Boletín Salesiano Ed.293

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Boletín N° 293

Septiembre de 2024 - Colombia.

Revista de la Familia Salesiana fundada por Don Bosco en 1877.

Director:

P. Fabio Díaz Vergara, SDB

Consejo Editorial:

P. Jhon Fredy Hernández, SDB.

Daniela Arboleda Ramírez P. Fabio Díaz Vergara, SDB.

Diseño y diagramación: Juan Camilo Cárdenas Pérez Mariluz Montoya Muñoz

Portada:

Luis Felipe Amézquita comunicaciones.tulua@salesianos.edu.co

Impresión:

FUNBOSCO - Medellín

Fotografía: Coordinadores locales de Comunicación Social de Colombia, oficinas de comunicación COM y COB.

Gráficos y fotografías: Coordinadores locales de Comunicación Social de Colombia, oficinas de comunicación COM y COB. www.freepik.com

Producción:

Área de Comunicación Social

Inspectoría San Luis Beltrán (COM) e Inspectoría San Pedro Claver (COB).

Contacto boletinsdbcolombia@gmail.com

ISSUU issuu.com/boletinsalesianocolombia

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Boletín Salesiano de Colombia

Editorial

Mensaje Rector Mayor

Niñez y paz.

Reflexiones con Dilia Lozano

La importancia de la participación

Juvenil

Compromiso

Con qué y con quién me comprometo

Participación ciudadana: Tareas previas y concretas de la labor educativa

Nos atrevimos a soñar

País Oratorio

Hechos 29: El llamado de Dios a ser misioneros digitales

La participacion, un derecho que se debe fomentar desde la niñez

Un encuentro de corazones con educadores de corazón

Casa común

Breve anecdotario

Un himno oculto en Agua de Dios

Jóvenes peregrinos de la esperanza

Juventud y esperanza transformando Ciudad Bolivar desde el corazón del MJS

Jóvenes y Participación Ciudadana

"Nadie te menosprecie por ser joven; al contrario, que los creyentes vean en ti un ejemplo a seguir en la manera de hablar, en la conducta, en el amor, en la fe y en la pureza."
(1 Timoteo 4, 12).

En el corazón del carisma salesiano se encuentra el sueño de Don Bosco: formar "honestos ciudadanos y buenos cristianos" que hagan de sus vidas un compromiso con la historia. Este ideal sigue siendo vital en el presente, especialmente en un mundo que necesita urgentemente del protagonismo juvenil.

Para Don Bosco, ser un "honesto ciudadano" no se limitaba a cumplir con la ley; implicaba vivir con integridad, compromiso social y solidaridad. Estas virtudes forman la base de una ciudadanía activa y responsable, esenciales para construir una sociedad más justa y fraterna. La participación ciudadana, entendida como el involucramiento consciente y responsable en los asuntos comunes, es tanto un derecho como un deber que debemos fomentar en nuestros jóvenes.

Como familia salesiana, es imperativo volver a la fuente original de nuestro carisma y recordar que la educación es el primer paso para capacitar a los jóvenes en la participación ciudadana. Un joven educado es consciente de sus derechos y deberes y está preparado para contribuir al bien común. Sin embargo, la educación no debe limitarse a la transmisión de conocimientos, sino que debe enfocarse en la formación en valores, en el amor a la verdad y en el respeto hacia los demás.

La auténtica participación ciudadana está orientada al bien común y a la promoción de la solidaridad. Los jóvenes deben ser alentados

a participar en iniciativas que buscan el bienestar de todos, especialmente de los más necesitados. En la tradición salesiana, la solidaridad es un pilar fundamental que debe ser vivido y promovido. Como se menciona en Sollicitudo Rei Socialis, "La solidaridad no es un sentimiento superficial por los males de tantas personas, cercanas o lejanas. Al contrario, es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común."

Es fundamental que los jóvenes se sientan llamados a participar activamente en la vida política y social de su comunidad. Esto no solo implica el derecho al voto, sino también la participación en organizaciones juveniles, asociaciones y movimientos que promuevan la justicia social. El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia subraya esta idea: "La participación es un deber que todos deben cumplir conscientemente, desde la convicción de que el ser ciudadano es una vocación y, más aún, una misión."

En nuestros ambientes educativos, debemos fomentar la cultura del encuentro, donde el respeto mutuo y la escucha activa sean la norma. Esto permitirá a los jóvenes construir puentes y trabajar en conjunto por una sociedad más inclusiva y pacífica. Como afirma el Papa Francisco: "La cultura del encuentro es la cultura del diálogo, del diálogo que puede construir la paz en un mundo marcado por tantas guerras y tanto odio."

Finalmente, los jóvenes están llamados a ser testigos de su fe en el ámbito público. La participación ciudadana debe ser una extensión de su vida cristiana, donde los valores del Evangelio guíen sus decisiones y acciones. Así, construyendo sobre los cimientos de la fe y la solidaridad, serán capaces de transformar la sociedad, haciendo eco del sueño de Don Bosco en cada rincón de Colombia, dejando huellas imborrables en su historia.

SALUDO DEL VICARIO DEL RECTOR MAYOR

“Con gran sencillez, serenidad y continuidad, permaneciendo en mi servicio de Vicario en los próximos meses, apoyaré al Rector Mayor, conduciendo a la Congregación al Capítulo General 29 en febrero de 2025”.

Queridos lectores del Boletín Salesiano:

Escribo estas líneas con inquietud porque, habiendo sido lector del Boletín Salesiano desde la infancia en el seno de mi familia, me encuentro ahora en una situación distinta al tener que escribir en el apartado reservado al Rector Mayor. Lo hago con gusto, porque este honor me permite dar gracias a Dios por nuestro Don Ángel, ahora Cardenal de la Santa Iglesia Romana, que acaba de cumplir 10 años de valioso servicio a la Congregación y a la Familia Salesiana, tras su elección en el Capítulo General 27 (CG27) en 2014.

Diez años después de aquel día, ahora está enteramente al servicio del Santo Padre, para lo que el papa Francisco le encomiende. Lo llevamos en el corazón y lo acompañamos con la oración agradecida, por el bien que nos ha hecho, porque el tiempo no disminuye, sino que fortalece la gratitud. Su historia personal es un acontecimiento histórico para él, pero también para todos nosotros. Su marcha, en sentido canónico, para un servicio aún mayor a la Iglesia, es un permanecer siempre con nosotros y en nosotros.

En total continuidad.

Y ahora, como Congregación, y por extensión como Familia Salesiana, ¿cómo seguimos adelante? Muy sencillo, con serenidad y en total continuidad. El Vicario del Rector Mayor, según las Constituciones Salesianas, tiene la tarea de sustituir al Rector Mayor en caso de necesidad. Así será, hasta el próximo Capítulo General.

Las Constituciones Salesianas lo dicen de manera más orgánica y articulada, pero el concepto fundamental es este: permaneciendo en mi servicio de Vicario en los próximos meses, sustituiré al Rector Mayor, llevando a la Congregación al CG29, que comenzará el próximo 29 de febrero de 2025.

Es una tarea exigente para la que pido, ya desde ahora, vuestras oraciones e invocación al Espíritu Santo para ser fiel al Señor Jesucristo, con el corazón de Don Bosco.

Me llamo Stefano.

Antes de pasar a las cuestiones importantes, unas palabras para presentarme. Me llamo Stefano y nací en Turín en el seno de una familia típica de nuestra tierra. Hijo de un padre exalumno salesiano, que quiso enviarme a la misma escuela en la que él había estado, y de una madre maestra, también exalumna de una escuela católica. De ellos recibí la vida y la vida de fe, sencilla y concreta. Así crecimos mi hermana y yo.

Mis padres ya están en el cielo, en las manos de Dios, y estarán sonriendo viendo las cosas que le pasan a su hijo… seguramente comentarán: “dun Bosch tenje nà man sla testa!” (¡Que Don Bosco ponga su mano sobre su cabeza!).

Salesianamente hablando, siempre he pertenecido a la Inspectoría Salesiana del Piamonte Valle de Aosta, hasta que en el CG27 me pidieron que coordinara la Región Mediterránea (todas las realidades salesianas alrededor del Mar Mediterráneo, en los tres continentes que lo bañan, pero incluyendo también a Portugal y algunas zonas de Europa del Este).

Una experiencia salesiana maravillosa, que me transformó, haciéndome internacional en mi manera de ver y sentir las cosas. El CG28 dio el segundo paso, pidiéndome ser Vicario del Rector Mayor, ¡y aquí estoy! 10 años al lado de don Ángel, aprendiendo durante estos años a sentir el corazón del mundo, para una Congregación que está verdaderamente extendida por todo el planeta.

El futuro próximo

El servicio es estos próximos meses, hasta febrero de 2025, es acompañar a la Congregación hasta el próximo Capítulo General, que se celebrará en Turín-Valdocco de febrero a abril del 2025.

Queridos amigos, el Capítulo General es el momento cumbre y más importante de la vida de la Congregación, cuando los representantes de todas las Provincias salesianas del mundo se

reúnen (hablamos de más de 250 hermanos) esencialmente para tres cosas: conocerse, orar y reflexionar para “pensar en el presente y en el futuro de la Congregación” y elegir al próximo Rector Mayor y a todo su Consejo.

Un momento muy importante, por tanto, que nuestro don Ángel abordó en su reflexión sobre el tema “Apasionados por Jesucristo y dedicados a los jóvenes”.

Este tema que el Rector Mayor ha elegido para la Congregación se articulará en tres aspectos diferentes y complementarios: la centralidad de Cristo en nuestra vida personal, la consagración religiosa; la dimensión de nuestra vocación comunitaria, en la fraternidad y corresponsabilidad laical a la que se confía la misión; los aspectos institucionales, la revisión de la animación y el gobierno en el acompañamiento de nuestra Congregación.

Nuestra Congregación tiene una gran necesidad de este Capítulo General, que llega después de tantos acontecimientos que nos han conmovido a todos. Pensemos que el último CG se celebró al inicio de la pandemia del coronavirus.

Construir la esperanza

Celebrar un Capítulo General es celebrar la esperanza, construir la esperanza a través de las decisiones institucionales y personales que nos permiten continuar el “sueño” de Don Bosco, darle un presente y un futuro.

Cada persona está llamada a ser un sueño, en el corazón de Dios, un sueño realizado.

En la tradición salesiana existe aquella hermosa frase que Don Bosco dijo a Don Rua, cuando lo hizo volver a Valdocco para ocupar, precisamente, el lugar de Don Bosco: “Has hecho de Don Bosco en Mirabello. Ahora lo harás aquí, en el Oratorio”.

Esto es lo que realmente cuenta: “ser Don Bosco hoy” y es el mayor regalo que podemos hacer a este mundo.

Niñez y paz: Reflexiones con Dilia Lozano

Por: Paola Morales Escobar, periodista.

