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EDICIÓN ESPECIAL
| Jueves 14 de marzo de 2013
bergoglio, papa | divisiones en la iglesia
La Iglesia de la que se hará cargo el nuevo papa Jorge Mario Bergoglio hereda una macroestructura bajo la que se organizan en estratos más de cuatro millones de personas
JERÁRQUÍA ECLESIÁSTICA
LA CURIA
PORCENTAJE DE MIEMBROS DE LA IGLESIA POR CONTINENTE:
AMÉRICA
EUROPA
ÁFRICA
ASIA / OCEANÍA
JEFE DEL ESTADO VATICANO
Papa El primer papa americano se hace cargo de una Iglesia Católica donde la proporción de fieles del continente es cada vez mayor
Cardenal Secretario de Estado (nº 2 del Vaticano)
Cardenales El sacro colegio de cardenales provee al Papa los consejeros y los jefes de su administración
49 (26,8%)
95 (51,9%)
16 18/5 (8,8%) (9,8%/2,7%)
SECRETARÍA DE ESTADO
183
Desempeña todas las funciones políticas y diplomáticas de la Santa Sede. El actual secretario de Estado es el cardenal italiano Tarcisio Bertone
Obispos Son los responsables del gobierno de las diócesis
1762 (37,5%)
1511 (32,2%)
617 (13,1%)
679/126 (14,5%/2,7%)
4695
Secretario de Asuntos Generales
Sacerdotes Son colaboradores del obispo y santifican y gobiernan a la comunidad cristiana que le confía el obispo
121.394 (30%)
203.751 (50,3%)
29.274 (7,2%)
Secretario de Relaciones con los Estados
45.790/4849 (11,3%/1,2%) ESTRUCTURA QUE DEPENDEN DE LA SECRETARÍA
405.058
Diáconos permanentes
El Sumo Pontífice tiene los plenos poderes legislativo, ejecutivo y judicial. La Secretaría de Estado depende de él
30.097 (Diáconos permanentes)
Son colaboradores de los sacerdotes en la administración de algunos sacramentos y en las actividades de caridad y de asistencia social
19.651 (65,3%)
9772 (32,4%)
336 143/195 (1,2%) (0,5%/0,6)
83.329 (8,8%)
180.173/13.226 (19%/1,4%)
9 congregaciones dirigidas cada una por un prefecto
30.097
Religiosos
12 consejos pontificales
Cristianos que se comprometen a vivir en comunidad y a seguir el dictado de la Iglesia
280.220 (29,4%)
394.011 (41,4%)
3 tribunales
950.959 Misioneros y catequistas Desarrollan su actividad religiosa en su vida familiar, política y social. Están incluidos los catequistas, misioneros y otros
3 servicios administrativos
1.469.981 (50%)
376.315 (12,8%)
302.816/23.519 (10,3%0,8%) 1 banco
2.939.962
NUEVOS OBISPOS EN EL MUNDO Entre 2009 y 2010, por región
DIÁCONOS POR REGIÓN +0,77%
Europa -1 América 15
767.330 (26,1%)
MÁS SACERDOTES Y MENOS MONJAS Variación mundial entre 2009 y 2010
64,3% América del Norte
Sacerdotes 0,4%
-4% Frailes y hermanos
Monjas -1%
África 16
2,5% Otros
Oceanía -3
Un Episcopado alineado con el estilo pastoral de Francisco Perdió terreno en la Iglesia argentina la vieja distinción entre conservadores y progresistas; en sintonía con Bergoglio, Arancedo encarna posiciones dialoguistas LA NACION
A medida que en el Episcopado argentino se consolidó una conducción de estilo moderado, abierto al diálogo y distante de posiciones estridentes, en los últimos años fue perdiendo terreno en la Iglesia la clásica distinción entre conservadores y progresistas. Jorge Bergoglio, que sucedió en 1998 al cardenal Antonio Quarracino como arzobispo de Buenos Aires, presidió el Episcopado entre 2005 y 2011. Encarna posiciones consideradas ortodoxas en lo doctrinario –en sintonía con Juan Pablo II y Benedicto XVI–, pero se distingue claramente por un marcado acento pastoral que lo acerca a quienes enfrentan urgencias sociales. Otro sector, que indudablemente comparte la alegría por el papa argentino, no suele ver con buenos ojos la exposición de la Iglesia en temas que tienen resonancia política y, más allá de la proyección de la Conferencia Episcopal, prioriza la relación directa del titular de cada diócesis con el obispo de Roma. En ese grupo se encuentra, por ejemplo, el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, que mantiene buena relación con sectores de la curia romana, como el cardenal Leonardo Sandri. Este sector impulsa una Iglesia con una mirada “puertas adentro” y no tanta exposición. En el Episcopado, la línea mayoritaria se identifica con el liderazgo de Bergoglio, aunque presenta matices y diferencias que responden más a cuestiones de estilo que a posiciones doctrinarias o ideológicas. En ese sentido, a todos los enhebra una fuerte sensibilidad por la cuestión so-
La primera visita a la Argentina ^b^b^ Ya se especula con la
primera visita al país que hará el papa Francisco. Las fechas tentativas podrían ser en julio, tras su paso por Brasil, cuando viaje por la Jornada de la Juventud. O, quizá, sería en septiembre, cuando está prevista la beatificación del cura cordobés José Gabriel Brochero. Ambos compromisos ya habían sido asumidos por el papa Benedicto XVI. El único papa que visitó el país durante su pontificado fue Juan Pablo II, que lo hizo en 1982 y en 1987.
