-el Nacimiento de Cristo -la Presentación del Niño Jesús en el templo -el Niño Jesús perdido y hallado en el templo -las Bodas de Caná -María al pie de la cruz. Recordar las apariciones de la Virgen. En Fátima, Portugal; en Lourdes, Francia y en el Tepeyac, México. La Virgen entrega diversos mensajes, todos relacionados con el amor que Ella nos tiene a nosotros, sus hijos. Meditar en los cuatro dogmas acerca de la Virgen María que son: 1. Su inmaculada concepción: A la única mujer que Dios le permitió ser concebida y nacer sin pecado original fue a la Virgen María porque iba a ser madre de Cristo. 2. Su maternidad divina: La Virgen María es verdadera madre humana de Jesucristo, el hijo de Dios. 3. Su perpetua virginidad: María concibió por obra del Espíritu Santo, por lo que siempre permaneció virgen. 4. Su asunción a los cielos: La Virgen María, al final de su vida, fue subida en cuerpo y alma al Cielo. Recordar y honrar a María como Madre de todos los hombres. Reflexionar e imitar las principales virtudes de la Virgen María. María era una mujer de profunda vida de oración, vivía siempre cerca de Dios. Era una mujer humilde, es decir, sencilla; era generosa, se olvidaba de sí misma para darse a los demás; tenía gran caridad, amaba y ayudaba a todos por igual; era servicial, atendía a José y a Jesús con amor; vivía con alegría; era paciente con su familia; sabía aceptar la voluntad de Dios en su vida.
Vivir una devoción real y verdadera a María, esforzándonos por vivir como hijos suyos. A María le agrada que, como hijos suyos, acudamos siempre a ella, para platicarle todo lo que nos pasa, hacer lo que sabemos le agrada, confiar plenamente en su poderosa intercesión. Imitar sus virtudes, demostrarle todo nuestro cariño, haciendo lo que espera de nosotros. Rezar en familia. Santo Rosario, Ángelus, consagrarnos cada día a su Corazón Inmaculado, tres Ave Marías al acostarte.(Para honrar a la Santísima Trinidad; dando gracias, pidiendo perdón y ayuda), etc.
“Es tan agradecida y generosa la Reina de los ángeles, que por cortos servicios y obsequios de sus siervos retribuye gracias y favores muy crecidos y señalados. Mas para merecerlos, dos cosas son menester; la una, que le ofrezcamos nuestros obsequios con el alma libre del pecado, porque, si no, fácilmente nos podrá decir lo que le dijo a un soldado vicioso que todos los días la veneraba con alguna devoción, y al cual, estando una vez casi para morir de
hambre, se le apareció, trayéndole una comida exquisita, pero dentro de una vasija tan sucia, que el soldado no tuvo ánimo para alargar la mano: “Yo soy –le dijo entonces- María, la Madre de Dios y he venido a darte de comer”. “Pero, Señora –respondió el soldado- ¿cómo lo he de comer ahí donde viene?” “Y ¿cómo quieres tú –replicó la Virgen- que acepte yo tus devociones, si me las ofreces con el alma tan manchada?” Estas palabras bastaron para conmoverle y convertirle, pues, se hizo ermitaño, y pasados treinta años en el desierto, a la hora de la muerte se le volvió a aparecer la Santísima Virgen para llevárselo consigo al cielo. Dijimos en la primera parte que, moralmente hablando, no es posible que se condene ningún devoto de María; pero se ha de entender a condición de vivir sin pecado, porque así la Virgen Santísima le ayudará sin duda. Pero quien, al contrario, quiera seguir pecando, con la esperanza de que la Virgen le ha de salvar, se hará por su culpa indigno de su soberana protección. Por segunda condición se pide la perseverancia en la devoción de la dulcísima Señora. Siendo joven Tomás de Kempis, tenía costumbre de rezarle cada día algunas devociones. Un día las dejó; después, por algunas semanas no las dijo tampoco, y últimamente las dejó del todo. Vio una noche en sueños, a María Santísima abrazando a sus compañeros y llegando a él le dijo: “¿Qué esperas tú? Retírate, que no eres digno de mis abrazos”. Despertó con esto el joven, despavorido, y tuvo buen
cuidado de comenzar de nuevo sus devociones. No hay que dudarlo: todo el que lo logre con la perseverancia el favor de María, será dichoso, porque todas las cosas le sucederán bien…”
AVISO IMPORTANTE
APOSTOLADO DE LA ORACIÓN “Un servicio a la Iglesia desde el Corazón de Cristo.”
Mayo: Mes de María
“Las Glorias de María” de San Alfonso María de Ligorio.
Dios mediante, el próximo Viernes 11 de Junio de 2010, estaremos celebrando la Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. Invitamos a todos los miembros del Apostolado de la Oración a intensificar en este mes, de manera especial-, su ofrecimiento diario al Sagrado Corazón de Jesús, (obras, oraciones, sufrimientos y alegrías) pidiéndole derrame abundantes gracias…y llame a este servicio más almas dispuestas a ofrecerse a Dios Padre, por el Espíritu Santo, para apresurar el triunfo prometido por su dulce Corazón. “LA ORACIÓN ES EL ALMA DE TODO APOSTOLADO” Dom J.B. Chautard
Mayo se viste de gala en el esplendor de la primavera. El campo se inunda con flores hermosas, ofreciendo a la vista un paisaje majestuoso, flores que, con amor, ofrendamos a la más bella Flor, a la Flor Preciosa, siempre hermosa, de fragancia sin igual, que perfuma todo el ambiente y sana la humanidad: María, Madre de Dios y Madre nuestra. En algunos países del mundo, la Iglesia dedica a la Virgen María el mes de Mayo para conocer mejor sus virtudes y amarla más. A continuación se mencionan algunas ideas prácticas para obsequiar a la Reina del Cielo: Ofrecimiento de flores a la Virgen. Este es el mejor regalo que podemos hacerle a la Virgen. Regalar flores es una manera que tenemos las personas para decirle a alguien que la queremos mucho. A la Virgen le gusta que le llevemos flores. Hagámosle, cada día, una Corona de Rosas espirituales (Santo Rosario). Reflexionar en los principales misterios de la vida de María. Reflexionar implica hacer un esfuerzo con la mente, la imaginación y, también, con el corazón, para profundizar en las virtudes que la Virgen vivió a lo largo de su vida. Podemos meditar en cómo María se comportó, por ejemplo, durante: -la Anunciación -la Visita a su prima Isabel