Dilia Lozano, abogada y relatora general de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en Colombia, ofrece una visión destacada sobre el impacto del Mandato de los Niños por la Paz y los Derechos, del cual participó a los 12 años. Resalta cómo este hito histórico marcó un momento crucial en la movilización nacional y sentó las bases para una mayor conciencia sobre los derechos de la infancia en medio del conflicto armado.

En esta entrevista, Lozano expresa la importancia de crear espacios para que niños, niñas y jóvenes participen activamente en políticas de paz y derechos humanos, subrayando el papel clave de las instituciones educativas y organizaciones civiles del país. Para ella, es crucial escuchar su voz en la formulación de políticas y garantizar una participación ciudadana significativa y sostenida, promoviendo la diversidad y creando espacios seguros para su expresión.

¿Cómo influyó el Mandato de los Niños por la Paz y los Derechos en el desarrollo y fortalecimiento de los mecanismos de participación ciudadana para niños y jóvenes en Colombia?

El Mandato de los Niños por la Paz, una iniciativa destacada que surgió tras la constituyente de 1991 y la ratificación de la Convención Internacional de los Derechos del Niño en 1993, dejó una huella imborrable en la historia de Colombia. En

octubre de 1995, más de dos millones setecientos mil niños votaron por la paz y los derechos en el país. En ese momento, Colombia enfrentaba una profunda crisis a causa del conflicto armado, con numerosos niños siendo reclutados a la fuerza por grupos armados y algunos adolescentes siendo obligados por el gobierno nacional a prestar servicio militar. La movilización masiva de niños y niñas a favor de los derechos, a través de votaciones, marchas y expresiones artísticas, generó una conciencia significativa sobre la importancia de la paz y los derechos.

¿Qué

lecciones podemos extraer de este acontecimiento histórico?

Esta participación diversa y colorida, sin distinción de género, raza o clase social, permitió que Colombia tuviera espacios de conversación inclusivos y representativos de su diversidad. Además, estos niños y niñas que participaron en esos procesos en este momento son adultos convencidos de los procesos de paz y de la construcción de la paz desde distintas áreas, no solo desde el activismo, desde el escenario político público, sino también desde lo privado y creo que eso es algo muy importante para rescatar.

¿Cómo pueden los niños y jóvenes participar en la implementación de políticas públicas relacionadas con la paz, los derechos humanos y la justicia en Colombia?

Los niños y niñas tienen diversas formas de participar activamente en la implementación de políticas públicas relacionadas con la paz y los derechos humanos. Los consejos de juventud y organismos estudiantiles en las escuelas son espacios significativos para su participación. Además, existen programas a nivel local y nacional, como el programa "Justamente" de la jurisdicción para la paz, que promueve la justicia restaurativa, buscando la reconciliación y una sociedad más justa y tolerante. Estas iniciativas fortalecen los espacios de participación ciudadana desde las escuelas y la sociedad en general.

¿Cuál es el papel de las instituciones educativas y las organizaciones de la sociedad civil en el fomento de la participación ciudadana de los niños y jóvenes, especialmente en el contexto de la construcción de paz?

El papel actual de las instituciones educativas y las organizaciones de la sociedad civil en el fomento de la participación ciudadana de los niños y jóvenes es esencial. Tienen tres roles clave: proporcionar una formación cívica y educativa crítica, crear espacios dentro de las escuelas para la participación de los niños, y generar espacios en el entorno familiar que fomenten la reflexión y la interacción sobre temas como la paz y la reconciliación. Estas acciones son fundamentales para empoderar a los jóvenes y promover una sociedad más justa y pacífica en Colombia.

¿Qué

recomendaciones ofrecerías a los responsables de políticas para fortalecer los espacios de participación ciudadana para niños, niñas y jóvenes?

Las recomendaciones para los responsables de políticas públicas son diversas. Es fundamental que reconozcan a los niños y niñas como individuos capaces de proponer ideas y soluciones. Además, es necesario comprender y respetar el lenguaje particular y creativo con el que se expresan. Promover la tolerancia y la no violencia desde las escuelas es esencial para cultivar una cultura de participación ciudadana. Asimismo, las instituciones gubernamentales y organizaciones relacionadas deben proporcionar los recursos y mecanismos necesarios para que los niños y jóvenes participen activamente en la construcción de

un país mejor, desde una perspectiva crítica y fundamentada en el respeto y la solidaridad.

¿Por qué es importante reconocer y respetar la voz y las perspectivas de los niños y jóvenes en la formulación de políticas y programas que afectan sus vidas?

Reconocer y respetar la voz y las perspectivas de los niños y jóvenes en la formulación de políticas y programas es de suma importancia. Cuando los jóvenes sienten que sus opiniones son valoradas y tomadas en cuenta, se fortalece su compromiso con la sociedad. Desde mi experiencia como activista infantil, comprendo la importancia de sentir que mi voz era escuchada y que mis acciones podían contribuir al bienestar del país. Ahora, como adulta involucrada en procesos de paz, considero vital conocer las opiniones y preocupaciones de los jóvenes para orientar de manera efectiva las acciones que promuevan la no repetición de conflictos y la construcción de una paz duradera.

Desde tu experiencia, ¿Cuál considera que es el camino a seguir para garantizar una participación ciudadana

significativa y

sostenida

de los niños, niñas y jóvenes?

Para asegurar una participación y continua de los niños, niñas y jóvenes en la construcción de una sociedad justa y pacífica en Colombia, es necesario tomar diversas medidas. Esto incluye facilitar la incorporación de nuevos jóvenes en los procesos participativos a medida que otros pasan a diferentes etapas de la vida. Asimismo, es vital crear entornos diversos y accesibles, aprovechando medios como el arte, la cultura y las redes sociales para promover la libre expresión y el intercambio de ideas. Es esencial comprender las particularidades regionales y las necesidades específicas de las comunidades indígenas y afrocolombianas. Para fomentar esta participación, es crucial generar un ambiente de confianza y apertura, donde los niños y jóvenes se sientan cómodos expresando sus preocupaciones y contribuyendo al avance hacia una sociedad más equitativa y pacífica.

LA IMPORTANCIA DE LA PARTICIPACIóN JUVENIL

Honestos ciudadanos porque buenos cristianos constructores de la paz

La resolución de seguridad 2250 (2015) sobre Juventud, Paz y Seguridad de las Naciones Unidas, establece cinco pilares de acción que abordan la participación, la prevención, la colaboración, la separación y la reintegración de los jóvenes como constructores de paz y su integración en la prevención y resolución de conflictos.

Los y las jóvenes han sido directamente afectados por hechos como el reclutamiento forzado, desplazamiento y desaparición forzada y violencia sexual, entre otros, dentro del marco del conflicto armado en Colombia. Al mismo tiempo, muchos de ellos enfrentan dificultades de acceder a la educación y al mercado laboral, lo cual en su conjunto crea una vulnerabilidad particular de esta población.

Son estas experiencias y características particulares las que hacen que tengan un papel clave para la resolución de conflictos y construcción de paz en sus comunidades. Pero, para poder jugar este papel, es necesario proteger la vida y la dignidad de los jóvenes, entender cómo son impactados por la violencia, la injusticia y la exclusión en los conflictos y garantizar una adecuada formación para que puedan hacer ejercicio de participación sano y coherente.

Los jóvenes que han participado de las dinámicas formativas en una Comunidad Educativa Pastoral Salesiana (CEP) deben actuar como puntos de unión de fuerzas sociales, integrarse en la realidad de su

contexto y mantener con estas fuerzas un diálogo y una confrontación enriquecedora que logre la construcción de escenarios de paz. El Cuadro de Referencia de la Pastoral afirma (pag. 112) que la Comunidad Educativa Pastoral hace significativa la presencia salesiana que se convierte en centro de acogida y de convocatoria, signo de comunión y de participación, y propuesta de transformación del ambiente, por lo tanto, sus actores, de manera protagónica, los jóvenes que insertos en los territorio y participa en el compromiso de la Iglesia por la justicia y por la paz y fomenta la conversión de las situaciones contrarias a los valores del Evangelio.

Los presupuestos de la Pastoral Juvenil

Salesiana, están alineados con el marco de participación juvenil que ofrece la legislación colombiana (Ley Estatutaria 1622 de 2013), según la cual se concibe la juventud, y todo lo que a ella concierne, como una construcción social, que involucra prácticas políticas que insertan a este segmento de la población en las dinámicas del Estado, asumiéndolos como verdaderos actores de las comunidades donde habitan, así como el Cuadro de Referencia de la Pastoral Juvenil Salesiana presenta a los jóvenes como actores de principal relevancia en la proyección de las Comunidades Educativo Pastorales en el territorio en el que se encuentran. El concepto de ciudadanía implica un cambio de perspectiva de la condición del joven, el cual, como lo expresa Fernández (2003) “… no es solo tormenta y dolor, desubicación o formación de identidad, también es factor

de cambio social, como lo pensaba Comte". La ciudadanía juvenil comporta espacios de intervención de los jóvenes que, desde la esfera de lo local, se convierten en soportes para el desarrollo de las comunidades. Es decir, en lenguaje salesiano, los jóvenes formados para la participación activa son verdaderos ciudadanos [honestos] porque buenos cristianos.

Así como el Movimiento Juvenil Salesiano brinda espacios de formación y de experiencias de ejercicio sociopolítico a partir de la formación de animadores y líderes juveniles, la propuesta normativa del país ofrece espacios de participación ciudadana para los jóvenes que permiten el despliegiue de la participación en todas las dimensiones: “Espacios de participación de las juventudes”, “Ciudadanía Juvenil Social”, “ciudadanía Juvenil Pública” son conceptos enmarcados dentro del Estatuto Juvenil, se configuran en la norma, dando claridad sobre el papel transformador como constructores de paz y con ejercicio de poder dentro de sus comunidades, al reconocerlos como “actores sociales” con capacidad para la concertación y el diálogo en la esfera pública. Para nosotros desde la propuesta salesiana son las CEP los espacios concretos para que los jóvenes participen de manera activa, valorar criticamente lo que sucede a su alrededor y sean animadores de los cristianos comprometidos en el territorio y el Movimiento Juvenil Salesiano es vehículo, canal y estrategia pastoral para lograrlo.

Don Bosco sintetizó la meta y el ideal de la educación salesiana en la elocuente consigna: “Formar honestos ciudadanos y buenos cristianos”. Este fin último de la educación salesiana muestra su carácter unitario e integral de una propuesta que se fusiona el “ciudadano cristiano”; por una parte, un ciudadano consciente y

protagonista en la sociedad civil y, por otra, un creyente convencido de su fe.

Nuestra sociedad, jalonada por permanentes y veloces cambios, exige cristianos que sepan insertarse en ella con principios claros y conciencia social y que asuman el reto de la participación y el protagonismo social de manera coherente con su conciencia y profesionalidad.

