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Controlar la salud animal para controlar las resistencias antimicrobianas

El informe publicado en 2021 por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), la Agencia Europea de medicamento (EMA) y el Centro europeo para la prevención y el control de Enfermedades (ECDC) tras recopilar los datos del consumo de antibióticos y el desarrollo de las Resistencias a los antimicrobianos (RAM) en Europa en 2016-2018, destaca que ahora el uso de antibióticos es menor en animales productores de alimentos que en humanos.

Además, el citado informe identifica “vínculos entre el consumo de antimicrobianos en animales y la RAM en bacterias de animales productores de alimentos, que a su vez está asociada con la RAM en bacterias de humanos”. Un ejemplo de esto es Campylobacter spp., bacteria que se encuentra en animales productores de alimentos y causan infecciones transmitidas por los alimentos en los seres humanos. Asimismo, los expertos encontraron una asociación entre la resistencia de estas bacterias en los animales y la resistencia de las mismas bacterias en los seres humanos. A pesar de la implantación de distintas medidas de intervención en la medicina veterinaria y humana, el desarrollo de RAM está aumentando. En particular, las bacterias del grupo ESKAPE (Enterococcus spp. Staphylococcus aureus, Klebsiella pneumoniae, Acinetobacter baumanni, Pseudomonas aeruginosa, Enterobacter spp) así como Escherichia coli representan una gran amenaza para la salud humana basado en su potencial de intercambiar RAM con otras bacterias (Hammerl, J.A. 2022.).

También este mismo año, se publicó un estudio exhaustivo (Murray et al., 2022), realizado sobre 204 países y territorios, 23 patógenos bacterianos y 88 combinaciones de patógenos y fármacos que ha demostrado que, de los 1,27 millones de muertes directamente atribuibles a la resistencia a los antimicrobianos en 2019, el 73 % fueron causadas por solo seis patógenos.

Los patógenos tristemente implicados en los resultados de este estudio han sido Escherichia coli, Staphylococcus aureus, Klebsiella pneumonia, Streptococcus pneumonia, Acinetobacter baumannii y Pseudomonas aeruginosa. Además, el estudio concluye que estas bacterias “encuentran constantemente nuevas formas de evitar los efectos de los antibióticos utilizados para tratar las infecciones que causan”.

Siguiendo la guía de la European Medicines Agency (2018) para la evaluación del riesgo para la salud pública de las RAM junto con el enfoque de evaluación de riesgos de la Organización Internacional de Sanidad Animal (OIE), en 4 pasos se puede estimar el riesgo real de que antibióticos empleados en ganadería puedan causar RAM a los humanos (Figura 1 de la guía de la European Medicines Agency).

• El primer paso es la identificación del peligro. Es decir, identificar bacterias resistentes a los antimicrobianos o determinantes de resistencia que podrían provocar enfermedades humanas. Este paso se realiza mediante revisión bibliografía y consultas con expertos.

• El segundo paso es la evaluación de liberación. En este paso, se deben describir y evaluar la presencia y la multitud de peligros identificados en el reservorio animal (detección de bacterias con RAM en animales). • El tercer paso es la evaluación de la exposición, que aborda las vías biológicas necesarias para la exposición de los seres humanos a los peligros identificados, que son las resistencias seleccionadas en los animales. La evaluación de la exposición debe abordar las dos vías principales de los animales a los humanos: la carne y el contacto directo. Una exposición se define como un contacto que causa peligro de que una persona se vuelva portadora o se infecte. Conviene emplear una escala para describir la probabilidad de liberación y exposición para cada patógeno, por ejemplo: muy baja (<2 %), baja (2–10 %), media (11–30 %) y alta (>30 %).

• El cuarto paso es la evaluación de las consecuencias.

Las consecuencias son principalmente dos: un aumento de la carga microbiana para la salud pública (es decir, un aumento en el número total de portadores o personas infectadas con la bacteria) o la causa de enfermedad humana prolongada y/o muerte que se mide por los fracasos de tratamientos en los pacientes. Cada consecuencia se evalúa en una escala de muy baja, baja, media o alta según el aumento de casos causado por la resistencia bacteriana y los antibióticos relacionados en el tratamiento.