^b^b^ Como arzobispo de
Buenos Aires, Jorge Bergoglio siempre defendió la causa de Brochero, cuya beatificación fue aprobada el 20 de diciembre del año pasado. “Sería lindo que un papa jesuita beatificara a una figura que promovió los ejercicios espirituales de San Ignacio”, dijo a la nacion Santiago Olivera, obispo de la localidad cordobesa de Cruz del Eje. En Córdoba, Brochero fue adoptado como un símbolo por su obra social y religiosa.
-9% Religiosas -10% Sacerdotes de congregaciones -13% Seminaristas
Fuente: Anuario del Pontificio 2012, Celam, Atlas de las religiones (Le Monde Diplomatique).Vaticano, BBC / LA NACION
cial y por la concepción de la política como un servicio que tiene en miras al bien común. Esas posiciones, en la última década de gobierno kirchnerista, han llevado a la Iglesia a mantener reiterados enfrentamientos con el poder, a partir de los reclamos por la pobreza, la cuestión social y la corrupción. En esa misma frecuencia, aunque con una postura decididamente más dialoguista y conciliadora hacia los sectores políticos, se mueve el arzobispo de Santa Fe y sucesor de Bergoglio en el Episcopado, monseñor José María Arancedo, votado por los propios obispos a fines de 2011 para conducir el organismo. Con una fuerte vocación por la convivencia política y la institucionalidad, Arancedo promueve una relación de autonomía y cooperación entre la Iglesia y el Estado. Lo secundan como vicepresidentes primero y segundo del Episcopado el obispo de Neuquén, Virginio Bressanelli, que ha expresado reiteradamente la preocupación de las diócesis de la Patagonia por la situación social, y el arzobispo de Salta, Mario Antonio Cargnello. Además, el secretario general del Episcopado. Enrique Eguía Seguí, es uno de los obispos auxiliares de Bergoglio. La influencia directa del flamante papa en la conducción episcopal se refleja también en la inclusión de otros dos obispos que fueron auxiliares de él en la arquidiócesis porteña y hoy conducen dos organismos estratégicos, que atienden problemáticas sensibles: Jorge Lozano, obispo de Gualeguaychú y presidente de la Comisión de Pastoral Social, y Oscar Oea, obispo de San Isidro y titular de Cáritas. Con estilos y carismas diferentes,
0%
33,2% Europa
Asia 12
Mariano de Vedia
LA IGLESIA EN LA ARGENTINA Variación de religiosos entre 2000 y 2008
ambos comparten una peculiaridad, ya que sucedieron, cada uno en su respectiva función, al obispo Jorge Casaretto, una figura de fuerte predicamento en los últimos 30 años de vida de la Iglesia y uno de los principales referentes en el diálogo con el mundo político y social. “En el conjunto del Episcopado no hay tal vez figuras descollantes, como en otras épocas, ni referentes que expresen posiciones ideológicas extremas, como podían ser los obispos Jaime de Nevares y Miguel Hesayne en los años 70. Hay posiciones más homogéneas, con estilos distintos”, resumió ayer una fuente episcopal consultada por la nacion. Mensaje y alineamiento Con sus primeras palabras como pontífice y la elección de su nombre, Francisco se alineó con la tradición de la Iglesia de América latina y dejó en claro su opción por los pobres y por la búsqueda del diálogo, del acercamiento entre los hombres y la hermandad entre los pueblos. Más allá de las coincidencias naturales con el nuevo jefe de la Iglesia, se descuenta que habrá entre los obispos argentinos un alineamiento sustantivo a la prédica del nuevo papa. Y se apuesta a que el impacto que produjo la elección de Bergoglio al frente de los 1200 millones de fieles católicos en el mundo se traduzca en una renovada inyección de fe que revitalice a la Iglesia en el país y en la región. Los obispos insistirán, así, en la necesidad de extender la presencia de la Iglesia en lo que Bergoglio llama con frecuencia “la periferia”, para salir en busca de quienes viven en situaciones que los alejan de la vida de la fe y evitar “la enfermedad espiritual de una Iglesia autorreferencial”.ß
