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Cannabis en Rusia

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Cultivo en hydro

Cultivo en hydro

El Cannabis ha sido siempre muy importante para la cultura y la industria rusas, y muy especialmente entre el siglo XV y mediados del siglo XX. Cortar el suministro de cáñamo a Inglaterra fue uno de los principales objetivos de la guerra que Napoleón libró contra Rusia en el siglo XIX. Los historiadores dicen que incluso el nombre de la capital del país, Moscú, se deriva de un antiguo término ruso para el Cannabis.

Sebastian Daniel

Rusia es el país más grande del mundo. Las semillas de cáñamo llegaron a los actuales territorios de Ucrania, Polonia y la parte europea de Rusia de la mano de las tribus escitas de Siberia hace unos 2.500 años. El antiguo historiador Herodoto escribió sobre la popularidad que tenían entre los escitas los rituales basados en

fumar Cannabis. Se utilizaba en los entierros y rituales religiosos, así como en los baños de sauna rusos (que, al igual que los baños turcos, eran una especie de experiencia religiosa de limpieza).

Durante miles de años el Cannabis ha sido una de las mayores y más importantes ramas de la agricultura y la industria del planeta. Las fibras de cáñamo hicieron posible la conquista de mares y océanos: cada barco necesitaba las fuertes velas y jarcias de cáñamo, e incluso pegamento y pintura de cáñamo para garantizar su resistencia al agua. La economía de todo el planeta se ha beneficiado de miles de productos fabricados a partir de estas plantas duraderas y de

rápido crecimiento, especialmente papel de cáñamo, tejidos, alimentos y aceites para lámpara. Los alimentos cannábicos se convirtieron en parte de la dieta nacional rusa. Rusia, que disponía de mano de obra esclava, producía el 80% del cáñamo mundial en el siglo XVIII. Se convirtió en el mayor productor mundial de materiales de cáñamo en bruto de primera calidad para la fabricación de velas, cuerdas, redes, tejidos, papel, etcétera. El zar Pedro I introdujo el monopolio estatal en la exportación de Cannabis y controlaba personalmente la calidad de los productos. En 1706 promulgó un decreto estableciendo la pena de muerte para los mercaderes que añadieran productos de desecho a la pulpa de cáñamo. Durante su reinado, las exportaciones alcanzaron las 37.000 toneladas al año. La mayor parte de la producción se destinaba a países como Holanda, Inglaterra y otras potencias marítimas. Las fibras de cáñamo utilizadas en sus barcos eran, en el 90% de los casos, fabricadas en Rusia.

En 1812 estalló la “guerra del cáñamo”. Cuando Napoleón atacó Rusia, su objetivo y estrategia era detener la exportación de cáñamo ruso a Inglaterra y, como resul-

tado, destruir la flota inglesa. El plan de Napoleón se basaba en la suposición de que, sin el cáñamo ruso, Inglaterra se vería forzada a parar la guerra con Francia.

En 1812 estalló la “guerra del cáñamo”. Cuando Napoleón atacó Rusia, su objetivo y estrategia era detener la exportación de cáñamo ruso a Inglaterra y, como resultado, destruir la flota inglesa.

La hierba en el jardín soviético

Con el paso del tiempo, los tejidos de cáñamo fueron reemplazados por algodón y fibras sintéticas, y los veleros dieron paso a los barcos de vapor. La demanda de Cannabis disminuyó, así como su importancia económica. Sin embargo, siguió siendo una cosecha importante dentro de la agricultura de la URSS, el país siguió siendo el número uno mundial en el cultivo de Cannabis. En este aspecto concreto, la Unión Soviética se convirtió en digno sucesor del régimen zarista. En los primeros años del comunismo, la producción de cáñamo no sólo se mantuvo, sino que se extendió a otras regiones incluida Siberia. El cáñamo era una de las cosechas principales de la Unión Soviética. Esto se confirmó oficialmente poniendo la hoja de Cannabis junto con el trigo y los girasoles en el centro de la fuente llamada “Amistad de las Naciones”, en la exposición internacional que mostraba los logros de la industria nacional de la URSS en 1954. Se entregaron medallas de Maestros de la agricultura del Cannabis a los mejores granjeros. Pero siete años más tarde, en 1961, el gobierno ratificó la Convención de Naciones Unidas sobre Drogas Narcóticas, anunció que ahora el Cannabis era una droga peligrosa y ordenó la destrucción de las cosechas.