Esta metodología por ejemplo se ha empleado en un artículo reciente (Alban, L. et al., 2017) en él se evalúa, el riesgo para la salud humana del consumo de cerdos daneses que reciben tratamientos con Pleuromutilina en sus procesos respiratorios. El espectro de actuación de este antibiótico incluye bacterias grampositivas (S. aureus, incluidas las cepas con resistencia a Meticlina, estafilococos coagulasa negativa, estreptococos, E. faecium, incluidas las cepas con resistencia a vancomicina) y patógenos respiratorios (S. pneumoniae, M. catarrhalis, H. influenzae, Legionella

pneumophila, Mycoplasma pneumoniae, Chlamydophila pneumoniae). El artículo citado identifica dos peligros: MRSA CC398 (la cepa 398 de Staphylococcus aureus Meticilina resistente) y enterococos. Para MRSA CC398, el riesgo total se estimó como bajo (incertidumbre baja). Para los enterococos, el riesgo total se estimó bajo (incertidumbre alta). Los autores indican que la evaluación deberá repetirse si el consumo de Pleuromutilina aumenta sustancialmente, lo que resulta en una mayor prevalencia de mecanismos de resistencia móviles y fácilmente transmisibles, o si aumenta la necesidad de Linezolid como fármaco humano de última línea (para tratar MRSA). Y por ello consideran de interés el seguimiento de la resistencia a la Pleuromutilina en patógenos humanos seleccionados. Como puede observarse, en este artículo solo evalúa el peligro de un solo antibiótico en el ámbito de la producción porcina danesa indicado solo dos riesgos posibles bajos en dos grupos bacterianos.

Está claro que el uso de antibióticos en un animal enfermo por una enfermedad infecciosa debe llevarse a cabo, siempre bajo supervisión veterinaria, y mientras que por un lado los animales enfermos reciben tratamiento, lo que conviene hacer desde los sistemas productivos convencionales, es evitar la enfermedad de los animales. Los antibióticos curan enfermedades infecciosas, tanto en el hombre como en los animales y si se desea evitar el uso de antibióticos en ganadería o en animales de compañía, hay que evitar que los animales enfermen. Está demostrado que la producción

de alimentos sin antibióticos es posible, pero para ello se tienen que implementar en las distintas condiciones de las explotaciones ganaderas unos determinados planes de vacunación, medidas de bioseguridad y estado de

bienestar animal.

Todos los ganaderos deben estar totalmente comprometidos con la producción de alimentos seguros y tienen el deber y la responsabilidad de salvaguardar la salud y el bienestar de los animales de su granja. Así, por un lado, los ganaderos

deben elaborar, aplicar y revisar periódicamente un plan adecuado de salud de sus animales que describa los tratamientos preventivos de rutina (por ejemplo, programas de bioseguridad, vacunación y desparasitación, etc.) y la política de control de enfermedades, en

coordinación con el veterinario que los trate. Por otro lado, todos los ganaderos deben colaborar y respetar las normas de los programas de salud de las explotaciones que supervisan el cumplimiento de la normativa sobre la medicación y los tiempos de espera. Por lo que, deben colaborar con el veterinario responsable de su explotación para cotejar, registrar, revisar y discutir periódicamente el uso de antibióticos y supervisar la eficacia de los mismos.

El objetivo general de un ganadero debe ser maximizar la salud y bienestar de los animales a través de buenos protocolos de gestión, lo que da como resultado el uso de antibióticos tan poco como sea posible, pero tanto como

sea necesario.

Los ganaderos tienen que seguir los “Principios básicos de control de enfermedades”.

PRINCIPIOS BÁSICOS DE CONTROL DE ENFERMEDADES

REGLA

Regla 1

Regla 2

Regla 3

Regla 4 PRINCIPIO

Revisar la bioseguridad de los nuevos animales introducidos en un rebaño

El estrés

Buena gestión de higiene y desinfecciones

La buena alimentación La enfermedad se propaga en las explotaciones y entre ellas por el contacto con otros animales. El cribado y la vigilancia ayudarán a limitar la propagación de la enfermedad. Conviene recordar que el contacto también puede ser indirecto a través de una aguja, un instrumento quirúrgico, el estiércol o las personas.

