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Portada


c贸n Rin

El

Detalle: Calle Hern谩ndez Alfonso


I n d i c e

Edita:

Ilustre Ayto. de San Miguel de Abona

Ctra. a Los Abrigos, 30 - 38620

web: www.sanmigueldeabona.org

e-mail: cultura@sanmigueldeabona.org

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Concejalía de Cultura

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Edición KA

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La Casa-Granero de Viña Vieja

El Personaje: D. Ignacio Rodríguez López

Un paseo por la Biblioteca Municipal

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Los molinos de gamona Julio Concepción

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El viaje de Modu Isabel Medina

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Pedazos de poesía Francisco Tejera Feo

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D. José Vicente Martínez Calcerrada Octavio Rodríguez Delgado

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El Trotamundos Marian Tur Iglesias

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Efemérides del sur (V) Fernando Sanz Sanz

«La Tajea no hace necesariamente suyos las opinio-

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La habitación mágica

Todos los derechos reservados. Esta publicación

José Guadalupe

no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada en, o transmitida por, un sistema de recuperación de información, en ninguna forma

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o cualquier otro, sin permiso previo por escrito de la

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editorial (Concejalía de Cultura).»

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Ondas Deportivas Álvaro Toledo

y por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia,

e

Introducción

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TF 937/2002

nes y los criterios expresados por sus colaboradores.

c

Francisco Javier González Méndez

Depósito Legal:

i

María Luisa De Peuter Fourmy

Diseño e impresión:

d

Valentín E. González Évora - Tte. Alcalde y Concejal de Cultura

Dirección y coordinación:

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Costumbres funerarias Francisco Javier González Méndez

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La magia de la sal Clemente Feo Feo

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FotoNoticia

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Coleccionable de Cocina Umberto Marinoni Lapini

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Coleccionable de Alfarería Pedro Benítez Reyes


Ilustre Ayuntamiento de San Miguel de Abona - Noviembre/Diciembre 2005

Introducción S

e acerca el final del año 2005, un año cargado de sonrisas, esperanzas, alegrías, ilusiones... y por qué no, también de momentos tristes, porque al fin y al cabo, de esto se compone la vida de cada uno de nosotros. La Tajea ha paseado otro años más por las calles, no sólo de este municipio sanmiguelero, sino por las de todos aquellos que han querido compartir sus palabras con los lectores de sus páginas en algún momento determinado. Hemos viajado por estas tierras canarias, pero también nos hemos ido a las tierras de tantas y tantas familias de emigrantes. Nos hemos adentrado, una vez más, en el mundo de la cultura, de las tradiciones, del legado histórico.

En este nuevo número que se presenta, se ha querido colaborar con el espíritu navideño que todos llevamos dentro en estas fechas. Cuentos de Navidad, excursiones a Belén, Regalo de Reyes... Pero además, y como no podía ser de otra forma, tienen cabida como en cada número, aquellos artículos que nos hacen saber más de lo que tenemos a nuestro alrededor: como podría ser una breve descripción de la Casa-Granero de Viña Vieja, o los últimos acontecimientos deportivos que cada día se abren paso con nuevas modalidades. Quizás, mencionar aquellos personajes que, aún quedando muy lejanos en el

Presencia la sonrisa de un niño y tu día triste habrá acabado Anónimo

tiempo, nos hacen ver detalles y peculiaridades de aquellos que formaron parte de este entramado de gentes, como puede ser el caso de D. José Vicente Martínez Calcerrada. Tal vez, podríamos pararnos a leer detenidamente, esa pequeña descripción que nos hace José Guadalupe de una habitación de ensueño... una habitación en una casa que bien podría ser la de cualquiera de nuestros abuelos. Tal vez, deberíamos detenernos un poco más en esas efemérides del sur que nos relata cada mes Fernando Sanz, o las curiosas historias que nos cuenta Clemente Feo a través de los caprichos de la química. Otro mes más en el que tenemos que agradecer, como lo hacemos siempre, su confianza. Sin embargo, y como decía al principio, esta vez damos las gracias de una manera especial, acompañadas de un deseo para el próximo año que empieza: “Sólo la pequeña llama de una vela es capaz de hacer desaparecer la mayor de las oscuridades. Con el deseo de que nuestras vidas se llenen de luz en este nuevo año que empieza...” Felicidades

Valentín E. González Évora 1er Teniente de Alcalde y Concejal de Cultura


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¿ que...? de Viña Vieja La CSabía asa-Granero Nota breve para su historia

María Luisa De Peuter Fourmy

Responsable del Archivo Municipal

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a zona conocida como Viña Vieja en su día formó parte del mayorazgo instituido por la familia Soler en la comarca de Chasna. Pedro Soler y María de Cabrera fundaron un mayorazgo en el año 1602, ante el escribano lagunero Alonso Gallego, en virtud de la Real Cédula otorgada por Felipe III en noviembre del año anterior, que les autorizaba a ello. Este mayorazgo, de carácter hereditario por vía de primogenitura, incluía bienes tasados entre 40.000 y 50.000 ducados. Entre dichos bienes, que tanto eran adquisiciones propias como de procedencia hereditaria, se encontraba una propie-

Bibliografía Pérez Barrios, Carmen Rosa; El mayorazgo de los Soler en Chasna. Una visión histórica a traves de sus pleitos. Ayuntamiento de Arona, Cajacanarias, Cabildo Insular de Tenerife, 1.998.

dad descrita por la historiadora Pérez Barrios1 como “(...)13.- Una casa de teja, con un cercado y huerta de arbolado con su fuente de agua, donde llamaban La Viña Vieja.(...)”. Esta “casa de teja” es una casa-granero que sirvió a los terrenos agrícolas circundantes, que constituían una unidad de explotación de la misma familia. Datar esta vivienda, o sea, adjudicarle una posible fecha de construcción, es una tarea complicada. Es lógico pensar que la descripción que se da de dicha propiedad se corresponda con la vivienda que nos ocupa, ya que en la cercanía de la casa existe una fuente de agua, la vivienda se encuentra cercada, y tiene una huerta a su lado. Por tanto, teniendo en cuenta que la vivienda ya figuraba en la escritura fundacional del mayorazgo en 1602, podemos inferir una fecha de construcción anterior. En la actualidad y teniendo en cuenta los datos con los que contamos, no podemos alcanzar mayor precisión que la de decir que fue

construida posiblemente a finales del siglo XVI. La casa-granero de Viña Vieja, situada junto al camino público del mismo nombre, figuraba en 19262, con el número 2 de orden del citado camino. Sus propietarios eran entonces los herederos de Antonio Alfonso Gorrín, domiciliados en La Laguna en esa fecha. Ellos mismos transmitieron a sus medianeros su conocimiento de la antigüedad de la casa, ya que según decían había pertenecido “al Marqués” (refiriéndose al Marqués de la Fuente de Las Palmas, cabeza del mayorazgo Soler en el siglo XIX y propietario anterior a esta familia). Actualmente su propietario es Miguel Hernández Calzadilla, descendiente de la citada familia Alfonso. Esta vivienda propia de las zonas agrícolas cuenta con una era, un horno, los establos, el granero y el abastecimiento de agua necesarios para la explotación de los terrenos circundantes y la vida de los medianeros que habitaban la citada edificación.

1

PÉREZ BARRIOS, Carmen Rosa, El mayorazgo de los Soler en Chasna. Una visión histórica a través de sus pleitos. Ayuntamiento de Arona, Cajacanarias, Cabildo Insular de Tenerife, 1.998.

2

Registro Fiscal de Edificios y Solares, 1.926. A.M.S.M.A.


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Francisco Javier González Méndez

El Personaje

A la Memoria de Ignacio: El Practicante

El sanmiguelero siempre estará agradecido de la figura del practicante, D. Ignacio Rodríguez López. Su pueblo ha estado orgulloso por haber tenido el privilegio de contar con un profesional como fue este personaje.

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ació en San Miguel de Abona, el 17 de septiembre de 1935, realizando sus primeros estudios en Granadilla y en su pueblo natal, trasladándose con posterioridad a Santa Cruz donde hace el bachiller, para posteriormente terminar su carrera. Sus primeras prácticas fueron en el antiguo Hospital Civil, hoy Museo de la Ciencia y el Hombre, y en el Servicio Militar (Ceuta), actuando como ATS. Fue el número siete de España cuando se presentó a las Oposiciones, trasladándose a Galicia durante por lo que en principio eran dos años donde desempeñaría su profesión; pero su estancia no llegaría a los dos meses, puesto que la hija del alcalde de aquel pueblo gallego era practicante; así que llegaron a un acuerdo de compartir sueldo con la condición de regresar a Canarias. Llegó a su pueblo natal donde trabajó como ayudante del médico D. José Feo Rodríguez, adquiriendo de esta manera una gran experiencia. Con el paso del tiempo, salió la plaza de practicante en San Miguel de Abona, puesto que ocupa D. Ignacio, y donde pasaría a dedicar cuarenta años de su vida al servicio de los demás.


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La vida de un practicante de pueblo que puso toda su humanidad y empeño en su lucha diaria. Un hombre que contribuyó con el nivel de la salud de los sanmigueleros. Sito, como popularmente se le conoció. Vivió en el tiempo de la medicina rural y creyó en ella. Eran tiempos donde existía la humanidad, y él la tenía detrás de su mirada. No existía tanta maquinaria como ahora, ni los adelantos que tenía el Hospital, pero en la medicina rural de San Miguel no eran ajenos al dolor. En D. Ignacio estaba la figura del practicante, del consejero, del médico... A cualquier hora del día o de la noche, con la lluvia o con el viento, no importaba, lo principal era la salud de su

paciente. Para el enfermo era como una luz que entraba en su cuarto. Ignacio o Sito, Sito o Ignacio, conocía los antecedentes de los enfermos y sus diagnósticos siempre eran certeros. Este personaje creyó en su profesión, a la que se entregó en cuerpo y alma, dejándose la piel en el camino de su pueblo, en esa profesión de practicante que ya ha quedado atrás. Este sanmiguelero que nos trajo mucho y se llevó la satisfacción del deber cumplido y el reconocimiento de su pueblo que siempre le dirá “GRACIAS, SITO”.

