Lengua โ ข Prรกcticas del lenguaje Laura Bongiovanni
Coordinaciรณn de la serie: Claudia Broitman
AGENDA PERSONAL
CAPÍT
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ULO
En las próximas páginas encontrarás una AGENDA donde anotar cosas que no tenés que olvidar: fechas de cumpleaños, visitas o festejos especiales, los días en que hay pruebas, la fecha para devolver el libro que pediste prestado en la biblioteca, por ejemplo. Como todas las agendas, se va completando poco a poco, a lo largo del año. En enero y febrero, la mayor parte de los chicos no van a la escuela. En tu agenda, vas a encontrar en esos meses relatos que hablan del tiempo libre. Podés agregar allí
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lo que vos hiciste en esos días sin clases.
ENTRE TODOS ¿Usaron alguna vez una agenda? ¿Conocen a alguien que tenga una? ¿Qué sería lo primero que anotarían en el mes de marzo?
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DATOS PERSONALES
ENERO DOMINGO
LUNES
MARTES
MIÉRCOLES
JUEVES
VIERNES
SÁBADO
Cosas de nenas Hoy es mi cumpleaños, y a mí me encanta cumplir años. Porque justo es en enero que estamos todos de vacaciones, y entonces pueden venir mis amigos y quedarse un montón de tiempo, total no hay clases, y a veces los varones arman un partido de fútbol en el fondo de mi casa y me tienen que dejar jugar porque es mi cumpleaños. A Rocío no le gusta que yo juegue al fútbol porque dice que no es de nenas. Y siempre me regala moños y vinchas y quiere que me ponga brillitos en los ojos que a mí me dan asco porque te dejan la cara pegoteada. Aunque también es cierto que fue ella la que me regaló el diario, parece que escribir sí es de nenas, y eso estuvo bueno. Pero igual no le hice corazones en la primera página como ella quería. Entonces el día de mi cumpleaños iba a ser así […] Los chicos arman el partido de fútbol en el fondo y nos dejan jugar a todas. Hasta Rocío juega. Me parece que si jugamos muchas capaz que sí es de nenas. Florencia Gattari. En Una tarde, tres historias. Buenos Aires, Sigmar, 2011, pág. 6 (fragmento).
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Lo más divertido que me pasó en enero:
febrero DOMINGO
LUNES
MARTES
MIÉRCOLES
JUEVES
VIERNES
SÁBADO
De campamento Tom despertó a los otros dos piratas, y los tres echaron a correr dando gritos y en un instante estaban persiguiéndose y saltando unos sobre otros en el agua limpia y poco profunda de blanquísima arena. Los tres se fueron a un recodo del río y echaron los aparejos de pesca. No habían aún tenido tiempo para impacientarse cuando ya tenían atrapadas un par de hermosas percas, un pez-gato y otros pescados del río Misisipí. Volvieron al campamento, frescos y vigorizados, locos de contentos y con un hambre rabiosa, y enseguida reanimaron el fuego y se levantaron las llamas de la hoguera. Frieron los peces con el tocino, y se maravillaron de que nunca habían probado peces tan exquisitos. Después del desayuno echaron a andar a través del bosque, en viaje de exploración. Se sentían héroes. Pero cuando volvieron, empezaron a envolverlos las tinieblas de la noche, cesó poco a poco la charla, y permanecieron mirando el fuego, con el pensamiento vagando lejos de allí. El entusiasmo había desaparecido. Al fin Joe, tímidamente, les tendió un disimulado anzuelo para ver cómo los otros tomarían la idea de volver a casa... “No ahora precisamente, pero...”. Mark Twain. En Tom Sawyer. Buenos Aires. Anaya Infantil y Juvenil, 2005 (fragmento).
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El mejor día de mis vacaciones:
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AGENDAR: FERIADOS CUMPLEAÑOS
DÍAS DE PRUEBA
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AGENDAR: FERIADOS CUMPLEAÑOS salidas
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CANCIÓN DEL INVIERNO
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Es mediodía.
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Un parque.
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Invierno.
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Blancas sendas;
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simétricos montículos
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y ramas esqueléticas.
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Bajo el invernadero,
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naranjos en maceta,
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y en su tonel,
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pintado de verde,
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la palmera.
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DÍAS DE PRUEBA
Antonio Machado (fragmento).