Este “ciudadano cristiano” es fruto de un proceso de evangelización y educación que genera una impronta que necesariamente debería impactar en la construcción de una sociedad en paz, una nueva sociedad como la que propone el Papa Francisco al plantear un Pacto educativo.

El honesto ciudadano – buen cristiano posee unas características que se evidencian en actitudes que han sido permeadas en el ambiente de la CEP, a través del MJS y de todo lo que ofrece la formación salesiana:

1. Tiene actitud crítica y conciencia lúcida frente a las estructuras sociales, los supuestos valores, los medios de

comunicación, el consumo, la rutina, el conformismo y las apariencias.

2. Es capaz de conmoverse frente al dolor de los demás, tiene el oído atento al clamor de los necesitados, los ojos abiertos al transcurrir de la historia y las manos disponibles para colaborar solidariamente a los otros.

3. Celebra la fe en la oración personal, familiar y comunitaria, vive la Eucaristía como sacramento y la lleva en el corazón como impulso misionero para servir.

4. Hace de la solidariadad el nuevo nombre de la paz, la nueva praxis del amor y la nueva dinámica de la política.

5. Se siente parte de la naturaleza y mantiene actitud de comunión y responsabilidad ecológica.

6. Se compromete en la superación de la desigualdad económica y social y trabaja por el surgimiento de una sociedad digna.

7. Defensor de los derechos humanos, apasionado por la justicia para construir la paz verdadera.

8. Asume sin temor las causas de la humanidad.

9. Es lo que es, habla lo que cree, cree lo que dice y vive lo que proclama.

Lo anterior nos permite pensar “lo juvenil” en el sentido de proceso subjetivo atravesado por la condición y el estilo de vida articulados a las construcciones sociales, como lo expone la ley 1622, facilita un análisis de “las juventudes” como construcción sociocultural que se encuentra en relación con el resto de la sociedad, y, por tanto, recibe el influjo de esta en los procesos de socialización e interacción cotidiana; haciendo posible una mirada integral como productos de los contextos en los que se desarrollan, y de ahí la generación de políticas que atiendan de manera objetiva a este grupo poblacional.

La participación, siendo “proceso social que resulta de la acción intencionada de individuos y grupos en busca de metas específicas, en función de intereses diversos y en el contexto de tramas concretas de relaciones sociales y de poder”, es una de las metas de la formación salesiana que pretende a través de la formación del honesto ciudadano-buen cristiano la transformación de la sociedad, la construcción de una sociedad de paz.

Es necesario que desde la propuesta integral salesiana favorezcamos procesos de construcción de cultura política en donde los jóvenes estén informados y participen conscientemente en la búsqueda de un bienestar colectivo, esto, que hace parte del

concepto clásico de ciudadanía, conduce a la idea de un joven que se ocupa de las “cuestiones públicas” y no se contenta solo con resolver sus asuntos privados y que sabe que la deliberación es el procedimiento más adecuado para tratarlas.

Los jóvenes no se forman como sujetos de acción dentro de una sociedad sin que esta sirva de influjo de su accionar. Tanto las relaciones de horizontalidad con las cuales se interiorizan los referentes simbólicos, al igual que la estructura sociocultural heredada, acompañada de la capacidad de verse a sí mismo como objeto con significado, forman una conciencia de sí mismo que le permite al joven el desempeño de roles y una identidad en relación con otros segmentos de la sociedad.

Este proceso de autorreflexión, en el cual se miran como objeto de significado, afinca su presencia en el entorno, combinando la estructura heredada y la construcción de identidades específicas, resultado de la intencionalidad educativa, en este caso la salesiana.

Lo anterior lleva a considerar la tesis de la escuela, entiéndase instituciones educativas, como un laboratorio donde se configura el universo simbólico del modelo democrático

EDUCACIÓN

imperante en el Estado. En ella, la formación de una conciencia colectiva en torno a cuál es la mejor forma del ejercicio del poder en su interior y más allá de ella, se adquiere desde la cotidianidad de los espacios creados por la normatividad que se hacen realidad con los procesos democráticos escolares, en primera instancia, y espacios de deliberación y confrontación de ideas, como las aulas de clases. El uso de la palabra por los jóvenes, en espacios creados para la libre expresión y la libertad, para la escogencia de su representante de grupo y personero estudiantil, la coordinación del grupo juvenil al que pertenece, integrar el Consejo Local del MJS, ser animador del oratorio, son solo algunos de los símbolos que le definen al joven el significado del sistema en el cual se encuentra inmerso. Con estos símbolos, el joven constata que el ejercicio del poder en la institución a la cual pertenece, está asociado a relaciones de horizontalidad que lo involucran como actor que participa de manera directa, por medio de las palabras y la acción, en los asuntos que atañen a su comunidad.

La obra salesiana no es solo un espacio físico que acoge, es sobre todo un ambiente educativo y pastoral, un ecosistema pedagógico. Un medio ambiente vital, un hábitat sano donde se respira una atmósfera de intensos valores humanos y cristianos, que favorece el liderazgo y la participación juvenil y los sitúa como protagonistas de la creación de una nueva sociedad, la sociedad de la paz.

Favorecer la participación de los jóvenes en la esfera de lo público resulta un escenario propicio para la construcción de relaciones grupales y de imaginarios sociales por medio del ejercicio de ciertas libertades que permiten descubrir la ciudadanía juvenil como ciudadanía cultural que traspasa los referentes establecidos de trabajo, educación y salud para reconocer otras formas diferentes de habitar la ciudad y los cuerpos. Por tanto, la política no escapa de la cotidianidad de los jóvenes, más bien impregna en todo su mundo de la vida en el seno de las relaciones sociales.

Como lo plantea Arendt, no se nace con una esencia política; esta se adquiere en la medida en que se establecen relaciones sociales con los otros y con el entorno cultural donde transcurre la cotidianidad de las personas. Así, los procesos de socialización, las imágenes construidas a partir de acontecimientos de carácter público, las relaciones de horizontalidad que se construyen mediadas por códigos lingüísticos, juegan un papel protagónico en la estructuración del joven como sujeto político. Ese es uno de los grandes retos de la educación salesiana, del Movimiento Juvenil Salesiano y del ecosistema pedagógico salesiano: formar a los hacedores de una sociedad planetaria de paz, honestos ciudadanos, porque buenos cristianos, cocreadores de una nueva forma de ser y estar en el mundo.

Bibliografía

Dicasterio para la Pastoral Juvenil Salesiana. (2014) La Pastoral Juvenil Salesiana, Cuadro de referencia. Tercera edición. Roma. Tipografía Grafisur S.L. Fernández, A. (2003). Cultura política y jóvenes en el umbral del nuevo milenio. México, D.F. Colección Jóvenes. Francés, F. (2008). “El laberinto de la participación juvenil: estrategias de implicación ciudadana en la juventud”. Revista OBETS, 2. 36-51. Recuperado de http://piublicaciones. ua.es/filespubli/pdf/19811385RD29520778.pdf

Peresson, M. (2010). Educar con el corazón de Don Bosco. Madrid. Editorial CCS. República de Colombia (2013). Congreso de la República. Estatuto de Ciudadanía Juvenil. Ley 1622

Compromiso

¿Con quién y con qué me comprometo?

El título de este escrito nos sitúa ante el compromiso voluntario, consciente y constante de cada individuo social (cada mujer y cada hombre, desde el más joven hasta el mayor). El compromiso al interactuar en nuestro entorno cercano (familia, amigos, vecinos) al igual que en entornos distantes y desconocidos, y esto lo hacemos de manera presencial, online, y de una combinación de modalidades. El compromiso al entender que somos parte de una misión eclesial como la dirigida por Don Bosco. El compromiso con los ecosistemas de la naturaleza, y con grupos y comunidades sociales. Hablamos de individuo social porque ninguno de nosotros se socializa por fuera de la sociedad.

Por: Elvia Arango Zuleta – Pedagoga.

El compromiso nos alerta y enfrenta con un momento histórico cargado de problemáticas sociales que nos alcanzan de distintas maneras, como escuchamos y vemos a través de los medios de comunicación. Esas y muchas otras situaciones permiten afirmar que esta sociedad está enferma, porque son dichas unas cosas, pero se hacen otras, por ejemplo, el respeto a la propiedad privada enfrentada con el robo, el derecho a la vida enfrentado con la muerte, el derecho a condiciones de vida digna enfrentado con miserias extremas. Aunque no podemos enfrentar y superar los problemas del país, del departamento o de la ciudad, sí podemos actuar en toda instancia a la que tenemos acceso (familia, vecindario, barrio), y esto lo logramos a partir de una ética práctica.

Mencionamos individuo social y notemos que hablamos en primera persona plural, y es que, somos parte de la misma sociedad, aprendemos de los otros y con ellos, también aprendemos a través de los libros, la publicidad y las redes sociales. Al interactuar, aportamos nuestros aprendizajes.

Los problemas sociales nos comprometen, puede que no logremos resolver una mala administración pública o un flagelo de violencia, pero ambas cosas afectan nuestras vidas, así sea de manera indirecta. En cambio, hay situaciones cercanas, de comunidad, barrio, unidad residencial, que por nuestras capacidades y nuestro conocimiento podemos ayudar a resolver y solucionar a partir de la participación en juntas administradoras locales, asociaciones comunales, casas de la cultura, elecciones, etc. Y podemos enderezar situaciones de familia, con amigos y colegas, a través del diálogo argumentado, respetuoso, claro y propositivo.

Puede que no propiciemos el inicio de los problemas, pero permanecer indiferentes o actuar ante estos, marca la diferencia, y esta es una decisión individual, es un compromiso no delegado que nos lleva a actuar en la perspectiva elegida. Permanecer indiferente es una alternativa que ha mostrado poco efecto en la historia, en cambio, actuar, ha mostrado transformaciones. Como quiera que sea, la decisión está enmarcada en los valores, el conocimiento de las personas y

del problema específico, al igual que en la identificación del contexto y de los recursos necesarios y suficientes para atender lo que se presenta. La decisión a la que se llega en términos de acción tiene como característica unas consecuencias benéficas y útiles para los otros y nosotros, sin causar daño, debido a que somos parte de la misma sociedad.

Una sociedad con problemas como los mencionados, es parte de lo que, en su momento histórico, llevó a Don Bosco a actuar como lo hizo. Él no renegó, no se apartó y no apoyó comportamientos que afectaran la convivencia social, sino que buscó en la educación una clave para sacar de la ignorancia, pues, la educación brinda conocimientos útiles para la vida y es una manera de aliviar el sufrimiento. Él obró desde el sacerdocio, se abrió camino contra viento y marea y terminó por recibir tantas donaciones que expandió su obra hasta donde conocemos y participamos hoy. Cada uno de nosotros puede intentar lo mismo, hasta la magnitud posible, según actúe con su hermano, vecino, estudiante, o ciudadano.