Un paseo por la Biblioteca Municipal La Vida, juego de naipes de Benito Pérez Armas

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on treinta y cinco años desde que se inició en 1970 uno de los reconocimientos más importantes de la literatura canaria: Premio de Novela “Benito Pérez Armas”. Don Benito Pérez Armas estuvo desde temprano vinculado a las letras. El periodismo, los cuentos y las novelas fueron sus grandes vocaciones; al lado de la primordial que fue siempre la política. La Vida, juego de naipes, novela realista escrita en 1908, trata de un viejo protagonista isleño “héroe de la epopeya isleña en América”, a quien la enfermedad detiene para que pueda contar su historia y para que el joven protagonista pueda casarse con su hija. Don Alonso, natural de Tenerife (donde transcurre la historia), mató a un hombre en defensa propia y huye a América donde pasó una vida de aventuras. Cansado, viejo, rico y sufriendo del corazón, vuelve a su país natal.

El título intenta resumir la ética de ese protagonista que se fue endureciendo para adquirir todo el valor necesario para luchar contra la adversidad.

Don Benito Pérez Armas estuvo desde temprano vinculado a las letras. El periodismo, los cuentos y las novelas fueron sus grandes vocaciones; al lado de la primordial que fue siempre la política. Con La Vida, juego de naipes, tenemos una novela regional, que a través de sus protagonistas refleja los sentimientos de nuestro pueblo y pinta sobre sus páginas a un canario triunfador, lo que no parecía fácil ni posible para quien no saliera de la colonia:

“Un hombre sin historia, es como un árbol sin hojas” Benito Pérez Galdós

“Para mí la Vida es juego de naipes, sencillamente juego de naipes... Baraja la mano oculta (yo creo que la de Dios) le da a usted los naipes (hasta ese momento soy fatalista), para que los combine libremente, según su criterio..., para que haga la jugada... ¡Ésa es toda la libertad del hombre!”.

La Vida, juego de naipes Autor: Benito Pérez Armas Editorial: MARIAR Fecha de publicación: 1990 Páginas: 200 ISBN: 84-87137-91-1


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Los molinos de Gamona

Julio Concepción

Ficha Técnica LA GAMONA Familia: Liliáceas Especie: Asphodelus aestivus Longevidad: Perenne Altura: 55-150cm. Floración: final inviernoprincipio verano Hábitat: terrenos rocosos, arenosos y suelos pobres. Ecología: esta planta, de

origen mediterráneo, es frecuente en lugares abiertos y soleados de la zona baja y de medianías, aunque puede llegar a cotas por encima de los 1.400 m en áreas del Pinar del suroeste de las Islas de mayor relieve. Su tendencia natural es a formar colonias de notable densidad y extensión.

Notas:

Planta de la Gamona

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entro de los diversos juguetes de gamona destacan por su presencia lúdica los molinos de viento, ya que eran ampliamente elaborados tanto por niños como por niñas, al ser un juguete versátil escapó al encorsetamiento de la división sexual del juguete. La mayor parte de los entrevistados tanto varones como hembras lo recordaban hacer. Este juguete ha tenido una fuerte presencia a lo largo y ancho de la comarca Sur, ya que prácticamente todos los chiquillos de las zonas de costa,

“Yo creo que si le gustarían los juguetes de gamona, porque lo hallan como una cosa extraña, una cosa que no es vista, ¿mira tu con que jugaban los viejos de antes, los niños de antes? y nosotros los juguetes que tenemos y no lo queremos” Pablo Manuel Rodríguez Cabrera, 1920 Ifonche-Adeje

medianía y cumbre se podían permitir su elaboración, al tener fácil acceso a una planta que se daba en toda la franja altitudinal

de la comarca. Los molinos de gamona encontraron su inspiración en los pocos molinos de viento que molían el gofio

* Los animales de pasto suelen dejarla intacta en los prados. * Las gamonas son algunas de las Liliáceas más abundantes y que mejor sobreviven al efecto devastador del hombre en los campos.

en el Sur de Tenerife, los chiquillos encontraron en estos una fuente inagotable de inspiración, “en el Sur existían molinos de viento que hacían el gofio, molían el gofio con sus aspas y todo, porque cuando hacía viento es cuando molía. Y eso es lo que imitábamos nosotros con los de gamona. Allí en Charco del Pino debajo del Bailadero había un molino que era de don Domingo Estévez. Un molino pa’ moler, con la estructura de piedra y tenía cuatro aspas y su tela, bueno igual a los que están en Lanzarote y Fuerteventura y ese molino lo puso en


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Doña Ángela Alayón Pérez, 1912 Cabo Blanco-Arona, realizando un molino de cuatro aspas igual al que hacia de niña.

Charco del Pino en el Bailadero abajo. (José Victorino Gómez Orama, 1918. San Miguel de Abona). Estos molinos de juguetes se elaboraban de diferentes formas encontrándose tres modelos distintos, una versión simple de dos aspas y dos modelos más complejos de cuatro aspas. Para poder ajustar entre sí las aspas y evitar que estas se salieran, los muchachos buscaban palitos a modo de clavo entre las distintas plantas del medio natural “Nosotros buscábamos pa´ trancar las aspas

d e l molino, el palo seco del Cornical. Ese palo es el que hace de clavo porque el Cornical tiene mucho nudo y lo rompíamos y ya los nudos hacían de cabeza de clavo, ya era un clavo pal molino, apropiado pa eso. Como si fuera un clavo, como antes no teníamos otros medios, ahora también se puede hacer con un clavo de verdad” (José Victorino Gómez Orama, 1918. San Miguel de Abona).

En los distintos juegos desarrollados por niños y niñas, estaba el amarrar el molino a distintos arbustos, plantas o árboles de altura considerable, para contemplar con placer su movimiento al tocarlo el viento. De ver moler en su imaginación cosechas abundantes de trigo, millo o cebada. “Como estaba en esos montes cuidando cabras, y eso, pues siempre estaba con la navaja en las manos, entonces hacíamos molinos de viento de gamona. Y un día fui por ahí pa rriba y me hallé una gamonas y me puse hacerlo y amarrado está en un pino, ahí encima en el monte están amarrados en un pino dando

vueltas allí (risas). Eso se hace el molino y queda el molino dando vueltas. Lo ponías tú, lo amarrabas en un palo de escobón o lo ponías empinado en una gamona y así corría. Donde corría el viento, pa allí corría el molino, cuando le tocaba el viento pa llí iba. ¡Buueeno en cada instante hacíamos deso! (Amadeo Hernández Quija-

da, 1933 Ifonche-Vilaflor). “La poníamos en lo alto de una gamona grande y cuando venía el airito se ponía a moler, el airito venía y daba vueltas” (José Victorino Gómez Orama, 1918. San Miguel de Abona). Si por diversas razones no hacía ventolera la propuesta de juego cambiaba “cuando no hacía viento corríamos con el molino en la mano pa´ que diera vuelta, cuando no hacía viento pues corríamos con el en la mano” (José Victorino Gómez

Don Salvador González Alayón, 1919 La Cañada Verde-Arona, con su molino de viento de dos aspas.

Orama, 1918. San Miguel de Abona) y también si queríamos, a correr con el molino, a correr, ¡las muchachas corriendo como machonas!” (Ángela Alayón Pérez, 1912 Cabo blanco-Arona). Había variantes que los muchachos aplicaban a los molinos para obtener mayor fuerza del viento, una de ellas era ponerle un trozo de cartón en el extremo de las aspas, otros retorcían ligeramente las aspas humedeciéndolas con su saliva, “eso era bueno retorcerlas un poco, retorcíamos las aspas de la gamona con saliva y luego esa forma quedaba. ¡Eso molía que daba miedo!” (José Tacoronte Melo, 1918 Ifonche-Vilaflor).. Sin lugar a dudas el molino de gamona y los juegos que lo acompañan destacan por meritos propios en un mar de actividades infantiles. Juegos sencillos de un mágico cotidiano que nos hace sentir que lo simple es un buen invento.


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El Viaje de Modu

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ra Navidad y Santa Cruz, igual que La Laguna y otros lugares de la isla, estaban llenos de luz como si un chorro de sol se hubiera escondido en los escaparates. Modu, de la mano de Alicia, caminaba por la calle del Castillo con los ojos abiertos de par en par. Y eso que los ojos de Modu eran grandes... grandísimos, y se abrían en su cara redonda y oscura como si fuesen los faros de una nave espacial. -¡Camina, Modu! - Dijo Alicia cogiéndole de la mano. Pero Modu, con sus ocho años a cuestas, buscaba entre la algarabía un regalo para su madre. -Tiene que ser muy especial, dijo... Como ella - y siguió caminando. Mamá le contaba historias antiguas del lejano país de donde vino poco antes de que él naciera. Pero en la isla no las conocía nadie y se sintió raro. Una cosa era el mundo que ella trajo en su mochila de sentimientos y otra las costumbres de la gente que veía cada día en el colegio, en la calle... Y eso que en la isla estaba también Alicia, que tenía diez años, una melena rubia y unos ojos que verdeaban con el sol. Y cuando Modu se sintió distinto, Alicia le dijo que por dentro todos los humanos compartimos lo mismo, así que no valía la pena disgustarse. Y, además, le había regalado un cuento maravilloso: El patito feo, escrito por un señor muy antiguo que se llamaba Andersen. -¿Seré yo como un cisne, Alicia? Le dijo emocionado. -Tú no serás nunca un cisne, Modu, porque eres un niño; pero te aseguro que eres el más guapo de todos los que conozco. -¿De verdad? -¡Claro que sí! Y se abrieron de par en par los faros de sus ojos y Alicia le enmarañó los rizos negros de su cabeza y desde aquel día Modu y Alicia, se convirtieron en amigos inseparables. Tanto que fueron juntos a comprarle un regalo para su madre. Pensó que ya era hora de mostrarle cuánto la quería y lo feliz que era a su lado. Claro que no estaba su padre: había muerto en una horrible guerra poco antes de que él naciera. Y mamá no quería que a él le pasara lo mismo. Por eso cogió su mochila de sentimientos y le dijo muy seria acariciándose la barri-

