HISTORIA DEL COLEGIO SAN CALIXTO – LA PAZ, BOLIVIA
PRESENTACION. La historia de San Calixto nos cuenta de la llegada a Bolivia y el éxito de los jesuitas misioneros de la Compañía de Jesús. San Calixto y la Compañía de Jesús son parte de la Historia de Bolivia. Han hecho y hacen historia. Y han pasado más de 4 siglos desde que los jesuitas empezaron a hacer historia y a servir a Bolivia, en su primera llegada, el año 1582. San Calixto ha formado grandes profesionales: ingenieros, abogados, jueces, diputados, ministros, presidentes e inclusive gente de trayectoria internacional como el triunfador Jaime Escalante. San Calixto se honra de haber fundado un observatorio sísmico de primera clase en América y Europa.
FUNDACION. A mediados de septiembre de 1881, tres Padres de la Compañía de Jesús: Antonio Pérez Barba, Superior, Gabino Astraín y Francisco Urdaneta, llegaron a la ciudad de La Paz, llamados por los Reverendos Padres: Comas, Guardián de la Recoleta, y Martínez, Guardián de San Francisco, para dar una misión en ella en vista del mucho fruto que habían tenido meses antes en la ciudad de Arequipa, Perú. Por el mucho provecho que se sacó de la misión dada en la iglesia de San Francisco, la mayor de la ciudad de La Paz, comenzaron los buenos a aficionarse de los Padres de la Compañía. El Padre Guardián de San Francisco, Padre Martínez, les dio por residencia accidentalmente la casa de la Tercera Orden mientras compraban casa propia; y como estaba por comenzar la Cuaresma, les encomendó la tanda de ejercicios a los curas que de costumbre antigua los hacían en la semana de Sexagésima para terminar en el día de Ceniza. En esa tanda que la dio el Padre Gabino Astraín, entró a hacerlos el Sr. Obispo Dimisionario de la Límira, Don Calixto Clavijo. Tan cambiado salió de esa tanda de ejercicios, que tomó la resolución de retenerlos en ésta ciudad. Testigo de todo esto fue Don Serapio Reyes Ortiz, abogado y consejero del Sr. Obispo Clavijo y quien insinuó a dicho Sr. la conveniencia de que se favoreciese a los Padres comprándoles una casa grande para colegio. Dios pagó a Don Serapio Reyes Ortiz, 18 años más tarde, dándole una muerte edificante luego de haber recibido todos los sacramentos contra los estorbos que opusieron los masones para que no los recibiera. Firme el Sr. Obispo Clavijo en su determinación, dio la orden al Padre Antonio Salazar S.J., que meses antes había viajado de Lima a La Paz, de buscar una casa grande. El sobredicho Padre puso los ojos en el palacio llamado de Santa Cruz que años antes había servido dos veces de colegio. Hechas las diligencias de la compra, pasó a poder de los jesuitas dicho palacio por la suma de veinticuatro mil bolivianos que pagó al contado el Sr. Obispo Clavijo. A cargo del Hermano Eulalio Morales, maestro de obras, se hicieron las reparaciones de albañilería, las más indispensables para iniciar clases de primaria y secundaria; y el 7 de julio de 1882, pasaron a ésta casa convento los Padres y Hermanos que desde principio de año vivían en una casita comprada con dos mil pesos recogidos de limosna, situada junto a las Recogidas, para poder en su iglesia dar misa y ejercitar sus ministerios.
