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FyV. Vol. 16, #1, pág. 8-11

El contexto es importante

Para la pesca a nivel mundial existen fundamentos de pesca sostenible, pero cada lugar es único y tiene sus particularidades históricas, legales y culturales. Para lograr la sostenibilidad, hay que poder estimar con un grado alto de certeza, la cantidad de animales que deben permanecer en el agua para que crezcan, engorden, emigren, sobrevivan y se multipliquen para que puedan ser pescados en el futuro. Llegar a un consenso sobre esta cantidad es crítico para evitar reducir la fuente de la materia prima de la pesca que, bajo condiciones óptimas, continuará multiplicándose. Si se extraen más de los necesarios entonces no se sostiene; eventualmente deja de ser lo suficientemente robusto para soportar la extracción de pesca y pasará a estar en riesgo de sobre-pescado. Para esto se llevan a cabo procesos de auditorías o evaluaciones de los abastos (‘stock assessment’) para saber si la especie está o no considerada en una condición óptima, o bajo los efectos de la sobrepesca, lo que es muy distinto a llegar a declararse amenazado de extinción según diferentes leyes y convenciones. Si hay una especie que se determina que está clasificada en la categoría de sobrepesca, entonces es la responsabilidad de los gobiernos, científicos y pescadores llegar a un acuerdo para hacer los sacrificios necesarios y establecer controles justos que limiten la extracción excesiva. Para que ese abasto sea clasificado nuevamente como en estado óptimo,hay que medir los números y tamaños de los animales que se extraen y mueren constantemente, y saber si se está logrando mantener los niveles de sostenibilidad.

En las islas del Caribe existía muy poca información del patio para poder hacer estas evaluaciones de abastos y determinar el estado o la condición en que se encuentra cada especie y se tenían que usar datos de Estados Unidos. Se necesitan métricas validadas tales como el número relativo de animales o un índice de abundancia, su edad (analizando los otolitos), las tasas de reproducción, la tasa de fecundidad, el éxito de la reproducción, el reclutamiento, la sobrevivencia a la captura incidental, las tendencias del esfuerzo de la pesca, las libras y los tamaños de los animales que se extraen, entre muchas otras métricas del ambiente y las socio-económicas. Sin estos datos o estadísticas y sin una validación de las métricas de las capturas, no podemos responsablemente afirmar si una especie está o no clasificada en un estado óptimo o si está considerada como una especie sobre pescada. Así que seguimos debatiendo cómo se debe hacer el ordenamiento pesquero sin los datos suficientes. Si la naturaleza puede llevar a cabo todos sus ciclos, entonces hay probabilidades de sacarle provecho al excedente disponible para la pesca. Es fundamental reconocer que la gran mayoría de estos animales salvajes no los podemos contabilizar o cercarlos en fincas, ni engordarlos o abonar sus pastizales para que crezcan, y es extremadamente costoso criarlos hasta su adultez en condiciones de cautiverio, así como se hace con los animales domésticos de crianza en la agricultura.

¿Qué es la historia de vida y para qué sirve?

La historia de vida se estudia con datos que son indicadores que describen la población de una especie, como, por ejemplo, el tamaño máximo, la edad (análisis de los otolitos), el tamaño y la edad de cuando alcanzan la madurez sexual, el tamaño y la edad del cambio de sexo (para especies hermafroditas), la fecundidad (número de huevitos en la gónada) y su máxima longevidad (calculado mediante una curva de crecimiento), entre otros. Estos datos se usan como los factores biológicos para generar los modelos de la productividad de una población y métricas a seguir, tales como la razón de reproducción potencial, la biomasa que se puede extraer, etc. Todos estos factores juntos, en efecto, nos revelan cómo está la condición de una población; cuándo han ocurrido cambios en la misma y qué parámetros cambian a través del tiempo.

Otolito de Guasa Amarilla o Yellowedge Grouper : El hueso del oído interno de los peces se usa para calcular la edad de cada individuo. Los otolitos tienen aros internos, que son como capas que se crean cada año y se pueden visualizar para estimar los años de vida de ese animal.

Otolito de Guasa Amarilla o Yellowedge Grouper : El hueso del oído interno de los peces se usa para calcular la edad de cada individuo. Los otolitos tienen aros internos, que son como capas que se crean cada año y se pueden visualizar para estimar los años de vida de ese animal.

Pescador Anthony Elizo con su pesca Guasa Amarilla o Yellowedge Grouper

Pescador Anthony Elizo con su pesca Guasa Amarilla o Yellowedge Grouper

Mero Cabrilla (Epinephelus guttatus): Una hembra de 15 pulgadas de largo total, a punto del desove con las huevas bien desarrolladas dentro del abdomen. Al sacrificar estos animales para la ciencia, se aprovechan los otolitos para conocer su edad y las gónadas para calcular su fecundidad. Además, por el tamaño, se puede determinar cuándo ocurre el cambio de sexo, ya que después de ser hembra y haber desovado se transforman a machos.

Mero Cabrilla (Epinephelus guttatus): Una hembra de 15 pulgadas de largo total, a punto del desove con las huevas bien desarrolladas dentro del abdomen. Al sacrificar estos animales para la ciencia, se aprovechan los otolitos para conocer su edad y las gónadas para calcular su fecundidad. Además, por el tamaño, se puede determinar cuándo ocurre el cambio de sexo, ya que después de ser hembra y haber desovado se transforman a machos.

Buscando el balance y la mejor información.

