y desorden; un universo parecido al de la Lima que conoció de niño, cuando llegó de Trujillo: bullicioso, caótico, extremo. Las ventanas estaban forradas con X de tape, para prevenir las bombas senderistas, y la calle sonaba al rugido de miles de carros Volkswagen. «Era como un condensado. Había tanto detalle que no podías ver nada», recuerda el artista. En ese condensado de detalles creció, y en medio de ese laberinto estaba el centro de Lima, donde iba para tomarse unas cervezas y comprar materiales de trabajo -estudió arte en la PUCP y, para reivindicar su pasado académico, se graduó como el primero de su promoción-. En esas idas y vueltas conoció las películas de Leonidas Zegarra, considerado el peor director que ha dado a luz este país. Sus películas –algunos han sugerido llamarlas simplemente vídeos– quedan en el recuerdo de sus espectadores no solo por lo precario de su producción -si ‘precario’ no es un eufemismo-, sino también por sus tramas extremadamente bizarras. Huanchaco recuerda escenas como la de un hombre al que le disparan y en la toma siguiente bebe un jarabe para la tos, o la de una puerta que se abre, y, súbitamente, se pasa de la noche al día. En la primera película de Zegarra que vio, Una chica buena de la vida mala, Susy Díaz se llama Estrella hasta que se encuentra con Melcochita, quien extrañamente la llama Susy, y en adelante su personaje responde al nombre de Susan. Huanchaco salió maravillado del cine porno en el que Zegarra había logrado proyectarla. «Era delirante», recuerda. El artista descubrió en el cineasta a un director propio de la Lima desbordada por la migración, del mundo chicha que tanto lo había estimulado en su trabajo. Eso fue en 1999. En adelante Huanchaco intentó hablar con él más de una vez. Zegarra siempre se negó.
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Horas de lucha Leonidas Zegarra no creía que un estudiante de la PUCP pudiese estar interesado en un director que los críticos calificaban como el ‘Ed Wood peruano’, por decir lo menos. «A Zegarra no lo salva ni el esnobismo compasivo de quienes quieran bautizarlo como el Ed Wood nacional, o sea, nuestro mediocre emblemático», escribió la revista Caretas en el 2001. Para algunos es malísimo sin atenuantes; para otros es tan malo que resulta interesante. Pero para Huanchaco, Leonidas Zegarra se convirtió en un «gran mentor». «Tiene escenas tan faltas de presupuesto que terminan reflejando a Lima mejor que una película producida», asegura. Estaba realmente interesado en su trabajo, y se lo demostró hace cuatro años, cuando presentó un homenaje al director en la sede de la Cancillería, con una exposición que incluyó una retrospectiva de su cine y una estatua en fibra de vidrio con acabados de color bronce.
Cortesía Asia Sur (Augusto Escribens)
Sus películas –algunos han sugerido llamarlas simplemente vídeos– quedan en el recuerdo de sus espectadores no solo por lo precario de su producción -si ‘precario’ no es un eufemismo-, sino también por sus tramas extremadamente bizarras. Huanchaco recuerda escenas como la de un hombre al que le disparan y en la toma siguiente bebe un jarabe para la tos, o la de una puerta que se abre, y, súbitamente, se pasa de la noche al día.