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AGENDAR: FERIADOS CUMPLEAÑOS VACACIONES DE INVIERNO
DÍAS DE PRUEBA
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agosto
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LA PRIMAVERA
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La primavera ha venido.
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Nadie sabe cómo ha sido.
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Ha despertado la rana,
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el almendro ha florecido.
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La primavera ha venido.
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Nadie sabe cómo ha sido.
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AGENDAR: FERIADOS CUMPLEAÑOS Salidas
DÍAS DE PRUEBA
Antonio Machado (fragmento).
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CANDOMBE DE LAS
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ESTACIONES
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Llegó en patines
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se fue en velero
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salió el verano
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de mi sombrero.
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Bombo, bombilla,
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bombo bombero,
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salió el verano
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de mi sombrero.
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AGENDAR: FERIADOS CUMPLEAÑOS salidas
DÍAS DE PRUEBA
Silvia Schujer. En A la rumba luna. Buenos Aires, Alfaguara infantil, 2007 (fragmento).
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diciembre
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noviembre
para leer, escribir y revisar Entre todos 1. Relean un fragmento del texto “Cosas de nenas” , de Florencia Gattari. Cosas de nenas A Rocío no le gusta que yo juegue al fútbol porque dice que no es de nenas. Y siempre me regala moños y vinchas y quiere que me ponga brillitos en los ojos que a mí me dan asco porque te dejan la cara pegoteada. Aunque también es cierto que fue ella la que me regaló el diario, parece que escribir sí es de nenas, y eso estuvo bueno. Pero igual no le hice corazones en la primera página como ella quería.
2. Señalen con color las palabras que empiezan con mayúsculas y expliquen por qué piensan que las llevan en cada caso.
3. Lean las siguientes oraciones. A Rocío no le gusta que yo juegue al fútbol porque dice que no es de nenas. A la mañana temprano, el pasto estaba cubierto de rocío.
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Completen la explicación. En la primera oración, Rocío empieza con mayúscula porque En la segunda, en cambio, rocío empieza con minúscula porque
4. Revisen si, cuando agendaron los cumpleaños de compañeros, amigos o familiares, escribieron sus nombres empezando con mayúsculas.
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para leer y escribir solos Fecha: Nombre y apellido:
1. Leé otra anécdota del tiempo libre. Una visita al zoológico
Nos sentamos y fingimos que comíamos. Jose Mauro Vasconcelos. En Mi planta de naranja lima. Buenos Aires, El Ateneo, 2010 (fragmento).
2. Vos también podés imaginarte una visita al Jardín Zoológico. Escribí en tu cuaderno una anécdota que pueda ocurrir mirando a la jaula de alguno de los animales.
3. Escribí en tu cuaderno una anécdota de tus primeros días en tercero.
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–Zezé, ¿me vas a llevar al Jardín Zoológico? Era gracioso oír cómo mi hermanito pronunciaba todo sin equivocarse. Lo tomé de la mano y salimos para la gran aventura del fondo. Llegamos junto al gallinero viejo. Las dos gallinitas claras estaban picoteando. –Primero vamos a comprar las entradas. Dame la mano, los niños pueden perderse en esta multitud. ¿Ves cómo está de lleno los domingos? En la boletería, metí la mano en el bolsillo y pregunté: –¿Hasta qué edad no pagan los niños? –Hasta los cinco años. –Entonces, una, por favor. Tomé dos hojitas de naranjo como billetes, y fuimos entrando. Caminábamos despacio, viéndolo todo. –Y ahora, Zezé, ¿qué vamos a visitar? –Vamos a la jaula de los monos. Compramos bananas y las arrojamos a los animales. Sabíamos que eso estaba prohibido, pero como había tanta gente los guardianes ni se daban cuenta. –Lo que yo quería era ver a los leones. –Vamos para allá. Pero él quiso acariciar la cabeza de la pantera negra... –¡Qué idea, muchachito! Esa pantera es el terror del Zoológico. Luis puso cara de miedo y sacó el brazo. –¿Vino del circo? –Sí. –¿De qué circo, Zezé? Pensé y pensé. ¿Qué nombre podía tener el circo? ¡Ah, ya estaba! Había venido del circo Rozemberg. –¿Pero esa no es la panadería? Cada vez era más difícil engañarlo. –No, esa es otra. Mejor sentémonos a comer la merienda.
