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Sumario Editorial El lenguaje del corazón en el Taijiquan Meditación y artes marciales Importancia del aspecto marcial en la práctica del Taijiquan Cuentos clásicos orientales. El espejo Taijiquan en la vida cotidiana Nuestra portada: Wu xing. Teoría de los cinco elementos El maestro Zhuang La belleza para las artes marciales Meditaciones para encontrarse con uno mismo Noticias

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EDITORIAL Actualmente,

problemas, preocupaciones y responsabilidades ocupan de tal manera nuestras vidas que nos olvidamos de pararnos a reflexionar, a meditar sobre los propios procesos interiores. A fin de poseer equilibrio y serenidad, desarrollar una mente fuerte y flexible, resistente y bien coordinada y en armonía con los otros aspectos de nuestra naturaleza, hay que comprender cómo funciona, cómo está organizada y como interactúa con esos otros aspectos. Para hacerlo, arranquemos desde una simple observación: algunas personas han desarrollado solamente determinadas características mentales en lugar de otras; unos, una lógica férrea pero falta de intuición e imaginación, otros una mente imaginativa e intuitiva con escaso sentido lógico. Estos dos caracteres, el frío calculador de lógica inflexible y el poeta o el artista, conviven en nosotros y representan, metafóricamente, nuestros dos hemisferios cerebrales y las dos modalidades fundamentales a través de las cuales nuestra mente interactúa con el mundo. Estas dos personas (el calculador y el poeta), al poseer puntos de vista diferentes, interpretan la realidad de manera diferente y hablan asimismo lenguajes diferentes: uno habla una lengua lógica y racional, y el otro una simbólica y analógica. Es sabido desde hace varias décadas que estos lenguajes son la expresión de las dos realidades del cerebro. En efecto, el mundo de la racionalidad, gobernado por el hemisferio izquierdo, permite interpretar la realidad en términos racionales; por el contrario, el hemisferio derecho TAO TIEN 2


gobierna la dimensión intuitivo-imaginativa y la de las ideas que pueden parecer ilógicas o absurdas. El aprendizaje de este lenguaje interior se ve enormemente favorecido por la práctica del Taijiquan filosófico, pues ayuda al hombre de hoy a descifrar e interpretar las informaciones y mensajes que manan de sus estados interiores más profundos, instaurando, por tanto, un diálogo consigo mismo que le permitirá comprender y gestionar armónicamente las propias sensaciones y emociones, así como sus propios estados de ánimo, abriendo el camino hacia un conocimiento más espiritual de sí mismo. José Antonio Vera de la Poza Presidente de Tao Tien

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EL LENGUAJE DEL CORAZÓN EN EL TAIJIQUAN

En

la tradición de las artes marciales filosóficas, los antiguos maestros y sabios que se dedicaban al cultivo del principio vital (qi) sabían que actuar (practicar) equivale a pensar (teorizar), que el conocimiento racional y el saber intuitivo son como el yin y el yang, que el cerebro derecho y el izquierdo son cada uno la mitad del otro, que la realidad objetiva y la subjetiva se reflejan la una en la otra. Descubrieron que el lenguaje del corazón es el lenguaje del cambio, que la actividad de la mente no acaba solo en el pensamiento, que el ser humano es mucho más que sus pensamientos: es conciencia. Sabían que la metáfora y el símbolo pueden alcanzar la profundidad de nuestra psique y penetrar los pliegues más recónditos de nuestro ADN mental, activando potencialidades latentes, despertando conocimientos innatos, transformando emociones y energías sutiles en acciones. He aquí por qué la enseñanza antigua, más que proporcionar explicaciones, evocaba sensaciones, suscitaba emociones, provocaba estados de conciencia particulares, seguía el camino de la escucha y practicaba la no interferencia; no buscaba la certeza del hacer, sino que cuidaba de la incertidumbre del cambio; no imponía un orden al actuar, sino que cogía la potencialidad de la situación; no trataba de formar, sino de transformar. Estos son los principios que seguían los antiguos maestros, y que se deberían recuperar a través de un nuevo paradigma en el que se replantee aquel modo de ver, de pensar y de actuar. Solo mediante una revolución en nuestro universo interior a través de la cual situemos en el centro el Pensamiento del Corazón (Xin), lograremos activar la potencia transformadora del Espíritu (Shen). TAO TIEN 4


Pues cabría preguntarse: ¿acaso no es el corazón/órgano (entendido como bomba hidráulica) lo que nutre el cuerpo físico y el cerebro? ¿Acaso no es verdad que de nada sirve una inmensa fuerza física si el corazón no está firme? Y aún más: ¿no es verdad que, en muchas ocasiones, el razonamiento, la lógica inflexible pueden ser alterados por una emoción más o menos pueril, un pequeño sentimiento? La imagen del corazón como centro del pensamiento y de la imaginación creadora es mucho menos metafórica y simbólica de lo que comúnmente se cree. Esta centralidad del corazón se redescubre si se sabe leer, hallar las conexiones, ir más allá del significado de las palabras empleadas por cada lenguaje específico (científico, médico, filosófico, místico) o por las civilizaciones tradicionales (grecorromana, china, hindú, judía).

La centralidad del corazón se halla en su potencia imaginadora, en su capacidad de percibir directamente el mundo, de ser el punto de conexión/intercambio entre alma y espíritu, entre cuerpo y mente, entre respiración y sangre. Para los antiguos griegos, el corazón, mediante los sentidos, se conectaba directamente con las cosas; por ello lo consideraban como el órgano de la percepción, el que podía conectarnos con el Alma del mundo, con el Espíritu universal. Michel Echenique, fundador del Instituto de Artes Marciales Filosóficas Bodhidharma, nos decía: «El corazón es un músculo que genera las funciones más complejas e importantes del organismo. A nivel psicológico y espiritual, el corazón es el músculo de la voluntad, pues es en el que esta toma asiento. Un corazón sano, fuerte y sensible es de vital importancia para el filósofo-guerrero y causa material de todos sus éxitos; lo contrario lleva al filósofo-guerrero, generalmente, al fracaso y a la destrucción». José Antonio Vera de la Poza

