La Tajea
Nº 29 AÑO 7º
REVISTA CULTURAL Ilustre Ayuntamiento de San Miguel de Abona
San Miguel a la luz de sus mantenedores
El fruto maduró y el grano se hizo pan La Fonda Medina en Güímar
La Tajea
Introducción
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Y el fruto maduró y el grano se hizo pan
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San Miguel de Abona a la luz de sus mantenedores
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Fotonoticias
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El Personaje: Salah: retratando...
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Ondas Deportivas
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Crónicas de un pueblo
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Recuerdos ...en blanco y negro
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La Fonda Medina en Güímar
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El trotamundos
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Arqueología y Sociedad, un Binomio para la Gestión del Patrimonio
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Los fontes rerum canariarum
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Concheros y marisqueo aborigen en teno bajo
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Coleccionable de cocina
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ULTURA
Miguel
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Edita: Ilustre Ayto. de San Miguel de Abona Ctra. a Los Abrigos, 30 - 38620 web: www.sanmigueldeabona.org E-mail: cultura@sanmigueldeabona.org Dirección y coordinación: Concejalía de Cultura Fotografía temática: Puentes (Detalles). San Miguel de Abona Diseño e impresión: Edición KA Depósito Legal: TF 937/2002
Abona
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CONCEJALÍA DE CULTURA
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os encontramos prácticamente finalizando el mes de las tradiciones. Un mes que culmina con la celebración del Día de Canarias como colofón al recuerdo y rescate, una vez más de nuestra historia, nuestro folclore y de las costumbres de antaño contadas por los mayores. El mes de mayo se nos presenta como escenario indiscutible para poner en marcha otra celebración: el 7º Aniversario de la Revista Cultural La Tajea. Siete años que han servido de puente entre la historia y el lector, y que ahora se nos presentan ante nuestras manos como no podía ser de otra manera, ofreciendo un manojo de artículos que, una vez más, rinden homenaje a nuestra cultura. Todo, con el regocijo de saber que siempre encontraremos al otro lado la fidelidad del lector. En esta ocasión contamos con la participación de un elenco de colaboradores que se han querido sumar a este Aniversario con el objetivo de compartir sus conocimientos, su experiencia y sus sentimientos. A ellos y a todos los que durante estos siete años han querido acudir siempre puntuales a su cita, eternamente agradecido. El deporte, el costumbrismo en la literatura, nuestros personajes, el patrimonio arqueológico y etnográfico de las islas… son algunos de los artículos que corren este mes por el cauce de nuestra particular Tajea. Como siempre, que disfruten de ella. Valentín E. González Évora Alcalde-Presidente
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AYUNTAMIENTO DE SAN MIGUEL DE ABONA
SAN MIGUEL A LA LUZ DE SUS MANTENEDORES La nómina de mantenedores que han intervenido en la Fiesta de Arte es amplia. En esta ocasión, me voy a detener especialmente en los discursos oficiales, encargados por el Ilmo. Ayuntamiento y que, hasta el momento, se han podido recopilar en total nueve: Dos Mantenedoras: Dª Esther Díaz Rodríguez y Dª María José Hernández García y siete Mantenedores: D. Andrés Mateo Martín González, D. Antonio Bello Pérez, D. Gregorio Tavío Alayón, D. Jerónimo Feo González, D. Nicolás Lemus Reyes, D. Juan José Feo Ramos y el que ahora redacta estas líneas. Estas actuaciones fueron realizadas entre los años 1984 y 2000 y todas fueron pronunciadas por hijos de esta localidad, cuyas trayectorias personales son conocidas por ustedes. ¿Qué es lo que estos mantenedores /as destacaron de esta realidad que se extiende al Sur de Chiñama, en un ameno valle?
Dª ESTHER DÍAZ RODRÍGUEZ titula su disertación “SAN MIGUEL DE ABONA EN EL PASADO, EN EL PRESENTE Y EN EL FUTURO”. Su intervención tiene mucho de aleccionador para la juventud sanmiguelera, en unos momentos de evolución social de una población que ha pasado de ser eminentemente agraria a prestar otros servicios . Su concepto de San Miguel es amplio, al considerarlo dentro del conjunto de los denominados pueblos chasneros. Las esencias que debe mantener esa juventud deben ser: la fe, la educación ( saber quiénes somos y cómo debemos ser) y la no evasión de los problemas. Aspecto este último que expresa con estas bellas palabras: “mirar el alba de nuestro pueblo y mirar que así de bella puede ser la aventura en que están embarcados”. Dª MARÍA JOSÉ HERNÁNDEZ GARCÍA inicia su intervención “DESDE SAN MIGUEL DE ABONA, RUMBO AL DORADO”. La base de su argumentación se centra en el papel desempeñado por el emigrante. En su alocución, hace un elogio a muchas familias de San
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La nómina de mantenedores que han intervenido en la Fiesta de Arte es amplia. Estas actuaciones fueron realizadas entre los años 1984 y 2000 y todas fueron pronunciadas por hijos de esta localidad, cuyas trayectorias personales son conocidas. Miguel que contribuyeron, desde las tierras foráneas, especialmente de América , al engrandecimiento de su pueblo. Considera , no sólo al sanmiguelero que emigra o sale a las tierras desconocidas, sino también al que regresa o retorna (el indiano). En la emigración de los nuestros, destaca, además, la importancia que tuvo la mujer, al ocuparse de los bienes familiares y gestionar en San Miguel las remesas que se enviaban desde fuera. D. ANDRÉS MATEO MARTÍN GONZÁLEZ se detiene, en su disertación, principalmente en la Economía del Municipio (el comercio, la industria, la agricultura) desde las épocas más lejanas de su fundación como pueblo, hasta principios del siglo XX. De sus palabras se desprende una estrecha conexión entre el pasado y el presente, en relación a los aspectos anteriormente enumerados, que expresa textualmente con las siguientes palabras: “Si no conocemos nuestro pasado, difícilmente entenderemos nuestro presente y menos aún nuestro futuro, pues el futuro no es lo que va a suceder mañana, sino que ese mañana depende mucho de lo que hayamos hecho ayer y lo que hagamos hoy”. D. ANTONIO BELLO PÉREZ titula su exposición “SAN MIGUEL DE ABONA, UN PUEBLO CON IDENTIDAD POR UN PROYECTO DE FUTURO”. Considera valores de identidad de sus gentes: la prudencia, la austeridad, la caballerosidad; además de lo que denomina como la “cultura del jable” o el sabio conocimiento de las cosas del campo que posee el sanmiguelero. Aboga por el mundo rural y la dignificación del campo como una opción de vida; a la vez que nos ofrece valiosas sugerencias para un mejor desarrollo agrario.
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En cuanto al pueblo, destaca las características de su paisaje natural, especialmente la visión panorámica desde La Centinela, con el caserío de La Hoya al fondo, o la profundidad del barranco de La Orchilla desde El Frontón. Aconseja un amplio conocimiento de nuestros valores paisajísticos, con el fin de saberlos mostrar a los que nos visitan. D. GREGORIO TAVÍO ALAYÓN hace un minucioso recorrido por la tradición musical de San Miguel: iniciándolo con las antiguas campanas, como protagonistas de las primeras melodías que guiaron los aconteceres del pueblo; y con los primitivos cantos escuchados durante las faenas agrícolas y domésticas; al mismo tiempo que recoge los momentos más importantes en el devenir musical de la localidad y analiza sus vivencias personales de las que, por su interés, se puede citar el momento de su vocación: “buscando en mi memoria de niño, las primeras canciones que yo escuché las oí cantadas por mi madre, en casa, en las procesiones y misas. Recuerdo como si fuera hoy cuando la acompañaba a las fiestas de El Roque o de Jama… La gente cantaba Salve Madre, el Ave María… y yo experimentaba las primeras emociones que la música me aportaría a lo largo de la vida”. D. JERÓNIMO FEO GONZÁLEZ orienta su exposición en torno al estamento sanitario de la población (médicos, farmacéuticos y veterinarios), deteniéndose especialmente en los médicos que la han servido en los últimos cien años. Inicia con D. Juan Bethencourt Alfonso, del que dice textualmente : “debe llenar de gratitud imperecedera a todos los amantes de nuestra Cultura y de las Tradiciones Regionales. Y de este Honor debe vanagloriarse el Sur de Tenerife y más concretamente nuestro pueblo”. Su disertación recoge las dificultades con que se encontraban estos primeros sanitarios, como las de comunicación con la capital; al mismo tiempo que presenta las actividades que realizaron y cómo su tío D. José Feo Rodríguez (D. Pepito”) supo inculcar en él la afición a la medicina desde muy niño. D. NICOLÁS LEMUS REYES, dedica su lectura a los maestros de este pueblo que le enseñaron a amar el saber, a tener gusto por aprender y no sólo a conocer las cosas. Su título “LA CIUDAD GANÓ AL CAMPO” es una reflexión profunda de las circunstancias actuales en que se encuentra San Miguel de Abona, es decir, la contradicción de una población que ha vivido en contacto con el campo y que ahora está empezando a vivir de espaldas a él; debido a la aparición de otras actividades económicas. Esto ocasiona, con harta frecuencia, el desarraigo entre sus habitantes. La solución a estos problemas puede conseguirse practicando: “aceptación”, “tolerancia” e “integración”. Esta última, cree, puede conseguirse cultivando la memoria: “En los orígenes, en el pasado, está una de las señas de identidad, de las que permiten que la desintegración no tenga lugar y que los que de una forma u otra tienen algo que ver con el pueblo sientan que hay raíces, seguridad”. D. JUAN JOSÉ FEO RAMOS elige como tema de su disertación “PERSONALIDAD DEL SANMIGUELERO”. Después de analizar la manera de ser de algunos pueblos históricos, se detiene en el análisis de la idiosincrasia de la gente de San Miguel de la que dice”: este pueblo es y ha sido desde siempre sabio, con deseo de crear riqueza para sus hijos, laborioso, ahorrador, tranquilo, y silencioso como expresión del descanso de un pueblo trabajador con gran capacidad de adaptación a los nuevos tiempos, con alto porcentaje de estudiantado y elevado nivel cultural”. Su exposición insiste en la capacidad de adaptación a las nuevas épocas, tan necesaria en estos tiempos que corren, para que, sin dejar de ser lo que somos, ayudemos en la construcción de este Sur de Tenerife. Finalmente, mi intervención como Mantenedor de la Fiesta se inició con el tema “SAN MIGUEL EN EL RECUERDO”. Motivo que utilicé para la evocación de mis vivencias personales durante mi juventud; al mismo tiempo que traté sus principales acontecimientos históricos, sus orígenes como pueblo dentro de la demarcación de Vilaflor de Chasna. Un variado repaso a lo largo y ancho de su geografía, destacando la originalidad y belleza de sus paisajes, los valores artísticos y arquitectónicos, las esencias de sus gentes, a través de varias descripciones y citas, evocadas con sincera emoción. Todos estos discursos han sido elaborados con gran esmero y con un inmenso cariño. Han tratado una variada temática acerca del pueblo, desde diferentes perspectivas, que servirá para un mejor conocimiento de San Miguel de Abona. En todos ellos, late un espíritu que vuela imperceptible, convocando una vez más a compartir juntos, a reencontrarnos con alegría, a pensar en nuevos proyectos.