NOVELAS PARA TODO EL AÑO Estás invitado a elegir novelas, a buscarlas en la biblioteca de la escuela, en otra biblioteca o en una librería, conseguir un señalador e iniciar la aventura de leer varias novelas durante tercero. En las novelas vas a encontrar la historia de un personaje principal y de otros personajes que acompañan al protagonista a lo largo de varios capítulos. Leés por un rato, colocás el señalador en la página hasta la que llegaste y retomás allí mismo la historia al día siguiente. Así, hasta el final. A continuación, encontrarás los títulos y algunos fragmentos de varias novelas. Podés elegir entre estas o leer alguna que te propongan tus maestros o bibliotecarios en la escuela.
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MES
NOVELA ELEGIDA
AUTOR
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Algo maravilloso, terrible y extraordinario
Título: Tengo un monstruo en el bolsillo Autora: Graciela Montes País: Argentina Año de la primera publicación: 2000 Capítulos: 11
Inés, tan flaquita y silenciosa, tan tímida, tan pequeña, tiene un deseo muy grande de que le sucedan cosas maravillosas, terribles y extraordinarias. Fijate en tu bolsillo. ¿No tendrás allí escondida alguna de esas cosas que Inés
Ahí fue cuando metí las manos en el bolsillo del delantal y sentí algo peludo, tibio y que, además, mordía […] mi monstruo y yo entramos en contacto por primera vez y yo quedé muy impresionada. No me pregunten cómo fue que no pegué un grito. A veces yo misma me sorprendo de mi silencio… Tal vez estaba tan llena de rabia que no podían salirme los sonidos […] Tampoco me entretuve tratando de imaginarme qué clase de bicho podría haberse metido en el bolsillo de mi delantal (recién planchado), porque desde el primer momento tuve la sensación de que no era algo normal, sino algo Maravilloso, Terrible y Extraordinario. […] Me encerré en el baño con mi bolsillo, dispuesta a mirar mejor lo que había adentro. Lo abrí con cuidado, desde el borde: la pelota peluda seguía allí, hinchándose y deshinchándose con mucha fuerza. También resoplaba un poco. Muy despacito fui acercando un dedo… Fue espantoso. La pelota peluda se abrió de pronto en dos y mostró dos hileras de dientes filosos como agujas y, ¡ay!, me mordió. –¿Qué te pasa, Ine? –me preguntó Paula, que cuidaba la puerta. –Nada, se me rompió una uña. En la yema del dedo tenía seis marcas, seis mordidas, y despacito, despacito, empezaban a inflarse unos globitos de sangre. [...]
¿Qué harías si encontraras en el fondo de tu bolsillo una “pelota peluda” con dientes filosos que te muerden? ¿Te gustaría averiguar si esta “pelota peluda” resulta ser eso Maravilloso, Terrible y Extraordinario que tanto desea Inés?
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desea?
Título: Cuentos a salto de canguro
Los siete saltos de Bumbuki
Autora: Elsa Bornemann País: Argentina Año de la primera publicación: 1977 Capítulos: 7
Una mañana, un pequeño canguro decide alejarse de la pradera donde nació y salir a recorrer el mundo. Lo sorprendente de esta novela es que
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los papás del cangurito ¡le dan permiso! El sol no había empezado aún a iluminar la pradera. Por eso, los eucaliptos dormían. Y también los cisnes, las cacatúas, los avestruces, las ardillas y los canguros. A primera vista, parecía que los árboles y los animales que allí vivían estaban dormidos. Todos dormidos. Pero solamente “parecía”, porque mirando con un poquito de atención, podía verse una sombrita saltarina que iba de aquí para allá, y escuchando con otro poquito de atención, podían oírse sus pisadas sobre los pastos. Era la sombra de Bumbuki, el cangurito, que esa noche no había logrado cerrar los ojos para soñar como los demás: tenía un deseo. Un deseo tan fuerte que le había hecho dar vueltas durante toda la noche. Un deseo que le agitaba las largas orejas, que le cosquilleaba en la pancita blanca, que le hacía abanicar la cola… Y un deseo es ganas… ganas… ganas… ¿Ganas de qué? Ah… Ese secreto solamente podía contárselo a sus padres. Por eso, Bumbuki estaba muy impaciente, esperando la mañana para que se despertaran. Un saltito hacia atrás… Un saltito para el costado… Un saltito más y otro… y otro… Por fin, mamá cangura se desperezó. Su bostezo sonó como una sirena y despabiló a papá canguro. Los dos miraron entonces a Bumbuki, se miraron luego asombrados y exclamaron a la par: –¿Qué te pasa, hijo? ¿Por qué estás levantado tan temprano? ¿Te duele algo? –No, no se asusten. Me siento bien –respondió Bumbuki. –¡Ah, ya sé! ¡Tienes hambre! –dijo la mamá, disponiéndose a preparar el desayuno de hierbas. –No, no tengo hambre. –¡Tienes sed! –dijo el papá–. Te acompaño al lago. –No, no tengo sed. –¿Entonces, se puede saber qué tienes? –le preguntaron extrañados. –Tengo… ¡tengo ganas! ¡Tengo ganas! ¡Ganas de viajar! Mamá y papá canguro dieron un salto de sorpresa: –¿Viajar? –¡Sí! ¡Quiero viajar! –¿Ya no te gusta la pradera? –Sí, me gusta y la quiero tanto como a ustedes. Pero necesito conocer el mundo. ¡Y el mundo no termina en esta pradera! –Es cierto, hijo. Tienes razón. Puedes salir de viaje hoy mismo –dijo el papá. [...]