Sobre la ética práctica, Peter Singer (1995), compartió planteamientos que afectan nuestra convivencia humana y nuestra relación con los animales, y otras especies. Entre tantas cosas valiosas, cuestionó la

superioridad de la especie humana utilizada para matar y comer animales, el lamento por la muerte de ciertos animales de los que consumimos su carne, la decisión humana de alimentar unos animales con la carne de otros. Con argumentos y ejemplos mostró que en la sociedad también parece haber personas superiores e inferiores, señaló falta de justicia social, egoísmos extremos, ambiciones que arrasan con otros, y otros desequilibrios sociales. Invitó a hacer algo por quien lo necesita a partir de las distintas capacidades, las preferencias, los recursos, y lo que se revierte en mayor beneficio y valor para el bien de los otros [y propio].

Constatamos que los problemas son serios, pero, cada uno de nosotros es un individuo social, parte del problema y parte de la solución; así lo comprendemos al analizar nuestra actitud y nuestro comportamiento, al decidir si nuestros compromisos nos sitúan en la indiferencia o nos lleva a actuar. Por ello, al identificar que podemos participar en instancias sociales, en la familia o el grupo de amigos, entre otras insinuaciones, dejamos este tema abierto a la discusión con las preguntas ¿cuál es mi actitud ante las problemáticas sociales?, ¿cuáles son las consecuencias de mis actos?, ¿con quién y con qué me comprometo?

Recuperar o activar el sujeto, pero no el sujeto cartesiano, sino los sujetos en su enteridad: los sujetos con su conocimiento, con su capacidad de pensar críticamente, con su capacidad de nombrar y lenguajear el mundo, con sus emociones y sentimientos para involucrarse en el destino de los otros y con su voluntad personal para enfrentarse a su propio yo, para actuar con otros, por otros o para otros,” (Alvarado, Ospina, Botero y Muñoz citando a Zemelman, 2008).

Para nuestros hermanos indígenas de las distintas regiones del país la expresión “Caminar la Palabra”2 representa el gesto sagrado de rendir el más valioso respeto a la coherencia entre el discurso y la experiencia, el verbo que es la palabra nombrada impera en la praxis de la idea que al racionalizarse se vuelve relato y acción.

La labor Salesiana centrada en el acompañar el camino de las infancias y juventudes caracterizadas por la consigna de ser Buenos Cristianos y Honrados Ciudadanos, promueve en los ambientes de la casa que acoge, la escuela que educa para la vida, la parroquia para la vivencia de una fe crítica y al servicio de otros y otras, y, el patio que con sus nuevas perspectivas, se configura como el lugar privilegiado para el encuentro, para la posibilidad del ser, de estar, en esencia para participar.

Participar como Buenos Cristianos, nos conduce a la perspectiva inclusiva de Jesús, un hombre que, en su tiempo, contexto cultural y religioso, logro ir más allá de los estigmas sociales para hacer posibles relaciones horizontales y cercanas,

1 Exalumno de las obras de Ciudad Don Bosco, Colegio El Sufragio y parroquia San Fco de Sales, Tecnólogo en Electromecánica, Profesional en Planeación y Desarrollo Social, Especialista en Cultura Política Pedagogía de los Derechos Humanos, Candidato a Magister en Educación y Derechos Humanos, Profesional de monitoreo y evaluación de Ciudad Don Bosco, Educador Salesiano.

2 “Caminar la palabra”, esta es la consigna con la que los indígenas del país han demostrado una expresión de coherencia, de unión entre pensamiento y vida, en donde cada paso representa una acción que define una idea. La minga social, indígena y popular recoge todo un sentir no sólo de unos pocos, sino de un país entero que calla sus sufrimientos. Castillo, D. (Octubre 24 de 2021). Caminar la palabra [Columna]. La Nación. Recuperado de: https://www.lanacion.com.co/caminar-la-palabra/ (URL) [Febrero 22 de 2021].

donde en sus propuestas todos y todas podían tener un lugar sin condiciones por su género, origen étnico, postura política o religiosa. Como Honrados Ciudadanos, nuestra labor asume una postura que incide en otros y otras, que no es decorativa o simbólica3, una participación que parte de un ser íntegro que se hace líder, referente, ejemplo, modelo a seguir y por consiguiente visible, reconocido u honrado, pues merece la honra. Ciudadanos(as) que se hacen aportantes a la sociedad, inciden en lo político y agencian su vida y los procesos donde puede aportar a la transformación de seres y contextos.

Para hablar entonces de honrados ciudadanos, en los marcos actuales de las poblaciones que acompañamos, nos urge hacernos algunas preguntas sobre su participación: ¿Cuál participación?, ¿participación ciudadana, política, social o comunitaria?, ¿Quiénes participan?, ¿Cómo?, ¿en qué nivel?, ¿en qué espacios?, entre otras. Preguntas que podrían enunciarse para comprender su lugar y los enfoques que necesitamos abordar para una educación más cercana y coherente con sus realidades y con la respuesta a una participación que se hace pilar para el ejercicio de sus derechos humanos y para su proyección como ciudadanos que aportan a la transformación de sus entornos

Las tareas previas en esta labor educativa y social que impulsamos en nuestras obras nos ubican en la generación de respuestas a estas preguntas desde los ambientes escolares, formativos y comunitarios, así como la reflexión por los procesos de configuración de subjetividades políticas y los escenarios de socialización (donde hacemos posible la

participación). Claridades que establecen el punto de partida para definir en ente marco nuestra postura como educadoras y educadores de Don Bosco para estos tiempos.

En una realidad como la de este país, donde amargamente y de manera reiterada se han hecho paisaje las innumerables vulneraciones a los derechos humanos, donde se han perseguido, se han estigmatizado y acallado a quienes levantan sus voces para hacer la diferencia y transformar sus entornos, donde los recursos públicos se evaporan y se despilfarran sin control, donde las múltiples víctimas, son invisibles y donde muchos ciudadanos mueven sus ojos para otro lado con fácil indiferencia cuando se está en presencia de alguna vulneración. Es notable como en cada generación, desde nuestros abuelos, los procesos y políticas públicas de educación son ineficientes frente a una respuesta clara y urgente para mejorar las condiciones del contexto. Es doloroso ver como se ha naturalizado en todas las épocas de esta corta historia de nación, estas símiles políticas educativas diseñadas al parecer para mantener un sistema que, en el fondo, y pese a los “distintos” partidos, apellidos o gobiernos de turno, se han hecho réplicas cíclicas de lo mismo. La educación se ha mercantilizado y la labor pedagógica de un educador se ha ofrecido a la mejor puja de una subasta, en un sistema económico que le modela y condiciona.

No es un secreto que nuestras políticas públicas de educación aún son carentes de programas y proyectos que logren generar una ética civil4, una ética de nuevas ciudadanías que movilice la transformación

3 Roger Hart propone para el análisis de los niveles de participación ciudadana una escalera con 8 niveles de prácticas participativas desde una postura de participación manipulada hasta una un nivel de participación genuina o autentica. https:// www.researchgate.net/profile/Roger-art/publication/46473553_La_participacion_de_los_ninos_de_la_participacion_ simbolica_a_la_participacion_autentica/links/571e6d4208aefa648899a0c5/La-participacion-de-los-ninos-de-laparticipacion-simbolica-a-la-participacion-autentica.pdf

4 Según Alonso Tamayo, en su artículo “Siete orientaciones para la escuela como territorio de paz”, profesor de la Universidad Pedagógica, por ética civil entendemos la apropiación y el uso ciudadano de unos principios de actuación bajo el estado de derecho que regula la vida social y cuyos criterios están basados en el respeto a las normas, la solidaridad, la fraternidad, la alteridad, la responsabilidad con los bienes públicos y la búsqueda del bienestar de todos.

de seres y contextos a través de sujetos éticos y políticos, que hagan posible el coexistir, el convivir y el co-crear desde nuevos procesos sociales para una misma realidad de proyectos compartidos. Una ética civil entendida como esa que hace garantía de mejores formas para forjar el carácter del individuo, pero también ese carácter de los colectivos y las instituciones que, en clave de ese sistema, con una apuesta por la gobernanza, impulsen mejores y más conscientes procesos de construcción conjunta, para el desarrollo social de nuestros entornos. En palabras de Bauman según Caballo, M. B., & Gradaille, R. (2015):

“Nunca antes estuvimos en una situación semejante, en la que no sólo debemos aprender el arte de vivir en un mundo sobresaturado de información, también debemos aprender el aún más difícil arte de preparar a las próximas generaciones para vivir en semejante mundo". (P 5)

Y para ese mundo en que vivirán nuestros siguientes, nosotros como educadores, como docentes o si bien un poco osados nos aventuramos a nombrarnos como maestros, desde esta investidura sacra, necesitamos caminar la palabra para hacer realidad la posibilidad coherente de incidir desde múltiples escenarios e iniciativas, en la transformación de esta cultura y de esa

historia, aquella que se contará en un futuro ojalá con grandes impactos de este presente, que pende de un hilo y con prisa de atención, para promover esfuerzos y conciencias que hoy son urgentes impulsar.

Hoy y no mañana, es el momento de la tarea para el cambio, para dar vuelta a la página, para empezar a hacer la diferencia, esta que reposa de manera privilegiada en nuestras manos, en la capacidad para movilizar nuestros procesos sociales y educativos en lo cotidiano de las relaciones y los ambientes que podemos construir, y esta, la de las palabras que coherentes a los gestos hechos obra, inciden en la potencia de fibras de bien en los otros y otras.

A los educadores de este contexto, aquellos de diversas líneas, enfoques y espacios de interacción, a quienes ejercen esta labor sin distingo a su naturaleza, credo u origen, a aquellos cómplices y víctimas de esta realidad que nos toca y reclama por el cambio. A esos, los de la escuela urbana y la rural, los de la pública y la privada, los que se licenciaron y aquellos profesionales que han elegido reconfigurar su profesión desde la aventura de una praxis pedagógica. A los que educan al niño, la niña o al joven en todos los niveles educativos para la inclusión social, familiar y laboral. Los del cole en la centralidad y los que trepan o se insertan en la periferia para hacer

su clase en el taller o la cancha. A quienes se hicieron por convicción, por el azar o talvez aquellos que llegaron a este cuento por necesidad, (espero no solo por la espera de la quincena), a algunos aún educadores de corazón y convicción que mantienen su fuego desde sus cargos directivos y de representación política en espacios comunitarios, sindicales o de gobierno, a todos ellos, educadores o maestros todos, se nos demanda en este momento histórico el poner la pregunta sobre el cómo esa palabra que define nuestro rol humano y profesional se hace acción, testimonio y garantía para hacer realidad lo que se considera posible, para hacer la diferencia y para empezar a generar transformaciones concretas desde una subjetividad ética y política.

