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Cambio climático y desplazamiento de comunidades pesqueras en Puerto Rico: Villa Pesquera

Cambio climático y desplazamiento de comunidades pesqueras en Puerto Rico: El caso de la Villa Pesquera de la playa Crash Boat en Aguadilla

Por Camila Vélez Agosto, Ishbel Cora Rodríguez, Samuel González Rodríguez, Angeliz E Encarnación Burgos,

Los países caribeños e islas pequeñas como Puerto Rico son especialmente vulnerables a los impactos, amenazas y efectos del cambio climático. Este nivel de vulnerabilidad se debe a múltiples factores tales como la frecuencia e intensidad de eventos meteorológicos y climáticos extremos, y el aumento en el nivel del mar (United Nations, s.f). Dicho aumento a su vez, incrementa los efectos de las inundaciones, la erosión costera, y la pérdida de especies de flora y fauna, entre otros problemas ambientales. Asimismo, el cambio climático suele agudizar problemas sociales, ya que grupos marginalizados tienden a tener menores posibilidades y recursos para hacer frente, y recuperarse de los impactos, amenazas y efectos del cambio climático (Laguardia-Martínez, 2020). Uno de los sectores que se ha visto particularmente afectado por esta situación son las comunidades pesqueras, quienes a su vez experimentan presiones de desarrollo del sector turístico que potencian procesos de desplazamiento (Neef, 2021; Pizzini, 2011). Estas dinámicas, marcadamente diferenciadas, ponen en riesgo la tenencia y permanencia de comunidades históricamente marginalizadas, como las de pescadores.

Ante esto, nos preguntamos de qué forma la aprobación desigual de permisos y concesiones en la zona marítimo terrestre (ZMT) potencia el desplazamiento de usos dependientes del mar, en especial de la pesca. Para explorar esta pregunta, utilizamos el caso de la Villa Pesquera ubicada en la playa Crash Boat, de Aguadilla, la cual ha sido liderada por la Asociación de Pescadores de la Villa del Ojo, Inc. durante las pasadas décadas4. El caso presenta un problema complejo que incluye desplazamiento, la priorización del desarrollo turístico tradicional, impactos desproporcionados de los peligros del cambio climático y la protección desigual por parte del Estado.5 Esta situación, que se replica en otras villas pesqueras en Puerto Rico, permite ofrecer recomendaciones para abordar este problema desde un lente de equidad y justicia, en miras de aportar a los procesos de recuperación, y al desarrollo de políticas públicas alineadas a responder a estos retos sociales.

El caso: Pescadores de la Villa del Ojo

El huracán María y las marejadas de marzo de 2018, provocadas por la tormenta invernal Riley, causaron daños irreparables a las estructuras de la Villa Pesquera, las cuales albergaban la oficina, restaurante, equipos, talleres de reparación, artes de pesca y otros espacios de trabajo de los pescadores. La situación provocó que los edificios, severamente afectados, fueran demolidos por el Departamento de Agricultura (DA), responsable de los predios, lo cual dejó al grupo desprovisto de espacios esenciales para su quehacer. Estos eventos también provocaron cambios en la morfología de la playa, reduciendo la superficie de la parcela antes ocupada por los edificios que componían la Villa Pesquera. En respuesta a esto y ante la falta de una acción gubernamental, la agrupación de pescadores, en primera instancia, autogestionó un espacio (vagón) temporal para almacenar sus motores y artes de pesca, y ubicó congeladores en la residencia de uno de sus miembros para poder dar continuidad a sus trabajos. En 2018, fueron recipientes de una donación, de parte de Hispanic Federation, que les permitiría acceso a un espacio refrigerado para almacenar su pesca. Sin embargo, la ubicación de este segundo vagón en los predios fue contenciosa y no fue hasta mediados de octubre de 2022, que lograron una autorización de emergencia para la instalación y ubicación temporera de este último vagón.