¿Volverá alguna vez Bumbuki a su pradera?
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De la mano de Alicia
Título: Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas Autor: Lewis Carroll País: Gran Bretaña
Alicia sigue a un Conejo Blanco y llega a un lugar
Año de la primera publicación: 1865 Capítulos: 12
extraño, donde resulta tan fácil encogerse como aumentar de tamaño en un abrir y cerrar de ojos. Capítulo 1
Cayendo por la conejera
¿Oíste hablar de la Reina de Corazones? ¿Sabés que Alicia se encuentra con un gato que desaparece lentamente? Empieza a desaparecer por la cola y, al final, queda flotando en el aire su sonrisa.
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Alicia empezaba a sentirse muy aburrida de estar sentada junto a su hermana a la orilla del río, y de no tener nada que hacer. Había curioseado una o dos veces en el libro que su hermana leía, pero este no tenía ilustraciones ni diálogos, y “¿para qué sirve un libro sin ilustraciones ni diálogos?”, pensó Alicia. De manera que estaba considerando (lo mejor que podía, porque el día caluroso la tenía muy somnolienta y atontada) si el placer de tejer una guirnalda de margaritas valdría la molestia de levantarse y recoger las flores, cuando súbitamente pasó corriendo a su lado un Conejo Blanco de ojos rosados. No había nada excesivamente extraordinario en eso. Ni Alicia consideró excesivamente extraordinario oír que el Conejo se decía: –¡Ay, Dios mío! ¡Ay, Dios mío! ¡Llegaré demasiado tarde! (Cuando pensó en el asunto tiempo después, a Alicia se le ocurrió que debería haberse maravillado; sin embargo, en aquel momento todo le resultó perfectamente natural.) Pero cuando el Conejo realmente sacó un reloj del bolsillo de su chaleco, miró la hora y apuró la carrera, Alicia se levantó de un salto, porque comprendió de pronto que nunca había visto un conejo con chaleco, ni con un reloj para sacar del bolsillo del chaleco; y ardiendo de curiosidad, corrió tras él a través del campo, justo a tiempo para verlo desaparecer en una gran conejera bajo el cerco. [...]
El poder de la niña
Título: Matilda Autor: Roald Dahl País: Gran Bretaña Año de la primera publicación: 1988 Capítulos: 21
Matilda es una niña que logra mover objetos con la
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fuerza de su mirada. Usa ese poder para hacer cosas maravillosas. Michael, el hermano de Matilda, era un niño de lo más normal, pero la hermana, como ya he dicho, llamaba la atención. Cuando tenía un año y medio, hablaba perfectamente y su vocabulario era igual al de la mayor parte de los adultos. Los padres, en lugar de alabarla, la llamaban “parlanchina” y la reñían severamente, diciéndole que las niñas pequeñas debían ser vistas, pero no oídas. Al cumplir los tres años, Matilda ya había aprendido a leer sola, valiéndose de los periódicos y las revistas que había en su casa. A los cuatro, leía de corrido y empezó, de forma natural, a desear tener libros. El único libro que había en aquel ilustrado hogar era uno titulado Cocina fácil, que pertenecía a su madre. Una vez que lo hubo leído de cabo a rabo y se aprendió de memoria todas las recetas, decidió que quería algo más interesante. –Papá –dijo–, ¿no podrías comprarme algún libro? –¿Un libro? –preguntó él–. ¿Para qué quieres un maldito libro? –Para leer, papá. –¿Qué demonios tiene de malo la televisión? ¡Hemos comprado un precioso televisor de doce pulgadas y ahora vienes pidiendo un libro! Te estás echando a perder, hija... Entre semana, Matilda se quedaba en casa sola casi todas las tardes. […] La tarde del día en que su padre se negó a comprarle un libro, Matilda salió sola y se dirigió a la biblioteca pública del pueblo. Al llegar, se presentó a la bibliotecaria, la señora Phelps. Le preguntó si podía sentarse un rato y leer un libro. La señora Phelps, algo sorprendida por la llegada de una niña tan pequeña sin que la acompañara ninguna persona mayor, le dio la bienvenida. –¿Dónde están los libros infantiles, por favor? –preguntó Matilda. –Están allí, en los estantes más bajos –dijo la señora Phelps–. ¿Quieres que te ayude a buscar uno bonito con muchos dibujos? –No, gracias –dijo Matilda–. Creo que podré arreglármelas sola. [...]
