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El debate de la esquizofrenia

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Rosenthal

Rosenthal

El debate sobre la esquizofrenia Kali Mist

¡UNO MÁS UNO NO SIEMPRE ES IGUAL A ESQUIZOFRENIA!

En años recientes se ha producido una abundante cantidad de investigación sobre la conexión entre el Cannabis y enfermedades psicóticas como la esquizofrenia. Sin embargo, la necesidad de lograr titulares sensacionalistas, junto con una casi premeditada falta de comprensión de los puntos clave de la ciencia que estudia estos temas, ha llevado a que la cobertura mediática de este importante trabajo sea miserablemente incompetente. Hoy día se pueden leer cientos de estudios. Aunque no queremos abrumaros con los detalles de todos ellos, nos proponemos que aprendáis lo más posible sobre la ciencia de verdad, detrás de las proclamas de los medios.

Un estudio de 2007, que ha sido citado en innumerables ocasiones por la prensa sensacionalista, sugería que los participantes que eran usuarios de Cannabis (seleccionados con el criterio de que no tuvieran signos de enfermedades mentales) eran un cuarenta por ciento más propensos a experimentar un principio de psicosis que el resto de la población. En este caso, a pesar de que muchos artículos proclamaban que el riesgo aumentaba incluso para los que sólo se habían fumado un porro en toda su vida, ese incremento del cuarenta por ciento se derivaba de la evaluación de personas que habían fumado cannabis una vez o más. Esto convierte en incorrecta la afirmación de que un porro incrementa el riesgo en un cuarenta por ciento, ya que el incremento del riesgo para fumadores más empedernidos desvía completamente la cifra total. Un pequeño error, se podría pensar, pero en la práctica la diferencia es enorme - y este tipo de errores de interpretación puede hacer que muchos usuarios de Cannabis teman por su salud equivocadamente-.

A lo largo del tiempo, no se ha producido incremento alguno (de hecho ninguna variación real) en los porcentajes absolutos de esquizofrenia en la población, según el National Institute of Mental Health ((NIMH) -a pesar de que los porcentajes de uso de Cannabis han fluctuado sustancialmente-. La prevalencia constante de la esquizofrenia en la población general se estima en alrededor del 0,4%. Históricamente, los registros sugieren que la población jamás ha superado el 1% de esquizofrénicos. Con un 25% de esquizofrénicos que utilizan habitualmente el Cannabis, esto significa un máximo de en torno al 0,25% (y una media del 0,1%) de la población potencialmente esquizofrénica que es usuaria habitual de Cannabis.

Por otra parte los índices de uso de Cannabis varían entre el 10% y el 15% de la población, por lo que el número de usuarios de Cannabis no esquizofrénicos (ni propensos) supera ampliamente al de usuarios esquizofrénicos. Como esto lo sabe todo el mundo, es una falacia argumentar que cualquier individuo es un 40% más propenso a sufrir esquizofrenia si se fuma un solo porro; incluso si eso fuera cierto, el incremento en el número total de esquizofrénicos sería minúsculo.

Además de esto, pueden haberse producido falsos positivos debidos a los efectos intoxicantes del Cannabis, que pueden tener ciertos puntos de similitud con los síntomas psicóticos. Más aún, si los resultados podrían implicar que el Cannabis conduce a la esquizofrenia y otras formas de psicosis, también pueden demostrar sencillamente que aquellos con tendencias psicóticas latentes son más propensos a usar drogas. El estudio mencionado antes sólo se fijaba en individuos que no tenían una psicosis, ya que se sabe que los enfermos mentales diagnosticados tienen más propensión a emplear drogas, pero no era posible establecer si estaban incluidos esquizofrénicos futuros o no diagnosticados.

Es sabido que los esquizofrénicos en particular son dos veces más propensos al abuso habitual de sustancias que los no esquizo-

frénicos -de hecho, casi el 90% de los esquizofrénicos fuma tabaco; de ellos, el 68% son grandes fumadores (en la población general, el porcentaje de fumadores varía entre aproximadamente el 20 y el 30%, con sólo un 11% de grandes fumadores). La mayoría de esquizofrénicos empieza a fumar cigarrillos antes de que se manifieste por primera vez su enfermedad, y sin embargo nadie culpa a los cigarrillos cuando ésta aparece. Es más fácil culpar al Cannabis -aunque no se haya probado una conexión causal-. Siguiendo la lógica de la prensa sensacionalista, se podría suponer que fumar tabaco es de hecho un desencadenante de la esquizofrenia mucho más importante que el Cannabis. A la inversa, se puede contemplar de una forma más realista: el 90% de los pacientes de esquizofrenia fuma cigarrillos y, como podría interpretarse del estudio de 2007, son un 41% más susceptibles de consumir Cannabis (un estudio canadiense establece que el 25% de los esquizofrénicos son consumidores habituales de Cannabis, comparados con el 14% de la población general, lo que de hecho representa algo por encima del 40% de más). Las personas que sufren esquizofrenia son estadísticamente el doble de propensos a usar habitualmente toda clase de drogas, y en

realidad el Cannabis está bastante abajo en la media de de consumo de sustancias de los esquizofrénicos.