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Hablar

de meditación puede no ser difícil. Existe mucha literatura al respecto. Hablar de artes marciales también puede ser fácil, recurriendo a los textos, desde los clásicos a los más actuales. Hablar de ambas cosas, consultando libros, tampoco resulta una tarea demasiado laboriosa. La dificultad en mi caso se plantea en cómo explicar con palabras algo como las vivencias y las experiencias propias. Alguien que lleva meditando casi toda su vida y da cursos de meditación debería saber explicarlo. No obstante, a todos mis alumnos, cuando me preguntan: «¿Cómo, cuándo sabré que estoy realmente meditando?», solo puedo responder: «No te lo puedo explicar, pero lo sabrás». Esto es un poco lo que ocurre con la meditación y las artes marciales. ¿Se pueden hacer artes marciales sin meditar? ¿Se puede meditar sin practicar artes marciales? En ambos casos la respuesta es la misma: un rotundo sí. Ambas cosas se pueden practicar de manera indistinta y separada. Pero la pregunta importante que deberíamos hacernos es: ¿qué ocurre cuando se practican ambas cosas? De esto trata este artículo. Quienes leemos este boletín practicamos artes marciales, o al menos la mayoría. Con la finalidad con que cada uno las practique o se interese por ellas, es una cuestión personal en la que no entraré. Pero sí quisiera hacer una reflexión para que cada cual se la plantee: ¿cómo puede influir la práctica TAO TIEN 6


continuada de la meditación en mi práctica marcial? ¿Cómo influye la práctica marcial en la meditación? La meditación ejercitada a diario favorece y mejora la salud en todos sus niveles. Esto es algo que los científicos se han visto obligados a reconocer. Tanto es así que incluso es algo que recomiendan en las consultas de los médicos alopáticos cada vez con mayor frecuencia. Sabemos que aumenta la neuroplasticidad. Que reduce el estrés. Que mejora la circulación sanguínea, el flujo de la linfa, la calidad del funcionamiento de nuestros órganos, etc. Es algo demostrado y no es el tema que nos interesa, pues es una cuestión con la suficiente enjundia como para ocupar un par de artículos por sí sola. Nosotros nos vamos a centrar en algo fundamental en las artes internas: el flujo del Qi, su uso y, sobre todo, la concentración.

Si atendemos a todos los beneficios orgánicos descritos, debemos colegir que nuestro cuerpo se encontrará cada vez más en una tendencia hacia un estado óptimo al menos en el plano físico. Pero para obtener este estado, hemos de trabajar duro en la práctica meditativa y marcial. Sabemos que para llegar a meditar, en primer lugar debemos ejercitar la respiración y la concentración. A través de esta práctica obtendremos una capacidad mayor de estar presente y de situar nuestra conciencia en el lugar que nosotros deseemos. Esto, como sabemos, es fundamental en la práctica de las aa.mm. internas. Ya tenemos las primeras ventajas que nos aporta la meditación a nuestra práctica marcial. Respirar bien, que nos permitirá un estado óptimo de oxigenación. En segundo lugar, mantener la concentración nos permite una correcta ejecución de las técnicas, formas, katas, etc. En un combate, nos aporta la claridad suficiente para percibir los movimientos del oponente en el momento justo, pues no pensamos, solo sentimos. La alta capacidad de concentración nos permitirá centrarnos en lo que está ocurriendo y no en lo TAO TIEN 7


que hemos errado o atinado o en lo que vamos a hacer. Recordemos en este punto lo que nos decía Bruce Lee: «En un combate, mi oponente no sabe lo que voy a hacer a continuación. Yo, tampoco». Es esta la actitud de un hombre plenamente concentrado en el momento que está viviendo. La práctica diaria del arte marcial entrena el cuerpo para que responda de forma natural. La práctica diaria de la meditación nos ayuda a conseguir que la mente deje de molestar y no interfiera en esas acciones naturales del cuerpo. Esta no injerencia de la mente permitirá que el Qi fluya libremente y con fuerza por todo el sistema de canales y meridianos energéticos. Si fluyen rápido y libres, podremos mover la energía y «colocarla» donde queramos, en el momento preciso que queramos. En la vida cotidiana, esto nos permitirá potenciar cualquier aspecto de lo físico o lo psicológico que precisemos. Podremos afrontar los estados de fatiga o agotamiento tanto físicos como emocionales y «recargarnos» por un, digamos, simple ejercicio de voluntad. En la práctica marcial, nos permitirá canalizar la energía en un preciso instante a un único punto, proyectando todo el poder de nuestro Qi de forma explosiva, o tan suave, según el caso, que nos sorprenda incluso a nosotros. Igualmente, concentrarnos en el Qi nos permitirá enraizarnos a voluntad cuando queramos, e incluso de forma permanente si «programamos» esta acción en nuestra mente y entrenamos el cuerpo adecuadamente. La práctica de la meditación también entrena la relajación del cuerpo, que permitirá esta fluidez energética. Esto es fundamental. Es algo que entrenamos en las aa.mm. internas: el descondicionamiento del cuerpo. Practicando las técnicas de relajación corporal, conseguiremos crear un sistema casi automático, en el que programamos el cuerpo para que reaccione inmediatamente ante una situación de estrés. La reacción habitual del común de las personas es tensarse ante una situación de peligro o amenaza o simplemente de agobio sicológico. El entrenamiento en las técnicas voluntarias de relajación, tomando conciencia absoluta de las tensiones existentes del cuerpo, nos permite deshacer los nudos energéticos que puedan existir en toda nuestra anatomía. Esto liberará las articulaciones, y la energía fluirá sin problemas. Los órganos se revitalizarán y nuestro cuerpo estará pleno de energía para responder ante cualquier situación. Con la práctica continua, la reacción del cuerpo será deshacer los TAO TIEN 8


nudos de forma automática y natural y responderá relajado y suave ante cualquier imprevisto. He comentado antes que con el ejercicio diario y continuo de la meditación, podemos llegar a conseguir que la mente no nos moleste mientras que estamos practicando aa.mm. No confundamos esto con el famoso mito de PARAR LA MENTE. Nadie para la mente. Lo que sí podemos hacer es no dejar que los pensamientos nos atrapen y creen conflicto en nuestra mente. El poder de concentración consigue que los pensamientos pasen sin que nosotros le prestemos atención y llega a parecer que hemos parado la mente. No la hemos parado, pero la hemos controlado en el sentido de haber conseguido no prestar atención a su continuo e incesante parloteo. Al estar enfocado en la práctica o en el combate, no existe nada más. Nuestra mente ve claramente al rival, a nosotros mismos, al entorno. Todo es diáfano, relajado, sin conflicto. No juzgamos, no creamos prejuicios. No tratamos de adivinar el futuro ni lo imaginamos. No procesamos el pasado. No existe la culpa. Solo ocurre lo que está ocurriendo en ese preciso momento. Por eso, al no interpretar lo que está pasando, ni lo que pasó ni lo que pasará, reaccionamos oportunos y con la fuerza justa y precisa, porque nuestra mente desconflictuada y concentrada, y por lo tanto atenta, es yang, y nuestro cuerpo puede entonces, liberado de la actividad mental que trata de controlarlo, volverse muy yin y reaccionar de forma natural. Esto es Armonía por Oposición. Esto es armonizar nuestro ser. En el sentido inverso, las aa.mm. alimentan el poder y la capacidad meditativa mediante la disciplina. Entrenaremos el cuerpo para obedecer a la voluntad, por lo que será más fácil ejercitar el cuerpo para sentarse a meditar y concentrarse. A la vez, al poner en práctica la capacidad de respiración, relajación y concentración de la meditación durante la práctica marcial, alimentamos la ulterior práctica meditativa. De esta forma, crearemos un maravilloso círculo dorado de mutua alimentación biunívoca entre ambas disciplinas que de forma paulatina y segura nos llevará al umbral del sendero del autoconocimiento y de la vida espiritual. Recorrerlo es una gran batalla. La batalla de los que aspiran a ser Nuevos y Mejores.  Jesús Curquejo Murillo