Los asombrosos descubrimientos sobre el papel del Cannabis en la historia del comunismo están descritos en un libro del profesor Peter Razgulajev, de la Universidad de Novosybirsk, titulado “La hierba en el jardín”. El libro abarca el periodo de 1917 a 1986. El capítulo más largo trata de Nikita Khrushchev -el alegre e imponente sucesor del terrible Joseph Stalin-. He aquí un extracto del

libro: “Junto con la Coca-Cola, el maíz, y el final del culto a la personalidad (Stalin), en la época de Khrushchev se puso de moda la marihuana. A principios de los cincuenta, la cúpula del partido y el gobierno comprendieron por primera vez que la economía socialista es un callejón sin salida, y desarrollaron un fascinante plan. Un plan según el cual la población soviética, a través de un sistema de abastecimiento público y sindical, iba a ser bombardeada con “hormonas de la felicidad”. En particular se conoce el caso de los panaderos que, siguiendo la original tecnología estatal, debían añadir de 20 a 30 mg de extracto de flores hembra de Cannabis. Plantas similares o compuestos sintéticos (por ejemplo la mescalina, que la Unión Soviética importaba de México desde 1958 para “las necesidades de la industria farmacéutica”) se convirtieron en parte de una larga lista de diferentes tipos de pan producidos en los años cincuenta-sesenta. Su efecto narcótico, al que eran sometidos millones de ciudadanos soviéticos, supuestamente

causaba la mutación de los organismos, convirtiéndolos en criaturas débiles y dóciles.

Distinto de otros líderes soviéticos, conocidos por su condición de bebedores, Nikita se distinguía por su naturaleza alegre y su capacidad de pensar y comprometerse. Su afición a la marihuana jugó un papel determinante en la formación de su personalidad. Conocedor de los efectos del THC, Khrushchev intentó sin éxito convencer a Stalin para que legalizara la marihuana. Cuándo él mismo se convirtió en el líder soviético, Nikita se hizo famoso por su extravagante comportamiento. Hoy en día sus actos resultan más comprensibles porque conocemos sus objetivos y razones. Ya en los años cuarenta, Khrushchev soñaba con transformar la Odessa crimeana, conocida como la Perla del Mar Negro, en el centro mundial de la industria del Cannabis, y con legalizar la marihuana en toda la Unión Soviética. Por desgracia para el país, no pudo culminar sus planes. Fue depuesto del poder por fanáticos del vodka bajo el liderazgo de Brezhnev, que descartó durante muchos años la legalización de la marihuana. En 1987, incluso el cultivo de cáñamo industrial se prohibió en toda la URSS.

Las leyes actuales sobre Cannabis

Hoy en día, un aficionado ruso a la hierba tiene una vida incomparablemente más fácil que sus iguales en muchos otros países europeos o asiáticos. El consumo y posesión de pequeñas cantidades no es un delito criminal y ya no supone la deportación a campos de trabajo en Siberia. Todo lo que se arriesga es una multa de 500 a 1000 rublos (10-20 euros) o un arresto de quince días. En la práctica la ley no funciona así en absoluto. Incluso los delincuentes primerizos son víctimas del lavado de cerebro y las presiones policiales para que respondan a las pre-

guntas rutinarias. No se deben llevar encima más de dos gramos de hash o seis de maría -ahí empiezan las “cantidades significativas”, según la Sección 228 del Código Penal de la Federación Rusa, lo que puede suponer penas de cárcel de dos a doce años-. También existen otras controversias. En los centros comerciales rusos hay montones de tiendas de parafernalia y todo tipo de accesorios como gorras, llaveros, etcétera, con la hoja de Cannabis, pero en agosto de 2011 una de estas tiendas de parafernalia cannábica fue acusada de “publicidad ilegal de drogas”. El tribunal impuso una multa ridícula (4.000 rublos, menos de 100 euros) pero en cualquier caso fue una condena legal.

Por desgracia, la arbitrariedad del poder es muy común en Rusia. Si te para la policía por posesión de pequeñas cantidades, incluso, los buenos contactos y los sobornos pueden tener un papel importante. La policía es famosa por su

brutalidad, abuso del alcohol y corrupción, según denuncian los medios rusos.