Miguel Ángel Hernández González
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EL PERSONAJE
SALAH: RETRATANDO... Si uno busca la definición de fotógrafo, simplemente aparece: persona que se dedica a hacer fotografías. Pero, ¿Podemos quedarnos con esa llana y simple definición? Yo no sé ustedes, queridos lectores, pero yo no puedo y mucho menos después de tener conocimiento del personaje que hoy llega hasta estas páginas que son el discurrir de las historias que van por nuestra Tajea. Son muchos los que recuerdan aquella foto, de niños y niñas, que les hiciera nuestro personaje. Si se siente usted identificado quizá pasó por el objetivo de sus cámaras. Eche la vista atrás o recuerde si usted lo prefiere, rebusque entre esas fotos de antaño, ¿aparece usted en alguna en sus primeros años, con su traje de nacimiento? ¿Contrató para su boda un reportaje con este fotógrafo? Muchos y muchas lo recordarán, pues desde San Miguel, hasta Los Cristianos, pasando por Las Galletas e incluyo llegando hasta La Hoya Grande, en Adeje, Salah retrató a todos y todas aquellas que necesitasen para diversos fines sus servicios de fotografía.
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uhamad Uthman Salah, más conocido por todos y todas como Salah, fue un hombre que dedicó su vida a la fotografía, un fotógrafo que es imposible que fuera definido simplemente como persona que se dedica a la fotografía. Este, nuestro personaje, tuvo un lugar en la historia de nuestro municipio, se hizo un hueco tan grande en la sociedad sanmiguelera de otro tiempo que, aún hoy, son muchos los que lo recuerdan y, por eso, se nos hace necesaria su presencia en las páginas de nuestra Tajea. Salah llegó a San Miguel de Abona después de estar en otros lugares de nuestro país, primero en distintos puntos de la Península Ibérica, después en Las Palmas, de ahí en La Palma, después en Tenerife y, en Tenerife, finalmente en el pueblo de San Miguel de Abona. Un largo recorrido el de este, nuestro personaje, que un día saliera de Deir Yazin – un pueblo de Jordania – para dirigir sus pasos a las tierras de Abona. Según nos cuentan, su decisión de dirigirse a España tuvo sus orígenes en cuestiones laborales, ya que en su país natal no encontraba trabajo. La dedicación principal de nuestro personaje fue la fotografía, es el oficio que tuvo de siempre – dicen los más cercanos a él. Era muy inteligente para eso de la fotografía – nos cuentan- siempre estaba estudiando lo nuevo que salía del oficio. Incluso, una vez hizo una caseta de madera para trabajar a mediodía, para sacar las fotografías y revelarlas con el sol, aprovechando la luz de este. Señoras y señores, lo que hoy llamamos el reciclaje profesional, y es que, aquellos, los de antes, ya se vislumbraban como tiempos de cambio, la tecnología cambiaba y había que adaptarse a esos nuevos aires. Sirva como ejemplo de estos cambios cuando el 2 de marzo de 1944 un decreto creaba el D.N.I en España. Con
Entre las anécdotas que recuerdan los que fueron retratados por él, está la que decía con un castellano que guardaba retazos de su lengua materna: «Yo puedo sacarte más alta, más baja o más delgada, pero no más guapa»
los años, todos y todas los españoles y las españolas debían ser portadores de esta identificación, la cual llevaba una foto del sujeto en cuestión. Esta materia dio trabajo a nuestro personaje, ya que los sanmigueleros y sanmigueleras debían sacarse la foto para su D.N.I. La foto se sacaba utilizando como fondo una pared blanca que tenía habilitada para esos menesteres. Esta era una de las fotos más solicitadas, las del carnet, aunque después había otras solicitudes fotográficas, como por ejemplo, las de boda, la de la novia para el novio, la de los dos juntos o cualquier retrato que quisieran como recuerdo. Disponía de un cuarto donde recibía a la gente y, dependiendo de la fotografía demandada – según la finalidad de esta – muchas veces hacía los retratos al lado del poyo con flores que había en el patio de la casa. Una vez hecho el retrato, su lugar de trabajo constaba de una sala que tenía preparada para tal fin, donde guardaba todo el material fotográfico necesario. Cuando disparaba la pólvora de la cámara fotográfica (ya que en los primeros años las cámaras no funcionaban con flash, sino con pólvora para darle luz a la fotografía) el siguiente paso era el revelado de la misma. Se cogía el cliché y, en la oscuridad se ponía el líquido revelador (que era el revelador de la película) en una cubeta oscura, se sacaba y se miraba, si se veía, se ponía el líquido fijador en una cubeta o cubo para lavar el cliché. Luego, se colgaba en una línea, como las de la ropa, con pinzas...y se hacía por la noche, para que no le diera la luz. Luego se pasaba por la ampliadora: si lo querían más aumentado, se subía la ampliadora, si lo querían más pequeño, se bajaba la ampliadora. Todo esto nos lo cuenta doña Carmen Domínguez Delgado, que en muchas ocasiones, ayudó a su marido en esta labor fotográfica, en algunas ocasiones en esta parte más técnica de la fotografía y en el estilismo de ésta, ya que peinaba a las muchachas antes de ser retratadas, así como fueron muchas las ocasiones en que iba a Vilaflor y la Escalona a sacar fotos en los colegios mientras él se sacaba el carnet de conducir en Santa Cruz. Los paisajes de San Miguel – nos cuenta doña Carmen – hizo muchos: El Roque, La Hoya, La Iglesia,... los revelaba en el suelo, porque el papel era muy grande. Entre las anécdotas que recuerdan los que fueron retratados por él, está la que decía con un castellano que guardaba retazos de su lengua materna: <<Yo puedo sacarte más alta, más baja o más delgada, pero no más guapa>> o <<Tú ser fea y querer que yo sacarte bonita>>. Razón no le faltaba a nuestro personaje, que en aquellos tiempos, tal como uno era, salía en el retrato encargado, ni más, ni menos. Pues antes una no se sacaba una foto, sino que se retrataba. Hoy, ya con los adelantos tecnológicos - sirva de ejemplo el tan recurrido Photoshop para retoques fotográficos - son muchos los “arreglos” que se puede hacer uno aquí y allá, que si me pongo, que si me quito y quedo como yo quiero, pero nunca como yo soy. Esos retratos y fotografías, las de antes, ahí salía uno tal cual era, le gustara o no. Además, el fotógrafo no retrataba simplemente el escaparate que cada uno mostramos a simple vista, sino que iba más allá, tratando de coger en ese instante que dura el click de la máquina, un pequeño porcentaje de nuestra esencia y personalidad. Y es que, según dicen los eruditos del arte fotográfico, la fotografía da forma física al tiempo, pone cara a la historia, otorga futuro al pasado y convierte el pasado en presente. Esta es la esencia de nuestra Tajea, por eso seguiremos rescatando los personajes que uno a uno, suman el todo de nuestra historia, porque sólo teniendo presente nuestro pasado, podemos construir un futuro mejor. Mª Dolores González Rancel
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CRÓNICAS DE UN PUEBLO
JOSÉ GUADALUPE
Matildita la Maestra
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os niños hacía rato que habían salido de la escuela, y formando pequeños grupos, se habían desperdigado siguiendo las diferentes veredas que llevaban a cada rincón del pueblo. Alegres y despreocupados, entre risas, comentaban lo que les había enseñado la maestra. Al tiempo que unos se entretenían tirándole piedras a los lagartos que dormitaban al sol en los huecos de las paredes de las huertas que encontraban en su camino, otros aprovechaban para imitar a Facundo en su camión y corrían vereda abajo, reproduciendo el ruido del motor del camión con su boca; y vaya que se sabían de memoria como metía los cambios. Las niñas, normalmente más tranquilas, con sus libros apretados al pecho, andaban ligeritas para llegar temprano a sus casas que había que ayudar a poner la mesa. Y así en un instante, todo aquel barullo que se había formado cuando Matildita había tocado la campana anunciando el fin de la jornada con risas, carreras, voces altisonantes, ruido de libros y pupitres, se había convertido en un silencio sepulcral, sólo alterado por la campanada del reloj de la iglesia, que unos minutos atrasado, daba la una. La escuela sin niños, la plaza de la iglesia sin gente y el sol en la vertical cayendo a plomo, daban al conjunto una imagen tan desértica, que parecía un pueblo abandonado. Matildita ojeó el aula y era tal el desorden que, entre el calor y el desánimo, decidió pasar a su casa a comer y descansar. Tenía toda la tarde para ordenar la escuela y ahora no era el momento. Entró en la casa, y notó que estaba fresca. Aquella casa, que estaba entre la escuela y la plaza de la iglesia, se mantenía siempre fresca. Estaba situada de tal manera que los laureles de indias siempre le daban sombra y justo por la parte trasera subía siempre aire fresco del barranco. Lo peor era, eso sí, en invierno, pero ahora que estaba a punto de terminar el curso y el verano ya apretaba de duro, era de agradecer aquel fresquito que encontraba tras la jornada de trabajo. Matildita, una mujer ya metida en los cuarenta, solterona por convicción, era una mujer culta. Uno de
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esos raros especimenes que había tenido la suerte de crecer en el seno de una familia pudiente del norte de la isla entre fincas de plataneras y en un caserón en el que existía un salón mágico… Una biblioteca. Su padre un adinerado terrateniente que viajaba a menudo a Inglaterra por negocios, había quedado prendado de la belleza de la hija de uno de sus socios y tras un breve cortejo, en uno de sus viajes, contrajo matrimonio y se la trajo a vivir a La Orotava. Mary Anne, que así se llamaba su madre, era una mujer muy culta. Educada en los severos colegios ingleses, influyó desde pequeña en los hábitos de Matildita. Allí, encerrada entre bosques de plataneras, combatía el aburrimiento, dedicada a la lectura. Y es que doña Mary Anne, había logrado que su enamorado marido, le permitiera traer gran parte de su colección y debido a sus inmejorables contactos, siempre que él mismo o algún amigo se desplazaba fuera de las islas, le comprometía para que trajera la mayor cantidad de libros posibles, ya fuese escritos en español o en inglés, ya que Mary Anne, hablaba un exquisito español y había enseñado a su Matildita el lenguaje de Shakespeare. De esta manera, su cultura fue creciendo y siempre bajo la influencia de su madre, pudo seguir estudios de magisterio y piano. Si por su padre hubiera sido, ya hubiese sido una mujer casada, que pretendientes de las mejores fami-
lias no le habían faltado, y es que una mujer así no era fácil de encontrar: culta, sobre todo rica, y única heredera. Pero Matildita, que heredó el nombre de su abuela paterna, no estaba por la labor, ella, que había ido creciendo libre de pensamiento, que había viajado con su madre por Europa conociendo otro tipo de sociedades, no estaba dispuesta a ser la respetada esposa de un patán, niño rico heredero, con el que no podría tan siquiera iniciar una conversación coherente sin que se le tildara de atrevida por su condición de mujer osada, por ser más culta que su propio marido. Así que, con mucha pena por parte de su madre y el enfado, más bien superficial, de su padre, aceptó irse a un árido pueblo del sur a desempeñar su profesión de maestra, aunque ello le llevase a renunciar a tantos privilegios. Y allí estaba, hacía años, en aquella casa pensada para ser habitada por una familia, en silencio y disfrutando de su soledad. Matildita, echó las cortinas para salvaguardarse de miradas extrañas y comenzó a desnudarse. El pueblo, en aquella hora, dormía. La actividad cesaba, y ni siquiera dentro de las casas sus habitantes daban muestras de realizar labor alguna. La temperatura subía, el aire se enrarecía, las hojas de los árboles languidecían y perros y gatos buscaban cualquier sombra para dormir la siesta.
La Fonda Medina en Güímar Parada Obligatoria en la Ruta del Sur de Tenerife Hay lugares que conservan durante mucho tiempo la impronta del papel que jugaron en determinadas épocas, en especial aquellos sitios relacionados con nudos de comunicaciones. Éste es el caso de la fonda Medina en Güímar, que a lo largo de la mayor parte del siglo XX constituyó la parada de los transportes urbanos que comunicaban los pueblos del sur de Tenerife con Santa Cruz hasta la construcción de la autopista.
La Fonda Medina en la actualidad.