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El

pasado domingo, 10 de abril, realizamos un curso sobre las aplicaciones marciales de la Forma Feng Wei impartido por nuestro maestro e instructor José Antonio Vera. Este curso vino a completar ot ro anterior que realizamos el año pasado. En esta ocasión hemos estudiado las aplicaciones de los patrones Dan Bian (látigo simple), Xia Shi (la serpiente retorna a su antro), Bai He Liang Chi (la grulla blanca aletea), Lou Xi Áu Bú (cepillar la rodilla), Shou Hui Pi Pa (tocar el laúd), Chuan Shuo (la lanzadera) y Shan tong bi (el arquero). En este curso hemos podido comprobar cómo los patrones tienen varias aplicaciones marciales. Algunas tienen bastante semejanza con el patrón que desarrollamos en las formas y podemos identificarlo con claridad. Otras, se asemejan menos al patrón y se identifican por su esencia, tipo de energía y dirección de esta. Así por ejemplo, vimos dos aplicaciones de Xia Shi. En una de ellas, era evidente su similitud con el movimiento y evolución de este en la forma, consistente en bajar e intentar desenraizar a nuestro contrincante desde abajo. En la otra aplicación, su semejanza con el patrón no era tan clara, aunque sí prevalecía su esencia circular y envolvente. Nos resultó evidente cómo algunos patrones de las formas, en su aplicación marcial, son bastantes parecidos entre sí, diferenciándose en la dirección de la energía y en la «función» o estrategia de los mismos, es decir, en qué pretendemos con ellos en una determinada situación. Shan tong bi (el arquero) es bastante parecido a Chuan Shuo (la lanzadera). El primero respondería a un ataque que nos viene de frente, mientras que el segundo resultaría de un ataque que nos llega en diagonal. TAO TIEN 10


También hemos podido constatar cómo todos los patrones en su ejecución marcial tienen un aspecto yin y otro yang. El primero, tiene que ver con la «recepción» de la energía de nuestro contrincante, con adherirnos a él, desviándola y neutralizándola. El segundo sería la parte más visible de la aplicación, aquella en la que, utilizando la fuerza de nuestro contrincante, tomamos la iniciativa y manifestamos nuestra respuesta yang. Es decir, se desarrollan dos acciones en un mismo movimiento integrado. Las dos partes completan la aplicación marcial, siendo indisolubles. Me atrevería a decir que la primera es la más importante, pues es la que nos hace posicionarnos adecuadamente para desarrollar la segunda. La no resistencia y el «dejar pasar» (este gesto actitudinal puede ser uno de los aspectos del «Invertir en pérdida») es imprescindible para actuar posteriormente con eficacia. La técnica de defensa, de recepción y neutralización, es a su vez la primera parte de la técnica de contraataque. Dos técnicas que se fusionan para una única función y que se dan de forma casi simultánea tanto en el movimiento como en la intención.

En relación con este punto, se nos explicó cómo las energías potenciales de los patrones de las formas se manifiestan en su aplicación marcial, de forma que la ejecución de un patrón no se conforma con una sola energía, sino que lo integran más de una. Independientemente de los aspectos técnicos, que son difíciles de explicar aquí por mi inexperiencia y por la dificultad de teorizar sobre una cuestión eminentemente práctica, quisiera hacer una reflexión sobre la importancia de experimentar y conocer la aplicación marcial del Taiji. Desde mi experiencia y la de mis compañeros, puedo hablar de la importancia de atender este aspecto en la práctica. Es un elemento fundamental TAO TIEN 11


que no debemos obviar. A veces caemos en las trampas mentales: «Esto es violento», «No es para mí», «No me va a hacer falta», etc. Independientemente de las motivaciones que cada uno tengamos para practicar Taiji, no debemos olvidar este pilar básico, por la sencilla y rotunda razón de que el Taiji es un arte marcial, y por tanto, el comprender y experimentar estas aplicaciones marciales es fundamental para, no solo progresar en nuestra práctica, sino para llenarla de contenido. Si no es así, ¿qué hacemos practicando taichí si ni siquiera nuestra ejecución de las formas está imbuida de este carácter? A todos los beneficios del Taiji se accede entendiendo o ejercitando este pilar. Indudablemente, no todos los practicantes de nuestra escuela tienen las mismas capacidades físicas, pero esto no es óbice para no practicarlas cada uno a su nivel y tenerlas en cuenta. Aquí puede existir una amplia gama de intensidad, que puede ir desde la visualización e intención en nuestra práctica, entendiendo el porqué de los patrones, hasta la práctica en sí de las aplicaciones marciales. Como decía antes, comprender y experimentar las aplicaciones marciales nos permite avanzar en nuestra técnica en la ejecución de las formas. Si no es así, nuestra ejecución de las mismas solo tendrá una apariencia similar a la que debería tener, se parecería, pero al no tener el conocimiento marcial, los patrones carecerían de alma y estarían vacíos, dando lugar a unas formas «flojas» o excesivamente relajadas y carentes de sustancia. Las aplicaciones marciales nos permiten entender la dinámica de un patrón, su funcionamiento, y por qué es así y no de otra forma, la dirección de la energía, pero sobre todo, le dan vitalidad al movimiento. Por último, en este curso hemos podido poner en práctica algunas de las enseñanzas que recibimos en el curso anterior impartido por Pedro Bernat, y que últimamente enfatizamos más en las clases habituales. El relajar y vaciar la mente haciendo que no condicione nuestra respuesta, la energía de escucha, la importancia de pegarse y adherirse, el mantener la atención en el objeto, la conexión entre las manos y los pies, la importancia de nuestro compañero esparrin, etc., son elementos sobre los que debemos profundizar y experimentar. Ojalá algún día seamos capaces de integrar todos los elementos de esta sinfonía en nuestra práctica. Es el camino. Juan Guillén