Los jesuitas, soldados y maestros del Papa
La Compañía de Jesús es una de las órdenes religiosas más influyentes en la Iglesia La elección del cardenal Jorge Bergoglio, sacerdote jesuita (SJ), como nuevo líder espiritual de 1200 millones de católicos produjo ayer un cimbronazo institucional sin antecedentes en la Iglesia: la llegada al papado de un hombre de la Compañía de Jesús, una de las órdenes religiosas más influyentes del mundo. Fundada por el noble y militar vasco Ignacio de Loyola en 1536, la Compañía fue creada como respuesta no institucional a la reforma protestante que en su veloz avance por Europa en el siglo XVI no paraba de cooptar católicos a su causa. En tan sólo cuatro años, un estático Vaticano advirtió entonces las virtudes de San Ignacio y la confirmó como orden religiosa el 27 de septiembre de 1540, previa presentación de las constituciones. La obediencia ciega al papa y la disciplina militar –la mayoría de sus integrantes entonces eran hombres de armas– fueron su sello fundacional “para seguir y cargar la cruz de Jesús” como “soldados” de la Iglesia. Un lema que aún se transmite a diario tanto en sus seminarios como en los colegios que tiene en más de 120 países del mundo. Pocos meses después de adoptado su denominación formal (Societas Iesu, Sociedad de Jesús), Loyola recibe la autorización de Pablo III para que comience sus misiones en el mundo entonces conocido. El ariete utilizado por la Compañía para contener a los rebeldes protestantes no fueron las armas, sino la palabra y la educación: con la fundación de colegios, universidades, seminarios y bibliotecas, forjan su reputación de brillantes educadores, prestigio que en la actualidad se mantiene inalterable. En América, la educación estuvo acompañada de innovadores sistemas de explotación agraria que asociaba a los pueblos originarios.
Formadora de las elites europeas y cada más cercana a los centros de decisión, la Compañía comenzó a experimentar en el siglo XVII el rechazo de algunos círculos y gobiernos europeos, que los combatían con expulsiones dosificadas. La supresión papal llegó en 1773 y se prolongó durante 40 años. Durante los siglos XIX y XX restauraron su influencia al punto de que al general de la Compañía (su superior) se lo conoce como el “papa negro” debido a su poder dentro de la Iglesia y al color de su traje. Sin embargo, tras el Concilio Vaticano II, la orden viviría otra prueba de fuego cuando algunos de sus integrantes, particularmente en América latina, simpatizaron con algunos postulados de la Teología de la Liberación, luego bandera de algunos grupos radicales de izquierda. En los últimos 40 años, la obediencia al Papa y el silencioso trabajo de sus líderes –entre ellos el de Bergoglio como director del seminario jesuita en la Argentina– protegieron a la orden de posibles desvíos dogmáticos y les devolvieron una renovada influencia en el Vaticano. O, como dicen sus miembros, “ser jesuita es reconocer que uno es pecador y, sin embargo, llamado a ser compañero de Jesús, como lo fue Ignacio”. Por su sede central en Roma, a pocas cuadras de los palacios pontificios, siempre pasaron teólogos, profesores y científicos jesuitas, la mayoría fuentes de consulta del papado. Pero pocos de ellos pasaron a ocupar cargos de poder en el Vaticano. Incluso el nombramiento de obispos o cardenales jesuitas, hasta hace poco, era excepcional. Desde ayer, las palabras del cardenal Jean-Lous Tauran anunciaron lo impensado. La llegada de un jesuita al trono de San Pedro.ß