McLaren en Ortega (2012), plantea que la pedagogía crítica es una pedagogía en la que lo personal es entendido siempre como social, y lo social es insertado siempre en la historia a fin de poner de manifiesto el modo particular en que ha sido producida la subjetividad y en ese sentido, se hacen urgentes, la acción de verdaderos educadores que caminen a la consolidación de su ser integral modelados por un ejercicio ético en el marco de subjetivaciones políticas en su experiencia humana principalmente y desde sus recursos profesionales; convencidos de la palabra hecha experiencia, sujetos que interactúan y se van haciendo en medio del proceso educativo, en donde es preciso e imprescindible la acción sin escatimar recursos por el configurar procesos de conciencia, de organización, de pensamiento crítico y sobre todo de movilización de nuevas actuaciones con la esperanza por hacer posible desde la experiencia educativa, una ética civil o ética social desde lo endógeno, desde la periferia y desde lo concreto, en ese nivel en donde cada quien puede incidir para contribuir en la transformación de seres; infancias y juventudes que agencien y movilicen nuevas realidades y contextos.

Caminar la palabra, desde esas nuevas interrelaciones de sujetos será entonces para nosotros como educadores salesianos, el rendir honor a ese compromiso, a ese dejar ver, pensar y accionar una pedagogía cercana a la conciencia de sujetos éticos y políticos con un firme y concreto compromiso por participar y por incidir en significativas puntadas para ese gigante telar de la vida, de las relaciones y de ambientes cercanos y viables procesos de paces y desarrollo social para nuevos impactos y más dignos modos de vida.

Y para cerrar dos tareas finales: la primera, establecer procesos de vida y educación que hagan conciencia, organicen y movilicen; para ir siendo de manera conjunta entre coequiperos y con nuestras poblaciones beneficiarias, sujetos ético-políticos en los espacios donde podemos aportar significativos granos de arena para la generación de nuevas subjetividades y subjetivaciones. Trascender el concepto del sujeto de derechos al sujeto político que se asume desde su agencia personal con la capacidad para hacer incidencia, proyectarse a otros y otras y aportar a diversas transformaciones Y la segunda, caminar la palabra; asumir la coherencia desde el discurso y la praxis, un compromiso humano y profesional por la salvación integral de infancias y juventudes donde la interacción educativa y social es solo cuestión del corazón y coherencia de un ejercicio educativo honesto y sincrónico entre teoría y práctica, discurso y experiencia, misión e incidencia en el contexto.

Bibliografía

Alvarado, S. V., Botero, H. F., & Muñoz German, P. (2008). Las tramas de la subjetividad política y los desafíos a la formación ciudadana en jóvenes. Revista Argentina de Sociología, 29. Caballo, M. B., & Gradaille, R. (2015). De la pedagogía social como educación, a la educación social como pedagogía. Perfile Educativos, 5.

Ortega , P. (2012). Sentidos y trayectoria de la pedagogía crítica. Educación y Cultura, 6. Hart, R. (1993). La Participación de los niños: de la participación simbólica a la participación autentica. Ensayos Innocenti No.4.

Desde el llamado, la confrontación y la misión

Tras 7 años llenos de alegría, juventud, retos, preguntas y cuestionamientos, incluso de confusión y replanteamientos, tuvimos la gran oportunidad de vivir el ¡Campo Bosco 2024, vivo el Sueño de Don Bosco!

Del 19 al 22 de junio, en Dosquebradas, Risaralda, en el Colegio Salesiano San Juan Bosco nos reunimos más de 580 jóvenes de toda la Colombia Salesiana, dispuestos a dejarnos cautivar y transformar por un soñador, por un hombre que, con su espíritu, con su amor y con sus maestros no ha dejado de soñar una juventud que sienta libre y amada. Este campamento no solo fue un espacio para compartir, sino una oportunidad para reflexionar sobre nuestras vidas y sobre cómo el MJS es un canal abierto para proyectar y cumplir nuestros sueños.

Participar como animador en este campamento fue una experiencia enriquecedora y llena de desafíos. Desde la construcción del material formativo hasta la responsabilidad de guiar y motivar a tantos jóvenes, con un compromiso profundo con ellos, con el Equipo de animación MJSCOM y conmigo, sin perder de vista el impacto que esperábamos causar en los jóvenes, en sus

sueños y sus realidades; todo esto bajo el marco de vivir el bicentenario del sueño de los 9 años de Don Bosco.

Cada actividad, desde las dinámicas recreativas como bailar “Colombiana” o “Sueña” hasta los momentos de reflexión más profunda, fue una oportunidad para sembrar en ellos, a los jóvenes, la semilla del sueño de Don Bosco, ese sueño que no conoce fronteras ni limitaciones.

Fui el más enamorado al ver tantos jóvenes reunidos, colaborando y participando, ver cómo se integraron y trabajaron por sus rebaños y rediles (grupos vidas), y desde la posición que estaba era sencillamente fascinante escuchar cada una de las porras, de los cantos, verlos bailar, saltar, jugar, disfrutar, sonreír. En esos instantes, profundicé que mi rol como animador no solo es guiarlos en actividades y experiencias, sino también ser un faro de esperanza, una piedra de apoyo, un instrumento para el cambio, alguien que los acompañe a soñar, a creer en un futuro mejor y a crear un mundo mejor. Pero es más importante, demostrarles que ustedes también han sido llamados a ser eso, para los jóvenes y para el mundo.

El Campo Bosco 2024 fue para mí un verdadero sueño, un sueño que empezó de la mano de María Auxiliadora y Don Bosco en 2011, y que germinó en mí en 2017 con la Pastoral local, esperando y aguardando por mi oportunidad de vivir un Campo Bosco. Este sueño que viví en el Campo Bosco 2024 me enseñó que los verdaderos líderes son los que inspiran a otros a soñar y a luchar por un mundo mejor. El Sueño de Don Bosco no es solo un relato del pasado, sino un llamado y recordatorio constante a nunca dejar de soñar, sin importar las dificultades.

Así como el Sueño de los 9 años fue una constante y un recuerdo inolvidable en la vida de San Juan Bosco, estoy seguro de que este sueño que he vivido me acompañará por siempre y me recordará que, a su tiempo, lo comprenderé todo; solo debo ser fuerte, humilde y robusto. Este campamento no solo fue una experiencia pasajera, sino un hito que me guiará en mi camino como líder y animador, recordándome siempre la importancia de soñar y de ayudar a otros a soñar también.

¡Viva Ceferino Namuncurá, Santo Domingo Savio y Laura Vicuña, Juan Cagliero! Patronos de los niveles del MJSCOM, además, patronos de los rebaños de los jóvenes de la Colombia Salesiana que vivieron apasionadamente el bicentenario del Sueño de los 9 años, Campo Bosco 2024.

Con el corazón contento y orgullosamente salesiano, espero verlos lo más pronto posible. Sigamos soñando, soñémonos a nosotros, soñemos a nuestras obras y a sus líderes, y hagamos realidad todos estos sueños.

Por: Federico Salmerón, SDB

Director de la Obra Salesiana de La Rioja- Argentina (ARN)

Documento de autor desconocido

Hace un tiempo, un domingo, fuimos al barrio Don Bosco de Alta Gracia, Córdoba. Hicimos un día de oratorio en la placita del barrio. Se llenó de pibes. Había fútbol por allá, dibujo por acá, la mancha corría de un lado para el otro…

Llegó la famosa hora de la merienda y la típica actuación: un chico triste que caminaba desolado, otro distraído y hablando por celular, a los cuales un grupo de jóvenes invita al Oratorio. Ellos se animan a ir y se vuelven felices.

Uno de los actores preguntó al público, lleno de niños y animadores, si sabían lo que era el Oratorio. Una nena —debía tener unos 4 años— gritó contundentemente: “¡Sí!”. Y al segundo volvió a gritar: “¡Es un país!”. Inmediatamente, me entré a reír a carcajadas y contagié la risa a otros animadores que escucharon a esa niña.

Por: Yessica Gómez Giraldo.

"No es cuestión de seguidores, no es cuestión de likes, Si tú sirves a una persona y le ayudas a cambiar la vida, con eso basta. "
Sor Karen Margarita Gamarra Senior

Este año, más de 100 misioneros digitales de diferentes partes del mundo, se congregaron en Bogotá con una clara misión: participar del encuentro internacional ‘Hechos 29’ y seguir aprendiendo a cómo llevar el mensaje de Dios a los patios digitales donde se encuentran los jóvenes de hoy en día.

Impulsados por el lema ‘Ser y Hacer Iglesia’ y con el apoyo del Dicasterio para la comunicación del Vaticano, estos creadores de contenido se reunieron durante seis días de formación y fraternidad, para redescubrir cómo la tecnología y la espiritualidad pueden entrelazarse en un mundo que cada vez más vive en línea.

Para este evento, fueron invitados diversos evangelizadores digitales, como Sor Karen Margarita Gamarra Senior, exalumna salesiana e hija de María Auxiliadora, que por medio de su amor a la música y el uso de las redes sociales encontró una poderosa herramienta de comunicación en su misión evangelizadora. Para ella, recibir la invitación a ‘Hechos 29’ fue más que una oportunidad; lo describe como "un llamado de Dios".

Ser misionero digital es un regalo de Dios.

Para Sor Karen, la invitación al evento llegó de manera inesperada; sin embargo, expresa que fue “un llamado que Dios ha hecho y es una misión”. Ella cree firmemente que, como los Salesianos, existe la responsabilidad de estar presentes en estos espacios digitales, donde los jóvenes buscan referentes para su vida. Afirma

que “nuestro testimonio debería ser una semilla para sus vidas”, ya que los jóvenes los observan, perciben el propósito de su misión centrada en Jesús y esto se convierte en una forma de llamar vocaciones. En algún momento, Dios tocará sus vidas y entonces todo lo que se ha hecho cobrará sentido. El Espíritu Santo te hace creativo.

Al hablar sobre su experiencia durante el evento, Sor Karen expresó: “Para mí, ‘Hechos 29’ fue un Pentecostés de Dios. ¿Qué significa eso? Es la presencia del Espíritu Santo actuando, que te hace creativo y te impulsa a buscar caminos diferentes”. Para ella, cada evangelizador en su diversidad lleva el mensaje de Jesús. Aunque el mensaje de Jesús no cambia, las formas y maneras de transmitirlo sí lo hacen. Un ejemplo de esto es la variedad de formatos de comunicación presentes entre los invitados del evento: humor, blogs, entrevistas, caricaturas, música, movimientos sociales, series, podcasts, y más. En estos medios, cada misionero digital se expone, pero también muestra más que eso. "Te muestras tú, pero tú muestras a Jesús y eso no debe perderlo ninguno de los evangelizadores digitales".

El primer paso es comenzar.

