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LA CONCEPCION DEL HOMBRE DE LA CULTURA
6 Respecto del desarrollo del cuno hist6rico, los intelectuales a veces estdn adelantados, a veces estcin atrasados, ,-aramente estdn a tiempo. Par lo demds, su June ion noes deci,- que hom es, esto es: ugistrar lo que pasn, sino inventa,el fu tuTO o ,-edescubri,- el prLSado_ 1 ~¡
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n sus numerosos escritos sobre el tema de relacion e ntre poliLica cultura, Bobbio ha constatado la existencia de un a gran vari ed ad E de modos para caracterizar a los intelectualcs, de acucrdo con las dey
finiciones, las tipologias y las figuras diferenciadas que han propuesto las diversas corrientes del pensamiento. En el res to, el Lema de los intelcctuales es perenne, porque constriiie inevitablem eme a replantear uno de los puntos cruciales de Ia filosofia occidental, representado por Ia relaci6n existente e ntre Ia teorfa y la praxis , en tre c l p e nsamiento y la acci6n, o , dicho de otro modo, entre Ia politica y b cu i LUra. Es precisamente a traves del modo de entender esta relaci6n que se hanjustificado los distintos analisis -muchas veces contrapuestos- que tienen como fin estudiar el universo que rodea a los intcl ec lual es . 2:Quienes son los intelectuales?
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Para responder a esta pregunta, Norberto Bobbio ha propuesto en primis Ia necesidad de formular una distinci6n e ntre las formas del poder. Un primer criterio es aquel de la tipologia d e los diferentes poderes: el econ6mico, el ideol6gico y el politico, es clecir, el pocler que deriva de la riqueza, del saber y de la fuerza. Esta tipologia puecle considerarse como un elemento constante en las teorbs sociales contemporaneas y por tanto nos pennite tener presente que a cliferencia del poder econ6mico2 y del poder politico, 3 el poder ideo16gico tiene 41
BOBBIO: LOS INTELECTUALES Y EL PODER
una importancia social por el hecho de que ha sido ejercido por los mas diversos sujetos: por los sacerdotes en las sociedades tradicionales, por los literatos, los cientfficos, los tecnicos y por los llamados "intelectuales" en las modernas sociedades secularizadas. Segun Bobbio, el poder ideologico es aquel que a traves del control de ciertas form as de saber -sean doctrinas, principios o c6digos de conducta- ejerce una cierta influencia sabre el comportamiento de los demas, incitando o persuadiendo a los diversos miembros de un grupo ode una sociedad a llevar a cabo una accion. A diferencia del poder economico y del pPder politico, el poder ideologico se ejercita con Ia P.#labra yen especial a traves de signos y sfrnbolos. En este sentido, el poder ideologico es ¡. aquel que se ocupa de Ia organizacion del consenso y del disenso. 4 Segun Bobbio, Ia importancia de este poder deriva del hecho de que gTa¡ cias al proceso de socializaci6n se han divulgado por media de "aquellos que saben" -sean sacerdotes, literatos o intelectuales-los valores y las normas cuyo conocimiento es necesario para que los diferentes grupos sociales permanezcan unidos . Para poder establecer quienes son los intelectuales es indispensable comenzar con Ia etimologfa de Ia palabra. Bobbio subraya que si bien el tema es antiguo, el nombre es rdativamente reciente: "EI termino es introducido cuando se comienza a discutir sobre el problema de Ia incidencia de las ideas en Ia conducta de los hombres en sociedad y puede remontarse en general al ruso intelligencija". 5 El significado del termino "intelectual" nose puede disociar de aquel de intelecto ode inteligencia, y por tanto "del uso prevaleciente de operaciones mentales y de instrumentos de investigacion" que tienen relacion con el desarrollo de Ia ciencia. En el sentido moderno de Ia palabra es dificil aplicar este concepto tanto a los representantes y a los depositarios de Ia sabiduria de las sociedades primitivas, como a los sacerdotes en las sociedades eclesiasticas. En el mundo contemporaneo el termino "intelectual" se ha convertido en una palabra dellenguaje comun, usada generalmente -segun las diversas interpretacionespara designar un gTupo, un ran go, una categorfa o una clase social. Sin embargo, Bobbio advierte que independientemente de la interpreta-
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cion que se utilice en su definicion, los intelectuales tie nen una funcion especifica propia y un papel propio en Ia sociedad. 6 El significado deltennino -utilizado generalmente en plural y como nombre colectivo- ha evolucionado sin perder del todo Ia connotacion de "antagonista del poder", entendida principalmente como una posicion de distancia crftica. Para Bobbio tal distancia significa, sobre to do, que el intelectual respecto de Ia polftica debe ser "independiente pero no indiferente".7 A pesar d e que estos sujetos historicos h a n sido generalmente llamados "intelectuales", nose debe olvidar, cuando se discute sabre su origen y su funcion, que estos sujetos han exist.ido siempre, con diferentes nombres, segun los tiempos y las socicdacles: sabios, doctos, filosofos, clcrigos, hombres de letras, literalos. 8 A juicio de Bobbio, el antecedente historico mas convincent:e d e los inte lectuales de hoy puede estar representado por los fJhilosoph es de l siglo XV!ll. 9 Por otro !ado, el descubrimiento de Ia imprenta en el mundo moderno permitio Ia multiplicacion de los mensajes, aument~mdo el numero de los que viven no solo "para las ideas sino tam bien de ideas". 10 En este contexto, Ia tigura tipica del intelectual se transforma en b del escritor y del autor de libros. Adem.as, con Ia difusi on del radio y de Ia television se ha extendido enormemente el espacio y Ia inOuencia de Ia palabra hablada, sin que haya disminuido por esto Ia imponancia de Ia palabra escrita. La consecuencia de este fenomeno ha sido Ia formacion de una mas amplia opinion publica, que constituye el referenLe principal de los intelectuales. En un cierto sentido, el fen6meno de Ia formacion de Ia opinion publica y el de los intelectuales e n Ia "dimension moderna de Ia palabra" son, ajuicio d e Bobbio, fen6menos concomitantes. Definiciones
De acuerdo con Bobbio, es posible formular una clasificacion sobre quicnes pueden ser los intelectuales con base e n diferentes criterios de definicion. II El primer criteria que es posibl e resaltar es el relativo al "tipo de trabajo", que se expresa en la distinci6n entre "tra-
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Para el es posible establecer un tercer criteria de definicion: aquel que consiclera una "acepcion intermedia" referida sabre todo a "que hacen los intelectuales". Desde este punta de vista pueclen co nsiclerarse a todos aquellos SLUCLOS que son creaclores, porr.aclores y difusores de ideas. 14 Mas cxactamente se puede decir que son intclectuales todos aquellos que "de hecho o de dcrecho", en un determinado periodo historico yen precisas circunstancias de tiempo y de lug:u, son consideraclos los sujetos a los cuales ha sido asignacla Ia fun cion de elaborar y de difundir conocimientos, Leorfas, doctrinas, ideologias , concepciones del munclo o simples opiniones, las cuales constituyen los sistemas de ideas de una de[erminacla sociedad. 15 Tal deiinici6n puede set- correctamente limitada a men ofideas 16 y, aunque es un~t definicion muy gene rica, sirve para evitar Ia confusion que se prc:senta cun Ia distincion entre los "intelectuales" y todos aquellos que desarrollan un rrab.:uo intelectual, en el sentido de trab~o no manual. Por tanto es considerable intelectual quien tiene que ver con Ia elaboracion y Ia transmisi6n de las ideas, aunque no hay que olvida1- que e n los t.'tltimos tiempos esta defmicion ha originado eli versos moclos de mostrar y de concebir Ia [uncion de los intelectuales. Eobbio consicle ra m;'is ~tpropia clo ubicar el problema utilizando el termino en una dimensi o n neutral. De hecho, a[inna que los intelectuales no constituyen jam ~'is, excepto en cl caso de las socieclades teocriticas, los depositario~; de un cuerpo de cloctrinas. El uso neutral del termino, que presuponc Ia incxistencia de juicios de valor -segun el cuallos inr.electuales pucdcn ser para algunos buenos y para otros malos- permite el estudio de la in!luencia de las ideas en el desarrollo de una determinada sociedad. En otros tenninos, el problema de los intelectuales se presenta "cuando se habla de Ia incidencia (ode Ia falta de incidencia) de las ideas sabre Ia conducta de los hombres en Ia sociedad".17 Respecto de Ia existencia de ou-as posibles defmiciones, Eobbio sostiene que nose debe consiclerar a los intelectuales como representantes de una "categorfa homogenea", o pear aun, una "corporacion" como Ia de los m edicos o una "casta" como Ia de los militares. Existen muchas otras d e finiciones que demuestran la multiplicidad y lo conlradictorio clc los conce ptos 45
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que pueden ser comprendidos dentro de Ia simple expresion "intelectual"; por ejemplo: "interprete y portavoz del espiritu, misionero o funcionario de Ia humanidad, guardian de Ia verdad etema, tutor o pedagogo de Ia nacion [ ... ] o a! contrario critico y antagonista del poder, vanguardia de Ia clase revolucionaria, guardian feroz de Ia ideologia y, segun las circunstancias, comprometido o indiferente".1 8 Un elemento comun a estas definiciones es que tienen un nexo con todo aquello con que se relacionan las ideas. En otros terminos, si se quiere limitar Ia extension del concepto de modo de hacerlo utilizable, es neces<H.io tomar en consideracion a todos aquellos que se 4\.CUpan profesionalmente de las ideas. 19 En este sentido, Bobbio pro pone una definicion muy precisa: "Los intelectuales son todos aquellos para los cuales el Lransmitir mensajes es Ia ocupacion habitual y consciente, no solo, y para decirlo en un modo que puede parecer brutal, casi siempre rep,-esenta tambien el modo de ganarse el pan."2° En sintesis, en cada epoca hist6rica han existido al interior de cada sociedad representantes del poder ideol6gico; sin embargo, cuando hoy se habla de intelectuales se haec referencia a un fenomeno especificamente moderno que esti vinculado a Ia "separaci6n de Ia ciencia mundana, Ia cual antes estaba clirigida a Ia naturaleza y que solo posteriormente se ocupo del estudio del hombre y de Ia sociedad". En este sentido, es posible resaltar a lo largo de Ia historia diferentes "figuras de intelectual", las cuales son un producto especifico de las diversas concepciones que han existido sobre Ia fun cion de los intelectuales. Antes de iniciar el analisis de esta tematica he considerado importante mencionar dos aspectos que Bobbio considera fundamentales para una correcta definicion de los intelectuales: se trata, por un !ado, de Ia importancia que tiene elmomenta hist6rico en Ia definicion de los intelectuales y, por el otro, de su responsabilidad historica. Veamos esto en detalle. Segun Bobbio, los intelectuales son ¡expresion de Ia sociedad en Ia cual viven y, en este sentido, es posible verificar un vinculo estrecho entre el intelectual y su tiempo: "Cada sociedad, en cada epoca, ha tenido sus intelectuales, es decir, un grupo mas o menos extenso de individuos que ejercen el poder espiritual o ideologico de modo con46