Isabel Medina

ga grande y redonda donde él estaba: “Modu, tenemos que abandonar la tierra de nuestros antepasados y viajar hacia un lugar luminoso donde la guerra no te alcance. Será muy duro, hijo, pero tú nacerás donde la solidaridad nos abra una puerta. Te llevaré en mi barriga, te protegeré con todo mi cuerpo para que nada pueda hacerte daño. Ya verás, mi niño, seremos felices en esa isla que aún no conocemos” Y así fue como mamá y Modu se embarcaron en un barquito pequeño. Muy pequeño: una patera. Claro que Modu cabía en cualquier sitio donde cupiera su mamá porque él, acurrucado en su barriga calentita, no pagó ningún billete. Luego vino lo peor. Y lo peor lo contó mamá. Y los ojos de mamá se llenaban de agua cuando recordaba aquel viaje. Decía que me agarraba fuerte para que no sintiera miedo ante las olas que se levantaban muy grandes como las fauces de un león hambriento. Y me tapaba con su anorak de plástico para que el agua de la tormenta no me llegara. “No te preocupes, Modu, aunque yo tiemble un poquito no te preocupes, mi niño... Es que hace mucho frío, pero tú haz como si nada. Acurrúcate bien para que no te asuste el ruido de los truenos, ni le tengas miedo a los relámpagos... Hijo, sólo son luces que encienden la noche como si fuera un día de fiesta” Y mamá y yo nos abrazamos aún más. A veces me da mucha pena porque yo no me enteré de nada. O tal vez sí, pero no lo recuerdo. Ha pasado el tiempo y ahora que soy mayor quiero hacerle un regalo especial. Claro que eso es muy difícil. Veo muchas cosas: escaparates que alumbran maravillas, pero hay dos problemas: Problema número uno: tengo cinco euros. Problema número dos: no sé si habrá en el mundo dinero suficiente para pagar el regalo que yo quiero comprarle. Alicia dice que soy una calamidad, que cinco euros no es una fortuna, pero que le puedo comprar alguna cosa bonita: un collar africano que, seguramente, le gustaría un montón, una bufanda para el frío, o... Eso dice Alicia, pero a mí no me convence. Tengo que pensar. Y rápido porque el último día es el


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cinco de enero y las luces, que han secuestrado el sol para que alumbren la noche, me están dando prisa. ¡Ya lo tengo! ¡Ya lo tengo! - Gritó. Y hubo un niño que en esta Navidad se encerró en su habitación durante más de dos horas. Al día siguiente Alicia leyó un poema. Y mamá también lo leyó el día seis de enero por la mañana. “Hijo... gracias”, y lo abrazó fuerte y no dijo nada más porque le picaban los ojos. Yo voy a leerlo. Son cosas de Modu, que tiene ocho años, la piel muy oscura y ojos como los faros de una nave espacial. Dice así:

CARTA A MI MADRE Hace tiempo... Mucho tiempo... Antes de que escribieran mi nombre, O construyeran mi cuna, O bordaran mi vestido, o me arrullaran Sin prisa en las alitas del viento, Estaba yo, mamá, que te crecía por dentro. ¡Chist...! ¡Chist...! ¡Silencio! ¡Silencio! Soy una secreta flor, El más hermoso misterio.

Tu barriga se hizo grande, Yo soñaba con el cielo Para robar a escondidas El más hermoso lucero. Quería ponerlo en tu frente, En el balcón o en tus sueños Para decirte, mamita, Te quiero... te quiero... te quiero... En mi habitación caliente Ya se escuchaban tus quejas (¿Qué de patadas da el niño?, ¿Será futbolista, ella?) No quiero ser futbolista, mamá, Que esta cuna es muy pequeña. Yo solo quiero abrazarte Mucho... mucho... mucho... Aunque no lo sepas. En mi cunita de agua Mecí toda mi alegría, Mi ilusión y mi esperanza. ¡Qué maravilla! ¡Mi casa! Era Navidad y Santa Cruz, igual que La Laguna y otros lugares de la isla, estaban llenos de luz.

Pedazos de Poesía EL MAR, EL MAR El mar, la mar, espejo azulado, Bosque ensalitrado verde claro, Vehículo de orillas e ilusiones, Paseo de galeones y bajeles, De bergantines, buques y veleros, Depurador de humanas inmundicias. Eres despensa pródiga, repleta Para la humanidad de pobre y hambrienta, Con tus olas lamiendo acantilados Verticales, tus cuevas abismales Y tus peces desnudos en la hondura, Sin espejos, sin soles y sin albas, Donde la mar tiene su útero salado.

Francisco Tejera Feo

Si la mar repartiera algún diploma Le rogaría que me asignara Marinero en tierra.

EL ERMITAÑO El ermitaño vive en su colina Y llegó con los pájaros cantores Lejos del mundanal fragor urbano. Una espesa niebla oculta su pasado Y su nombre al borde del olvido. Unos harapos cubren su esqueleto Impregnado de un musgo verde claro Que le funde en el paisaje solidario.

El mar inspira músicas y cantos De marinos, tenores y poetas. También tiene aristas afiladas Y trampas escondidas, camufladas.

La caridad del bosque su sustento. Patea diariamente la espesura Y los pájaros vuelan y revolotean Sobre él y le abanican su barba plateada.

Cada día la mar se traga a cien incautos, Engulle arboladuras y pateras, Cajas fuertes, joyas, condecoraciones, Vapores y cañones

Vive indiferente su soledad sombría…

En la mar, como en la tierra, siempre El pez grande se come al pequeño. La tengo gran respeto a la mar. Me enerva, me marea, me impresiona.

Puntual testigo de alboradas y de ocasos, Un día gris faltó a su cita cotidiana. Sobrevuelan la choza cientos de pajarillos, Cantan su música enjambres de abejas. El ermitaño cambia de bosque verde. Los árboles lloraron hojas secas.

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Octavio Rodríguez Delgado Profesor Titular de la Universidad de La Laguna

Don José Vicente Martínez Calcerrada

(1745-1811)

SARGENTO 1º DE INFANTERÍA DE SUELDO CONTINUO, SOCHANTRE Y NOTARIO PÚBLICO ECLESIÁSTICO DE LA PARROQUIA DE SAN MIGUEL DE ABONA Traemos hoy a las páginas de esta revista los datos biográ- que partieron todos los que hoy llevan el apellido Calcerrada ficos de un personaje poco conocido, que fue el tronco del en el Sur de Tenerife, sobre todo en San Miguel de Abona.

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Don José Vicente se casó en San Miguel de Abona, donde vivió desde antes de 1774 hasta su muerte, acaecida en 1811.

N

uestro biografiado nació en la Villa de Campo de Criptana (Ciudad Real) en “la provincia de Castilla la Nueva” el 25 de octubre de 1745, siendo hijo del teniente capitán don Vicente Martínez Calcerrada, natural de Alcázar de San Juan, y de doña María Teresa Martínez Pantoja, que lo era de la antedicha villa. Cinco días después fue bautizado en la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción por el Lcdo. don Cristóbal Antonio de Flores, teniente de cura de dicha parroquia; se le puso por nombre “José Vicente” y actuó como padrino su tío paterno don Juan Francisco Calcerrada. Cabo 1º “de sueldo continuo” de la 3ª Compañía del Regimiento Provincial de Abona Con motivo de la importante reforma de las Milicias Canarias efectuada en 1770 por el inspector de las mismas y comandante general del archipiélago don Nicolás María

Dávalos, numerosos cabos y sargentos profesionales, la mayoría procedentes de la Península, fueron destinados a los distintos regimientos de estas islas,

Simultáneamente a su carrera militar, don José Vicente desempeñó el cargo de sochantre de la parroquia de San Miguel y también ejercía en la misma como notario público eclesiástico

para hacerse cargo en cada compañía de la instrucción de la tropa. Por dicho motivo, el Sr. Martínez Calcerrada fue destinado como cabo

1º a la 3ª Compañía del Regimiento Provincial de Abona, que correspondía a San Miguel de Abona, por lo que se estableció en ese pago sureño, que por entonces dependía del pueblo de Vilaflor, donde ya residía en el momento de su boda. El 19 de marzo de 1774, a los 28 años de edad, contrajo matrimonio en la ermita del Pago de San Miguel, jurisdicción de la parroquia de San Pedro Apóstol de Vilaflor, con doña Catalina Josefa de la Cruz Delgado Zamora, natural y vecina del Pago de San Miguel e hija de don Salvador Delgado Martínez y doña Ana González Zamora; los casó el ex-definidor Fray José de San Agustín Picar, presbítero del Orden de San Agustín con licencia del beneficiado don Agustín Lorenzo Viera y Torres, después de haber sido examinados en la Doctrina Cristiana y en virtud del Despacho del Lcdo. don Eduardo Sall, vicario general del Obispado, dado en Canaria a


