Mi Dominguito - Nuestra Señora de Guadalupe 2021

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Guadalupe Nuestra Señora

de

-Subsidio para la Celebración litúrgica-


San Pablo México está cerca de ti , por eso, te obsequiamos el semanario “Mi Dominguito” en su formato digital, para que continúes disfrutando de las lecturas de la misa y de las actividades que hemos preparado para ti. ¡Que Jesús Maestro te acompañe y te bendiga siempre!

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La -Las Virgen de Guadalupe apariciones de Nuestra SeñoraUn sábado, a pocos días del mes de diciembre de 1531, un natural, de nombre Juan Diego, acudió muy de madrugada en pos del culto divino. Al llegar junto al cerrillo llamado Tepeyac, oyó que le decían desde lo alto: “Juanito, Juan Dieguito”. Así que decidió subir al cerro para ver de dónde le llamaban. Se maravilló mucho de ver a una Señora de sobrehumana grandeza; su vestidura era radiante como el sol. Ella le dijo: “Sabe y ten entendido que soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios por quien se vive. Deseo vivamente que se erija aquí un templo para dar todo mi amor y defensa, pues yo soy su piadosa madre. Y para realizar lo que mi clemencia pretende, ve al palacio del Obispo de México a manifestarle que es mi deseo que aquí me edifiquen un templo”. Juan Diego bajó para cumplir su mandato. Apenas llegó al palacio, trató de ver al señor Obispo y rogó a sus criados que fueran a anunciarle. Luego entró y le dio el mensaje de la Señora del cielo. El Obispo, después de oír toda su plática, pareció no darle crédito.


Entonces Juan Diego regresó y se encontró con la Señora del cielo, que estaba esperándolo allí mismo donde la encontró por primera vez. Al verla, le dijo: “Señora, la más pequeña de mis hijas, fui adonde me enviaste para cumplir tu mandato: vi al prelado y expuse tu mensaje, pero no lo tuvo por cierto; por ello, te ruego que alguno de los principales lleve tu mensaje”.

Le respondió la Santísima Virgen: “Mucho te ruego, hijo mío, que mañana vayas de nueva cuenta a ver al Obispo y le hagas saber por entero mi voluntad”. Así pues, el domingo salió de su casa y marchó derecho a Tlatelolco. Puso todo su empeño en ver al Obispo, pero éste otra vez no le dio crédito y dijo que no sólo por su plática y solicitud había de hacer lo que pedía; que era necesaria alguna señal.

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Al día siguiente, Juan Diego ya no volvió al lugar del encuentro con la Virgen porque cuando llegó a su casa, su tío Juan Bernardino se hallaba muy en enfermo. Por la noche, su tío le rogó que saliera de madrugada rumbo a Tlatelolco para buscar al sacerdote y pedirle que fuera a confesarle. El martes, muy de madrugada, Juan Diego salió de su casa rumbo a Tlatelolco para encontrar al sacerdote; dio la vuelta al cerro para que no le detuviera la Señora del cielo, pero ella salió a su encuentro y le dijo: “Oye y ten entendido que es nada lo que te aflige. ¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre? ¿No estás por ventura en mi regazo? No te aflija la enfermedad de tu tío, pues no morirá de lo que ahora tiene. Ten por cierto que ya sanó”. Luego le dijo: “Sube a la cumbre del cerrillo, allí hallarás diferentes flores; córtalas, baja y tráelas a mi presencia”.

Al punto subió Juan Diego al cerrillo. Luego empezó a cortarlas, las juntó todas y las echó en su regazo. Después bajó y mostró las diferentes rosas que había cortado. La Señora del cielo las cogió con su mano y otra vez se las echó en el regazo diciéndole: “Ésta es la señal que llevarás al Obispo. Tú eres mi embajador, muy digno de confianza. Te ordeno que sólo delante de él despliegues tu manta y descubras lo que llevas”.

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Juan Diego se puso en camino. Al llegar al lugar donde estaba el Obispo, le dijo: “Señor, hice lo que me ordenaste y la Señora del cielo condescendió benignamente a lo que pides, aquí está la prueba para que se cumpla su voluntad. Helas aquí: recíbelas”. Luego desenvolvió su manta y de repente apareció la preciosa imagen de la siempre Virgen Santa María, Madre de Dios, de la misma manera en que está y se guarda en su templo del Tepeyac. Hoy la llamamos Guadalupe.

Extracto del Nican Mopua, de Don AntonioValeriano.

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Celebración Eucarística

12 de Diciembre | Nuestra Señora de Guadalupe

Ritos iniciales Antífona de entrada Una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.

Acto penitencial Sacerdote: Para celebrar dignamente estos sagrados misterios, reconozcamos nuestros pecados. (Se hace una breve pausa de silencio.) Sacerdote: Defensor de los pobres: Señor ten piedad. R. Señor, ten piedad. Sacerdote: Refugio de los débiles: Cristo ten piedad. R. Cristo, ten piedad. Sacerdote: Esperanza de los pecadores: Señor ten piedad. R. Señor, ten piedad.

