embotellamiento

Embotellamiento

Sobre un conjunto de varias tapas de gaseosa han sido realizadas una serie de pinturas en miniatura que reproducen distintas tomas de paisajes urbanos, en una técnica detallada y nítida, que se acerca al fotorealismo (de hecho, las pinturas se basan en fotografías). Cada tapa está dispuesta de manera independiente sobre una superficie amplia, al interior de la cual se convierte en un punto señalado, un elemento llamativo dentro de una totalidad homogénea.

Las tapas de gaseosa son parte común de la basura y de los desperdicios, un elemento más dentro de esa gramática aleatoria del deterioro y los desechos industriales; objetos pequeños pero que, amontonados, forman grandes cúmulos que adquieren visibilidad. La basura es, a su vez, una parte cada vez más amplia del paisaje urbano, un légamo que crece e invade calles, aceras, lotes baldíos, botaderos. Por otra parte, cuando pensamos en paisaje asociamos de inmediato la noción de amplitud: vista general, plano abierto, totalidad capturada en un encuadre. A este género pictórico la miniatura le es, diríamos, esquiva. Sin embargo, el paisaje parece querer miniaturizarse hoy en día, camuflarse en pequeños espejos, canvas minúsculas, cajas de leche, etiquetas de productos naturales y demás soportes de limitada dimensión, como si quisiera aludir tácticamente a la caída en desuso de un género tradicional de la expresión plástica.

Con la integración de estos dos referentes esta obra construye una metáfora que no

esta lejos de la fractalidad: la parte minúscula (la tapa) reproduce las características del todo mayor al que pertenece (el paisaje urbano), haciéndose este autosemejante. Al mismo tiempo, el empleo de la técnica pictórica tradicional aparece, o bien como un juego naif con el arte popular que encontramos expuesto en las calles, relegado como despojo de la producción plástica, o bien como el doble manufacturado, inferior, de la impresión industrial de imágenes en los soportes publicitarios más pequeños; un premio inusual, una promoción insólita que ninguna embotelladora podría ofrecernos.