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D. Félix Medina
a fonda Medina se ubica en el centro del casco urbano de Güímar, junto a la carretera general del sur y en la confluencia de las calles principales de la localidad, dentro del entorno de la plaza e iglesia de San Pedro, y a corta distancia del Ayuntamiento y convento de Santo Domingo, ha sido una de las construcciones más interesantes del lugar, hace algún tiempo ha sido declarado Bien de Interés Cultural. El edificio se construyó en dos fases, una más antigua, en la última década del XIX, la fachada y uno de los laterales y el resto de la edificación de principios del siglo XX. Los suelos en la parte antigua son de madera y los de la parte nueva de azulejos hidráulicos Este inmueble sirvió a lo largo de un siglo, desde finales del XIX y casi todo el siglo XX, como lugar de parada, albergue y casa de comidas de transeúntes, viajeros, comerciantes, agricultores y profesionales (notarios, abogados, e incluso los artistas de los circos y teatros ambulantes que se acercaban a la comarca) que circulaban por la carretera del sur, única vía de comunicación para todos los pueblos de esta zona de Tenerife. Podemos encuadrar a “La Fonda”, (como popularmente se le conoce), dentro del estilo neoclásico, con detalles muy sencillos tanto en el interior como en la fachada, destacando en la planta baja un gran patio central, típico de la arquitectura canaria. A su alrededor de dis-
tribuyen las diferentes habitaciones, las cuales se caracterizan por una estructura rectangular, techos altos y ventanas pequeñas, que favorecen la entrada de luz a las habitaciones. Las salas que están más cerca de la calle son: bar, cocina, dormitorios, antiguas cuadras, baños y el salón-comedor. Esta última pieza tiene un cierto empaque y contiene pinturas del gaditano López Ruiz, con motivos decorativos y vegetales que realizó durante su estancia en Güímar, a finales de la década de los años veinte del siglo pasado. En la antigua cochera y fábrica de gaseosas actualmente se halla la sala de exposiciones. Durante décadas, era la parada necesaria de las personas, primero en carros, en transporte privado, o público, “piratas” o “guaguas”, que necesitaban reponer fuerzas tomando algo caliente o “aliviar” necesidades fisiológicas. Permanece en el recuerdo de varias generaciones de güimareros los buenos ratos pasados en el frondoso patio, pues era el lugar elegido por parejas de enamorados para relacionarse de una forma pública y tomar unas “tapitas”, además de servir en muchas ocasiones como zona de tertulia, donde escuchar los partidos de fútbol (en un enorme aparato de radio de 10 válvulas) y echar la partida de dominó con los amigos. Su cocina siempre tuvo fama de calidad y vanguardista, apreciada por propios y extraños, del mismo modo sus salones ofrecían por capacidad y distinción la solu-
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Parada de guaguas frente a la Fonda Medina (1967).
Bar de la Fonda Medina (1967). ción a grandes reuniones familiares: bodas, bautizos, agasajo a autoridades o celebraciones deportivas. La parte baja del edificio fue la sede de la primera estación de Transporte de Tenerife a finales de los años 50 del siglo XX, regentada por d. Juan Henríquez “el canario”, e incluso en la trasera, llegó a funcionar una industria de bebidas gaseosas propiedad de don Félix Medina. En la planta alta, además de las habitaciones convencionales, es de destacar la recuperación el salón-noble en forma de un gran espacio, antiguamente dividido en tres piezas y que fue usado tanto como habitaciones individuales, oficina de notaria y juzgado, hasta que, por último, se convirtió en una única sala donde acudían personas importantes, políticos, gobernantes, etc. Esta segunda planta, se levanta a modo de corredor distribuidor, sobre columnas de pie derecho con zapata y bordeado por doce ventanas de guillotina que rodean el patio central. Seguramente en la memoria de muchos habitantes del sur de la isla, en tránsito hacia San Cruz, desde Playa de San Juan y Alcalá, pasando por Arona, Adeje, Los Cristianos, San Miguel, Granadilla y Arico, recordarán la llegada al amanecer y el retorno por la tarde a este lugar emblemático de Güímar que hoy acoge a la Concejalía de Cultura y se ha constituido en sede de diversas actividades, talleres y punto de información turística. Su conservación y uso continuado ha sido una buena iniciativa para guardar nuestro patrimonio. Miguel A. Gómez Gómez Historiador
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Arqueología y Sociedad, un Binomio para la Gestión del Patrimonio
Cazoletas de Viña Vieja
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a visión común que existe sobre la arqueología es la de una disciplina más cercana a la aventura que a la ciencia. Películas que basan su entramado en grandes hallazgos arqueológicos han acercado a millones de personas un mundo de descubrimientos que, en muchas ocasiones, se han quedado más en la búsqueda de tesoros que en el uso de una ciencia para la recuperación del patrimonio. Las pirámides de Egipto, las grandes obras cívicas romanas o los templos griegos, entre otros, son yacimientos arqueológicos mundialmente conocidos. Pero la arqueología es mucho más que eso. Los repetidos tópicos que se evidencian en esas grandes producciones hoollywoodienses, sólo muestran el resultado, y no el desarrollo, de los trabajos que muchos investigadores han realizado durante cientos de años. Aunque, por otro lado, han conseguido acercar parte del patrimonio arqueológico mundial a la sociedad. La labor que nos corresponde a los arqueólogos, es la de aprovechar este impulso para hacer mayor énfasis en mostrar esta ciencia tal y como es, demostrando su importancia y la necesidad de un mayor acercamiento entre la sociedad y la arqueología. Lugares como la montaña de la Centinela en San Miguel de Abona, Morro Grueso en Adeje o Guasiegre en Arico, entre muchos otros, son de gran interés arqueológico que poco a poco van siendo conocidos por todos los tinerfeños. La mayoría de los municipios de esta isla cuenta con un inventario arqueológico que regula, en cierto modo y hasta cierto punto, la conservación de estos hallazgos y su divulgación. Las cartas arqueológicas realizadas a mediados de los años 90 del s.XX, se encuentran en periodo de revisión en los últimos años, multiplicándose de forma espectacular el número de yacimientos en algunos municipios. Pero estos hallazgos no deben quedarse en mero inventario; los vestigios arqueológicos y etnográficos deben pasar a formar parte del paisaje de los pueblos. Los yacimientos han de ser conservados, protegidos y estudiados para que puedan desempeñar una función didáctica para la sociedad. La situación actual, en la que el avance de la construcción ocupa cada vez más suelo en el Sur de Tenerife, constituye
el límite para que tanto las instituciones públicas como todos los sectores de la sociedad adquieran un compromiso con el patrimonio y den a la arqueología la importancia que merece, no sólo en el ámbito cultural sino también formando parte condicionante en el planeamiento urbanístico. El establecimiento de plantas fotovoltaicas en Arico ha conllevado el estudio de todas estas zonas por parte de arqueólogos como condicionante para su instalación; en este sentido, es un ejemplo de cómo debe funcionar la mecánica de otorgar licencias de construcción. Por otro lado, ha producido una agresiva transformación del territorio que ya nunca podrá recuperarse. La riqueza arqueológica del antiguo menceyato de Abona es extensa, tanto en número de yacimientos como en su tipología: Cuevas de habitación y funerarias, cabañas, cazoletas y canales, estaciones de grabados rupestres, etc. son una muestra de la variedad en el registro del legado que los guanches dejaron en este territorio. La conservación y el estudio de los yacimientos por parte de los arqueólogos es una obligación social que nos puede ayudar a comprender mejor, cómo vivieron las sociedades del pasado y nos permite cumplir con nuestro cometido de mantener y transmitir este legado a generaciones futuras. En San Miguel, iniciativas de intervención patrimonial como la del llamado conjunto ceremonial de Guargacho, la de la montaña de La Centinela, la del caserío de La Hoya o la de la fuente de Tamaide, son ejemplos positivos de iniciativa pública municipal que parten de la investigación arqueológica e histórica con el objetivo de poner en uso estos vestigios del pasado rescatando la información que nos pueden aportar y dándola a conocer. Arqueología y sociedad tienen que formar un binomio que, de forma imprescindible, ha de caminar unido en el proceso evolutivo de los pueblos. Constituyen el pasado y el presente de dichas sociedades que tienen la obligación de gestionar y conservar de forma adecuada el patrimonio que han heredado para que las generaciones futuras puedan aprender de él y contribuyan a enriquecerlo aún más. Iván González Gómez Arqueólogo e Historiador
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CONCHEROS Y MARISQUEO ABORIGEN EN TENO BAJO
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eno Bajo constituye uno de los ámbitos más representativos para el estudio del aprovechamiento aborigen de los recursos marisqueros. Los recientes inventarios arqueológicos efectuados en la zona1, han dado como resultado el registro de la mayor concentración de concheros prehistóricos de todo el Archipiélago Canario. Estos enclaves se caracterizan por la singular acumulación de conchas de moluscos marinos, fundamentalmente lapas y burgados, así como otra clase de evidencias, fragmentos cerámicos y objetos líticos, asociados a la recolección y procesado del marisco. Asimismo, éstos se localizan entre los 10 y 25 m.s.n.m., adosados a afloramientos rocosos de naturaleza lávica, protegidos de los vientos dominantes, y ligeramente acondicionados mediante simples estructuras de piedra. Todo ello demuestra el amplio conocimiento que tenían los guanches de esta costa, así como de los recursos marinos que les proveía. Tal circunstancia, se materializaba en un control exhaustivo de las condiciones terrestres y marinas. El significativo número de concheros inventariados pone de manifiesto un frecuente tránsito de la plataforma costera de Teno Bajo, donde el desarrollo del marisqueo debió jugar un papel principal. El consumo de marisco, por tanto, supuso un aporte fundamental de proteínas de origen marino, diversificando la dieta de los guanches de Daute. Esta misma circunstancia se observa en el sector más occidental de la Isla Baja de Daute, donde los resultados obtenidos a partir de las intervenciones arqueológicas llevadas a cabo en los conjuntos de Las Fuentes, Las Arenas y Las Estacas, nos hablan de la importancia del marisco en la comunidad aborigen allí asentada. Ahora bien, uno de los aspectos aún por discernir es el relativo al grupo/s o comunidad local que dio origen a los concheros de Teno Bajo. En este sentido, el reciente inventario arqueológico efectuado en el Parque Rural de Teno, ha puesto de manifiesto que la principal concentración de yacimientos arqueológicos de carácter habitacional se localiza en el Barranco de Las Cuevas, coincidiendo con la vía natural de comunicación entre Teno Alto y Bajo. Asimismo, se observa que la mayor concentración de concheros se encuentra en torno a la desembocadura de este barranco, lo que permite establecer, por
1 Proyecto: “Actuaciones de Restauración en el Ámbito Afectado por el Incendio de Julio y Agosto 2007 en la Isla de Tenerife, Programa 5. Cabildo Insular de Tenerife (2007-2008)”. Desarrollado por la Unidad de Patrimonio Histórico y la oficina de gestión territorial y ambiental del Parque Rural de Teno, Cabildo de Tenerife.