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Lrapuesto al poder temporal o polftico." 21 En este sentido , uno de los criterios para distinguir los diferentes tipos de sociedades puede ser aquel del mayor o del menor poder que tienen los intelectuales respecto a otros grupos sociales: "En un extrema se encue ntran las sociedades ideales en las cuales los intelectuales estan en el poder y para las cuales han sido acufiadas diversas expresiones como: iero cracia (caracterizada por el dominio de los sacerdotes); clerocracia ((jue se distingue por el dominio de los eruditos); sofocracia (donde dominan los filosofos); idcocracia (dondc el gobierno se funda en Ia imp osici6 n de los principios ideologicos); y logocracia (que es el gobierno de los retoricos)". AI otro ext:remo sc encuentran las socicdadcs rcalcs, en las cuales el principia central que las pone en movimicntu cs adverso a Ia "inteligencia": Ia plutocracia (caraterizada por el clominio de Ia riqueza); Ia bancocracia (donde cl poder esta en pocler de Lt banca); Ia estrateocracia (clonde gobiernan los militares).~~ Segun Bobbio, esta diversa ubicaci6n se encuentra estrechamente ligacla con b responsabiliclacl que los intelectua les tienen con su momenta historico. En efecto, antes de concluir considero necesario ocuparme brcvementc de Ia co ncep cion "bobbia na" acerca de Ia responsabilicbcl hist6 ri ca de los intelectuales. En relacion con esle asunto, nuestro autor afirma que cuando en el escenario politico irrumpe una accion, un movimiento o una iniciativa que no corresponde con los ''es(juemas tradicionales", en realidad se esta discutiendo con particular intensidacl sabre las relaciones que existen entre los intelecr.uales y Ia politica, ye n Lal sentido "se replantea el debate sobre Ia responsabilidad de los hombres de !a cultura de cara a los problemas cruciales de su tiempo ". ~:J La primera referencia a este problema Ia encontramos en 1954, cuanclo afirma que los intelectuales "no tienen privileg-ios, sino debe res y f unciones", y que por tanto noes correcto atribuir "Ia responsabilidad de su esteriliclad a Ia sociedad sino mas bien a sf mismos [ ... ] cad a sociedadtiene los intelectuales que !e convienen y si Ia sociedad esta convulsionada, atrasada o enferma, los grupos intelectuales no pueden no resentirlo. Mientras mas atrasada sea Ia sociedacl, tam bien los intclectuales seran retoricos, ideologos, despreciadorcs de las tecnicas, exaltaclores de un
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saber contemplaLivo que pregona Ia propia total inutilidad".2 4 Esta afirmaci6n demuestra que los inLelectuales no solo existen, sino que tambien ejercen una influencia real que es necesar1o tomar en consideraci6n. Con esLe prop6sito es importante aclarar que el "concepto de responsabilidad" puede entenderse como el deber de calcular, antes de actuar, las consecuencias de las propias acciones.2s Por un !ado, seglin Bobbio, se dice responsable, o mejor dicho, que tiene sentido de responsabilidad, un hombre que antes de actuar se preocupa de prever cuiles senin los efectos de su acci6n. En cambio se dice irresponsa!;>le aquel que acu1a o por su propia cuenta u obedeci~ndo a principios en los cuales cree ciegan1ente sin preocuparse de lo bueno o malo que se pueda derivar de sus acciones . Del mismo modo, Bobbio presenta en terrninos muy claros que cosa entiende por irresponsabilidad de los intelectuales: "IndependienLemente de la sociedad y del periodo hist6rico en el cual viven, los intelectuales pueden sostener cualquier razonamiento y comporLamiento: siempre seran inocentes". Al respecto afirma de manera muy dura que: "es demasiado c6rnodo, en verdad demasiado c6modo, separar las obras del intelecLo de la historia que las ha generado y de aquella que ellos han col1[ribuido tambien por vias indirectas a generar, a colocarse en una especie de status naturae incon<tptae, en un estado de perpet:ua inocencia, no manchado por el fango de Ia historia". 26 Los inlelectuales, seglin Bobbio, de ben ser considerados responsables de lo que escriben y de lo que hacen y, por tanto, es importante reforzar Ia convicci6n de que existe una precisa y bien identificable responsabilidad entre las cosas del mundo y Ia funci6n de los intelectuales. Del mismo modo, ellos deben atribuir Ia falta de responsabilidad a si mismos y no a Ia sociedad en Ia cual viven. En esta perspectiva, los intelectuales deben asumir Ia responsabilidad de sus decisiones y de las consecuencias que se derivan a partir del momenta que ellos estan estrechamente vinculados con Ia forma en que se ejercita el poder ideol6gico. De acuerdo con esta interpretacion es indispensable ser conscientes del hecho de que hoy han cambiado enormemente las dirncnsiones de este poder y los medios con los cuales los intelectuales
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pueden hacer conocer y hacer valer las propias ideas. Bobbio sostie ne que e l aumento y Ia extension de este poder debe scr eq ·_~ivalcnLe a un incremento en Ia responsabilidad, pues "hablar de responsabilidad de los intelectuales significa que tambien ellos como todos deben responder a alguien".27 Para los intelectuales Ia responsabilidad ha sido siemp,-e moral y juridicamente un hecho subjetivo e individual, en cambio Bobbio propone que el intelectual deba responder en primera persona de sus propias ideas. En este sentido, sostiene que e l problema de Ia responsabilidad tiene dos aspectos: el primero se rcfiere a b responsabilidad "co mo conciencia de la pro pia acci6n", el segundo, en cambia, se relaciona con el "hacia quien sees responsable". Es en tal contexto que resu!La importanLe tener prese nte que independicntemcnte del Iugar que ocupan los intelectuales en Ia socieclad, eslos tienen una precisa responsabilidad hist6rica. A estc respecto, un ultimo aspecto en Ia caracterizaci6n que Bobbio realiza sobre e l problema de los intelectuales se refiere a Ia funci6n politica que desempei1an los hombres de Ia cultura. Tareas o funciones
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Algunos de los problemas que con mayor frecuencia surgen cada vez que se cliscute sobre Ia funci6n de los inteleCLuales en Ia sociedadlos representan los siguientes aspectos : a) el debate acerca de si ellos constituyen un grupo o una clase; b) de si tienen una funci6n especffica y de ser asi cual es esta; c) de si esta funci6n est~1 vinculada a las condiciones deltiempo en el que viven; y, final mente, d) Ia discusi6n ace rca de su tarea y sobre siesta puede tener un caracter politico. Respecto a! debate relacionado con el problema de silos intelectuales constituyen un grupo o una clase, Bobbio sostiene que de acuerdo con las dive,-sas interpretaciones se presupone que los hombres de Ia cultura forman parte de un grupo, de una categoria o de una clase social y que, por tanto, tienen una "funci6n propia y un papel especifico en Ia sociedad".28 Es importante tener presente que aunque los intelecLUales se::tn consiclerados un grupo, una categoria o una cbse, esto no sig-
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nifica que todos aquellos que ejercitan Ia profesion de las ideas Ia conciban del mismo modo. En efecto, por cuanto se refiere a su tarea o su funcion, Bobbio afirma que es necesario partir nuevamente de Ia definicion neutral que considera al intelectual como aquel sujeto que "no hace cosas sino que reflexiona sobre las cosas, no maneja objetos sino simbolos y que: sus instrumentos de trabajo no son las maquinas sino las ideas". Es en este sentido, que a los intelectuales les corresponde Ia funcion multiple de "incitar, exaltar, fomentar, persuadir y disuadir, aconsejar, convencer, amenazar y aterrorizar, educar y maleducar., liberar y oprimir, estimular y desestimular, seducir....alabar, sugestionar, y, naturalmente, tambien algunas veces, haccr reflexionar". 29 Cuando se discute sobre el papel de los intelectuales, resulta evidente que "algunos tratan de definirlos en forma despectiva como aquellos que se dedican a Ia creacion del consenso (se entiende del consenso con los poderosos del momenta)". Una afirmacion de este tipo, sin embargo, parece olvidar, nuevamente por un error de falsa generalizacion, que existen tambien intelectuales que practican el disenso en Ia parte opuesta. 30 De este modo Bobbio sostiene que a lo largo de la historia es posible conslatar Ia exist:encia de diversas imerpretaciones sobre la funcion del intelectual y que cada una de estas corrientes d e pensamiento ha propuesto, a su vez, diferentes tipologias y modelos. Sin embargo, para el es importantc tener presente, por un lado, que "todas las definiciones son convencionales, es decir, dependen del uso que el que habla o el que escribe entiende hacer de este concepto", 31 y por el otro, que cada una de estas definiciones esta circunscrita a un determinado momenta y sociedad. Este conjunto de problemas siempre incesante obliga a qui en se ocupa del tema a interrogarse constantemente sobre uno de los "nudos cruciales" del pensamiento en occidente, que el representa Ia pregunta relativa a Ia relacion existente entre el mundo de las ideas y el mundo de las acciones. 32 En efecto, es gracias a! modo diferenciado de en tender esta relacion que se justifica Ia pluralidad de analisis que tiene por objeto el estudio de los aspectos que forman parte del mundo de los intelectuales. En esta perspectiva y de acuerdo con Bobbio, se puede derivar una primera
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conclusion referida a! hecho de que el hombre de Ia cultura expresa tanto las necesidades como el sistema rle valores y los ideales de su tiempo. Para analizar Ia propuesta bobbiana sobre el caracter politico de Ia funcion de los intelectuales es necesario referirse sobre Lodo a que hacen los intelectua les, ya que de este modo resulta eviclente que es solo a traves de una acepcion neutral del termino "intelectual" que es posible considerarlos como aquellos sujetos que son "creaclores, portado res y difusores de ideas". 33 La caracterizacion de Ia funcion polftica de los intelectuales, en efecto, tiene un cloble punta de partida: el-ejercicio del poder ideologico y del dialogo y del espiritu critico. En realidad, aquello que caracteriza al intelectual segun Bobbio noes tanto el tipo de trabajo que desempei1a sino el propio papel que descmpena en Ia sociedad. En tal contexto, Ia funcion de los intelectual cs sc encuentra relacionada con todo aquello "que se puecle hacer con bs ideas, es decir, con aquellos medios de formacion del consenso y del disenso".34 La ventaja que nos ofrece Ia definicion "intermedia" propuesta por Bobbio radica en el hecho de que es posible evidenciar que Ia funcion del creador de ideas posee un caracter politico, sobre to do a partir de que es posible establecer un vinculo estrecho entre los intelectuales y el contexta historico en el que viven y acLuan. cCmil funcion politica? He afirmado que uno de los puntas centrales de la propuesta bobbiana sobre las relaciones entre politica y cultura raclica en que los intelectuales son "clifusores de ideas" y que a traves del dialogo ejercitan una funcion politica especifica. Sin embargo, es necesario precisar que, segtin Bobbio, en el mundo contemporaneo se han afirmado diversas concepciones gracias a esta funcion y que para analizarla de modo integral es necesario estudiar tambien Ia concepcion que se tien e sobre el poder politico. Al respecto, Bobbio considera el problema del poder politico desde dos puntas de vista diferentes entre si, de un lado, ex parte principi.s, y del otro, ex parte populi: "el primer pun to de vista corresponde a aquel que se comporta como consejero del prin51