¿Por qué Matilda no acepta la ayuda de la señora Phelps? Al cumplir seis años, Matilda empieza la escuela. La directora es la terrible Agatha Trunchbull, que piensa que la escuela perfecta sería una que no tuviera niños. ¿Oíste hablar de esta directora?
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El muñeco de madera
Título: Las aventuras de Pinocho Autor: Carlo Collodi País: Italia Año de la primera publicación: 1883 Capítulos: 36
Este muñeco de madera no quiere ir a la escuela. Es maleducado, mentiroso, insolente y se burla hasta de su padre. ¿Por qué será que el mundo entero lo conoce? Capítulo V
Mientras tanto se iba haciendo de noche y Pinocho, recordando que no había comido nada, empezó a sentir en el estómago un cosquilleo que se parecía muchísimo al apetito. Pero el apetito de los niños camina muy de prisa y a los pocos minutos se convirtió en hambre, y en un abrir y cerrar de ojos, el hambre se hizo canina, rabiosa. […] Entonces empezó a recorrer la habitación buscando en todos los cajones y todos los escondrijos un poco de pan, aunque fuera muy duro y muy seco; una corteza, un hueso que se hubiera dejado para los perros, una raspa de pescado: cualquier cosa, en fin, que se pudiera llevar a la boca; pero no encontró nada, nada, absolutamente nada. […] De pronto le pareció ver en el montón de virutas una cosa redonda y blanca, semejante a un huevo de gallina. Dar un salto y tomarlo fue cuestión de un momento: era un huevo de verdad. Es imposible describir la alegría del muñeco; poneos en su lugar. Creía estar soñando, acariciaba el huevo, le daba vueltas mirándolo por todos lados, y lo besaba diciendo: –¿Cómo lo guisaré? ¿Haré una tortilla? ¡No, estará mejor pasado por agua! ¿No estará más sabroso frito? ¡Lo mejor que puedo hacer es cocerlo en una cacerola! Es lo más rápido, y el hambre que tengo no es para esperar mucho. Dicho y hecho, puso una cacerola en una estufita que tenía algunas brasas, echó un poco de agua en vez de aceite o de manteca, y cuando empezó a hervir, ¡tac!, rompió el cascarón del huevo para echarlo dentro. Pero en lugar de clara y yema, salió un pichón muy alegre y ceremonioso, que, después de hacerle una reverencia, dijo: –Muchísimas gracias, señor Pinocho, por haberme evitado la molestia de romper la cáscara. ¡Vaya, hasta la vista! ¡Me alegro mucho de verlo y recuerdos a la familia! Después de decir esto, extendió sus alitas y salió volando por la ventana hasta que se perdió de vista. El pobre muñeco se quedó estupefacto, con los ojos fijos, la boca abierta y las cáscaras de huevo en las manos. […]
¿Conocés alguna de las aventuras que vivió Pinocho antes de convertirse en un niño de verdad?
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© Santillana S.A. Prohibida su fotocopia. Ley 11.723
Pinocho tiene hambre, y buscando, buscando, encontró un huevo con el cual pensó hacer una tortilla; pero cuando menos lo pensaba, se encontró con que la tortilla salió volando por la ventana.
NOMBRE DEL LECTOR: ESCUELA: GRADO:
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