♦ Nombre completo: Guenevire Berksmond ♦ Apodo: Lady Mechanika ♦ Edad: 27 ♦ Género: Femenino. ♦ Orientación sexual: Heterosexual ♦Residencia: Nilakal ♦Social: Común, aristócrata ♦ Empleo: Dueña del burdel Mechanik Paradise ♦ Objetivos: Vengar a sus difuntos padres así como ayudar a cada mujer que lo necesite.
♦ Descripción Psicológica: Guenevire ha sido una mujer marcada por grandes tragedias durante su vida por lo cual ha desarrollado un carácter fuerte, el tiempo la llevo a dejar de lado sus sentimientos y emociones, pues para sobrevivir en un mundo injusto y cruel se tiene que tener la cabeza fría, ha desarrollado un odio hacía la mayor parte de los hombres causado por aquellos que abusaron de ella, en consecuencia busca la manera de castigar a aquellos que han cometido actos crueles sean físicos o psicológicos en contra de las mujeres, muchos de ellos desaparecen después de visitar el Mechanik Paradise por mano de las mujeres que ahí laboran. ♦Descripción Física: Una mujer de 1.73m, de piel blanca y facciones angulosas. Tiene un cuerpo envidiable para muchas, su voluptuosa figura atrae las miradas de cualquier persona sea hombre o mujer. Su belleza es cautivante pues no existe otra igual, sus atrapantes ojos color carmín rodeado de un negro intenso como el abismo cautivan a los hombres y su exuberante cuerpo los atrae directo a la trampa que son sus sentimientos hacía ellos. Gran parte de sus brazos son de metal, unas elaboradas prótesis que ella misma ha diseñado y mejorando con el tiempo, fuertes y mortales como ella. De gran agilidad al moverse y al momento de luchar, con una fuerza mayor a cualquier hombre debido al fulmus. Posee una gracia distintiva como la de una depredadora observando a su presa de manera cautelosa y elegante. ♦ Destrezas: Hábil con las máquinas y en el diseño de las mismas Guenevire ha aprendido a utilizar cualquier pieza de metal para construir mecanismos como sus brazos, autómatas o armas. No solo es buena con la construcción de armas ella sabe utilizarlas con maestría, excelente tiradora aunque no cree que teniendo un arma grande sea gran ventaja, viviendo en las calles aprendió a luchar contra rivales de mayor tamaño con sus brazos estáticos, a estas alturas eso no representa gran reto.
♦ Gustos: Guenevire colecciona armas y algunas joyas, ama lo frio del metal en una buena cuchilla. Adora el sentimiento de victoria sobre los hombres como castigarlos de maneras crueles. Le gusta el buen vino y una buena cena bajo las estrellas ya que le recuerdan lo insignificante y maravillosa que puede ser la vida, esto no significa que como mujer no se sienta atraía por los finos ropajes que le confeccionan a medida y en diversos estilos. Su mayor pasión es su negocio con el cual obtiene información sobre todo y todos. ♦ Disgustos: Odia que sus planes no se lleven según lo pensado, esto le causa gran molestia y estrés. Odia a los hombres que sienten que son dueños del mundo que pueden hacer lo que quieran sin consecuencia alguna en especial al tratar a las mujeres lo cual es extraño pues su negocio es la venta del placer. ♦ Extras: Suele llevar un pequeño reloj de bolsillo dado que siempre tiene todo planeado. ♦ Equipo: Guenevire suele estar acompaña de algunas armas aparte de sus brazos.