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CUENTOS CLÁSICOS ORIENTALES

El espejo Un campesino chino se fue a la ciudad para vender la cosecha de arroz y su mujer le pidió que no se olvidase de traerle un peine. Después de vender su arroz en la ciudad, el campesino se reunió con unos compañeros, y bebieron y lo celebraron largamente. Después, un poco confuso, en el momento de regresar, se acordó de que su mujer le había pedido algo, pero ¿qué era? No lo podía recordar. Entonces compró en una tienda para mujeres lo primero que le llamó la atención: un espejo. Y regresó al pueblo. Entregó el regalo a su mujer y se marchó a trabajar sus campos. La mujer se miró en el espejo y comenzó a llorar desconsoladamente. La madre le preguntó la razón de aquellas lágrimas. La mujer le dio el espejo y le dijo: –Mi marido ha traído a otra mujer, joven y hermosa. La madre cogió el espejo, lo miró y le dijo a su hija: –No tienes de qué preocuparte, es una vieja. Anónimo chino, recopilado por Fidel Iglesias Quintero

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Estimados lectores: Escribo aquí por primera vez e intentaré exponer alguna experiencia personal sobre cómo la sabiduría que guarda el Taijiquan me ha ayudado en mi vida cotidiana. No hablaré de la práctica en sí, de la práctica personal o de la que desarrollamos en clase, sino sobre cómo esas prácticas me han ayudado en la verdadera Práctica que es el día a día y las situaciones que nos toca vivir. Es verdad que cada alumno nos acercamos a nuestra escuela movidos por intereses distintos. Unos para mejorar un problema físico, otros para calmar la ansiedad o el estrés, otros por pasar momentos difíciles, o simplemente por seguir una moda. En mi caso, llegué aquí buscando algo que me sirviese para estar por este mundo de otra forma, para solucionar (convivir con, puedo decir ahora) los problemas cotidianos. Poco a poco, conforme avanzaban las clases y los años, empezaron a aparecer conceptos importantes como Centro, Gran Vacío, Aspecto Marcial, Combate, Guerra Interior, Estrategia, Defensa Personal, Prueba, etc. Algunos de estos conceptos no tenían nada que ver con la idea que, desde mi ignorancia, me había hecho del taichí. Pasé por varias etapas, en algunas de las cuales tuve serias dudas. No obstante, persistí, continué practicando y escuchando. Estos son conceptos que llegas a entender intelectualmente. Sin embargo, es difícil hacerse con ellos, vivirlos, pues son volátiles, escurridizos y subjetivos. Se trasmiten con las palabras, se comprueban y se asientan en el día a día siempre TAO TIEN 14


que estemos en posición «esponja» y de apertura. Hoy, aún dentro de lo que me queda por aprehender y ahondar en ellos, me son de gran ayuda, tanto para realizar mi práctica como para desenvolverme y poder entender mejor lo que ocurre en mí y a mi alrededor. Intentaré explicarme con algunos ejemplos. Me dedico a la enseñanza. Me siento educador más que profesor, pues entiendo la enseñanza como educación. Desde mi punto de vista y experiencia, de poco sirve impartir en nuestras escuelas muchos conocimientos académicos si no somos capaces de enseñar a nuestros alumnos a conducirse por la vida y a solventar los conflictos y dificultades. Últimamente me ha tocado en mi devenir profesional atender a chavales con graves problemas de conducta; alumnos conflictivos de entre catorce y dieciocho años que vienen con un «currículum» de expulsiones de otros centros, con problemas en casa y muchos de ellos procedentes de zonas marginales. Esta situación me dio la oportunidad de ver reflejados en mi vida, algunos de estos conceptos, de profundizar en ellos, a la vez que me ayudaban a ir superando las distintas situaciones que me suponían esta nueva prueba. En un principio, esta circunstancia era nueva e inesperada para mí. Me desbordaba, hacía despertar el miedo y la inseguridad a pesar de los casi treinta años de experiencia en la enseñanza. Me sacó de la «zona de confort» en mi ámbito profesional. En este contexto, se puso de manifiesto de forma bastante evidente la Guerra Interior, esta compañera nuestra, cada vez más patente, que enfrenta lo que uno desea o no desea, y la realidad que se debe afrontar mediante la voluntad. Esta realidad podría (o puede) haberme vencido, haberme superado; podría haberla negado obligándome a malvivir con ella de forma superficial o depresiva. Gracias a la práctica y a poder contar con compañeros afines en el sentir educativo, esta situación me ha ayudado a conocerme mejor y a entender el aspecto combativo de la vida. Entendí que, si no peleaba, sería zarandeado por los acontecimientos, pues nadie me iba a sacar de ahí. Entendí que el combate no era con los chavales sino contra mí. La situación ha ido cambiando. De la confusión, del sobrellevar, he pasado a tener mejor control, a construir, e incluso a disfrutar con ellos. Mis pies se han asentado. No obstante, cada día sigue siendo un reto. La guerra interior continúa: siempre aparece el deseo (tener tranquilidad, tener un buen día de clase…) como enemigo de la estrategia. Esta mejor situación de combate, cuando asumes que estás en él sí o sí, y sabes con quién te enfrentas, me ha llevado a entender otros conceptos que han aparecido en las clases de taichí. En las situaciones cotidianas con los chavales TAO TIEN 15