Como en la mayoría de países, también en Rusia podemos encontrar organizaciones y empresas dedicadas al Cannabis, innumerables páginas web, foros, blogs, etcétera. Existen populares revistas sobre Cannabis, como “Trawa” (Hierba) o “Konoplana Pravda” (La verdad cannábica). Estas publicaciones están llenas de anuncios de compañías de semillas, equipos de cultivo y otros artículos de utilidad para cultivadores, así como de los más famosos coffeeshops holandeses. Desde 2010 se ha puesto de moda el cultivo doméstico de Cannabis. Hasta entonces era poco conocido. Los rusos se dedican cada vez más a la jardinería urbana. En las grandes ciudades de Rusia están abriendo growshops una detrás de otra. Hay un creciente ejército de entusiastas de la jardinería urbana. Cultivar hierba no es legal y conlleva ciertos riesgos. Por supuesto, todo depende del tamaño de la cosecha. Por ejemplo, el cultivo de menos de veinte plantas acarrea una multa de 1.500-4.000 rublos o un arresto de quince días. La legislación rusa no prohíbe la posesión o venta de semillas de Cannabis, pero el cultivo está prohibido en toda la Federación Rusa, sea cual sea su propósito. Pero ahora se ven los primeros signos de cambio. La prensa nacional anunció recientemente que “Rusia volverá a cultivar cáñamo una vez más”. Las autoridades han empezado a hablar del cultivo legal de cáñamo para aplicaciones industriales y médicas. Las autoridades nacionales en control de drogas incluso han reclamado el restablecimiento de todas las plantaciones de Cannabis en Rusia y han pedido al gobierno millones para inversión. Los científicos rusos están aconsejando al gobierno que vuelva a la cultura del cáñamo y que convierta de nuevo a Rusia en un líder global en el cultivo de Cannabis, también para la producción de biocombustibles. Alexei Mitrofanow, un diputado de la Duma (Parlamento ruso), habla abiertamente de la necesidad de legalizar las drogas blandas. En una entrevista para la revista “Tribune”, dijo que la prohibición del Cannabis sólo sirve para corromper a los perseguidores y que ha contribuido al surgimiento de mafias de la droga. Los periódicos predicen que tarde o temprano, se permitirán las drogas blandas.

El líder ruso Nikita Khrushchev soñaba con legalizar la marihuana en toda la Unión Soviética.

En esta medalla soviética se lee “Maestro en la agricultura del Cannabis”.

La economía del Cannabis contra la del alcohol y tabaco

Comprar buena hierba en Rusia es todavía relativamente difícil, mientras que la heroína y las drogas sintéticas son ya relativamente populares y fáciles de encontrar. Esto ha creado una situación desastrosa: el uso de heroína se está extendiendo como el de vodka. La mafia importa toneladas de heroína de Afganistán, el tráfico a menudo está garantizado por políticos, directivos y oficiales de policía. En realidad, nadie combate el tráfico de heroína; las autoridades locales están ocupadas en busca de objetivos menos arriesgados (hippies o rastafaris). Se están creando peligrosos nuevos inventos en laboratorios caseros, como el infame “cocodrilo” ruso, llamado “heroína de los pobres”. En YouTube se pueden ver impactantes vídeos sobre los efectos devastadores de esta droga.

En cuanto a la consideración del Cannabis como droga, debe tenerse en cuenta que Rusia era y sigue siendo una “cultura alcohólica”. Sin embargo, es muy

extraño que la opinión pública rusa a menudo se solidarice con los alcohólicos, y no con los usuarios de Cannabis. Por desgracia, fumar hierba se considera una

actividad que lleva al ser humano a tocar fondo más rápido que el consumo de alcohol ( no como en la India, donde el uso de Cannabis ennoblece al hombre en comunidades tradicionales, incluyendo la posibilidad de ascender desde la casta de los “intocables”, mientras que beber alcohol degrada siempre).

La mayoría de rusos mayores de cuarenta años cree que el Cannabis es una manera rápida de alcanzar las drogas duras y la degradación moral. Da la impresión de que la generación formada bajo el comunismo ha olvidado que antes de la Segunda Guerra Mundial, los eslavos solían tratar a los alcohólicos con decocciones de Cannabis. Además, el tabaco americano se ha convertido en una nueva costumbre en Eurasia que imperceptiblemente ha suplantado a la marihuana ilegal en la conciencia colectiva. La generación más joven ya ha rechazado buena parte de los estereotipos soviéticos y está volviendo a las tradiciones ancestrales, considerando a la marihuana de un modo diferente. Los jóvenes entienden bien que no es una droga mortífera y reconocen la diferencia fundamental entre marihuana y heroína, alcohol o nicotina. No es ningún secreto que fumar marihuana está muy extendido entre gran cantidad de grupos rusos, especialmente de las repúblicas asiáticas de la antigua Unión Soviética.

