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El ministerio de los músicos J. MICHAEL MCMAHON
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os fieles que participen en Vive la Eucaristía estarán preparados para una participación más plena, consciente y activa en la celebración eucarística. Ya que el canto es uno de los medios principales para la participación de la asamblea en la liturgia, los músicos tienen una parte especialmente importante en dirigir y apoyar a la congregación en los cantos de la misa.
utilizan simplemente para mejorar este rito de oración, sino que forman parte integrante de él. Toda celebración litúrgica es una acción de la Iglesia entera que por su naturaleza requiere la participación plena, consciente y activa de la comunidad reunida. Los músicos ayudan a la comunidad, no sólo en el canto en la misa, sino más bien en el canto de la misa.
Muchos ministros de la música participan en el servicio a la comunidad de fieles: directores, cantores, salmistas, coro y conjuntos de músicos, organistas y otros instrumentistas. Todos estos ministros pueden beneficiarse si reflexionan sobre los siguientes puntos para ayudarlos a servir con más eficacia a la asamblea que rinde culto.
Cada ministro de la música –director, cantor, salmista, instrumentista o miembro del coro– debe tener un conocimiento cabal de su función litúrgica. El salmista es un pregonero del salmo responsorial, el cantor es a la vez un cantante y líder, el coro es a la vez parte de la asamblea y socio para el diálogo que canta con ella; los instrumentistas son los líderes del canto de la congregación y los partidarios del canto coral. Una descripción detallada de cada ministerio musical se encuentra en los lineamientos para la música litúrgica de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, Cantemos al Señor: la música en el culto divino (CAS), no. 28–47.
SER MÚSICO PASTORAL Y LITÚRGICO Los músicos hacen uso de su capacidad en muchos lugares, tales como conciertos, reuniones sociales y actos públicos. El papel de los músicos en las celebraciones litúrgicas, sin embargo, es un poco diferente a cualquiera de estos, porque en el culto realizan un ministerio que se relaciona con el acto litúrgico en sí y con la comunidad de fieles. La liturgia es un rito de oración que combina acciones, símbolos, palabras y signos. El canto y la música no se
Una manera en que los directores de música llevan a cabo su función litúrgica es con la selección de los arreglos musicales de las respuestas, las aclamaciones y en otras partes de la misa cantada por toda la asamblea o en el diálogo entre el sacerdote y el pueblo. Los directores son
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también los responsables de seleccionar la música de otras partes cantadas por la congregación, el coro o cantor, como los cantos de entrada, la preparación de las ofrendas y la Comunión. La selección de la música para la liturgia es diferente a la selección de música para los conciertos u otro tipo de actividades. Porque la música es un elemento integral de la liturgia, siempre debe corresponder a las palabras y acciones del rito. Debido a que la participación plena, consciente y activa de la asamblea es la máxima prioridad, la música para la celebración siempre debe fomentar esa participación. Para ser músicos litúrgicos efectivos, los responsables del ministerio de la música deben estar completamente familiarizados con las directrices oficiales que se encuentran en Cantemos al Señor: la música en el culto divino, que ofrecen principios generales y orientaciones específicas para cada parte de la misa. Para ser músicos pastorales efectivos, los líderes de la música necesitan conocer las comunidades a las que sirven –sus alegrías y sus luchas, sus antecedentes culturales y étnicos, y sus destrezas, para que puedan elegir con sabiduría, enseñar adecuadamente y dirigir con efectividad.
Reflexión 1
n ¿Cómo describirías a los confirmandos de la parroquia tu papel como ministro de música?
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¿Puedes describir las diferencias entre “cantar la misa” y “cantar en la misa”? n
DESARROLLEN SUS DESTREZAS MUSICALES
sino también porque la música litúrgica tiene un aspecto sacramental. En la liturgia, y especialmente en la celebración de la misa, la comunidad de fieles se une a la liturgia celestial, en la que participan los ángeles, los santos y toda la creación. La belleza de la música inspira a la asamblea litúrgica a elevarse más allá de sí misma para el banquete del Cordero. Al mismo tiempo vive aquí y ahora la presencia permanente y la acción salvadora de Dios. Hacer buena música requiere más que capacidad innata; también exige formación, disciplina y, por supuesto, ¡práctica!
Reflexión 1
n ¿De qué manera las destrezas de los ministros de la música afectan la participación cantada de la asamblea?
Los ministros de música efectivos son buenos músicos que poseen arte y capacidad. Fomentar la participación de la asamblea y dirigir el canto de la congregación son actividades que requieren una variedad de destrezas musicales, como cantar, tocar y dirigir. Servir bien a la comunidad que canta y reza requiere competencia en una o más áreas del arte musical.
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La calidad de la música es una preocupación importante para los ministros de la música, no sólo porque esta tiene un impacto significativo en la participación activa,
El servicio de todos los ministros laicos se basa en el Bautismo, mediante el cual nos convertimos en parte del pueblo santo de Dios y miembros del Cuerpo de Cristo,
n ¿Has tenido alguna experiencia de belleza musical conmovedora en la misa? ¿Cómo te afectó?
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¿Cómo estás actualmente cultivando tus talentos musicales? ¿Cómo podrías ser un mejor músico? n
SER UN DISCÍPULO Y UN MINISTRO
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El ministerio requiere una actitud de auto-entrega, siguiendo el ejemplo de Cristo, que vino “no para ser servido, sino para servir” (Marcos 10,45). Este aspecto del ministerio a veces puede ser difícil para los músicos, muchos de los cuales han encontrado en el arte musical un poderoso medio de auto-expresión. La naturaleza comunitaria de la liturgia, sin embargo, invita a los músicos a dejar de lado el deseo de auto-expresión con el fin de servir a toda la comunidad.