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28 de abril de 1773 por ante el notario público don Carlos Pérez López; y actuaron como testigos don Diego Gallegos, el sargento don Andrés Fernández de Villar y don Bernardo Bello, vecinos del mismo pago. Se velaron el 26 de mayo de 1774. Fueron vecinos del Pago de San Miguel en el Pago de Las Casas. El 20 de enero de 1775 actuó como padrino de “Antonio José Abad”, hijo de don Juan Antonio de Santa Rosalía Batista Ruiz, sargento 1º de la 1ª Compañía del Regimiento Provincial de Abona, y de doña María de Linares Delgado. El 5 febrero de 1775 continuaba como cabo 1º de la 3ª Compañía del Regimiento de Milicias Provinciales de Abona y el 30 de junio de 1777 figuraba como “cabo 1º de sueldo continuo” del mismo Cuerpo, con un sueldo de 67 rs vn y 17 maravedís. En 1779 estaba empadronado en el Barrio de Las Casas del Pago de San Miguel, en la casa nº 450 de la amplia jurisdicción de Vilaflor; figuraba como “Cabo de sueldo continuo” que “pasa con su sueldo” y con 34 años de edad; le acompañaban su esposa, doña Catalina Josefa, de 24 años; dos hijos: José y Miguel, de tres y un año, respectivamente; y tres cuñados: don Salvador Delgado, de 30 años y jornalero, don Tomás de la Concepción, de 20 años, y don Antonio Miguel, de 18 años. Sargento 1º

profesional, sochantre y notario

San Miguel Abona El 29 de septiembre de 1782 el cabo Martínez Calcerrada efectuó un bautizo en San Miguel “por necesidad”, que luego fue validado en la parroquia de San Pedro de Vilaflor. Continuaba como cabo el 17 febrero 1787, pero el 31 de diciembre de 1789 ya había ascendido a “sargento de sueldo continuo” y su sueldo se elevaba a 112 rs vn y 17 maravedís; con su ascenso quedó vacante en el Regimiento una “escuadra de cabo 1º de sueldo efectivo”, que continuaba sin cubrir el 31 de agosto de 1790. El 24 de julio de dicho año 1790, junto al teniente don Agustín González Bethencourt, comandante de la 1ª Compañía del Regimiento, el sargento Calcerrada eligió a 16 hombres del Cuerpo que se pedían para pasar a prestar sus servicios a la capital. Continuaba con el mismo empleo e idéntico sueldo el 31 de agosto inmediato. El 28 de junio de 1791 obtuvo en Campo de Criptana una copia certificada de su partida de bautismo, que público eclesiástico de la parroquia de de

Firmas de don José Vicente en 1801 y 1808, la primera como notario público eclesiástico de San Miguel de Abona.

el 26 de agosto de 1795 fue inscrita en el libro de bautismos de la parroquia de Vilaflor, “para los efectos qe. combengan á su familia y que conste su filiazon.”. Y en 1808 figuraba como vecino de San Miguel y “Sargento 1º de Infantería Premiado del Rey nuestro Señor”. Simultáneamente a su carrera militar, don José Vicente desempeñó el cargo de sochantre de la parroquia de San Miguel, que ya ocupaba en 1801. Y también ejercía en la misma como notario público eclesiástico, empleo que ostentaba en mayo de 1796 y en el que continuaba en junio de 1811. El 18 de marzo de 1808 don José Vicente Martínez Calcerrada continuaba como testigo en los testamentos otorgados en dicho pueblo, pero ya no los redactaba. En ese mismo año seguía empadronado en San Miguel; figuraba con 64 años, en compañía de su esposa, cuatro hijos y una hija. Fallecimiento y descendencia Don José Vicente Martínez Calcerrada falleció en su domicilio de San Miguel de Abona el 28 de septiembre de 1811, a los 67 años de edad; no había testado y sólo se le administró el Santo Sacramento de la Extremaunción, “porque se insultó”. Al día siguiente se oficiaron las honras fúnebres en la iglesia del Arcángel San Miguel por el cura párroco don Pedro Machado y Tejera, y a continuación recibió sepultura en el mismo templo. Le sobrevivió su esposa, doña Catalina Josefa, con quien había procreado

nueve hijos, nacidos en San Miguel y bautizados en Vilaflor, que redujeron el apellido compuesto “Martínez Calcerrada” al actual “Calcerrada” y son el origen de todos los que aún lo llevan en este municipio y la comarca de Abona: don José Hipólito (1775), diputado del común del Ayuntamiento de San Miguel, que contrajo matrimonio en 1809 con doña María Alonso Mena, viuda de don José Patricio Monroy e hija de don Miguel Alonso Mena y doña María de León Delgado, con sucesión; don Francisco (1778-1788), bautizado en caso de necesidad por el sargento don Andrés Fernández Villar, vecino de Tamaide; don Agustín Felipe de San Luis (1779); doña María Antonia del Buensuceso (1781), apadrinada por los hermanos don José Antonio doña Josefa Manuela Rodríguez Feo, que en 1802 casó en San Miguel con don José Bernardino Monroy Delgado, hijo de don Domingo Lorenzo Monroy y doña Josefa Delgado Morales, vecinos de San Miguel en El Lomo, con descendencia; don Tomás Rafael Calcerrada (1784), que en 1808 contrajo matrimonio en la parroquia de San Miguel con doña Juana Agustina González del Pino, hija de don José González del Pino y doña María Delgado, con sucesión; don Miguel Baltasar de San Telesforo (1786?-1801), fallecido en su pueblo natal; doña Francisca Antonia (1789), nacida en Granadilla y casada en 1808 con su primo hermano don Agustín Conrado Delgado Martínez Zamora, hijo de don José Antonio Delgado Martínez y doña María Pérez Alonso, con descendencia; don Francisco Antonio (1791?), segundo del nombre, casado en 1817 con doña María de San José Delgado Llarena y Sierra, hija de don Juan Delgado Llarena y doña Josefa Sierra Pérez, con sucesión; y doña Feliciana Martínez Calcerrada Delgado (1793?-1862), que casó en 1830 con don Diego Antonio Quintero González, natural y vecino de Charco del Pino (Granadilla) e hijo de don Juan Quintero y doña Ana González Díaz, y falleció en dicho pago a los 69 años de edad, dejando descendencia. Manteniendo la tradición familiar, en la descendencia de don José Vicente Martínez Calcerrada continuaron existiendo militares, como los hermanos: don Pablo Calcerrada Bello (1857-?), 2º teniente de los Voluntarios de Puerto Rico, y don Ignacio Calcerrada Bello (1867-1964), sargento de Milicias; ambos hijos de don Saturnino Calcerrada (Delgado) Llarena y de doña María Candelaria Bello de León.

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Marián Tur Iglesias

La Estrella de Plata

ueridos Reyes Magos:

A pesar de “peinar canas” sigo teniendo ilusiones y sigo creyendo. Tan sólo tengo un deseo y es el de realizar un Viaje al lugar que hace más de 2000 años, guiados por esa Estrella, les llevó a conocer y formar parte de la historia del mundo cristiano. El mismo lugar que como cada año y rodeado de mis nietos represento humildemente en el salón de mi casa. (...)

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Aeropuerto de Tel-Aviv, la vigilancia policial me transmite esa seguridad que deseaba encontrar entre esta multitud de contrastes, de diferentes culturas, de razas y de credos. A unos ocho kilómetros al sur de Jerusalén, en una zona montañosa de Judea y a 780 metros sobre el nivel del mar asentada en la cumbre de dos colinas gemelas, donde coexisten los minaretes de las mezquitas con las agujas de las iglesias, donde se mezclan cultivos de vides, almendros, brevas y olivos, donde el retroceder en el tiempo envuelve mi mente: Belén (Beth – Lebem - “casa de pan”), se alza como la ciudad más antigua de Palestina y una de las más importante del mundo cristiano. Me encuentro en la Plaza del Pesebre (Manger Square), ancha e irregular, centro de la vida de la ciudad, a punto de entrar en la basílica de la Natividad, el lugar santo por excelencia del mundo cristiano y custodiada por monjes ortodoxos. La primera impresión es la de hallarme frente a una fortaleza por la austeridad y la dureza de sus muros, espaciosa y con varias salas anexas, pertenecientes a diferentes confesiones cristianas (ortodoxa Armenia, ortodoxa Griega y la Iglesia latina-católica romana). Me dirijo a la nave central de la basílica y a ambos lados del presbiterio, mientras se escucha los cantos de los monjes ortodoxos, unas escaleras de mármol me conducen a una gruta subterránea de dimensión casi rectangular iluminada por 32 lámparas de aceite, velas y cirios que hacen del lugar un espacio de penumbras. Sus paredes están cubiertas de un manto de cuero cui-

Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada ( Lucas 2,1-14)

dadosamente estampado que no deja ver su pared original quemadas en un incendio. Allí, situado debajo de un pequeño altar, se encuentra la razón

Belén se alza como la ciudad más antigua de Palestina y una de las más importante del mundo cristiano.

de mi viaje, una estrella de plata marca el lugar donde ocurrió; una simple inscripción en latín que reza “Hic de Virgine Maria Jesús Christus natus est” (Aquí de la Virgen María nació Jesucristo) da fe de ello. A la derecha, en una cavidad, se encuentra un pequeño altar de los Reyes Magos, dedicado en su honor y, en frente, a la altura del suelo, el lugar del pesebre en el que María colocó al recién nacido.

Por una puerta lateral pasamos a la Iglesia de Santa Catalina de Alejandría regentada por la Iglesia Católica. En ella se encuentran diferentes grutas santas, como la del sueño de San José, en el que fue avisado de que huyera de Herodes y se refugiara en Egipto; la de los Santos Inocentes, víctimas de la crueldad del rey y, la última, la de San Jerónimo, el traductor de las sagradas escrituras de hebreo a latín que se estableció en ese lugar durante treinta años. Terminada la visita a la basílica, con el alma inundada de paz, recorrí Belén, con sus callejuelas sin aceras, estrechas y tortuosas, pendientes y escalonadas, con sus zocos orientales en donde se venden objetos religiosos de olivo y nácar. Tras coger la guagua y ya en las afueras de la ciudad, nos dirigimos a la gruta conocida como el Campo de los Pastores, lugar donde, según cuenta la historia, un grupo de pastores velaban sus rebaños cuando se les presentó el Ángel del Señor comunicándoles la gran noticia: “Hoy en la ciudad de David os ha nacido un salvador; el Mesías, el Señor” ( Lc 2, 8 – 20). … Gracias por el regalo.


