Especial Nยบ 2 noviembre / diciembre 09
ORDEN DE LOS TEMPLARIOS: Introducción: La Orden del Temple o la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo (Pauperes commiliton es Christi Templique Solomocini) fue una de las más famosas órdenes militares cristianas. Esta organización fue fundada en 1118 por nueve caballeros franceses liderados por Hugo de Payens. Su objetivo o propósito original era proteger las vidas de los cristianos que peregrinaban a Jerusalén tras su conquista. Los miembros de la Orden del Temple formaban unidades militares entrenadas que empleaban como distintivo un manto blanco con una cruz roja dibujada representando su participación en las Cruzadas. Los miembros no combatientes gestionaron una compleja estructura económica a lo largo del mundo cristiano, creando nuevas técnicas financieras y edificando fortificaciones por todo el Mediterráneo y Tierra Santa.
El principio: A principios del siglo IX existía un arraigado y exacerbado sentimiento religioso en Europa occidental. Las tradicionales peregrinaciones a Roma fueron sustituidas de forma paulatina por Santiago de Compostela y Jerusalén. Estos destinos no estaban exentos de peligros, como salteadores de caminos y también de grandes ideales en los caballeros, como búsqueda de aventuras y riquezas orientales, la defensa de los peregrinos y los débiles. Fortaleza templaria
A través de las autoridades religiosas se habían introducido ideales como “La paz de Dios”o la “Tregua de Dios”. El pontífice Juan VIII había declarado que aquellos que murieran en campo de batalla luchando contra el infiel verían perdonados sus pecados, es más: se equipararían a los mártires por la fe.
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Caballero templario en batalla
En el Concilio de Clermont (1095) Urbano II expuso los peligros que amenazaban a los cristianos occidentales y a los peregrinos que acudían a Jerusalén, principalmente originados por la caída de Jerusalén en manos turcas. Se convocó la primera Cruzada que culminó con la conquista de Jerusalén en 1099. Varios años antes, un grupo de caballeros habían actuado como guías y protectores de los cristianos que peregrinaban a través de tierras santas. Estos caballeros vivieron en una hostería cerca de Jerusalén en el momento de la Primera Cruzada. Historia: Fundación y primeros tiempos: Una vez creado el reino de Jerusalén y elegido Balduino II como su segundo rey, tras la muerte de su hermano Godofredo de Bouillon; algunos de los caballeros que participaron en la Cruzada decidieron quedarse a defender los Santos Lugares y a los primeros cristianos que iban con ellos. Cruz templaria
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Caballeros templarios en combate
De ellos, cuyos nombres eran Hugo de Payens y Godofredo de Saint Omer, nace la idea de incorporar a los caballeros como una orden en 1118, tomando el nombre de los Pobres Caballeros de Cristo o más conocidos popularmente como Los Caballeros del Templo de Salomón o Los Caballeros Templarios. Así durante el reinado de Balduino II, el caballero Hugo de Payens y ocho compañeros se obligaron a defender el reino cristiano mediante votos perpetuos formulados en presencia del Patriarca de Jerusalén. Balduino aceptó sus servicios y les asignó en su palacio un sector contiguo al templo de la ciudad; de allí su título de “pauvres chevaliers du temple”. Un grupo de Templarios recorrió Francia e Inglaterra para reclutar a los miembros, y también para solicitar donativos de dinero y propiedad para que la Orden pudiera apoyar sus actividades militares en Tierra Santa. Balduino II se ocupó de escribir cartas a los reyes y príncipes más importantes de Europa para que prestaran su ayuda a la recién nacida orden, que había sido bien recibida por el poder eclesiástico, ya que fue el Patriarca de Jerusalén la primera autoridad de la Iglesia que la aprobó canónicamente. Después de la creación de la misma en Jerusalén, en 1128 se reunió el llamado Concilio de Troyes que se encargaría de redactar la regla de la recién nacida Orden de los Pobres Caballeros de Cristo. Adoptaron el hábito blanco de los Cistercienses, agregándole una cruz roja. 4
La Orden Templaria estaba encabezada por un gran maestre (con rango de príncipe), por debajo del cual existían: caballeros, capellanes y sargentos. Un grupo de templarios recorrió gran parte de Europa para reclutar a los miembros, y también para solicitar regalos de dinero y propiedad con los que la Orden pudiera ampliarse y mantener su actividad económica y militar. La regla más antigua de la Orden se redactó en el Concilio de Troyes (con el Papa Honorio II) y estaba basada en los hábitos y usos previos al concilio. Los templarios estaban viviendo bajo la Regla de San Agustín y el concilio les cambió a la Regla Cisterciense. La regla constaba de un acta oficial y un reglamento de unos setenta y cinco artículos. Algunos integrantes de la Orden viajaron por Francia primero y luego por el resto de Europa, recogiendo donaciones y alistando caballeros en sus filas. Se consiguieron reclutar en poco tiempo una cifra cercana a los trescientos caballeros, sin contar los escuderos, hombres de armas o pajes. Importante fue la ayuda que recibió la Orden en Europa, concedida por el abad San Bernardo de Claraval, quien se esforzó en darla a conocer gracias a sus altas influencias en Europa y sobre todo en la Corte Papal. Oficialmente la Orden del Temple habría de nacer con el propósito de auxilio al peregrino, pero existen algunos indicios que llevan a pensar que tras estas intenciones subyacía algo más, un propósito de índole universal y trascendente.