Muchos rumores se han dicho sobre una fina dama perteneciente a los altos círculos sociales de Nilakal, nadie sabe con certeza de donde viene o a que se dedica, algunos dicen que viene de donde los exiliados se ocultan, otros dicen que es la amante de un miembro de la familia real. Todos rumores sin fundamento alguno, verán hace años tuve el enorme placer de conocer a tan enigmática mujer, les contare su historia, o al menos la que conozco y la cual me ha contado. Genevire Berksmond era la hija de una adinerada familia cuyo negocio principal eran los astilleros, su madre como al igual que cientos de personas trabaja en la gran mente de Nilakal desarrollando nuevas tecnologías y contribuyendo a los avances de las actuales, su padre por otro lado, visionario por naturaleza, quería conquistar los cielos con sus magníficos diseños de aeronaves mientras trabajaba en los talleres de la gran mente. Al conocerse fue un choque instantáneo de sentimientos, ambos hacían una pareja perfecta, tan diferentes y a la vez parecidos. Al consumar su matrimonio la pareja abandono su estabilidad para realizar sus sueños, fue así como nació Berksmon Mechanik Industries, la cual se convirtió en una de las empresas más importantes de la isla, fabricaban todo tipo de vehículos y su obra prima las aeronaves, los astilleros de la pareja se encontraban en toda la isla para cumplir con la demanda. Todo era ideal en sus vidas pero no perfecto, ellos sentían que faltaba su obra maestra, un heredero o hereda del imperio que habían construido con su esfuerzo. Fue así como fue concebida Guenevire, su madre nunca abandono sus responsabilidades en la industria al igual que su padre esa puede ser la razón de las habilidades de su hija respecto a la mecánica. La niña fue criada entre lujos recibiendo todo lo que pudiera imaginarse pero aun así sus padres no querían que al crecer se convirtiera y fuera educada para ser una esposa trofeo como el resto de las jóvenes del círculo social al que pertenecían. Desde niña en su tiempo libre Guenevire asistía a su padre en las labores del astillero principal, donde se fabricaban las naves más grandes e importantes así como a su madre en el desarrollo de las nuevas. Ella nunca presto objeción pues le fascinaba lo que se lograba en aquel lugar, observaba a los peones trabajar día y noche en las enormes estructuras hasta convertirse en los imponentes navíos que sus padres habían imaginado. Guenevire no fue como las demás señoritas, ella asistía a una de las mejores instituciones de Nilakal divida entre hombres y mujeres, nunca estuvo conforme con la educación que recibía en aquel lugar pues a las damas solo se les enseñaba como ser una buena esposa y brillar en sociedad, cosas que para sus padres no eran relevantes. Cuando tenía la oportunidad saltaba sus clases de baile, odiaba las lecciones, siempre perfeccionando la misma y monótona coreografía. Tenía un amigo con gran habilidad para la maquinaria, le enseñaba a ella cada vez que podía ya que sus padres no disponían del tiempo. Entre los dos lograron convencer a un profesor para que aceptara dar clases a la Guenevire, con la única condición de que el joven se hiciera cargo de los posibles desastres de la señorita.
Su familia apoyaba sus acciones que a ojos ajenos resultaban repulsivas, todo fuera por un futuro mejor decían ellos el cual la llenara como persona. Nadie estaba preparado para los horribles acontecimientos que estaban por pasar. La familia Berksmond se preparaba para dar una fiesta en honor a Guenevire, sería presentada como una debutante, tenía la mayoría de edad y la noche prometía una agradable velada… Nadie hubiera predicho lo que preparaba la noche. -Gracias por contar mi pasado, a partir de aquí les contare mis tragediasAquel día era prometedor para mi familia, no por el hecho de ser presentada en la alta sociedad, no, era por la mujer en la que me estaba convirtiendo, recuerdo la mirada de orgullo y llena de recuerdos de mi padre al igual que las lágrimas de mi madre mientras me ayudaba a ajustar el vestido, nuestro hogar se había convertido en un palacio a la espera de la realeza, los cristales de los candiles brillaban como pequeñas estrellas, los cubiertos pulidos cual espejos, los arreglos florales invadían todos los espacios inundando con su dulce aroma todo el lugar. Me acompañaría el único hombre que en verdad me comprendía y