he podido comprobar lo que es sentirse víctima, concepto que ha aparecido con frecuencia en los cursos de defensa personal que hemos dado. Muchos de ellos, debido a sus malas experiencias de vida, se han convertido en depredadores en el sentido de imponer mediante la violencia verbal o incluso física sus deseos, y como tales tienen un sentido especial para detectar la inseguridad y el desmoronamiento. Lo he vivido, y he podido comprobar cómo ante mi debilidad ellos crecían. Esta toma de conciencia, y el saberse en el combate, es lo que ha hecho revertir la situación desde el punto de vista educativo. Para disminuir mi «olor a víctima», además de poner en práctica estrategias educativas, recurrí a la atención y a la relajación, conceptos siempre presentes en nuestras prácticas. La atención me ayudó a ir acotando las circunstancias que devenían en el día a día, a evitar los conflictos y las situaciones peligrosas, o a disminuir los momentos de descontrol del grupo de forma proactiva. El mostrarme relajado («No hay mejor defensa que la serenidad», como expresó nuestro maestro Jorge H. Ruiz Riquelme), sinceramente relajado, me facilitó disminuir y evitar una actitud defensiva ante los chavales, y poner de manifiesto la «no guardia» como mejor forma de estar en guardia; el estar abierto a cualquier circunstancia y a responder a ella de la mejor forma posible. Esto me ayudó a conocerlos, a entenderlos y, por tanto, a poderlos ayudar mejor. También en muchos momentos me ha ayudado el concepto de enraizamiento, o la imagen del monte Fujiyama, al que hemos recurrido en nuestras clases, como símbolo de asentamiento y firmeza. Al principio era fácil ceder ante estos nuevos alumnos llevado por las dudas o por el temor a tener un conflicto. No obstante, comprendí que esta actitud traería a la larga una mayor pérdida de control en las situaciones. Intenté trasladar esas imágenes a mi práctica educativa, me propuse llenarme de ese espíritu en mis actuaciones de clase. Esto, poco a poco, se tradujo en actitudes de autoridad necesaria para gobernar mejor el grupo. Son muchos más los matices y las circunstancias en las que puede manifestarse la esencia de estos conceptos fundamentales, y seguramente cada uno de nosotros los podrá entender y vivir de manera distinta. No obstante, poco pueden aportar si solo se quedan en el plano intelectual. Debemos hacer un esfuerzo y ser capaces de ahondar en la práctica y en la reflexión, para ir trasladando toda la sabiduría que encierra el Taijiquan a nuestras vidas. De este modo, comprobaremos que la práctica no es una mera coreografía de movimientos aprendidos, sino una gran ayuda para ir evolucionando e intentar mejorar como personas. Juan Guillén

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La teoría de los Cinco Elementos (Chino: 五行; Pinyin: wǔxíng) es una forma de clasificar los fenómenos naturales y sus interrelaciones, según la filosofía china tradicional. Una traducción más exacta sería cinco fases o cinco movimientos, para no perder el carácter dinámico y de transformación que tiene en chino. Esta teoría se aplica a campos tan dispares como la música, la medicina china tradicional, la estrategia militar, las artes marciales o el feng shui. Los cinco elementos son: madera (木, mù), fuego (火, huǒ), tierra (土, tǔ), metal (金, jīn) y agua (水, shǔi). La teoría describe los ciclos de generación (生, shēng) y de dominación (克, kè) entre ellos. Los cinco elementos de esta teoría filosófica son madera, fuego, tierra, metal y agua. La teoría de los cinco elementos toma prestados los nombres y las características de estos fenómenos naturales y los traslada al universo entero, material y energético, como herramientas para explicar todo. Así, la madera es el elemento asociado con la primavera, con el despertar de las cosas, con la libertad, la expansión, la mañana, lo que tiende a llenar todo, la infancia, el viento, etc. El fuego es la manifestación del verano, el calor, la exuberancia, la belleza, la unión, el rojo, lo que va hacia arriba, el mediodía, la expresión más clara de lo yang, etc. La tierra es la nutrición, la canícula, lo que ocurre después del mediodía, los bienes materiales, el oro, la riqueza, lo que sostiene, lo que detiene, etc. TAO TIEN 17


El metal es el elemento del otoño, lo que corta, el cielo claro, lo limpio, la claridad, lo que puede ser el fin y principio de las cosas. El agua se corresponde con la noche, el invierno, con lo que cae, lo frío, lo que va hacia abajo, el almacén, la expresión más elocuente de lo yin, etc. La relación entre estos elementos tiene dos ciclos: el generativo (sheng), línea verde (continua) del gráfico, y el dominativo (ke), línea azul (discontinua) del gráfico. Ciclo generativo La madera (al entrar en combustión) genera el fuego, el fuego (al consumirse) genera la tierra, la tierra (dentro de su seno) genera el metal, el metal (desde su interior) genera el agua, la cual le da vida a la madera. Línea verde (continua) del gráfico. Ciclo dominativo La madera domina (penetra, se impone) sobre la tierra, el fuego domina (funde) el metal, la tierra domina (contiene, represa) al agua, el metal domina (corta) a la madera, el agua domina (apaga) el fuego. Línea azul (discontinua) del gráfico. Debido a su dinámica y constante interacción, a los cinco elementos también se les denomina «cinco fases evolutivas» o «cinco movimientos». Esta teoría, que surgió independientemente de la medicina, al igual que la teoría del yin y el yang, pronto fue incorporada al estudio de la salud y la enfermedad. Así, los órganos y vísceras, y los canales y colaterales fueron clasificados también de acuerdo a las cualidades y principios de los cinco elementos. Su aplicación se extendió sobre todas las ramas del conocimiento. Así, existen cinco sabores, cinco colores, cinco puntos cardinales, cinco estaciones, cinco sonidos, cinco colores, cinco estrellas, cinco dignidades, cinco cereales, cinco tipos de carne, etc. Aún más, dada la universalidad de los conceptos de la medicina tradicional china y, por consiguiente, la estrecha relación que existe entre el ser humano y la naturaleza, la teoría de los cinco elementos se aplicó a la medicina china a través de las teorías de los órganos y las vísceras (cinco órganos, TAO TIEN 18


cinco vísceras). A manera de ejemplo, el elemento madera se asocia con el hígado y la vesícula biliar, el color verde, la primavera, el oriente, el sonido, el sabor amargo, el planeta Marte, etc. En la medicina tradicional china, para la comprensión de la etiología (el origen de las enfermedades), de la fisiopatología (la evolución de las mismas), del diagnóstico, del tratamiento y del pronóstico, es imprescindible la comprensión y el dominio de la teoría de los cinco elementos. Prácticamente cualquier evento cultural del pueblo chino está analizado desde la óptica de los cinco elementos: Madera

Fuego

Tierra

Metal

Agua

Dirección

Oriente

Sur

Centro

Poniente

Norte

Estación

Primavera

Verano

Canícula

Otoño

Invierno

Clima

Viento

Calor

Humedad

Sequedad

Frío

Planeta

Júpiter

Marte

Saturno

Venus

Mercurio

Número

3+5=8

2+5=7

5

4+5=9

1+5=6

Carne

Pollo

Cabra

Res

Caballo

Cerdo

Cereal

Trigo

Mijo

Sorgo

Arroz

Frijol (soya)

Sonido

Jiao

Zheng

Gong

Shang

Yu

Nota musical

Do

Re

Mi

Sol

La

Color

Verde

Rojo

Amarillo

Blanco

Negro

Sabor

Amargo

Ácido

Dulce

Picante

Salado

Olor

Urémico

Quemado

Perfumado

Fresco

Putrefacto

Órgano

Hígado

Corazón

Bazo

Pulmón

Riñón

Víscera

V. Biliar

I. Delgado

Estómago

I. Grueso

Vejiga

Ó. de sentidos

Ojos

Lengua

Boca

Nariz

Oído

E. corporal

Tendones

Vasos

Músculos

Piel

Huesos

Sonidos corp.