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Tradicionalmente, los habitantes del caserío de Teno Alto, dedicados fundamentalmente a la agricultura cerealística y al pastoreo, bajaban a través del barranco de Las Cuevas a pescar y mariscar en el litoral costero de Teno Bajo, fundamentalmente en los meses estivales, subiendo pasadas una o varias jornadas con las capturas realizadas.
el momento, la relación espacial entre el asentamiento poblacional del barranco de Las Cuevas y los enclaves arqueológicos de la costa de Teno Bajo. La localización de los asentamientos, por tanto, no es arbitraria y responde a un claro patrón de movilidad y ocupación permanente del territorio. La escasez de cuevas naturales, así como las duras condiciones ambientales existentes, condicionan el hábitat en la Meseta, reduciéndose fundamentalmente a aquellas zonas más protegidas y con mejores condiciones estructurales, es decir, los barrancos y el frente acantilado de Teno. De esta forma, y a modo de hipótesis, podría afirmarse que los concheros de Teno Bajo son el resultado de la las actividades marinas desarrolladas por la población aborigen asentada en el sector más occidental del macizo, comprendido entre el barranco de Las Cuevas y Los Carrizales2. Las vías de comunicación entre ambos sectores tienen su origen en época prehispánica, manteniéndose tras la conquista hasta la más reciente actualidad. La pesca y el marisqueo han sido actividades cuyo ejercicio se ha prolongado hasta nuestros días, aunque experimentado sensibles diferencias. Sin embargo, el ámbito de explotación y las vías de acceso al mismo siguen siendo las mismas. Tradicionalmente, los habitantes del caserío de Teno Alto, dedicados fundamentalmente a la agricultura cerealística y al pastoreo, bajaban a través del barranco de Las Cuevas a pescar y mariscar en el litoral costero de Teno Bajo, fundamentalmente en los meses estivales, subiendo pasadas una o varias jornadas con las capturas realizadas. Tal circunstancia difiere de lo atestiguado en época aborigen3, donde es probable que se habitase la costa durante algún tiempo, dada la diversidad y el volumen de restos constatados, con la intención de aprovechar los recursos y bonanzas que les ofrece el medio marino. Es por ello, que aún perviven múltiples usos y costumbres que forman parte del acerbo cultural de la gente del macizo, tradiciones que han perdurado en el tiempo, cuyo origen, en algún caso, se remonta al pasado prehispánico. Eduardo Miguel Mesa Hernández4
2 Si se atiende a la distribución espacial de los yacimientos a lo largo del Parque Rural de Teno, se hace evidente la amplia movilidad aborigen en el territorio, frente a planteamientos pretéritos que hablaban de un cierto estatismo en la ocupación prehispánica de zonas como Teno o Anaga. 3 En el caserío de Argumul (costa norte de La Gomera), se ha observado un proceso similar, ya que de forma tradicional el pescado y marisco capturado en la costa se procesaba y consumía en las viviendas. A diferencia del pasado aborigen, que dio lugar a los concheros de Bejira, Aguamul y El Remo, enclaves donde se procesaba y, probablemente, se consumía una parte del marisco recolectado. 4 Doctorando en Fase de realización de Tesis Doctoral. Miembro colaborador del Grupo de Investigación de “Arqueología del Territorio”, Departamento de Prehistoria, Antropología e Historia Antigua, ULL; y miembro del Archaeomalacology Working Group (ICAZ).
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Y EL FRUTO MADURÓ Y EL GRANO SE HIZO PAN Apuntes históricos artísticos sobre la custodia mayor de la Parroquia de San Miguel de Abona La custodia como objeto empleado para la liturgia aparece cuando se instituye la fiesta del Corpus Christi. Hasta entonces, el culto a la eucaristía quedaba limitado a la celebración de la santa misa y a la comunión, bajo las dos especies en un principio y, más tarde, bajo una.
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n el año 1443, el Papa Eugenio IV, ordena que se hiciesen procesiones con el Santísimo Sacramento, empleándose para esta el copón o el cáliz con la ostia sobre éste. Pero esta forma no era la más apropiada para mostrar la Sagrada Hostia. Esta circunstancia, es la que da origen a una pieza fundamentalmente procesional, la custodia, la cual, además de ser portátil permite mostrar a los fieles la Sagrada Hostia, permitiendo de esta forma la contemplación y la adoración sin ningún tipo de velo. La parte más importante de la custodia es el viril, una especie de caja acristalada con el fin de preservar el Santísimo Sacramento. Esta caja se sustenta sobre un astil fabricado con materiales nobles y ricos, o en su defecto un cáliz al que se le añadía el viril, cumpliendo ambos, como ya mencionamos anteriormente, con la particularidad de poder ser transportada. El modelo universalmente aceptado para el viril, fue el de la caja cilíndrica plana, cuyas bases van cerradas por cristales y en cuyo interior se dispone una luna o sol, según los casos, para sostener erguida la Sagrada Hostia. La liturgia de la fiesta de Corpus exigía que la custodia presidiese con la sagrada forma el altar, en el que se celebra el oficio, desde el cual, es luego tomada por el ministro oficiante para ser llevada en
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procesión bajo el palio. Esto exigía que la custodia fuera cómodamente portable y de peso reducido, ya que debía ser retirada una y otra vez del manifestador o sagrario alto, para las exposiciones mayores de S. D. M., siempre situado sobre el sagrario bajo o de reserva, con una altura suficiente para que fuera visible desde todos los lados, sin que la cubran los ministros del altar. Tanto fue la popularidad que alcanzó en España la devoción al Corpus Christi, que se le exigió al arte un elemento más suntuoso y más rico para las procesiones del Santísimo, naciendo así las custodias procesionales de asiento, concebidas como grandes arquitecturas en las que se coloca una custodia de pedestal o portátil. Pero siguiendo con las custodias portátiles o de mano, hasta el s. XVI, éstas se diseñaron de forma arquitectónica piramidal pero las restricciones al arte de la orfebrería dictadas por los monarcas de la Casa de Austria obligaron a buscar un modelo más económico, y a finales del s. XVI se generaliza las custodias de sol, así llamada por los rayos que lleva en torno al viril, tipo que sin ser nunca exclusivo ha prevalecido desde entonces hasta nuestro días. En Canarias, existen notables modelos de custodias tanto portátiles como de asiento o procesionales, de diversas épocas y estilos. Muchas de ellas
La custodia de San Miguel de Abona junto con la de San Juan Bautista de Vallehermoso, La Gomera, ambas con marcadas afinidades entre sí, habían pasado hasta hace muy poco desapercibidas para la historiografía del arte en Canarias. Es el catálogo de la exposición “El arte en Canarias” llevada a cabo en el año 2001 y de carácter itinerante la que las cataloga como piezas importantes para el devenir de la historia de la platería mexicana en Canarias. Referente a la custodia de San Miguel de Abona, la cual ocupa este estudio, son muchas las incógnitas que sobre esta hay, ya que no está claro el encargo y comitente de dicha pieza y la presencia de esta en la fabrica parroquial.
de procedencia foránea cuyos modelos ejercieron un fuerte influjo en la orfebrería canaria. Destacándose así las diversas obras salidas de los talleres peninsulares, europeos o americanos. Siendo, sin duda alguna, las piezas de los talleres mexicanos las que tuvieron una gran repercusión, ya que, el mayor volumen de la platería americana existente en Canarias corresponden a los talleres mexicanos. Entre las piezas remitidas desde México destaca la custodia mayor de la iglesia de San Miguel de Abona. La cual, guarda mucha similitud con la custodia de Garínoain en Navarra, cuya datación es de 1711. La ermita de San Miguel Arcángel que data del s. XVII fue instituida parroquia en 1796, por el que fuera entonces obispo de la diócesis Don Antonio Tavira y Almazán, dando comienzo su primer libro de bautismo el 20 de marzo de ese mismo año. Hasta entonces la ermita tenía lo imprescindible para celebrar algunos cultos entre los que destacaba las fiestas del titular. Por lo tanto, al crearla parroquia habría que dotarla de todo lo necesario para administrar los sacramentos y atender el culto. Es a partir de aquí cuando deberían aparecer las primeras partidas económicas para la adquisición de los ornamentos, vasos sagrados y demás objetos necesarios. Pero hay un vacío documental en el archivo que no nos permite contrastar dichas adquisiciones, ya que el primer libro de fábrica recoge las cuentas de 1820 a 1940. Si atendemos a lo expuesto y a la cronología de la custodia, primer cuarto del s. XVIII, nos damos cuenta que la custodia no guarda relación con la dotación de la parroquia. En el primer inventario que se hace de la fábrica, el 3 de octubre de 1935, aparece recogida “una custodia de plata sobredorada”, dicho dato aún no aclara la presencia exacta de esta pieza en la fabrica parroquial, ya que la iglesia conserva además de esta custodia otra de menor tamaño y fechable también en el s. XVIII. Quiere decirse, que estos objetos litúrgicos se han ido añadiendo al inventario de la fábrica parroquial en diferentes fechas. Por lo tanto, podríamos estar ante una pieza procedente de algún convento desamortizado, esto no es nuevo en el templo de San Miguel, ya que muchas de las piezas que atesora tienen esta procedencia. La custodia de la parroquia de San Miguel de Abona, es una pieza realizada en plata sobredorada y atiende al modelo denominado de sol, puesto que el viril aparece rodeado de rayos rectos terminando en estrellas intercalados por rayos flameados con motivos vegetales. Se decora además con piedra semipreciosas (granates y aguamarina), insertadas en el viril y el sol mediante cabujones. El astil está compuesto por cuerpos y jarrones superpuestos con asas fundidas. Y, el pie, es circular con decoración vegetal y cabezas de querubines. Si su procedencia, historia, estética artística y materiales, ya la hacen una obra meritoria, no menos mérito tiene las técnicas empleadas en su ejecución. Desde su dorado al mercurio al torneado, fundido, cincelado, repujado, relevado y grabado. En el año 2008, fue objeto de una pequeña restauración, en los talleres de D. Antonio Maroto, en Madrid, la cual, ha recuperado todo su esplendor. Pablo Cristóbal Torres Luis Leticia Perera González
BIBLIOGRAFÍA: Archivo Parroquia San miguel de Abona. A. P. S. M. A. HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, MIGUEL ÁNGEL Y PÉREZ TORRES, PEDRO PABLO: “San miguel de abona y su historia”. Ilustre Ayuntamiento de San Miguel de Abona, 1998. HERNÁNDEZ PERERA, JESÚS: “La orfebrería en Canarias”. Concejo superior de investigaciones científicas. Instituto Diego Velazquez. Madrid. 1955. VVAA. “El arte en Canarias (siglos XV-XIX), una mirada de retrospectiva”. Catálogo de exposición. Gobierno de Canarias. Consejería de educación, cultura y deporte. Viceconsejería de cultura y deporte. Dirección general de cultura, 2001.
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Fotonoticias JORNADAS JUAN BETHENCOURT ALFONSO
La Reserva Ambiental San Blas, acogió el pasado mes de abril las III Jornadas Juan Bethencourt Alfonso, bajo el título “Patrimonio Arqueológico, Etnográfico y Natural: Una Gestión Combinada”, organizadas por la Concejalía de Cultura en colaboración con el Vicerrectorado de Relaciones Universidad y Sociedad de la Universidad de La Laguna. Unas 40 personas se dieron cita en estas jornadas que se celebraron en San Blas Reserva Ambiental y que contaron con la dirección de Juan Francisco Navarro Mederos, Profesor Titular de Prehistoria de la ULL. Como cada año, la característica primordial de
este proyecto es el interés de ahondar en el apartado patrimonial, cultural, histórico y artístico de Canarias, desde la perspectiva y la trayectoria profesional de grandes profesores especializados en el patrimonio etnográfico y arqueológico de las islas. La “Arqueología, espacios naturales e Internet”, “Los caminos de la memoria. La recuperación de las antiguas redes de comunicación como factor de desarrollo territorial y patrimonial: el caso de la vertiente sur de Tenerife”, o “San Blas Reserva Ambiental: un modelo de inversión privada para la protección, conservación y divulgación del patrimonio”, entre otras, fueron alguno de los temas que se trataron a lo largo de esa semana.
SE CLAUSURA «ABRIL EDUCA» Unas 40 familias del municipio sanmiguelero participaron en el proyecto educativo “Abril Educa”, con el que se pretendía aportar herramientas y conocimientos para que los padres y madres se impliquen con mayor eficacia en el proceso de desarrollo personal de sus progenitores. El Museo Casa de El Capitán de San Miguel de Abona, acogió el acto de clausura del Proyecto “Abril Educa 09: San Miguel de Abona por la educación”, que desarrolló la Concejalía de Educación del consistorio sanmiguelero a través del Plan Canario de Formación para la Familia de la Consejería. Esta iniciativa educativa contó con muy buena participación en cada una de las actividades programadas a lo largo del mes de abril, entre las que se encontraban diferentes charlas que versaron sobre temas como la Educación Afectiva, la Inteligencia Emocional, Resolución de Conflictos, Uso educativo del ordenador o Pautas para ayudar a las familias en el estudio, entre otras, además, de un curso de informática básica e iniciación a internet, el cual fue seguido por unos 40 padres y madres interesados en adentrarse en el conocimiento de las nuevas tecnologías, y la obra de teatro “Erre que erre”, sobre el acoso escolar entre iguales.