complementaba. Los invitados llegaban de par en par, se les presentaba ante los presentes como lo marcaba el protocolo, caballeros en trajes negros como la noche y las damas en largos y espumosos vestidos cubiertos de encaje o gemas, todos diferentes y con el mismo propósito, opacar a la de al lado. Sentía como me consumían los nervios estar frente a todas esas personas sintiendo sus miradas inquisidoras, analizando en busca del más pequeño de los errores – Pequeña no te atormentes este es tu día y ninguna de esas frívolas personas tiene el derecho de opacarte, criticarte o siquiera observarte con desprecio- las palabras de mi padre resonaban en mi cabeza –Corazón, sé que insististe en no tener este evento pero debes comprender que se trata de algo que debe celebrarse tanto por protocolo como por gusto, sal y deslumbra con tu belleza, atrae las miradas y atrápalos con tu carácter- de cierta manera sus palabras me reconfortaban. Todas las chicas que conocía morían por tener su noche, un evento glamoroso, magnifico, en honor a ellas y yo… yo solo quería huir de algo así, todo el arreglo me molestaba. Sentía como si el vestido me encadenara al piso de la habitación, vi como salían de la habitación para dejar paso a mí querido –Espera afuera por favor, aun no estoy lista- dije dándole la espalda, no permitiría que me viera de esta manera, escuche el cerrar de la puerta. Caí ante la banalidad del momento, me retoque el maquillaje, me puse un poco de perfume, tome el valor para abandonar por fin la habitación. Caminaba por los pasillos como si arrastrara cadenas las cuales me impedían moverme con facilidad, llegue a la puerta que daba el gran salón, escuche la presentación para mi entrada, se abrieron las grandes puertas al ritmo de la orquesta sentí como las miradas se clavaban en mi como si fueran cuchillas, sonreía a cada paso que daba hacia el centro del salón donde me esperaban mis padres y mi galante acompañante para dar comienzo al baile.
El abrazo de mi madre y el beso en la frente de mi padre dieron comienzo al baile en los brazos de mí amado. El dulce vals calmaba mis nervios, me arrullaba en sus brazos con cada paso que daba, la velada comenzaba a tener un poco de sentido para mí, ya no la veía como algo puramente superficial se había convertido en algo sumamente especial, un momento que atesoraría para toda la vida, me sentía dichosa en aquel momento, llena de vida... Una lástima que ese sentimiento no llegara a más, la fiesta continúo después de la cena, se escuchaban las dulces melodías de la orquesta, las cuales te atrapaban en una atmosfera soñolienta. Tomamos asiento en uno de los grandes sillones del salón, conversamos hasta el punto que no fue necesaria palabra alguna para continuar comunicándonos, una cosa llevo a la otra y fue ahí cuando supe que él sería el único hombre en mi vida. Él me había robado mi primer beso con tal gracia que parecía que yo lo pedí, en el fondo lo pedía cada vez que lo veía pero nunca tomaba valor para dar aquel, hasta que él por fin tomo la iniciativa. Sus manos grandes y trabajadas tomaron mi rostro suavemente, el momento era perfecto pero, la noche era larga y nadie estaba preparado para lo que venía, la fiesta termino y solo quedaban mis padres charlando en el salón, nos acercamos a platicar un momento para despedir a mi acompañante, hablaron un poco e intercambiaron agradecimientos, nos acercamos a la salida trasera pues yo insistía en hablar un poco más en los jardines, jugamos en el camino cuando un grito corto la atmosfera romántica que nos rodeaba, un grito ensordecedor y terror, aquello me hizo correr hacia el salón a toda velocidad entre para ver como unos hombres vestidos de negro destrozaban el lugar y golpeaban a mi padre, mi amor auxilio a mi madre pero se vio rebasado por la cantidad de aquellos maleantes –¿Corre Guenevire! ¡CORRE!