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Efemérides del Sur (V)

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a Tienda de Josefina Reverón era una casa antigua de dos aguas, situada cerca de donde hoy está la estación de servicio “gasolina y gasoil de Guaza”. Algunos dueños les daban las listas de los obreros y el dinero para que ella pagara los jornales y así, al ir a cobrar, le hacían la compra allí. Allí se veían muchos gomeros/as que se conocía allá, pero que aquí trabajaban en distintas fincas y muchas veces no se veían en el tiempo de la zafra cuando el trabajo les desbordaban, aquellos que iban a cobrar y comprar allí dialogaban, era como una especie de “Tagoror de muchos gomeros” que se saludaban y se hacían las preguntas pertinentes de aquí y de allá, y si estaba alguno de aquí oyendo estaba a la pesquisa de que se les escapara alguna palabra poco habitual, para al siguiente día hacerle la excesiva burla. Cuando los gomeros se ponían la ropa con muchos remiendos decían: ese es el mapa de España ¿Cuál es la ropa y cuales son remiendos? Eso me dijeron más de una vez y me enseñaba mi abuela “ande yo caliente, ríase la gente” y cuando se reían de los zapatos que hacíamos los gomeros, los de aquí no sabían hacerlos y me decía mi pobre abuela “de mi trabajo te reirás de mi dinero no te ríes” si continuo contando anécdotas de la tienda de Josefina Reverón tendría para llenar varias páginas. En la década de los noventa hablé con ella cuando yo ya había publicado algunos libros y me decía que ningún gomero le quedó a deber nunca una peseta y en Nota Aclaratoria: En el número anterior de La Tajea, aparece Pedro Sanz Sanz como autor de Efemérides del Sur, cuando lo correcto es Fernando Sanz Sanz.

Fernando Sanz Sanz

Adaptarnos a otra forma de vida

cambio otras islas incluyendo Tenerife si que le echaron muertos. Como anécdota me contó que un gomero le compró un reloj fiado y se fue para Venezuela y le dejó encargo a la familia que lo pagaran, pero ellos hicieron caso omiso y no le pagaron el reloj y, a los veintitrés años regresó el gomero y fue a visitar a Doña Josefina después

fastidiar la marrana decían: “los gomeros no comen para ahorrar” D. Josefina Reverón y su esposo Antonio Reverón eran oriundos de La Escalona (Vilaflor) y el ajetreo comercial les llevó a la costa; ella se dedicaba de cuerpo y alma al comercio y el al negocio, cuando comenzaron a poner en producción las fincas de tomates, la mayor parte de

Cuando los gomeros se ponían la ropa con muchos remiendos decían: ese es el mapa de España ¿Cuál es la ropa y cuáles son remiendos? Eso me dijeron más de una vez y me enseñaba mi abuela “ande yo caliente, ríase la gente” del cordial saludo le dijo: aún tengo el reloj que le compré cuando me fui a Venezuela. Lo compré fiado y mi familia se lo pagó después, y D. Josefina le dijo: no te lo digo para que me lo pagues, tu familia se olvidó del asunto y nunca me lo pagó; allí mismo sacó la cartera (los tiempos habían cambiado y los gomeros ya tenían cartera) y después de tantos años le pagó el reloj, eso fue una anécdota entre otras muchas que ella contaba defendiendo a los gomeros como honrados y buenos trabajadores. Algunos por

estacones o cujes, así se denominan aquí, en La Gomera le decían latas y varas, estos los traía Antonio Reverón de La Palma, del Norte de Tenerife y de La Gomera, las cañas si que en su inmensa mayoría las traía de La Gomera, principalmente de Valle Gran Rey, Hermigua y Valle Hermoso que tienen grandes extensiones en barrancos de cañaverales, todos los años las cortaban y vendían las mejores, las más delgadas las aprovechaban para ponerlas bajo los techos de tejas en las edificaciones de dos aguas.

Ya todo eso fracasó, en los tomateros no se utilizan cañas y los techos de las casas son de cemento; ahora como no las cortan cada año se están los cañaverales muriendo de viejos, cada día van a menos. Además de este negocio el Señor Reverón vendía a las fincas estiércol para los tomateros y él mismo tenía una finca donde llamaban “El Vivo” donde tenía algunos trabajadores todos gomeros Antonio Barroso estuvo con ellos muchos años, ahora él es patrón, tiene en Las Galletas una finca de plátanos. En la tienda tenía un empleado que se llamaba Elías, ahora vive en Los Cristianos. Cuando tenían poca gente en la tienda se dedicaban a pesar en una pesa de mostrador marca “Dina” por un lado tenia para los pesos y por el otro una bandeja, que en todas partes le ponían un cartón en el fondo para en cada pesada quedarse con los gramos que pesaba el cartón, pues bien ellos iban envolviendo en papel vaso que así se le decía pesaban a kilo y medios kilos el arroz, el azúcar, las lentejas, los fideos, los cortadillos y los garbanzos para tenerlo ya pesado los sábados y domingos que acudía la gente en masa a comprar y ya tenían parte de la compra empaquetada pues todos los cereales venían en sacos y después había que hacer el dectal, el pesar con antelación era la mitad del trabajo adelantado; los sábados y los domingos tenían un trabajo exceso. Entonces el único cine estaba en San Miguel estaba en una transversal de la calle Bethencourt Alfonso el único entre Arona y San Miguel, bailes en Buzanada, Cabo Blanco,Aldea o El Valle de San Lorenzo y en las fiestas de cada pueblo una vez al año.

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Recuerdos de mi niñez

La Habitación Mágica

José Guadalupe

Las condiciones climatológicas siguen estando pre- en esas latitudes. Un aire “bueno” del norte les sentes en sus noticias. La travesía la califica como había acompañado, proporcionado una “deliciosa” feliz, pues no habían tenido el calor acostumbrado temperatura.

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uando los mayores estaban hablando y tomando café después del almuerzo. Yo me metía en aquella habitación y me sentaba en un rincón. Las paredes no estaban encaladas y se veían los bloques de canto. El piso era de cemento y no tenía baldosas. Era bastante oscura y no muy grande. No tenía ventanas y la poca luz que entraba, lo hacía por los cristalitos de la sobrepuerta exterior. La penumbra y la cantidad de cosas que había dentro de esta habitación, la convertía en un lugar mágico para mí. Cerca de mí habían colocadas dos o tres guatacas, una azada, un pico y una pala. En la pared, y aguantada por dos clavos llenos de herrumbre, colgaba una picareta. Más arriba, en una repisa de madera, se apilaban un montón de botes de metal, que por cierto, a mí me estaba totalmente prohibido tocar. Había uno que me llamaba mucho la atención. Era plateado, y tenía una etiqueta con la bandera pirata. Los tapones eran de colores: uno verde, otro rojo, también había amarillos y estaban todos llenos de polvo. A la derecha colgaba una caja de naranjas, a modo de estantería. Estaba llena de pequeños botes de pintura, también había botellas de aguarrás medio vacíos y en una lata de aceite, cortada a la mitad, unas cuantas brochas. En el fondo, sobre unos bloques, reposaban tres barricas. Estaban llenas de vino. Sobre éstas y tendido de pared a pared, colgaba un cordón que sostenía sacos vacíos, en lo que se podía leer “Up to date”. Más allá y colgado de un hierro se hallaba un fonil grande de plástico rodeado de trozos de manguera transparente. En otra pared, sostenida por un clavo, estaba la imagen en relieve, pintada de purpurina, de una virgen. Más allá, en el marco de la puerta, había una estampita descolorida de un santo clavada con una chincheta. Junto a las barricas, en el suelo, estaba un viejo baúl, que en su tiempo fue dorado. Estaba cerrado con llave y nunca supe lo que tan celosamente guardaba. A mí me hacía soñar con tesoros y

aventuras. Sobre el baúl estaban colocados cuatro o cinco garrafones grandes como de dieciséis litros y otros tantos más pequeños de dos y cuatro litros. Recuerdo que algunos estaban forrados con cestos y otros con sacos. Estos últimos tenían dos nudos a cada lado que parecían sus orejas. Por el otro lado, estaba una mesa pequeña de madera que tenía restos de pintura de diversos colores. A su lado, dos bancos con los mismos restos de color de la mesa. Uno de los grandes paraísos de la habitación, era la gaveta de la mesa. Allí había de todo: Pilas viejas, estampas de futbolistas, tuercas, fósforos usados, unas barajas, boliches, trabas de la ropa, un mechero que no funcionaba, granos de millo, clavos viejos, tapones de corcho..., y mil cosas más. Me encantaba rebuscar en la gaveta y alguna que otra vez encontré alguna moneda de perra o de medio duro. Siguiendo con las paredes, y junto a la puerta que comunicaba con el resto de la casa, colgaba un almanaque con la foto de una mujer de pelo corto. Tenía un bikini que sólo dejaba ver algo de su barriga y sus largas piernas acabadas en zapatos de tacón. A mí se me parecía a una señora que salía en las películas. El almanaque tenía fecha de cuatro o cinco años atrás y publicidad de Víveres... no sé quién y estaba lleno de cagadas de mosca. Junto al almanaque, había un perchero con repisa. De

la percha colgaba una vieja gabardina y en la repisa descansaba un farol con un trozo de vela. Estaba lleno de telas de araña. Las mismas que adornaban las esquinas del techo y que estaban tan llenas de polvo que a buen seguro ninguna araña la utilizaba como vivienda. El techo tampoco estaba encalado, y se podían ver las vigas y los bloques, también el cable que iba desde el interruptor hasta la triste bombilla, que entre la poca potencia y la tierra que tenía, alumbraba más bien poco. Aquella habitación olía a muchas cosas: a humedad, a veneno, a vinagre, a los sacos de guano que se amontonaban en una esquina, a tierra y a mucho más. Era curioso como cada olor era fácilmente reconocible. En cuanto a los ruidos, era una habitación bastante silenciosa. Sólo los días de viento, la puerta exterior traqueteaba, pero cuando no, el silencio era absoluto. Si te quedabas callado podías oír hasta el vuelo de una mosca y si estabas mucho rato y tenías suerte, podías escuchar algún ratoncito merodeando por detrás de las barricas, sorteando las ratoneras que le acechaban para pillarle. Quizás si tenías más suerte aún los podías ver correteando entre los mil cachivaches que se amontonaban aquí y allá, o por entre los libros viejos de las estanterías, o por entre las cajas de cartón y madera que estaban llenas de herramientas, aros oxidados de barricas, novelas del oeste y de Corín Tellado. Recuerdo que en una de las estanterías más altas, había un reloj de arena. Yo me subía a un banco y de ahí a la mesa, entonces subía el banco a la mesa y así podía llegar hasta él. Le daba la vuelta y me quedaba como tonto viendo caer los granos de arena. Realmente aquella habitación era mágica. Yo me pasaba horas observándolo todo y cada día descubría algo nuevo. Por desgracia para mí, todo acababa cuando los mayores me echaban en falta y me llamaban. En ese momento me tenía que ir. Siempre desde la puerta daba una última ojeada a todo, como si quisiera memorizarlo y así poder recordarlo hasta mi nueva visita.