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EL COLEGIO. Se abrió para el curso de 1883 con 18 de secundaria y 87 alumnos de preparatoria inferior y superior. El colegio más numeroso de la ciudad era el Seminario que contaba con más de doscientos; el del Nacional apenas tenía un ciento, pobres en su mayor parte. La ciudad de La Paz para entonces no llegaba a los 60000 habitantes; las tres cuartas partes de ellos eran gente de color. Con éste pequeño número pero de lo más selecto de la ciudad, pues todos entonces querían estudiar en el colegio de los jesuitas; empezó la enseñanza secundaria según el método de la Compañía de Jesús aprobado por el Concejo Universitario de 4 años de Humanidades, 3 de Filosofía y Ciencias que después se redujeron a 2 años. Este plan de estudios muy parecido al que usa la Compañía en la formación de sus hijos, duró desde el 1883 hasta 1904 contra el empeño del Sr. Ministro de Instrucción, Dr. Emeterio Tobar, que en 1894 quiso someter a San Calixto al plan concéntrico aprobado el año anterior por el Congreso pero por decreto del Sr. Presidente, Mariano Baptista, San Calixto se eximió de su cumplimiento. En 1900, en que por la Convención de Oruro se hizo la Ley de la República el decreto del Ministro de Instrucción, el de entonces, Sr. Oropeza, quiso obligar a San Calixto a su cumplimiento. El Padre Rector del Colegio, Gaspar Tovía, rogó al Sr. Pando pueda dejar a San Calixto seguir con su plan de estudios. El Sr. Presidente dijo al Sr. Ministro que no molestase a los jesuitas en su enseñanza porque buenos resultados estaba dando como estaba a la vista de todos, por los diputados, abogados y jueces que ya se daban a conocer. Y más tarde manifestaron su aprovechamiento en matemáticas los alumnos salidos de San Calixto que partieron a estudiar al Extranjero: de ellos uno se ganó a París la beca de ingeniero arquitecto entre dos mil opositores; otro sacó el premio de matemáticas de la universidad de Santiago que no se daba cinco años por falta de competentes estudiantes chilenos; otro exalumno se eximió del examen de Preparatoria en la carrera de ingeniero en mérito de las notas sobresalientes que presentó en sus certificados. Se quejaron al rector de la Universidad de San Marcos en Lima, los demás examinados de semejante exención, pero el rector les respondió: “preséntenme Vds. del Colegio de Guadalupe notas tan buenas como este joven alumno de San Calixto y yo los eximiré a todos”. Otro exalumno se dirigió a Buenos Aires a estudiar ingeniería por la buena preparación que llevaba, ahorró medio año en el curso preparatorio; y acabó allí su carrera con tan buen éxito que enseguida fue ocupado en la Dirección de Obras Públicas en un puesto muy lucrativo en significación de sus muchos méritos. El Sr. Presidente Montes se enteró de la estima que se hacía en país extranjero de las relevantes prendas de un joven boliviano y se apresuró a llamarlo para ponerle al frente de los ferrocarriles de Bolivia. Por último, todos los ingenieros que construyeron el ferrocarril de Yungas fueron del Colegio San Calixto. Y si de la carrera de ingeniería pasamos a la de Leyes, servirá en su abono lo que dijo una vez el Sr. Reyes Ortiz, célebre jurisconsulto, cuando era Canciller de la Universidad: “los mejores exámenes de los legistas son los que dan los exalumnos del Colegio San Calixto por estar mejor preparados prueba de ello es que los exalumnos que han sido Ministros de Estado y Plenipotenciarios en otras Repúblicas.” Al dejar éste método que tan buenos resultados había dado, el año 1904, por orden terminante del Sr. Montes, de que el colegio de San Calixto debía someterse al sistema concéntrico de toda la República. Discusiones calurosas sostuvo el Rector del Colegio, Padre Gaspar Tovía con el Sr. Saracho, Ministro de Instrucción, poniéndole entre otros estos argumentos para no admitir el sistema concéntrico por no ser necesario para la buena y sólida formación de la juventud de Bolivia. Si entramos, decía, el Padre 2
al Sr. Ministro, en una Biblioteca, verá su Señoría que ninguno de aquellos autores antiguos, se formó en el sistema concéntrico que es de ayer; luego se puede llegar a ser sabio sin estudiar por el sistema concéntrico. Cuando el Sr. Presidente Montes ha nombrado a su Señoría Ministro de Instrucción, es porque le conceptúa apto para desempeñar esa Cartera, su Señoría no ha estudiado por el sistema concéntrico; luego se puede llegar a ser Ministro sin estudiar por tal sistema. A razones como estas llamadas ad hominem, no se rindió el Sr. Ministro, porque ya estaba rendido a la voluntad del Presidente que quería a todo trance imponer su voluntad de que San Calixto se sometiera al sistema. Y el Sr. Presidente que aprobaba todas las leyes emanadas del Congreso puso veto a la única ley de libertad de enseñanza que arrancó del Congreso el principal diputado de entonces, Sr. Arrieta, para favorecer a San Calixto, los seminarios y su querido Liceo Córdoba. El nuevo superior, Padre Próspero N. Malziou, sucesor del Padre Gaspar Tovía, aceptó el nuevo plan por orden del Reverendo Padre Visitador, aunque la instrucción no fuera tan sólida como la clásica, siquiera para salvar esas almas que pusieron en manos de San Calixto los buenos padres de familia. Con ese sistema funesto y sin fruto San Calixto enseñaba desde el año 1905. Que dicho sistema fuese así se evidencia de una tácita reconvención que el rector de la Universidad de Chile dirigió al de ésta universidad a principios de 1900 cuando le escribió estas palabras: “ya no vienen de esa República a estudiar a esta universidad jóvenes tan bien formados como antes”. Esta querella se vio obligado a exponer el rector de esta universidad al Concejo. Y no quiso averiguar a raíz cuál sería la causa; achacaba a la poca afición de los jóvenes que tenían a los estudios y no quería confesar que esto provenía del mal método concéntrico de hacer estudiar muchas materias en un solo curso cosa que el alumno no podía por aquel proverbio latino: PLURIBUS INTENTUS MINUS ESTAD SINGULA SENSUS, que traducido al castellano quiere decir: el que mucho abarca poco aprieta. Según los jesuitas como el Padre Tovía, el Gobierno de aquel entonces prefería que se pierda la cultura sólida en Bolivia antes de dar la razón a los jesuitas de San Calixto.