- me quede en shock un momento para comenzar a correr hacia los jardines, corrí tan rápido como las piernas me lo permitieron, mire hacia atrás solo para ver la devastación que había llegado, las ventanas de mi hogar estallaron en pedazos, la mansión ardía y yo solo corría por mi vida escuchaba los gritos provenientes de la mansión llenos de agonía y las voces de aquellos hombres –No dejen que escape, no podemos terminar el trabajo sin ella- aquellas palabras me daban la fuerza para continuar corriendo, pase sobre arbustos con espinas que desgarraron el vestido, me adentre al pequeño bosque que se encontraba en la propiedad en busca de una pequeña cueva, me adentre en ella con lágrimas en mi mejilla. Me oculte lo mejor que pide mientras cubría mi boca con mis manos para no llamar la atención con mi llanto, el silencio se había apoderado del lugar y me daba la esperanza de que todo había llegado a su fin, me preparaba para pedir ayuda, de la nada se escucha un movimiento entre la yerba, un sonido amenazante, mi corazón se aceleró y simplemente me mentalice a aceptar mi muerte y una tortura, llore mientras aquellos monstruos se adentraron a sacarme de mi escondite, luche con las pocas fuerzas que me quedaban, comenzaron a golpearme como si fuera un saco de arena, intentaron ultrajarme pero uno de ellos encontró una mejor tortura. Aquel hombre llevaba el rostro cubierto, vestía como si fuera un pirata o algo similar, saco un sable para poner la punta en mi cuello y deslizarlo por mi cuerpo –Tienes unas hermosas manos dulzura- me alzo con un brazo e intento
plantarme un beso, yo no hice más que escupirlo, me lanzo bruscamente –La perra tiene carácter- después de aquellas palabras solo sentí un fuerte dolor, aquel sucio hombre me había cortado los brazos de un tajo. Aquello fue doloroso pero no el final, se extasiaban con mis gritos de agonía, incluso comenzaron a cantar al son de los mismo, uno de ellos tomos un par de ramas secas y las clavo como si fueran el remplazo de mis brazos, me levantaron y bailaron conmigo como si fuera una muñeca rota –Te gusto tu baile princesita- sus palabras me causaban más daño que las heridas, estaba cansada y por poco totalmente desangrada, el momento que deje de llorar y mi respiración fue más lenta me tiraron como un simple objeto y me dieron por muerta. Al despertar me encontraba destrozada de muchas maneras, grite pidiendo ayuda pero nadie respondía, me arrastre por horas hacia los restos de los jardines que no habían sido consumidos por el fuego, deje de intentarlo cuando llegue a la escalinata de la puerta trasera, después de eso solo recuerdo haber despertado en un centro médico, rodeada de doctores, escuchaba sus palabras de pésame y a las enfermeras murmurar mi tragedia, comencé a llorar nuevamente, con la mirada buscaba mis brazos y solo corrobore que no había sido una cruel pesadilla. Lo que observe no fue más que una especie de prótesis de metal hueco, no sabía si se usó para parar la hemorragia o simplemente los pusieron ahí para no sentirme como un desecho de mujer, el daño había sido tal que no me quedaba nada que perder más que la cordura, esa noche vi desvanecerse todo lo que me importaba y aquellos bellos momentos se habían convertido en memorias que atesoraría en el fondo de mi corazón. Aquella fría noche había muerto una joven, un ser puro e inocente, de ella no quedo más que un alma oscura llena de rabia, rencor e ilusiones de venganza contra los causantes de su tragedia. Aquel crudo invierno no solo trajo tormentas también una vida nueva. Los grandes banqueros de Nilkal habían visto la oportunidad perfecta para obtener unos cuantos gems extra, decidieron que no era apta para tomar posesión de lo que me correspondía, argumentaron que desde la noche del accidente como ellos lo nombraron, no tenía la capacidad mental necesaria para manejar semejante suma, convencieron a todas las personas para que pensaran que quede desquiciada y que no era más que otra loca para los sanatorios mentales. Todos aquellos supuestos amigos de la familia le habían dado la espalda a mi difunto padre, aquel que los había ayudado sin importar, inconformes con eso me sangraron monetariamente, ¡Que me quedaba!, a quien podía acudir, mis padres no tenían familiares vivos y yo… yo era huérfana más en un mundo injusto. No sabía qué hacer, qué medidas tomar, vague por toda la isla tratando de hacer todo tipo de trabajos para poder subsistir lo que no me era sencillo con las prótesis. Dormía en albergues cuando tenía la oportunidad o en las mismas calles de la isla, junto con otras jóvenes que se encontraban en la misma situación, la vida de una mujer era difícil y más es este tipo de situaciones, en la calle aprendí a sobrevivir, a luchar y actuar con cautela. Algunas de las chicas no conseguían nada de trabajo se vieron en la necesidad de