“Nosotros tenemos un vagón aquí y estamos tratando de conseguir los permisos para crear unas nuevas facilidades en vagones. Hemos ido a un sinnúmero de reuniones para que nos ubiquen a un sitio, pero no pasa nada y no podemos seguir así”, señaló al periódico Primera Hora el señor Félix Morales Blas, pescador de la Villa Pesquera del Ojo de Agua en Playuela (Crash Boat).

A dos y tres años del impacto del huracán María, respectivamente, la agrupación de pescadores daba cuentas de las múltiples gestiones que habían realizado ante el Estado, y la poca o ninguna respuesta recibida ante la situación urgente que enfrentaban (Primera Hora, 2019). De igual forma, denunciaba el trato desigual de parte de las agencias y el arrinconamiento frente a desarrollos turísticos (Morales Blas, 2020).

Han empujado a los pescadores, cuando no se le ha dado permiso a la Villa Pesquera para que siga funcionando... le dieron permiso a un proponente, señor Cordero, para ubicar un hotel en pleno corazón de la playa Crash Boat”, denunció Morales Blas en las redes sociales.

Esto debido a que mientras se les dilataba la aprobación de la autorización para la instalación del vagón con refrigeración, un desarrollador consiguió permisos para la construcción de unidades de alquiler a corto plazo y un restaurante/ bar, así como permisos de uso para su operación. Este, además, logró que se le otorgaran incentivos de la Compañía de Turismo de Puerto Rico por dicho desarrollo de hospedería Club Vacacional Compañía de turismo de Puerto Rico.

Por su parte, el señor Julio Roldán, Alcalde de Aguadilla, mostró su apoyo a este proyecto turístico en Crash Boat.

“Proyectos con el concepto de aumentar la capacidad turística en nuestro pueblo como lo es Cocoloba, son los que nuestra administración desea desarrollar para el crecimiento de la demanda hotelera. Entre nuestros planes, el turismo será eje de nuestro desarrollo económico”, expresó el señor Roldán para una entrada en la página web de la Compañía de Turismo de Puerto Rico.

Contexto y trasfondo del problema

Previo al 2017, en el ámbito público se reconocían las condiciones precarias de los pescadores; tales como la falta de recursos económicos, infraestructura pesquera en deterioro y condiciones de trabajo inestables e inseguras (Pizzini, 2011; Senado de Puerto Rico, RS 0233, 2017). Sin embargo, los eventos atmosféricos extremos, como los huracanes Irma y María en 2017, y las marejadas, de marzo de 2018, aumentaron y evidenciaron aún más esa precariedad (Rodríguez, 2018). De igual forma, el asunto de la industria pesquera ha sido, a nivel gubernamental, altamente problemático desde mediados del siglo pasado. A principios de la década de 1990, se derogó la Ley 82 de 1979 que había creado la Corporación para el Desarrollo y Administración de los Recursos Marinos, Lacustres y Fluviales de Puerto Rico (CODREMAR), la cual regulaba todos los aspectos pertinentes a la industria pesquera del archipiélago puertorriqueño. Con esta acción, se transfirió la administración del recurso “pesca” (entiéndase la flora y la fauna marina) al Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), y el recurso “pescador” (entiéndase al trabajador del mar y sus componentes de trabajo) al Departamento de Agricultura (DA). Esto quiere decir que el DRNA se encarga del manejo del recurso marino y las regulaciones sobre el espacio costero donde se dan las actividades pesqueras y el DA tiene la responsabilidad ministerial de orientar la política pública para asegurar la subsistencia y desarrollo de la industria pesquera. Los municipios también tienen responsabilidades sobre la actividad pesquera, ya que de acuerdo con el Código Municipal (2020), estos juegan un papel clave en la ordenación del territorio, las actividades económicas que se desenvuelven a nivel local y los permisos, de acuerdo con la jerarquía alcanzada y entre otros aspectos.