Ondas Deportivas

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Álvaro Toledo

Ascenso al Pico Teide

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l pasado día 9 y 10 de septiembre y siguiendo con la dinámica de la Concejalía de Deportes del Excelentísimo Ayuntamiento de San Miguel de Abona, que procedieron a cerrar el programa de “CONOCE TU TIERRA”, donde varios fueron los senderos realizados bajo la organización de la concejalía y donde sin lugar a dudas, el ascenso al pico Teide era la prueba reina entre todos los senderos. El mismo se realizó en dos etapas, de forma que el día nueve se ascendió hasta EL REFUGIO DE ALTA MONTAÑA partiendo desde Montaña Blanca, y donde se invirtieron 3:40 minutos, haciendo sólo tres descansos cortos. El sendero se acometió en horas de la tarde y con mucho entusiasmo por parte de los 12 integrantes. La segunda etapa, la cual estaba dividida en dos fases, comenzaba en horas muy tempranas y a oscuras, para así llegar a la sima antes del alba. El trayecto nos llevó 1 hora y 40 minutos. La segunda etapa concluía con una segunda fase, completando el descen-

so desde el pico Teide hasta Montaña Blanca, con un solo descanso en el refugio, momento que se aprovechó para reponer fuerzas, coger la mochila y continuar el descenso, en el que

El tiempo total invertido por los caminantes, entre la subida y bajada al pico Teide fue de 8 horas y 50 minutos, tiempo aceptable si se tiene en cuenta que la expedición, estaba compuesta por mucha gente poco profesionalizada en el mundillo del senderismo. se invirtió, un total de 3 horas y 30 minutos. El tiempo total invertido por los caminantes, entre la subida y bajada al pico Teide fue de 8 horas y 50 minutos, tiempo aceptable si se tiene en cuenta que la expedición, estaba compuesta

por mucha gente poco profesionalizada en el mundillo del senderismo. El grupo de senderistas, era de lo más heterogéneo, ya que estaba compuesto por gentes muy diversas, donde era precisamente este aspecto el que le daba al mismo una peculiaridad nada común, más cuando el sendero a realizar ofrecía unas dificultades más que notorias, pues no se trataba de un paseo por la playa, ni de hacer el camino real de San Miguel al Mirador de la Centinela, no, ¡no señor! Se trataba del ascenso al pico Teide, o lo que es lo mismo, ascender desde la altitud de 2.160 metros, hasta los 3.718 metros que tiene el Pico Teide, a no ser que lleguen los chinos y nos demuestren con sus adelantos, lo que ocurrió con el Himalaya, que después de tantos años, van y descubren que tenía algún que otro metro menos. El grupo, estaba compuesto por dos guías, Oliver, de La Laguna y Josué, de Icod de Los Vinos, algo en lo que acertó de pleno la organización, y diez caminantes, entre los que había gente bastante preparada en el mundo del senderismo, principiantes sin ninguna experiencia, jóvenes y otros no tanto.


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Eso sí, sobrados de entusiasmo y voluntad, pero la nota relevante la puso la señora Milagro Rancel, vecina del pueblo, que con sus 60 años, nos dio a todos una lección en voluntariedad, superación y capacidad de sacrificio, colocándose al frente del grupo, tanto en el ascenso como en el descenso. Milagros, vecina del pueblo y José Manuel, de San Isidro, son asiduos caminantes, curtidos en mil batallas, entre las que destacamos el Camino de Santiago, realizado recientemente, entre Los Realejos y Santiago del Teide. Milagros se mantiene en forma caminando a diario, mientras que el granadillero tiene por mala costumbre salir a patear cada fin de semana todo aquel sendero que precie, pero eso sí, como buena costumbre, siempre lo hace acompañado. Los jóvenes Jonay y Mabel, vecinos de Guargacho, cumplieron. Mejor el primero, que ascendió a buen ritmo y mantuvo el tipo, a pesar de que era su primera caminata. En cuanto a Mabel, hizo tres tercios del ascenso, hasta el refugio a buen ritmo, decayendo en el último tercio, cuando le falló el aspecto físico y anímico, haciéndole pasar un mal momento, donde este humilde servidor le sirvió de apoyo psicológico para culminar el último trecho del mismo antes de llegar al Refugio, que sirvió de descanso, para continuar al día siguiente, donde cumplió. El sanmiguelero Juan José, a pesar de no ser un asiduo en estos menesteres, mantuvo el tipo, cumpliendo en el ascenso. Se manifestaba disgustado, ya que por motivos de trabajo, no podía hacer el trayecto al completo, bajando en el teleférico, para cumplir con su jornada laboral. El adejero José Manuel, ahora vecino local, puso el humor y más de una carcajada, dándole armonía al grupo. Esta ha sido su primera caminata y cree que no será la última. Cumplió como el que más.

Nieves, foránea, llegada desde Valladolid y residente en el municipio desde hace poco tiempo, superó la prueba a base de creerse que podía, manifestando su satisfacción una vez en la cima. A la joven Mercedes, que venía desde El Médano, durante la primera etapa, le afectó el cansancio, el no ser una asidua y las dificultades que ofrecía el empinado camino, le pasaron factura, pasándolo mal en el último tramo, entre las denominadas estancias de los alemanes y de los ingleses y el refugio, el resto del camino lo superó a buen nivel. Magaly, llegada desde Venezuela y residente en el municipio, sufrió en sus carnes la inexperiencia y el desgaste físico, llegando al refugio gracias a la gran labor realizada por el guía de cola, Oliver, que hizo de porteador, ya que llevaba en sus espaldas varias mochilas, entre ellas las de Magaly y Mercedes. Por decisión propia decidió no hacer la primera fase de la segunda etapa, que constaba de terminar el ascenso, partiendo desde el Refugio hasta el pico Teide y el descenso hasta el mismo. Algo que fue aceptado de buen grado por parte del resto del grupo, a pesar de que nos lamentábamos el que no pudiera llegara a la cima junto al resto. Y para concluir con la mención de cada uno de los caminantes, que se podría decir de éste, quien escribe (Álvaro Toledo). A decir verdad, disfruté como un enano, pues como me imagino sabrán que soy un amante del senderismo, barranquismo y todo aquello que sea parear nuestra geografía. Una vez en el cráter, se vivieron momentos de júbilo por parte de unos y otros, más por parte de aquellos que a lo largo del ascenso, dudaron en si iban a lograr su propósito. Logrado el mismo, se esperó ver amanecer con cierto disgusto por parte del gru-

Pinceladas Roberto Carlos León (jugador) y Jesús Bello Martín (directivo) son los

únicos SUPERVIVIENTES de aquel CLUB DEPORTIVO EL MOCÁN, hoy en día, bajo el nombre de Club Deportivo EL ROQUE, fundado en la temporada 97/98, donde Eugenio Díaz “Goyo” fue el primer presidente y Juan Marrero el entrenador de un Club, que siempre ha militado en la segunda interinsular. Roberto, se inició en el fútbol en las categorías bases del San Miguel, donde jugó hasta la temporada 96/97 dejando el representativo en categoría Juvenil, para pasar a formar parte del equipo de su barrio, en el que continua después de ocho temporadas. Jesús (Suso) ha sido siempre miembro de la directiva del club y delegado, algo de lo que se siente orgulloso, a pesar de lo difícil que se hace estar tantos años seguidos sin recibir apenas ayudas y apoyos, y no hablamos en términos económicos sino del apoyo anímico y de reconocimiento, algo que hace que cada año se lo piense a la hora de continuar o no. po, ya que no tuvimos suerte, pues la climatología no fue del todo buena. Una vez en la cima y a la luz del día pudimos disfrutar de la belleza de un paraje que visto desde las alturas se hace inigualable, más, cuando se tiene la suerte de que te acompañe la climatología. Desde la privilegiada posición y con el alba haciéndonos compañía, todos los allí presentes (unas 40 personas) tratábamos de captarlo todo para el futuro en cámaras de foto y de vídeo el momento y el lugar, pero que nada tiene que ver con lo que se siente en ese preciso momento, algo que difícilmente tiene parangón.


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Costumbres Funerarias Una idea que ha estado siempre muy generalizada es que todo termina con la muerte y el que espíritu que daba vida al cuerpo tiene su destino en el mundo. Y ésta es una de

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ntre nosotros, como en todos los pueblos y tribus del mundo, el cuidado de los muertos ha sido preocupación del hombre. En la prehistoria se rendía culto e incluso se los comían para su propia subsistencia. Nuestros guanches colocaban los cadáveres en cuevas después de tratarlo convenientemente con diversas sustancias protectoras. Por otro lado, mientras en nuestros entierros las flores constituyen un lujo principal, en muchas razas no pasa lo mismo, pues celebran funerales con extraños ritos, muchas veces hasta salvajes. En las islas Andamans, los familiares, en señal de duelo, se pintan de pies a cabeza con una pasta acrílica gris; se afeita la cabeza del difunto y se pinta junto con las manos y las rodillas. En algunas comarcas de Australia son tan supersticiosos que hacen que los perros devoren a los cadáveres, pensando que los espíritus malignos se concentrarán en los muertos y dejarán en paz a los vivos. Existen tribus que, después de exhumar el cuerpo, el padre recoge los huesos y los divide en pequeños fragmentos para hacer collares, repartiéndolos entre los parientes para el recuerdo; el cráneo se pinta, se adorna con conchas para que la madre lo lleve colgando del cuello. Otros pueblos celebran la muerte alegremente pues la consideran como rescate de la libertad. Dando en la casa mortuoria un concierto instrumental, seguido de un gran banquete donde se bebe y se ríe. Entre las costumbres funerarias de América están las plañideras en los entierros: éstas son tres o cuatro lloronas que normalmente son mujeres dedicadas al oficio de llorar y decir en voz alta las cualidades y virtudes de los difuntos. También resulta muy curioso cómo los campesinos tuates acostumbran a participarles de bebidas de las tiendas, abriéndoles con un palo las rígidas mandíbulas del finado y echarle chicha en la boca. Después de la ceremonia es llevado a la tumba; por orden de parentesco van chorreando sobre el féretro la cera de las velas que llevan encendidas, hasta cubrirlo completamente con una capa blanca.