convertirse en samaritanas del amor, vendían fantasías y placer a cualquier hombre, yo no era capaz de eso y solo les brindaba apoyo cuando intentaban golpearlas o huir sim pagar, después de todo, aquellas mujeres se habían vuelto mi familia, fueron vitales para la creación de mis brazos, ellas me acercaban piezas metálicas y diversos mecanismos para mejorar mis estáticos brazos, algunas con gran destreza manual seguían indicaciones para crear el complejo mecanismo que había ideado, aquellos brazos tomarían al igual que los gigantes protectores de Nilakal tomarían la energía de la misma sustancia, el fulmus. El diseño era un complicado engranaje y diversas piezas únicas, ya habían pasado seis meses desde que vivía en la calle junto a las demás, era momento de colocar la invención en su lugar, la expectativa era enorme al igual que las esperanzas de mi nueva familia así como las mías. Para ello cada brazo debía encajar perfectamente con la placa de metal que habían colocado los médicos la cual había sufrido ciertas modificaciones para que las prótesis entraran en contacto con el musculo, nervios y hueso, el proceso fue doloroso, los resultados se comenzaron a ver hasta el tercer día, la recuperación era lenta al igual que el proceso de animación de los brazos. El quinto día podía mover un poco los dedos al igual que la muñeca sin embargo esto no representaba ventaja alguna, el proceso no era lento por la aceptación de mi cuerpo a las nuevas partes, si no, por el peso de las mismas. Había creado algo único y ciertamente útil con el inconveniente del peso, necesitaba una mayor cantidad de fulmus para moverlos con mayor velocidad. Pensaba como mejorarlas en poco tiempo, necesitaba trabajar para abandonar las calles y buscar oportunidades para incorporarme a la gran mente y la respuesta era simple, usaría los mismos elementos que usaban los científicos de Nilakal en el desarrollo de las nuevas tecnologías, era algo fascinante el hecho de que los gigantes de piedra se movieran con una gracia casi humana, la respuesta siempre estuvo ahí, cambiamos algunas piezas de un peso considerable por unas más ligueras, sustituimos el núcleo por uno más eficiente aumentando la cantidad de fulmus empleado. Los resultados fueron extraordinarios, la velocidad del mecanismo era comparable a la de un joven en excelente condición física, y la fuerza era algo sobre humano, pero no todo era maravilloso, aquello que me había brindado una nueva oportunidad había modificado de alguna manera mi cuerpo, mi cabello se había tornado de un negro azulado y el color de mis ojos se había vuelto rojo por la sangre que había comenzado a rechazar las sustancias emitidas por el fulmus. Estaba hundida en el pánico, temiendo una vez más por mi vida, sin idea si quedaría ciega o llegaría a morir por una intoxicación, las chicas preocupadas habían juntado sus ganancias para conseguir la ayuda de una vieja curandera proveniente de Smarag, aquella anciana no era conocida más que por las mujeres del bajo mundo, se decía que podía devolverle la salud a las moribundas sin gran esfuerzo y era verdad, preparo una especie de elixir con algunas hierbas, cosas extrañas y un toque del mal que me aquejaba, fulmus, como era posible que aquello que me dañaba me causara algún bien. La anciana advirtió que tomaría ese brebaje por el resto de mi vida o hasta que encontrara la manera de no depender del
fulmus, acto seguido tomo unas pocas provisiones dejando de lado el dinero. Le debo tanto a esa noble mujer. Paso un mes hasta que pude levantarme por mi misma, los malestares que me aquejaban habían desaparecido y por fin, los brazos se volvieron parte de mi cuerpo, el precio fue estético, mi cabello se tornó negro al igual que mis globos oculares, el iris de un rojo carmín sobresalía entre el negro como una luna sangrienta, aquello solo endurecía mi imagen y la convertía en algo mecánico como los autómatas que se observaban en las ciudades, habían pasado ocho meses, seis viviendo en la calle, uno de desarrollo y otro enferma. Ya nada ni nadie me detendrá, tengo los brazos para continuar con mi lucha, me decía a mí misma cada día, solo faltaban los medios para continuar, medios que el banco me otorgaría por las buenas o por las malas, reclamaría lo que por derecho me pertenecía. El plan era simple llegar con aquel viejo desagradable y causarle un escándalo, me acompañarían dos hermanas, antes de dirigirnos hacía su despacho tomamos un poco del dinero ahorrado