“Somos los que damos permisos y tenemos la jerarquía cinco. Tenemos todos los permisos en nuestra ciudad. Pero para darlos hay que cumplir con ciertos reglamentos. Cuando se cumpla con esos reglamentos, se dan todos los permisos. Se les pide una carta de Recursos Naturales, se les pide una carta de Agricultura. Tienen que buscar una persona que les haga un planito, y así sucesivamente. Es fácil,” explicó el señor Carlos Méndez, pasado Alcalde de Aguadilla, al periódico Metro.

El Reglamento 4860 del DRNA6 establece que los usos dependientes del mar o que requieran acceso directo a este–como es el caso de las villas pesqueras–no pueden estar ubicados en un lugar distinto a la Zona Marítimo Terrestre. Es decir, dicho Reglamento prioriza el otorgamiento de concesiones a las villas pesqueras en la Zona Marítimo Terrestre para garantizar la permanencia de este uso dependiente al mar. Sin embargo, las presiones de desarrollo en las costas de Puerto Rico han sido un problema por décadas, que continúa tras los efectos acumulados de múltiples desastres y amenazas concurrentes (Rodríguez, 2022).

En febrero del 2020, titulares del DA reportaron a la Comisión de Relaciones Federales, Internacionales y Estatus de la Cámara de Representantes que aún no se les habían desembolsado los fondos de recuperación para las 33 villas del Departamento, ya que tenían problemas identificando ciertos títulos de propiedad (Rodríguez Velázquez, 2020). Ante este cuadro, las comunidades de pescadores peligran, no tan solo por el tiempo que ha tomado la recuperación y reconstrucción de las villas pesqueras sino también a consecuencia del desarrollo y el marcado aumento de la construcción en las costas que amenaza su posicionamiento estratégico como actividad dependiente del mar.

De otra parte, el Reglamento 7626 del DA7 prioriza a las agrupaciones pesqueras en la concesión y administración de las villas pesqueras. Este indica que sólo en aquellos casos donde no exista una agrupación pesquera interesada, cualquier Municipio o entidad que tenga interés en la administración de una villa pesquera podrá solicitar un contrato de arrendamiento o usufructo (que no requiere pago de renta) mediante una solicitud favorecida por los pescadores. De igual forma, el Reglamento establece que la petición del Municipio o entidad debe realizarse con el único propósito de brindar apoyo a los pescadores o a la agrupación de pescadores de la villa pesquera (Sección 6, Reglamento 7626). Sin embargo, ante las medidas de austeridad establecidas y el reducido presupuesto asignado para promover la agricultura, el DA ha insistido en subir la renta de las villas pesqueras hasta en 90%, y transferir la administración de las villas pesqueras a terceros (Montalbán Ríos, 20238).9 Así mismo, el DA no ha hecho valer la prioridad reconocida en el Reglamento 4860 del DRNA con la finalidad de agilizar los procesos de recuperación y reconstrucción de las villas pesqueras.

Conclusión

La situación que enfrentan las villas pesqueras en Puerto Rico representa un problema complejo a nivel espacial; debido a factores como el cambio climático, la delimitación de la Zona Marítimo Terrestre (ZMT) y usos conflictivos en la playa. A pesar de que las villas pesqueras representan un uso dependiente del mar, no se les ha priorizado

según dispuesto en la reglamentación vigente. Por el contrario, la interpretación y aplicación incongruente de dicha reglamentación ha priorizado y puesto en una situación preferencial al sector turístico poniendo en riesgo la permanencia de los pescadores y precarizando aún más su situación.

Para atender de forma puntual este problema, recomendamos cambios a la Ley para el Fomento y Desarrollo de la Industria Pesquera y la Acuicultura, según enmendada, de manera que se pueda transferir la responsabilidad de gestionar los arrendamientos, usufructos o transferencias de instalaciones a pescadores, al DRNA en lugar del DA. Esto permitirá que la misma agencia que regule el espacio y los usos permitidos también regule la estructura física de las villas pesqueras, con el propósito de cerrar la brecha entre las agencias. Sin embargo, reconocemos que para que esto ocurra debe existir un ambiente político favorable y aplicación consistente de la política ambiental, entre otras leyes vigentes. Es decir, aunque favorecemos un cambio de paradigma en la gestión de los recursos y espacios pesqueros, reconocemos que un cambio solo en este renglón no solucionaría las condiciones precarias y vulnerables de las y los pescadores.