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~=E~S~Y~E~L~PO~D~E~R----------------------------------------~ipb~ Yque presume o finge ser el ponador de los intereses nacionales ancto en nombre del Estado; al contrario, el segundo punro de vislaacon·es . pon d e a aquel que se coloca como defensor del pueblo o de 1amasa , . , o como una c1ase ex' ya sea esta conce b.tda como una nac10n p Iotad "ss D d a · e acuerdo con esto, Ia respuesta que se da al problema t e~ende del juicio que se tiene sobre el poder politico. Cada intelecdua ,_cuando responde a esta pregunta, coloca su propia actividad en 0 d ~ ambttos distintos, que pueden ser en el del poder constituido o el de poder constituyente. Por otra parte, los mismos intelectuales pJ.Leen representar posiciones diversas de acuerdo cQPlos diferentes mo;e~tos hist6ricos siri sentirse en contradicci6n consigo mismos. 36 egun Bobb'10, extsten · d os concepoones · · · la pnmera · antagomcas: representad . l I 'd l . , doia · a por qm.enes exa tan . a v1 a con temp auva ?arangonanat .~ 011 la vtda acuva, y despreoan a aquellos que se pterden en las enuones del mundo· Ia segunda representada por quienes consideran ' ' que el hombre de la cultura tiene el deber de comprometerse con 1a acci6n · porque fuera de la comum'da d or d ena d a no extsle · sal . . po 1·Ltlca Ia vacton. En efecto, existen aquellos que utilizan las armas propias de 1 id ~ lehgencia (las ideas, las opiniones, las creencias, las doctrinas, los _ea es) para combatir el poder constituido, y naturalmeme las utilizan P · otro que consL'd eran meJOL · D e I m1smo · e ara . tratar d e constrUJr mo d o, Xtsten en co . . . ll . . f1 . so] .d· ~trapostcLOn aque os que ejercen sum · uenoa para conca/ E~r e:_gobterno de su palsY ~Quien tiene ~a_z~n y quien se equi:osob Pinner pun to de v1sta presupone un JULCLO de valor negauvo tu reel poder politico, a! sostener que "Ia tarea politica de los inteleccoa es e~ combatir el poder, partiendo del presupuesto que el poder · ' . " ; por su pa nstLtULdo ' cua1qUJera que este sea, es un ma1 en SI' mtsmo so~te, el segundo pun to de vista presupone un juicio de valor positivo le reel poder politico, afirmando que Ia funci6n politica de los inte. . e 1 po d er, ya que " e l po d er consutUJ. . d ctuales no constste en com b aur d~I cualquiera que este sea, es un mal menor respecto a Ia disoluci6n fu P~der que abre las puertas a Ia anarquia y a Ia guerra civil[ ... ] Ia l1CJon d 1 . . od , e os mtelectuales cons1ste [ ... ]en defender las razones del P er 38 A p · d · · · · puearttr e estos JUICLOS d eva lor so b re e1 po d er po 1'1t1co ·
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den identificarse diversos grados de compromiso politico de los inLelectuales. En este sentido Bobbio propane b siguiente tipologia: a) los mismos intel ectuales estan en el poder; b) los intelectuales cjercitan su inf1uencia sobre el poder, y estan fuera de el pero e laboran propuestas que pueden o no ser consideraclas; c) los intelectuales desanollan Ia funci6n de legitimar el poder constituido; d) los intelectuales se colocan en una actitud de constante critica del pocler; e) los intelectuales consideran que su funci6n es no tener ninguna relaci6n con e l quehacer de la "polis".39 Resta e l hecho de que e n cacb circunstancia la funcion politica de los intelectuales "no tiene un valor absoluto" porque puecle cambiar de acuerclo con los cliferentes rnomentus hist6ricos. En tal sentido, eljuicio que el intelectual da sabre e l pocler, sabre sus varias formas y sobre sus consecuencias, scan estas buenas o malas, sabre Ia existencia d e un poder o de un conu-apoder, o sobre Ia posibiliclacl de que no exista ninguno de estos dos tipos, puecle camb iar segun los tiempos y las circunstancias hist6ricas. Eslo seg{m una constataci6 n empirica de acuerdo con la cuallos opositores del pocler se convierlen en sus defensores cuando este cambia de signo. Del mismo modo, acontece que los apasionaclos del compromiso se convierten en promotores del no compromiso cuando se clan cuenta de que el obj e to de sus aspiraciones no COLTesponcle mas a sus ideales .'10 Bobbio a11rma que no existe una sola polftica d e los intelectuales sino que es posible iclentificar muchas descle el momenta en que existen diferentes interpretaciones sabre su funci6n politica: "El discurso sabre Ia funci6n de los intelcctuales me ha pareciclo siempre generico y esteril, ya que no existe una sola categorfa de intelectuales de la que se pueda decir que tiene una tarea especifica en Ia sociedacl, estos son en cambia quienes transmitcn las ideas y las cloctrinas, a veces con profunclas diferencias". 41 Otro aspecto fundamental de la caracterizaci6n formulada por Bobbio es que Ia funci6n politica de los intelectuales no debe ser, de ningun modo, confundicla con eltipo de participaci6n polftica que estos pueclen llevar a cabo dentro de un partido, de una iglesia o de un Estaclo. Asimismo, es importante tener presente que cada socieclacl concibc de manera cliferente a quicnes consiclera los representantes 53
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del poder ideologico, y, en tal sentido, se considera que una definicion neutral acerca de Ia funcion politica de los intelectuales tiene el , merito de acentuar sabre todo Ia relacion existentc entre Ia funcion de los hombres de cultura y el poder politico. 4 2 En relacion con este pun to, Bobbio precisa que "Ia funcion politica depende in primi.s de Ia dis posicion que tiene el hombre de cultura frente a los problemas politicos de su tiempo". En este marco analftico podemos establecer una primera premisa: no existe una sola polftica de los hombres de Ia cultura que tenga validez absoluta para todos los tiempos y, por tanto,Jesulta incorrecto decir que deben hacer los intel<;.ftuales en todas las circunstancias histori~as. Este es un problema que tiene multiples respuestas y que puede analizarse a traves de distintas opticas y en diferentes direcciones. He sostenido que cuando se pretende generalizar sobre Ia fun cion politica de los intelectuales se comete un grave error, ya que aunque los intelectuales elaboran y propagan ideas, doctrinas y a veces sistemas filosoficos, entre ellos existen grandes diferencias . Respecto a Ia politica: existen los utopistas y los reallstas, los famiticos y los cinicos, los amigos y los enemigos del poder constituido, los comprometidos y los indiferentes; respecto a las religiones constituidas: los creyentes y los no creyentes; respecto a Ia historia pasada: los tradicionalistas y los innovadores; respecto a Ia historia futura: los pesimistas y los optimistas. 4 3 Se puede concluir, por tanto, que el problema general de Ia relacion entre intelectuales y politica es un falso problema. Segun Bobbio, el acento debe ponerse no tanto en el contenido sino en el metoda, porque no existe un solo problema general acerca de Ia relacion entre intelectuales y politica, sino que existen tantas soluciones como diversa es Ia tematica.44 En efecto, el problema de los inLelectuales debe ser planteado de modo tal que pueda analizarse de manera individual, ya que quien escoge una determinada postura, debe ser ubicado dentro de un determinado contexto historico a modo de poder resaltar las finalidades politicas de los sujetos interesados. En realidad, me atrevo a afirmar que en Bobbio existe una linea de continuidad en su concepcion sobre Ia funcion polftica del intelectual, Ia cual mantiene hasta nuestros dias a pesar de sus multiples
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reformulaciones y replanteamientos. Par ejemplo, si comparamos un articulo escrito donde Bobbio sostiene que "Ia tarea de los hombres de cultura es hoy mas que nunca sembrar dudas y recoger cenezas", 45 con algunos parrafos escritos aiios despues en los cuales ;.~firma que los inLelectuales "no pueden sustraerse de las especificas responsabilidades politicas que derivanjustamente de su calidad de hDmbres de Ia cultura y de Ia conciencia de que a Ia cultura le corresponde Lambien una funcion de critica, de control, de regeneracion y de creacion de valores, que es a corto y largo plazo una funcion polit.ica, ob ligatoria y eficaz sobre todo en tiempos de crisis y de rcnovacion".~6 Esta tesis relativa a Ia tarea critica de los intel ectuales adquiere mayor consistencia cuando Bobbio se refiere a Ia "funcion de mediacion" del intel ectual, Ia cual expresa con claridad en los aiios seLenLa cuando afirma que: "a los intelecLUales no les corresponde Ia tarea de replantear formulas y de recitar canones. Les correspondc una labor de mediacion. Y mediacion no significa sfnLesis abstracta, mirada olfmpica, alejamiento magico, sino el observar [... ] con el interes del n1as ferviente de los espectadores y al mismo tiempo con el clesinteâ&#x20AC;˘Âˇes del mas rigiclo de los crfticos [ ... ] Pienso que esta labor de mecliacion en Ia actual circunstancia historica es extremadamente importanLe y cligna de ser llevada a cabo". 47 En sus mas recientes declaraciones Bobbio reafirma su concepcion acerca de Ia funci6n politica de los intelectuales sostenienclo que "durante los aiios que llevo entablanclo discusiones con inteleclUales de una y otra parte, he pregonado loas al mediador, quien e n el conflicto se situa por encima de los partidos, tratando de buscar y encontrar alguna posibilidad de acuerdo". 48 Estos ejemp los demuestran que las reflexiones de Norberta Bobbio consLituyen una importante referencia para analizar este problema, ensei1andonos con su actitud que cuando un intelectual discute sobre su funci6n y sabre su responsabilidad ante Ia sociedad debe aprender a respetar una "regia de oro" que puede expresarse con pocas palabras : s6lo a traves de una actitud crftica y tolerante es posible establecer, con igual dignidad y respeto, el dialogo con aquellos interlocutores que no piensan del mismo modo. Esjustamente en este sentido que Bobbio esta con-
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vencido de que "la batalla por el diilogo es una batalla politica por el desarrollo de la democracia". Sin duda, este conjunto de reflexiones acerca de la funcion politica de los intelectuales pueden considerarse como un pun to de partida uti! en la necesaria --e impostergable- tarea de analizar con metoda el papel que han desempenado los intelectuales mexicanos frente al poder polftico durante el presente siglo .