Hu (suspiro)

Risa

Canto

Llanto

Gemido

Virtudes

Benevolencia

Cortesía

Fidelidad

Justicia

Conocimiento

Emoción

Enojo

Alegría

Preocupación

Melancolía

Miedo

Reg. corporal

Cuello, nuca

Torácocostal

Columna

Escapulodorsal Lumbar

Fuentes: Wikipedia, la enciclopedia libre Chikung-qigong.com (Jorge Beltrán – Terapeuta)

Recopilado por Fidel Iglesias Quintero

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EL MAESTRO ZUANG

Zhuang Tzu vivió en el siglo IV a.C., aproximadamente entre los años 369 y 290, en pleno Período de los Reinos Combatientes, al que puso fin la dinastía Qin con la unificación de dichos reinos, dando lugar a la creación del primer Imperio histórico. No es la primera vez en la historia que las querellas, guerras y divisiones entre príncipes y gobernantes dan lugar a una fecunda creación artística e intelectual. Así sucedió también con la época de las ciudades griegas del período clásico y con las repúblicas italianas del Renacimiento. Y así también en China conviven en esta época mentes verdaderamente brillantes: Lao Tzu, Confucio, Mencio, Zhuang Tzu. Es un momento cumbre del pensamiento filosófico chino al que se conoce como las «Cien Escuelas del Pensamiento». Estas corrientes filosóficas son las que recorren con su savia todo el período de la dinastía Chin, desde el siglo III a C. hasta su caída en el siglo XX. La filosofía, las ideas morales y políticas de Confucio (Kung Fu Tzu) y su gran sucesor, Mencio (Mo Tzu), fueron el fundamento de la vida social y política. Pero la ortodoxia confuciana tuvo importantes rivales en el budismo y el taoísmo. Los más relevantes representantes del taoísmo fueron Lao Tzu y Chuang Tzu. Y la rivalidad, incluso personal, fue de tal calibre que ni Mencio ni Chuang Tzu se mencionan mutuamente ni una sola vez en sus escritos. No es mucho lo que se sabe del maestro Zhuang y de sus circunstancias. Se dice que nació en el pueblo de Mêng, en el Estado de Ch’u, el mismo pueblo de TAO TIEN 20


donde procedía Lao Tzu. Debió de nacer en el seno de una familia acomodada, teniendo en cuenta su educación y los cargos que ocupó en su juventud. Al compendio de sus escritos aparentemente no le dio título alguno y se conoce con el nombre de su autor; se le dice el Chuang Tzu, aunque el emperador Xuanzong de Tang le llamó Nan Hua Zhen Jing, que significa «Verdadero Clásico de la Florescencia Cultural del Sur», haciendo alusión a la procedencia territorial de su autor y a la altura intelectual de sus textos, aunque, a la luz de las ideas que contiene este magnífico clásico, quién fue históricamente su autor parece lo menos importante. Lo trascendente son precisamente esas ideas y la maravillosa, ingeniosa, sarcástica e incluso humorística forma en que las expresa, con una altura poética y literaria sin par. Es coherente con su deseo de vivir de forma natural, sin destacar, sin ser objeto de títulos ni honores, unido a la naturaleza. El hombre natural, ideal taoísta, es el hombre concreto, dúctil como el agua que se adapta al recipiente que la contiene, y que como ella es transparente; se puede ver su fondo y en él todos pueden verse. Como dice Octavio Paz, el sabio es el rostro de todos los hombres. En sus textos cuenta una anécdota que ilustra a la perfección esta línea de pensamiento.

Dice que, en cierta ocasión, el rey de Ch’u le ofreció entrar a su servicio. El filósofo se echó a reír y respondió al mensajero del rey: «Mil dineros constituyen en verdad un buen pellizco, y el ministerio es un cargo importante. Pero ¿no has visto nunca a un buey llevado al sacrificio? Durante algunos años se le alimenta bien y es cubierto con telas bordadas. Mas al ser conducido al altar, ¿no imaginas que se conduele y lamenta de que no lo hayan dejado tranquilo como al cerdo? TAO TIEN 21


Vete y no trates de corromperme. Yo soy el envidiado cerdo y me siento muy feliz en mi pocilga, en libertad». Aunque muchos estudiosos sostienen que solo los conocidos como capítulos internos son obra de la pluma de Chuang Tzu, lo cierto es que todo el texto trasluce una unidad ideológica que me hace ponerlo en duda. Aunque confieso que, al leer traducciones y no directamente del chino, pueden escapárseme diferencias estilísticas que hayan sido corregidas y salvadas por los traductores. Una parte del libro está dedicada a la reproducción de diálogos con su amigo Hui-Tzu, del que dice que era sabio en muchas ciencias, pero que ha desperdiciado sus abundantes talentos en el lucimiento superficial de esas galas, sin dedicarse nunca a nada en profundidad. Ante las sutilezas del dialéctico, Chuang Tzu recurre a la reducción al absurdo. Estas anécdotas nos enseñan a desconfiar de las quimeras de la razón que –como sostenía Goya– crea monstruos, y sobre todo, a tener compasión de los hombres. Así, dice que Hui Tzu «intentó probar que el cielo es más bajo que la tierra; que las montañas están debajo de las playas; que el sol se pone a mediodía; (...) su defensa de estas ideas lo convirtió en blanco de la curiosidad general; sus palabras causaban gran agitación en el bando de los retóricos, que se veían entre sí con delicia cuando asistían a sus exhibiciones. Día tras día su sagacidad desafiaba el rápido ingenio de sus oponentes (…) Pobre en fuerza interior, vertido sobre la superficie de las cosas, ¡su método en verdad era estrecho! Ignoró su naturaleza espiritual y sus poderes; malgastó y fatigó su talento en una cosa y luego en otra, todas ellas extrañas a sí mismo, para al final solo ser conocido como un hábil polemista… Fue como aquel que quiso detener el eco con un grito, o como el cuerpo que quiere adelantarse a su sombra». Y mucho más espiritual es este párrafo: «Cansados de buscar en vano, ¿no deberíamos moler nuestras sutilezas en el Mortero Celeste, olvidar nuestras disquisiciones sobre la eternidad y vivir en paz los días que nos quedan?… Aniquilar las diferencias entre ser y no ser, entre esto y aquello. Olvido, olvido… ser y no ser, esto y aquello son partículas desprendidas del infinito y volverán a fundirse en el infinito». TAO TIEN 22