La estatua de Zegarra recorrió las calles a modo de procesión, rodeada por humo de palosanto. Si en una sala de la Cancillería se homenajeaba a Vargas Llosa, al lado se hacía lo mismo con el cineasta más discutido del país. «Fue paja porque se convirtió en una cosa oficial», dice Huanchaco. El creador de Superchaco, literalmente, enterró el traje de su superhéroe un año atrás, en la frontera entre el Perú y Chile, y desde entonces vive obsesionado con Zegarra. Trabaja en la creación de su casa museo en Trujillo, donde ambos nacieron, y tiene otro proyecto en ciernes: le ha propuesto rodar una película basada en Horas de lucha, el libro que recopila discursos de Manuel González Prada. Para lograr el financiamiento, Huanchaco trabaja una serie de cuadros a manera de storyboard para la película, e incluye en ellos a los personajes del libro. Pinta cada uno en base a las fotografías que él mismo arma, por lo que al hacerlo también define la utilería de cada personaje, y con ello alivia un problema más en cuanto al siempre limitado presupuesto de las producciones de Zegarra. Huanchaco recuerda una escena de 300 Millas en busca de mamá -Zegarra, 2008-, en la que en una comisaría se encuentran tres policías. Uno lleva la gorra del uniforme, otro la camisa y el último, solo el pantalón. «Es la falta de presupuesto», sospecha Huanchaco. No en vano el ‘peor cineasta peruano’ ha tenido que vender llantas usadas en la frontera entre el Perú y Bolivia para financiar sus películas -exiliado del circuito cinematográfico nacional, incluso ha optado por exhibir sus cintas en Bolivia-. Hay en el extraño espíritu combativo de Zegarra algo que atrapa a Huanchaco al margen de su cine, y con este proyecto espera explorar más allá. En el plató, el artista se ha planteado regis-
Cortesía Asia Sur (Augusto Escribens)
trar al detalle su trabajo. Qué hará con lo que encuentre es algo que probablemente nadie sabe, ni siquiera él. Lo que sí está claro es que, para suerte o desgracia de los espectadores, Huanchaco ha logrado dar cierta visibilidad a Leonidas Zegarra, y si todo sale bien (¿o mal?) el ‘Ed Wood peruano’ rodará una nueva película. ¿Qué podemos esperar de ella? Por w mucho tiempo no hubo una pregunta más difícil.
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actividades en la RUIZ
COES:cambia, avanza, crece “Desde el 2005 el COES ha sufrido una evolución constante, los estudiantes aumentan, y con ello aumenta la responsabilidad que asume cada equipo que ha trabajado y trabajará en el COES.” Merly Flores Vásquez
de dar cuenta mensual del balance de gastos que sus miembros realizan. Si bien el COES organiza actividades extras para recaudar fondos, el monto fijo histórico que se tiene asignado es de cuatro mil soles. Este dinero se usa en actividades como la velada cultural, las olimpiadas, entre otros. “En el año 2010, cuando yo fui miembro del COES, la cantidad de alumnos que había en ese entonces era mucho menor y es ahí cuando empezamos a organizarnos por carreras”, explica Joseline Camacho, ex representante de Educación COES 2010. Ella recuerda que cada carrera tenía su representante y este tenía que estar pendiente de qué era lo que los alumnos necesitaban: “…
éramos como la voz de nuestras carreras, pero también trabajábamos en conjunto para poder cumplir con todas las fechas del calendario. Empezamos a realizar jueves culturales con diferentes actividades para que los alumnos pudieran integrarse entre sí, pero todo era previamente coordinado y presupuestado”, resalta Joseline. Rumbo al 2014 Después de varios días de espera, el 21 de noviembre, alrededor de seiscientas personas participaron de las elecciones del COES desde las 11 de la mañana hasta las siete de la noche; minutos antes de las nueve, se informó w que el ganador absoluto fue la lista Puriq.
Miembros COES
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ías previos a las elecciones del nuevo COES 2014, los debates entre las listas Lazos y Puriq se volvían más intensos. Ambas hacían campañas entre los estudiantes quienes aún no estaban seguros de su decisión. Además, en las redes sociales, se podían encontrar fotos de los representantes con algunas propuestas muy interesantes. Algunos alumnos hacían encuestas, para poder ver qué lista sería la ganadora. En esos días todos estaban preocupados por decidir finalmente por cuál lista votar y en qué propuesta confiar, pero nadie pensaba en la evolución que tuvo el COES a lo largo de estos años en nuestra Universidad. Esta es la historia de cómo se creó nuestro Consejo Estudiantil y por todos los procesos por los que pasó para ser lo que es hoy.
delegado por cada una de ellas. Para ese entonces las obligaciones del COES habían aumentado, pues no solo se encargarían de la velada cultural, las olimpiadas y cachimbada; sino que también tendrían que organizar los jueves culturales, las charlas y sobre todo, integrar a los alumnos en actividades extracurriculares que se fomentaban dentro de la universidad. Así nos explica Raschid Rabí, encargado del Departamento de Bienestar Universitario (DBU). Por otro lado, nos comenta que previamente detrás de las elecciones está el nombramiento de un comité electoral que se encarga de los preparativos para la elección del nuevo COES. Este comité está compuesto por tres estudiantes, que son elegidos uno por el Consejo Universitario y otro por Bienestar Universitario y, ellos, finalmente eligen al tercer miembro.