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. p::trtir de lo que formub Norberta Bobbio ace rca de las rcbciones existentes entre polftica y cultura, he identificado diversasjig1tn1s del intelectual, cada una de las cuales refleja una especiGca rcbcion con el poder politico. A panir de este criteria y p:1ra analiz:1rlas de man era sistematica, las reuno en cuatro grupos: a) eJ intelectual puro o ajJOlitico; b) el intelectual educado¡r; c) el intelectual revoluciona.,-io; y por Ctltimo, d) elfil6sofo militante. Con esta clasiGcacion me propungo, pur un lado, hacer evidentes las diferencias que existen en el ambito interprct:1Livo, especialmente en rebcion con Ia funcion politica d el intelcCLual y del otro, distinguir los elementos comunes que existen entre estas interpretaciones y bs figuras historicas de intelectuales en los siguientes periodos: durante el regim.en fascista; el que correspondc ;ti [ina! del segundo conflicto belico; y, finalmente, los Ctltimos treinta aiios. Es imponante recordar, para continuar con el discurso del capitulo precedente, que para Bobbio Ia nocion de intelectual asumc un significado preciso solamente si se le examina dentro de un determinado contexto hist6rico; en este sentido, las reflexiones se refieren pt-incipaiiTtente a! siglo XX. Si hacemos un breve ejercicio de comparaci6n, e ntre las interpretaciones de la fun cion polftica de los intelectuales y di[erentes jig11ras hist6ricas se puede constatar que a ambas las ha condicionado el particular contexto cultural y polftico en el cual se desarrollaron. Bobbio ha tratado de individualizar las diversas concepciones ace rca de Ia fun-
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cion politica examinando los escritos de algunos de los hombres de Ia cultura mas representativos del periodo entre las dos guerras mundiales, como es el caso de julien Benda, Romain Rolland, Benedetto Cro~e,Kar! Mannheim,Jose Ortega y Gasset, Antonio Gramsci y, como Umca excepci6n, dado que no pertenece a la misma epoca pero sin embargo desempeii6 un papel especifico en Ia formaci6n de Bobbio, Carlo Cauaneo, que puede considerarsele como uno de los intelectuales italianos mas significativos de finales del siglo XIX. La selecci6n que hace Bobbio se explica sobre rodo por el comportamiento que-estos hombres de Ia cul.tura tuvieron hacia Ia politic-a; es decir, el tipo de relaci6n que establecieron con el poder. Tal selecci6n permitira mostrar Ia existencia de figuras espedficas de intelectual, y, en este sentido, sera posible disr.inguir "cuatro puntos de vista tfpicos": 1 el primero Corresponde al del intelectual puro -que representan Julien Benda, Romain Rolland y Benedetto Croce-, de acuerdo con el cual "el intelectual no tiene una tarea politica, sino eminentemente espiritual"; el segundo lo encarna Ia figura del intelectual que defiende el compro7n1So jJolitico parcial y considera su funcion primariamente "teorica, pero tam bien mediatamente polit.ica, porque le em-responde elaborar la sfntesls de varias ideologfas"; en este sentido, puede tener una "funcion educadora de las masas", como son los casos de Karl Mannheim y de Jose Ortega y Cassel. El tercer pun to de vista co1Tesponde a Ia figura del zntelectual revolucionario --que representa Antonio Gramsci-, segun el cual "Ia funcion del intelectual es eminentemente politico-cultural"; por ultimo, aqud de1Jil6sofo militante, que representa Carlo Cattaneo al afirmar que "Ia funcion del intelectual es tambien politica, pero su politica noes Ia ordinaria de los gobernantes sino Ia de Ia cultura, yes una politica extraordinaria, apta para los tiempos de crisis". Para buscar confrontar el problema de Ia funcion politica de los . 111 l~lectuales con las diversas posturas que estos han asumido ante Ia 50 Ciedad, analiza en detalle Ia concepcion de Bobbio en relacion con esos autores para reagruparlos en una tipologia. Es importante tener presente que en cada epoca yen cada sociedad han existido determinados tipos de intelectuales, lo flUe implica que hay que discutir la re58
lacion que es posible establecer entre Ia politica y la cultua segCm diferentes periodos hist6ricos. Bobbio, preocupado por estc problema, ha trataclo de resolverlo a traves de Ia siguiente pregunta: 2Cuitl intelectual para cual politica?, para lo que estudia los limites y Ia naturaleza del compromiso politico de los intelectuales. En las socieclades modernas los profesionales de las ideas han asumido diferentes papeles o funciones polfticas, las cuales estan estrechamente lig-..tdas a Ia concepcion que estos tienen de Ia politica y de Ia cultura; estas conccpcion es, a su vez, han permitido Ia existencia de una multiplicidacl de acti tucles polfticas. Se puede afirmar que cada figura intelectual se confonna a partirde corno juzga al poder y de las consecuencias que de eso se pueclen clerivar. Para considerar est.e problema, Bobbio analiza cuilcs han sido esas diferentes actitudes de los intelenuales.2 SegCm estc criteria, clasifique los dis6ntos componamientos como sigue: un primer grupo de aquellos que consideran que Ia tarea del intelectual consistc en Ia no participacion en el podcr politico; un segundo, de todos aquellos que estiman que Ia funcion de los hombres de Ia cultura tiene como premisa basica algun tipo de participacion en c! poclcr politico; y un tercer grupo con aquellos que id entifican su tarea polit.ica con Ia "politica de Ia cultura". El intelectual puro: Benda, Rolland, Weber y Croce
En este caso el no-compromiso es total y nose ticne inte ncion de establecer ninguna relacion con el poder. Es Ia tesis de Ia contraposicion rfgida entre Ia teorfa y Ia practica, el divorcio tOt3l entre ambas instancias para defender una postura de "no compromiso" y proclamar el mas absoluto clesintercs por participar en Ia polftica. En realidacl, este tipo de intelectual posee una concepcion antagonica que considera a Ia politica como dominio exclusivo para Ia conquista del poder, por tanto clefi e nde Ia antitesis emre teorfa y practica. En esta perspectiva, Ia valoraci6n que el intelectual hac.e del poder presupone ubicar a Ia cultura en un plano superior, y se Ia sub lima res pee to ala pnlftica. Zl pocler politico es consideraclo como un mal y Ia tarea del intelectual debe li-
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mitarse a cultivar la teo ria, rechazando en cualquier caso o circunstancia participar en el poder politico constituido, este representado por un partido, una iglesia o un Estado. Los mas importantes representantes de esta concepcion son Julien Benda y Romain Rolland. Para el p1imero, los intelectuales, o mejor dicho los clerigos, son o deberian ser aquellos que buscan la satisfaccion de su profesion en el ejercicio del arte ode la ciencia; el principia que inspira esta actitud puede sintetizarse en lo de "mi reino noes de este mundo". 3 Benda hace de si mismo lo m<l.s cercano a! intelectual puro, que no "hace Ia mas pequena concesi.Qn al sentimiento, ala sensibilidad, a Ia inclinacion" y..,que esta dedicado solamente al culto de ios valores eternos; sacerdote de Ia verdad contra cua.lquier mentira piadosa, de la justicia contra cualquier deseo de poder y de gloria eterna. 4 Benda critico siempre el hecho de que los clerigos comenzaran a obedccer a las pasiones mundanas destinadas a triunfar en este mundo: no hacen mas su deber, que es aquel de sofocar el orgullo humano, y, al contrario, se han dedicado a exaltar "los mismos sentimentos del que guia los ejercitos". 5 Para analizar mejor tal actitud, Bobbio examina "las batallas intelectuales" de Benda: a) contra el bergsonismo; b) contra el decadent.ismo en Ia literatura que se prolonga hacia el existencialisnw y el materialismo historico; 6 y sobre todo contra c) Ia traici6n de los intelectuales. Esta confrontaci6n tiene un caracter esencialmente etico 7 y, en este sentido, Benda parte de una "posicion moral negativa que denuncia Ia injusticia y defiende energicamente las instituciones democraticas", y utiliza "su fuerza 16gica, su amor porIa argumentaci6n precisa y correcta a! servicio de sus s61idas convicciones intelectuales y morales". 8 Benda defiende la raz6n contra la jJasi6n y lucha contra cualquier acci6n que tienda a imponerse sobre la inteligencia. El triunfo del instinto sobre Ia razon se transforma para el en el simbolo de Lodo aquello que rechaza y desprecia. La obra de Benda representa para Bobbio Ia expresion rnas elevada del rechazo de un cierto modo de interpretar las relaciones entre la cultura y Ia vida polftica: "es una respuesta a Ia pregunta: (cual es el deber y Ia funci6n del hombre de Ia cultura en Ia sociedad?". Y los intelectuales tienen el deber de salvaguardar y preservar los val ores supremos de Ia civilizacion, que son, in60
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siste Benda, desinteresados y racionales. 9 La batalla cs entre verdadcros y blsos intelectuales: "por una parte existe Ia cultura cles intcrcsada, porIa otra, Ia servil"; en esta perspectiva acusa a todos aque ll os que sirven al poder politico, olvidando Ia sagrada tarea que les ha siclo conferida, es decir, han dejado de ser "los guardianes de los valorcs supremos de Ia civili zaci6n ".l 0 En Ia medida en que los intelectual es subordinan su actividad a los intereses contingentes, a las pasiones iiTacional es de Ia politica, traicionan su mision . Estas actitudes esr.::m represe ntadas por "el irracionalismo filos6fico y el bizantinismo literar io, factores dominantes de Ia decadencia, incluso moral, de las elites intele ctuales. Este culto de Ia emoci6n, este odio de Ia inteligencia, los ha llevado a abandonarse desenfrenadamente a las pasiones [ ... ] ninguna Otra e poca ha conocido tal prevalencia porIa pasi6n polftica". SegCm Bobbio, Be nda ha querido aflrmar que los inteleCLuales por Lradici6n han s iclo los se rvidores de Ia justicia abstracta por encima de las panes. Pero, descle que Ia pasi6n politica se ha convert.ido en una pasi6n clominantc Lam bien entre los intelectuales, ellos han comenzado a subordinar las vcrdades eternas a los intereses terre nos, "a subordinar Ia raz6n de bjusLicia ala raz6n de Estado", han establecido, por tanto, vinculos con el podcr politico. La epoca entre las dos guerras, en Ia cual vivi6 Benda, pucde definirse como lade Ia "primacia de Ia politica", y de las pasiones qu e surgicron en este contexto, Ia mas fuenc fue sin duda Ia pasi6n nacional. La condena hecha por Benda tuvo una fuene influencia sobre to d o en los a nos sucesivos a! primer conflicto belico, cuando se comcnL6 a cliscutir con mayor insistencia sobre Ia naturaleza y sobre los limiLes del compromiso politico y social del intelectual: "es Ia epoca d e los nacionalismos que Ia primera guerra habfa fecundado, Ia epoca de Ia crisi s incipi e nte de Ia clemocracia y de la emergencia amenazanLe d e los EsLados Lotalitarios".ll Algunos aii.os despues, Bobbio afim1ara que duranLe el fascismo en Italia,.Julien Benda confrom6 a los intelec[Uales, a quien¡.: : s consider6 clirigos traidores fascinados porIa politica, aunque al a qu e e l se r e fe rfa era Ia polftica del poder nacional: "Hoy pienso que era una idea bastante fuerte del intelec[Ual. Pero es necesario pensar en elmomento en el cual aquellibro fue escrito, en elmonstruoso fdolo d e b politica, 61