Se cree que la esquizofrenia y los trastornos asociados a ella son causados por factores del desarrollo, incluso durante la gestación, y que puede haber una predisposición genética a la enfermedad. Si ese es el caso, entonces puede que el cannabis sea un desencadenante para episodios agudos en ciertos individuos, pero no es probable que sea una causa independiente. Lo más probable es que los que han desarrollado esquizofrenia después de fumar Cannabis, la hubieran desarrollado igual sin hacerlo, pero en la prensa reaccionaria se insinúa que no lo habrían hecho, por supuesto.

Sin embargo, sí existe cierta conexión entre el uso habitual de drogas, incluido el Cannabis, y los trastornos esquizofrénicos. La compulsión a colocarse habitualmente, o a intoxicarse de alguna manera, parece ser un principio del patrón de conducta esquizoide. Esto no significa que todos los consumidores habituales sean esquizofrénicos, ni viceversa; aunque los procesos que se producen parecen ser muy similares. También parece ocurrir que en un número significativo de individuos “prodrómicos” (aquellos que muestran signos tempranos del trastorno, antes de la aparición de la sintomatología completa), el uso de Cannabis conduce a un brote temprano de los síntomas esquizofrénicos (hasta dos años y medio antes de lo normal, según algunas fuentes).

No obstante, los esquizofrénicos de sexo masculino suelen experimentar el primer brote alrededor de los diecinueve años, mientras que las mujeres lo hacen a los veintidós. Además, los hombres son unas cuatro veces más propensos a consumir Cannabis que las mujeres. Sólo este hecho podría ser suficiente para explicar el aparente papel

del Cannabis en casos de brotes tempranos -y como mínimo demuestra la necesidad de más estudios que sean un poco más precisos en el modo de establecer sus controles, y que sean capaces de demostrar una conexión que vaya más allá de la diferencia de género-.

El proceso de intoxicación química por Cannabis recuerda en ciertos aspectos a los procesos químicos que se producen durante un episodio agudo de esquizofrenia. También existen indicios para sugerir que el sistema endocannabinoide se ve afectado por la esquizofrenia: los receptores CB-1 se encuentran en el cerebro de los esquizofrénicos en mucha mayor cantidad que en la población general, y el endocannabinoide anandamida está presente en mayores niveles en el fluido cerebroespinal de los esquizofrénicos, incluidos los individuos prodrómicos. Se cree que mayores niveles de anandamida pueden regular las tendencias psicóticas y prevenir los síntomas agudos. Ciertas investigaciones sugieren que una variación del gen COMT, que puede jugar un papel en la actividad del receptor CB-1, es la verdadera causa de la esquizofrenia.

Hasta un 90% de esquizofrénicos fuma cigarrillos, y alrededor de un 25% fuma Cannabis

Fumar Cannabis cuando el cerebro está todavía en desarrollo puede incrementar el riesgo de psicosis incluso sin predisposición genética

EL THC PURO PUEDE TENER EFECTOS SIMILARES A LA PSICOSIS

El THC puro puede tener efectos similares a la psicosis

Aunque la genética puede jugar un papel, algunas investigaciones indican que mientras el cerebro está en etapa de desarrollo puede verse afectado negativamente por el consumo habitual de Cannabis, incrementándose el riesgo de desarrollar esquizofrenia más adelante con la cantidad y regularidad del consumo. Incluso sin predisposición genética conocida, los usuarios precoces de Cannabis pueden ser más propensos a experimentar psicosis -por esta razón algunos consideran al Cannabis como un factor de riesgo independiente-. Se cree que la presencia de cannabinoides introducidos puede alterar el desarrollo de las vías nerviosas que son vitales para el normal funcionamiento adulto, y que como resultado se pueden desarrollar síntomas de psicosis.

En cualquier caso, lejos de ser una causa independiente de ulteriores brotes de esquizofrenia, el Cannabis es simplemente parte de un complejo sistema de interacciones entre los seres humanos y nuestro entorno. En adultos predispuestos, puede actuar como desencadenante para la psicosis; o puede generar un precedente para futuros episodios psicóticos similares sin necesidad de ningún desencadenante químico.