Francisco Javier González Méndez

las razones para que haya surgido en todos los pueblos y en todas las civilizaciones una serie de ritos y costumbres entre nosotros de lo más variado.

Entre los campesinos boyacenses, la muerte de los niños constituye una verdadera fiesta social. El cadáver del niño se viste de angelito con alas doradas y lo rodean de flores , haciendo un baile con música de tambores y flautas de caña. Echan pólvora para avisar a la gente, creyendo que si hay mucha concurrencia el niño sonríe; evitando los padres el estar triste, pues esto supone no gozar de la gloria eterna. El abandono del cadáver ha sido preferido por las tribus nómadas. Los mongoles dejaban los cuerpos a orillas de los caminos en la creencia de que el espíritu se reencarnaría en el seno de las mujeres que pasaran por ese lugar. Por otro lado, eran los esquimales los que abandonan a los viejos entre los hielos aún cuando no están muertos les dejan algún alimento y esperan a que el oso polar los devore. Luego, ellos se comen al oso y así el espíritu volverá al hogar. Se podrían aportar infinidad de datos y testimonios como los de la cultura egipcia, india, musulmana... Pero conozcamos algo del ceremonial fúnebre en San Miguel de Abona. Hasta mitad del siglo pasado este ceremonial era riguroso, existiendo un respeto y un verdadero duelo. Llegada la hora el difunto era amortajado (vestirlo con su mejor ropa) atándole las manos en el pecho y anudándole una cinta en el brazo y pierna derechos. El cadáver permanecía en la cama hasta que llegara el carpintero con un sencillo cajón de madera teñido de negro. El duelo se hacía en la casa del difunto, donde era velado por los

familiares y vecinos que se enteraban del fallecimiento cuando doblaban las campanas. Por el doble de las campanas los vecinos del pueblo sabían si era hombre, mujer, niño o adolescente: por un hombre eran trece dobles, por una mujer 10 dobles, por un niño un repique de gloria y por un adolescente un repique y un doble. A la hora del entierro sólo iban los hombres, con gran respeto y silencio. Existían entierros de primera, segunda y tercera categoría. El cura llegaba a la puerta de la iglesia, si se le entregaba algo de dinero seguía detrás del féretro hasta la próxima parada. Si éste llegaba al cementerio estamos seguros que se trataba de un entierro de primera categoría. En el cementerio las fosas eran cavadas en la tierra por el sepulturero. Era costumbre de los acompañantes coger un puñado de tierra, besarlo y tirarlo sobre la caja antes de enterrarlo. El luto era riguroso, toda la ropa de la casa se teñía de negro con agua caliente y tinte. El día de la misa se hacía pasados ocho días desde el entierro y en ese período de tiempo los vecinos consolaban a los doloridos llevándoles algo de comer. Los hombres de la familia no se podían afeitar hasta el día de la misa en que hacían el mismo recorrido que en el entierro. Son muchas y muy singulares las costumbres funerarias. Unas han cambiado con el tiempo, otras siguen manteniendo sus rituales. Lo cierto es que, al final, todos gozamos de una muerte pública y privada al mismo tiempo.

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La Magia de la Sal Antes que nada, decir que me confieso gratamente sorprendido por los actos de conmemoración del tercer aniversario de la Revista “La Tajea”, sobre todo por las atenciones y delicadezas que tienen sus responsables con los que nos atrevemos a par-

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hora, con todo respeto, pongo a exposición, en aras de la cultura científico – tecnológica, una magia, casi milagrosa, que me ha impresionado y permitido ganar apuestas de “ser capaz de”. La sal, que hasta se usó como moneda de cambio y signo de riqueza, además de para sazonar las comidas y para arrugar papas, se puede emplear en cometidos muy diversos; hoy comentamos uno sorprendente y difícilmente explicable. Mi padre, siendo nosotros pequeños, en los años próximos a 1950, apareció un día con un aparato, que fue nuestra alegría y contento, con el que se podían hacer helados.

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En San Miguel la energía eléctrica era sólo para alumbrado, de 7 – 8 de la tarde hasta las 12 de la noche, no habían neveras, y el hielo, en barras, había que comprarlo en Granadilla, no sé si traído de Santa Cruz.. Ansiosos y expectantes, llegó el día de estrenar la heladera, se puso la natilla clara en un tamborcito cerrado, que mediante una manivela, dentro de un recipiente, como medio barril de madera, giraba rodeado de hielo y sal. La natilla espesó y seguramente nos parecería el mejor helado del mundo, pero ¿qué hubiera pasado si no se le hubiera puesto la sal al hielo?. El hielo funde a 0ºC y esa sería la temperatura de la natilla sin espesar,

Clemente Feo Feo

ticipar con nuestros escritos, que, supongo, serán extensivas a los que acceden a manifestar, mediante entrevistas, sus testimonios de vida, que popularizan el contenido de la revista y difunden las vivencias habidas en nuestro pueblo.

pero con la sal se consigue un efecto sorprendente, el hielo se derrite, la temperatura baja de cero y la natilla se cuaja como un helado. La naturaleza nos sorprende y hace casi milagros. Los puntos de fusión y de ebullición o evaporación son característicos de cada sustancia pura, de tal forma que se usan para ayudar a su determinación e identificación, pero si dos sustancias se mezclan, pueden darse cosas raras respecto a estos puntos, como se ve en el estaño de soldar (36% de plomo y 64% de estaño) que funde a 180ºC, mucho más bajo que sus componentes que tienen punto fusión, el estaño puro de 231ºC y el plomo puro de 327ºC, y también lo hemos visto en la “Historia de una receta” publicada en la revista 15 de La Tajea. Así, cuando mezclamos hielo, que está a 0º C, con sal a temperatura ambiente (15 a 20ºC), la temperatura de la mezcla puede bajar hasta – 21ºC, como sucede con la mezcla frigorífica formada por tres partes de hielo triturado, mezclado con una parte de cloruro sódico (sal común): ejemplo: 30 gramos de hielo triturado, mezclado con 10 gramos de sal. Esta mezcla frigorífica no es la única, también se pueden dar estas otras: 3 partes de hielo triturado mezclado con 4 partes de cloruro de calcio que alcanza -48ºC Hielo seco (CO2 sólido) en meta-

nol o acetona puede llegar -77ºC 4 partes de agua, a 10ºC, mezclada con 1 parte de cloruro potásico llega -12ºC 1 partes de agua, a 10ºC, mezclada con 1 parte de nitrato amónico llega -15ºC De igual manera, al disolver en un bidón con agua el abono agrícola, nitrato potásico, para incorporarlo en los sistemas de riego, también se enfría, apareciendo, por fuera del bidón, condensación de vapor como en los recipientes sacados de la nevera. Con esto, termómetro en mano, usted me ganaría la apuesta “de ser capaz” de, con solo hielo para producir el frío, conseguir temperaturas por debajo de 0ºC. Pero, me surgen las siguientes interrogantes, que dejo en el aire: ¿qué pasa cuando se echa sal en las carreteras para derretir la nieve?. Aquí en Canarias no tenemos experiencia de ello, ya que sólo nieva en las cumbres y en las Cañadas del Teide, pero donde lo hacen ¿la temperatura ambiente baja? y ¿qué efecto produce en los suelos agrícolas esa agua salada resultante del proceso?.

Cursos Radio ECCA Programa 2005-2006 Centro Zonal Granadilla de Abona. Tfno: 922 77 16 56. Martes y Jueves de 10 a 13 hotas. ENERO • Jornadas iniciales de formación de promotores de Salud. • Iniciación a la fotografía digital. • Informática básica • Legislación del trabajo. • Mejorando la calidad educativa. • Estimulación Temprana. • Energías renovables. • Inglés para policías

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Comentarios Miguel Medina Quesada Sería bueno que usted supiera que Miguel Medina Quesada nació en Tuineje (Fuerteventura) en 14 de septiembre de 1887 y falleció en San Miguel de Abona, el 11 de agosto de 1955. Estudió en La Laguna, en la Escuela de Magisterio. Cursó estudios de Derecho, lo que lo impulsó a colaborar en los distintos Ayuntamiento de los municipios donde ejercía profesión de maestro de Primera Enseñanza (Santa Úrsula, Tacoronte, San Miguel de Abona, entre otros). Su instrucción moral, religiosa, cultural... le permitió ser hombre de bien, a pesar de todo lo que se le tildó y acusó (Fyffes), dado el momento político que vivió en su juventud; siendo hombre de inquietudes, supo luchar con ahínco ante la injusticia y la desigualdad. Colaboró con su solidaridad con la causa que defendía, sintiéndola noble.