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a cuyo altar los clerigos traidores ofrendaban su incienso. "12 En efecto, Benda considera que el in teres que desarrollaron los intelectuales por las cuestiones Lerrenas, es decir, por las pasiones politicas nacionales YIa utilidad de Ia patria ha hecho que abdiquen de su misi6n, para desarrollar "una com union de pasiones con los hombres transformandose de este modo en fanaticos entre los fanaticos". 13 A pesar de que Benda defendi6 una concepcion que rechaza Ia panicipaci6n en el poder polftico, las circunstancias historicas en las que vivio lo obligaron a "tamar partido", a comprometerse de alglin modo. En este sentido, Benda denuncio el hecho de qlli;l,.IOs intelectuales no hayan entendido que. Ia razon de ser de Ia cultura es buscar los bienes espirituales, que hayan optado por procurarse bienes temporales: los clerigos modernos deberian ser adoradores del Dios infinito; porque en Ia parte opuesta estan los laicos, los adoradores del elias imperial. Para Benda, el hombre polftico es el servidor de Ia ciudad terrena, el clerigo es el servidor de Ia ciudad de Dios: "El escandalo del mundo contemporaneo es que los clerigos se hayan transformado ellos mismos en laicos [... ] aquello que es lfcito a los politicos noes licito a los 111telectuales." 14 nenda, en interpretacion de nobbio, es un panidario de Ia democracia; tal actitud es Eicilmente derivable del analisis de su contexto historico. Bobbio muestra un retrato de este autor a! afirmar que "noes in uti! recordar que el autor de uno de los Iibras mas famosos sabre el deber de los intelectuales inici6 su vida como escritor en ocasion del caso Dreyfus, escribiendo en Ia Revue Blanche", 15 esta actitud continuo hasta 1933, aiio del ascenso de Hitler a! poder, cuando publico ll discours aLa nation europeenne. La tesis mas importante de este libra es que Ia crisis europea surgio gracias a "Ia distincion en tantas patrias diversas, en lucha entre elias, porIa hegemonia no solo cultural sino tambien economica", y aiiade que para construir Europa era necesat;o antes que todo tamar en consideracion este mismo concepto, y esto, decia, es Ia tarea de los intelectuales.lG Asimismo, fue uno de los signataries ~el manHiesto de Jean-Paul Sartre para Ia rehabilitacion de Paul Nizan: No obstante su defensa del clerigo desinteresado e incontaminado, no permanecio nunca en Ia torre de marfil, y tanto menos se mostro
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indiferente frente al avance del fascismo". 17 Esto demucstr;.t como el intelectual, cuando cambia de posicion politica, no se siente en contradiccion consigo mismo. De acuerdo con Bobbio, Ia lucha de Benda contra el fascismo y el nazismo es frontal, no pierde ocasiun para protestar contra Ia edad de Ia primacia de Ia politica y de wdas sus co.nsecuencias; estaba convencido de que se sirve mejor a Ia verd~td estando a Ia izquierda que ala clerecha, "por el hecho que los hombres de izquierda pueden declarar sus fines [en tanto que] los hombres de derecha no" . 18 En esta perspectiva, llenda fue en su vida cotidiana con trario a Ia imagen de intelectual conservador; fue un convencido ddc¡1sor de Ia izquierda democnitica, y tuvo afinidades "mcis practicas que inteleCLuales" con los comunistas. Bobbio complementa: Benda es tambien un "partidario de Ia paz" cuando propane "el intcrnacionalismujuridico y un gobierno mundial "; 19 ofrece su apoyo al movimiento de intclectuales en favor de Ia Repl'1blica espanola; y defiende Ia democracia como "Ia unica forma politica por Ia cual el clerigo puede tomar pane sin traicionar Ia propia mision". Y aunque Ia posicion de llcnd~1 sc caracterice porIa rigidez de su juicio ace rca de Ia funcion politica de los intelecwales, Bobbio considera que "hace muy bien cuando Lom~t panido por Ia democracia contra el fascismo"2° y no esconde su simp~1Lb intclectual por el cuando afirma que es una "figura respetable de nuestro ti empo, mas respetable que muchos de sus criticos y quizi tamb ien para algunos que el mismo hostilizo".~ 1 Para Bobbio Ia figw-a de llencb cs muy actual 'j ust:amente porque aquel munclo que et ha combat:ido nos parece mucho menos vivo, mucho menos hecho de titanes y de supedwmbres de cuanto aparece a sus contemporaneos, y [por tanto] tenemos una mejar disposicion, no obstante las intolerancias y los excesos para escuchar su severa leccion". Benda es importante no solo porIa solucion que propuso en el plano teorico, es decir, porIa vision del intelecr.ual que nos ofrecio, sino sobre todo por como practico este modclo. Romain Rolland es otro ejemplo de imel ectual puro. Antigua dreyfusiano, se le conoce mundialmente por su libro Att dessus de la melee, 2 ~ donde expresa Ia protesta de todos aquellos que nose rinden frente al desencadenamiento del odio que suscit6 Ia primera guerra,
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y denuncia Ia "monstruosa epoca" en la cuallos "autores criminales" y los jefes de Estado no han tenido el coraje de asumir su pro pia responsabilidad.23 Durante el primer conflicto belico, Rolland fue uno de los pocos hombres de Ia cultura que defendieron el estar mlis allri de Ia contienda como la tmica actitud politica posible para los intelectuales en ese momento; critic6 violentamente a aquellos hombres de la cultura que colaboraron e instigaron las pasiones mundanas del poder politico, y los invito a no comprometerse con Ia propaganda de guerra defendiendo Ia "propia integridad de pensamiento". Segun Bobbio, en aque}los aii.os Ia discusion sobre el compromiso de los intcl.,ectuales en realidad represento un falso p.roblema: "Lo importante no era el compromiso, sino Ia causa porIa cual se comprometfan, y frente al contraste de causas equivocadas era mejor el aparente no compromiso de un Romain Rolland, que durante Ia primera guerra mundial incitaba a los hombres de cultura a colocarse por encima de Ia contienda, a no meter Ia propia inteligencia a disposici6n rle Ia propaganda de guerra".2 4 Rolland afirrna que Ia tarea de los intelectuales debe ser el "no compromiso con ninguna posicion politica", y por ello proclama Ia importancia de Ia neutralidad, es decir, defiende una "actitud de aristocr<itica indiferencia respecto a! drama de Ia historia representada por Ia primera guerra mundial"; es asi que nuevamenLe "recurre al topos clasico de las dos ciudades, Ia ciudad terrena, de Ia cuallos hombres de Ia cultura son los huespedes, y Ia ciudad de Dios, de Ia cual son los constructores; pide que a Ia prirnera se de el propio cuerpo pero nada de aquello que amamos; familia, arnigos, patria, nada tiene derecho sobre el espfi-itu". Bobbio considera a Rolland como uno de los mas autorizados representantes del intelectual apolitico que proclarna Ia defensa de los valores absolutos, por lo que critica abiertamente a todos aquellos que no son capaces de hacer prevalecer Ia racionalidad de estos valores universales y que, al contrario, han comenzado a interesarse y por tanto a servir a los patrones rnundanos de Ia polftica. En realidad, la figura del intelectual puro posee una cierta afinidad con Ia del intelectual independiente de la politica; arnbas son caras de una misrna moneda: una buena, Ia otra mala, segun el modo de
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en tender Ia independencia, "como un colocarse sobre Ia contienda para encontrar una soluci6n adecuada a! conflicto, o como un co locarse fuera de Ia contienda en una actitud de aristocrat.ica indifcrcncia respecto al drama de Ia historia". Podemos aii.adir que cl maximo adversario del intelect:ual puro es el intelcctual siervo del poder, el cual, por exces ivo amoral exito y por la defensa irrestricta de las propias ideas, termina por renunciar a su propia autonomfa al postrarse al "demonio del poder". 25 Esle es un riesgo que corre continuamcnLe e l intelectual revolucionario. Otros hombres de Ia cui Lura pueden considerarse como de este grupo; Bobbio se ha ocupado en algunas ocasiones de Vilf"I-edo Pareto y Max ·weber. Es preciso aii.adir que el caracter de "puro " que les OLorga Bobbio se refiere sobre todo a Ia "ausencia de valorcs de Ia ciencia" que propugna en sus es tudios Ia estricta aplicacion de losjuicios de hecho en los analisis cientfficos. Pareto escribe en 1916 su Tratado desociologia genera/, 26 un libro dorninado de cima a fondo porIa "contraposici6n entre el cientffico y el apostol". La tesis central es que el sociologo debe ocuparse de certificar los hechos y de [ormular t:eorfas, y no se debe preocupar de las consecuencias buenas o maLts de las propias afin11aciones".~ 7 El mismo juicio vale para Max Weber en Ecvnomia y sociedad:2 8 para Bobbio, tambi e n en el sociologo aleman prevalece Ia idea de las dos ciudades, es decir, que el intelectual no puede servir a Ia vez ados patrones. Para Weber Ia profesi6n-vocacion del ciemffico implica Ia renuncia a dar juicios de valor y por tanto a apoyar, en cuanto hombre de ciencia, una politica mas que otra. Weber considera que el economista, el sociologo, eljwista de ben comprender los hechos y no juzgarlos: "tanto Pareto como Weber, rigidos y obstinados adve:·sarios de cualquier contaminacion entre la obra del cientffico y la del politico o del moralista, estuvieron predispuestos a ueer, y operaron en consecuencia como cientfficos, en una sociedad guiada por fuerzas irracionales [ ... ]que vienen impuestas como teorfas cientfficas, en un universo irred uctible de 'politefsmo de los val ores', por e fecto de Ia impotencia d e Ia razon, la unica empresa humana en Ia cual deberfan mamenerse incontrastados el clominio y la gufa de la raz6n fuera de la ciencia". 29 "No he o lvidado