Insiste mucho en los diversos aspectos del ser y el no ser, y siempre lo relativiza porque somos demasiado pequeños para comprender la grandeza del todo. ¿Cómo saber si es mejor estar vivo que estar muerto? ¿Cómo discernir si una mujer es bella cuando, aunque los hombres lo piensen, las bestias huyen al verla? ¿Cómo saber si un acontecimiento de nuestra vida es bueno o malo antes de que sus consecuencias se hayan hecho evidentes? Su crítica es aún más ácida cuando se vierte sobre los moralistas. Y para Chuang Tzu, el ejemplo del moralista lo constituye Confucio. El carácter utilitario y conservador de su filosofía, su respeto casi supersticioso por los textos clásicos (son sagrados porque están escritos y son antiguos), su culto a los gobernantes y, sobre todo, su moral basada en premios y castigos, no podía sino rebelar a un filósofo poeta como Chuang Tzu. Su crítica a la moral fue sobre todo una crítica al Estado y a lo que este considera como bien y mal. Dice Chuang Tzu que cuando los virtuosos –es decir, los que creen saber lo que es bueno y lo que es malo– toman el poder, instauran la tiranía más insoportable: la de los justos. El reino de los filósofos se transforma fatalmente en despotismo y terror. En nombre de la virtud, se castiga; esos castigos son cada vez más crueles y abarcan a mayor cantidad de gente, porque la naturaleza humana es rebelde a todo sistema y no podrá jamás conformarse a la rigidez de los conceptos. Frente a esta sociedad de buenos y malos, de premios y castigos, el sabio postula una comunidad de ermitaños y de gente sencilla. Su sociedad ideal es una sociedad de sabios rústicos; sin gobierno, sin tribunales, sin técnica, donde nadie quiere ganar ni tener más de lo necesario, nadie teme a la muerte porque nada le pide a la vida. La ley natural rige a los hombres como rige el cambio de las estaciones. Ejemplifico: Tzu Kung, discípulo de Confucio, dijo a Lao Tzu: «Dices que no debe haber gobierno, pero si no hay gobierno, ¿cómo se purificará el corazón de los hombres? El maestro contestó: Lo único que no debemos hacer es entrometernos en el corazón de los hombres. El hombre es como una fuente; si la tocas se enturbia; si pretendes inmovilizarla, su chorro será más alto (…) Puede ser tan ardiente como el fuego más ardiente; tan frío como el hielo mismo (…) Un caballo salvaje que nadie doma: eso es el hombre (…) El primer entrometido fue el Emperador Amarillo que enseñó la virtud y la benevolencia. Los sabios Yao y Shun lo siguieron; trabajaron hasta perder los pelos de los tobillos y de las TAO TIEN 23


piernas; se rompieron el alma con incesantes actos de bondad y justicia; se exprimieron los sesos para redactar innumerables proclamas y leyes. Nada de esto mejoró a la gente». Habla de los tiranos y de los sabios que surgieron y concluye: «De ahí en adelante, el satisfecho con su suerte desconfió del descontento y a la inversa; el inteligente menospreció al tonto y este a aquel, los buenos castigaron a los malos y los malos se vengaron de los buenos… La decadencia se hizo universal… Nada permaneció en su estado natural. Todo tuvo que ser cortado y aserrado conforme a un modelo fijo, dividido justo donde la línea de tinta lo señalaba, hasta que el mundo entero se convirtió en incontables fragmentos. Caos y confusión. ¡Y todo esto sucedió por inmiscuirnos en el alma de los hombres!».

Como podemos ver, el orden cósmico es el modelo tanto de los confucianos como de los taoístas. Pero, sin embargo, tanto en el terreno político como en el de las ideas su oposición es irreductible. Así, muchos han sostenido que Chuang Tzu es un precursor del anarquismo. Confucio predicó un ideal de sociedad que, imperfecta como todo lo humano, dio forma a una civilización que duró 2.000 años. Las ideas de Lao Tzu y Chuang Tzu son seguramente impracticables en nuestras sociedades globalizadas, pero no puedo evitar sentir una honda simpatía por una prédica que prioriza la sabiduría por encima del conocimiento. Obviamente, la riqueza filosófica, artística y humana que contiene este tratado escapa sin duda de los límites de un artículo. Lo que pretendo es animar a cualquiera que sienta curiosidad a que se acerque a este clásico maravilloso. Le brindará, sin duda, horas de placer estético, de humor y de honda reflexión; un punto de vista diferente. Graciela N. Kruszewski Storch

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Solo

se puede hablar de verdadera marcialidad cuando la belleza está presente. Por eso les llamamos artes marciales, porque si despojamos las acciones marciales de arte y de belleza nos quedaremos con un peligroso compendio de violencia, insensatez, instintos animalizantes degradados, ira y demencia. Las artes marciales son bellas cuando canalizan energías terrestres para alzarlas por el aire y focalizarlas en un camino de fuego purificador. Su correcta ejecución es un orden natural cargado de potencia, que anula todo el desequilibrio que se le acerque. Las defensas y los ataques son liberados con gracia y eficacia si hay una comprensión de su naturaleza bella. Podemos apreciar la belleza en las artes marciales en diferentes niveles. En un nivel físico, belleza es pulcritud de las formas, perfección de los movimientos, coherencia. Mantener un cuerpo correctamente entrenado, elástico y fuerte; esta es la base y no se debe menospreciar o dejar de lado, ya que un instrumento sano y limpio será un mejor canalizador de influencias superiores. Buscar el orden y el equilibrio, sin hacer acciones exageradas o fuera de control, es belleza. Es desarrollo de una conciencia etérica, que en algunos casos puede llegar a un nivel más próximo a lo pránico o energético, en cuyo caso es bello porque es luz pura, brillante, dorada y blanca. A nivel de sentimientos, hablamos de belleza cuando hay una ausencia de rencor, ira e intención de hacer más daño del necesario. En un nivel mental, la acción marcial es bella cuando es estrategia y conocimiento de lo que se está haciendo, cuando busca restablecer el orden TAO TIEN 25


natural, cuando se reflexiona acerca del sentido profundo del arte que se practica y cuando se investigan sus más ancestrales orígenes. Y a niveles superiores, apreciamos la belleza cuando el practicante es pura voluntad canalizada, cuando su camino es ritual y su conciencia está en la búsqueda del centro. La belleza en las artes marciales va más allá de los estilos y recae sobre el propio practicante; un ejemplo es que un samurái, en un par de cortes con su catana, puede inspirar la misma sensación de belleza que un practicante de wushu, después de hacer una forma con puños, patadas y saltos. Él es el responsable del buen hacer, de que el estudio y la práctica del estilo sea lo más correcto y bello posible.