Su afán de hombre de leyes le llevó a colaborar activamente en la segregación del pueblo de Tazacorte, en La Palma, del que fue su primer alcalde. En San Miguel de Abona, fue maestro nacional de niños del barrio de El Roque, teniendo su residencia por aquel entonces en el barrio de Tamaide. De carácter afable, se granjeó la amistad, el respeto y la consideración de sus convecinos. Hombre de carácter controvertido, pasaba las tardes charlando o jugando a las cartas, ajedrez, billar, dominó y otros entretenimientos en la Sociedad Cultural Casino de San Miguel con sus amigos. Participaba en cuantos actos culturales se desarrollaban en el pueblo. Destacan especialmente los Juegos Florales, en los que colaboró junto con el padre Flores. Se incorporó como funcionario

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Se da a conocer el Ier Premio de Investigación Histórica Juan Bethenocurt Alfonso Eduardo Miguel Mesa Hernández es el ganador del Ier Premio de Investigación Histórica ‘Juan Bethencourt Alfonso’ del Ayuntamiento de San Miguel de Abona con el trabajo ‘Los Aborígenes y el Mar: Los Concheros de Canarias’. El finalista recibirá un premio por valor de 3.600 euros y la publicación del trabajo, además de una reproducción de un grabado aborigen de la zona de La Centinela. Cabe destacar el alto nivel de los distintos trabajos de investigación presentados según reflejó el jurado del certamen, compuesto por Eduardo Aznar Vallejo, catedrático de Historia de la Universidad de La Laguna (ULL), Matilde Arnay de La Rosa, profesora titular del departamento de Prehistoria, Antropología e Historia Antigua de la ULL, y Pedro Bonoso González Pérez, director del departamento de historia de la ULL Este premio, cuyos trabajos deben versar sobre la historia de Canarias en cualquiera de sus vertientes, nace con la

al Ayuntamiento y a título gratuito colaboró al lado de su amigo y secretario en aquel tiempo D. Francisco Medina. Ensayaba comedias, villancicos... actuando de sorchante en la Iglesia Parroquial, y se le recuerda, dado que no veía bien, con una lupa mirando el misal. Y como se usaba cantar la misa en latín. Cuando el párroco cantaba, él contestaba (si no era el propio del texto) añadiéndole su latinajo, ya que nadie lo entendía. Amelia del Pilar Medina Hernández

idea de continuar en la línea de trabajo que se ha propuesto desde la Concejalía de Cultura, teniendo en cuenta también el éxito y gran acogida que han tenido otras iniciativas similares como las jornadas ‘Juan Bethencourt Alfonso’ y otros certámenes como el de los premios literarios ‘Taramela’.

Götz Loepelmann y sus Pinturas Los sentimientos, las vivencias y la forma de ver la vida de Götz Loepelmann se reflejan en la muestra de pinturas, esculturas y cerámica del artista alemán residente en San Miguel de Abona que se expone durante el mes de diciembre en la sala de exposiciones El Aljibe. La obra, que estará abierta al público durante todo el mes de diciembre, expone a la vista del visitante numerosos rincones del municipio sanmiguelero que refleja a través del lienzo este pintor que vive en San Miguel de Abona desde hace más de 30 años. Con esta muestra, en muchas ocasiones cercana al vecino del municipio, y en otras ocasiones mucho más personal o también el reflejo de hechos noticiables como la guerra de Irak, Götz Loepelmann ha querido compartir su obra y parte de su vida en esta época del año con todo aquel que decida acercarse hasta la sala El Aljibe.

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FotoNoticia

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Regalo de Reyes En El Aljibe

Un Belén Diferente

Las ludotecas municipales El Globo y Jardín de La Estrella, han organizado para el mes de enero, una exposición pictórica que llevará por título “Regalo de Reyes”. Esta actividad queda englobada dentro del proyecto educativo de las ludotecas con el objetivo de fomentar y potenciar el arte entre la población infantil. Las pinturas, que estarán expuestas en la Sala El Aljibe (bajo el Ayuntamiento), serán “reproducciones” de grandes obras maestras pertenecientes a Miró, Dalí, Velázquez, Goya, Botichelli, Manet, Vermeer..., entre otros, y estarán realizadas por niños con edades comprendidas entre los 3 y los 11 años. La recaudación de las obras vendidas (precio simbólico), será donada a la Congregación Religiosa Hermanos de La Cruz Blanca, que desde hace años se encuentra realizando una gran labor humanitaria en este municipio con personas que presentan alguna discapacidad psíquica. Desde la Concejalía de Cultura de este Ayuntamiento se pretende también que ésta sea una magnífica ocasión para que las familias de los “artistas” se acerquen a la Sala y descubran ese recurso que aún es desconocido para muchos de los vecinos sanmigueleros.

Durante prácticamente todo el mes de diciembre queda expuesto en el Museo Casa de El Capitán (Sala El Artesano) el que se ha convertido ya en nuestro tradicional Belén Municipal. Todo un poblado hebreo en el que se encuentran representadas diferentes actividades en la vida cotidiana de su habitantes: desde un zoco con gran movimiento comercial, pasando por el típico pastor con su rebaño hasta llegar, por supuesto, al esperado nacimiento y adoración de Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente al niño Jesús. Este año, al igual que el pasado, la Concejalía ha contado en la elaboración del mismo con la gran colaboración de Juan José Tur, quien con mucha paciencia e imaginación nos brinda como regalo esta maravillosa exposición en miniatura.

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E l esCocinar un Arte

Umberto Marinoni Lapini

Conejo con ciruelas

Ingredientes: 1 conejo grande, 150gr. de tocino, 50gr. de mantequilla, 1 vaso de Jerez, 1 cucharada de harina, 1 cebolla, 1 vaso de caldo, 12 ciruelas pasas, 2 yogures, perejil, tomillo, laurel, sal y pimienta. Preparación: Derrite la mantequilla en una cazuela de barro. Corta el conejo en trozos pequeños, sazónalo con sal y pimienta y rehógalo en la cazuela. Añade el tocino en lonchas, la cebolla trinchada, las hierbas y el Jerez. Incorpora el cal-

do caliente al guiso. Deja cocer todo durante 45 minutos aproximadamente. Unos 5 minutos antes de terminar la cocción añade las ciruelas que previamente habrán estado en remojo en agua fría durante ½ hora. Retira el conejo y las ciruelas, pasa el caldo por el chino, separando las hierbas. Disuelve en un poco de agua la cucharada de harina, agrégala al caldo y deja cocer 10 minutos sin dejar de remover. Añade el yoghurt y cuece unos minutos más. Coloca el conejo y la ciruela en una fuente de horno. Vierte la salsa por encima e introduce la bandeja en el horno durante unos minutos antes de servirlos, muy caliente.

COLECCIONABLE


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III Certamen Literario Premios Taramela

Punto de Información Sexual (Nuevo Servicio Juvenil)

El Ayuntamiento de San Miguel de Abona, a través de su Concejalía de Cultura, con el fin de resaltar los valores de los escritores, cualquiera que sea su nacionalidad, convoca el Tercer Certamen Literario Premios Taramela 2006. Después del gran éxito obtenido en las dos ediciones anteriores, con casi 120 trabajos presentados en cada una de ellas y procedentes de diferentes partes de Canarias y Península, se ha querido seguir fomentando el hábito de estos grandes escritores, quienes podrán optar a diferentes premios en metálico, así como a la publicación de los primeros premios pertenecientes a las diferentes modalidades: poesía, relato corto y cuento infantil. Este año, a diferencia de los anteriores, la Concejalía de Cultura abre el abanico de participación a personas de cualquier nacionalidad, siempre que presenten sus trabajos en lengua española. Si quiere tener más información sobre este Certamen no dude en llamar al 922-700.000 ext. 221 ó 225

Este servicio se presenta a través de la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de San Miguel de Abona con la Colaboración de la Asociación Juvenil Achorán. La Asociación Juvenil Achorán lleva varios años trabajando directamente con la población juvenil en diferentes municipios. Ahora lo hace directamente con San Miguel de Abona, siendo su sede actual la Casa de Juventud La Movida, contando actualmente con un equipo de jóvenes voluntarios expertos en temas de sexualidad, entre los que se encuentra un enfermero. El objetivo de la Concejalía de Juventud es el de incorporar la experiencia de esta Asociación a su programación anual, intentando que cada una de las actividades que salgan desde la Concejalía estén acompañadas por este servicio totalmente gratuito, bien mediante charlas, talleres, muestras, etc. Actualmente el Punto de Información Sexual mantiene un horario habitual de atención al joven todos los viernes de 18’00 a 21’00 horas en la Casa de Juventud La Movida (922-70.11.37). Con este nuevo servicio se pretende poder dar respuesta a todos aquellos jóvenes del municipio que, por su propia inexperiencia, puedan llegar a plantearse cualquier tipo de duda relacionada con el campo afectivo-sexual, enfermedades de transmisión sexual, métodos anticonceptivos, prevención, etc.

Coleccionable de alfarería tradicional de San Miguel de Abona

Por Pedro Benítez Reyes

Piezas de Rescate Siguiendo con las piezas que llamaremos de rescate por haberse encontrado incompletas y muy fragmentadas, empezaremos dando las gracias a la familia que nos avisó del hallazgo de miles de fragmentos de loza dentro de unos molleros y pencones situados en lo alto de El Frontón. La impresión que da es que hubo un horno en las cercanías donde guisaban loceras locales, por lo cual se encuentran fragmentos en un radio de más de cien metros. La tipología de estas piezas tienen diferencias respecto a La Hoya o El Frontón: la olla es más alta, la boca más cerrada y las asas están situadas a más distancia del borde con respecto a la olla requemada. La opinión que tenemos del uso de estas ollas es que se emplearon para potajes y sobre todo para guisos de carne, pues la boca, entrante y estrecha, hace que el fuego no se introduz-

COLECCIONABLE

ca como pasa en los sartenes. También se rescataron fragmentos de piezas muy pequeñas y de tipología diferentes a lo que hemos visto en la loza de San Miguel de Abona: un majador o mirtero que se distingue de otros dos recuperados anteriormente por tener el borde con bisel saliente hacia fuera. Sin haberse estudiado muy afondo el lugar y los fragmentos, seguro que darán muchas sorpresas más puesto que se han recuperado cuatro piezas con variantes de las encontradas hasta hoy.

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