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ACTO DE ENTREGA DE DIPLOMAS AL CLIENTE FIEL El acto de entrega de diplomas al “Turista Fiel”, promovido por el Centro de Iniciativas y Turismo de la comarca del sur de Tenerife, tuvo lugar el pasado día 26 de marzo, teniendo como escenario, las novedosas y magnífico hotel que se encuentra dentro de la Reserva Ambiental de San Blas, en San Miguel de Abona. Este emotivo acto, se llevó a cabo con la finalidad de homenajear a los turistas que, durante repetidas ocasiones, han elegido nuestra isla para el disfrute de sus vacaciones, premiando así su fidelidad. En esta ocasión, los homenajeados han sido, personas de diversas nacionalidades. Como mención especial figuran los Sres. Jenkins, británicos, que nos han visitado en más de 76 ocasiones; los Sres. Bernhardt, Sres. Murphy, Sres.Watts y Sres. Steadman, todos ellos de diferentes nacionalidades, han acudido a nuestra isla en 50 ocasiones. Los turistas, llegaron desde los distintos hoteles en los que se alojaban, y fueron recibidos por las autoridades municipales de San Miguel de Abona, y representantes también de municipios como: Arona, Vilaflor y Arico. Además, estuvieron acompañados por los directores tanto del Hotel, como de la Reserva Ambiental de San Blas. A continuación visitaron el Espacio Natural, convertido hoy en un Eco-Museo, donde pudieron disfrutar de diversas representaciones llevadas a cabo por actores, que escenificaban la vida en San Blas durante diferentes épocas.
Esta Reserva, constituye todo un patrimonio natural y cultural del sur de Tenerife por su espectacular orografía, su biodiversidad, los endemismos de su flora y fauna, los restos aborígenes encontrados y por los vestigios de un uso agrícola histórico. Tras el recorrido, se acercaron de nuevo hasta el hotel, para disfrutar de la Sala Museo, donde a través de diferentes elementos multimedia, pudieron descubrir otros aspectos de la historia de San Blas. A continuación, tuvo lugar el acto de entrega de diplomas, que fue presentado por Dña. María N. Rosales, presidenta del C.I.T. del sur, acompañada de D. David Hernández, director del hotel San Blas, así como de representantes de la corporación municipal de San Miguel y de otros municipios colindantes. También estuvieron presentes en el mismo los delegados de los establecimientos hoteleros, donde se alojaban los homenajeados. Una vez finalizado este entrañable acto, todos los asistentes pudieron disfrutar de un cocktail, ofrecido en una de las zonas exteriores del hotel, que estuvo amenizado por la Agrupación Folclórica de la 3ª Edad de San Miguel de Abona. Además, se les obsequió con un pack, con material turístico y dulces típicos de la zona. Concejalía de Turismo
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CLUB DE LUCHA CHIMBESQUE HONORIO GUTIÉRREZ GARCÍA La lucha canaria tiene en esta nueva edición de la revista municipal, la oportunidad de recordar a los muchos lectores y aficionados del deporte vernáculo, el 25 Aniversario del C.L. Chimbesque, pues se fundó en el verano del año 83 bajo la presidencia de D. Miguel Reverón. Muchos son los que han pasado y mucho ha sido lo que se ha escrito y se ha dicho sobre sus logros, fichajes y entrenadores de campanilla, lo cual ha hecho que su nombre se pasee por los medios de comunicación. Con el paso del tiempo se ha convertido un una institución dentro del entramado de la lucha canaria, no sólo en el ámbito provincial, sino en el regional, independientemente de la categoría en la que ha militado.
Foto de izquierda a derecha: Baudilio Trujillo, Isidro González, Ángel Rivero, Valentín “El Herreño”, Toledo, Inocencio González, Manolo “El Canario”, Cirilo Frías “Lilo”, Juan Mora, Leocadio Delgado “Cayo”, Ramón “El Titi” y Carmelo. Además de los citados, la plantilla estaba compuesta por Tomás González, Quico Torres, Álvaro, Alfonso, Eustaquio Izquierdo, los hermanos Pedro y René Magdalena y los hermanos De La Rosa, Berto y Juani. Entrenador: Honorio Gutiérrez García.
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ara la ocasión, Ondas Deportivas ha tenido a bien sostener una conversación con quien fuera su segundo presidente de la historia y uno de los fundadores, D. Honorio Gutiérrez García, quien cuenta de aquella época algunos detalles y anécdotas que sorprenden, pero está claro que eran otros tiempos. D. Honorio, nacido hace 74 años, se crió en el norte (La Victoria), donde vivió la lucha canaria desde la cuna. Sus recuerdos de la infancia siempre deparan en las mismas imágenes donde grupos de jóvenes se reunían en cualquier paredón, plaza o finca, e incluso entre viñedos, donde en más de una ocasión algunas cepas salieron malparadas, pues recordaba cómo alguna que otra vez terminó rodando por los suelos, después de un “sacón, pardelera, burra o toque pa’ atrás”, yendo a parar encima de alguna de ellas. Era una época en la que la lucha lo significaba todo para cualquier joven. A lo largo del día, siempre había un momento para echar una “agarrada”; el que estuvieses cansado después de una larga jornada de trabajo en el campo, era lo de menos. La lucha era la diversión, el entretenimiento, el momento de compartir un rato con los amigos, donde los mayores del lugar lo mismo hacían de pasivos espectadores o de participantes, pues en ocasiones organizaban algunos encuentros entre barrios, jugándose los mismos en alguna finca de los contornos.
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La lucha era la diversión, el entretenimiento, el momento de compartir un rato con los amigos, donde los mayores del lugar lo mismo hacían de pasivos espectadores o de participantes.
A lo largo de la charla, D. Honorio continuaba con sus comentarios, que casi me atrevo a decir que algunos sonaban a jocosos, prueba evidente de que había cosas que no le gustaban del todo, y me refiero a cómo se hacían las mismas en el seno del Club…, amén de otros detalles… ¡pero, bueno! Fue a principios de los 80 cuando un profesor llamado D. Victorio, procedente de Tegueste, quien se involucró en la enseñanza de la lucha en el colegio, creándose una base luchística en el municipio inaudita hasta ese momento. Él, D. Victorio, fue sin lugar a dudas el primer propulsor del deporte vernáculo en San Miguel. El teguestero sigue hoy en día vinculado a la lucha como directivo del Tegueste. Todo comenzó para D. Honorio cuando el docente fue de nuevo destinado en su trabajo, momento en el que recibió de D. Paco Tejera, que si mal no recuerdo era el director del colegio, la propuesta para tomar las riendas como entrenador en el colegio; cosa que aceptó, dedicando varios años a enseñar lo poco que había aprendido en su infancia, pues nunca fue lo que se entiende como “luchador de plaza”. En su época “la lucha lo era prácticamente todo”, ya que lo que eran otros juegos, en su infancia no existieron. Continúa haciendo mención a aquel primer grupo de jóvenes que entrenó en el colegio, del os que salieron varios luchadores y que luego pasaron a formar parte de aquel primer equipo Senior que militó en la tercera categoría en el año 84, donde D. Miguel Reverón fue el presidente, siendo D. Honorio vicepresidente a la vez que entrenador del equipo. El segundo año de su historia, el Club de Luchas Chimbesque salió sólo en la categoría juvenil, con D. Honorio como presidente y haciendo de entrenador, cosechando dos meritorios trofeos: la Copa Apertura, donde no se perdió ningún encuentro y la Liga, donde fueron segundos. De los 7 años que estuvo ligado a la lucha en el municipio, entre colegio y club de luchas, le quedaron alegrías, disgustos, algún fracaso y por supuesto satisfacciones, pues fue una época brillante de la lucha, aún más si cabe dentro del municipio, por ser noveles en la disciplina, aunque también lamenta que el dinero se empezó a pagar mal, era excesivo y, por tanto, dañino para la imagen y la esencia de lo que él entendía por lucha canaria. Es obvio y evidente que este fenómeno también ha castigado otros deportes, como el fútbol. Una de las cosas que más le llena de orgullo y satisfacción es el que, después de tanto tiempo, muchos de los que fueron sus discípulos, al encontrarse con él, le reconozcan la labor realizada, no sólo en el colegio, sino con el Club de Luchas Chimbesque. En el apartado de las alegrías, los títulos obtenidos con los juveniles tenían su lugar, pero la primera victoria en
la historia del Club, ante el Canteras, supuso una inyección en todos los sentidos, pues no habían comenzado con buen pie la competición donde, a decir verdad, ese primer contacto con la competición luchística no rayó a buen nivel y hubo que esperar un tiempo hasta que apareciesen Tomás González, Quico Torres… y otros valores de la cantera, más los fichajes estrellas, que siempre los hubo (y por cierto, buenos). Una vez desvinculado del Chimbesque, que no de la lucha, se dedicó un tiempo a ejercer de delegado federativo, para terminar dejándolo meses después para dedicarse a la familia y a atender las huertas y las parritas, ya que por culpa de la lucha no se sabía si el verde del terreno era de las papas o de las ortigas. HISTORIA DE LA ACTUAL LIGA: Esta temporada es quizás una de las ligas más largas que se recuerdan en la tercera categoría. El Chimbesque, a fecha de hoy, y a falta de 6 encuentros, es primero a tres puntos del más inmediato perseguidor, el Benchomo, al que no pudo ganar en el último encuentro, 2-5 por un apurado 12-11, lo que le confirma como el máximo exponente de cara al título de liga, aunque los 18 puntos en litigio que faltan son muchos puntos, y ya saben ustedes, queridos lectores y aficionados… No vaya a ser que les pase lo que al Valle del Golfo, el colista de la categoría, o con el San Isidro, un equipo de media tabla, de donde regresaron de vacío. Así que, mejor esperar y ver qué sucede. Plantilla actual: Cristo León (Dest. B) Héctor Méndez (Dest. C) José Francisco Pérez “El Pecas” José Gregorio Reina Francisco Torres “Quico Torres” José Alberto Viña Rayco González José Rodríguez “El Negro” Cristian González Roberto Martín Emilio Hernández Emilio Negrín Christopher González Juveniles destacados: José Gregorio Rancel “Goyito” David Martín Adán Hernández Fernando González Mandador: Tomás González
Álvaro Toledo
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DON ANTONIO HERNÁNDEZ FEO (1806-1888) TENIENTE DE GRANADEROS, CAPITÁN GRADUADO DE MILICIAS Y PROCURADOR SÍNDICO DEL AYUNTAMIENTO DE SAN MIGUEL
El personaje al que dedicamos este artículo fue uno de los cuatro militares de mayor graduación nacidos en San Miguel de Abona en el siglo XIX, pues desde simple soldado ascendió hasta alcanzar el empleo de teniente de Milicias, concediéndosele al final de su carrera el grado de capitán. Fue además procurador síndico del Ayuntamiento, elector para las elecciones de diputados a Cortes, propietario agrícola y décimo contribuyente del municipio. ació en San Miguel de Abona el 27 de agosto de 1806, siendo hijo de don Tomás de Aquino Hernández de Fuentes y de doña María Isabel Rodríguez Feo y Pérez, naturales del mismo pueblo y vecinos del pago de La Hoya. Tres días después fue bautizado en la iglesia de San Miguel Arcángel por el cura rector propietario don José Afonso de Armas; se le puso por nombre “Antonio Miguel” y actuaron como padrinos don Miguel y doña María Petra Rodríguez Feo, tíos maternos de la criatura.