Por un lado, la marihuana está prohibida, por otro se cultiva y vende a escala masiva. En cada ciudad de Rusia se puede encontrar a un traficante de hierba y comprar algo de maría o hash. Existe la hierba local, que crece silvestre en un área de un millón de hectáreas -los restos de la gran agricultura cannábica industrial de la época del zar Pedro I-. El Cannabis crece en todas las regiones de Rusia; las mayores plantaciones se

pueden encontrar en el Lejano Oriente, la región Amur, y en Tuva, Buratii, la zona autónoma judía y Krasnodar Krai. La marihuana y el hashish también se importan de las antiguas repúblicas asiáticas de la URSS: Tajikistán, Uzbekistán, Kazajastán, Kyrgyzistán, o países como Afganistán, Marruecos y los Países Bajos.

Debería recordarse que el alcohol causa más muertes en todo el mundo que el

Sida, la tuberculosis o la violencia, como advirtió en 2011 la Organización Mundial de la Salud. Aún así, las políticas de control del alcohol son débiles y siguen siendo una prioridad menor para la mayoría de gobiernos, a pesar de los accidentes de tráfico, la violencia, las enfermedades, el abandono infantil y el absentismo laboral, según su “Informe de la situación global sobre Alcohol y Salud”. El abuso de alcohol es especialmente funesto para los grupos más jóvenes y el alcohol es el mayor factor de riesgo de muerte entre los adultos varones de entre quince y cincuenta y nueve años. Es un factor causal en sesenta tipos de enfermedades y trastornos. El consumo de alcohol se ha relacionado con la cirrosis hepática,

la epilepsia, los accidentes de tráfico, la violencia doméstica, las agresiones sexuales, homicidios, suicidios, y varios tipos de cáncer, incluyendo los de mama, laringe e hígado.

El fuerte arraigo del alcohol en la sociedad es claramente visible en países del Este europeo como Polonia y Rusia. En Polonia, el 40% de los adultos jóvenes tienen a uno o ambos padres alcohólicos.

En Rusia, una de cada cinco muertes se debe al consumo de alcohol. Un informe del gabinete de asesores del presidente de Rusia estima el número de muertes por enfermedades relacionadas con el alcohol en más de medio millón de personas todos los años. El envenenamiento letal de alcohol (sobredosis) es por sí solo el causante de la muerte de cuarenta mil personas al año. Además, el alcoholismo está provocando un colapso demográfico: para 2050 el número de ciudadanos rusos habrá disminuido de 145 millones a 100 millones. En 2008 el 89% de las mujeres y sólo el 56% de los hombres alcanzó la edad de la jubilación. Durante años, el gobierno ruso ha intentado combatir el problema del alcohol. En 1985, Mijail Gorbachev introdujo limitaciones a la venta de vodka, lo que provocó una proliferación de destiladores ilegales e incluso condujo a malestar social y disturbios. Los adictos al alcohol consumían sustitutos: colonia, líquido de frenos o limpiacristales. Esto causó envenenamientos masivos, muertes y casos de pérdida de visión. Se produjeron intentos de restringir la venta no sólo de bebidas alcohólicas, sino también de perfumes derivados del etanol, que se consumían habitualmente como sustitutos.

El tabaco, la mala alimentación y el alcohol son las tres primeras causas de muerte en Rusia, América y muchos otros países. El periodista David MalmoLevine contesta a la eterna pregunta de “Si la marihuana es tan inocua y útil, ¿por qué es ilegal?”, con la siguiente explicación: “Olvídense de las fantasías sobre “problemas de salud”, se trata de un juego de racismo y monopolio sobre la medicina y los sacramentos, un juego de jerarquía, megalomanía y de la clásica división-conquista de las masas”. Malmo-Levine lamenta que productos cannábicos famosos como el hash de Afganistán o la marihuana jamaicana sigan siendo ilegales, mientras que la gran industria farmacéutica disfruta de un monopolio sobre los medicamentos cannábicos legales, fingiendo una falsa preocupación por el consumo y la euforia.

Ciertamente, el gobierno ruso debería considerar la relegalización del Cannabis lo antes posible. Especialmente porque, como demuestra la historia, no se trata de la aparición de cierta nueva droga exótica (esto se podría decir más bien de la aparición del tabaco en esta parte del mundo), sino del retorno a las raíces y a la gran tradición y cultura rusa del Cannabis.

Los científicos rusos están aconsejando al gobierno que vuelva a la cultura del cáñamo y que convierta de nuevo a Rusia en un líder global en el cultivo de Cannabis.

Odessa (hoy Ucrania) perdió la oportunidad de convertirse en la capital mundial del Cannabis en los años cincuenta -mucho antes que Amsterdam-.

El autor quisiera dar las gracias a Gee Maru por su ayuda en la elaboración de este artículo.

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