Se puede apreciar la belleza cuando el ritmo de ejecución de los movimientos, tanto en forma como en combate, ha sido el justo. Un ritmo que, como en la música, ha tenido su partitura, y si esa partitura ha sido improvisada como en el combate, basta con escuchar y seguir el ritmo interior de la danza que en realidad hacemos con nosotros mismos. Una partitura donde hay silencios, aceleraciones y desaceleraciones, contratiempos y melodías. Es bello si es natural, aunque sea difícil y su ejecución exacta lleve años; es bello si el movimiento tiene un sentido, si se tiene conciencia de que se mueve algo más que un cuerpo físico y se cuida el detalle. Cuando tenemos conciencia de todo lo que somos y nuestra personalidad está armonizada, nada puede vencernos. Es bella la relación maestro-discípulo, que siguen una cadena milenaria de conocimiento del ser humano. El maestro muestra el camino y acompaña al TAO TIEN 26


discípulo, que caerá mil veces, pero mil veces se levantará. El maestro le enseñará a perfeccionarse para lograr captar la Belleza superior, que es su estrella guía en el camino. Para un practicante de artes marciales, dado que están relacionadas con los misterios de la vida y la muerte, el paso al otro mundo también debe ser bello. En esto entra en juego cómo nos acercamos a ese mundo desconocido, cómo enfrentamos el miedo; nos vamos preparando con el miedo al dolor, al fracaso, al oponente… para llegar a enfrentarnos al miedo, a nosotros mismos y a la muerte.

Una de las maneras de superar el miedo es ver belleza en lo que nos asusta y paraliza. Aprender a disfrutar del miedo es un triunfo. Nos suele asustar lo que nos sobrecoge, y eso suele ser bello. Lo bello nos conmueve; de ahí que muchas cosas que a primera vista nos resultan feas y terroríficas escondan la belleza sobrecogedora de algo que se mantiene en equilibrio en el filo de una navaja. Hay belleza en la muerte, en el cese del movimiento y los graciosos espasmos, en la piel azul y los rostros fríos, en los ojos abiertos proyectados hacia el infinito, o en los cerrados y soñadores, en la manera de expirar, en el último y silencioso adiós del guerrero, que se transmuta en un suspiro de energía pura. Es, por tanto, conveniente entrenar y entender también esta parte, para que al artista marcial no le pille por sorpresa y pueda salir victorioso de esta última batalla, donde el vencedor será aquel cuya última respiración sea la más bella. Natalia T. Espadas, mayo de 2016.

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Lo importante no es saber muchas cosas sino vivir algunas. La amistad es dar más que recibir; es generosidad y autenticidad. El amor es una gran fuerza que une las cosas y las mantiene. La sabiduría se revela a través de la acción, no de las palabras. Tolerar el mal es aliarse con él. Haced de vuestro mundo un mundo de ideas grandes. Que nadie se sienta solo, que nadie se sienta pobre, pues nadie está solo ni es pobre llevando consigo a Dios. Profesor Jorge Ángel Livraga Rizzi, fundador del movimiento filosófico a la manera clásica NUEVA ACRÓPOLIS Recopilado por José Antonio Vera de la Poza

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El domingo 10 de abril, se celebrĂł en el Centro Hispalia, un curso sobre las aplicaciones marciales de la Forma Feng Wei impartido por JosĂŠ Antonio Vera de la Poza. En las fotos se reflejan varios momentos de esta actividad.

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Este curso vino a completar otro anterior que realizamos el pasado año. En esta ocasión hemos estudiado las aplicaciones de los patrones Dan Bian (látigo simple), Xia Shi (la serpiente retorna a su antro), Bai He Liang Chi (la grulla blanca aletea), Lou Xi Áu Bú (cepillar la rodilla), Shou Hui Pi Pa (tocar el laúd), Chuan Shuo (la lanzadera) y Shan tong bi (el arquero). El sábado 14 de mayo se impartió un curso intensivo de Chi kung en el Centro Hispalia, sobre la Forma del Dragón (Kiu Liu). En la foto un momento de la práctica.

Esta forma pertenece al Chi kung taoísta original, estando compuesta de catorce ejercicios a través de los cuales realizamos un trabajo integral tanto de la anatomía interna como de la externa, alcanzando un notable grado en el desarrollo de la energía vital (chi). Como en años anteriores, el lunes día 13 de junio, se celebró en el teatro Gutiérrez de Alba, con motivo de la terminación del curso oficial 2015-2016, la clausura del periodo lectivo de la Universidad Popular de Alcalá de Guadaíra. La participación fue numerosa contando con una buena acogida del público asistente, siendo numerosos los elogios que recibimos. En las fotos que se incluyen en la página siguiente, se reflejan dos momentos de la práctica. TAO TIEN 30


Por último, estando próximo el periodo vacacional, os recordamos la conveniencia de mantener la práctica con la máxima frecuencia y regularidad posibles. Felices vacaciones. Redacción de Tao Tien

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TAO TIEN ASOCIACIÓN DE ARTES MARCIALES INTERNAS VINCULADA AL INSTITUTO DE AA. MM. FILOSÓFICAS BODHIDHARMA PRÁCTICAS DE TAI CHI CHUAN ESTILO YANG: CENTRO HISPALIA C/ DEL ACEITUNO, 5 41003 SEVILLA. TELÉFONO 954 53 45 68 CENTRO CÍVICO "LAS COLUMNAS" C/ PUREZA, 79. SEVILLA TELÉFONO 955 47 15 60 UNIVERSIDAD POPULAR. CASA DE LA CULTURA. ALCALÁ DE GUADAIRA. SEVILLA. TELÉFONO 955 79 63 85 INSTRUCTOR: JOSÉ ANTONIO VERA DE LA POZA josanvera@yahoo.es TELÉFONOS 651 02 86 31 Y 955 31 22 29

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