N
TENIENTE
DE
GRANADEROS,
CAPITÁN GRADUADO DE
CIAS Y PROCURADOR SÍNDICO DEL
AYUNTAMIENTO
DE
MILISAN
MIGUEL Don Antonio Miguel creció en el seno de una familia muy destacada en la comarca, pues su padre, don Tomás de Aquino Hernández de Fuentes (17691824), fue militar (probablemente sargento), síndico personero, alcalde real y notario público eclesiástico de San Miguel; su abuelo materno, don José Antonio Rodríguez Feo (1745-1826), fue síndico personero y alcalde de Vilaflor, impulsor de la creación de la parroquia y ayuntamiento de San Miguel y primer alcalde real de dicho pueblo; su bisabuelo materno, don Lucas Agustín Feo (1717-1800), fue capitán de Milicias graduado de Infantería, gobernador de las armas de Abona y alcalde de Vilaflor; y su tatarabuelo materno, don Juan Rodríguez Feo (1674-1770), fue capitán de Milicias, graduado de teniente coronel de los Reales Ejércitos, y Caballero de la Orden de Santiago; los tres últimos eran naturales de Vilaflor. Siguiendo la tradición militar de sus antepasados los Feo, don Antonio Miguel ingresó como soldado en el Regimiento de Milicias Provinciales de Abona, donde enseguida alcanzó los empleos de cabo 2º, cabo 1º y sargento 2º, pero desgraciadamente no hemos podido encontrar su hoja de servicios. Poco tiempo después ascendió con carácter interino a alférez de Milicias, empleo que ya ostentaba el 6 de junio de 1831 y que le fue ratificado, en virtud de Real Despacho dado en San Ildefonso a 11 de agosto de dicho año por el Rey don Fernando VII, como subteniente de la 3ª Compañía del mismo Cuerpo, plaza que se hallaba vacante por ascenso de don José Antonio Alfonso que la servía. En dicha situación, el 3 de febrero de 1833, a los 26 años de edad, contrajo matrimonio en la parroquia del Arcángel San Miguel con su prima hermana doña María Cándida Alfonso Feo, de 21 años, natural del mismo pueblo e hija del capitán don Miguel Alfonso Martínez y de doña María Antonia Feo Hernández; los casó y veló el párroco propio don Francisco Guzmán y Cáceres, una vez dispensados de un segundo grado igual y de un segundo con tercero de consanguinidad. El 14 del mismo mes el mismo párroco les administró “las demás bendiciones de la Iglesia”, siendo testigos el teniente de Milicias don
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Antonio Alfonso Feo, don Bartolomé Hernández y don Tomás Hernández, de la misma vecindad. El 1 de mayo de 1834 ascendió a teniente de la compañía de Granaderos del citado Regimiento, empleo que estaba vacante por ascenso de don Antonio González que lo servía. Dicho empleo le fue ratificado por otro Real Despacho, dado en palacio a 8 de marzo de 1835 por la Reina gobernadora doña María Cristina de Borbón. Siendo teniente de Granaderos, entre el 8 y el 28 de febrero de 1835 asistió a la academia que se celebró en su Regimiento. Los adelantos que hizo en ella se pueden resumir en los siguientes: “Desde el tito. 1º al nº 449 de la 4ª parte tito. 7º Tratado de Tactica de Linea, 1ª parte tito. 2º al nº 29 2ª parte del orden extendido, Tactica de guerrillas en que finalizo”; además, se hallaba capaz “en la escuela de la instrucción de comps. pa. enseñarlo, y mandar su compa. en las evoluciones de Batallon de Linea”; pero se matizaba que era: “mas largo en practica que en Teorica”. En ese mismo año 1835 estaban empadronados en la casa nº 69 de San Miguel de Abona, en El Pino: don Antonio Hernández, “teniente militar”, y doña María Cándida. Siendo aún teniente de Milicias Provinciales, el 30 de noviembre de 1836 don Antonio Hernández Feo fue elegido procurador síndico del Ayuntamiento de San Miguel, cargo del que tomó posesión el 8 diciembre inmediato. Luego, el 14 de enero de 1838, fue elegido por aclamación escrutador de mesa electoral. Y volviendo a su carrera militar, el 20 de agosto y el 12 de octubre de 1839 actuó como comandante accidental de la 6ª Compañía del Regimiento Provincial de Abona, por ausencia de su capitán. En 1840 y 1841 figuraban empadronados en la casa nº 1 de El Pino, en San Miguel de Abona, el teniente don Antonio Hernández y su esposa doña María Cándida, a quienes ya acompañaba en 1845 su hija Casilda. Como tal teniente, don Antonio Hernández Feo sirvió durante un cuatrimestre en el Destacamento de Milicias de la capital, a partir del 1 de julio de 1841. Continuaba en dicho empleo el 17 de diciembre de 1843, fecha en la que figuraba entre los electores de su pueblo natal. El 1 de agosto de 1844 se le asignó al Batallón de Garachico, por supresión del Regimiento de Abona, donde quedó en situación de provincia. Finalmente, casi al final de su carrera militar, se le concedió el grado de capitán de Milicias, mediante un nuevo Real Despacho dado en palacio a 15 de septiembre de ese mismo año 1844 por la Reina doña Isabel II. El 1 de noviembre de dicho año 1845 se reintegró al nuevo Batallón de Abona nº 3 de Canarias, donde ya continuó en igual situación de provincia hasta su retiro, y el 9 de dicho mes fue destinado como teniente a la 4ª Compañía. El 17 de junio de 1847, el capitán graduado y teniente de Milicias don Antonio Hernández Feo
elevó una instancia a la Reina “impetrando su retiro” de las Milicias Canarias, que le fue concedido en ese mismo año. A partir de entonces se le distinguió como “Capitán de Milicias retirado”, como aún figuraba en enero de 1876. PROPIETARIO
AGRÍCOLA, ELECTOR Y DÉCIMO CONTRIBUYENTE DEL
MUNICIPIO
Después de su retiro, don Antonio Miguel se dedicó al cuidado de sus propiedades agrícolas y a colaborar en todas las iniciativas que redundasen en pro del pueblo y su parroquia, no en vano vivía en una localidad con fama por entonces de unida y religiosa. De este modo, desde su juventud colaboró en la nueva fábrica de la iglesia, así como en la construcción de las casas consistoriales, escuela y cementerio, en la adquisición del baldosado y cancela para el templo parroquial, etc. En 1851 estaban empadronados en la casa nº 32 de El Pino, en San Miguel de Abona: don Antonio Hernández, que figuraba con 45 años; doña Cándida Hernández, de 38; y sus hijos: doña Casilda, de 18 años, doña Emilia, de 16, doña Benigna 13, doña Anselma, de 11, y don Clemente, de 7; les acompañaba don Antonio Lares, criado, de 20 años. Y en 1853 figuraban empadronados en la casa nº 13 del mismo barrio de El Pino: don Antonio Hernández Feo, de 40 años; doña Cándida Alfonso, de 38; doña Casilda, de 20, doña Emilia, de 18, doña Benigna, de 16, doña Anselma, de 14, y don Clemente, de 9 años. Como curiosidad, siendo vecino de El Pino, en 1857 don Antonio Miguel contribuyó con un peso a la adquisición de la urna del Señor Difunto de la parroquia del Arcángel San Miguel, que costó 228 pesos y medio. Por su parte, doña Cándida Alfonso Feo tenía un banco reservado en dicha iglesia, que se colocó en 1864, asignándosele una limosna de 15 reales de vellón para ramos de flores con destino al altar mayor y para las andas del Patrono. El 14 de noviembre de 1865 don Antonio Hernández Feo figuraba entre los “Electores a Diputados a Cortes” por el municipio de San Miguel, al pagar una contribución superior a los 20 escudos; era el décimo contribuyente de la localidad, pues tenía una cuota asignada de 20,291 escudos. En 1866 estaban empadronados en la casa nº 129 de San Miguel de Abona, en el pueblo: don Antonio Hernández, de 60 años; doña María Cándida Alfonso, de 54; les acompañaban sus hijos: doña Benigna, de 27, don Clemente, de 24, doña Indalecia, de 12; y doña Lucía Amador, sirviente, de 21 años. En 1867, don Antonio figuraba empadronado con 61 años y doña Cándida con 55; les acompañaban dos hijos, doña Benigna y doña Indalecia, de 28 y 14 años, respectivamente, y una sirviente, doña Luisa Amador, de 22 años. Y a finales de 1882 continuaban empadronados en el mismo pueblo; don Antonio Hernández Feo figuraba con 76 años y como propietario, y le acompañaban su esposa, doña Cándida Alfonso y Feo, de 71 años, y su hija Benigna Hernández Alfonso, de 40. FALLECIMIENTO Y SUCESIÓN Doña Cándida Alfonso Feo murió en su domicilio de San Miguel, en El Pino, el 19 de agosto de 1883 a las siete de la tarde, a consecuencia de tisis pulmonar; contaba 71 años de edad y no había testado, pero sí recibido los Santos Sacramentos. Al día siguiente se ofició el funeral en la iglesia del Arcángel San Miguel por el cura párroco propio don Agustín Pérez Camacho y a continuación recibió sepultura en el cementerio de dicho pueblo, siendo testigos don José Agustín Hernández, don Bernardo Marrero y don Miguel González, de la misma naturaleza y vecindad.
Toda la vida de don Antonio Miguel Hernández transcurrió en San Miguel de Abona.
Le sobrevivió su esposo, el militar retirado don Antonio Miguel Hernández Feo, quien falleció en el mismo domicilio de San Miguel de Abona, en la calle del Pino, el 22 de octubre de 1888 a las cuatro de la madrugada, a consecuencia de una “esclerosis de médula”; contaba 82 años de edad y no había testado, pero sí recibido los Santos Sacramentos. Ese mismo día se oficiaron las honras fúnebres en la iglesia del Arcángel San Miguel por el cura párroco propio don Agustín Pérez Camacho, y a continuación recibió sepultura en el cementerio de dicha localidad, de lo que fueron testigos don Juan Reyes Bernal, don Antonio Delgado de León y don Miguel Gómez Gómez. En el momento de su muerte, nuestro biografiado continuaba viudo de doña Cándida Alfonso Feo, con quien había procreado seis hijos, nacidos todos en San Miguel de Abona: Doña Casilda Hernández Alfonso (1834-1898), que casó en 1853 con don Francisco Gómez Gómez, natural y vecino de dicho pueblo, notario eclesiástico, secretario del Ayuntamiento y del Juzgado de Paz de San Miguel, hijo de don Bernardo Gómez del Castillo y doña Josefa Gómez Rodríguez; falleció en su pueblo natal a los 64 años de edad, dejando sucesión. Doña Emilia Hernández Alfonso (1835-1923), casada en 1854 con don Anselmo Feo Sierra (o Gómez), natural y vecino de dicho pueblo, cabo 2º de Milicias y alcalde constitucional de San Miguel, hijo de don Nicolás Bruno (Rodríguez) Feo y de doña María Petra Dolores de la Sierra de León (o Gómez); murió a los 87 años de edad, dejando sucesión. Doña Benigna Hernández Alfonso (1837-1902), que murió soltera en San Miguel a los 65 años de edad. Doña Anselma Hernández Alfonso (1839-1923), que casó en 1858 con el propietario don José Delgado Gómez, natural y vecino de dicho pueblo, hijo de don Salvador Delgado Gómez (o Delgado Zamora) y doña María San José Gómez; falleció en su pueblo natal a los 84 años de edad y sin sucesión. Don Clemente Hernández Alfonso (1843-1910), sacerdote, coadjutor de Buenavista y El Paso, cura párroco de Tegueste, Arona y San Miguel de Abona (de esta localidad en cinco ocasiones); falleció en su pueblo natal cuando estaba a punto de cumplir los 67 años de edad. Y doña Indalecia Hernández Alfonso (18541940), casada en 1876 con su primo don Gregorio García Alfonso, natural y vecino de dicho pueblo, comerciante, soldado de Milicias provinciales, alférez de la compañía de Milicia Nacional local, jurado, miembro de la junta municipal, alcalde y fiscal municipal de San Miguel, hijo de don Juan Antonio García del Castillo y doña María Alfonso Feo; murió en San Miguel de Abona cuando contaba 88 años de edad, dejando amplia sucesión. Octavio Rodríguez Delgado Profesor titular de la Universidad de La Laguna
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Recuerdos
Candelaria en San Miguel. 27 de octubre de 1964.
