A P OYO PA R A M I N ISTROS LITÚ RG I COS
VIVE LA EUCARISTÍA
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AÑO B
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Para ser un predicador efectivo JAMES A. WALLACE, C.SS.R.
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os fieles que participan en Vive la Eucaristía durante la Cuaresma tendrán una mayor expectativa de la homilía cuando van a la misa dominical. La gente habrá pasado tiempo rezando con pasajes de las lecturas del domingo, utilizando el método de la lectio divina que permite a la Palabra de Dios penetrar en su mente y su corazón. Las familias que usan el Librito para la Familia se reúnen una vez por semana para aprender sobre la Eucaristía y hablar de la lectura del Evangelio para el domingo siguiente. Los fieles que participan en Vive la Eucaristía asistirán a misa anticipando una homilía que les hable a su vida y los lleve más profundamente al Misterio Pascual de Jesucristo, celebrado en la Eucaristía. Los predicadores pueden cumplir con estas expectativas si tienen en cuenta las siguientes peticiones que han surgido de dos encuestas recientes realizadas entre oyentes dominicales. Un estudio subvencionado identificó las cuatro características de una homilía efectiva: clara, relevante, inspiradora y motivadora. Otro proyecto subvencionado, realizado por la National Catholic Educational Association, División para Seminarios, consultó con grupos focalizados y llevó a cabo una encuesta por Internet. Las personas pidieron que la homilía fuera fundamentada en las Escrituras, relevante a la vida de los oyentes, motivadora y bien preparada.
Las características deseadas que fueron identificadas por estos dos estudios pueden fácilmente ser combinadas en el siguiente perfil de una homilía efectiva.
UN MENSAJE INSPIRADOR ARRAIGADO EN LA PALABRA DE DIOS En un mundo marcado por divisiones y fragmentado por palabras rudas y acciones violentas, la gente tiene hambre de una palabra que nutra su espíritu, que ofrezca consuelo y desafío. Pero sobre todo, tienen hambre de una palabra que evoque la fe, devuelva la esperanza, e inspire el amor a toda la creación y a todos los hombres y mujeres de todas las razas, religiones y culturas. La gente escucha las Escrituras que se proclaman todas las semanas. Luego, esperan que el predicador les lleve la Palabra de Dios, principalmente de textos que, al escucharlos, a menudo parecen tener poca conexión entre sí o con sus vidas. El llamado y la gloria del predicador es sentir pasión y relación auténticas en un esfuerzo por traer la Palabra de Dios a la atención de la gente y ofrecer una cierta comprensión de la misma, para que el Espíritu de Dios pueda darles nueva vida. La Palabra de Dios se encuentra especialmente en las Escrituras, por supuesto, pero también en los textos