EXAMENES DEL COLEGIO. Varias han sido las formas que se han guardado en recibir las pruebas de los alumnos al fin de curso, a las cuales se acomodó la Compañía por servir para estímulo de los estudiantes: la solemne, la de etiqueta y la ordinaria. Consistía la solemne en un aparato exterior restos de la famosa universidad de Chuquisaca, de un trono ricamente adornado que servía para el Presidente y demás examinadores que formaban el tribunal. Más de una vez presidió el tribunal el Sr. Obispo Calixto Clavijo y las autoridades que a la sazón estaban en esta ciudad, cosa que daba al acto más realce. En él se examinaban a los mejores de la clase que ordinariamente sacaban nota sobresaliente. El deseo de los alumnos de clase durante el año era salir al examen solemne, resorte que sabía bien aprovechar el profesor para estimular a los que aflojaban un poco en el curso. La otra forma introducida posteriormente consistía en presentar a uno de cada clase de las seis que componían la Secundaria; y como a éste examen, por ser el primero, solía concurrir el Ministro de Instrucción y a veces el Presidente y hasta el Sr. Delegado como sucedió el año 1900, que los presidió el Sr. Delegado de su Santidad, M. Gasparri, el Presidente, Don José Manuel Pando y el Ministro de Instrucción, Sr. Oropeza, resultaron los exámenes brillantísimos. Pues el fin de estos era presentar a la vista todas las 3
materias enseñadas a los alumnos en los seis años de instrucción secundaria. Y como se presentaba el mejor en su clase, de ahí que salían a satisfacción de todos. La otra forma llamada ordinaria por no tener aparato exterior ninguno consistía en una sencilla mesa con tres sillas para los tres examinadores y una delante para el examinando. El demócrata Sr. Saracho, Ministro de Instrucción, dijo que había que dejar aquellas formas arcaicas que olían a realistas cosa que sonaba bien con la república democrática. De unos exámenes y de una concertación solemne que presenció por el año de 1899 el Sr. Presidente Pando en compañía de otros militares, salió tan satisfecho del aprovechamiento de los alumnos en matemáticas, que resolvió pedir para profesor de ellas en su entonces nuevo colegio de cadetes, al mismo Padre que lo era en San Calixto, cosa que no tuvo dificultad el Padre Rector en concedérselo. Y desde entonces hasta el año 1910 continuó el Padre sin perder un solo día. Tan contentos estaban con él todos los alumnos que ninguna queja manifestaron, solo el jefe instructor M. Severs de la Comisión francesa, quien dijo que no parecía bien que un sacerdote fuera allí a enseñar matemáticas. Después de que se marchó a Francia se supo que era masón; y se sabe que los masones son poco amigos de los jesuitas. Como a los exámenes, por ser públicos, solían asistir otros señores además de los papás de los alumnos, salían muy complacidos; y ésta fue una de las causas que movió a muchos señores a mandar a sus hijos a San Calixto. Así fue creciendo en número San Calixto según iban sucediéndose los cursos pero para oponerse a San Calixto que era católico, una sociedad anónima resolvió fundar otro con dinero prestado del Banco, por el Prado. Levantó, en efecto, un edificio y llevó profesores alemanes nombrando de Director a uno del país; pero les fue muy mal y a los dos años lo cerraron y entregaron al Banco el local por no poderlo pagar. Y la divina Providencia dispuso que el Colegio que los malos habían levantado contra los buenos, sirviera para los Padres Salesianos, a quienes, diez años después, entregó el Gobierno del Sr. Baptista para fundar un colegio de Artes y Oficios en que recibiese instrucción y oficio la clase necesitada del pueblo (i. e. Don Bosco). Entretanto comenzaba a dar sus frutos el nuevo plantel del Colegio de San Calixto con los nuevos bachilleres que de él salieron el año 1888 siendo Don Abel Iturralde uno de los primeros. Como éste colegio parecía ser el primero de la República, pensó en ayudarlo, para bien de la misma, el mencionado Presidente, Don Mariano Baptista, fundando un internado donde poder recibir a todos los que llegaban del Interior. Recabó del Congreso del 93 una suma de 30000 bolivianos para ensanchar