Los inicios Cuando todavía la Escuela se encontraba funcionando, se creó una terna estudiantil conformada por tres estudiantes: un presidente, un tesorero y un secretario, quienes serían apoyados por los delegados de año. La labor de esta terna era básicamente organizar la velada cultural, las olimpiadas y la cachimbada. La primera terna se dio a finales del año 2005 y todo el 2006. Sus integrantes fueron Carla Palacín, presidenta; Joan Manuel Girón, secretario y Yasmín Franco, tesorera. La terna no funcionó como se esperaba, ya que no recibieron el apoyo de los delegados de año, de modo que, para el 2007, se planteó una nueva estructura, que consistió en mantener la terna, agregando a dos representantes de Humanidades - Filosofía y Educación, las únicas creadas en ese momento-. En el 2010, con la implementación de más carreras en la universidad se decide incluir un
Funcionamiento y presupuesto El COES se maneja de manera autónoma y siempre es supervisado por Raschid. Asimismo, el tesorero es el único que tiene contacto directo con DBU por el tema del dinero y es el encargado
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“En el año 2010, cuando fui miembro del COES, la cantidad de alumnos que había era mucho menor y empezamos a organizarnos por carreras”, explica Joseline Camacho, ex representante de la carrera de Educación COES 2010.
2005- I 2006-II
Presidente: Carla Palacín. Secretario: Joan Manuel Girón.
Tesorera: Yasmín Franco.
2008
Presidente: Julian Apolinario T. Secretaria: Maritza Revoredo. Tesorero: Benjamín Alcarraz B.
Humanidades: Diego Cuya R. y Fabio Castagnino. Filosofía: Italio Quispe P.
Pedagogía: Sayda Ortiz P.
2009
Presidente: Allison Peralta. Secretaria: Claudia Chávez. Tesorero: Daniel Chaw.
Filosofía: Liliana Córdova. Pedagogía: Natalia Claro.
Humanidades: Sebastián Incio, Alberto Evans, Jorge Caballero.
2010
Presidente: Diego Cuya. Secretario: Ricardo Vidal. Tesorero: Michael Farfán. Filosofía: Claudia Córdova.
Educación: Johselyn Camacho. Turismo Sostenible: Sonia Sayago.
Ciencias Políticas: Marycielo Valdez. Periodismo: Lucero Zuñiga.
2011
Presidenta: María Fernanda Castro. Secretario: José Ricardo García. Tesorera: Carmen del Rosario Bahamonde.
Filosofía: Gabriel Moreno. Pedagogía: Edgar Vega. Ciencias Políticas: Mariana Málaga.
Periodismo: Candela Rodríguez L. Turismo: Diana Fernández.
2012
Presidente: Lorenzo Ruiz de la Vega T. Secretaría/Rep.: Valentina Pérez Llosa. Tesorera/Rep.: Gloria E. Alvitres Aliaga (remplazada) Educación: Pedro Velazco Berrios (remplazado). Ciencias Políticas: Ana Rosa C. Luna.
Turismo Sostenible: Beatriz Luna Sinarahua. Derecho: Fredy M. Rodriguez T. Economía: Valeria Delgado. Psicología: Patricia Niño R. Miembros del proyecto:
Irvin Huamán (Filosofía) José Bulnes (CCPP), Beltrán Ramos de la Cruz (Periodismo)
2013
Presidente: Luis Maldonado Chung. Secretaría: Lorena Ramos. Tesorería: Alvaro Salazar. Administración: Zualey Chang Ciencias Políticas: Jaicec Espinosa Derecho: Ximena Solórzano
Economía: Maryory Yovera Educación: Brissette Quiroz Filosofía: Patricia Mendoza Ingeniería Industrial: Sherly Cruz
Periodismo: Alessandra Sotomayor Psicología: César Bohórquez Turismo Sostenible: Sebastián De los Heros
2014
Presidente: Samuel Calderon Secretario: Kevin Gensollen Tesorería: Sandra Cerna Administración: Nivia Robles Ciencia Política: Antenor Escudero
Derecho: Gretta Zegarra Economía: Inés Mestanza Educación: Manuela Kruger Filosofía: David Alarcon Ingeniería Industrial: Ignacio Latorre
Periodismo: Beltran Ramos Psicología: Ana María Mendoza Turismo Sostenible: Luis Valle
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