durante meses, llegamos a una pequeña tienda de vestidos, donde la dueña nos ayudaba siempre que podía con comida, ropa y unos cuantos gems, dimos nuestro pequeño presupuesto buscando alquilar una prenda, mencionamos pequeños detalles de nuestra misión, acepto sin titubear, acto seguido nos aseamos y alistamos para proseguir con nuestro objetivo. Llegamos a aquel ostentoso despacho el cual redecoro como si fuera un palacio, entramos separadas para no llamar la atención colocándonos por el vestíbulo entre los clientes y visitantes pertenecientes a la milicia y nobles familias. La asistente me hizo pasar primero, el plan fluía perfectamente. Tome asiento en el frío y marrón sillón de cuero mientras observaba como servía un par de vasos de licor –Veo que no me recuerda señor pero yo a usted si- me observo curioso, aproveche el momento para acomodarme el escote de manera que mostrara un poco más así como adopte una pose sugestiva hacía él –Como olvidar una belleza tan abrumadora como la suya hermosa dama- había mordido el anzuelo, se acercó sin dudar cortando el corsé y parte de la blusa, no pensó que era una trampa, me tiro sobre su escritorio haciendo un escándalo mientras comenzaba a desgarrar el fondo del vestido, el momento era perfecto -¡Ayuda!- aquel primer grito debió escucharse por toda la calle –Intenta mancillarme- al segundo entraron los hombres pertenecientes a la milicia al lado de unos guardias, su reacción fue impresionante, lo llevaron entre gritos y forcejeos. Lloraba desconsolada en brazos de un guardia mientras pensaba en el éxito de la estrategia usada, mis acompañantes declararon como testigos al igual que su asistente, la pena era grave pues al mencionar mi nombre le obligaron a pagar todo lo que me había arrebatado y a cederme su fortuna como sus propiedades, lo declararon culpable de un intento de violación así como de difamación hacía mi persona con el fin de robar la herencia, un día sumamente esplendido y lleno de alegrías y victorias.
Regresamos a nuestro escondite a celebrar la victoria, recuerdo las caras de felicidad, decidimos llevar un gran banquete para todas las mujeres incluyendo a la dueña de los vestidos y a la vieja curandera que de alguna forma se enteró de lo sucedido. Fue la primera noche que no tenía penas o pensamientos sobre un futuro incierto. Al amanecer tome mis cosas para dirigirme a realizar el papeleo de las nuevas propiedades, recuerdo que regrese con un centenar de llaves en mis manos para darles la noticia de que a partir de ese día no pasaríamos más frio o hambre, la respuesta no fue la que esperaba, sus rostros estaban alegres por mí pero tristes en el fondo, decían que no podían acompañarme en esta fase de la vida, no sería aceptable que vieran a una dama como yo en compañía de mujeres como ellas, llore como hace mucho no lo hacía, no me importaban las apariencias yo solo quería vivir en compañía suya, continuaban argumentando sobre el hecho de ser cortesanas. Eran más que simples cortesanas para mí, pero no podía cambiarlo era su forma de vida a menos que… Vivieran lejos pero bajo mi techo, la respuesta llego como un viento gélido –Vivirán bajo mi techo sin estar a mi lado, tendrán todo y continuaran trabajando- los restos de la vieja mansión que aún se mantenían de pie servirían de hogar y lugar de trabajo para todas, se convertiría en un burdel. Sobre aquella vieja estructura se alzó el Mechanik Paradise, se remodelo la mansión por dentro convirtiéndola en un palacio lleno de placeres, la fachada se reforzó pero se mantuvo el aspecto viejo del lugar, si bien, había logrado levantar un burdel aceptado por la ley no significaba que podría estar a la vista de todos, era un secreto a voces. Los meses transcurrieron y el lugar tomo forma, no paso mucho antes de que las personas hicieran famoso al Mechanik Paradise en todo Nilakal. Construí un impero por así llamarlo y aun no pierdo el interés en encontrar a los culpables de mis penas pero por el momento me conformo con recabar información sobre todo el mundo gracias a mi chicas, un negocio como este no se mantiene a flote solo por el servicio aunque he de admitir que no solo damos placer, para aquellos hombres que han causado penas a sus mujeres o a otras buscamos la manera adecuada de que rectifiquen sus actos y no mostrar algún cambio bueno… un patán menos en la sociedad no lo extraña nadie. Fue así como me convertí de cierta manera en una leyenda urbana, el negocio iba bien, las ganancias eran bastantes, pero esto no era suficiente y todas estamos conscientes de ello, por lo que se decidió recopilar información sobre los clientes que frecuentaban el lugar, de esta manera asegurábamos la protección de la guardia, era un truco sucio usar aquella información como chantaje ante los grandes rangos y cabezas de las nobles familias, lo admito no era algo para sentirse orgullosa pero esto me daba seguridad incluso algo de