el Colegio porque aquel de entonces era incapaz de tanto alumnado y mucho menos de recibir internos. Y como lo intentó el Sr. Baptista, lo logró y se pudo llevar a cabo mediante la maestranza del Hermano Eulalio Morales; pues en dos años se construyó un cuerpo de edificio para cincuenta internos de modo que para 1896 ya se admitieron los primeros internos con algunas de las doce becas puestas por el Gobierno, como cobro del interés anual. No bastando los 30000 bolivianos para la terminación del edificio actual, se pidió al Congreso la subvención siquiera de 5000 anuales. Todos votaron pero no se pagó más que la primer subvención del 96, la del 97, que no se pagó, sirvió para amortizar parte de la deuda, bajando así de 12 a 10 el número de becas que duraron hasta 1911, según contrato hecho en 1906 con el Sr. Ministro de Instrucción, Saracho, aprobado por el Presidente Montes y el Padre Rector del Colegio en atención a lo subido de los precios y no haberse puesto limitación alguna de tiempo al primer contrato con el Sr. Baptista. 4
Con la partida del Padre Gaspar Tovía al Acre en compañía del Sr. Pando en calidad de Capellán Castrense, se dio a conocer más San Calixto y fue favorecido por el Gobierno por lo que fue creciendo en número llegando en 1905 hasta 400 y en 1910 contó con 450 alumnos. En 1911 cesaron las becas porque las traspasó el Gobierno al colegio protestante con el nombre de colegio inglés (Instituto Americano) subiendo el número de ellas hasta 60, pagando por cada una de ellas 700 bolivianos. Las familias pedían becas para el colegio de San Calixto y se les respondía en el Ministerio de Instrucción que para el colegio inglés se les daría pero no para el Colegio de San Calixto. Más aún desde el Ministro para bajo, profesores y empleados iban de casa en casa de las personas decentes para que sacaran a sus hijos de San Calixto si querían ganar curso; por supuesto que los hijos de los empleados del gobierno fueron sacados en vista de que el mismo Sr. Presidente había puesto su hijo en el colegio nacional. Con persecución como ésta, el colegio bajo hasta 300 y menos; pero la paciencia todo lo venció.
DISTRIBUCION DE PREMIOS. Se trataba de un acto solemnísimo que desde sus primeros años San Calixto lo hacía porque servía de poderoso estímulo a los niños verse premiados ante un concurso de gente numerosísima que a veces ha pasado de mil espectadores entre ellos no pocas veces el Presidente, el obispo y aún el Sr. Internuncio. Para esto el patio de la portería de 16 metros de ancho por 22 de largo, solía cubrirse con toldo, alfombrado el piso y engalanados los corredores con colgaduras y coronas de flores naturales y artificiales y alumbrado con poderosos focos eléctricos, solía quedar convertido en un salón hermoso capaz de seiscientas sillas y cuatrocientos espectadores en los corredores de arriba y abajo que podían estar parados. Para dar más solemnidad al acto, antes solía asistir el Gobierno empezando por el Sr. Presidente con sus Ministros y no pocos Plenipotenciarios, senadores, diputados y lo más selecto de la Sociedad de La Paz. Precedía siempre a este acto de distribución de premios una representación dramática o zarzuela del gusto de la concurrencia, y luego la repartición con no pocos aplausos de los espectadores al ver que recaían los premios en uno solo que solía ser el mismo que se llevaba el de excelencia. Se daba este premio consistente en una medalla de oro con la leyenda “a la virtud y al mérito” a aquel alumno que había sobresalido durante el año por el buen comportamiento y aplicación en las clases que siempre era un modelo de la Congregación. Cuando empezó el internado, por la mayor vigilancia y más tiempo que tenían de estudio los alumnos, solían llevarse los primeros premios; razón no pequeña que han tenido no pocos alumnos de pedir a sus papás los meterían de internos para llevarse los premios pues decían ellos que afuera no estudiaban tanto ni se podían portar tan bien. Alguna vez y para que se vea la justicia con que procedió el colegio en la repartición de premios; dos de tres años el de excelencia se lo adjudicó a un externo, modelo de comportamiento y aplicación.