La naturaleza tiene un balance ecológico que cambia y se adapta dependiendo de los impactos de la extracción y las condiciones del ecosistema. Si a esto le añadimos los cambios asociados al clima que hemos evidenciado recientemente—aumento de temperatura, huracanes, arribazones de sargazos, contaminación marina y corrientes fuera de lo común—se hace más difícil reconocer ese balance y evaluar la sostenibilidad. Si le sacamos diariamente quintales de pescado y no controlamos la pesca que afecta los hábitats, también afectamos ese balance de la naturaleza y las consecuencias son difíciles de predecir y muy costosas de remediar. Sin saber cómo están los abastos pesqueros, y sin saber si les afectamos su capacidad de multiplicarse no podemos esperar la pesca sostenible. Por lo tanto, necesitamos establecer límites necesarios en blanco y negro, y reducir los impactos negativos, o nos arriesgamos a dañar la fuente de la materia prima sobre la cual dependen muchas vidas, incluyendo el futuro de las familias pescadoras en comunidades costeras.

Aunque la pesca de momento cumpliera con todos los reglamentos vigentes, no se puede concluir que sea sostenible por razones que a veces se ignoran o desconocen. Por ejemplo, los reglamentos pueden estar basados en el conocimiento acumulado de la biología, la ecología, y el comportamiento de los pescadores, pero hay muchos factores que cambian sin que lo sepamos y por esto debemos monitorear constantemente y ajustar los controles a la extracción cuando sea necesario.

Evaluemos las vedas, que son una medida muy popular para proteger el grupo de animales durante su acto de la reproducción sexual durante algunos meses. ¿Será que los peces tienen el mismo calendario reproductivo año tras año? ¿Saben cuándo y dónde deben agregarse para desovar si los reglamentos no son compatibles? Por otro lado, ¿Podemos calcular con las estadísticas pesqueras cuántas libras se extraen o usamos los datos que se reportan? ¿Será que todas esas piezas miden un tamaño lo suficientemente grande para que se hayan reproducido al menos una vez? Es para esto que existen algunas regulaciones de tamaños mínimos para la captura. ¿Sabemos si se han reproducido lo suficiente para reemplazar a los que se sacaron del agua antes de morir? Es sumamente importante saber si de las 50 libras que se reportan en un viaje de pesca hay 10 piezas de 5 libras o fueron 50 piezas de una libra, ya que los peces más grandes han tenido oportunidad de producir millones de huevos y crías para el futuro pero los más pequeños aún no. Finalmente, las artes de pesca cumplen con diseños efectivos para minimizar el daño al recurso que se quiere mantener saludable. ¿Será que las artes que permanecen bajo el mar matan demasiados organismos sin querer? Todas estas preguntas deben contestarse antes de determinar si una pesca es sostenible o no.

En Puerto Rico tenemos información limitada de cómo está el recurso y se desconoce si la extracción actual afecta o no el rendimiento futuro de los animales. Por esto es esencial tener licencia de pesca, reportar fielmente las capturas de las especies correctas, proveer datos de venta de pescados y mariscos entre otras prácticas y deberes del pescador, acaparador y comprador. Además es imprescindible colaborar con investigaciones científicas para determinar la edad máxima, sus tasas de crecimiento, cuántas veces se reproducen, cuántas crías tienen, su movimiento y cuántos mueren incidentalmente ya que esta información biológica local mejoraría el resultado de las evaluaciones de los abastos pesqueros. También es necesario saber si son presas o si son depredadores, y cuál es la condición de su ambiente en donde crecen o donde se reproducen con el enfoque de ordenamiento basado en ecosistemas. Hace falta medir los impactos de la pesca incidental a los juveniles y otras especies que sirven de alimento y conservar aquellos animales que mantienen el balance ecológico, como los depredadores más grandes que pueden parecer un estorbo para la pesca. Para saber en dónde estamos parados habría que aumentar el nivel de conciencia, fiscalización y mejorar las tasas de cumplimiento con las regulaciones pesqueras y poder enfocar los recursos limitados a reducir las actividades que afectan negativamente este balance. Ahora mismo lo que sabemos es que la pesca no está igual que antes aunque tenemos un número similar de pescadores comerciales con licencia que las pasadas décadas. Habría que proceder con cautela para no afectar el futuro potencial que tiene nuestra pesca, porque no hay acceso a otras áreas de pesca que no sean las que nos rodean y que nos han bendecido con bastante pescado y marisco de calidad durante siglos en la pesca de pequeña escala que nos caracteriza en Borinquen.

Créditos

Dirección

Ruperto Chaparro Serrano

René F. Esteves Amador

Coordinación

Jannette Ramos García

Redacción

Michelle T. Schärer Umpierre

Edición

Cristina D. Olán Martínez

Revisión

Ruperto Chaparro Serrano

René Esteves Armador

Cristina D. Olán Martínez

Jannette Ramos García

Stephanie Díaz Pérez

Diagramación y diseño gráfico

Cynthia L. Gotay Colón

Fotografías

Jannette Ramos García

Michelle T. Schärer Umpierre

Ana González

Anthony Elizo

Impresión

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Sea Grant Puerto Rico

Contacto

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La misión de Sea Grant consiste en promover la conservación y el uso sustentable de los recursos y los ecosistemas marinos y costeros. Para alcanzar su misión, el programa cuenta con proyectos de investigación, de educación y de extensión marina.

El Centro Interdisciplinario de Estudios del Litoral (CIEL) es un centro de investigación adscrito al Departamento de Ciencias Sociales, de la Facultad de Artes y Ciencias del Recinto Universitario de Mayagüez. A partir del estudio interdisciplinario y de la investigación aplicada, CIEL investiga, educa y disemina información acerca de procesos sociales costeros con énfasis en la relación entre el ser humano, la sociedad y el medioambiente.

https://cieluprm.weebly.com

ISSN 2157-8842

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