Caballeros templarios hacia Europa
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Balduino II de Jerusalén cede el templo de Salomon a los Templarios
Bernardo de Claraval en 1130 escribe su “De laude novae militiae” donde concilia la idea de monje y guerrero y de la “guerra justa” en la cual se combate por el bien común. Fue San Bernardo quien aconsejó a la Orden una regla rígida y que les hiciera aplicarse a ella en cuerpo y alma. Participó en su redacción en 1128 en el Concilio de Troyes, introduciendo numerosas enmiendas en el texto básico que redactó el Patriarca de Jerusalén. Los privilegios de la Orden fueron confirmados a través de las bulas “Omne datum optimun”(1139), “Milites Templi”(1144) y “Militia Dei”(1145). En ellas de manera resumida se les daba a los caballeros templarios una autonomía formal y real respecto a los Obispos, dejándolos sujetos tan sólo a la autoridad papal, se les permitía tener sus propios capellanes y sacerdotes, pertenecientes a la Orden; se les permitía recaudar bienes y dinero de variadas formas. Además, estas bulas papales les daban derecho sobre las conquistas en Tierra Santa, y les concedía atribuciones para construir fortalezas e iglesias propias, lo que les dio gran independencia y poder. 6
Los caballeros templarios tenían un entrenamiento como ejercito profesional en defensa de la Tierra Santa. Se juraba obediencia y lealtad hasta la muerte, nunca aceptaban la rendición. Se regían por los votos de pobreza, castidad y obediencia según la regla de los canónigos regulares. Eran íntegros en cualquier circunstancia apoyándose en una férrea fe. La mayoría eran de cuna noble y descendencia legítima. Godofredo de Bouillon
Su maravilloso crecimiento: El inicio de su gran expansión fue hacia 1170 unos cincuenta años después de su fundación, los Caballeros de la Orden del Templo se extendían ya por tierras de lo que es hoy Francia, Alemania, el Reino Unido, España y Portugal. Fueron muy importantes los beneficios temporales recibidos por la orden de parte de todos los soberanos de Europa. Los Templarios tenían comandancias en todos los Estados. Esta expansión territorial contribuyó al enorme incremento de su poder y riquezas. Economía de la orden: La Orden de los Templarios hacia 1220 era la organización más grande de Occidente. Afianzaron un sistema socio-económico sin precedentes y basado en encomiendas repartidas por Europa. Para mantener el capital y que no fuera usurpado o robado se establecieron unas redes de encomiendas. La encomienda es un bien inmueble, territorial, localizado en un determinado lugar, que se formaba gracias a las donaciones y compras posteriores y a cuya cabeza se encontraba la figura del perceptor. La red de encomiendas derivó en una serie de redes de comercio a gran escala desde Europa hasta Jerusalén. No sólo se creó un sistema de mercado sino que se convirtieron en los primeros banqueros de Europa después de la caída de Roma. También comercializaron reliquias, aseguraron negocios, hicieron préstamos, crearon grandes fondos de dinero para mantener en Tierra Santa un ejército constante.
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El principio del final de la Orden: Algunas derrotas en Tierra Santa hicieron retroceder hacia occidente a la Orden de los Templarios. Entre ellas destaca la batalla de los Cuernos de Hattin contra Saladino sultán de Egipto. La batalla tuvo lugar el 4 de julio de 1187 donde los templarios sufrieron una gran derrota. En 1244 cayó definitivamente Jerusalén y los templarios se vieron obligados a cambiar sus cuarteles generales a San Juan de Acre, junto con las otras órdenes monástico-militares de la época: los Hospitalarios y los Caballeros Teutónicos. En 1291 tuvo lugar la Caída de Acre, con los últimos templarios luchando junto a su Gran Maestre, Guillaume de Beaujeu, lo que constituyó el fin de la presencia cruzada en Tierra Santa, pero no el fin de la orden que cambió su cuartel general a Chipre. Los templarios intentaron reconquistar territorios y penetrar en Oriente Medio desde Chipre. Pero tanto la falta de medios, como el hecho de que a ningún poder de Europa le interesaba la conquista de los Santos Lugares; hizo que los templarios se vieran solos. Jacques de Molay, último gran maestre, se encontraba en Francia con la intención de convencer al rey de emprender una nueva cruzada cuando en 1307 fue capturado y acusado por Felipe IV de herejía.