LAS CONGREGACIONES DE SAN LUIS Y SAN ESTANISLAO. Son medios morales de los cuales se ha servido la Compañía de Jesús en todos sus colegios para criar a sus alumnos en virtud y letras, y que, por los felices resultados, los ha venido empleando para bien de 5
las familias y la sociedad; a las referidas congregaciones solo entraban los que daban muestra de virtud y querían conservarse buenos. No entraban sino después de un largo aspirantazgo, y recibidos, por su mayor instrucción religiosa, comunión frecuente, solían conservarse, mediante la divina gracia, en la práctica del bien, que aplicaban en sus mismas casas y que no pocas veces con su buen ejemplo han arrastrado a otros a la virtud. No pocos de condición aviesa, se reformaron y cambiado enteramente hasta haber arrancado lágrimas de consuelo a sus mismos papás. Los que no querían corregirse eran despedidos aún a medio curso cuando su permanencia en el Colegio era perjudicial para los demás por su inmoralidad; a otros se les decía al fin de curso que no volvieran más a San Calixto.
MATERIAL CIENTIFICO DE ENSEÑANZA. Ni bien se terminó el nuevo Colegio San Calixto con las subvenciones por cuatro años del Gobierno y los ahorros de la casa, que se trasladaron a él las clases capaces de 50 alumnos y los estudios en amplios salones bastantes para recibir 90 con toda comodidad; fuera del salón de actos podían caber cómodamente 400. En el último piso estaban los dormitorios con 100 camarillas y un salón contiguo para gabinete de Física y clase con laboratorio de Química; todo estaba muy bien instalado. Al empezar las clases de ciencias, el año 1886 comenzó a llegar material científico conveniente, a los cuales dio gran impulso el Padre Ricardo Manzanedo con sus mayores trabajos de observación, astronómicos y metrológicos, que dieron no poca fama a San Calixto. Dio continuidad el Padre Antonio Salazar cuyos conocimientos en las observaciones astronómicas y en la precisión matemática de la hora decidieron al Sr. Presidente Pando a entregar a San Calixto el reloj público de la ciudad de La Paz cuando iban a echar abajo la torre del Loreto para levantar el Palacio Legislativo. Se dio el referido reloj a San Calixto con el fin de que poniéndolo en la torre de la iglesia de los jesuitas o sea en un lugar tan alto serviría para dar la hora exacta a toda la ciudad de La Paz. Para 1901 ya se había traído una máquina de los rayos X de ocho discos y con una potencia tal que sirvió de mucho a los señores médicos que a falta de otra en el colegio nacional y en sus clínicas, la emplearon para baños eléctricos y para observar fracturas de piernas y brazos e incrustaciones de balas en diversos miembros del hombre, dificilísimas de encontrar. Por la diversidad de aparatos para la enseñanza objetiva en todos los tratados de Física y Química, San Calixto comenzó a ser objeto de visita continua para todas las personas instruidas dentro y fuera de la ciudad, éste Gabinete era único en toda la República. Además de los instrumentos últimos que se solían tener en los gabinetes para completar la instrucción de los alumnos, se tenía un muestrario de ejemplares de minerales de casi todos los yacimientos que se explotaban en Bolivia. Se contaba con bonitas colecciones de insectos y variadísimas mariposas de Yungas pacientemente recogidas por los excursionistas a aquella región en tiempo de vacaciones. Se invirtieron en dicho gabinete alrededor de cuarenta mil bolivianos; todos los que recibió del Gobierno el Padre Profesor de Matemáticas en el Colegio Militar, durante once años, que pasaron de veinte mil, todos los metió en el Gabinete del cual disfrutaron los alumnos que estudiaron y hasta los mismos cadetes que de cuando en cuando visitaban San Calixto a ver dichos instrumentos. Gracias al observatorio astronómico, la entonces República de Bolivia siempre se honró con enviar dentro y fuera de ella las observaciones diarias mediante el entonces Sr. Director de telégrafos. Y 6
cuando los extranjeros querían observaciones precisas para sus estudios en ésta región, llegaban a pedirlas porque sabían que además de hacerlas las guardaban para enseñarlas a los que pedían.