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Gloria Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo; Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.

Oración colecta Dios, Padre de misericordia, que has puesto a este pueblo tuyo bajo la especial protección de la siempre Virgen María de Guadalupe, Madre de tu Hijo, concédenos, por su intercesión, profundizar en nuestra fe y buscar el progreso de nuestra patria por caminos de justicia y de paz. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

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Liturgia de la Palabra Primera lectura Del libro del Sirácide (Sir 24, 23-31)

Yo soy como una vid de fragantes hojas y mis flores son producto de gloria y de riqueza. Yo soy la madre del amor, del temor, del conocimiento y de la santa esperanza. En mí está toda la gracia del camino y de la verdad, toda esperanza de vida y de virtud. Vengan a mí, ustedes, los que me aman y aliméntense de mis frutos. Porque mis palabras son más dulces que la miel y mi heredad, mejor que los panales. Los que me coman seguirán teniendo hambre de mí, los que me beban seguirán teniendo sed de mí; los que me escuchan no tendrán de qué avergonzarse y los que se dejan guiar por mí no pecarán. Los que me honran tendrán una vida eterna. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

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Salmo responsorial (Sal 66) R. Que te alaben, Señor, todos los pueblos. L. Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora. / R. L. Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia; con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones. / R. L. Que te alaben, Señor, todos los pueblos, que los pueblos te aclamen todos juntos. Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el mundo entero. / R.

Segunda lectura De la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas (Gál 4, 4-7)

Hermanos: Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estábamos bajo la ley, a fin de hacernos hijos suyos. Puesto que ya son ustedes hijos, Dios envió a sus corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: “¡Abbá!”, es decir, ¡Padre! Así que ya no eres siervo, sino hijo; y siendo hijo, eres también heredero por voluntad de Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

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Aclamación antes del Evangelio Aleluya, aleluya. Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios mi Salvador. Aleluya, aleluya.

Evangelio Del santo Evangelio según san Lucas (Lc 1, 39-48)

Gloria a Ti, Señor.

En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la criatura saltó en su seno. Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor”. Entonces dijo María: “Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi Salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava”. Palabra del Señor. Gloria a Ti, Señor Jesús.

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Profesión de fe Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo [en las palabras que siguen, hasta “se hizo hombre”, todos se inclinan], y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

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Oración universal Sacerdote: Por intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe, imploramos la misericordia de Dios para nosotros y para el mundo entero. Digamos juntos: Escúchanos, Padre. 1. Por la Iglesia de México: para que sea vivo reflejo de aquella santidad que resplandece en la Madre de Dios, María de Guadalupe. Roguemos al Señor. 2. Por nuestra patria dañada por la violencia, el miedo y la inseguridad: para que renazca entre nosotros la esperanza, la justicia y la paz. Roguemos al Señor. 3. Por nuestras familias: para que aprendamos a querernos más y nos ayudemos a crecer en la fe y en la esperanza. Roguemos al Señor. 4. Por los que sufren y se sienten decaídos: para que la fortaleza de María sea su consuelo y nosotros su refugio. Roguemos al señor. Sacerdote: Padre santo, escucha las peticiones que te dirigimos, asístenos por la intercesión de Santa María de Guadalupe, madre de este pueblo tuyo, y concédenos lo que con fe te hemos pedido. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. ¡Prohibída su reproducción total o parcial!


Liturgia Eucarística Sacerdote: Oren, hermanos, para que este sacrificio, mío y de ustedes, sea agradable a Dios Padre todopoderoso. Todos: El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.

Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor, los dones que te presentamos en esta solemnidad de nuestra Señora de Guadalupe, y haz que este sacrificio nos dé fuerza para cumplir tus mandamientos, como verdaderos hijos de la Virgen María. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Antífona de la comunión (Cfr. Sal 147, 20) No ha hecho nada semejante con ningún otro pueblo; a ninguno le ha manifestado tan claramente su amor.

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Comunión Espiritual Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, te pido que vengas al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya os hubiese recibido, te abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén

Oración después de la comunión Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que acabamos de recibir en este sacramento, nos ayuden, Señor, por intercesión de Santa María de Guadalupe, a reconocernos y amarnos todos como verdaderos hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Rito de Conclusión Sacerdote: Que Dios, cuya providencia amorosa quiso redimir al género humano por medio del Hijo santísimo de la Virgen María, los colme de sus bendiciones. R. Amén. Sacerdote: Que experimenten siempre la protección de la Virgen, por quien han recibido al autor de la vida. R. Amén. Sacerdote: Que a todos los que se han reunido hoy para celebrar con devoción esta fiesta de María Virgen de Guadalupe, el Seño les conceda los goces espirituales y los premios del cielo. R. Amén. Sacerdote: Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y permanezca para siempre. R. Amén. ¡Prohibída su reproducción total o parcial!


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