Mundo Hispánico | Atlanta | 25 al 31 de Enero de 2018
MUNDO A13
→ La iniciativa está liderada por una emprendedora mexicana que además enseña a otras mujeres la labor
Puntadas a favor de la comunidad ●
Samantha Díaz Roberts
Samantha.diaz@mundohispanico.com
No importa cuán frío esté o cuán cansadas se sientan, ellas estarán ahí. Acudirán a su cita como de costumbre sin que nada interfiera en sus planes. Podrán estar saturadas de trabajo, pero llegarán. Tienen un compromiso que cumplir. Tejen, tejen y no paran de tejer. Son como hormiguitas silenciosas que laboran sin cesar. Tan solo se oye la aguja cuando se dispone en la mesa para cambiar de patrón, o alguna pregunta tímida sobre un tejido en específico. Se trata de Ladies of Crochet, un grupo de hispanas tejedoras radicadas en Atlanta que se reúnen todos lo martes de enero para elaborar y donar los gorritos que las enfermeras pondrán a los recién nacidos que nazcan durante el mes de febrero con problemas del corazón. El conjunto está dirigido por Marcy Ramos, una mexicana emprendedora que además le ofrece clases de costura y tejido al grupo de mujeres durante el resto del año. “Somo un grupo de 10. Y en septiembre pasado empezamos a tejer para los bebes del síndrome del sacudido y gracias a Dios hicimos 365 gorros”, explicó Ramos. De ese proyecto surgió entonces su interés por colaborar con la Asociación Estadounidense del Corazón y The Children’s Heart Foundation. Ambas entidades buscan todos los años alguien que pueda hacer ganchillo y elaborar sombreros rojos para bebés nacidos en febrero. “Los sombreros ayudan a enviar un mensaje a los padres para que vivan vidas sanas para el corazón y para
FOTOS: SAMANTHA DÍAZ | MH
Latinas tejen los gorritos que ponen a los bebés con enfermedades del corazón.
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ayudar a sus hijos a hacer lo mismo”, destaca un comunicado de la asociación. Ramos lleva cerca de un año colaborando con el proyecto ‘Little Hats, Big Hearts’, que no solo se desarrolla en Atlanta, sino a través de todo Estados Unidos. Y su deseo por ayudar se extiende a su grupo de estudiantes. “Hoy estamos haciendo gorros para los bebés del corazón y nos reunimos todos los martes en esta panadería durante tres horas. Ellos me mandan una dirección y todo mi grupo empieza a compartir para mandar el pedido al hospital que nos digan. Otras veces los hemos mandado a Ohio. Nosotras mismas costeamos el envío”, detalló Ramos. “Algunas tejen hasta en su casa, en sus horas libres”, añadió. Pero Ramos insiste en recordar que no es un proyecto que trabaja sola. “No nada más estoy yo. Es el trabajo de todas nosotras. Colombianas, salvadoreñas, mexicanas… De ellas aprendo a estar unidas y ayudarnos entre nosotras”, dijo. Además, no es la única colaboración en la que trabajan.
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“Hace como tres años me nació hacer gorritos para mujeres con cáncer. Fui a una caminata a favor de la prevención del cáncer y me di cuenta de que no habían muchas latinas. Entonces con mi mismo grupito de amigas y estudiantes empecé a llamar a más para que se unieran. De ahí nos motivamos a hacer banditas y las regalábamos en la caminata…”, narró. También cooperan con programas que sirven a ancianos y a niños con necesidades económicas. “Apenas donamos 50 gorros para niños de bajos recursos y fue muy emotivo porque juntamos juguetes, pero ellos querían más el gorrito para andar calentitos. Es muy gratificante porque cuando le comento a mi grupo de tejedo-
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ras que vamos a hacer gorritos para alguna causa, se ponen manos a la obra y se entusiasman”, explicó Ramos. La tejedora, que renunció hace unos ocho años a su trabajo regular para emprender y dedicarse de lleno al tejido, cuenta que las horas que pasa tejiendo junto a su grupo son terapéuticas y le ayudan a entablar lazos con ellas mismas y con su comunidad. “El apoyo que nos transmitimos las unas a las otras es bonito. Nos da fuerzas. Es muy importante porque son tres horas de clase que son tiempo para ti… Vivimos en un país que es un corre y corre. Pero aquí se detiene el tiempo. Las que están pasando por problemas, se les aligera la carga”, comentó.
Una premisa que confirman sus estudiantes. “A mí me sirvió para relajarme, para enfocarme en algo, más que nada. Fue como una terapia para mí”, contó Esther Moreno, una mexicana que forma parte del grupo y que conoce a Marcy hace 20 años. “Me enseñó a tejer gorritos y bufandas”, agregó Moreno. Para Claudia López, también de México, el sentir es el mismo. “Me llamaba la atención tejer. Y no tengo el talento, pero me encanta hacerlo porque me ‘desestresa’, me relajo y aprendo. Y vengo a compartir con Marcy y mis amigas. Me fascina”, dijo López. “Es importante que como mujeres nos desarrollemos. Si hay algo que te gusta, échale ganas y ayuda a los demás”, agregó López. ■
1 Marcy Ramos junto a sus
estudiantes. Durante el mes de enero se reúnen para tejer los sombreritos.
2 Todas las semanas se suman nuevas alumnas para colaborar con la iniciativa. 3 El proyecto ‘Little Hats,
Big Hearts’ busca crear conciencia en la comunidad sobre la prevención de las enfermedades del corazón.
4 Ramos llegó al país en 1997 y emprendió su negocio de tejidos, Ladies of Crochet, hace unos ocho años. Desde entonces, da clases y colabora con causas sin fines de lucro, en las que inmiscuye a otras mujeres de la comunidad.