Reflexión 1
n ¿De qué manera estás alimentando tu llamado bautismal por medio de la oración y la participación en la vida de la Iglesia?
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n ¿De qué manera el llamado al ministerio te desafía a una forma diferente o renovada de servir a la comunidad que canta y reza?
llenos del Espíritu Santo. En Cantemos al Señor, los obispos de EE.UU. enseñan que “los músicos litúrgicos son antes que nada, discípulos, y sólo entonces son ministros... Y al igual que los demás miembros bautizados de la asamblea, necesitan escuchar el Evangelio, pasar por la conversión, profesar la fe en Cristo, y por lo tanto proclamar la alabanza a Dios” (CAS, no. 49). Los ministros de la música, como miembros del pueblo santo de Dios, están llamados a una vida de fe y de amor, de oración y servicio. Los músicos deberían: tomar tiempo cada día para la oración personal, la lectura y la meditación de las Escrituras en forma regular, participar en la vida sacramental de la Iglesia, llevar sus vidas de acuerdo con el Evangelio, demostrar preocupación por los demás, y dar testimonio de Cristo de palabra y obra. Debido a que su servicio se deriva de su pertenencia a la asamblea de creyentes bautizados, los músicos “no son meramente empleados o voluntarios. Son ministros que comparten la fe, sirven a la comunidad, y expresan su amor a Dios y al prójimo a través de la música” (CAS, no. 49). Este tipo de servicio es ministerio, porque está enraizado en el Bautismo, brota de un don concedido por el Espíritu Santo y tiene como fin el bien de toda la comunidad.
ESTÉN PREPARADOS Una cuidadosa preparación para la misa dominical permite a los ministros de la música participar plenamente en la liturgia y proporcionar un ministerio competente, pastoral y eficaz para fomentar la participación activa de la asamblea litúrgica. Leer y rezar con las lecturas de las Escrituras y otros textos durante la semana anterior. La reflexión sobre la Palabra de Dios debe ser el primer y fundamental paso en la preparación para el ministerio de música en la misa dominical. Reflexionar sobre los textos cantados de la misa. Reza con las palabras del Salmo responsorial, junto con las antífonas, los salmos e himnos que se cantan en la misa. Ensayar por tu cuenta. Salmistas y cantores deben ensayar la proclamación del salmo y los otros textos que van a cantar solos. Organistas y otros instrumentistas deben estar seguros de que pueden tocar cada pieza de música con precisión y con el ritmo y la expresión adecuados. Los directores deben estar completamente familiarizados con los matices de cada tema musical para que todos puedan seguirlos con confianza.
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prepárate cuidadosamente para tu ministerio, el Espíritu Santo obrará en ti y por ti de una manera poderosa. El primer párrafo de Cantemos al Señor presenta un misterio bien que vale la pena que meditemos: “Dios ha concedido al pueblo el don del canto. Dios habita en cada ser humano, en el lugar en el que la música encuentra su fuente. En efecto, Dios, el dador de la música, está presente cada vez que el pueblo canta sus alabanzas” (CAS, no. 1). Su ministerio como músico puede ayudar a la asamblea a tener una experiencia de la presencia de Dios.
LECTURAS RECOMENDADAS Ensayar juntos. Los miembros del coro deben asistir a los ensayos, prestar atención a sus partes y las de los demás, y escribir las instrucciones especiales. Todos los ministros de la música para una celebración particular deben ensayar juntos, aunque sea brevemente, de manera que no se deje nada a la improvisación durante la liturgia.
Reflexión 1
¿Cómo te preparas para tu participación en la misa dominical? n
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n ¿Cuánto tiempo le dedicas a los ensayos cada semana? ¿Qué sería lo ideal?
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¿Hay cambios que necesitas hacer en tu preparación?
LOS FRUTOS DE TU MINISTERIO Al servir como músico pastoral y litúrgico, desarrolla tus destrezas musicales, crece como discípulo y ministro, y
Jennifer Kerr Breedlove y Paul Turner. Manual para ministros de música. Chicago: Liturgy Training Publications, 2010. Kathleen Harmon, SNDdeN. The Ministry of Music: Singing the Paschal Mystery. Collegeville, MN: The Liturgical Press, 2003. J. Michael McMahon y Gordon E. Truitt. Ministries of Sung Worship. Silver Spring, MD: NPM Publications, 2009. J. Michael McMahon, Pablo Colloton y Gordon E. Truitt. Seven Sessions: The NPM Study Guide to Sing to the Lord: Music in Divine Worship. Silver Spring, MD: NPM Publications, 2009. Cantemos al Señor: la música en el culto divino. Washington, DC: United States Conference of Catholic Bishops, 2007.
AUTOR n J. Michael McMahon es el presidente de National Association of Pastoral Musicians (NPM) y director de la música litúrgica en la Iglesia St. Agnes, Arlington, Virginia. Tiene un doctorado en Ministerio de Catholic University of America y una maestría en estudios litúrgicos de la Universidad de Notre Dame. Mike trabajó muchos años como ministro parroquial de tiempo completo, y tiene una amplia experiencia como profesor, escritor y conferenciante en las áreas de liturgia, música e iniciación cristiana. Copyright © 2011 de Paulist Evangelization Ministries. Se concede permiso para reproducir este artículo con fines educativos relacionados con Vive la Eucaristía. Publicado por Paulist Evangelization Ministries, 3031 Fourth Street, NE, Washington, DC 20017, www.pemdc.org FOTOS: W.P. W IT TM A N LI M ITED, PÁGI N A S 2, 3 Y 4.