Asimismo, recomendamos que se considere el establecimiento de acuerdos de comanejo o contratos de usufructo, dependiendo la situación de la villa pesquera, y la descontinuación de los contratos de arrendamiento según las disposiciones actuales. A la vez, sugerimos que dichos acuerdos sean desarrollados y avalados por el DRNA, el DA, la Compañía de Turismo y las agrupaciones pesqueras (o sus representantes) en común acuerdo de manera que facilite y establezca colaboración constante para que las agencias aborden la inconsistencia en la aplicación del marco legal, y se resguarde a las comunidades históricamente marginalizadas, ante el turismo tradicional y las dinámicas violentas del desarrollo desmedido.

Agradecimientos

Agradecemos a: Jannette Ramos, Michelle Schärer, La Maraña y Proyecto DeCiudad, en especial a Cynthia Burgos, Francisco Susmel, Adriana Ocasio, Lcda. Annette Martínez y Víctor Pagán, por toda la información y conocimiento que nos brindaron con la finalidad de amplificar y contextualizar los reclamos de justicia y equidad de los Pescadores de Villa del Ojo frente a las entidades de gobierno pertinentes.

Referencias

Laguardia-Martínez, J. (2020). Cambio Climático y sus impactos en el Gran Caribe. Serie Ambiente, cambio climático y sociedad. CLACSO. http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/gt/20200928053822/ Cambio-climatico-impactos.pdf

Montalbán Ríos, E. (2023, 30 de enero). Crisis en la industria pesquera de la Isla. El Vocero. Recuperado el 1 de febrero de 2023, de https://www.elvocero.com/economia/otros/crisis-en-la-industriapesquera-de-la-isla/article_68a9a102-a01f-11ed-a844-4377b3395fbd.html

Morales Blas, F. (2020). Pescadores comerciales y el ambiente: los pescadores del crash boat en Aguadilla y miembros de la villa del ojo exigen su derecho a continuar con lo que por 150 años han sido sus lab... Recuperado de https://www.facebook.com/groups/126921937440024/ posts/2026735754125290/

Neef, A. (2021). Tourism, Land Grab and Displacement (1st ed.). Routledge. https://books.google.com. pr/books?id=wKkjEAAAQBAJ

Pizzini, M. (2011). Una mirada al mundo de los pescadores en Puerto Rico: una perspectiva global. https://www.researchgate.net/publication/259146890_UNA_MIRADA_AL_MUNDO_DE_LOS_ PESCADORES_EN_PUERTO_RICO_UNA_PERSPECTIVA_GLOBAL

Pescadores ahogados por incumplimientos e ineficiencia del gobierno. (18 de septiembre de 2019). Primera Hora. Recuperado el 21 de octubre de 2022, de https://www.primerahora.com/noticias/ puerto-rico/notas/pescadores-ahogados-por-incumplimientos-e-ineficiencia-del-gobierno/

Puerto Rico Tourism Company. (5 de marzo de 2021). Resurge El Desarrollo Hotelero En El Oeste De Puerto Rico. Recuperado el 12 de octubre de 2022, de https://prtourism.com/2021/03/05/resurgeel-desarrollo-hotelero-en-el-oeste-de-puerto-rico/

Rodríguez, D. (2018, 5 de marzo). La Isla Oeste. Marejada deja sin pescadería a obreros del mar en Aguadilla. Recuperado el 22 de noviembre de 2022, de https://laislaoeste.com/marejada-deja-sinpescaderia-a-obreros-del-mar-en-aguadilla/

United Nations (n.d.). El riesgo de desastres y el cambio climático en la pesca en pequeña escala | Naciones Unidas. Recuperado el 18 de octubre de 2022, de https://www.fao.org/voluntaryguidelines-small-scale-fisheries/guidelines/climate-change/es/

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