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CULTIVO DE INTERIOR
Diseño básico de un jardín de interior: CREAR EL AMBIENTE Cultivar en interior es fácil si el ambiente en el que se desarrollan las plantas es el adecuado. Muchos cultivadores se preocupan de conseguir fertilizantes, suplementos y aditivos de todo tipo pero descuidan lo más básico e importante. ¿Están a gusto las plantas? Si falta luz en el cuarto de cultivo, la temperatura se acerca a los 40 grados o la humedad no baja del 80 por ciento, de poco servirán los nutrientes de última generación, las plantas no podrán aprovecharlos ni se desarrollarán bien. En cambio, si iluminación, temperatura, humedad y ventilación se mantienen en sus rangos óptimos, bastará un poco de agua y abono de vez en cuando para José T. Gállego obtener fantásticos cogollos.
El clima del jardín interior debe imitar al exterior
Las plantas requieren para vivir luz, agua, dióxido de carbono, oxígeno y nutrientes minerales, además de un sustrato que les sirva de sopor-
pues es el que les permite convertir la energía lumínica en energía química que luego utilizan para fabricar glucosa a partir de agua y dióxido de carbono. Sin luz no hay vida vegetal. La iluminación de un cultivo de interior es uno de los elementos claves para el éxito, debe tener suficiente intensidad y un espectro adecuado. Durante el crecimiento las plantas necesitan unos 25.000 lux (lúmenes por metro cuadrado), mientras que en floración sus necesidades aumentan hasta los 50.000 lux. En general, las variedades Índicas requieren menos intensidad de luz que las Sativas para desarrollarse adecuadamente. En exterior, las plantas disponen de
100.000 lux. En interior, sin embargo, la luz es mucho más cara pues se requieren grandes cantidades de electricidad para producirla. Además, no todos los tipos de lámparas producen luz con un espectro adecuado para el cultivo. La eficiencia de las lámparas se mide por la cantidad de lúmenes que emiten por cada vatio de electricidad consumido. Las lámparas de alta presión de sodio son las más eficientes (alcanzan los 150 lúmenes por vatio) , por ello son las más empleadas en el cultivo de cannabis, especialmente en la floración, ya que su espectro lumínico anaranjado resulta perfecto para esta fase. En crecimiento las plantas se estiran menos y crecen más frondosas y compactas, con un espectro de luz más azulado, como el de las lámparas de halogenuros metalizados o el de los fluorescentes. Las lámparas de LED y los fluorescentes suelen ser menos potentes que las lámparas de alta presión de sodio o de halogenuros metalizados, pero tienen la ventaja de desprender mucho menos calor, por lo que pueden acercarse más a las plantas. Son menos productivas y no tan útiles en jardines grandes, pero son las más adecuadas para los armarios más pequeños, aquellos que no superan 0,5 m2.
Los reflectores refrigerados tienen un cristal que separa la bombilla de las plantas, se conectan por medio de tubos de ventilación a un extractor te. Cuando crecen en el suelo y al aire libre, la naturaleza se encarga de aportarles la mayoría de estos elementos. Aunque el cultivador ayuda en ocasiones, regando cuando no llueve o abonando si a la tierra se le acabaron los nutrientes, la importancia de su labor no es comparable a la de un cultivador de interior. Cuando las plantas viven en un entorno cerrado y artificial, iluminadas con lámparas y aisladas de las condiciones atmosféricas, la responsabilidad de su bienestar recae totalmente en el cultivador, que debe velar porque los distintos parámetros permanezcan dentro de los límites adecuados para su desarrollo. Los puntos básicos son: iluminación, ventilación, temperatura, humedad y control de olores. Este último factor no es realmente necesario para el bienestar de las plantas, pero sí lo es para que el cultivador duerma tranquilo.
Iluminación La fotosíntesis es el proceso más importante de la vida de las plantas,
enormes cantidades de luz solar gratuita, que es rica en todos los colores del espectro, desde el infrarrojo hasta el ultravioleta. En un día de sol, la superficie terrestre recibe unos
La intensidad de luz que llega a las plantas disminuye muy rápidamente conforme aumenta la distancia desde la lámpara. La ley del cuadrado de la
Las bombillas sin reflector permiten aprovechar al máximo los lúmenes producidos.
Los fluorescentes compactos son muy adecuados para esquejes
distancia afirma que la intensidad de la luz es inversamente proporcional al cuadrado de la distancia entre la lámpara y el objeto iluminado. En otras palabras, al doble de distancia llega la cuarta parte de luz y viceversa, es decir, a la mitad de distancia llega cuatro veces más cantidad de luz. Por esto es muy importante que las lámparas estén tan cerca de las plantas como sea posible, sin que la temperatura sobrepase los niveles óptimos. Una lámpara
Lámpara
Lúmenes
Lúmenes/vatio
Área de cultivo
HPS 250w
27.000
110
0,5-1 m2
HPS 400w
50.000
125
1-1,5 m2
HPS 600w
90.000
150
1-2 m2
MH 250w
23.000
92
0,5-1 m2
MH 400w
40.000
100
1-1,5 m2
CFL 125w
9.500
76
0,25-0,5 m2
CFL 150w
12.000
80
0,25-0,5 m2
CFL 200w
15.000
75
0,25-0,75 m2
CFL 250w
18.000
72
0,5-1 m2
Características de las lámparas de cultivo y área que pueden iluminar HPS: Alta Presión de Sodio. MH: Halogenuros Metalizados CFL: Fluorescentes compactos