Sor Karen destaca una reflexión clave del encuentro: en los patios digitales, el enfoque no debería estar en los números o en las métricas, sino en atreverse a comenzar. Lo esencial es el mensaje que se quiere transmitir, incluso si no se logra llegar a todos los jóvenes con el contenido digital. “No es cuestión de seguidores, no es cuestión de likes, si tú sirves a una persona y le ayudas a cambiar la vida, con eso basta”. Lo fundamental es emprender, involucrarse en las tendencias, construir grupos de jóvenes y aprovechar sus habilidades para escribir, hablar y editar. Lo valioso es que, a pesar de sus diferencias, todos se atrevieron a actuar, y en el proceso, al menos una persona recibió el mensaje de evangelización, ya sea dentro del equipo o aquel que está detrás de la pantalla.

Finalmente, resulta verdaderamente gratificante ver el interés y el compromiso de la Iglesia por abrir nuevos caminos y crear redes de colaboración. No se trata solo de un esfuerzo individual, sino de un trabajo conjunto en el que muchas personas contribuyen con entusiasmo. El objetivo es continuar aprendiendo, innovando y adaptándose a las nuevas herramientas de comunicación, para cumplir con la misión de llegar a los jóvenes a través de estos nuevos patios digitales. Es fundamental transformar la misión en una misión digital, aprovechando al máximo los recursos tecnológicos, especialmente en estos tiempos llenos de desafíos y oportunidades para la evangelización.

Por: Dayana Alicia Gordillo Orientadora escolar Colegio Salesiano Leon XIII
“La experiencia de los niños debería ser el alimento de la escuela: su vida, sus sorpresas y sus descubrimientos”

Según la RAE (Real Academia Española), la participación hace referencia a la condición que se otorga a una persona por ser miembro de un país, lo cual le impone derechos políticos y sociales, sustentados en el principio constitucional de igualdad.

Partiendo de esta premisa, podríamos deducir que, a todas las personas, de manera indistinta, se nos otorga de manera innata el derecho a la participación; no obstante, es de observar y reflexionar que en algunos contextos esta se limita a la edad, al ciclo evolutivo y por ende al nivel de raciocinio que se adquiere con el tiempo.

Claramente, desde la perspectiva de autores como Kohlberg, quien sustenta sus perceptos en torno al desarrollo moral, indicándonos que, sobre los nueve años las niñas y los niños realizan una construcción de la norma desde la mediación del adulto; hacia los diez años se empieza a realizar un reconocimiento claro de las leyes sociales y su relación con el entorno, y a los doce años se toman decisiones basadas en los lineamientos legales previamente establecidos, en aras de adaptarse funcionalmente al entorno.

No obstante, la realidad en ocasiones nos lleva tratar de desvirtuar – resignificar, precisamente la idea, en cuanto a en qué momento o etapa de la vida se debe otorgar el derecho a la participación, dado que hay algunas ideas ancladas en torno a que está solo se adquiere cuando se es mayor de edad y se mediatiza a través de la adquisición de un documento (Cédula) que abre la puerta a escenarios sociales y políticos.

Frente a ello, escenarios como la familia y la escuela, estamos llamados a revisar de manera concienzuda, cómo estamos concibiendo la participación; qué escenarios propiciamos para ello, y desde qué momento, ciclo o edad estamos dando cabida para que se desarrolle. En este punto de reflexión, quisiera traer a colación los aportes del psicopedagogo italiano Francesco Tonucci, más conocido como “Frato”, quien ha dedicado gran parte de su vida a promover, mediante sus investigaciones y escritos, la participación desde la infancia. En su obra “la ciudad de los niños” deja en clara evidencia la necesidad y urgencia de dar voz a las infancias, dado que desde esta perspectiva hacemos que las niñas y los niños sean constructores – partícipes de lo que es y serán sus entornos próximos de desarrollo. Este texto, que se ha materializado en conferencias, artículos y simposios, nos deja varias premisas a tener en cuenta, así

Es preponderante fortalecer la autonomía desde edades iniciales.

Debemos dar apertura a espacios y circunstancias en las que las infancias se sientan reconocidas.

Sería interesante propiciar dinámicas que les posibiliten compartir con otros, para enriquecer sus miradas desde un diálogo de saberes, lo cual, sin duda alguna, se convierte en un factor estructural en la formación de su identidad.

Privilegiar instancias en las que puedan ejercer su derecho a la democracia.

Permitir el autodescubrimiento, como forma de expresión de emociones; esto lo podemos alcanzar a través de experiencias inspiradoras y conversaciones orientadas al futuro.

El aprendizaje activo promueve la participación y la colaboración para, así mismo, impulsar el pensamiento propio y, por ende, el intercambiar con pares.

En síntesis, la participación es un factor formativo que nos compete a todos los agentes que colaboramos en los procesos educativos de los niños, niñas y adolescentes. En la misma línea, no podemos seguir manteniendo la idea de que este aspecto solo lo debemos contemplar hasta que se adquiera la mayoría de edad o, en su efecto, que la misma debe estar mediada por las ideas de los adultos. Ellos y ellas deben tener,

Para mayor información escaneé el código QR

Don Bosco descubrió que “educar en y para el trabajo” era una alternativa significativa que preparaba a los jóvenes a enfrentar el mundo laboral de una forma pertinente, razón por la que asumió la educación “en el trabajo, como instrumento educativo, [...] captó la extraordinaria potencia de formación de la personalidad en todas sus dimensiones y [...] la capacidad trasformadora de la sociedad” (Peresson, 1999, P 45), siendo estas dimensiones las que luego son cobijadas por la formación integral y que se convierten en sello de la educación salesiana.

Es por esto, que Don Bosco asume “los talleres y las escuelas profesionales, como una de las más geniales creaciones educativas” (Peresson, 1999. P 45) en las que los estudiantes aprenden un oficio que la sociedad demanda y que favorece en ellos un proyecto de vida productivo, siempre y cuando se asuman los desafíos que trazan tanto para las instituciones educativas, como para los puestos de trabajo, los trabajadores y la sociedad.

Esta experiencia hace que Cerruti afirme que “en la máxima parte nuestras casas, como en los oratorios, los orfanatos y otros institutos de beneficencia análogos, nuestro fin principalísimo es el de preparar a jóvenes para la carrera eclesiástica o bien para un oficio” (Cerruti, 2006, p. 60), haciendo que este oficio tenga incidencia en el desarrollo personal del joven; algo que más adelante se concretaría en su programa de «hacer de la escuela una misión» que centra su interés en algo más que una prueba, ya que prioriza una preparación del joven en la vida y para la vida en toda la integralidad de su ser (Vojtáš, 2022).

Estos y muchos otros antecedentes, fueron los que llevaron a la naciente RED de CFPs en el continente americano a promover un encuentro en el que referentes y gestores de esta iniciativa articuladora pudiesen interactuar de manera presencial, algo que luego de dos años de encuentros remotos se logró en Buenos Aires Argentina, entre el 9 y el 12 del 2023.

Este espacio permitió reflexionar en torno a la formación profesional salesiana a través de la comprensión de los fundamentos carismáticos y la realidad que nos presentan los signos de los tiempos, a fin de concretar en acciones algunas intervenciones que respondan a las necesidades priorizadas

durante el diálogo, algo en lo que se trabajó de manera participativa con representantes de 11 inspectorías de América y que implicó el desarrollo de actividades individuales y conjuntas cada uno de los días.

El primer día, el Padre Claudio Cartes, referente del sector de Pastoral América para la Escuela Salesiana de América – ESA y Centros de Formación Profesional - CFPs, dio apertura al encuentro compartiendo la experiencia de Cerruti, quien luego de la Rerum novarum (latín: «De las cosas nuevas» o «De los cambios políticos») en 1895, por solicitud del Don Miguel Rúa, realiza un estudio de los talleres profesionales en la congregación, en el que percibió una especie de falta de orden en la disciplina de los estudiantes y algún deterioro en las condiciones físicas del este ambiente educativo, expresando ante ello, la necesidad de reforzar la aplicación del sistema preventivo, empoderar a los jóvenes a presentar buenas prácticas en espacios académicos como congresos y de fortalecer el ecosistema educativo a través de oratorios, donde la casa, la escuela, el patio y la parroquia mantengan viva la esencia de la formación salesiana.

Con esta motivación, celebramos el encuentro, nos contextualizamos frente a la obra salesiana en la Argentina, hicimos un breve recorrido por los puntos de inflexión logrados en la Red durante el tiempo de existencia y concluimos el día socializando la forma como nuestros CFPs están inmersos en los sistemas educativos de cada uno de los países en donde desarrollamos nuestra misión, a fin de comprender la forma en que podemos interactuar según las condiciones legales en cada territorio.

El segundo día, enfocado en la reflexión de los fundamentos salesianos, se exploró

la forma como el carisma ha marcado momentos y espacio de la historia local, mostrando que el impacto salesiano ha generado un efecto transformador en parroquias, comunidades y personas que han encontrado en la educación para el trabajo con estilo salesiano una alternativa para consolidar un proyecto de vida productivo y social, algo que se pudo apreciar en el CFP N°34 "Prof. Roberto Albergucci" – C.A.B.A, en el CFP N° 401 "Don Bosco" BERNAL (Prov. Buenos Aires) y el CFP N°401 “San Juan Bosco” SAN JUSTO (Prov. Buenos Aires), donde los estudiantes dieron testimonio de esta experiencia educativa a través del desarrollo de actividades técnicas y muestras gastronómicas.

El tercer día se propuso formular un itinerario de trabajo con base en reflexión de la realidad percibida el primer día y la fundamentación e inspiración lograda en el segundo día, de ahí que partimos de los sentires provocados por la visita a la Iglesia Mater Misericordiae, el Museo de Don Bosco y los CFPs, para luego lograr conexión con Suiza, donde representantes de ECOPARNER y SKAT Foundation socializaron resultados de la aplicación de la herramienta RADAR de la RED, con el que se logró una autoevaluación en la que se identificó la forma como la red se desarrolla en 4 dimensiones diferentes. Con estos insumos y los generados en encuentros remotos anteriores, se generó un espacio de prospección entre los referentes inspectoriales para proyectar un plan operativo para la RED en el 2024.

la FEITEC 5.0, una feria de innovación con significativo impacto regional; intermediación laboral, en la que la inspectoría de Bolivia presentó su Oficina de Intermediación Laboral (OIL) que cuenta con mas de 5500 jóvenes inscritos a la fecha; ambiental, en la que la inspectoría de Colombia – Bogotá presentó el Proyecto FE-SOR DON BOSCO que viene desarrollando un programa de formación para el cuidado de la casa común a través de la promoción de la ecología integral y la gestión de residuos solidos con proyección de réplica a nivel nacional e internacional; y finalmente, vínculos, en la que la inspectoría de Centro América compartió una experiencia en la que las herramientas infográficas son claves para la generación de alianzas estratégicas.

El cuarto día se rescataron las lecciones aprendidas que contribuyeron al trabajo de la carta de identidad de la red a partir de la indagación de experiencias similares en otros continentes; adicionalmente se generaron compromisos para que lo logrado en el encuentro diera paso a la divulgación de la experiencia en cada una de las inspectorías y que el efecto multiplicador llevara el mensaje de articulación y trabajo en sinergia a las comunidades locales, para generar en ellas un nodo en el que los criterios unificados den curso a la misión de la Red y se consolide a nivel de nuestro continente.

Finalmente, es importante resaltar que a lo largo del encuentro se generó la socialización de buenas prácticas en líneas como: innovación, en la que las Inspectorías de Brasil Sao Paulo presentó

De esta manera se concluyó el encuentro, generando vínculos que seguramente seguirán dando fruto para hacer de esta red una casa para trabajo en familia, una mesa en la que se comulga bajo una misma identidad y un patio en el que la amistad se convierte en una motivación más para hacer de nuestros jóvenes, los artífices de un mundo mejor.

Referencias

Cerruti, F. (2006). Lettere circolari e programmi d’insegnamento (1885-1917) [introduzione, testi critici e note a cura di J. M. Prellezo]. Roma: LAS. Peressón, M. (1999). Don Bosco y el trabajo. Documentos de Formación en Tecnología. Bogotá: Profortes 2000. Vojtáš, M. (2022). Pedagogía salesiana después de don Bosco: De la primera generación hasta el Sínodo sobre los jóvenes (1888-2018), Madrid: Editorial CCS.

Todo

cambio necesita de un camino educativo que involucre a todos.

- Papa Francisco"

En un mundo donde el cambio climático se erige como uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo, la urgencia de actuar nunca ha sido tan clara. El deterioro ambiental, la pérdida de biodiversidad y la escasez de agua, es también una crisis de derechos humanos, que impacta a comunidades en todos los rincones del planeta. En este contexto crítico, el Colegio Salesiano de Duitama se compromete a formar una generación de jóvenes conscientes y responsables, preparados para enfrentar los retos que amenazan nuestro planeta.

Por: Ing. Danna Sofía Ortega Díaz.

Coordinadora ambiental Colegio Salesiano Duitama

El sueño de una presencia salesiana hacia el cuidado de la casa común

Desde nuestro carisma salesiano, entendemos que la educación es la clave para transformar realidades. Por ello, a partir de la reflexión institucional y la historicidad de la Presencia Salesiana en diversos entornos y escenarios socioambientales del territorio, se gesta el énfasis institucional y la primera especialidad técnica de la institución, como bachilleres Técnicos en Gestión Ambiental y Social. Este compromiso, no solo responde a la crisis ambiental, sino que también representa un firme compromiso con el futuro. Esta iniciativa busca empoderar a nuestros estudiantes, proporcionándoles herramientas para ser agentes de cambio en sus comunidades. Creemos que la educación ambiental es fundamental para desarrollar una conciencia crítica y activa en nuestros jóvenes.

Ubicados en el corazón de Duitama, en medio de las altas y quebradas montañas del departamento de Boyacá, entre los ríos Chiticuy y Surba; nuestro municipio se caracteriza por su riqueza hídrica y por la presencia de ecosistemas de bosque alto andino y páramo, haciendo de este territorio un entorno con presencia de ecosistemas estratégicos para la mitigación del cambio climático, la disponibilidad del recurso hídrico y la conservación de la diversidad biológica global.

En el marco de este contexto, nuestra presencia salesiana, asume el reto de formar animadores juveniles con liderazgo comunitario, convencidos de la importancia

del cuidado de nuestra casa común, empezando por nuestro entorno local. Por ello, nuestro colegio, desde su ecosistema educativo salesiano, promueve el desarrollo de procesos educativopastorales en “un lugar de la creación”, a través de experiencias y aprendizajes significativos que fomentan la ecología integral, así como transversalidad e interdisciplinariedad en toda nuestra Comunidad Educativo Pastoral. Las líneas de acción que han hecho realidad nuestro sueño incluyen la profundización y práctica de saberes; el reconocimiento del territorio; la investigación; y la transversalidad institucional.

Nuestro sueño, una realidad

La profundización y práctica de saberes se han desarrollado por medio de un plan de estudios para la formación integral en gestión ambiental y social, que abarca desde grado jardín hasta grado once. Esta formación se complementa con la formación técnica a partir de la implementación de un currículo académico técnico evangelizador por competencias, basado en las normas de competencia laboral. Este proceso a su vez se enriquece mediante el desarrollo de laboratorios y experiencias en aulas vivas dentro de la institución. Este año, iniciamos nuestra formación técnica con 30 estudiantes de grado décimo, quienes, con identidad y compromiso, se convierten en la primera promoción de gestores ambientales y sociales de nuestra comunidad educativa.

A través de la línea de acción del reconocimiento del territorio, hemos realizado salidas eco pastorales, con más de 40 experiencias a nivel regional, las cuales promueven un profundo aprecio

Salesianos de Don Bosco - Colombia

por la naturaleza y una mayor conciencia ecológica entre nuestros estudiantes.

Estas actividades buscan sensibilizar a los jóvenes sobre los problemas ambientales, se involucran activamente en la búsqueda de soluciones y participan en la toma de decisiones que afectan su entorno.

El pensamiento crítico y la curiosidad son pilares para la investigación en nuestra institución. Con el Semillero de Investigación en Estudios Ecológicos y Ambientales (SEEA), 26 estudiantes y 5 docentes trabajan en proyectos que integran saberes de diversas áreas. Esta iniciativa no solo enriquece la formación de los estudiantes, sino que también refuerza nuestro compromiso hacia un futuro más sostenible. Este proceso educativo se ha fortalecido gracias a proyectos de financiación entre nuestra Inspectoría y OSFLs Salesianas.

CASA COMÚN

La transversalidad institucional es clave en nuestra misión. Al unir esfuerzos entre la pastoral juvenil y la unidad administrativa, movilizamos a toda nuestra Comunidad Educativo Pastoral hacia acciones concretas en pro de la ecología integral tanto en nuestra institución como a nivel Inspectorial. Desde la gestión de residuos hasta el uso eficiente de recursos naturales, cada paso cuenta. Es por esto que la transversalidad y las alianzas educativas nos permiten compartir recursos, conocimientos y experiencias, multiplicando nuestros esfuerzos en pro de la conservación ambiental y así ampliar nuestro impacto.

Este sueño, que apenas comienza, se basa en la colaboración y el compromiso de todos. Con los pies en la tierra y la mirada en el cielo, aspiramos a promover la ecoesperanza y a contribuir con el cuidado de nuestra casa común, reflejando el evangelio a través del amor y el respeto por nuestro entorno.

Juntos, hacemos realidad un futuro posible en nuestra casa común. Cada paso que damos y cada joven formado en el Colegio Salesiano de Duitama, se convierte en un embajador del cambio, comprometido a contribuir con la construcción de un legado de esperanza y sostenibilidad para las generaciones venideras. La tarea es grande, pero la voluntad y el compromiso de nuestra comunidad son aún mayores. Sigamos avanzando, juntos, hacia un futuro en armonía con la naturaleza.

La educación es, ante todo, un acto de esperanza en quienes nos preceden. - Papa francisco "

Ya ha pasado la primera semana de clases, y Luisito, después de haber llegado a casa y haberse cambiado el uniforme, se va para su mesita de trabajo y empieza a realizar las tareas. La mamá lo observa desde lejos y lo nota tan concentrado y tan dedicado, que no aguanta las ganas de acercarse para ver qué hace. -Hola, Lusito, y ¿qué tarea estás haciendo? El niño deja de escribir en su cuaderno y se queda mirando a su mamá con cierta complicidad. -Mamita, esta es la tarea de español y la quiero hacer de una vez porque con la magia de la profe uno nunca sabe si el tiempo alcance.

La mamá de Luis se quedó muy pensativa, pues eso de una profesora que usa magia no le sonó muy bien. Podría tratarse de alguna “bruja” que asusta a los niños y les infunde miedo. Con tantas cosas que se ven hoy en día todo es posible, así que decide aclarar el tema con su hijo antes de ir a quejarse al colegio. -Dime Luisito, ¿por qué dices que tu profesora sabe magia? Los ojos del niño se llenaron de luz y con mucha seguridad y firmeza le respondió a su mamá: —¡La profe tiene magia porque ella hechiza el tiempo! Y más confundida que al principio, la mamá lanza otra pregunta - ¿y cómo sabes que la profesora es bruja y hechiza el tiempo? – Mamá la profe no es bruja, pero sí tiene poderes mágicos, porque cuando estamos con ella el tiempo desaparece, y sin darnos cuenta suena el timbre y simplemente ya acabó la clase. Ella hace desaparecer el tiempo y todos en el curso nos hemos dado cuenta de eso. Con esa respuesta, la mamá quedó más tranquila, y hasta le dieron ganas de conocer a la “profe encantadora”.

Por: P. Luis Bernardo Mur Malagón, SDB

Delegado Inspectorial para la Familia Salesiana

Párroco y ecónomo de la presencia Salesiana en Agua de Dios.

Elmaestro Luis A. Calvo compuso un himno a Don Bosco. Sí, así es. Este ilustre compositor, considerado uno de los más importantes en el ámbito de la música colombiana, nacido en Gambita, Santander, el 28 de agosto de 1882 y fallecido en Agua de Dios, Cundinamarca, el 22 de abril de 1945, compuso un himno a Don Bosco.

Para poder entender la relación de este compositor colombiano con Don Bosco, se debe tener una aproximación a su vida. El 14 de octubre de 1916 Luis Antonio Calvo descubrió, por medio de la atención médica del doctor Carlos Tirado Macías, que padecía la enfermedad de Hansen, la lepra, por lo que debió ser internado en el lazareto de Agua de Dios, donde más adelante compondría la mayor parte de sus obras. Se le hizo un homenaje en el Teatro Colón como despedida, y el 12 de mayo de 1916 fue recluido en Agua de Dios,

donde los padres salesianos, directores del lazareto, le proporcionaron toda clase de comodidades, obsequiándole una casa a Calvo y su familia. Poco tiempo después de su reclusión le fue obsequiado un piano por parte de la ciudadanía bogotana. Debido a eso, Calvo se dedicó casi por completo a este instrumento.

Es en Agua de Dios, en donde el maestro Luis A. Calvo tiene un acercamiento a la obra de Don Bosco. Ahora bien, en Agua de Dios, existe el museo Luis A. Calvo. Este año 2024, desde el mes de mayo, me encuentro en esta bella población ejerciendo mi servicio como párroco y ecónomo de esta presencia de la Inspectoría San Pedro Claver. En una visita en el mes de agosto al museo me encontré con una bella composición que realizó el maestro Calvo en honor a Don Bosco, titulado Himno a San Juan Bosco.

Me pareció muy interesante que en este año en que celebramos 209 años del nacimiento de Don Bosco y 200 años de su sueño que trazó su misión en favor de los niños y jóvenes, presentara esta pieza musical. No pretendo realizar ninguna exégesis del mismo, pero sí resaltar algunos aspectos.