Familia de San Miguel de Abona. A単os 60. 24
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...en Blanco y Negro
Cruce Cuatro Esquinas. Años 1960-70. LA TAJEA. Nº 27/ 2008
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El trotamundos
LEGADO
Marián Tur Iglesias
Recogió la pequeña maleta de la cinta transportadora del aeropuerto, y sin perder más tiempo se dirigió con paso firme y decidido hacia la salida. Haciendo exagerados aspavientos con sus manos, paró al primer taxi que vio, sin pararse a pensar si había otras personas antes que él con ese mismo fin. Del bolsillo de su americana sacó una servilleta arrugada en la cual había escrito con tinta de color roja una dirección y el nombre de un hotel, seguidamente se la enseñó al taxista, no sin antes haberle dirigido un saludo, cuyo acento delataba su procedencia anglosajona.
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l recepcionista comprobó la reserva de la habitación que había hecho hacía más de dos meses, a nombre de Michael Smith. La habitación nº 227 no era muy amplia, pero no necesitaba más. Una cama individual, un pequeño escritorio donde colocó su PC portátil junto a un bloc de notas y su pluma Montblanc, regalo de su madre, una silla de estilo victoriano, un armario, y un pequeño baño. Lo mejor, sin duda, eran las impresionantes vistas que se contemplaba desde un diminuto y estrecho balón, de la ciudad de Córdoba, bañada por el río Guadalquivir y declarada Patrimonio de la Humanidad (1984). El agua de la ducha caía con fuerza. Después un baño reparador, encendió la televisión y buscó el canal de noticias CNN internacional; lo hacía desde hace más de diecisiete años, su profesión de escritor le obligaba a viajar asiduamente y a través de él estaba informado. Sacó de la maleta un pantalón –chaqueta de lino completamente blanco y una camisa azul celeste, milagrosamente no estaban arrugados–. Se vistió, se anudó la corbata y se colocó un sombrero de ala ancha del mismo color que el traje. Se miró en el espejo del cuarto de baño y esbozó una pequeña sonrisa. Salió de la habitación en busca del escenario donde transcurrirá el argumento de su próxima novela. Le fascinaba todo aquello que tuviera que ver con el legado de la arquitectura y el arte andalusí. Gran parte de culpa se la debe a una obra que llegó a sus manos en su época estudiantil; “Cuentos de la Alhambra” (1829) de su compatriota Washington Irving, cuya lectura refleja la admiración por la majestuosidad del monumento y su pasado árabe. De ahí su elección, otra joya del legado de la encrucijada de la cultura árabe y cristiana,
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la Mezquita-Catedral de Santa María de Córdoba. El toque de las campanas de una iglesia cercana indicaba que eran las dos de la tarde, comprobó las manecillas de su reloj y lo puso en hora. En su rostro se reflejaba el descontento del dato, tenía apenas cuatro horas para visitar aquello que le hizo coger un avión desde New York. Como era Semana Santa, el horario de visitas de la Mezquita-Catedral estaba reducido debido a los actos litúrgicos propios de estas fechas. Apresuró el paso, cruzó el Puente Romano que abraza el río y unos minutos más tarde se introdujo en la Mezquita por la Puerta del Perdón, de estilo mudéjar, base del antiguo y modificado “alminar”, en el mundo islámico es el lugar donde se llama a la oración. Hoy en día es una torre barroca y campanario de la catedral, que da paso al “Patio de los Naranjos”. Una hilera de naranjos y palmeras, envuelto todo ello con el sonido de los chorros de agua que emergen de las fuentes de Santa María y Cinamomo les dan la bienvenida. Una sensación de frescor envolvió su cuerpo, sacó del bolsillo del pantalón un pañuelo y se lo pasó por la frente…, a pesar del ser principio del mes de abril, el bochorno en la ciudad era palpable. Se sentó en el suelo a la sombra de un naranjo, extrajo de su mochila una guía de viajes, y se dispuso a leer. “La Mezquita-Catedral, construida a partir del año 785 sobre la iglesia cristiana de San Vicente, e iniciada por Abderrahmán I fue objeto de ampliaciones durante el Califato de Córdoba, y tras la conquista cristiana en 1236 fue convertida en Catedral, para lo que se realizaron modificaciones, las más sustanciales y polémicas en 1523, cuando la parte central de la antigua sala de oración se transformó con los criterios propios de la arquitectura del Renacimiento…”,“…
con 23.400 metros cuadrados, fue la segunda mezquita más grande del mundo en superficie, por detrás de la Mezquita de la Meca, siendo sólo alcanzada posteriormente por la Mezquita Azul (Estambul,) y la Mezquita Hassan II (Casablanca)...” Como un turista más sacó su ticket de entrada y atravesó la “Puerta de Las Palmas” y si como de un truco de magia se tratara, se encontró inmerso en un bosque de ochocientas cincuenta columnas de mármol, jaspe y granito sobre las que se apoyan trescientos sesenta y cinco arcos de herradura de colores rojos y blancos. Buscó su bloc de notas, y no lo halló, con las prisas se le había olvidado en el hotel, no le importó, su memoria fotográfica le facilitaba el trabajo. Se adentró por rincones y escondrijos musulmanes y cristianos, en su cabeza iban brotando imágenes, personajes con rostro y cometido de su futura novela; la escena en el Mihrab, donde el escritor sitúa a la protagonista, una mujer de rasgos orientales, que ensimismada contempla el lugar más importante para los musulmanes, lugar donde debían mirar los que oraban y donde se albergaba el Corán. Hoy en día se puede admirar la riqueza de su decoración en cuyas paredes se ven escritas frases del libro sagrado, mención aparte es su cúpula una joya arquitectónica y artística. Los pocos turistas que van quedando se confunden con los feligreses, que poco a poco van llenando los asientos que dan al Altar Mayor y al Coro, de la actual Catedral cristiana dentro de las naves de la antigua mezquita. Era Jueves Santo y la curiosidad por contemplar in situ el fervor de un pueblo por sus tradiciones cristianas a pesar de su ateísmo, pudo más que el cansancio. Acabado el acto litúrgico se dirigió al hotel. En la calle miles de personas contemplaban el paso en procesión del Nazareno y La Caridad. Y como testigo de ello, la luna llena, protagonista muda de cada Semana Santa. Encendió su portátil y envió un e-mail a su editora: El Patio de los Sueños Olvidados es un hecho, los personajes fluyen en mi mente, dentro de cuatro meses tendrás el borrador sobre tu mesa.
LOS FONTES RERUM CANARIARUM NUESTRO PASADO AL ALCANCE DE TODOS El once de octubre de 1932 veía la luz en San Cristóbal de La Laguna el Instituto de Estudios Canarios. Fruto de su tiempo, esta institución surgió con el expreso deseo de cubrir el vacío de conocimiento que sobre la realidad más cercana tenían los planes de estudio de la Universidad de La Laguna.
La guerra civil impuso una parada en la publicación de títulos en el IEC, y las Fontes tardaron un poco más de tiempo que otras colecciones en retomar su actividad.
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ntre sus objetivos más inmediatos estuvo desde épocas muy tempranas el de Recuperar y conservar el acervo cultural y científico de autores canarios, antiguos y contemporáneos (Estatutos del IEC). Inspirados por Dominik Wölfel, formado en el entorno germánico y familiarizado con sus monumentales publicaciones de fuentes, que arrancaban del siglo XIX, pronto los miembros fundadores del Instituto se propusieron la publicación de todas aquellas obras interesantes para el conocimiento del pasado histórico de las Islas, haciendo accesible al público interesado un material que de otro modo sería de difícil consulta. La primera obra publicada en esta colección, justo un año después de la fundación del Instituto, fue la Conquista de la Isla de Gran Canaria (1933), con edición a cargo de Buenaventura Bonnet y Leopoldo de la Rosa. También sería otra crónica el segundo título de la colección, Una fuente contemporánea de la Conquista de Canarias. La “Crónica de los Reyes Católicos”, (1934) de Diego de Valera, editada en esta ocasión por Emilio Hardisson. La guerra civil impuso una parada en la publicación de títulos en el IEC, y las Fontes tardaron un poco más de tiempo que otras colecciones en retomar su actividad. Sin embargo la espera mereció la pena, porque en 1948 veía la luz Acuerdos del Cabildo de Tenerife I (1497-1507), una publicación que marcaría la senda de las futuras obras de la colección: la transcripción y publicación de documentos de archivo, si cabe aún más difíciles de consultar que las crónicas publicadas hasta el momento. A partir de ese momento la publicación de fuentes archivísticas ha sido una constante. Han visto la luz, en unas ocasiones transcritos completamente y en otras regestados ampliamente, los acuerdos del Cabildo de Tenerife entre su momento fundacional (1497) y 1549, y los de Fuerteventura entre 1660 y 1798. Además, la publicación de documentación municipal se completa con el Catálogo de Documentos del Concejo de la Palma (1501-1812), publicado en 1999 por Juan Ramón Núñez Pestano en colaboración con un nutrido grupo de especialistas. Sin embargo esta labor de publicación de documentos municipales no dejó de lado a la cronística sobre Canarias.