Los animales estresados son mucho más propensos a enfermar. Esto incluye no solo los factores obvios de estrés físico, como el hacinamiento o los procedimientos de gestión, sino también la exposición a microorganismos que causan un gran estrés al sistema inmunitario, por ejemplo, una diarrea viral. Conviene tener en mente, que si se detecta que un procedimiento provoca estrés en el ganado, hay que hacerse la pregunta: “¿Puede hacerse de una manera menos estresante?”, por ejemplo, la castración o el manejo reproductivo.

Limpiar y eliminar la materia orgánica correctamente es necesario, de lo contrario, las sustancias desinfectantes no tienen efecto. La desinfección es un proceso que destruye la mayoría de los patógenos (bacterias, virus, hongos o parásitos) que se encuentran en los elementos inanimados que forman parte de las instalaciones de una granja. Las medidas de bioseguridad, como la desinfección están enfocadas a prevenir estas enfermedades. No hay sustitutos de una buena gestión de higiene y desinfecciones.

Una buena ingesta de calostro proporciona anticuerpos esenciales para proteger a los animales lactantes mientras se desarrolla su sistema inmunitario. Las dietas equilibradas con niveles adecuados de oligoelementos, vitaminas y antioxidantes son esenciales para que el sistema inmunitario del ganado funcione correctamente a la hora de hacer frente a las enfermedades.

¿POR QUÉ?

Los enfoques sistémicos interdisciplinarios (Baudoin, F. et al., 2021) permiten el desarrollo de políticas y estrategias de RAM que son técnica, política, económica y, por último, pero no menos importante, conductualmente factibles al permitir la identificación de: (a) todos los actores que influyen en la utilización de antimicrobianos en la producción ganadera, (b) las relaciones de poder entre estos actores, (c) bases reguladoras y de intervención adecuadas, (d) qué estrategia de cambio de comportamiento usar, (e) quién debe implementar esto, así como la evaluación costo-efectiva de las combinaciones de intervenciones. Desafortunadamente, las políticas y estrategias de RAM a menudo se investigan dentro de diferentes disciplinas y no de una manera holística y sistémica, razón por la cual estos trabajos más interdisciplinarios presentan oportunidades para futuras investigaciones.

CLARA MARÍA MARÍN ALCALÁ

Departamento de Ciencia Animal, Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), Instituto Agroalimentario de Aragón-IA2, CITA-Universidad de Zaragoza.

Fuentes y más información:

Alban, L., Ellis-Iversen, J., Andreasen, M., Dahl, J., Sönksen, UW. Assessment of the Risk to Public Health due to Use of Antimicrobials in Pigs-An Example of Pleuromutilins in Denmark. Front Vet Sci. 2017 May 26;4:74. doi: 10.3389/fvets.2017.00074. PMID: 28603717; PMCID: PMC5445126. Antimicrobial Resistance Collaborators (2022). Global burden of bacterial antimicrobial resistance in 2019: a systematic analysis. Lancet (London, England), 399(10325), 629–655. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(21)02724-0 Baudoin, F., Hogeveen, H., Wauters, E. Reducing Antimicrobial Use and Dependence in Livestock Production Systems: A Social and Economic Sciences Perspective on an Interdisciplinary Approach. Front Vet Sci. 2021 Mar 18;8:584593. doi: 10.3389/fvets.2021.584593. PMID: 33816582; PMCID: PMC8012488. ECDC (European Centre for Disease Prevention and Control), EFSA (European Food Safety Authority) and EMA (European Medicines Agency), 2021. Third joint inter-agency report on integrated analysis of consumption of antimicrobial agents and occurrence of antimicrobial resistance in bacteria from humans and food-producing animals in the EU/EEA. EFSA Journal 2021;19(6):6712, 164 pp. https://doi. org/10.2903/j.efsa.2021.6712 European Medicines Agency (2018). Guideline on the assessment of the risk to public health 5 from antimicrobial resistance due to the use of an 6 antimicrobial veterinary medicinal product in food7 producing animals. https://www.ema.europa.eu/en/documents/scientific-guideline/ second-draft-guideline-assessment-risk-public-health-antimicrobial-resistance-due-use-antimicrobial_en.pdf Hammerl, JA. Editorial for the Special Issue: “Antimicrobial Resistance and Molecular Tracing of Foodborne Pathogens”. Microorganisms. 2022; 10(2):390. https://doi.org/10.3390/microorganisms10020390

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