El Maestro Luis A. Calvo, le da varios apelativos a Don Bosco: Padre, Apóstol, padre benigno y manso, padre dulce pastor. Por su puesto, sobresale su paternidad. De igual manera, llama la atención la comparación de Don Bosco con cierto tipo de flora: guirnaldas, azucenas. Por otro lado, le da unos adjetivos que plasman las características de la persona del santo de la juventud: dulce, sonriente, suave, todo bondad, dulzura y mensajero de la virtud.

Y no podía faltar, que el maestro Luis A. Calvo, en el himno en honor a San Juan Bosco, subrayara su misión: tú que pasaste casta paloma, curando heridas, clamando penas, vertiendo en torno plácido aroma como lo esparcen las azucenas. Una misión que sigue siendo actual para cada uno de los que se llaman hijos de Don Bosco. Misión tan actual en un mundo herido, en un mundo que sufre de dolor y en un mundo que añora aromas de amor.

Pues bien, qué interesante es ver que Don Bosco no tiene fronteras, que el rinconcito blanco de Agua de Dios, como lo llamaba el beato P. Luis Variara, a este bello municipio, un ilustre compositor colombiano, le compuso esta bella pieza musical en honor a Don Bosco.

PARA PODER ESCUCHAR

ESTE HIMNO, PUEDE

ESCANEAR EL SIGUIENTE CÓDIGO QR:

Salesianos de Don Bosco - Colombia
El próximo Jubileo es nuevo renacimiento percibimos como Papa

es signo de un que todos urgente. Papa Fransisco

JUBILEO 2025

En el marco del Jubileo que se llevará a cabo el próximo año 2025, el Papa Francisco ha mencionado en diferentes oportunidades la frase “Peregrinos de la Esperanza” y ha sido enfático en qué son los jóvenes los que galardonan este llamado, un llamado que verdaderamente viene de Dios, un llamado con nombre propio y que nos invita a responder con amor la misión propia y de la Iglesia.

Decir que los jóvenes son los peregrinos de la esperanza puede sonar, por un lado, un poco egoísta pensando en que otras etapas de la vida no lo sean, no obstante cada etapa del ser humano ha llevado la esperanza en sus corazones y la ha materializado de diferentes formas en diferentes momentos de la historia.

Por otro lado, peregrinar la esperanza, llevarla a todos los rincones incluso a los más profundos del corazón, es una responsabilidad grande que compromete a los jóvenes a trabajar fuertemente en las diferentes dimensiones del ser humano por el ser humano (física, social, intelectual, espiritual, volitiva, mental, etc), es una tarea que les implica ser diferentes a los demás y que les permite ver más allá de lo que otros logran ver ¡no es una tarea fácil!, ahora la pregunta es:

LOS JÓVENES SÍ ESTÁN

PREPARADOS Y CAPACITADOS

PARA SER PEREGRINOS DE LA ESPERANZA?

Debemos reconocer que los jóvenes a lo largo de las generaciones han demostrado tener valor y vigor para materializar las cosas y han generado un impacto en la línea del tiempo, no podemos decir que todos hayan actuado de manera correcta o que hayan tomado decisiones acertadas para hacer que el mundo cambiara un poco generación tras generación, pero han hecho ruido, esto demuestra que los jóvenes tienen esa capacidad y la fuerza de hacer y de impactar el contexto que les rodea, somos conscientes también de que los jóvenes pueden ser influenciados e influenciar y moldeados o moldear por y en los contextos y las personas y esto puede significar un riesgo o una oportunidad. En la actualidad y con todo lo que se nos presenta en los medios, en las redes sociales y los ambientes vulnerables podríamos decir que nuestros jóvenes son influenciados en masa y no precisamente de manera positiva, siendo esta realidad un riesgo no solo para el joven sino aquello que lo rodea, partiendo de esta problemática podríamos inferir que nuestros jóvenes no están preparados para ser peregrinos de la esperanza, pues si no pueden con su propia realidad ¿cómo lo harán en la de otros?, esta perspectiva es la que comúnmente se nos presenta sobre los jóvenes, ¿pero es totalmente verdadera?

COMO DIRÍA EL PAPA FRANCISCO “HACIENDO

LÍO”

Si pudiéramos tener la posibilidad de detenernos en cada contexto y rincón del mundo, si escucháramos más y habláramos menos sobre los jóvenes, nos daríamos cuenta de que los juzgamos mal, no nos imaginamos cuántos jóvenes están haciendo tanto bien en el mundo: solos, acompañados, con miedos, con realidades, con defectos, con errores, con virtudes, algunos donde se les escucha más y otros donde los silencian, pero están haciendo ruido, y es que hacer lío es salir a la calle a defenderse de toda mundanidad, aunque no creamos hay miles de jóvenes haciendo lío. Un claro ejemplo de este “lío” se visualizó en la JMJ en Lisboa Portugal 2023, jóvenes que venían de todas partes del mundo, que estaban congregados, no solo por la invitación que el Papa les hizo sino porque necesitaban algo: ser saciados, amados, escuchados, valorados, sanados, reconocidos, involucrados; esta experiencia nos permitió ver con claridad que existen muchos jóvenes en el mundo que son diferentes, que les gusta ser diferentes y que hacen las cosas diferentes, jóvenes protagonistas del cambio, buscando la manera de hacer el bien con actos de servicio concretos y el lenguaje universal de la fraternidad aún en medio de la diversidad cultural es lo que encuentros como este nos impulsa a seguir creyendo en la juventud y su fuerza transformadora, gracias a ellos, a su voz, a su esfuerzo y a su empuje hemos alcanzado grandes logros, sociales, ambientales, políticos y eclesiales que aún puede costarnos reconocer.

A la pregunta inicial y relacionando lo anterior, puedo decir que los jóvenes son tan capaces y aunque creamos que no están tan preparados, tienen la ilusión y las ganas de dejar un mundo mejor y perfectamente pueden ser peregrinos, no solo de la esperanza sino de la verdad, si caminamos con los jóvenes y nos damos la oportunidad de hacer lío con ellos podremos restaurar y profundizar nuestras raíces como Pueblo de Dios generando una verdadera conciencia de los problemas y un espíritu de constante superación.

Apostemos para que los jóvenes se sigan formando de manera integral, busquemos espacios de encuentro de amistad con Jesús, vivamos la Eucaristía, la oración, espacios donde los jóvenes puedan tener un lugar de fraternidad, diálogo y acción, invitándolos a ser agentes activos de cambio, solidaridad y esperanza, impulsados por el amor, la justicia y la misericordia.

JUVENTUD Y ESPERANZA Transformando Ciudad Bolívar desde el corazón del MJS

En el corazón de Ciudad Bolívar, un grupo de jóvenes ha encontrado un propósito compartido que los impulsa a cambiar su entorno: el Movimiento Juvenil Salesiano (MJS) del Centro Juan Bosco Obrero (CJBO). Inspirados por el legado de Don Bosco y en alianza con la Pastoral del CJBO, estos jóvenes se han embarcado en una misión social que enfrenta la pobreza y la falta de oportunidades en esta comunidad.

En zonas vulnerables como Rinconcito de Arabia, Cóndor y Colibrí, la precariedad es una realidad cotidiana. Familias migrantes, muchas de ellas encabezadas por madres solteras, viven en viviendas improvisadas, carentes de servicios básicos como agua potable y electricidad, y enfrentan la inseguridad creciente. Las viviendas, construidas con materiales precarios en terrenos inestables, reflejan la fragilidad de la vida en estas invasiones, donde la violencia, enraizada en dinámicas de microtráfico, crea un ambiente de constante temor y conflicto.

En medio de estas adversidades, el MJS se levanta como un faro de esperanza. Integrado por jóvenes entre 14 y 28 años, el movimiento ofrece apoyo a niños, niñas y adolescentes que, como ellos, enfrentan duras realidades.

Motivados por sus propias historias de superación, estos jóvenes se reúnen dos veces por semana para fortalecer sus habilidades sociales y de liderazgo, con el objetivo de llevar a cabo actividades lúdico-educativas en las comunidades. A través de juegos, dinámicas recreativas y talleres de catequesis, fomentan la participación activa de los niños y jóvenes en la transformación de su entorno, inculcando valores fundamentales como el respeto, la solidaridad y la empatía.

El MJS no solo crea espacios seguros para que los niños y jóvenes disfruten y aprendan, sino que también actúa como un catalizador para la organización comunitaria y el fortalecimiento del tejido social. Este enfoque integral y colaborativo es crucial para enfrentar los complejos problemas que afectan a la comunidad.

La historia del MJS en Ciudad Bolívar es un testimonio viviente de que el cambio es posible, incluso en los contextos más desafiantes. Cada actividad, cada taller, y cada interacción son pasos hacia un futuro más esperanzador, reflejados en las vidas transformadas de aquellos a quienes impactan. Areydis, madre de tres hijos en la invasión El Cóndor, comparte: "Gracias a los encuentros en el territorio, mi vida ha cambiado por completo. Un día llegaron los chicos del MJS a hacer actividades y nos conocieron... me ofrecieron la posibilidad de realizar un técnico en corte y confección, y ahora incluso me han ofrecido trabajar allí. Con ganas y esfuerzo y Dios de por medio todo es posible. No podría estar más agradecida".

Niños que antes conocían solo el temor ahora sonríen con confianza, como Miguel, de 11 años, quien cuenta: “En mi barrio no hay

canchas donde pueda jugar tranquilo, pero en el Bosco voy cada dos días a entrenar y hasta competimos algunos fines de semana. Lo único que no me gusta es que hay sábados que me pierdo los juegos con el MJS, donde nos lo pasamos genial”. Jóvenes que se sentían atrapados en un ciclo de desesperanza encuentran un propósito y un camino hacia un futuro mejor. Carolina, otra beneficiaria, dice: “Antes solo iba del colegio a casa y ahora tengo muchas amigas con las que puedo bailar, y he podido cumplir mi sueño de participar en un desfile de modelos”.

El compromiso del MJS reafirma que el futuro está en manos de quienes habitan el territorio. Con cada acción, estos jóvenes construyen un legado de esperanza, compañerismo y solidaridad que impactará a generaciones futuras. En esta revolución silenciosa, los jóvenes de Ciudad Bolívar están escribiendo su propia historia de resiliencia y esperanza, demostrando que el verdadero poder reside en la comunidad.

La Pastoral del Centro Juan Bosco Obrero (CJBO) reconoce que la erradicación de los problemas estructurales es un desafío que requiere un esfuerzo conjunto y sostenido. Su intervención, basada en el liderazgo juvenil del MJS, apuesta por una transformación auténtica de los escenarios de marginalidad y pobreza donde trabajan. No obstante, para generar un impacto eficaz y duradero, es necesario un enfoque interinstitucional que incluya la colaboración con entidades gubernamentales, instituciones educativas y organizaciones locales. La transformación genuina de la comunidad en Ciudad Bolívar requiere un trabajo colaborativo que construya un entorno de inclusión y bienestar para las generaciones presentes y futuras.

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