De esta forma vieron la luz obras fundamentales como Le Canarien (1959-1964) y la parte relativa a las Islas Canarias en la Saudades da Terra de Gaspar Frutuoso. Además, la labor de continua reflexión sobre nuestro pasado que lleva a cabo el IEC hizo que la obra fundacional de la Historia de Canarias, Le Canarien, fuera objeto de una profunda puesta al día recientemente por el equipo de investigación coordinado por Eduardo Aznar. En 1974 Manuela Marrero inició otra serie de incalculable valor para el conocimiento de nuestro pasado: la publicación de extractos de documentos notariales, seriados e indexados para facilitar su consulta. Con los Protocolos del escribano Juan Ruiz de Berlanga se abrió un camino que en la actualidad tiene hasta un total de once títulos dedicados a publicar extractos de escribanos que trabajaron en Tenerife en la primera mitad del siglo XVI, además de los índices de las escribanías de Vilaflor y El Hierro. Otro gran bloque temático que ha centrado el interés de esta colección ha sido el proceso de repartimiento de la isla de Tenerife tras su definitiva incorporación a la corona castellana. Así, los lectores interesados cuentan con la práctica totalidad de los libros de datas elaborados con motivo de dicho reparto, amén de la Reformación de ese repartimiento que planteó la Corona en 1506 (publicada en 1969 por E. Serra y L. de la Rosa). Por último, cabe destacar como otra de las principales aportaciones de las Fontes la de acercar a Canarias documentos elaborados por las instituciones de gobierno de la monarquía castellana y depositadas en sus archivos centrales, principalmente en el Archivo General de Simancas. En resumen, los más de cincuenta títulos publicados en la colección Fontes Rerum Canariarum hacen de ella una de las mejores series de documentación publicadas existentes en nuestro país, y ponen al alcance de todo aquél que esté interesado una ventana abierta a las realidades que vivieron los canarios de los siglos precedentes. Puede consultarse el catálogo completo de publicaciones en la página web del IEC, http://www.iecan.es. Roberto J. González Zalacain Universidad de La Laguna
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TRASHUMANCIA Y PASTOREO
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n primer lugar hay que dar como segura la existencia de un grupo humano de cierta densidad en torno al moderno pueblo de San Miguel de Abona, cuyo término quedaría ubicado de la antigua región de Chasna, con Granadilla y Vilaflor (Diego Cuscoy, 1962: 23). Los guanches introdujeron en la isla la cabra y la oveja, precisamente las dos especies menos exigentes al agua y a los pastos, las más resistentes a la influencia del clima y las más aptas para trashumar por tierra tan áspera y quebrada y al mismo tiempo tan montañosa como es esta isla. El tipo de oveja que vivía en la isla, no tenía lana y se corresponde con el tipo de oveja conocida como la de pelo liso y cola lanuda, un tipo de oveja que los conquistadores confundieron al verla con la cabra. (Actualmente un tipo similar de oveja, ha vuelto a ser introducida en algunas partes de la isla, y como ejemplo hay un criadero en la zona de Guargacho). Para Tenerife alude a ellas el poeta Antonio de Viana, quien al hablar de los animales de los guanches cita los carneros mochos (Viana, 1986: 235). No sabemos exactamente la especie de cabra que llega a Canarias, pero conocemos algunas características de la raza primitiva. Zeuner supone que la cabra importada por los primeros pobladores de las islas era del tipo Mamber del próximo Oriente (Diego Cuscoy, 1968: 105). Dado el elevado número de restos identificados, se pueden distinguir hasta el momento dos especies; una, con ornamenta cerrada, talla corta y ubre pequeña, muy adaptada a los desplazamientos amplios de trashumancia, y otra de mama más voluminosa y cornamenta abierta, utilizada en el pastoreo de costa (Del Arco et alií, 1987: 42). Toda la costa de Arona hasta la Punta de la Rasca, y la de Granadilla y San Miguel, entre la playa de Los Abrigos y Punta Roja, ofrecen las mismas características. Pero en la costa de Arona se extiende una mancha de malpaís sobre cuyas lavas se practicó un pastoreo semejante al practicado en los campos de lava de las Cañadas del Teide. Esta mancha de malpaís va de N. a S., desde Aldea Blanca a la playa de Las Galletas, y de E. a O., desde la montaña de Los Cereales hasta la montaña de Guaza (Diego Cuscoy, 1968: 79). Por todo ello se comprende el importante papel desarrollado en el que jugaron los caminos de desarrollo vertical, influyendo los numerosos profundos barrancos como el de La Orchilla, donde encontramos cuevas de habitación y sobre todo sepulcrales. Las extensas laderas de San Miguel hicieron posible un prolongado pastoreo, especialmente en torno a Vilaflor, que a sus 1.500 m. de altitud contaba con forraje fresco, incluso en pleno verano1. Teniendo en cuenta la aportación de las encuestas realizadas a pastores sobre las rutas o vías naturales utilizadas por estos y sus antepasados en el trayecto de los rebaños, se ha elaborado para nuestro municipio estos datos: (Delgado Gómez, 1995: 80-82)2. 1. De las Fuentes (San Miguel) a Las Cañadas: Punta del Bardo, Llano Negro, Chaval, Boca de la Cañada, Tiro del Guanche, Llano de Ucanca. 2. De Cabo Blanco a las Cañadas: Aldea, San Miguel, Garañanía, El Chorro, Suchova, Lomo Tieso, Los Llanitos, El Marrubial, Valle de Ucanca, Alto del Filo. 3. Del Roque (San Miguel) a las Cañadas: Camino de Vilaflor, Boca de Tauce a las Cañadas.
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Una de las características destacada en la cultura aborigen, es que se trataba de una sociedad agropastoril en las que existía una división por sexos y edades en función de ambas actividades, destacando la presencia de trashumancia estacional costa/montaña, lo que acentuaría el carácter ganadero de la sociedad aborigen. La presencia de trashumancia obliga a la organización de rebaños en los que se reúne el conjunto de ganados de un Menceyato, para iniciar conjuntamente el movimiento hacia los pastos de verano en la montaña. El pastor debía de poseer una serie de conocimientos sobre cuestiones muy variadas como: 1. Determinar el número de machos a seleccionar como reproductores. 2. Determinar el destino de los machos excedentes que podían o no ser castrados en función de su destino: comida, fiestas, ceremonias, etc. 3. Determinar el número de cabras que podían parir, en función de que hubiese o escasease la hierba en el momento de nacer los cabritos, lo que supondría conocimientos de climatología, ya que debería de vaticinar con al menos cinco meses de antelación si se producirían lluvias. 4. Conocimientos de veterinaria, para poder intervenir en la supervivencia del rebaño. Los conocimientos del medio ecológico serían los suficientes para asegurar agua y pastos para el ganado (González Antón y Tejera Gaspar, 1990: 125-127). La trashumancia ganadera obliga a la creación de un patrón de movilidad con enclaves de escasa entidad que permitan un refugio ante los rigores climáticos y que, al mismo tiempo, tengan buenas condiciones de visibilidad. Durante ese proceso de vigilancia y control, siempre desde lugares prominentes y con buena visibilidad de los tramos de los barrancos, los pastores dejan huella de su actividad mediante la talla móvil de útiles, esto es, la talla, reparación o transformación de sus útiles cotidianos fabricados en piedra durante el acto de vigilancia del ganado (Diego Cuscoy, 1968). por Raúl Melo Dait
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Lo que quizás no siempre obligaba a subir al Teide a pastorear. Hay que tener mucho cuidado en generalizar las rutas históricas de pastoreo con las aborígenes.
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Biblioteca Municipal ¡Estamos de Aniversario!
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e cuenta en esta historia que hace más de treinta años, siendo San Miguel de Abona un municipio muy preocupado desde sus orígenes por la educación de los sanmigueleros, inicia su trayectoria dando prioridad a la instrucción de sus niños y niñas. Por aquellos años, hacia el siglo XIX, se crean dos escuelas de primaria, la de niños y la de niñas. La primera ubicada en el lado norte de la iglesia (casa de la Oficina de Correos en la actualidad), para posteriormente ser trasladada hacia 1944 a la planta alta de la actual Biblioteca Pública. Como podemos ver, esta antigua casa que perteneció a la familia Alfonso Calzadilla, tiene una gran historia, pero hoy, como Biblioteca Pública merece toda nuestra atención, pues está de cumpleaños. Y para tener una idea o simplemente recordar como comenzó y cómo ha llegado a ser lo que es hoy en día, es necesario mencionar que durante 1979 los jóvenes sanmigueleros ponen todo su empeño en conseguir tan preciado centro. Es entonces cuando se organizan y como dice el dicho “en la unión está la fuerza”, manos a la obra en colaboración con el Ayuntamiento, vecinos, padres y amigos, vencen todos los obstáculos, principalmente el económico; habilitan el local, lo dotan con un pequeño fondo bibliográfico y abre sus puertas por primera vez al público el 15 de septiembre de 1979. San Miguel de Abona sigue creciendo, aumentan las necesidades y es en el año 2001 cuando se piensa en ampliar y remodelar la biblioteca. El 21 de abril de 2003, abre de nuevo sus puertas, pero esta vez ha aumentado su fondo bibliográfico y con algunas novedades avanza hacia la tecnología brindando a su público el acceso a internet. Hoy, cuando se cumplen 30 años, la Biblioteca Pública Municipal de San Miguel de Abona es un centro cultural, educativo y de ocio con un objetivo claro, el de brindar a sus usuarios la oportunidad de acceder a las puertas del
conocimiento, porque como dijo el gran poeta nicaragüense Rubén Darío: “El libro es fuerza, es valor, es fuerza, es alimento; antorcha del pensamiento y manantial de amor”. Con sus salas de lectura y estudio, infantil, de Canarias y de informática, se abren alternativas de búsqueda de información y estudio. Han sido 30 años de crecimiento y disponibilidad donde los sanmigueleros y el público en general son la prioridad y como “La base de toda educación es cuestión de corazón”1 , este antiguo edificio con sus recursos materiales y humanos basa su calidad en los intereses y deseos de su población, enfrentándose a nuevos retos. Son 30 años que esperan multiplicarse, parece mucho y a la vez poco tiempo, pero como dice un gran poeta: “Donde se quiere a los libros, también se quiere a los hombres”2 . ¡Feliz Aniversario! Ingerlise Naranjo Álvarez
1 Juan Bosco: Sacerdote católico y escritor italiano del siglo XIX 2 Heinrich Heiner: Destacado poeta y periodista alemán del siglo XIX.
“Corre, tren, corre sobre mi pena; oscurece mi dolor con tu humo negro como la cabellera del demonio, aleja de mi alma el drama entero de mi existencia rota, de mi presente de lucha, de mi porvenir incierto...” Mercedes Pinto
Un paseo por la Biblioteca Municipal Él Mercedes Pinto nació en San Cristóbal de La Laguna en 1883, en el seno de una familia culta y acomodada, su padre fue el escritor y crítico literario Francisco María Pinto, que murió cuando Mercedes tenía dos años. En 1909 contrajo matrimonio con el capitán de la Marina Juan de Foronda y Cubillas, con quien tuvo tres hijos. Tras unos años complicados, marcados por los problemas mentales que padecía su esposo, consiguió internar a éste en una clínica psiquiátrica y se trasladó a Madrid. Allí conoció a Rubén Rojo, que sería su segundo marido y con quien tuvo dos hijos más.
Su novela más conocida fue “Él”, que se publica en Montevideo en 1926 y tuvo varias ediciones en Hispanoamérica y España. Con la novela “Él”, Mercedes Pinto reclama a gritos el derecho a la ley del divorcio. Es una obra con matices autobiográficos ya que en ella plasma el sufrimiento y los momentos de angustia que reflejan las situaciones como las que la propia escritora padeció directamente, mostrando con el estilo directo y sencillo que la caracteriza, un relato que va mas allá de su claro contenido. Mercedes Pinto fue una escritora demasiado adelantada para su época y para un país tan católico como España, marcando una trayectoria con su exilio en Uruguay donde además continuó su camino con decisión tras haber sido desterrada por el Dictador Primo de Rivera gracias a su innovadora ponencia que el 25 de noviembre de 1923 leyó en la Universidad de Madrid: “El divorcio como medida higiénica”. Esta trayectoria y su adelantada visión han hecho que este año haya sido elegida como la protagonista del Día de las Letras Canarias, que se celebra todos los años el 21 de febrero.
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COLECCIONABLE DE COCINA En esta ocasión La Tajea ha querido acercarse a La Pimienta Verde, tascarestaurante que lleva más de cinco años trabajando en nuestro municipio. Atendida por Miguel Torrubio y Herminia Estévez, podremos disfrutar de un ambiente acogedor donde todos los detalles están cuidados, especialmente en sus platos, destacando las mejores carnes, como es el caso del novillo o buey, ofreciendo novedades casi a diario en sus platos entrantes, deleitando con grandes vinos canarios, además de los Ribera del Duero o los Rioja.
TASCA-RESTAURANTE LA PIMIENTA VERDE CARRETERA GENERAL DEL SUR, 39 - TFNO: 922 16 72 75 SAN MIGUEL DE ABONA CERRADO DOMINGO TARDE Y LUNES
Espárragos Trigueros Ingredientes: 8 espárragos Jamón de pavo Queso mozarella Salsa de yogur
Preparación:
Cogollos de Tudela a la pimienta verde Ingredientes: Ajos laminados Cogollos Bacalao ahumado Gambas cocidas Aceite Vinagre Balsámico Sal
Preparación: Freír los ajos con aceite, añadir vinagre y sal y remover. Poner el bacalao ahumado y las gambas sobre los cogollos, añadir los ajos como toque final y presentar.
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Se saltean los espárragos, se pone la loncha de jamón sobre ellos y se gratinan junto con el queso durante 10 min. Como toque final se le añade la salsa de yogur por encima.