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nunca Ia deuda hacia Ia gran leccion impartida por Weber (en otra epoca de hierro y de fuego) sobre el deber del cientifico que no puede ser confundida con Ia del tribuno o del demagogo o, peor todavia, con Ia del falso profeta. Una leccion que me ha permitido ami y a tantos otros [... ] resistir, en estos largos anos de confusion y de perdida a! desencadenamiento de los animos contra el saber desinteresado y contra Ia exaltacion de Ia Lendenciosidad mas desenfrenada." 30 El filosofo Benedetto Croce 31 se distingue de los autores anteriormente mencionados por haber elaborado una propuesta po1itica propia; en realidad,,puede considerarsele cercapo a! pensamiento de Benda y de Rolland, porque contribuyo a difundir con su magisterio mora! Ia figura del intelectual puro. Croce recupera elllamado de Romain Rolland, quien escribio --como ya mencione- paginas de fuego conLra los profesores que se comportan como beligerantes a! recordar que "sobre el deber hacia Ia patria, existe el deber hacia Ia verdad". 32 AI inicio de este siglo, Croce lleva a cabo una batalla filosofica f'rente al positivismo y contra el irracionalismo; sin embargo, "es necesario reconocer que aunque gana solamente Ia primera, no Ia seguncla, el posir.ivismo tambien fue clerrotaclo, porque esta epoca ha pasado a Ia hist mia -hablo de Ia historia universal y no solo de Ia italiana- como Ia epoca no del triunfo del idealismo sino de la destrucci6n de Ia razon". 33 Es importante tener presente que, durante Ia primera guerra, Croce habia manit'estado su desprecio por los intelectuales que habian olvidado su "deber hacia Ia verdad", y convalidaron con su actitucl politica Ia propaganda de guerra. En 1925 Croce, al responder el Manifiesto de los intelectuales fascistas de Giovanni Gentile, critico duramente a los intelectuales que habfan ofrecido sus "bajos servicios de naturaleza intelectual" a los violentos detentadores del poder. Con tal objetivo publica un contramanifiesto: Una respuesta de escritores, profesores y publicistas italianos al manijie.sto de los intelectuales fascistas, 34 en el cual Croce se enfrenta duramente con Gentile; en el senala que si bien existen los intelectuales que como ciudadanos pretenden cumplir con su deber adhiriendose a un partido"[ en realidacl] como hombres de cultura olvidan que ellos tienen un solo deber, que es el de realizar obra de investigacion y de
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critica". 35 El hombre de cult:ura tienc para Croce una funci o n polftica especial, denominada politica de La cultura: "existio en cl pensamiento y en las preocupaciones de Croce una idea constante: los hombres de Ia cultura (especialmente los filosofos) tienen una responsabiliclad y una funcion polftica en cuanto hombres de cultura (o en cuanto [ilosofos )". 36 El "contramanifiesto" de Croce puede considerarse un tipico manifiesto ideol6gico en el senL.ido que funda su capacidacl persuasiva e n los valores. La obra de Croce Ia interpreta Bobbio como una consta nte afinnaci6n del deber del hombre de la cultura ante Ia incomprc nsi o n natural de los politicos, pero sobre todo como una constante defensa de los valores de Ia cu..ltura contra los valores de Ia polftica. 3'1 Adcnds de apoyar Ia necesa1ia separacion entre actividad politica y actividad cultural, Croce atribuye a esta (tltima una funcion polftica que le pene necc y CJUe esta dirigida sobre todo a salvaguardar Ia libertad de expresion, y, en este sentido, Ia "politica croceana" ha sido una politica de Ia cultura, que confiet-e a los intelectuales una tarea polftica propia con un significado politico preciso. La funci6n del intelectual debe ser afirmar el valo-r de La libertad emendido como el ideal moral de La humanidu d: es to permite Ia distinci6n emre Ia funcion del intclectual y Ia del hombre de acci6n. Croce hace mas referencia a! pasado que a! futuro: "no creia en Ia racionaliclad y por tanto en la predicci6n de Ia historia futura"; 38 en tal perspectiva, estuvo en constante poh~mica con el iluminisrno. La expresion rectora de Croce era: "La historiografia a Ia teo ria, es dccir a los historiadores, a los doctos; Ia polftica a los politicos, es decit- a los practicos".39 Como idealista coherente, Croce creia que las ideas, y por tanto los portadores de ideas, es decir los hombres de Ia cultura, eran los conductores de la historia. Del mismo modo sostuvo que csta batalla era cultural y no polftica, y por ende tenia una conciencia clara de su propia vocaci6n como estudioso y no como politico . Croce record6 siempre que los intelectuales debian hacer su propia polftica con base en sus capacidades yen sus valores: "Una cosa es Ia acti vidacl te6rica, otra Ia actividad polftica". AI igual que los demas autores e mpleados como ejemplo, Croce recupera el Lema clasico agustiniano de las dos ciudades: Ia de Dios y Ia terrena; sostiene que "permanezco e n Ia parte
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f UNCI6N POLiTIC A DE LOo INT EI.EC I"UALES
llOBBIO: LOS INTELE:GrUALES Y E:L PODE:R
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de Ia Lradicion del pensamiento cristiano, que da al Cesar lo que es del Cesar, pero sobre Cesar se eleva Ia conciencia religiosa y moral, Ia cual hace etica de vez en vez Ia acci6n politica, y que reconoce, respeta y emplea Ia logica que lees propia". 40 Estas son las premisas desde las cuales defiende un proyecto para constituir un partido de los intelectuales a traves del cual pondria en practica su propuesta politica. El experimento no tuvo exito; le faltaron dos ingredientes fundamentales: las masas y los lideres.
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El intelectual
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Son todos aquellos intelectuales que aceptan tener alglin tipo de relacion con el poder politico; yen este caso se pueden observar distintas modalidades de participaci6n. Existen en este grupo intelectuales que se proponen la tarea de legitimar, justificar o certificar a! poder politico; sin embargo, tambier1 pueden incluirse a los hombres de cultura que ---d.espues de asumir un determinado compromiso politico- transitan a formas de participacion mas abarcadoras que plantean una idenLificacion plena entre cultura y politica, los intelectuales que estin en el poder constir.uido. El compromiso politico parciallo representa la figura del intelectual educador, el que posee como caracterfstica principal el separar -pero no contraponer-la temia de la practica, y sugiere la posibilidad de que la primera pueda servir para ratificar ala segunda. El intelectual educador percibe su tarea en el mediano plazo como polftica, y propone la instrumentalizacion de la teorfa; asimismo considera que la polftica es un medio eficaz para alcanzar los fines de la cultura, que la accion polftica es superior respecto de las demas actividades de la vida cotidiana, porque esta posee una "calidad moral" capaz de dar orientaciones justas a todos los problemas de Ia sociedad. Esta "calidad moral" se oistaliza sabre todo a! utilizar a "la conciliacion" como un medio uti! para alcanzar los fines propuestos. De acuerdo con Bobbio, los mejores ejemplos de esta concepcion del compromiso politico parcial son Karl Mannheim y Jose Ortega y Gasset. En 1deologia y utojJia, 41 escrito 68
en 1929, Mannheim, ademas de inaugurar la retlexi6n sabre Ia sociologfa del conocimiento, desarrolla un primer il1[ento de analisis sociologico de los inr.electuales considerados como individuos sin nexos con las clases sociales, y considera que Ia funcion polftica de los intelectuales es a Ia vez re6rica y practica. Asf, mientras Benda invoca el sentido de responsabilidad de los intelectuales, Mannheim, al contrario, "les propone una tarea, que es te6rica y practica al mismo tiempo".42 En este sentido, el escritor aleman atribuye a los intelectuales Ia tarea de crear "Ia sintesis de las ideologfas contrapuestas", y asf corresponde a los hombl-es de Ia cultura promover el desarrollo de Ia socierlad: "La vida polftica de una naci6n se caracteriza por el hecho dt: f!UC coexiste n varias ideologias, cad a una de las cuales representa un pun 1.0 d e vista parcial. Las diversas ideologfas luchan entre elias con el objeLivo de Lransformarse en hegem6nicas". Para Mannheim, "en Ia sociedad de masas, dividida en clases, los intelectuales constituyen noun grupo en sf mismo, ya que estan formados por un grupo de indiYiduos provenientes de las mas diversas clases, no ligados a ninguna en particular, y por tanto son socialmenLe independientes"; 4 3 por ello considera fundamenLal Lra tar de evitar Ia lucha entre icleologias e indispensable Lratar de oCrecei- una "vision cornpleta, dinamica y no eslatica" de las divcrsas posiciones en conflicto. Esta sfntesis deberfan hacerla los intelectuales qu e no Lien en una com posicion de clase, y que por tanto estan desvinculados de los intereses y de las funciones espedficas debs clases sociales . Los hombres de Ia cultura,justamente porque no penenecen a ningt:m estrato social, son los mas aptos para tener una vision objetiva de Ia realidad: los intelectuales "estan por encima de las clases contrapu esus", y solamente ocupandose de esta obra de sintesis, el grupo de los intelectuales puede escapar a dos tentaciones contrapuestas: el utojJismo y el nihilismo, que son clos rnodos de sustraerse a sus propias responsabilidades. A diferencia de Benda, que habfa siempre criticado Ia transigencia de los intelectuales frente a! pocler politico, Mannheirn propone una intel-pretacion diferente que les asigna la capacidacl de resolver la crisis de aquellos anos. Partiendo del analisis "de la socieclacl politefsta" en Ia cual combaten clos cliversas ideologfas que ticnd en , una a Ia con-
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BOBiliO: LOS fNTELEC1lJALES Y EL PODER
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servacion (el caso de Ia ideologia de Ia clase dorninante) y otra a Ia transformacion (el caso de Ia ideologia de Ia clase dominada), Mannheim estaba firmemente convencido de reforzar crfticamente Ia tesis de Ia diversidad en el papel de Ia mediacion entre Ia politica a largo plaza y Ia polftica inmediata.44 En esta linea se encuentran aquellas interpretaciones que proclaman Ia separacion entre compromise intelectual y compromise politico, si bien no se excluye eJ interes activo de los intelectuales por los problemas de Ia sociedad. Frente a Ia tesis que enfrenta el mundo de las ideas con el mundo de la acci6n, Ia incompatibQidad entre el compromise cientffico y el compromis~olitico, esta concepcion propane en cambia una solucion etico-pedagogica, y ofrece a! intelectualla posibilidad de establecer un compromise parcial con Ia politica. jose Ortega y Gasser funda su concepcion en Ia distincion entre las elites intelectuales, "a las cuales corresponde Ia direccion de Ia sociedad" y las masas, "cuyo destino es hacerse conducir por una minoria de espiritus visionarios". 45 En 1922, en EsjJaiia invertebrada, yen 1930, en La rebeli6n de las masas, 46 Ortega y Gasser explica que Ia crisis de Ia sociedad es producto del divorcio existente entre "las elites intelect:uales" y "las masas"; este diagnostico lo hara extensivo posteriormente a toda Europa. Su Lesis fundamental radica en una interpretacion dicotomica: por un lado, existen minorias de intelectuales destinadas a concebir y a elaborar Ia gran politica de Ia renovacion; y por eJ otro, existeri gran des grupos sociales, las masas en efecto, que esperan ser "plasmadas por espiritus superiores". 47 Ortega y Gasset se identifica con el intelectual que plantea que su funci6n es establecer un "compromise parcial" con Ia politica, asigmindose un papel de educaci6n politica de las masas. En 1914 propane Ia creaci6n de una Liga de Educaci6n Politica Espanola, a traves de Ia cual solicitaba a una minoria Ia promocion de este tipo de formacion. Para Ortega y Cassel, los intelectuales tienen como tarea principal ofrecer una instruccion capaz de orientar Ia transformacion de Ia sociedad; en este sentido, se le puede considerar como el maximo representante de Ia figura del intelectual pedagogo, en cuanto sostiene que los hombres de cultura deben dirigir su accion polfLico-educativa
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POLh"ICA DE LOS INTELECTUALES
siempre de a1Tiba hacia abajo, a todos aquellos que no han podido tener acceso a este tipo de adoctrinamiento. Para Ortega y Gasser, "los intclectuales constituyen Ia parte mas desarrollada y moderna de Ia nacion y, por tanto, estan siempre en contraposici6n a las masas, cada vez mas presentes en Ia vida social en razon del creciente proceso de democratizacion". De este modo, Bobbio considera que "no ha existido quiza otro au tor en Europa que haya expresado de manera tan clara el espfritu de casta del inLelectual y haya contrapuesto con mas desdeiiosa y orgullosa conftanza Ia obra de iluminacion de los intelectu::lles a las pasiones del hombre gregario".<~B El intelectual revolucionario: Gramsci
La (igura del intelectualjJarticipante en el poder politico establece una identificacion absolut.a entre cultura y politica. Esta concepcion tiene como caracterfstica basica el compromiso politico total del intdectual con b politica, ya que proclama Ia union entre Ia teoria y Ia pr~ictica, es clecir, establece un vinculo indisoluble entre am bas instancias. Se puede afirmar que de acuerclo con esta interpretacion "Ia Leorf~t sirve para continnar Ia practica"; este tipo de intelectual sosLiene una concepcion de Ia politica como eticidad, en la que la politica representa toclo, y por tanto, las diferentes esferas de Ia vida del hombre se redu r:et t y se cuncentran en una instancia superior que puede ser e1 partido o el Estado. Tal interpretacion ha provocado en Ia vida cotidiana Ia aparicion de un fenomenu clenominado de politizaci6n integral del hom!J'Ie; 10 doncle desaparecen las diferencias existentes en el espacio de Ia polftica, por definicion aquello que corresponcle al perimetro de lo "publico" y el ambito individual o "privado". En esta concepcion, Ia subordinacion de Ia cultura a Ia politica es total y generalizada. A esta interpretacion del intelectual comprometido se pueden asociar -<:on las debidas distinciones- dos corrientes ideologicas contrapuestas: el marxismo y el fascismo. Solo me ocupare del intelectualmarxista, pem es im.porLante precisar que 13obbio, aunque no ha estudiado "comparativamente" el papel desempeiiaclo pot· estas figw·as de intelectuales, ha resaltado
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algunas coincidencias y diferencias entre ellos: Ia mas¡importante coincidencia de1iva del hecho de que, tanto el intelectual marxista como el intelectual fascista, proponen que Ia participacion politica de los intelectuales debe realizarse ya sea en el partido o en el Estado; las principales diferencias derivan del tipo y dinamica del compromiso politico: los intelectuales Jascistas proponen una direccion univoca, es decir, des de arriba bacia abajo, en la cuallos intelectuales son considerados los sujetos activos, o, mejor dicho, "los hombres de accion" que tienen Ia tarea de dirigir a las masas bacia el proyecto de "educacion nacional",-41 diferencia de los intelectuales marxistas, que, si bien_£Omparten Ia tesis de que Ia teo ria sirve para confirmar Ia practica, establecen con las masas una relacion biunivoca, es decir, de reciprocidad: los intelectuales tambien pueden ser influenciados por las masas, y a su vez las masas son condicionadas porIa direcci6n cultural de los intelectuales. Esta es, seg(m Bobbio, Ia concepcion propiamente "leninista" de Ia "vanguardia" revolucionaria que encarna el panido politico. Los intelectuales marxistas, sobre todo los ortodoxos, sostienen una concepcion en Ia que el papel del intelectual tiene sentido Cmicamente si esta vinculado a Ia vision de una clase social especifica, en este caso, el proletariado. El problema lo representaba Ia compatibilidad o incompatibilidad para pertenecer a Ia clase burguesa y Ia posible participacion en las luchas del proletariado: "Frecuentemente el discurso acerca de los intelectuales y el socialismo se referia a! modo con el cual era posible atraer a los secto res medias a las causas del movimiento obrero sin que este ultimo resultara conr.arninado, y de incrementar, por tanto, el consenso en torno a los ideales socialistas por parte de individuos pertenecientes aclases sociales con una instruccion superior a Ia de los obreros". 50 En realidad, el marxismo can1bia el "sujeto historico de Ia transfomacion social"; no sera mas el principe sino el proletariado, y por tanto el partido se transforma en el nuevo prfncipe. Sin embargo, para Bobbio, "desgraciadamente aquello no logro cambiar, el marxismo es Ia tarea asignada al intelectual, que continua siendo Ia del pedagogo". El hombre de ciencia y de estudio continuan siendo los "iluminadores" de los gobernantes. A esta tradici6n de pensamiento pertenecen diversos in-
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FUNClON POLiTlCA DE LOS INTELECT UA LES
Lelectuales "comprometidos"51 como Antonio Gramsci, el cual puede considerarse sin duda como el te6rico mas relevante de esta categoria de intel ectual. De entre los grandes tcmas de Ia reflexion gramsciana, que son muy amplios, me refiero al debate contra Ia filosofia de Benedetto Croce, al problema de Ia [ormaci6n del nuevo Estado y a Ia ref1exi6n sobre el Risorgimiento italiano, 52 el problema de los intelecLuales ocupa un Iugar predominante. Segun Bobbio, esta tematica es pane fundamental de Ia critica filosofica , historica y politica de los anos de Ia reconstrucci6n itaiiana. 5 3 Por cuanto se refiere a Ia funci6n de los intelecLuales, Gram sci los considera como los protagonistas deb sociedad civil, yen este sentido se dedica a delinear las caracterfsticas CJUe configuran un t:ipo de hombre de Ia cultura que el au Lor denomin6 especiflcamente inLclectual mgdnico .5' 1 Es importante subrayar que Ia forma en que Gramsci trata el problema d e los sujeLos activos de Ia hegemon fa nos permite en tender con mayor claridad el marco hist:6ric o en cl que ellos deberfan haber actuado y el tipo de compromiso politico que estuvieron dispuestos a asumir; en Ja interpretacion gramsciana los intelectuales tienen la tarea de construir un nuevo intelecrual que se idenLifiCJue con los dirigent:es de partido. SegCm Bobbio, esLa figura-tipo est:a inspiracla en Lenin, por tanto, "no puede ser comprendida si nose tra ta en relaci6n con Ia cliscusi6n acerca de ia funci6n de los intelcctu ales, abierta con una dramaticidad sin precedentes alrecledor de los anos treinta, ai1os de una gran crisis politica y economie<t". 55 Uno de los motivos que explican el exito de Ia obra de Gramsci raclica en el hecho de que plan teo el problema de Ia tarea de los intelecLuales frente a Ia politica; sostuvo que Ia tarea del hombre de ideas deberia entenderse como un compromiso p1¡actico a traves del partido politico, y, en este sentido, propane Ia cohesion entre Ia teoria y Ia praxis. 56 Gramsci aplica el principia de "acci6n reciproca" entre ambas esferas, y cuanclo habla de identidad dialectica, entiende con esto que Ia teoria se just:ifica practicamente, y, a su vez, Ia practica encuentra su raz6n de ser en Ia teo ria. Este principia lo utiliza tambien para el anal isis de Ia relaci6n existente entre los hombres de Ia cultura y la sociedad: "Los intelectuales y Ia masa no son terminos sin relacion, sino que son terminos en relacion
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biunivoca, en el senrido que, como los intelectuales influycn sabre Ia masa, dando a ella Ia conciencia te6rica de sus aspiraciones, asi Ia masa in11uye sobre los intelectuales, dando a ellos, con Ia expresi6n de las propias necesidades, una funci6n hist6rica real. Los intelectuales decaen cuando el nexo se rompe"Y En sus reflexiones de Ia circe!, Gramsci elabora, siempre con espiritu critico, una sociologia de los intelectuales al delinear a grandes rasgos dos grupos netamente contrapuestos: el del intelectual tmdicional y el del intelectual organico. El pun to de partida del analisis gramsciano es que cada grupo social nace del ter~eno originario del mundo de Ia producci6n, y esta situaci6n permite que existan organicamente "uno 0 mas grupos de intelectuales que le dan homogeneidad y conciencia de su pro pia funci6n". En relacion con esto, es necesario no olvidar que esta distinci6n, originada por un determinado conteKI.O hist6rico, "no tiene un valor absoluto", y por tanto es importante no olvidar que en esa epoca tuvo un significado practico muy preciso, que se relaciona sabre todo con el "problema de Ia constituci6n de un partido nuevo" .5B La concepcion del intelectual organico puede considerarse como una respuesta critica a Ia tesis del intelectual indejmuliente, y que se opone a aquella de Karl Mannheim relativa a Ia "especificidacl" del trabajo intelectual, porquc Gramsci propane "Ia identidacl entre compromise politico y compromise cultural". En efecto, en relaci6n con el problema de los intelectuales, la discusi6n nunca habia sido tan intensa como en los ar'i.os en los que Gramsci escribfa: "Eran los aii.os de Ia deuuncia de Benda, de las propuestas de Mannheim, de las disputas en torno ala funci6n de Ia inteligencia revolucionaria, [hab ia] iniciado Ia era del arden estalinista". 59 No obstante esto, despues de Ia segunda guerra, que es un periodo que coincide con cl renacitTliento de Ia democracia, las interpretaciones sabre el papel de los intelectuales hechas por Benda, Mannheim y Ortega y Cassel "parecian transformarse en anacr6nicas y profundamente equivocadas". 60 A esta situaci6n escapa el enfoque gramsciano sabre los intelectuales, desde el momenta en que, si bien el periodo anterior habia exaltado Ia figura del intelectual independiente y celebrado el principia etico del estar al di sojJra della mischia, Ia Revoluci6n rusa, en cambia, habia
FUNC16N POLiTIC.-\ JJI:: LOS INTI::LECTUALES
sido interpretada en sentido contrario, es decir, como b lucha de Ia libenad contra Ia opresi6n; se habia exaltado "b figura del int.electual comprometido, participante, panidario, que debia escoger una parte". Gramsci rechaza la tesis de Ia libre inteligencia de un grupo unico de intelectuales, y afirma que tam bien los intelectuales tradicionalcs son organicos a las clases en el poder. La tarea del intelectual marxista es clemostrar que los intelectuales tradicionales estan tambien "co mprometidos", es decir, no son "aut6nomos e indepenclientcs", son siempre "los empleados del grupo clominante para el ejercicio debs runciones subaltcrnas de Ia hegemon fa social y del gobierno politico". De estc modo, cada clase tiene sus intelectuales organicos y, por tanto, 1.ambicn Ia nueva clase, el prolctariado, los deberia tencr. En tal perspccl.iva, cl inl.electual tradicional, anterionnente representado por clliteral.o o el orador, se transforma en el nuevo intclectual, que sera coJ~jutll~tmenLe especialisLa y tecnico pero siempre sera un politico, y su funcion scr:i realizar la nueva sintesis entre teoria y praxis. De las formulaciones gramscianas dct-iv;:~ en buena parte cl interes de 13obbio hacia los intclecl.uales: 61 "Mi actil.ucl hacia su pensamiento ha sido, al mismo ticmpo , de simpatia intcl ccr.ual y de clistancia critica, <.LS i como de profunda admiraci6n por el rarisimo cjemplo que el nos ha dado de cohe rencia entre pcnsamiento y acci6n, entre las ideas profesaclas y el compromiso polftico". 62
El til6sofo militante: Cattaneo Este es eltipo de intelectual que considera per[ectamcn I e oportuna y licita su participaci6n politica en cuanto hombre de cu ltura, pero que considera, a diferencia de los dcmas, que tal e:jercicio polf1.ico es difcrcnte del que !levan a cabo los politicos. El tipo de compromiso politico de este grupo posce una naturaleza di[erente, porque convoca a tod os aque llos que proponen lu char en una y otra forma conLra el pod er, en sus formas mas tradicionales, yen este sentido se convierte en un critico en cuanto se considera un antagonista natural d el poder. Esta ftgura-tipo parte de Ia tesis de que existe una separaci6n enr.re teoria y practica; pcro, a cliferencia de las oo-as, considera que c;:~da esfera
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posee su propia autonomia, otorgandole a Ia cultura una calidad espedfica. A este grupo p e rtenecen --seglin Bobbio- aquellos intelectuales "que quieren ser protagonisr.as y const.ruir una historia completamente dife rente", se presenr.an como "persuasores" y son esencialmente provocadores de disenso: con las palabras de Bobbio, son los fil6sofos militantes. Uno de los mas importantes representantes de esta concepcion es Carlo Cauaneo. 6 3 El objetivo de Cattaneo se orienta a Ia critica "del revolucionarismo abstracto, que olvida muy frecuentemente que Ia historia, co.rno Ia naturaleza, no Jacil saltus, y cae en Ia utopia; delreaccionarismo. no menos abstracto que cree posible poner remedios a los males presen. tes hacienda un salto atras, y cae en el cortejamiento del pasado [ ... ] y en el justificacionismo his to rico que por querer explicar excesivamente Ia his to ria ya hecha, desarma y no estimula a todos aquellos que se ponen el problema de Ia his to ria por hacer". Cattaneo lucha contra las cloctrinas de los reaccionarios, contra los retrogrados "que manteniendo a los pueblos en Ia ignorancia impiden el perfeccionamiento moral, intelectual, social de Ia humanidad"; 64 es una batalla desarrollada entre Ia filosofia contemplativa y !ajilosojia militante, que signiilca una batalla cultural pero tambien politica contra las tendencias filos6ficas de su tiempo . Para Cl existen clos tipos de intelectuales: uno que pucde denominarse "intelectual conternplativo", que ocupa su tiempo en resolver "controversias verbales", sin ningun interes ni utiliclad publica, "incapaz de entender y de promover el cambia"; otro que, al contrario, se identifica con Ia filosofia militante que presupone una nueva actitud [rente a Ia cultura traclicional y a las ciencias. El inteleclllal militante se ocupa "de fecundar el campo de Ia practica, [ ... ]de Ia prospericlad comun y de Ia convivencia civi\". 65 El objetivo de su propuest.a radica en Ia defensa de Ia doctrina del progreso; Cattaneo parte de una tesis "posibilistica" segun Ia cual esto es necesario, pero no recorre obligatoriamente el mismo camino. Esta concepcion apunta Ia posibilidad de establecer un nexo entre Ia obra del filosofo y Ia del reformador. Bobbio precisa que Ia filosofia cattaneana de Ia historia, inspirada en Ia idea del progreso, se transforma en una "acci6n refor76
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mista, que es en sentido estricto, poliLica". 66 Una de las caracl.erfsticas de Cattaneo como hombre de Ia cult.ura es aquella que io define como un &uen iluminista, es decir, como un hombre de razon en cl s~.:n Lido de que su pensarniento expresa no un sistema de ideas, no un a filosofia, sino una mentalidad, un modo de concebir Ia tarea del fil 6sol'o. Cauan eo estaba convencido de Ia eficacia de Ia instruccion como uno de los facLores centrales para el progreso civil. Esta confianza en Ia educac i6n hace que Cattaneo pueda ser cletinido por Bobbio como un "c..:ducador militante", es decir, como un educador no solarnente escobrizado sino con su "campo de batalla" en Ia vida, y que a traves de un razonaclo "optimismo pedag6gico", representa al "tutor" en el sentido posit.ivo de Ia democracia italiana. 6 7 Si Cattaneo pertenece a esta co rrienr.e de pensamiento es gracias al hecho de que recupera las prentisas b<1s icas de Ia Ilustracion, que forman parte de su vida y d e su pens;1mi<.:nt.o; "batallaclor, intransigente, independiente hasta el aislamiento" est.ablece sin titubeos "Ia lucha de las luces contra las tinieblas d e las supe rst.i c iones, de los mitos, de los dogmas acept.ados por pasivo obsequio, Ia co nfianza en e l poder de Ia razon, que no deberia ser enLendida como una raz6n absolut.a que com porta suluciones ex tremas, dcfinit.iv:ls, sin() como racionalidad, que implica positividad y concrec i6 n ". 6 ~ En rdcrencia al nexo entre pensarniento y acci6n, entre teoria y praxis, exis Le una estrecha relacion entre las propuestas de Cattaneo acerca del papcl del reformismo y su concepcion general de Ia hist.oria, es dccir, plan tea el que exist.e una conexion entre la tarea del reformaclor y Ia dcllil6sofo. "La ciencia no puede estar separada de sus a plicacion es, Ia reoria de Ia prictica."69 Este nexo es tambien evidente en su vida academica, cuando propane un conjunto de reformas universitarias que reflejan Ia importancia de vincular Ia "actitud historica" con un a "ac titud practica".70 En relacion con el nexo que es posible est.ablecer entre filosofia â&#x20AC;˘ y compromiso civil plan tea que, [rente a los problemas de Ia sociecbd en Ia que vive, el filosofo debe proponer soluciones ut.iles, cficaces en el plano operativo: "El saber, cualquier forma de saber, tam b ien Ia fil oso fia, debe estar encaminada a! beneficia de Ia sociedad"; es justamente en esLe se ntido que Cattaneo defiende un "firme compromiso civil" . La
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filosofia y Ia ciencia estan llarnadas a promover el bicnestar publico y justamente para su realizaci6n es indispensable llevar a cabo un tipo especial de politica; no hay que olvidar que Ia filosofia y Ia ciencia, "lejos de ser ejercitaciones academicas o esteriles investigaciones, tienen consecuencias pnicticas precisas". En Ia figura del intelecr.ual militante no existe conflicto entre el cientfftco y la pasion del politico, siempre que la polftica sea entendida como "aquella obra de civilizacion en la cual Ia ciencia no debe ser cxtrana"; y la cicncia, a su vez, deLe ser entendida como "suprema manifesr.acion del ingenio humano que no puede determinar el desarrollo y la direccion poliJ:ica". Este nexo hace posible identificar timto un "Cattaneo cientifico como un Cattaneo politico".7 1 Para Bobbio es imposible no encontrar en Cattaneo un estrecho ncxo entre el cspfritu cientffico y el reforrnismo, entre progreso cientilico y progreso civil, estos dos factores que deberian en realidad "proceder conjuntamente". El anillo de conjuncion entre uno y otro lo representa el progreso tecnico, el cual es posible en Ia medida en que se cjercite "una profunda actitud reformista, encaminada a liberar a! hombre de las instituciones opresivas y cristalizadas".72 De este modo, en Ia concepcion del intelectual militante, la tarea del filosofo esta estrechamentc vinculada con su contexto historico, y Ia unica funcion val ida para el filosofo es el "corn promiso civil" con las luchas polfticas y culturales de su tiempo. Este pacto de civilidad deberfa ser entendido como "fuerza, continuidad y firmeza para cambiar un gran numero de cosas".7 3 Es importante tener presente que Cattaneo no puede definirse como un "hombre de accion", desde el momento que nunca fue un "predicador de Ia accion por la accion", no obstante, siempre tuvo un fuerte cornpromiso ciudadano que lo obligo a "manifestarse publicamente en ocasiones memorables". Por otro !ado, Cattaneo nunca estuvo dispuesto a caminar allado de "la accion de los hombres de partido, de los buscadores de populat-idad, en la mejor de las hipotesis, de los apostoles"; mas bien, su "contribuci6n ala causa fue demostrar que es posible para los intelectuales actuar con una coherencia que no se rompa, de mantener una fidelidad a las ideas que no sufra fracturas: no fue !a contribucion de un sectario o de un fanatica, sino de un hombre de
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pensamiento". 74 Siernpre renuente a manifestarse en publico, salvo en circunstancias excepcionales, Cattaneo "entra y sale de escena despues de haber recitado solament.e pocas palabras, m emorables"; este intelectual persiguio toda su vida "s in interrupcion, con rigor, pcrscverancia e ilimitada confianza, no obsLante Ia derro ta, Ia idea radical del progreso mediante pertinentes y sensaLas refonnas".7 5 De es Le modo, representa para Bobbio al ''Leorico de la libertad, del antagonismo, de Ia ciencia uti! ". Tal concepcion represcnta "la antitesis d el EsL:::tdo cLico"; y por tanto, puede ser tambien considerado como el ponador de una concepcion opuesta y rad ical de Ia dictadura.7 6 En esLe senticlo, cs cl prototipo de unajilosojia del reformismo: " repres e nta bien las e:cigencias y los principos y ha dado un eje mplo tan f<icil como crit. icaclo h oy y ayer imit:ado". 77
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