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Un porteño de otro mundo

La trayectoria de Juan García Esquivel resulta tan fascinante como su música. Su obra parece ser inmune al tiempo: aún atrae al público e inspira a músicos y creativos de todo el mundo

De la radio al cine y la televisión, y de los salones de baile al espacio exterior. Así fue la trayectoria del compositor y arreglista, director de orquesta y pianista, Juan García Esquivel, quien nació en Tampico el 20 de enero de 1918. Su gusto por la experimentación y su desbordada creatividad definieron su estilo musical. La originalidad, el sentido del humor y cierto toque kitsch siguen siendo los distintivos de su obra.

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Pese a gozar de gran fama y éxito entre las décadas de los cuarenta y los setenta, Esquivel cayó en el olvido. Fue redescubierto por los entusiastas de la música lounge gracias al estadounidense Irwin Chusid, quien, en 1994, produjo el disco Space-Age Bachelor Pad Music (Bar/None Records), una antología de antiguas grabaciones.

Enfermo y sin poder caminar, Esquivel llevaba ya una década retirado en casa de su hermano Sergio, en Jiutepec, Morelos, cuando fue visitado por el escritor V. Vale, a quien concedió una entrevista. «En aquel tiempo [1918], Tampico era muy conocido, porque a inicios del siglo había mucho petróleo, y un montón de estadounidenses iban allí. Mi padre era administrador de aduanas, y viajaba mucho. Nuestra familia se estable-

Esquivel y dos de sus coristas aparecen en la portada del disco The Sights and Sounds of Esquivel! (Bar/None, 2005). Este material compila grabaciones que Esquivel y su orquesta realizaron en un restaurante de Chicago, en 1974

Crédito: Bar/NoNe

Actualmente, se siguen editando compilaciones de la música de Esquivel, como este álbum doble publicado por el sello Not Now Music en 2017

Crédito: Not Now MuSiC

Esquivel pasó sus últimos años de vida en Jiutepec, Morelos. Luego de ser redescubierto por el público, fue visitado por numerosos músicos, periodistas, documentalistas y admiradores

Crédito: JaCoBo BrauN / iBero90.9

En 2016, la editorial estadounidense Charlesbridge publicó el libro para niños ¡Esquivel! Un artista del sonido de la era espacial, escrito por Susan Wood. En esta ilustración de Duncan Tonatiuh se representa la infancia de Esquivel en Tampico Crédito: duNCaN toNatiuh / CharleSBridge ció en Tampico por un tiempo y después se trasladó a Guadalajara, en el estado de Jalisco.» Este breve fragmento es la única mención que el músico hizo de su tierra natal.

Aún siendo un niño, Esquivel llegó a vivir a la Ciudad de México. Músico precoz y autodidacta, a los doce años se acercó a la XEW, la estación de radio más importante de entonces, para tocar el piano. Quien le dio la oportunidad fue el propio fundador de la estación, Emilio Azcárraga Vidaurreta, otro tampiqueño. Tiempo después, y con tan solo 17 años, Esquivel comenzó a dirigir una orquesta para musicalizar la revista radiofónica del comediante Arturo Manrique, el «Panzón Panseco».

En los siguientes años, Esquivel ganó fama como director de orquesta. Sobre su trabajo en los años cuarenta, el periodista Aurelio Regalado ha escrito que Esquivel se presentó varias veces en Tampico, alternando con la orquesta Los Gatos Negros. En 1956, grabó su primer disco, Las tandas de Esquivel, una selección de música para bailar. En esos años, también musicalizó películas.

El estilo de Esquivel y su orquesta Sonorama quedó plasmado en su segundo disco, To Love Again (1957), grabado en México por RCA Victor. El material impresionó tanto a los directivos de la disquera que decidieron invitar a Esquivel a grabar en Los Ángeles. A sus cuarenta años, el músico no dudó en dejar el país. Su nuevo disco, Other Worlds, Other Sounds (1958), fue un éxito de ventas.

En Estados Unidos, Esquivel encontró libertad creativa y prácticamente no tuvo limitaciones, ni técnicas ni económicas. El público norteamericano disfrutaba los arreglos que hacía de canciones de moda, standards de jazz, piezas clásicas o del folclor latinoamericano; sus experimentos sonoros sorprendían y divertían; en su música convivían piano, metales y cuerdas junto a excéntricos coros, percusiones e instrumentos variopintos: theremin, sierra musical, clavecín, ondiolina, buzzimba, marimba, quijada... Durante doce años, entre 1962 y 1974, Esquivel y su orquesta —integrada por seis músicos y cuatro voces femeninas— presentaron el show «The Sights and Sounds of Esquivel!» en el Stardust Resort, en Las Vegas. Con este ensamble, Esquivel realizó giras por Estados Unidos (incluyendo Hawaii), varias islas del Caribe y la Ciudad de México. También realizó arreglos y compuso música para decenas de programas de televisión como Markham, Kojak, Los ángeles de Charlie y Magnum P.I. El nombre de Esquivel se asociaba a la vanguardia tecnológica: su disco Latin-esque (1962) —su mayor experimento sonoro, grabado con la orquesta dividida en dos estudios separados— se obsequiaba junto con los equipos de sonido estereofónico más modernos de la RCA para demostrar las cualidades de un sonido que podía seguirse con los ojos

A partir de 1974, Esquivel enfrentó dificultades para continuar con su show en Estados Unidos. Entonces, regresó a México, donde trabajó con Silvia Roche, creadora de la serie infantil Odisea Burbujas, para musicalizar el programa televisivo. Con sus composiciones grabó dos discos, en 1978 y 1979, uno de los cuales vendió más de un millón de copias; este fue el último de sus éxitos. Decidió retirarse de los escenarios debido a que una antigua lesión en la columna vertebral le impedía continuar haciendo música. Con los años, llegaron otros padecimientos. Juan García Esquivel falleció el 3 de enero de 2002, aunque, aún en vida, se enteró —y disfrutó— del redescubrimiento de su obra. Incluso un tampiqueño, el investigador José Castañeda, promovió que el gobierno local le entregara a Esquivel un reconocimiento en 1998; aunque el músico no pudo visitar el puerto.

Actualmente, es común encontrar la música de Esquivel en películas, series, comerciales, compilaciones y remixes. Abundan los artículos sobre su vida y su obra. En su memoria, se organizan homenajes y actividades culturales. Esquivel está lejos de caer en el olvido. ¿Será posible que en la música de Esquivel hallemos algún rasgo o huella de su origen porteño? No queda más que volver a sus discos y explorar, con curiosidad y atención, esos otros mundos, otros sonidos, que conforman la fascinante obra de Juan García Esquivel.

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