Gran Maestre Jacques de Molay
Combate en Jerusalén
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El final de la orden: A principios del siglo XIV los Templarios se tuvieron que enfrentar al poder de Felipe IV de Francia, quien quería apropiarse de las riquezas y el poder de la Orden. Este hecho no podía darse sin el consentimiento del Papa, con lo que Felipe IV convenció al Papa Clemente V, fuertemente ligado a Francia, de que iniciase un proceso contra los templarios acusándolos de sacrilegio a la cruz y de herejía. En 1307 se asaltaron todos los templos de los templarios en Francia y se confiscaron sus propiedades por la corona. Felipe IV
Jacques de Molay, último gran maestre de la orden, y ciento cuarenta templarios fueron encarcelados y seguidamente sometidos a torturas y llevados a la hoguera. En 1311 el Papa indeciso y hostigado por la corona de Francia decretó la disolución, no la condenación de la Orden por un decreto apostólico. El Papa Clemente V no estuvo convencido de la culpabilidad de la Orden, no creyó en las acusaciones de traición y herejía con las que el rey de Francia acusó a los templarios. Pero su debilidad frente a Felipe IV hizo que continuara el proceso de disolución de la Orden. El proceso de disolución acaba en 1312. La disolución de la Orden del Temple en Francia, no se vio acompañada, en otros lugares, por la desaparición de los templarios. Algunas ramas de la orden continuaron existiendo en otros países de Europa. Y no se puede negar, por otra parte, las estrechas vinculaciones de los templarios con las comunidades de constructores que conocieron una prolongación histórica con los gremios y ciertos ritos caballerescos.
Escudo
Templarios juigando al ajedrez
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Los templarios en la Corona de Aragón: La orden comienza su implantación en la zona oriental de la Península Ibérica en 1130. En 1131, el conde de Barcelona Ramón de Berenguer III pide su entrada en la orden, y en 1134, el testamento de Alfonso I de Aragón les cede su reino a los templarios. Los nobles aragoneses, disconformes entregaron la corona a Ramiro II. Mapa temparios en Aragón
Esta corona llegaría a un acuerdo con los templarios para que colaboraran en la Reconquista, la concordia de Gerona, en 1143 recibieron castillos (Monzón, Mangay, Barbera), donaciones de tierras, derechos sobre las conquistas. En 1148, por su colaboración en las Conquistas del sur de Cataluña, los templarios recibieron tierras en Tortosa, Miravet y Lérida. Jaime I el Conquistador contó con el apoyo templarios en sus campañas en Mallorca y Valencia. Los templarios se mantuvieron fieles al rey Pedro III de Aragón. Los templarios en Castilla:
Ermita de San Bartolomé ( Soria)
Los templarios ayudaron a la repoblación de zonas conquistadas por los cristianos, creando asentamientos en los que edificaban ermitas. En Soria existe y se conserva la ermita templaria de San Bartolomé, enclave famoso de la península ibérica. 10
Ante la invasión almohade los templarios lucharon venciendo junto a los reinos de Castilla, Navarra y Aragón en la batalla de Las Navas de Tolosa (1212). En 1265, colaboraron en la conquista de Murcia, recibiendo en recompensa Jerez de los Caballeros, el castillo de Murcia y Caravaca. Los templarios en Portugal: Los templarios entran en Portugal en tiempos de la condesa Teresa de León, de la que reciben el castillo de Soure en 1127. Un año después reciben Castelo de Soure a cambio de su colaboración en la Reconquista. En 1145 reciben Castelo de Longroiva y en 1160 reciben Tomar, que se convertirían en su sede regional constituyendo importantes enclaves templarios.
