GABRIEL LÓPEZ ALBARRÁN
GENTE
Nacho Figueras
el señor del polo
N
o todos los días se le v a n t a u n a sabiendo que va a entrevistar a Nacho Figueras. “Es uno de los mejores jugadores de polo del mundo”, dicen; “figura en casi todas las listas de los hombres más sexys”, comentan. Basta con escribir su nombre en Google para que salte a la vista la cantidad de enlaces que reseñan la vida de este jinete delgado, de cabellos negros y la gracia de un caballero europeo. Es difícil perderlo de vista cuando camina entre la gente. Johnnie Walker lo eligió como el “Game Changer” de su edición Blue Label, y al parecer, han acertado con la elección. Figueras sabe jugar a dos bandas. Y no es para menos, con cuatro hijos y casi 400 caballos, aparenta conocer la estrategia de cualquier partido. Montar el caballo, y desmontarlo. Y así, con tantos adjetivos sobre sus hombros, pero sin atisbos de grandeza, Figueras entra en la sala de la entrevista. Saluda a todos los presentes y se sienta calmo. Con la barba descuidada –ha venido directo desde el aeropuerto-, mahones y una chaqueta azul marino, nos contesta todas las preguntas sin vacilar. “Para mí ser el “Game Changer” de Johnnie Walker Blue Label (JWBL) es un honor. Un “Game
“LA VIDA TE DA muchos desafíos”, dice Nacho Figueras. “Hace poco, jugando polo en Inglaterra sufrí el peor accidente de mi carrera, me caí y me quebré la cadera. Pero ahora estoy muy deseoso de retomar el polo con mucha más fuerza y mucha pasión. Y de eso se trata ser “Game Changer”, de ser emprendedor en todas las facetas de tu vida, dejar un legado por dondequiera que vas, y enriquecer a aquellos en tu camino”.
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Changer” es alguien que se destaca en lo que hace, pero que da un paso más allá en su profesión. En mi caso es jugar al polo, el polo es mi pasión. Es lo que me gusta, es lo que hago; pero intento cuanto más puedo usarlo como plataforma para ayudar a los demás. Esa es la parte de mi carrera, de mi vida, que JWBL destaca, así que para mí es un honor que así lo consideren”. A Figueras no le gusta hablar de él. “Sí, porque no soy yo quien debe hacerlo”, advierte. Pero es inevitable la pregunta: ¿se considera un nuevo canon de belleza? Risas. “¿Y quién dijo eso?”, responde con una pregunta, pero prosigue con la contestación. “Mira, no, no me considero… (pausa para pensar): para mí lo más importante realmente es tratar de devolverle a la vida, todo lo que la vida me dio. Me considero una persona bastante afortunada en todos los niveles de la vida. Tengo una familia lindísima. Encontré muy temprano al amor de mi vida y tengo cuatro hijos increíbles, y además, puedo hacer lo que me gusta, que es el polo. Entonces en eso se resume todo”. Amante de los caballos, el jinete no se piensa en otro espacio que no sea el establo. “Me cuesta imaginarme en algún otro lugar. Pero me gusta el arte, me gusta la arquitectura. Si me apuntaran y me dijeran: ¿qué tenés que hacer ya?; yo seguro diría arquitecto”, confiesa.
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SAMANTHA DÍAZ ROBERTS SAMANTHA.DIAZ@GFRMEDIA.COM
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