poder sobre aquellos hombres, tenía la información necesaria para causar algunas revueltas o grandes disputas familiares y valla que disfruto de ese pequeño poder que poseo sobre ellos. Un año sumamente atareado, el negocio seguía creciendo día a día, el burdel se encontraba en constante cambio como los actos del mismo, ya no me era grato que fueran a comprar placer, así que implemente una nueva medida, aun tendrán el placer de antes solo que ya no será carnal ahora todo serán fantasías, no se podían quejar aquellos pobres diablos, el concepto había cambiado, ya no era solo sexo, ahora tendríamos bailes, cantantes, bebidas, un show espectacular, maravilloso muy diferente al inicio del burdel. Cientos de personas trabajando día y noche en la vieja mansión para convertirla en un teatro con un gran salón central, se amplió el lugar como el personal, muchas chicas llegaron por su cuenta yo solo me encargue de reclutar a las que servirían de elementos de seguridad. La vieja curandera y la costurera aún continuaban trabajando entrenando a algunas mujeres para que las ayudasen con las medicinas y los extravagantes vestuarios llenos de gemas. Pronto me hacía falta gente para la barra como personas que atendieran las mesas por lo cual me di a la tarea de buscar personas necesitadas para que ocupasen las nuevas vacantes, me tomo una semana encontrar quien trabajara pero me había dado un poco de curiosidad la muerte de un viejo, le conocía por las historias de algunos clientes, respondía al nombre de Mûrdóg, en sus días gloriosos surco los cielos para terminar como un mecánico en el viejo puerto, sabía de buena fuente que no tenía familia excepto un joven huérfano el cual adopto de niño. Lo observe a distancia y pareció ser buen material, quizás no para ser parte del show, pero me sería útil en algún momento así que me acerque a darle mi propuesta de trabajo la cual mal interpreto y rechazo rotundamente. Pasaron los días, regreso como había planeado, la oferta seguía en pie sin embargo las condiciones eran distintas, se encargaría de la barra vestido de mujer, después de todo no se vería bien un chico en semejante lugar. Acepto mis términos y desde hace dos años es el primer y único hombre que trabaja en el burdel, las chicas lo tratan como su hermano menor y homosexual por alguna razón, se volvió una más del grupo de cierta manera. Actualmente me ha sido fiel, ha obtenido cierta información de interés gracias a su peculiar belleza. El negocio ya no era solo un mundo de fantasías sexuales, había ideado un método para obtener más ganancias, cada cliente tiene una chica en especial la cual tiene por trabajo principal averiguar todo sobre él, familia, trabajo, rango, secretos, absolutamente todo lo posible, de esa manera tenía acceso a la información acerca de todos los que han pasado por mi humilde local, incluso información sobre sus conocidos. Dicen que el amor te hace hacer estupideces y toda la información que poseo es la prueba, la utilizo durante cada evento para extorsionar a los grandes rangos de nuestro mundo, vamos que mantener las piernas abiertas de las chicas no cuesta nada pero callarlas es algo
costoso y me he asegurado de que cada una de ellas sea capaz de matarlos de ser necesario, que una mujer que no sabe disparar no es de gran ayuda en este negocio. Algunos me han hecho ver como la mala del cuento por el hecho de que mi negocio es el placer, venta de información y unas cuantas armas, pero yo solo protejo los intereses de las mujeres, sus familias, cuentas bancarias aunque eso signifique asesinar a sus infieles esposos, todo sea por el bien femenino y por el mío claro está, que haciendo obras de caridad no se llega a rica ni a líder de la mafia, y yo quiero todo el poder posible, y quien lo sabe todo, controla todo. -Esa ha sido parte de mi historia y aún falta engrandecer la leyenda de Lady Mechanika-