OBSERVATORIO SISMICO. Siendo rector de San Calixto el Padre Próspero N. Malzieu intentó la fundación de un observatorio sísmico y tuvo que desistir de ella por la dificultad de traer de Europa buenos sismógrafos porque éstos eran muy caros y por otras razones largas de contar. Más a fines de septiembre de 1911 llegó a éste colegio, procedente de España, el Hermano Esteban Tortosa que había sido ayudante del Padre Sánchez Navarro, director del Observatorio Sísmico de Cartuja (Granada). Informado de los deseos del Padre Malzieu, el Hermano Tortosa se ofreció a construir por vía de ensayo un sismógrafo del mismo tipo de los que funcionaban en aquel acreditado observatorio. En efecto, con la cooperación del Hermano José Lizarralde, excelente mecánico, se construyó un sismógrafo bifilar de 450 kilogramos que estuvo funcionando con muy buenos resultados todo el curso de 1912. En octubre de ese mismo año siendo ya rector del Colegio el Reverendo Padre Martín Mendoza, fue designado para profesor de Física el Padre Pedro Descotes que había hecho estudios de Sismología con el referido Padre Sánchez Navarro. Entonces se pensó fundar un observatorio sísmico de primera clase construyendo al efecto los aparatos que faltaban. Se empezó con la construcción de un nuevo sismógrafo vertical de 1500 Kg. para el estudio de los terremotos cercanos y primeros movimientos de los lejanos. En las vacaciones de 1913 se construyó otro sismógrafo bifilar de 2000 Kg. que contemplaba el número de los aparatos necesarios según el plan de los jesuitas. Provistos ya de buenos sismógrafos, fue necesario resolver otro punto de capital importancia para éste género de estudios: la hora. Para determinarla con absoluta exactitud, los jesuitas se proveyeron de un astrolabio, dos cronómetros y un reloj eléctrico, con los cuales consiguieron tener la hora exacta con 0.5 segundos de aproximación. En mayo de 1913 empezó la publicación de un boletín sísmico de la Estación del Observatorio San Calixto que mereció los plácemes de los más eminentes sismológicos de América y Europa por tener sin pretenderlo, ésta estación, uno de los aparatos el mejor de América y el tercero de tamaño en todo el Mundo en aquel entonces. El citado boletín ha sido muy solicitado por los más importantes observatorios sísmicos. Para terminar esta relación es importante mencionar que la instalación inalámbrica hecha por el mismo Padre Descotes, la cual si bien fue un ensayo de gabinete para los alumnos de Física y preparación para ulteriores conocimientos y servicios que estos irían a prestar a la República, fue de potencia no pequeña; pues no solo podía recoger las partes de la estación vecina Viacha sino hasta el Gran Chaco y de Lima. Al ver la antena de los aparatos puesta cerca de la torre de la iglesia de San Calixto, los periódicos poco afectos a los jesuitas llamaron la atención del supremo Gobierno pero se callaron al haber sido contestados por la prensa con la autorización del Ministro de Comunicación que previamente había sido pedida. Hubo muchas otras mejoras hechas por los diversos rectores para bien de los alumnos como la instalación del alumbrado con gas acetileno por el año 1900 sustituida el año 1912 por el eléctrico en el establecimiento; la cañería de agua de presión para que pudiera subir con facilidad a todos los pisos del colegio y la instalación de inodoros dada la abundancia de agua con que contaba por haber sido la casa de San Calixto, como al principio se dijo, del Mariscal y Presidente Santa Cruz. 7
Resumiendo y en pocas palabras todo lo que queda extensamente referido: para 1918, en 36 años de colegio, habían pasado por él unos dos mil quinientos alumnos; de ellos habían salido con el título de Bachiller como tres cientos; y para dicho año 1918 serían graduados de bachiller treinta. De todos los graduados, cientos figuraban en el Foro, en las cátedras, en los Ministerios y en las tribunas del Parlamento.
Colegio San Calixto, La Paz – Bolivia.
FUENTES CPH: Collegii Pacensis Historia (1881-1938). Archivo Colegio San Calixto, La Paz (mss.). CPLA: Collegii Pacensis Litterae Annuae (1907-1913, 1913-1935). Archivo Colegio San Calixto, La Paz (mss.). Diario CSC: Diario del Colegio San Calixto (1907-1913, 1913-1935). Archivo Colegio San Calixto, La Paz (mss.). Mateos: Jesuitas Españoles en Bolivia (1881-1940). Francisco Mateo S.J. En: “Noticias de la Provincia Tarraconense”. Barcelona, Enero 1951, pp.5-27.
Transcrito por: MSc. Ing. Roger Gustavo Saravia Aramayo
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