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Qué sabemos?

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Volumen 2, Número

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Algunas cosas. En Puerto Rico hay pocos estudios dedicados al chinchorro, su uso, su diseño y su impacto sobre los peces. No obstante, existen algunos estudios no publicados sobre familias de chinchorreros y su operación pesquera en el municipio de Loíza.

En la década de 1980 los chinchorros estaban condenados a muerte.

La agencia CODREMAR (Corporación para el Desarrollo de los Recursos Marinos) argumentaba en un informe de 1980 que el futuro de los chinchorros era incierto, que no iban a desaparecer en la próxima década, pero que la condición precaria de los recursos de la costa les empujaba a su eventual desaparición.

Los chinchorros producían menos del 2% de las capturas y dejaban de tener importancia. Ya no se contaban en las estadísticas pesqueras como un arte individual si no que se contabilizaba junto con las otras redes.

En los últimos años, el Laboratorio de Investigaciones Pesqueras reportaba que los chinchorros producían entre dos y tres por ciento del total de las capturas. O sea, una fracción pequeña de la producción total.

Al perder su importancia histórica, perdieron también su atractivo para ser estudiados. Por eso no hay muchos estudios sobre el arte. De hecho, a nivel mundial son pocos los estudios que se pueden encontrar.

¿A cuánta gente impacta la prohibición?

Es difícil decirlo. Estimamos, según los datos que hemos examinado, que el total de pescadores que tienen chinchorros es de 65 a través de todo Puerto Rico.

Para 51 de ellos el chinchorro es el arte principal o secundario. Cuarenta de ellos son dueños y capitanes de embarcación, por lo que se puede presumir que son dueños operadores de chinchorros.

¿Cuántos de ellos colaboran en la misma operación del chinchorro? ¿Cuántos de ellos representan una operación separada?

No lo sabemos. El número de pescadores involucrados puede estar entre 40 y 120. Sin embargo, observaciones de oficiales pesqueros aseguran que hay unos cinco operarios a tiempo completo, cada uno con tres ayudantes permanentes. El resto de los chinchorreros lo usan esporádicamente, sobre todo en el verano.

¿Cuántas personas dependen de los pescadores que utilizan chinchorro? ¿Cuántos de ellos simplemente se retirarán a raíz de la prohibición y cuántos pueden encontrar un arte alterno?

Son preguntas importantes que hay que formular y contestar.

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