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Gratitud salvadora

Héroes Verdaderos

Claire nació en Budapest, la capital y ciudad más grande de Hungría. Su padre era muy conocido porque era el dueño de una gran agencia de noticias. Desde que aprendió a caminar, Claire acompañaba a su padre. Los domingos, daban agradables paseos. Padre e hija estaban muy unidos el uno al otro.

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Claire tenía 15 años cuando empezó la Primera Guerra Mundial, en la cual Claire perdió a su padre. ¡Qué tristeza!

Y llegó la Segunda Guerra Mundial. Ahora, Claire era una mujer de 44 años y fue llevada por los soldados a un campo grande con decenas de barracones rodeados por alambre de espino y vallas electrificadas, torres de vigi- lancia con reflectores, ametralladoras y perros policía. Era Auschwitz, el temible campo de concentración nazi de Polonia. Ya has leído algo sobre Auschwitz en el capítulo 4 de este volumen, ¿no?

Héroes Verdaderos

pero brindó un bien mayor: su amabilidad y simpatía a todos aquellos que lo necesitaran. Y aún hoy, su nombre es citado

Junto con su grupo, Claire fue puesta en fila para ser revisada por un hombre bien vestido, de aspecto robusto y de apariencia simpática.

Era el doctor Joseph Mengele. Los prisioneros no sabían cuán malo era. Aquellos que podían trabajar, eran dirigidos con el dedo pulgar a la derecha. Pero la mayoría de los niños, los ancianos y los enfermos, eran enviados a la izquierda: significaba la cámara de gas. Claire y otros supervivientes fueron tatua dos con un número en su brazo y vestían ro

Los padres de Agnes eran albaneses. Pero en el país donde vivían las cosas no iban nada bien. Había conflictos armados, guerrillas, invasiones sin fin… Entonces, la fa- milia se trasladó de su ciudad natal a otra en Macedonia, donde la guerra todavía no había llegado de manera tan agresiva Allí nació Agnes, la más joven de tres her- manos. Su padre era un próspero comercian- te que viajaba por toda Europa comprando y vendiendo sus productos.

La familia de Agnes era feliz en su confor- table y amoroso hogar. La madre, dedicada a los niños, les enseñó a ser simpatía... Todo el vecindario su amabilidad. Distribuían fugio entre las personas necesitadas. Al poco tiempo, un ambiente se extendió por Europa, hasta comenzó la Primera Guerra tenía entonces 4 años y, para la guerra, había cumplido visto muchas personas sufriendo, Así, desde pequeña, Agnes a ser sensible al dolor ajeno, ofrecer lo que tenía en su auxilio.

Valores sociales

El éxito en muchas ocasiones depende de cultivar valores sociales que generan una vida de equilibrio y bienestar. Por esto, presentamos en este libro, historias que reflejan estos valores y que te ayudarán a superarte a ti mismo para que también seas un verdadero héroe. Tras cada historia encontrarás un apartado pensado Especialmente para ti Además, descubrirás la sección ¡Manos a la obra! con una actividad divertida para que puedas experimentar el valor propuesto y aprendas a integrarlo positivamente en tu vida. La autora, Mirian Montanari, maestra y educadora con muchos años de experiencia, desarrolla valores que contribuyen al avance de la sociedad como, por ejemplo, el idealismo y sentido de justicia, demostrados en la vida de Ghandi; la amistad fiel, demostrados a través de la historia de Hachiko; el recorrido vital que llevó a Florence Nightingale a atender a heridos y a desarrollar la enfermería moderna. Además, el sentido patriótico y social de Nelson Mandela; la generosidad del hombre más rico del mundo y otras importantes lecciones de vida aprendidas por diferentes personas, algunas tras duras circunstancias, graves errores o largos años de lucha.

Hoy podemos estar agradecidos a estos grandes hombres y mujeres que nos dejaron un ejemplo inspirador. En estas páginas descubrirás cómo llegaron a serlo ¡y cómo puedes llegar a serlo tú también!

Idealismo y sentido de la justicia

El padre de la nación india

Lealtad y fidelidad

La más triste de las

Navidades

Amistad

Hashiko, el amigo fiel

Espíritu crítico

La dama de la lámpara

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