Inyectado en el torrente sanguíneo de sujetos humanos sanos, el THC puro puede tener efectos notablemente similares a la psicosis -incluyendo delirios, alucinaciones y aislamiento social. El efecto “desmotivador” a largo plazo, experimentado por algunos consumidores regulares de Cannabis también se presenta en muchos esquizofrénicos. De hecho, los efectos de “psicosis” cannábica se asemejan mucho más a las que experimentan los esquizofrénicos y las psicosis causadas por el abuso de otras drogas, como anfetaminas y cocaína. Por esta razón, el Cannabis se utiliza como modelo cuando se estudian los patrones de la esquizofrenia y su brote. Sin embargo, todavía queda mucho por averiguar: por ejemplo, durante mucho tiempo se ha pensado que el CBD (cannabidiol) tiene cualidades antipsicóticas que contrarrestan el efecto del THC. Dada la cercana asociación entre el sistema endocannabinoide y la esquizofrenia, futuras investigaciones más amplias pueden no sólo hacer nuevos descubrimientos sobre la propia naturaleza de la esquizofrenia, sino que pueden demostrar que algunos esquizofrénicos podrían beneficiarse de un tratamiento individualizado con cannabinoides, evitando los serios efectos secundarios de muchas medicaciones convencionales.

De nuevo, es importante recordar que cada individuo es diferente, y que la expresión genética de la esquizofrenia puede variar ampliamente entre enfermos. Recientes investigaciones demostraron que en una muestra de 190 pacientes de esquizofrenia, 44 individuos tenían una vulnerabilidad al Cannabis mucho mayor, lo que supone alrededor de un 23%. Esta cifra, aunque muy cercana a la cifra del 25% de esquizofrénicos que consumen habitualmente Cannabis, está compuesta de individuos con diferentes ritmos de consumo. Por lo tanto, es posible ser esquizofrénico, usuario habitual de Cannabis, y aun así estar libre de el factor de mayor propensión (y en consecuencia, potencialmente sin mayor riesgo psicológico o físico debido a la droga).

Resulta interesante que este estudio demostrara que los individuos más predispuestos al Cannabis eran mucho más propensos a tener familiares cercanos que también sufrieran trastornos psicóticos -sugiriendo una causa genética-. El gen COMT a veces expresa el alelo Val en vez del “normal” alelo Met; en aquellos con un alelo Val y uno Met (Val-Met), existe un ligero incremento del riesgo de psicosis; aquellos con dos muestras de alelos Val (Val-Val) tienen un riesgo significativamente mayor. Se piensa que el genotipo Val-Val está presente en alrededor del 47% de los esquizofrénicos (el 35% tiene el genotipo Val-Met y el 18% la variante Met-Met), comparado con el 30% de los no esquizofrénicos (en este grupo, el 43% mostraba el genotipo Val-Met y el 26% el Met-Met).

Si realmente el genotipo Val-Val es responsable de la adicción, el hecho de que casi el doble de esquizofrénicos lo muestren podría muy bien ser relevante para el hecho de que el doble de esquizofrénicos sean propensos a ser consumidores habituales de sustancias. Según un estudio australiano de 2005, aquellos con genotipo Met-Met no mostraron propensión al Cannabis, y los portadores del alelo Val mostraron mayores índices de aparición de síntomas esquizofrénicos después de consumir Cannabis.

Una y otra vez, lo que de verdad demuestran las investigaciones es que para un pequeño número de individuos predispuestos, el Cannabis puede tener consecuencias distintas de las que tiene para el usuario medio. Más exactamente, las personas con variaciones genéticas particulares que afectan al sistema endocannabinoide pueden encontrarse con que su respuesta al Cannabis es inusual -una conclusión que parece una obviedad casi de risa, dado que evidentemente los principios activos del Cannabis afectan al sistema endocannabinoide-. Aunque por supuesto es inmensamente importante aprender todo lo posible sobre esta conexión -no sólo por los propios pacientes, sino como una clave potencial para abrir los fundamentos absolutos del funcionamiento del cerebro humano-, es altamente cuestionable concluir, en esta etapa de nuestro nivel de conocimientos, que el Cannabis es inherentemente dañino para los esquizofrénicos.

En este punto es imposible estar seguros de la conexión exacta entre el Cannabis y la esquizofrenia. Parece que algún tipo de Los medicamentos convencionales para la esquizofrenia, como el Thorazine, pueden tener efectos secundarios que pongan en peligro la vida

conexión existe; debemos esperar que, cualquiera que sea ese vínculo, por leve que sea, será ferozmente destacado por los medios y convertido en la base para un alarmismo exagerado y espurio.

Al descubrir más cosas sobre el funcionamiento del sistema endocannabinoide y la naturaleza de la esquizofrenia, sin duda ganaremos un conocimiento más profundo sobre la acción de los cannabinoides exógenos en el cerebro humano. Hasta entonces, este tipo de artículos sensacionalistas se debe coger con pinzas, porque sigue sin haber ninguna evidencia de incremento en los índices de esquizofrenia, ni debido al Cannabis ni a ningún otro factor ambiental.

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