Enclave templario en Portugal
Los templarios en América: Después de la disolución de la Orden del Temple, los templarios españoles ingresan en masa en la Orden de Calatrava, y parece que fue en el convento de dicha orden donde Cristóbal Colón, que se alojó allí, halló los elementos que le dieron la certeza en cuanto a la existencia de las Indias Occidentales. En Portugal fue creada especialmente para los templarios supervivientes la Orden de Cristo, que usaba la cruz de la Orden de los Templarios. Cuando los portugueses de Enrique el Navegante se lanzaron al descubrimiento de los océanos pareciendo saber exactamente a donde iban, sus velas debían llevar obligatoriamente la cruz roja de la Orden del Temple. 11
En el país vecino estuvo el almirante genovés, no sólo para encontrar financiación para su empresa, sino con el fin de estudiar las cartas marítimas que guardaba la Orden de Cristo y que se consideraban las más completas del mundo. Por otra parte, los Caballeros del Temple llegaron a poseer una flota propia que contaba con puertos no solo en el Mediterráneo sino también en el Atlántico. Barco de la Orden del Temple
Los templarios en Inglaterra, Escocia e Irlanda: Su presencia no alcanzó la extensión que poseía en Francia, pero no es menos cierto que fue de vital importancia. El conocido Ricardo Corazón de León fue un gran benefactor de la Orden y un magnate de ella, tanto que su escolta personal la componían templarios y que a su muerte dicen que fue vestido con el hábito de los mismos. Escocia es uno de los lugares donde se refugiaron los caballeros templarios tras los intentos de destrucción de la Orden.
Destrucción de la Orden del Temple
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La leyenda : Chartres un secreto grabado en la piedra ¿Un secreto concerniente a la utilización sagrada, y por así decirlo mágica, de la arquitectura? El gótico aparece después de la primera cruzada y tras el retorno de los Caballeros Templarios con su secreto.Los templarios financiaron la construcción de gran parte de las catedrales góticas en los siglos XII-XIII. El gótico no sólo es una innovación técnica. No se trata únicamente de la construcción de templos sino la del Templo. Para una expansión equivalente a la que tuvo se requiere una ciencia más elevada que el cálculo de estructuras. El gótico impulsa fuerzas hacia arriba, la bóveda no pesa sobre los muros sino que estos la empujan hacia arriba. La ojiva, sometida a presión aprovecha las corrientes telúricas y actúa sobre el hombre. La catedral gótica es lo más parecido a un acumulador de energía. Se hace necesario un conocimiento elevado de las leyes de la materia, del espíritu, para que actúe de esta forma sobre los hombres.
Catedral de Chartres
En la Europa medieval, y durante aproximadamente ciento cincuenta años, la aplicación de conocimientos arquitectónicos secretos se va a manifestar en la construcción de grandes catedrales. Y es en una de ellas; Chartres, muy cerca de Paris, donde encontramos una referencia al Arca de la Alianza. El pórtico norte de dicha catedral se llama “pórtico de los iniciados”. En él se hallan dos columnas esculpidas. En una de ellas se observa un arca que es transportada por una carreta de bueyes y en la otra podemos ver como un hombre cubre el arca con un velo, rodeado por un montón de cadáveres entre los que destaca un caballero en cota de malla. Las dos columnas, justo debajo de las representaciones, conforman una controvertida leyenda “Hic amititur Archa cederis”. 13
Decimos controvertida porque la expresión como tal y como está grabada en existe en latín, pero sorprendentemente el único texto plausible, que sería “Hic amititur Archa foederis”, se traduce como “En este lugar se oculta el arca de la alianza”. Aparte de la catedral francesa de Chartres, merece un puesto de honor la Abadía de Rosslyn, en Escocia, cercana a Edimburgo. Después de la disolución de la Orden del Temple, entre los años 1307 y 1314, muchos de los supervivientes se trasladaron a Escocia, y Rosslyn fue el último reducto templario. Algunos eminentes investigadores sospechan que podría ser el emplazamiento definitivo del Arca de la Alianza que los Templarios habrían llevado y escondido allí junto con otros tesoros, nunca hallados. ¿A qué oculto conocimiento tuvieron acceso los Templarios? ¿Hasta dónde acaba su saber? ¿Qué ritos milenarios seguían? ¿Tenían objetos milenarios sagrados ocultos y guardados?
Abadia de Rosslyn
Leyenda de Toledo: Entre los numerosos misterios que guarda la ciudad de Toledo hay uno referido al Grial, ese símbolo enigmático de la sabiduría y el poder regenerador de la Divinidad, tanto en el plano físico como en el espiritual, que según los trovadores medievales era custodiado por los templarios y tenía su origen en España. La Orden del Temple se asentó, extramuros de Toledo, en un pequeño monasterio mozárabe conocido como “Cigarral del Alcazar” y donde se supone que los templarios guardaban el santo Grial temporalmente. Destaca también la presencia de los templarios en Ponferrada. 14
Columnas de Chartres
Caballeros templarios y el Santo Grial
Templarios en la literatura: - “El señor de Bembire” Enrique Gil y Carrasco. La novela histórica incluye los usos y costumbres y la historia de los templarios. - “El péndulo de Foucalt” Umberto Eco. Uno de los personajes, llamado Casaubon, prepara su tesis doctoral sobre los templarios. - “El codice secreto de los templarios” Jacques de Martinge - “Los templarios” Helen Nicholson
Sello de la Orden del Temple
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