2 minute read

Víctor Viñuales Edo. Director ejecutivo de ECODES

Víctor Viñuales,

Director ejecutivo de ECODES

INTRODUCCIÓN

Ante las pandemias urgentes la humanidad ha demostrado que reacciona bastante bien. Ante el COVID se paró la economía del mundo. Los gobiernos, en general, reaccionaron con diligencia y la Ciencia produjo una vacuna en muy poco tiempo. Hubo fallos, como en todo lo humano, pero el balance general creo que fue positivo.

Pero ante una epidemia “a cámara lenta” como la resistencia antimicrobiana estamos fallando. El problema sigue creciendo de forma exponencial. En la actualidad mueren al menos 700.000 personas cada año debido a enfermedades resistentes a los medicamentos y, según advierte Naciones Unidas, se podrían alcanzar los 10 millones de defunciones anuales en el mundo en 2050. Son cifras que asustan. Son cifras que hablan de la gravedad de lo que ya ocurrió y que hablan también de la gravedad de lo que va a ocurrir. Y son cifras que hablan de la velocidad a la que está creciendo el problema.

La pandemia de la resistencia antimicrobiana es una de las 10 principales amenazas de salud pública mundial y, como suele ocurrir con los grandes desafíos, sus causas son complejas y sus soluciones también.

La interacción de los seres humanos, de los animales terrestres y marinos, de las plantas, de la producción de animales y piensos explica lo que está ocurriendo. Y en lo que está ocurriendo encontramos determinantes socioeconómicos y ecológicos, factores vinculados a la promoción de la salud y está, como casi siempre, nuestro estilo de vida.

En la resistencia antimicrobiana hemos comprobado, una vez más, que todo está ligado con todo, que la salud del planeta, de los animales domésticos y salvajes y de los seres humanos es UNA SALUD (One Health). Este enfoque, anterior a la pandemia del coronavirus, adquirió más relevancia con la enorme crisis económica y sanitaria provocada por el COVID. Y ante esta nueva pandemia se vuelve a constatar su pertinencia y su importancia para explicar lo que ocurre y para construir soluciones para remediarlo.

Esta complejidad del problema marca el camino de las soluciones. Deben cambiar algunas políticas públicas (¿es razonable comprar una caja de antibióticos, si solo tenemos que emplear parte?) Deben cambiar algunas prácticas de la ganadería (¿es razonable suministrar antibióticos a animales sanos?) Deben cambiar algunos usos y costumbres de algunos profesionales sanitarios y deben cambiar también las demandas de los pacientes que valoran a los médicos por la cantidad de medicamentos “fuertes” que prescriben. Deben cambiar muchas cosas…

Una señal de esperanza son los resultados alcanzados por el Plan Nacional de Resistencia Antimicrobiana de nuestro país. Ese enfoque multiactor es clave para tener éxito. Y deben combinarse, desde mi punto de vista acciones de coerción y control, con acciones de conveniencia económica y de convicción. En esas tres Cs está la clave para afrontar esta “epidemia de cámara lenta” como la definió con gran acierto la primera ministra de Barbados, Mia Mottley.

Este nuevo número del Observatorio de Salud y Medio Ambiente apunta, como en todos los anteriores, a un gran asunto que se afronta con grandes decisiones.

BLOQUE I

INTRODUCCIÓN: LA RESISTENCIA A LOS ANTIBIÓTICOS, UN PROBLEMA DE SALUD GLOBAL

This article is from: